mas para los llamados, lo mismo judíos que griegos, un Cristo, fuerza de Dios y sabiduría de Dios» (1Co 1,22-24). mentalidad nueva Estas limitaciones del hombre y de la historia pueden convertirse en una verdadera piedra de tropiezo, como describe el último párrafo de nuestro texto. De hecho, estas limitaciones son los signos pobres que hoy encontramos en nosotros mismos, en cada hermano, en las comuni­da­ des cristianas, en la Iglesia. Dios no las evita porque, precisamente, son la tarjeta de invitación a un conocimiento nuevo que no se basa en la evi­dencia, sino que necesita la adhesión libre de la fe. Y es la fe la que nos dispone para el encuentro con Jesús vivo, que nos en­trega el Espíritu Santo, por el cual podemos conocer al Maestro y en­ ten­der la intención de sus gestos y palabras. Así, descubrimos en Él, Cristo cru­cificado y resucitado, el sentido de la acción desmesurada de Dios a favor de la humanidad. Por eso el autor acaba afirmando que la luz de Pas­cua nos hace ver a Cristo como es en realidad. Captar la intención del Maestro Seminario del Pueblo de Dios Ilustración: Cisnes I, de Maria Cardoso 2009 C. Girona, 7, 3r 1a - 08010 Barcelona a/e: cardoso_maria@yahoo.com Tel. 933 011 416 a/e: editorial@spdd.org www.spdd.org Dep. Legal: B-42123-1983 Pensamientos 78 - enero de 2010 Captar la intención del Maestro a la muerte y resurrección de Cristo, saborea el pleno conocimiento de El conocimiento de la intención de Dios presente en las Es­cri­turas permite gozar de la mentalidad nueva del evan­ ge­lio de Jesús. per­dón de los delitos, según la riqueza de su gracia que ha prodigado Por eso es conveniente captar la intención del Maestro en sus enseñanzas, milagros y parábolas. Quienes están más cerca de un profeta suelen desconocer su per­sonalidad, ya que lo juzgan en función de sus signos po­bres. Esto le pasó a Jesús. Con la luz de la Pascua es como lo vemos tal cual es. to­das las cosas: «En Él tenemos por medio de su sangre la redención, el so­bre nosotros en toda sabiduría e inteligencia» (Ef 1,7-8). ¿Pero de qué conocimiento hablamos? Para responder a esta pregunta, la Iglesia de los inicios tuvo que adoptar actitudes firmes y valientes frente al ambiente cultural de la época, poco preparado para aceptar la novedad de Jesús. La comunidad cristiana no podía renunciar a la luz recibida: el co­nocimiento de Dios se vive y manifiesta en la historia a través de Jesús de Nazaret. Dios se ha hecho hombre y a partir de ahora el acceso a Dios pasa por el hombre Jesús. Por eso el autor subraya que la intención del Maestro se capta en la globalidad de su persona: su enseñanza, sus ac­ fundador del Seminario del Pueblo de Dios cio­nes, su camino. Los evangelistas lo tuvieron muy claro y nos ofrecieron una imagen de GLOSA Jesús rebosante de matices humanos. El cristianismo se basa en el se­ Francesc Casanovas nos habla de uno de los deseos más íntimos del co­ gui­miento de un hombre que llora, come y bebe, acoge a prostitutas y razón humano desde los inicios de la creación: conocer la intención de a publicanos, comparte la mesa con pecadores y discute con fariseos. Dios, lo que Él desea, el plan que tiene pensado para la humanidad co­ No son anécdotas ni historietas de un personaje del pasado. En cada mo fuente de satisfacción y de paz. A veces, el ser humano está lejos de ges­to y palabra del Maestro se nos da la oportunidad de conocer al Dios po­der alcanzar esta luz. Parece que esté reservada a hombres y mujeres encarnado. Y es bueno preguntarnos el motivo de cada una de sus ac­ ex­cepcionales, que poseen un don muy especial o que trabajan ascética­ cio­nes, querer descubrir cuál es la enseñanza latente que nos conduce men­te para aumentar su capacidad interior por encima del común de a ser discípulos suyos, hasta el final. los mortales. No es fácil para la comunidad eclesial permanecer fiel a esta gran novedad: La Carta a los Efesios, en cambio, proclama que toda la humanidad ha se­guimos a un hombre como nosotros, con flaquezas y debilidades; un re­cibido el regalo del conocimiento divino gracias a Jesucristo, gracias a Dios que sufre y que muere como un malhechor no cumple las expectati­ su sangre preciosa que nos ha abierto el acceso a las regiones más íntimas vas triunfalistas y mágicas que tan a menudo tiene el ser humano: «Los del cielo y nos ha permitido penetrar los designios escondidos de Dios en ju­díos piden señales y los griegos buscan sabiduría, nosotros predicamos a el seno de la historia. Quien entra en el misterio bautismal y se incorpora un Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles;