Experience Patología en el embarazo Un abordaje multidisciplinar Experience 2 Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental ¿Tiene futuro? Ernesto Fabre González Catedrático-Jefe de Servicio. Servicio de Obstetricia y Ginecología. Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud. Universidad de Zaragoza. Zaragoza. 3 Experience 4 Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? 1. ¿Qué es? bos, por lo que los obstetras deben ser competentes en la utilización de estos instrumentos. ¿Qué es un parto vaginal instrumental? El parto vaginal instrumental es el uso de un utensilio durante el período expulsivo del parto para acortar su duración, en beneficio de la madre, del feto, o de ambos, y lograr el nacimiento por vía vaginal. Implica el uso de ventosa, fórceps o espátulas para facilitar el descenso de la cabeza del fetopor el canal del parto. Existe la preocupación por un hipotético abandono del uso de estos instrumentos por los posibles riesgos que tiene la extracción vaginal del feto tanto para la madre como para el neonato. Sin embargo, su uso juicioso, cuando está indicado, es beneficioso para am- 2. Tasa ¿Cuál es la tasa de parto vaginal instrumental? La tasa de parto vaginal instrumental en España desde 2001 hasta 2011 es de alrededor del 15%, según los datos del Sistema Nacional de Salud (SNS) del Ministerio de Sanidad (Figura 1). La distribución del tipo de parto ha permanecido relativamente estable a lo largo de la última década. En el año 2011, último del que 5 Experience Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar existe información, la tasa de cesáreas fue del 22,3%, la de partos vaginales espontáneos del 63,18% y la de partos vaginales instrumentales del 14,53%, cifras que no son muy diferentes a las observadas en 2001, que respectivamente fueron del 21,3%, el 63,5% y el 15,2%. El fórceps es el instrumento más utilizado (44%), seguido de cerca por la ventosa (38%) y otros, entre los que se incluyen las espátulas (18%) (Figura 2). La frecuencia con que se utiliza cada tipo de instrumento es muy variable entre las comunidades autónomas. Hay lugares donde prácticamente sólo se usa el fórceps y casi nada la ventosa (Canarias), mientras que en otros es al revés (Extremadura). Las espátulas son, en todas las comunidades, la segunda o tercera opción, y es en Cataluña donde su uso es más frecuente (Tabla 1). Estas diferencias se deben a la forma de hacer las cosas en 6 la sala de partos en cuanto al uso de la analgesia epidural, el manejo activo del período expulsivo con oxitocina, la determinación del pH fetal en presencia de desaceleraciones variables en la monitorización cardiotocográfica fetal, y el grado de formación con cada instrumento y la supervisión del médico residente en obstetricia y ginecología, entre otras. ¿Cómo se clasifican los partos vaginales instrumentales? El parto vaginal instrumental se clasifica por la altura del punto guía de la presentación en el canal del parto en el momento de la extracción fetal y por el grado de rotación de la sutura sagital desde la línea media que debe realizar la presentación fetal (Tabla 2)1. Los datos del SNS indican que a lo largo de la última ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? 7 Experience Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar década existe una tendencia ascendente en las aplicaciones bajas de fórceps y descendente de las aplicaciones medias y altas (Figura 3), hecho que sugiere un abandono progresi- 8 vo de las aplicaciones más altas, que a su vez son las más difíciles y las que se asocian con un mayor riesgo de complicaciones maternas y neonatales. ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? por asfixia o de la muerte del feto en caso de no realizar alguna intervención. 3. Indicaciones • La indicación materna más frecuente es el agotamiento de la mujer que le impide colaborar durante la expulsión del feto. Las razones médicas para acortar la duración del período expulsivo, como cardiopatías, crisis hipertensivas, enfermedad vascular cerebral, etc., son menos frecuentes. • La prolongación del período expulsivo del parto, que generalmente se asocia con una actividad uterina inadecuada, insuficiente colaboración materna y anomalías de la rotación y la flexión de la cabeza; éstas suelen ser secundarias a variaciones constitucionales de la pelvis. La analgesia epidural se ha asociado con una prolongación del período expulsivo y un aumento de los partos instrumen- ¿Cuáles son las indicaciones del parto vaginal instrumental? Las razones para realizar una extracción instrumental del feto por vía vaginal suelen ser complejas, y con frecuencia hay varias causas interrelacionadas. Así, puede haber una prolongación del período expulsivo, en una posición occipito-posterior y con signos de pérdida del bienestar fetal. Determinar, de entre todas, cuál es la indicación más importante, es más un tema semántico que otra cosa. Las indicaciones del parto vaginal instrumental (Tabla 3) son: • Riesgo de pérdida del bienestar fetal, que puede ser la causa de una lesión cerebral 9 Experience Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar tales. Los tiempos indicados en la Tabla 3 no son absolutos; el obstetra debe valorar la situación clínica para continuar con los pujos del período expulsivo o proceder a la extracción fetal. 