MÉXICO Y SU REALIDAD Segunda Edición, actualizada al 2013 SUS ORÍGENES SU PRESENTE Y SU FUTURO Una visión general sobre la historia política de México Antonio Fuentes Flores 1 Portada: Personaje-Paisaje, 1972 Gunther Gerzso Contenido: Prólogo, Capítulo I Los orígenes, Las dos vertientes: Los olmecas, Los tartesos, Los zapotecas, Los fenicios, Los mayas, Los griegos, Teotihuacan, Los cartagineses Los romanos, Los Toltecas, Los visigodos, Los árabes, Mexicas y españoles Los mexicas, Los españoles, CAPÍTULO II La fusión La conquista de México, El periodo novohispano, CAPITULO III La independencia y el Estado mexicano, La República, La dictadura, CAPITULO IV La revolución, El sistema político unipartidista, Lázaro Cárdenas, Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, José López Portillo, Miguel de la Madrid Hurtado, Carlos Salinas de Gortari, 2 CAPITULO V Transición hacia la democracia, Ernesto Zedillo Ponce de León, El paréntesis de Fox, Las elecciones del 2006, Los primeros años de Felipe Calderón La crisis de los partidos políticos, La inseguridad y el crimen organizado, Las potencialidades de México, Renovación de la sociedad, La reforma del Estado, El futuro, Entorno mundial y globalización, La gran oportunidad, Epílogo, Bibliografía, D.R. Copyright. Todos los derechos están reservados legalmente, prohibido su reproducción total o parcial con fines comerciales, sin autorización por escrito del autor. ISBN 978-607-00-4923-1 ANTONIO FUENTES FLORES MÉXICO y su REALIDAD Segunda edición: Una visión completa de México desde sus orígenes, su presente y su futuro. 3 PRÓLOGO MÉXICO Y SU REALIDAD, En su segunda edición, actualizada al 2013 Actualiza a la versión inicial de México y su Realidad y se ha aprovechado para corregir algunos textos y hacer algunas precisiones o aclaraciones que faltaban. Y sigue siendo la síntesis de una visión desde sus orígenes, su presente y su proyección a futuro. El análisis inicia desde el surgimiento de las dos vertientes culturales que alimentaron y dieron origen a la cultura mexicana, la mexica y la española; hace más de 3,500 años, 1,500 años antes de Cristo hasta nuestros días con el comienzo del actual régimen de gobierno 2013-2019. El conocimiento general de cómo ha surgido México es una aventura increíble y digna de conocer, que se disfruta a cada momento. El solo hecho de poder tener el conocimiento mediante una visión completa, en cuanto a los aspectos verdaderamente trascendentes en la vida del país, aunque sea de manera muy breve, esquemática y mediante un muestreo, seleccionando los hechos; ayuda considerablemente para la visión de conjunto en el tiempo y en el espacio. Porque el objetivo principal de este trabajo es tratar de encontrar aquí las respuestas necesarias para poder entender cabalmente la realidad de México y su potencial en el siglo XXI. Para poder entender a México, su cultura y su gente; haremos un muy rápido recorrido por los orígenes de México como nación, analizando las dos raíces culturales en forma sucinta y con la misma profundidad en el tiempo. Esta primera etapa es de un poco más de 3,000 años. En éste capítulo iremos saltando en el tiempo y en el espacio para analizar los acontecimientos más notables y trascendentes tanto en el ámbito europeo como en el americano, analizaremos brevemente a las diferentes culturas de Occidente que han contribuido a la cultura universal, y a las culturas mesoamericanas que también han aportado lo propio. En esta parte el análisis se hará en forma descriptiva y esquemática. Así podremos, por ejemplo, apreciar la influencia de la cultura romana en Hispania y valorar al mismo tiempo el desarrollo de la cultura teotihuacana en América. Todo esto nos llevará a reconocer una serie de ricos y variados matices que quedaron plasmados en la impronta de la cultura Mexicana. Y que tiene muy poco que ver con la tragedia que hoy vive México y lo que reflejamos. La segunda etapa, de un poco más de 300 años, corresponde a la época novohispana, que incluye a la Conquista, que se realizó en un poco 4 más de 2 años (increíble pero así fue), y a la fusión cultural que se dio de 1521 a 1821. Este es el periodo que revisaremos en el segundo capítulo y que comprende: la conquista hasta el cautiverio de Cuauhtémoc, el proceso llamado novohispano y las encomiendas, la lucha por la independencia hasta la firma del Tratado de Córdoba, entre Agustín de Iturbide y Don Juan O’Donojù, quien era equivalente en su cargo a un virrey, por lo que fue considerado como el sexagésimo segundo y último virrey de la Nueva España, dando fin a al proceso por la independencia de México. Este periodo colonial es de gran importancia porque aquí se dio el choque cultural entre las raíces, la indígena y la europea, que da lugar a la formación de una nueva cultura: la mexicana. El capítulo tercero corresponde a la época de la independencia y a la fundación del Estado mexicano, con una duración aproximada de 89 años. Aquí revisaremos el nacimiento de la República; analizaremos brevemente las intervenciones extranjeras de los Estados Unidos y Francia, pasando por el conflicto interno de la guerra civil en México entre liberales y conservadores, motivado principalmente por el proceso de separación de la Iglesia del Estado mexicano, terminando así con el concepto de Estado confesional que había prevalecido desde el imperio romano en la estructura política del mundo occidental; dando así paso al Estado laico en México (ya un poco tarde) con la restauración de la República. Terminaremos este periodo con la perversión del Estado mexicano por la dictadura, a través del Porfiriato, principalmente. El capítulo cuarto se enfoca en el México del siglo XX. Aquí asistiremos al proceso llamado revolucionario, iniciado a principios de ese siglo, al establecimiento y consolidación del sistema político mexicano unipartidista, su influencia y efectos, llegando hasta el México de fin de siglo. A partir de la presidencia de Lázaro Cárdenas, se apuntarán brevemente las características más representativas de cada uno de los regímenes presidenciales de gobierno. Analizaremos algunos de los grandes acontecimientos de esta época como la represión popular de 1968-71, el fraude electoral de 1988, el surgimiento del EZLN en 1994, y el arribo al poder de un partido de oposición, por primera vez al termino del siglo, sus “líderes” y cómo traicionaron las esperanzas del pueblo de México. En el quinto capítulo abordaremos la época actual y apuntaremos la prospectiva de México en el siglo XXI, esto es, el presente con miras al 5 futuro. Se analizará el proceso de transición hacia la democracia en las postrimerías del siglo XX, iniciando con el Presidente Ernesto Zedillo hasta llegar Vicente Fox, las elecciones del 2006, el régimen de Felipe Calderón Hinojosa, las elecciones del 2012 y el inicio del régimen de Enrique Peña Nieto. Revisaremos, en forma general, el México actual con toda su complejidad interna y la provocada por el entorno internacional dentro del proceso de globalización. Haremos un análisis de la problemática y sus posibilidades de solución en el tiempo, sin descuidar el entorno internacional, la crisis energética provocada por el cuestionado abatimiento de las reservas petroleras en el mundo y el caso de desarrollo sui generis planteado por China. Propondremos escenarios para el futuro de acuerdo al cúmulo de amenazas y oportunidades que ofrece para México el siglo XXI, por su ubicación estratégica, el proceso de globalización, las tendencias que se están dando a nivel global y la circunstancia que se vive. Todo lo aquí dicho, está debidamente sustentado con información y datos que tratan de reflejar la realidad que ha vivido México en sus diferentes etapas de la manera más objetiva posible. Sin embargo también el autor expondrá su manera particular de interpretar los mismos hechos, haciendo algunas calificaciones, por supuesto en forma subjetiva y a manera muy personal por lo que desde ahora ofrece una disculpas si en algunos casos estos comentarios reflejan en demasía las fobias y filias propias del autor, y muchas veces la “rabia” por una situación injusta. El presente ensayo es eso, nada más. Y por supuesto no pretende ser una historia de México, aunque en la toque, la comprenda. Los hechos clave más relevantes han sido tomados de las fuentes de los mejores tratadistas de la historia de México, dando el crédito correspondiente cuando se han tomado textos. Los diferentes hechos son descritos en forma amena, con la seriedad requerida, y a lo largo de todo el contenido, algunos de los factores, tanto internos como externos, que los han determinado son señalados. Trataré de mostrar cómo han venido actuando los mexicanos a lo largo del tiempo en función de los acontecimientos mismos y de su propia interpretación de la realidad, con sus diferentes concepciones que se dan a través de la mezcla heterogénea de su población, lo cual le otorga a México una idiosincrasia y una identidad cultural sui generis que también aquí quedará implícita. El futuro que nos espera, lo analizaremos a partir del proceso de crisis con el que iniciamos el milenio y en función de la realidad actuante e 6 irreversible de la tendencia a la globalización en el mundo. Haciendo énfasis en el error de concebir el desarrollo de la naciones midiéndolo únicamente por su crecimiento económico (PIB), sin tomar en consideración o suponiendo como un hecho conjunto y consecuente; el desarrollo social y el concepto de calidad de vida para todos. Apuntaremos factores con los que deberá actuar México, no sólo para no ser rebasado y perjudicado, sino para poder sacar beneficio a su ubicación estratégica, potenciándola al máximo para superar la crisis por la que atraviesa y aprovechar su enorme potencial. Para finalizar, concluimos con un epílogo en donde se podrá percibir, cómo los diferentes acontecimientos que vivimos en la actualidad, encuentran su explicación como consecuencia de procesos anteriores. Lo importante en realidad es llegar a comprender cómo se puede conformar una plataforma lo más solida y realista posible para el futuro despegue de México en su renacimiento, ya inaplazable. Antonio Fuentes Flores San Pedro Garza García, Nuevo León marzo 2013 7 Nuestra imagen actual, David Alfaro Siqueiros CAPITULO I LOS ORÍGENES 8 1.- ANTECEDENTES GENERALES El origen del hombre americano se encuentra fuera del continente. De acuerdo a las investigaciones antropológicas pobladores provenientes de los actuales territorios de Mongolia, China, Siberia, Japón Corea y personas de más al sur de Asia, llegaron a través de las diferentes migraciones por los territorios congelados de lo que hoy es el Estrecho de Bering. Las mismas investigaciones señalan que estos flujos migratorios iniciaron hace un poco más de 30,000 años en el periodo interglaciar que registraba variaciones o cambios climáticos muchas veces con climas parecidos a los actuales, lo que propició el flujo migratorio cuando todavía era posible hacerlo caminando de continente a continente; posteriormente se dieron probables expediciones náuticas, tanto por lo que hoy es el Océano Pacífico como por el Atlántico, por supuesto en menor escala, de tal manera que desde hace 20,0001 años ya existían vestigios claros de la actividad del hombre en América. La historia de la humanidad es la historia de sus migraciones; éstas se han dado siempre por el afán de búsqueda, de superación, muchas veces de supervivencia, y también por la necesidad de descubrir y encontrar “la tierra prometida”. Las actividades de caza y recolección para la supervivencia de los seres humanos, tanto en Europa como en América, se prolongarían por miles de años. En América, entre los 7,000 y los 5,000 años a.C., se dio un cambio fundamental al surgir la producción agrícola con el cultivo del maíz en el valle de Tehuacán, además de algunas otras especies como el chile y la calabacita. En la península Ibérica sucede lo mismo con el cultivo del trigo, en donde con anterioridad tribus indoeuropeas y algunas procedentes del norte de África se habían asentado ahí y hace aproximadamente 15,0002 años crearon los maravillosos vestigios que significan las espléndidas pinturas rupestres de Altamira, mitad abstractas y mitad figurativas. Tres mil años antes de la fusión que dio origen a la cultura mexicana, las dos culturas inician su gestación. Por una parte, la cultura mexica se nutre y asimila lo más trascendente de las culturas mesoamericanas,. Por su parte, la cultura española es el resultado de una serie de influencias y mestizajes étnicos y culturales que tienen lugar en la Península Ibérica, partiendo 1 Paul Rivet, Los orígenes del hombre americano (México: Fondo de Cultura Económica) 68. 2 Rafael Altamira, Historia de la civilización española (Madrid: Instituto de Estudios Juan Gil-Albert, Crítica, Grijalbo) 70. 9 desde la base de sus primeros pobladores, principalmente tribus indígenas indoeuropeas, ibéricas y celtas que reciben la influencia cultural de múltiples colonizaciones. La vida de México se desenvuelve a través de las grandes etapas de su historia, y ésta siempre ha sido y seguirá siendo afectada y determinada por factores tanto internos como externos, los cuales se conjugan para dar una sinergia que determina los acontecimientos y al final los hechos que van conformando la historia misma. Entre más profundas sean las raíces históricas de un pueblo, más carácter y personalidad tiene éste, lo que se refleja en las costumbres y tradiciones que lo distinguen para definir una manera de ser propia, una cultura sui generis, como lo es la cultura mexicana. Los antecedentes de México como nación tienen profundas raíces que calan hondo en el tiempo y en el espacio americano y europeo. Las dos grandes vertientes, la americana y la europea, coinciden en profundidad en el tiempo y nos remontan hasta 3,500 años antes de nuestros días, cuando cada una inicia la alimentación cultural. En el espacio americano, el desarrollo cultural se da en Mesoamérica3, la parte central de América en donde nacen y se desarrollan las culturas que alcanzaron mayor grado de avance, sofisticación y esplendor. Hacia el 1,5004 a. C. surge la primer civilización de importancia: la olmeca; ésta influye en los zapotecas y en los mayas, influencia que da pie a una simbiosis cultural que involucra principalmente a los huastecos, los teotihuacanos, los toltecas y las culturas del Anáhuac hasta llegar a los mexicas. México-Tenochtitlan, fundada por los aztecas en 1325, nace así teniendo como base una cultura ecléctica, alimentada y determinada con la esencia de las culturas mesoamericanas. Probablemente el fundador de México-Tenochtitlan haya sido el sacerdote Tenoch, a quien también probablemente deba su nombre la gran metrópoli. Después del dominio teocrático de éste, según el consenso de los historiadores y antropólogos especializados en la cultura mexica, el primer señor de los mexicas fue Acamapichtli, un descendiente del “desposeído rey de Culhuacán”, a su vez descendiente directo de la nobleza tolteca; el segundo fue Huitzilihuitl, hijo de Acamapichtli, quien se casa con la hija de Tezozómoc, el señor de los tepanecas, Rey de Azcapotzalco, el más importante y aguerrido del valle de 3 Término utilizado y propuesto por el maestro Paul Kirchhoff. 4 Según Jacques Soustelle, Los olmecas (México: Fondo de Cultura Económica) 14. 10 Anáhuac. El tercero fue Chimalpopoca, hijo de Huitzilihuitl y nieto de Tezozómoc. Existe la hipótesis de que posiblemente Chimalpopoca haya sido ejecutado a la muerte de Tezozómoc su abuelo por un aparente acto de tibieza o cobardía, frente a Maxtla, su tío, líder de los tepanecas de Azcapotzalco. Como sucesor de Chimalpopoca sube al trono Izcóatl, el hijo de Acamapichtli, y, aconsejado por Tlacaelel, —un personaje de gran influencia política entre los mexicas—, establece lo que sería el principio de la consolidación de la hegemonía del Imperio Mexica: la Triple Alianza, conformada con Netzahualcóyotl, de Texcoco, y Totoquihuatzin, de Tlacopan. Izcóatl es sucedido por Moctezuma Ilhuicamina quien también, ayudado y asesorado por Tlacaelel, consolida la hegemonía mexica en el valle, lo que más tarde haría surgir al imperio mexica. Le sigue su nieto Axayácatl, gran conquistador que manda labrar la Piedra del Sol (El Calendario Azteca) para la inauguración del Templo Mayor. Le sucede su hermano Tizoc. Posteriormente sube al trono el hermano de ambos, Ahuitzotl, héroe de mil batallas. Él es quien expande a su mayor extensión el imperio mexica al cubrir propiamente todo Mesoamérica. Este es sucedido por su sobrino Moctezuma Xocoyotzin, hijo de Axayácatl. Cuando Moctezuma Xocoyotzin muere5 por una lesión en el cráneo ocasionada por un guijarro lanzado con gran fuerza desde una de las hondas de su propia gente, lo sucede su hermano Cuitláhuac, quien muere contagiado de viruela, padecimiento que, junto con el tifo, la tosferina y el sarampión, fue una de las terribles enfermedades que llevaron consigo los españoles a América y contra las cuales los organismos de los indígenas no tenían defensas. Cuitláhuac previamente se había declarado en franca rebelión contra los españoles y su propio hermano. Cuando muere Cuitláhuac, los nobles eligen al hijo del gran Ahuitzotl: a Cuauhtémoc (águila que desciende), último emperador mexica, cuyo significado de su nombre fue un presagio del fin que tendrían él mismo y su imperio. Más adelante veremos con mayor detenimiento este proceso. Las raíces europeas de México se ubican en lo que los helenos denominaron Iberia, que es derivado del término griego iber , nombre del río más largo de España, el río Ebro, que nace en lo que hoy es Cantabria, y desemboca en el Mar Mediterráneo. La actual Península Ibérica, incipientemente poblada (1,500 a. C.) por tribus indoeuropeas y por los 5 De acuerdo a la descripción hecha por Bernal Díaz del Castillo en Historia verdadera de la conquista de la Nueva España (México: Fernández, 1961) 291; y por Hugh Thomas, La Conquista de México (México: Patria) 450. 11 iberos, a quienes algunos antropólogos señalan como autóctonos, mientras otros ubican su origen en el norte de África. Esta cimiente humana fue reforzada más tarde a partir del siglo VIII a. C. por migraciones de grupos humanos de cultura celta provenientes del norte de Europa. En las últimas etapas de la Edad de Bronce, se da la cultura de los Castros, ligada con tribus celtas en el Norte, y la cultura del Argar al Sur. Y en el estuario del Guadalquivir encontramos al reino de Tartesos --parte mítico, parte histórico— y como en América, también en Europa se inicia una sinergia cultural ocasionada por las colonizaciones y conquistas de culturas europeas, asiáticas y africanas. En las postrimerías de la última dominación, la de los árabes, y al final del período llamado de los reinos de Taifas, estos se concentraban en el sur de la Península Ibérica. Mientras tanto en el norte la población autóctona se encontraba dividida en varios reinos, principalmente el de Portugal, el de Castilla y León, el de Navarra y el de Aragón que, junto con el de Sicilia, abarcaba hasta el sur de Italia. Para consolidar la hegemonía política y lograr la unidad que sería decisiva para la Reconquista fue necesaria la unión de dos personas: Isabel de Castilla y León (1474-1504) y Fernando, Rey de Sicilia (1479-1516), ambos de la dinastía Trastámara. Ésta unión conformó un verdadero liderazgo bicéfalo que, por disposición del Papa Alejandro VI, se les conocería como “los Reyes Católicos”; además, para enfatizar la igualdad de los monarcas, se acuñó la frase “tanto monta, monta tanto”. De este matrimonio nacen: • el Infante Juan, primer heredero a la sucesión pero fallecido en 1497. • Isabel, casada con el príncipe Alfonso de Portugal, al morir éste, contrae matrimonio con el hermano de Alfonso, quien sería rey de Portugal, don Manuel el Afortunado. Con éste procrea un hijo, Miguel, que se convierte en el heredero directo de los reinos de Portugal, Castilla y Aragón. Isabel muere en 1498 y, en seguida de ella, su pequeño hijo Miguel. • Juana de Trastámara, a quien por su propensión a la inestabilidad emocional la llamarían Juana la Loca, casada con Felipe de Habsburgo, llamado también el Hermoso, hijo del emperador Maximiliano I de Habsburgo. • María, quien después se casa con Manuel I de Portugal. • Catalina de Aragón, quien se casó con Enrique VIII de Inglaterra. Juana de Trastámara se convierte en princesa heredera directa de los reinos de Castilla y Aragón, y por su parte, Felipe de Habsburgo se 12 convertía en heredero directo, por parte de su madre María de Borgoña, de las 12 provincias del círculo de Borgoña y, por lo tanto del Sacro Imperio Romano Germánico, que incluía a los Países Bajos y, por parte de su padre, el mismo imperio ya mencionado y el Archiducado de Austria. Una mezcla que traía en sí un potencial de poder único en esa época. Juana y Felipe procrearon seis hijos, cuatro mujeres y dos varones; de los varones el mayor fue Carlos de Gante, seguido por Fernando de Alemania. Carlos, llamado también Carlos de Habsburgo y Austria, nació el 24 de febrero de 1500 en Gante. De esta manera nacía con el siglo el que sería Carlos I, rey de Castilla y a su vez Carlos V, emperador de Alemania. No fue una tarea fácil consolidar el inmenso poder en torno a Carlos V; hubieron de ser zanjadas infinidad de vicisitudes. Tanto Isabel como Fernando, en diferentes momentos, y antes de sus respectivas muertes, designan como reina de Castilla y Aragón a su hija Juana, pero por una extraña coincidencia o la clara conciencia de ambos sobre la posible incapacidad de la hija, establecen que; ante el impedimento de Juana para gobernar, el poder pasaría a su hijo Carlos. Esto dio margen a que, aprovechando los antecedentes de desequilibrios emocionales y hasta cierto punto patológicos de Juana y la circunstancia de la muerte prematura de Felipe el Hermoso, se marginara a la soberana y, al etiquetarla como “la loca”, se llegara hasta recluirla en el Real Monasterio de Santa Clara, en Tordesillas. De este modo, el hijo usurpa de hecho el poder y asume un doble reinado a todas luces ilegal, pero necesario y conveniente para él y para sus allegados de Flandes. En septiembre de 1517 desembarca en la costa asturiana, concretamente en el puerto de Tazones, cerca de Villaviciosa, Carlos de Habsburgo. Sus primeras actuaciones en territorio castellano estuvieron encaminadas a obtener la ratificación de su condición de soberano. Y, en efecto, las Cortes de Valladolid, en febrero de 1518, juraron a Carlos como rey de un territorio que ya tenía por reina a Juana por ellos mismos reconocida. Madre e hijo, pues, eran aceptados conjuntamente como Reyes de Castilla, hecho insólito que solo la incapacidad y el retiro de la reina Juana contribuirían a resolver sin mayores complicaciones 6 . A la muerte del rey Fernando, este dejó establecido que hasta la llegada de Carlos a España, asumirían las regencias de Castilla y Aragón, respectivamente, el Cardenal Cisneros y Alfonso de Aragón. La nacionalidad mexicana surge de la mezcla de estas dos grandes, diferentes y evolucionadas culturas: la mexica y la española. Los mexicanos actuales somos en cierta parte mestizos étnicamente; sin embargo, se puede asegurar que la totalidad somos cuando menos mestizos 6 Emilia Salvador Esteban, Carlos V, Emperador de Imperios (Navarra: EUNSA, 2001). 13 culturalmente hablando. Este mestizaje cultural da principio a una cultura nueva, con características y personalidad propia, diferente a las dos que la originaron. México surge de dos ámbitos muy distintos, que en su época (Siglo XVI) estaban en su pleno apogeo cultural y de ejercicio del poder: el imperio mexica de Moctezuma Xocoyotzin dominaba Mesoamérica, en donde estaban concentrados la mayor parte de los reinos con culturas desarrolladas y avanzadas en forma notable; del Pacífico al Golfo de México y del centro de México hasta Centroamérica. En el imperio de Carlos V de Alemania y I de Castilla, se decía que por lo extenso de sus dominios, el sol no se ponía nunca; sus territorios conformaban la potencia hegemónica del Viejo Mundo. Con todas sus virtudes y vicios, ambas culturas comienzan a nutrir la simiente de la cultura mexicana. Enmarcadas por una gran sofisticación en materia ritual y ceremonial, ambas partes mexica y española, más que chocar, en un principio se estimulan y complementan. El sagaz sentido diplomático y la formalidad legalista de Cortés, por una parte, y la actitud prepotente e intimidatoria ante los cempoaltecas por parte de los emisarios de Moctezuma Xocoyotzin, por la otra; se reflejan todavía en los matices del actual sistema político mexicano. Desde un principio se practica el manejo sutil del poder; es de particular interés ver cómo Cortés se las ingenia para sacudirse la dependencia de Velázquez —quien lo había enviado a la expedición que llegaría a las costas de México— sin transgredir la ley y recibir el poder supremo con el nombramiento de “Capitán General y Justicia Mayor”, que le otorgarían por unanimidad los miembros del Ayuntamiento de la Villa Rica de la Veracruz, a quienes él mismo había designado y ante quienes previamente había renunciado como lugarteniente de Diego Velázquez de Cuéllar, Gobernador de la isla de Cuba, lo que lo hacía ahora depender directamente del rey de Castilla. Martillazos al acero de la nacionalidad mexicana en la fragua de la historia, fueron los hechos notables que se dieron por ambas partes, tales como la inutilización de las naves que traía consigo Cortés al llegar al continente, a vastísimas tierras desconocidas de un reino dominado por el temible Imperio mexica, optando así por un destino sin retorno ("ni un paso atrás"), y la resistencia tenaz de Cuauhtémoc, “el joven abuelo"7 , acompañado siempre por la lealtad de Tetlepanquetzal, el señor de Tlacopan, quienes no pudieron ser doblegados ni por el tormento ni por las 7 Llamado así en “La Suave Patria” de Ramón López Velarde. 14 tentaciones del invasor, haciendo honor a su raza y trascendiendo en esta forma al tiempo y al espacio por su indeclinable y heroica conducta. Ambas partes, en su ámbito respectivo, con una gran riqueza cultural, científica y material, con un enorme poderío imperial, monárquico, dinástico y centralista, en donde sólo unos pocos intervenían en las grandes decisiones y en los asuntos relacionados con la sucesión del poder, con costumbres brutales 8 como los sacrificios humanos ofrendados al dios Huitzilopochtli, por parte de los mexicas, y los no menos bárbaros sacrificios humanos también ofrendados por los españoles en nombre de la fe, durante la terrible Inquisición. Mexicas y españoles coinciden, cada cual a su manera, en una concepción mística y guerrera del mundo, en términos generales: los españoles poseían una marcada y contradictoria dualidad espiritual materialista, que fungió sin duda como motor de la conquista; a su vez, los mexicas, un pueblo profundamente guerrero y religioso, ostentaban una férrea disciplina personal a través de la penitencia y el sacrificio corporal, dispuestos siempre a subyugar e incluso, en lo personal, a ser subyugados y a trascender a una vida superior por medio de una muerte digna. Si bien una alianza había hecho fuerte y consolidado la hegemonía política de los mexicas: la Triple Alianza con los reinos de Texcoco y Tlacopan, otra más fue su perdición: la de los españoles con los pueblos sojuzgados por el imperio; primero con los cempoaltecas y luego con los tlaxcaltecas. Aunado esto tal vez al exceso de "cortesía" y espíritu fatalista de Moctezuma Xocoyotzin por la firme creencia en el regreso de Quetzalcóatl; lo que tuvo consecuencias fatales para el Imperio mexica. Moctezuma Xocoyotzin no tuvo como Izcóatl el consejo oportuno y el soporte de un Tlacaelel, el gran Cihuacóatl, quien hubiera cambiado los acontecimientos. Surge así el nacimiento de la nacionalidad mexicana y por ende la gestación de su cultura; un imperio absorbe al otro imperio, pero en este acto y, al final del proceso, se da la muerte misma de los dos, el conquistado y el conquistador y se inicia la metamorfosis que dará lugar a México como nación, en la culminación de esta brutal y dolorosa transfiguración. Podríamos decir que la primera gran etapa de la historia de México, que cubre 3,000 años, termina precisamente cuando se inicia el proceso de 8 Brutales para nosotros en la actualidad porque, en ese entonces, para los mexicas eran parte del ritual teocrático, de acuerdo con su cosmogonía y filosofía, y por supuesto, de acuerdo también a su propia concepción moral. 15 fusión cultural. Éste fue contradictorio; por una parte, se operó una especie de sincretismo religioso, artístico y cultural, en términos generales, pero en términos económicos y sociológicos, el siglo XVI marcó un patrón que deja permanente su impronta negativa en las colonizaciones de los pueblos indígenas étnicamente diferentes al europeo y considerados por estos, comparativamente hablando, con un relativo primitivismo (en el mejor de los casos). Esto no fue privativo solo de las colonizaciones hechas por los españoles, ni tampoco se dio solo en América; lo mismo sucedió con los ingleses, los portugueses, los franceses y todas las potencias europeas imperiales que vieron a los territorios coloniales como el botín al que había que explotar al máximo y, lo que es peor, consideraron a sus pueblos indígenas, en términos generales, sin el menor respeto y como seres inferiores, susceptibles de esclavitud, a los que naturalmente había que explotar al máximo. Esto mismo sucedió en África, Asia y otras regiones con pueblos indígenas que no convenía exterminar, pero no por razones humanitarias, sino meramente económicas: por el beneficio que les proveía la explotación de la mano de obra humana esclavizada. Si observamos bien, los llamados pueblos “subdesarrollados” en la actualidad, se encuentran precisamente integrados por estas naciones indígenas dominadas y explotadas en forma inmisericorde. Tal fue el legado fatal que recibieron de pueblos que se decían religiosos y que siguen cargando como lastre permanente, porque la explotación continua. La diferencia que en cierto modo operó en las conquistas españolas, comparativamente con el resto de las conquistas europeas, fue que el exterminio de indígenas no se dio de forma sistemática como sucedió en otros territorios, en donde el lema que predominaba en la mentalidad de los colonizadores era “el mejor indio es el indio muerto”. Curiosamente en esos espacios conquistados principalmente por los anglosajones se dio otro fenómeno: la explotación del hombre por el hombre no fue tan despiadada como con los pueblos indígenas en la América española por la sencilla razón de que, en cierta forma, la mayoría era de la misma procedencia étnica y por lo tanto se consideraban como iguales. En donde aquello se dio, el desarrollo si no fue justo, sí fue menos dispar. Lo que no sucedía con los naturales en las colonias españolas, a quienes incluso se les llegó, malintencionadamente, a cuestionar su origen humano. Aquellos modelos corresponden a los países más desarrollados actualmente como los EU, Canadá, Australia, Nueva Zelanda etc. Por contraparte, la cultura de la explotación del indígena dejó a estos pueblos marcados para siempre con la 16 pobreza, la ignorancia, la explotación permanente de la mayoría, y la corrupción, como una marca que les fue impuesta, y que soportan como pesados lastres que arrastran hasta nuestros días. la resultante lógica de esta situación injusta es que; por un lado, se da la gran masa desposeída que tiene poco o nada, en un medio en donde la impartición de justicia tiene relación directa con la capacidad económica de los actores y, por el otro, una extrema minoría concentra en sus manos la riqueza y el poder. Estas sociedades, como la nuestra, luchan actualmente con desesperación, aunque con pocos resultados, por sacudirse a sus verdugos, para poder construir una clase media como el antídoto contra el acrecentamiento de la brecha entre los que tienen poco o nada y los que concentran el poder político y económico y disfrutan de privilegios a costa de los demás. Sin embargo, es una lucha a la que no se le ve el final porque en cierta forma siguen prevaleciendo en el mundo las prioridades económicas sobre las sociales y los valores materiales sobre los espirituales. Pareciera ser que a los pueblos indígenas, en el siglo XVI, les había llegado por anticipado el Apocalipsis del que hablaba el apóstol San Juan: con la guerra, el hambre, la peste y la muerte. Para efectos de nuestro estudio, y tratando de encontrar los orígenes de la actual cultura mexicana, analizaremos brevemente a las culturas que alimentaron a cada una de las vertientes básicas que se funden en el siglo XVI, aquí en América, la mexica y la española. Iniciaremos con la primera de las culturas avanzadas que surgieron en Mesoamérica: la de los olmecas. 2.- LAS DOS VERTIENTES LOS OLMECAS Si nos trasladamos en el pasado hasta 1,500 años a. C., podríamos asistir, en la exuberancia de las selvas tropicales de México, en lo que hoy son los estados de Veracruz y Tabasco, al nacimiento de la cultura madre en Mesoamérica: los olmecas, “habitantes de la región del hule”, talladores escultóricos de grandes piedras basálticas monolíticas, productores de cerámica tanto ritual simbólica como de uso práctico y cotidiano, e iniciadores de la teología y cosmogonía mesoamericanas. La belleza y elegancia del monarca de la selva americana, el jaguar, quedó inmortalizada en su teogonía, sus diseños relacionados con este precioso 17 animal, tales como la cabeza, manchas, belfos y garras, los encontramos en su espacio de influencia cultural por todo Mesoamérica. El juego de pelota y su arquitectura monumental, que se desarrolla en forma espléndida, continuaría en las culturas mesoamericanas posteriores pero tuvo su origen entre los olmecas, con hábiles jugadores que golpeaban la pelota de hule macizo en un juego ritual, utilizando sólo las articulaciones, hasta pasarla por el aro de piedra labrada dispuesto en un muro. La influencia del mundo olmeca se extendió por toda Mesoamérica, desde el Golfo de México hasta el Pacífico, y desde el Altiplano hasta Centroamérica; esto conforma ya una verdadera cultura, con importantes asentamientos como La Venta, San Lorenzo, Tres Zapotes, Laguna de los Cerros, en Veracruz y Tabasco, entre los más importantes, extendiendo su influencia y alimentando a otras culturas que la sucedieron en forma inmediata casi en paralelo, como la zapoteca y la maya. Los grandes monolitos de piedra basáltica, las misteriosas cabezas olmecas, son mudos testigos de esta importante cultura que surge en lo feraz de la selva mexicana, se extiende vigorosamente por todo Mesoamérica, dejando su huella impresa con la creación de grandes conocimientos para el mundo americano, tales como la numeración, el calendario, la escritura jeroglífica, etc. Fueron los olmecas los primeros en tallar aquí el jade y las piedras verdes, iniciaron el sistema de estelas como pétreos heraldos de acontecimientos importantes y deidades cosmogónicas, dejaron el jaguar, la víbora de cascabel y la serpiente acuática como deidades relacionadas con la tierra y la lluvia, además de que se puede afirmar que son los iniciadores de la cultura del maíz en América y en el mundo. Como presagio de algo parecido a lo que más tarde se daría en Europa con el coliseo romano, algunas lápidas de Izapa quedaron grabadas con la decapitación de jugadores derrotados en el juego de pelota, costumbre que iniciaron los olmecas. El concepto de Atlante, que posteriormente encontramos en las culturas tolteca y maya, surgió originalmente entre los olmecas. Este pueblo conocía la navegación fluvial y marítima, que practicaban en la región del Pánuco y en los ríos y costas de Mesoamérica, aunque a nivel rudimentario, relativamente hablando, si la queremos comparar con las llamadas, un poco exageradamente, talasocracias del Mediterráneo (por ejemplo la cretense, su contemporánea). 18 Los olmecas tenían profunda veneración por la naturaleza y celebraban ceremonias agrícolas rindiendo culto al maíz, además de que fueron los iniciadores del culto a los muertos. Durante casi mil años, esta cultura madre prevalece en Mesoamérica mientras dominaba y ejercía su hegemonía guerrera y cultural sobre los otros pueblos. Logran su apogeo probablemente en el 1200 a. C., con su expansión por todo Mesoamérica y la construcción de importantes centros ceremoniales, y sobre todo con la amplia difusión de su cultura, que comprende vastos conocimientos científicos, como la observación y registro de la mecánica celeste, la astronomía aplicada a la agricultura, la numeración, la herbolaria medicinal, la expresión artística y religiosa, y el uso y manejo del poder político. En el centro ceremonial de La Venta, en los límites de los estados de Veracruz y Tabasco, situado originalmente en una isla rodeada por el Río Tonal, se observaba la planificación de los espacios con referencia a un eje norte-sur, que después se va a repetir como una constante en el trazo de los centros ceremoniales de las culturas posteriores durante casi tres mil años. Aquí se empieza a manejar por primera vez el talud corto en los montículos de tierra y barro, y también se utilizan columnas monolíticas de basalto, aunque en este caso probablemente para delimitar el patio ceremonial relativamente hundido con relación a los otros basamentos. Los olmecas practican la deformación craneana, misma que adoptarían más tarde los mayas, y la perforación en los dientes, tal vez como elementos de distinción de castas. En las cuevas de Juxtlahuaca y Oxtotitlán, en Guerrero, se encuentran pinturas con símbolos religiosos de la cultura olmeca, como el jaguar y la serpiente. La pintura mural tendrá desde los olmecas un magnífico desarrollo en las diferentes y subsecuentes culturas, con gran expresión de arte policromático descriptivo y representativo de deidades, monarcas, personajes y situaciones o actos trascendentes. Aproximadamente en el año 600 a. C., con el declive de La Venta, se sitúa también la decadencia de los olmecas. Todavía la antropología no ha podido dar respuesta a muchas interrogantes sobre los orígenes de los autores de esta primera gran cultura mesoamericana. De lo que estamos seguros es de que estos habitantes de la región del hule, a través de muchas generaciones, durante más de mil años, extendieron su influencia cultural y política por todo el ámbito mesoamericano, y de que fue esta civilización, junto con la teotihuacana y la mexica, las que logran llevar su influencia a toda Mesoamérica y dejaron su impronta cultural grabada durante un largo proceso que abarca más de tres mil años. 19 El trópico entrañable sostiene en carne viva la belleza de Dios. La tierra, el agua, el aire, el fuego, al Sur, al Norte, al Este, y al Oeste concentran las semillas esenciales el cielo de sorpresas la desnudez intacta de las horas y el ruido de las vastas soledades.9 LOS TARTESOS En el otro espacio, en la misma época del inicio de la cultura olmeca (1,500 años a.C.), la Península Ibérica, formada actualmente por España y Portugal, se encontraba incipientemente poblada por tribus indoeuropeas y, particularmente, por los iberos, asentados en la costa mediterránea sur, eran un pueblo de cabellos oscuros y tez relativamente blanca, tal vez autóctono o bien proveniente de lo que actualmente es Libia, en el norte de África. Más tarde, por el norte y junto al Cantábrico, se inicia la formación de asentamientos de una raza de cabellos rubios y ojos claros: los celtas, pueblo guerrero profundamente ritual guiado por los druidas, sacerdotes que llegaron a realizar también sacrificios humanos. Estos dos grupos fueron antecedidos por los grupos indígenas y algunos de origen indoeuropeo, asentados en el norte. Iberos y celtas, a su llegada a la Península Ibérica, aunque en diferentes épocas y regiones geográficas, se mezclan posteriormente entre sí y con las tribus indígenas autóctonas, dando origen a la simiente humana que se habría de cultivar a través del tiempo con las influencias de las diversas culturas conquistadoras y colonizadoras en las diferentes épocas de la península. En plena Era del Bronce, casi en sus postrimerías, podríamos asistir al nacimiento de la primera cultura urbana en la Península Ibérica, la cultura llamada del Argar, denominada así debido al sitio del descubrimiento hecho por la investigación arqueológica en Almería. Esta cultura nace como consecuencia tanto de la evolución de la cultura megalítica como de la necesidad de desarrollar la incipiente tecnología metalúrgica que, con la aleación del cobre y del estaño, dio 9 “Esquemas para una Oda Tropical”. Fragmento. Carlos Pellicer. 20 origen al bronce, y con esto a toda una etapa cultural e histórica con asentamientos permanentes. La cultura del Argar se extiende por toda la Península, con algunas ramificaciones al resto del continente. De igual forma, surge en el norte la cultura de los Castros. La necesidad industrial de obtener estaño para fundirlo con cobre y obtener bronce “originó un fuerte movimiento comercial que enriqueció a los pueblos navegantes encargados de transportar las materias primas de la metalurgia; el mundo del bronce, en su deseo de sentar las bases de una mejor organización económica, conoció las primeras luchas por la posición de mercados y materias primas, y así arribaron a las costas de España las naves de la potente talasocracia cretense en busca de cobre y de estaño, dando lugar al nacimiento en Andalucía del imperio tartesio.”10 Juan Maluquer de Motes nos dice11: “El desarrollo de la cultura argárica es paralelo a la cultura micénica. De introducirse estos sufijos en este momento, Tartesos habría llegado al Occidente en la época de la cultura del Argar, es decir, a mediados del segundo milenio a. de J.C.”. En 1500 a.C. se dio la erupción de Santorini (que se encuentra a 160 km. de Creta) y con ella el fin de la civilización minoica, a partir de aquí los griegos dominarían el Mediterráneo. Con muy pocas pruebas por parte de la investigación arqueológica, pero con suficientes citas históricas de las diferentes fuentes, Tartesos probablemente es la primera monarquía en la Península, mencionada en algunos pasajes del Antiguo Testamento en donde se le denomina Tarsís. 12 La cultura de Tartesos surge en lo que hoy es Andalucía, en el estuario del Guadalquivir, envuelta en lo mítico y lo portentoso, como síntesis de la influencia de las grandes culturas del mediterráneo; cretenses, micénicos, fenicios, y griegos focenses debieron enriquecer con sus contactos la cultura indígena para hacer florecer monarquías como ésta, a la que los escritores griegos como Hesíodo y Estrabón le atribuían “portentosas magnificencias”. 10 Texto de la Historia de España, escrita por el maestro Don José Manuel Lozano Fuentes, Doctor en Filosofía y Letras y Catedrático de la UNAM. Pág. 31. 11 Juan Maluquer de Motes, Tartessos: la ciudad sin historia (Barcelona: Destino, 1990) 67. 12 Salmos 72:10; Isaías 2:16, 23:1; Génesis 10:4; Ezequiel 10:8; Jonás 1,2,3. 21 Se dice que en Tartesos existieron tres dinastías míticas y una histórica. La primera dinastía corresponde al primer monarca de Tartesos, Gerión. De éste se decía que era un ser de tres cabezas; Hesíodo, en el siglo VII a.C., menciona el carácter tricéfalo del personaje. Sin embargo, esto debe haber sido una descripción en cierta forma metafórica, ya que Alfonso X el Sabio, en su General Estoria, señala el dominio de Gerión sobre tres reinos, esto es, ser cabeza de tres comunidades. Alfonso X señala a Gerión como el primer rey que hubo en España, y narra la llegada de Hércules al Peñón de Gibraltar y Cádiz, donde coloca pilares o columnas a manera de mojoneras, conociéndose esta región desde ese entonces como las “Columnas de Hércules”. Éste se enfrenta a Gerión y lo vence. De la primera dinastía sólo conocemos a Gerión, monarca de los tartesos, y a su nieto Norax, monarca también de los mismos, que emprendió una expedición colonizadora a la isla de Cerdeña, donde funda una ciudad que lleva su nombre: Nora. En la segunda dinastía de los reyes tartesios conocemos dos nombres, el del rey Gargoris y de su hijo Hadis. La última dinastía, que es la que podríamos llamar histórica, debe haberse iniciado en el siglo VII a. C. y no se conoce sino el nombre de un monarca hasta finales de dicho siglo, que fue el de Argantonio, de quien Herodoto decía que había vivido 120 años. Este fue probablemente el último monarca de los tartesos. El reino tartesio abarca desde finales del segundo milenio hasta mediados del primero. Su origen data desde mediados de la Edad de Bronce y su final se sitúa en la dominación de la Península por los cartagineses. La riqueza de los tartesos se fundamentaba en la minería, en la metalurgia, en la explotación de la plata, del estaño que traían del norte, del plomo, del oro y en la fabricación del bronce. Las salazones de pescado y la agricultura eran también parte fundamental de la economía tartesia. Por otro lado, se le atribuía una sofisticada expresión artística. Probablemente por esos tiempos, surgen en la Península los orígenes de lo que sería la fiesta brava, culto festivo a los toros seguramente transmitidos por los cretenses, que muy posteriormente y, con los ejercicios ecuestres de los árabes a base de la pica de toros bravos, y después de una necesaria y larga evolución, pudo haberse convertido en las actuales corridas de toros, en la fiesta brava. A los tartesos se les señala como los inventores de la apicultura, la agricultura y del dictado de las primeras leyes. En la Biblia, Ezequiel, al referirse a la Elegía sobre Tiro, dice: 22 “Tarsis traficaba contigo porque en ti había abundancia de toda suerte de riquezas: con plata, hierro, estaño y plomo pagaban sus mercaderías.” Se dice que era tanta la abundancia de plata en Tartesos, que al conquistar los cartagineses la Turdetania en el siglo III, pudieron comprobar que los indígenas utilizaban la plata incluso para la fabricación de objetos domésticos como toneles y barreños. Toda esta riqueza metalúrgica favoreció irremediablemente al conquistador dentro de la lógica del proceso histórico. La principal riqueza de Tartesos probablemente se debió al comercio con los fenicios en primer lugar, y posteriormente con los griegos; sin embargo la monarquía tartesia dejó de tener interés para los fenicios cuando éstos tuvieron acceso directo a las distintas fuentes de riqueza. Se supone que los gaditanos descubrieron la ruta del estaño que venía de Bretaña a raíz de la gran expedición de Himilcón que con una escuadra púnica exploró minuciosamente las costas atlánticas de la Península. Como el viaje de Himilcón se realizó hacia el año 500 a.C., ésta es la fecha probable que se acepta para la desaparición de Tartesos. La monarquía de Argantonio, último monarca conocido de los tartesos, estuvo muy ligada a los focenses y a la amistad con los griegos. Probablemente esta liga y esta amistad influyeron también considerablemente en la desaparición de Tartesos como reino. La decadencia de los focenses, tras la batalla de Alalia en el año 535 a.C., en la que se enfrentaron contra los etruscos y los cartagineses en lo que hoy es Córcega, tuvo consecuencias funestas para los griegos y consecuentemente para los tartesos. Los tartesos transmiten como herencia la organización urbana de una sociedad estratificada con plena actividad económica, fundamentada en la industria de la metalurgia, en la actividad agrícola y en la existencia de una estructura política de carácter monárquico. Para su desarrollo posterior en la Península Ibérica influyó particularmente la cultura turdetana que se desarrolló en el valle inferior del Guadalquivir. Regresando al continente americano, podemos observar que el proceso de alimentación cultural, mediante la influencia de una civilización en otra, fue una constante tanto en Europa como en Mesoamérica. La impronta cultural olmeca se encuentra en todas las civilizaciones posteriores. De la misma forma, cada cultura subsiguiente influye en las adyacentes o subsecuentes, acumulando una gran riqueza y experiencia que, sin duda alguna, el mismo proceso de culturización va capitalizando. Cabe señalar que, por supuesto, no todo el acervo pasó de una civilización 23 a otra, sin embargo, siempre hubo un residuo que por su importancia y trascendencia fue transmitido. Tras la decadencia de los olmecas, ésta pasó la estafeta cultural principalmente a los zapotecas, en Oaxaca, y posteriormente a los mayas. LOS ZAPOTECAS La cultura zapoteca surge en el 900 a.C. y empieza a florecer en el Valle de Oaxaca, entre los años 800 y 500 a. C. La acrópolis de Monte Albán es una de sus grandes expresiones urbanas. La gran aportación de la cultura zapoteca a las culturas mesoamericanas fue la edificación de la arquitectura en piedra y el tratamiento de edificios y espacios abiertos con grandes extensiones de escaleras, formando grandes plazas (la de Monte Albán tiene 60,000 m2), o explanadas en nivel inferior que nos recuerdan la plaza hundida del centro ceremonial de los olmecas en La Venta. En la acrópolis de Monte Albán, así como en dicho centro ceremonial también los espacios están dispuestos siguiendo un eje norte-sur. En las lápidas de “Los Danzantes”, en el primer edificio importante de la acrópolis se observa una escritura jeroglífica que poco a poco irá perfeccionándose. Las bases del calendario, que servirían posteriormente para un desarrollo mucho más sofisticado en las culturas subsecuentes, entre ellas en la maya; también podrían considerarse como aportaciones zapotecas. Monte Albán se logró desarrollar como una acrópolis ceremonial, política y urbana cuya construcción sólo pudo realizarse gracias a un gran poder político que sojuzgara a otros pueblos tributarios, esto lo comprendemos mejor si consideramos la ubicación de difícil acceso a la ciudad en la acrópolis, la carencia de agua y la necesidad de nivelación de la cúspide para la construcción de la misma. Esta civilización ejerció su dominio sobre grandes territorios de Mesoamérica, en donde podemos observar su influencia cultural. La ciudad llegó a tener miles de habitantes, probablemente miembros de la aristocracia y sus séquitos de servidumbre, dándole así gran relevancia al sitio en donde celebraban rituales con gran esplendor; los habitantes de la acrópolis, acentuaban más su poder hegemónico con el dominio visual que desde la ciudad tenían sobre el hermoso valle de Oaxaca. Sus pinturas murales nos hablan de un pasado místico y teocrático espléndido. 24 La acrópolis fue poco a poco nivelada artificialmente hasta ocupar la superficie actual, dominando a los fértiles y ricos valles de Oaxaca a 2,000 metros sobre el nivel del mar. Como hemos visto, esta ciudad no contaba con agua propia, por lo que es de suponerse que los zapotecas la destinaron, en un principio cuando había poca población, primero como centro de resguardo estratégico para su asentamiento inicial aristocrático, y posteriormente, con el florecimiento de su civilización le otorgaron un carácter ceremonial y mortuorio destinado a los grandes señores zapotecas, a quienes se les edificaron tumbas a través del tiempo. Es de suponerse también que los zapotecas desarrollaron una importante actividad económica, principalmente practicando la agricultura en las fértiles tierras del valle de Oaxaca, en donde utilizaron los primeros sistemas de riego canalizado aplicados a la producción agrícola, heredados de la cultura olmeca en forma más rudimentaria, convirtiéndose éstos ahora en una aportación más a la ciencia agrícola mesoamericana. La investigación arqueológica ha dividido en cuatro etapas el desarrollo de la cultura zapoteca en Monte Albán, para su estudio, llamándole, Monte Albán 1, Monte Albán 2, Monte Albán 3.A, y Monte Albán 3.B. Estas etapas abarcan mil ochocientos años, desde el 900 a.C. hasta el 900 d.C. La cultura zapoteca prevalece durante este tiempo, y transmite la influencia olmeca y la suya propia a las culturas del Golfo, del Altiplano y del Occidente, principalmente, hasta que en el siglo IX de nuestra era, Monte Albán fue ocupada por los mixtecos, quienes limitaron el uso de la acrópolis, en forma exclusiva, a necrópolis. En Izapa, Chiapas, 200 años a. C., y durante 400 años, se desarrollaría una cultura que podríamos considerar como de transición entre la olmeca y la maya. En esta zona “se desarrolla un estilo escultórico en el que sobresalen las lápidas con bajorrelieves, a veces asociadas con altares (zoomorfos) colocados al frente de la plataforma de los centros ceremoniales, costumbre que seguirá con las estelas mayas. En estas lápidas predominan las escenas costumbristas y religiosas sin inscripciones calendarias ni jeroglíficas, pero llenas de simbolismo y conceptos que luego encontramos en culturas más avanzadas. Además de la cultura, Izapa cuenta con una cerámica del período llamado protoclásico, en la que no faltan rasgos como los soportes mamiformes, las vertederas, las molduras, etc. Se hayan también vasijas cubiertas por una capa de estuco, pintadas en colores rosa, amarillo y azul más que bellas, piezas antropomorfas vigorosamente realistas que indican 25 el dominio de la artesanía.”13 La escultura expresada en sus lápidas muestra rasgos definitivamente olmecas y algunos que posteriormente se desarrollaron plenamente en la cultura maya, como es el caso de las estelas. Es importante hacer notar que quizás, por primera vez, aparece aquí el monstruo de la tierra, el lagarto Zipactli. De las culturas mesoamericanas saltaremos ahora hasta la parte más oriental del Mediterráneo, contrastando la magia de estas culturas americanas con el pragmatismo del comercio a ultranza, el comercio como gran vocación de un pueblo que hacía la guerra con el objeto principal de abrir mercados y que mediante el aspecto aparentemente negativo del afán desmedido de lucro, paradójicamente fue el impulsor y el innovador de importantes sistemas de comunicación y grandes descubrimientos, así como el promotor de importantes procesos industriales y comerciales. LOS FENICIOS En el siglo XII a.C., las aguas del Mediterráneo se “tiñen de púrpura” con el predominio marítimo de los fenicios sobre el sistema cretomicénico, a quienes desplazan, convirtiéndose este pueblo de mercaderes, de origen semítico; en la nueva talasocracia que dominaría las aguas del Mediterráneo. Fenicia estaba comprendida por una estrecha franja de territorio en la costa occidental de Siria, frente a la isla de Chipre, resguardada por los montes del Líbano. El poderío de los fenicios en el Mediterráneo se extiende aproximadamente del año 1170 a 700 a. C. Estos grandes comerciantes se convirtieron también en grandes navegantes, heredando la técnica de navegación marina a sus descendientes los cartagineses. Procedentes de Tiro, la gran metrópoli fenicia, al navegar a través de “las islas”14 hacia el Occidente en busca de las columnas de Hércules, los fenicios llegan a las costas de la Península Ibérica, a la que llamarían Ispahán, o Sphan, o Shphán que para ellos quiere decir costa de los conejos o tierra de conejos y también tierras del norte. Probablemente de aquí se derive el nombre de Hispania, que finalmente le dan los romanos a toda la Península basados en el nombre de Ispahán que también usaban los cartagineses (descendientes de los fenicios) al denominar estas tierras y del cual se deriva probablemente el nombre de España. Los fenicios 13 Román Piña Chan, Historia, arqueología y arte prehispánico (México: Fondo de Cultura Económica) 14- 17. 14 Se refiere a las actuales islas de Chipre, Creta, Sicilia, Córcega y Cerdeña, y las Baleares. 26 tienen gran influencia en la monarquía de los tartesios, con quienes se dedican a comerciar, llevando de Ispahán principalmente metales como el oro, la plata, el cobre y el estaño. Dada la intensidad de la actividad comercial, los fenicios necesitaban un puerto que les permitiera atracar sus múltiples naves para comerciar. Aproximadamente 1,000 años a.C. fundan Gadir, después Gades, hoy Cádiz, en territorio de la monarquía de Tartesos, y tienen gran influencia en la Península Ibérica, tanto en los asentamientos del Mediterráneo como en los de la región de Huelva y el estuario del Guadalquivir. La influencia fenicia deja en los indígenas ibéricos grandes conocimientos sobre la navegación, el comercio y la industria, particularmente en lo referente a la metalurgia y a la producción del vidrio. Una de las grandes aportaciones de los fenicios a la cultura universal y particularmente a la ibérica fue el alfabeto, que construyeron por la imperiosa necesidad de comunicación que conlleva la actividad comercial, y del que se derivan muchos de los alfabetos posteriores en el mundo, entre ellos el griego y el latino, éste ultimo uno de los más usados. La antropología ha descubierto restos de la cultura fenicia en ciudades como Algeciras, Málaga, Sevilla, Huelva y por supuesto Cádiz, en donde edificaron un templo a Hércules o Heracles. Cádiz fue el principal puerto desde donde salían y llegaban las mercaderías entre Fenicia e Ispahán o Tartesos. Del pragmatismo y la visión materialista pero muy creativa de los padres del comercio, regresemos ahora a la poesía de las tierras del faisán y del venado, del preciado quetzal por su bello plumaje y del imponente jaguar en los bosques de niebla en donde habita la majestuosa águila arpía con su penacho de plumas blancas y negras. Aquí fue en donde uno de los pueblos mesoamericanos con características étnicas únicas llegó a ser uno de los más prolíficos en cuanto a la construcción de bellas ciudades y centros ceremoniales, uno de los más tradicionales e independientes pueblos de Mesoamérica que tenía un hábitat tan particular y característico que hoy se conoce como el mundo maya LOS MAYAS 27 La cultura del maíz, iniciada por los primeros pobladores de América y por los olmecas, en forma ya sistemática, fue reforzada y continuada por los mayas. La infinita proliferación en el tiempo (durante más de 1,800 años) y en el espacio (más de 300,000 km2) de la exquisita arquitectura de sus centros ceremoniales, con sus magníficos edificios hechos con piedra labrada, soberbiamente diseñados, urbanísticamente bien planificados e inteligentemente integrados al medio ambiente natural, dotados de una gran riqueza espacial y de una armonía que refleja belleza en sus conjuntos, establece un precedente histórico en América y el mundo. El urbanismo y la arquitectura Maya reflejan físicamente las características superiores de esta cultura que supo conjugar el conocimiento científico, la técnica matemática, la astronomía, el conocimiento sensible en expresión de lo bello y su cosmogonía, nacida tanto de la herencia cultural olmeca y zapoteca como de sus propias concepciones, producto de la observación de los fenómenos naturales mediante el profundo conocimiento de la astronomía, (llegaron a calcular el mes lunar sinódico en 29.5 días) y de su propia manera de interpretar la realidad. Esta civilización de gran expresión literaria como el Chilam Blam y el Popol Vuh, debió haber dominado además el arte de la política, de la guerra y de la administración de grandes territorios. Los mayas desarrollaron el sistema de numeración vigesimal, aplicándolo a sus calendarios mediante ciclos astronómicos y rituales; ellos utilizaban dos tipos de calendarios: el solar, de 365 días de duración (haab’), y el ritual, de 13 veintenas, (260 días) (tzolk’in). Ambos calendarios se combinaban a través de la Rueda calendárica de 52 años que posteriormente daría lugar al ritual del Fuego nuevo que practicaban los mexicas. Uaxactún (en el Petén guatemalteco), es uno de los centros ceremoniales más antiguos de la cultura maya, se remonta a unos 200 años a.C. con una posible influencia de Monte Albán. En esta región del Petén, en Guatemala, proliferan los asentamientos y centros ceremoniales mayas, de los cuales se deriva tal vez uno de los más importantes: Tikal, que data de aproximadamente 250 años d.C. Aquí se desarrolla con el tiempo una soberbia arquitectura que podemos apreciar actualmente en sus restos arqueológicos Entre los años 500 y 900 d.C. es cuando se produce el florecimiento máximo de la cultura maya. El inicio ya como una cultura superior perfectamente estructurada, lo podemos situar entre 300 y 200 años a.C., 28 ubicando simbólicamente su final en 1521, con la derrota del imperio mexica y el dominio del imperio español. Cabe señalar que en esta fecha se da el término de todas las culturas que prevalecían en Mesoamérica antes del arribo de los españoles, por el avasallamiento y la destrucción material y documental llevados a cabo por el conquistador como sistema. En el Chilam Blam de Maní hay una profecía sobre la llegada de los conquistadores españoles: en las postrimerías del k’atún trece Ajaw “será arrollado el Itza y rodará Tancah”, describiéndose a los extranjeros como ‘huéspedes barbados’ que vienen del oriente y en cuyas palabras ‘no hay verdad’15. La cultura maya alcanzó arquitectónica y urbanísticamente una producción infinita de gran calidad; sus grandes centros ceremoniales y espléndidos templos construidos en piedra labrada, son restos que pueden admirarse en la actualidad además de Tikal, en Palenque, Uxmal, ChichénItzá y Tulum , entre muchos otros. Existen cientos de sitios arqueológicos más, aún inexplorados. El juego de pelota, los espléndidos espacios exteriores de gran armonía con templos y edificios, el empleo científico de la astronomía y de la numeración que utiliza el concepto del cero16. Todo esto hace de los mayas una de las civilizaciones más sofisticadas de la antigüedad. En la cuenca del río Usumacinta encontramos ciudades como Piedras Negras, Yaxchilán, cuya edificación aprovecha los accidentes del terreno para crear una sucesión de explanadas y acrópolis. Palenque, a 100 Km. de Yaxchilán, tiene un emplazamiento excepcional, situado en las primeras estribaciones de la Sierra de Chiapas, desde donde se dominan las ricas tierras de Tabasco, también cultivadas por los mayas. En Palenque, como en Izapa, Chiapas, en lugar de estelas se tienen lápidas esculpidas delicadamente en alto relieve. Una de estas lápidas, de belleza y simbolismo excepcional, es la de la tapa del sarcófago del Templo de las Inscripciones. 17 Esta lápida es un bloque sólido de 3.79 m de largo por 2.20 de ancho y 25 cm de espesor. Representa al rey Pecal (que es quien estaba dentro del sarcófago) después de su muerte y paso por los tres mundos de los mayas (inframundo, mundo de los vivos y mundo superior o 15 INAH, CALENDARIO MAYA, Colección lo Esencial, ARQUEOLOGIA 16 Aunque es importante hacer notar que la numeración maya no es posicional como la arábiga que a su vez procede de la hindú, donde surge el cero como nosotros lo conocemos. 17 Actualmente se encuentra en el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México. 29 firmamento). Es una lápida ricamente labrada, rematada por un pájaroserpiente, con un árbol de Ceiba en forma de cruz, aderezado en sus extremos por crótalos de la serpiente tradicional y característica de la mitología mesoamericana. En Palenque existe una proliferación importante de templos y mausoleos como el de las Inscripciones. Paul Gendrop 18 nos dice: “aquí es donde se da una revolución en la arquitectura maya, la concepción de un tipo de edificios de doble crujía.” El arte maya presenta varias corrientes estilísticas; podríamos mencionar la de Puuc, la del Río Bec y la de los Chenes, lo cual le da una gran variedad de expresiones a la cultura maya y demuestra una cierta sofisticación y refinamiento en su arquitectura y desarrollo urbano, sobre todo en sus centros ceremoniales. Algunos de ellos como Etzná, Labná y Kabáh son ejemplo de ello. Éste último posee un gran arco carente de adornos situado a la orilla de la ciudad para marcar el paso al sacabe o calzada que une a Kabáh con Uxmal, que es otro centro con edificios de espléndida arquitectura, entre ellos, el impresionante Cuadrángulo de las Monjas, o la Pirámide del Adivino. Aquí existe una sensación de mesura y orden propia del estilo Puuc, no carente de cierta exuberancia. Dentro del proceso simbiótico de alimentación y retroalimentación que se dio entre las diferentes civilizaciones mesoamericanas en el siglo XI de nuestra era, la cultura maya recibe los nuevos alientos de otra casi en extinción, la tolteca, cuya impronta ha quedado plasmada en la gran Chichén-Itzá, con infinidad de templos y edificios como el Templo de Kukulkán, en donde se encuentra el sello mágico del Quetzalcóatl agonizante y redivivo, la deidad tolteca llamada Chac Mool y el jaguar en forma de trono. La exuberante arquitectura de Chichén Itzá, con el Templo de las Mil Columnas, similar al de Tula, el magnífico juego de pelota, la orientación de la pirámide de Kukulkán, para lograr el efecto visual de descenso de la serpiente a través de las sombras proyectadas sobre las alfardas de la escalinata durante los solsticios, la estructuración urbana y la exaltación de sus edificios en el marco de la selva yucateca, con la inconfundible impronta tolteca, nos plantea enigmas indescifrables. La antigua Chichén –Itzá, con influencia del Río Bec, Chenes y Puuc, imprime un renacimiento con la venida de los itzaes y se establece un nuevo estilo maya-tolteca único, que se distingue de la tradición arquitectónica maya anterior. 18 Paul Gendrop, Quince ciudades mayas (México: UNAM, 1984) 30 Mayapán, en la parte septentrional de la Península de Yucatán, sigue reteniendo el control político hasta 1460 y representa la decadencia de la cultura maya. Sin embargo, dentro de esta decadencia, como dice Paul Gendrop, se da un ejemplo brillante y alegre, tal vez por su medio ambiente y el Mar Caribe; Tulum fue un importante puerto comercial maya en el Caribe y probablemente uno de los primeros vestigios de la cultura maya vistos por los españoles en 1518 en la expedición de Grijalva: "Tulum representa una silueta alegre y se organiza en un conjunto armonioso que la selva rodea en tres de sus costados, mientras que en el cuarto son bañados sus acantilados por las aguas color turquesa del Mar Caribe", con playas de blancas arenas, pobladas de hermosas palmeras que al ritmo del paso del viento arrullan a este bello conjunto. Regresando en el tiempo y cambiando al espacio europeo, situémonos esta vez en el extremo oriental de Europa colindante con el Asia Menor. Aquí observaremos brevemente a Grecia, donde se originó el pensamiento filosófico y científico desde antes que los grandes pensadores caracterizaran a la primera gran cultura europea, la griega que, junto a la romana, definiría y representaría a su vez a la futura cultura occidental y sus instituciones políticas. LOS GRIEGOS Antes de que se diera la hegemonía política de Atenas sobre el mundo griego, éste estaba dividido en dos bandos: el de Samos-Calcis y el de Mileto-Eretria. Los foceos, pertenecientes al primer grupo, habitantes de la ciudad-estado de Focea, colonia griega del Asia Menor perteneciente a Jonia, cerca de la isla de Samos, desarrollaron una gran destreza marítima surcando y colonizando las costas del Mediterráneo por medio de la operación de grandes naves de 50 remos, construidas por ellos para largas navegaciones que, unas veces en forma rítmica por medio de los remeros, y otras por medio de velas empujadas por los vientos propicios, cruzaban las aguas azul profundo del Mediterráneo. Con su gran flota, los foceos iniciaron las navegaciones fuera del Mar Egeo en el siglo VIII a.C., lo que les permitió extender sus colonias mediante grandes migraciones hasta el sur de Italia y Sicilia, con expediciones a través de “las islas” hacia el Occidente ampliaron la magna Grecia hasta confines insospechados. Según 31 Herodoto, fueron los primeros en descubrir las costas del Adriático y del Tirreno, Etruria y Liguria. Por descripción del mismo historiador, sabemos que un marino de la isla de Samos llamado Colayos, hacia el año 638 a.C., descubre accidentalmente Tartesos, en la costa ibérica y más allá de las Columnas de Hércules 19. Informada Focea de este descubrimiento, se envía una expedición y, a partir de esta época, y durante más de un siglo, se estableció una fructífera y amistosa relación con Tartesos, de donde llevaban el oro, la plata, el cobre y particularmente el estaño que utilizaban para la producción del bronce en Calcis. A partir del siglo VII a.C., los foceos iniciaron una serie de colonizaciones en el Mediterráneo occidental, movidos por su tradición colonial, por las demandas de espacio para su crecimiento demográfico, y por la seria y constante amenaza de invasión de los persas. Así, fundan Massalia (Marsella) en el año 600, cerca de Liguria. En ese mismo siglo fundan también su centro comercial más importante en la Península Ibérica: Emporión (Ampurias), habiendo sido precisamente los griegos quienes, como ya hemos visto, le dan el nombre de Iberia a toda la península en base al nombre de su río más grande, el río Iber o Ebro. Se atribuye también a ellos las fundaciones de Sagunto, Hemeroskopeión, Callípolis (Tarragona), Tiris (Valencia), Queaclella (Algeciras), entre otras colonias ibéricas. Anterior a esto, según Estrabón, los rodos fundaron Rodhe (Rosas) en la costa de Gerona. Esto sucedió antes de la primera Olimpiada (776 a.C.) y, muy anterior a estas épocas, según la mitología, los griegos vinieron a Iberia y realizaron portentosas hazañas y varias fundaciones a través de Hércules. Alfonso X el Sabio20 nos describe que Hércules vino a Iberia con diez naves: E desque ouo esto fecho, de las diez naues que el troxiera, dexara la una de comienço en Caliz, e leuara las nueve consigo a Galizia; e desi mando que fincassen las ocho alli e quel aduxiessen la nouena; e al logar o ella arribo semeiol que auie y buen logar de poblar, e mando fazer y una uilla, e pusol nombre Barca nona, que quier dezir tanto cuemo la nouena barca; e agora llaman le Barcilona. Desque Hercules ouo conquista toda Esperia e tornada en so sennorio, ouo sabor dir andar por el mundo por las otras tierras e eprouar los 19 El estrecho de Gibraltar. 20 BSH P. Bosch Gimpera. 32 grandes fechos que y fallasse; empero non quiso que fincasse la tierra sin omnes de so linage, en manera que por los que el y dexasse, fuesse sabudo que el la ganara; e por eso la poblo daquellas yentes que troxiera consigo que eran de Grecia, e puso en cada logar omnes de so linage. E sobre todo fizo sennor un so sobrino, que criara de pequenno, que avie nombre por amor del camio el nombre de la tierra que ante dizen esperia e puso nombre Espanna. Aunque los griegos y fenicios coincidieron en un tiempo y se podría decir que coexistieron pacíficamente en el Mediterráneo, los griegos aprovecharon el asedio de los asirios por Nabucodonosor II y el sitio que el Rey de los babilonios impuso a la ciudad de Tiro. Cuando ésta cayó en sus manos, los griegos reforzaron su actividad en el Mediterráneo para ampliar sus mercados y posiciones estratégicas. Sin embargo, con la caída de Tiro, Cartago hereda la hegemonía púnica y el potencial comercial fenicio en buena parte del Mediterráneo, con todos sus intereses en el Occidente, particularmente en Ispahán y su principal asentamiento en Gades. Ante el dominio sobre la costa sur del Mediterráneo, primero por los fenicios y luego por los cartagineses, y particularmente por el establecimiento de sus bases permanentes en Ebussus (Ibiza) y Gades (Cádiz), llegando a controlar propiamente las Columnas de Hércules21, es muy probable que los griegos hayan establecido, como lo sugiere Schulten, una comunicación por tierra con Tartesos a través de un camino que iba desde Mainake, cerca de Málaga, hasta Tartesos. A últimas fechas y, como lo indican los descubrimientos del Carambolo, esta gran ciudad de la primer monarquía ibérica se encontraría situada aproximadamente en una ubicación cercana a donde hoy está Sevilla, o en Sevilla misma. Argantonio, el monarca de Tartesos, fue calificado como filo heleno porque, ante la amenaza de los persas sobre Focea se dice que llegó a ofrecer a los griegos que se establecieran definitivamente en el territorio tartesio, lo que nunca sucedió, porque cuando Ciro conquistó Jonia y destruyó Focea, sus habitantes huyeron en sus naves hacia Alalia, la colonia que habían fundado en Córcega en el 545 a.C, y de ahí fueron dispersados por la liga de los etruscos y cartagineses, quienes sentían 21 33 amenazados sus dominios en el año 535 a.C. Para esta fecha ya probablemente había muerto Argantonio. El acoso de los persas a los griegos se prolongaría durante el inicio del siglo VII hasta el VI a.C., y con posteridad a estas fechas continuó manteniéndose por varios siglos la comunicación y la influencia cultural griega sobre la Península Ibérica, en forma directa y posteriormente en forma indirecta, durante el imperio romano. Todas las colonias fundadas por los helenos en las costas de Iberia actuaron como embudos que recibían del mundo griego la influencia cultural y la transmitían al resto de la Península, difundiéndose y asimilándose en todo el territorio. Así Herodoto pudo haber sido fuente primigenia de los primeros historiadores ibéricos, la geografía de Estrabón seguramente ilustró a muchos de los navegantes y viajeros de Iberia, La Ilíada y La Odisea de Homero empezaron a nutrir la imaginación ibérica con su poesía épica. El pensamiento socrático y la integridad del filósofo pudieron ser conocidos a través de los diálogos de Platón. Y la Academia de éste último, a través de la teoría de las ideas y su pensamiento científico y filosófico, debió haber influido en el pensamiento peninsular. Los trabajos y los días de Hesíodo, y su descripción de la actividad cotidiana en el campo, debieron haber transmitido seguramente, a través de algunos estudiosos, el detalle de la cultura helénica y la gran estima que se tenía por la rectitud y el trabajo, como actividad digna y dignificante, así como el conocimiento de sus dioses y la adopción de su teogonía. La experiencia recogida de los lidios en el siglo VII a.C., con la acuñación de monedas, llegó directa y actuante a Iberia a través de los griegos. El conocimiento astronómico de los babilonios y la geometría egipcia llegaron a través del conocimiento científico de Tales, oriundo de Mileto, físicomatemático jonio que descubrió el electrón frotando el ámbar, lo que le permitió establecer los principios de la electricidad y el magnetismo. Aunado todo esto al enorme conocimiento matemático de Pitágoras, sirvió considerablemente en los incipientes científicos de Iberia. La filosofía aristotélica pudo haber fluido como si un peripatético del estagirita estuviera en cada una de las colonias ibéricas del Mediterráneo. Las hazañas guerreras de Milíciades y Temístocles debieron inspirar a los guerreros de Iberia. El teatro de Esquilo, Sófocles y Eurípides llegó para quedarse y enriquecer el espíritu del pueblo. Hipócrates y su teoría de la medicina seguramente fueron ejemplos a seguir en el inicio del conocimiento de la ciencia médica. Protágoras y su sistematización de la 34 lengua griega, mediante el establecimiento de las primeras reglas gramaticales, deben haber ejercido su influencia en la expresión de las lenguas futuras. Indudablemente el Partenón de Ictino el Arquitecto y de Fidias el Escultor, debieron inspirar el concepto de belleza y armonía arquitectónicas que tanto habrían de influir en la cultura occidental y en el proceso que se dio al final de la Edad Media y durante el Renacimiento. En suma, la gran experiencia de la cultura griega con la evolución de la Hélade, desde la época creto-micénica, con la invasión de los dorios y los sucesivos enfrentamientos internos y externos con hititas, lidios y medos principalmente; la idea de la polis; el concepto de la ciudad-estado; el pensamiento filosófico; el conocimiento científico; la manifestación del espíritu humano en la expresión artística hasta la culminación cultural en el llamado Siglo de Pericles, con el surgimiento del primer estado federado al consolidarse la hegemonía de Atenas sobre la confederación de ciudadesestado griegas, toda esta gran tradición cultural e histórica conformó la huella helénica en toda la Península, enriqueciendo con esto el acervo cultural de Iberia como patrimonio invaluable para el futuro, el mismo que fue trasmitido a la cultura española y, a su vez, a la mexicana. Es importante considerar que antes del imperio romano no existía una integración política de los pueblos que habitaban la Península Ibérica, y por lo tanto, la semilla cultural no podía tener una germinación inmediata y mucho menos un resultado de identidad cultural. Sin embargo, en la posteridad, esta semilla sembrada en cada una de las colonias griegas del Mediterráneo ibérico tuvo su fruto, beneficiándose por fuente directa, desde un principio, de la cultura que junto con la romana ha dado origen a la cultura occidental y que ha contribuido determinantemente para sentar las bases de la cultura universal. Aunque la cultura romana es propiamente casi contemporánea de la cultura griega, y juega con ésta un proceso simbiótico, anterior en el tiempo al desarrollo del primer imperio en América –el teotihuacano—, veamos primero la cultura teotihuacana y luego pasemos a analizar brevemente la cultura romana como origen de la cultura latina y su proceso histórico y el concepto de imperio con su ejemplo europeo. TEOTIHUACÁN En idioma náhuatl, Anáhuac significa cerca del agua. Con este nombre se conocía al Valle que comprendía a las riberas del gran lago 35 compuesto por muchos cuerpos lacustres que llevaban diferentes nombres: Chalco, Xochimilco, Texcoco, Xaltocán y Zumpango. Juntos formaban una gran superficie de agua dulce en algunas partes, y salobre en otras, rodeada de una agradable y variada vegetación con un clima de eterna primavera, sin duda el lugar más agradable y bello del Valle de México en el Altiplano. “La región más transparente del aire”, como sería llamada por Alfonso Reyes. Surge un asentamiento humano al nororiente del Valle de Anáhuac, cien años antes de Cristo, en lo que después sería Teotihuacán. Si bien las riberas del Lago de Texcoco no estaban lejos, los pobladores del asentamiento escogieron este lugar por la abundancia de manantiales que garantizaban durante todo el año la permanencia de aguas puras y cristalinas que además potencialmente podían regar una extensa plataforma de ricas tierras aluviales buenas para la agricultura. Las montañas circundantes propiciaban el abasto de madera y leña, y existían en el lugar importantes yacimientos de obsidiana utilizada para la fabricación de instrumental cortante, piedra caliza, tezontle y alabastro. Con una temperatura media templada, el lugar era espléndido, sólo superado por las riberas del sur y del poniente del valle, en donde abundaban también los manantiales y el agua del lago era dulce. Al sur del Anáhuac, y desde mediados del primer milenio a. C., se desarrollaron varios asentamientos humanos como Tlapacoya, Copilco y Cuicuilco entre otros, con influencia olmeca y zapoteca que debieron acumular durante siglos un importante acervo cultural. Cuicuilco llegó a tener un importante centro ceremonial en donde uno de sus templos está construido a base de plataformas circulares en talud, de piedra acomodada, con una escalera central y alfardas. La base de este templo circular es de aproximadamente 150 metros de diámetro. Actualmente se pueden observar sus vestigios al sur de Ciudad Universitaria, en la Ciudad de México. Con relación al origen de Teotihuacan es de considerarse como muy posible la siguiente hipótesis: con las erupciones del volcán Xitle, que comienzan aproximadamente en el 50 a.C. y terminan a mediados del siglo I, los habitantes del Anáhuac cercanos al volcán, entre ellos los de Cuicuilco, invadidos por la lava, atemorizados por las continuas erupciones y por el avance de la masa ígnea incandescente, que en algunas partes cubrió totalmente las poblaciones, debieron haber buscado refugio en el lado nororiente del valle y; Su migración implicó una importante 36 aportación cultural para aquel asentamiento que más tarde sería Teotihuacán, la ciudad más grande e importante del Altiplano y posiblemente de Mesoamérica. A partir del inicio de la era cristiana se consolida la cultura teotihuacana, que prevalece durante casi 750 años, imponiendo su hegemonía tanto teocrática como guerrera a las civilizaciones circundantes, tales como la totonaca, la huasteca, las del Valle del Anáhuac, Tlaxcala, y a los pueblos llamados chichimecas, así como a los principales reinos de Mesoamérica, aun a los más alejados como los mayas. Al convertirse Teotihuacán en un verdadero imperio, sostiene una red tributaria que hace posible la edificación de su grandeza y la transmisión del conocimiento y la riqueza cultural que llegaron a poseer. Pero un imperio no se puede descuidar, porque los pueblos dominados acaban con el imperio que los dominó, lo cual seguramente sucedió durante el declive de esta gran cultura, a la que los mexicas, casi mil años después de la existencia de su apogeo cultural, calificarían como: la cuna de los dioses, el origen de Quetzalcóatl, de los Macehuales y de la cultura con la cual se inició el Quinto Sol. Fueron los mexicas quienes la llamaron Teotihuacán; la “Ciudad de los Dioses”. Así como los romanos tomaron de la Grecia de Alejandro de Macedonia la inspiración para el diseño de su imperio, así probablemente los mexicas se inspiraron también en los teotihuacanos para la construcción del imperio mexica de la Gran Tenochtitlán. La influencia recíproca de las culturas mesoamericanas se hace patente en aquellas que surgen a principios de la era cristiana, principalmente en la civilización teotihuacana, que deja ver la impronta proveniente de la cultura zapoteca y al mismo tiempo influye en Monte Albán, en el Tajín, el soberbio centro ceremonial de la cultura totonacohuasteca, y en las civilizaciones mesoamericanas anteriores y posteriores como la maya. Una prueba de esto es el uso del tablero y el talud en la arquitectura de sus templos, el cual se generaliza a partir de la cultura teotihuacana en todo Mesoamérica; de igual forma, aunque no es factible precisarlo, es muy posible que en Teotihuacan se haya consolidado el uso del idioma náhuatl y que, debido a su influencia, se haya generalizado en la mayor parte de Mesoamérica. Cuando aún era de noche, cuando aún no había día, 37 cuando aún no había luz, se reunieron, se convocaron los dioses allá en Teotihuacan. 22 Grandeza espiritual y una concepción mística y poética, pero también de dominación guerrera, fueron necesarias para crear una gran ciudad Estado como Teotihuacan, capital de un extenso imperio que llevó sus dominios sobre gran parte de los reinos mesoamericanos. Esta cultura y su ciudad reflejan una teogonía que concedía a los dioses proporciones inconmensurables, pero que también reconocía en los hombres el poder físico e intelectual suficiente para expresarse con generosidad en la creación del ámbito terreno de los dioses y de los hombres, a través de la monumentalidad y la belleza de sus templos y edificios, y en la gran riqueza y presencia de su espacio urbano. “Es frecuente que se imagine a todas las sociedades prehispánicas como tiranías en las que un grupo inmensamente rico sometía a comunidades de productores a un trabajo extenuante con un férreo control político, y ciertamente no eran democracias, pero su estructura interna era más compleja y justa de lo que sugiere el prejuicio. En Teotihuacan hay datos arqueológicos suficientes para comprender, al menos, cuatro asuntos básicos relacionados con la estratificación social: 1] La base de la sociedad estaba formada por grupos corporativos, a manera de clanes, que adoptaron la forma de barrios urbanos. 2] Estos clanes tenían una diferenciación interna; había algunas familias más ricas que otras. Los conjuntos habitacionales en donde vivían los jefes solían ser algo más amplios y ricos que otros de su mismo barrio. Los restos de los individuos de más alto rango dentro de cada barrio recibían un tratamiento funerario especial. 3] Los barrios de artesanos, agricultores y otros trabajadores contaban con una infraestructura urbana (calles, acceso al mercado, drenaje, vivienda sólida y duradera) que nos impide definirlos como una masa empobrecida. Dicho en otros términos: la vivienda popular urbana en general no era de una calidad sustancialmente distinta de la vivienda de los sectores dirigentes. 4] Efectivamente hay edificios cuya rica decoración mural y amplias habitaciones los delatan 22 Miguel León Portilla, “Textos indígenas del mundo náhuatl del siglo XVI”, Los antiguos mexicanos (México: Fondo de Cultura Económica, 1961) 25. 38 como vivienda de una clase noble. Los conjuntos situados al este de la Pirámide de la Luna y al norte de la Pirámide del Sol, parecen haber sido la morada de dirigentes políticos y militares. También hay algunos conjuntos habitacionales que parecen haber albergado a monjes, dedicados por completo a las tareas religiosas.”23 La riqueza del espacio exterior, la armonía y magnífica disposición de la estructura urbana, que aprovecha un medio ambiente privilegiado integrándose a él, que lejos de sufrir demérito es exaltado por la acción del hombre, ponen en evidencia características extraordinarias de esta cultura por medio de su urbanismo magnificente y refinado, con gran expresión artística. En la primera etapa de Teotihuacán (0 al 150 d.C.), la ciudad empieza a construirse a lo largo de un eje rector. La traza urbana de Teotihuacán es reticular y siguen el eje Norte-Sur 15° 25’ al Este y una orientación Este-Oeste de 16° 30’ al Sur con una variación 1° 2’ del ángulo recto. Han sido encontrados petroglifos que pudieron haber servido para el trazo de la ciudad, considerándose que éstos datan del principio de la era cristiana. La ciudad se desarrolla al sur del Cerro Gordo, que fue su principal fuente de abasto de agua potable y está situado convenientemente al Norte, con manantiales a un nivel superior al de la ciudad, lo que le daba la posibilidad de conducir por gravedad el agua a todas sus partes. En esta época se construyen la Pirámide del Sol y de la Luna, denominadas así más tarde por los mexicas; la Pirámide del Sol, con una altura aproximada de 63 metros y un basamento cuadrado de aproximadamente 50,600 m2, es el templo más importante del complejo urbano y fue edificado sobre uno de los manantiales existentes. Fue construido originalmente a base de cuatro grandes plataformas en talud recubiertas de piedra, superpuestas una sobre otra con un ángulo aproximado de 47°, aunque en la reconstrucción llevada a cabo a finales del Porfiriato ,por Leopoldo Batres, le hayan resultado cinco plataformas. La Pirámide de la Luna, en el extremo norte, de menor altura, tiene su cúspide coincidente con la Pirámide del Sol por el declive del terreno. Desde lo alto de las dos pirámides se tiene una magnífica vista; en la lejanía y hacia el sur, aparece el Valle de Anáhuac con su gran lago, que debió conformar desde Teotihuacan un bello paisaje natural, digno de los 23 Pablo Escalante Gonzalbo, ed. Nueva Historia Mínima de México: El México Antiguo (México El Colegio de México, 2005) 27-28. 39 lienzos de José María Velasco, que captaron, más de mil seiscientos años después, la mágica belleza del Valle de México. Algunas versiones de la investigación arqueológica estiman que en la segunda etapa, que va del 150 al 250 d.C., la ciudad inicia su expansión hasta lograr su máxima extensión territorial. Seguramente esto sucede posterior al final de la etapa que va del 250 al 450. Al inicio de este periodo, se construyen la Plaza de la Ciudadela y el Templo de Quetzalcóatl, éste último con tableros ricamente decorados con figuras de gran belleza y policromía, representando cabezas de serpientes con plumas de quetzal y caracoles esculpidos en piedra. Las últimas excavaciones hechas en este templo han revelado la posibilidad de prácticas rituales relacionadas con los sacrificios humanos, realizados desde entonces por los teotihuacanos. De igual forma se han encontrado algunas evidencias que suponen la existencia de incendios en templos y palacios alrededor del 550. De acuerdo también con la investigación arqueológica, existe una etapa de reconstrucción de la ciudad. Teotihuacán empieza a crecer sobre sí misma; algunos templos son recubiertos por estructuras superpuestas. Esto tal vez suceda al final de su época de esplendor, probablemente a finales del siglo VI, toda vez que los trabajos de restauración, hechos por Manuel Gamio en el Templo de Quetzalcóatl a principios del siglo XX, demostraron que la estructura inferior era superior en calidad y refinamiento escultórico a la superpuesta. En el 450, Teotihuacan era ya una ciudad estructurada con conjuntos habitacionales integrados con barrios intercomunicados por calzadas y callejuelas pavimentadas con piedra. En estos barrios no era excepcional encontrar pequeños templos oratorios. No se sabe si los teotihuacanos tuvieron dioses domésticos como los penates de los romanos. En la ciudad existían infinidad de plazas interiores, jardines y palacios; la ciudad contaba con una extensa red para canalizar el agua potable así como las redes adecuadas de alcantarillado que hacían de esta una ciudad limpia y bella, con gran cantidad de jardines y flores variadas. En esa época la ciudad tenía más de 15 km2 de extensión y aproximadamente 65,000 habitantes. Teotihuacan alcanza un máximo esplendor probablemente del año 400 al 600; en ese tiempo, la metrópoli seguramente superaría a los 100,000 habitantes permanentes más una importante población flotante o itinerante; su superficie posiblemente rebasaría las 2,000 hectáreas. Estas cifras son por supuesto aproximadas, pues existen diferentes versiones de 40 diferentes investigadores, pero en promedio y por los hechos, podemos calcularlas conservadoramente en esta forma. Ya en esta época es de suponerse que tanto la actividad humana, como por supuesto la agrícola, absorbían la mayor parte del agua de los manantiales del Cerro Gordo. La teotihuacana era una sociedad bien estratificada en diferentes clases; sacerdotes, guerreros, artistas, constructores, artesanos, comerciantes, agricultores, peones, etc. Una sociedad en armonía dedicada a la adoración de los dioses, al dominio de los reinos mesoamericanos, a la producción agrícola, al comercio, a la producción artesanal, al entretenimiento, a la observación de los astros y al disfrute de la gran ciudad por medio de una vida urbana sofisticada y de gran esplendor. Existían barrios especializados e identificados por las diferentes regiones o reinos del imperio. Y por otro lado se encontraban, de manera muy importante y característica de la ciudad, las áreas dedicadas al entrenamiento de guerreros y juegos rituales, como parte importante de la necesidad de sojuzgar y controlar a sus tributarios por medio del poder impuesto por la fuerza. Una constante en las culturas mesoamericanas fue también la observación sistemática del movimiento cíclico de los astros y sus efectos en los fenómenos naturales relacionados con la agricultura. Teotihuacan no fue la excepción. Seguramente cada templo podía ser utilizado en las prácticas ceremoniales, rituales y teocráticas, y además, como un punto fijo en la cúspide, propicio para la observación y medición astronómica, convirtiéndose de esta manera en virtuales observatorios del movimiento celeste. Esto, combinado con el dominio de las matemáticas y el manejo de los calendarios, les proporcionaba una valiosa herramienta científica aplicable a la agricultura y a la prevención de los fenómenos naturales. A partir del 650, y durante un siglo, se da la declinación de la cultura teotihuacana hasta casi su total desaparición en el 750, no sin antes transmitir a las civilizaciones posteriores su influencia cultural expresada en su manera de vida, su agricultura, su teogonía, su concepción cosmogónica de plenitud y grandeza en la vida terrena y de trascendencia después de la muerte. La extinción de la influencia teotihuacana en Mesoamérica dio posibilidad al surgimiento y florecimiento de nuevas culturas como la tolteca. Como una pintura 41 nos iremos borrando, como una flor hemos de secarnos sobre la tierra, cual ropaje de plumas del quetzal, del zacuán, del azulejo, iremos pereciendo. Iremos a su casa. Aún en estrado precioso, en caja de jade pueden hallarse ocultos los príncipes: de modo igual somos, somos mortales, los hombres, cuatro a cuatro, todos nos iremos, todos moriremos en la tierra. Nadie esmeralda, nadie oro se volverá, ni será en la tierra algo que se guarda: Todos nos iremos hacia allá igualmente: nadie quedará, todos han de desaparecer: de modo igual iremos a su casa24. Como herencia de Teotihuacan quedó un valioso legado de múltiples y variadas facetas: su mitología transmitida a las culturas posteriores, su panteón de dioses, el nacimiento de Quetzalcóatl y de la gente del Quinto sol, y el inicio mismo del Quinto Sol. Sus vestigios arquitectónicos, su gran complejo urbano, la calzada de los muertos, sus grandiosas pirámides del Sol y de la Luna, la Ciudadela, el Templo de Quetzalcóatl, el Palacio de Quetzalpapalotl y tantas otras maravillas como sus barrios habitacionales, alimentados de agua potable corriente, convenientemente drenados y generosamente estructurados, sus jardines en floración permanente, su armonía y limpieza urbana y sus calzadas pavimentadas. Y en suma, todo ese gran complejo urbano que debió haber sido en su época de esplendor; 24 Nezahualcóyotl, “Como una pintura nos iremos borrando”, Traducción del padre Garibay, Nezahualcoyotl, vida y obra, por José Luis Martínez (México: Fondo de Cultura Económica) 203-204. 42 una apoteosis de luz y de color bajo un cielo azul añil, expresión física de una gran cultura, con una concepción mística y generosa de la vida y de la muerte, que dejó su impronta indeleble y trascendente en todo Mesoamérica. Como hemos visto, la vocación imperial se dio también en América, aunque con otra concepción mucho más espiritual, mística y teocrática. Si bien sobre bases similares de expansión guerrera y dominio político, usufructuando mediante el tributo el esfuerzo de los pueblos dominados y, con cargo a ellos, la edificación de la grandeza del imperio. Regresando al mundo antiguo allende el mar, revisaremos otra gran cultura, la que se derivó de los fenicios, pero ahora ya no desde la visión del comercio, sino de la conquista. Los cartagineses toman provecho de su destreza naval para utilizarla en el dominio de los demás. Después de la declinación de Tiro, también en las riberas del Mediterráneo, pero ahora en el norte de África, surge Cartago como la fuerza púnica (del latín, punicus, el nombre con el que los romanos designaban a los cartagineses) que se transformaría en la nueva talasocracia del mediterráneo. LOS CARTAGINESES Según Adolph Shulten, el pueblo griego sufrió daños muy graves por el año 504 a.C., con la destrucción de Sibarís y Mileto, y la de Mainaque y Tartesos. Existe una relación entre la destrucción de Mileto y la de Tartesos y Mainaque, toda vez que los cartagineses y los persas eran aliados en contra de los griegos. La destrucción de las dos ciudades fue total; los cartagineses barrieron con ellas, lo que tal vez ocasionó la confusión que se dio entre Málaga y Mainaque, y posiblemente Cádiz y Tartesos. Esto probablemente se acentuó porque la actividad comercial de estas dos ciudades, al ser destruidas, debió pasar precisamente, en el caso de Tartesos, a Cádiz o Sevilla, y en el de Mainaque, a Málaga. La primera posición que tomaron los cartagineses en el Mediterráneo frente a las costas de Iberia, fue la isla de Ibiza. Con la conquista del sur de Iberia, los cartagineses adquirieron una valiosa y estratégica posición, además de que fueron los poseedores de una gran riqueza en metales, especialmente en plata y estaño que llegaron a controlar. La dominación de los cartagineses sobre el antiguo imperio de Tartesos y el sur de Iberia duró aproximadamente 300 años, desde el 500 al 206 a.C. Tomando como base Ibiza, los cartagineses emprendieron en forma decidida la lucha contra los griegos, arrebatándoles el dominio del Mediterráneo después de la batalla de Alalia. De ahí siguió la destrucción 43 de Tartesos. En esta forma, los cartagineses dominaron las costas meridionales de Iberia, ocupando todos los antiguos asentamientos fenicios y griegos. El interés de los cartagineses por las tierras conquistadas en la Península Ibérica adquiere suma importancia con el final de la primera guerra púnica en contra de Roma, en donde habían perdido Sicilia, Córcega y Cerdeña. Esto ocurre a finales del año 241 a.C. Ahora más que nunca, a los cartagineses les interesa Iberia para sustituir las posiciones estratégicas de Sicilia, Córcega y Cerdeña, y las riquezas de Iberia les servirían para compensar tanto los gastos de guerra, como los tributos que les impusieron los romanos. En estas condiciones, Amílcar Barca llega a la Península al frente de un ejército cartaginés en el 237 a.C. Inicia de inmediato una acción de conquista en todo el sur del territorio empezando por el sudeste, aquí luchan principalmente contra los turdetanos para controlar los yacimientos de Sierra Morena y convertir en asentamiento cartaginés a Acra de Leuke (Alicante). La primera intervención romana en la Península Ibérica, dominada por Cartago, tuvo lugar en el 231 a.C. 25, cuando los romanos envían una embajada ante Amílcar, interesados en conocer el por qué de sus acciones de conquista contra los pueblos autóctonos de Iberia. Amílcar les contestó que era para poder dar cumplimiento al tratado de paz que firmaron con ellos con motivo de la Primera Guerra Púnica. Dos años después de esta embajada romana, y en un encuentro contra los indígenas, muere Amílcar Barca cerca de Helche. Asdrúbal, yerno de Amílcar, lo sustituye al frente de los ejércitos en la Península Ibérica y ejerce una hábil diplomacia con los indígenas. Funda Cartago Nova (Cartagena). Al morir Asdrúbal, se coloca al frente del ejército cartaginés al general Aníbal, hijo de Amílcar, y cuyo principal ideal era acabar con el poder de Roma. Aníbal necesitaba un pretexto para atacar a Roma y escogió Sagunto como el lugar estratégico, ya que los romanos apoyaban a los saguntinos. Este asentamiento se encontraba al sur del río Ebro, bajo la influencia cartaginesa y, de acuerdo al tratado entre romanos y cartagineses del 226 a.C., Sagunto por ser un asentamiento al sur del rio, no podía aliarse a Roma. Los romanos alegaban que la alianza con Sagunto era anterior al tratado del Ebro; independientemente del derecho, como ya hemos dicho, lo que Aníbal buscaba era sólo un pretexto. En el año 219 a.C. se da el ataque y la toma de Sagunto por Aníbal, lo que los romanos consideraron como causa bélica, dando inicio así a la Segunda Guerra Púnica. Aníbal consolida su poder en la Península dominando a los indígenas. Inmediatamente después, en el 218, parte de Cartago Nova y se dirige hacia Roma a través de los Pirineos, con un gran 25 Marcelo Vigil, ed., Edad Antigua (Madrid, Alianza, 1988) Tomo I de Historia de España, 210. 44 ejército de más de 80,000 guerreros, 12,000 caballos y varias decenas de elefantes. Con ellos también cruza los Alpes, nevados hasta las partes bajas; sin embargo, al llegar a las llanuras del Po, le quedaban ya poco menos de la mitad de sus efectivos. Sin duda alguna, y a pesar de la imprudencia, el paso de Aníbal por los Alpes ha quedado en los registros históricos de la épica como una hazaña sin precedentes. Con la Segunda Guerra Púnica, Aníbal realiza múltiples campañas victoriosas, pero por alguna razón no se decidió inmediatamente para atacar a Roma, lo cual pudo haber hecho con éxito26. La rodea, pasando de largo y en cambio asola a la Campania, y durante la primavera del 216 a. C., se da la Batalla de Cannas, seguramente el más grande triunfo cartaginés en la Península; así, pues, se cubre de gloria por encima del cónsul Lucio Emilio Paulo, quien es derrotado por la hábil estrategia de Aníbal y sus lanceros africanos. La proporción de pérdidas de efectivos fue de 10 a 1. Más tarde trata de atacar Roma, pero es rechazado. Siguiendo el principio de que “la mejor defensa es el ataque”, los romanos invaden Hispania casi simultáneamente al ataque de Aníbal a la Península Itálica. Al arremeter en contra de los cartagineses dejan a Aníbal aislado en Italia. En esta forma se da inicio en Ampurias la conquista a la Península Ibérica dominada hasta ahora por Cartago, y con esto, los romanos ejercerían su dominio en estas tierras por casi 700 años. Los hermanos Escipión, Publio y Cneo encabezaron la lucha en Ampurias, pero fueron vencidos y muertos en esta batalla. Después de la batalla de Zama, en el norte de África, en donde Publio Cornelio Escipión el Africano vence y expulsa al aguerrido Aníbal; le es concedido por el Senado romano el mando de las legiones para la conquista de Iberia. Escipión desembarca en Tarragona con solamente 4,000 legionarios, sumándose a las legiones ya existentes en la Península. Él llevó a cabo la mayor parte de las campañas decisivas, y 12 años después, los romanos toman Cádiz, el último reducto de los cartagineses en Iberia. Con ello, la expulsión de los cartagineses de Iberia es definitiva. Escipión, antes de iniciar el asedio de las ciudades ibéricas ocupadas por cartagineses, sometió a las legiones a un intenso entrenamiento, imponiéndoles la disciplina militar romana que hasta cierto punto habían perdido. Después de la derrota de los cartagineses, iniciaron la lucha para someter a los pueblos indígenas, 26 Estos actos de indecisión a la hora critica, muchas veces tienen un gran costo político y por otro lado pudieron haber cambiado el curso de la historia. Lo mismo sucedió con Hidalgo en la guerra de independencia después de la Batalla del Monte de las Cruces 45 quienes en cierta forma lo consideraban un libertador, uniéndosele así muchos voluntariamente. Ahora es preciso que regresemos en el tiempo para retomar el análisis de una de las más grandes civilizaciones imperiales que tuvo gran influencia en Hispania, como ellos mismos la llamaron. LOS ROMANOS El surgimiento de Roma está envuelto entre lo mítico y la verdad histórica. La explicación a esto es que la parte medular de la historia antigua de Roma, en lo que se refiere a sus orígenes, fue escrita por Tito Livio en base a la Eneida de Virgilio, encargadas ambas, tanto el poema épico como el relato “histórico” por el emperador Octavio Augusto, 700 años después de la fundación de Roma, cuando está ya era un imperio en ciernes. Octavio hizo esto para justificar a posteriori, con la ayuda de un poeta y un historiador; la nobleza del origen del Emperador y la misión hegemónica de Roma. Por lo tanto, había que explicar de dónde venía tanta magnificencia, al extremo tal de pretender convertir en un semidiós a su fundador, cuando éste debió haber sido sólo un ser humano casi como cualquier otro de su tiempo, seguramente convertido en excepcional, gracias a la circunstancia y a sus cualidades intrínsecas apropiadas. Lo más probable es que no haya sido la tarea de un solo hombre, sino de un conjunto liderado por él y por quienes le siguieron en los comienzos de la trascendental tarea. Los grandes periodos de Roma son: la Monarquía (753-509 a.C.), la República (510-27 a.C.) y el Imperio (27 a.C.-476 d.C.). 1229 años, de los cuales en más de la mitad (692) prevalece el dominio de Roma sobre Hispania. En el principio, su estructura social estaba compuesta por patricios y plebeyos. Los patricios se originaron de los patres, jefes de los clanes, escogidos por su experiencia y sabiduría, y eran los que integraban la nobleza y la asamblea del pueblo, “Comitia Curiata”, que en su comienzo estaba compuesta por treinta curias, diez por cada tribu, dando así origen al Senado romano. Es de notar cómo desde un principio, en la cultura romana, la familia fue la clave de la organización social. En el inicio, los plebeyos que eran todos aquellos no podían ser patricios, quedaban excluidos de la Asamblea; sin embargo, y como era de esperarse, con el tiempo fue creciendo desproporcionadamente su número en relación con los patricios 46 y, con esto, su “peso específico” y la presión social por las crecientes demandas para lograr un trato más justo. Esto llegó a ser determinante en la composición social en ese tiempo y característico del proceso histórico en la cultura romana y su lucha por las reivindicaciones de la plebe y, en cierta forma, también lo ha sido del proceso histórico de la humanidad. Los siete reyes del periodo monárquico que ejercieron las tres tribus originales (etruscos, latinos, y sabinos) fueron: Rómulo (muy posiblemente etrusco, 753-715 a.C.), Numa Pompilio (sabino, 715-673 a.C.), Tulio Hostilio (latino, 673-641 a.C.), Anco Marcio (sabino, 641-616 a.C.); les siguen los tres reyes de la llamada dinastía etrusca (aunque el segundo de ellos lo fuera solamente por adopción): Lucio Tarquino Prisco (Lucumon) (616-578 a.C.), Servio Tulio (578-535 a.C.) y el tirano Tarquino el Soberbio (535- 509 a.C.), quien con su despótico proceder ocasiona el fin de la Monarquía. El rey era el gran patriarca en toda la extensión de la palabra, toda vez que era el poseedor del imperium o poder político supremo y también el jefe espiritual, el que oficiaba los actos religiosos asistido por las sacerdotisas de Vesta, lo que le confería un “halo místico” y sagrado. Esta dualidad sería fundamental en el proceso político que dio origen al Imperio y posteriormente, al manejo de un poder político de dominio efectivo mediante la liga de la Iglesia y el Estado por medio de una religión oficial, exclusiva y obligatoria. Y si en sus inicios el rey era el sumo sacerdote del Estado romano, que atendía personalmente el culto de la diosa Vesta; el paterfamilia lo emulaba a nivel de su territorio doméstico, toda vez que llevaba el culto religioso a los dioses domésticos de la familia o “penates”, lo cual ayudaba también a la consolidación del poder matizado por la dualidad político-religiosa. Era ésta en sus inicios una cierta forma de teocracia primitiva muy bien estructurada, en donde todavía no se habían adoptado plenamente las deidades antropomorfas griegas y su panteón. Al caer la Monarquía, se instauraría la República aristocrática por 472 años; a partir de la República y hasta el fin del imperio romano se estableció la institución del Consulado, eligiéndose dos cónsules, magistrados por periodos anuales. Se fortaleció la institución de la asamblea democrática mediante el Senado, y la plebe obtuvo muchas de sus reivindicaciones que habían quedado pendientes durante el periodo de la Monarquía. La República termina con Julio César, padre adoptivo de Octavio César Augusto, el primer Emperador, que responde a la nueva circunstancia de una Roma transnacional, en donde la estructura política de la República se vio rebasada. Por esta razón, Julio César, con visión de 47 estadista y vocación imperial, dejó establecidas las precondiciones para la construcción y establecimiento del Imperio. Durante la República romana, la antigua magistratura única, el Magíster populi, es substituido por el Dictator, con carácter de magistratura extraordinaria. Surge así la dictadura, creada por ley, como una forma de gobierno ante una amenaza extrema al Estado, que demandaba la decisión, sin barreras legales, sin titubeos ni dilaciones, de una sola persona con poderes absolutos para ejercer el poder, pero por tiempo determinado (seis meses) y para un fin preciso y concreto, electo para esto por el senado y los dos cónsules de acuerdo a la ley ex professo de la dictadura romana. Los cónsules quedaban subordinados al dictador durante su encomienda; sus decretos surtían efectos de ley y se suponía incluso la suspensión temporal de la legislación vigente. Con el Imperio Romano y su dominio de Europa, el norte de África y Asia-Menor; se da el primer ejemplo de un mundo global, con estrategias políticas y económicas no muy diferentes a las actuales, durante más de 500 años y 82 emperadores, desde Octavio Augusto, el primer gran emperador, hasta Rómulo “Augústulo” (un imberbe a quien no quisieron llamar “Augusto”, la denominación de los emperadores romanos, sino utilizando su despreciativo: Augústulo). Uno de los sitios y batallas más importantes del inicio de la conquista de Roma a Iberia fue el sitio de Numancia, defendida por el legendario líder lusitano, Viriato, que tiene mucha similitud con Francisco Villa, toda vez que orillado por la circunstancia había pasado de bandolero y abigeo a caudillo de los lusitanos en su guerra de independencia contra Roma. Viriato, originario de Lusitania Occidental, fue pastor montañés en su juventud que “con cualquiera competía en fuerza y sagacidad”. Fue un gran estratega en el combate; utilizaba hábilmente el conocimiento y dominio del terreno y ponía en práctica una especie de guerra de guerrillas. La batalla contra Vetilio en la serranía de Ronda se parece, en cierta forma, a la de Tierra Blanca, en Chihuahua, de Francisco Villa contra los federales, pues ambos, conocedores del terreno, llevaban al enemigo a pelear en donde a ellos les convenía. Viriato pacta el armisticio con Serviliano, otorgándole Roma el título de amigo y reconociéndolo como gobernante, sin embargo, los romanos quebrantan el tratado y atacan a Viriato en Numancia. Polibio, historiador y geógrafo, que presenció el saqueo de Cartago y la caída de Corinto, ambos en el 146 a.C., presenció también el sitio de Numancia del 134 al 133 a. C., donde estuvo con Escipión Emiliano, el vencedor de Cartago, nieto adoptivo de Escipión el Africano (hijo del cónsul Emilio Paulo). Polibio nos habla de las minas de Cartago 48 Nova, donde trabajaban 40,000 personas; también de lo esforzados y fieros guerreros que eran los celtíberos. Según Polibio, el sitio de Numancia lo realiza el ejército guiado por Escipión, compuesto por 20,000 romanos y 40,000 iberos. Escipión Emiliano realiza un sitio inteligente y porfiado en Numancia, aunque totalmente desproporcionado. Los defensores no eran más de 4,000. Se dice que Escipión hacía ronda una vez al día y otra por la noche. Numancia se encontraba situada en un terreno elevado en las riberas de uno de los afluentes del Duero, cerca de Soria. Los romanos establecieron un cerrado cerco a la ciudad, y como los numantinos no habían accedido a capitular ante el conquistador y sabían lo que les esperaba, decidieron incendiar la ciudad y matarse unos a otros antes de ser vencidos por los romanos. El sitio de Mazada, en Israel, realizada por los mismos romanos, tiene gran similitud con el sitio de Numancia, ahí se llegó a comer hasta la piel de las bestias y a reglamentar el consumo de carne humana, sacrificando primero a los moribundos, débiles y enfermos. Los romanos castigarían a Numancia como a Corinto y Cartago, reduciéndola a cenizas. Es importante señalar que la forma como Roma pudo conquistar y dominar tantos territorios y sus pueblos, fue a través de una inteligente disyuntiva que planteaban a los contrarios antes de la lucha: ésta era la dedittitii y la soccii. En la dedittitii, (similar a la señal hecha con el dedo por el emperador o el que presidía, en la arena del Coliseo para dar muerte y acabar con un gladiador), el pueblo que era vencido tras oponer resistencia era propiamente borrado de la faz de la tierra y perdía todas sus pertenencias y tradiciones; y en la soccii, que era una virtual capitulación sin lucha, era una especie de asociación en la que les respetaban a sus autoridades, sus mismas estructuras de gobierno y sus propiedades. Pero debían adaptarse a la forma y al derecho romano y a Roma a la que pagaban tributo, pero conservando cierta autonomía y cierta identidad cultural. Esto le daba al Imperio Romano la posibilidad de controlar a estos pueblos conquistados sin necesidad de imponerles nuevos gobernantes y, aunque les respetaban sus tradiciones y costumbres, los integraba totalmente a Roma y a su cultura. Esta es la explicación de cómo el imperio romano pudo abarcar y controlar tan extensos territorios. Más tarde, incluso se les concedió a todos los habitantes de las nuevas provincias, la 49 ciudadanía romana y la posibilidad de acceso a los más altos niveles de gobierno, incluyendo a la misma figura política del Emperador. Julio César derrotó en la batalla de Munda, en el 45 a.C., a los hijos de Pompeyo Magno, acompañándolo en esta lid su hijo adoptivo Octavio, primer Emperador de Roma y el primero en llevar el nombre de Augusto. Después de Numancia, la lucha se extendió hacia el norte, en donde se encontraron con la férrea resistencia de los cántabros. Más tarde, Augusto da el mando a Cayo Antístio, quien junto con Agripa logran el dominio de los cántabros, la pacificación de los territorios y la consolidación del Imperio Romano en todo el territorio, en el año 19 d.C., después de 199 años. La presencia romana en la Península Ibérica se prolongaría hasta el siglo V de la era cristiana. La conquista romana de Hispania es el factor que por primera vez unifica a los pueblos de Iberia. Los romanos dividen a la Península Ibérica en dos: la Hispania Citerior y la Hispania Ulterior. A la Hispania Citerior se le da el nombre de Tarraconense y a la Ulterior, la dividen en Bética y Lusitania. Esto se da sólo para el control administrativo de Roma en cuanto al Emperador y el Senado; sin embargo, de esta forma, toda Hispania es una sola dentro del Imperio Romano. Se puede decir que los antecedentes más antiguos de España como unidad geopolítica nacen propiamente con el Imperio Romano, teniendo Hispania gran influencia y trascendencia dentro del mismo Imperio, ya que 4 de sus grandes emperadores, Trajano, Adriano, Marco Aurelio y Teodosio, fueron originarios de Hispania, ya fuera en forma directa o indirecta, del mismo modo que grandes pensadores como Lucio Anneo Séneca, entre otros. Las aportaciones de la cultura romana a Hispania, y por lo tanto a la cultura mexicana, fueron determinantes y de gran trascendencia. El derecho romano, que es fuente original del derecho mexicano, adquirió en el 533 d.C., con el Código de Justiniano, la unidad y consistencia que lo hace vigente todavía como base de la ciencia jurídica en la época actual. Por otro lado, en la época de Diocleciano (284-305), se realizó una necesaria e inteligente reestructuración del basto Imperio Romano: el Emperador subdividió las provincias y estableció 12 diócesis regionales, para lo cual trasformó el poder de los vicarii, que pasaron de substitutos extraordinarios del prefecto del pretorio, a ser ahora los encargados de las diócesis. Por ejemplo, la diócesis de Italia se dividía en dos partes: las regiones al norte de los Apeninos dependían del vicarius italiae, que residía en Milán, y las del sur, incluyendo a las islas y a Sicilia, quedaban sometidas al vicarius in urbe Roma, mientras Roma era administrada por el perfectus urbi. El ejército estaba dividido en alrededor de 500 legiones, conformadas cada una por 1,000 hombres. La jerarquía eclesiástica del cristianismo, la Iglesia Católica, aún siendo perseguida por Diocleciano, en cierta forma 50 con astucia adoptó esta misma estructura, lo que le valió en tiempos de Constantino y, posteriormente de Teodosio, no solo la posibilidad de su reconocimiento y utilización política por el imperio, sino su asimilación al imperio mismo. Sobre Constantino, Hans Kung nos dice: “Para regocijo de los cristianos en el año 313 d.C., este taimado maestro de la Real-politik, junto con Licinio también Augusto, garantizó [mediante el edicto de Milán] una libertad religiosa ilimitada para todo el imperio. [Medida verdaderamente trascendente que validaba oficialmente y por primera vez al cristianismo y que también restituía a los cristianos sus propiedades]. En el 315 se abolió el castigo de la crucifixión y, en el 321, se introdujo el domingo como festividad oficial y se aceptó que la Iglesia disfrutara de patrimonio. En el 325, Constantino se convirtió en el emperador único del Imperio Romano y convocó al Primer Concilio Ecuménico, que se celebró en su residencia de Nicea, en el este de Bizancio.”27 Otro de los actos más trascendentes, aunque posiblemente inconveniente, tanto para el imperio como para la Iglesia Católica, fue la unión de la Iglesia y el Estado, aunque todavía no en forma exclusiva, toda vez que se consentía la continuidad de los ritos paganos y, ante la no existencia de una religión única dentro de las históricas tradicionales, Constantino escogió el Cristianismo, por conveniencia circunstancial; el principio de San Pablo de “la emanación divina del poder” le venía como anillo al dedo para sus propósitos, haciendo que se le reconociera el título de Dominus. Todo lo relacionado con el Emperador fue considerado desde entonces sagrado, así como había sido desde el principio de la monarquía. Sin embargo, esto mismo desconectó al señor de su pueblo; como sucedió en el caso de Moctezuma Xocoyotzin, no cualquiera podía ver de frente al Emperador, y verlo era un verdadero privilegio sólo para unos cuantos. A Teodosio I la Iglesia Católica lo llamó “el Grande”; su mérito, para recibir tal calificativo, fue consolidar la unidad religiosa del Imperio al imponer el Catolicismo como religión oficial del Estado, dando lugar a una situación verdaderamente trascendental para la cultura occidental; al crear con esto el Estado confesional, que se prolongaría durante el tiempo hasta el siglo XVIII, cuando las ideas surgidas del pensamiento de la Ilustración y del movimiento liberal crearon el concepto de Estado moderno y laico. Tema que con el surgimiento del Estado mexicano, por ignorancia y prejuicios religiosos causó gran controversia y provocó la guerra civil. El idioma latino dio origen al castellano. La arquitectura y la ingeniería, con la cúpula, la bóveda de cañón y el arco de medio punto, y 27 Hans Kung, La Iglesia Católica (Barcelona: Debate, 2004) 61. 51 sus grandes puentes y acueductos, vinieron a significar también una valiosa aportación romana. Para evitar la manipulación arbitraria de las fechas, Julio César dispuso una revisión y precisión del calendario; hizo venir de Alejandría al astrónomo Socígenes, para crear el calendario llamado juliano en su honor, que más tarde, y en el proceso de hacerlo más preciso, motivó el surgimiento del concepto del punto decimal, transformándose en el calendario gregoriano. La organización política y el pensamiento filosófico heredado de Grecia, ahora con el neoestoicismo de Marco Aurelio y el neoplatonismo de Plotino, conformaron una nueva manera de entender la realidad. El concepto de municipio, que es la base de la organización territorial y política en México, fue una de las grandes aportaciones de Roma. En fin, Roma aportó todo lo que conocemos como la gran cultura latina, y fue la creadora de la estructura de la organización política y sus instituciones como las conocemos ahora. Baguadas era el nombre que se les daba a los movimientos rebeldes de campesinos contra Roma, tanto en las Galias como en Hispania. Este fenómeno surgió a raíz de la invasión de las tribus germanas, primero en Roma y luego en Hispania y como consecuencia de esto, la desatención creciente de la administración romana en Hispania. Esto sucede particularmente en el siglo V y, paradójicamente, en la provincia tarraconense, dependiente de Roma y donde no se habían asentado las tribus de origen germano. Roma se abocó para combatir la sublevación de campesinos que fue creciendo poco a poco, particularmente en el territorio de los vascos y en el valle del Ebro. Estas sublevaciones influyeron considerablemente en la desintegración del poder romano en Hispania. Su importancia se magnificó con la entrada de los invasores germánicos, quienes encontraron el apoyo del pueblo, que se unía a ellos, y de los baguadas contra el poder de Roma. Entre los germanos y los baguadas llegaron a existir alianzas que las mismas ciudades abandonadas por el Imperio tuvieron que reconocer al pactar con ellos, lo que ocasionó poco a poco que los romanos perdieran el control de áreas cada vez más grandes de la Península, primero por el norte, particularmente en el valle del Ebro y Galicia, hasta que los visigodos lograron penetrar y establecer su poder en Toledo, desde donde controlaron a casi a toda Hispania. Dejando un poco las cosas del Viejo Mundo nos trasladaremos ahora, una vez más al Continente americano y veamos qué pasó con el imperio teotihuacano. Estaremos ahora entrando en otra visión de la realidad muy diferente a la europea, otra cosmogonía, otra forma de entender las cosas importantes de la existencia humana, otro mundo de valores y respeto a principios verdaderamente firmes, sin dobleces. 52 LOS TOLTECAS En el siglo VI de nuestra era, se inicia la decadencia de Teotihuacan. A ciencia cierta no se sabe a qué se debió la extinción de este gran imperio mesoamericano; lo más probable es que los mismos reinos tributarios y las no pocas frecuentes invasiones de chichimecas hayan acabado, en la última fase del imperio ya debilitado, con la cultura del inicio del Quinto Sol. Sin embargo, y como es ya una constante en el proceso de evolución de las civilizaciones mesoamericanas, la gran cultura transmitió parte importante de su acervo de conocimientos y experiencia a las otras subsecuentes. A finales del 700 de nuestra era, surgen en el Altiplano algunas culturas con características propias, tales como Xochicalco, Cacaxtla, Teotenango, Cholula y principalmente la de los toltecas en Tula. En todas estas se refleja claramente la impronta teotihuacana, tanto en su arquitectura como en su cosmogonía, teogonía y expresión cultural. Xochicalco y Tula destacan con particular importancia por un factor común: la deidad Quetzalcóatl, que posee una dualidad de gran importancia, el Quetzalcóatl como Dios que se reflejó claramente en la cultura teotihuacana, y el Quetzalcóatl que como hombre nace en Xochicalco, en el actual Estado de Morelos, al sudoeste de Cuernavaca; como Ce-Ácatl, el año en que nace, y Topiltzin, el nombre, “Ce-Ácatl Topiltzin”. La tolteca fue una de las grandes culturas mesoamericanas, heredera de la gran riqueza cultural teotihuacana y, con ella, del resto del acervo mesoamericano desde los olmecas. Aparentemente el nombre de tolteca tenía el mismo significado que el de “artista”. Sin duda alguna el arte floreció en Tula distinguiéndose principalmente por el trabajo de la pluma multicolor en pendones y tapices, por la arquitectura y por la escultura que utilizan en sus templos y edificios, con el tablero y el talud como herencia teotihuacana, aunque expresados ahora con características propias y con una manifestación artística de gran policromía bellamente conjugada. Son aportación de los toltecas: las columnas en forma de serpiente con la cabeza en el piso y la cola con los cascabeles del córtalo hacia arriba, y las cariátides llamadas atlantes, labradas en forma cilíndrica, de más de 4 metros de altura y compuestas por 4 cilindros monolíticos perfectamente ensamblados. Toda la cultura tolteca gira en derredor a la figura de Quetzalcóatl. De acuerdo a la mitología teotihuacana, se creía firmemente que Quetzalcóatl era el que volvería a crear la humanidad. Para esto, los dioses le encargaron bajar a donde estaban guardados los huesos de los hombres: en el Mictlán, lugar de los muertos y morada de Mictlantecuhtli, señor del inframundo. Su propósito era dar vida otra vez a los hombres. El dios de las profundidades, 53 de la muerte, se opone a esta misión y la dificulta grandemente poniéndole varios obstáculos a Quetzalcóatl. Xólotl, su gemelo, lo ayuda a vencer a Mictlantecuhtli y una vez que consigue tener los huesos preciosos de los hombres, se le caen en un agujero, una trampa que le habían puesto; sin embargo, Quilaztli Cihuacóatl, deidad terrestre, los rescata y, moliéndolos, se los entrega a Quetzalcóatl. Él hace penitencia sangrando su pene sobre las cenizas de los huesos de los hombres, iniciándose así el nuevo Sol y al mismo tiempo dándole vida a los macehuales (los hombres). El nombre de macehualli significa “el merecido por el sacrificio”. En esta forma, todos los dioses hacen sacrificio en Teotihuacán, como homenaje a la creación del Sol y la Luna, dando, de esta manera, principio a la vida de los hombres y del Quinto Sol. Según el Códice Chimalpopoca, en el año 830 inició la cultura tolteca y en el año 947 nació Ce-Acatl Topiltzin Quetzalcóatl, quien en el año 974 llegó a Tollantzingo (Tula) y en el 977 se convierte en el señor de Tula. El imperio tolteca domina todo el valle de México, y sus principales ciudades son Tula, Otoyán y Culhuacán, fundadas por Mixcoac, que fue el gran guerrero de los toltecas, conquistador y padre del Quetzalcóatl hombre que concebido con Chimalman, mujer con características mágicas o milagrosas, Quetzalcóatl nace en el Estado de Morelos y es educado de niño en Tepoztlán bajo la influencia de la cultura de Xochicalco. Quetzalcóatl regresa a Tula para vencer al usurpador del reino de su padre y rescatar los restos de éste. Una vez éstos en su poder, los entierra en el Cerro de la Estrella, con lo que inicia su reinado aproximadamente en el 977. Bajo Quetzalcóatl proliferaron las artes y las buenas costumbres, además de que eliminó del ritual teocrático a los sacrificios humanos, sustituyendo a los prisioneros por algunos animales, como serpientes y mariposas. Esto le atrae ciertos antagonismos con los sacerdotes de Tezcatlipoca28 , quienes no querían dejar los sacrificios humanos y profesaban una religión politeísta contraria a la monoteísta de Quetzalcóatl. Cuenta la mitología tolteca que los sacerdotes de Tezcatlipoca lograron que el rey Quetzalcóatl aceptara verse en un espejo, quien, al ver su vejez, se impresiona fuertemente y siente la necesidad de beber. Los sacerdotes se aprovechan para embriagarlo con pulque y acostarlo con una mujer, lo que va en contra de sus principios. Algunas versiones aseveran que esa mujer era su hermana. Según el Códice Chimalpopoca, Quetzalcóatl, después de esto, sale avergonzado de Tula dirigiéndose hacia la Tierra del Rojo, probablemente Yucatán, lo cual es posible si observamos la gran influencia tolteca en la arquitectura de Chichén Itzá, por ejemplo, en los templos de Kukulkán y el de las 1,000 columnas, el Chac Mool y el juego de pelota. Finalmente, según la mitología; Quetzalcóatl desaparece en el mar 28 El nombre de este dios significa “espejo humeante negro”. 54 convirtiéndose en la estrella Venus. Desde entonces, es venerado como Tlahuizcalpantecuhtli, (lucero de la tarde y de la mañana). El simbolismo de esta transfiguración –la desaparición o muerte de Quetzalcóatl en el mar —, y la fecha de su nacimiento —en un año Uno Caña (Ce-Acatl), coincidente con la fecha de la venida de Cortés— tendrían más tarde un gran impacto simbólico-religioso en Moctezuma Xocoyotzin, señor de los mexicas y fue una de las causas que influyeron en la rapidez asombrosa con que se consumó la conquista del su Imperio. Durante la migración de los aztecas, denominados así porque procedían de Aztlán, un lugar mítico en donde abundan las garzas, situado en el noroeste de México, pasaron por Tula y se establecieron en Coatepec. De este contacto con la cultura tolteca, asimilaron su esencia cultural, incluidos usos y costumbres, además de que adoptaron el panteón teotihuacano-tolteca. En éste se encuentra incluido el mito del nacimiento de su deidad principal, Huitzilopochtli, quién los guiaría hasta su establecimiento definitivo en México-Tenochtitlán motivados por la necesidad de liberarse de los toltecas. En realidad debería llamarse renacimiento de Huitzilopochtli, toda vez que en el mito original, es él, ésta deidad, quien los impulsa a salir de Aztlán en búsqueda de “la tierra prometida”. Huitzilopochtli, en el mito de la creación, “recibe los nombres de Omitecutli, ‘Señor Hueso’, y Maquizcóatl, ‘Serpiente de Dos Cabezas’ también era conocido como Mxitli. En las tradiciones históricas, es el patrón de los aztecas. Durante su migración les hablaba anunciándoles su destino. Según el mito, nació en Coatepec, cerca de Tula. Su madre, Coatlicue, ‘Naguas de Serpiente’ o ‘diosa de las flores’, lo concibió al guardarse en el seno una bola de plumas que encontró cuando barría. Nació todo armado y derrotó a los huitznahuas, sus hermanos que, incitados por su hermana Coyolxahuqui, querían matar a su madre por haberse empreñado a hurto.”29 Dejemos por un momento lo mágico y complejo de las culturas del Anáhuac y su cosmogonía, para regresar ahora en el tiempo y en el espacio a Europa en el 410. Alarico, de origen germánico, viéndose marginado de los mandos del imperio romano, ordena y dirige el saqueo de Roma, suceso que acelera el declive y la desintegración del Imperio Romano de Occidente y contribuye a finalizar la dominación romana en Hispania. Al desintegrarse el imperio, surgen diversos reinos en sus antiguos dominios. Uno de ellos, el visigodo, tiene lugar en el antiguo territorio de Hispania. A continuación revisaremos brevemente su desenvolvimiento. 29 Pedro Carrasco, Historia general de México (México: El Colegio de México, 2000) 205. 55 LOS VISIGODOS Los godos, pueblo de origen germano, habían sido también expulsados de la región del Danubio por las hordas de Atila y parte de ellos se habían asentado en las Galias, estos eran los visigodos, que tenían ahora su centro de operaciones en Tolosa, actualmente Toulouse en Francia. Desde ahí penetraron a Hispania, ya de manera sistemática en el 415, después de haber tenido enfrentamientos con los grupos de suevos vándalos y alanos que habían penetrado cruzando los pirineos desde principios del siglo, asentándose principalmente en la región cantábrica, particularmente en Galicia. Por su parte los visigodos, en ese tiempo no se podían imaginar que más tarde ellos mismos suplirían a Roma en el dominio de Hispania, tras el declive del Imperio de occidente en el año 476. La dominación de los visigodos en Hispania inicia con Ataulfo (410-415), quien se casa con Gala Placida en 414 y muere en el año 415; lo sucede Sigerico (415), un tradicionalista que muere asesinado después de una semana de reinado y es sucedido por Walia (415-418), un conciliador de las dos tendencias, la pro románica de Ataulfo y la tradicionalista o germánica. Walia establece su capital en Tolosa, en las Galias. En un principio Ataulfo había establecido su corte en Barcelona, sin embargo seguirán todavía por varios años utilizando a Tolosa como el principal centro de operaciones hasta en tanto no logren consolidarse en la Península, lo cual consiguen en el 507. Anteriormente con la presión creciente de los francos ejercida en su contra, los hace decidirse por su concentración y consolidación como reino en Hispania resguardándose de los francos en buena parte mediante la enorme barrera física de los Pirineos. El dominio visigodo en Hispania dura desde principios del siglo V hasta comienzos del siglo VIII. La cultura románica prevaleciente en Hispania era superior o cundo menos similar a la de los nuevos dominadores. Los visigodos respetan la independencia jurídica y social de los pueblos de Hispania, lo que llega a institucionalizarse jurídicamente a principios del siglo VI con el Código de Alarico (484-507), que sería aplicado para los pueblos de Hispania en forma paralela al Código de Eurico (466-484), que valía para los visigodos y, entre otras cosas, prohibía los matrimonios mixtos. Entre los visigodos existía una gran unidad familiar en forma de patriarcado, que también se expresaba jurídicamente en su propio código. En el 552, desembarcan en la península (probablemente en Málaga) tropas bizantinas del Imperio Romano establecido en oriente y encabezado por Justiniano. No esta claro si los bizantinos fueron traídos por Atanagildo (554-567), también visigodo, en auxilio de Hispania contra el rey Agila (549-554) o bien la alianza inicial de los bizantinos fue con Agila quien en realidad reinaba en ese tiempo, siendo Atanagildo el rebelde. Lo cierto es que este desembarco 56 agregaba un factor más de invasión a Hispania, que por otro lado traería una rica influencia cultural positiva. Los visigodos en principio adoptaron las estructuras usos y costumbres establecidas por Roma durante su dominio sobre Hispania. Sin embargo con el establecimiento del nuevo reino trataron de hacer algunos cambios que no todos fueron para bien. Centralizaron el poder como correspondía a un reinado pero le dieron mucha fuerza a los nobles asentados en diferentes partes del territorio casi a manera de señores feudales anticipados, desapareciendo los municipios y estableciendo provincias ducales, lo que provoco con el tiempo el fortalecimiento de las provincias y los señoríos de la nobleza y la aristocracia, acentuándose la ruralización y afectándose negativamente el comercio, viniendo en demérito la actividad de la vida urbana y la cultura que esto produce, como la actividad artesanal entre otras. Desde el punto de vista religioso los visigodos organizan su reinado bajo el principio de la emanación divina del poder utilizado por los romanos desde Constantino para validar y dar carácter sagrado al monarca en turno, sin embargo no mantenían una liga política de gobierno con los obispos arrianos, aun siendo el arrianismo la religión oficial, y no fue sino hasta el Concilio celebrado en Toledo en el 633 cuando se decreta la unión de la iglesia y el Estado después de que se estableciera, no sin un sinnúmero de vicisitudes, la religión católica como la oficial del reino abjurando al arrianismo. La sociedad y la vida cultural fueron afectadas por la gran influencia del clero católico en las costumbres, con sus prejuicios sociales y religiosos. Regresando un poco, en el siglo VI se da el reinado de, tal vez, el monarca visigodo más importante: Leovigildo (573-586), quien unificó Hispania mediante victoriosas batallas en contra de los bizantinos, vascones, suevos, etc. Fue un personaje visionario de gran decisión y mando que ejerció el poder político a plenitud para llevar a cabo grandes reformas en todos los campos, entre otros en el jurídico en donde actualizo la legislación mediante su propio código, cubriendo aspectos territoriales y permitiendo ahora el casamiento entre visigodos e hispano románicos. Leovigildo consolidó la hegemonía visigoda y estableció su capital en Toledo, en el centro geográfico de Hispania. Todo le salía “a pedir de boca” hasta que se metió en el terreno religioso al querer imponer el arrianismo. El rey había procreado dos hijos con su esposa Teodosia: Hermenegildo y Recaredo. Hasta entonces, la monarquía había sido electiva, y él trata de hacerla hereditaria y para esto asocia al trono a su primogénito Hermenegildo y para prepararle el terreno lo envía a la Bética pero este, 57 como "el hijo desobediente", se rebela contra su padre al declararse abiertamente en contra del arrianismo, se autoproclama rey de Sevilla y toma las armas contra el reino de Toledo. Las consecuencias no se hacen esperar y recaen sobre los católicos, quienes sufren injustas persecuciones y el mismo Hermenegildo es pasado por las armas en el 585 por lo que la iglesia católica de inmediato lo consideró como uno de sus mártires. Leovigildo muere y en el 586 su otro hijo, Recaredo (586-601), lo sucede y unifica las religiones convocando en el 589 al III concilio en Toledo, pero ahora en forma inversa al plan de su padre, él abjura al arrianismo y se convierte al catolicismo. Lo que no dejaba de ser una medida inteligente porque lo congraciaba con los hispano-romanos que eran mayoría y le daba más estabilidad y gobernabilidad al reino. Más adelante vinieron Sisebuto (612-621) y Suintila (621-631) quienes acabaron por expulsar definitivamente a los bizantinos de Hispania. Y posteriormente Chindasbinto (642-653), quien procede a la eliminación de sus enemigos y la confiscación de sus bienes para fortalecer al Estado. Asocia a su hijo Recesbinto, quien lo sucede en el 653, teniendo que enfrentar a un clero rebelde y retrógrado. Recesbinto fue un monarca muy activo y destacado; promulgó la unidad jurídica a través del Liber Iudiciorum. Parte de lo que fueron sus joyas se encuentran actualmente en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid. A su muerte (672), el arrianismo trata de reactivarse; sin embargo, se elige a Wamba (672- 680), quien controla la situación religiosa e instituye el servicio militar obligatorio, antigua costumbre germánica. Finalmente, Wamba es traicionado por Ervigio (680-687). Al final de la dominación visigoda, se pone de manifiesto el ancestral fenómeno socioeconómico que se caracteriza por el gran enriquecimiento de la minoría dominadora y sus asociados, por un lado, y por el otro, el empobrecimiento de la inmensa mayoría, sin que entre ambos grupos existan escalones intermedios. Al final esto debilitará la cohesión social y el poder político. Dicha polarización económica se acentuó con la ruralización de la economía que fortaleció un sistema pre-feudal y disminuyó el poder central del Estado. Adquieren particular relevancia el terrateniente latifundista y el encomendero, propiciado por una legislación que privilegiaba a los señores feudales en contra de los campesinos, con la complacencia, como casi siempre, del alto clero. Esta situación no se da en algunos grupos homogéneos con vocación independiente, como los cántabros y los vascones. La injusta distribución de la riqueza y la concentración del poder político en unos cuantos ha sido desde siempre, sin ser este periodo 58 histórico la excepción: el germen de descomposición social que constituye la paja seca del descontento de la mayoría, fácil de encender y propagarse, sin que esto sea garantía de ninguna mejora. A fin de cuentas, el cambio tiene lugar como consecuencia lógica. Es así como resurgen los movimientos baguadas, las revueltas campesinas y la resistencia de los vascones, lo que facilitaría y propiciaría la relativa fácil penetración de los musulmanes, misma que algunos veían con júbilo. Ervigio y Égica (687-702) ante la depresión económica de finales del siglo VII recurren a lo que después sería una costumbre en diferentes épocas y lugares, la confiscación de los bienes de los judíos aduciendo razones “religiosas” para justificar el despojo arbitrario. Ervigio, Égica y Vitiza (702-710), últimos monarcas visigodos, consolidan el estado pre-feudal. Su debilitamiento político se agrava tras períodos de secas, hambrunas, pestes y la apatía y desesperanza de la sociedad. A la muerte de Vitiza, lo sucede Roderico (710-711), en lugar de haberlo hecho su hijo Akhila. Inconforme éste con la sucesión decretada por su padre, paradójica e imprudentemente a través de terceras personas llama en su auxilio a los musulmanes, que estaban al acecho y tenían ejércitos de beréberes en Marruecos. Éstos, encabezados por Tariq ibn Ziyad responden de inmediato al llamado, los árabes cruzan rápidamente el Estrecho de Gibraltar y penetran por un punto que después seria conocido como Algeciras, derrotando y dando muerte a don Roderico en la Batalla de Guadalete, lo que pone fin al dominio visigodo e inicia la dominación musulmana en el 711. La proporción entre los hispanos romanos y los visigodos fue de un gran contraste, toda vez que los primeros llegaban alrededor de los 5 millones y los visigodos nunca sobrepasaron los 200,000. Con el dominio visigodo, como hemos visto, se da el fenómeno de ruralización en detrimento de los centros urbanos, marcado por un cierto feudalismo práctico y material, una especie de privatización en beneficio de los terratenientes y en detrimento del concepto del Estado romano. Esto se refleja, en términos generales, en la pobreza de la expresión artística, si bien hay que reconocer que una excepción la constituyó la región de la Bética dominada por los bizantinos. Desde un principio, los visigodos remarcaron la desigualdad social al dar privilegios a las clases poderosas en detrimento del pueblo. Al final, su periodo terminó como muchos de los mismos reyes visigodos, "sin pena ni gloria". No cabe duda de que el que sabe lo que quiere, se prepara, se mantiene porfiado y atento a los acontecimientos, en espera de su oportunidad. Esto, en la política y en la vida misma de las personas, siempre será 59 recompensado. Los árabes, con su acción astuta porfiada y oportuna que culminó con la penetración a Hispania en el 711 y su dominio por casi 800 años; escribieron una de las páginas más brillantes en la historia universal. LOS ÁRABES Al solicitar Akhila el auxilio de los musulmanes en contra de la supuesta usurpación de don Rodrigo, le sucedió algo similar a lo que le pasó al Pito Pérez30 de José Rubén Romero: al solicitarle a su jefe que pidiera a su novia, éste sí la pidió, pero para él mismo y no para Pito Pérez. Los árabes del gobernador Musa ibn Nusayr, dependiente del califato de Damasco, estaban asentados en Túnez, en el territorio de Mauritania en parte de lo que hoy es Marruecos, al noroeste de África, en donde estaba al mando su lugarteniente Tariq. Ellos vivían un pleno proceso de expansión y habían sido reforzados por los beréberes. Desde hacía casi medio siglo habían esperado pacientemente la oportunidad para cruzar el estrecho de Gibraltar en plan de conquista. Al atender, sin perdida de tiempo, el llamado de Akhila, no sólo rescataron el trono visigodo, sino que al dar muerte a don Rodrigo, se apoderaron de sus territorios, no en beneficio del buen Akhila, sino en el suyo propio. De esta manera, los árabes dominaron Hispania desde el 711 con la entrada de Tariq al frente de 12,000 efectivos; hasta 1492, cuando en la Reconquista los ejércitos de los Reyes Católicos, don Fernando de Aragón y doña Isabel de Castilla, toman la ciudad de Granada. El error de los visigodos de Akhila fue garrafal, toda vez que su rencor contra don Rodrigo no los dejó ver claramente que los árabes en sí mismos eran un peligro potencial mucho mayor que el mismo don Rodrigo. Los musulmanes estaban al acecho y bien preparados para invadir; sus intenciones eran evidentes y congruentes con su proceso de expansión, iniciado desde finales del siglo VII al conquistar a las tribus de beréberes del norte de África y fundar Túnez. Para la conquista de los beréberes, los árabes capitalizaron a su favor las rivalidades existentes entre los diferentes grupos, al enfrentar a nómadas contra sedentarios, venciendo a ambos al final y aliándolos a todos para formar un compacto grupo de árabes y beréberes todos dentro de la religión del Islam. Fue así como se encontraban ahora listos para la conquista de la Península, la cual Akhila les ofrecía ingenuamente “en charola de plata”. Era evidente que este noble visigodo no merecía el liderazgo de su pueblo, y ahora comprendemos la decisión de Vitiza, su padre, al no haberlo designado e él. La penetración de Tariq al frente de los árabes y beréberes por el estrecho de Gibraltar se da a través del puerto de Ceuta hacia Queaclella, lo que después sería Algeciras. Tras derrotar a don Rodrigo a orillas del 30 La vida inútil de Pito Pérez (1938), del novelista y poeta michoacano José Rubén Romero. 60 Guadalete, y sintiéndose reconfortado y alentado por el triunfo, Tariq decidió avanzar hacia el interior de la Península con el objetivo de llegar al corazón mismo de la Hispania visigoda: a Toledo. Tariq poseía una gran pericia militar; a él se debe en gran parte el rápido avance de los árabes hacia Toledo. El caudillo árabe-berebere encontró muy poca resistencia, y realizó una serie de alianzas estratégicas con bizantinos y visigodos, asegurándoles a los hijos de Vitiza la posesión de abundantes bienes materiales, pero lógica y astutamente, marginándolos definitivamente del poder. De esta manera, se logra consolidar rápidamente la hegemonía de los musulmanes en el territorio ocupado. Tariq continuó avanzando en forma definitiva y contundente, ya que tuvo el cuidado de reforzar las guarniciones de las plazas tomadas, lo que le permitió penetrar muy al norte, hasta León. Un año después de la llegada de los musulmanes a Hispania, Musa, el gobernador de Túnez, cruzó el Estrecho de Gibraltar con cerca de 20,000 árabes perfectamente equipados con armas sarracenas y briosos caballos entrenados para el combate. Era impresionante ver los atuendos de guerra y la belleza de los caballos árabes. Musa avanza sobre Sevilla como en un desfile triunfal y continúa hasta Toledo, en donde se une con Tariq, y juntos avanzan hacia Zaragoza, teniendo como objetivo el dominio del valle del Ebro. Al regresar Musa a Damasco, deja a su hijo Abd-al-Azis al mando de los ejércitos conquistadores. Éste establece su sede en la milenaria Sevilla y muere en el 716. El tiempo de la penetración inicial y consolidación de la dominación de los árabes en Hispania fue de aproximadamente 40 años. En el 732, su inercia invasora y de conquista en la Península los lleva a traspasar la cordillera de los Pirineos hacia las Galias de los francos, hasta donde llega su máxima penetración. Las derrotas que sufren en estas tierras frente al Duque de Aquitania, y en Tours y Poitiers frente a Carlos Martell, sumadas a la derrota de Covadonga frente a don Pelayo, último líder visigodo, hijo de uno de los condes de las provincias visigodas en tierras asturianas, los hacen recapacitar en su intento por continuar. Pero más que nada, lo que desalentó a los árabes fue el verse frente a un medio ambiente húmedo y frío, totalmente extraño y hostil a su propia naturaleza acostumbrada a un entorno totalmente distinto. Esto los disuade de seguir penetrando en Europa e influye indudablemente a que los árabes se concreten a ocupar únicamente la Península Ibérica y, muy particularmente, aquellas tierras semejantes a su hábitat tradicional, por lo que se concentran preferentemente en la parte sur de Hispania y en la Bética, en tierras más cálidas y soleadas. Es así como establecen Al-Ándalus, como desde entonces se conoció a la Hispania musulmana, con capital en Córdoba. Este 61 territorio ocupaba una zona un poco más grande de lo que hoy es la actual Andalucía. Como en el caso de la invasión visigoda, los conquistadores árabes eran una minoría; algunos historiadores 31 calculan que estos formaban aproximadamente el 10% de la población total existente en la Península, que seguía siendo aproximadamente de 5 millones de habitantes. En esta forma, en la zona dominada por los árabes había un poco más de 4 millones de habitantes. En las regiones independientes, en la región del Cantábrico, vivían alrededor de medio millón de habitantes; este reducto hispanocristiano, que nunca pudo ser sometido por los árabes, se mantuvo ahí desde la batalla de Covadonga. La conquista árabe se da a través de capitulaciones y pactos, más que por medio de una lucha cruenta; los pueblos de la península aceptaron al invasor porque esto era congruente tanto con la cultura romana, que los dominó por más de 600 años, como con la visigoda, que duró 300. De ésta manera, el espíritu de la soccii siguió imperando. Los mismos pueblos de España, Casi 1,000 años después, cuando se empezaron a consolidar como nación y les tocó a ellos el turno de ser los conquistadores, volverían a utilizar el mismo método: tanto mediante la división de los contrarios, como forzando la capitulación impuesta a sus rivales, inspirados en el espíritu mismo de la soccii, en algunos casos, o en el de la dedittitii en otros que así lo querían. La composición étnica de los musulmanes en su migración hacia Hispania era una mezcla de razas provenientes de Asia Menor y de África. Árabes y turcos eran originarios de Asia Menor y África, y los beréberes del occidente del continente africano. Más tarde llegaron, también procedentes del mismo lugar del continente, los almorávides; probablemente de estos últimos se derive el nombre de “moros”, tanto como abreviación del nombre, como por el color de su piel oscura. Otra versión señala que los romanos nombraron a los beréberes maurus, que quiere decir habitantes de Mauritania; a su vez, de maurus surgió moro y de moro se derivó moreno, que daban al color de la piel oscura. Los beréberes eran nómadas del Sahara y los almohades procedían de la zona montañosa de lo que hoy es Marruecos. De esta manera, la población de la Península, desde el punto de vista étnico, estaba dividida en árabes, beréberes, judíos e hispano visigodos. Los árabes eran los dominadores e implantadores de la religión musulmana. Desde el punto de vista religioso y de la aceptación o rechazo de la religión islámica, existían 4 grupos: los 31 Miguel Artola y José García de Cortázar, coords. La Época Medieval .Tomo 2 de Historia de España. p. 63. 62 musulmanes o dominadores; los que renegaron a su religión cristiana y aceptaron el islamismo, llamados muladíes; los que seguían fieles a su fe cristiana, pero aceptaban en cierta manera la dominación árabe y se adaptaron a su cultura, llamados mozárabes; y finalmente, los que rechazaban la dominación árabe y por supuesto la implantación del islamismo, que podemos identificar como hispano cristianos. Estos últimos se concentran en el norte de la Península, mientras que el resto se agrupaba al sur, en Al-Ándalus. Los mozárabes estaban integrados tanto por los hispano-visigodos que se adaptaron a la cultura árabe, como por los árabes mismos que se convirtieron al cristianismo. Conjuntamente con los muladíes y los árabes, se concentraron en las principales ciudades de Al-Ándalus como Córdoba, Sevilla, Toledo y Mérida, teniendo particular importancia su ubicación en Granada, en donde construye el bellísimo alcázar de La Alhambra con sus incomparables jardines del Generalife. A pesar del evidente interés de los mozárabes por la cultura y el idioma árabe, este grupo de cristianos sufrió persecuciones y deportaciones, sin someterse nunca del todo al conquistador, hasta que, en 1126, con la sublevación de los mozárabes en Granada, una gran parte de éstos emigra a Aragón, y otra es deportada a Marruecos. Si bien durante la dominación visigoda, se dio el fenómeno de ruralización en detrimento de las ciudades y de la organización política central; durante la dominación árabe esta tendencia se revierte, y no sólo se vuelve a dar importancia a la concentración urbana con la construcción de recintos amurallados y bellos alcázares cubiertos por techos de teja de barro, sino que también surgen nuevas ciudades, iniciando por Calatayud, en el 716; Calatrava, en el valle del Guadiana; Medinaceli, en Murcia, fundada por Abd-al-Rahman II; Tudela, establecida a principios del siglo IX; así como Lérida, Badajoz y Almería, ésta última fundado por Abd-alRahman III como puerto marítimo en el Mediterráneo a mediados del siglo X. Y por supuesto Algeciras, por donde ingresaron las tropas de Tariq. De esta manera, también las ciudades existentes 32 adquieren particular importancia, entre las que destacan principalmente Córdoba, que llegó a tener 100,000 habitantes en su apogeo, y en donde se construyó la espléndida mezquita, sede primero del Emir y posteriormente del Califa; Sevilla, que era de las principales ciudades, con 40,000 habitantes, con el magnífico alcázar y la torre de la Giralda, a la que posteriormente, en el siglo XVII, remataron en estilo barroco, torre similar a la Mezquita 32 Miguel Artola y José Ángel García de Cortázar, coords., La Época Medieval, Tomo 2 de Historia de España. De acuerdo a Leopoldo Torres Balbas y Henri Terrasse en Ciudades hispanomusulmanas (Madrid: Instituto Hispano-Árabe de Cultura, 1985). 63 Kutubia de Marraquech; Toledo, la antigua capital visigoda, con 37,000 habitantes; y Granada, el último reducto de los árabes, con 26,000, así como Málaga y Zaragoza, con 20,000. Sin embargo, la cultura árabe y su forma de vida urbana transformó notablemente a las ciudades de la Península al romper con el trazo ortogonal tradicional de la cultura romana sin cambiar el espacio abierto público pero ahora quisieron darle mayor importancia al espacio interior y a la vida interior en casas y alcázares, construidos con sabiduría arquitectónica, aprovechando las leyes de la naturaleza para lograr el confort, como era su costumbre. Esta influencia más tarde tendrá expresión en la cultura mexicana, al complementarse con la influencia prehispánica iniciada en los palacios y zonas habitacionales de Teotihuacán y terminada en los de la gran Tenochtitlán. Con la derrota de los omeyas en el 747, el califato de Damasco desaparece y se traslada el poder de los árabes a Bagdad. En cierta forma, la organización política hispanomusulmana, por ésta razón se separa del Califato de Bagdad e inicia en el 758 con Abd-al-Rahman I de los omeyas, en Al-Ándalus, como emir con sede en Córdoba, creando en la Península Ibérica un Estado musulmán independiente con carácter de monarquía absoluta y hereditaria. El emirato fue la pieza clave en la estructura de este Estado hispanomusulmán, centralizado, apoyado en el poder político y en el uso de la fuerza legítima a través del Ejército. Todo esto gira en torno a la religión musulmana, legitimado por el sometimiento del poder político a Dios. La doctrina política adoptada fue en base a la de la escuela jurídica de Malik de Medina, una doctrina ortodoxa radicalmente observada y defendida por los alfaquíes, juristas teólogos que pugnaban por la unidad dogmática con una especie de fundamentalismo que no permitía desviación alguna. De ésta manera, los omeyas sientan sólidas bases para el nuevo Estado en Al-Ándalus. A finales del siglo VIII, con el objeto de establecer una barrera definitiva, no solamente física –como lo constituía la enorme y bella mole natural de los Pirineos—, sino a manera de presión política y guerrera para contener a los árabes definitivamente, los francos de la dinastía carolingia realizaron una serie de penetraciones que dan pie a una de las primeras obras de la literatura épica en la Península, “El Cantar de Roldán” (778). El texto describe una de las incursiones de Carlo Magno a Hispania, por el puerto de Roncesvalles, y la actitud heroica de Roldán y sus gentes, que al regreso se niegan a seguir con Carlomagno para así cubrir su retaguardia y son derrotados y muertos por los árabes en combate desigual, precisamente antes de cruzar los Pirineos en lo alto del puerto de Roncesvalles. Aunque en realidad se dice que en este caso no fueron los árabes quienes derrotan a Carlomagno, sino los vascos y navarros, fieros guerreros defensores de su 64 territorio –lo cual es muy creíble toda vez que eran los únicos habitantes de la región y propiamente sus guardianes más celosos—. A finales del siglo VIII y principios del siglo IX, tiene lugar el reinado del tercer omeya de alÁndalus: Al-Hakam I (796-822); a él le tocó precisamente enfrentar tanto las presiones de los francos de Carlomagno como las tensiones sociales derivadas de la lógica discriminación económica y social de los conquistadores sobre los conquistados, lo que ocasionó los levantamientos de muladíes en Zaragoza, Toledo y Mérida. Al-Hakam I resuelve estos problemas por fuerza de la represión, lo que ha sido una constante histórica muy efectiva, que después adoptaría Napoleón. En estas condiciones se prepara el terreno para el advenimiento de Abd-al-Rahman II (822-852), en donde se consolida una sólida economía comercial con base monetaria, inspirada en las estructuras político-administrativas persas, de tradición autocrática y centralizadora, Esto es un ejemplo más de cómo la experiencia cultural se transmite al futuro a través de los vasos comunicantes que son las mismas civilizaciones. En el 912 llega al emirato Abd-al-Rahman III, quien no conforme con todo el poder absoluto que centralizaba el emir, se autoproclama Califa en el 929 para acentuar más la fuerza y la soberanía del Estado islámico de Al-Ándalus y su independencia de Bagdad, enmarcado todo esto con un cierto fausto y esplendor cortesano. Aunque de esta manera se pretendía realzar más la majestad del soberano, por otro lado se ahondaba más la diferencia ya de por sí grande entre éste y sus súbditos. Es justo reconocer que Abd-al-Rahman III consolida y profesionaliza el Ejército y delimita con mayor claridad las fronteras de al-Ándalus. Con ello confirma el poder musulmán en la Península. Durante su reinado, se desarrollan las matemáticas y la astronomía. A él se le considera como el más ilustrado de los omeyas de al-Ándalus. Lamentablemente muere en 976. En 981 sube Abú Amir, que se convierte en Almanzor, dictador de al-Ándalus. Previamente, mediante astucia y manipulaciones políticas, hace que triunfe la candidatura del príncipe Hisham al Califato, ya que al ser él administrador de sus propiedades, lograría tomar el poder y convertirse en rey, relegando a Hisham, que era menor de edad, a una mera una figura decorativa con función “espiritual”. Al encerrarlo en el Palacio de Córdoba, concentra despóticamente para sí el poder político. Más tarde, deja su reinado a su hijo Abd-al-Malik, quien lo conserva hasta su muerte en el 1008, cuando es sustituido por Abd-al-Rahman Sanchuelo, persona incapaz y sin tacto político que exige al Califa su nombramiento como sucesor. Sólo duró 6 meses en el trono. Ante tal desprestigio, surgieron cada vez más revueltas sociales en contra del Califato y, al aparecer diferentes grupos en pugna por el poder, en 23 años se termina con el Califato y el 65 Estado musulmán de Al-Ándalus. Todo por la exaltación artificial del poder sin objeto alguno. En esta forma, en el siglo XI se da el desmembramiento del Estado musulmán al fraccionarse en diferentes reinos llamados de taifas, que ubican sus cabeceras en las ciudades más importantes como Toledo, Zaragoza, Badajoz, Granada y Sevilla. La división de estos reinos y el enfrentamiento entre ellos debilitaron el poder de los árabes, que solamente se ve renovado con dos nuevas invasiones de almorávides y almohades. Ante esta situación, a los hispanos cristianos del norte, principalmente a los castellanos, se les facilita el avance hacia el sur, lo que significa un refuerzo para la incipiente Reconquista. Eran los tiempos del legendario Cid campeador, don Rodrigo Díaz de Vivar, cobrador del tributo feudal que los reyes castellanos imponían a los reinos de taifas, él es quien se vuelve el azote de las tribus invasoras de almorávides. Alfonso VI, que había sucedido al rey castellano Sancho II; por celos orilla al Cid casi a convertirse en un mercenario, por esta razón lo encontramos ahora sirviendo a Yusuf Al-Mu’Tamin, cabeza del reino taifa de Zaragoza. Sin embargo, ambos se reconcilian, y Alfonso VI le encarga al Cid, Levante, estableciendo su base en Valencia. Y así, en el 1085, se recupera Toledo. Al morir el Cid, se convierte con justa razón en una de las grandes leyendas de la época medieval al escribirse, en 1207, el poema del Mío Cid, valiosa obra literaria de la épica castellana que narra las andanzas de don Rodrigo Díaz de Vivar y la hazaña que describe la importancia que tiene el simbolismo en el ánimo de la gente al utilizar el cadáver del Cid para triunfar en la batalla con él, aun después de muerto. Mientras tanto, en 1118 se recupera también Zaragoza, en el siglo XIII, el rey de Castilla se apodera de Córdoba y Sevilla, y el rey de Aragón conquista Valencia y Murcia, así como las Islas Baleares. Se fortalecen los reinos de León (que incluía Asturias y Galicia), el de Castilla y Portugal, y el de Navarra y Aragón, que incluye Cataluña, Sicilia y Nápoles. En el 1200, la provincia vascongada de Guipúzcoa se une a Castilla, quedando los musulmanes reducidos al reino de Granada, que comprendía Almería, Málaga y Gibraltar. En esta forma, y en plena acción sistemática de la reconquista surgen en España los mudéjares, como musulmanes que se adaptaron al reconquistador cristiano y al que pagaban tributo. También se llamó mudéjar al estilo arquitectónico que floreció durante la Reconquista. La mayor parte del comercio y la industria se encontraba en manos de mudéjares y judíos: “Por fin, los mudéjares o musulmanes residentes en territorio cristiano comenzaron a jugar un papel demográfico a partir de la dominación del valle del Ebro, acrecentado después con las conquistas de Levante y Andalucía; se trataba, en general, de una masa de población 66 fundamentalmente rural que optó por acogerse a los pactos de capitulación propuestos por los conquistadores cristianos; incluían inicialmente el respeto a las costumbres y la conservación de algunas de sus autoridades, al menos las que ejercían su jurisdicción en las ciudades (reminiscencias de la socii) en donde los mudéjares quedaron relegados a barrios extra muros -la morería -, aislados del resto de la población urbana.”33 El río Guadalquivir va entre naranjos y olivos. Los dos ríos de Granada bajan de la nieve al trigo ¡Ay amor que se fue y no vino! El río Guadalquivir tiene las barbas granates. Los dos ríos de Granada uno llanto y otro sangre ¡Ay amor que se fue por el aire! Para los barcos de vela, Sevilla tiene un camino; por el agua de Granada sólo reman los suspiros ¡Ay amor que se fue y no vino! Guadalquivir, alta torre y viento en los naranjales. Dauro y Genil, torrecillas muertas sobre los estanques ¡Ay amor que se fue por el aire! ¡Quien dirá que el agua lleva un fuego fatuo de gritos! 33 José Ángel García de Cortázar, La época medieval 172 67 ¡Ay amor que se fue y no vino! Lleva azahar, lleva olivas, Andalucía, a tus mares. ¡Ay amor que se fue por el aire!34 La aportación de los árabes a la cultura española y, a través de ésta, a la mexicana, fue muy valiosa y de enormes proporciones. Finalmente llegamos a las dos grandes y diferentes civilizaciones la mexica y la española, que fueron las destinatarias del proceso de culturización que se dio durante más de 3000 años, a través de las influencias culturas que hemos visto y que, poco a poco, las fueron alimentando y preparando para la fusión. En realidad yo no sé si realmente estarían preparadas. Yo creo que no; ninguna de ellas lo estaba, no lo podían estar, no tenían porque estarlo, pero la circunstancia histórica se dio propicia para la colisión de las dos culturas que nos llevó a una fusión. Y sin proponérselo nadie, ésta se iniciaría en el siglo XVI, con todas las consecuencias que se viven ahora en lo que es el México del siglo XXI. 3.- MEXICAS Y ESPAÑOLES LOS MEXICAS La gran Tenochtitlán fue fundada en 1325 bajo la guía y el liderazgo del sacerdote Tenoch. Los aztecas inician aquí una teocracia que alimentaría y conformaría a la gran cultura mexica, precisamente con la fundación de esta ciudad, que después sería la gran metrópoli sede de los poderes de su imperio. Unos años antes de la fundación de MéxicoTenochtitlán en los inicios del 1300, los aztecas, guiados por Tenoch y por Huitzilihuitl I, llegaron al valle y se asentaron en lo alto de cerro de Chapultepec. Si todavía hoy en día es impresionante y bella la vista de los volcanes en días claros, en ese entonces; desde allí se dominaba el hermoso Valle de Anáhuac, con sus poblaciones, lagos y la multitud de volcanes, tanto los pequeños como los señoriales, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Al pie del Cerro del Chapulín se contaba con abundantes manantiales de agua cristalina y con un denso bosque de gran variedad de árboles en donde predominaban los centenarios ahuehuetes (Taxodium mucronatum). 34 Federico García Lorca, “Baladilla de los tres ríos,” Romances y canciones (Madrid: Mondadori, 1998) 13-14. 68 El señor de los aztecas en esta época era Huitzilihuitl, mientras Tenoch era el sumo sacerdote. Sus costumbres, derivadas de su cosmogonía y teogonía, incluían los sacrificios rituales de prisioneros tomados de otros pueblos para ser ofrendados a su dios Huitzilopochtli. Esta circunstancia, así como el termino, en ese tiempo, de uno de sus ciclos rituales de 52 años con la ceremonia de encendido del Fuego Nuevo, a fin de celebrar y asegurar el término del ciclo y la salida del nuevo Sol—Es lo que hace a los aztecas desafiar temerariamente a los pueblos de las riberas del lago en busca de prisioneros para ser sacrificados. En estas condiciones, los aztecas se confrontan con los tepanecas de Azcapotzalco, el pueblo mas poderoso, quienes además se aliaron con los de Culhuacán para expulsarlos de Chapultepec. Después de cruentas batallas; paradójicamente el Señor Huitzilihuitl y su esposa son apresados por el rey Cox Cox de Culhuacán y muertos en un sacrificio ritual. Ya como vasallos y tributarios del rey Cox Cox, los aztecas le solicitan un espacio propio; entonces, el rey de Culhuacán les asigna un lugar inhóspito para que se asentaran. En esta forma, el Señor de Culhuacán los envía a Tizapán, al sur de las riberas del lago, cerca de lo que hoy es San Ángel y en el lugar que actualmente lleva el mismo nombre. En esta zona existían una gran cantidad de serpientes, muchas de ellas crótalos. Contrario a lo esperado por el rey culhúa, aparentemente el lugar no les vino mal, pues las mismas serpientes les sirvieron de alimento. Sin embargo, los aztecas no se resignaban a permanecer ahí. Después del desastre de Chapultepec y la muerte de Huitzilihuitl, los aztecas fueron guiados por Tenoch, el sumo sacerdote. Pasaron aproximadamente 14 años azarosos de guerras y humillaciones hasta poder consolidarse y superarse distinguiéndose como fieros guerreros. Tenoch le pidió al rey culhúa Cox Cox que les diera a su hija Toci como Señora de los aztecas y abuela del dios Huitzilopochtli, a lo que el rey accedió. Sin embargo, lo que hicieron fue terrible mas no malévolo, ya que era parte de uno de sus rituales: la desollaron, y con su piel se vistió a un mancebo para ofrendar al dios, habiendo sido invitado el padre de la princesa desollada a la ceremonia, el Rey Cox Cox, al darse cuenta de la atrocidad, atribulado y desconcertado, montó en cólera, los combatió y expulsó del lugar. Después de enfrentar la ira de Cox Cox, los aztecas huyeron en forma dispersa hacia el lago, y después de varios días de esconderse, Tenoch los concentró en unos islotes. Ahí, éste los motivó grandemente al decirles que el signo indicado por su dios Huitzilopochtli, que habían estado buscado por tanto tiempo: un águila real posada sobre un nopal y rocas devorando una serpiente, se había dado en uno de los islotes y por lo tanto, ahí fundarían la ciudad que sería su sede permanente. La llamaron 69 México-Tenochtitlan. En realidad, la razón y significado del nombre no la sabemos con exactitud, pero es muy probable que haya sido en honor al dios Mexitli, otro de los nombres de Huitzilopochtli, que unido a Tenochtitlán que significa tierra de Tenoch, en honor al gran sacerdote y líder de los tenochcas, a quienes gobernó hasta su muerte, ocurrida en 1363 o 1372, según el Códice Mendocino. Aunque el islote era grande, estaba dividido en dos partes y no era el lugar más adecuado desde el punto de vista estratégico y productivo, pero era el lugar designado por su dios y esto, además de la influencia ejercida por el gran liderazgo religioso y guerrero de Tenoch, fue más que suficiente para emprender una intensa tarea tanto de edificación del nuevo asentamiento, como de reorganización política y militar. Una vez que hubieron logrado la fuerza suficiente, los tenochcas combaten fieramente contra el rey de Culhuacán, al que derrotan. Tras una estrategia inteligente, mediante una negociación favorable y diplomática, se sometieron voluntariamente al reino más poderoso del Anáhuac, el de los tepanecas de Azcapotzalco. Como tributarios, los tenochcas pretendían obtener su favor y su fuerza, y al mismo tiempo evitar así la amenaza de los otros reinos. En esta forma, ahora serían súbditos de Tezozómoc, el Señor de Azcapotzalco. El rey Quinatzin era el señor de Texcoco, quien al morir fue sucedido por su hijo menor Techotlala; Tezozómoc, al morir, fue sucedido por su hijo del mismo nombre. Según Ignacio Bernal, más tarde, en 1367, habrían destruido Culhuacán. Y ante la inexistencia de una dinastía, a la muerte de Tenoch, y con el deseo de cambiar el gobierno teocrático por uno político aristocrático, decidieron elegir tlatoani a "un descendiente del desposeído rey de Culhuacán”35 , los cuales además eran descendientes directos de la nobleza tolteca, esto pudieron hacerlo porque inteligentemente no se lo habían pedido a los de Azcapotzalco. Sin proponérselo daban de esta manera inicio a la gran dinastía de los mexicas, de donde saldrían todos los gobernantes de lo que después sería el gran Imperio mexica, que si bien tuvo una duración relativamente corta, la asimilación de la riqueza heredada por un proceso cultural de más de 2,800 les trasmitía una inercia cultural que capitalizaron, dándoles características de grandeza indiscutible. Entre la muerte de Tenoch y la elección del primer tlatoani, medió el gobierno militar de Mexitzin. La elección de Acamapichtli, primer tlatoani de los mexicas después de la fundación de México-Tenochtitlán, ocurrió en 1376, y se registra que contó con el refrendo y entusiasmo popular. Acamapichtli significa “puñado de cañas” que simbólica y metafóricamente significa, a su vez, poder y unión. En esta forma, una vez fundada la ciudad y muerto Tenoch, el gran sacerdote, el primer gobernante 35 Ignacio Bernal, Tenochtitlán en una isla (México: Fondo de Cultura Económica) 129. 70 o señor de los mexicas 36 fue Acamapichtli, quien gobernó de 1376 a 139637. La esterilidad de la reina Ilanchueitl hizo que Acamapichtli procreara muchos hijos con otras doncellas de la nobleza, entre ellos a Huitzilihuitl e Izcóatl, iniciándose de ésta manera la dinastía mexica. A 13 años de la fundación, algunos disidentes capitaneados por Atlacuahuitl, Hucto, Opchtl y otros más, fundaron Tlatelolco en el islote adjunto, en donde con el tiempo se establecería el impresionante gran mercado de México-Tenochtitlán. Más adelante la ciudad se dividió en 4 calpullis o barrios que agruparon a los diferentes clanes: Cuepopán, Moyotla, Atzacoalco y Teopán-Zoquipán. Mientras Tezozómoc extendía el dominio de los tepanecas por el lago dulce y llegaba por él hasta Tenayocán. Azcapotzalco se constituía como el reino más importante y poderoso del Anáhuac. Techotlala el Señor de Texcoco, gobernaba a los pobladores de origen náhuatl y chichimeca y hacía prosperar su reino, convirtiéndolo en uno de los más grandes y cultos del valle. Su influencia contribuyó a expandir la cultura náhuatl, el arte y la gran tradición heredada de las diferentes civilizaciones mesoamericanas durante el transcurso de los siglos, principalmente la de la cultura teotihuacana. A la muerte de Acamapichtli, eligen gran tlatoani a su hijo, Huitzilihuitl, con la entusiasta aprobación del pueblo. El nombre de Huitzilihuitl significa “pluma de colibrí”, nombre que probablemente recibió en honor Huitzilihuitl el señor de los aztecas que gobernó en Chapultepec junto con Tenoch, y sucumbió en manos de los de Culhuacán. Como medida diplomática, los mexicas piden a Tezozómoc, rey de Azcapotzalco, a una de sus hijas para casarla con Huitzilihuitl. El monarca acepta y concede a su hija Ayhuachihnatl en matrimonio, del cual nace Chimalpopoca. El creciente enfrentamiento entre Texcoco y Azcapotzalco hizo a Techotlala pedir a Huitzilihuitl una hija para casarla con su hijo Ixtlixóchitl, en 1402. De esta unión nace Nezahualcóyotl, el gran personaje multifacético, el rey poeta de Texcoco. Techotlala fue un gran señor de su pueblo, interesado en impulsar la cultura y las artes, que alcanzaron su máxima expresión precisamente en tiempos de su nieto Nezahualcóyotl. En esta forma, se fueron entrelazando las familias reales del valle, dándose como consecuencia lógica la asociación política y dinástica. 36 La cultura mexica va de 1325 a 1521, fecha en que es apresado Cuauhtémoc. Pienso que solamente en este período se les puede llamar mexicas. Anterior a la fundación de México-Tenochtitlán, a esta cultura debe llamársele azteca, período que comprende desde la migración con la salida de la mítica Aztlán (sin precisar la fecha) hasta el nacimiento de la cultura mexica en 1325. 37 Aunque las fechas en la sucesión de los señores mexicas difieren según los diferentes especialistas, coincidiendo casi todas en el inicio y terminación de la dinastía, en este caso se escogieron las propuestas del maestro don Miguel León Portilla. Óp. Cit. 71 Tezozómoc fue un gran monarca y un hábil político que extendió cada vez más su hegemonía sobre los pueblos vecinos, hasta cercar a Texcoco. Al morir Techotlala, Señor de Texcoco, deja una sólida organización social y cultural, sin embargo a su hijo Ixtlixóchitl, su heredero, lo deja débil desde el punto de vista milita. La prudencia, inteligencia, astucia y coraje de éste monarca de Texcoco le hizo resistir y ganar muchas batallas desiguales contra los tepanecas, hasta que en el año 1417, éstos toman y saquean Texcoco. Ixtlixóchitl escapa con su hijo Nezahualcóyotl y sus guerreros leales. Después de dos años de constantes huidas y de comprobar deslealtades de sus antiguos tributarios, muere valientemente, escondiendo, preservando y salvando para la historia a su hijo Nezahualcóyotl. Huitzilihuitl había engrandecido a Tenochtitlán, moral y materialmente; había convertido y confirmado a los mexicas en pueblo de fieros guerreros tanto en tierra como en las aguas del lago, lo que contribuiría en el futuro a consolidar su poder. En 1415 muere, y su hijo Chimalpopoca es coronado Huey Tlatoani, gran señor de los mexicas. Éste contaba además con el cariño y apoyo de su abuelo Tezozómoc, quien le concede el agua de Chapultepec y los materiales necesarios para construir el acueducto que conduciría el agua hasta la ciudad. En este tiempo se construyó la Calzada de Tlacopan, hoy Tacuba, que unió desde entonces a México-Tenochtitlán con los dominios de Azcapotzalco. Tlacaelel, hijo de Huitzilihuitl y medio hermano de Chimalpopoca, heredó de su abuelo Acamapichtli la dignidad de gran sacerdote Cihuacóatl. Esta dignidad sacerdotal era de verdadera importancia para el manejo del poder políticoreligioso, y en el caso de Tlacaelel, sirvió también para desempeñar el papel de juez, gran consejero y muchas veces para ejercer “el poder detrás del trono”, aunque siempre para bien, solo cuando era absolutamente necesario y con actitud de gran humildad. Tezozómoc se proclama rey de Anáhuac y divide el reino entre sus hijos. Varios parientes de Chimalpopoca y de Nezahualcóyotl piden a Tezozómoc que deje de perseguir a éste y se le asigne un señorío. Él accede y le otorga el Palacio de Silán, en Texcoco, poniéndole como condición que no pase de Tenochtitlán ni de Tlatelolco. En 1428 muere Tezozómoc como un gran y poderoso rey en posesión de varios dominios. Chimalpopoca y Tlacocol aclaman a Tayatzin, su hijo, señor de Azcapotzalco, porque su padre así lo había dispuesto. Pero Maxtla, rey de Coyoacán, el hijo mayor de Tezozómoc, se rebela y se autoproclama señor de Azcapotzalco después de darle muerte a Tayatzin su hermano, quien a su vez quería matarlo. Maxtla se prepara de inmediato para hacer la guerra a México-Tenochtitlán y someter a los mexicas. 72 Existen diversas versiones sobre el comportamiento y muerte de Chimalpopoca en esta circunstancia; lo cierto es que su muerte y sucesión dan pie para que mediante el sabio y oportuno consejo de Tlacaelel se unan mexicas, tezcucanos y los tepanecas depuestos, en contra de Maxtla. Izcóatl, hijo de Acamapichtli, es electo y proclamado Huey tlatoani de México-Tenochtitlán por el consejo mexica en 1428. Maxtla, el autoproclamado rey tepaneca de Azcapotzalco, hijo de Tezozómoc, presenta frente de batalla y se apresta para invadir la isla. Por otro lado, Maxtla expulsa a Nezahualcóyotl de Texcoco, quien se alía con los tlaxcaltecas y otras naciones para recuperar Texcoco y a su vez, como hemos visto, para aliarse con su tío Izcóatl, quien como gran tlatoani arenga elocuentemente al pueblo para la guerra y pone al ejército bajo el mando de Moctezuma Ilhuicamina, altamente motivado para encabezar sus escuadrones con los fieros y emblemáticos guerreros águila y guerreros tigre (jaguar). Después de más de 3 meses de cruentas batallas y, a pesar de la superioridad de los tepanecas, los ejércitos aliados toman Azcapotzalco. En esta ocasión, Netzahualcóyotl da muerte a Maxtla con sus propias manos: le arranca el corazón con un cuchillo de obsidiana para después ofrendarlo a su padre Ixtlixóchitl. En ese mismo año se extiende la conquista, liderada por Izcóatl, contra los otros pueblos de la cuenca lacustre. Se presume que fue Nezahualcóyotl quien, viendo la necesidad de que la fortaleza adquirida con la unión se consolide, propone que la triple alianza con su tío Izcóatl y Totoquihuatzin, señor de Tlacopan, sea permanente, decisión que apoya Tlacaelel sin vacilar. Lo cierto es que tanto para los mexicas como para los aliados la oportunidad fue única y muy favorable porque, por un lado se terminaba con una hegemonía que había ejercido sabiamente Tezozómoc sobre el valle de Anáhuac. Ahora había que substituirla tanto para restablecer el orden militar, como para administrar la complejidad política a la que habían llegado los reinos del Anáhuac, su interacción política y comercial, y comunicación necesaria entre ellos. En esta forma, en 1428 se da uno de los actos más trascendentes en la historia de Mesoamérica al consumarse la Triple Alianza entre mexicas, tezcucanos y tepanecas. El asunto álgido para el acuerdo era la repartición de los botines de guerra. Al final acordaron repartir dos quintas partes para cada uno de los vencedores, mexicas y tezcucanos, y una quinta parte para los tepanecas, que se reducían ahora solo al reino de Tlacopan. En estas condiciones firman la alianza: por Texcoco, Nezahualcóyotl; por Tlacopan, Totoquihuatzin; y por México- Tenochtitlán, Izcóatl quien seguiría, en realidad y en los hechos, ejerciendo la hegemonía y el liderazgo de la Triple Alianza. Esta supremacía se transformaría de hecho en la base del imperio mexica. 73 De aquí en adelante, las elecciones de los señores mexicas las harían los nobles dentro de los miembros de la dinastía proveniente de Acamapichtli, reunidos en una asamblea ex professo, presidida por el imprescindible Cihuacóatl y siempre con el visto bueno de los señores de Texcoco y de Tlacopan. De esta manera, se elegía en forma colegiada al Huey tlatoani, que era la cabeza política y guerrera; de este modo quedaba sellada la Triple Alianza, que fue fundamental para la consolidación del Imperio mexica en todo Mesoamérica y que seguiría operando con firmeza y lealtad hasta sus últimos días. El señor de Tlatelolco, quien con necedad y soberbia pretendía estar en el mismo nivel de los mexicas, conspiró contra Izcóatl al verse marginado de la Triple Alianza. Sin embargo, éste lo descubre y, con prontitud y firmeza, simplemente lo manda ejecutar. En consecuencia, Tlatelolco debe ahora pagar tributo a México-Tenochtitlán, integrándose definitivamente a la isla. La labor de Izcóatl al frente de los mexicas y de la Triple Alianza, sabiamente aconsejada por Tlacaelel, sirvió para consolidar la organización política, económica y administrativa de un Estado que, al responder a las circunstancias con una visión de futuro, estaba siendo preparado para convertirse en un Estado imperial, labor que terminarían los sucesores de Izcóatl, todos miembros de la dinastía de Acamapichtli. A la muerte de Izcóatl en el año de 1440, reunido en asamblea el consejo de los principales con la guía del Cihuacóatl, Tlacaelel, con el aval de los señores de Texcoco y Tlacopan, y atendiendo a los grandes méritos guerreros demostrados en las recientes contiendas, se designó a Moctezuma Ilhuicamina como el sucesor. El nuevo Huey tlatoani era también hijo de Huitzilihuitl, y había estado al frente de los ejércitos en las campañas que le dieron poderío y fama a los mexicas y sus aliados. Se hizo la ceremonia de consagración sacrificando prisioneros a Huitzilopochtli, para lo que atacaron a los chalcas en represalia por no haberlos ayudado contra los tepanecas en el sitio de Azcapotzalco, y también para sentar precedente. El gran sacerdote, el Cihuacóatl, tomaba el juramento al Huey tlatoani de mirar a sus súbditos como sus hijos y reinar con justicia y ver con empeño las cosas de la guerra y el servicio de los dioses. Después de prestar juramento, se le vestía solemnemente con toda la parafernalia de las insignias reales, bajaba del teocalli y, después de 4 días de ayuno, oración y recogimiento, tomaba posesión de su trono. Pasadas todas las ceremonias, proclamado y reconocido Moctezuma I, como el nuevo líder de los mexicas y de la Triple Alianza, continúa con la campaña de Chalco. Hay que advertir que los mexicas tuvieron cuidado de no aparecer jamás como promotores de guerra; aparentaban no ser hostiles hacia ningún pueblo, pero sí aprovechaban cualquier afrenta a su honra para declararles la guerra y posteriormente someterlos. Llegaron a organizar tan bien esta política, 74 que establecieron una especie de embajadores que, a título de comerciantes (pochtecas), se introducían a los reinos que les interesaba dominar. Después, con el menor pretexto, se hacían encarcelar o maltratar tras alguna provocación, lo que daba motivo a los mexicas para vengar la afrenta y dominar al reino “hostil”. En esta forma, y poco a poco, conformaron y extendieron territorialmente una gran estructura imperial. En los años de 1452 a 1455, después de sufrir varias inundaciones, en la isla se abate una hambruna sobre los mexicas como consecuencia de grandes heladas y sequías. Moctezuma, entonces, ordena abrir los graneros para alimentar a los macehuales. Después de 29 años de reinado muere el gran Moctezuma I, en octubre de 1468. Tras de sí deja una estructura política preparada para el inicio de un verdadero imperio, con una sólida organización económica, social y guerrera de férrea disciplina, que castigaba sin miramientos y con crueldad los vicios y la corrupción, y premiaba generosamente los méritos y las virtudes de los individuos. La educación desde entonces fue fundamental y contribuyó grandemente a la fortaleza del imperio, a los mexicas se les enseñaba desde pequeños a ser fuertes de cuerpo y espíritu mediante el sacrificio corporal (se punzaban con espinas de maguey), y a llevar una forma de vida con disciplina, austeridad y orden en todos los aspectos, con gran pulcritud en todos los sentidos. Esto último es una constante en las sociedades que buscan forjar una estructura sólida y es lo que generalmente les ayuda en su ascenso hasta lograr su apogeo como civilización. Hacer lo contrario sería síntoma de su decadencia. El antiguo y tradicional ciclo del tiempo, desde los aztecas, duraba 52 años 38. Al término de cada uno empezaba el Fuego Nuevo que había de ser encendido acompañado de sacrificios humanos. De acuerdo con Moctezuma Ilhuicamina y por encargo de este en esta época Nezahualcóyotl, que también poseía grandes dotes de ingeniería, construye el albarradón en el lago de Texcoco, a manera de dique, con una extensión que iba en dirección de lo que hoy es el Cerro del Tepeyac hasta el Cerro de la Estrella, al oriente de Iztapalapa. Tenía por objeto separar las aguas dulces que rodeaban a la isla de México-Tenochtitlán, provenientes de los manantiales de Xochimilco, de las aguas saladas adyacentes a Texcoco. También servía para disminuir el oleaje en las épocas de mucho viento proveniente del norte, acompañado de lluvias tormentosas que azotaban periódicamente a la gran Tenochtitlán y causaban inundaciones. En esta misma época, se inicia la construcción del Templo de Huitzilopochtli también conocido como Templo Mayor. Moctezuma I dejó varias hijas, 38 Según don Miguel León Portilla, Moctezuma Ilhuicamina murió en el año 2-pedernal (1468), después de 29 años de reinado. 75 una de las cuales fue madre de 3 reyes: Axayácatl, Tizoc y Ahuitzotl. Moctezuma Ilhuicamina fue sin duda uno de los grandes señores mexicas. En esta forma Izcóatl, Tlacaelel y Moctezuma Ilhuicamina son los arquitectos de lo que sería, en tiempos de Ahuitzotl, el gran Imperio mexica. A la muerte de Moctezuma I, al no haber opción entre sus hijas y siendo Axayácatl –el mayor de sus nietos— todavía muy joven, Tlacaelel, hermano del rey, es electo tlatoani. Sin embargo éste declina con prudencia, sabiduría y tino –cualidades que siempre lo caracterizaron—, haciendo que se proclamara al joven Axayácatl Huey tlatoani de los mexicas, con el compromiso personal del Cihuacóatl de acompañarlo y orientarlo, sobre todo en los primeros años. El consejo elector, Nezahualcóyotl de Texcoco y el señor de Tlacopan consintieron con agrado la decisión. En 1466 se terminó el acueducto para traer el agua de Chapultepec, acto apadrinado por el rey Nezahualcóyotl, que muere en 1472. Sin embargo, antes de morir, hace lo que su padre Ixtlixóchitl había hecho con él: tomó a su hijo Nezahualpilli, que tenía 7 años, y lo proclamó rey de Texcoco. De esta manera, las dos partes más importantes de la Triple Alianza quedan en aparentemente indefensas, por lo que los tlatelolcas tratan de aprovechar la circunstancia y preparan un ataque sorpresa, aliados con otros pueblos sojuzgados por los mexicas. Sin embargo, no contaban con la lealtad de muchos pueblos, como los de Cuautitlán, que no sólo no se alían, sino que alertan a Axayácatl. Tampoco contaban con la sagacidad de Tlacaelel, que iba a ser fundamental como guía y consejo para el joven emperador, que actuó con valentía e inteligencia. Axayácatl, que inició como Huey tlatoani en 1469, resultó ser un magnífico guerrero: fue el “héroe de mil batallas” que extendió considerablemente el imperio mexica en ésta época (1479). Para celebrar la terminación de una de las fases del Templo Mayor, mandó esculpir la Piedra del Sol, la cual se creyó que era un calendario cuando se encontró a finales del siglo XVIII bajo la Catedral de México. Y en cierta forma lo es, por eso se le llamó, “Calendario Azteca”, aunque debe ser llamada “Piedra del Sol". Cuando se inauguró el Templo Mayor, se sacrificaron 700 prisioneros, arrancándoles el corazón entre Axayácatl, Tlacaelel y 13 sacerdotes, uno por cada deidad. Axayácatl llevó la conquista hasta el Golfo de México, dominando a los totonacas. Sin embargo, a los que no pudo doblegar en Occidente fue a los purépechas. El gran emperador había tomado por esposa a la reina Azcaxóchitl, (nombre poético que significa llena de flores), hija del gran Nezahualcóyotl, con quien tuvo dos hijos y una hija. Los hijos fueron Moctezuma Xocoyotzin y Cuitláhuac. El gran Axayácatl murió en 1481. El 76 encargado de comunicar la muerte de Axayácatl al consejo supremo y gran elector fue Tlacaelel. Se presentaron de inmediato los señores de Texcoco y de Tacuba, Nezahualpilli y Totoquihuatzin, quien dio un sentido discurso. Ambos hicieron grandes regalos y ofrendas. Dispuso Tlacaelel un gran banquete para todos los que vinieran a ofrendar por el duelo. Inmediatamente después se reunió el consejo en asamblea, con la presencia de los otros dos miembros de la Triple Alianza y el Cihuacóatl. Fue Tizoc, hermano de Axayácatl, quien en esa ocasión resultara electo Huey tlatoani de los mexicas. Posteriormente se procedieron a celebrar las honras fúnebres de Axayácatl, con una imponente ceremonial como correspondía al gran emperador que había sido. Quiso Tizoc imitar a su abuelo Moctezuma I y tomar prisioneros para su iniciación. Por esta razón ataca a los huastecos, tras lo cual más que resultar victorioso termina casi derrotado, pudiendo tomar solamente 40 prisioneros. En 1483, el mal éxito en las campañas de Michoacán y Mextitlán hizo que Tizoc ordenara la construcción de un nuevo teocalli para atraerse el favor de los dioses, con lo que inicia así una nueva fase del Templo Mayor en la gran Tenochtitlán. El reinado de Tizoc (1481-1486) pasó sin pena ni gloria. En la política, hay personas con intuición creativa y don de mando, que junto a un gran poder de decisión, resultan exitosos. A Tizoc no se le dio ni lo uno ni lo otro; actuó sin la orientación de Tlacaelel el gran Cihuacóatl, que tal vez por su ancianidad, no lo pudo ayudar con tanto acierto como a los demás. Enseguida vendría el padre de Cuauhtémoc, el gran Ahuitzotl (1486-1502), octavo gran tlatoani, quien expande todavía más el imperio mexica y lo consolida, distinguiéndose como un gran guerrero, valiente y honorable. Hablaremos de él más adelante. Los mexicas, asimilando la tradición de las culturas mesoamericanas que los precedieron y la de las propias culturas vecinas en las riberas del lago, impusieron no solo dentro de la Triple Alianza, sino en el valle de Anáhuac y en todo el Imperio, una estructura político social religiosa, característica, acorde con la naturaleza de su cultura ecléctica, acorde también a su propia naturaleza humana y espiritual, manifiesta a lo largo de su historia. Esta estructura era la que prevalecía a la llegada de los españoles. La estratificación social en el centro de México comprendía dos grandes estamentos, el de los nobles, llamado pipiltin (singular pilli), que significa literalmente “los hijos”, aludiendo a su carácter hereditario, y el de los macehualtin (singular macehualli), la gente común, nombre que entró al castellano como macehuales. 77 El estamento dominante incluía tres rangos fundamentales designados cada uno mediante una palabra náhuatl de uso general. El rango más elevado era el de rey o tlatoani (en plural tlatoque o tlatoanime), que literalmente significa hablador, mandón o gobernante. También era normal que bajo la autoridad suprema del tlatoani de una ciudad como México o Texcoco, hubiera varios otros señores con el mismo título, jefes de ciudades dependientes. La distinción se marcaba llamando al de mayor autoridad Huey tlatoani o gran señor. El tlatoani era la autoridad suprema de su señorío y combinaba funciones civiles, militares y religiosas, judiciales y legislativas; era generalmente noble de nacimiento, miembro de un linaje reinante (tlatocatlacamecayotl) y, en la terminología de la región tramontana, de una casa señorial o teccalli. El segundo rango era el de señor, tecutli (o tecuhtli, en plural teteuctin o tetecuhtin). Estos eran títulos de estatus variable, que podían haber sido creados por un tlatoani y que en todo caso requerían su aprobación. El mismo tlatoani tenía también titulo de tecutli. El tecutli era jefe de una casa señorial llamada teccalli, en la región tramontana, y tecpan (palacio), en el valle de México. Estas casas disponían de tierras y de gentes del común llamadas teccalleque(“gente de la casa señorial”), o tecpanpouhque (“pertenecientes al palacio”), que rendían sus tributos y servicios al tecutli en vez de darlos directamente al tlatoani. Un tecutli estaba a cargo de la administración de esta gente y, además, ocupaba puestos de la organización política bajo el poder supremo del rey […] Por lo común, estos títulos se transmitían mediante herencia, siguiendo reglas semejantes a la sucesión de la realeza, si bien era necesaria la sanción del rey […] En Huexotzingo, a la muerte de un tecutli, todos los nobles de su casa señorial se reunían en asamblea para escoger sucesor, de manera semejante como se escogía en Tenochtitlán a un nuevo rey. El tercer rango en el estamento superior es el de noble o pilli (en plural pipiltin), el mismo término que se usa para todo el estamento superior. El significado literal de “hijo” se puede comparar con los términos “infante” o “hijodalgo”, en castellano. Eran pipiltin todos los hijos de un tecutli o tlatoani, de modo que los reyes y señores eran también nobles de nacimiento. Aunque en sentido limitado, también se usa para los nobles que no han alcanzado el rango de rey o señor. Los macehuales que subían de categoría por méritos en la guerra también eran considerados como un grupo especial de pipiltin. Las fuentes escritas en castellano llaman principales a todos los pipiltin […] Los macehuales eran los gobernados y tenían la obligación de pagar tributos y servicios personales. Estaban organizados en unidades 78 territoriales llamadas calpules, barrios que poseían la tierra en común y que eran también unidades para la recolección de tributos y servicios.”39 Así, la población se iba estratificando también en las ciudades por las diversas actividades de cada quien, tales como agricultores, comerciantes, artesanos, etc. Algunos grupos como los artesanos y comerciantes, por ejemplo, no estaban obligados a ir a la guerra y gozaban de ciertas prerrogativas y privilegios. Por otro lado, había guerreros que constantemente se estaban preparando para la contienda y, si no morían en la guerra, de viejos enseñaban en las escuelas a los guerreros jóvenes. Todos estos grupos podían tener esclavos, y los tenían, pero se convivía con éstos e incluso se podían tener matrimonio con ellos. Los calpules agrupaban a todos, pipiltin y macehuales; urbanísticamente no existía una marcada diferencia entre los lugares de habitación de unos y otros: todos contaban con la misma infraestructura y equipamiento. Sí había, por supuesto, diferencia en las viviendas y la extensión de las mismas. Aunque a la nobleza se llegaba por nacimiento, algunos de origen macehual podían ascender a pipiltin, por méritos tenidos en su desempeño distinguido en la sociedad mexica, principalmente por méritos guerreros. Flores de luz erguidas abren sus corolas, donde se tiende el musgo acuático, aquí en México, plácidamente están ensanchándose, y en medio del musgo y de los matices está tendida la ciudad de Tenochtitlan: la extiende y la hace florecer el dios: tiene sus ojos fijos en un sitio como éste, los tiene fijos en medio del lago. 40 LOS ESPAÑOLES A finales del siglo XV, motivados por la Reconquista, se fueron consolidando y uniendo grandes reinos en la Península Ibérica, principalmente el reino de Castilla y León, que eran el que llevaban el liderazgo en la Reconquista, tras la cual quedaba todavía el último reducto de los musulmanes en el reino de Granada. Por otro lado, junto con Castilla y León estaban: el reino de Aragón, que comprendía Valencia y Cataluña; el reino de Portugal, que comprendía la parte occidental de la Península, desde la punta de Sagres hasta Galicia, y que permaneciera independiente 39 Pedro Carrasco, Historia general de México (México: El Colegio de México, 2000). 40 Poema de Nezahualcóyotl traducido por el padre Garibay, según J.L. Martínez en Nezahualcóyotl:Vida y Obra (México: Fondo de Cultura Económica) 132. 79 desde entonces; y el reino de Navarra, que en cierta forma nunca pudo ser totalmente sometido por el dominio musulmán. La unión de dos jóvenes herederos de los reinos de Castilla y de Aragón vino a consolidar la hegemonía política necesaria para lograr tanto la expulsión del último reducto musulmán en la Península y la reconquista total, como el inicio del proceso para la unificación de lo que sería España, que se integraría por primera vez en su historia. Se puede asegurar, sin duda alguna, que es durante este nuevo período cuando empieza a surgir España como nación. Aunque muchos no estarán de acuerdo conmigo en esta aseveración por la tendencia en la actualidad, de llevar las autonomías al extremo y los movimientos independentistas de los llamados “países” dentro de España misma con el uso de sus propios idiomas. El 19 de octubre de 1469 se unió Fernando, de 17 años de edad, príncipe heredero del trono de Aragón y rey de Sicilia, hijo de Juan II de Aragón y de doña Juana Enríquez, con la infanta doña Isabel, de 18 años de edad, hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal. Isabel había sido recién reconocida como heredera al trono y era hermana del rey Enrique IV de Castilla. Tanto ella como Fernando pertenecían a la dinastía Trastámara. A la muerte de Enrique IV en 1474, Alfonso V de Portugal, esposo de Juana la Beltraneja, hija de aquel, trata de reclamar el trono para su esposa; esto provoca una guerra de sucesión con Fernando e Isabel, definiéndose la Corona en la batalla de Albuela, a favor de Isabel como reina de Castilla, aunque esto ocasionaría la separación definitiva del reino de Portugal. Al morir el padre de Fernando, se da la unificación total de Castilla y Aragón. En 1513, Fernando anexiona el reino de Navarra a Castilla, consolidándose de esta forma el poder hegemónico central, que más tarde reuniría a los diferentes reinos en uno solo, unificado jurídica y socialmente entorno a una monarquía centralista y hegemónica. Se establecerían las Cortes como órgano consultivo y democrático, pero limitadas sus funciones solamente a las de aprobar impuestos y tributos. Fernando e Isabel restablecieron poco a poco el orden público y sometieron el poder de los nobles, que habían convertido sus territorios en verdaderos señoríos feudales independientes. De igual forma, para consolidar su hegemonía política, los Reyes enmiendan la usurpación de las cortes eclesiásticas, que se habían apropiado de las competencias de la justicia secular. Y por otra parte, recuperan la prerrogativa real de elección de los directores espirituales del reino. El encargado de establecer la Inquisición en España fue Tomás de Torquemada, quien era el confesor de la Reina. Durante la gestión de Torquemada como inquisidor de Castilla y de Aragón se realizaron autos de fe en contra d infinidad de personas, que 80 fueron sacrificadas con un espíritu evidentemente contrario al cristianismo, a través de una institución que sirvió como un instrumento político para deshacerse de enemigos y apropiarse de sus bienes. El haber desligado la influencia del Papa en la nominación de las autoridades eclesiásticas consolidó la autoridad y el poder en los Reyes Católicos en forma determinante. Esto sirvió también para meter en cintura a los nobles que, a causa de la situación imperante, como lo hemos apuntado, habían actuado con absoluta libertad para aumentar sus posiciones territoriales a su propio designio y para acumular un gran poder económico en torno a ellos, sin pagar impuestos, lo cual los hacía parecer pequeños reinados independientes. Por otro lado, la Inquisición probablemente tuvo como destinatarios finales a los judíos, controladores de la riqueza económica y de los recursos monetarios. De ellos se decía, como pretexto para justificar su persecución, que habían ayudado a los moros. Los judíos tenían una fuerte contradicción en su modo de ser; por un lado eran viajeros, médicos, escritores y científicos que contribuyeron considerablemente a la cultura de la época, sin embargo, algunos tenían desmedido apego a los bienes materiales y bien ganada fama de usureros y, por esas razones, eran odiados como tales. Su riqueza era causa de envidia y a medida que declinaba el poder árabe, eran sometidos a numerosas persecuciones. Su conversión era muchas veces sólo aparente y obligada por la circunstancia, por lo que muchas veces eran acusados de apostasía. De 1481 a 1492, los Reyes Católicos se concentraron en la guerra contra Granada. Este reino, que como sabemos comprendía a Málaga y Almería, era uno de los reinos de taifas que dependía jurídicamente de Castilla y por lo tanto debía pagarle parias en oro. Todos los árabes en España, en ese tiempo, se concentraban en este territorio, que estratégicamente estaba muy desprotegido, toda vez que había perdido el contacto con el norte de África al perder el dominio del estrecho y el control de la entrada al mediterráneo, propiamente su cordón umbilical. Isabel tomó parte directa en la guerra, lo que dio magníficos resultados en el ánimo de los atacantes. En 1489, Fernando, con más de 70,000 hombres, sitia Málaga. Después de 3 meses, la ciudad es tomada y saqueada. En abril de 1491 se inicia el sitio de Granada, un sitio con características sui géneris, en donde se dio pie para la fantasía, al recordar lo que años atrás sucedió durante la reconquista descrito poéticamente en el cantar del “Mío Cid”. Se habla del sitio de Granada describiendo escenas novelescas: por ejemplo, se aseguraba que día tras día se celebraban 81 combates a manera de torneos, en los cuales participaban sitiados y sitiadores. Lo cierto es que el campamento de los Reyes Católicos, sólidamente fortificado y rápidamente construido, se convirtió casi en una ciudad que tuvo por nombre Santa Fe, situado a 11 Km. de Granada, en el valle del Genil y cerca de ese río, uno de los afluentes del Guadalquivir. Finalmente, el 2 de enero de 1492., el rey Boabdil el Chico, capitula totalmente abatido y moralmente desecho; Granada, entonces, abre sus puertas a los reyes de Castilla y de Aragón. Se cuenta que la madre del Rey, la sultana Aixa, la horra (la honesta), reprendió a su hijo al abandonar el bellísimo alcázar, diciéndole: “Llora, llora ahora como mujer, el trono que no has sabido defender ni como hombre ni como rey”. Así terminaron casi ocho siglos de dominación árabe en la Península. Cuatro meses después, por presiones de Torquemada, se promulgó un edicto en el cual se decretó la expulsión de los judíos que, como hemos visto, representaban uno de los grupos más cultos y trabajadores de la comunidad, no sin antes despojarlos en forma arbitraria e injusta de sus bienes. A fin de cuentas, más que la expulsión, ese era verdaderamente el objetivo que se buscaba y que se logró. A partir de este hecho, y con la unificación de los reinos de la Península, a excepción de Portugal, incluyendo el sometimiento a la fuerza del reino de Navarra, España se empieza a configurar como el Estado que sería. Más tarde se iniciaría la consolidación del imperio más grande del siglo XVI: el imperio de Carlos V de Alemania, que con el reinado de Castilla como Carlos I, sumaría a su poder los dominios pertenecientes a ese reino. En cierta forma, y precisamente en ese siglo, España adquiere también las características de un verdadero imperio gracias a sus posesiones coloniales allende el Mar Atlántico. Un poco más de un cuarto de siglo antes, con la acción de Enrique el Navegante, se había dado un gran impulso a la navegación. A ese noble príncipe portugués, que se distinguió tanto por su espíritu aventurero como por su afán de verdadero explorador de las rutas marítimas, a él se deben los astilleros de Sagres, en donde se diseñó la carabela, el nuevo modelo de navío fue de gran ayuda en la búsqueda de un camino hacia la India, lugar de origen de las codiciadas especias; era su propósito abrir camino a los barcos mercantes portugueses para transportar los valiosos cargamentos traídos principalmente por tierra a un alto costo. Sin embargo, este deseo no pudo ser concretado sino hasta la expedición de Vasco de Gama, entre 1497 y 1499. Aún así, todos los antecedentes dejados por Enrique, también dieron vigencia a las teorías de Colón, porque ayudaron a realizarlas; quien aseguraba que navegando hacia Occidente, basado en la teoría de la redondez de la tierra, se podría llegar a las Indias como lo demostró 82 también Juan Sebastián Elcano en la expedición de Fernando de Magallanes, que a la muerte de éste en las Filipinas; encabezó la expedición y terminándola regresó a España, habiendo para esto circunnavegado la tierra. Patrocinado por la reina Isabel, quien firmó también en Santa Fe las capitulaciones para la trascendente expedición, Colón zarpó del puerto de Palos de la Frontera, en Huelva, cerca de Moguer, el 3 de agosto de 1492. Con la bandera de almirante en la Santa María, una carabela de un poco más de 100 toneladas, y dos carabelas más pequeñas, la Pinta y la Niña, viajó junto con expertos y hábiles navegantes, como los extremeños hermanos Pinzón: “Al cabo de 69 días, después de una escala de 30 días en Canarias, llegó a tierra firme el 12 de octubre de 1492 A su regreso el 15 de marzo de 1493, se presenta en Barcelona ante Fernando e Isabel con evidencias de sus descubrimientos. En viajes posteriores ante la poca cantidad de oro Colon optó por comerciar con los indígenas vendiéndolos como esclavos. A lo que se opuso en forma categórica la Reina Isabel. A la muerte de Isabel, Fernando más pragmático y propenso a la codicia no veía mal y menos como mal negocio, la trata de esclavos, sin embargo para no contravenir los designios de su difunta esposa, acepta, o yo no sé si es a él a quien se le ocurre la idea de las encomiendas, que si bien no se permitiría la esclavitud, éstas si propiciarían la explotación de los indígenas en calidad de esclavos, encubierto esto además hipócritamente con la justificación de la evangelización religiosa. El encuentro de los nuevos territorios suscitó una controversia entre Portugal, que era el imperio tradicionalmente explorador, y España, que había logrado el descubrimiento inicial. Habiendo sido dirimidas estas diferencias por el Papa Alejandro VI al firmar el Tratado de Tordesillas en 1494. A petición de Portugal se traza una línea de demarcación de norte a sur, distante 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde (meridiano 45º 35’), lo que le da a Portugal derechos legales sobre las tierras del Brasil, descubiertas por Cabral en 1500 durante el reinado de Juan II y Manuel I el Afortunado. A la muerte de Fernando en enero de 1516, se dan una serie de sucesos que desembocarían en la imposición de Carlos de Habsburgo como rey de Castilla y virtualmente de España, acto a todas luces irregular, cuando menos por la dualidad que se daba con su madre Juana. “En su testamento, el Católico había dejado a Carlos, hablando en propiedad, como «gobernador de Castilla» pero sin atribuirle el título de rey, con lo cual le creaba una posición de facto, pero siempre bajo la autoridad nominal de la «reina» Juana la Loca; ahora bien, en Bruselas se quería también el titulo 83 regio, es decir, se quería que Carlos fuera soberano también de derecho, por lo menos en iguales condiciones que su madre. Por ello, el 13 de marzo, en Bruselas, se proclamó a Carlos rey de Castilla.”41 Esto trajo aparejado una serie de conflictos internos en los reinos de España y en Castilla misma. Sin embargo, a final de cuentas estos se doblegaron y aceptaron la decisión por la firme determinación de Carlos, pero más que nada por la oportuna y firme también intervención del cardenal arzobispo de Toledo, fray Francisco Ximénez de Cisneros, quien como gobernador provisional de Castilla (hasta la llegada de Carlos), pone orden y evita una guerra civil. Más tarde, en 1519, a la muerte de Maximiliano de Habsburgo, Carlos habría de ser elegido emperador de Alemania como Carlos V, lo que le costó 852,189 florines*42, que utilizo para comprar el favor de los “incorruptibles” príncipes electores y sus séquitos. Se debe al cardenal Ximénez de Cisneros La aceptación de los castellanos a su nuevo monarca, al llegar Carlos en 1517. Fueron los consejeros flamencos de Carlos, unidos a los de Borgoña, quienes habían pretendido que Adriano de Utrecht preparara el camino y las condiciones para la venida de Carlos a Castilla, para que fuera él y no otro el regente ante el eventual fallecimiento de Fernando el Católico. Sin embargo, los limpios y brillantes antecedentes del Cardenal, aunados a su actuación prudente, inteligente, firme y cordial con Adriano de Utrecht, y a la autoridad moral y política demostrada durante su regencia, hacen que el propio Carlos lo ratifique. Durante sus dos años de regencia, el Cardenal llevó a cabo una gran labor política en pro del joven Carlos. Al reforzar las milicias de las ciudades, evitó el peligro de que los nobles pudieran soliviantarse ante la realidad de un monarca joven rodeado de consejeros flamencos. En el sur, reforzó la defensa del país, y sobre todo saneó la economía de las órdenes militares, eliminó, con una buena administración, todo gasto inútil, y hasta redujo las pensiones concedidas por Fernando e Isabel. Incluso halló tiempo en este breve período para enviar a La Española una comisión que investigara la situación de los indios, además de que realizó grandes acuerdos para evitar lo más posible el tráfico de esclavos en las colonias. El 17 de marzo de 1517 llegó Carlos de Habsburgo a España como Carlos I, rey de Castilla. Ximénez de Cisneros se retiró a su diócesis, donde moriría a los dos meses. Era el fin de una época en la que Castilla había conseguido iniciar el proceso de unificación de los reinos en uno solo, el español y comenzar con una nueva etapa: la de allende el mar. Sin 41 Federico Chabod, Carlos V y su imperio (México: Fondo de Cultura Económica, 2003) 63. 42 Federico Chabod, Carlos V y su imperio (México: Fondo de Cultura Económica, 2003) 63. 84 embargo, el joven monarca de 17 años se vería abrumado y sobrepasado por todas las responsabilidades presentes y futuras; el 31 de octubre de 1517, para desgracia de Carlos porque ya se le consideraba el líder indiscutible de los pueblos cristianos; el monje agustino Martín Lutero publica en Alemania las 95 tesis, reacción de protesta provocada por la venta de indulgencias para la reconstrucción de la Basílica de San Pedro, en Roma, y ante la cerrazón de la iglesia se cuestiona también la autoridad del papa León X, hijo de Lorenzo de Médicis, y los escándalos y excesos por demás evidentes de la Iglesia Católica. Este hecho desencadenaría la Reforma protestante y con esto y el cisma de la propia Iglesia Católica, lo que echaba por tierra el argumento político de la unidad del cristianismo en torno a Carlos, ante su eventual llegada a la cabeza del imperio. En 1519, coincidente con la conquista de México, logra asegurar el imperio heredado por su padre, el Sacro Imperio Romano Germánico, lo que lo convierte en Carlos V. Como bien sabemos, esto no se hubiera logrado sin el cohecho, mediante el que obtiene el favor de los príncipes electores. Constantemente y durante toda su vida, Carlos se vería angustiado sobremanera por los aspectos materiales y financieros, hasta el grado de casarse con Isabel de Portugal, motivado más que nada por la dote que obtendría. Lo cierto también es que para Carlos, por los múltiples asuntos que reclamaban su atención, sus colonias en América estaban muy lejos en su orden de prioridades y muy seguramente sólo las veía en función de lo que económicamente le podían aportar, esto por un cierto dejo de codicia. Aunque sus apologistas lo pretendan pintar –mejor que Ticiano Vecellio— como un monarca preocupado por la explotación de los indios y el futuro de la Nueva España. En la Vera de Cáceres, en Extremadura, sobre la sierra de Gredos, se encuentra el antiguo monasterio de Yuste. Ahí se retiró Carlos V cuando abdicó a favor de su hijo Felipe II en 1556. Hace unos años, al ir mi esposa y yo de Cáceres rumbo a Ávila, tuvimos la curiosidad de ver en dónde y cómo pasó sus últimos días el ser humano más poderoso de la Tierra, o cuando menos, uno de los más poderosos en la primera mitad del siglo XVI. Contrario a lo que se pudiera esperar, Carlos V, solo se hizo construir un pequeño palacete de unos de 1,000 m2 (aproximadamente), adosado al monasterio, con ocho estancias regulares más los jardines, los cuales le gustaba observar, que no caminar, por el problema de gota que padecía. Ahí pasó sus últimos días, aproximadamente un poco más de un año. Había llegado a Yuste el 5 de febrero de 1557 y murió en 1558. Tenía una recámara desde la cual, incluso acostado en la cama, podía ver directamente al altar mayor de la capilla. Se dice que oía misa varias veces al día. Algunos remordimientos habrá tenido tan señorial persona. 85 La fecha de la llegada de Carlos V a España coincide propiamente con la expedición enviada por Diego Velázquez, gobernador de la isla de Cuba, hacia Occidente para buscar tierra firme. Dicha misión estuvo al mando de don Francisco Hernández de Córdoba y fue de gran trascendencia, ya que se avistó por primera vez tierras mexicanas a la altura de la Península de Yucatán el 4 de marzo de 1517. Bernal Díaz del Castillo 43, que había participado en esta primera expedición, atestiguó la muerte de don Francisco Hernández de Córdoba apenas hubo llegado a tierra. También participó en las otras dos expediciones enviadas por el gobernador Velázquez y nos cuenta lo siguiente: Después de estas guerras volví segunda vez, desde la misma isla de Cuba, con otro capitán que se decía Juan de Grijalva; y tuvimos otros grandes reencuentros de guerra con los mismos indios del pueblo de Champotón, y en éstas segundas batallas nos mataron muchos soldados; y desde aquel pueblo fuimos descubriendo la costa adelante hasta llegar a la Nueva España, y pasamos hasta la provincia de Pánuco. Y otra vez de volver a la isla de Cuba muy destrozados y trabajosos......Y volviendo a mi cuento, vine la tercera vez con el venturoso y esforzado capitán don Hernando Cortés. Hernán Cortés, nacido en Medellín (Extremadura) en 1504, fue estudiante de la Universidad de Salamanca, se embarca hacia las colonias en las Indias recién descubiertas en busca de fortuna; con una gran ambición y absoluta determinación, invierte toda su hacienda y más, en una empresa que nunca imagino tan grande y productiva para él y para España. Su desempeño y acciones habrían de tener gran trascendencia para los acontecimientos posteriores. A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque, para andar conmigo, me bastan mis pensamientos. No sé que tiene el aldea donde vivo y donde muero, que, con venir de mí mismo, 43 Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera 86 no puedo venir más lejos. 44 Fusión de dos culturas, Jorge González Camarena 44 Romance de Lope de Vega, siglo XVI. 87 CAPÍTULO II LA FUSIÓN 1.- LA CONQUISTA DE MÉXICO Hasta el palacio de Moctezuma Xocoyotzin llegaron las noticias de extrañas moles flotantes cruzando frente a la costa del mar por donde sale el sol. Corría el año de 1517, y lo mismo sucedió al año siguiente. Antes de Moctezuma, Ahuitzotl había ascendido al trono mexica en 1486, a raíz de la muerte de su hermano Tizoc. Fue electo por el consejo supremo que presidía todavía su tío Tlacaelel. Sería el último señor de los mexicas orientado y aconsejado por el gran Cihuacóatl. A este nuevo Huey tlatoani de los mexicas podría sin lugar a dudas dársele el nombre de el “Gran Ahuitzotl”, porque así como Trajano lo hizo con el Imperio Romano, (guardadas las proporciones), éste extiende a su máximo tamaño el imperio mexica, que llegó desde el norte medio de México hasta el istmo de Panamá, por el Sur, y al Golfo y al Pacífico por el Oriente y Occidente respectivamente. De este modo cubría la totalidad de Mesoamérica y sus pueblos y reinos con algunas excepciones como los purépechas de Michoacán en el centro y los mayas en el sureste. Ahuitzotl, octavo señor de los mexicas, se casó con la princesa Tiyacapantli45 , la hija mayor del tlatoani Moquihuix, último señor de Tlatelolco. Juntos engendraron a Cuauhtémoc, “Águila que desciende”, el último emperador de los mexicas. Es Ahuitzotl quien termina de edificar el Templo Mayor, al rematarlo en su cúspide con el doble altar adoratorio para Tláloc, dios de la lluvia, y para Huitzilopochtli, su dios principal. Se dice que al final de la campaña contra los huastecos, se sacrificaron en forma continua a miles de prisioneros en el Templo Mayor y en otros templos, durante cuatro días y sus noches, tanto a manos Ahuitzotl como de otros sacerdotes. Aun considerando que los sacrificios humanos eran parte fundamental del ritual religioso, y que tanto sacrificadores como sacrificados lo aceptaban en esos términos, no podemos dejar de reconocer que este acontecimiento fue un verdadero exceso que refleja un aspecto negativo en la personalidad de Ahuitzotl. Por otro lado, este tlatoani deja un imperio fuertemente consolidado y en pleno esplendor, que ejercía su poder desde la gran Tenochtitlán, la capital del imperio que representaba 45 Carlo Coccioli, Yo, Cuauhtémoc (México: Secretaría de Educación Pública) 33. 88 físicamente, la síntesis de lo más refinado de las culturas mesoamericanas a través del tiempo. La cultura mexica fue sin duda una cultura ecléctica, del mismo modo que la española; éstas se nutrieron con lo mejor que quisieron y pudieron seleccionar y asimilar de las civilizaciones que las antecedieron durante 3,000 años, compuestas con virtudes pero también con vicios, estas interactuaron entre sí en sus respectivos ámbitos geográficos a través de las acciones de conquista y dominación. A decir de los conquistadores españoles, la ciudad de México-Tenochtitlan era de un esplendor nunca visto, comparable solo con las más destacadas ciudades de la Antigüedad como Roma o Constantinopla, y por supuesto, con Venecia, con la cual encontraban un relativo parecido únicamente por su gran número de canales. La ciudad en la isla estaba trazada con un eje norte-sur, como la mayoría de los centros ceremoniales de Mesoamérica. Tenía grandes avenidas pavimentadas con una piedra clara parecida al mármol blanco sin pulir, con un trazo recto casi perfecto, adornadas con múltiples pendones de plumas multicolores (herencia tolteca); estas calzadas se abrían a grandes explanadas o plazas definidas por grandes templos ceremoniales, jardines en floración continua y palacios de gran belleza y esplendor. Los pobladores circulaban por la ciudad, algunos en canoas de diferentes tipos, capacidades y funciones; los más iban a pie, ataviados de diversas formas y colores, desde los ricamente vestidos, como los pipiltin –algunos llevados en andas—, hasta los macehuales, más modestos pero, por lo general, aunque en forma austera; ordenada y acicaladamente vestidos. La gran Tenochtitlán tenía una presencia impresionante por la altura y disposición de sus templos, edificios, palacios, jardines, plazas y su gente, con una gran policromía y magnificencia que reflejaba su refinada cultura. Sin embargo, algo en lo que los españoles no repararon en un principio sino hasta después, quedando altamente impresionados, fue la gran cantidad de sacrificios humanos que se realizaban en lo alto de los templos. La ciudad estaba rodeada por las aguas del lago y por el sistema de canales de circulación interna y chinampas46 que, dispuestas en forma reticular se conectaban también por canales para facilitar la circulación y aumentar la superficie de tierra cultivable en la isla, estaban siempre verdes produciendo una gran cantidad y variedad de flores y legumbres. De este modo, la ciudad poseía un carácter urbano único, enmarcada por un medio ambiente natural excepcional. En la zona existían otras ciudades no 46 Parcelas flotantes utilizadas en el cultivo de vegetales 89 tan grandes y espectaculares, pero no menos interesantes, y todas formaban un conjunto armónico, integrando una especie de megalópolis. El paisaje natural del lago, sus riberas y de la ciudad era espectacular. Escuchemos a Bernal Díaz del Castillo47: Y otro día por la mañana llegamos a la calzada ancha y vamos camino de Ixtapalapa. Y desde que vimos tantas ciudades y villas pobladas en el agua, y en tierra firme otras grandes poblazones y aquella calzada tan derecha y por nivel como iba a México, nos quedamos admirados, y decíamos que parecía a las cosas de encantamiento que cuentan en el libro de Amadis48 , por las grandes torres y cúes y edificios que tenían dentro en el agua, y todos de calicanto, y aún algunos de nuestros soldados decían que si aquello que veían si era entre sueños, y no es de maravillar que yo escriba aquí de esta manera, porque hay mucho que ponderar en ello que no sé como lo cuente: ver cosas nunca oídas ni aún soñadas, como veíamos. La gran Tenochtitlan debió haber tenido en ese tiempo una población superior a los 100,000 habitantes en una superficie aproximada de 1,000 hectáreas, misma que incluía el sistema de canales y chinampas perimetrales utilizadas para el cultivo de alimentos. Aunque debió haber tenido también una población flotante equivalente a otro tanto, suposición que podemos fundamentar si nos atenemos a las descripciones hechas por Cortés de la muchedumbre que asistía al mercado de Tlatelolco: “Discurren por ella (la plaza del mercado) diariamente -quiere hacernos creer- sesenta mil hombres cuando menos”, nos dice Alfonso Reyes, parafraseando una explicación de Cortés sobre el mercado, que aunque le pareciera exagerada, esto ya nos da una idea49 . La isla estaba comunicada con tierra firme a través de tres calzadas donde había instalados sistemas de puentes móviles: al sur, Iztapalapa; al poniente, Tlacopan o Tacuba; y al norte, Tepeyac. Por la calzada de Tacuba 47 Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera 48 Se refería Bernal Díaz del Castillo al Amadís de Gaula, que había sido editado en Sevilla en 1519, paradigma de los libros de caballería tan en boga en ese tiempo. 49 Alfonso Reyes, Visión de Anáhuac (México: Fondo de Cultura Económica) 16. 90 transcurría el acueducto con el agua dulce de Chapultepec, que Tezozómoc, gran señor de Azcapotzalco, le había concedido 100 años atrás a su nieto Chimalpopoca. México-Tenochtitlán fue fundada en una isla, flanqueada por otras islas menores que con el tiempo quedaron unidas, incluida la de Tlatelolco. Juntas formaron un solo conglomerado urbano que, como hemos dicho, estaba dividido en cinco grandes barrios. A la venida de los españoles el 2 gran cuerpo lacustre ocupaba una superficie aproximada de 600 Km. En ese entonces, Moctezuma Xocoyotzin, hijo de Axayácatl, era la cabeza del imperio mexica y señor de la gran Tenochtitlán. Él era quien había sucedido a Ahuitzotl en 1502 como el noveno emperador de los mexicas y líder de la Triple Alianza. Como siempre, el Huey tlatoani había sido electo por la asamblea, cumpliendo así con el protocolo tradicional del visto bueno de los señores de Texcoco y Tacuba. Además de ser miembro de la dinastía de Acamapichtli, Moctezuma II se había distinguido en su juventud por su bravura y valentía, razón por la cual el consejo supremo no dudó en elegirlo. La costumbre del ejercicio del poder absoluto y del disfrute de un ambiente de grandeza heredada, así como las alabanzas continúas y cotidianas de los más cercanos y de sus cortesanos, enfermaron de soberbia a Moctezuma II. Y sin tener un Cihuacóatl como Tlacaelel – muerto a finales del siglo pasado— que lo orientara y no le permitiera perder el contacto terrenal, el tlatoani se convirtió en un monarca absoluto y engreído como ninguno de sus antecesores; estaba prohibido mirarle a los ojos, y los pocos privilegiados que tenían acceso a él, debían saludarlo diciéndole Señor, mi Señor, Gran Señor, y retirarse de su presencia caminando hacia atrás sin darle nunca la espalda. Estas actitudes e ínfulas no son ajenas en algunos funcionarios del sistema político mexicano actual (y no únicamente de los primeros niveles), quienes como Moctezuma II son candil de la calle y oscuridad de su casa, muy solícitos y hasta serviles ante los extranjeros y poderosos; adustos, extremadamente serios y muchas veces hostiles ante los propios gobernados y subalternos. Si a la personalidad difícil de Moctezuma Xocoyotzin le agregamos que era fiel creyente de la mitología heredada de los toltecas, que establecía el regreso de Quetzalcóatl en un año Ce-Acatl, coincidente con el año del 91 arribo de Hernán Cortés, entonces podemos comprender por qué consideró a los españoles como “teules” (dioses). Quizás también por esto podríamos explicar cómo Cortés pudo emprender rápida y exitosamente, al frente de tan solo un poco mas de 400 españoles, la conquista del Imperio mexica, el más poderoso y temido por los reinos de Mesoamérica. Sumado a esto el hecho de que a través de sus primeros contactos en Veracruz con los zempoaltecas y posteriormente con los tlaxcaltecas, y al ver cómo los emisarios de Moctezuma eran recibidos por los pueblos dominados, Cortés pudo conocer las debilidades de su rival. Se dio cuenta, además, del alto potencial que existía para establecer alianzas con los reinos subyugados, por lo tanto, además del prejuicio religioso de Moctezuma; he aquí otra parte de la explicación de la velocidad y relativa facilidad de la conquista; Cortés y sus hombres realmente solo motivaron y encabezaron a grandes ejércitos de reinos tributarios descontentos con los mexicas, lo cual no les resta mérito. A partir de la fundación del Ayuntamiento de la Villa Rica de la Veracruz, a mediados del mes de agosto en 1519, se inicia propiamente la conquista de México, que tuvo una duración de aproximadamente dos años. Aliado primeramente con los cempoaltecas, la primera gran batalla tuvo lugar fue contra los más de 50,000 guerreros tlaxcaltecas de Xicoténcatl. Previamente Cortés ya había enviado avanzadas de zempoaltecas para proponerles una alianza similar en contra de los mexicas. Estos dudaban, pero además se encontraban divididos entre sí y en cierta forma atemorizados al considerar la posibilidad de que los españoles realmente fueran teules. Esta idea se acentuaba al ver con ellos animales que no conocían, como los caballos que, montados por el hombre formaban ante sus ojos un ente desconocido; o los lebreles, que les parecían tigres o leones de montaña al servicio de estos extraños y mágicos personajes con truenos mortíferos. Los españoles ganaron esta batalla con el apoyo de los zempoaltecas, hecho que les sirvió para obtener gran fama y respeto no sólo entre los tlaxcaltecas; la noticia llegó rápidamente hasta Moctezuma quien, impresionado, les envió una embajada con ricos presentes de oro (error craso) y la invitación para que fueran a la gran Tenochtitlán, misma que los españoles aceptaron de inmediato. Cortés se dirigió enseguida a Cholula, donde le sería tendida una emboscada, que pudo evitar gracias al aviso oportuno de los mismos zempoaltecas y al apoyo de sus recientes aliados tlaxcaltecas. Todo esto 92 aumentaba su fama de seres extraordinarios, y la posibilidad de que verdaderamente fueran los emisarios de Quetzalcóatl, fue algo que tanto influiría en el ánimo del señor de la gran Tenochtitlán. Cortés avanza hacia el corazón del imperio mexica guiado por los zempoaltecas y los tlaxcaltecas, cruzando a través de la imponente grandeza natural de los volcanes –el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl-- teniendo uno a la siniestra y el otro a la diestra desde donde divisa la “tierra prometida”, el valle del Anáhuac. La increíble belleza natural y material de lo descubierto motiva y alienta cada vez más la empresa que se han propuesto. En esta forma los españoles al mando de Cortés arriban al valle del Anáhuac y hacen su entrada triunfal en la gran ciudad, donde fueron recibidos por el propio y legendario emperador del imperio más grande y poderoso de América. Como atestigua Bernal Díaz del Castillo, aquello parecía cosa de ensueño; lugares nunca vistos de una belleza inenarrable, poblados de personajes ricamente vestidos que, como salidos de un cuento de fantasía, los recibían como si fuesen seres sagrados. Confirmando la creencia del emperador de que los españoles eran teules, estos fueron alojados en la calidad reservada para los más altos niveles de la jerarquía imperial: en el palacio de Axayácatl, padre del Emperador, que tenía grandes estancias, huertos y jardines que los visitantes disfrutaron durante cuatro días continuos, gozando además del trato especial correspondiente a la jerarquía, no a la que en realidad tenían, sino a la que les habían asignado por órdenes de Moctezuma. Después de este placentero descanso, Cortés solicitó visitar el Templo Mayor; el Emperador accedió y quiso adelantarse para recibir a los españoles en la parte superior. Cortés aprovechó la oportunidad para visitar los principales lugares de la gran metrópoli, tales como el impresionante mercado de Tlatelolco, los principales palacios y templos con sus explanadas y jardines en floración continua que proporcionaban un agradable marco y una adecuada perspectiva para la apreciación de adoratorios y edificios. Recorrieron la gran Tenochtitlán en una caminata libre e informal durante una espléndida mañana de las que suelen darse en el valle del Anáhuac; caminaron por donde ellos quisieron, guiados por acompañantes asignados por el emperador, a través de plazas y calzadas admirablemente pavimentadas con baldosas blancas en condiciones de gran pulcritud, se admiraron del orden de la actividad cotidiana, del trafico por los canales y en derredor de la isla por medio de canoas de diferentes tipos y tamaños, del barullo de la gente con vestimenta vistosa, diferente y del gran colorido 93 predominando el blanco y de la magnificencia y policromía de los edificios. Los españoles se encontraban asombrados sobremanera. Después del recorrido llegaron a la plaza frente al Templo Mayor, una explanada inmensa rodeada de otros templos y palacios, que lucían impresionantes al reflejar su vívido colorido y su riqueza arquitectónica en esa mañana de sol brillante. Un gran muro (de gran extensión) adornado con serpientes de piedra policromada circundaba al centro ceremonial. A pesar de la larga caminata y el sol, los españoles todavía no sentían calor; tenían solo una rara sensación, mitad incertidumbre, tal vez temor, y mitad admiración. No se sentían muy seguros de sí mismos y estaban ahí, parados frente a la gran escalinata del Templo Mayor que tendrían que subir flanqueada por alfardas. Después de haber ascendido trabajosamente los 114 peldaños, Cortés encontró en la cúspide al Emperador vestido con sus mejores galas, con su gran penacho de plumas de quetzal de fulgurante color verde esmeralda que el viento acariciaba y en donde el sol se reflejaba con intensos destellos dorados provocados por la orfebrería de su imperial tocado. Moctezuma estaba rodeado con su séquito y sus principales sacerdotes, ricamente ataviados, quienes les mostraron desde lo alto, con mucho comedimiento y cortesía, sin dejo de presunción, una espléndida vista del valle de Anáhuac; con todas las ciudades vecinas que con la gran metrópoli lacustre como centro, constituían una vasta megalópolis. Tenochtitlan estaba comunicada con tierra firme por tres grandes calzadas las cuales se observaban claramente, incluyendo a lo lejos la vista del albarradón de Nezahualcóyotl. Todo este paisaje estaba enmarcado en lontananza con la bella silueta de los volcanes nevados y el azul añil profundo del cielo de "la región más transparente del aire", como la llamaría trescientos noventa y seis años después Alfonso Reyes. En la parte superior del Templo Mayor, y como razón de ser del mismo, se encontraban los dos adoratorios y recintos de las principales deidades mexicas: Tláloc, dios de la lluvia, y Huitzilopochtli, dios de la guerra y principal deidad mexica. Los ídolos estaban cada uno en su respectivo recinto, y aunque el espacio estaba ricamente decorado con piedras preciosas y finos trabajos de oro, a los españoles les impresionó profundamente el hecho de que ahí mismo se realizaran sacrificios humanos en los que (se enterarían posteriormente) se les extraía el corazón a las víctimas, aún con vida, quedando los vestigios de la sangre esparcida 94 en muros y pisos; era imposible que otras culturas que no fueran similares a la mexica aceptaran costumbres y rituales como estos. Cortés aquí comete un error de diplomacia y de sentido común elemental, al proponerle a Moctezuma la construcción de una cruz y de un altar para la Virgen María en la cúspide del Templo Mayor, una especie de sincretismo religioso que el Emperador y sus sacerdotes rechazan con prudencia pero enérgica y categóricamente. Los españoles abandonan el Templo, ahora sí sumamente cansados por el esfuerzo que habían hecho al subir y por el trajinar durante el día. El Emperador y su séquito se quedaron haciendo oración y sahumando a los dioses con el aromático copal en desagravio de la ofensa recibida con la propuesta del extranjero. Cortés solicitó a Moctezuma la posibilidad de construir un altar para sus oficios religiosos en el Palacio de Axayácatl, a lo cual Moctezuma accede. Esto da pie para que por casualidad, detrás de un muro tapiado recientemente, los españoles descubrieran una cámara con el tesoro de Axayácatl, el cual consistía, según sus mismos descubridores, de un cuantioso número de piezas labradas en oro y multitud de piedras preciosas y objetos de arte de gran valor. Astutamente, y por supuesto traicionado la confianza de quienes les habían brindado su hospitalidad, no dan aviso y deciden dejarlo discretamente como estaba para sus planes futuros, con lo que demuestran cuál era su verdadero interés y propósitos. Los tlaxcaltecas, aliados de los españoles, les habían prevenido y ahora les confirmaban que los planes de los mexicas era hacer que tomaran confianza como sus huéspedes para después matarlos a todos. Tras la emboscada de Cholula, en donde la prevención y la ayuda de los zempoaltecas y tlaxcaltecas los había salvado, esto hacía que ahora confiaran en ellos. Aunado a esto, se dio un hecho lamentable que en cierto modo confirmaba como justificado el ambiente de sospechas: les informaron que Juan de Escalante, lugarteniente de Cortés y seis españoles más que componían el destacamento dejado en la Villa Rica de la Vera Cruz, habían sido muertos por los mexicas, quienes seguían cobrando tributo a los zempoaltecas a través de sus aliados totonacas. En esta forma, Cortés y su gente no ven otra salida inmediata que tomar a Moctezuma como rehén, medida temeraria que si no hubiese sido por la actitud pasiva y amedrentada del Emperador, nunca les hubiera dado resultado. Cortés fue hasta el palacio de Moctezuma; entró con engaños, y 95 luego puso como pretexto el acontecimiento reciente en la Villa Rica de la Vera Cruz para tomar de improviso a Moctezuma. Éste, en lugar de alertar a sus guardias, mintió a los suyos explicando que iba a acompañar a los españoles y pasar unos días con ellos en el palacio de su padre Axayácatl, desde donde seguiría gobernando. El cautiverio de Moctezuma en la gran Tenochtitlán fue sui generis, toda vez que aparentemente, como hemos dicho, éste seguía siendo el Huey tlatoani de los mexicas e incluso seguía haciendo prácticas rituales en el Templo Mayor en honor a Huitzilopochtli con el consentimiento de Cortés. Sin embargo, esto no era nada bien visto por los demás señores de la Triple Alianza; Texcoco y Tacuba, que empezaban a cuestionar y reprobar fuertemente esta situación, despertándose entre ellos mismos la inquietud por el poder de la gran Tenochtitlán y por ende por el futuro de la Triple Alianza. Cacamatzin, señor de Texcoco, empezó a urdir la liberación de Moctezuma mediante el ataque masivo y frontal a los españoles, lo cual hubiera sido relativamente fácil a no ser porque “el Emperador” se enteró y se lo comunicó a Cortés. Éste solicitó a Moctezuma que desautorizase esta acción, a lo cual el Emperador procedió de inmediato. Al rebelarse Cacamatzin, el todavía emperador lo hizo traer a su presencia, lo tomó preso y lo destituyó. Esta acción injustificable y arbitraria reflejaba el poder que todavía tenía sobre su pueblo, lo que le facilitaba al máximo esta vergonzosa acción. Además, hay que considerar que no era difícil que Moctezuma Xocoyotzin creyera fielmente que su dios Huitzilopochtli deseaba que él permaneciera preso de los españoles en la gran Tenochtitlán. Al ver esto los señores mexicas, y sin saber si lo de su señor preso era cobardía, verdadero comedimiento con sus dioses o simplemente desquicio mental, se plantearon que precisamente eran sus dioses quienes les ordenaban la expulsión o destrucción de los invasores. Lo anterior fue comunicado a Moctezuma, y lógicamente éste se lo comunicó a Cortés quien, sorprendido y preocupado, por toda respuesta solo explicaba que necesitaba tiempo para volver a construir las naves necesarias, pues en las que había venido habían quedado inservibles. En realidad, lo que Cortés pretendía era ganar tiempo para urdir su estrategia primero de supervivencia y en seguida de escape. Y una vez logrado esto, tener suficiente tiempo para preparar la conquista de tan codiciado imperio, plan que estaba seriamente amenazado por la reacción de los nobles mexicas. 96 Poco a poco y cada vez más, Moctezuma se convence de que sus captores son verdaderos teules y es manejado por éstos en el gobierno del imperio que admirablemente seguía ejerciendo, a tal grado que les concede todo lo que piden y lo hacen reconocer al emperador Carlos V como su señor y abjurar de sus propias creencias religiosas a favor de las de los españoles, no sin antes verter, cobardemente, abundantes lágrimas por la congoja que todo aquello le producía. Por su parte, los nobles mexicas no podían dar crédito a toda la pesadilla que estaban viviendo, y ya no veían el momento para sacudirse al Emperador que ya no lo era, y al invasor que era la causa misma de su desasosiego. Otra gran y audaz decisión de Cortés fue la construcción de tres bergantines, pequeños barcos que podían navegar impulsados por velas o por remos para poder salir de la isla con todo lo necesario. Para esto, comisionó a un hábil constructor con experiencia en los astilleros de Sevilla, a don Martín López, a fin de que revisara el diseño y dirigiera la construcción. Se obtuvo de Moctezuma la madera y materiales necesarios, incluyendo el calafateo por medio de chapopote y brea, abundantes en los dominios mexicas. La construcción de estos primeros bergantines inspiró y dio origen a la construcción de otros más que serían de gran ayuda en el asedio y sitio de la gran Tenochtitlán, hecho que más tarde sería definitivo para el dominio español. Diego Velázquez, que no perdonaba a Cortés por haberlo traicionado, envió una expedición con 18 barcos y alrededor de 1,300 soldados que desembarcó en abril de 1520 en San Juan de Ulúa al mando de Pánfilo de Narváez para combatir y apresar a Cortés. Éste dejó la ciudad de México-Tenochtitlán de inmediato y a su rehén imperial en manos de Pedro de Alvarado; salió acompañado del ejército tlaxcalteca a combatir a Pánfilo de Narváez, venciéndolo y dejándolo muy mal herido. Tras la victoria, Cortés se quedó con toda gente de Panfilo, armas y bastimentos, con los que regresa a la ciudad. Ésta se encontraba en pie de guerra, debido a la matanza de nobles mexicas que durante su ausencia encabezó Pedro de Alvarado; con una actitud prepotente y un fanatismo que lo llevó a creerse el arcángel San Miguel asesinando casi impunemente –le habían matado a 6 soldados— a una gran cantidad de nobles mexicas que hacían sacrificios rituales a sus dioses, en desagravio por tan vergonzosa situación. Estas actitudes seudoreligiosas de conquistadores como Alvarado, respondían al gran cargo de conciencia que levaban por su mezquindad y codicia que era lo que realmente los movía. Y en este caso lo podía hacer casi impunemente porque los mexicas sabían 97 que proceder en contra de ellos era como proceder en contra de su Emperador. Al regresar Hernán Cortés con los refuerzos que le había quitado a Pánfilo de Narváez, ya no encontró la ciudad igual; desde su llegada a Texcoco, notó gran frialdad y los extrañamientos que le hacían y, al pretender entrar a la gran Tenochtitlán, la encontró desolada sin entender la causa; pensó que tal vez era en señal de duelo por la muerte de los nobles. Manifestando una soberbia y prepotencia injustificada y fuera de lugar, le enfureció que el mercado de Tlatelolco estuviera cerrado, porque quería enseñárselo a las gentes de Pánfilo de Narváez que venían con él. Le pidió a Moctezuma que lo abrieran de inmediato. Éste sugirió que fuera consigo un noble allegado a él acompañándolo con las gentes de Pánfilo de Narváez; Cortés escogió a Cuitláhuac, hermano de Moctezuma y señor de Iztapalapa, que había sido apresado por los españoles. Dicen que el que se enoja pierde, y Cortés perdió, porque la ira no le dejó ver que a quien estaban liberando era nada menos que al líder más importante de los mexicas y, por supuesto, su enemigo acérrimo. Sin embargo, para Cuitláhuac significó obtener el imperio pero también la muerte. Entre Moctezuma y Hernán Cortés había surgido una fuerte relación afectiva, una simbiosis en donde Moctezuma sacó la peor parte; "es la mujer de los españoles", decían sus más fieros críticos, confundiendo la figura femenina con la actitud aparentemente cobarde y complaciente del monarca. Lo cierto es que ya no le tenían ningún respeto y, de hecho, lo habían desconocido. Cuitláhuac, después de abrir el mercado acompañando a los españoles recién llegados y al verse libre, procedió de inmediato a organizar a los mexicas para tomar el Palacio de Axayácatl y el Templo de Texcatlipocatl, en donde se encontraban los españoles, aún a costa de su propio hermano, el Emperador, quien ya no era considerado como tal por muchos de ellos, lamentando profundamente su comportamiento desquiciado que ya no correspondía al de un Emperador mexica. Esto sucedía a finales del mes de junio de 1520. Posterior al regreso de Cortés, los españoles pretendieron tomar el palacio de Moctezuma y el Templo Mayor, pero fueron contra atacados, ahora si por miles de guerreros mexicas al mando de Cuitláhuac que, de no ser por los tlaxcaltecas, los hubieran aniquilado. Moctezuma trató de defenderlos, hablándole a su pueblo desde la terraza del Palacio de 98 Axayácatl, en donde se encontraba con los españoles que lo guardaban, pidiéndoles enfáticamente que no los combatieran. Todo fue inútil; una lluvia tupida de proyectiles caía sobre el palacio. El propio Emperador, quien indudablemente era uno de los objetivos, recibió tres heridas de piedra, una de ellas mortal, que le hundió el cráneo. La muerte del Emperador suspendió momentáneamente la agresión. El cuerpo de Moctezuma fue entregado a los mexicas para las honras fúnebres que, dadas las circunstancias, no correspondieron a las exequias de un Huey tlatoani mexica; simplemente lo incineraron sin mayor trámite. Contrastaba enormemente aquel despojo humano, casi solo, abandonado, siendo consumido por las llamas rodeadas del chisporrotear de la leña, con la silueta del otrora déspota al, que ni siquiera se le podía mirar a los ojos, ahora siendo consumido por el fuego implacable. Es posible que los mexicas hayan elegido a Cuitláhuac nuevo emperador de México-Tenochtitlan, aún antes de la muerte de Moctezuma, por las mismas presuntas causas por las que fue depuesto y ejecutado Chimalpopoca 108 años atrás. Cuitláhuac tuvo un desempeño fiero y valeroso, a pesar que ya se encontraba enfermo de muerte lucho con plena entrega hasta el final. El breve contacto con los españoles traídos por Pánfilo de Narváez y venidos con Cortés ocasionó que se contagiara de la terrible enfermedad de la viruela, propagada recientemente en Cuba, y contra la cual no existía en América ni cura efectiva ni resistencia en los organismos. La viruela, junto con la tos ferina y el tifo, también traídas por los españoles, causarían enormes estragos y miles de bajas entre los indígenas. Sin proponérselo, paradójicamente los conquistadores fueron los primeros introductores de armas biológicas. También trajeron otros males más dañinos; como la codicia y la corrupción, que siguen haciendo estragos hasta el presente. Para evitar una derrota total, a principios de julio Cortés decide abandonar sigilosamente la gran Tenochtitlan bajo el resguardo de la noche. Se dirigió hacia tierra firme por la Calzada de Tacuba; llevaba con él lo más indispensable, pero también lo más preciado para ellos: el oro. Habían previsto la colocación de vigas de madera en los puentes que habían sido levantados; estas las habían obtenido desmantelando los techos del Palacio de Axayácatl. Llevaban gran parte del oro que les había regalado Moctezuma, y también del que se habían apropiado robando el mismo tesoro de Axayácatl. Se dice que cargaron una yegua con oro para el 99 emperador Carlos V. A los caballos les habían envuelto las pezuñas con trapos para amortiguar el ruido y poder salir con el mayor sigilo. Cortés iba a la vanguardia y Pedro de Alvarado a la retaguardia, cada uno de los españoles iba cargado, en lo personal con el oro que se había apropiado. Apenas fueron sentidos, los mexicas salieron por millares en pie de guerra, atacándolos en la Calzada por los flancos en cientos de canoas y, por la retaguardia, con arqueros que dejaron caer sobre sus enemigos una verdadera andanada de flechas, abundantes piedras y proyectiles lanzados con hondas. Fue una cruenta huida la de los españoles y sus aliados tlaxcaltecas; perdieron mucha gente y caballos, a tal grado que los huecos de los puentes móviles se llenaron de cadáveres de personas y bestias. Los cargamentos que al final no pudieron llevar también sirvieron de relleno, así, muchos de los que lograron salir tuvieron que pasar sobre este macabro puente improvisado. En su huida, Cortés se dirige hacia Tlaxcala, pero Cuitláhuac envía a su Cihuacóatl a seguirlo y acabarlo. En los llanos de Otumba le dan alcance y le presentan batalla muy desigual, ya que mientras los españoles eran poco más de 300, muy fatigados y heridos, con aproximadamente 20 caballos más los cientos de guerreros tlaxcaltecas aliados, el ejército mexica se contaba por miles. Durante varias horas pelearon con furia. Cortés, al divisar a lo lejos y sobre una colina al Cihuacóatl, rodeado de los capitanes mexicas con grandes y vistosos penachos y estandartes, sin darse por vencido y como acción desesperada, junto con varios de sus lugartenientes a caballo, se les echan encima a galope tendido y con tal determinación que matan a los principales y al Cihuacóatl mismo, eliminando así al estandarte que orientaba a los guerreros. Los escuadrones mexicas al ver desaparecer los estandartes, se sorprenden y se repliegan desconcertados cuando tenían el triunfo asegurado. Esto le da oportunidad a Cortés de un importante respiro mientras llegan los refuerzos tlaxcaltecas con miles de guerreros, logrando escapar así, de una muerte casi segura. Muerto Cuitláhuac por la viruela, los mexicas con el visto bueno de Texcoco y Tlacopan, eligen señor de México-Tenochtitlan a Cuauhtémoc, hijo del gran Ahuitzotl, con la encomienda de defender la capital del asedio de los invasores. Cortés no da margen para la acción; de inmediato solicita y obtiene el apoyo urgente de los tlaxcaltecas con miles de guerreros adicionales. Por su parte, los mexicas no pueden recurrir a sus antiguos 100 súbditos porque son odiados por ellos y éstos solo esperaban aprovechar la situación ahora que los ven en condiciones difíciles. Cuauhtémoc, de la familia real mexica, miembro también de la dinastía de Acamapichtli, de conducta impecable y educado con gran esmero y en el Calmécatl –la escuela para los nobles— con una férrea disciplina personal, valiente y noble guerrero respetuoso del ritual ceremonial y de sus dioses, hizo honor a su estirpe. Pero el destino estaba escrito. Por más esfuerzos, sacrificios y fiero desempeño como gran guerrero que era, al final sucumbió ante la adversidad y el invasor, y en agosto de 1521 es capturado. El décimo primer y último emperador mexica termina su imperio al ser detenido en el lago por uno de los bergantines de Cortés cuyos guerreros navegantes no podían creer que se tratara del mismísimo Emperador de los mexicas. De esta manera, se cumple la premonición que encerraba el significado de su nombre y con él, también la caída del imperio mexica. Sin embargo, con su descenso se incubó el germen que 300 años más tarde también acabaría con la vigencia del otro imperio y daría nacimiento a una nueva Nación. Todo esto pasó con nosotros, Nosotros lo vimos: en los caminos yacen dardos rotos, destechadas están las casas, enrojecidos tienen sus muros. Gusanos pululan por plazas y calles Rojas están las aguas, están como teñidas... Golpeábamos los muros de adobe, y era nuestra herencia una red de agujeros. Con escudos fue defendida la ciudad, pero ni con escudos pudo ser ya sostenida.... Antiguo poema náhuatl, escrito muy poco después de la Conquista. 50 50 Miguel León-Portilla, Micro historia de la Ciudad de México 101 2.- EL PERIODO NOVOHISPANO: TRES SIGLOS DE VIRREINATO. La segunda gran etapa de la historia de México se prolongaría por 300 años, tiempo que duró el periodo novohispano. Esta etapa va de la aprehensión y cautiverio de Cuauhtémoc, en 1521, a 1821, año en el que se firma la independencia de México en el Tratado de Córdoba celebrado entre el representante de España, don Juan O’Donojù, y don Agustín de Iturbide51. Después de la caída de la gran Tenochtitlán, continuaría, con esfuerzo redoblado, el proceso de fusión cultural que ya se había comenzado a dar durante la Conquista. Todas las características positivas y negativas de ambas culturas se encuentran y empiezan a interactuar, asimilándose o rechazándose y mezclándose. Los triunfantes españoles no solamente imponen sus directrices culturales, sino que, por prejuicios religiosos o torpeza de quienes tomaban las decisiones, o por una combinación letal de ambas, destruyen gran parte de los vestigios de la cultura vencida incluido todo el material documental, tanto teológico, como científico e histórico. Una constante del Estado confesional fue la destrucción de todos los vestigios religiosos y culturales de los vencidos o la suplantación de los mismos con elementos de la religión católica, impuestos por la alta jerarquía eclesiástica y por el poder político. En esta forma empiezan por la demolición de lo que quedaba de la gran Tenochtitlán y sobre todo de sus templos, los que consideraban malditos. Pero no tanto como para desperdiciar sus materiales, que ahora les resultarían de gran utilidad económica para la construcción de la nueva ciudad. Al tomar en cuenta la visión ambiciosa y materialista, impregnada de codicia que habían demostrado los conquistadores, no es difícil explicar que parte de la destrucción de la gran Tenochtitlán haya sido también motivada por la búsqueda de tesoros tapiados, como el de Axayácatl. En realidad tres fueron los motivos principales para demoler la ciudad: en primer lugar, y en forma preponderante, los prejuicios religiosos; había que acabar con la “idolatría” y borrar para siempre la religión vencida, esto incluía todo vestigio monumental incluso documental; segundo: 51 Desafortunadamente, el México independiente inicia en la forma de un efímero imperio con un emperador de opereta al frente. 102 indudablemente la codicia del conquistador, que había sido su principal motivación, ahora ocasionó la búsqueda de tesoros escondidos y de oportunistas acciones para apropiarse de la tierra, propiedades y derechos de los caídos; y tercero, ya que se había cometido tal desaguisado, aprovechar los escombros y materiales para la construcción de la nueva ciudad, la cual podrían iniciar casi desde cero, utilizando los basamentos de los antiguos edificios o sobre los templos mismos y sus piezas escultóricas consideradas sagradas, para significar más el sometimiento a su religión, a la cual más que amarla la temían porque así habían sido educados. Sin nada que los estorbara, Cortés decidió la “reconstrucción” de la Ciudad de México en 1523, casi 200 años después de su fundación, conservando ahora solo la primer parte de su nombre. Ya no seguiría siendo México-Tenochtitlán, la gran Tenochtitlán, ya no lo podría ser. Ahora sería solo México, capital de la Nueva España, y como sería la capital, por esta razón le dedicaron especial y particular interés para construirla con el más avanzado arte y técnica urbanística y arquitectónica del imperio (incluyendo sistemas constructivos antisísmicos, los más avanzados de su época). Se acordó respetar únicamente la traza urbana original, pero poniendo énfasis que seria a partir del nivel cero, mereciendo especial atención la demolición de sus templos y adoratorios y tratando de desaparecer –en muchos casos de destruir— los ídolos o piezas escultóricas. Prueba de esto es que más de dos siglos después, la Piedra del Sol que mandó esculpir Axayácatl, fue encontrada en los cimientos de la Catedral Metropolitana. Gran parte de los nuevos edificios fueron construidos sobre los templos y palacios de la gran Tenochtitlán, con lo que fueron sepultadas valiosas piezas escultóricas de la cultura mexica incluso, aunque no se tratara de ídolos. Las matanzas de población durante el proceso guerrero de la conquista aumentaron considerablemente con las enfermedades como la viruela, sin distingos entre guerreros y la población en general, lo que se agravó con el tifo, la tos ferina y después el sarampión, estas plagas diezmaron a los indígenas, cuyo sistema inmunológico no estaba preparado para resistirlas. Y lo seguirían haciendo por muchos años más. En 1930, Paul Rivet, antropólogo, autor de El origen del hombre americano, estimó que la población de indígenas americanos en 1492 (en todo el continente) 103 era de aproximadamente 13 millones y, en 1650, ciento cincuenta y ocho años más tarde, apenas estaba otra vez llegando a 10 millones. Por otro lado, había que arraigar a los conquistadores premiándolos, y también era necesario organizarse para el control y la explotación de la población en actividades productivas. Por ello se recurrió a las llamadas encomiendas, ya aceptadas por Fernando el católico desde que Colon empezara a comerciar con los indígenas en calidad de esclavos. Las encomiendas resultaron un gran atractivo también para los nuevos colonos venidos de Castilla por el gran beneficio que significaba su trabajo casi gratuito. Esto significó un verdadero polo de atracción para que siguiera fluyendo a la Nueva España la gente necesaria para tal propósito, tanto para las funciones de gobierno como para las demás actividades económicas, principalmente las relacionadas con el comercio y la minería. Para el sistema de encomiendas se utilizó la estructura existente de los señoríos del extinto imperio mexica, los cuales fueron entregados a los encomenderos. Sus principales, los señores mexicas, los pipiltin (jefes de cada señorío), fueron ahora llamados caciques, eran personas de reconocido liderazgo y cultura sobresaliente que serían los encargados ahora del control y explotación de sus antiguos vasallos, quedando todos por igual al servicio del encomendero. Una cosa fue la teoría y los buenos y “piadosos” propósitos, con justificaciones hipócritas y mentirosas, como la pretensión de educar y convertir a la fe católica a los indígenas, y otra muy diferente la práctica despiadada correspondiente a sus verdaderas intenciones. Porque en realidad las encomiendas implicaron, cuando menos, dos problemas graves para la población indígena: primero, el despojo mediante la eliminación de la propiedad comunal que existía en los señoríos; aunque la posesión territorial no pasaba legalmente al encomendero, pues en un principio no estaba previsto así por considerársele poco importante, sin embargo las especulaciones, el tráfico de influencias, el tráfico comercial de indígenas en virtual condición de esclavos, trasladándolos a otros lugares y múltiples abusos de todo tipo, resultaron en el despojo de sus tierras abandonadas. Y segundo, siendo esto lo más grave; bajo la encomienda se condenaba de por vida a la población indígena a la esclavitud de hecho, ya que el derecho de ejercer la encomienda, primero en la práctica y después legalmente, fue heredada a los descendientes del encomendero durante muchas generaciones. 104 Por múltiples razones desde el control político, la atracción de nuevos colonizadores y por supuesto la explotación económica de los indígenas; las encomiendas fueron aplicadas de inmediato. Primero se asignaron a los conquistadores los señoríos existentes antes de la Conquista, principalmente los inmediatos a los centros de población y de colonización más importantes. Esto se hizo en forma generalizada, avanzando posteriormente en forma escalonada, a medida que iban llegando nuevos demandantes. En lo que respecta a las encomiendas en los señoríos pendientes de asignar y a los grandes señoríos (verdaderos reinos), estos pasaron provisionalmente al control de la Corona. En el caso de estos últimos, hubo tratos directos entre la Corona y el señorío. Tal fue el ejemplo de Tlaxcala y los tlaxcaltecas, en donde incluso la Corona los siguió utilizando para la fundación de nuevos pueblos en el norte, como fue el caso de lo que después sería Saltillo, en Coahuila, y Bustamante, en Nuevo León. En teoría, la encomienda era un derecho legal otorgado por el rey a sus súbditos en las colonias para recabar los tributos, trabajos y/o servicios que los súbditos indígenas estaban obligados a pagar al monarca. Esto deja en evidencia una clara actitud discriminatoria, tal vez inadvertida por la Corona, porque desde un principio se establecieron dos clases de súbditos: los castellanos, después llamados peninsulares y criollos y que gozaban de privilegios; y los indígenas, de quienes incluso se llegó a poner en duda, mañosamente, su naturaleza humana, o cuando menos su capacidad de discernir y actuar como un ser humano adulto en pleno dominio de sí mismo y con suficiente capacidad para ejercer su libre albedrío; tal era la excusa ruin que esgrimían algunos de los dirigentes políticos y religiosos españoles para justificar la tesis de que había que “encomendarlos” y ponerlos bajo la tutela de los súbditos de primera clase o superiores (los españoles) “quienes si eran capaces y dignos de confianza”. Siguiendo con la teoría, el encomendero debería velar por los indígenas, protegerlos y asegurarse de su manutención y, en forma muy especial, vigilar su adoctrinamiento cristiano, esta última razón se utilizaría hipócritamente como la principal justificación y seria la que tendría más peso en descargo de esta barbaridad. Ya nos podemos imaginar aquellos conquistadores movidos más que nada por la codicia, muchos de ellos verdaderos ignorantes, sedientos de riqueza y, considerando lo que para ellos significaba la explotación de aquellos pueblos; preocupados ahora por “la educación y la formación espiritual de sus esclavos”. Con la venida de las 105 órdenes mendicantes a la Nueva España, principalmente de franciscanos, dominicos y agustinos, se trató también de justificar las encomiendas con el propósito de extender la evangelización. Incluso se llegó a decir con una buena dosis de cinismo y embusteramente: que ésta había sido la razón principal de la Conquista. Hubiera sido menos dañino que se les hubieran asignado tierras a los conquistadores, como era la costumbre romana, y no personas. En realidad, todo en las encomiendas al final resultó en una terrible farsa para encubrir una explotación esclavista a la cual se opusieron muchos verdaderos religiosos; ya en la navidad de 1511 en Santo Domingo el dominico fray Antonio de Montesinos había pronunciado un discurso lapidario en contra de las encomiendas y los encomenderos que trataban a los indígenas como esclavos. Los encomenderos y autoridades cívicoreligiosas de Santo Domingo se quejaron ante la corona, obteniendo el apoyo de Fernando el católico quien reprendió a la orden de dominicos. Más tarde en la Nueva España fray Bartolomé de las Casas denunció la terrible injusticia que se cometía a través de este sistema en su “Obra Indigenista”. Las encomiendas, contrario a sus propósitos teóricos, terminaron con la estructura social prevaleciente entre los pueblos del imperio mexica antes del triunfo de los españoles. La nobleza, los pipiltin gente verdaderamente preparada con principios y disciplina se fueron extinguiendo poco a poco; ahora eran los encomenderos quienes centralizaban el poder y reclamaban incluso títulos nobiliarios para ellos y sus descendientes sin importar si tenían o no suficientes merecimientos. Por otro lado, al considerarse al indígena como un ser inferior, se le desprotegió jurídicamente midiéndoseles a todos, pipiltin y macehuales, con el mismo rasero. Al final, en términos de explotación económica, discriminación racial y prejuicios sociales, no había gran diferencia entre los pipiltin y los macehuales. Con una gran falta de inteligencia desaprovecharon un recurso humano altamente calificado; la nobleza mexica encarecidamente preparada en los calmécac, que paradójicamente para ellos, gente de ignorancia supina, sólo eran dos manos más y un lomo para la carga en el trabajo burdo, que como seres inferiores debían realizar. Más tarde se prohibió legalmente que a los caciques se les siguiera llamando señores, los señores ahora serían los conquistadores. “Las encomiendas” fue la forma en que se pudieron realizar, entre otras, las 106 grandes explotaciones mineras en la Nueva España, a costa de la dignidad y del sufrimiento de los indígenas, de su sangre y de muchas vidas humanas. Se llegó a establecer la práctica del intercambio de indígenas de un encomendero al otro, comerciando con esto, aun entre lugares apartados, despreciando las relaciones familiares y comunales de los indígenas, con solo el acuerdo de las partes encomenderas y en el precio a pagar o cobrar. En las leyes de Indias, en este caso “leyes nuevas”, publicadas en 1542 como reacción a las protestas de los franciscanos y a la injusticia que significaba la institución de la encomienda, se prohibió el otorgamiento de nuevas encomiendas, y a las ya existentes, se les quitaba el carácter hereditario y les daban el de vitalicio. Sin embargo, esto no significaba gran cosa, porque a la muerte del encomendero, los indios no eran liberados ni se les restituían sus tierras; todo pasaría ahora al poder de la Corona. Sin embargo, las protestas de los encomenderos en contra de la ley que los afectaba fueron apoyadas con tanta efectividad y prontitud por los grandes intereses establecidos, representados principalmente por la alta jerarquía política y eclesiástica, que se permitió todavía conservar el carácter hereditario aunque solamente hasta cinco generaciones, (ni una más), ¡qué gran logro! Don Martín Cortés, el hijo del Conquistador, recién llegado a la Nueva España con ínfulas de gran señor y título de marqués, sirvió para que los encomenderos, no satisfechos con las limitaciones que la nueva ley les imponía sobre las encomiendas, aun ya suavizadas por la Corona, tomaron este suceso como un pretexto para llevar a cabo un primer conato de movimiento de independencia, por supuesto no motivado por causas patrióticas, sino por intereses mezquinos como más tarde se consumaría al final la independencia. Finalmente, después de casi 200 años de esta vergonzosa explotación y despojo de los indígenas, en 1718 fueron abolidas definitivamente las encomiendas. Sin embargo, el daño ya estaba hecho, sería irreversible y con serias consecuencias negativas para los indígenas, lo que se ha prolongado hasta nuestros días y sigue siendo la causa de su actual e injusta situación. Aunque ellos, sus descendientes, por salud mental casi la borraron de su memoria o haya quedado oculta en forma inconsciente por la niebla del fanatismo religioso impuesto y el desprecio de la clase gobernante a través de la historia que nunca le ha puesto remedio a la enorme injusticia que esto significó, sino todo lo 107 contrario, ya que sigue existiendo el pesado lastre histórico de la supuesta inferioridad del indígena y su discriminación continúa hasta ahora. Cabe señalar aquí que el imperio español, en lo que respecta a los indios, no actuó con el misma concepto de justicia con el que fueron tratados sus antepasados en calidad de indígenas conquistados por el Imperio Romano, que los consideró como iguales, les concedió la ciudadanía y el derecho de acceder al más alto nivel de gobierno; se dieron incluso casos, como ya lo revisamos, de cuatro emperadores de origen hispánico52. La Nueva España se caracterizó por una marcada distinción de derechos y privilegios, siempre en detrimento de los indígenas. Desde el primer momento, la Corona determinó la formación de municipios como la base de la organización política territorial, prerrogativa real que tomó como base las jurisdicciones definidas por los antiguos señoríos pero desapareciendo a sus señores originales y substituyéndolos por alcaldes impuestos por la Corona. Los alcaldes tenían varias funciones importantes tales como: administrar la economía popular, los abastos y la real hacienda al cobrar las alcabalas o tributo por la compraventa; aplicar la fuerza pública y el buen gobierno; la actividad de juzgar y aplicar la ley, así como sentenciar y ejecutar sentencias en la jurisdicción que el rey les hubiera conferido, y en suma, el poder que le daba la investidura de “autoridad política”, aunque las más de las veces se careciera de “autoridad moral”. Para ser alcalde ordinario bastaba con tener 20 años y por supuesto ser español. Y como el rey de Castilla era el único con facultad para nombrar a los alcaldes, o bien aquel a quien le fuera conferido tan preciado, real y lucrativo privilegio, pronto se inició, por medio de estos delegados, las ventas de alcaldías al mejor postor, introduciéndose desde entonces la corrupción en la función pública. O peor; las alcaldías eran otorgadas a quien se quería favorecer sin importar mucho si se tenía o no la capacidad necesaria, ya no digamos un comportamiento ético, solo se requería la aceptación manifiesta de formar parte de un grupo organizado para utilizar el poder y la posición, para beneficio económico del mismo grupo y de sus dirigentes, ya desde entonces una cierta forma de delincuencia organizada en el gobierno, y que actualmente no nos es extraña. 52 Hay que señalar que en este tiempo España todavía no existía como nación. 108 La institución principal del poder político en la Nueva España fue el virreinato que se instituyó en 1535. Los virreyes dependían directamente del rey de Castilla y eran nombrados por él, como “Capitán General y Justicia Mayor”. El virrey era el representante personal del monarca, y su jurisdicción era el territorio asignado, en este caso, la Nueva España. Tenía funciones administrativas y de recaudación fiscal. En cierta forma, el poder ejecutivo y el judicial estaban mezclados; se tenía como instancia superior, para cuestiones judiciales, al Consejo de Indias, quien también ejercía las funciones legislativas a nivel general para las colonias. Al virrey, seguía en poder la Audiencia. Ésta fue la primera forma de gobierno general en la Nueva España y, por supuesto, anterior al virreinato mismo. Este hecho fue la causa de muchas confusiones y controversias en cuanto a jerarquías y dependencia. La Audiencia tenía esencialmente funciones judiciales como tribunal superior de justicia. Estaba compuesta por oidores designados por el rey y tenía facultades para suplir provisionalmente al virrey por causa de ausencia temporal o muerte. Era considerada como parte fundamental del gobierno de la Nueva España. La jurisdicción de la Audiencia era general o regional; en México se inicio con carácter general, pasando posteriormente a regional. Los corregidores o alcaldes mayores dependían del virrey, tenían un sueldo honorario y eran designados con carácter y jurisdicción regional. Como toda autoridad importante, también eran nombrados por el rey de entre las ternas propuestas por el mismo virrey. Dentro de sus funciones se encontraban, entre otras, primero las ejecutivas y administrativas para llevar a cabo las disposiciones reales o virreinales, realizar las obras públicas dentro de su territorio, la seguridad pública y el control del comercio mediante pesas y medidas. Y finalmente, estaban las autoridades locales o municipales, representadas por el ayuntamiento y los alcaldes de cada uno de éstos. El gobierno de la Nueva España recibía periódicamente a enviados especiales del rey de Castilla, como por ejemplo: los visitadores reales, que tenían el carácter de oidores de las quejas en contra de la autoridad, empezando por el mismo virrey; o los tesoreros reales, cuya función fiscalizadora buscaba asegurar la parte debida de los tributos correspondientes a la Corona. Es importante señalar la acción de algunos virreyes que se distinguieron por su labor en beneficio de la Nueva España, tales como: 109 Don Antonio de Mendoza (1535-1550), primer virrey de la Nueva España, encomendero también –casi todos los importantes lo eran—, aunque este de las encomiendas especiales manejadas por la Corona. Él fue quien ordenó elaborar el llamado Códice Mendocino para compensar las barbaridades de algunos “conquistadores”, que mandaron destruir gran parte de la historia y el acervo documental de los mexicas y de otras culturas prehispánicas. El mismo Virrey inició en su tiempo la primera casa de acuñación de moneda en México, la “Casa de Moneda”. Es importante mencionar la notable labor en beneficio de los indios de fray Juan de Zumárraga, primer obispo y arzobispo de México, quien se opuso a los desmanes en contra de ellos por parte del tristemente célebre presidente de la Audiencia, Nuño Beltrán de Guzmán. Además, el Arzobispo introdujo la imprenta en América, aunque pecó de intolerante y de actuar sin tacto diplomático al someter a juicio y ejecutar por herejía a Ometochtzin, hijo de Nezahualpilli, señor de Texcoco. El noveno virrey Don Gaspar de Zúñiga y Acevedo, conde de Monterrey (1595-1603), realizó importantes expediciones “al septentrión” hacia los actuales Nuevo México y California. Patrocinó también la fundación de la ciudad de Monterrey. Don Luis de Velasco hijo, décimo primer virrey marqués de Salinas (1607-1611), se distinguió por las grandes obras de saneamiento y el inicio del desagüe del lago a través del canal de Nochistongo, obra que en ese tiempo se consideró benéfica porque evitaría o trataría de evitar las inundaciones que asolaban a la ciudad. Sin embargo, afectó determinantemente el medio ambiente natural, causándole a futuro un grave daño. Por otro lado, la riqueza generada en la Nueva España tenía otra resultante, si se quiere positiva, aunque como hemos visto, con un enorme costo social. 83 años después de la Conquista, Bernardo de Balbuena narraba en forma poética lo que sucedía con la sociedad y su riqueza en la capital de la Nueva España a, inicios del siglo XVII, en 1604. Los siguientes versos del poema de Bernardo de Balbuena, en octava real, describen en cada una de sus ocho líneas los capítulos de la “Grandeza mexicana" De la famosa México el asiento, origen y grandeza de edificios, caballos, calles, trato, cumplimiento, letras, virtudes, variedad de oficios, regalos ocasiones de contento, primavera inmortal y sus indicios, 110 gobierno ilustre, Religión, Estado. todo en este discurso está cifrado. Entre los 62 virreyes que tuvo la Nueva España también destacan: De una manera importante, Don Fernando de Alencastre Noroña y Silva (1711-1716), trigésimo quinto virrey duque de Linares y marqués de Valdefuentes, quien hizo grandes esfuerzos por remediar la miseria del pueblo, intención que se refleja en el estudio que hizo sobre la situación social imperante. Su preocupación siempre estuvo orientada hacia el bienestar de los más desprotegidos. Probablemente su acción benéfica influyó para terminar con una de las grandes causas de esa miseria, la injusta institución de la encomienda; Don Juan Francisco de Güemes y Horcasitas, (1746-1755) cuadragésimo primer virrey, primer conde de Revillagigedo, pacificador de las Tamaulipas y fundador de la Nueva Santander; Don Antonio María de Bucareli y Ursúa (1771-1779), destacado virrey que se distinguió como administrador eficiente. Fue quien construyó la calzada que lleva su nombre en la Ciudad de México. Se opuso, en su tiempo, al sistema de intendencias por considerarlo oneroso, aunque como sabemos después se instituyó y sirvió para la estructura políticoadministrativa de la república; y don Juan Vicente de Güemes Pacheco y Padilla (1789-1794), quincuagésimo segundo virrey, segundo conde de Revillagigedo, considerado por muchos como el mejor virrey, gran estadista, implacable con los abogados prevaricadores, jueces y funcionarios corruptos. Meritorio trabajo el del segundo Conde de Revillagigedo, toda vez que estaba atacando una de las más dañinas lacras sociales: la impunidad. No quiero dejar de mencionar don José de Iturrigaray (1803-1809), quincuagésimo sexto virrey, partidario de los criollos en su búsqueda por mejores condiciones para la Nueva España, quien apoyara a su paso por estas tierras al científico, ensayista político Alexander Von Humboldt. Grandes humanistas, escritores e historiadores surgieron en la Nueva España desde sus inicios, tales como el mismo Bernal Díaz del Castillo, autor de la Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España; fray Pedro de Gante, quien hizo editar a mano un pequeño catecismo que utilizara los jeroglíficos del idioma náhuatl y así sirviera para enseñar la religión católica a los indios; el mismo Bartolomé de las Casas, dominico, obispo de Chiapas, licenciado en derecho por la Universidad de Salamanca, con sus escritos: la “Obra indigenista” y autor de la Relación de la destrucción de las Indias; fray Bernardino de Sahagún, autor de la Historia general de las cosas de la Nueva España, en donde nos habla de la sofisticación y alta cultura existentes en la sociedad mexica; y tantos otros 111 más que dieron su valiosa aportación durante el periodo novohispano. Aunque marcada por el predominio de lo español, la Nueva España dio las bases para la alimentación cultural necesaria y para el fortalecimiento de las artes y las letras que, poco a poco y cada vez más, fueron adquiriendo las características propias de la nueva cultura. Ante lo difícil de mencionar el cúmulo de valores literarios que se dieron en la Nueva España, no quiero dejar de señalar a alguien verdaderamente excepcional, a una niña prodigio, que fue un verdadero paréntesis positivo en su época, alguien con una alegría de vivir y con un amor infinito por los seres humanos, probablemente la primer feminista, en el buen sentido del término (aunque ahora le quieran cargar “milagros”): Juana de Asbaje, Sor Juana Inés de la Cruz. Nace un 12 de noviembre de 1651 en la Hacienda de San Miguel de Nepantla, Estado de México, situada en medio de los volcanes. La prosa de su “Carta Athenagórica”, la poesía de sus redondillas, sus comedias como Los empeños de una casa, textos todos ellos de un ingenio y un manejo del lenguaje que no tienen igual en la poesía hispana y denotan una personalidad auténtica, libre, valiente y una mente verdaderamente brillante comprometida con la belleza literaria. Aunque, durante lo más importante de sus trabajos literarios, siempre estuvo ligada a la familia del virrey en turno, lo que denota que no se metía ni le preocupaban en las cosas de la política. Muchos intentaron desde el principio ejercer el valor de la justicia, exigiéndolo o aplicándolo. Tanto entre los mexicas como entre los españoles siempre hubo personas que lucharon por él y fue por estos altamente apreciado y se pretendió utilizar como una de las bases del desarrollo armónico de la Nueva España, sin lograrlo. Toda vez que ambas culturas estaban de acuerdo en que “la desigualdad ante el derecho es la más grande de las injusticias”. Y aunque no siempre se logró, desde el inicio de la Colonia se procuró la justicia y la igualdad ante la ley, aunque basada ésta solo en el derecho impuesto por el conquistador. Aun así, desgraciadamente, la idea de establecer una sociedad basada en la justicia para todos no pasó de la teoría y de las buenas intenciones de algunos. Los grandes abusos de la jerarquía eclesiástica con la inquisición y otros refinamientos, los abusos de oidores, encomenderos y de los mismos virreyes tuvieron la instancia de los visitadores reales, y aunque multitud de agravios quedaron impunes, cabe asentar que la tendencia, o cuando menos la intención, fue la de hacer justicia si así se le podía llamar. Un testimonio 112 de ello lo encontramos en las acusaciones que se hicieron en contra del virrey don Luis de Velasco y de los oidores de la Audiencia, en el documento conocido como “Códice Osuna”. Los factores externos se dieron con fuerza y afectaron también el presente y el futuro de lo que sería la nacionalidad mexicana, podríamos señalarlos en dos grandes vertientes: Primero, la acción del imperio español sobre la Nueva España, que a su vez tuvo otras dos variantes, como era usual en las colonizaciones: una de alimentación cultural y otra de dominación y explotación. Como una de tantas pruebas de esto último, la Corona Española ejerce aquí el “proteccionismo económico” como medida restrictiva hacia el comercio de la Nueva España, al prohibir la producción en sus colonias de manufacturas, vinos, telas, herramientas, etc., y todos aquellos productos que pudieran competir con los traídos de Europa. Esto con el fin de proteger las exportaciones de sus productos en todos estos mercados que ellos consideraban como cautivos y bajo su exclusivo control. El proteccionismo impuesto por la Corona retrasó considerablemente el desarrollo industrial y comercial de la Nueva España, restringiendo por muchos años el aprovechamiento de su potencial. Pero además, generó una serie de problemas de toda índole, toda vez que estas restricciones las llevó al extremo de autorizar a la Nueva España, en un inicio, solo dos puertos para el comercio: Veracruz y Cádiz, con escala en Cuba, con el objeto de controlar al máximo la fiscalización y el contrabando. Pero no conforme con esta medida injusta, estableció el sistema de “las flotas”, que zarpaban solo una vez al año, protegidas por barcos de guerra, para llevar los cargamentos de diversos productos. Posteriormente y con el mismo afán permitieron otro puerto en el Pacifico, Acapulco. Entre otras cosas, esta medida restrictiva a la navegación y la creación de nuevos puertos en un principio, trajo como consecuencia una gravísima limitante para las expediciones necesarias en la expansión, colonización y posteriormente administración de los territorios de la Nueva España, principalmente los del septentrión. Habiendo sido esta una de las causas de su descuido. Como segunda variante está el efecto que tuvieron sobre el continente americano las ideas político-económicas y filosófico-sociales que se generaron en el Viejo Continente, las cuales evidentemente fueron positivas, destacando al final sobre todo las ideas generadas por la 113 independencia de las 13 colonias americanas, del imperio británico, y las ideas emanadas de la Revolución Francesa, mismas que tendrían gran influencia en el movimiento libertario de la Nueva España. De gran trascendencia histórica en todo este proceso de cambio ideológico fue la terminación definitiva del Estado confesional, sustituido más adelante por el nacimiento del Estado laico, aunque esto último no se diera en México hasta ya muy tarde. Desde el siglo XVI, al consolidarse la Conquista, inició de inmediato la actividad económica en forma sistemática, tanto a través de productos importados como de productos propios de los nuevos territorios. Del lado de España, se comerciaba con el ganado, el gusano de seda y las moreras, el azúcar, el trigo, varios comestibles, los vinos, así como los implementos de trabajo (herramientas, molinos, etc.), telas, vestidos, hasta los barcos mismos. Por parte de los productos autóctonos salidos de Nueva España, se comerciaba con los metales (principalmente la plata y el oro), la madera, el algodón y algunos productos agrícolas como la calabacita (ayutli), el chayote (chayutli), el jitomate (xitomatl), el fríjol (etl), el camote (camotli), el aguacate (ahoacatl), la vainilla (tlilxóchitl), el chile o ají (tzilli), la guayaba (xalocócotl), el cacahuate (tlal cacahoatl), la ciruela (xocotl), el maíz en general y para palomitas (momocatli), el cacao (cacahoaquahuitl) para hacer chocolate (chocolatl), y animales como el guajolote o pavo (uexolótl). Con la acuñación de moneda en la Nueva España, a mediados del segundo cuarto del siglo XVI (1536), se estableció una economía de mercado, capitalista, controlada y aprovechada principalmente por los españoles, encomenderos y nuevos pobladores. Y por otro lado, entre la gran mayoría de la población indígena, principalmente entre los macehuales, prevaleció una cierta economía de subsistencia, ellos eran la mano de obra mal pagada por no decir esclavizada. La libre movilidad de éstos desapareció por las restricciones impuestas por el gobierno mediante el sistema de la encomienda. La explotación de los bosques en forma indiscriminada para la obtención de madera, utilizada en la construcción de navíos, edificios y mobiliario, resultó en una tala inmoderada y desproporcionada que en muchas regiones modificó los ecosistemas y el clima, y que junto con la introducción de la ganadería, provocó un impacto negativo en el medio ambiente natural. Por otro lado, antes de la llegada de los conquistadores, el único medio de transporte de carga era el fluvial. Por 114 tierra lo hacían las personas, ya que no se conocía la rueda, por lo que la aportación de este instrumento fue de la mayor importancia para el desarrollo económico. A partir de esta innovación española, con los nuevos medios de transporte de carga como las carretas y los arrieros, se generó así la necesidad de crear la infraestructura, por lo mismo inexistente: caminos, postas de abastecimiento y vigilancia para el cobro de alcabalas, y puentes. Todo esto se tradujo en inversión y crecimiento económico, además de nuevos conocimientos en la construcción, ya que por ejemplo los mexicas no conocían el arco de medio punto heredado de la cultura romana. La Nueva España emprendió la explotación del algodón y la caña de azúcar. Para esta última se tuvieron que importar esclavos de África que se emplearon en el manejo de los trapiches que permitían la industrialización del azúcar. Con la llegada de los esclavos negros, el mestizaje que ya se había iniciado principalmente entre españoles e indígenas se reforzaba con la unión también con africanos. Esto trajo consigo la diferenciación entre los disímiles estratos de la población a través del nacimiento de las castas como, por ejemplo, las de peninsulares, criollos, indios y mestizos o ladinos, todos ellos miembros de distintas categorías sociales. La continua explotación indiscriminada de los pueblos de indios contribuyó a la disgregación paulatina de éstos, y a que muchos ellos se convirtieran en verdaderos parias. A una minoría dentro de los descendientes de los pipiltin, que habían aprendido el castellano, les iba relativamente bien; sin embargo, otros miembros de la antigua nobleza se convirtieron en gente independiente que para subsistir tenia que vender sus servicios como peones. Esto, aunado al progresivo y continuo acaparamiento de tierras de cultivo y ganadería por parte de cualquier peninsular con poder, buenas relaciones con el clero y los gobernantes, capacidad económica, visión y, sobre todo, con habilidad para apropiarse de tierras que habían sido propiedad comunal de los indios; las cuales eran ahora utilizadas por esta gente “lista” en mínima parte para la explotación agropecuaria en forma legal o ilegal, esto lo hacían en lo particular o agrupados y lo mismo sucedía con la actividad comercial y artesanal acaparadas también por ellos, lo que dio origen en el siglo XVII, a la burguesía novohispana y a las haciendas como organizaciones de producción rural que alojaban también a los trabajadores y sus familias, pagándoles en especie y no en efectivo, modalidad que continuó hasta la revolución de 1910. 115 La sociedad novohispana “estaba formada por un mosaico humano. Solo el 17.5% lo formaban los peninsulares y los criollos, sus descendientes, habitantes de las ciudades. El grupo peninsular era minúsculo y la población distinguía entre los burócratas y los residentes permanentes. El grupo criollo era el más educado y 5% era propietario de grandes fortunas, algunos hasta con títulos nobiliarios; pero la mayoría la formaban rancheros, comerciantes, empresarios, funcionarios, religiosos y militares medios, aspirante a los altos puestos. Alrededor del 60% de la población lo representaban los indígenas, que mantenían sus estructuras corporativas. Del pequeño grupo de nobles indígenas que hablaba “castilla” procedían los caciques, gobernadores, hacendados y comerciantes, pero la mayoría monolingüe era la principal fuerza de trabajo y pagaba tributo. Las alteraciones climáticas periódicas y el desarrollo de la hacienda habían llevado a muchos de sus miembros a buscar protección en el peonaje. Casi el 22% de la población lo constituían las castas, mezcla de españoles, criollos, indios, negros, mulatos y mestizos, carentes de tierra e imposibilitados para los cargos públicos y para el grado de maestro en los gremios. Desempeñaban toda actividad no prohibida expresamente: mineros, sirvientas, artesanos capataces, arrieros, mayordomos. Algunos se habían desplazado al norte en busca de fortuna y otros eran mendigos, léperos y malhechores que pululaban en las ciudades y centros mineros. Apenas 0.5% era población negra, en parte esclava en haciendas azucareras.”53 En el entorno mundial se vivía un ambiente de gran competencia entre las potencias, sus colonias y el resto del mundo, por el afán de expansión y dominio de nuevos territorios. A pesar de las grandes restricciones ocasionadas por el proteccionismo, el comercio internacional de la Nueva España fue en cierta forma global. México era conocido como una importante capital del comercio en el mundo, tal vez por el “consulado” de la Ciudad de México, que igual al de Sevilla, se había establecido y acreditado. Estos consulados de comerciantes eran verdaderas “mafias” monopólicas con grandes privilegios, que tenían contactos en todo el mundo y controlaban el comercio ultramarino de la Nueva España, 53 Josefina Zoraida Vázquez, Nueva historia mínima de México: de la Independencia a la consolidación republicana (México: El Colegio de México, 2005) 139. 116 la cual, lo mismo comerciaba con Filipinas (la que en un tiempo le perteneció) que con Génova o Venecia. Al mismo tiempo se gestaron en el Norte, primero las colonias de Nueva Inglaterra, y luego, mediante el movimiento libertario en contra de los ingleses, surgieron los Estados Unidos de América, que obtuvieron su independencia en 1776, cuarenta y cinco años antes que México y aventajándolo en más de 80 años en lograr ser un Estado laico. Mientras tanto, por la relativa vecindad de los Estados Unidos con la Nueva España, se comenzó a generar un factor de alimentación político-cultural e influencia recíproca entre ambos, más de norte a sur que viceversa, esta diferencia la marcó la calidad de estadistas que se dieron en la Unión Americana desde su principio, y el establecimiento del primer Estado moderno laico en el mundo. Otro factor que tendría consecuencias graves en el nuevo Estado mexicano seria la determinación expansionista de los EU., en busca de nuevos territorios. Todo esto se convertiría en un factor definitivo en las relaciones futuras entre los dos países, con la consiguiente prevalencia hegemónica de los Estados Unidos. Las expediciones de la Nueva España hacia el norte del territorio eran llamadas de “tierra adentro”, pues precisamente eran realizadas por tierra, con un gran costo en dinero y tiempo utilizados con poca efectividad, debido a la falta de nuevos puertos en la Nueva España sólo estaban autorizados Veracruz, en el Golfo de México y Acapulco en el Pacifico y además férreamente controlados, lo mismo sucedía en Filipinas con Manila lo que provoco los viajes anuales de la “nao de China”. Estas expediciones de tierra adentro hacia el “Septentrión” fueron muy limitadas, lo que permitió las expediciones y expansión de Inglaterra Francia y Holanda en el noreste y de Rusia en el noroeste. Estas expediciones terrestres de la Nueva España habían más o menos definido ya no tanto las fronteras, sino los territorios, los grandes territorios muy distantes y semipoblados que estaban más o menos definidos a finales del siglo XVIII eran: lo que hoy son los estados de La Florida, Texas, Nuevo México Arizona y California, fundada por los jesuitas. Al resto, totalmente indefinido y desconocido, se le llamaba precisamente “septentrión”. Estas zonas estaban determinadas por los mismos límites, que llegaban hasta los territorios ingleses y franceses que hoy ocupan Canadá y los Estados Unidos. Por el Pacífico, la Nueva España llegaba hasta lo que hoy es el estado de Washington incluyéndolo y, por el centro, hasta los estados del 117 llamado Midwest norteamericano. La mejor prueba de esto es que durante la administración del primer presidente de los Estados Unidos, George Washington (1789-1797), el territorio de la Nueva España en el septentrión indefinido ocupaba, supuestamente, de nor-poniente a sur-sureste la mayor parte de la actual Unión Americana, ya que no se tenía noticia de que los reclamara alguna otra potencia europea. Este territorio septentrional de la Nueva España ocupaba los territorios en los actuales estados de Washington, Idaho, Montana, Oregon, Wyoming, North Dakota, South Dakota, Nebraska, el oeste de Minnesota, parte de Iowa, California, Nevada, Utah, Colorado, Kansas, parte de Missouri, la mayor parte de Arkansas, parte de Louisiana, Arizona, Nuevo México, Texas y la Florida. Estos territorios no contaban legalmente en los haberes de los Estados Unidos recién formados y sí estaban definidos por ellos mismos como “Spanish territory”54. En las postrimerías de la Nueva España, la influencia externa más importante vino desde el norte, precisamente por parte de los Estados Unidos. De Europa, la influencia llegó por medio de Inglaterra, Francia y también de España misma, a través de las ideas liberales manejadas por los diversos ritos de la masonería, tanto europea como norteamericana. De esta manera, los movimientos de independencia no estuvieron desprovistos de la influencia interesada de potencias como Inglaterra y Francia, y los mismos Estados Unidos, a quienes el debilitamiento de España no les venía mal. Por otro lado, la invasión de Napoleón Bonaparte a la Península Ibérica propició y dio oportunidad a los movimientos libertarios en las colonias españolas. Éstas, entre ellas la Nueva España, movidas por una gran inseguridad en sí mismas y con un actitud de servilismo más que de nacionalismo y en el mejor de los casos de acostumbramiento, tal vez por esto, incluso algunos de los auténticos insurgentes, tímidamente solicitaban en sus proclamas de independencia, que un noble de la familia de Fernando VII, o él mismo, viniese a gobernar estas tierras. Durante los 300 años que duró el periodo novohispano, se dio poco a poco la fusión de las dos grandes y diferenciadas civilizaciones, proceso que tuvo como resultante final una nueva cultura. La cultura mexicana no se parece a ninguna otra, ni siquiera a las culturas que le dieron vida; es cierto que lleva grabada la impronta cultural tanto española como indígena, 54 Vincent Wilson, Jar, the Book of The Presidents (Crawfordsville, Indiana: American History Research Associates, R.R. Donnelly & Sons Company, 1997) 8. 118 y que en muchos de sus matices las refleja, pero es otra cosa; México tiene una profunda identidad propia. Pero hay que reconocer que el proceso de conquista y colonización dejaron un complejo grave: lo extranjero, así como fue lo español en su tiempo, sigue teniendo prevalencia y se le considera inconscientemente cuando menos mejor que lo nacional. Poco a poco, la fusión de las dos culturas originales resultó en una simbiosis que fue aprovechando lo mejor de cada una, no sin dejar, lamentablemente, de conservar también algunos de los vicios de ambas, pero al final transformándose en la nueva cultura mexicana que, con la formación del Estado mexicano, inicia su consolidación. 119 Sor Juana Inés de la Cruz, Miguel Cabrera (1750) pintura propiedad de la UNAM CAPÍTULO III LA INDEPENDENCIA Y EL ESTADO MEXICANO 120 1.- LA INDEPENDENCIA La tercera etapa de la historia de México se inicia en 1821 y se caracteriza por el inicio del Estado mexicano y todos los grandes acontecimientos internos y externos que trajo el siglo XIX, un siglo marcado por el liberalismo económico y político y aquí todavía por la filosofía positivista. 1808 fue un año que tuvo gran influencia en los destinos de la Nueva España; Napoleón I, el artífice del nuevo imperio europeo, doblega a la Corona Española y toma España con la complacencia de Carlos IV –un rey que sólo se distinguió cuando lo esculpió Don Manuel Tolsá en la célebre estatua en bronce de “El Caballito”55, --como se dio en nombrarla— y de su hijo el absolutista, contrario a las Cortes de Cádiz y su Constitución, “el deseado” Fernando VII. Napoleón les “tomó el pelo” a ambos mediante las abdicaciones de Bayona. En contraste, el pueblo español resistió fiera y valientemente, no sin sufrir la represión de los ejércitos napoleónicos. Estas acciones cruentas fueron plasmadas magistralmente por don Francisco de Goya y Lucientes en el lienzo de “Los fusilamientos”, para recordarnos el drama que vivió España en esa época. Los acontecimientos ocurridos en la Península sorprendieron grandemente a las elites políticas y económicas de la Nueva España desesperanzadas por la victoria de Napoleón. En estas condiciones, el virrey don José de Iturrigaray (1803-1808) –que había apoyado al científico, investigador y ensayista político Alexander Von Humboldt, en su paso por México— era partidario de los criollos y sus movimientos en la búsqueda de lo mejor para la colonia y ante esta nueva situación, apoyó el establecimiento de un gobierno nacional. Sin embargo, se topó con el poder y los intereses creados de los peninsulares, y “el 15 de septiembre, el rico hacendado don Gabriel de Yermo, con 3000 hombres, tomó prisionero al Virrey, a su familia y a los principales líderes del Ayuntamiento, Francisco Primo de Verdad y fray Melchor de Talamantes. Los españoles consumaron un golpe de Estado y nombraron como virrey interino a don Pedro de Garibay, quien para premiar a los golpistas abolió algunos de los molestos impuestos.”56 Los auténticos movimientos independentistas se contaminaron con la nueva realidad que cambiaba radicalmente las 55 Actualmente ubicada frente al Palacio de Minería en la Ciudad de México. 56 Josefina Zoraida Vázquez, Interpretaciones de la Independencia de México (México: Nueva Imagen, 1997) 18-19. 121 condiciones políticas y los diversos intereses de los distintos grupos. Súbitamente, los que apoyaban a la monarquía española se quedaron sin la motivación principal (sus relaciones en España, que perdían poder) y, paradójicamente, ahora empezaba a tener sentido para ellos mismos y sus intereses; la independencia a la que combatían. Sin embargo, esto tardaría en surtir efecto, por lo pronto, los realistas necesitaban tiempo para madurar toda la urdimbre de planes y conjuras, lo que los convertiría en esta forma también en conspiradores que estarían al acecho, esperando la oportunidad que, como veremos más tarde se les presentó con el fracaso de los primeros movimientos patrióticos por la independencia. Las conspiraciones que años antes se habían iniciado y que habían brotado esporádicamente; ahora en 1810 tienen una erupción masiva. Los conspiradores de Querétaro, Ignacio Allende y Juan Aldama, al ver descubierto su movimiento, se reúnen en la parroquia de Dolores, en Guanajuato, con el cura don Miguel Hidalgo y Costilla, hombre culto de educación jesuita y alejado de los atavismos hipócritas de la vida religiosa. Habiendo sido alertados por la esposa del corregidor de Querétaro, doña Josefa Ortiz de Domínguez, el 15 de septiembre de 1810, deciden adelantar la insurrección precisamente en Guanajuato, la Intendencia más rica y con mayor densidad de población en la Nueva España. Convocaron a la población, principalmente campesina, a la lucha contra el opresor y el mal gobierno, dándose la madrugada del 16 de septiembre, lo que se conoce como el “Grito de Dolores”, desde el atrio del magnífico templo barroco que sirvió de primer escenario para el inicio de la lucha generalizada por la independencia. El pueblo, ya cansado de injusticias y vejaciones respaldó ampliamente el movimiento que cundió como reguero de pólvora, lo que permitió a los insurgentes avanzar con rapidez. La primera bandera fue la imagen de la Virgen de Guadalupe, que en una pica les sirvió como estandarte. Las victorias se sucedieron casi en forma continua; pero la de Guanajuato, en contra del intendente Riaño un hombre culto y de bien; a los 12 días de iniciado el levantamiento de Dolores, quedaría grabada en la conciencia y el ánimo de Hidalgo, como algo que no debería volver a repetirse: el intendente, que se había refugiado en el granero de la Alhóndiga de Granaditas, fue asesinado, tras lo cual el pueblo toman, saquean e incendian la ciudad, sembrando muerte por todas partes, “esto no era lo que nosotros buscábamos”, cavilaba Hidalgo. 122 El 30 de octubre, en el Monte de las Cruces, con la Ciudad de México a la vista, tiene lugar la más grande victoria insurgente. Desde el punto de vista militar, no se explica por qué Hidalgo se retiró tras la batalla, en lugar de avanzar sobre la ciudad de México con todas sus tropas victoriosas y suficientemente motivadas. Podía haberle dado de una vez por todas el golpe de gracia, “la puntilla” al imperio español. “Sólo el que carga la saca sabe lo que trae adentro”: ¿cuáles fueron las razones o los pensamientos que obraron en la mente del Generalísimo? Nunca lo sabremos, pero seguramente debió haber estado golpeándole la conciencia la hecatombe de Guanajuato y pesando grandemente en su pensamiento, el riesgo de que se volviera a repetir en la capital de la Nueva España. Es evidente que prevalecía en él su vocación espiritual religiosa sobre la del guerrero. Lo que sí sabemos es que esta decisión prolongaría hasta 1821 la consumación de la independencia, ya con otros protagonistas y otras motivaciones no tan justas ni auténticas como las que existieron en el inicio. El desanimo cundió en muchos de los insurgentes; el mismo Allende nunca estuvo de acuerdo con la retirada después de tener a “tiro de piedra” la ciudad de México. Las tropas insurgentes se concentraron en Guadalajara, disfrutando Hidalgo de efímeros momentos de gloria. Ahí se les unió don José María Morelos y Pavón, el que previamente se había adherido al movimiento y que posteriormente tomaría el liderazgo y mantendría encendida la flama insurgente, tanto en el ámbito intelectual-ideológico como en el guerrero. Hidalgo de inmediato inició acciones legislativas para abolir la esclavitud y declarar a las tierras que habían sido comunales, de uso exclusivo de los indígenas. Los ejércitos del Virrey al mando de Félix María Calleja, aunque inferiores en número, estaban equipados con el armamento adecuado y seguían un estricto orden y disciplina militar; en estas condiciones, enfrentaron a los insurgentes al mando de Allende y los vencieron el 17 de enero de 1811 en la Batalla de Puente de Calderón, tras lo cual se dispersó una gran parte del ejército insurgente. Hidalgo y el grueso del ejército que quedaba, se dirigieron hacia el Norte. Al llegar a Saltillo, se decidió que Ignacio López Rayón quedaría al mando del ejército insurgente, mientras que a Hidalgo, en cierta forma lo marginaban del mando militar. Él y los otros líderes importantes partirían hacia los Estados Unidos resguardados por una tropa de 2,000 hombres al mando de Allende. No habían avanzado mucho cuando, al llegar a las 123 cercanías de Monclova, el 21 de marzo de 1811, en Acatita de Baján; Ignacio Elizondo rodea a los 14 carruajes ocupados por los dirigentes y los aprehende. Su maniobra significó una gran traición al movimiento insurgente, pues inicialmente los esperaba para poner 342 efectivos a su servicio. Las tropas insurgentes en la retaguardia, al ver que tenían como rehenes a los generales, se rindieron sin oponer resistencia. Se dice que Allende, sin poder contenerse, le reclama su traición a Elizondo y lo golpea con un la pistola en la cara, por lo que los efectivos de éste asesinan a los acompañantes de Allende y a su hijo. De Coahuila son llevados a Chihuahua, y en julio de 1811, después de haber sido sometidos a “juicio”, hacen firmar a Hidalgo confesiones en el que él se atribuye asesinatos despiadados en contra de gente inocente, lo que fue aprovechado por el clero para justificar su excomunión. Cada uno de los generales, fueron ejecutados todos, con excepción de Abasolo, quien para salvarse declara en contra de ellos. Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez son decapitados y sus cabezas cortadas y colgadas en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas, como simbólico escarmiento público. En España, con motivo de la invasión francesa, se vivía una verdadera revolución, que lógicamente iba a tener un impacto importante en sus colonias. Se crearon las diputaciones provinciales como órganos representativos ante las Cortes convocadas en Cádiz, que promulgarían el 19 de marzo de 1812 la primera Constitución en la historia de España. Las Cortes de Cádiz estuvieron integradas por 308 diputados, compuestos principalmente por gente culta e ilustrada en las ideas políticas en boga, emanadas principalmente de la Revolución Francesa. Había muy poca representación de la burguesía, lo que quedó de manifiesto en los resultados finales. Desde el punto de vista ideológico, entre los diputados existían principalmente tres tendencias políticas: la de los liberales, partidarios del Estado laico, del principio de soberanía y de la separación de poderes, coincidente con el pensamiento de la Ilustración; la de los jovellanistas –por ser seguidores del pensamiento de Gaspar Melchor de Jovellanos—, partidarios de las ideas de la Ilustración, de los enciclopedistas de Diderot, de la supremacía de la razón sobre el dogma y en contra de la inseparable mancuerna entre la aristocracia y la Iglesia en las tareas del Estado, coincidentes en esto último con los primeros; y la de los realistas absolutistas (gente de la nobleza, la aristocracia y la burguesía), que eran los menos y los únicos partidarios de la monarquía y por conservar su status quo con todos los privilegios. Seguidores por 124 supuesto, estos últimos, del pensamiento dogmático, creyentes de la emanación del poder político proveniente de Dios y sus designios para el rey y su dinastía, fieles defensores de la Iglesia Católica y el catolicismo como religión oficial del Estado. Con la constitución de Cádiz se pretendía la creación de un nuevo orden frente a la sociedad estamental y el establecimiento de un nuevo precepto político basado esencialmente en el liberalismo. Lo que se obtuvo fue una monarquía constitucionalista limitada por la división de poderes; su existencia fue efímera, pero preparaba el camino para el futuro. Se estableció un gobierno representativo con la facultad judicial y legislativa en manos de las Cortes en acuerdo con el rey; la justicia se impartiría a nombre de éste, siendo facultad de los tribunales la aplicación de la ley y la expedición y ejecución de sentencia. Se establecía también el principio de soberanía nacional, los ayuntamientos constitucionales representativos, la libertad de imprenta, la inviolabilidad del domicilio y la igualdad de todos los habitantes del imperio. Una verdadera revolución dado el tiempo y el espacio. Lamentablemente, el rey Fernando VII, a su regreso daba marcha atrás a los avances e invalidaba la primera Constitución de España, mediante su decreto del 4 de marzo de 1814, aunque posteriormente y obligado por circunstancia, el 10 de marzo de 1820 se vería obligado a promulgar la misma Constitución. “Los Sentimientos de la Nación”, expresados por el cura don José María Morelos y Pavón en el Congreso de Chilpancingo, convocado por él mismo, el 14 de septiembre de 1813 plasmaban los ideales de libertad e independencia de México, y el principio de soberanía popular 57. Desde entonces, se clamaba por una mejor y más justa distribución de la riqueza, así como por la abolición de la esclavitud y de la distinción de castas. Se señaló el concepto de felicidad como el goce de la igualdad, la seguridad, la propiedad y la libertad. Morelos se proponía organizar un gobierno para el inicio de la independencia, con plena separación de poderes. Pero el profundo sentimiento patriótico del “Siervo de la Nación”, como el mismo se calificó cuando el Congreso pretendía que él encabezara el gobierno con el nombre de “Generalísimo”, así como sus auténticos ideales insurgentes, muchos de ellos inspirados en la Revolución Francesa y plasmados en la nunca aplicada Constitución de Apatzingán, iban a sucumbir ante la 57 Actualmente expresado en el Artículo 39 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 125 superioridad del enemigo y el cúmulo de intereses oportunistas que mañosamente se sumarían a la “causa” de la Revolución de Independencia. Paradójicamente, el mismo Congreso de Chilpancingo, al promulgar en Apatzingán en octubre de ese año la constitución que habían aprobado; dejaba sin poder al ejecutivo y maniataba al “Generalísimo”. El Congreso asumía un poder desproporcionado, con medidas estrictas que le facilitaba la nueva constitución, de modo que ahora éste nombraría a los otros dos poderes. Queremos pensar que tal vez se tomaron estas medidas con la mejor de las intenciones, aunque con poca inteligencia para salvaguardar los intereses del pueblo, que supuestamente que representaban. Pero el Congreso ni siquiera representaba a algunos estratos populares, sino sólo a una pequeña minoría de la clase media alta, dentro de la cual se suponía que estaban los que tenían la preparación necesaria requerida en estos menesteres: sacerdotes, abogados, etc. Los miembros de tan ilustre Congreso seguramente no conocían la historia de Roma cuando iniciada la República, en donde para resolver causas graves que ponían en peligro la estabilidad del Estado, se instituyó por ley la dictadura, por un periodo limitado y causa determinada, pero con amplísimos poderes porque la situación así lo requería. Seguramente nunca conocieron tampoco la figura de Lucius Quincius Cincinatus, porque gentes como este era lo que precisamente se requería en México para poder tomar decisiones sin otros intereses que no fueran los de la nación en proyecto y sin dilación alguna: concentrar todo el poder en una sola persona. Esto le habría dado la oportunidad a Morelos, con la capacidad y honestidad que ya había demostrado; para controlar de mejor manera la situación de guerra y consolidar la República por la vía de la fuerza, que no había otra forma. Por el contrario, el Congreso diluyó a Morelos en un triunvirato y se le dio a escoger entre el mando político y el mando militar. Más tarde, Morelos, cercado por todas partes, tuvo que hacer frente a un enemigo muy superior y en mejores condiciones que él. Fue apresado, propiciando con esto, paradójicamente, que los miembros del Congreso pudieran escapar. Posteriormente fue sometido a la “santísima Inquisición”, degradado como religioso y condenado a muerte por herejía. Fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec el 22 de diciembre de 1815. Paradójicamente Morelos fue siempre fiel a la religión católica, al grado de seguirla considerando como la religión oficial en sus proclamas para la nueva nación, sin comprender cabalmente que la llamada iglesia católica, en su alta jerarquía siempre estuvo al lado del opresor y nunca del oprimido. 126 El Congreso, que surgía así convocado por Morelos, en pago lo marginaba y le quitaba el título de Generalísimo, mismo que él nunca solicitó. Tal vez por ignorancia, ineptitud y estupidez, mordieron la mano de quien los había alimentado. El mal agradecimiento es propio de la gente pequeña y vil, que cuando tiene un poco de poder se llena de soberbia y prepotencia. Pero probablemente, más que los mal agradecidos dentro del Congreso, que los había, el mal mayor fue la ignorancia de la historia, de la realidad y de la circunstancia que se estaba viviendo; cortaron las alas del Águila Real que ya no pudo remontar el vuelo, y propiamente la entregaron en manos de los enemigos de la nación mexicana que quería nacer mediante un nuevo orden, con verdaderos estadistas como sus guías. Morelos había aglutinado en torno a él una pléyade de grandes líderes de diversa personalidad como: don Hermenegildo Galeana, don Juan Álvarez, Vicente Guerrero, Mariano Matamoros, Guadalupe Victoria y muchos otros que amaban a México y tenían verdadera vocación de estadistas. Otra historia muy diferente tendría México si en sus inicios inmediatos sus guías hubieran sido verdaderos “siervos de la nación”, verdaderos estadistas, como sucedió con los Estados Unidos, y no ególatras con intereses mezquinos como Agustín de Iturbide y Antonio López de Santa Anna. Más tarde, en 1817, cuando la rebelión insurgente estaba casi dispersa, se da un raro paréntesis con el desembarco en Soto la Marina de don Francisco Javier Mina al mando de un puñado de mercenarios. El liberal español había sido desterrado a Inglaterra por la monarquía y había entrado en contacto amistoso e ideológico con don Servando Teresa de Mier. Este polémico escritor y ex religioso dominico, sostenía desde Londres que por la invasión francesa; al no existir ya el rey de España, la Nueva España adquiría automáticamente su independencia, toda vez que los antecedentes históricos y los preceptos legales establecidos por la Corona ,volvían a las colonias dependencias directas del rey. Tesis original y difícil de contradecir, sin embargo, no sería en el terreno del derecho en donde se habría de dirimir tal asunto. Don Servando y don Javier emprendieron juntos la aventura por la causa de la independencia, pero lamentablemente su movimiento no logró prender y fueron derrotados y apresados. El primero fue exiliado, y el segundo, ejecutado. Agustín de Iturbide, era la mejor carta de los ex realistas para sus nuevas aspiraciones, ahora sí de independencia. Lo consideraban como un 127 militar exitoso, por sus batallas ganadas en contra de los insurgentes, y como alguien digno de la confianza del clero y de la aristocracia, y con capacidad y “méritos” suficientes para encabezar el nuevo gobierno, ya que en realidad era el líder de los intereses de los realistas, había luchado en contra de Morelos y combatió a los últimos reductos de la insurgencia encabezada por don Vicente Guerrero. A principios de 1820, los liberales en España obligaron al Rey a promulgar la Constitución española del 19 de marzo de 1812, con lo que se volvían vigentes todos sus postulados y se eliminaba el virreinato. Naturalmente, a los peninsulares y criollos hasta ese momento realistas, ahora no les convenía estar sujetos a esta legislación, por lo que urdieron la que posteriormente fue conocida como la “conspiración de La Profesa”. En un principio, se pretendía otro golpe de Estado, pero ahora no similar sino al contrario de lo que se dio contra el virrey Iturrigaray. Ahora si querían la independencia pero a la medida de sus intereses. Sin embargo, discurrieron con astucia, que no debería tener el plan otro propósito que el de lograr hacerse ellos del movimiento de independencia para desligarse de España al no quedarles otra alternativa, y además así podrían seguir gozando de los privilegios que hasta ahora habían tenido con la forma de gobierno absolutista. En estas condiciones, don Matías Monteagudo, director de la casa de “ejercicios espirituales” ubicada en la calle del Templo de La Profesa, y el Dr. Don José Tirado, ministro de la Inquisición, fueron los principales conspiradores. Uno de los acuerdos más importantes para lograr sus propósitos fue precisamente hacer que don Agustín de Iturbide fuese nombrado comandante de los ejércitos realistas del Sur. Iturbide y sus adeptos, todos ellos miembros de la aristocracia, preocupados no por la nueva nación mexicana, sino por conservar sus privilegios y aprovechar la oportunidad de obtener adicionales, pusieron todo su empeño y diligencia en vencer a los insurgentes. Sin embargo, tras verse imposibilitados a derrotarlos, Iturbide envió una serie de cartas a los diferentes líderes insurgentes donde los halagaba y les sugería la posibilidad de aliarse y de otorgarles el indulto. consiguió concertar una entrevista con Vicente Guerrero en Acatempan; después de no lograr embabucar a Guerrero para que aceptara el indulto que se le ofrecía por deponer las armas, vio la conveniencia de pactar con el líder de los insurgentes, ya desgastados y debilitados, a quien con labia y engaños convenció para que juntos proclamaran el Plan de Iguala de las Tres Garantías: religión católica, unidad nacional e independencia de España, 128 como algo benéfico para todos y para no derramar más sangre; lo cierto es que también Vicente Guerrero y los demás jefes como don Guadalupe Victoria, no veía otra salida, por lo tanto tuvieron que aceptar. Se dice que al final, hipócritamente, Guerrero fue abrazado por Iturbide; en esta forma “el lobo se convertía en el pastor de las ovejas” y para colmo, paradójicamente Iturbide seria el firmante en caso de que se lograra la independencia de España. El mismo plan pedía que viniese a gobernar a la nueva nación; Fernando VII (con toda seguridad por sus “excelentes méritos”), o alguien de la casa real. O esta fue una estratagema para acelerar la firma de la independencia por las partes, o estaban pésimamente mal informados, o su ingenuidad, servilismo y complejo de inferioridad no tenían límites. Nunca lo sabremos. Los Diputados de la Nueva España ante las Cortes españolas apoyaron el Plan de Iguala, pero lo más que lograron fue que mandaran a un nuevo virrey o a su equivalente ya que se había derogado la figura del virrey, ahora se envió a don Juan O' Donojú, en calidad de “Jefe político superior de la Nueva España”, una persona inteligente, con sentido común, bonhomía y pensamiento liberal; quien pronto se daría cuenta de la gran demanda popular por la independencia y que no le convenía a España prolongar una situación insostenible o un rompimiento radical, ni era este el momento para ello. Por lo tanto, y de acuerdo con el Plan de Iguala, el 24 de agosto de 1821 firmó con Agustín de Iturbide el Tratado de Córdoba (los Tratados de Córdoba), que concedía, después de 300 años de dominio español, la independencia a la Nueva España. Pero creándose para esto el “Imperio Mexicano” con la pretensión de que lo encabezara el mismo Rey de España Fernando VII de Borbón o alguien de su descendencia directa; ¡bonita independencia! don Agustín, una vez obtenidos los propósitos deseados y contando con el apoyo incondicional de la Iglesia Católica, a quien “había salvado” y lo consideraba su paladín, ahora, ni “tardo ni perezoso”, ve para sí la gran oportunidad y toma a su cargo encabezar el nuevo gobierno. Agustín de Iturbide Integró de inmediato una Junta gubernativa de la cual excluyó a los auténticos insurgentes, a continuación se hace nombrar regente y como recibe trato de Alteza Serenísima; adopta una actitud de “acendrado patriotismo”, y razona: ¿por qué ha de venir a gobernarnos Fernando VII?, ¿por qué no un mexicano? ¿Por qué no yo? Y como si se vivieran los tiempos actuales, hace que sus allegados preparen una 129 manifestación popular encabezada por un tal sargento Pío Marcha, para presionar y lograr el voto favorable del Congreso. Previamente hace que una comisión de notables le venga a pedir que se “sacrifique” por la patria, porque él y nadie más que él deberá ceñir la Corona del Imperio Mexicano, aunque ni él ni los redactores de “los tratados de Córdoba” tuvieran la mínima idea de lo que era o significaba un imperio. La clase política Mexicana encumbrada, compuesta principalmente por el alto clero, los peninsulares, algunos criollos y la “nobleza” en ciernes, conformada fundamentalmente por la aristocracia ya existente y algunos otros nuevos, dentro de los cuales se improvisaron títulos nobiliarios; vivió durante las ceremonias de coronación de Agustín I, un paroxismo tal que la hizo olvidarse, de la verdadera situación de México, en primer lugar porque no conocían la cruda realidad mexicana, ni tenían posibilidades de darse cuenta debido a su estilo de vida. El cual, pensaban ellos, iba a mejorar sustancialmente por los privilegios y canonjías que en su nueva calidad de cortesanos miembros de la aristocracia y ahora de la nobleza, les correspondería. La realidad era, que con la guerra de Independencia el país había quedado destrozado: más de medio millón de mexicanos en edad productiva habían muerto, lo que representaba a casi la mitad de la población económicamente activa, una gran proporción de la población había quedado en condiciones precarias y de desamparo, lo que la hizo, en el mejor de los casos, presa fácil de la explotación. En el aspecto económico naturalmente la producción se desplomó estrepitosamente, se puede decir que la nación mexicana nace con una deuda pública de varias decenas de millones de pesos, cuando el presupuesto de gastos del erario, en 1822, era de trece millones de pesos. Antonio López de Santa Anna, comandante de las fuerzas realistas en Veracruz, persona joven, temeraria, osada, pero oportunista y acomodaticia como ninguna, que aunque sabía del acuerdo del Plan de Iguala, siguió batiendo a todo grupo insurgente que se encontrara desinformado y sobre todo desprotegido, con el único propósito de acumular méritos para su ascenso aunque tuviera que asesinar a “unos cuantos”. Con esta trayectoria moral logra ser nombrado Comandante General de la provincia de Veracruz por el emperador Agustín I. don Antonio acude puntual a la ceremonia de “besa manos”, que desde entonces quedaría como un paradigma del 130 protocolo político mexicano, practicado fervorosamente por gente vil, como Santa Anna, aunque en esta ocasión de nada le sirviera. Santa Anna, por más que lo intentara y aun valiéndose de interpósitas personas, no lograba que lo integraran dentro de los cortesanos allegados a la “familia real”. Antonio López de Santa Anna, después de practicar todas sus artes y no avanzar en sus intenciones, estaba desconsolado y angustiado con la sola idea de la posibilidad de quedar marginado de la corte imperial. En estas condiciones discurrió un plan que lo pintaría de cuerpo entero, que identifica desde entonces a algunos “políticos” mexicanos que no tienen escrúpulos, ni dignidad, ni principios, capaces de sacrificar a su familia y hasta su propia madre, si fuera preciso, para lograr sus propósitos. En esta ocasión no llegó a tanto. Resulta que se dio cuenta que una de las hermanas del emperador estaba soltera y casualmente él también. Doña María Nicolasa, ahora princesa de Iturbide, podría ser para don Antonio, no sólo el pasaporte para ingresar a la corte del emperador, sino para poder llegar a ser un miembro de la nueva dinastía imperial. Y con sus dotes de malabarista y trapecista en el circo de la política, no le sería muy difícil llegar a la cúspide. No le importaba que él tuviera sólo 28 años y la desgraciada Nicolasa pasara de los 60. “Era bastante fea doña María Nicolasa y los años se le notan. Pero el que se case con ella será príncipe, Gran Cruz de la Orden Imperial de Guadalupe, Excelentísimo y Grande del Imperio. Las damas de honor de la emperatriz tendrán que contestar a su saludo con una reverencia y los mayordomos de semana o gentiles hombres de cámara no podrán pasar altaneros o indiferentes a su lado. Santa Anna determina arrostrar el ridículo. Cada vez se insinúa más, retiene por más tiempo la mano de doña María Nicolasa, al besarla. Cuando encuentra ocasión, le ofrece el brazo para pasear por los salones y la invita a ver la ciudad y la noche, desde algún apartado balcón. Ella no se muestra del todo desagradada. A veces, alguna frase picante de su joven galán la obliga a cubrirse el rostro marchito con el abanico. No es ya la edad para sentir rubores, pero hay que fingirlos, cuando menos. La corte murmura. Se comienza a perder el respeto a la princesa de Iturbide. Las damas que antes no ponían la mirada en el brigadier con letras, se fijan en él irónicamente. Y alguien, quizá el obispo don Antonio 131 Joaquín, habla al oído del emperador. Primero risa. Después, indignación. Orden terminante sobre el desvergonzado galanteador: -Que se vuelva a Veracruz ¡inmediatamente!”58 Iturbide había clausurado el congreso y esto fue “la gota que derramó el vaso” y colmó la paciencia de los verdaderos insurgentes. Desgraciadamente, el habilidoso y frustrado cuñado del Emperador, el hábil “trapecista político”, el tránsfuga, don Antonio López de Santa Anna, astutamente capitaliza el descontento y con toda desfachatez se une a Guadalupe Victoria, quien tenía el propósito de restablecer el Congreso, y mediante el plan llamado de Casa Mata se dirigen, el 1º de febrero de 1823, en contra de Iturbide. El Emperador, que ya se temía la reacción airada y justa de los verdaderos insurgentes hechos a un lado por él, viendo a su gobierno ya sin el aval de las Cortes españolas, habiendo perdido la confianza de casi todos, debido a lo hueco de un imperio sólo de nombre, con un congreso disuelto y, principalmente, por la situación económica que no le había resultado lo que se esperaba, resuelve, para no complicarse la vida, negociar su abdicación y destierro en buenas condiciones económicas. Santa Anna, con una gran desvergüenza, pero haciendo gala de su habilidad, proclama nada menos que la República. Así, paradójicamente un realista proclamó la Independencia de México y otro realista sin principios, proclama la Republica, más adelante se apropiarían una vez más del movimiento republicano, como ya había sucedido con el Plan de Iguala durante la Independencia. De esta forma, se contamina el surgimiento del Estado mexicano y la auténtica lucha por la emancipación del pueblo de México. La impunidad para el poderoso, un vicio heredado, desgraciadamente ha prevalecido en el Estado mexicano desde el principio como cultura política negativa, contaminando a los sistemas judicial y legislativo, y mediatizando la impartición de justicia. A esto es necesario agregarle el pesado lastre que en un principio significó para el Estado mexicano haber permanecido ligado todavía por más de un cuarto de siglo a la Iglesia Católica. Esa institución que estaba dominada por un clero político viciado, cuando menos en buena parte del alto clero, que es en donde tradicionalmente se ha dado su envilecimiento debido a sus frecuentes 58 Rafael F Muñoz, Santa Anna. El dictador resplandeciente (México D.F.: Fondo de Cultura Económica, 1983) 49. 132 acciones nocivas relacionadas con sus intereses políticos y económicos, que no tienen nada que ver con la fe cristiana, fundamentada en la doctrina de Cristo. Cuando la iglesia renuncie al poder político y al poder económico, entonces podremos hablar de la verdadera iglesia (la comunidad de fieles) católica (universal, para todos). Ya desde los esenios, en los principios del cristianismo, se evitaban las asociaciones con el poder económico y político para evitar la contaminación. Pareciera ser que se les olvida la palabra de Cristo cuando dijo, según el evangelio de San Mateo, “Dad, pues, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. 2.- LA REPÚBLICA En 1824, después de que se integró el Congreso y la Comisión Constituyente, se promulgó la Constitución y se estableció una República federal y representativa, mediante la integración territorial dispuesta en 19 estados, cuatro territorios y un distrito federal. Se tomaron en consideración varias de las estructuras territoriales antiguas que se dieron durante la colonia, como: las jurisdicciones de los corregidores, las intendencias, los gobiernos, las diputaciones provinciales utilizadas para las Cortes españolas y, por supuesto, los municipios. El gobierno se estableció en tres poderes: el ejecutivo, el legislativo y el judicial con una Suprema Corte de Justicia. El poder ejecutivo está encabezado por un Presidente y un Vicepresidente. Se dio de todo un poco y para no contrariar a los conservadores, que se encontraban incrustados como “verdaderos luchadores por la independencia”, y a uno que otro “liberal” del mismo estilo; por ellos, en defensa de sus intereses creados y por su ignorancia de la historia, se estableció la intolerancia religiosa y se declaró la religión católica como la religión oficial del Estado mexicano quedando México rezagado en el proceso histórico de actualización política de los pueblos. El síndrome de la prevalencia del Congreso sobre los otros poderes que se había dado en la Constitución de Apatzingán, volvió a manifestarse en la Constitución de 1824, debilitando otra vez al ejecutivo y afectando su desempeño. En todas las ocasiones en que se ha diluido el poder del ejecutivo dividiéndolo, a lo largo de la historia y en cualquier parte del mundo, siempre ha desembocado en lo mismo: en su inefectividad y fracaso, reinados bicéfalos, triunviratos y hasta tetrarquías, siempre acabaron mal a lo largo de la historia. En esta ocasión y por razones hasta cierto punto justificables, pero en cierta forma para que el Congreso controlara mejor la situación, previamente se había nombrado para el ejercicio provisional del ejecutivo un triunvirato integrado por don Guadalupe Victoria, don Nicolás Bravo y don Pedro Celestino Negrete. 133 Una vez promulgada la Constitución se eligieron a don Guadalupe Victoria como Presidente y a don Nicolás Bravo como Vicepresidente. Tuvieron que enfrentar una serie de complejos asuntos de gobierno tanto internos como externos. Para los externos se apoyaron económica y políticamente en Inglaterra. Las logias masónicas de los diferentes ritos aglutinaron a los diferentes grupos políticos en su búsqueda del poder. Tanto las logias como los grupos políticos en ellas incluidos, no presentaban grandes diferencias ideológicas (cuando menos abiertamente). En apariencia tanto los yorkinos como los escoceses eran de corte liberal, incluso casi todos estaban de acuerdo en que el tema de la Iglesia y el Estado era algo que había quedado pendiente para actualizar, para que el Estado mexicano pudiera surgir como Estado moderno laico. Y esto era de particular importancia por la cuantía que significaría la desamortización de los bienes del clero, (la principal potencia económica financiera) para aliviar la precaria situación de la hacienda de la República (idea arrastrada desde las reformas borbónicas en España). Sin embargo, también se iban definiendo poco a poco los grupos irreconciliables de liberales y conservadores, que más tarde se enfrentarían cruentamente por el poder, tanto por las diferencias ideológicas como por los intereses particulares de grupo. Las reacciones naturales de los Estados de la República como entes independientes, con soberanía compartida con la Federación en su ámbito local, ante la nueva situación tendían a desbordar los ánimos y, en muchos casos, pretendían constituir verdaderos Estados autónomos. Por otro lado, los peninsulares que conservaban sus posiciones claves en el sistema gubernamental y la estructura misma que debía ser reformada para adecuarse al Gobierno republicano, planteaban una problemática difícil de resolver y más con un ejecutivo débil. Mientras tanto, el ex emperador Iturbide, sin saber que legalmente estaba proscrito con pena de muerte si regresaba, desembarcó en costas mexicanas, por lo que fue apresado y ejecutado en Tamaulipas. En cierta forma, esto ayudó para apaciguar los ánimos de los pocos adeptos que todavía tenían la esperanza de su retorno al poder. Se cometió el error, no solo de integrar al gobierno a los antiguos enemigos, muchos de los cuales habían ocupado puestos de relevante importancia, sino también de dejarse impresionar por ellos debido a la investidura del poder personal que tuvieron o al mismo poder que habían ejercido durante tantos años. Esto fue causado por la falta de experiencia, por la ingenuidad en que podría haber buena fe en gente sin principios y por la ignorancia de la historia. Esto era explicable por la circunstancia, la falta del manejo político de los insurgentes, mas nunca justificable y más que nada porque este error se seguiría cometiendo en algunas etapas futuras 134 de la historia, las últimas y más notorias y dañinas se dieron durante los mandatos de Francisco I Madero y Vicente Fox. La situación es la siguiente: si estoy en plan de lucha armada o democrática y venzo a mis oponentes; se puede entender que yo sea magnánimo con ellos por un prurito legalista o de compasión mal entendida, aunque no lo merezcan. Lo que es imperdonable es que yo permita que permanezcan en las mismas posiciones de poder, y que en algunos casos se les confíe la seguridad del Estado. Esto, además de ser imperdonable, políticamente es suicida porque el enemigo, lejos de agradecer el gesto, va a aprovechar la posición que se le ha dejado para tomar ventaja en la primera oportunidad que se presente. Hubo muchos realistas, iturbidistas y miembros de las élites aristocráticas, económicas y religiosas que, como en los últimos ejemplos señalados, no sólo conservaron el puesto sino que en muchos casos ascendieron en las posiciones de poder. Las consecuencias no se hicieron esperar. A Vicente Guerrero, uno de los héroes de la Independencia que había luchado por más de dieciocho años por la causa y fue firmante del Plan de Iguala, ahora se le consideraba burdo por muchos de los enemigos dejados en el poder, ellos argumentaban que no tenía la educación ni la preparación suficiente para gobernar, si lo vemos comparativamente, solo en cuanto a la preparación pude aceptarse que hayan tenido razón pero era como insurgente quien más méritos y lealtad tenia para servir a la patria. Por lo que al ser considerado candidato para la Presidencia de la República contra Manuel Gómez Pedraza, fue derrotado. Gómez Pedraza era un brillante orador, culto, persona de bien, había sido, al igual que Vicente Guerrero, un gran luchador mas él en contra de la Independencia, ya que fue realista a las órdenes de Calleja, luchó en contra de Hidalgo y Morelos, en cuya captura él participó, y se distinguió por ser un iturbidista recalcitrante. A pesar de todo esto, paradójicamente fue el elegido por los electores controlados por el Congreso para presidir la República a la que, en cierta manera, él había combatido. Al considerar este hecho como una aberración, los verdaderos insurgentes provocaron el “motín de la acordada” para imponer a Vicente Guerrero. Gómez Pedraza salió exiliado a Francia, después volvería para terminar como Presidente el periodo que no terminó Bustamante, otro de los realistas conversos, que regresaría posteriormente también, éste en varias ocasiones. Vicente Guerrero asume la Presidencia y le toca enfrentar un ridículo intento de reconquista a cargo del ingenuo comandante español Barradas, a quien vence el omnipresente don Antonio López de Santa Anna. Guerrero rechaza el ofrecimiento para la venta de Texas a los Estados Unidos. Ya retirado fue traicionado vilmente por Bustamante, quien compra a un marino sin escrúpulos que se había ganado la confianza de Guerrero, tal vez por ser extranjero. Mañosamente el marino lo invita a comer a su barco y Guerrero acepta, levó anclas 135 apresándolo y lo entregó a la gente de Bustamante por la paga correspondiente. Fue fusilado en 1831. Su falta había consistido en seguir siendo un símbolo de la Independencia y por mantener su principios y la incansable lucha en contra de la aristocracia. Con el desconocimiento de Gómez Pedraza, surge una vez más el “paladín de la justicia y de las causas nobles” don Antonio López de Santa Anna, que ya no dejaría pasar ninguna oportunidad hasta lograr haber ocupado la Presidencia de la República al menos en siete ocasiones entre 1833 y 1855. Hay que reconocer que reinaba entonces un gran desconcierto y eran varios los presidentes que se alternaban una y otra vez. Todo este desorden fue aprovechado por muchos, de adentro y de afuera, como fue el caso de los Estados Unidos, para escamotearnos sin desembolsar ni un solo centavo ni disparar una sola bala; el territorio más septentrional todavía perteneciente a México, lo que hoy es el estado de Washington, Oregon y gran parte de Idaho, sin que el gobierno mexicano ni siquiera se diera cuenta, señalándolos ahora los Estados Unidos, para esto, en sus cartas como “Disputed Territory”59. Cuando años antes en tiempos de James Monroe (1817-1825) ellos mismos los señalaban como “Spanish-Mexican Territory” muy posiblemente esto se haya debido a que Poinsett en su primer visita a México en 1822, todavía no como embajador plenipotenciario sino como agente especial del Presidente James Monroe, quien en 1818 había comprado la Florida a la Nueva España y sabía del proceso de población de los territorios mexicanos con colonos estadounidenses provenientes tanto de la Florida como de Luisiana, y ya le había “echado el ojo” a esos territorios y los del septentrión heredados todos de España, por lo que ahora envía a su agente especial con el propósito de sondear con Iturbide la posibilidad de la venta a los EU de estos territorios que, como hemos visto abarcaban desde Texas hasta California hacia el oeste y hasta el Estado de Washington, Oregon y parte de Idaho en el septentrión más alejado. Existe evidencia de que el agente especial Poinsett tuvo contacto tanto con Iturbide como con Santa Anna y en esta ocasión se debió haber dado cuenta que tanto el “emperador” mexicano, como el “republicano” Santa Anna no tenían ni la mínima idea de hasta donde llegaban o cuales eran todos los territorios de la Nueva España y ahora de México, ni cuales en realidad eran estos ya que a ellos sólo los oyó hablar de Texas y California. Y aunque esto parezca increíble, era muy posible porque los verdaderos intereses de estos seudolíderes eran otros muy particulares de ellos y alejados totalmente de los legítimos intereses de la nueva nación mexicana. Existe la hipótesis de que el descubrimiento de la ignorancia increíble de los “líderes” mexicanos de 59 Wilson, Vincent .The Book of the Presidents (Brookville, Maryland,: Jr. American History Research Associates, 1997) 16 y 18. 136 inmediato fue utilizado por los EU para establecer una estrategia que les hiciera posible apropiarse de dichos territorios, sin ningún problema, como así sucedió, sin embargo la formalización definitiva la dejaron astutamente hasta que se concluyó la guerra con México, de acuerdo a sus mismos planes y al establecer la nueva frontera entre México y los EU. en la parte sur; del atlántico hasta el pacifico, con lo cual todo territorio al norte de esta línea, quedaba automáticamente incluido en el nuevo territorio estadounidense. En lo externo se tuvieron dos grandes intervenciones en forma directa: la guerra contra los Estados Unidos y la Intervención Francesa. Cuando se dio la Independencia de México, los Estados Unidos eran ya una nación con pleno dominio de sí misma y en franco proceso de expansión territorial. En esa época el nuevo Presidente de los Estados Unidos, John Quincy Adams (1825-1829), acreditaba al primer Embajador en México. Por razones obvias se designó a Poinsett60 . Se producen varios acontecimientos que se originan, posiblemente, de una estrategia integral encaminada al objetivo de anexar los territorios mexicanos del “septentrión” a los EU. Todas sus tácticas realizadas durante 16 años para lograr el objetivo terminan con éxito, pero,al final con resultados cruentos. Y México pierde más del 50 por ciento de su territorio original a través de cuando menos tres acciones jugadas con astucia, suficiente información, sin escrúpulos éticos, planeación estratégica y paciencia, mucha paciencia por parte de ellos. Ayudándoles los mexicanos a través de sus “Altezas Serenísimas”: el “emperador” don Agustín de Iturbide y “El Águila Imperial”, “el gallero”, don Antonio López de Santa Anna. Como hemos visto, Santa Anna es uno de los ya muchos especímenes de políticos corruptos y oportunistas, padecidos en la historia política de México, (que no se acaban) a quienes se les ha entregado el destino de la nación, o ellos mismos se lo han asignado arbitrariamente y que una y otra vez, hasta nuestros días, han traicionado al pueblo de México. Esta clase de políticos actúan hipócritamente al hacer uso de la máscara del patriota o el benefactor, pero con sus actos terminan revelando lo que en realidad son: traidores irresponsables con la tarea superior que tienen encomendada, víctimas de su infinita soberbia, de su naturaleza mezquina, de la ambición personal y de una codicia desmedida que los hace buscar y aferrarse al poder político y económico y con ellos e igual de culpables, toda la Pléyade de ingenuos, oportunistas y mal intencionados que los apoyan (mientras tienen el poder). 60 Poinsett, además de político y diplomático era un experto botánico. Durante su estancia en México encontró la flor "noche buena" y ni tardo ni perezoso la registró con su nombre en el registro botánico internacional, por lo que desde entonces nuestra flor de navidad lleva el nombre de poinsetia. 137 Las tres acciones llevadas a cabo por los EU., que les posibilitaron quedarse con los territorios antes mencionados, son las siguientes: PRIMERA, la misión en 1822 de Poinsett como agente especial del Presidente James Monroe, ante el “Imperio Mexicano” que tenia como objeto recabar la información necesaria y una habiéndose dado cuenta del desconocimiento de los líderes mexicanos; “preparar el terreno” para la anexión de los territorios del septentrión, que sorpresivamente culminó con la anexión inmediata de los territorios septentrionales extremos. SEGUNDA, el movimiento revolucionario de colonos encabezados por Sam Houston, por la Independencia de Texas en 1836, habiéndose dado ésta de hecho, no por derecho, pero para el caso fue lo mismo porque se perdió el territorio. Y además, lo más grave, llevaba prevista su anexión a los Estados Unidos, misma que se realizó diez años más tarde trayendo como consecuencia la TERCERA acción ya programada; ésta fue la guerra de los Estados Unidos en contra de México, la cual declararía su presidente James K. Polk. Esto fue el 12 de mayo de 1846, con motivo de la anexión de Texas y con el objetivo de despojar a la Nación Mexicana del resto de los territorios que a los EU. les interesaban. Los EU., alegaron como justificación para emprender esta guerra, el hecho de “cruentos enfrentamientos de los mexicanos en territorio de los Estados Unidos”. Aseveración falsa, y sólo entendible dentro del plan previsto para apoderarse de los territorios, ya que Texas todavía no estaba considerado como territorio norteamericano, sino sólo planeado que así lo fuera, y al darlo por hecho, con esta aseveración ellos mismos se ponían en evidencia. Aunque, desde luego, quedaba claro que esto era sólo el pretexto necesario para “justificar” la guerra, que terminaría en 1848 con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo y la pérdida de dichos territorios. Llegándose al extremo de establecer en el articulo XII de dicho Tratado firmado el 2 de febrero de 1848, entre México y los Estados Unidos con motivo del fin de la guerra; lo siguiente: “En consideración a la extensión que adquieren los limites de los Estados Unidos, según queda descrito en el articulo quinto del presente Tratado, el Gobierno de los mismos Estados Unidos se compromete a pagar al de la Republica mexicana la suma de quince millones de pesos”61,….. Esta ridícula cantidad, por dondequiera que se le vea y además inexplicable, era sólo una especie de previsión, un “dulce” para que el Congreso mexicano no se tardara mucho en ratificar tan vergonzoso tratado. Aunque en 1848 se definieron los límites entre México y los Estados Unidos, estos serían modificados en forma definitiva más tarde, a favor de 61 Tratado Guadalupe Hidalgo, 1848 138 éste último con una acción adicional complementaria: la firma del Tratado de la Mesilla o Gadsden en 1853. Por medio del cual López de Santa Anna 2 les vendió más de 100,000 Km. del norte del Estado de “Sonora y Sinaloa” por diez millones de pesos, incluyendo además en la cláusula octava el libre tránsito de mercancías, personas y armas de Estados Unidos a través del Istmo de Tehuantepec. Cláusula esta última que seria ampliada años después, mediante solicitud de los EU. al gobierno de Juárez por compensación por perjuicios sufrido por los intereses de ciudadanos estadounidenses durante la guerra civil mexicana dando motivo al Tratado de McLane-Ocampo. A partir de aquí la Doctrina Monroe, “América para los Americanos”, se hace evidente y adquiere su verdadero sentido. Se dice que Ulysses S. Grant, el (18th) Presidente de los EU., calificó a la guerra de secesión de su país como castigo de Dios, por el despojo a México de sus territorios. El Tratado de la Mesilla sería derogado más tarde, en tiempos de Lázaro Cárdenas, aunque ya la pérdida del territorio adicional era irreversible, sólo se anulaba la cláusula octava mencionada. Por otra parte, y analizando la otra intervención extranjera, dos factores hicieron posible el surrealismo de la Intervención Francesa: la guerra de secesión de los Estados Unidos y el arribo de don Benito Juárez al poder. Los Estados Unidos estaban ocupados en su contienda doméstica y no tenían atención para otra cosa; de otra manera, y de acuerdo con la propia “Doctrina Monroe”, no lo hubieran permitido, no por defender a México sino a su propia hegemonía. Por otro lado, a los ultra conservadores, herederos según ellos del más “puro linaje” español, les parecía un “verdadero sacrilegio que ocupara la más alta magistratura de la nación un indio zapoteca y para colmo, de ideas liberales”. La Intervención Francesa es otra de esas etapas vergonzosas de la historia política de México, en donde los grupos de gente poderosa, de pensamiento conservador a ultranza y quemadores de incienso a lo extranjero, vuelven a manifestar su complejo de inferioridad y vocación servil al solicitar a la monarquía de Napoleón III que viniera a gobernar a México un noble de la casa francesa que diera “rienda suelta” a los afanes y sueños de pompa “aristocrática” perdidos por los conservadores con el “imperio” de Iturbide, y al mismo tiempo cancelara las “heréticas” reformas juaristas. Maximiliano de Habsburgo sólo los complace en lo primero, porque era un verdadero amante, (por no decir maniático) del ceremonial aristocrático; 139 sin embargo, ideológicamente resultó ser un liberal puro, que demostró comulgar plenamente con las reformas juaristas. Aunque, para su desgracia, terminara siendo ejecutado por la justicia mexicana y no obtendría el perdón de un Juárez implacable que le negó el indulto porque con su muerte tenía que sentarse un precedente simbólico para desanimar en el futuro a la ambición del extranjero y a la alcahuetería de los traidores locales potenciales. Augusto Emperador: Por donde quiera que me lleve mi instinto vagabundo, llevaré un buen recuerdo hasta que muera de nuestro buen encuentro en este mundo. Ambos hemos venido a estas regiones predicando la paz. Voz con grandeza imperial, con corona en la cabeza, con oro, con poder y con legiones, mas en la mano al par con ansia viva mostrando al pueblo de la paz la oliva. Yo vine solo aquí con la nobleza del corazón leal del castellano, extraño a las políticas pasiones ajeno a odios de raza y opiniones a visitar, cortés, a un pueblo hermano62 Juárez jugó un papel definitivo en el establecimiento de la base jurídica para que México fuera una verdadera República Representativa y Federal. También ejerció una influencia fundamental en la modernización política de México y de sus estructuras republicanas, no sólo restaurándolas sino actualizándolas y consolidándolas, dejando plenamente establecido y vigente para México el concepto de Estado moderno laico y el concepto de Estado de derecho. La personalidad de Juárez es de características excepcionales, sin embargo también ha sido una de las más controvertidas y calumniadas en la historia política de México, por todos los intereses ilegítimos de los grupos de poder que resultaron afectados por las reformas para el bien del Estado mexicano. 62 Poema del autor de “don Juan Tenorio”, José Zorrilla en la corte de Maximiliano. Luca de Tena, Torcuato, Ciudad de México en tiempos de Maximiliano (Barcelona: Planeta, 1989) 118. 140 Hay que reconocer que la rectitud y actitud de Juárez con su definición como persona de estrictos principios y un misticismo patriótico movido por el gran amor a su patria y su gran sentido de responsabilidad en su encomienda política; fue de gran congruencia con respecto a la circunstancia histórica que se estaba dando: el país estaba experimentando un proceso revolucionario de grandes cambios, había terminado la etapa virreinal que durante 300 años había prevalecido, se estaba viviendo el inicio de la Independencia y el nacimiento del Estado mexicano con base en la Constitución de 1824. Juárez sentía que debía estar del lado del cambio libertario para consolidar la República, la cual se veía amenazada, en un principio por el Imperio espurio de Iturbide y después por los conservadores metidos a “libertadores”. Después de las primeras elecciones y cuando se convocaron otra vez en 1828, Juárez era todavía un estudiante de derecho y las opciones que tuvo para elegir fueron: un conservador que había luchado en contra de la Independencia de México, don Manuel Gómez Pedraza, y un liberal, don Vicente Guerrero, héroe insurgente de la lucha armada por la independencia. Su decisión fue por el liberal al que admiraba y con el que se identificaba plenamente. En 1829 llega al ayuntamiento de la ciudad de Oaxaca como regidor. En 1831 y 1833 fue elegido diputado al Congreso del Estado. A partir del inicio de la carrera política de Juárez, éste se convierte para muchos en un adversario temido, y es arduamente combatido por aquellos que no podían aceptar ser rebasados y superados por un indio, a los que sus antepasados y ellos mismos, consideraban inferiores. Tampoco aceptaban que Juárez pretendiera cambiar el estado de cosas que ellos sentían aceptable y favorable, principalmente para quienes detentaban el poder; no les importaba que en el inicio del Estado mexicano todavía se viviera en “la edad de piedra política” y que pareciera permanecer todavía la época del oscurantismo de la edad media, en donde prevalecía la intolerancia religiosa y el clero político contaminaba la salud del Estado mexicano. Precisamente, por ese clero político y sus allegados; personas que por su ignorancia y el cumulo de prejuicios ancestrales, educados en la mentira y con el prejuicio religioso; Juárez se vería injustamente calumniado hasta los últimos días de su vida y aún mucho después de su muerte, e increíblemente, incluso todavía hoy, en la actualidad su integridad sigue siendo víctima de la ignorancia supina de muchos de la clase “más preparada”. Ignacio Comonfort tomó posesión de la presidencia el 1 de diciembre de 1857, habiendo designado a Benito Juárez, que ya había sido gobernador de Oaxaca, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nacion y en tal calidad como Vicepresidente de la República. El 17 de ese 141 mismo mes los conservadores, a manera de golpe de Estado lanzaron a sangre y fuego el Plan de Tacubaya de Félix Zuloaga, que abolía la constitución de 1857, según el mismo plan, Comonfort seguiría al mando, y a Benito Juárez y al presidente del Congreso los hicieron prisioneros. El 11 de enero Comonfort pone en libertad a Benito Juárez. Comonfort abandonó el mando y acompañado de varios generales salió rumbo a Veracruz desde donde, más tarde el 7 de febrero, se embarcó hacia los EU. en donde fijaría su residencia. Juárez defendiendo la legalidad de la República se traslada a Guanajuato y apoyado por varios estados de la República estableció ahí su gobierno lanzando el 19 de enero de 1858 un manifiesto a la nación que establecía que. “El Gobierno constitucional de la República, cuya marcha fue interrumpida por la defección del que fue depositario del poder supremo, queda restablecido.” Esta fue la respuesta al artero golpe de Estado que era el Plan de Tacubaya y a la ausencia de Comonfort que se había prestado al mismo plan y nunca estuvo a la altura de su responsabilidad en el mandato constitucional. Para el gobierno de la República el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, dadas las circunstancias, era vital pero implicaba un grave riesgo por las contraprestaciones pero era necesario, en parte para dar solución al reclamo de los EU que amenazaba con la invasión si no se llegaba a un convenio para garantizar los intereses estadounidenses afectados por la guerra. Por su parte los conservadores voltearon la cara hacia Europa con España y Napoleón III, ante quien ya tenían años de labor con enviados especiales para gestionar que alguien de las casas reales nos vinieran a gobernar. Como consecuencia de lo anterior, el grupo de los conservadores le ofrecieron a Luis Napoleón el “imperio” mexicano, dándose con esto lugar a la Intervención Francesa, a la cual no sólo no la veían como riesgo para el país sino que pensaban que ésta era la única y mejor solución. Ya desde antes, cuando se definieron el partido liberal y el conservador en 1849, don Lucas Alamán clamaba: “si no viene la Europa en nuestra ayuda somos perdidos”. No se sabe si se refería a la Patria o a su grupo y partido conservador. Aquí en México se inicia la guerra civil entre conservadores y liberales, don Manuel Doblado, Gobernador de Guanajuato, había acogido a Juárez y lo respalda. En Jalisco es salvado por don Guillermo Prieto de ser asesinado y es quien pronuncia la famosa frase “Los valientes no asesinan” ante un destacamento de soldados que tenían orden de darle muerte. Tuvo que salir por Manzanillo, Colima y rodear por Panamá para llegar a Veracruz. Ahí Apoyado por el Gobernador Gutiérrez Zamora, establece el 142 Gobierno de la República. Ya en Veracruz, y en base a la Constitución de 1857, expide el Presidente Juárez las Leyes de Reforma, que nacionalizan los bienes eclesiásticos y establecen la separación de la Iglesia y el Estado, la Ley del Matrimonio Civil, la Ley de Libertad de Cultos, la extinción de las ordenes monásticas, la secularización de los cementerios y estableció también el Registro Civil. 12 de julio de 1859 expidió la Ley de Nacionalización de Bienes Eclesiásticos, para hacer efectiva la desamortización de los bienes de la Iglesia, que ahora ya no pasarían a manos de los rentistas, lo que mañosamente la iglesia había anulado con la amenaza de excomunión. El objetivo del presidente era “para que subsistiera solo el sistema individual de propiedad” lo cual era valido también para los indígenas cuyas propiedades comunales habían sido escamoteadas primero por los encomenderos y luego por los grandes terratenientes. El País se encontraba en “Estado de guerra civil”. Por un lado, el Gobierno de la República apoyado por los Liberales y encabezado por el Presidente Juárez, y, por el otro, los conservadores golpistas. En 1859 los Estados Unidos, presididos por James Buchanan, quien había sido Secretario de Estado de James K. Polk cuando la guerra contra México y la firma del Tratado de la Mesilla o Gadsden; consideraba ahora la petición que el gobierno de Juárez, a través de su Secretario de Estado, Melchor Ocampo, le habían hecho con motivo de su reclamo al gobierno mexicano, para salvaguardar los intereses estadounidenses afectados por la guerra civil. Por otro lado, pero dentro del mismo proceso Ocampo solicitaba el reconocimiento y apoyo de los EU. Estos otorgaron dicho reconocimiento por medio de Robert McLane ministro plenipotenciario, del presidente Buchanan, que había sido designado para el efecto, reconocimiento y aceptación en principio, pero condicionado a la firma del tratado en el que México debería, según ellos, proceder a la cesión del territorio de la baja California (el que se mencionaba en la opinión publica estadounidense, con la peregrina idea de que sería destinado a ser tierra de explotación de esclavos) y además se debería aceptar la ampliación del Tratado de La Mesilla o Gadsden, particularmente en su cláusula octava, modificándola ahora, para que además del paso por el Istmo de Tehuantepec se ampliara con los cruces libres para los EU. en la frontera norte, adicionales por Matamoros y Camargo Tamaulipas vía Monterrey hasta Mazatlán y otro más por Nogales hasta Guaymas Sonora. Después de intensas negociaciones, estableciéndose como premisa puesta por Juárez a Melchor Ocampo, que la cesión de cualquier parte del territorio nacional estaban absolutamente fuera de discusión; se procedió a ceder en el resto ya 143 que el apoyo de los EU., era considerado vital. En términos generales y al final, se convino sólo en la modificación de la mencionada cláusula octava del Tratado de la Mesilla mediante un nuevo convenio, mejor conocido como el tratado “McLane-Ocampo”. Aunque el Tratado fue firmado y se recibieron el reconocimiento de los EU y la mitad del apoyo económico; el Senado de los EU., lo rechazó, primero por causas pueriles postergándolo y al final, entre otras cosas, porque era una aberración jurídica que iba en contra de uno de los principios generales del derecho: “A lo imposible nadie está obligado”, toda vez que en los hechos afectaría a la soberanía de un Estado, lo cual era inaceptable de acuerdo con la concepción del Estado constitucionalista y del derecho Internacional. En esta forma, Melchor Ocampo hábil jurista, que ya conocía junto con Juárez la improcedencia jurídica de la cláusula 8 del “Tratado de la Mesilla” lejos de ir en contra de los intereses del Estado mexicano, se salió con la suya sin ceder territorio como era la pretensión inicial de Buchanan en las instrucciones dadas a Robert McLane y sin afectar más la soberanía nacional. Aunque esto sirviera a sus enemigos para denostar a Juárez llamándole vende patrias, cundo precisamente su oposición, en el pasado, al Tratado de la Mesilla le había costado a él y a Ocampo el encarcelamiento y el exilio en Nuevo Orleans por parte del gobierno de Santa Anna, tan admirado por los conservadores. Miramón había sido investido como presidente por los conservadores golpistas, el 2 de febrero de 1859 y su objetivo era la plaza de Veracruz en donde estaba la cabeza del gobierno, por lo que se preparó para sitiar, por mar y tierra, al gobierno de la República establecido en ese puerto; mandó al Almirante Tomás Marín a comprar dos barcos de guerra en Cuba a los que denominaron el “Márquez de la Habana” y el “General Miramón” para destinarlos al sitio por mar. Y por tierra, él personalmente encabezaría a los ejércitos para el sitio con más de 7,000 efectivos. Pero no contaban con dos acciones estratégicas del gobierno de la República: Los ejércitos constitucionalistas quemaron sembradíos, destruyeron infraestructura de comunicaciones y dejaron a los ejércitos de Miramón sin la posibilidad de abastos ni para acercarse al puerto, además que dentro de esta misma estrategia Degollado atacó a la ciudad de México en donde tenia su sede el gobierno golpista y Miramón se vio obligado a regresar a defender la capital. Con relación al sitio por mar el Almirante Marín llegó frente a Veracruz con los barcos mencionados y se fue a fondear a Antón Lizardo, a unos 25 km al sur del puerto. Las gentes del gobierno Juarista le 144 comunicaron al comandante Turner al mando de la flotilla estadounidense fondeada en Veracruz que esos barcos no eran reconocidos por el gobierno de la República, quien los consideraba piratas por la actitud de guerra en que venían. Y “al buen entendedor pocas palabras”, esa misma noche la escuadra de los EU tomo los barcos y a sus tripulantes por sorpresa, llevándoselos a New Orleans en donde posteriormente la tripulación fue liberada. Después de la batalla de Calpulapan a finales de 1860, en donde los ejércitos juaristas al mando del general Jesús González Ortega junto con Ignacio Zaragoza y Leandro Valle, derrotan a las fuerzas conservadoras de Miramón, Márquez, Negrete y Vélez; hace Juárez su entrada triunfal a la Ciudad de México, el 11 de enero de 1861, considerándose esta fecha como el fin de la Guerra de Reforma. En ese mismo año termina el período que dejó inconcluso Comonfort, y Juárez es electo Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Juárez se vio obligado a declarar la moratoria de pagos de la deuda externa el 17 de julio de 1861, debido al inmenso deterioro económico de la República. Como consecuencia, España, Inglaterra y Francia, reunidos en Londres en octubre de 1861, decidieron conjuntamente intervenir en México, enviando navíos de guerra desembarcando en Veracruz en diciembre de ese mismo año. El Gobierno de la República de inmediato entró en negociaciones, y logró mediante el Tratado de la Soledad, que España e Inglaterra se retiraran. Francia, de acuerdo con los conservadores, ya tenía planeada la intervención para imponer a Maximiliano de Habsburgo como Emperador de México y por lo tanto aprovechó la ocasión. Como prologo y al mismo tiempo epilogo anticipado de la intervención francesa; los ejércitos de Francia al mando del general Lorencez son derrotados en Puebla el 5 de mayo de 1862, por los ejércitos de la República al mando del general Ignacio Zaragoza, unificando a la mayoría del pueblo de México en contra de esta intervención. Más tarde el general Forey con nuevos refuerzos derrota a las fuerzas de la República y obliga al presidente Juárez a mantener un gobierno trashumante que anda “a salto de mata” hasta llegar a la frontera con los Estados Unidos, en Paso del Norte. Forey instala un gobierno en la capital a manera de Junta, con los conservadores y la Iglesia Católica, y éstos declaran la monarquía. Y como si siguieran el guión de una obra de teatro, ofrecen la Corona a Maximiliano de Austria. Para sorpresa de todos, y desencanto del grupo 145 conservador, llega Maximiliano y ratifica todas las reformas juaristas, la tolerancia de cultos, la separación de la iglesia y el Estado, la nacionalización de los bienes eclesiásticos, etc. Confirmándoles con esto a los conservadores y al alto clero, que lo que Juárez hizo no fue en contra de la iglesia católica, fue sólo modernizar la situación política de México en el mundo, actualizarlo a su tiempo y hacer justicia, quitándole el poder a quienes lo detentaban. El 1 de diciembre de 1865 Juárez termina su período presidencial pero, dadas las circunstancias, decreta prorrogadas las funciones del actual gobierno. Lo cual era muy entendible, ya que entrar en una contienda electoral a la mitad de una guerra, hubiera sido torpe y de consecuencias funestas. Sin embargo, esto provoca airadas protestas de todos, incluso de los mismos liberales. No hay duda de que Juárez tenía razón y actuaba con responsabilidad de estadista. Del exterior vino el apoyo moral y solidario de los pueblos de América, y la confirmación de que se estaba actuando en el camino debido. El Congreso de Colombia decretó, en nombre del pueblo que representa, que “en vista de la abnegación y de la incontestable perseverancia que el señor Benito Juárez, en calidad de Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, ha desplegado en la defensa de la independencia y la libertad de su Patria, declara que dicho ciudadano ha merecido bien de la América”, firmado por el Congreso de Colombia el 2 de mayo de 186563. Apoyo solidario y oportuno que habla bien de la tarea de Juárez y su proyección continental. Ante la decisión de Napoleón III de retirar el apoyo de las fuerzas francesas a Maximiliano para reforzar su defensa de Prusia, éste pierde fuerza y es derrotado en diversos frentes. Finalmente es vencido en Querétaro por los ejércitos de la República al mando del general Mariano Escobedo y sus “Cazadores de Galeana”, terminando así la Intervención Francesa el 15 de mayo de 1867. Algunos días más tarde, el 19 de junio, Maximiliano y los generales Miramón y Mejía, fueron fusilados en el Cerro de las Campanas. Terminada la guerra con los franceses se convocó a elecciones generales para renovar mandos políticos en la nación. Se incluyó en la 63 Benito Juárez, Benemérito de las Américas. Decreto de Colombia 1865, Edición facsimilar. Joaquín Porrúa, S.A. de C. V. 146 acción política un plebiscito sobre la Constitución del 57, que tanta controversia había causado, alegándose que no todos los sectores de la población habían sido tomados en consideración, y mucho menos consultados. Juárez fue reelecto en esta ocasión para un nuevo período presidencial, de diciembre de 1867 a julio de 1871, si bien legalmente era una reelección, en la realidad era el primer período que iba a tener Juárez para gobernar en paz. Y fue ésta precisamente una de las pocas épocas de paz que ha tenido México para que, mediante un régimen de derecho, el cual utilizó el Presidente como su principal herramienta, se pudiera restaurar la República casi deshecha y consolidarla jurídicamente. Personas de brillante inteligencia y patriotismo acompañaron al Presidente Juárez en la difícil tarea de licenciar a las tropas y restaurar la economía precaria que se tenía. Una de sus virtudes fue saber rodearse de gente de valor, como un verdadero estadista lo hace, sin miedo a ser opacado por ellas, y a respetar y valorar su actuación. Renovó la concesión para que los ingleses continuaran con la magna obra del ferrocarril. Al final de su periodo presidencial en 1871, Juárez convocó a elecciones y consideró a ésta su primera reelección. Era explicable que después de haber enfrentado tantas vicisitudes no quisiera abandonar el poder, incluso que hubiera sentido la obligación de conservarlo, pero ahora sí se antojaba discutible la decisión de aferrarse a él, sin darle la oportunidad a su misma gente para que tomara la estafeta. En esta ocasión se enfrentaría con su amigo y más brillante colaborador, Sebastián Lerdo de Tejada, y con su antiguo rival y paisano, Profirió Díaz. Ante el hecho de que en estas elecciones ninguno de los tres candidatos obtuvo la mayoría absoluta de votos, el Congreso designó a Juárez para un nuevo periodo de 4 años. Sin embargo ya no lo terminaría, muere en 1872 de un problema cardiovascular, siendo substituido por don Sebastián Lerdo de Tejada, a quien le correspondía en su calidad de presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Juárez fue un ser humano con vicios y virtudes, como cualquier persona, sin embargo algo especial hubo en él para poder trascender al tiempo y al espacio, para convertirlo en un personaje de la historia universal. Fue un hombre íntegro, una persona excepcional, un verdadero estadista precursor de los gobiernos civiles en vez de los militares, precursor, con Lerdo de Tejada, del Senado en nuestra Constitución y del fortalecimiento del Estado de derecho. Juárez fue de ese tipo de líderes que México no tuvo en sus 147 inicios desde su Independencia, y que tanta falta le hicieron, y le siguen haciendo: esa clase de gobernantes que anteponen todo, familia, patrimonio y bienestar personal, por el bien del Estado, por el bien de la República. Como hemos visto, Juárez fue un personaje único por el gran esfuerzo que hizo por vencer, en primer lugar, la enorme adversidad personal y, posteriormente, la no menos grande adversidad nacional. Además, su significativa contribución para la construcción del Estado mexicano y la restauración de la República, hablan por sí solos. 3.- LA DICTADURA La debilidad del ejecutivo, establecida en la Constitución de 1824, propició que los enemigos de la verdadera independencia de México permanecieran en las posiciones claves de poder al triunfo del Plan de Iguala y seguía siendo propicia a los intereses de la pasada aristocracia que ahora, si ya no incólume, continuaba haciéndose presente. Esto dio margen a que, dejados pasar unos años, después del “triunfo” de la independencia fueran apareciendo como salidos de un caballo de Troya para sabotear a la República, todos estos personajes que después de quitarse la careta liberal, que no les correspondía y que ya no necesitaban más, fueron conformando abiertamente el grupo conservador. Clamaban por la vuelta a la monarquía o todavía que alguien de la Casa Real de España viniera a gobernar a la nueva nación. Estas condiciones influyeron para lograr una reforma constitucional, con el objeto de ir adecuando la nueva Constitución a su manera de entender la realidad política de la nación pero más que nada a sus intereses. A finales de 1836, un poco más de una década después de haber promulgado la primera Constitución del Estado mexicano, se produce una nueva constitución llamada “Las Siete Leyes”. Este nuevo decreto, de carácter centralista, creaba un cuarto poder conservador (supuestamente para implementar la “prudencia gubernativa”), desaparecía a los estados y los convertía en departamentos cuyos jefes políticos o gobernadores serían designados desde el centro, se eliminaba la vicepresidencia, entre otras muchas medidas. Mientras todo este afán de políticos sin visión social ni patriotismo daba marcha atrás al avance político logrado, se perdía Texas. Evidentemente, ellos no estaban consientes de la magnitud de la tragedia que significaba el hecho en sí mismo, ni mucho menos tenían la visión para prever las calamidades que traería consigo en el futuro inmediato; sobre todo, en lo que respecta al peligro de la guerra contra los EE. UU. y la consecuente pérdida que se dio de más territorios. Por el contrario, Lucas Alamán, uno de sus principales líderes, estaba en tratos con España para realizar el proyecto de la monarquía en México. Dicha propuesta fue 148 respaldada por los conservadores que consideraban vital a la monarquía, no tanto para el país, sino para la conservación de su estilo de vida y privilegios. Mientras tanto, los conservadores también buscaban establecer la dictadura como alternativa transitoria a la monarquía deseada por ellos, aunque esto significara una contradicción y regresión en el proceso histórico. En estas condiciones, los comerciantes extranjeros que ya no aguantaban el desgobierno conservador, apoyaron a Antonio López de Santa Anna para encabezar un movimiento militar, el cual desembocaría en la primera dictadura de manera transitoria, mientras se integraba un nuevo Congreso. Lógicamente la dictadura recayó en Santa Anna, este personaje que, a semejanza de un camaleón político, había sido realista, imperialista (casi príncipe consorte), liberal, conservador y ahora mercenario. Más tarde, cuando le fue vendido a los EE. UU. la Mesilla, en 1853, Santa Anna se proclama dictador vitalicio, con don Lucas Alamán como Ministro de Relaciones Exteriores, este personaje, conservador que nunca cejó en su intento por establecer la monarquía en México, muere en ese mismo año. La política mexicana pierde a un distinguido luchador político, hombre culto, historiador y líder de los conservadores. Los conservadores creían en la necesidad de un gobierno centralista fuerte, para resolver los múltiples problemas por los que atravesaba la República, con un ejecutivo a manera de dictador. Tal vez en lo relacionado con la necesidad de un ejecutivo fuerte con el poder necesario para poner orden, no les faltaba razón. Sin embargo, el enfoque de ellos era a más largo plazo, toda vez que lo que en realidad seguían buscando era la monarquía y, por lo pronto, apoyaban la dictadura con esas miras. Lo que deseaban por lo pronto era dar marcha atrás a todas las reformas republicanas, destruir la República y recuperar las ventajas y privilegios de clase, de los que antaño gozaban. También soñaban en rehabilitar el poder para la Iglesia, su aliada histórica y eficiente instrumento tanto de poder político como económico. Y, ¿por qué no?, volver un poco a los años de ensueño, con la pompa aristocrática y cortesana que tanto añoraban. EL PORFIRIATO Las dictaduras cuando no son por ley, suelen estar disfrazadas como democracias para guardar las apariencias sólo en la forma, porque en esencia y de hecho, ejercen un poder absoluto, despótico y tiránico. De esta forma, durante 34 años ejerció el poder Porfirio Díaz, con la única excepción del intervalo en el que momentáneamente le prestó ese poder a su compadre y ministro de la guerra el general Manuel González Flores, ya 149 que no le quedaba otra opción si quería respetar su propia reforma constitucional. Posteriormente, con la complicidad de un congreso dócil, previamente designado por él, fue adecuando la Constitución hasta que le permitiera reelegirse cuantas veces quisiera. Aquí podemos encontrar las raíces, del origen del sistema político unipartidista, que como continuación de la dictadura y después como dictadura de partido, se apropió del poder político de México a partir de marzo de 1929, durante más de 70 años. Paradójicamente quienes en el año 2000 ganaron el poder en forma democrática; traicionaron al pueblo de México que había confiado en ellos, entregando servilmente ese poder 12 años después; a los mismos que no supieron vencer, pero si superar en vicios y corrupción, desgraciando al país y poniendo a su pueblo a merced de los esbirros de siempre. Volviendo un poco en el tiempo, después de las elecciones de 1871 y de la muerte de Juárez en 1872; Profirió Díaz, quien se había inconformado desde un principio y tras proclamar el Plan de la Noria el 8 de noviembre de 1871, se levantó en armas en Oaxaca en contra del gobierno. Irónicamente tomó la bandera de la no reelección: “para que ningún ciudadano se perpetúe en el poder”. La rebelión fue controlada y Sebastián Lerdo de Tejada aprovechó el tiempo para hacer importantes reformas constitucionales, aumentó el poder del ejecutivo y restituyó al Senado en el poder legislativo de la República. Al término del periodo constitucional Lerdo de Tejada trató de reelegirse, al hacerlo en aparente forma arbitraria y presuntamente fraudulenta, ocasionó las protestas de todos, incluso de su mismo gabinete. Los opositores liderados por Porfirio Díaz, proclamaron en 1876 el Plan de Tuxtepec que, entre otras cosas, anunciaba la no reelección. “Hágase la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”, debió haber dicho don Porfirio, quien más tarde se perpetuaría en el poder por medio de la dictadura de hecho, con la democracia solo como fachada, habiendo servido en esto de gran maestro a los “revolucionarios” que lo derrocaron. Por lo pronto, el mismo plan lo investía como “General en Jefe” del movimiento armado. El gobierno de Lerdo de Tejada hubiera podido controlar este levantamiento, de no ser porque el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, don José María Iglesias, desconoció la elección presidencial y desde Guanajuato lanzó un manifiesto asumiendo el poder ejecutivo. Esto dividió al ejército federal y lo hizo presa fácil de las tropas al mando de Díaz, quien ya no abandonaría el poder. Se ha querido hacer un paralelismo entre Benito Juárez y Porfirio Díaz, que evidentemente existe: los dos eran oaxaqueños, don Porfirio también quedó huérfano de padre a los 3 años, al igual que Juárez estudió en el Seminario 150 y en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, y estudió leyes pero se inclinó por la carrera de las armas. Sin embargo, no existe nada más diametralmente opuesto que estas dos personalidades de la historia de México: Juárez, en sus convicciones políticas, era el reflejo de Charles Louis de Montesquieu, y Porfirio, del contenido de el Príncipe de Maquiavelo (que no de Niccolo); Juárez respetaba escrupulosamente los derechos humanos, mientras Porfirio ordenaba “mátenlos en caliente”. Los dos tenían una inteligencia privilegiada y un amplio conocimiento de la condición humana, la diferencia estriba en que uno la respetaba y el otro la utilizaba. Mientras que uno pensaba que “entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”, el otro instituyó el autoritarismo y el paternalismo, confundiendo el patrimonio de la nación con el patrimonio del gobernante y de la aristocracia, con un gran desprecio hacia sus semejantes compatriotas indígenas (recordemos el mural de Diego Rivera “La Alameda”, por muchos años en el hotel del prado), campesinos, trabajadores jornaleros, la mayoría del pueblo de México, a los que algunos de la aristocracia veían como “pelados” y definitivamente los consideraban inferiores, aunque hay que reconocer que en lo personal Díaz fue austero. Juárez estaba por el Estado de derecho, por “el gobierno de las leyes y no de los hombres” por el imperio de la l para el beneficio de todos, y Porfirio por el Estado dictatorial, manejado a su libre arbitrio sin rendirle cuentas a nadie. Díaz gobernó con mano de hierro, lo que en algunos casos no es malo si se respeta el derecho, se dice que hizo mucho y es cierto, hizo tanto como el trabajo de ocho presidentes juntos ya que gobernó por más de 8 periodos presidenciales, incluyendo el de su compadre. Lo cierto es que los pueblos tienen que avanzar y lo logran incluso a pesar de sus gobernantes, más todavía si el pueblo está cansado de tanta lucha fratricida, si lo que quiere es vivir en paz y, con esto tener la oportunidad de trabajar y superarse. Sin embargo, hay que reconocer que en regímenes dictatoriales como el de Díaz, se pueden lograr avances materiales extraordinarios. Durante el Porfiriato, los ferrocarriles crecieron al 12% anual, la agricultura floreció, la producción de alimentos aumentaba a mayor ritmo que la población y la industrialización del país se inició con gran pujanza. A principios del siglo XX, México contaba con más de 5,000 fábricas de diversos productos. Las finanzas públicas también se vieron fortalecidas. Pero cuando el dictador no tiene límites, suele pervertirse el poder del ejecutivo, supuestamente en beneficio del pueblo, para convertirse en tiranía, que lejos de fortalecerlo debilita al tirano hasta hacerlo caer. Mucho tuvo que ver en todo este progreso material el ánimo y la disposición del pueblo que, desde su independencia y aun antes, no había 151 hecho otra cosa que luchar o cuando menos soportar el fragor de la batalla. Además de sufrir las consecuencias directas e indirectas de los diferentes movimientos armados, y de los diferentes bandos que siempre cobran forzosa e injustamente un “impuesto” de guerra. El pueblo estuvo sumido las más de las veces en conflagraciones internas y el resto del tiempo, luchando contra la invasión del extranjero. En estas condiciones casi no se habían tenido momentos de paz para construir la Patria. Sin embargo, también el pueblo tenía muy presente que el progreso material no es lo más importante, sobre todo cuando se hace a costa del progreso social, de la libertad política y de la dignidad de la persona. El pragmatismo político, en donde el logro de lo propuesto es lo único que importa y todos los medios podían, no sólo explicarse, sino justificarse plenamente si se lograba el fin buscado, fue la “filosofía” que animó al tirano con sentimientos de profundo aprecio y compasión por sí mismo, pronto al llanto mentiroso y conmovedor de mentes ingenuas y pueriles. Don Porfirio siempre fue un viejo zorro, astuto, de múltiples mañas y gran habilidad política. En materia de humanismo tampoco contaba con muchos escrúpulos, lo cual demostró controlando eficientemente a malhechores y forajidos, pero también reprimiendo injustamente a grupos indígenas como los yaquis de Sonora y permitiendo la explotación de trabajadores y campesinos. Lo cierto es que, sin ser él mismo un gran administrador, se supo rodear de gente capaz y darles una cierta autonomía, estableciendo las reglas del juego y manteniendo un férreo control político, lo cual nunca sale sobrando en estos casos. Fue Porfirio Díaz quien instituyó el “paternalismo” en la vida política nacional como uno más de los instrumentos de control político, basado en un profundo desprecio de la manera de ser del mexicano, o de lo que él creía que era la idiosincrasia nacional. Con esto nace la subestimación de la capacidad popular para determinar con libre albedrío su propio destino: “la sociedad mexicana no está preparada para gobernarse” o “no saben lo que quieren”, por lo tanto, Díaz sentía la obligación de perpetuarse en el poder, para esto contaba con los tradicionales aliados al poder, la aristocracia y la iglesia y con la complicidad de las diferentes potencias extranjeras representadas en México; las cuales toleraban el régimen dictatorial ejercido por don Porfirio, mientras les favoreciera a ellos en sus intereses, como suele suceder, incluso en pleno siglo XXI. Aquí nace también el presidencialismo mexicano que tiene sus raíces en la similitud de nuestra Constitución de 1924 con la de los EE. UU. de 1787, nuestros “libertadores” no se molestaron mucho y casi copian la de 152 los EU. Este último también ha sido un país presidencialista, con la diferencia que su presidencialismo en muchas ocasiones ha podido ser instrumento de los mejores propósitos nacionales, lo cual demuestra que éste no siempre es malo. En cambio, el presidencialismo mexicano ha sido perjudicial, salvo en la época juarista cuando fue dignificado como institución de gran lealtad y seriedad, habiendo servido para salvar a la República y a la Patria. A partir del Porfiriato, el presidencialismo se instituye como sinónimo de infalibilidad y de autoritarismo, sin importar que éste sea despótico, oprobioso e injusto. Y perduraría hasta nuestro tiempo, (siglo XXI), cuando menos en el ánimo servil de los cortesanos de siempre. Europa, a través de Inglaterra principalmente, se interesó en México. La exploración y perforación de los recursos petroleros atrajeron a una serie de inversionistas extranjeros; esto ocasionó que los intereses británicos empezaran a competir “peligrosamente” con los estadounidenses en este campo. Hay que reconocer a Porfirio Díaz que inteligentemente, a propósito; trató de diversificar los intereses y la inversión extranjera en México, pero esto no le trajo la simpatía de las compañías petroleras estadounidenses que veían amenazada la exclusividad de su “coto de caza”. El progreso material de las grandes compañías nacionales y extranjeras, de sus intermediarios, de la clase política en el gobierno y de la aristocracia ligada a la esfera cercana a don Porfirio, era público y notorio. Aunque existía una clase media (reducida) con aceptables condiciones de vida, esto no sucedía en las clases populares, especialmente con los campesinos e indígenas que seguían siendo discriminados, explotados y arbitrariamente despojados de sus propiedades comunales, como lo habían sido desde la colonia. La ley sobre deslinde y colonización de los terrenos baldíos fue promulgada a finales de 1883, creándose para esto “las compañías deslindadoras”. Éstas eran los únicos árbitros para establecer cuáles eran terrenos baldíos y, por lo tanto, susceptibles de apropiación. “Se afectaron las propiedades comunales indígenas, los manejos turbios crearon los latifundios, y un nuevo sistema de vida nació para el campo […] Fue del dominio público que personajes políticos se apoderaron de la tierra […] El dato más objetivo es que las haciendas en 1877 sumaban 5869, y en 1910 su número aumento a 8431, pero en manos de un reducido número de personas”64. Los campesinos mantenían el mismo estatus de la época de las encomiendas, agravado ahora también con el despojo de sus tierras, una vez más, al no poseer títulos “confiables”. Las tierras comunales fueron un 64 Jorge Carpizo, La Constitución mexicana de 1917 (México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1980) 25. 153 platillo apetecible para muchos latifundistas. Las llamadas tiendas de raya de algunas haciendas representaban verdaderos instrumentos de opresión y esclavismo, que mantenían al peón y a su familia en la miseria y eran una continuación de las encomiendas. Vivían en una situación de explotación, indefensión e injusticia constantes y endeudados de por vida, lo que se hacía cada vez más una escenario de esclavitud insostenible. Desde entonces la migración de esta gente hacia los Estados Unidos, comenzó a darse en forma sistemática, a pesar del trato discriminatorio y vejatorio que recibían allende el Bravo. Esta migración desesperada, a pesar de que hubo una “revolución” supuestamente reivindicatoria de los trabajadores del campo y la ciudad, se sigue dando en forma continúa hasta la fecha, en pleno siglo XXI. Las condiciones estaban dadas, los factores externos (los EU. ya no veían con buenos ojos a Díaz) y los internos se combinaban en una mezcla explosiva, el detonador lo dio la misma tozudez e intolerancia del dictador que se creía eterno. Como en la época de la independencia, las condiciones eran propicias para una insurrección del pueblo: el movimiento armado se dio, el chispazo encendió la paja propicia y el tirano cayó. Mi abuelo, al tomar el café, Me hablaba de Juárez y de Porfirio Los zuavos y los plateados. Y el mantel olía a pólvora. Mi padre al tomar la copa, Me hablaba de Zapata y de Villa, Soto y Gama y los Flores Magón. Y el mantel olía a pólvora.65 65 Octavio Paz, “Canción mexicana”, Ómnibus de poesía mexicana, Ed. Gabriel Zaid (México: Siglo XXI) 584. 154 Jorge González Camarena, Constitución de 1917 CAPÍTULO IV EL MÉXICO DEL SIGLO XX 1.- LA REVOLUCIÓN En esta etapa ocurren grandes acontecimientos internos y externos. Agotado por sí mismo y abandonado por los Estados Unidos, termina el Porfiriato66, más por el exilio de su líder que por la superación de sus vicios. El ideal maderista y la revolución de 1910, fueron los factores interno que terminaron con el Porfiriato. A su paso dejan sin realizar el cambio radical para bien de la vida nacional, logrando sólo una acción reformadora, buena en el aspecto legal y una efímera participación democrática de los mexicanos, pero a un enorme costo social y humano. El lema del Plan de San Luis postulado por el movimiento maderista fue: “Sufragio Efectivo, No Reelección”. Lema que al término de la revolución se usaba, sin sentido alguno en toda la correspondencia oficial y que, por 66 El Porfiriato se había enseñoreado del país desde 1877. 155 otro lado, entrañaba una contradicción, porque si el sufragio fuera realmente efectivo, luego entonces ¿por qué la no reelección? Durante mucho tiempo esta divisa67 sólo se logró por derecho en cuanto a la no reelección, toda vez que en la práctica y de hecho nunca respondió al espíritu de la ley. Si bien es cierto que legalmente estaba impedida la reelección de las personas, esto no impidió que un mismo grupo, un mismo partido, cambiando sólo de nombre y sistemáticamente de personas haya sido el que se perpetuase en el poder ejecutivo federal, precisamente por ser nulo el sufragio efectivo que ellos prometieron. En cierta forma la dictadura continuó. Se estableció un verdadero neoporfiriato. La misma actitud tímida y medrosa que se dio en la época de la Independencia cuando se luchaba en contra del Rey, al plantear la posibilidad de que gobernara en México alguien de la casa de Fernando VII, ahora se volvía a dar; “el apóstol de la democracia”, Francisco I. Madero, en su libro “La sucesión presidencial de 1910”, sugiere que podría continuar gobernando don Porfirio y que sólo se eligiera al Vicepresidente, actitud ingenua que presagiaba ya las consecuencias que al final se dieron. Al igual que en el inicio del movimiento insurgente de independencia, en la revolución maderista los hechos de guerra exitosos se sucedieron si no con facilidad, sí con relativa rapidez. En escasos 6 meses ya se había logrado la renuncia del dictador. Indudablemente la participación de líderes guerreros como Pascual Orozco y Francisco Villa en el norte, y Emiliano Zapata en el sur, animados por un ímpetu reivindicatorio más que de cambio social, fueron factor decisivo y lo fue también la acción del gobierno de los EU., financiando y apoyando la rebelión y dándole la espalda al dictador, quien ya no era una garantía para sus intereses. Al triunfo de la causa, Madero fue demasiado clemente y magnánimo con el enemigo, y exageradamente escrupuloso en cuanto a la legalidad de los actos. Llegó al grado de, como vulgarmente se dice, “dejar al lobo a cargo del rebaño”, al permitir que un porfirista recalcitrante se hiciera cargo, en forma interina, de la Presidencia de la República. Aceptó que Habiendo renunciado el presidente, “por ministerio de ley le correspondía el cargo al Secretario de Relaciones Exteriores”, un porfirista recalcitrante. No se daba cuenta, o no quiso comprender, que él mismo había iniciado un proceso revolucionario que debería llevar a cambios radicales, y que él podía y debía fijar las condiciones, las nuevas reglas. Sin 67 Pienso que una vez que se logre plenamente el sufragio efectivo, la disposición legal de “la no reelección” deberá ser revisada para estudiar los casos en que pudiera ser derogada. 156 embargo de acuerdo a lo aceptado en el tratado de C. Juárez, Francisco León de la Barra, quien tenía como uno de sus lugartenientes a Victoriano Huerta, asume la primera magistratura de la nación con todas las prerrogativas que el cargo implicaba y únicamente con las limitaciones del interinato, para convocar a elecciones democráticas por primera vez en muchos años. Sorprendentemente Madero acepta que; quienes él había derrotado tengan ahora el control del poder y del ejército. Y a sus generales que lo habían llevado al triunfo de la causa; les ordena licenciar, desarticular y despachar a su casa a las fuerzas revolucionarias vencedoras. La sorpresa y descontento fueron mayúsculos, ya no de los jefes revolucionarios que se sentían traicionados, sino del pueblo en general que creía haber derrotado a su opresor y ahora lo veía de nuevo en el poder con nuevos bríos. Madero, con estas acciones aberrantes, le confiaba la seguridad nacional y la suya propia, nada menos que al ejército federal que había derrotado. ¡Verdaderamente increíble! El 7 de Junio de 1911, don Francisco I Madero hizo su entrada triunfal a la Ciudad de México. En ese mismo año se realizan las elecciones, resultando él, electo Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Ni pudo ni quiso consolidar un gobierno fuerte y absolutamente leal, como le aconsejaban sus colaboradores más cercanos y preclaros, como su propio hermano Gustavo Madero, Luís Cabrera y Serapio Rendón. No es posible hacer gran cosa, ni mucho menos realizar los cambios estructurales necesarios, si cuando se gana el poder se mantiene intacto el aparato burocrático viciado y corrupto y, aún más, se conservan a los pillos y asesinos que lo han manejado. Y además, por un acto de fe, de confianza exagerada, por no decir de estúpida ingenuidad, y por una justicia que nadie reclamaba; se les confiere el poder, el mando, y se les vuelve a dar autoridad a los vencidos. Esto naturalmente resulta suicida. El trabajo de León de la Barra fue de sabotaje, centrando su acción no solo en el distanciamiento de Zapata y Madero sino tratando de provocar su enfrentamiento, utilizando a Victoriano Huerta y al general Blanquet con tal efectividad que a escasos 20 días de haber asumido Madero la Presidencia, Zapata, apoyado intelectualmente por Antonio Díaz Soto y Gama, proclama el Plan de Ayala. Éste establece que se levantaran en armas contra el supremo gobierno y solo las dejaran cuando los pueblos despojados, recuperen sus tierras (lo cual nunca se dio). 157 El resto de los grupos revolucionarios que vieron licenciadas sus tropas y se sentían marginados, también mantenían latente el descontento y la sensación de haber fracasado porque “una revolución que transa, sin imponer sus condiciones; es una revolución que pierde”. Algunos de ellos, como Pascual Orozco, se sublevaron en el norte porque no les pareció suficiente el botín logrado por su “sacrificio”. Incluso los del bando contrario, como Bernardo Reyes que se levantó en Nuevo León porque sentía ser “el verdadero heredero de don Porfirio y porque sentía que contaba con amplia experiencia como gobernante y no como los nuevos que acababan de llegar”. También Félix Díaz se levantó en Veracruz; aunque ambos fueron momentáneamente dominados y apresados. Toda esta efervescencia y malestar aparente en contra de Madero, era aprovechado por quienes habían venido socavando la solidez del nuevo régimen, como los hacendados, los ricos empresarios y los militares porfiristas apoyados y orquestados por el embajador de los EE. UU., que consideraba inconveniente para los intereses de las compañías estadounidenses las reformas de Madero sobre la explotación petrolera. Todos estos conspiradores se veían ampliamente ayudados por la misma actitud del Presidente, que no alcanzaba a vislumbrar la realidad nacional. Ésta estaba plagada de verdaderos peligros a tal grado que se igualaba al tránsito del presidente por un campo minado y teniendo por guías mal intencionados a quienes plantaron los explosivos. Sin preocuparse por consolidar su posición y terminar el proceso del movimiento militar que lo llevó al triunfo, para Madero la tarea más grata y la que más ocupaba su tiempo y atención eran Las reformas que él como Presidente de México estaba realizando en varios de los campos de la vida nacional, en donde muchas de ellas acababan con las prebendas y privilegios de los diferentes grupos, que asociados con el poder político se habían convertido a lo largo de las diferentes épocas, en los dueños en turno del país. Sin embargo, estas reformas también eran la principal causa para su eliminación por parte de los intereses ilegítimos de nacionales y extranjeros. Durante el proceso revolucionario, el gobierno de los Estados Unidos que jugaban sus cartas, apoyando interesadamente a los diferentes grupos que buscaban el poder en México y sacaba un jugoso partido cuando lo otorgaban, tanto por el reconocimiento como por el apoyo económico, cobrando además por daños y perjuicios ocasionados por la guerra a los intereses de ciudadanos estadounidenses, sacaban en general un provecho enorme de la situación. Sin embargo desde la caída del 158 dictador y ahora con el nuevo gobierno lo que habían de hecho provocado y ahora pretendían consolidar era nada menos que un golpe de Estado. En este caso, lamentablemente, Llegaron al extremo de promover y apoyar; no solo la usurpación de Victoriano Huerta, a quien después, viendo las consecuencias, abandonarían a su suerte; sino también el asesinato de Madero y Pino Suarez, por medio de un embajador perverso. El caso de Madero y la intervención injusta y vil del embajador de los EE. UU., Henry Lane Wilson, con las fuerzas más oscuras de la política en ese tiempo encabezadas por Victoriano Huerta, Félix Díaz y Bernardo Reyes, para urdir y ejecutar en 1913 el asesinato del Presidente Madero y del Vicepresidente Pino Suárez, dos hombres de Estado inocentes y que por primera vez en 35 años, habían sido electos democráticamente por el pueblo de México; son un ejemplo y un precedente digno de análisis, para que no se permita su repetición. Estos hechos son prueba de cómo una clase identificada por intereses económicos y políticos de gran corrupción, con una actitud servil hacia los EU., y el representante de un país extranjero que con prepotencia y desprecio excede sus funciones; causaron un daño irreparable a la nación mexicana. Lo cual resulta paradójico, sobre todo viniendo de un país que se proclamaba como abanderado de la democracia. Como en la etapa de independencia, lo que pudo haber sido relativamente breve, también aquí en la etapa revolucionaria, no sólo se prolongaría por un período de más de 10 años, con un enorme costo social y económico, sino que también se viciaron los principios y se contaminaron los intereses legítimos, con los intereses corruptos. Los verdaderos líderes e ideólogos honestos se vieron nulificados por los oportunistas y mercachifles de la política, que aprovecharon el proceso social y político como una gran oportunidad de hacer fortuna sin importar la pérdida de vidas y el dolor del pueblo. A la revolución el pueblo mexicano le llamó también “la bola”, nombre que en México semánticamente significa gran acumulación. La bola de intereses mezclados y la bola de participantes con sus distintas motivaciones; la bola de ideas y estandartes que como madeja en la cual se enredan todos, como los postulados de los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón para un cambio radical hacia el socialismo, que se mezclaron con desventaja, con la actitud reformista de los llamados revolucionarios, quedando al final todo revuelto dentro de una gran bola de polvo que 159 difumina y hace confusas las siluetas, extraviándolo todo, confundiéndolo todo. Una bola que castigó a muchos inocentes, personas inermes que ni la debían pero sí la temían. Una bola que en pos de la justicia cometió grandes injusticias, que acabó con muchas fuentes de trabajo y de riqueza, que propició el despojo del más débil, que dejó impunes a muchos criminales y saqueadores. Una bola que repartió las tierras para volver a acumularlas en los generales “victoriosos” que reclamaban su botín; una bola que, convirtió a saqueadores y asesinos en generales próceres de la patria. Y como en las fundiciones; hizo que la escoria subiera a las capas superiores. Pero que en cierta forma era necesaria para romper la inercia de tanta injusticia y que, al igual que en las fundiciones, también preserva o pretende preservar lo mejor que yace dentro, en las entrañas de México. La parodia de la presidencia de Victoriano Huerta y de su pelele Pedro Lascuráin Paredes (presidente sólo por minutos), protegidos de Henry Lane Wilson, se topó en duro con la dignidad nacional. Algunos de los gobernadores de los Estados, convocados por el gobernador de Coahuila, don Venustiano Carranza, formaron mediante el plan de Guadalupe, el Ejército Constitucionalista y continuaron la lucha armada. Ésta habría de terminar con la caída del usurpador. Digna de mención y reconocimiento fue la valiente intervención del doctor don Belisario Domínguez, político chiapaneco de gran valor e integridad, que llegó al Senado como Senador suplente a la muerte del titular. Este personaje excepcional actúo como un verdadero tribuno, como un verdadero Senador de la República, como hasta ahora no hemos conocido a ninguno; que a la hora de la verdad y en representación de los chiapanecos y de todo el pueblo de México se enfrentó al usurpador, costándole la vida. A la lucha continua se incorporan nuevos actores, como los sonorenses Álvaro Obregón, Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles. Gente de Coahuila que venía con Venustiano Carranza, como Eulalio Gutiérrez, y también de varios estados de la República, como el artillero Felipe Ángeles, Roque González Garza y otros ya conocidos como Francisco Villa, Pablo González y Emiliano Zapata en el sur, este último nunca reconoció a Carranza, lo que terminó costándole la vida. Y muchos otros de todo tipo que se iban sumando al proceso, desde los bien intencionados por la causa, hasta, por supuesto, los que utilizaban la causa 160 nacional para su propia causa. De inmediato se crearon diferentes facciones, que en cierta forma constituían verdaderos frentes de batalla. El principal estaba encabezado por el jefe del ejército constitucionalista, don Venustiano Carranza. Otra facción estaba liderada por el jefe de la división del norte, Francisco Villa. Álvaro Obregón tenía la suya propia en el occidente. En el sur estaba a la cabeza Emiliano Zapata. Y en el oriente, Pablo González. En un principio participaron activamente algunos intelectuales que trataban de darle orientación y congruencia a la lucha armada, tales como Luis Cabrera, Antonio Villarreal, Juan Sarabia, José Vasconcelos y Antonio Díaz Soto y Gama, entre otros. Ricardo Flores Magón había emigrado hacia los EU., en donde murió más tarde encarcelado, su delito había sido promover internacionalmente el socialismo anarquista. Durante una de las batallas más importantes, la toma de Zacatecas, las fuerzas constitucionalistas estaban perdiendo terreno y hubieran perdido esa batalla, si Francisco Villa, desobedeciendo órdenes del primer jefe constitucionalista, no hubiera dejado Torreón y llegado muy oportunamente con la División del Norte a reforzar al general Pánfilo Natera, para la toma de los cerros del Grillo y de la Bufa con gran intuición y determinación. Así fue como se ganó la batalla que marcaría la derrota definitiva de Victoriano Huerta. En estas condiciones, después de la firma de los Tratados de Teoloyucan, el 20 de agosto de 1914, hace su entrada triunfal a la ciudad de México don Venustiano Carranza al frente del Ejército Constitucionalista y, de acuerdo al Plan de Guadalupe, asume la Presidencia de la República. En 1914 al pretender Carranza ser ratificado como Presidente interino, es rechazado por las otras dos facciones de zapatistas y villistas, que pedían que el nuevo presidente fuera electo democráticamente en una convención de las fuerzas revolucionarias, para que no volviera a pasar lo mismo que con Madero; el mismo Carranza acepta que esa convención se lleve a cabo en Aguascalientes, sin embargo se les va de las manos y la misma Convención de Aguascalientes, el 10 de octubre de ese mismo año desconoce a Carranza como Presidente y nombra a Eulalio Gutiérrez. Posteriormente, la misma Convención, dando bandazos de un lado para otro, desconoce a Eulalio Gutiérrez y nombra en su lugar a Roque González Garza como Presidente de la República, a quien más adelante substituye Francisco Lagos Cházaro, personaje poco conocido. Mientras tanto las diferentes facciones pelean unas contra otras, y la 161 facción de la convención de Aguascalientes mantiene en su poder a la capital de la República. A principios de 1915 Venustiano Carranza que se había trasladado a Veracruz, nombra al general Álvaro Obregón jefe de los ejércitos constitucionalistas, y en menos de un mes toman la Ciudad de México. Acto seguido, combate y derrota a la facción villista que estaba en el centro de la República. Esto, aunado a que el 19 de octubre de ese año los Estados Unidos y gran parte de los gobiernos de América, convocados por ellos, reconocen como legítimo al gobierno de Venustiano Carranza, esto trae como consecuencia que las aguas se asienten y tomen otra vez su cauce. Lo cual permite que más tarde en septiembre de 1916, se convoque a un Congreso Constituyente para elaborar la nueva Constitución. Sin embargo, cuando Francisco Villa se entera del reconocimiento de los EE. UU. al gobierno de Carranza, reacciona enfurecido y de inmediato manda fusilar a 5 inocentes ciudadanos norteamericanos que hacían el viaje por ferrocarril de Chihuahua a Ciudad Juárez, no pierde oportunidad de vengarse con gente inocente y finalmente llega al extremo de cometer un acto descabellado, injusto y bárbaro al llevar a cabo un ataque en los EU., a principios de marzo de 1916, en contra la inerme población de Columbus, situada en la frontera, asesinando y saqueando por doquier, lo que motivó la expedición punitiva del ejército estadounidense a cargo del general Pershing, que penetró a territorio mexicano (con autorización del gobierno de Carranza) en busca de Villa, sin poder encontrarlo. Como estaba decidido, se convoca a un Congreso Constituyente que se integró con representantes de todos los Estados de la República y del Distrito Federal; de acuerdo a su población se asignaron un diputado y un suplente por cada 60,000 habitantes o fracción que pasara de 20,000. Éstos ideológicamente resultaron tanto de ideas conservadoras o de derecha, como de ideas progresistas o de izquierda; sin embargo en la integración de las comisiones prevalecieron los de ideas progresistas. Sin embargo, el proyecto enviado por Carranza era propiamente una mera modificación, solo en la forma, de la Constitución de 1857, lo que era una evidencia más de que en lugar de una revolución para un cambio radical, lo que se estaba dando era sólo una lucha por el poder. Debido a esto, las comisiones tuvieron que revisarlo y responsablemente modificarlo a fondo, tratando de plasmar en la nueva Constitución los principios y bases jurídicas 162 fundamentales que resolvieran las causas que habían motivado el movimiento social y la lucha armada del pueblo de México. Intelectuales y políticos de toda la República participaron con sus ideas en la conformación de una nueva Constitución, con el objeto de establecer reformas jurídicas que fueran verdaderas reivindicaciones de las injusticias que habían prevalecido en la vida nacional, afectando el desarrollo equilibrado del pueblo de México. En estas condiciones, se puso especial énfasis en el tema agrario y de la propiedad por medio del artículo 27, en el tema del trabajo a través del artículo 123, y el tema de la soberanía popular quedó consagrado en el artículo 39 de la nueva Constitución. En el artículo 3º establecieron la obligación del Estado para proporcionar educación laica y gratuita. Así mismo se logró la inclusión del importante tema sobre las garantías individuales. Por otro lado, se subsanaba el error de la primacía del poder legislativo sobre los otros y se respetarían las reformas constitucionales de Lerdo de Tejada, con la inclusión otra vez del Senado como cámara alta con representantes de los Estados de la República. Se fortaleció al ejecutivo con un presidencialismo positivo, si se daba la verdadera autonomía, mediante la división de poderes y el respeto entre los mismos. De esta forma, la movilización de la sociedad civil con la participación popular y de los intelectuales patriotas bien intencionados, fue lo que al final logró cambios substanciales. El movimiento armado culminó con la Constitución de 1917, plasmando en instrumentos jurídicos algunos anhelos de libertad, justicia y democracia del pueblo de México. En este gran movimiento social se sacrificaron más de un millón de vidas en la guerra fratricida por un México mejor, pagando así, esperemos que para siempre, su cuota de sangre muy alta. Sin embargo, los mejores ideales revolucionarios continuarían siendo letra muerta por mucho tiempo, aunque el derecho los preservara, o incluso traicionados con los hechos por el mismo grupo emanado de la lucha armada que se autoproclamaría como “Revolucionario”. Un ejemplo inmediato de la traición del autoproclamado gobierno revolucionario, en los hechos fue la ingratitud y falta de lealtad tenida con sus lideres auténticos y con el movimiento agrario encabezado por Zapata, que llevaba como lema “Tierra y Libertad”; el reclamo era que se restituyera el despojo que habían sufrido las comunidades de campesinos 163 desde las encomiendas y durante el Porfiriato mediante el gran fraude de las compañías deslindadoras. Éstas les habían arrebatado a los campesinos, principalmente indígenas, los terrenos de su propiedad por diversos medios, los más injustos y a la fuerza, por no haber podido comprobar documentalmente a satisfacción de los expropiadores, la tenencia de tierras comunales, que desde tiempo inmemorial les pertenecían. Emiliano Zapata, tal vez el caudillo más auténtico de la Revolución Mexicana, termina víctima de su propia intolerancia y del mismo grupo revolucionario hecho gobierno, que lo engaña y lo asesina con saña y cobardía. La Revolución Bolchevique de octubre de 1917 contra la Rusia Zarista, coincidente con el año de la promulgación de la Constitución mexicana, tuvo cierta influencia e inspiración ideológica en los grupos de políticos e intelectuales mexicanos. La Primera Guerra Mundial, y principalmente la Segunda, alinearon a México por razones obvias con los Estados Unidos y sus aliados. Al final de su mandato, Carranza cometió un error garrafal al querer imponer a su sucesor. Escogió para esto al Ing. Ignacio Bonillas, quien en ese entonces era el embajador de México en los Estados Unidos y casi un desconocido. Olvidó que la lucha del pueblo de México había sido precisamente por imposiciones políticas arbitrarias como la que ahora pretendía hacer, pero además agravó su error; al subestimar y pretender marginar del proceso al héroe del triunfo armado de la Revolución, al general Álvaro Obregón, quien lo había apoyado y llevado al poder. Seguramente las intenciones de Carranza eran buenas. Durante la Revolución, pero sobre todo al final, la corrupción del grupo revolucionario era escandalosa, principalmente entre los generales. Tal vez la acción se pudiera explicar, que no justificar, como un doble intento del Presidente por acabar con la corrupción y con la continuidad de estos generales, convertidos, la mayoría, en verdaderos acaparadores de poder riqueza y tierras, en forma injusta y arbitraria. Sin embargo, su intento de llevar a la Presidencia a un civil cuando todavía no era tiempo y al haberlo manejado con torpeza política, le costó la vida. Al inicio de la década de 1920, “la familia” de Sonora ya estaba integrada: la encabezaba el héroe militar de la Revolución el general Álvaro Obregón, el Ministro de Guerra, Plutarco Elías Calles, y el propio Gobernador de Sonora, Adolfo de la Huerta. Además, este grupo ya había esbozado su plan para perpetuarse en el poder, ocupándolo alternativamente ellos mismos o por medio de interpósitas personas. Lo 164 que hizo Carranza involuntariamente, fue darles el pretexto para quitarlo de en medio y consolidar su plan. El 23 de abril de 1920, el grupo Sonora lanzó el plan de Agua Prieta, que desconocía al presidente Carranza y nombraba al C. Adolfo de la Huerta, jefe supremo del Ejército Liberal Constitucionalista. El presidente Carranza, ante esta circunstancia, consideró que si continuaba en la Ciudad de México estaría en grave riesgo por el avance del ejercito comandado por Adolfo de la Huerta; por lo que decide salir de la capital y dirigirse a Veracruz, sin embargo esto no le dio el resultado esperado, porque de inmediato fue seguido por el ejército origenista. Y en la sierra de Puebla cercaron al Presidente y a las pocas tropas leales que le quedaban, premeditadamente, no le presentaron batalla de inmediato, pero planearon su asesinato. Éste ocurrió en dicha sierra, en una triste cabaña desvencijada en el poblado de Tlaxcalantongo. En medio de una noche negra, acentuada por la oscuridad del bosque, helada, y bajo una lluvia torrencial. Aprovechando la espesura de los arboles, cobardemente acribillaron la cabaña en donde se había refugiado el Presidente, con su gente de confianza. La operación estuvo a cargo de las tropas al mando del general Herrero, un mercenario que el grupo utilizaría más tarde en encomiendas parecidas. Por supuesto, en el asesinato de Carranza, como en los asesinatos similares que el sistema sabe perpetrar cuando tiene que eliminar a alguien, “no se sabe” a ciencia cierta quiénes son los autores intelectuales y materiales, incluso en esta ocasión se pretendió que había sido un suicidio. Y en cierta forma puede ser que lo haya sido, pero de la misma manera que no se le puede llamar suicidio al asesinato de Salvador Allende perpetrado por Pinochet en Chile, tampoco a la muerte de Carranza en la sierra de Puebla. Aquí se inaugura el asesinato en la política como medida drástica y sistemática tanto para deshacerse de los enemigos, como para mandar un claro mensaje a los demás (“cabestrean o se ahorcan”). La etapa del grupo Sonora en la historia contemporánea de México significa, en cierta forma, la etapa de transición del final del movimiento armado al inicio de la etapa de la consolidación de las instituciones a la luz y bajo la afirmación del llamado sistema político Mexicano, que partiendo de las enseñanzas del Porfiriato, manejaron en el discurso lo que el pueblo quería oír, pero hacían lo que ya tenían previsto. Para controlar las acciones en beneficio del mismo grupo; consolidaron la hegemonía política y se mantuvieron en el poder a toda costa, principalmente para el beneficio político y económico de ellos mismos. 165 Muerto Carranza, Adolfo de la Huerta, de acuerdo al Plan de Agua Prieta, asume la Presidencia de la República en forma interina, y prepara el terreno que habría de propiciar el advenimiento de Álvaro Obregón a la Presidencia por un período constitucional de 4 años. A de la Huerta se le hizo la promesa de que volvería a la Presidencia, ahora en un nuevo período de 4 años. Posteriormente le tocaría a Calles ocupar el cargo de Presidente de México. Fácil, como un juego de niños se repartían el País: “ahora te toca a ti y después a mí, ¿he?” Ciertamente no era un juego de niños, ni siquiera un juego. Este grupo integrado por gente sencilla, sin mucha preparación académica, pero con grandes habilidades y mucha astucia, que había surgido al escenario político en forma modesta a partir de la Revolución de 1910 y con más importancia a partir de la revuelta orozquista y del levantamiento en contra de Victoriano Huerta; resultó ser un grupo verdaderamente astuto, hábil y visionario. A partir de varios triunfos que lo hicieron destacar y llegar a posiciones estratégicas del nuevo gobierno, guiados por su jefe Álvaro Obregón, el grupo supo hacerse respetar y urdir hábilmente un plan a largo plazo, allegándose y utilizando a destacados intelectuales, para posicionarse y al mismo tiempo para cubrir las apariencias. Demostró en cada una de sus acciones que “no se andaban por las ramas” para conseguir lo que quería, incluso la “depuración” entre ellos mismos. Adolfo de la Huerta, aunque brevemente, desempeñó un gobierno de verdadera transición. Logra conciliar a los diferentes grupos y facciones, y momentáneamente los pacifica, prepara el camino para el advenimiento de Obregón. Además, otorga una amnistía a Francisco Villa que había tomado Sabinas Coahuila para presionar al gobierno, con el fin de lograr un armisticio, depone las armas y en compensación se le otorgan la hacienda de Canutillo, cerca de Parral, Chihuahua, para que se retire “en santa paz”. En materia cultural y educativa logra avances significativos, convoca a elecciones, las cuales gana su compañero, jefe del grupo y amigo. El 1 de diciembre de 1920 toma posesión Álvaro Obregón como Presidente de la República. Con el grupo Sonora, precisamente con el Gobierno de Álvaro Obregón, se inicia la consolidación de un grupo y un sistema político que ya no dejaría el poder, y que prevalece hasta nuestros días (aunque ya no en forma unipartidista). La personalidad de Obregón es la de un hombre 166 sumamente inteligente y carismático, con una memoria privilegiada; era un tipo simpático, con sentido del humor y un aura de semidiós por sus “ocho mil kilómetros en campaña”. Con cinismo y tomándolo a broma reconocía que le gustaban los centenarios68, sobre todo los ajenos, y creía que en el medio político no había quien resistiera un “cañonazo de cincuenta mil” (mil centenarios). Obregón inicia su mandato con una dualidad que, para bien y para mal, marca el inicio del sistema que prevalecería durante el tiempo. Por un lado encarga la cartera de la nueva Secretaría de Educación Pública a José Vasconcelos, quien aunque con una personalidad cuestionada por muchas razones; comienza con el impulso de la educación de manera notable y promueve un desarrollo artístico y cultural excepcional. Se preocupa por consolidar la identidad nacional y dar participación y promoción a una pléyade de valores de excepción. Impulsa el florecimiento de las artes, principalmente el muralismo con figuras como Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, el humanismo en todas sus expresiones y la publicación de libros de cultura general para todos. Por otro lado, está la cara opuesta de la moneda; el manejo del poder a manera de un caudillo que no paraba en miramientos ante nada ni ante nadie para lograr sus fines. En estas condiciones, asocia a su grupo al sindicalista Luís N. Morones, líder de la Confederación Regional Obrera Mexicana, CROM, fundada por Carranza y antecesora de la CTM que crearía Cárdenas en 1936. A partir de aquí, la CROM será muy útil al gobierno como uno de tantos instrumentos que ha utilizado el sistema para controlar y mediatizar al movimiento obrero, considerándolo y utilizándolo también sólo con actitud clientelar. Lo ha hecho a través de líderes corruptos que han propiciado que el sector de los trabajadores en México sea uno de los más desfavorecidos a nivel mundial, contraviniendo así uno de los principales postulados revolucionarios. Otra de las grandes preocupaciones de Obregón y que también ha sido y es una constante del actual sistema, aunque de diferente manera, fue la necesidad del reconocimiento de los Estados Unidos. Por lo que se entablaron pláticas entre los dos gobiernos, promovidas por Alberto J. Pani, Secretario de Relaciones Exteriores, en un edificio ubicado en las calles de 68 Monedas de oro con valor de 50 pesos oro nacional, emitidas por Porfirio Díaz para conmemorar el centenario de la guerra de independencia 167 Bucareli, dando así nombre a los tratados que de allí surgieron. Que en términos generales se circunscribieron oficialmente a la formación de dos convenciones; la primera (como siempre) para los reclamos de los ciudadanos norteamericanos por daños sufridos durante las guerras de revolución de 1910 a 1920. La segunda, otra convención por las mismas causas pero de 1868 a la fecha, y un acuerdo extra oficial (por debajo de la mesa) que se centraba en que los gobiernos “revolucionarios” se comprometían a mantener como letra muerta el artículo 27 constitucional. Todo esto se acordó el 13 de agosto de 1923, logrando el reconocimiento de los EUA, 18 días más tarde. Anticipándose a las mafias de Chicago, Obregón manda fusilar al último jefe carrancista siempre fiel a don Venustiano, el general Francisco Murguía. También, ese mismo año asesinan en Parral, Chihuahua, a Francisco Villa. Y cuando deciden que el siguiente en la Presidencia será Calles, Adolfo de la Huerta se siente traicionado y se levanta en armas en Veracruz. Derrotado el ex presidente, de la Huerta emigra a los EE. UU. Calles naturalmente es electo y toma posesión como Presidente de México el 1 de diciembre de 1924. Plutarco Elías Calles asume la Presidencia como un potencial estadista y, contra todos los pronósticos no se convierte en alguien que puedan manejar a su antojo los Estados Unidos y los intereses norteamericanos. Es más, no respeta del todo la parte oculta adjunta a los Tratados de Bucareli y reglamenta las concesiones petroleras, al punto que el gobierno mexicano es calificado por ellos de “bolchevique”. Inicia la reconstrucción del país dando un gran impulso a la infraestructura carretera. En materia económica tiene la gran ayuda de Manuel Gómez Morín, con quien funda en agosto de 1925 el Banco de México, una de las instituciones que ha prevalecido con mayor seriedad e independencia hasta nuestros días, (siempre que las circunstancias lo han permitido). El gobierno de Calles se caracterizó por el fortalecimiento de las instituciones post-revolucionarias. Contrastan los inicios de un gobierno inteligente con los arrebatos autoritarios del Presidente Calles por la cuestión religiosa, que en 1926 había llegado a situaciones ridículas como los auspicios para la creación de la Iglesia Apostólica Mexicana, promovida por Morones, el de la CROM. Se decía que Calles, a través de Morones pretendía crear una iglesia “nacionalista” independiente de Roma. A pesar de que la Revolución y la Constitución de 1917 habían establecido el Estado laico, paradójicamente, por ignorancia y oportunismo, un gobierno “emanado de la revolución” trataba de establecer ahora por interpósitas personas una 168 Iglesia presuntamente oficial. Tal era el grado de la costumbre al paradigma del Estado confesional; porque ellos además, sabían que la Iglesia es un fuerte instrumento político para la manipulación de las conciencias pero ingenuamente idearon algo absurdo y contradictorio. Por declaraciones controversiales y acusaciones cruzadas en la prensa, por parte del clero y del gobierno, el Presidente reacciona con el estómago y no con la cabeza. Ordena a todos los gobernadores aplicar rigurosamente el artículo 130 constitucional prohibiendo el culto religioso en las escuelas, so pena de ser cerrados los planteles, exhibiendo así una intolerancia a irracional. La jerarquía eclesiástica, mal acostumbrada al poder y a que se le rindiera pleitesía; mañosamente mando cerrar las iglesias al culto para hacer creer que era el gobierno quien lo ordenaba y engañar a la opinión publica y exaltar irresponsablemente los ánimos y el fanatismo. Por ambas partes se calientan los ánimos y se estimulan posiciones radicales irresponsables y fanáticas. Se enciende otra vez la lucha armada (la Guerra de los Cristeros) pero ahora por causas religiosas, convocada en forma contradictoria e irresponsable, paradójicamente por las autoridades eclesiásticas, al grito de guerra como: ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva Santa María de Guadalupe! fue un enfrentamiento cruento, irracional, cargado de fanatismo religioso y actitudes jacobinas, y estúpidas por ambas partes. Al igual que todas las confrontaciones violentas, la guerra cristera ocasionó cientos de miles de víctimas inocentes. El enfrentamiento cristero no terminaría sino hasta 1929 con un sinnúmero de bajas por ambos bandos, y mediante la conciliación del gobierno interino del Presidente Emilio Portes Gil. Lo que es absolutamente incomprensible; es que después de haberse cometido un craso error por parte de las autoridades eclesiásticas de ese tiempo, actuando totalmente en contra de la doctrina de Cristo, se trate como mártires a los que ellos mismos mandaron irresponsablemente al matadero y ahora en pleno siglo XXI, se pretenda canonizarlos. Paradójicamente e irresponsablemente en febrero de 2013, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y las autoridades eclesiásticas hicieron pronunciar en Guanajuato el grito de guerra de los cristeros ¡Viva Cristo Rey!, ¡Viva Santa María de Guadalupe!; nada menos que al Papa Benedicto XVI utilizándolo irrespetuosamente en los conflictos internos originados por el prejuicio religioso. Entregándole además un cuadro de “Cristo Rey” en donde 169 aparece un Cristo con corona, cetro de oro y piedras preciosas69. Cuando él había dicho en forma muy clara “Mi reino no es de este mundo”70 No es difícil que posteriormente, al darse cuenta Benedicto XVI en lo que lo habían metido, esta haya sido una de las muchas causas que influyeron para su abdicación. 2.- EL SISTEMA POLÍTICO UNIPARTIDISTA En 1927, el general Álvaro Obregón decidió volver a presentarse para la Presidencia de la República, manipulando previamente las reformas constitucionales necesarias en acuerdo con el Presidente Calles y haciendo caso omiso del principio de no reelección por el que se había luchado. Asesinando a sus principales oponentes “gana” las elecciones. Pero él es asesinado a su vez por José de León Toral, el 17 de julio de 1928, mientras comía durante una apacible tarde de verano, en un acto público que le era ofrecido en el parque La Bombilla en San Ángel, al sur de la Ciudad de México. Sin habérselo propuesto, de León Toral, un fanático religioso, cortó de tajo otra etapa del caudillismo mexicano, eliminando a un nuevo dictador en potencia que, paradójicamente, tenía una actitud hacia la Iglesia católica mucho más amigable que la del propio Calles. Por la experiencia última de Obregón, Calles se convenció de que no era viable ni aceptable, proceder como Porfirio Díaz, y que mediante reformas constitucionales ad hoc, pudiera perpetuarse en el poder. Muerto Obregón, se niega a dejar el poder; pero para guardar las apariencias, se hace designar "Jefe Máximo de la Revolución", para de esta manera seguir controlando el poder, que sólo en la forma ejercerían los subsecuentes "presidentes", convirtiéndose en el gran elector y por ese medio seguir controlando el gobierno de la República en sus tres poderes. Lo que de hecho haría el sistema político que se estaba gestando. La presidencia dejada por Obregón, es sustituida por el político tamaulipeco Emilio Portes Gil, por decisión del general Calles, mediante su 69 “Mi reino no es de este mundo”, dejó establecido con firmeza y claridad, aunque más tarde los reyes y la alta jerarquía eclesiástica lo hicieran rey; “Cristo Rey” con corona y cetro de oro y piedras preciosas, para que se pareciera a ellos, porque ellos con su manera de ser y actuar nunca se parecerían a Jesucristo. 70 Evangelio según San Juan 36 170 designación oficial a cargo del Congreso, para que en forma interina asumiera el poder Ejecutivo el 1 de diciembre de 1928, período que terminaría el 5 de febrero de 1930. Emilio Portes Gil había sido un excelente abogado y demostrado ser buen político, lo cual puso de manifiesto durante el breve lapso que le tocó presidir la República, actuando conciliadoramente, respetando el papel que había asumido Calles como “Jefe Máximo de la Revolución”, pero sin descuidar su responsabilidad administrativa. Por su parte, Calles había aprendido bien la lección del legado del Porfiriato y él también ordenaba que “mataran en caliente” a todo aquel que se le opusiera o que pudiera representar un obstáculo; ejemplos sobran: ahí están presuntamente los asesinatos de Serrano y del general Gómez, previos a la elección de Obregón. Incluso se especuló que el asesinato de Obregón pudiera tener la misma factura. Este solo hecho y la forma arbitraria de ejercer el poder; lo alejan para siempre de la posibilidad de haber sido considerado como uno de los estadistas que tanto necesitaba México y lo ubican como monarca absoluto, cliché que han querido repetir muchos de sus sucesores, que ante la imposibilidad constitucional de seguir en la presidencia, transformaron el sistema, en una virtual dictadura de partido. Después de todas las previsiones tomadas por el Maximato de Calles para estabilizar la gobernabilidad, éste preparó hábilmente el camino para la solución de uno de los grandes problemas pendientes, tal vez el más grande de todos: el de las antiguas y nuevas facciones de grupos armados en toda la República, que amenazaban con encender, otra vez, la lucha cruenta en busca del poder, por el poder mismo ya que la ideología y los ideales revolucionarios era lo menos que les interesaba, los movía las ansias de poder al que se habían acostumbrado y la codicia que sin éste no podía ser satisfecha. Surge así, por lo tanto; una medida política hábil e inteligente para lograr consolidar el poder en el grupo autollamado revolucionario, y darle a cada facción o grupo parte del poder, o así hacérselo creer y en esta forma lograr que la actuación política de las diferentes facciones fuera a través de un partido político que los uniera e identificara a todos. Esta nueva organización tendría el objeto de consolidar la hegemonía política, para ser utilizada como pieza clave de un nuevo sistema; que tendría como misión salvaguardar y conservar el poder a toda costa. Así, en 1928, es concebido por Plutarco Elías Calles el Partido 171 Nacional Revolucionario (PNR), que surge a la vida nacional en marzo de 1929, durante la administración del Presidente Emilio Portes Gil. El PNR se estrena con las elecciones presidenciales de finales de 1929, en donde se enfrentaba el ingeniero Pascual Ortiz Rubio, candidato de Calles y del PNR, político michoacano culto, a José Vasconcelos, el ex secretario de educación de Obregón, quien como hemos visto, había hecho una magnífica labor en bien de la educación y la cultura y por supuesto era el candidato de los intelectuales a través del Partido Nacional Anti reeleccionista. Por supuesto, el Jefe Máximo no iba a permitir que un candidato opositor le ganase al del Partido de la revolución recién inaugurado. Y después de una elección de resultados no muy claros y muy discutidos, como serian casi todas de aquí en adelante, “ganó” el candidato del PNR. Esta sería la misma historia durante los próximos 70 años. Se iniciaba así una maquinaria política “invencible” que se adueñó del poder político y del país, aliándose al poder económico de muchos empresarios que veían en él, el mejor instrumento de progreso económico y “paz social”. Aquí no nace, porque sus orígenes debemos ubicarlos en el porfirismo, pero sí se consolida el actual sistema político mexicano, que increíblemente y a pesar de las primeras elecciones presidenciales ganadas por “la oposición” en el 2000; perdura hasta nuestros días, aunque hay que decirlo, con una disminución en la fuerza que lo caracterizaba, por el simple hecho de haber perdido la Presidencia, que era la cabeza de todo el sistema, incluso del PRI. Sin embargo, muchas de las reglas del juego y de los vicios tradicionales, no solo han prevalecido sino que han florecido y retoñado en los dos nuevos gobiernos de PAN que lo adoptaron. Esto ha sido por falta de principios, de experiencia política, de decisión política y de autoridad moral de los líderes de la oposición que asumieron el mando. ¿Lo habrán asumido en realidad? Ellos pensaban medrosamente que los cambios eran imposibles de hacer en forma inmediata, que no se debían hacer “de la noche a la mañana”. Y no se daban cuenta que mientras tanto esperaban sentados, en medio de “arenas movedizas” que poco a poco se los fueron tragando irremediablemente. Los nuevos gobernantes, particularmente el Presidente que fue electo en el 2000, de una manera inexplicable que lo menos que denota es ingenuidad; trató de revitalizar al sistema que siempre habían combatido y se alió con figuras de negro historial, como Carlos Salinas de Gortari y Elba Esther Gordillo, Aquí se 172 repitió otra vez, aunque en diferentes circunstancias y entre personas, en las que no existe comparación histórica; el mismo error que Madero cometió en 1910. Por otro lado y volviendo en el tiempo, hay que reconocer que en un principio, el esquema del sistema político iniciado por Calles dio resultados efectivos al pacificar al país. Es indudable que la sociedad recibió con beneplácito la posibilidad de vivir y trabajar en paz, tal como sucedió en la época del Porfiriato. Incluyendo el progreso material que se dio en un principio. Y como en las dictaduras socialistas, también ellos se exhibían ante el mundo como una “democracia” sin el menor asomo de vergüenza. La creación del PNR, más que para compartir el poder, ya que eso no estaba en los esquemas que el Jefe Máximo de la Revolución tenía en mente; hacer sentir a los grupos o facciones que sí, que verdaderamente se estaba repartiendo el botín político y económico y así se hacía con posiciones de poder relativo dentro del partido y verdaderas reparticiones importantes de “la rentabilidad económica que toda actividad política conlleva”, según la lógica del sistema. El PNR sirvió también como instrumento para el Maximato de Calles, ejerciéndolo, como hemos visto, sobre Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez, sobre el Legislativo, el Judicial, los gobiernos de los estados y sobre la totalidad del país. Imponiendo una cultura política de autoritarismo, pero mediante la simulación, la mentira, la corrupción, con practicas antidemocráticas y buena dosis de intolerancia y mano dura, aunque a veces viniera seguida y como sistema la sobada de la espalda para tratar de dejar a todos contentos. De aquí surgiría después la metáfora de Octavio Paz; “El Ogro Filantrópico” porque se apoderaron no solo del gobierno sino del Estado mismo y porque se ejercía un férreo control que muchas veces no está de más; pero se hacían pasar como benefactores de la sociedad con profundo sentido “filantrópico”. Esto no difería en nada del Porfiriato que supuestamente combatieron. Todo lo contrario, si lo vemos bien, el nuevo grupo no sólo conservó todos los vicios de la dictadura porfirista, sino que los perfeccionó, teniéndolos a bien como "sabiduría política", “la cultura del sistema” y estructurando con éstos las bases de lo que ellos mismos llamaron desde entonces, “las reglas del juego”. 173 LÁZARO CÁRDENAS Al llegar Lázaro Cárdenas al poder como Presidente de la República con el visto bueno del “Jefe Máximo” (1934-1940), sin embargo hace un extenso recorrido de campaña por todos los rincones de la república, sin necesidad porque la elección ya estaba decidida. Esto habla muy bien de él porque lo hizo por amor a su pueblo, por responsabilidad para darse cuenta de la situación real en todas partes. Ya como presidente se toma un tiempo (poco menos de dos de los seis años que duraría su gobierno, el primero de 6 años) para ir construyendo la base popular necesaria para fortalecerse y poder concretar sus propósitos como verdadero Presidente de la República. Por dignidad personal y en respeto a la institución de la Presidencia, no permitió la intromisión de nadie en los asuntos de Estado por arriba del Ejecutivo (la división de poderes sólo existía por derecho pero no de hecho), y para deshacerse del dominio de Plutarco Elías Calles, habiendo consolidado suficiente fuerza política con la base popular de obreros y campesinos; rompe con el Jefe Máximo, y haciendo valer el poder de la Presidencia, también le hace saber a él y los que necesitaran entenderlo, quién es el que manda. Y lo despacha por “la vía más rápida” al exilio, que tuvo como destino Los Ángeles, California. Ante el aparente vacío que dejaba la desarticulación del Maximato, ejerce ahora el poder, sin dilación en forma férrea, apoyándose por convicción, en los grupos de obreros y campesinos, lo cual tenía como objeto también; hace vigente el artículo 27 constitucional (parte medular de la Constitución de 1917). Y base para la expropiación a las compañías petroleras. Cárdenas, considerando la importancia simbólica que había adquirido el “Partido Oficial” creado por Calles, y para no prescindir de tan importante instrumento, en abril de 1938, transformó al Partido Nacional Revolucionario en el PRM “Partido de la Revolución Mexicana”, para fortalecerlo, revitalizarlo y además quitarle toda reminiscencia del Maximato. El presidente Cárdenas, con una visión justiciera, más teórica y humanista que práctica y económica, promovió precipitadamente, con decisión influida por su grupo de izquierda; el reparto campesino en toda la República, lamentablemente sin la preparación previa para ser aprovechado convenientemente tanto por los propios campesinos como por la comunidad y las regiones que pretendió beneficiar, pero para evitar que los mismos jefes “revolucionarios” siguieran acaparando las tierras. Continuó 174 las reivindicaciones obreras; como el derecho de huelga, asentado en la Constitución pero que había estado nulificado por Calles. Sin proponérselo, dio la impresión de estar en contra de los empresarios, cuando sólo quería equilibrar los factores de la producción. El Presidente consideraba tanto al trabajador como a la empresa, fundamentales para el desarrollo del país, lo cual se comprueba con la creación de la ley de Cámaras de Comercio e Industria, en 1936, que fe el origen de la consolidación de todas las organizaciones patronales y empresariales de la República. El problema de la imagen contraria, fueron los medios utilizados por él y sus seguidores, en muchos actos de la vida política, basados en el dogmatismo de las teorías socialistas en boga, que dieron pie a una serie de rumores infundados, exhibiendo al Presidente como una persona contraria a los empresarios y a los intereses del país, situación ridícula cuando menos al pretender hacer creer que los intereses de los empresarios eran los mismos que los del país. Lo que si se ha comprobado con el tiempo es que los intereses representados por esos empresarios ni siquiera eran los intereses de la totalidad de los empresarios mismos, sino solo los de una elite privilegiada que siempre ha medrado con dicha “representatividad”. Durante la administración cardenista, los miembros más radicales de izquierda pretendían el establecimiento de la educación socialista en México por la vía de la reforma constitucional. La contradicción estribaba en que, entre otros argumentos, se esgrimía el de hacer realidad la educación laica que establecía la Constitución, sin tomar en consideración que el espíritu y el sentido de la ley en la Carta Magna, al establecer la educación laica, era precisamente para que la educación fuera objetiva y estuviera libre de prejuicios por las ideas religiosas o políticas, y aunque para algunos fuera muy válido el pensamiento socialista, no lo era para todos y lo mismo sucedía con la religión. No se recordaba que la razón misma del laicismo la provocó la concepción del Estado confesional del pasado. Por lo tanto, establecer la educación socialista en México iría en contra del espíritu de la ley, como lo estableció el Congreso constituyente del 17. La cuestión del pensamiento socialista en tiempos de Cárdenas llegó a situaciones paradójicas, como el enfrentamiento ideológico entre dos baluartes del muralismo mexicano, Rivera y Siqueiros, ambos miembros del Partido Comunista Mexicano, aunque el primero trotskista y el segundo estalinista. Tal vez en la mente de los dos vibraban con emoción los acordes 175 de “la internacional”, pero uno, Rivera, por su amistad personal con Liev Trotsky, era partidario de la teoría de la revolución internacional, “la revolución permanente” para poder construir a largo plazo el socialismo, y el otro, Siqueiros, seguramente sin mucho conocimiento de las atrocidades que estaba cometiendo en la URSS José Stalin, se inclinaba hacia el socialismo nacionalista. Incluso llegó al extremo de verse envuelto en uno de los intentos de asesinato de Trotsky durante su exilio en México. José Stalin al final realizó el asesino enviado a, Ramón Mercader, en agosto de 1940, asestándole, al gran revolucionario y teórico del socialismo, un brutal y mortal golpe con un piolet en la cabeza. El episodio de la expropiación petrolera pinta claramente a los depredadores del exterior y del interior que la nación mexicana ha tenido que soportar a lo largo de toda su historia, depredadores que han contado con la complicidad de algunos políticos en forma personal y por medio de grupos sindicales influyentes en la economía y la política, que no viendo más que por sus propios intereses mezquinos, movidos por la codicia han traicionado los intereses y el patrimonio de la nación. Quien no se respeta a sí mismo no merece el respeto de los demás; las compañías petroleras casi en la misma forma que las compañías deslindadoras, y algunas de ellas desde ese tiempo, se habían hecho fraudulentamente de grandes extensiones de tierra, y ante este hecho y la virtual no vigencia del artículo 27 constitucional, que sólo había servido para una regulación parcial de las concesiones, explotaban ahora en forma casi indiscriminada e impune las reservas petroleras de la nación y a sus trabajadores. Precisamente, un reclamo de los trabajadores a las compañías petroleras, fallado a su favor por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, dio pie a la misma expropiación petrolera. El escritor Joaquín Martín Moreno nos describe la siguiente escena: “El 7 de marzo, Lázaro Cárdenas sufrió probablemente el peor insulto de su carrera. En una de las reuniones con los petroleros, señaló: --Señores, es conveniente asegurarles a ustedes que los 26 millones de pesos se concretaran a esa cantidad y en ningún caso se verán incrementados con pretexto alguno. --¿Y quién o qué nos garantiza que se respetara esa promesa? Cárdenas, seguro de sí mismo respondió: --Se lo garantiza a ustedes el Presidente de la República. 176 Se produjo un silencio y una voz lo rompió: --¿El Presidente de la Republica y quién más? Cárdenas se puso de pie. Cerró su carpeta sin ninguna violencia y, antes de retirarse, comento: --Señores, hemos terminado. Los pasos no apresurados del presidente se escucharon en el Salón Panamericano de Palacio Nacional. Cuando sonó el pasador de la puerta, los asistentes entendieron que empezaba una nueva época en la historia de México.”71 Cárdenas en realidad ya tenía la decisión tomada, era una situación insostenible porque legalmente las compañías petroleras eran propiamente dueñas del subsuelo en donde estaban los yacimientos. Y sólo esperaba una oportunidad como ésta y la soberbia y estupidez de las compañías petroleras se la dieron; el 18 de marzo de 1938, haciendo valer el artículo 27 constitucional, se daba la expropiación petrolera. Esto, motivó grandemente al pueblo de México que contribuyó con entusiasmo con pertenencias personales, incluso de valor sentimental; para destinarlas al pago de la expropiación decretada, participando incluso los más humildes. El Lic. Manuel Gómez Morín, un verdadero pensador revolucionario, defensor de la Constitución de 1917 (razón por la cual el mismo José Vasconcelos lo califico como “carrancista”72), fue quien, actuando como rector, responsablemente, con determinación y enérgicamente, en defensa de la libertad de cátedra, en 1933, consolidó la autonomía de la ahora Universidad Nacional Autónoma de México. Gran intelectual humanista y político estadista; creó en esa época (1939) el Partido Acción Nacional (PAN), para construir una oposición organizada y bien fundamentada en principios de doctrina política humanista, que pudiera con el tiempo hacer contrapeso al poder omnímodo del partido oficial. En esa ocasión, atrajo a una importante cantidad de mexicanos de las diferentes clases sociales y, probablemente sin proponérselo, la simpatía de los grupos de extrema derecha ligados a la Iglesia católica, de la que él mismo era fiel creyente, que veían en esta acción un contrapeso a la 71 Joaquín Martín Moreno, México negro, una novela política (México: Joaquín Mortiz, 1986). 72 María Teresa Gómez Mont, Manuel Gómez Morín. La lucha por la libertad de cátedra (México: UNAM, 1996). 177 tendencia ideológica socialista que caracterizaba al régimen del presidente Cárdenas y del Grupo autodenominado Revolucionario. Aunque el Partido Acción Nacional basa su ideología, eminentemente humanista, en los principios de doctrina redactados, principalmente por Don Manuel Gómez Morín, y en ellos no se da cabida a la “geometría política”, el PAN ha sido identificado como un partido conservador de derecha y en algunos casos de ultraderecha. Esto más que nada respondió a la pretensión inicial del sistema de ponerle una etiqueta que lo descalificara, sin embargo los tiempos actuales lo han confirmado. Lo que fue una realidad, es que desde un principio, a pesar de haber sido en sus inicios una fuerza política pequeña y totalmente desproporcionada frente al partido oficial, el PAN se constituyó desde entonces en oposición verdadera, seria, permanente y sistemática al Gobierno y a su partido oficial. Esto le dio un lugar de relevante importancia hasta que gano las elecciones del 2000 por la Presidencia de la república, en esa ocasión el PAN saltó a la palestra política nacional de primer nivel, tal vez no tanto por méritos propios, que los tuvo, sino por la declinación misma del sistema unipartidista, que por peso propio se precipitó cayendo en el descrédito político. Probablemente el PAN sin la suficiente madurez y el adecuado liderazgo, ya no digamos como el del principio, pero ni siquiera con la capacidad, el conocimiento y la intuición necesarias para poder realizar el manejo político necesario y para entender la realidad de México y su actual circunstancia; pesaron más los prejuicios sociales, históricos y religiosos, a los que estaban acostumbrados, convirtiéndose en graves factores de inmadurez política que los hicieron soslayar sus principios originales, y aunado todo esto la falta de integridad y liderazgo del nuevo presidente que pronto sucumbió ante lo atractivo de una cultura política proclive a la corrupción. Una vez que obtuvo no, el poder, sino solo la posición presidencial, empezó a exhibir su verdadera calidad moral, lo cual veremos más adelante. Como un factor externo positivo puede calificarse la llegada a México de una parte de la intelectualidad española integrada por los republicanos que el presidente Cárdenas acogió en México con motivo de la guerra civil española y que indudablemente significaron un enriquecimiento y una valiosa aportación a la vida cultural y científica de la nación. La fundación del Colegio de México, en 1940, fue estimulada en gran parte por estos valiosos pensadores republicanos. Una de las grandes 178 obras del presidente Cárdenas fue sin duda la creación del Instituto Politécnico Nacional, orientado a la investigación tecnológica y a los estudios superiores en esta materia, con estímulos para el ingreso de la población de escasos recursos económicos. Lázaro Cárdenas, de ideas claramente socialistas, para nombrar a su sucesor tuvo que decidir entre varias personas, una de ellas, el general Francisco J. Múgica, su amigo entrañable, pero radical de izquierda, y el general. Manuel Ávila Camacho, de derecha moderada. Paradójicamente y pensando no precisamente, en qué era lo mejor para él y su grupo; sino pensando única y exclusivamente en qué era lo que el país, dadas las circunstancias del momento, aceptaría sin mayor controversia y se decidió por el último, porque si bien su alter ego profesaba sus mismas ideas y fortalecería a su grupo de izquierda, él sabía que era una persona extremista, y eso, en ese momento, no le convenía al país; por lo tanto, exhibiendo dotes de estadista, aun en contra de sus preferencias personales, llevó a la Presidencia al general Manuel Ávila Camacho. Sin embargo, lo hizo siguiendo las reglas del sistema, a cualquier costo y por medio de una elección cuestionada por su proceso y resultados oficiales que como siempre no eran claros y que aparentaban dar como ganador a Manuel Ávila Camacho en contra del candidato del Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN) general Juan Andrew Almazán, candidato de los empresarios, a quien una buena parte de la opinión pública daba el triunfo. El presidente Cárdenas dispuso, con la actitud de “dueño y señor” del patrimonio nacional, actitud que siempre ha caracterizado al grupo llamado revolucionario en el poder, contentar al general Almazán con espléndidos regalos de consolación; de esta forma, Juan Andrew Almazán "vende caro su amor" por sus “ideales” y los intereses de quien representaba, y asunto arreglado. MANUEL ÁVILA CAMACHO Habiendo sido Cárdenas el primer presidente de seis años, le sigue Manuel Ávila Camacho, quien toma posesión el 1 de diciembre de 1940 y termina el mismo día en 1946. La decisión de Cárdenas al designarlo no estoy seguro que haya sido la acertada, pero la reciente crisis económica que se había dado en el entorno mundial y la situación política interna que vivía el país y los empresarios listos con un candidato, nada despreciable, 179 no se hubiera tolerado un radical de izquierda en el poder. Después del hundimiento del buque-tanque mexicano "Potrero del Llano" por los alemanes en 1942, México entró con los aliados a la segunda guerra mundial, la vida en el país transcurre en paz y la actividad económica se ve estimulada por las oportunidades que en la producción y el comercio ofrece la misma actividad y situación relacionadas con la guerra. Ávila Camacho tolera durante toda su administración las atrocidades y corruptelas de su hermano Maximino; sin embargo, al final realiza un Gobierno de transición que se distingue por terminar con el poder de los generales, lo cual había iniciado Cárdenas y le da entrada a los universitarios, para lo cual establece dentro del sistema, que ningún militar en activo puede participar en acciones de política electoral. Los lazos amistosos con otros países se ven estimulados por el restablecimiento de relaciones con los aliados Inglaterra y la Unión Soviética y por la entrevista, el 20 de abril de 1943, de don Manuel Ávila Camacho con el presidente Franklin D. Roosevelt en Monterrey. Por medio de su Secretario de Educación, Jaime Torres Bodet, se siguen estimulando los aspectos culturales y se realiza una intensa campaña de alfabetización en el país. Ávila Camacho cristaliza el proyecto que Calles le había encomendado a Manuel Gómez Morín para la seguridad social, lo cual era apoyado también por Cárdenas, para la fundación del Instituto Mexicano del Seguro Social. Establece el período de seis años también para los gobernadores a través de las legislaturas locales. Durante su administración, en materia de educación se registró una considerable baja en el índice de analfabetismo que afectaba negativamente a la nación. Por su parte, el sistema sigue actuando en forma implacable, consolidando la hegemonía política en el partido oficial, con un Congreso “dócil” y abrumadoramente mayoritario. Más adelante y previo al advenimiento de Miguel Alemán, se ve la necesidad de adaptar al partido a la demanda no tanto de institucionalización pero si de industrialización del país. De esta manera, en 1946 se reestructura y cambia de nombre al que lleva en la actualidad, Partido Revolucionario Institucional (PRI), y de aquí en adelante ya no sufrirá ningún cambio substancial, razón entre otras por la que llegó al agotamiento que lo ha llevado a su actual crisis. Sin embargo como tabla de salvación se encontró a las nuevas administraciones panistas que lo han emulado casi superándolo y ahora le han permitido regresar, por no decir entregado el poder. 180 Ya en la paz del congreso descansa triunfador el señor diputado bien repleto el bolsillo y la panza y en la boca fruncida, un candado. 73 MIGUEL ALEMÁN VALDÉS A partir del régimen de Miguel Alemán Valdés (1946-1952), se va acentuando, cada vez más, no solamente la falta de separación de poderes que propiamente no existe; sino la asociación sistemática entre el poder político y el poder económico, que en forma paulatina se había venido dando. En esta época se consolida la asociación “por abajo del agua” (pero no tanto que no se pudiera percibir) de políticos con empresarios, amasándose grandes fortunas, lo que no tendría una connotación tan negativa si hubiesen sido fuentes generadoras de riqueza benéfica para el país, pero naturalmente, por lo ilegítimo de su procedencia, esto no podría ser así y sólo contribuían para seguir concentrando la riqueza en pocas manos. El dinero fácil es fuente de corrupción permanente, y sólo sirvió para fortalecer a grupos de poder político y económico carentes de ética que se fueron enseñoreando y apropiando de la nación mexicana, promoviendo la cultura de la corrupción, aumentando cada vez más la brecha entre pobres y ricos y acrecentando considerablemente las condiciones de miseria de parte importante de la población, Para suerte de su régimen, la época misma, con la terminación de la Segunda Guerra, y el entorno económico mundial en plena expansión, propició un período de relativa abundancia. “Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error” es una frase célebre muy representativa de la “filosofía” de la clase política gobernante en México y también de muchos empresarios. La cual se encuentra plagada de malos “políticos” y “Buenos empresarios” (para su beneficio personal), que a manera de sanguijuelas le han chupado la sangre a la patria mexicana, y quisieran seguir haciéndolo por siempre. A tal grado llegó la corrupción en el gobierno que alcanzó a la sociedad misma tergiversando sus valores, ya que cuando no se posee lo más indispensable y parece inalcanzable tener acceso a los recursos económicos mínimos, los valores materiales van ganando terreno a los espirituales: “primero es 73 Renato Leduc, “El diputado”, Poesía y prosa de Renato Leduc (México: Diana, 1980). 181 comer que ser cristiano”, reza el refrán popular. Cuando la sociedad ve que los máximos exponentes hacen gala de cinismo e impunidad, que el dinero y el tiempo combinados “limpian” y convierten a vulgares ladrones y a sus descendencias en distinguidos miembros de la aristocracia a quienes se les rinde tributo y pleitesía, entonces, naturalmente les dan ganas de ser como ellos, porque se comprende que ser honesto en una sociedad así, no tiene ningún mérito y es un verdadero lastre, ya que tanto la justicia como la posición social se pueden comprar y esto sólo lo pueden hacer los que tienen con qué. En esta época se impulsa la industrialización de México, mediante fuertes estímulos y subsidios a la industria, con un substancial proteccionismo, no tanto con el objeto de fortalecerla para lograr su competitividad internacional a futuro, lo cual nunca se logró, salvo honrosas excepciones, sino para mejorar las condiciones de negocios de empresarios y políticos asociados. De esta manera, la industrialización de México se hizo vía mercado cautivo, vendiéndole al consumidor mexicano productos caros y de baja calidad en la mayoría de los casos. Así se amasaron las grandes fortunas de muchos políticos y algunos industriales y se acentuó la descapitalización de la sociedad, aunque internamente y por medio del manejo de la propaganda, se vendía la idea de un “México próspero y de pujante industria”. Y para agradecérselo al "Cesar" en turno, se le recibía en dondequiera que iba con arcos triunfales, construidos ex profeso a la entrada de las ciudades en toda la República. Todavía quedan algunos vestigios de estos arcos, producto del servilismo y del surrealismo político, un ejemplo de ello (Construido de acero) se podía observar en lo que era la antigua entrada al puerto de Tampico. Cabe sin embargo reconocer en Miguel Alemán Valdés a un político sumamente hábil, pragmático e inteligente, con gran sentido del humor. Durante su régimen se dieron logros trascendentes tales como la creación de la Secretaría de Recursos Hidráulicos para el ordenamiento y explotación de los recursos acuíferos y la creación del Instituto Nacional de Bellas Artes. Se fortalecieron las relaciones con los Estados Unidos al más alto nivel, en esto ayudó mucho el apoyo que su gobierno le dio a la actitud paranoica anticomunista de muchos políticos republicanos estadounidenses, le concedió el voto a la mujer aunque sólo a nivel municipal, pero dejando abierto el camino para que en el próximo sexenio se le diera plenamente; promovió el amparo para la afectación de los 182 predios agrícolas en explotación, mediante la reforma del artículo 27 constitucional, evitando la especulación con la tierra por parte de líderes corruptos y protegiendo con esta reforma a los pequeños propietarios agrícolas, sin poder evitarse que algunos neo latifundistas influyentes aprovecharan la medida. A través de la fusión de las compañías existentes, creó Teléfonos de México, su gobierno hizo importantes avances en materia de comunicaciones y construyó la Ciudad Universitaria. Se consolidó el paso de la sociedad rural a la sociedad industrial y urbana, lamentablemente sin las previsiones necesarias ni corregir o parar en seco la tendencia centralista. La industrialización del país se dejo sentir en la actividad económica. ADOLFO RUIZ CORTINES El régimen de Don Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) pagó la factura del "progreso alemanista", cuyo déficit en la cuenta corriente hizo necesaria la devaluación de la moneda, llegando el peso a $12.50 por dólar. En lo político, mantiene un hábil manejo que le da continuidad al sistema y gobernabilidad al país. Y aunque se habla del enriquecimiento desmedido del ex presidente Miguel Alemán, con múltiples negocios inmobiliarios en el área metropolitana de la Ciudad de México y Acapulco, y de su sociedad con Emilio Azcárraga en la industria de la radio y posteriormente de la televisión, interviniendo en la creación y propiedad de una nueva línea área; el régimen de Ruiz Cortines deja resbalar todos los rumores y lejos de actuar sigue una de las "reglas de oro" del sistema; “cúbrele las espaldas al ex presidente si quieres que hagan lo mismo contigo”. (Aunque en realidad nunca se supo de algún enriquecimiento desmedido de don Adolfo.) Siempre se le consideró como una persona honesta, buen administrador y mejor político. Aunque toda la clase política y más los presidentes, mediante el sistema político que sistemáticamente lo propicia, han poseído bienes que nunca hubieran podido tener con sus emolumentos de burócratas. Aparentemente, como hemos dicho, ése no fue el caso de don Adolfo, quien además fue un excelente administrador público. Sin embargo, al final de su administración se inició un proceso de endeudamiento de los regímenes emanados de la revolución que no terminaría sino hasta el fin del siglo XX. Todo esto ha sido provocado por una sociedad tolerante en extremo y un sistema político que lo propicia, ejerciendo por medio de la corrupción sindical el férreo control del trabajador, lo que ha tenido como consecuencia desde entonces que sea 183 uno de los peores pagados del mundo, habiendo contribuido esto también a la migración de mexicanos hacia los EU. Como hemos visto, una de las reglas del sistema era que el presidente saliente fuera quien designase a su sucesor, girando instrucciones precisas a su partido para postular al “ungido”; mientras tanto, se hacía, astutamente, circular su nombre entre los de otros con el objeto de ir limpiándole el camino, quitándole estorbos y reconociendo lealtades o deslealtades, de tal manera que sólo el presidente sabía cuál era el bueno y desde esa época se dio por llamarle “el tapado”. En esa ocasión fue el desde entonces, sempiterno líder de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Republica Mexicana CTM, Fidel Velázquez, quien destapó al Lic. Adolfo López Mateos a finales de 1957. Contaba el embajador Agustín Leñero, michoacano, paisano y gente de gran lealtad del presidente Cárdenas, que platicando con el ex presidente Ruiz Cortines le preguntó: “señor, ¿qué es lo que más extraña de sus tiempos como primer mandatario?”, a lo que don Adolfo respondió sin dudarlo ni un momento: “el timbre Sr. Licenciado, el timbre”. (El timbre que tenía bajo el escritorio presidencial y que al accionarlo acudían presurosos para atenderlo de inmediato.) ADOLFO LÓPEZ MATEOS Durante el régimen de López Mateos (1958-1964), joven líder del movimiento vasconcelista por la presidencia de la república, abogado, con predilección por el derecho internacional y comprobado político conciliador en materia laboral, por lo buen orador y la simpatía de la persona, renació en el pueblo de México la esperanza de un cambio favorable, ilusión que sucede casi siempre al principio de cada sexenio. Y es que muchas veces los mexicanos nos olvidamos de que no existen las soluciones mágicas y que el cambio no depende de una sola persona y que mientras el pueblo de México, la sociedad civil, no tenga el poder verdadero de la decisión democrática que le concede el artículo 39 constitucional, ni el tino y la capacidad de análisis critico para escoger verdaderos líderes, estadistas que puedan trabajar para iniciar un proceso de cambio radical de las estructuras, no será factible ningún cambio verdadero. 