4. Condiciones para realizarlo ¿Cuáles son las condiciones para realizar un parto vaginal instrumental? La extracción instrumental del feto es una intervención quirúrgica, que debe ser indicada y realizada con el mismo cuidado que cualquier otra. El médico debe conocer la arquitectura de la pelvis, la morfología y las di- 10 mensiones del estrecho pélvico, la dirección del eje del canal del parto, la anatomía de la cabeza fetal y los movimientos cardinales que debe realizar el feto durante el período expulsivo del parto. Si se desconoce el mecanismo del parto, mal puede realizarse una extracción instrumental del feto por vía vaginal, hecho que con frecuencia se ignora u olvida. Además, hay que conocer las características, funciones y limitaciones del instrumento que se va a utilizar, y respetar las condiciones necesarias para su uso si se quiere evitar lesionar a la madre o al feto2. Puede cometerse el error de intentar realizar una extracción instrumental del feto que no está indicada, pero el fracaso del procedimiento cuando no se cumplen las condiciones para usar el instrumento conduce a un resultado mucho peor (Tabla 4). ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? Exploración clínica Dilatación cervical (completa) y membranas amnióticas (rotas) En la obstetricia moderna no hay lugar para el parto instrumental, sea cual sea el instrumento que se utilice, si la dilatación cervical no es completa. Las posibles excepciones son la utilización de la ventosa para el prolapso de cordón umbilical cuando existe una dilatación casi completa (9 cm en una mujer multípara) o en el parto del segundo gemelo3, y en aquellas situaciones en que los beneficios superan claramente a los riesgos y no existe una alternativa viable1. Las membranas amnióticas deben estar rotas antes de la extracción fetal. Presentación fetal (cefálica encajada) El fórceps sólo puede aplicarse en la presentación cefálica de occipucio, en la presentación de cara con rotación a mento-anterior y en la cabeza última en la presentación podálica. En estas dos últimas situaciones clínicas no debe utilizarse la ventosa. La extracción instrumental del feto por vía vaginal no debe intentarse si la presentación no está encajada. Este criterio ha de ser aplicado tanto para el fórceps como para la ventosa y las espátulas. En la presentación de occipucio, la cabeza fetal está encajada cuando su plano mayor (suboccipito-bregmático, que incluye al diámetro del mismo nombre [9,5 cm] y al diámetro biparietal) ha franqueado el plano de entrada de la pelvis o estrecho superior. Desde el punto de vista clínico, la presentación fetal está encajada cuando el punto guía de la presentación, que en el caso de la cefá- lica flexionada es la fontanela menor, se encuentra a nivel o por debajo del plano de las espinas ciáticas (III plano de Hodge). Cuando se afirma que la presentación fetal está encajada se considera que la pelvis, al menos en el estrecho superior, es capaz para las dimensiones del feto. Debe evitarse el error de considerar el punto guía como la parte más declive de un tumor de parto. Cuando existe un tumor de parto importante, las partes blandas de la cabeza fetal pueden palparse por debajo de las espinas ciáticas, mientras que el cráneo aún no ha llegado. De la misma forma, el moldeamiento importante de la cabeza fetal alarga al cráneo y puede dar la impresión errónea de que se ha producido el encajamiento de la cabeza, cuando no es así. Un tumor de parto o un moldeamiento excesivo de la cabeza pueden ser indicativos de una desproporción pélvico-cefálica. El criterio clásico de encajamiento en las presentaciones cefálicas flexionadas no es válido en las presentaciones de cara, variedad de presentación cefálica con el grado máximo de deflexión de la cabeza fetal. En este caso, el punto guía de la presentación es la línea medio-facial, que en la práctica se identifica con el mentón. Cuando en una presentación de cara el punto guía alcanza el estrecho medio, el ecuador de la presentación aún no ha sobrepasado el estrecho superior. Una aplicación de fórceps en estas condiciones está contraindicada, es difícil y hay riesgo de causar lesiones materno-fetales. Sólo cuando la cara distiende el suelo pélvico puede considerarse que la presentación está encajada y es posible la extracción instrumental. 11 Experience Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar Posición fetal Si se desconoce la posición de la cabeza fetal no deben aplicarse fórceps ni ventosa. El diagnóstico de la posición fetal requiere la identificación de las suturas y las fontanelas del cráneo fetal, lo que no siempre es sencillo, sobre todo cuando existe un tumor de parto. La única forma de colocar correctamente las cucharas del fórceps y de aplicar en el lugar adecuado la cazoleta de la ventosa es conociendo la posición fetal. Si hay dudas con la exploración clínica, puede realizarse una exploración con ultrasonidos durante el parto4. Aunque el Royal College of Obstetricians and Gynaecologists (RCOG)3 de Reino Unido considera que la evidencia no es suficiente como para recomendar la ecografía como parte de la evaluación previa al parto vaginal instrumental, se ha demostrado que la determinación de la posición del occipucio fetal por ultrasonografía es más precisa y reproducible que la exploración digital5. Capacidad pélvica La valoración clínica de la pelvis permite evaluar si existe alguna anomalía arquitectónica que impida la extracción vaginal del feto. Si se sospecha una estenosis pélvica, es más prudente realizar una cesárea. La forma del arco subpúbico, la curva de la concavidad del sacro y la prominencia de las espinas ciáticas, entre otros, son datos que contribuyen a valorar si la extracción vaginal del feto puede ser segura. Las pelvis antropoide (estrechas en sentido anteroposterior), androides (en forma de embudo) o platipeloides (estrechas en sentido transversal) son causa de anomalías de la rotación y de la flexión de la cabeza fetal que 12 hacen que el parto vaginal instrumental sea más difícil. Condiciones maternas Información (consentimiento) Hay que informar a la mujer de la intervención y solicitar su consentimiento. Por la naturaleza del parto instrumental,la información y el consentimiento se realizan en la etapa final del parto en una situación de urgencia, generalmente con la mujer ansiosa y fatigada. Se informará sobre la indicación de la extracción fetal y sobre el instrumento que se va a utilizar, procurando que la mujer entienda la información que se la da. En el paritorio puede obtenerse el consentimiento verbal y documentar tal hecho en la historia clínica. Si las circunstancias lo permiten, se obtendrá el consentimiento escrito. Los programas de educación sanitaria durante el embarazo deben informar de la posibilidad de que durante el parto pueda ser necesaria la extracción instrumental del feto. Analgesia El bloqueo pudendo y la infiltración perineal local con lidocaína al 1% pueden ser adecuados para el fórceps bajo no rotador yla extracción con ventosa. Para el resto de los procedimientos es necesario un bloqueo epidural o espinal, o en su caso anestesia general. Vaciamiento vesical La vejiga debe estar vacía y no ser palpable por encima del pubis; de lo contrario, debería vaciarse por cateterismo. ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? Condiciones médicas • Ausencia de un descenso progresivo de la presentación cuando se aplica una tracción moderada durante cada contracción. • Nacimiento no inminente después detres tracciones con el instrumento aplicado correctamente por un obstetra experto. Obstetra con conocimientos y experiencia El obstetra debe tener conocimientos, experiencia y habilidad para utilizar el instrumento y para resolver las complicaciones que pueden surgir con su uso. Si se trata de un médico en formación, en la sala de partos debe estar presente un médico experto para guiar y supervisar la aplicación del instrumento. El paritorio no es un lugar para actos heroicos, carentes de humildad y del reconocimiento de las propias limitaciones. Si el obstetra considera que la extracción vaginal es difícil para su capacidad, es preferible realizar una cesárea. La combinación de la sangre fría con la sensatez, la prudencia, la habilidad y la experiencia, es el camino que conduce a seleccionar la vía más segura del parto para la madre y el feto. Equipo técnico y asistencial adecuado Las instalaciones, el instrumental y las condiciones de asepsia deben ser los mismos que para cualquier procedimiento quirúrgico. El parto instrumental vaginal es un trabajo en equipo, que requiere una comunicación eficaz entre obstetras, matronas, anestesiólogos y pediatras. Cada uno debe desempeñar su papel para garantizar la seguridad de laparturienta y de su hijo. Los instrumentos deben ser revisados antes de su aplicación, comprobando su adecuada dotación y funcionamiento. Disposición para abandonar el procedimiento Los criterios para abandonar el intento de parto vaginal instrumental son: • Dificultades para aplicar el instrumento. El riesgo de traumatismo neonatal aumenta cuando se realizan más de tres tracciones con el instrumento o cuando hay un intento prolongado de parto vaginal instrumental6. Si se reconoce que puede haberse juzgado mal la situación, “vamos a probar de nuevo” es persistir en el error. La mayor parte de los problemas legales se deben a persistir en el intento de la extracción vaginal del feto y con tracciones repetidas o con una fuerza excesiva si no se observa una evolución favorable. Cuando se fracasa en la extracción fetal con un instrumento podría considerarse el uso de un segundo instrumento para lograr el nacimiento7. Generalmente esto ocurre cuando fracasa la extracción con una ventosa y se recurre al fórceps. La utilización secuencial de la ventosa y el fórceps se asocia con un mayor riesgo de complicaciones maternas y neonatales. En comparación con el parto vaginal espontáneo, el parto secuencial ventosa-fórceps tiene tasas significativamente más altas de hemorragia intracraneal (riesgo relativo [RR]: 3,9; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 1,05-10,01), lesión del plexo braquial (RR: 3,2; IC95%: 4,737,7), convulsiones (RR: 13,7; IC95%: 1,6-6,4), lesión del nervio facial (RR: 13,3; IC95%: 2,188,0), depresión neonatal al quinto minuto de vida (RR: 3,0; IC95%: 2,2-4,0), desgarro perineal de cuarto grado (RR: 11,4; IC95%: 6,4- 13 Experience Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar 20,1 entre las mujeres multíparas) y hemorragia posparto (RR: 1,6; IC95%: 1,3-2,0). El riesgo relativo del uso secuencial ventosa-fórceps es mayor que la suma de los riesgos relativos