184 Durante este régimen todavía prevalecía y se intensificó un nacionalismo nacido, más que del amor a lo mexicano, de la manipulación demagógica y por la necesidad de entretener al pueblo con algo que lo motivara. Así se da la expropiación de la industria eléctrica que estaba parcialmente en manos de empresas extranjeras que ya habían entrado en conflicto con el gobierno porque no les autorizaba las nuevas tarifas y si les exigía mayor inversión en infraestructura. Por otro lado no había otra justificación. En la actualidad, tienen a las empresas estatales del sector eléctrico, encabezadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a punto de la quiebra, y demandando grandes subsidios para seguir operando cargándole al consumidor el costo de su ineficiencia y corrupción arrastrada ya desde ese entonces y agravada por las prebendas y privilegios sindicales que dificultan enormemente la eficiencia del sector eléctrico. Y por los manejos deshonestos y muchas veces alejados de los fines de la empresa, como la introducción de infraestructura eléctrica a los ranchos de los políticos encumbrados, por mencionar cuando menos uno de tantos ejemplos como la corrupción en la contratación y realización de obras, así como en la adquisición de equipos, dentro de muchos otros vicios; Cabe mencionar y lo veremos más adelante; la importante decisión que se tomó en el caso de Luz y Fuerza del Centro y su sindicato el SME. Por el gobierno del Presidente Felipe Calderón. Aunque López Mateos declaró que su régimen era de izquierda, paradójicamente en esa época su régimen asesinó al líder agrario Rubén Jaramillo y a toda su familia, incluyendo los niños pequeños, acribillando su choza, aunque posteriormente, como a Zapata, se les rindan homenajes, construyan monumentos y escuelas con sus nombres. He aquí la gran incongruencia de los hechos cobardes con los dichos hipócritas, falsarios y demagogos del sistema político que los masacró y al mismo tiempo pretende construirles pedestales. Siguiendo con las incongruencias, el régimen de López Mateos integró al Código Penal Federal el delito de “disolución social”, y con este instrumento persiguió y encarceló a los intelectuales de izquierda como David Alfaro Sequeiros, Valentín Campa, activista del partido comunista, al ingeniero Heberto Castillo, uno de los más auténticos líderes de la izquierda mexicana, y a Demetrio Vallejo, líder del el movimiento de los ferrocarrileros. Con ello logró la represión total del movimiento. Resultó muy sospechoso que esta batida “anticomunista” se diera después de la entrevista que tuviera en 185 Acapulco en febrero de 1959 con Dwight D. Eisenhower, presidente de los EU., precisamente al término de la década que había tenido sumido a ese país en la paranoia e histeria colectiva del anticomunismo, con enfermos mentales haciendo de las suyas, como el senador McCarthy. En estas condiciones y para completar el teatro, se expulsó a dos miembros de la embajada soviética, sin aclarar oficialmente las razones, haciendo creer a la opinión pública que desde esta embajada se estaba manejando el movimiento ferrocarrilero. Según Valentín Campa, Renato Leduc denunciaba desde la revista “Siempre” que un agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los E.U. de supuesto nombre Dean Stephansky, asesoraba al gobierno para la represión del movimiento ferrocarrilero y su manejo ante la opinión pública. Lucha que se había radicalizado, en parte por culpa de las autoridades gubernamentales y que verdaderamente, era manejado sólo por los mismos líderes ferrocarrileros. A López Mateos se debe la reforma para la participación de los trabajadores en las utilidades de las empresas, lo cual significaba un paso importante en el proceso de la justicia laboral en México; la creación de la Comisión Nacional del Libro de Texto Gratuito, de gran beneficio para los niños, sobre todo en regímenes como estos, autodenominados "revolucionarios", que han generado una gran cantidad de población en la miseria o en el mejor de los casos que no la han podido sacar de ahí como resultante de su rapacería. Aquí se dio también la incongruencia de la creación del Instituto de la Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, (ISSSTE), medida que resultó no tanto de la organización administrativa para beneficio del trabajador, sino de control y beneficio político para el sistema, toda vez que la creación previa del IMSS lo hacía innecesario. Para simular de mejor manera la democracia y la división de poderes inexistentes en México, se creó la fórmula de “diputados de partido” con el objeto de estimular a la oposición, tan necesaria para la validación del sistema y para guardar las apariencias de una democracia que en realidad era inexistente. López Mateos viajó a muchos lugares del mundo con la investidura de Presidente de la Republica, lo cual, aunque muchas veces no esté justificado, es muy gratificante para la persona y su familia, por supuesto a costa del erario. En este caso si hubo logros positivos; como la proyección de México en el concierto internacional, el Tratado de Tlatelolco para la proscripción de armas nucleares en América latina, la 186 creación del Banco Interamericano de Desarrollo, la Sede para las Olimpiadas, etc. Adolfo López Mateos, además de carismático, tenía fama de mujeriego, lo que lógicamente en un medio “machista” le atraía la simpatía popular. Impulsó un fuerte gasto público, más motivado por un sentimiento de complejo de culpa y de verdadero afecto por su pueblo, que derivado de un serio análisis racional. Logró un fuerte crecimiento de la economía, pero de igual manera un gran desequilibro en la balanza comercial, teniendo que continuar con el proceso de endeudamiento del país, a pesar de que tenía una persona excepcional como secretario de Hacienda: el Lic. Antonio Ortiz Mena, promotor del BID. Al final de su mandato, se ganó el afecto popular, y un mal cerebral que terminó con su vida, lamentablemente mediante una larga agonía. RECRUDECIMIENTO DEL SISTEMA POLÍTICO. GUSTAVO DÍAZ ORDAZ Las puertas de la Escuela Nacional Preparatoria volaron hechas astillas en la madrugada del 30 de julio de 1968, bajo el estruendo del impacto de un proyectil de arma de grueso calibre, lanzado por una bazuca increíblemente apuntada y disparada por el Ejército en contra del Antiguo Colegio de San Ildefonso. Tenían órdenes “superiores” de no pararse en miramientos ante nada ni ante nadie, y menos si “el país era objeto de una conspiración comunista”, como lo creía “a pie juntillas” el Presidente de la República, su Comandante Supremo. Curiosamente, en el inmenso e histórico recinto de la antigua Preparatoria, en donde todavía retumbaba el eco ensordecedor del disparo, solo encontraron algunos estudiantes aterrorizados y a un drogadicto. El conflicto lo habían iniciado unos días antes, el 22 de julio, la Secretaría de Gobernación aprovechando un enfrentamiento entre estudiantes de la Escuela Vocacional No. 2 del IPN y los de una escuela particular, la Isaac Ochoterena, por causas baladíes como en realidad suelen ser este tipo de enfrentamientos entre pandillas de estudiantes, aquí hicieron que las cosas se complicaran gradualmente, o más bien fueron perversamente estimuladas hasta desembocar en la orquestación de una batalla campal entre estudiantes politécnicos y universitarios y granaderos del DF, confrontación que mediante estos estímulos oficiales tuvo graves y cruentas consecuencias. 187 Una serie de desmanes y batallas campales se dieron en el centro de la Ciudad de México entre los estudiantes, que además buscaban protegerse en sus planteles de los granaderos. Todo esto se agravó al mezclarse con las manifestaciones conmemorativas de la Revolución Cubana el 26 de julio y las marchas de protesta al Zócalo (Plaza Mayor). No tardó en agudizarse el conflicto con el secuestro y quema de autobuses, que tradicionalmente era inducido por los mismos instigadores (de la Secretaria de Gobernación) mediante el hábil manejo de la psicología de masas por medio de gente especializada, sembrada ex professo, la misma que se encargó de incitar la misteriosa destrucción a pedradas de aparadores comerciales. Pronto salieron a relucir con profusión las bombas Molotov, dándose además el incendio de patrullas policíacas. Todo esto tenía como objetivo la manipulación de la opinión pública para hacerle creer que la Revolución de mayo, de París, estaba siendo trasladada a la Ciudad de México por los comunistas, además con la intención de boicotear las Olimpiadas. El objetivo era involucrar a la Presidencia de la República y la respuesta al más alto nivel no se hizo esperar; de inmediato apareció el ejército, iniciando con la “epopeya” de la Escuela Nacional Preparatoria en San Ildefonso. Paradójicamente, este movimiento estudiantil y las complicaciones a las que fue siendo llevado dieron lugar a una verdadera toma de conciencia social sobre la realidad del país. Ya se empezaba cuestionar seriamente los resultados de un sistema político arbitrario y autoritario. Por un lado motivó y dio y alimentó a las diversas tendencias ideológicas, con sus filias y fobias, tratando cada quien de “llevar agua a su molino”. Pero por otro lado, despertó la simpatía de la gente en general, principalmente de los habitantes de la Ciudad de México, la más poblada de la República, quienes veían con admiración el que por primera vez alguien se enfrentara al autoritarismo y a la “sacrosanta” figura presidencial, intocable hasta ese momento. Todo esto no era más que una semilla que germinaría más tarde. Por lo pronto el movimiento creció con manifestaciones ordenadas en donde se empezaron a plantear reclamos como la derogación del delito de disolución social, la libertad de los presos políticos, la destitución de los jefes de policía del DF, la desaparición del cuerpo de granaderos y fincar responsabilidades a los funcionarios por actos u omisiones en el manejo de la autoridad, indemnización a los deudos de los muertos y por los destrozos sufridos en las escuelas y comercios. Sin embargo todo este despertar de los jóvenes y 188 de la sociedad seria aprovechado, porque para eso había sido estimulado, para servir a los intereses aviesos de la Secretaria de Gobernación. Cada vez más, a medida que avanzaba el movimiento, se desacreditaba la tesis gubernamental de la conjura comunista en contra de México, a pesar de que los agentes de la Secretaría de Gobernación hacían todo lo posible por demostrar lo contrario, usando artimañas y todos los medios a su alcance. El movimiento creció enormemente con el apoyo no solo de los estudiantes y la comunidad universitaria, sino de muchos de los habitantes de la ciudad de México. En su informe el 1 de septiembre Díaz Ordaz mintió calumniando y desprestigiando al movimiento diciendo: “hemos sido tolerantes pero todo tiene un limite” frase que provocó una ovación de pie de todos los invitados al informe y particularmente del Congreso mismo, que representaba la enorme ignorancia, servilismo o mala fe de los asistentes dicho acto. La “Marcha del Silencio” el 13 de septiembre fue la bofetada con guante blanco que se dio en respuesta al presidente, recorrió las calles de la Capital hasta el Zócalo, en orden y en silencio, como medida inteligente de protesta bien organizada, llegando al zócalo más de 200,000 personas. Esto naturalmente no les convenía a los instigadores originales, cuyo propósito era crear una provocación que justificara, ante la opinión pública, el uso de la “mano dura” del Gobierno. Sin embargo, el mismo crecimiento desmesurado del movimiento sobrepasó a sus líderes, quienes no supieron cuándo parar ni como moderarlo o canalizarlo. El Ejército invadió la Ciudad Universitaria el 18 de septiembre, y en esas mismas fechas empezó a trabajar un siniestro grupo paramilitar conocido como el “Batallón Olimpia”, que había sido concebido para resguardar la seguridad de las Olimpiadas. Éste estaba integrado por miembros del Ejército y algunos miembros de los grupos paramilitares (Halcones) que el Gobierno usaba regularmente para reprimir cualquier movimiento social o sindical. Finalmente se orilló al Presidente, estimulando su paranoia anticomunista, para asestar un golpe mortal y definitivo al movimiento el 2 de octubre de 1968 con la masacre en la plaza de las tres culturas, mediante la complicidad de los medios informativos que escondieron y minimizaron la noticia, perdida más tarde entre la parafernalia de la celebración de las olimpiadas. 189 Con el régimen de Díaz Ordaz (1964-1970), se llega a la evidencia de los estragos del “desarrollismo”, no solo en México sino en la mayor parte del mundo. Al final de la década de 1960, particularmente en el 68, se empezó a cuestionar en todas partes el desarrollo al que se había llegado, es decir, de qué sirve el desarrollo o a quién sirve éste: sí la resultante es el detrimento del medio ambiente natural y de la calidad de vida, si se sacrifican las condiciones de vida en busca de sus satisfactores. He aquí la gran paradoja. En esta época se siente en México la absoluta necesidad de participación, y para esto se demanda la vigencia de la democracia, de poner un “hasta aquí” al autoritarismo de los regímenes políticos emanados del sistema unipartidista, de hacer valer el Estado de derecho que pretendía ser México. A tal grado se dejó sentir la necesidad del cambio; que en el mismo partido oficial se da un movimiento en busca de la renovación de éste y para lograr la democracia interna, encabezado por el político tabasqueño Carlos Madrazo, al cual veladamente tratan de responsabilizar del movimiento del 68. Madrazo es nulificado por el sistema y destituido, por no decir destruido o asesinado. El clima de demanda de reivindicaciones sociales ocasionado por la toma de conciencia de la realidad mexicana en ese tiempo, por parte de la sociedad civil en contra del autoritarismo e intolerancia del régimen, la reacción ante los movimientos en Europa y Norteamérica, particularmente entre los jóvenes alentados por la posibilidad de su participación positiva, que formaban una reducida minoría consiente; fue como un chispazo, un detonador que en cierta forma el régimen o los responsables de la seguridad ya esperaban para capitalizarlo a su conveniencia. Lo que demuestra que los disturbios fueron mayoritariamente provocados ex professo, porque ése no era el propósito en la gran mayoría de la sociedad, ya que lo único que sí se sabía y más que saber se sentía, era que las cosas no marchaban bien en México, como en tantas otras partes del mundo. La situación aquí se complicaba más por la “responsabilidad” de celebrar las Olimpiadas del 68, lo que dio pie para que se hiciera creer con más fuerza que el movimiento tenía como objetivo, entre muchos otros aviesos, no solo el boicot de las Olimpiadas, sino la misma desestabilización del país. Ocasionando así, como hemos visto, que se estimulara y propagara el enfrentamiento entre los estudiantes preparatorianos y entre el Gobierno y la sociedad, que tras varios meses (2.5) de provocaciones entre las diversas ideologías y particularmente estimulado y manipulado por los intereses en el futuro electoral para el ejecutivo federal; desembocó en la 190 matanza del 2 de octubre de ese año, en la cual no entraré en detalle porque ya se ha escrito mucho y muy bien acerca de ello. De lo que podemos estar seguros es que la masacre fue una acción premeditada, para crear una situación de emergencia política. Pero al mismo tiempo fue precipitada, irracional, brutal e injusta porque cobró una cuota de sangre que la sociedad mexicana no estaba dispuesta a pagar y que no tenía por qué hacerlo. Como hemos visto, esto no sucedió espontáneamente, sino que fue perversamente inducido. Nada en la política mexicana es obra de la casualidad, sino de la causalidad; todo tiene una razón de ser y un resultado lógico, que si se le busca, se le encuentra. Por otro lado, las dos grandes obras materiales en la Ciudad de México bajo el mandato de Díaz Ordaz fueron: el inicio de las obras del drenaje profundo, en 1967, y la construcción del Sistema Metropolitano de Transporte Colectivo de la Ciudad de México, “el metro”, inaugurado el 4 de septiembre de 1969. Se logró un crecimiento sostenido del PIB superior al 3% y el más bajo índice de inflación (inferior al 3%); se realizó una importante inversión en materia de infraestructura hidráulica, carretera y de telecomunicaciones; se construyeron 60 aeropuertos en los puntos más importantes del país; se hizo el levantamiento aéreo fotogramétrico del territorio nacional; se dio un manejo adecuado de la economía que estuvo a cargo, otra vez, de Antonio Ortiz Mena, lo que hizo que se hablara del milagro mexicano. Sin embargo, con Gustavo Díaz Ordaz el sistema político mexicano llega a un grado de esclerosis múltiple crónica en una época en donde en el entorno mundial se cuestionaba la miopía política que llevó al mundo al desarrollismo con la afectación negativa de la calidad de vida. En donde su gobierno autoritario se cerró absolutamente a cualquier cambio, demostrándolo con la intolerancia a la renovación y democratización dentro de su propio partido. Enrique Krauze nos dice: “Asumió la investidura presidencial (la «majestad», diría él) no solo con un sentido de poder absoluto, sino con una aura de infalibilidad, de inaccesibilidad, de intocabilidad casi teocrática. Sin la caballerosa suavidad de Ávila Camacho, el cinismo práctico de Alemán, la ironía maquiavélica de Ruiz Cortines, el desapego bohemio de López Mateos, Díaz Ordaz creía religiosamente que el sistema político mexicano era el heredero de la Independencia, la Reforma y la Revolución. Y en lo alto el sistema, como en la cúspide de una pirámide prehispánica, dominando la historia, la moral, la razón y el 191 futuro, se hallaba él, el tlatoani presidente. Semejante figura podía conceder algunas gracias, pero no ceder un ápice de autoridad sin perder su identidad”74. Al haber asumido Díaz Ordaz “íntegramente la responsabilidad” por los acontecimientos del 68, en su Quinto Informe de Gobierno, dejaba libre el camino hacia la presidencia a su Secretario de Gobernación, quien no solamente era el corresponsable con el Presidente por estos actos, sino presuntamente el verdadero responsable que, al final del sexenio y por los mismos acontecimientos y el necesario ejercicio del control para paliar las consecuencias de la emergencia política provocada por él mismo, quedaba, en su calidad de Secretario de Gobernación, como la mejor carta del Presidente para la sucesión. Así, a Luís Echeverría le habían resultado bien sus planes y empezaba a mostrarse, como amo y señor del manejo maquiavélico (con el perdón de Niccolo). Dice Octavio Paz: “Si México es una pirámide trunca, el valle de Anáhuac es la plataforma de esa pirámide. En el centro del valle está la ciudad de México, la antigua México-Tenochtitlan, sede del poder azteca y hoy capital de la República de México. Hay un hecho que posee una significación particular y en el cual, que yo sepa, nadie ha reparado: la capital ha dado su nombre al país […] La extrañeza del caso mexicano aumenta si se recuerda que para los pueblos que componían el mundo prehispánico el nombre de México-Tenochtitlan evocaba la idea de dominación azteca. Mejor dicho, la realidad terrible de esa dominación. Haber llamado al país entero con el nombre de la ciudad de sus opresores es una de las claves de la historia de México, la historia no escrita y nunca dicha. La fascinación que han ejercido los aztecas ha sido tal que ni siquiera sus vencedores, los españoles, escaparon de ella: cuando Cortés decidió que la capital del nuevo reino se edificara sobre las ruinas de México-Tenochtitlan, se convirtió en el heredero y sucesor de los aztecas. A pesar de que la conquista española destruyó el mundo indígena y construyó sobre sus restos otro distinto, entre la antigua sociedad y el nuevo orden hispánico se tendió un hilo invisible de continuidad: el hilo 74 Enrique Krauze, La Presidencia imperial (México: Tusquets, 2004) 398. 192 de la dominación. Ese hilo no se ha roto: los virreyes españoles y los presidentes mexicanos son los sucesores de los tlatoanis aztecas.”75 LUIS ECHEVERRÍA ÁLVAREZ Echeverría, como le decía su mujer, inició la época de la declinación del sistema caracterizado éste por una terrible dualidad; por un lado, como una maquinaria anquilosada, incapaz de renovarse o transformarse, y por el otro, como un aparato inamovible, impenetrable desde afuera y centralizado brutalmente por dentro, de una gran dominación en toda la esfera oficial, alcanzando incluso al sector privado por medio de algunos de sus más encumbrados miembros ligados al sistema, al más alto nivel. Teniendo como pieza clave del mismo a la figura y la institución presidencial. Bajo este modelo, nada se mueve en forma independiente, sino solo a través de la “orientación” o la “línea presidencial”, mediante el acatamiento incuestionable y servil a la mínima disposición del Presidente, por absurda que esta sea, quien actúa como el Gran Tlatoani, a la manera engreída de Moctezuma Xocoyotzin, sin faltar, como hemos visto, el ritual de los sacrificios humanos. Otra vez en el Presidente de la República confluía rediviva la investidura de Su Alteza Serenísima, no tanto por la actitud misma del primer magistrado, sino más bien por la de sus cortesanos y aduladores serviles hasta la ignominia. El régimen de Luis Echeverría (1970-1976) inició con grandes ideas de reivindicaciones sociales, aparentando incluso la ruptura de “las reglas del juego” del sistema. Al principio, esto le ganó la simpatía de algunos grupos, principalmente de intelectuales, muchos de los cuales fueron cooptados por las redes del sistema mediante “el canto de las sirenas” que significan las posiciones políticas. Terminó agobiado por un sentimiento de culpa y un espíritu mesiánico enfermizo, que degeneró en una lucha demagógica sin sentido e indiscriminada, en contra de las clases productivas del país. Se promovió ideológicamente, el enfrentamiento de los diferentes estamentos de la sociedad, particularmente de los que deberían ser complementarios, incluso asociados y no contrarios, como los trabajadores y los empresarios, esto fue hecho por intelectuales marxistas con un marxismo que el propio Marx repudiaría y eso sí más leninistas que Lenin, estos clamaban por el obsoleto dogma de “la lucha 75 Octavio Paz, El Laberinto de la Soledad, Posdata, Vuelta a El Laberinto de la Soledad (México: Fondo de Cultura Económica, 1986) 281- 282. 193 de clases”, se llegó a un populismo que solo hizo más pobres a los pobres y a los ricos de siempre asociados al poder, particularmente a sus amigos y asociados, los hizo más poderosos. Él mismo fue señalado en los medios independientes como el verdadero propietario de más de 30 diarios en toda la República, que habían pertenecido a la cadena García Valseca, ahora encabezados por Mario Vázquez Raña, su amigo y protegido, que después de más de 40 años siguen, él y su familia, todavía libando de las mieles del poder. Para ellos, los políticos y los empresarios ligados al poder; la política ha sido y sigue siendo un excelente negocio, su mejor negocio, a costa del país y de su gente. El 10 de junio de 1971, después de liberar a los líderes del 68 y ante la manifestación que ese día, Jueves de Corpus, estos habían decidido hacer desde el casco de Santo Tomás, en la colonia Santa María La Ribera; la mente sin duda alguna enferma del Presidente, decidió hacer una doble jugada en el ajedrez político: utilizaría al Coronel Díaz Escobar, quien desde su época de Secretario de Gobernación le había encomendado al grupo paramilitar conocido como los “Halcones”76 , para asestar un doble golpe; primero, por medio de un mensaje cruento a los mismos lideres, con el asesinato de un número indeterminado de estudiantes, para que supieran a qué atenerse en el futuro, y segundo, deshacerse del jefe del Departamento Central (del DF), Alfonso Martínez Domínguez, escogiéndolo para el sacrificio, no como un cordero sino como “chivo expiatorio”. Contrastaba esta actitud totalitaria y asesina del Presidente con su hipócrita ruptura de relaciones, más tarde, con el régimen de Franco, motivada como protesta por la actitud del dictador al decidir la ejecución de unos reos políticos. Ante una pregunta al respecto, de un reportero español, sobre cuándo se reanudarían las relaciones de México con España; con gran desfachatez Echeverría contestó que cuando se inaugurara la democracia, a lo que el reportero volvió a preguntar con sorna: “¿En México o en España?”. Echeverría prometió, después del cese del jefe del DF y de su jefe de policía Rogelio Flores Curiel, una investigación exhaustiva sobre los acontecimientos del 10 de junio; “caiga quien caiga”, frases trilladas que no terminan de escucharse en la historia de México y que siempre logra Adscritos por debajo del agua al Departamento del Distrito Federal con el objeto de no dejar rastro por el pago de sus emolumentos. 76 194 los mismos resultados (nulos resultados). Alfonso Martínez Domínguez fue después gobernador del Estado de Nuevo León, durante la presidencia de López Portillo, y Rogelio Flores Curiel, gobernador del Estado de Nayarit. Díaz Escobar fue enviado como diplomático a Chile, en 1975, ascendido a General Brigadier y posteriormente, en 1979, a General de Brigada. Tanto los autores materiales como los intelectuales de la matanza del Jueves de Corpus, no solo quedarían impunes sino listos para aspirar y lograr nuevas glorias dentro del sistema y por el sistema mismo. El ex-Presidente, fraguó personalmente las intrigas que, dentro de la cooperativa del periódico Excélsior, llevarían a la expulsión de sus directivos hasta cierto punto independientes, los cuales estaban a favor de un periodismo serio y comprometido hasta donde fuera posible, mismo que al Presidente no le parecía, más que nada porque no lo pudo someter totalmente, como era su propósito. Por ello, Julio Scherer García debe agradecer a su amigo íntimo Luis Echeverría Álvarez haber sido el creador indirecto y por supuesto involuntario de la revista Proceso. De la misma forma y por las mismas razones también, Octavio Paz le debe agradecer la creación de la revista Vuelta. Echeverría tomaba decisiones “al vapor”, a diestra y siniestra, en donde aún las órdenes más absurdas eran acatadas con prestancia servil y sin chistar. Al final terminó dando al traste con la economía, “la cual era dirigida desde los Pinos” a través de un íntimo amigo del Presidente, que ya desde entonces se especializaba en el endeudamiento irresponsable del país y que, siendo presidente lo llevaría, en su oportunidad, a niveles insospechados de corrupción, estulticia y frivolidad, tales fueron las características distintivas del gobierno de JLP. Durante su sexenio se inauguraron varias cosas, usos y costumbres. Para dar cumplimiento a la Fracción XII del Artículo 123 constitucional, se creó el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores, INFONAVIT. La idea no era mala, el problema fue que se implementó con un enfoque demagógico; se trató de solucionar el problema de desempleo por medio de la construcción de las viviendas para los trabajadores, de tal manera que se ocupara la mayor mano de obra posible. Ni se solucionó el problema de la mano de obra ni mucho menos el de la vivienda, y sí sirvió para alentar la inflación por la gran demanda de materiales tradicionales para la construcción. Calificó a los grupos empresariales organizados como “emisarios del pasado”, endilgándoles 195 una serie de acciones de sabotaje a su Gobierno, dentro de otras, la matanza del Jueves de Corpus. Poco a poco, y tal vez sin proponérselo, enfrentó a la sociedad en una lucha de clases que se tradujo en un terrorismo tanto público como de extremistas; se avivó la Liga 23 de Septiembre, surgida en tiempos de Díaz Ordaz; murieron o fueron desaparecidos muchos inocentes. Inauguró la época de los secuestros en México al tratar contradictoriamente, con gran tibieza y desacierto el secuestro de uno de los miembros de su gabinete, al ceder de inmediato a las demandas de los secuestradores. En Monterrey, fue asesinado don Eugenio Garza Sada, durante un intento de secuestro perpetrado por miembros la Liga 23 de Septiembre. Don Eugenio era el líder simbólico de los empresarios de Nuevo León, gente seria, fundador del Tecnológico de Monterrey, de gran estima y respeto en el medio empresarial. En estas condiciones, el sistema político mexicano unipartidista estaba estructurado y organizado para hacer el mal. Sobre todo desde el punto de vista de los intereses del ciudadano común y corriente. Sin embargo tenían también que abocarse a la función pública, de esta manera, se hicieron grandes obras de infraestructura77: se terminaron las obras del drenaje profundo; se creó la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); se legisló en materia de protección al consumidor y en materia de asentamientos humanos, lo que dio lugar en el sexenio siguiente a la creación de la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas; se operó una reestructuración política del territorio mediante la creación de los estados de Quintana Roo y Baja California Sur. En los afanes presidenciales por arreglar el mundo, se propuso y fue adoptada por la ONU la “Carta de los Deberes y Derechos de los Pueblos”, aprobándose en 1975 como complemento a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establecía las Libertades Fundamentales (un verdadero contra sentido viniendo de quien venía). Me tocó, cuando fui Presidente de los Colegios de Arquitectos de la República, ser invitado por el presidente Echeverría a que lo acompañara a la Conferencia de Asentamientos Humanos de la ONU en Vancouver, Canadá, en julio de 1976, pudiendo llevar a cuatro presidentes de colegios de arquitectos de las principales ciudades de la República conmigo; lo 77 No hay obra dentro del sistema en donde no esté presente la corrupción, como medida recaudatoria para el sistema mismo y sus colaboradores 196 cual agradecimos y aceptamos. En esa ocasión me pude dar cuenta en forma directa de cómo se gastaba el dinero. La conferencia indudablemente era muy importante, pero me pareció desproporcionado que más de 200 personas acompañáramos al Presidente con gastos pagados espléndidamente; estuvimos 15 días, durante los cuales se nos pagó el hotel y el viaje en avión, además se nos entregó a cada uno cinco mil dólares en efectivo para gastos. Ya en Vancouver, en dos ocasiones, por casualidad pude ver entre la gente de Ignacio Ovalle, que asistían al Presidente, solicitar dinero para algunos gastos, y como en las películas, abrían un maletín repleto de dólares de alta denominación y entregaban un fajo sin pedir recibo; gastaban el dinero a manos llenas. La burocracia creció desproporcionadamente pero ¿qué importaba?, al fin y al cabo “el gasto público sería fuente de crecimiento y bienestar”. Lo que no se aclaraba es que eso era válido solo para los fieles al sistema. Se podría decir que el ex-presidente Echeverría encabezó hasta hace algunos años uno de los grupos políticos tradicionales que siguieron exigiendo y obteniendo su tajada de poder, ya que logró mantener en posiciones dentro del sistema a muchos de sus miembros. Pienso que en el tiempo de Echeverría el sistema político perfeccionó una de sus piezas claves: la “sucesión presidencial”, que llegó en su sexenio o al final del mismo al más acendrado sentido de justificación o motivación personal en el ritual de la designación; buscar que el “ungido” cumpla la condición sine qua non, el más “patriótico” requisito: “Que sea el que mejor me cuide las espaldas”. Esto se explica si se considera que la forma de actuar de un Presidente de la República, en el sistema político unipartidista, era ejerciendo un poder omnímodo, lo cual le permitía hacer y deshacer a su antojo cosas lícitas e ilícitas, disponer de fondos ilimitados de la partida secreta de la presidencia sin rendir cuentas. Sin embargo, y por eso mismo él sabía que al final y al pasar a la calidad de ex-Presidente, si no se protegía, teniendo como escudo protector al próximo presidente, sería el ser más vulnerable política y jurídicamente. Esta es una de las paradojas del sistema y que ahora ha adoptado también el PAN, con las previsiones tomadas por Felipe Calderón Hinojosa al entregarle la presidencia a Enrique Peña Nieto. El ex presidente Miguel de La Madrid nos dice: “El final del sexenio fue trágico. Mil novecientos setenta y seis también lo fue. Yo tuve entonces la oportunidad de participar de cerca, y pensaba que si hubiera una cámara 197 oculta que filmara lo que estaba pasando en Los Pinos y lo diera a conocer al público, la gente se horrorizaría de cómo puede llegar a manejarse el Gobierno. Por ejemplo, en esa época, Luis Echeverría de pronto se dormía en las juntas. Había que estar ahí sin saber si continuar la reunión o velarle el sueño. Era una situación muy desagradable. Estaba tan deteriorado el estado de ánimo del Presidente, tan inestable, que uno verdaderamente sentía temor al escuchar algún funcionario, como Fausto Zapata, decir que todos los problemas de México eran causados por los ricos, que él llevaba allí, en la mano, la lista de los 40 hombres más importantes de México, que había que declárales la guerra, que lo que se requería era apresarlos esa noche. En esa ocasión me quedé temblando ante la posibilidad de que el Presidente dijera: “Sí, ¿verdad?, qué buena idea, vamos a hacerlo”. Echeverría dejó pasar la sugerencia. Eso lo hace a uno reflexionar sobre la realidad del sistema, el riesgo que un momento de locura puede acarrear. Yo me preguntaba qué pasaría si realmente hubiera dicho que sí. ¿Empezaría una guerra civil o el Ejército daría un golpe de Estado? Hay un gran peligro en el enloquecimiento de los presidentes. Los locos hacen enloquecer al Presidente, porque la locura es contagiosa”78 . JOSÉ LÓPEZ PORTILLO José López Portillo (1976-1982) no hizo más que exhibirse ante todos; cómo un monarca absoluto, libertino y frívolo, con un ego inmenso y con una esposa que anduvo por el mundo arrastrando un piano de cola con cargo al erario. JLP demostró cómo se pueden convertir a un país en un teatro de burlesque y pantomima a su antojo, y lograr que además se le aplaudiera con singular veneración en las faraónicas “reuniones de la República”. Aunque al final el pueblo cambió los aplausos por ladridos, por aquella frase suya donde dijo que defendería el valor del peso “como un perro”. En éste régimen se entregó el INFONAVIT a los sindicatos oficiales como pago por la “Alianza para la producción”, acción que sirvió principalmente para el enriquecimiento de sus líderes y asociados; constructores de miles de viviendas haciéndolas cada vez más chicas, escamoteando además los ahorros a miles y miles de derechohabientes. Una muestra de la calidad de su equipo y de sus protegidos fue el Negro Durazo, traficante de influencias y de drogas, a quien le confió, para su 78 Miguel de La Madrid H, Cambio de Rumbo: Testimonio de una Presidencia, 1982-1988 (México: Fondo de Cultura Económica, 2004) 35. 198 explotación, la “seguridad” de la Ciudad de México. Tal vez por eso le dieron el doctorado honoris causa, muchos de los “académicos” de la Ciudad de México, encabezados por el Dr. Alfonso Guzmán Neyra, presidente del Consejo de la Legión de “Honor”. Durazo era amigo íntimo del ex-Presidente y compañero de pandilla juvenil. Ahora, en su compañía, pasaba ratos de “solaz y esparcimiento” en el palacete del Negro en el Ajusco, en donde tenía, entre otras linduras: un campo de tiro, un hipódromo, un lienzo charro, una colección de coches antiguos, etc., etc., etc. Surrealismo puro. Y López Portillo no podía preguntarle de dónde había sacado todo esto, en primer lugar porque lo sabía de sobra, y segundo, porque él mismo pensaba superarlo, naturalmente con creces. Julio Sherer García nos dice: “Vino el éxito, la época de la abundancia, el augurio de que este país sería una potencia media, como Francia, y López Portillo perdió el rumbo. Cesó a Carlos Tello, “mi conciencia”; cesó a Reyes Heroles, “mi maestro”; cesó a Díaz Serrano, “mi amigo de toda la vida”. Se amarró a un gánster, Arturo Durazo, encargado de la seguridad citadina, cedió al embrujo de Carlos Hank y difundió que le había aceptado un préstamo personal por 150 millones de pesos para construir una gran mansión en la colina de Cuajimalpa, como si el jefe de la nación pudiera tener compromisos de ese carácter con un subordinado; exaltó a su hijo José Ramón a la categoría de consejero áulico y lo llamó “orgullo de mi nepotismo”; designó Secretaria Te turismo a Rosa Luz Alegría y la convirtió en la primera mujer de un gabinete presidencial en 57 años de Revolución institucionalizada”79. El fantasma de Antonio López de Santa Anna cabalgaba por Los Pinos. López Portillo se creía Quetzalcóatl, pero a lo más que llegaba era a ser un redivivo López de Santa Anna, toda vez que sus atributos, vicios y características confluían en él, incluso la calidad de dictador y su deseo inconsciente de ser considerado como “Su Alteza Serenísima”, el “Águila Imperial”; soñaba verse inmortalizado en una estatua ecuestre de bronce (lo que le concedió el gobernador de NL, Martínez Domínguez). El enunciado de John Emerich, el poder corrompe y el poder absoluto corrompe de forma absoluta, ha sido planteado con toda razón. Esta máxima se podría aplicar como regla general al ejercicio del poder en el sistema político mexicano unipartidista, toda vez que es increíble la 79 Julio Scherer García, Los Presidentes (México: Grijalbo, 1986) 97. 199 metamorfosis del individuo cuando éste no tiene una formación sólida en los principios para el comportamiento ético y en los valores morales que lo sostengan ante el vendaval de tentaciones. José López Portillo, y en cierta medida sus familiares y amigos más cercanos sucumbieron ante el espejismo producido por el poder absoluto y su cobijo y sufrieron una transformación radical a la manera del Dr. Jekyll en “Mr. Hyde”, arrastrando en su descomposición a mucha gente y afectando negativamente los destinos de la nación y de la mayoría de su pueblo, que en gran medida salió injustamente y profundamente perjudicado. Con el espejismo de la abundancia petrolera, tras el anuncio de la existencia de enormes yacimientos de petróleo en México, que “aumentaban considerablemente las reservas” y la sobreoferta de petrodólares árabes, empujados por las circunstancias adversas que su falta de visión y propensión al despilfarro habían creado; el gobierno de López-Portillo hipotecó al país con la comunidad financiera internacional al contraer deuda a corto plazo. Una vez que se desplomaron los precios del petróleo y subieron las tasas de interés en el mercado internacional, y el Gobierno empezó a dar “palos de ciego”, quedó la “soberanía”, en materia económica, a merced de los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien trató a México sin miramientos y ningún respeto, como el país subdesarrollado y tercermundista que demostraba ser con semejante líder. El país quedó sumido en la crisis de 1982, con el consiguiente quebranto económico de las empresas mexicanas y de la sociedad en general. Como última medida teatral de la tragicomedia, nacionalizó la banca profiriendo una increíble y contradictoria frase: “ya nos saquearon, no nos volverán a saquear”. Le faltó complementarla con una larga y sarcástica carcajada que retumbara en el Congreso, prolongándose con un eco infinito que los mexicanos seguirían oyendo, todas las veces que los volverían a saquear en el futuro. La estupidez y pasividad de los gobernados no solo al tolerar, sino muchas veces justificar la rapacería y soberbia del gobernante, se puede explicar, que no justificar, por la costumbre de la sociedad y su capacidad para soportar regímenes antidemocráticos y autoritarios como el de López Portillo, y por la existencia de una cultura que ve a la corrupción política como algo natural, incluyendo en esta misma errada concepción a los partidos políticos de oposición, a los grupos empresariales y ya no digamos a los sindicatos, tanto obreros como patronales y de 200 profesionales. Por otro lado, el ciudadano en el sistema político mexicano unipartidista se veía imposibilitado para actuar en la esfera pública si no era a través y con “la bendición” del partido oficial. Esto se ha modificado recientemente, cada vez con más peso, por la acción de los otros partidos que se fueron vigorizando, más por la acción oficialista, que así le convenía al sistema, como veremos adelante, y para no desentonar con las tendencias en el mundo orientadas hacia el espejismo de la democracia, y para guardar las apariencias. Los partidos de oposición se fortalecen, entonces, no tanto por méritos propios, como por la paulatina pero inexorable auto descomposición del sistema. Un cambio momentáneo, con trascendencia, se dio con la reforma política de López Portillo, instrumentada por Reyes Heroles en abril de 1977, no tanto por haber creando a los legisladores plurinominales de partido, para que los partidos de oposición obtuvieran mayor peso específico y pudieran equilibrar un poco el desbalance en el Congreso, recordemos la acción similar de López Mateos por las mismas causas, sino porque; la verdadera importancia de esta reforma radicaba en el reconocimiento legal que se les daba a los grupos políticos de izquierda, incluyendo al mismo Partido Comunista, como un gesto de amnistía hacia los que hasta ese momento eran considerados como “subversivos”. “Casualmente” esta acción era coincidente con la misma acción del Estado español encabezado por el rey Juan Carlos, quien a raíz de la muerte del dictador Francisco Franco, en 1975, ahora en abril de 1977 habían legalizado al Partido Comunista de España (PCE). Aquí en México Ahora se procedía como lo hacía España, “no faltaba más, no nos podíamos quedar atrás”. Además de solamente dar visos de Estado democrático, el sistema había creado el Estado paternal. “Ogro filantrópico”, lo había llamado Octavio, sin embargo y sin importar el relativo avance político, al final del sexenio la confianza en el Gobierno ahora sí ya se había perdido y empezaba a significar un pesado lastre. Jorge Carpizo me comentó, al principio de la Administración de Miguel de la Madrid, que éste lo había consultado acerca de lo que él pensaba que tendría que hacer el Presidente para que volviera la confianza al pueblo de México. Carpizo le aconsejó: ¡castigue al ex-Presidente! Evidentemente no lo hizo así por razones obvias y por cumplir una de las reglas de oro del sistema. El compromiso de ellos es con el sistema mismo y sus beneficiarios tradicionales, no con México. 201 Con el desorden económico de finales del régimen de López Portillo, miles de empresas quebraron. Habían sido organizaciones prósperas que no cometieron otra falta administrativa más que confiar en el régimen, y tal vez algunas de ellas, en imitar un poco la euforia expansionista irracional y despilfarradora del Gobierno. Mucha gente perdió el patrimonio de toda una vida, algunos, con la inflación galopante, sus reservas para el retiro, otros sufrieron el injusto aumento de su deuda y los intereses que la hacían impagable. Algunos pocos ahorradores que tenían su dinero en dólares en la banca mexicana, les fueron convertidos por el gobierno en “mexdólares”. A muchos deudores de la banca, que habían recibido el préstamo en moneda nacional se les había hecho firmar el crédito en dólares, ellos vieron con azoro cómo su deuda, hasta antes manejable, se iba ahora hacia las nubes con una devaluación galopante que sirvió para que encumbrados políticos cercanos a la Presidencia y banqueros que contaban con información privilegiada; que actuaron como verdaderos delincuentes, medraban ahora con la devaluación del peso, enriqueciéndose más a costa de la miseria de los mexicanos en donde como siempre los más desprotegidos siempre pierden. La economía se paralizó y millones perdieron sus empleos. Las familias mexicanas, principalmente las más débiles económicamente, quedaron como víctimas de la ignominia y desvergüenza de sus gobernantes y su terrible irresponsabilidad, la cual siempre ha quedado impune. MIGUEL DE LA MADRID HURTADO Como en los últimos gobiernos, también en éste se habló del enriquecimiento desproporcionado del ex-presidente López Portillo, su camarilla y familiares, a través de múltiples negocios y “comisiones” cobradas en las grandes adquisiciones para el gobierno federal y particularmente para Pemex. Pero el ritual de la sucesión había sido realizado reuniendo puntualmente los requisitos del sistema político para encubrir y proteger con la impunidad a los expresidentes con la venia y complicidad directa de su sucesor. El régimen de Miguel de la Madrid (1982-1988) recibió la Administración Pública en grave crisis económica y con una deuda superior a los 87,000 millones de dólares. Este solo hecho representaba un 202 enorme problema aparentemente insalvable. Sin embargo, siempre que existe un problema, por lo general, si se le busca bien, se encuentra que también existe una oportunidad asociada a éste. El Presidente no lo vio así; solo vio el problema y los riesgos que corría la comunidad financiera internacional y no tanto su propio país. El propio Miguel de la Madrid, nos dice: “Desde un comienzo decidí resolver el problema de la deuda por la vía de la negociación y no de la confrontación. Conjuré la amenaza de la suspensión de pagos que se vivió en los meses anteriores a mi toma de posesión, tan temida en el ambiente internacional, pues pondría en una situación crítica al sistema financiero mundial, en virtud del monto de la deuda mexicana. Otros grandes países deudores, como Argentina y Brasil, se encontraban a la expectativa del curso de acción que seguiría México. Se hablaba entonces de la posibilidad de una ruina del sistema financiero mundial de proporciones comparables a la vivida en la década de los treinta. Volver la espalda a los compromisos internacionales del país hubiera significado aislarlo de la comunidad financiera internacional cuando más se la necesitaba, cortando de tajo sus posibilidades crediticias en el futuro y con el riesgo adicional de represalias comerciales e incautaciones de activos nacionales en el extranjero por parte de algunos acreedores.”80 Si bien era cierto el razonamiento del Presidente, lo cierto también es que a México se le presentaba una oportunidad única, precisamente por el riesgo que significaba su deuda para el sistema financiero internacional, como bien lo señalaba él mismo. Sin embargo, dejó pasar la gran oportunidad de renegociar la deuda mexicana en mejores condiciones, con una quita substancial. Ya que no se supo o no se quiso defender con más decisión y coraje a una de las partes: la mexicana. Y no solo esto, sino que, como veremos en seguida, también su actitud y acción perjudicó al resto de países deudores latinoamericanos. Más tarde, de la Madrid actuó como “enviado” de los Estados Unidos y del FMI para ir a prestarle a la Argentina, en marzo de 1984, 1,000 millones de dólares que México obviamente no tenía, pero que eran necesarios para quitarle al gobierno de Raúl Alfonsín los argumentos de insolvencia económica, razón por la cual iba su gobierno a declarar la moratoria de pagos. En esta forma de la Madrid lo desarmaba para la 80 Miguel de la Madrid H., Cambio de Rumbo: Testimonio de una Presidencia, 1982-1988 (México: Fondo de Cultura Económica, 2004) 38. 203 negociación de su deuda en mejores condiciones. Oigamos la versión del mismo Miguel de la Madrid a este respecto: “En otro orden de cosas, cabe reconocer que la postura de los Estados Unidos es un factor de permanente consideración. Lo fue respecto a mi viaje a América Latina. Cuidé, por tanto, que mi actuación no entrara en conflicto con los intereses norteamericanos, aunque no por ello dejé de señalar los problemas de naturaleza económica que nos aquejan y que están estrechamente relacionados con su política económica […] De hecho, el Gobierno norteamericano vio favorablemente nuestra participación en la organización del préstamo que, el 30 de marzo, varios países latinoamericanos hicimos a Argentina para que pudiera cumplir con las obligaciones del servicio de su deuda y continuara sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Esta actuación tuvo más rechazo entre los mismos mexicanos, pues aquí resulto sorprendente que nuestro país, que tiene dificultades para pagar su propia deuda, prestara dinero a otro país. Pero hay que resignarse a que no es posible esperar que todos los problemas sean entendidos por toda la gente. Hay temas, como los mecanismos del mundo financiero internacional, que resultan inaccesibles para muchos [...] Concretamente, el presidente Reagan me invitó a visitar su país cuando me habló por teléfono a Venezuela para felicitarme por la promoción que México organizó para evitar que Argentina faltara a sus compromisos financieros internacionales.”81 Por otro lado, hizo pasar al pueblo de México la vergüenza de actuar contra el narcotráfico y los traficantes de drogas sólo cuando los Estados Unidos, a través del Departamento de Aduanas, la DEA y el Departamento de Estado, lo apercollaron por el caso “Camarena” (agente de la DEA desaparecido en México) y le exigieron acción inmediata, la cual se dio con prontitud y efectividad nunca vistas. El 16 de febrero de 1985 los EEUU iniciaron una fuerte presión a través de la “operación intercepción” en la frontera con México, en protesta por la falta de acción. Después de conversaciones telefónicas de los presidentes, del intercambio de notas diplomáticas, de que se pusiera en evidencia el contubernio de las autoridades mexicanas con los capos del narcotráfico, de que se protestara al más alto nivel y las autoridades mexicanas quedaran en evidencia por la 81 Miguel de la Madrid H., Cambio de Rumbo: Testimonio de una Presidencia, 1982-1988, 252-253 y 271. 204 liberación de Miguel Félix Gallardo, uno de los principales cabecillas del narcotráfico. Al darse la presión enérgica de los EEUU, en menos de un mes se encontró el cuerpo de Camarena y se localizó al autor intelectual de su asesinato: Rafael Caro Quintero, que vivía en Guadalajara y era novio de la hija del hermano del Presidente del PRI en el DF según las notas de la prensa. De hecho fue precisamente durante este sexenio de la “Renovación Moral” cuando se hizo evidente que el narcotráfico estaba ligado sistemáticamente con las autoridades federales y con el Ejército para obtener su protección y complicidad en sus actividades delictivas. Fue en este sexenio, en 1984, cuando el director de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), José Antonio Zorrilla, dependiente de Manuel Bartlett, secretario de Gobernación, asesinó al periodista Manuel Buendía por sus comprometedoras investigaciones sobre el tema de la liga de las autoridades federales y el Ejército con el narcotráfico. Los periodistas corresponsales del New York Times en México y ganadores del premio Pulitzer nos dicen: “En los años ochenta, dinero procedente de la droga corroyó también otros organismos públicos, como la Procuraduría General de la República, la Policía Judicial Federal e incluso la Secretaría de la Defensa. El Ejército era la fuerza de seguridad más capacitada y profesional del país y, por lo tanto, en principio, un reto mayor para la infiltración criminal que las desordenadas dependencias civiles vigilantes de la aplicación de la ley. No obstante, las evidencias indican que el narco vulneró esta fuerza con éxito durante el gobierno de Miguel de la Madrid. El propio Secretario de la Defensa, el general Juan Arévalo Gardoqui, le brindó protección militar. En declaraciones juradas obtenidas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y expuestas en dos juicios en tribunales federales de ese país, Arévalo Gardoqui fue acusado de haber aceptado cuantiosos sobornos de narcotraficantes. El Gobierno de México presentó airadas protestas diplomáticas en Washington por las imputaciones contra el buen nombre del general Arévalo. Pero de la Madrid jamás investigó su veracidad, al menos no públicamente, y, ya presidente, Salinas concedió a Arévalo Gardoqui un pacífico retiro.”82 82 Julia Preston y Samuel Dillon, El Despertar de México (México: Océano, 2004) 211. (Véase Michael Iskoff, “Informer Ties Top Mexican to Drug Deals; Allegations Revealed in DEA Affidavit”, The Washington Post, 4 de junio de 1988). 205 Para vergüenza de los mexicanos, durante su visita a la capital de los Estados Unidos, un periodista del Washington Post acusó al presidente Miguel de la Madrid, de tener una cuenta de más de cien millones de dólares en Suiza, aseveración que inexplicablemente nunca fue desmentida por el Presidente. Tampoco nunca fue solicitado el ejercicio de la acción penal en contra del periodista y del mismo medio informativo ante los tribunales de los Estados Unidos, en donde el delito por difamación es severamente castigado. A pesar que se presentó una nota diplomática ante el Departamento de Estado, la respuesta de las autoridades estadounidenses no fue clara al respecto. Existe la hipótesis de que posiblemente el mismo JLP le mandó depositar esa cantidad para tener una medida más de asegurar su propia impunidad. Lo cierto es que, de acuerdo a las crónicas del momento, Ronald Reagan lo trató muy mal, a pesar del favor que les había hecho con el caso de Argentina. Actuó con él con aparente informalidad amistosa, pero en realidad, tanto durante su visita a Washington como durante las conversaciones telefónicas, no hacía más que humillarlo. Esto se pudiera entender tal vez por el trato estúpido, vejatorio y sin sentido que recibió a su vez el presidente Carter durante su visita a México, de un López Portillo ensoberbecido y acomplejado. Dentro del sistema, en la relación con los Estados Unidos siempre se ha dado el síndrome de los Tratados de Bucareli: siempre hay algo oculto, que ha sido acordado por ambas partes al más alto nivel, pero que sería impensable darlo a conocer. Pienso que en cierta forma, y hasta donde es posible, en una gente del sistema, como lo era Miguel de la Madrid, él era una persona de buena fe, lo que se demuestra en muchos de sus actos públicos y, en lo personal, en su integración familiar. Ésta buena fe quedó demostrada en su trabajo legislativo para mejorar las condiciones de gobierno, evitar dispendios y corrupción pero el problema no es la ley sino su falta de cumplimiento y la voluntad y decisión para hacerla cumplir. Como un destello excepcional en su gestión, podemos considerar la iniciativa presentada al Congreso de la Unión para reformar el Artículo 115 constitucional y devolverle al municipio la fortaleza que el propio constituyente había previsto desde 1917, y que el mismo sistema político, por razones de control no había querido darle hasta ahora que se han visto obligados por la circunstancia histórica. Sin embargo hay que reconocer que en la práctica esto resultó contraproducente por la falta de muchas previsiones en la Ley y del mal uso que de ello han hecho muchas administraciones municipales. Dentro 206 del proceso legislativo de este régimen hubo altibajos, entre los que podemos mencionar: la Ley sobre el Daño Moral, que en principio podría justificarse para castigar el delito por difamación, pero que en la práctica podría resultar como una “ley mordaza”, como fue calificada por los periodistas; la Ley Orgánica de la Administración Pública para adecuar las estructuras de gobierno; la Ley de Responsabilidad de los Funcionarios Públicos, que entre muchos otros beneficios limitaba el monto de los regalos, lo cual era y sigue siendo escandaloso aun con la existencia de la Ley; la Ley de Contratos de Obras Públicas para acabar con el “contratismo”, lo que ocasionó protestas airadas de algunos afectados, como los líderes petroleros. Por otro lado, logró éxito en el salvamento económico al hacer participar a todos los actores en los “Pactos de solidaridad económica”, lo que contribuyó al abatimiento de la inflación, aunque hay que reconocer que esto se debió, en buena medida, a la decisión de su Gobierno para ingresar al GATT y la oferta de muchos productos importados a bajo precio. Durante su gestión se expulsó del PRI a los miembros de “la corriente democrática”, encabezados por Cuauhtémoc Cárdenas y Profirió Muñoz Ledo. La corriente había surgido en agosto de 1986 y agrupaba a destacados miembros del PRI, casi todos se decían de izquierda y pugnaban por cambios radicales en el partido como los que había propuesto Carlos Madrazo en 1968, acción por demás extemporánea. Porfirio Muñoz Ledo proponía entre otras cosas, que los aspirantes a la Presidencia de la República, miembros del Gabinete, deberían de renunciar para ponerse a la luz de la opinión pública y a la consideración del partido, y no contaminar con sus aspiraciones la función de gobierno, con lo que no le faltaba razón. Sin embargo, lo cierto es que los dos, Cuauhtémoc y Porfirio, tenían aspiraciones presidenciales y comprendían claramente que mientras la decisión fuera del Presidente y no del partido, mediante un proceso democrático, ellos, con la relación que habían llevado en últimas fechas con Miguel de la Madrid no tendrían la mínima posibilidad. Lo cierto también es que este planteamiento era ingenuo y ellos mismos lo sabían, principalmente Porfirio, que ya había sido presidente del PRI. Aunque se hubiera logrado “democratizar” al partido en la forma, de hecho el Presidente seguiría siendo la cabeza y el eje del mismo y manipularía fácilmente el proceso “democrático” para sacar al que él decidiera. En estas condiciones, y a menos de un año de haber surgido la corriente democrática, el 4 de marzo de 1987, durante los 207 trabajos de la XIII Asamblea del PRI, su presidente, Jorge de la Vega Domínguez, factótum del Presidente de la República en estos casos, sin tacto ni visión política, lo cual era de esperarse, no porque no los tuviera sino porque seguía la línea marcada por el presidente; los expulsó del partido, haciéndoles un gran favor con esta medida porque les daba una relevancia que no tenían. Este hecho casi les cuesta más tarde la pérdida de la Presidencia de la República, lo cual tuvieron que evitar recurriendo una vez más al fraude electoral, como lo veremos en seguida. Algunas de las “tesis” del presidente De la Madrid habían sido “la economía mixta”, “la rectoría económica del Estado” y la “renovación moral”, esta última mero eslogan de campaña, que para darle visos de realidad se procedió a desaforar al senador Jorge Díaz Serrano, a quien se acusó de fraude a PEMEX en la compra de buques tanque para la transportación de gas. De inmediato se mencionaron en los medios, a familiares del ex presidente López Portillo, como la gente realmente implicada en el fraude junto al ex-director de PEMEX. En casos como éste, en que al Presidente le interesa exhibir un “chivo expiatorio”, el sistema es altamente eficiente y sacrifica con prontitud a quien él quiere. Al otro que encarceló, muy merecidamente, fue al compañero de pandilla de Echeverría y López Portillo, el célebre “Negro Durazo”, caso típico del surrealismo mexicano y del desprecio del sistema por el ciudadano. Con relación a la sucesión presidencial, de la Madrid nos dice: “En lo que respecta a la sucesión y a los precandidatos, transmiten su opinión al Presidente en conversaciones privadas, todos aquellos que tienen peso político. En este sentido la auscultación es real. Sin embargo, esta no se da de manera abierta, dada la inhibición natural que provoca la investidura presidencial. El Presidente se tiene que acostumbrar a leer entre líneas y a recibir recados. En este caso fungieron como intermediarios mi secretario particular, Emilio Gamboa, y el presidente del partido, Jorge de la Vega Domínguez. El primero por estar identificado como mi hombre de confianza; el segundo, por ser el canal institucional para ello”. 83 Con gran ingenuidad, de la Madrid dejó el asunto de la sucesión presidencial en manos de su secretario particular, y con esto quedó la puerta abierta a la autodenominada “Generación del Cambio”, que ya se vio como cambió de 83 Miguel de la Madrid H. 751. 208 manos buena parte del erario y del patrimonio de la nación, entre muchos otros medios, a través de la cuenta secreta de la Presidencia, y de la privatizaciones, además, realizado todo esto en forma legal. Cuando ya se sabia quien seria el próximo presidente este decidió que el avión que usaba el primer mandatario era inadecuado y se mando comprar, sin necesidad, un súper avión para el presidente, que ya propiamente no sería para el actual sino para el próximo. Con Carlos Salinas, el ungido por De la Madrid para la Presidencia, gracias a los “buenos oficios” de su “hombre de confianza”, parodiando al Grupo Sonora, la “Generación del Cambio” pretendía perpetuarse en el poder y paradójicamente aquí la historia más o menos se repite, incluyendo los asesinatos políticos de algunos de sus miembros y la pretensión del Maximato, situaciones que ya se consideraban cosa del pasado. CARLOS SALINAS DE GORTARI Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) llegó al poder mediante el fraude electoral de 1988. La “caída” del sistema a la hora crítica del conteo de votos para la elección presidencial, fue el “foco rojo” que presagiaba fraude en la elección para presidente. Ésta terminó siendo fuertemente cuestionada como fraudulenta, por todos los actores políticos con excepción (por supuesto) del PRI. Y por lo tanto considerada inválida, principalmente por los partidos de oposición contendientes. Sin embargo el sistema político establecido por muchas décadas, actuó sin dilación, lo sacó adelante como era la costumbre y fue declarado Presidente Constitucional “de todos los mexicanos” por una Cámara de Diputados con mayoría del partido oficial (260 diputados del PRI), quienes pudieron dominar la calificación de la elección presidencial gracias a la abstención de la bancada del PAN, concertada con ese partido para éste propósito. En la contienda electoral de 1988 por la Presidencia de la República, Cuauhtémoc Cárdenas, hijo del general Lázaro Cárdenas del Río, fue postulado primero por el PARM (Partido Autentico de la Revolución Mexicana) y luego por una coalición de partidos de izquierda, a los cuales se sumó el PMS (Partido Mexicano Socialista) cuando su candidato a la presidencia, el gran líder de genuino pensamiento de izquierda, Heberto Castillo, un hombre íntegro, honesto, con verdadero espíritu de estadista, con humildad declinó a favor de Cárdenas para no debilitar a la izquierda 209 que recién se había unido, pudiendo integrarse así el Frente Democrático Nacional (FDN), el cual lo postularía como su candidato. Competirían también en estas elecciones, el propio Carlos Salinas de Gortari, por el PRI, el líder empresarial Manuel J. Clouthier, por el PAN y la señora doña Rosario Ibarra de Piedra por el PT. Fueron estas elecciones en las que se daría la “caída del sistema” como se le llamó eufemísticamente a la acción burda de fraude electoral realizado por órdenes del Secretario de Gobernación, Manuel Bartlett, con la venia del Presidente de la República, Miguel de la Madrid Hurtado. Bartlett aspiraba a la candidatura del partido oficial, y al ser él mismo, el Secretario de Gobernación, eran muy altas sus posibilidades, por lo que se había preparado con mucho tiempo, entre otras cosas para acondicionar un sofisticado y costoso equipo computacional que controlara el flujo de la información electoral, supuestamente para “su propia elección”. Y cuando esta no se le hizo, el aparato que mantenía hasta cierto punto en secreto tenía que ser utilizado de todas maneras y así fue; el mismo equipo computacional y el personal especializado, los utilizó en las elecciones de 1988, incluyendo una mañosa previsión, dentro del software, para la separación de la información de las casillas favorables al PRI y las que no lo eran. El problema para él fue que en las últimas horas de la jornada electoral, los partidos de oposición, y particularmente el PAN, representado por José Antonio Gómez Urquiza –quien responsablemente se mantuvo muy atento a todo el proceso electoral y su medición cibernética — de inmediato supieron que algo andaba mal en el manejo de la información gracias a que Gómez Urquiza, sin que se dieran cuenta los que pretendidamente controlaban el conteo de votos; había apuntado todas las contraseñas para acceder a la información, incluso a la confidencial. De esta manera la gente del PAN descubrió el equipo y casualmente la información verdadera generada y no favorable al PRI. Esto fue lo que ocasionó la “caída” del sistema, provocada intencionalmente y de inmediato, cuando se vieron descubiertos, y porque el conteo de los votos no solo estaba resultando muy parejo entre los tres candidatos presidenciales principales, sino porque en el centro del país y particularmente en el valle de México, Cuauhtémoc Cárdenas estaba arrasando. Esto suponía el “grave riesgo” de que el candidato del partido oficial perdiera las elecciones, ya que lo que se veía en el conteo era 210 precisamente el posible desenlace final. Y eso, por supuesto, el sistema no lo iba a permitir de ninguna manera. En una encuesta de salida (confidencial) realizada el mismo día de las elecciones por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) sobre las elecciones de 1988, a la cual tuve acceso, se le daba como resultado final de la elección, casi una tercera parte de la votación total a cada uno de los tres candidatos principales. Aparentemente todo terminaba en un virtual empate técnico entre los tres, con una ligera ventaja para Cárdenas. De todas formas, en esta encuesta no quedaba claro quién había sido realmente el ganador absoluto. Aunque como siempre se daba por descontado que el resultado final de las elecciones sería arreglado para favorecer al candidato oficial, razón por la cual, y porque además así les convenía a ellos; el Consejo Coordinador Empresarial calló y no lo dio a conocer. El 13 de julio, la Comisión Federal Electoral, hizo públicos los resultados oficiales de los comicios federales “con base en la información entregada por los 300 comités distritales del país”. Anunció que; “de una votación efectiva de 19.1 millones de sufragios –lo cual arrojaba un abstencionismo del 48%—, a Carlos Salinas de Gortari del PRI le correspondía 50.36%; a Cuauhtémoc Cárdenas, del FDN, 31.12 %; y al aspirante presidencial del PAN, Manuel J. Clouthier, 17.07%.” 84, en esta forma la Comisión Federal Electoral, arregló la votación y la elección a favor de Carlos Salinas de Gortari. Sin embargo, para validar esto necesitaban dominar el Colegio Electoral en el Congreso, lo que se logró con la abstención pactada con el PAN. En pláticas con José Luis Salas Cacho, quien había sido el coordinador de la campaña de Manuel J. Clouthier por la presidencia de la República, le pregunté cuál era la explicación para que Acción Nacional, y más aún, líderes auténticos del mismo, como don Luis H. Álvarez y el Maquío, se hubiesen prestado a validar el fraude. Respondió que ellos no habían validado ningún fraude; al contrario, lo habían denunciado. –Pero la explicación es muy simple, me dijo: “Cuando nos dimos cuenta del fraude que se estaba cocinando en la Secretaría de Gobernación, pretendidamente encubierto con la caída del sistema, fuimos los primeros que inmediatamente convocamos a los otros partidos con el objeto de informarles lo que estaba sucediendo y convocarlos a tener una rueda de prensa, precisamente para denunciar el fraude ante la opinión pública y 84 Miguel de la Madrid H. 825-826. 211 para desconocer la elección pidiendo su anulación. Para esto nos comunicamos con Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, con doña Rosario Ibarra de Piedra y con el Ing. Heberto Castillo. De inmediato nos llamó Manuel Camacho Solís, con toda seguridad “había muchos pajaritos en los cables telefónicos”, dijo con sorna. Porque previamente y a propósito habían utilizado una línea intervenida para hablar a Monterrey con Ramón Alberto Garza, director editorial del periódico El Norte, para informarle lo que pretendían hacer y preguntarle si sería noticia. “Ya te podrás imaginar lo que contestó”, me dijo. “Manuel Camacho por lo visto, habiéndose enterado de esto, hizo todo lo posible por disuadirnos, planteando el “interés nacional” y escenarios catastróficos si se enfrentaban los partidos por las elecciones, hasta la posibilidad misma de un golpe de Estado”, (que paradójicamente era equiparable a lo que gobernación pretendía cometer, y cometió al final). “De todas maneras, la rueda de prensa se llevó a cabo y denunciamos el fraude, pedimos el no reconocimiento del triunfo del PRI y en esas condiciones; solicitamos la anulación de los comicios”. “Lo que pasa”, me sigue explicando José Luis, “es que más tarde se descubrió por parte de algunas gentes del PAN; que tanto el PRI como el FDN, liderado por la corriente democrática salida del PRI, utilizaron a los ‘fontaneros’ –llamados así por su experiencia en el arreglo de las votaciones— para hacer fraude en la elección presidencial cada quien por su lado. De tal manera que ahora el fraude no solo era mayúsculo, sino presuntamente no de un solo partido. Con el recurso de la caída del sistema, los fontaneros mayores arreglaron la elección favorable al candidato del PRI. Francisco Javier Ovando, considerado como asistente de la campaña de Cárdenas, quien según las investigaciones de gentes del PAN, no comprobadas, coordinaba a una parte de los fontaneros del FDN, desgraciadamente fue asesinado en Michoacán sin que su muerte fuera reclamada por ellos, ni aclarada por parte de las autoridades gubernamentales, quedando sin haber manera de probar a ciencia cierta estos otros aspectos del fraude. Todo se agravaría unos días después al proclamarse Cuauhtémoc Cárdenas, en forma unilateral, como “Presidente electo”, rompiendo con el acuerdo que teníamos para la anulación de las elecciones”. Hasta aquí la explicación de JSC. Don Luis H Álvarez nos dice: “Las posturas del FDN y del PAN eran distintas. Nosotros considerábamos que la serie de irregularidades hacían 212 imposible conocer quien ganó, y la única salida era la anulación de los comicios. Cárdenas insistía en haber triunfado, cosa que no podía probar por el alto número de casillas no cubiertas por representantes de la oposición; su postura era que se limpiara la elección y se le reconociera el triunfo.85 Bajo estos hechos y en estas condiciones, podemos deducir que don Luis H. Álvarez pensó que no le quedaba más que considerar a la imposición de Salinas, como siempre y una vez más; como un hecho consumado contra el cual su partido no se veía en condiciones de luchar. Lo más probable es que ante una situación de hecho, difícilmente reversible por la posición de Cuauhtémoc Cárdenas; don Luis aceptara ahora negociar en estas condiciones la neutralidad del PAN con el mismo Carlos Salinas, para validar así su elección. Toda vez que al abstenerse el PAN en la votación del Colegio Electoral, que calificaría la elección presidencial, significaba que el PRI por sí mismo y con sus aliados podía sacar adelante la validación de la elección presidencial favorable a Carlos Salinas de Gortari, aun con resultados altamente fraudulentos, como había sucedido. Aunque lo siguiente no es comprobable y don Luis H. Álvarez no lo reconoce en sus memorias publicadas; el favor del PAN a Salinas, sería a cambio de algo sustancial y cuando menos 5 puntos, por los que, según ellos, su partido había estado luchando. Estos, de hecho; se dieron más o menos en la siguiente forma: 1º La reforma del Artículo 27 constitucional, para que las tierras ejidales pudieran ser dadas en propiedad a los ejidatarios. 2º El establecimiento en México de un organismo defensor de los derechos humanos. 3º La reprivatización de la Banca. 4º El reconocimiento de la Iglesia Católica y 5º La reforma electoral mediante la creación de un instituto y un tribunal de lo contencioso electoral. Durante el sexenio de Salinas, los cuatro primeros puntos se cumplieron más o menos. Sin embargo, con respecto a la reforma electoral, se hizo sólo parcialmente a propósito y sin llegar a fondo, y aunque hubo importantes avances, el Ejecutivo siguió conservando todavía su injerencia perniciosa a 85 Luis H. Álvarez, Medio Siglo (México: Plaza & Janes, 2006) 232. 213 través del Secretario de Gobernación. Y la calificación de las elecciones continuaría a cargo del Congreso como colegio electoral. Esto, visto a la distancia, era una de las primeras evidencias de los afanes de continuidad de Salinas. Además de la satisfacción de los puntos anteriores, hubieron otras concesiones que se comprueban por los siguientes hechos: se dio el reconocimiento de varias posiciones electorales para el PAN. La exigencia final de don Luis H. Álvarez y del PAN fue que el Presidente se comprometiera, entre otras cosas, a que su régimen fuera uno de transición hacia la democracia. Esto último se refrendó mediante un documento publicado el 16 de noviembre de 1988 en la prensa nacional, denominado “Compromiso Nacional por la Legitimidad y la Democracia”. Similar al “Pacto por México” de EPN firmado también por todos los partidos políticos. Se veía que no conocían muy bien a Salinas, le estaban “haciendo el juego” (y siguen sin conocerlo); el 2 de julio de 1989 se dio el reconocimiento de la primer gubernatura ganada en México por la oposición, esta fue para Ernesto Ruffo, el candidato del PAN al Gobierno de Baja California, ganada, sí, pero lo más importante, reconocida por el sistema; en Guanajuato, después de las elecciones de agosto de 1991 para gobernador, ganó fraudulentamente Ramón Aguirre, ex-jefe del Departamento Central de la Ciudad de México, en contra de Vicente Fox, por el PAN, y de Porfirio Muñoz Ledo, por el PRD. Mientras tanto, en las de San Luis Potosí, también por medio del fraude, ganó Fausto Zapata Loredo, por el PRI en contra del Dr. Salvador Nava Martínez, postulado por el PAN. Después de airadas protestas, marchas de resistencia civil y negociaciones con el Presidente, se decidió dar la gubernatura de Guanajuato al PAN con la condición, por parte de Salinas, de que podía ser gobernador aquel que el partido designara, menos Vicente Fox. Por ello, se le dio la gubernatura a Carlos Medina Plasencia, mientras que la de San Luis Potosí se le dio a Gonzalo Martínez Corbalá. Don Luis H Álvarez le pidió a Salinas la reforma del Artículo 82 constitucional para que los hijos de extranjeros nacidos en México pudieran ser candidatos a la Presidencia de la República, pensando, tal vez, con esto conformar a Vicente Fox Quesada. Salinas lo concedió en forma diferida hasta las elecciones del 2000. 214 Cuando le tocó a Diego Fernández de Ceballos, ser coordinador de la mayoría panista en la Cámara de Diputados, de 1991 a 1994, éste se prestó de acuerdo con el PRI y probablemente por instrucciones de Salinas, a la quema de las boletas electorales guardadas en el Congreso; borrando en esta forma toda evidencia (prueba física) del fraude electoral de 1988. En esta manera los tres principales grupos políticos partidistas en México, coparticiparon defraudando a los mexicanos con las elecciones para Presidente de la República en 1988. Es tanta la costumbre del ciudadano frente a las imposiciones del sistema, que estas acababan por ser aceptadas a regañadientes y sin chistar porque además ha quedado comprobado que no hay lideres con la honestidad y los tamaños suficientes para enfrentarlas. En un principio, la gente totalmente engañada –debo confesar que me incluyo entre ellos— le reconocíamos a Salinas que se estaba “ganando a pulso” la Presidencia de la República por los magníficos golpes que aparentemente le dio al sindicalismo corrupto, tanto en el campo de la educación (SNTE) como en el petrolero, con el desmantelamiento del imperio de La Quina, quien en el sexenio pasado, inconforme por la terminación del “contratismo”, y con el objeto de conseguir para el sindicato la continuidad en forma exclusiva de los contratos por las obras de mantenimiento de PEMEX, había amenazado públicamente al propio Presidente Miguel de la Madrid. La Quina ordenó al líder sindical José Sosa que, en el discurso oficial, a nombre de los trabajadores petroleros y frente al presidente, haciendo “tango” y “rasgándose las vestiduras”, le dijera: “Si se hunde PEMEX se hunde usted (señalándolo con el índice), nos hundimos todos, se hunde el país”. Con esto los sindicalistas petroleros mostraban la arrogancia y prepotencia a la que habían llegado y que ya era intolerable. Salinas, sabiendo que La Quina había también contribuido a financiar la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas, no podía dejar intacto a un enemigo de tales dimensiones. De igual forma, actuó Salinas, aunque solo también en apariencia, contra el sindicalismo corrupto y prepotente en el campo de la educación, afectando radicalmente el poder del cacique de San Luis Potosí, Carlos Jongitud Barrios, líder “moral” del Magisterio, quien se había fortalecido políticamente a costa de la educación del país y de los maestros, a través del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en donde sus “líderes” estaban acostumbrados a hacer de las suyas impunemente. Los mexicanos creímos ingenuamente que Salinas 215 actuaba en beneficio de la educación, afectada negativamente como hasta ahora por el sindicalismo corrupto. Al final, nuestras expectativas pecaron también de candidez. Después caímos en cuenta de que estas acciones solo resultaron ser vendettas entre los grupos tradicionales de poder, y en cierta forma eran solo en cumplimiento de las reglas del sistema por parte de Salinas, para dejar sentir que se ejercería el poder sin escrúpulos ni miramientos. Salinas arregló la substitución de estos líderes corruptos en el caso de los petroleros y del Magisterio, por otros igual o peor de corruptos pero controlables ahora por él porque se habían comprometido a ser incondicionales de Salinas, quien los estaba encumbrando. Sin embargo el estado de las cosas dentro de sus respectivos dominios, seguía igual o peor que antes. Estos líderes fueron Carlos Romero Deschamps, con los trabajadores petroleros, y Elba Esther Gordillo, en el SNTE, quienes por otro lado evidentemente resultaban faltos de lealtad para quienes suplieron, toda vez que ellos mismos habían ascendido políticamente por el apoyo recibido de los ahora caídos, a quienes en esta forma se presentaban despiadadamente en calidad de “chivos expiatorios”. Actos como esté suelen darse al inicio de cada sexenio, en donde el sacerdote supremo del sistema unipartidista, el Presidente de la República, presenta estas ofrendas y las sacrifica en el altar de la demagogia como muestra inequívoca de quién es el que manda. De paso, esto sirve para hacer creer a la comunidad que todo se realiza en su beneficio y que ahora sí el cambio iba en serio. Si bien hay que reconocer que en cierta manera, aprovechando la acción y el escarmiento, se puso orden en términos generales, en un sindicalismo desbordado y abusivo en toda la Republica, que afectaba el sano desarrollo productivo y la vida nacional, un sindicalismo que había llegado a excesos inconcebibles como la toma del Hotel Presidente Chapultepec a punta de metralletas y bombas molotov; por el sindicato de Venus Rey, en protesta porque uno de los conjuntos musicales del hotel no pertenecía a su sindicato, incendiando para esto el vestíbulo ante el azoro de los turistas nacionales y extranjeros y huéspedes, que no podían dar crédito a lo que estaban viendo. Salinas, economista, se rodeó de otros economistas con estudios de posgrado, principalmente en los EEUU. Centrados estos casi exclusivamente en uno solo de los aspectos de la problemática nacional, la economía, con un enfoque tecnócrata, utilizando el modelo neoliberal y 216 por lo tanto con una visualización parcial de la problemática, contradictoriamente con la misma ciencia económica. No supieron estar a la altura de la circunstancia por la que atravesaba el mundo. En la época en que Salinas asumió atropellada y arbitrariamente el poder, virtualmente por medio de un golpe de Estado, en el mundo se estaban operando grandes cambios con una tendencia generalizada hacia la democracia, a la rendición de cuentas y transparencia en la función pública y a la participación de la sociedad civil exigiendo resultados. Se estaba gestando el derrumbe de la Unión Soviética y una revolución reivindicatoria de las libertades y los derechos de los ciudadanos. En 1989 cayó el Muro de Berlín y con él caía simbólicamente el autoritarismo de regímenes antidemocráticos. Estos cambios se estaban dando también en todos los países socialistas del área de influencia de la URSS, los cuales se habían exhibido por décadas, sin rubor alguno, como “repúblicas democráticas”, cuando en realidad eran dictaduras autoritarias y totalitarias como la que Salinas aspiraba consolidar en México. Nada más anacrónico ni surrealista. Su propia soberbia y la de quienes lo azuzaban lo hacía perder el nivel del piso; el haber usurpado tan fácilmente el poder en México lo hizo pensar que cualquier cosa, por descabellada que fuera, sería posible. A finales de 1989, al régimen de Salinas le cayó del cielo (si es que a esto se puede llamar así) la necesidad de los Estados Unidos para esbozar e implementar una estrategia a largo plazo para la integración del bloque económico de América, en el cual estaban considerando a México como la pieza clave en todo el plan, primero, para consolidar la fase inicial con los tres países de Norteamérica, pero principalmente porque ellos consideraban, sin faltarles razón, que el liderazgo de México en América latina y la afinidad cultural con el resto de países importantes resultarían esenciales y les ayudarían grandemente para su segundo y principal propósito: el de concretar en el largo plazo su propio bloque económico integrando a todo el continente americano. Esta medida era vital para los EU., con el objeto de no perder ni en el corto ni en el largo plazo, la hegemonía económica que han mantenido en el mundo y que ahora se veía amenazada con el bloque europeo. Por estas razones, a principios de 1990, trataron de integrar a México en un tratado de libre comercio con los Estados Unidos y Canadá, lo que después ellos darían a conocer como el NAFTA. En México, esto se manejó como una iniciativa y triunfo de 217 Salinas, lo cual evidentemente era sólo una apariencia que a los EU. no le interesaba ni convenía desmentir. Casualmente me tocó, a principios del mes de enero de 1990, acompañar al Gobernador de Nuevo León, Jorge Treviño, a presentar nuestro proyecto para el desarrollo del norte del Estado y del nuevo puerto fronterizo especializado en comercio internacional en el poblado de Colombia, fundado hacia casi 100 años, con ese propósito, por el general Bernardo Reyes, en el límite de Nuevo León con Texas, contiguo a Laredo. La reunión fue en Los Pinos, en la sala de juntas del Presidente, ante él mismo y cinco de sus secretarios de Estado, entre los que estaban Fernando Solana, Secretario de Relaciones Exteriores, quien ese día tenía que ir a recibir a los Reyes de España; Ernesto Zedillo Ponce de León, Secretario de Programación y Presupuesto; Jaime Serra Puche, Secretario de Comercio y Fomento Industrial; Andrés Caso Lombardo, Secretario de Comunicaciones y Transportes; y Patricio Chirinos Calero, Secretario de Desarrollo Urbano y Ecología. Por instrucciones del Presidente, a última hora, antes de iniciar la reunión, se incorporó el Director General del Secretariado Técnico del Gabinete, José María Córdoba Montoya, que no estaba previsto por nosotros, pero que nos daba una idea de la importancia que se le estaba otorgando a la reunión, por nuestra parte También acompañando al gobernador iban los líderes industriales Jaime Benavides y Antonio Villarreal. Todos nuestros argumentos en la sesión estuvieron centrados en la importancia de la apertura comercial de México en un mundo tendente a la globalización y a la integración de bloques económicos; en nuestros compromisos dentro del GATT, que le estaban dando una nueva y creciente dinámica al mercado exterior; en la necesidad de la reactivación económica de México y por tanto en el reforzamiento de su infraestructura, principalmente en la frontera norte. La exposición se prolongaría por espacio de 45 minutos, durante los cuales hubo preguntas del Presidente hacia nosotros y hacia sus secretarios, los que para satisfacción nuestra estuvieron muy atentos y participativos en forma positiva a lo largo de toda la exposición. Un proyecto de cruce internacional con los EU., en donde por primera vez México decía dónde, cuándo y cómo, y además en condiciones de ruptura de todos los paradigmas establecidos en materia de diseño de cruces fronterizos para el transporte de carga y con una capacidad de 12,000 tráileres diarios, 4,000 por turno, cuando la capacidad estimada de Nuevo Laredo en ese tiempo era aproximadamente de 1000, no 218 resultaba ser poca cosa y necesitaba del apoyo presidencial, no económico, porque el proyecto era autosuficiente, sino político, para que el aparato burocrático no entorpeciera el proceso. Esto último era nuestro objetivo. En ese tiempo, para realizar la presentación no conocíamos el PowerPoint y la tuvimos que hacer con acetatos y una pantalla llevada por nosotros mismos. Al final, después de haber logrado nuestro propósito, nos reunimos en una esquina de la sala de juntas del Presidente en plática informal con él. Mis ayudantes con el equipo de la presentación estaban recogiendo los instrumentos y escucharon la siguiente conversación entre Jaime Serra Puche y Córdoba Montoya, quienes se habían ido atrás de la pantalla. Jaime preguntó: ¿Cuál es la conclusión?, ¿todo para adelante? Leyendo la expresión del rostro de Córdoba, quien no emitió sonido alguno, el mismo Jaime Serra expresó: ¡Todo para adelante! Cuando me lo contaron, yo sentí una enorme satisfacción porque pensaba que se referían a nuestro proyecto. Después llegué a la conclusión de que, lo que allí se había definido realmente, era la entrada de México en el NAFTA, convencidos de su necesidad e importancia y cediendo el Gobierno Mexicano a la presión que los EU., habían ejercido al respecto. De inmediato se inició por el senado una serie de “consultas” públicas a nivel nacional, más que nada de forma y como siempre para sólo aparentar que se estaba pidiendo la opinión pública. Desgraciadamente, esta aceptación se dio hasta cierto punto precipitadamente, sin dar tiempo a negociaciones más realistas en varios sectores, sobre todo en lo referente a la producción en el campo y sin negociar los apoyos económicos necesarios en créditos blandos para la infraestructura que demandaría el crecimiento, como se dio en el caso de la Unión Europea cuando ingresaron España y Portugal en 1986, en donde la misma comunidad los ayudó económicamente a nivelarse con los demás países miembros. A final de cuentas, este régimen cuestionado por lo ilegitimo e irregular de su elección, resultó no solo ser más de lo mismo, sino que los vicios se acentuaron y se dejó llevar más por los sentimientos e intereses personales del Presidente que por lo que le convenía al país. Reprimió durante todo su régimen al Partido de la Revolución Democrática (PRD), y cientos de sus militantes fueron asesinados impunemente. Salinas diseñó con astucia el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL) como el pan que necesita el pueblo, pero les vendió caro este “pan”: se los cambió por votos para los candidatos de su partido y eventualmente para el “sucesor designado”, su hasta entonces amigo Luis Donaldo Colosio. 