individuales de cada instrumento en relación con la hemorragia intracraneal, la lesión del nervio facial, las convulsiones, el hematoma y los desgarros perineales y vaginales8. Debe confrontarse el riesgo de realizar una cesárea tras una ventosa fallida con el riesgo de aplicar un fórceps tras un fracaso de la ventosa. La clave para resolver esta cuestión es el análisis y la selección adecuada de los casos, antes de tomar la decisión. Si existe alguna de las indicaciones para abandonar el uso de un instrumento, no debe intentarse el parto vaginal con un segundo instrumento. Por otro lado, si con la ventosa se logra un descenso de la presentación al plano de salida de la pelvis, pero no el nacimiento, puede utilizarse el fórceps. Anticipación de complicaciones Cuando ocurre un parto instrumental difícil, especialmente en los casos con prolongación del período expulsivo y feto macrosómico, hay que tener presente el riesgo de distocia de hombros tras la extracción de la cabeza y de hemorragia del alumbramiento tras la expulsión del feto por lesiones del canal blando del parto o atonía uterina. El obstetra debe estar preparado para diagnosticar y tratar estas situaciones. Documentación del procedimiento El médico debe documentar lo realizado en el parto vaginal instrumental, escribiendo una 14 hoja operatoria tan detallada como para cualquier otra operación, en la cual deben constar: 1) indicación; 2) presentación, posición y altura de la preDISPOSICIÓN PARA ABANDONAR DISPOSICIÓN PARA ABANDONAR DISPOSICIÓN PARA ABANDONAR sentación al aplicar el instrumento; 3) tumor de parto, grado de moldeamiento y asinclitismo; 4) analgesiaanestesia utilizada; 5) estado fetal; 6)dificultad de la extracción; 7)estado al nacer y lesiones fetales; 8) lesiones de tejidos blandos maternas y su reparación; 9) estimación de la pérdida de sangre, y 10) personal implicado. ¿Cuáles son las contraindicaciones para el parto instrumental? Nunca debe realizarse una extracción vaginal del feto con un instrumento si no existe indicación y no se cumplen las condiciones de aplicación. De especial relevancia son el encajamiento de la presentación, la dilatación cervical completa, el diagnóstico de la posición fetal y la experiencia del obstetra. La exigencia de las condiciones debe ser tan estricta para el fórceps como para la ventosa y las espátulas, a pesar de que la aparente facilidad de utilización de algún instrumento haga que sea más tentador su uso cuando no se cumplen. El fórceps está contraindicado en algunas de las anomalías de la flexión de la cabeza fetal (parto de frente y de cara con rotación a mento-posterior) y cuando la cabeza fetal no está encajada. La ventosa no debe utilizarse en gestaciones de menos de 34+0 semanas (la seguridad entre la 34+0 y la 36+0 semanas no está demostrada, por el riesgo de cefalohema- ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? toma y hemorragia intracraneal), en la presentación de cara y si existe un caput importante que puede impedir la colocación correcta de la copa o que sugiera una desproporción pélvico-cefálica. Son contraindicaciones relativas para ambos instrumentos los trastornos de la coagulación (trombocitopenia fetal autoinmunitaria) y la predisposición a las fracturas (osteogénesis imperfecta). Hay riesgo de hemorragia fetal si se aplica una ventosa tras una punción del cuero cabelludo para la toma de sangre fetal o la aplicación de un electrodo del cuero cabelludo. Las infecciones virales transmitidas por la sangre de la madre no son una contraindicación para el parto vaginal instrumental. 5. ¿Qué instrumento debe utilizarse? Fórceps Un fórceps es una pinza formada por dos ramas, derecha e izquierda, que en la mayoría de los modelos se entrecruzan. En cada rama se distinguen mango, articulación y cuchara. Los mangos son la zona por donde se sostiene el fórceps; en los modelos actuales son rectos, suelen tener forma de empuñadura y cerca de la zona articular tienen dos salientes para facilitar la tracción. La articulación está situada entre los mangos y las cucharas, y es la zona donde se cruzan las dos ramas. Las cucharas que se aplican sobre la cabeza fetal son dos palas delgadas, fenestradas en la mayoría de modelos, con dos curvaturas:la curvatura cefálica que sirve para su adaptación a la cabeza del feto, y la curvatura pélvica para adaptar el instrumento a la forma del canal del parto. Cuando se aplica sobre la cabeza fetal se utiliza la presa parieto-malar de Farabeouf, de forma que cada cuchara del fórceps se aplica a ambos lados de la cabeza abarcando en su fenestración la abolladura del parietal y la apófisis cigomática del hueso malar. La aplicación biparietal-bimalar ejerce una presión uniforme sobre la cabeza. En los últimos 200 años, el diseño básico del fórceps sólo ha cambiado ligeramente. Aunque se han descrito cientos de modelos, en la actualidad apenas se utiliza una veintena. Cada tipo es adecuado para situaciones diferentes y cada uno requiere diferentes niveles de competencia para su aplicación. Mención aparte merece el fórceps de Kielland, un modelo de ramas cruzadas, casi sin curvatura pelviana y con articulación deslizable, que aunque es muy versátil se utiliza en las distocias de rotación, puesla curvatura pélvica mínima permite la rotación alrededor de un eje fijo y la articulación deslizante facilita la corrección del asinclitismo. El fórceps es un instrumento que permite prender, traccionar y rotar la cabeza fetal. Permite la extracción de la cabeza fetal al sustituir la fuerza expulsiva materna por la tracción aplicada al instrumento, reproduciendo los movimientos que realiza el feto en el interior del canal del parto. Además, hasta cierto punto permite la corrección de la deflexión de la cabeza fetal, del asinclitismo y de las ano- 15 Experience Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar malías de la rotación. La técnica de aplicación variará según la posición y la altura de la presentación, el modelo utilizado, y la formación y las preferencias del obstetra. Ventosa La ventosa obstétrica es un sistema de extracción fetal basado en la aplicación de una cazoleta sobre la cabeza fetal, en la cual se ejerce una presión negativa para que se adhiera y poder realizar una tracción del feto. La ventosa obstétrica está formada básicamente por una copa o cazoleta, un sistema de tracción y un sistema de vacío. La copa se conecta a través de un tubo a una fuente de vacío. La tracción puede realizarse directamente a través del tubo o mediante una cadena de conexión. Las copas pueden ser metálicas o de plástico, y rígidas o flexibles. Las metálicas suelen tener tasas más bajas de separación o desprendimiento, pero producen con más frecuencia lesiones (desgarros del cuero cabelludo, cefalohematomas, etc.). Las de plástico presentan mayor índice de fracasos, sobre todo en posiciones posteriores y en fetos con importante tumor de parto (donde la adhesión es pobre), pero son menos lesivas y permiten una creación más rápida del vacío. En general se recomienda el uso de la campana metálica en las anomalías de la posición, cuando existe cierto grado de deflexión o un tumor de parto considerable, y utilizar las de plástico en el resto de los casos. Los modelos más modernos (Kiwi) unen el elemento tractor y el sistema de vacío. Los desarrollos actuales han eliminado en gran medida los generadores de aspiración 16 externos y han incorporado bombas de vacío en la mano, y son dispositivos seguros y fáciles de aplicar. La elección del lugar de la cabeza fetal sobre el que se aplica la cazoleta es importante. Debe colocarse sobre la sutura sagital, cerca de la fontanela menor (unos 3 cm), en el “punto de flexión”. Así se consigue que al traccionar se flexione la columna cervical fetal y que el diámetro cefálico menor se presente a la pelvis materna, y se favorece la autorrotación durante el descenso; de otro modo, se causa una deflexión progresiva de la cabeza fetal durante la tracción. La presión de vacío que debe utilizarse es de entre 0,6 y 0,8 kg/cm2. No hay evidencia de que un aumento gradual del vacío sea mejor que un aumento lineal rápido. La aplicación de presión negativa rápida reduce la duración del procedimiento, sin que haya diferencias en los resultados maternos y neonatales9. Con el procedimiento lineal con la copa de Silastic® se forma el caput casi al instante, mientras con la taza de metal o con el modelo Kiwi se logra en menos de 2 minutos. Tras completar el vacío se inicia la tracción, de manera intermitente y simultánea con la contracción y el pujo materno, siguiendo la dirección del eje del canal del parto. Espátulas Las espátulas tienen cierta similitud morfológica con el fórceps, pero a diferencia de éste las ramas no son fenestradas y no son articuladas. Están formadas por dos palancas asimétricas, ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? ¿Cuál elegir? Cochrane, publicada en 201010, que incluye 32 estudios con 6.597 mujeres. El fracaso en la extracción vaginal del feto es menor con el fórceps que con la ventosa (RR: 0,65; IC95%: 0,45-0,94). Sin embargo, con el fórceps se observó una mayor tendencia al desgarro de tercer y cuarto grado (con o sin episiotomía), la cesárea, el traumatismo vaginal, el uso de anestesia general y la incontinencia de gases y heces. La lesión facial fue más probable con el fórceps (RR: 5,10; IC95%: 1,12-23,25), pero con una tendencia a una menor incidencia de cefalohematomas (RR: 0,64; IC95%: 0,37-1,11) (Tabla 5). La experiencia del obstetra, las condiciones clínicas y la disponibilidad del instrumento son los elementos clave en la decisión. Cada instrumento tiene sus ventajas y sus limitaciones. Los méritos relativos de la ventosa y el fórceps han sido evaluados en una revisión Al comparar los diferentes tipos de ventosa, la copa de metal logra con más frecuencia la extracción fetal que la copa blanda, pero con una mayor incidencia de lesiones del cuero cabelludo y de cefalohematoma. La ventosa cada una constituida por la empuñadura y la espátula. No son un instrumento de vacío, ni de prensión, ni de tracción. Actúan como una palanca de primer género cuyo punto de apoyo es la pared pélvica, la potencia está en la empuñadura y la resistencia en la cabeza fetal. Su acción es por empuje desde arriba y separando el canal del parto para permitir el descenso de la cabeza. No es un instrumento adecuado para las anomalías de la rotación de la cabeza fetal. 