219 Colosio, después de su labor al frente del PRI, por medio del cual, por instrucciones de Salinas, continuó con los fraudes electorales en toda la República –olvidándose “un poco” del compromiso con don Luis H. Álvarez de transitar hacia la democracia—, Luis Donaldo recibía una nueva súper secretaría, diseñada ex professo para la captación de votos, con un enfoque eminentemente clientelar y con influencia suficiente, a través de sus programas, a lo largo de todo el territorio nacional: la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), cuya labor era para el “bien” de los más necesitados. Por supuesto, diseñó su programa insignia, el Programa Nacional de Solidaridad, con un evidente enfoque de futurismo político. Tanto esmero en el manejo electoral para el triunfo de su sucesor solo se puede explicar por el deseo obsesivo de continuidad política para él mismo. La mejor prueba de la efectividad de las medidas previstas, por medio de la SEDESOL se dio en las elecciones del 94, en donde el PRI volvió por sus fueros, “ganando” otra vez contundentemente, en lo que también influyó la alianza del Gobierno con las televisoras y la radio para favorecer al partido oficial. En esas elecciones, sus legisladores obtuvieron mayoría en el Congreso a pesar del gran descontento popular en contra del sistema. El régimen tomó y aceptó a priori los principios del neoliberalismo, puesto de moda por Ronald Reagan y Margaret Thatcher a favor de un mercado sin restricciones y al servicio de los grandes capitales, sin preocuparse por adecuarlos a la realidad mexicana y sin importar sus consecuencias para la gente. De esta manera, prosiguió con la apertura comercial ya iniciada con el GATT, enfocado éste más como un instrumento para controlar la inflación que como mecanismo para incentivar la competitividad de la industria mexicana; buscó la reforma fiscal, no como una estrategia integral de política económica, sino como instrumento recaudatorio, con el agravante de no disminuir sino de incrementar el gasto corriente; realizó un agresivo programa de privatización de las empresas del Estado, como Teléfonos de México incluyendo la reprivatización de la banca, acompañada de la creación del FOBAPROA, sin ninguna regulación protectora que evitara las prácticas monopólicas u oligopólicas, sino más bien con el propósito codicioso de participar, él y su grupo, en jugosos negocios, utilizando información privilegiada y quedándose con lo mejor. Se dio de hecho el desprecio de los aspectos sociales del desarrollo, que evidentemente le importaban bien poco, supeditándolos a los del orden económico mediante el enfoque neoliberal, con el agravante de sólo haber tratado los aspectos sociales con un enfoque clientelista a través del Programa de Solidaridad, manipulando de esta manera la ayuda social necesaria, pervirtiendo la democracia, sin faltarle para esto, como hemos visto, la ayuda de los monopolios de la televisión. Estableció como fórmula mágica la economía de mercado 220 basada en las libres fuerzas de la oferta y la demanda, lo que resultó en gran perjuicio para los mexicanos. A sus amigos ricos, sobran ejemplos, Salinas los volvió más ricos, y a los pobres, y en general a la sociedad civil, su gobierno la dejó con menos poder adquisitivo y afectó su calidad de vida. Su régimen endosó el costo de la privatización de las paraestatales a la sociedad porque, aunque el desprendimiento de éstas pudo haber sido una medida recomendable para evitar el dispendio, la ineficiencia administrativa y la corrupción gubernamental, dejó intactos a los monopolios, como fue el caso de Teléfonos de México. Telmex fue vendido a un solo grupo con instrucciones precisas de no fraccionar su estructura monopólica, que si bien ésta pudiera haber sido aceptable para el Estado, no lo era en manos privadas, la empresa telefónica (el monopolio) quedó en manos de Carlos Slim (quien se ha convertido en el hombre más ricos del mundo), evitando así la competencia que hubiera beneficiado a la sociedad. Por otro lado, lo que el pueblo no se explica, es en dónde quedó el dinero producto de la venta de Teléfonos de México y de tantas otras empresas del Estado, y por qué se realizó la reprivatización de la banca no solo sin regulación complementaria que protegiera a la gente y a las empresas, a los usuarios que tienen necesidad de sus servicios, y por el contrario sí se protegiera a la banca dándole la oportunidad de actuar como verdadero oligopolio con el objeto de resarcirse del “alto precio” pagado al Gobierno, pero con cargo al usuario. Todo esto resultó inexplicable, inaceptable e injusto. La única conclusión lógica a la que se puede llegar es la hipótesis de que el propio Presidente, a través de su grupo, por supuesto, en forma bastante discreta y difícil de comprobar pero absolutamente corrupta; estuvo inmiscuido para beneficiarse, tanto en el proceso correspondiente a la banca, como en la privatización del resto de las paraestatales. En 1992 sucedió algo que podría interpretarse como un sondeo para restablecer la reelección en México, con el objeto preparar el ambiente propicio para que se diera la propia reelección de Salinas de Gortari. “El curricán” lo lanzó Gonzalo Martínez Corbalá, gobernador substituto de San Luís Potosí. Al tratar de postularse para gobernador a pesar de que la Constitución se lo impedía. Él lo justificaba mediante el razonamiento de que al haber gobernado poco tiempo, su postulación podría ser aceptable; por supuesto modificando la Constitución. Las declaraciones contrarias de Fernando Gutiérrez Barrios, Secretario de Gobernación, cortaron por lo sano el asunto. Sin embargo, por esto y por su reticencia con respecto la reforma constitucional para las relaciones con la Iglesia, al inicio de 1993, Salinas cortó por la sano a Gutiérrez Barrios. Otra vez, el fantasma de la 221 reelección, como en el caso de Obregón y Alemán, vuelve a surgir aquí. El que ha probado las mieles del poder omnímodo de la Presidencia de México, se siente joven y lo es; ha preparado un grupo que él supone incondicional, no solo en el ámbito político, sino también en el económico; ha demostrado que no tiene escrúpulos éticos; como Salinas, estando protegido por del sistema político que lo parió, sería ingenuo pensar que no se proponía mantener el poder a toda costa, tanto por su ambición y soberbia desmedidas, como porque, entre otras cosas, seguramente no conocía bien la historia política de México, o pretendió ignorarla. Cuando en noviembre de 1993 el PRI hizo público que su candidato a la Presidencia de la República era Luis Donaldo Colosio Murrieta, Secretario de la SEDESOL, otro de los precandidatos, Manuel Camacho Solís, Jefe del Departamento del Distrito Federal, que había sido el eficiente operador político de Salinas y que se sentía con merecimientos suficientes para ser el candidato, reaccionó airadamente y, rompiendo las reglas del sistema, se negó a felicitar al designado, con lo que dejó ver públicamente tanto su descontento como su ingenuidad. A pesar de ser un político avezado, Camacho Solís parecía no haberse dado cuenta de que todo el aparato que se le había venido armando a Colosio con tanto tiempo de anticipación no era fortuito, y que las verdaderas intenciones de Salinas eran continuar en el poder a través de él. Pero no había más que hacer, por lo tanto, y de acuerdo con el Presidente, dejó la jefatura del Departamento del Distrito Federal y asumió la Secretaría de Relaciones Exteriores, lo cual pareció como un premio de consolación. Durante este sexenio, brotó nuevamente la guerrilla, ahora en Chiapas, aunque afortunadamente se trataba de una guerrilla no tan virulenta como algunos movimientos de izquierda anteriores, y hay que reconocerlo; éste tenia razón en muchos de sus planteamientos, lo cual analizaremos más adelante. En lo político, y precisamente para la sucesión presidencial, Carlos Salinas de Gortari quiso jugar con tantas cartas que a él sí se le hizo “bolas el engrudo”; el 9 de enero de 1994, al anunciar el nombramiento de Manuel Camacho Solís, ahora en calidad de Comisionado para la Paz en Chiapas, lo traicionó el inconsciente y mencionó, ante las cámaras de televisión, el Artículo 82 de la Constitución como la base jurídica que lo facultaba para dar tal nombramiento, siendo que este Artículo solo se refiere a los requisitos para ser Presidente de la República. El nombramiento lo hizo cuidando escrupulosamente que no 222 contraviniera ninguna disposición para poder ser candidato a la Presidencia de la República en cualquier momento, lo cual refuerza la hipótesis de que Salinas manejaba un candidato alterno para la sucesión. Nos dice Camacho: “Pedí no cobrar sueldo, no porque esto tuviera una implicación legal (sin ser miembro del Gabinete, no la tenía), sino para generar confianza en la sociedad respecto a mi tarea e independencia y, sobre todo, para darme a mí mismo el primer mensaje de exigencia absoluta: hay que dejar todo atrás, correr los riesgos que sean necesarios y pensar en todo menos en los pequeños intereses. Uno mismo debía esforzarse para ponerse a la altura de las circunstancias”. 86 En esa ocasión, lo que debió mencionarse al dar a conocer la designación del Comisionado, era el Artículo 89 constitucional, donde se dan a conocer las facultades y obligaciones del Presidente. El 23 de marzo de 1994 sucedió algo que se creía superado en México. Luis Donaldo Colosio, el candidato del PRI a la Presidencia, fue asesinado en Lomas Taurinas, un barrio de Tijuana, en donde había participado en un mitin político de su partido, el PRI. Dos semanas antes, había pronunciado un valiente discurso frente al Monumento a la Revolución en la Ciudad de México en donde, mediante la autocrítica, reconocía la terrible desigualdad existente en México y hacía en esa ocasión una fuerte crítica de los resultados del sistema, lo cual fue mal visto por Salinas. En la actualidad, los asesinatos de Colosio, Ruiz Massieu y el cardenal Posadas Ocampo siguen sin tener una explicación suficientemente clara, lógica, convincente, y siguen suscitando controversia. Es difícil que lleguen a dilucidarse completamente estos hechos, precisamente por el cumplimiento de las reglas del sistema, aunque más o menos la opinión pública tenga ya una idea formada al respecto. En su tiempo, el mismo ex-presidente Carlos Salinas de Gortari fue señalado en algunos medios como el presunto autor intelectual de estos asesinatos, si bien sin conocerse todavía ninguna prueba. En el caso Colosio, se presume que podría existir un móvil; el candidato del partido oficial a la Presidencia de la República se indisciplinó al entrar en rebeldía virtual contra el Presidente, cosa no solo imperdonable dentro del sistema político, sino a todas luces inconveniente para los verdaderos propósitos de Salinas de seguir manipulando el poder en México, y por supuesto, por el 86 Manuel Camacho Solís, El Desacuerdo Nacional (México: Aguilar, 2006) 250. 223 riesgo que esto podría implicar para él, ya en calidad de ex-Presidente. La hipótesis se reforzaría por la probabilidad de haber previsto un candidato alterno, aunque no exista una prueba contundente en ese sentido. En el caso del asesinato de Ruiz Massieu, su hermano Raúl, con el cual actuaba el Presidente en forma muy estrecha; fue declarado formalmente preso al ser acusado por la Procuraduría General de la República de ser el autor intelectual del homicidio. Uno de los móviles, según las averiguaciones, era la posibilidad de que éste quedara en una posición importante en la nueva administración de Zedillo y dijera todo lo que sabía sobre los actos de la familia Salinas. Todo el sexenio del ex-presidente Zedillo permaneció en uno de los penales de máxima seguridad. Y sin embargo, durante la administración de Vicente Fox, Raúl Salinas salió libre después de alguna probable negociación de Fox con su hermano Carlos Salinas. Paradójicamente Fox se había comprometido en su campaña para hacer una redada de peces gordos, que seguramente hizo con una red agujerada, porque además de no pescar a nadie de importancia política, son muchos los que dejó ir. En el caso del asesinato del Cardenal Posadas Ocampo y de la relación del Gobierno con el narcotráfico, que era un hecho real y probable, la alta jerarquía de la Iglesia Católica hasta ahora ha preferido guardar silencio. El grupo político que Salinas debió haber constituido en torno a él, y al amparo del inmenso poder político y económico que ejerció, aprovechando y aprovechándose de la privatización de las empresas estatales, de la banca, y del erario; es un grupo que debería haber sido denunciado y desactivado, cortándolo de raíz lo antes posible y llamando a cuentas tanto a los miembros del grupo como a su líder. Yo pensaba que esto tendría que ser hecho por un gobierno federal de la oposición toda vez que un gobierno emanado del sistema político, de acuerdo a las reglas del juego, nunca podría afectar a un ex-Presidente. Sin embargo, esto no fue así: el ex- presidente Zedillo, miembro de su propio partido, rompiendo las reglas del juego por primera vez desde tiempos del presidente Cárdenas, propiamente expulsó del país a Salinas de Gortari si no en forma expresa, sí en forma virtual. Si bien no afectó sus bienes, tal vez por no existir una base jurídica –porque los gobiernos “revolucionarios” procuraron establecer una legislación que solapa al delincuente político y le permite delinquir impunemente, paradójicamente, dentro de la legalidad—, esta sola acción de Zedillo marcó un importante precedente histórico. Durante todo el sexenio del presidente Zedillo, y hasta el final de su mandato, 224 Carlos Salinas se auto-exilió en Irlanda, por ser este un país desde el que no es fácil extraditar, al no existir acuerdos ad hoc con México. Esto lo hizo el ex-Presidente de motu proprio por la espada de Damocles pendiente sobre su cabeza, que significaba la voluntad política del Primer Mandatario para hacer justicia al respecto y con conocimiento de causa, sin andar con miramientos. Sin embargo, otra vez, con la administración de Vicente Fox, aunque no de inmediato, Carlos Salinas regresó a México quitado de la pena. Incluso muchos de los que gobernaron el país con Fox, en los diferentes niveles, fueron cuando menos cómplices de Salinas en la estructuración de su esfera de poder y en sus acciones delictivas. Tras el lamentable asesinato de Colosio, al que se llamó sin rubor magnicidio, y ante su previa y oportuna descalificación para la candidatura del PRI a la Presidencia de la República, Camacho señala lo siguiente: “El frente más difícil, sin embargo, estaba en la retaguardia. En la Ciudad de México, dentro del propio PRI y del gobierno, crecían la animadversión y hasta la envidia: ‘¿Que se siente ser tan popular y aparecer en la primera plana del New York Times?’ Entre más éxito teníamos en nuestra misión de paz, más preocupación desataba mi labor en la Ciudad de México. En la campaña del PRI, se creía a pie juntillas que toda nuestra actividad no tenía otro propósito que impulsar mi candidatura a la Presidencia […] Ellos, para tener éxito, debían posicionarse en una coyuntura donde las campañas presidenciales habían pasado al segundo lugar frente a lo que acontecía en Chiapas […] Ninguno de nuestros adversarios creyó que queríamos utilizar la fuerza que teníamos en la opinión pública para impulsar la paz. Estaban convencidos de que nuestro verdadero objetivo era alcanzar una candidatura, ya fuera sustituyendo a Colosio o desde afuera, enfrentando al PRI. En la capital de la República—en las altas esferas de la política— no importaban la paz en Chiapas, la democracia ni la justicia. Importaba el poder. Había una sola pregunta: ‘¿Va usted a ser candidato a presidente?’ […] En medio de las posiciones de unos y otros, de quienes me alentaban a lanzar mi candidatura –muchos que después vi reaccionar con cobarde oportunismo— y de quienes me amenazaban si lo hacía, transité durante diez días con el ánimo de proteger los acuerdos de Chiapas y tomar la decisión más responsable. […] Sin consultarlo con el Presidente ni con nadie, el 21 de marzo salí a declarar que no sería candidato bajo ninguna circunstancia. Mi olfato me decía que algo grande podía ocurrir; pensaba que sería una crisis económica con la cual se deslegitimaría lo avanzado en Chiapas y me harían responsable frente a la sociedad. Lo 225 último que imagine fue que dos días después ocurriría un crimen abominable: el asesinato de Luís Donaldo Colosio”87. Carlos Salinas de Gortari tuvo que considerar un sin número de posibilidades, hasta la de reformar la Constitución, para habilitar y barajar como candidatos algunas de sus cartas de mayor confianza, como por ejemplo la de Pedro Aspe, su Secretario de Hacienda uno de los que consideraba de confianza y en un futuro, fácil de manejar. Sin embargo, por más vueltas que le dio al asunto, y ante el apremio que la situación reclamaba; con “el dolor de su corazón” tuvo que nombrar al Secretario de Educación, al cual despreciaba y al que había sacrificado, quitándole la importante cartera de la Secretaría de Programación y Presupuesto para así poder armar la SEDESOL, destinada a quien él consideraba como su delfín, para que la utilizara como un valioso instrumento estratégico de captación clientelar y de votos, lo que en los hechos se dio. Esta fue la circunstancia que ahora violentaba todo el proceso previsto por Salinas y que en cierta forma, con el comportamiento distinto de Zedillo, quien salió electo y ahora como nuevo mandatario, su compromiso político era sólo con el Estado mexicano, y ya no estaría al servicio del ex-Presidente, esto iba a romper con la continuidad del sistema y con sus reglas del juego. Con el asesinato del candidato oficial, al final del sexenio la economía también se violentó, provocando la caída de las reservas y la compra masiva de tesobonos con cobertura cambiaria por parte de los inversionistas para protegerse. Aunado a esto, se sumó el aumento en tasas en los mercados internacionales y aumentó la deuda a corto plazo, constituyendo todo esto una bomba de tiempo cuya peligrosidad Salinas, como economista, conocía perfectamente, de modo que incluso al final del sexenio, se comprometió con Zedillo a devaluar el peso, pero Pedro Aspe, en actitud mezquina y anti patriota, lo convenció de lo contrario, presentando su renuncia anticipada para que la bomba tronara en las manos del nuevo secretario de Hacienda, Serra Puche, pero ya en el tiempo del presidente Zedillo. Y para rematar, Salinas sacrificó las medidas de ajuste económico absolutamente necesarias para desactivar la bomba de tiempo al final del sexenio, lo que debió haber hecho antes de la toma de posesión del nuevo Presidente. Y además lo hacia también para no entorpecer su campaña para lograr la Presidencia de la OMC (Organización Mundial del 87Manuel Camacho Solís 256-259. 226 Comercio). Así, se faltó a una de las reglas no escritas del sistema político mexicano, que establece que el Presidente saliente debe limpiarle lo más posible de escombros el camino al entrante. De esta manera, aunado a un manejo imprudente por parte de las autoridades hacendarias del nuevo Gobierno, precisamente para realizar los ajustes pendientes que debió haber hecho la administración de Salinas, se precipitó la crisis económica que ahora se heredaba, por lo que la Administración del Presidente Zedillo, inició con un gravísimo descalabro para la economía de los mexicanos. Sin faltar, como siempre la especulación con las divisas que en estos casos suelen aprovechar, preparándose con tiempo, los que cuentan con la información privilegiada. Joaquín Clausell, Rocas en el Mar CAPITULO V. EL PRESENTE Y EL SIGLO XXI 1.- TRANSICIÓN HACIA LA DEMOCRACIA 227 Aunque el actual sistema político mexicano se consolidó a mediados del siglo XX y ha prevalecido en los últimos 84 años, no podemos desconocer que desde que se empieza a gestar la cultura mexicana, tanto las raíces mexicas como las españolas contribuyeron con su cultura política al desarrollo de la mexicana en donde se pueden encontrar muchos de los vicios y virtudes de ambas culturas, relacionados con el manejo del poder. En donde la democracia propiamente no existía y eran las elites en las dos culturas las que decidían acerca del poder. Dos de ellos: la legalidad aparente y la prepotencia de la autoridad. En el ejercicio del poder político en México, los actos podrán estar bien o mal hechos, pero tienen que ser o aparentar ser legales (la legalidad como herencia de la cultura romana). Y la autoridad representaba ya desde entonces algo elevado y metafísico que imponía, más que respeto, temor. En el primer caso, Hernán Cortés habiendo sido enviado por Diego Velázquez, gobernador de la Isla de Cuba, a la exploración de tierra firme, y habiendo sido nombrado su lugarteniente para esa ocasión y propósito. Cuando se da cuenta de la importancia y trascendencia de una posible conquista de estos nuevos reinos y territorios, decide desprenderse de la dependencia de Diego Velázquez, pero para hacerlo todo legalmente, primero se hace nombrar “Capitán General y Justicia Mayor” por, los integrantes del Ayuntamiento de la Villa Rica de La Veracruz, a quienes él mismo previamente había nombrado; en esta forma ahora dependería directamente de Carlos I de Castilla. De esta manera, le dio el viso de “legalidad” necesario, con el mismo enfoque y justificación que todavía prevalece en el sistema político mexicano hasta nuestros días. En el segundo caso, en lo que respecta a la prepotencia; la soberbia de los emisarios de Moctezuma Xocoyotzin, exhibida frente a los cempoaltecas a través del maltrato que les daban, para imponer su autoridad, incluso cuando iban a cobrar el tributo, quedó en evidencia ante el conquistador, quien supo astutamente aprovechar el resentimiento del dominado y volverlo a su favor y contra el imperio dominante, habiendo sido esta la clave para la conquista. Pero desgraciadamente los españoles aprendieron también el principio de que es preferible, en cuestiones del poder político, infundir temor en vez de respeto. Niccolo Machiavelli en esa misma época describía esto en De Principatibus: "Los hombres tienen menos consideración en ofender a uno que se haga amar que a uno que se haga 228 temer; pues el amor se retiene por el vinculo de la gratitud, el cual por la perversidad de los hombres, es roto en toda ocasión de propia utilidad; pero el temor se mantiene con el miedo al castigo que no abandona a los hombres nunca." Durante los 300 años de virreinato, se dio también una aculturación en materia política por medio de un poder impuesto, con altos grados de corrupción e impunidad para el poderoso, dos factores negativos arrastrados hasta el presente. Y aunque es innegable que hubo algunos gobernantes de excepción y un intento democrático al final del virreinato, forzado por la invasión de Napoleón a España y que se manifestó en las diputaciones provinciales, creadas por las Cortes de Cádiz 88. En todas las constituciones que ha tenido México se ha establecido la separación de poderes, y el sistema democrático, sin embargo, dicha separación de poderes y la misma democracia, desde los orígenes del Estado mexicano en 1824 hasta la fecha, solo se ha dado en forma esporádica y esto fue en la época juarista; en las elecciones de Madero durante la revolución de 1910; y en el año 2000 con la elección de Vicente Fox; fuera de esto nunca más se ha dado la democracia en México y la separación de poderes ha sido relativa, nunca a plenitud; como debería ser. La clase política que actualmente conocemos, nutrida, a través del tiempo, por una serie de vicios que influyeron para consolidar su hegemonía, poco a poco, fue desplazando a los buenos ideólogos, prevaleciendo al fin los líderes más desfavorables, a los que no les importaban los procedimientos éticos ni los medios a los que tuvieran que recurrir para lograr sus fines. Éstos fueron quienes se convirtieron en los gobernantes, con una cultura política de corrupción y codicia que contaminó a la sociedad misma, acostumbrándola a ser tolerante con un sistema político efectivo, sí, pero embaucador y a todas luces injusto e inconveniente para la salud social del Estado mexicano y para la inmensa mayoría de su población; a la que se ha dedicado a explotar para el beneficio de una minoría privilegiada creando una brutal desigualdad social y provocando la migración de millones de mexicanos hacia los EU. hasta hoy día. 88 La Constitución de Cádiz se juró en el reino en septiembre de 1812. Véase: Josefina Zoraida Vázquez, coord., Interpretaciones de la Independencia de México (México: Patria) 24. 229 El principal objetivo del sistema político mexicano ha sido la permanencia en el poder del grupo gobernante por cualquier medio y a cualquier costo, pero, siguiendo las enseñanzas del Porfiriato, guardando siempre las formas y las apariencias, dándole a todo un viso ficticio de legalidad y democracia. Desde un principio, los hechos desmintieron a las palabras; se decía que se cumplía religiosamente con la Constitución: “que se dé la separación de poderes”, pero nombrados y controlados por el ejecutivo; “que haya elecciones libres”, pero manipuladas por un gobierno autoritario; “que se exalte el agrarismo, que dio origen a buena parte de la Revolución”, pero que se aniquilen a los auténticos líderes agrarios, como Zapata y Rubén Jaramillo, entre miles de ellos, hasta a los recientes de Aguas Blancas, Guerrero, y los que siguen día con día. Sería injusto dejar de señalar y reconocer, en esta recapitulación, del sistema político, que también hubo verdaderos líderes que creyeron en los ideales revolucionarios y que buscaban el cambio favorable del estado de cosas para lograr un México más justo sin pensar en el beneficio personal. Sin embargo, con su buena imagen involuntariamente contribuyeron con el mismo sistema al darle credibilidad, y muchos siguen haciéndolo, por supuesto sin proponérselo; la seriedad y buena imagen de estas personas hicieron creer que los cambios fundamentales necesarios se estaban y se están dando. El sistema captó y asimiló los procesos más negativos y sofisticados en el manejo histórico del poder, utilizando la fuerza y la represión, incluso el asesinato, sin miramientos hacia los que no estuvieran con él, utilizando la “centralización” autoritaria del poder (paradójicamente, una de las principales premisas de los conservadores), inspirados por una filosofía pragmática y manipulando la información y las conciencias por medio de la propaganda para la imposición de la hegemonía política sobre todo y sobre todos. Se dio el Maximato de Calles como una solución para aparentar la democracia, que al fin esto era sólo lo que importaba, su apariencia. Como un paréntesis positivo en el manejo del poder político y la salvaguarda del patrimonio nacional se dio con Cárdenas al a terminar con el Maximato, sin embargo la falta de democracia continuaría. Cárdenas, recupera la dignidad para la presidencia de la república y pone en orden a las compañías petroleras quienes pretendían ser un Estado dentro del 230 Estado mismo, al final de su mandato realizó una decisión política en cierto sentido patriótica y notable, al sacrificar a su grupo socialista, que era ideológicamente compartido y apoyado por él, y que era encabezado por su entrañable amigo, Francisco J. Múgica, evitando que este llegara a la presidencia e imponiendo a Manuel Ávila Camacho. Este hecho fue bien recibido en el exterior y contribuyó para continuar con el período de estabilidad y adaptabilidad del sistema, sin importar que no hubiera democracia. Al buscar Cárdenas, con esta medida, evitar una posible crisis tanto económica como política y viendo siempre y ante todo por lograr el bien de la nación, el bien común, olvidándose de sí mismo y de su grupo; en esta forma se convierte en uno de los muy pocos estadistas que ha tenido México El sistema finalmente se volvió conservador y anticomunista por obra y gracia del Macarthismo estadounidense, rechazó la democracia interna en su partido y al sistema lo llevo a una esclerosis crónica. El entorno internacional se caracterizó por una marcada dependencia de los Estados Unidos, lo que ha distinguido al sistema político mexicano unipartidista desde la época posrevolucionaria, manifestándose en una actitud obsesiva de los diferentes jerarcas del grupo “revolucionario” por lograr, a cualquier precio, el reconocimiento del vecino país del Norte (Tratados de Bucareli). Sin embargo, y paradójicamente, para guardar las formas, siempre se han manifestado contrarios a los Estados Unidos en la retórica, pero esto solo ha sido a ese nivel, porque en los hechos, salvo algunas excepciones, siempre han tenido una marcada tendencia al entreguismo, habiendo llegado incluso, sus más altas autoridades, en casos vergonzosos, a servirles de informantes e instrumento para fines contrarios a los del Estado mexicano y afectando su soberanía. Con don Adolfo Ruiz Cortines se consolida y refuerza la estabilidad política de un sistema que mantenía relativamente satisfechas a las partes, estimulado por un periodo de posguerra, de bonanza económica y de un aparente desarrollo bien administrado que continuaría con López Mateos y terminaría a finales de la década de 1960 con el gobierno del Lic. Gustavo Díaz Ordaz, en donde el autoritarismo, la falta de democracia, las manifestaciones mundiales de protesta en contra del desarrollismo, las maquinaciones de su Secretario de Gobernación y la celebración de las Olimpiadas, dan origen en México a los acontecimientos sangrientos del 2 231 de octubre de 1968. En esta forma se inicia la crisis radical de un sistema cerrado estructuralmente a toda apertura o posibilidad de cambio. A partir de Díaz Ordaz, la crisis es matizada y profundizada; se inicia una secuencia de crisis sexenales económicas y políticas causada por la demagogia del echeverrismo, la frivolidad del régimen de la “abundancia” de López Portillo y la tibieza gris del régimen de Miguel de la Madrid, llegando a una profundización mayor de la crisis con el fraude de 1988 a nivel de golpe de Estado pero negociado entre el PRI y el PAN, y los desmanes del salinismo, sus intenciones reeleccionistas, el encumbramiento del enriquecimiento económico de sus aliados financieros y su obsesión por un nuevo Maximato, en donde se acentuaría el desmembramiento de la comunidad política de su partido. Con el fin del régimen de Salinas, el sistema entra otra vez en crisis profunda, tanto económica como política, en todas sus principales facetas. Surge el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que pone en jaque y en evidencia al régimen de Salinas y a la realidad mexicana, e inicia una amplia difusión mundial del problema indígena de Chiapas y de sus demandas de autonomía y reivindicación, a través del Internet, lo cual probablemente lo salva del exterminio. Con los asesinatos de Colosio, Ruiz Massieu y el cardenal Posadas Ocampo, se vuelve al cuento del nunca acabar. El presente de México se caracteriza por el agotamiento del llamado sistema político mexicano y por la superación del unipartidismo. El gran reto de México es acabar con la desigualdad de la sociedad, con la injusticia y la impunidad para el poderoso, devolver la soberanía nacional a su pueblo y mejorar la calidad y las condiciones de vida para todos y no solo para una absoluta minoría. Algunos piensan que en México ya existe la democracia, de hecho ha existido en la letra de la ley, pero todavía no es una realidad actuante y efectiva para la salud del Estado mexicano, y no lo podrá ser mientras se puedan fácilmente manipular las conciencias por múltiples formas, que van desde el prejuicio religioso y el favor político, hasta el bombardeo constante de los medios con mentiras y manipulación de la información, auspiciado lamentablemente por el mismo gobierno; mientras la mala educación de la mayoría de los mexicanos, entregada como botín sindical, los incapacite para ejercer el mínimo análisis critico. De tal manera que el 232 que dispone de más recursos para la propaganda, puede llegar a captar muchos más votos a su favor. En un país como en México en donde por el hambre se puedan comprar votos no puede existir la democracia. 2.- ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000) resultó ser una rara avis, un personaje que, entre otras cosas, por su honestidad era totalmente inelegible bajo los cánones tradicionales y estrictos del sistema. Sus orígenes vienen de la clase media modesta. Su madre había sido gente de partido, militando en el PRI como tanta otra gente que, con buenas intenciones políticas, lo hizo en su oportunidad, por un lado creyendo en los ideales verdaderamente revolucionarios y por el otro sin comprender realmente a quién se estaba sirviendo. Tal vez fue ella de quien Ernesto heredó la vocación política y por supuesto la filiación partidista. Egresado del Instituto Politécnico Nacional y con estudios de posgrado hasta alcanzar el doctorado en economía por la Universidad de Yale, había sido siempre una persona disciplinada y de lealtad institucional. Afortunadamente Zedillo inició su carrera en el Banco de México, una institución que, aunque era dependiente del Gobierno en ese tiempo, admirablemente se mantenía al margen de la corrupción y de las intrigas del medio oficial, y permanecía como una de las grandes instituciones del México posrevolucionario. Fundado en 1925 por el Presidente Calles, el Banco de México ha tenido una gran tradición de seriedad y un escrupuloso manejo administrativo, continuado por gente como don Rodrigo Gómez y tantos otros verdaderos banqueros. Esta institución fue semillero de grandes profesionales en materia económica. Allí destacó Ernesto Zedillo como brillante economista, donde concibió un ingenioso sistema de cobertura cambiaria para proteger a las empresas de las fluctuaciones en el cambio de la moneda dentro del proceso de inflación que se vivía en la segunda mitad de la década de 1980, lo que ayudó a que muchas de ellas sobrevivieran y se conservara la fuente de trabajo correspondiente, que de otra manera probablemente hubiera desaparecido. Antes de 1988, y dados sus magníficos antecedentes como destacado economista, Zedillo fue atraído por Salinas a la Secretaría de Programación y Presupuesto, de la cual lo haría titular más tarde al ocupar la Presidencia después de las cuestionadas elecciones de 1988, con la importante tarea de 233 asumir la administración del gasto público. Y aunque esto le daba la investidura de un súper secretario, por la facultad de autorizar a todos los miembros del Gabinete sus respectivos presupuestos, y para autorizar también la participación federal de los gobiernos de los estados y municipios de la República, Zedillo no sobresalió o no pretendió sobresalir dentro de los miembros del Gabinete, además de que Salinas nunca lo consideró (lo cual hablaba bien de él) dentro de la elite de sus allegados más íntimos. Sin embargo, por su discreción y trabajo institucional esmeradamente escrupuloso, fue de las gentes del Gabinete de más confianza del Presidente; se le encomendó parte de la privatización de las empresas del Estado, lo cual realizaba estrictamente de acuerdo a las instrucciones presidenciales y con la debida lealtad llevada a un grado extremo que seguramente motivó muchas frustraciones personales por tener conocimiento de muchas acciones legales e ilegales de la Presidencia, algunas de ellas inconfesables. Ernesto Zedillo admiraba la personalidad de Benito Juárez y la probidad y austeridad con que realizó el gran estadista la función pública, considerándolo como un ejemplo al cual modestamente trató de imitar en sus responsabilidades como servidor público. En lo poco que pude tratarlo durante su cargo como Secretario de Programación y Presupuesto, me di cuenta de que llevaba una vida personal modesta y de gran cohesión familiar. Aunque pertenecía al PRI, no hacía vida de partido y se mantenía al margen de las intrigas palaciegas. Políticamente, me parece y pienso que dejó pruebas más que suficientes de que era un firme partidario de la democracia y del fortalecimiento del Estado de derecho. Su responsabilidad como funcionario público, miembro del Gabinete, la realizó de manera seria e institucional. Todo documento que le hacían llegar lo leía en su totalidad y, en las juntas de Gabinete, tomaba escrupulosamente nota, por escrito, de todo. Zedillo demostró que era gente institucional, disciplinada y sin ambición desmedida. Cuando desaparecieron su Secretaría para formar la SEDESOL, con el propósito de impulsar a Colosio hacia la candidatura para la Presidencia de la República y al mismo tiempo construirle al prospecto de Delfín un adecuado aparato de cooptación clientelar con fines electorales y con el debido disfraz de institución para canalizar el gasto social en el combate de la pobreza (cualidades que conserva hasta la fecha), Zedillo recibió la cartera de la Secretaría de Educación; como no aspiraba a 234 la Presidencia y consideraba esa Secretaría de la mayor trascendencia, la aceptó en forma disciplinada e incluso con aparente agrado. Posiblemente esto le haya valido que en su oportunidad, cuando Colosio fuera designado como el candidato del “partido oficial” a la Presidencia de la República, ya que éste lo designaría como coordinador de su campaña política, aun sin haber tenido la mínima experiencia partidista, pero a cambio ser alguien digno de confianza por su lealtad y firmes principios. Posiblemente también haya influido para esta designación el no haber sido miembro del círculo íntimo del Presidente, Con el asesinato de Colosio y su designación por exclusión de los demás, como candidato sustituto a la Presidencia de la República por el PRI, la vida de Ernesto Zedillo cambió radicalmente. Si ganaba las elecciones, lo que no era muy difícil, a pesar de su debilidad como candidato –como después se comprobó—, tendría en sus manos la increíble posibilidad de hacer los cambios en que siempre había pensado, cuando día con día, como Secretario de Estado, participaba o era espectador de primera fila en actos de gobierno que reprobaba pero que tenía que tolerar, bien porque no estaba en sus manos modificarlos o por disciplina institucional y lealtad al Presidente y al sistema. En el inicio de su Administración, aún sin superar todo el terrible impacto que produjo en la salud económica del Estado mexicano y de la mayoría de los mexicanos en lo particular, la actitud de Salinas de apoyar la negativa de su secretario de Hacienda, Pedro Aspe, de oponerse a hacer los ajustes económicos necesarios y urgentes y dar oportunamente las explicaciones pertinentes a la comunidad financiera internacional, que hubieran cuando menos disminuido la crisis económica; la principal preocupación del ahora Presidente fue la reforma electoral para consolidar el inicio de la democracia en México, convocando para ello a todas las fuerzas políticas en el país para la firma de un pacto en enero de 1995, en el que gobierno y partidos políticos se comprometían a lograr la “reforma electoral definitiva” para alcanzar la democracia, como condición sine qua non, para “el logro de la prosperidad”. Existía un problema heredado de la Administración pasada, como tantos otros, ocasionado por una controversia que se había suscitado tras las recientes elecciones para Gobernador del Estado de Tabasco. Roberto Madrazo, del PRI, había sido declarado ganador en unas elecciones fraudulentas e inequitativas, tanto por el aparato de Estado utilizado a su favor, como por la escandalosa cantidad de recursos económicos empleados 235 (39 millones de dólares), que le daban un triunfo cuestionable en contra de Andrés Manuel López Obrador, del PRD, quien naturalmente se inconformó y realizaba actos de resistencia por medio de manifestaciones, movilizaciones populares y bloqueos en contra del injusto fallo. Zedillo delegó la solución de este conflicto, como era natural, en el Secretario de Gobernación Estaban Moctezuma, quien después de investigar el problema por medio de consultores externos concluyó que las elecciones efectivamente habían sido fraudulentas por las múltiples irregularidades y negoció con Roberto Madrazo su renuncia, otorgándole un premio de consolación: nada menos que la Secretaría de Educación Pública. Madrazo había aceptado, y con esto se creía tener el problema resuelto para no afectar el pacto político. Si nos detenemos para analizar este hecho, resulta verdaderamente increíble el poco respeto del sistema político por algo tan importante en la vida nacional como es la educación de los mexicanos, ya desde la época de su antecesor, la Secretaría de Educación se le había entregado como premio a Manuel Bartlett por el “hábil” manejo de los resultados electorales mediante el fraude del 88. Después se la quitaron para acomodar a Zedillo, que había sido desplazado para dar cabida al designado para la presidencia. Zedillo, ya como Presidente, había nombrado a su vez en esta importante cartera al señor Alsati, que se hacía pasar por doctor (PHD), cuando ni siquiera se había titulado en licenciatura, lo que al saberse, por medio de la prensa, ocasionó su renuncia. Al estar vacante esta Secretaría, ahora se le ofrecía en charola de plata a quien ellos mismos habían comprobado que era un pillo. Este trato que le han dado a la SEP., la calidad de su sindicato (SNTE) y de sus líderes “morales”, han afectado en forma irreversible e increíblemente grave, la calidad de la educación en México. No contaba el Presidente con la cerrazón de su propio partido y de la animadversión de la tradicional aristocracia palaciega compuesta por los hombres ricos de las elites empresariales y de los inversionistas en la política, tanto nacionales como locales en Tabasco; que no iban a arriesgar “su inversión” ni mucho menos dar su brazo a torcer. “Moctezuma creía todo resuelto el 17 de enero, día en que él, Zedillo y los dirigentes de los partidos firmaron el pacto en Los Pinos. La promesa del Presidente de solucionar el conflicto en Tabasco fue entendida por todos (menos por el propio Madrazo) como anuncio de la inminente renuncia de Madrazo. Quien luego de una reunión en Los Pinos, ese mismo día se presentó en la residencia de columnas de cantera, en las Lomas de Chapultepec, para ver a 236 su mentor, Carlos Hank González, nos dicen los periodistas Preston y Dillon: “Aunque retirado de la política y alejado de la vida diaria del PRI, el profesor seguía ejerciendo gran influencia en el partido. Este le dijo que, aparte de débil, el nuevo Presidente también parecía indiferente a los intereses de la Revolución. En consecuencia, le aconsejó no dejar la gubernatura y promover una corriente priista de sólido apoyo popular, contraria a Zedillo y a los tecnócratas, fuerza que en el 2000 bien podría llevar a Madrazo—y al bando de Hank en el PRI—hasta la primera magistratura.”89 El colmo de la soberbia y del engreimiento es que el sistema unipartidista haya llegado al extremo de identificar a los intereses de la clase política del PRI (mayoritariamente ilegítimos) con los ideales de la Revolución Mexicana al aseverar que quienes estaban en contra del sistema, estaban en contra de la Revolución. Con esa misma visión se llegó al extremo, con la ridícula estupidez de calificar a los fraudes electorales en favor del PRI, como “fraudes patrióticos”. En esta forma, Zedillo tenía que luchar en contra de propios y extraños para llevar a cabo la reforma política que pudiera garantizar la democracia en México. En el caso de Tabasco, pudieron más los intereses de los caciques locales del PRI que la situación crítica del país y que el pacto político nacional comprometido con los partidos políticos, e incluso más que la misma decisión del Presidente de la República. Indudablemente la Administración de Zedillo iniciaba con grandes dificultades. Tenía que empujar cuesta arriba cuando menos dos enormes rocas que al menor descuido amenazaban con aplastarlo: la crisis económica y la crisis política, matizada por las pretensiones de continuismo, todavía, del ex-Presidente Salinas, además del problema de la reforma electoral y de la solución pendiente de los asesinatos de Colosio, Ruiz Massieu y el cardenal Posadas. Al mismo tiempo que debía empujar las grandes rocas, tenía que actuar también de malabarista de circo, para sortear el cúmulo de problemas que iban aflorando sin desatender la insurgencia en Chiapas. Zedillo debía cuidarse al mismo tiempo del acecho de los buitres de la política, que siempre están pendientes de los organismos aparentemente débiles para ayudar solícitos, si pueden, a su derrumbe definitivo y engullirlos. Conocer la historia de México, debería ser una obligación para todo aquel que aspira a dirigir los destinos del país. Seguramente Zedillo aplicó 89 Julia Preston y Samuel Dillon, El despertar de México (México: Océano, 2004) 168-169. 237 estos conocimientos para el manejo del aspecto político; tenía presente la etapa del Maximato de Calles y también la receta del Presidente Cárdenas. Ni tardo ni perezoso, encerró en la cárcel al hermano del ex-Presidente, acusándolo del asesinato de Ruiz Massieu (él mejor que nadie sabia de muchas cosas). Volviendo a romper con esto el precedente sobre la intocabilidad de los ex presidentes. En esta forma, le estaba mandando un claro mensaje a Carlos Salinas, quien después de teatro y berrinche –realizó una huelga de hambre en Monterrey—, pero lo entendió perfectamente y fue de esta manera que se autoexilió en Dublín, Irlanda. En esta forma cortaba de raíz las aspiraciones de continuismo no solo del ex-Presidente, sino también de su grupo. Su firme convicción de que todos los grandes cambios que debían hacerse en México constituían para él, además de una gran oportunidad, una misión indeclinable e impostergable, lo hicieron crecerse ante la circunstancia e iniciar incluso por uno de sus grandes propósitos: el fortalecimiento del Estado de derecho, con el necesario respeto irrestricto de la ley, iniciando por la función de Gobierno, mejorando y despolitizando a los tribunales y poniendo especial atención en la reforma del Poder Judicial, empezando por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Zedillo sabía perfectamente que las reformas políticas llevadas a cabo por Salinas en materia electoral fueron realizadas regateando el avance sustancial, reflejándolo solo en apariencia y más para apagar los ánimos y resentimientos ocasionados por el fraude del 88, pero sin ir a fondo y sin que el Ejecutivo soltara el control electoral, olvidando incluso la promesa hecha a don Luis H Álvarez de constituir un régimen de transición hacia la democracia como compromiso por haber hecho posible su Presidencia espuria, mediante la abstención y complicidad del PAN en el colegio electoral, a principios de 1994. Sin embargo, y para no quedar del todo mal, pero además forzado por el levantamiento en Chiapas y las presiones del EZLN durante el proceso de las negociaciones, y siendo Secretario de Gobernación Jorge Carpizo, quien tuvo una influencia positiva en la estructuración, integración y mecánica del IFE; se convocó a los candidatos a la Presidencia de la República Luis Donaldo Colosio, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Diego Fernández de Cevallos, acompañados por el resto de partidos contendientes, para que firmaran el 27 de enero el Acuerdo Nacional por la Paz, la Justicia y la Democracia, que planteaba la urgente necesidad de nuevas reformas electorales que llevarían más tarde, ya con Zedillo, al IFE a la ciudadanización total. “El 23 de marzo se aprobaron modificaciones al Artículo 41 constitucional para reconocer la 238 ciudadanización del IFE, así como la tipificación de los delitos electorales.”90 . Además de las presiones antes mencionadas del EZLN para alcanzar una reforma electoral a fondo, y ya siendo Zedillo presidente, tomó también en consideración un importante antecedente de denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos, en Washington, hecha por el abogado nuevoleonés Luis Santos de la Garza acompañado de tres miembros del Partido Acción Nacional de Nuevo León. Esta denuncia, que presentaron a título personal el 12 de octubre de 1987, fue formulada en contra del Gobierno Estatal y del Gobierno federal “ por mantener el fraude como sistema en los procesos electorales y mantener una legislación que lo propiciaba con la intervención del ejecutivo y del partido oficial, controlando a las autoridades y a los procesos electorales y sin instancias judiciales independientes a quien recurrir”91 alegando que con esta acción arbitraria e injusta se violaba el tratado internacional firmado por México como miembro de la (CIDH), celebrada en San José de Costa Rica en noviembre de 1979, ratificado y firmado en México por López Portillo el 2 de marzo de 1981. La OEA le dio curso a la denuncia (Informe No 8/91 Caso 10.180, México) y falló a favor de los demandantes el 22 de febrero de 1991. El asunto era muy grave porque se ponía en evidencia que se estaba infringiendo un tratado internacional firmado por México y en esta forma quedaba demostrada ante una instancia internacional la falta de democracia en México y el incumplimiento de un Tratado Internacional. Ahora más que nunca era necesario llevar a cabo las reformas electorales definitivas para garantizar que el proceso para hacer efectiva la democracia en México pudiera contar con los instrumentos legales indispensables que le dieran certidumbre a las elecciones. Atendiendo al clamor popular, con la reforma electoral se decidió sacar de la esfera gubernamental al Instituto Federal Electoral (IFE) en 1996, eliminando al Secretario de Gobernación como su presidente y convirtiéndolo en una institución del Estado mexicano, independiente del Gobierno y con autonomía propia. Para solucionar el problema de la calificación de las elecciones, se decidió crear el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que substituiría al TRIFE y a los colegios electorales del legislativo, quitándole toda relación con el Ejecutivo y pasándolo a la esfera del Poder Judicial. “Otro aspecto relevante fue la modificación del 90 Carola García Calderón y Leonardo Figueiras Tapia, Medios de comunicación y campañas electorales 1988-2000 (México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2006) 118. 91 Luis Santos de la Garza, Los derechos humanos en materia política, análisis y documentos (Monterrey: Universidad Autónoma de Nuevo León, 2001). 239 Artículo 99 de la Constitución Federal, con la cual también por primera vez en la historia, estableció como máxima autoridad jurisdiccional electoral a un Tribunal Electoral que formaría parte del Poder Judicial de la Federación. Estas reformas a nivel de la Carta Magna fueron seguidas de congruentes reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales en sus artículos 74, 75, 76, 77 y 79, según decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de octubre de 1996.”92 Además, dentro de la misma reforma electoral se disponía que ahora el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México ya no fuera designado por el Presidente de la República, sino que ahora sería electo por los habitantes del Distrito Federal al igual que los jefes de las delegaciones y los miembros de la asamblea del Distrito Federal. El problema económico representaba una verdadera “papa caliente”. Afortunadamente se recurrió a la instancia adecuada y William Clinton, Presidente de los Estados Unidos, en contra de su Congreso, proporcionó el auxilio económico que el Gobierno de Zedillo necesitaba para tranquilizar a los mercados, a la comunidad financiera internacional y, en este caso, en forma especial y seguramente condicionada, a los inversionistas estadounidenses “afectados”. De esta manera se pudo hacer frente a la crisis económica mediante un préstamo de miles de millones de dólares, sobradamente garantizados con los ingresos del petróleo. A través de su nuevo Secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz93 , y ya contando con el apoyo económico necesario proporcionado por Clinton, el Gobierno de Zedillo diseñó una estrategia para superar la crisis al hacer frente a la sobre valuación del peso para fortalecer la planta exportadora, aprovechando de esta manera las ventajas del TLC, lo que vino a fructificar a mediados del sexenio. Para contar con recursos nuevos, en 1995 se aumentó el impuesto al valor agregado, el IVA, del 10 al 15%, haciendo uso del voto de la bancada priista, con la oposición del PAN y del PRD. Estos recursos adicionales contribuyeron a que a mediados del sexenio se pudiera retomar el crecimiento de la economía. Por lo pronto, como ya lo apuntamos, mediante los “buenos oficios” de Salinas y Pedro Aspe, la gente, en términos generales, pero especialmente los más necesitados y principalmente los jóvenes, sufrieron injustamente por la falta de visión estadista, por el egoísmo, la estupidez, la rapacería, la codicia y la ambición desmedida de pésimos gobernantes que se enriquecen impunemente a costa del pueblo. Sin embargo, el sufrimiento 92 Luis Santos de la Garza 36. 93 En 1998, Guillermo Ortiz pasaría a ser el Gobernador del Banco de México, que se convirtió en una institución autónoma desde 1993, probablemente como requisito dentro del proceso de integración económica con Norteamérica. 240 no fue para todos: una vez más los banqueros, los grandes empresarios, y los amigos y socios de esos banqueros se acogieron bajo el amparo del Fideicomiso del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (FOBAPROA), que había sido establecido con anterioridad por el Gobierno de Salinas desde la reprivatización de la banca el 18 de julio de 1990, organizado legalmente como fideicomiso para la protección del nuevo sistema bancario y probablemente para “otros propósitos”. Sin embargo, y desgraciadamente, el FOBAPROA no sirvió mucho para su propósito en este caso, porque no fue precisamente a la gente, al usuario, a la que se protegió, ni a la salud financiera del país, porque de haber sido así se hubieran preocupado de salvaguardar los compromisos bancarios de millones de jóvenes que habían contratado de buena fe préstamos bancarios para adquirir su vivienda, su automóvil o para financiar a su pequeña o mediana empresa. En cambio, se protegió a los gigantes (muchos de ellos lucraron con el hecho) a través de la banca, casi exclusivamente a medianos y grandes usuarios de la banca, y por supuesto incluyéndola a ella misma. Y es que en México el ahorro en la banca casi no existe por lo ínfimo de sus rendimientos. Lo que sí es considerable son los depósitos en cuentas de cheques, por los que incluso la banca cobra comisiones y los utiliza gratuitamente, en medida desproporcionada, para especular con certificados de la Tesorería, CETES, obteniendo con esto y muchas veces mediante el lavado de dinero ilegal, excelente rentabilidad sin producir beneficio alguno para nadie excepto para ellos mismos. El “rescate” de la banca se hizo no de la mejor forma, y sin las salvaguardas que la circunstancia requería para evitar la especulación, el saqueo y el fraude que desgraciadamente se dieron, como ya es costumbre en esos sectores; lo que nos trajo a la mente una vez más la hipócrita frase de López Portillo y como música de fondo el eco interminable su carcajada macabra. La cantidad destinada al rescate bancario fue enorme; se calcula que superó los 65 mil millones de dólares, que se agregarían a la deuda pública y que después se incrementarían y generarían un terrible gasto por servicio, que en un principio fue de más de 7 mil millones de dólares mensuales. Este enorme sacrificio para el pueblo de México, si bien cumplió su cometido para rescatar a la banca y para que el sistema financiero internacional siguiera “otorgando” su confianza a México, y aunque en teoría este gasto debería ser recuperable mayoritariamente, no lo fue así por decisiones políticas arbitrarias y por el abuso que hicieron de la medida algunos banqueros, políticos y empresarios que especularon en esta ocasión, otra vez como cuento de nunca acabar. A final, esta medida fue otro más de los daños irreparables que el sistema corrupto ha ocasionado a 241 México. Sería deseable que este caso de corrupción no quedara impune, toda vez que las personas que se beneficiaron injustamente y quienes lo propiciaron tienen nombre y apellido y procede una investigación para determinar su culpabilidad, o cuando menos para saber la verdad en caso de que jurídicamente fuera imposible castigarlos como responsables, por la posible prescripción de la acción judicial, sin embargo así se sabría quienes verdaderamente recurrieron al FOBAPROA con justicia, porque así les correspondía, con cuentas claras y procedentes, y quienes lo hicieron burlando precisamente la justicia y enriqueciéndose a costa del pueblo de México. Desgraciadamente el PRI y el PAN, en la Cámara de Diputados, se negaron a dar a conocer esta información, alegando la violación del secreto bancario. Más tarde, con el propósito de “dar claridad a la contabilidad pública”, se propuso al Congreso incluir la deuda del FOBAPROA en la deuda pública “para mejorar el financiamiento de ésta y disminuir el pago del servicio por la misma”. Después de múltiples discusiones y quedar en evidencia los innumerables fraudes que había provocado la medida del rescate bancario, se llegó a una alianza: “El 12 de diciembre de 1998, el PRI y el PAN lograron finalmente la aprobación de una nueva ley de rescate bancario. Los diputados perredistas votaron en contra. Como resultado del acuerdo, la nueva ley destinó las deudas del rescate a una categoría especial en los libros contables del Gobierno, no a la deuda pública. Creó un nuevo órgano administrador del rescate, el Instituto para la Protección del Ahorro Bancario (IPAB), sujeto a normas y supervisión más estrictas, aunque dotado asimismo de flexibilidad para costear deudas y vender activos, y proveyó financiamiento para un programa de apoyo a pequeños deudores. Exigió a los bancos pagar una mayor proporción de la deuda. […] Los mercados respiraron aliviados, y la economía se mantuvo estable.”94 El otro asunto político grave pendiente, también heredado, era la rebelión indígena. El levantamiento de los indígenas en Chiapas, el 1º de enero de 1994, por medio del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, el “EZLN”, surgió como reacción en contra del Gobierno espurio de Salinas, pero esto fue solo como la gota que derramó el vaso, como la tregua que ya no podía esperar. Y fue como un grito desgarrador en la selva, desesperado, pero al mismo tiempo desafiante, lanzado por indígenas cansados de la opresión, el despojo y la humillación sufrida por muchas generaciones. Ese grito patético hizo despertar a la cruda realidad de México a los que pregonaban el paso al Primer Mundo, a ese pequeño grupo integrado por los dueños de México que piensan que todo México es como el ambiente 94 Julia Preston y Samuel Dillon, El Despertar de México (México: Océano, 2004) 238. 242 de fausto y derroche que los rodea. Los indígenas chiapanecos, haciéndose eco de la voz del México mayoritario, del México desprotegido y explotado, el México que migra como corriente incontenible hacia los EU. Dejando todo y arriesgándolo todo, se expresó gritándoles en su cara: “HOY DECIMOS BASTA”. La vida de los indígenas, la de los pobladores de las sierras de Chiapas había sido por siempre comunitaria, con sus propios usos, costumbres, idioma y su forma de autogobierno de acuerdo a sus propias tradiciones. Los indígenas, orientados y guiados ahora por líderes propios y gente de afuera con otra preparación, e identificándose unos con otros; protestaban en contra un capitalismo ajeno a su manera de ser y que despreciaba o no tomaba en cuenta los aspectos sociales del desarrollo y por lo tanto violentaba sus costumbres ancestrales. la protesta era en contra del gobierno impuesto como siempre y de su política económica neoliberal abusiva, haciendo gala de prepotencia, impunidad y corrupción, continuando las prácticas de explotación ancestral por medio de grupos paramilitares Para tratar de entender un poco la razón de ser de este movimiento, debemos analizarlo desde los tiempos del obispo fray Bartolomé de las Casas, quien en el siglo XVI fuera propuesto al Papa como obispo de Chiapas por el emperador Carlos V. En ese tiempo, se daba en la región, a través de las encomiendas, una explotación inhumana que ya hemos analizado(tres siglos de virreinato). A fray Bartolomé se le ha considerado como defensor de los pueblos indígenas, calificación ganada a pulso por su lucha en contra de la esclavitud de los indios y precisamente por los enfrentamientos que tuvo el autor de Historia de la destrucción de las Indias, en contra de miembros del alto clero de la Iglesia Católica y de miembros de la nobleza política, ambos interesados en la explotación de las Indias, por lo que les convenía que los indígenas fuesen considerados, si no como animales irracionales, así lo habían propuesto, si como seres inferiores que pudiesen ser explotados en calidad de esclavos. A pesar de que Bartolomé de las Casas consagró su existencia a la defensa de los indígenas en contra de la explotación esclavista, la explotación del indígena se dio durante toda la Colonia y continúa hasta la actualidad, sin importar la independencia en 1821 ni el movimiento revolucionario de 1910. Y sin embargo, la explotación persiste hasta nuestros días, solapada ahora y agravada por el burocratismo y la corrupción de gobiernos “revolucionarios” y de sus seguidores y beneficiarios. El levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN, y su acción en Chiapas, tuvo sus causas, antecedentes más 243 inmediatos y sus motivaciones teóricas en dos hechos fundamentales y trascendentes ocurridos en el año de 1968. El primero fue la matanza del 2 de octubre y los cruentos hechos consecutivos para acabar con el movimiento social contra el autoritarismo y la antidemocracia, lo que provocó la represión y persecución ideológica, obligando a que algunos de los líderes sobrevivientes de ese movimiento, casi todos de la llamada izquierda, decidieran continuar con su actividad de oposición en la clandestinidad en diversas partes de la República. Varios de ellos se refugiaron en Chiapas, tratando de sobrevivir, convivir e identificarse con la causa indígena. El segundo hecho fue sin duda la celebración, en ese mismo año, de la Segunda Conferencia General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) en Medellín, Colombia, con la participación de destacados teólogos latinoamericanos, como Gustavo Gutiérrez, de Perú, Helder Cámara, Leonardo Boff, de Brasil, y Samuel Ruiz, de México, presidente de la Comisión Pastoral Indígena, entre muchos otros destacados personajes tanto católicos como protestantes. Esta conferencia cambió la concepción que se tenía de la responsabilidad y el compromiso de la iglesia de Jesucristo, para orientarla ahora con los más necesitados. La II Conferencia del CELAM fue causa del surgimiento, más tarde, de la llamada “Teología de la Liberación”, que entre muchas cosas buscaba replantearse el papel de la religión en la sociedad y traducir la preocupación por la pobreza en acciones concretas, postulando a la Iglesia entendida como una comunidad religiosa al servicio del pueblo y comprometida con todos, pero ahora particularmente con los más pobres, que tradicionalmente han sido considerados solo como el pretexto de la acción y no como el verdadero objeto de la acción misma, ayudando a identificar y combatir radicalmente las causas de la pobreza. Se cuestionó también la tendencia de la Iglesia como estructura de poder, ligada siempre al poder político aun cuando éste no fuera legítimo y al poder económico por tradición y conveniencia. Se buscó el planteamiento de un nuevo proyecto social para la transformación benéfica de la sociedad, que la ayudara a superar los lastres y lacras que significan la violencia, la inseguridad, la opresión, la impunidad y la pobreza. Los pueblos indígenas respetaban la guía pastoral religiosa del obispo de San Cristóbal de las Casas, y lo consideraban digno sucesor de fray Bartolomé. Los ex-líderes guerrilleros que se habían integrado a los diferentes ejidos, y que les ayudaban en su lucha contra la burocracia y la corrupción del Gobierno Estatal y Federal, también refrendaron el mismo respeto y reconocimiento a la labor del Obispo. “La diócesis de San Cristóbal respaldaba sin titubeos el trabajo de los militantes de Unión del Pueblo. Era necesario, pensaba don Samuel, apoyar a los indígenas en su 244 lucha por la liberación. Así lo confirmó, a finales de 1975, en la Primera Asamblea Diocesana. Los trabajos que culminaron en ella, muy intensos, estaban inspirados en la resolución del Concilio Vaticano Segundo, que recomendaba la reflexión para delinear, en cada diócesis la estrategia de la nueva Iglesia. El 28 de noviembre durante su clausura, el obispo proclamó, solemnemente, la opción por los pobres.”95 Naturalmente el CELAM estaba en contra de la violencia, pero en contra también de la situación desfavorable de los indígenas, de la apatía burocrática y de la perversidad gubernamental que en México los utilizaba sólo como cosa electoral, de folclore y teatro en los actos de campañas políticas, relegándolos a la marginación y al desamparo de una justicia viciada a la orden del mejor postor. Estos factores, aunados a la cerrazón del gobierno y al recrudecimiento creciente de la problemática indígena sin aparente solución, trajeron como consecuencia el movimiento armado en Chiapas. Sin embargo, la guerra zapatista, lejos de ser la voluntad de todos los indígenas, ocasionó una gran conmoción, en términos generales, entre las familias indígenas chiapanecas que no apoyaban la rebelión, pero principalmente en aquellas familias ubicadas en las mismas zonas del EZLN. Es difícil decir con precisión cuántas eran, pero se hablaba de cuando menos el rechazo a la violencia de más del 50%. El verdadero problema para estos indígenas fue que por el solo hecho de no apoyar la rebelión, decenas de miles de campesinos perdieron todo lo que tenían y tuvieron que emigrar a otras poblaciones en donde no eran bien recibidos, donde tenían que arreglárselas para sobrevivir y empezar de nuevo. De esta manera, las gentes que por razones naturales, perfectamente comprensibles y justificables, temían a la violencia y se mantuvieron al margen de la lucha zapatista para no arriesgar a sus familias, muchos de ellos fueron tratados por los zapatistas con intolerancia y un rigor extremo e injusto, acusándolos de traición y expulsándolos y siendo desplazados de las comunidades que tanto esfuerzo les había costado formar, siendo ahora repudiados tanto por los zapatistas como por las otras comunidades chiapanecas afectadas. Esto, aunado al pésimo manejo del problema por parte del Gobierno, al pasar de los años trajo como consecuencia no solo que la problemática que ocasionó el levantamiento siguiera igual o peor, sino que las condiciones económicas se deterioraron con la caída en la producción del café, el principal producto de la zona, y con la dispersión y reacomodo de las familias desplazadas y las divisiones en las diferentes comunidades. Por otro lado, es importante analizar que la izquierda mexicana, encabezada por el presidente Lázaro Cárdenas del Río, en 1940, se hizo a un lado por voluntad propia, al considerar que así le convenía al Estado 95 Carlos Tello Díaz, La Rebelión de las Cañadas (México: Planeta, 2006) 77. 245 mexicano, tomando en cuenta el entorno mundial de su tiempo y la situación de México frente a los EU., dejando libre el paso a un Gobierno de derecha, encabezada por Manuel Ávila Camacho. Probablemente la decisión de Cárdenas era la acertada pero el resultado fue negativo, porque lejos de prestarse el sistema político unipartidista al debido juego democrático que hubiera permitido la sana alternancia ideológica (izquierda-derecha), la izquierda fue reprimida por el sistema que se había vuelto conservador hasta marginarla y orillarla a la clandestinidad por varias décadas. No fue sino hasta en tiempos de López Portillo, en 1977, que se dio la reforma política, elaborada por Reyes Heroles, no tanto como un gesto de justicia social del sistema sino solo por seguir guardando las formas. Sin embargo, esto trajo consigo una amnistía que le permitió a la izquierda volver a la superficie. Pero se les siguió reprimiendo constantemente y con el fraude del 88 por la misma razón (dar vigencia al neoliberalismo económico) se les hizo una vez más a un lado y se asesinó posteriormente a cientos de sus miembros. Los indígenas, aunque no se identificaban con ningún partido político, ni siquiera con la llamada izquierda, se vieron en el mismo espejo, y sin esperar más, aceptaron ser asesorados y organizados por los exguerrilleros. En esta forma, redactaron la Primera Declaración de la Selva Lacandona en diciembre de 1993, cuando decidieron lanzarse a la lucha armada al no ver otra salida. En su Declaración recurren a la Constitución mexicana y enfatizan la necesidad de hacer valer el Artículo 39 constitucional, para que sea respetada la soberanía nacional, residente “originalmente en el pueblo”, y hacer valer para éste “el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”. En el documento se hace un recuento histórico de la opresión y de la explotación indígena, se señala ésta como producto de 500 años de lucha en contra de la esclavitud para llegar al final del siglo XX no solo en las mismas condiciones de pobreza y desamparo a que fueron sometidos en un principio, sino en condiciones peores en la actualidad, sin esperanza, sin la posibilidad de tener “nada, absolutamente nada, ni un techo digno, ni tierra, ni trabajo, ni salud, ni alimentación, ni educación, sin tener derecho a elegir libre y democráticamente a nuestras autoridades, sin independencia de los extranjeros, sin paz ni justicia para nosotros y nuestros hijos.”96 “HOY DECIMOS ¡BASTA!”, continuaban en la Primera Declaración de la Selva Lacandona, que los indígenas habilitaban como una verdadera declaración de guerra en contra del gobierno ilegítimo de Carlos Salinas de Gortari y donde pedían a los poderes legislativo y judicial “restaurar la 96 Primera Declaración de la Selva Lacandona, ZAPATISTAS, Guillermo Almeyra, Emilio Thibaut, Maipue, 2006 246 legalidad y la estabilidad de la nación deponiendo al dictador”, pedían a los organismos internacionales su vigilancia para la protección de la población civil, acogiéndose el EZLN a la Convención de Ginebra en cuanto a las leyes sobre la guerra se refiere, estableciendo que “nuestra lucha se apega al derecho Constitucional”97 y establecían órdenes para ser llevadas a cabo por el EZLN, que en forma abreviada eran las siguientes: 1. Avanzar hacia la capital del país, venciendo al Ejército federal. 2. Respetar la vida de los prisioneros y entregar a los heridos a la Cruz Roja Internacional. 3. Iniciar juicios sumarios contra los soldados del Ejército mexicano y la policía política, acusados de traición a la patria o de represión y maltrato a la población civil. 4. Formar nuevas filas con todos aquellos mexicanos que manifiesten sumarse a nuestra justa lucha. 5. Pedir la rendición general a los cuarteles enemigos, antes de iniciar combate. 6. Suspender el saqueo de nuestras riquezas naturales en los lugares controlados por el EZLN. Con un llamado a otros grupos en la República para integrarse a las fuerzas insurgentes del EZLN, se lanzaron a la lucha armada a finales de diciembre de 1993, haciéndolo público el 1º de enero de 1994 con la toma de San Cristóbal de las Casas. De esta manera, se inició de inmediato el enfrentamiento armado con el Ejército. Afortunadamente el día 12 de enero, el régimen de Salinas, con la intervención y consejo de Manuel Camacho Solís, decretó el alto unilateral al fuego en contra de los zapatistas. Habría que preguntarse si esta decisión la tomaba Salinas con el único objetivo de empezar a controlar el problema en Chiapas o también con miras a capitalizar electoralmente la espectacularidad de la misma en beneficio del presunto candidato alterno, “el EZLN recibió con incredulidad la noticia de cese al fuego anunciado por Salinas. A pesar de ello (“chin, pérate, algo pasó, se supone que esto debe pasar cuando tengamos meses peleando”), la tregua fue aceptada de inmediato por el subcomandante Marcos” (citado por La Jornada). En su comunicado del 12 de enero, en efecto, el Subcomandante ordenaba a sus hombres suspender “toda operación ofensiva en contra de las tropas federales” (EZLN, comunicado del 12 de enero, México enero de 1994, publicado por La Jornada el 18 de enero de 1994). La facilidad con que los zapatistas aceptaron detener el fuego sorprendió también a su vez al 97 Primera Declaración de la Selva Lacandona, ZAPATISTAS, Guillermo Almeyra, Emilio Thibaut, Maipue, 2006 247 Gobierno de la República.”98 Esto por supuesto abrió la posibilidad al diálogo, el cual se logró después de mucha reticencia por parte de los zapatistas y después de rechazar la amnistía ofrecida por el Gobierno Federal y Estatal, porque decían: “no tienen nada de qué perdonarnos o ¿de qué nos van a perdonar?.....”. Más tarde, el diálogo se llevó a cabo en la Catedral de San Cristóbal de las Casas a través del Comisionado para la Paz en Chiapas del Gobierno de Salinas, Manuel Camacho Solís, del obispo de San Cristóbal, don Samuel Ruiz, como mediador, y los zapatistas encabezados por el subcomandante Marcos. El dialogo se inició hasta el 21 de febrero. “Las jornadas para la Paz fueron en extremo difíciles. ¿Qué hacer con los temas nacionales, con los puntos sobre la destitución de los más altos niveles de Gobierno –empezando por el Presidente de la República—, con el tema de la beligerancia?, ¿Cómo avanzar en el proceso sin afectar a las instituciones y al proceso electoral? […] Con márgenes muy pequeños, en condiciones de excepción, se revisaron las 34 peticiones del EZLN y se prepararon respuestas. […] De la máxima desconfianza pasamos a un diálogo verdadero.”99 Afortunadamente el EZLN nunca estuvo ligado al tráfico de drogas, ni recurrió sistemáticamente a los secuestros como medidas para allegarse fondos, ni practicó ninguna táctica terrorista. Más bien fue un grupo revolucionario idealista fuertemente caracterizado por el pensamiento indígena y por la interpretación del pensamiento de su líder, el subcomandante Marcos, que en esas condiciones de excepción y mediante el manejo de una prosa amena cargada de sustancia en la explicación de la realidad indígena, de las razones que motivaron su levantamiento y él mismo como protagonista de primer nivel, se fue haciendo poco a poco de un auditorio mundial, ganándose la simpatía de muchas regiones del mundo, especialmente de Europa y particularmente de Francia, entre varios otros países. Esto, además de validar en cierta forma su movimiento, le otorgaba de hecho un salvoconducto para evitar cualquier pretendida acción de exterminio por parte de algunos sectores interesados, que no apartaban de su mente esa idea, y de algunos otros grupos, particularmente del Gobierno. Para el conflicto en Chiapas, Ernesto Zedillo acordó proponer al Congreso la creación de una Comisión de Concordia y Pacificación, la COCOPA, integrada por congresistas de todos los partidos políticos. De esta manera, el 22 de diciembre de 1994 el Congreso aprobó la creación de la COCOPA, la cual quedó integrada por 4 diputados y 3 senadores, encabezada por el senador Luis H Álvarez, del PAN, como presidente, y por Heberto Castillo, del PRD, dos grandes y auténticos 98 Carlos Tello Díaz 261. 99 Manuel Camacho Solís 252. 248 líderes de pensamiento político distinto. Posteriormente, y con cada legislatura, fueron cambiando sus miembros. La otra instancia no gubernamental era la Comisión Nacional de Intermediación, CONAI, encabezada por el obispo de San Cristóbal de las Casas, don Samuel Ruiz, que serviría de contacto, transición e intermediación en las posibles pláticas con los líderes del EZLN. Zedillo era mal aconsejado por miembros del Ejército, que estaban por la mano dura, por aplastar el movimiento de una vez por todas. En esas condiciones, y después de haber enviado a su Secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, a tener un acercamiento directo con el subcomandante Marcos, “inesperadamente, el 9 de febrero de 1995, Ernesto Zedillo anunció ante los medios electrónicos que se habían girado órdenes de aprehensión en contra de los dirigentes del EZLN. Frente a las cámaras de televisión, virtualmente quitó la capucha a Marcos y reveló que su nombre civil era Sebastián Guillén Vicente, correspondiente al de un tamaulipeco egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM con sobresalientes méritos académicos.”100 Esta era una más de las contribuciones del “brillante” Procurador General de la Republica Antonio Lozano Gracia. De inmediato, se dio una importante y generalizada movilización social en contra de la acción unilateral del Gobierno, secundada por los mismos congresistas miembros de la COCOPA, acción que hizo al Presidente reconsiderar su actitud y como chivo expiatorio utilizó al Gobernador de Chiapas Eduardo Robledo Rincón, haciendo lo necesario para que fuera substituido por el priista julio cesar Luis Ferro. Lo cierto es que Ernesto Zedillo había actuado precipitadamente, con la cabeza caliente y llena de tantos malos consejos y mentiras, con el ánimo prejuiciado, demostrando inconscientemente que seguía siendo un representante del sistema autoritario tradicionalmente represivo, ajustándose por lo tanto a los paradigmas del mismo. Algunos dirigentes del EZLN fueron apresados, pero Marcos logró escapar. Los miembros de la COCOPA propusieron una ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en el Estado de Chiapas, habiendo sido aprobada en marzo de 1995. Establecieron con fundamento en esta ley a San Andrés Larráinzar, Chiapas, como la base permanente para las negociaciones entre zapatistas y Gobierno. Las pláticas se iniciaron el 20 de abril de 1995 y el 16 de febrero de 1996 se llegaron a los Acuerdos de San Andrés sobre derechos y cultura indígena, que en términos generales establecen lo siguiente: Compromiso expreso de Gobierno y EZLN para su cumplimiento; reforma del Artículo 27 constitucional para que el espíritu de la ley retome 100 Luis H. Álvarez, Medio Siglo (México: Plaza & Janés, 2006) 320. 249 los planteamientos de Emiliano Zapata en el sentido de que la tierra es de quien la trabaja; el establecimiento de una política de verdadera sustentabilidad que preserve las tierras, los territorios y los recursos naturales de los pueblos indígenas; la construcción de una nueva sociedad nacional, con otro modelo económico, político y social que incluya a todos los mexicanos; garantías y acceso pleno a la justicia para los indígenas con traducción e intérpretes en todos los procesos que se les sigan, asegurándose que los intérpretes conozcan el idioma, la cultura y el sistema jurídico indígena; legislación para la protección de los derechos de los emigrantes indígenas y no indígenas, dentro y fuera del territorio nacional; fortalecimiento y apoyo a los municipios para acceso a la infraestructura, capacitación y suficientes recursos económicos adecuados a sus necesidades; que se garantice el acceso a la información veraz, oportuna y suficiente sobre las actividades del Gobierno y acceso a los pueblos indígenas a los medios de comunicación existente, incluyendo la alta tecnología. Todos los acuerdos fueron formalizados en términos de las reglas de procedimiento de la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas. Los acuerdos fueron firmados por los representantes legales del Gobierno y del EZLN. Todo esto debía de traducirse en una ley ex professo. La falta de voluntad política y disponibilidad real por parte del Gobierno entorpeció las cosas y la negociación se fue enredando cada vez más por múltiples motivos, como las sentencias a los miembros del EZLN, aprehendidos desde la redada del 95. La situación se complicó por el desgobierno imperante en la región en donde los diferentes grupos ejercían la ley de la selva, lo que desembocó en la Matanza de Acteal, en el municipio de Chenaló, Chiapas, el 22 de diciembre de 1997, en donde un grupo paramilitar de casi 100 efectivos, en un enfrentamiento aparentemente con los zapatistas tuvo como resultado el asesinato a mansalva a un grupo de campesinos indígenas tzotziles del grupo Las Abejas, simpatizantes del EZLN, pero que eran más bien de la gente desplazada que temía la violencia y estaban orando con mujeres y niños en el área zapatista. Aunque el Ejército estuvo presente en la zona, a muy poca distancia, y pudo haberlo evitado ya que el enfrentamiento duró varias horas, dejó que tuviera lugar la increíble masacre de 45 personas, 10 hombres y el resto eran mujeres y niños. Esta barbaridad no era rara porque tanto el ejército como principalmente las autoridades estatales se hacían de “la vista gorda” ante la acción de estos grupos y los dejaban actuar impunemente porque en muchos casos eran gentes del gobierno del estado los que los entrenaban y los armaban. El presidente Zedillo destituyó al Secretario de Gobernación, Emilio Chuayffet, y se intensificó la acción del Ejército, que intentó cercar al Ejército Zapatista en la selva lacandona, sin 250 ningún resultado. Más tarde, en abril de 1998, se detuvo al general Julio César Santiago Díaz, acusado de complicidad por omisión en la matanza de Acteal, pues sus tropas, sabiendo del artero asesinato y estando presentes, no trataron de impedirlo. La acción del Gobierno trajo muchas tensiones, y la CONAI, presidida por don Samuel Ruiz, se desintegró, en cierta forma como protesta. Entonces las pláticas por la paz quedaron interrumpidas. Fue hasta el 20 de noviembre, en San Cristóbal de las Casas, que por intervención de la COCOPA, integrada ahora por 18 legisladores de todos los partidos, se volvieron a reunir para continuar el proceso de pacificación, con la presencia de 29 zapatistas por la otra parte. El Gobierno de Zedillo tuvo la oportunidad de tomar el toro por los cuernos y solucionar el problema indígena, haciéndoles justicia de una vez por todas a esa gente que tiene derecho a que se les respeten su cultura autóctona, sus usos y costumbres, su propiedad comunal de la tierra (la que les ha pertenecido por siempre pero que desde la colonia en muchas ocasiones les ha sido escamoteada); haciendo los cambios y ajustes constitucionales adecuados y negociados por todas las partes. Pero no hubo voluntad política ni del Ejecutivo ni de los legisladores, desconociéndose incluso los acuerdos de San Andrés Larráinzar. A mediados de 1995, el Gobierno de Ernesto Zedillo, a través de su flamante Procurador General de la República, el panista Lozano Gracia101, tuvo que enfrentar una matanza más de campesinos indefensos en las sierras de Guerrero, en un lugar llamado Aguas Blancas. Los campesinos pertenecientes a una organización denominada OCSS, Organización Campesina de la Sierra del Sur, contraria al PRI y al gobernador priísta de Guerrero Rubén Figueroa. Estos se dirigían a una reunión de la organización cuando en un recodo del camino fueron detenidos por la policía del Estado y masacrados vilmente. La misma policía filmó mañosamente la escena del asesinato masivo para hacerla aparecer como una agresión de los campesinos, a los que posteriormente les sembraron armas a más de 20 de ellos, ya cuando yacían muertos. Ante la ola de indignación nacional por la matanza de Aguas Blancas, resultaba ridículo que el mismo Gobernador ordenara una investigación a través de la Procuraduría de Justicia del Estado con los gastados estribillos de siempre: “Hasta las últimas consecuencias” o “Caiga quien caiga”. En los gobiernos priistas, ningún subalterno del Gobernador o del Presidente actúa de motu proprio; siempre lo hacen o con el visto bueno del jefe o por instrucciones precisas de éste. Por más que se le pidió que la PGR atrajera el caso para actuar con imparcialidad, nunca se logró, y naturalmente la Procuraduría 101 Zedillo había otorgado al partido Acción Nacional la posibilidad de que ellos propusieran al Procurador General de la República, continuando con la tradición de los gobiernos priístas. 251 General de Justicia del Estado exoneró a su jefe. En 1966, y gracias a la decidida intervención del periodista Ricardo Rocha, quien transmitió a nivel nacional, en su programa de televisión Detrás de la Noticia, un video que le hicieron llegar en donde se pudo comprobar el sembrado posterior de las armas, se reabrió el caso y solo después de esto el Presidente Zedillo solicitó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación una investigación sobre el caso en la esfera de su competencia. “El dictamen concluía que ‘existió violación grave a las garantías individuales de los gobernados’ y colocó a Figueroa como el primero en la lista de los funcionarios responsables. La Suprema Corte envió su informe a Lozano con la instrucción de llevar a término la investigación y perseguir los delitos federales resultantes.”102 El Procurador General de la República, que había sido propuesto por su partido, el PAN, para procurar la justicia, se lavó las manos, como Pilatos, alegando que no encontraba delitos federales que perseguir. Zedillo, actuando a la vieja usanza del sistema, se desentendió y una vez más. Uno de los más grandes problemas de México, la impunidad, volvió hacer un macabro acto de presencia pero ahora esto tuvo como consecuencia el nacimiento de otro movimiento guerrillero más, a mediados de 1996; el del Ejército Popular Revolucionario, EPR, surgido de los grupos guerrilleros existentes en el Estado de Guerrero desde los tiempos de Lucio Cabañas. El Gobernador tuvo que renunciar, no por su voluntad, sino con toda seguridad por instrucciones precisas del Presidente Zedillo, pero nunca fue castigado por los asesinatos de Aguas Blancas. En el sistema político al que pertenecía, desprenderlo de la ubre del presupuesto y hacerlo renunciar al cargo político, para ellos, era más que suficiente castigo. El asesinato de más de 20 personas, como eran campesinos, para el sistema no tenía “mayor importancia”. En 1999, y por espacio de nueve meses, estalló la huelga en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Tradicionalmente, ante la mínima pretensión de los rectores para operar cambios en beneficio de la institución, los líderes estudiantiles en turno, algunos perennes, “se rasgan las vestiduras y vierten abundante cenizas sobre sus cabellos”, enarbolando la bandera de la amenaza de la privatización de la institución, cosa que ni ellos mismos se lo creen, pero que les resulta un magnífico pretexto para saltar a la palestra y hacerse notar con la esperanza de acceder en el futuro a los cargos públicos, en el gobierno de la Ciudad de México o del Gobierno Federal, sin faltar algunos bien intencionados o idealistas pero con actitud contestataria y por supuesto irracional, que para el caso da lo mismo, porque no les importa afectar a la institución y a sus compañeros que pierden un tiempo irreparable en su vida de estudios. Cuando se les presentan estas oportunidades, tradicionalmente constituyen o reactivan de 102 Julia Preston y Samuel Dillon 184. 