17 Experience Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar tipo Kiwi se asocia con más fracasos en la extracción del feto que la ventosa de metal, pero con menos que la ventosa blanda. En general, el fórceps y la ventosa con copa de metal son más eficaces para lograr la extracción fetal, pero con un mayor riesgo de traumatismos maternos con el fórceps y de traumatismos neonatales con la copa de metal. Como la ventosa se asocia a una menor incidencia de traumatismos maternos, se ha considerado que sería el instrumento de elección. Sin embargo, todo tiene su pro y su contra, ya que este enfoque lleva a un aumento del riesgo de fracaso de la extracción fetal y al uso secuencial de los instrumentos (ventosa seguida de fórceps), con mayoresriesgos para la madre y el niño. 18 6. Complicaciones Maternas La extracción instrumental del feto aumenta el riesgo de lesiones del canal del parto, como lesiones del canal blando del parto, desgarros cervicales, vaginales y perineales, hematomas infraelevadores y supraelevadores, etc. El traumatismo obstétrico materno (desgarros de cuarto grado, etc.) es más alto tras el parto vaginal instrumental que tras el parto vaginal espontáneo o la cesárea (Figura 4). Con la ventosa, el atrapamiento inadvertido de los tejidos maternos entre la cazoleta y el cráneo fetal causa, al traccionar, importantes desga- ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? rros cervicales y vaginales; también el riesgo de lesión cervical aumenta en los intentos de extracción con dilatación cervical incompleta. Las lesiones maternas son menos frecuentes y menos extensas con la ventosa que con el fórceps. El fórceps se relaciona con una incidencia mayor de desgarro perineal de cuarto grado. El desgarro perineal de tercer o cuarto grado con lesión del esfínter anal es una complicación grave del parto vaginal instrumental, que puede dar lugar a incontinencia de heces. Aunque también puede ocurrir después de un parto vaginal aparentemente no traumático, su incidencia aumenta cuando interviene cualquier instrumento, pasando de alrededor de un 10% a un 25% con la ventosa y hasta un 40% con el fórceps11. Tres meses después del parto, un 59% de las mujeres que requirieron fórceps se quejaron de una alteración en la continencia de las heces, en comparación con el 33% después de un parto con ventosa (RR: 2,88; IC95%: 1,41-5,88)12. Sin embargo, a los 5 años no parece haber diferencias entre ambos instrumentos13. No se ha demostrado que la episiotomía reduzca el riesgo de lesión del esfínter. Lesiones fetales Las lesiones del cuero cabelludo fetal (petequias, equimosis, etc.) son más frecuentes con el parto instrumental vaginal. Son lesiones transitorias y sin importancia clínica, que no suelen requerir tratamiento. gre debido a la rotura de los vasos que existen entre el periostio y el hueso en el cráneo fetal. Ocurre en un 1% a 2% de los partos vaginales espontáneos, en el 6% al 10% de los partos con ventosa y en el 4% de los partos con fórceps. La ventosa se asocia con más frecuencia con el cefalohematoma que el fórceps, y las copas de metal más que las de Silastic® y las Kiwi. Clínicamente se observa como una masa asintomática, fluctuante y difusa, en general única, limitada por las suturas que unen los huesos craneales. En general su evolución es benigna, aunque si la pérdida de sangre es importante puede asociarse con hiperbilirrubinemia, ictericia y anemia no hemolítica del neonato. El tratamiento es conservador, vigilando la aparición de complicaciones. Fracturas craneales Las fracturas craneales son poco frecuentes. Su importancia depende de la localización, de su proximidad a estructuras vasculares y de la afectación del cerebro por la fuerza que determinó la fractura. Clínicamente suelen ser asintomáticas, y el único hallazgo puede ser la existencia de un cefalohematoma o de una depresión del cráneo. El diagnóstico se basa en el estudio radiográfico. Las fracturas craneales con depresión ósea suelen deberse a una compresión excesiva del cráneo fetal contra la pelvis materna en casos de desproporción pélvico-cefálica, o bien a la extracción fetal mediante fórceps. Hemorragia intracraneal Cefalohematoma El cefalohematoma es una lesión traumática benigna formada por la acumulación de san- La hemorragia intracraneal en el recién nacido puede tener su origen en un traumatismo obstétrico o en una anoxia-isquemia perina- 19 Experience Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar tal. Según su localización se clasifican en: 1) hemorragia subdural, casi siempre de origen traumático; 2) hemorragia subaracnoidea primaria, que puede ser de origen traumático o hipóxico, y 3) hemorragia intraventricular, que casi siempre es de origen hipóxico. En una revisión de 583.340 nacidos vivos de gestaciones simples en mujeres nulíparas14, la hemorragia intracraneal ocurrió en 1 de 860 niños nacidos por ventosa, en 1 de 664 nacidos con fórceps, en 1 de 907 por cesárea intraparto, en 1 de 2.750 por cesárea anteparto y en 1 de 1.900 partos espontáneos. En comparación con los nacidos tras un parto espontáneo, los nacidos con ventosa tuvieron una tasa significativamente mayor de hemorragia subdural o cerebral (odds ratio [OR]: 2,7; IC95%: 1,9-3,9), al igual que los nacidos con el uso de fórceps (OR: 3,4; IC95%: 1,9-5,9) o por cesárea durante el parto (OR: 2,5; IC95%: 1,8-3,4). No hubo diferencias entre la tasa de hemorragia subdural o cerebral asociada con la ventosa o el fórceps (OR: 1,2; IC95%: 0,7-2,2), ni con la cesárea durante el parto (OR: 0,9; IC95%: 0,6-1,4). Parálisis facial La parálisis facial secundaria a un traumatismo obstétrico es habitualmente unilateral y de tipo periférico. Es la lesión de un nervio periférico de origen obstétrico más frecuente (0,7 a 1,4 por 1.000 nacidos). En el neonato, el nervio es más susceptible a la lesión traumática por ser su trayecto más superficial y no estar desarrollada la mastoides. La causa más frecuente es el traumatismo directo del nervio facial por la aplicación del fórceps en la región retroauricular o sobre la región parotí- 20 dea; también puede producirse por una compresión prolongada del nervio facial contra el promontorio del sacro al pasar el feto por el canal del parto. Suele ser de carácter leve y reversible. En la mayoría de los casos de parálisis facial causada por traumatismo obstétrico el pronóstico es bueno, con recuperación en 2 a 4 semanas. En casos de lesión grave puede tardar meses en desaparecer, y en ocasiones la lesión funcional puede ser permanente. 7. Problemas legales El parto vaginal instrumental conlleva riesgo y es objeto de críticas. La mayoría de las extracciones fetales vaginales instrumentales se realizan sin problemas, obteniendo un nacido en buen estado sin causar lesiones maternas, generalmente en situaciones clínicas complejas. El riesgo de una demanda legal contra el médico aumenta cuando el resultado no es el esperado, debido a: 1) indicación incorrecta para realizar la intervención; 2) no excluir la desproporción pélvico-cefálica; 3) uso inadecuado del instrumento, utilizando una fuerza excesiva que causa lesiones fetales o maternas; 4) falta de consentimiento informado, o 5) supervisión inadecuada. La defensa legal ante un resultado adverso en un parto vaginal instrumental se basa en la existencia del consentimiento informado, en la información contenida en la documenta- ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? ción clínica (ver antes) y en la acreditación de una formación adecuada. 8. Formación y entrenamiento Los procedimientos manuales sólo se aprenden cuando se hacen. Las descripciones de “cómo hacer” las cosas son útiles, pero nunca reemplazan al “hacerlas”. El aprendizaje debe ser progresivo: • Hay que adquirir experiencia en la asistencia al parto vaginal espontáneo antes de comenzar la formación en parto vaginal instrumental. • Hay que tener una formación adecuada en el parto instrumental bajo supervisión, y demostrando la competencia, antes de realizar la asistencia al parto vaginal instrumental sin vigilancia. • La formación debe comprender el aprendizaje del uso de varios instrumentos, para poder elegir la opción más apropiadaen cada caso. • La formación lograda al finalizar la residencia debe mantenerse a lo largo del tiempo. La formación y la evaluación de la competencia clínica son una cuestión clave. La formación “uno a uno” es el método más eficaz de enseñanza y aprendizaje, y deben aprovecharse las oportunidades que ofrecen las indicaciones no urgentes de extracción instrumental. La sala de partos es el lugar adecuado para facilitar la capacitación del obstetra en formación en la extracción instrumental del feto bajo la supervisión de médicos expertos. No se dispone de datos sobre el número de procedimientos que deben realizarse bajo supervisión antes de lograr la competencia. Los cursos con simuladores pueden contribuir al desarrollo y el mantenimiento de los conocimientos y las habilidades para el parto vaginal instrumental. Corremos el riesgo de abandonar métodos seguros de extracción fetal que permiten un parto vaginal por tener la percepción de que los instrumentos son peligrosos, cuando el peligro no está en el instrumento, si no en la insuficiente formación y competencia del obstetra. Su formación es nuestra obligación. El temor de una demanda legal no debe dictar la buena práctica médica. El parto vaginal instrumental, si se realiza cuando está indicado, respetando sus condiciones y contraindicaciones, por un obstetra bien formado, es hoy y será mañana una forma segura de ayudar en el parto a la mujer y su hijo, siempre que el temor y nuestra incapacidad no lo hagan relegar al olvido. 9. ¿Cuál es el futuro? La impresión más generalizada es que, en los últimos años, la tasa de cesáreas ha aumentado y que se ha producido una disminución gradual de la tasa de partos vaginales instrumentales. Esta tendencia es una realidad en muchos países, posiblemente por la preocupación que existe de causar una lesión traumática en la madre y el feto con la utilización 21 Experience Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar del fórceps o la ventosa, por los riesgos legales asociados con tal hecho y por el menor número de médicos con experiencia en la utilización de estos instrumentos. Sin embargo, en la medicina pública en España, según los datos del SNS, la tasa de parto vaginal instrumental permanece relativamente estable en la última década (alrededor del 15%), al igual que la de cesárea (alrededor del 23%), a la vez que existe un descenso en la tasa de las extracciones altas, que son las que se asocian con una mayor incidencia de complicaciones maternas y neonatales. No se dispone de información sobre las tasas de parto vaginal instrumental en la medicina privada. Sí se sabe, según la Estadística de establecimientos sanitarios con régimen de internado del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de España (http://www.msssi.gob.es/home.htm), que la tasa de cesáreas en el año 2010 en la medicina privada fue del 37,52% y en la pública del 22,01%; en una década, la tasa de cesáreas en la medicina privada subió tres veces más que en la pública (7,5% frente a 2,5%). Puede especularse que esto se debe, entre otras causas, al descenso progresivo de la tasa de partos instrumentales en la asistencia privada, posiblemente por la percepción de que la cesárea tiene una menor morbilidad, lo cual no ha sido demostrado. No puede compararse el riesgo de complicaciones para la madre y el feto de una cesárea electiva al comienzo del parto con el de una cesárea urgente con dilatación completa por la sospecha de pérdida del bienestar fetal o por una distocia de rotación con un período expulsivo prolongado. El parto instrumen- 22 tal es a menudo una alternativa mejor que la cesárea urgente cuando el parto vaginal espontáneo no progresa durante la segunda etapa del parto. El uso sensato del parto instrumental se asocia con una menor tasa de cesáreas, implica una reducción de la cirugía abdominal, con una recuperación más rápida de la madre, y una menor morbilidad en los embarazos sucesivos, como la relacionada con la cesárea iterativa, rotura de la cicatriz, placenta adherente y disminución de la fertilidad. También es cierto que la probabilidad de lesión perineal materna es mayor con la extracción vaginal instrumental del feto, en especial con el fórceps, por lo que su uso electivo, sin una indicación médica, cuando el parto puede evolucionar espontáneamente de forma normal, no tiene lugar. El obstetra debe tener la capacidad de realizar una extracción fetal instrumental de manera segura y eficaz, conociendo bien las condiciones de realización y respetando las indicaciones y contraindicaciones. Tiene que ser consciente de sus capacidades y no rebasar los límites de la seguridad que tiene cada instrumento. El parto vaginal instrumental tiene su lugar en la asistencia obstétrica del siglo XXI. En este tema se corre el riesgo, ya vivido con otros procedimientos, de ir relegando su uso en favor de la cesárea. La clave es la formación adecuada y el buen juicio clínico. Aquello que no se hace, no se enseña, y si no se enseña, no se aprende, por lo que no se hace. Se cierra el círculo y volvemos al principio. ? MÓDULO 1 - REVISIÓN 2 Parto vaginal instrumental Tiene futuro? 10. Lecturas obligatorias • Charles AG. Forceps delivery and vacuum extraction. Chapter 72.http://www.glowm.com/resources/ glowm/cd/pages/v2/v2c072.html • Royal College Obstetricians and Gynaecologist. Operative vaginal delivery. http://www.rcog.org.uk/womens-health/clinical-guidance/operative-vaginaldelivery-green-top-26 11. Bibliografía 1. SEGO. Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia [Internet]. Madrid: Prosego. Parto instrumental. Actualizado 2013.(Consultado el 11 de octubre de 2013).Disponible en: http://www.sego.es/ 6. Murphy DJ, Liebling RE, Patel R, Verity L, Swingler R. Cohort study of operative delivery in the second stage of labour and standard of obstetric care. BJOG. 2003;110(6):610-5. 7. Edozien LC, Williams JL, Chatterjee IC, Hirsch PJ. Failed instrumental delivery: how safe is the use of a second instrument? J Obstet Gynaecol. 1999;19(5):460-2. 8. Gardella C, Taylor M, Benedetti T, Hitti J, Critchlow C. The effect of sequential use of vacuum and forceps for assisted vaginal delivery on neonatal and maternal outcomes. Am J Obstet Gynecol. 2001;185(4):896902. 9. Suwannachat B, Lumbiganon P, Laopaiboon M. Rapid versus stepwise negative pressure application for vacuum extraction assisted vaginal delivery. Cochrane Database Syst Rev. 2012;8:CD006636. 10. O’Mahony F, Hofmeyr GJ, Menon V. Choice of instruments for assisted vaginal delivery. Cochrane Database Syst Rev. 2010;11:CD005455. 2. Carmona Herrera F. Fórceps. En: Fabre González E, editor. Manual de asistencia al parto y puerperio patológicos. Zaragoza:INO Reproducciones; 1999.p. 223-48. 11. Simms R, Hayman R. Instrumental vaginal delivery. Obstet Gynaecol Reprod Med. 2010;21(1):7-14. 3. RCOG. Royal College of Obstetricians and Gynaecologist [Internet]. London. Operative vaginal delivery (Green-top 26). (Consultado el 11 de octubre de 2013.) Disponible en: http://www.rcog.org.uk/ 12. Fitzpatrick M, Behan M, O’Connell PR, O’Herlihy C. Randomised clinical trial to assess anal sphincter function following forceps or vacuum assisted vaginal delivery. BJOG. 2003;110(4):424-9. 4. Vayssière C, Beucher G, Dupuis O, Feraud O, SimonToulza C, Sentilhes L, et al.; French College of Gynaecologists and Obstetricians. Instrumental delivery: clinical practice guidelines from the French College of Gynaecologists and Obstetricians. Eur J ObstetGynecol Reprod Biol. 2011;159(1):43-8. 13. Chalmers JA, Chalmers I. The obstetric vacuum extractor is the instrument of first choice for operative vaginal delivery. Br J Obstet Gynaecol. 1989;96(5):505-6. 5. Youssef A, Ghi T, Pilu G. How to perform ultrasound in labor: assessment of fetal occiput position. Ultrasound Obstet Gynecol. 2013;41(4):476-8. 14. Towner D, Castro MA, Eby-Wilkens E, Gilbert WM. Effect of mode of delivery innulliparous women on neonatal intracranial injury. N Engl J Med. 1999;341(23):1709-14. 23 Experience 24 Patología en el embarazo. Un abordaje multidisciplinar