252 inmediato un “comité de huelga” que se dice representar a los estudiantes y toma arbitrariamente las decisiones, incluso en la vida académica de la universidad. Sin embargo, aquí es importante apuntar que en este caso el rector Francisco Barnés actuó precipitada y torpemente, sin la consulta debida a la comunidad universitaria, lo que le trajo como consecuencia el enfrentamiento que era de esperarse. Normalmente este tipo de movimientos casi de inmediato es secundado por el Sindicato de Trabajadores de la Universidad, STUNAM, porque “a río revuelto ganancia de pescadores”. Dentro de este ritual, normalmente tiene que haber un sacrificio, que usualmente es la cabeza del Rector. Francisco Barnés de Castro se lo buscó él mismo y fue sacrificado, habiendo sido substituido el 12 de noviembre, a finales de 1999, por Juan Ramón de la Fuente Martínez, quien hasta esa fecha había sido el Secretario de Salud del presidente Zedillo. La huelga no terminó con esto porque, como suele suceder, y más en una de esta duración (la más larga de que se tenga memoria), los problemas cuando no se atacan de raíz y en forma oportuna, se complican y se mezclan con los problemas nacionales, pues tradicionalmente este tipo de “líderes” asumen de inmediato el papel de redentores del pueblo en contra de todos los males nacionales. Y se trata de solucionar desde un nuevo proyecto de universidad hasta un nuevo proyecto de nación, por supuesto con actitudes soberbias, irresponsables y sin el menor asomo de rubor. El problema, convertido en una verdadera bola de nieve, amenazaba continuar sin importar el daño material y académico. En estas condiciones, el rector Juan Ramón de la Fuente, “para cortar por lo sano”, inteligentemente convocó a un plebiscito general sobre la validez o no de la huelga y naturalmente una abrumadora mayoría de universitarios (el 87%) votó en contra de ésta. Aun así los “líderes” se negaban a entregar las instalaciones. Entonces se recurrió a una demanda por despojo, presentada ante los tribunales por el antiguo Rector en contra de más de 600 personas involucradas en los desmanes y daños a la institución. En la madrugada del domingo 6 de febrero del 2000, la Policía Federal Preventiva PFP entró a Ciudad Universitaria para ejecutar las órdenes de aprehensión. Otra vez hubo quien se rasgara las vestiduras porque se había violado la “autonomía universitaria”, sin saber ni comprender que dicha autonomía se refiere a la libertad de cátedra y de gobierno de la misma universidad, y que su campus no puede ser guarida de delincuentes ni carecer de jurisdicción para la aplicación de la ley. Solo así terminó la huelga en contra de la Universidad. Durante el régimen de Zedillo se dieron grandes contrastes y contradicciones; por un lado, se abrían las posibilidades para iniciar un 253 proceso tendente a lograr en México verdadera democracia, y esto mismo propiciaba y no solamente alentaba sino demandaba la apertura democrática en las diferentes organizaciones de la sociedad que, acostumbradas solo a la apariencia de la democracia, poco o nada habían influido en la vida nacional, y todavía se tardarían mucho para decidirse a hacerlo en forma sistémica. Sin embargo, con la reforma electoral de 1996, las condiciones jurídicas para la democracia estaban dadas en México. Por otro lado, el Presidente se aliaba al consorcio Televisa, controlando y manipulando con un altísimo costo tanto económico como social la crítica que la opinión pública hacía a su Administración, y aparentemente, por supuesto también esto lo hacía con fines electorales, viciando y contradiciendo de esta manera el pretendido proceso democrático. La declinación del charrismo103 sindical adherido al PRI se pensó que se haría patente a mediados de 1997 estimulado con la muerte de Fidel Velázquez, líder de la principal organización sindical, la CTM, pero no fue así, más tarde se vería que esta tradición es hereditaria y continuaría porque también continua el mismo sistema político, y aunque el sindicalismo ya no sería monolítico como en un principio, ahora se ha multiplicado con todos sus vicios como amebas parasitarias. Don Fidel Velázquez como líder era una institución dentro del sindicalismo obrero mexicano, que había puesto ejemplo permaneciendo en el poder continuamente, convirtiéndose su organización y él mismo en uno de los pilares del sistema político unipartidista por más de medio siglo. Constituyó, además, la pieza clave del sistema, no para el beneficio de los trabajadores, sino para ejercer el control político sobre ellos, a la vez que los utilizaba como instrumento fundamental en el manejo del poder. El líder perenne enriqueció a sus allegados incondicionales y familiares cercanos, heredándoles posiciones a costa de la salud del sindicalismo en México. Afectó gravemente al sindicalismo mismo y a las condiciones del trabajador mexicano, que sigue siendo uno de los peores tratados y compensados por su trabajo en el mundo. Aunque a sus opresores como don Fidel y tantos otros se le erijan estatuas, como prueba del surrealismo político en México. La misma circunstancia ayudaba para empezar a cerrar el capítulo del México antiguo, del sistema unipartidista, de representación corporativa, autoritario y arbitrario, que solo había servido, en el caso de los trabajadores, para que éstos fueran utilizados electoralmente, al igual que los campesinos, sumiéndolos en la pobreza y el desamparo cuya resultante más evidente y patética es la migración masiva hacia los Estados Unidos, en donde año con año varios centenares de miles de mexicanos (se estiman en una cantidad cercana al medio millón cada año) arriesgan la 103 Sindicalismo de control y manipulación del trabajador en favor del Gobierno y del empresario que lo paga. 254 vida y muchos la pierden, paradójicamente en busca, no de trabajo, porque muchos lo tienen, sino de condiciones justas y mejores medios de vida, en busca de esperanza para sus hijos que aquí no la encuentran. No se conoce, o mejor dicho, yo no conozco ninguna medida efectiva y decidida del régimen de Zedillo por estimular la renovación de la condición sindical en la ciudad ni en el campo. Y que no vengan a decir que es por respeto a la autonomía sindical, porque al que sí le deben respeto y no se le tiene es al trabajador avasallado por los sindicatos que no son tales. En otra fase de contraste, Zedillo sí promovió al final de su sexenio, por primera vez, la elección dentro del PRI para seleccionar al candidato presidencial de ese partido, rompiendo con uno de los paradigmas de más peso tradicional dentro del partido y del sistema: el de la sucesión presidencial, que supuestamente ya no estaría a cargo del presidente saliente. Hay que reconocer también a Zedillo la consignación del Gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva Madrid, implicado en el narcotráfico y relacionado con el cártel de Juárez, por lo que fue acusado a medidos de 1999 por “delitos contra la salud en diversas modalidades y delincuencia organizada”. Esta era la primera vez que se trataba así a un gobernador del sistema. En esta forma el ex Presidente dejaba un importante precedente de su lucha en contra de la impunidad pública y la destrucción del tabú de no poder proceder en contra de los gobernadores e incluso de los ex presidentes en México. Para el cambio de gobierno al final del sexenio, el deseo que existía en la sociedad mexicana en todos sus estratos; era, de un cambio radical de las estructuras viciadas en los tres Poderes de la Unión y de un cambio también de las personas que han medrado en el Gobierno en detrimento de la función publica y de sus resultados; un cambio de políticos y líderes corruptos. Pero también de una transformación radical en la sociedad que, acostumbrada a este medio ambiente, lo sigue tolerando y utilizando para todo propósito legítimo e ilegítimo. Las reformas propiciadas por el régimen de Zedillo en el ámbito electoral ahora daban, por primera vez, la oportunidad de un cambio verdadero, sin embargo estas reformas aunque trascendentes, no eran ni con mucho suficientes. Era necesaria una verdadera transformación de la sociedad, lo que implicaba una profunda reforma del Estado mexicano, por supuesto reestructurando en forma radical toda la base jurídica que lo sustenta para que el Estado de derecho sea una realidad que propicie el desarrollo armónico y justo de la sociedad en su conjunto; para reconstruir y consensuar una filosofía social fundamentada en la verdad, en las mejores tradiciones históricas de la sociedad mexicana, en los valores de la justicia y la honestidad, en el ejemplo de verticalidad e integridad de los escasos estadistas que ha tenido 255 México y en el ejemplo de muchos buenos mexicanos que a lo largo de la historia han contribuido en todos los niveles para hacer que la vida sea mejor, que valga la pena vivirla; para tratar de lograr que México sea un país de todos, incluyente y no de unos cuantos, como lo había sido hasta entonces; para que las condiciones de vida y de trabajo fueran suficientes, evitando así la migración masiva de la población, para que la desesperanza no se refleje más en el rostro de los padres que no saben que va a pasar con sus hijos en un país así como estaba México. Todas estas necesidades de cambio representaban el mejor deseo de los mexicanos, conscientes de que si bien significaba una tarea enorme, está ahora no era imposible y ciertamente debería ser impostergable. No sabían los mexicanos el chasco que les esperaba. 3.- EL PARÉNTESIS DE FOX Las condiciones favorables para el cambio estaban dadas. En estas condiciones lo mejor que le hubiera pasado a México es que realmente tuviera verdaderas, opciones de cambio benéfico para el país en los programas de los partidos y en los candidatos para el nuevo Gobierno que debería elegirse en el 2000, y con ello, se iniciara el cambio necesario y consecuente en sus estructuras y en el rumbo del país. Pero desgraciadamente no fue así, como en seguida lo veremos. El pueblo sintió real, la posibilidad de cambio con las elecciones del 2000. Así lo entendió, o más bien, así lo deseó. Y es que en este caso, como en tantos otros en el pasado, los mexicanos se han dejado engañar una y otra vez por un falso líder, que solo lo es en apariencia, en la forma, aunque viéndolo bien, y en retrospectiva, en este caso también aquí; el líder que se creía haber encontrado dejaba mucho que desear. En realidad Fox era un líder en el cual había muy poca sustancia, y evidentemente por lo sucedido, ni siquiera la suficiente sustancia gris adecuada y experimentada en el manejo político. Y no la podía haber en alguien que no solo demostró ser ignorante de la historia de su propio país, sino también del sistema político que supuestamente pretendía cambiar. Quedó en evidencia, por los hechos de su Gobierno, que tampoco tenía una idea clara, ni le importaba cuál debería haber sido ese cambio y cómo lo iba a lograr. Pero además él y su partido demostraron no tener ni la capacidad ni la voluntad suficientes para el manejo del poder al máximo nivel y a la mayor intensidad como era necesario. Y sí en cambio un miedo, manifiesto en su actuar titubeante, miedo a no saber operar la enorme maquinaria del aparato burocrático del Gobierno Federal a la hora de la verdad; esto fue solo una parte de lo que los nulificó e imposibilitó, incluso para siquiera pretender, ya no digamos 256 cambiar el estado de cosas imperante, sino para asumir con decisión y plenitud el poder. En su tiempo, Miguel de la Madrid manifestó un grave síntoma de debilidad política al no ejercer plenamente el poder y hacer valer la autoridad del Presidente de la República, delegando muchas de sus tareas fundamentales que como Presidente debió atender, o al menos vigilar personalmente. Este mismo síntoma ahora se veía reflejado, con mayor intensidad, en el Presidente Vicente Fox, con el agravante de que éste no tenía en su Gabinete gente de la talla intelectual y experiencia política de Arsenio Farell Cubillas o de Jesús Reyes Heroles. Vistos a distancia, los tres candidatos de los tres principales partidos políticos, que se presentaron para buscar la Presidencia de la República en las Elecciones del 2000, tenían muchas fallas: por el eterno PRI, Francisco Labastida, ex-Gobernador de Sinaloa, ex-Secretario de Agricultura y de Gobernación, persona ampliamente experimentada en las lides políticas, conciliador, cierto, pero al fin y al cabo gente del sistema, un candidato tradicional, y no podía ser de otra manera, aunque por primera vez aparentemente éste candidato ya no era designado por el Presidente en turno; sin embargo, parece ser que se dio machetazo a caballo de espadas, porque en la elección interna del PRI resultaron más votos que votantes, y es que el partido continuaba dominado por los mismos especímenes de siempre, a los cuales el pueblo les ha llamado “dinosaurios” por ser gente del viejo sistema unipartidista, con las viejas y tradicionales mañas; por parte del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas, el hijo del general Cárdenas, que había nacido en los Pinos y pasado toda su vida política a la sombra del héroe nacional y al amparo del sistema político, ocupando infinidad de cargos. Había sido subsecretario, gobernador priísta por Michoacán, y aunque hijo de tigre pintito (solo en cuanto a su ideología), nunca se distinguió por realizar actos de gobierno extraordinarios. Fue Jefe de Gobierno del D.F. por el PRD, y además seguía siendo el sempiterno candidato a la Presidencia de la República; por el PAN, Vicente Fox, que había sido Presidente de Coca Cola México, ex-Diputado Federal en la época de Salinas y ex Gobernador del Estado de Guanajuato por el PAN. También era alguien que le había madrugado a su partido postulándose como precandidato a la presidencia de la Republica adelantándose considerablemente, en forma arbitraria a los tiempos previstos, enarbolando la bandera del cambio y de sacar al PRI de Los Pinos. En cierta forma, con esta acción tempranera había forzado su elección dentro del PAN, al que había ingresado en 1988. Y es que de no ser así, probablemente nunca hubiera tenido posibilidades de haber sido el candidato a la Presidencia, por su antigüedad dentro del partido y porque la cerrada estructura interna exclusivista del PAN no lo hubiera permitido y no porque no fuera el mejor, sino porque no lo consideraban con estirpe “la que sólo tienen los 257 selectos miembros que se consideran dueños del partido” obtenida esta no por su calidad, sino por razones hereditarias, matizadas por el fanatismo religioso, íntimamente ligado a la iglesia católica. La sociedad civil en México buscaba una transformación; los mexicanos reclamaban ahora un cambio verdadero. Con los antecedentes de los dos primeros candidatos, no se podía esperar mucho a este respecto. Por lo tanto, en este sentido crecía el candidato del PAN por el candidato mismo. Sin embargo, aun en estas condiciones, ninguno era electoralmente despreciable por las siguientes razones: el candidato del PRI tenía a su favor toda la estructura nacional, que durante muchos años y a través de muchas generaciones había creado, repartiendo su poder y su gracia a diestra y siniestra, fortaleciéndose con millones de votantes cautivos en toda la República y con la posibilidad de cubrir, con sus representantes, el 100% de la casillas de votación en todo el territorio nacional. Como hemos visto, el candidato del PRD había sido el presunto virtual “ganador”, no sin serios señalamientos, de las cuestionadas Elecciones de 1988; sin embargo en cierta forma, ya lo había logrado y había participado también en las pasadas elecciones presidenciales, en donde contó con millones de adeptos en toda la República, y contaba también con el antecedente positivo de la simpatía que conservaba la figura de su padre, particularmente entre la gente del centro y sur de la país. Vicente Fox, por su vigorosa y “enérgica” acción verbal en contra del sistema, por su carisma, simpatía, que la gente quería ver y por su trato abierto y sencillo, porque a todos les decía lo que querían oír y porque no reparó en compromisos de toda índole, pero principalmente porque la sociedad mexicana demandaba una alternativa nueva, entonces llegó a ubicarse también en condiciones de particular importancia nada despreciables. Sin embargo, Vicente Fox no se sentía seguro para ganar por sí mismo la elección y pretendió sostener una alianza con el PRD, que nunca se concretó y que lo deprimió momentáneamente. Tal vez esto mismo hizo subir sus bonos en cuanto a identificarse como el verdadero candidato del cambio. Al final, y sin ninguna necesidad, se alió con el Partido Verde Ecologista, un partido familiar folclórico que en realidad nada tenia que ver con la ecología, solo la apariencia. En estas condiciones, el único que se sentía más o menos seguro era el candidato del PRI, quien tenía a su favor el sistema político mismo y, con ello, al aparato gubernamental (incluyendo recursos ilimitados del erario,) y al alto mando del sector empresarial tradicionalmente fiel al sistema y más que nada a sus particulares intereses. Esto significaba una grave e injusta falta de equidad para sus opositores y, además, porque la costumbre dentro del sistema político era ganar a cualquier costo, como había sido en los casos de Salinas y sus antecesores 258 desde 1929. La fortaleza de Labastida se reflejaba claramente en las encuestas de opinión, favorables a su candidatura. Dicha situación ponía a prueba el compromiso de Zedillo con la democracia. Vicente Fox ganó porque hubo suficientes condiciones democráticas en el proceso electoral y un árbitro realmente independiente, ciudadano, el IFE, y porque los mexicanos vieron en él, o más bien quisieron ver en él una posibilidad real de cambio. De este modo, Fox recibió la mayoría de los votos mediante un sistema electoral confiable, manejado por ciudadanos y a través de consejeros también confiables y un presidente de la Republica que no pretendió influir y de hecho respetó a la autoridad electoral e hizo valer los resultados. A la hora de la verdad hubo un hecho decisivo, fuera del protocolo normal, y en forma oportuna y valiente, el presidente Ernesto Zedillo actuó con integridad al reconocer públicamente el triunfo de Fox como el nuevo presidente de México cuando ya la tendencia favorable en el resultado de las elecciones era irreversible. De no haber sido así, el sistema hubiera actuado como era su costumbre, desconociendo el triunfo y haciendo los arreglos necesarios para revertir los resultados. Aunque no resultaría nada fácil, esa posibilidad era real. Vicente Fox no había pasado de ser una persona que había crecido y sido educado en un medio con más prejuicios sociales y religiosos que conocimientos objetivos de la historia, la cultura y la realidad de México; que como estudiante se había distinguido por ser juguetón, buenote y vacilador, con estudios universitarios en una buena universidad de jesuitas, que evidentemente no aprovechó, sino solo a medias, en los aspectos técnicos y materiales, para su actividad empresarial. En este campo llegó a ser presidente de Coca Cola México, donde decían que se destacó como un buen vendedor de ese producto, podríamos agregar como un destacado ejecutivo con pensamiento empresarial e identificado con la mentalidad capitalista y conservadora de los republicanos de EU., y esa cultura, para algunos como él, era la meta a seguir e imitar. A Vicente Fox le tocó vivir una época política en la que la gente en México, ya estaba harta del autoritarismo, de la corrupción y prepotencia de los gobiernos priistas, del sistema político unipartidista, harta de los cacicazgos y explotación de los trabajadores y de la gente del campo, principalmente por sus propios sindicatos afiliados al PRI; una época en que la presión ejercida por los reclamos sociales habían empezado a lograr algunos avances en el ámbito electoral y judicial. Él llegó a la política por accidente, iniciándose en un sexenio en que el Presidente de la República le debía su presidencia espuria, al PAN. Cuando fue Diputado Federal y participó en el proceso de calificación para la validación de la elección de 259 Salinas en el Colegio Electoral nos cuenta, “¿Que es lo que más recuerdo? El proceso del Colegio Electoral, los treinta días más divertidos de toda mi vida”104. Evidentemente no tenía la menor idea de lo que estaba pasando. Y es que si con esa frivolidad (¿sensibilidad política?) calificaba Fox al virtual golpe de Estado que había recibido México, definitivamente era otro su mundo. Destacó en la Cámara de Diputados por imitar cómicamente a Salinas, subiendo a la tribuna con las orejas agrandadas con las mismas boletas electorales, lo que le ganó las risotadas de los diputados de oposición y la temporal enemistad de Salinas. Participó en el grupo San Ángel; una especie de amasiato de “intelectuales” aparentemente preocupados por la vida política de México, que en realidad y al final demostraron que su única preocupación era por el futuro político de cada uno de ellos. En 1995 volvió a ganar las elecciones para el gobierno de Guanajuato, y cuando sólo tenía dos años en el cargo, irresponsablemente se postuló como precandidato a la Presidencia de la República: “El 6 de julio de 1997 empezó mi camino para obtener la candidatura del PAN. A las 12 horas en el Ejido San Cristóbal donde acudí a votar en las elecciones intermedias, hice pública mi intención de buscar la Presidencia de la República.”105 Aunque parecía que había tenido suficiente oportunidad de tener contacto con la realidad de México y que tenía conciencia clara de ella –así trataron él mismo y sus estrategas de campaña de hacerlo aparecer—, evidentemente era inconsciente de esa realidad. En lo que había sido bueno era como vendedor, y siguió demostrando ser bueno en la mercadotecnia, al integrar en su equipo de campaña a especialistas que lo supieron vender a él como producto bien diseñado (sólo para ser vendido), aparentando ser el candidato que necesitaba México, el “Candidato del Cambio”. Y sucedió lo que resulta con la mayoría de los productos comerciales promovidos por las campañas publicitarias; que en realidad son un engaño. Después, ya demasiado tarde, se comprobó que era un ignorante de esa realidad nacional que pretendía cambiar, que había sido formado con más prejuicios que conocimientos en su cabeza, y que era una persona manejable. En esta forma, cómo iba a ser posible ya no que cambiara la realidad nacional, ni siquiera que pudiera entenderla, aún ya siendo Presidente, porque si analizamos bien, la verdad es que él no tenía ningún plan concreto, fuera del de llegar a Los Pinos y aun eso, no supo ni como lo logró. Al final Fox lograba uno de sus anhelos, o quizás el anhelo de quien venía con él; utilizándolo como caballo de Troya para llegar a Los Pinos. 104 Vicente Fox Quesada, A Los Pinos (México: Océano, 1999) 69 105 Vicente Fox Quesada 182. 260 Sin embargo, en cuanto a su promesa de sacar al PRI de Los Pinos, lo único que sacó de ahí fue la pintura de Siqueiros con el retrato del Presidente Juárez, con lo que demostró una vez más su ignorancia de la historia de México y los prejuicios religiosos con los que fue educado. Fox no sacó al PRI de ningún lado, al contrario, cometió otra vez, por no conocer la historia, los mismos errores que Madero al no someter definitivamente al vencido. Lo más seguro es que ni siquiera haya sido ese su propósito, lo cual quedó demostrado en los hechos. Se puso en las manos de “los dueños de México” y de líderes increíblemente corruptos. Como uno de muchos ejemplos, entregó la Dirección General del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, el ISSSTE, con hospitales y tiendas comerciales en toda la República, a un incondicional de la líder “moral” del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, la substituta de Carlos Jongitud Barrios y ahora incondicional de Carlos Salinas, quizá por recomendación de este ultimo. Esta entrega de Fox puede interpretarse como pago por su alianza a la más pura tradición del sistema priista corrupto, al que se suponía estaba combatiendo. Posteriormente le entregó también la Lotería Nacional y la fortaleció política y económicamente a costa de la educación de México. El Gobierno de Fox dejó intacta la estructura burocrática viciada, integrando dentro de su Gabinete a figuras prominentes del PRI. En primer lugar, designó como su secretario particular a Alfonso Durazo, exsecretario particular del candidato del PRI a la Presidencia de la República Luis Donaldo Colosio. Aunque en ese tiempo Durazo ya no pertenecía al PRI, de cualquier manera era muy difícil entender ¿por qué? un puesto de tal confianza podía ser entregado así a una persona ajena por completo al partido que lo había llevado al poder y que además había tenido un protagonismo de primer orden precisamente en el partido que tenía que “sacar de Los Pinos”. Después de todas las promesas que había hecho, esto no acababa de entenderse. En las secretarías más importantes, como en la de Hacienda, puso a una gente de toda la confianza de Salinas, pues le vendieron la idea, probablemente el mismo Salinas, de que “sería muy bien visto por la comunidad financiera internacional”. En el inicio, solo seis miembros de su Gabinete eran panistas. Y para terminar con los nombramientos, hizo algo verdaderamente increíble y fuera de toda lógica política: les dio la bienvenida, en general, a todo el aparato burocrático federal indiscriminadamente, con lo que dejó intactas sus estructuras viciadas y sus redes de corrupción, aceptando y ratificando a todos incondicionalmente, desde el nivel de subsecretarios hacia abajo. De esta manera maniataba e imposibilitaba a sus nuevos secretarios para hacer los cambios lógicos y convenientes que la nueva situación requería, ya no tanto de estructuras, porque era claro que no tenía ningún proyecto para 261 transformar al Estado mexicano, pero cuando menos se imponía la necesidad de un cambio de personas; sometiendo a la justicia a muchos delincuentes. En esta forma perdió el control político del aparato público. Esto, por razones lógicas, ni en los mismos gobiernos priistas se veía a la hora del cambio de mandos. El que iba a sacar al PRI de Los Pinos le dio “respiración de boca a boca” y, con esto, nueva vida. Fox dejó intacto el caduco sistema político, con el agravante de que lejos de que pudiera utilizarlo, fue éste el que lo utilizó a él. Fox prefirió dejarlos hacer, porque “ellos sí saben como”; creyó que con una actitud condescendiente se los iba a ganar para que lo apoyaran en sus llamadas “reformas estructurales”, reformas que habían quedado pendientes desde la administración anterior; en el campo energético, laboral y fiscal. Las cuales presentó en un gran paquete legislativo al principio del sexenio, algo también totalmente imprudente, probablemente aconsejado por alguien a quien le interesaba que fracasara, como sucedió con algunas de las iniciativas, por no decir que todas, pues fueron presentadas sin el necesario y suficiente cabildeo y sin ninguna estrategia o negociación. Éste fue, por ejemplo, el caso de la reforma fiscal, en donde no hubo intervención por parte del Secretario de Hacienda para preparar el terreno y donde incluso los propios diputados del PAN se quejaron de que la prensa fue enterada antes que ellos sobre los lineamientos generales de la iniciativa. Esta reforma fue bloqueada sistemáticamente por el PRI, motivado por conflictos entre la coordinadora parlamentaria (Elba Ester Gordillo) y su presidente (Carlos Madrazo), y por supuesto por el PRD. Pareciera cosa hecha a propósito. En los hechos aparecía como una especie de sabotaje de su mismo Secretario de Hacienda a fin de que no contara con los recursos necesarios para el crecimiento prometido del 7% anual del PIB, que con un buen liderazgo, creatividad e imaginación para aprovechar el potencial de México hubiera sido, sino fácil, si muy factible. Sin embargo, ésta misma reforma fiscal dejaba mucho que desear. Solo estaba hecha con un afán recaudatorio y lo único positivo que tenía era que pretendía ampliar la base gravable, pero nada más. No se incluía, en forma complementaria, una reestructuración del gasto corriente con el objeto de hacer más eficiente al aparato burocrático, ni tampoco algún programa de austeridad. Se adoptaron a priori todos los patrones anteriores. Y lo que es más grave, comenzó su gobierno sin hacer una liquidación, un recuento de cómo se había recibido la situación económica política y social del país. Esto era elemental y de la mayor importancia, ya que todos los males históricos heredados de anteriores administraciones, ahora sin el debido acuse de recibo, se le iban a acreditar a la nueva 262 administración de Fox. No se daban cuenta que definitivamente se estaba cerrando o debía cerrarse un capítulo en la vida nacional y pretendidamente se iniciaba una nueva era, o cuando menos así se sobreentendía por parte de los gobernados. En cierta forma, lo que se daba era solo un lamentable paréntesis en la vida nacional, desaprovechando una oportunidad única. Para agregar mayor complejidad a la relación con el Congreso, como si la existente fuera poca, y por falta de una planeación estratégica de la Presidencia de la República a través de su Secretaría de Gobernación, también se habían agregado al paquete legislativo inicial las reformas constitucionales en materia de derechos y cultura indígena, con base en la propuesta de Ley de la COCOPA y en cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés Larráinzar. Daba la impresión de que se apostaba demasiado al capital político de Fox logrado con la primera elección democrática, o bien, que la apuesta era en base a los supuestos amarres de alto nivel que Fox creyó haber hecho. Porque en éste como en los otros casos, las iniciativas no tuvieron el necesario cabildeo previo, ni los trabajos correspondientes de acercamiento con los partidos y sus legisladores para negociar y garantizar el éxito de la acción. “En su mismo discurso de toma de toma de posesión, el Presidente Fox anticipó la presentación de la iniciativa de la COCOPA asumida en sus términos como propia y apenas unos días después, el 5 de diciembre del 2000 se oficializó su entrega al Poder Legislativo. En los meses siguientes esa iniciativa ocupó de manera central las discusiones en las cámaras del Congreso de la Unión y fue modificada de manera importante. [...] A lo largo de febrero y marzo de 2001 la dirigencia del EZLN llevó a cabo un recorrido por varias entidades que culminó en la ciudad de México, con una continuación de actividades, incluyendo una serie de discursos pronunciados en la misma tribuna de la Cámara de Diputados. Sin embargo, ese intenso intercambio de opiniones, resultó contrastante con la actitud totalmente pasiva del Ejecutivo federal en relación con la iniciativa presentada. Finalmente el 14 de agosto de 2001 fue publicada en el Diario Oficial de la Federación la reforma que modificaba y adicionaba cinco artículos del texto constitucional. Se trató de una reforma ampliamente esperada y que constituía, junto con el retiro de las tropas del Ejército mexicano a las posiciones en que estaba apostado antes del levantamiento zapatista y la liberación de los presos vinculados al EZLN, el eje troncal de la estrategia del gobierno de Fox para resolver el conflicto en Chiapas. Lo que él había asegurado, en campaña, arreglar “en quince minutos”.106 Durante la verbena popular celebrada en el Zócalo de la Ciudad de México con motivo de la toma de posesión del nuevo Presidente, desde el 106 Adolfo Sánchez Rebolledo, comp. ¿Que país nos deja Fox? (México: Norma 2006) 40. 263 balcón central de Palacio Nacional se oye un chiflido de esos que con maestría emiten los arrieros, seguido de: “¡hey Mijares!, ¡pérame!, orita te alcanzo allá abajo”. Era el Presidente Vicente Fox, que se dirigía al cantante Mijares, y que inauguraba una nueva manera de comportamiento de la figura presidencial y de un actuar improvisado. No entendía que el candidato ya había terminado su trabajo y que ya había ganado las elecciones, que ahora iniciaba el Presidente de la República, así con mayúsculas. Que si estaba bien desacralizar a la tradicional figura autoritaria presidencial, no estaba bien de ninguna manera demeritar a la institución de la Presidencia, faltando al respeto a la figura del Presidente con un comportamiento trivial que además ponía innecesariamente en riesgo su seguridad personal. Esto sería de aquí en adelante el pan de cada día. Ya se había iniciado unas horas antes en el Congreso, dirigiéndose en primer término a sus hijos, con un “hola”, antes que al Congreso de la Unión, en la solemne ceremonia republicana de investidura y protesta como Presidente de la República. Después del homenaje en el Campo Marte como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, su comentario público fue: “El Ejército está de pelos” Y más tarde, en un acto público con su Gabinete, hizo que una de sus hijas le entregara un crucifijo, lo mismo que ya había sucedido en la toma de protesta como Gobernador de Guanajuato. Ahora esto se veía para no pocos, en el mejor de los casos, como una especie de manifestación indirecta de protesta personal pública, simbólica, aunque fuera de lugar, por la separación de la Iglesia y el Estado en México. Todo demostraba cuando menos falta de tacto político y grandes prejuicios históricos, que acabó por desconcertar a algunos sectores críticos de la población que no daban crédito a lo que veían y oían. Algo se presagiaba el 2 de julio del 2000, el día en el que los mexicanos creyeron que había llegado efectivamente el momento del cambio en México. Sus mismos correligionarios le dijeron a Fox, en el festejo del triunfo ante el Ángel de la Independencia en la Ciudad de México, “¡No nos falles!”, a manera de premonición. A la problemática descrita en el párrafo anterior, desgraciadamente se agregó otro factor que sería definitivo: su encargada de Comunicación Social en el Gobierno de Guanajuato, quien desde 1997, cuando Fox anunció su intención para ir por la Presidencia de la República, ya se había dedicado a él “en cuerpo y alma”, y ahora con el triunfo y como su vocero oficial se perfilaba como pieza clave de su equipo en la Presidencia; ella se convertiría en su esposa y tendría una influencia determinante en el Presidente y en su administración, que no sería benéfica ni para el presidente ni para el país. Permítaseme una fantasiosa especulación a manera de analogía, acompañada de un hecho real: pareciera ser que Marta Sahagún fue 264 envolviendo poco a poco a Fox en una especie de sutil telaraña que a él mismo no le disgustaba, y en el término de un año, con la ayuda de amigas, amigos, curas y santones, y tal vez acompañado de alguna pócima, se lo tragó; se casó con él, y como por arte de magia, de esta unión surgió algo inédito en la vida política de México: la “Pareja Presidencial”, asimilando su pareja por completo al Presidente. No conforme con este sacrificio, por medio del cual obtuvo con alevosía el poder, ahora pretendía trascender y perpetuarse en él a la manera de una Evita Perón rediviva como la futura presidenta de la República. Y aunque esto no pasara de ser una idea peregrina de la señora Marta, como respetuosamente la llamaba su consorte, adelantando vísperas, ella se dedicó a realizar una serie de urdimbres que nulificaron casi por completo a su marido. Con ello complicó enormemente la situación política del país, que ya de suyo era bastante compleja. El hecho real representativo de lo que estoy comentando es que a escasos tres meses del alumbramiento de la “Pareja Presidencial”, el precoz producto ya hacía de las suyas a costa del interés y del patrimonio de la nación, del pueblo de México. El 10 de octubre del 2002 se publicaba un decreto del Presidente de la República en el Diario Oficial de la Federación en el cual se reducía hasta en un 90% el tiempo de transmisión que las estaciones de televisión y radio estaban obligadas a proporcionar al Estado mexicano. Este atraco, no tenía más explicación sino que la señora Marta quería agradar, interesadamente para sus propósitos electorales a futuro, al vicepresidente de Televisa, que en esa precisa fecha terminaba su gestión al frente de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión, CIRT. “El propio Gómez, de acuerdo con testimonios publicados y que nunca fueron desmentidos, propició la redacción y cabildeó la aprobación del decreto que modificó aquel 12.5% del reglamento de la Ley Federal. Algunas versiones aseguraron que esos documentos fueron discutidos y afinados por funcionarios de Televisa y por Marta Sahagún, la esposa del Presidente, en la cabaña en donde vivían los Fox en Los Pinos. El Presidente o su esposa tenían prisa para que esos ordenamientos fueran aprobados porque querían entregárselos como regalo a Gómez, que el 10 de octubre concluiría su gestión como directivo de la CIRT. Por eso, de manera inusitada, el Diario Oficial de la Federación publicó una edición vespertina que estuvo impresa a tiempo para la Asamblea de la Cámara. En el Decreto Presidencial de esa fecha , el 12.5%, que equivalía a 180 minutos diarios en las emisoras que transmiten de manera continua, quedó disminuido a 18 minutos diarios en las televisoras y a 35 minutos diarios en las estaciones de radio. Gracias a ese decreto del Presidente Fox, el país perdió el 90% y más del 80%, respectivamente, del tiempo que el Estado 265 tenía derecho a utilizar en tales medios”. 107 Si se sabe lo que cuesta un minuto de tiempo por TV podemos calcular el tamaño del regalito que recibían de por vida “los pobres” de la industria del radio y la TV. Esto no sería más que el preludio de otro suceso vergonzoso que se dio más adelante, en la historia parlamentaria de México. El 1 de diciembre del 2005, la LIX Legislatura de la Cámara de Diputados, con el voto unánime de 327 diputados y en 7 minutos, aprobó las reformas a las leyes federales de telecomunicaciones y de radio y televisión, favorables a Televisa y a TV Azteca, propiamente hecha a la medida de sus intereses. Las razones que tuvieron los diputados de todos los partidos para aprobar estas reformas fueron exactamente las mismas que tuvo Marta Sahagún para ordenar que se emitiera el decreto del 10 de octubre del 2002., despojando injusta y arbitrariamente al erario de cuantiosos recursos, para su beneficio personal. La impunidad reinante en México, por el mismo sistema político que se combatía, les evito el merecido castigo a ella y los miembros del Congreso y sólo la historia los recordará como lo que realmente fueron. El propio secretario particular de Fox nos dice: “El activismo de un cónyuge presidencial es válido solo cuando juega un rol institucional, no cuando juega su propio juego; sin embargo, Marta Sahagún lo vio como una vía para incursionar en el inventario de aspirantes a suceder a su esposo en la propia Presidencia de la República. […] Al alcanzar el primer tercio del sexenio, prácticamente nadie tenía dudas del apoyo presidencial a su proyecto político. […] Incluso el PRI, cuyos militantes tienen en general ese sentido de Estado, no lo abordó con seriedad. Como si se tratara de una de sus ilustres militantes, insistió por boca de su presidente Roberto Madrazo en animar a Marta Sahagún en su proyecto presidencial. Se trataba, por supuesto, de una burla que si se hacía realidad, culminaría con el suicidio electoral del PAN en el proceso del 2006. […] Marta Sahagún confundió las consideraciones que recibía en condición de primera dama con méritos políticos personales para suceder a su esposo en el cargo. Sin elementos éticos suficientes para acotar sus anhelos, con una carrera política muy singular—apenas en sus cimientos—y con una tenacidad digna de mejor causa, Marta Sahagún se puso en esa campaña de dudoso éxito por muchas razones. En principio, si sus aspiraciones presidenciales hubieran sido en su propio derecho, las debió haber acreditado antes de su matrimonio, pero antes no se le reconocían mayores créditos propios. Fue aliada y vocera del Presidente durante su campaña y los dos primeros años de su Gobierno; ése era el currículo que portaba para aspirar a dirigir los destinos de nuestro país. Sus prendas intelectuales tampoco eran impresionantes. Superficialidad y lugares comunes sobre la mujer, la infancia y la familia –retórica habitual de toda primera dama– formaban su 107 Adolfo Sánchez Rebolledo 10. 266 ideario […] En ese contexto yo meditaba que si aspiraba por sus propios méritos podría suponérsele un atenuante en sus ambiciones. Pero no era así, toda su fuerza política personal derivaba de su nuevo estado civil. […] Las críticas al Presidente repuntaron y se amplió el círculo de sus críticos, pues se suponía que difícilmente Marta Sahagún podría embarcarse en una pretensión de esa naturaleza sin el consentimiento político del presidente Fox. […] El problema era mayor puesto que las aspiraciones presidenciales de Marta Sahagún no eran producto de una ocurrencia sino de una estrategia perfectamente procreada. “Estamos investigando si es más conveniente que sea una figura como Evita Perón o como Hillary Clinton”, me dijo el Presidente. Una vez que optaron, su activismo pudo haber sido positivo, pero sus aspiraciones presidenciales no. A partir de esa decisión hubo un claro paralelismo entre la estrategia del candidato Fox y la de Marta Sahagún. El precandidato Fox, años antes de la campaña del 2000, no era bien visto por el establishment del PAN –igual que Marta Sahagún —, pero terminó por imponer su candidatura sobre la base de las preferencias electorales que lo favorecían. A esto le apostaba nuevamente la ahora pareja presidencial.”108 Fue necesario que Arturo Durazo, secretario particular del Presidente, tuviera que renunciar después de tres y medio años de Gobierno y denunciar las pretensiones presidenciales de la Primera Dama, para detener su carrera desbocada y a todas luces perniciosa para su esposo el Presidente de la Republica, misma que si, como Durazo dice, fuera por méritos propios y podríamos agregar en buena lid, no tendrían demasiados inconvenientes. Pero incluso también quedó en evidencia que, usaron el enorme poder que tiene el Presidente de la República en México para tratar de hacer a un lado al principal posible candidato para la competencia presidencial: al Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, a quien le montaron “el teatro del desafuero” para de esta manera poder eliminarlo. Con esto, la pareja presidencial dio muestras sobradas de un concepto muy sui generis de “refinada democracia”. Todo ello quedó asentado en la misma denuncia del secretario particular en su libro Saldos del Cambio, publicado en el 2006. En un principio, Vicente Fox trató de hacer efectiva su alianza, comprada a un altísimo costo, con Elba Esther Gordillo, quien ahora era la coordinadora parlamentaria de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados. Aunque esta posición era muy importante; por si sola valía muy poco, toda vez que como coordinadora forzosamente tenía que contar con Roberto Madrazo, presidente del PRI. Sin embargo, todos los acuerdos a los que se comprometía Roberto Madrazo con Vicente Fox, que 108 Alfonso Durazo, Saldos del Cambio (México: Plaza & Janés, 2006) 191, 193, 194, 196, 197 y 237. 267 supuestamente habían sido arreglados por su aliada, eran los mismos en los que a la hora de la verdad éste se hacía para atrás. No se sabe si se trataba de un juego previamente acordado entre la coordinadora y su presidente del partido, o si todo se debía a la existencia de grandes conflictos de poder entre ambos o a una combinación de todo, el hecho fue que esto no le funcionó a Vicente Fox como él lo esperaba. En estas condiciones, el Presidente se encontró con las fracciones parlamentarias del PRI, aparentemente titubeantes y ciertamente divididas, y del PRD, que demostró una actitud contestataria, abiertamente hostil y contraria. Fox no estaba preparado para la negociación y el cabildeo político necesarios en estos casos, por lo que quedó de manifiesto, desde el inicio, que era muy poco lo que se podía avanzar en materia de reformas legislativas y en su relación con el Congreso. Una vez que ambos partidos le tomaron la medida al nuevo Presidente, se dedicaron a bloquear cuanta iniciativa era presentada por su Gobierno o por su partido, sin importar si se perjudicaba al país. Solamente aceptaban aquellas iniciativas que a ellos y a sus partidos les convenían. Lo verdaderamente importante para ellos era debilitar a la nueva Administración y hacer ver inepto al Poder Ejecutivo, que no daba pie con bola y que no sabía cómo hacer las cosas. Lamentablemente lograron su propósito, el cual por supuesto no estaba desprovisto de fines electorales. Aun así, hubo logros positivos; se logró aprobar una iniciativa de la mayor trascendencia, que también había sido un reclamo del EZLN: la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública y con ella, se creó el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), quedando aprobada el 11 de junio del 2002 como el instrumento legal que desde esa fecha “garantizaba” el derecho de todos los mexicanos a conocer la información pública y, por consiguiente, por primera vez se propiciaba la rendición de cuentas de los servidores públicos, como prerrequisito básico, que indudablemente contribuiría al fortalecimiento del Estado de derecho. La ley fue aprobada porque era un clamor de los mexicanos, cansados de tantos años de mentiras y ocultamientos, pero circunstancialmente y más que todo, porque el PRI y el PRD la consideraron como un valioso instrumento para exhibir al Gobierno de Fox, que sin la experiencia ni la malicia preventiva consecuente, pisando sobre el terreno minado que significaba el aparato burocrático anterior intacto, y sin haberse deslindado de los resultados de administraciones pasadas, ahora con este nuevo instrumento legal sería fácil blanco de ataques de todo tipo. También, como un hecho positivo en materia legislativa durante este régimen, aunque no precisamente de su iniciativa, puede considerarse la aprobación de la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, y la creación del CONAPRED, Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. 268 Pareciera ser que las llamadas “reformas estructurales” eran una premisa definitiva y casi única, como condición insalvable del Gobierno de Fox, para la solución de la problemática. Cuando estas se toparon en duro con la barrera construida por la intransigencia del PRI y del PRD, en el Congreso y al no tener un plan alterno (algún “plan B”) para enfrentar la contingencia, el Gobierno inició de manera titubeante, sin ninguna estrategia, cuando menos visible en ninguno de los campos de la Administración Pública. El nuevo régimen se dedicó sólo a “reaccionar a bote pronto” ante las contingencias; se abandonó a las manos del aparato burocrático pasado, para que cuando menos la operación siguiera adelante. Esto le dio la oportunidad a todo el aparato anterior para que refinara sus vicios, porque ya se habían dado cuenta de que “no pasaba nada”. Como se le oyó decir a un alto ejecutivo, adicto a la corrupción, cuando le preguntaron “¿Cómo te va con el nuevo gobierno?” “¡Ahora la cosa está mejor!”, fue su respuesta. La reacción inicial de la opinión pública fue a favor de Fox y en contra de la oposición, “que no hacía otra cosa que bloquear la aprobación de las reformas del Presidente”. Sin embargo, poco a poco fue quedando en evidencia, desgraciadamente solo para una minoría con capacidad de análisis crítico, la falta de capacidad política del ejecutivo para la negociación, su falta de previsión, la poca creatividad e imaginación para la búsqueda de salidas alternas y la ausencia de objetivos claros en su gobierno, lo que de hecho evidenciaba la falta de un timonel confiable que supiera a dónde quería llegar y cómo pretendía lograrlo. Al principio de cada sexenio, dentro del sistema político que por supuesto seguía intacto, vigente y actuante, generalmente las nuevas administraciones con motivo de algún problema existente, reciben alguna “cala” por parte de algunos de los grupos de poder o de presión para saber a qué atenerse en el futuro y conocer cuáles son las limitaciones del nuevo régimen y hasta a dónde se puede llegar con él. Esto se dio en el Gobierno de Fox; con el primer gran proyecto que el nuevo régimen pretendía llevar a cabo: el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Independientemente de si el manejo de la licitación haya sido limpio o no, y de si su resultado y la ubicación eran lo más apropiado para el interés público; otra vez salió a relucir la falta de manejo político y de la previa negociación necesaria con los actores más críticos, lo que complicó la realización del proyecto. En este caso la situación se agravó por la valoración ínfima de las tierras ejidales a expropiar (en algunos casos $6.00 pesos por m2.), alegando que eran tierras salitrosas, cuando en muchos casos se probó que estaban en pleno cultivo. El decreto expropiatorio se dio de todas formas, sin el debido convencimiento y la necesaria negociación previa con los ejidatarios. Todo esto representaba un marco idóneo para 269 propiciar la agitación que surgió allí mismo. Las protestas estallaron el 22 de octubre de 2001 en el ejido y pueblo de San Salvador Atenco, del Estado de México. El PRI y el PRD no tuvieron mucho problema para avivar la hoguera, a la que se sumó el Verde Ecologista sin haber sido convocado y al que Fox había hecho a un lado. Infinidad de agrupaciones surgieron, y otras que ya existían se agregaron a la causa, dándole ahora una dimensión mayor al problema. Así, un grupo que se decía representar al Frente Zapatista de Liberación Nacional enarboló el lema: “¡Zapata vive la lucha sigue y sigue!”. Se agregaron de inmediato el Consejo General de Huelga CGH (siempre en estado latente y al acecho de la primera oportunidad, sin importar si tiene o no relación con la universidad), el Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Chapingo y por supuesto los contingentes populares convocados por el PRD y el PRI. Aquí surgieron nuevos lemas: “Zapata dijo: “La tierra es de quien la trabaja”, Fox dice: “La tierra es de quien te la baja”. Los machetes salieron a relucir, sacando chispas al azotarlos contra el pavimento, mientras los manifestantes los blandían en forma amenazante y en son de guerra. Aquí surgió en México, una nueva manera paradigmática de protesta pública, que proliferó en muchas partes ante la omisión consiente, voluntaria y atemorizada de la autoridad para aplicar la legalidad. Con esto algunos que se autoproclamaron, de inmediato, líderes del pueblo de San Salvador Atenco, vieron un posible modus vivendi. El Gobierno de Fox entró en pánico, o cuando menos esa fue la impresión que dejó, y se negó a ejercer la autoridad que además, cuando menos moral, en este caso no la tenía. Finalmente la Administración dio marcha atrás con el proyecto en forma definitiva, afectando la debida preeminencia del Estado de derecho, y esa fue su tónica durante todo el sexenio. Muy pronto sus enemigos y falsos aliados supieron qué cartas jugar con el nuevo Presidente y cómo. Habiendo probado la debilidad del ejecutivo; al año siguiente los gobernadores de los estados, con abrumadora mayoría de la oposición, idearon un sindicato de gobernadores (la CONAGO) Conferencia Nacional de Gobernadores, “para fortalecer el federalismo” lo cierto es que en realidad era para unir fuerzas y hacerle contrapeso al ejecutivo federal. Paradójicamente ni la Secretaría de Gobernación, que sería la más directamente afectada, ni los pocos gobernadores panistas y menos el Presidente, visualizaron el mal que se estaba gestando y no se opusieron a ello y consintieron la creación de un engendro más, para engrosar las filas del corporativismo nacional. Alimentado por el sistema político, que padece la Republica, un grupo sindical de poder más, con intereses sectarios, como si no hubiera suficientes, era políticamente imperdonable. 270 Afortunadamente Fox respetó la autonomía del Banco de México otorgada por iniciativa del Presidente Zedillo, lo que se vio reflejado en los indicadores macro económicos; las reservas llegaron a superar cifras récord arriba de los 83,000 millones de dólares, que daban una buena imagen para los inversionistas extranjeros, disminuían el “riesgo-país” (medalla que cuelgan arbitrariamente las calificadoras estadounidenses a los otros) y se vacunaba contra las tradicionales crisis económicas de final de sexenio. Sin embargo, es incomprensible –tal vez para los no expertos como yo— que la mayor parte de estos recursos sean invertidos en valores extranjeros, principalmente en bonos de la Tesorería de los EU. Esto podría explicarse por la necesidad de liquidez inmediata tratándose de reservas, pero eso sería válido solo para un monto determinado; el resto bien podría ayudar a financiar muchas de las carencias, como las existentes en materia de infraestructura de comunicaciones y transportes, deficitaria en México, o bien para invertir parte en renglones prioritarios como crear oportunidades de superación en los grupos más necesitados y en otros deficitarios también, como la educación109. Otros factores que en el aspecto económico ayudaron considerablemente al régimen de Fox fue el precio del petróleo en los mercados mundiales, que alcanzó cifras récord sobre todo en los últimos años de la Administración, con precios superiores a los 60 dpb en el Brent del Mar del Norte, y los envíos de dinero provenientes de los emigrantes mexicanos en los EE.UU. a sus parientes en México, que en el 2006 superaron con creces los 20,000 millones de dólares y que aunque representan una ayuda enorme, no dejan de ser una vergüenza y de confirmar la tragedia que eso implica. Aun así, el manejo de la economía dejó mucho qué desear. En un inicio, la Secretaría de Economía era dirigida por un secretario sin la suficiente visión, en cierta manera frustrado por no haber alcanzado la SHCP, su verdadero deseo; no tuvo una estrategia clara a seguir y solo continuó con los programas previstos por la anterior Administración. Por supuesto continuaron en sus puestos algunos de los funcionarios ya existentes en la Secretaría, que se habían distinguido por complicar enormemente el comercio exterior con normativas contraproducentes y sin sentido, que solo encarecen los productos de importación, además de entorpecer también el funcionamiento de las maquiladoras, que ya de por sí es un sector con un beneficio marginal muy pequeño. Increíblemente algunos de estos funcionarios fueron promovidos a puestos superiores, sin más mérito que solo el conocer y manejar al dedillo la operación entorpecedora y no promotora de la Secretaría, porque eran muy buenos para decir “no”, sin preocuparse en buscar él como “sí”. En estas condiciones, el entorno mundial globalizado y una actitud inteligentemente 109 Según informe de UNICEF del 2006, un millón de niños mexicanos quedan anualmente sin escuela. 271 agresiva de China encontraron a la Secretaría de Economía “papando moscas” y le arrebataron a México posiciones vitales que ya tenía ganadas en el comercio exterior, entre ellas el importantísimo mercado de los EU., ahora dominado por China quien pasó a ocupar el lugar que México tenía. Resulta evidente que los mexicanos no hemos sabido aprovechar nuestra magnifica ubicación geopolítica para el propio beneficio a pesar de la vecindad con los EU., mientras los chinos si lo pudieron hacer a pesar de estar en las antípodas, a miles de kilómetros de distancia, pero con otra actitud muy distinta; teniendo claro su objetivo y como lograrlo, con creatividad, inteligencia y visión. Pero sobretodo buscando beneficiar a su gente. La Secretaria de Hacienda tuvo una actitud contradictoria durante toda la Administración, benéfica para algunos sectores y perjudicial en otros. Por ejemplo, en materia de aduanas simplificó el tráfico de mercancías al menudeo, que son las que cruzan los particulares en la frontera, principalmente con los EU., y también para los que vienen por avión, disminuyendo así considerablemente el atraco a que eran sometidas las personas por parte de las autoridades aduaneras, publicitando además los artículos a los que se tenían derecho a pasar. Pero en el comercio al mayoreo además de continuar con el encarecimiento de los productos de importación, por la multitud de tramites e intermediaciones, el país se vio inundado de mercancía de contrabando, lo que afectó diversas ramas de la actividad comercial e industrial. Los hechos y las evidencias indicaban que ellos seguían teniendo el control del manejo del contrabando y los provechos que de éste se derivan, como sucedía en los gobiernos del sistema unipartidista. Asestaban, sólo de vez en cuando, algunos golpes espectaculares desde el punto de vista mediático, como sucedía, por ejemplo, contra el comercio informal de Tepito en el D.F., o contra algunas compañías o particulares que se saltaban las trancas. Esto era solo para dar la impresión de que se estaba combatiendo al contrabando, cuando los hechos demostraban lo contrario. La actitud de la SHCP fue eminentemente recaudadora, lo que se manifestó de múltiples formas. Puedo mencionar la restricción al comercio exterior por medios aparentemente contradictorios, como por ejemplo la aparente promoción, a finales de 2002, de los recintos fiscalizados estratégicos que tienen grandes beneficios, pero en los hechos hicieron todo para retrasar o impedir su implementación y puesta en marcha, alegando como excusa el control del contrabando, cuando una de las ventajas de este tipo de recintos es precisamente en ese sentido. Como un hecho positivo surgió la sistematización para facilitar los procesos de declaraciones de ingresos y la atención al contribuyente. Por otro lado, la SHCP entró en conflicto con las otras secretarias del Ejecutivo, 272 principalmente las directamente relacionadas con ésta; a final de cuentas, por el apoyo que siempre tuvo de la Presidencia, siempre se salió con la suya en todos los sentidos. En los hechos, los resultados finales de esta Secretaría fueron como una labor de zapa en contra del mismo Presidente y del país, aunque él no lo percibía así por algunos aspectos excepcionales de eficiencia en esta Secretaría, como los que hemos señalado, y porque estaba embelesado por su manejo de la macroeconomía, sin darse cabal cuenta de que eso dependía en mayor proporción del Banco de México y del mismo Ejecutivo, en el área de su responsabilidad en general, más que de la propia Secretaría de Hacienda en lo particular. Las relaciones exteriores que durante el sistema unipartidista habían estado caracterizadas por el aparente rechazo a los EU., solo en el discurso y una total sumisión a ellos en los hechos; en el Gobierno de Fox se caracterizaron no solo por la continuación de esa dependencia injustificable. Sin embargo, ahora quedó de manifiesto la disposición especial del Presidente para, en forma solícita y acomedida, atender a todos los gustos del presidente George W. Bush, rallando en lo servil y lo ridículo. Con una sola, afortunada y digna excepción para el pueblo de México, que fue cuando se opuso a la guerra en contra de Irak, en congruencia con la tradicional política mexicana de no intervención y por supuesto en contra de enviar soldados mexicanos al exterior. Fox centró su política exterior con los EU. en una visión parcial de la problemática, centrada en el problema migratorio tal y como estaba en ese momento y sin tocar para nada sus causas y planteó coloquialmente, a través de Jorge Castañeda, su secretario de Relaciones Exteriores, una fórmula mágica por llamarla de alguna manera: “Queremos la enchilada completa”. Aparentemente una payasada que nunca se supo en realidad qué quería decir con esto, ya que el problema migratorio en los EU relacionado con México es una verdadera tragedia y si nuestros gobernantes tuvieran vergüenza antes de reclamarle a los EU deberían estar trabajando seriamente para que esto no suceda más. Fox, ingenuamente confió demasiado en el trato de aparente amistad que le dispensaba Bush. Parecía no darse cuenta de que para estas personas no existe amistad ni principios, existen intereses y no tanto de los EU., sino, en este caso particular, el interés personal del Presidente, que pasando por todos los matices y tamices, terminará siempre por concentrarse en el interés electoral y de sus intereses personales en el campo del petróleo. Y como se vive en una “democracia”, “si tu asunto está en conflicto con mi interés particular, porque puede no ayudar a mi reelección, entonces olvídate de cualquier trato”. Y así sucedió. Se registraron para la historia anécdotas y hechos de ignominia vergonzosos por la acción misma y por el 273 servilismo que se denotaba hacia el Presidente de los EU. Un ejemplo claro de esto se dio cuando, durante los trabajos de la cumbre de la ONU sobre el Financiamiento para el Desarrollo, celebrada en Monterrey el 21 de marzo de 2002. Para “tranquilidad” del Presidente de los EU., Fox le pidió al Jefe de Estado cubano, Fidel Castro, que una vez que asistiera al banquete de recepción y comiera, se retirara. Acción increíble y vergonzosa para todos, tratándose de una relación entre jefes de Estado. Se hizo célebre la frase “comes y te vas”, que pasó a formar parte de una canción en la que se hacía burla del tema, a “ritmo guajiro, chico”. Ante los rumores de que algo anormal debía haber sucedido, Fox mintió negándolo categóricamente. Sin embargo, el 22 de abril, un mes más tarde, Castro dio a conocer una grabación en donde esto se comprobaba poniéndolo en evidencia como el embustero que era. Más tarde, la acción depredadora de las relaciones continuó contra muchos de los líderes de países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, etc. La pérdida del liderazgo de México en Latinoamérica se hizo evidente cuando el Canciller mexicano en turno, al negársele la posibilidad de contender como precandidato de su partido a la Presidencia, pretendió contender por la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la cual México perdió vergonzosamente frente a Chile. El Canciller no tuvo ningún mérito fuera de exhibir la política exterior irresponsable del Gobierno de Fox, que solo dividió a los países latinoamericanos y puso en evidencia al país. Fox viajó 52 veces al exterior con resultados muchas veces desastrosos, como en el caso en que confundió el nombre de Jorge Luis Borges por el de José Luis Borgues ante los Reyes de España y las autoridades de la Real Academia de la Lengua Española. Sin poder siquiera mediar en los problemas internos de México, el Presidente pretendió arreglar los problemas del mundo. En noviembre de 2006 el Congreso le puso un alto al negarle el permiso para viajar, recordándole que había problemas más graves que atender primero en México, como el conflicto de la APPO en Oaxaca, y además porque no se justificaba el viaje al continente australiano, que en primer lugar tenia como razón un motivo personal: visitar a su hija Paulina quien estaba estudiando en Australia. De acuerdo a múltiples fuentes y estudios en la materia, el consenso en términos generales es que hoy en día, en México, aproximadamente el 20% de la población vive en la pobreza extrema110; el 25% en la 110 La pobreza extrema es cuando se carece de lo más elemental, ya no digamos para una vida digna, sino para la supervivencia misma. 274 pobreza111 ; el 25% en pobreza relativa112; el 25% pertenece a la clase media113 , y al 5% restante se le considera como una clase media de ingresos relativamente aceptables. De estos, a menos del 1% se les puede considerar como ricos, mientras que de este último estrato uno entre mil son extremadamente ricos y son los que poseen o controlan más de la mitad de la riqueza nacional. Todavía entre estos existe otro grupo dentro del cual, paradójicamente, están algunos considerados entre los más ricos del mundo, muchos de los cuales han hecho su riqueza a costa del pueblo de México asociados con el poder político o “auspiciados” por éste. Paradójicamente, según estudios recientes, el 56% de la población de nuestro país se le considera con inseguridad alimentaria, por su grado de pobreza. Las clases más poderosas, denominadas extremadamente ricas, son un muy pequeño porcentaje al cual pertenecen principalmente personas relacionadas con prósperas empresas, muchas de ellas ligadas a la clase política, cuya riqueza se debe básicamente al hábil manejo de esa relación con la que han obtenido prosperidad al amparo de la misma actividad política, aunque algunos de ellos aparezcan algunas veces, solo en la forma, como “severos” críticos del sistema. Estos extremadamente ricos en México, salvo excepciones, que las hay, son personas caracterizadas por una mentalidad mercantilista, en busca de la utilidad material o monetaria en todas sus acciones, de gran talento y habilidad para los negocios, sin mucha preocupación por la ética. Aunque algunos de ellos se proclamen paladines de la ética utilitarista, su concepción filosófica es más cercana al hedonismo. Su mentalidad es también altamente pragmática y han demostrado gran destreza para aprovechar al máximo el sistema político mexicano imperante en los últimos cien años cuando menos. Sin que les importe mucho la ideología política de quienes ejercen el poder en turno, han sido en cierta manera los eternos cortesanos del poder en los últimos 100 años. Curiosamente los mexicanos extremadamente ricos son muy parecidos a los extremadamente ricos de los E.U., en cuanto a su comportamiento y al origen de sus fortunas. Por otro lado, y volviendo a las paradojas y a los contrastes, en México cuando menos 21 millones de personas viven en zonas de alto riesgo, donde su vida y su exiguo patrimonio están constantemente en peligro. Probablemente la “Pareja presidencial”, en estos años de convivir con los extremadamente ricos, 111 La pobreza se considera así cuando las personas tienen una economía mínima de subsistencia. 112 La pobreza relativa resulta de comparar a la gente con ingresos básicos, que les proporcionan algunos satisfactores y tienen relativa capacidad productiva, con las clases económicas bajas, los pobres de los países desarrollados, en términos generales, y vemos que están en condiciones similares. 113 La clase media son personas pertenecientes a familias con educación media y superior, con relativa capacidad económica e intelectual para ejercer análisis crítico. 275 perdió todavía más la noción de la realidad nacional; el Presidente anunció que dejaba un país en jauja y que por eso se iba muy satisfecho. Por supuesto, es justo reconocer que la grave situación de la pobreza en México no es hechura de Fox, data de muchos años de explotación e injusticia y tiene como uno de tantos efectos negativos, los intentos desesperados a través de la migración de alrededor de 500,000 personas al año. Desde siempre “el ataque” a la pobreza en México, hecho por los gobiernos “revolucionarios” y ahora por los confesionales, y las “fuerzas Vivas” ha sido dándoles cosas, despensas, pisos de cemento en sus miserables viviendas, recursos económicos a los agricultores que acaparan los caciques y que nunca llegan a los más necesitados, caridad; limosna en una palabra. En vez de preocuparse por crear las condiciones necesarias para que ellos mismos salgan de su situación miseria, para que el trabajador perciba mejores salarios y deje de ser explotado por muchos principalmente por los sindicatos corruptos. Pero eso no sería rentable electoralmente y ya no habría con quienes practicar la bondadosa caridad y la filantropía, con los que muchos creen que pueden comprar su buena imagen y salvación. Xóchitl Gálvez, quien en uno de los contados aciertos de Fox fue designada Presidenta de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Tenía suficiente conocimiento de causa, y pasión, lo que le ayudó a desarrollar mejor esta importantísima función relegada por tantos años de gobiernos del sistema, que solo utiliza el folclore de los indígenas y sus vestimentas dentro de la escenografía y parafernalia de sus actos políticos con fines electorales, o para manifestar con oportunismo su aparente preocupación por los pueblos indígenas sólo en la forma y ante los medios. Xóchitl canalizó cientos de millones de pesos de las diferentes secretarías del Ejecutivo en obras de infraestructura de comunicación y para mejorar, en todos los campos, las condiciones de vida de los pueblos indígenas, bajo la tesis acertada de que lo que necesitan estas comunidades no es limosna, sino apoyo para poder ayudarse ellos mismos a salir de su atraso y superar las condiciones adversas para su gente. Además de que se les garantice el respeto a sus usos y costumbres y a su propia manera de comunicarse entre sí y con los demás. En el Estado de Hidalgo, de donde es originaria Xóchitl, casi al final del sexenio pudo haberse postulado como candidata al gobierno del Estado y haberlo ganado con relativa facilidad, pero a diferencia de muchos otros que se dicen políticos, pero no entienden la verdadera función de la política que tiene más que ver con servir a los demás –y no servirse de ellos—, Xóchitl Gálvez no quiso claudicar y abandonar la responsabilidad que se le había conferido, así que siguió trabajando intensamente hasta el final, de manera que su labor reportó un significativo y verdadero beneficio para el desarrollo de los pueblos indígenas en México. 276 Durante la Administración de Fox, se instituyó el Seguro Popular, que en teoría es una gran ayuda sobre todo para los más desprotegidos económicamente y que debiera ser un derecho para todos. No está suficientemente claro si las razones que dieron origen a esta idea tuvieron motivos electorales, para contrarrestar el “populismo” de López Obrador, y favorecer a Marta Sahagún cuando ésta pretendía la Presidencia, o una verdadera causa de Estado, justa y noble como lo es auxiliar a gran parte de la población que no cuenta con seguridad pública ni privada en materia de salud y establecer ésta como un derecho ciudadano. Aparentemente, según informes del Gobierno de Fox, durante su administración quedaron inscritas cinco millones cien mil familias, lo que sería un logro importante si no fuera únicamente la inscripción, sino también la prestación eficiente de ese servicio médico, porque tengo entendido que de hecho hasta el 2007 no existía la capacidad instalada para este propósito. La justicia que Vicente Fox prometió hacer realidad en México todavía funciona en forma proporcional a la capacidad económica de las personas. Esto quiere decir que aproximadamente un poco más del 75% de la población, cuando menos, no tiene acceso a ella; el que tiene dinero para pagar la fianza y para un poco más no pisa la cárcel. Existen miles de ejemplos de personas que por delitos menores y ante la imposibilidad del pago de la fianza purgan penas de varios años. En lo civil sucede algo similar. La impunidad para el que lo agrede es la regla que tiene que sufrir la mayoría del pueblo de México. Esta es una de las causas del éxito de la delincuencia organizada en los últimos tiempos. Si bien no se puede decir que la justicia en México está a la orden del mejor postor –sería injusto para muchos verdaderos juristas, algunos de ellos esforzados jueces y magistrados que durante toda su vida profesional han hecho honor al derecho mexicano—, lo que si es una realidad es que la corrupción e ineficiencia en el aparato judicial son públicas y notorias en la actualidad, agravándose esto por la cultura de la corrupción que se le ha impuesto a la sociedad y por su tolerancia debida a la costumbre, a tal grado de que, por ejemplo, en los presupuestos de algunas empresas, se consideran partidas que si no son señaladas por razones obvias con este concepto, sí sirven para ello. Una de las prácticas más dañinas es la de los jueces de consigna, utilizados por la autoridad para orientar la justicia publica a su conveniencia o a la de sus favorecidos, ya sea para que procedan y decidan en determinada forma, o se desistan y exoneren de toda culpa a verdaderos delincuentes. Fueron múltiples los ejemplos de casos como los anteriores que se dieron en la Administración de Vicente Fox. 277 El Gobierno de Fox no supo o no pudo aprovechar la inercia del régimen anterior para que se tuviese una secuencia en las importantes reformas que se emprendieron, sobre todo en el campo judicial, estableciendo políticas públicas bien definidas que consolidaran la reforma. Otra vez aquí vemos cómo la falta de una idea rectora, nacida de la plena conciencia de lo que se quiere para el país en forma total, en este caso en materia judicial, y cómo lograrlo; evitó la congruencia y continuidad en los actos de gobierno. Todavía existe mucho camino por andar en materia de reforma judicial. Por ejemplo, la necesidad de eliminar la intervención directa del Ejecutivo en muchas áreas de la justicia; el más representativo y urgente de solucionar es en el campo de la justicia penal, en lo que se refiere al Ministerio Público, tanto federal como estatal, entre muchos otros casos críticos, para que el Ejecutivo no siga actuando como juez y parte en algunos casos, y para que verdaderamente se dé la separación de poderes. Sigue existiendo pues, un gran vacío legislativo en materia de seguridad pública. En la forma como inició Vicente Fox su régimen, estaba visto que la lucha contra la corrupción no podía avanzar, sino que retrocedió, al asociarse políticamente y ponerse en las manos de muchos de los más corruptos, tanto del área política como del área empresarial y del clero, dejando crecer la penetración del narcotráfico y viciando todavía más las estructuras políticas. El 19 de enero del 2001, las autoridades del penal de Puente Grande, propiciaron la fuga de uno de los más poderosos miembros de la delincuencia organizada, el Chapo Guzmán. Lo más probable es que esta “fuga” haya sido producto de una negociación con este cártel llamado de Sinaloa. Pero ¿cual era el objeto de asociarse a uno de los más grandes delincuentes de la llamada delincuencia organizada?; conociendo ahora las motivaciones de Fox, podría habérsele convencido, no sin razón, que podría tener acceso a cantidades ilimitadas de dinero no contabilízable, muy útil sobre todo para los procesos electorales que le permitirían la continuidad en el poder. Pero no se daba cuenta de que también podría ser un factor importante para jugar con la estabilidad del poder en México. Una vez en este ambiente, él mismo claudicó y se dejó llevar por la cómoda corriente, en un contexto en que como por arte de magia todo está al alcance de la mano. Y ya en el Paraíso, se encontró con una Eva que lo animaba y guiaba constantemente, haciéndole ver que “todas las personas y cosas que le habían dicho que eran malas, como el sistema político que había prometido combatir y cambiar, no solo no eran malas, sino muy buenas para muchos propósitos”. En estas condiciones, le pareció apropiado y conveniente negociar con el PRI el “Pemexgate”, el presunto fraude de la Administración anterior para desviar sumas millonarias de la paraestatal para dedicarlos a la campaña del candidato oficial, 278 intercambiándolo por el asunto de “Amigos de Fox”, en donde también presuntamente se había utilizado dinero proveniente de orígenes dudosos para fines electorales. Aunque no hubiera proporción entre unas y otras cantidades ilícitas; esto se negoció en igualdad de condiciones. Los acontecimientos que se dieron demuestran una probable alianza temprana de Fox con Carlos Salinas de Gortari Aunque no existan pruebas. Los hechos son muy claros, su influencia en Fox fue determinante y se refleja en muchas de sus alianzas y sus acciones, Lejos de ayudarle a Fox estas alianzas, cada vez lo hicieron hundirse poco a poco en un pantano que mancha al mejor plumaje, arrastrando en esto a su partido y a su bancada. Estos, aunque estaban obligados a denunciarlo, lo tuvieron que justificar y encubrir, tal vez porque algunos se veían en el mismo espejo. Carlos Salinas pudo regresar a México con la seguridad de obtener la impunidad que da la alianza con el más alto nivel, pudo sacar de la cárcel a su hermano Raúl Salinas en el penúltimo año de la administración de Fox. No habría espacio aquí para reseñar todos los malos manejos de Fox y sus familiares, ni tampoco es mi propósito, ya diversos autores se han encargado de publicar acerca de estos sucesos en forma ampliamente documentada. Todo es reprobable, pero lo más lamentable es que también se haya complicado al más alto nivel la situación política de México y la seguridad de su población, cuando el compromiso había sido otro muy distinto, y ciertamente las expectativas del pueblo de México, esperanzado con el cambio quedaron frustradas una vez más. Los problemas con los maestros en Oaxaca al final del régimen de Fox, los complicaron en grado extremo porque el mismo Gobierno Federal los dejó crecer a propósito sin la aplicación de una solución inmediata y definitiva, que en un principio no hubiera sido difícil, porque se reducía solo al problema de los maestros de la Sección 22 del SNTE que solicitaban una rectificación de la zonificación para mejorar su salario. Sin embargo, mal aconsejado y deslumbrado por la posibilidad de culpar al PRD con el consiguiente beneficio electoral, el problema evidentemente se dejo crecer a propósito. Seguramente a Fox le dijeron que podía además matar dos pájaros de un solo tiro, ya que el Gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, era del PRI, el otro partido que también contendería en las elecciones presidenciales. En realidad, la que mató tres pájaros de un tiro fue la consejera presidencial Elba Esther Gordillo. Aunado a esta actitud reprobable del Gobierno Federal estuvo la falta de previsión y visión, ya que Oaxaca es un verdadero polvorín por el cúmulo de problemas que existen en sus múltiples comunidades, en donde sus pobladores han sido agraviados desde tiempos ancestrales, como sucede en Chiapas. Por otro lado, también se agravó la situación por el nulo ejercicio de la autoridad 279 pública por parte de un gobierno estatal tradicional del sistema, sin autoridad moral. Todo esto desembocó en un conflicto que se fue complicado casi a un grado extremo, que ha dificultado las condiciones de vida de los habitantes de Oaxaca y ahuyentado al turismo. Se ha proyectado una pésima imagen al exterior a través de la prensa internacional, que ha difundido imágenes en donde la barbarie hace de las suyas en medio de la total anarquía. Esto solo ha contribuido a reafirmar los prejuicios y engaños sobre México que mucha gente sostiene en el exterior. Grandes pérdidas materiales y también de vidas humanas –se calculan en 20 las muertes— que significó la criminal decisión de dejar que el conflicto se agravara. Además se dejó a los niños y jóvenes de Oaxaca sin la posibilidad de asistir a clases durante la mayor parte de ese tiempo. Las declaraciones del Secretario de Educación, asegurando que los niños de Oaxaca no iban a perder nada y que el tiempo escolar se iba a recuperar, dejan ver la ignorancia que del problema tienen las autoridades, o bien su falta de respeto a la capacidad de entendimiento de los mexicanos. 4.- LAS ELECCIONES DEL 2006 La carrera por la Presidencia de la República en las elecciones del 2006 se inició desde el 10 de octubre de 2001, cuando la recién nacida Pareja presidencial, como se recordará, le entregó a los monopolios televisivos y de la radio, a través del vicepresidente de Televisa, la graciosa exención del 90% y del 80% respectivamente, del tiempo de transmisión que las estaciones de radio y televisión estaban obligadas a proporcionar al Estado mexicano, Por su parte, Andrés Manuel López Obrador, Jefe de Gobierno del DF, el 31 de julio de ese mismo año y ante el destape que ese día hicieran de él para las Elecciones de 2006, dijo “a mí que me den por muerto”. Esta sería la tónica cuando menos abiertamente de todos los que aspiraban a ser presidenciables, siguiendo la máxima del viejo líder Fidel Velázquez, que decía: “el que se mueve no sale en la foto”. Sin embargo, rompiendo con esto y para sorpresa de todos, inopinadamente el mismo Presidente dio el banderazo de salida para las elecciones de 2006 desde el 17 de julio de 2003, (con tres años de anticipación) cuando en una entrevista con José Gutiérrez Vivó, declaró: “Ya está en marcha la sucesión presidencial”. Nadie se explicaba la razón de esta inconveniente y precipitada declaración para las elecciones. Para no perder la oportunidad que se le daba, algunos días después y curiosamente también en el mismo noticiero en una entrevista con Gutiérrez Vivó, Andrés Manuel López Obrador manifestó abiertamente su intención de ir por la Presidencia, anunció que buscaría la candidatura por el PRD. Por el PAN, los precandidatos más obvios eran la Primera Dama, (que era también la razón misma para adelantar el proceso) y el Secretario de Gobernación. Aunque a 280 Marta Sahagún, según la prensa nacional, se la estaban ya disputando para candidata a gobernadora los comités estatales del PAN de Guanajuato, para el 2006, y el de Michoacán, para el 2007, (lo que pintaba “de cuerpo entero” a los Fox y al PAN). Por el PRD, estarían como posibles precandidatos AMLO y Cuauhtémoc Cárdenas, aunque en el caso de éste último una cuarta vez parecía demasiado, y además, AMLO tenía a su favor el poder y el presupuesto del GDF. Por el PRI, se realizarían elecciones “democráticas”, en donde por consenso seleccionarían a un candidato. Como precandidatos fuertes se perfilaban; el Gobernador del Estado de México, el líder del PRI en el Senado, el mismo presidente del Partido y los gobernadores de Tamaulipas y de Hidalgo, los precandidatos, entre ellos, no veían justo por razones obvias, que participara también en la contienda electoral interna el presidente de su partido. Un factor importante para las elecciones del 2006 era la renovación de los consejeros del IFE. Aunque jurídica y técnicamente el IFE había quedado como un instrumento confiable y eficiente con la reforma del 96, siempre y cuando lo integraran personas honestas y capaces, lo cual quedó demostrado con las elecciones de 1997 y del 2000. Los consejeros seguían siendo un elemento crítico porque en cierta manera eran los árbitros durante el proceso de la elección. Estos deberían ser consejeros ciudadanos sin ningún nexo con los partidos políticos. Lamentablemente, en esta ocasión prevaleció en su elección no solo el interés partidista sino en forma directa los partidos mismos. Y lo que se dio fue una arrebatiña en donde el PRD se inconformó con el PRI y se retiró –error craso—, dejando la elección de los nuevos consejeros, por la Cámara de Diputados, en las manos del PRI y del PAN, quienes de común acuerdo, el 3 de noviembre de 2003, se repartieron la designación del nuevo consejo; el PRI de Elba Esther Gordillo se llevó la presidencia y la mayor parte de los consejeros, mientras que el PAN se conformó con 3 de ellos (en cierta forma esto lo tenía sin cuidado por su alianza con la lideresa) y el PRD como se había “lavado las manos”, con su actitud pueril quedó totalmente marginado y sus puestos en el consejo se los repartieron el PRI y el PAN. En estas condiciones, lo que se estaba propiciando era la contaminación perniciosa del IFE, con el interés partidista y en este caso bipartidista, que a la hora de la elección presidencial resultaría crítico y cuestionable por el estrecho margen que se obtuvo en los resultados. En este caso, los consejeros del IFE siguieron siendo ciudadanos, (no podía ser de otra manera) pero ahora cuestionados como consejeros ligados al interés partidista y designados por los dos partidos mencionados, contando ahora con la oposición sistemática del PRD. Esto era una verdadera aberración dado el estatus de árbitros que tienen durante el proceso electoral, esto es de una importancia tal que pueden influir determinadamente, para bien o para mal en los resultados 281 finales de las elecciones. Una de las primeras acciones trascendentes de los nuevos consejeros del IFE, para las elecciones del 2006, fue la aprobación (bajo consigna) de un partido que, en términos prácticos, era propiedad de Elba Esther Gordillo. En esta forma, un año después de constituido el nuevo Consejo del IFE, nacía el Partido Nueva Alianza (PANAL) como el séptimo partido nacional. Éste sería utilizado como instrumento operativo para tratar de manipular las elecciones del 2006 a través de los especialistas en transas electorales, del gremio de maestros del SNTE, con amplia experiencia y técnicas altamente sofisticadas en estos menesteres. Estas elecciones se empezaron a complicar casi desde los inicios del sexenio porque como ya nos dimos cuenta, no había transcurrido un año cuando se inició el coqueteo de la Pareja presidencial con Televisa y la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión, a cuenta del erario. No se habían cumplido tres años de la Administración del presidente Fox, cuando él mismo irresponsablemente abrió la carrera por la Presidencia sin más razón que prepararle el camino a su esposa. Pensaba que si a él le había dado resultado haberse adelantado en condiciones menos favorables, dándole un albazo arbitrario a su partido, ahora con el presupuesto y el aparato burocrático federal en general y en particular el de la Presidencia de la República a su favor, “no habría quién los parara”. No se detuvo a pensar en las posibles consecuencias de sus acciones, soslayando y subestimando la posibilidad de que con esto se afectaría más la ya de por sí precaria marcha del País en perjuicio de todos sus habitantes, (o de casi todos). Sin embargo, para ellos éste problema no les importaba, porque para los propósitos de la Pareja presidencial solo existían dos problemas: uno de carácter interno, dentro de su partido, con doble faceta; y el otro, con la oposición representada por el PRD y el potencial candidato más peligroso, Andrés Manuel López Obrador, Jefe de Gobierno del Distrito Federal. Las encuestas de popularidad ya ubicaban a López Obrador con un alto grado de posibilidades, (más del 50%), por lo que de hecho estaba convertido en un candidato potencial de dimensiones tales, que no podía dejarse pasar por alto. El primer problema que tenía que solucionar la Pareja presidencial era ganar la elección interna del PAN, para lo cual habría que enfrentarse con el Secretario de Gobernación, Santiago Creel, éste se había perfilado desde un principio en la opinión pública como el precandidato presidencial con más posibilidades dentro de su partido, lo que ciertamente no le ayudaba mucho en el desempeño de su función eminentemente política. Tal vez esto influyó en la falta de efectividad negociadora durante sus casi 5 años de Administración. Sin embargo al ser un subalterno, en realidad ellos pensaban que no representaría gran problema. Lo que sí constituía un 282 problema considerable era que dentro del PAN, como el mismo Fox en su oportunidad y ahora la Primera Dama; no las tenían todas consigo, cuando menos no para la carrera presidencial. Por lo tanto, necesitaría suficiente tiempo y mucho dinero, que eso no era problema, para sacarles una delantera irreversible a todos sus posibles opositores dentro de su partido, por lo que se pensaba que en esas condiciones el PAN ya no tendría ninguna objeción para nominarla. Y como ahora podremos entender, ésta era precisamente la razón para abrir tan temprano la carrera electoral, sin importarles que el país se complicara prematuramente por razones electorales. El otro peligro potencial para la Pareja presidencial era el Jefe de Gobierno del D.F., Andrés Manuel López Obrador, y sus altos índices de popularidad, que se manifestaban en forma creciente. Esto no era fortuito, ya que desde que Andrés Manuel llegó al Gobierno del Distrito Federal, inició una estrategia para convertirse en el candidato más fuerte del PRD a la Presidencia de la República y de aquí en adelante no desperdiciaría ni un solo día, ni un solo momento, ni un solo centavo del erario para lograr su propósito. Cada una de sus acciones de gobierno tendría en primer lugar esa mira. Desde la Administración pasada en el GDF, a cargo de la perredista Rosario Robles, se había utilizado indebidamente una cantidad enorme, totalmente desproporcionada de recursos del erario público en publicidad para el GDF, sin embargo el verdadero propósito de ésta campaña era la proyección de la imagen personal de la Jefa de Gobierno a nivel nacional. Para Andrés Manuel esto le venía como “anillo al dedo” por lo que continuó y reforzó con creces este precedente, falto de ética política, exactamente con la misma intención, indebida de su antecesora que ahora le ayudaría a sus proyección nacional. La razón por la que se decidió por el proyecto de los segundos pisos en Viaducto y Periférico, (más adecuados a ciudades de países desarrollados pero ya obsoletos en estos) además que le permitirían manejar una enorme cantidad de recursos económicos en una obra nueva sin precedentes, fue principalmente, porque le resultaba electoralmente conveniente. Por un lado tradicionalmente este tipo de obras dejan un importante porcentaje (10-15%), vía corrupción a las autoridades responsables y ya la anterior jefa de Gobierno en sus relaciones con el contratista Carlos Ahumada había dejado evidencia de estas posibilidades. Por el otro lado, a pesar de que éstos segundos pisos beneficiarían principalmente a los usuarios de vehículos particulares, que representaban no más del 20% de la población capitalina, en lugar de ampliar y reforzar las líneas del metro y del transporte colectivo, que son utilizadas por el 80% de la población y que podrían ayudar a descongestionar las actuales vialidades, aunque esto resulte paradójico por el porcentaje de gente beneficiada en un proyecto y en otro; los segundos 283 pisos tendrían mayor impacto en su popularidad porque serían la obra monumental de Andrés Manuel. Esto sí que contaría en la conciencia (hasta cierto punto ignorante sobre soluciones técnicas) de la mayor parte del electorado fácilmente impresionable. En cambio, el metro ya estaba; no era ni podía ser su obra. El GDF es la única entidad de gobierno cuyos costos de educación corren a cargo de la Federación, y aunque siempre es bueno tener más planteles e infraestructura educativa, esto no era una prioridad, ¡ah, pero hacer preparatorias para jóvenes en edad de votar, electoralmente eso sí que resultaría muy rentable! ¿Quién no tiene un adulto mayor en la familia? Casi todo el mundo, y aunque es muy justo y merecido que la gente que ya pasó toda su vida trabajando, tenga en sus últimos años una ayuda que les haga más llevadera la vejez, sobre todo a los más necesitados que no tienen esa posibilidad, Andrés Manuel pensionó a todos, incluso a los que no lo necesitaban pero tenían la edad. Estas acciones aunque puedan tener un fin aparentemente justo, en este caso solo pueden entenderse si miramos su trasfondo electoral. Y así podríamos pasar juntos analizando cada una de todas las acciones de Gobierno, y es rara la que no haya tenido como prioridad su promoción electoral. En 2004 se desataron una serie de “video-escándalos” con filmaciones que obtuvieron gentes del Gobierno Federal; en algunos de ellos, aparecía en varias ocasiones Gustavo Ponce, Tesorero del GDF, en un casino del Hotel Bellagio, en Las Vegas, EU., derrochando en apuestas. En otros videos aparecía René Bejarano, destacado líder popular del PRD, coordinador de la bancada de ese partido en la Asamblea Legislativa del D.F. y ex-Secretario Particular de AMLO, así como otros funcionarios del Gobierno de la ciudad ligados con el PRD, filmados, cada uno por separado, llenando maleta y bolsillos con miles de dólares en efectivo que les proporcionaba Carlos Ahumada, contratista del GDF consentido de Rosario Robles. Al ser dados a conocer estos videos a la opinión pública por un diputado del PAN a través de Televisa, seguramente los asesores y consejeros de la Pareja presidencial –aunque según algunas evidencias ellos ya los conocían—, exclamaron entusiasmados, ¡Eureka!, por el impacto que los videos tuvieron y porque esto era lo que necesitaban. Ahora sí, pensaban ellos que podrían montar una estrategia para sacar de la carrera electoral por la Presidencia al Jefe de Gobierno del D.F., supuestamente desprestigiado y de capa caída por la evidente e innegable corrupción de su gente. Esta información a su favor les daba la oportunidad, según ellos, de darle el golpe de gracia para librarse de él en forma definitiva. Para esto ya estaban preparados; habría que someterlo a juicio por el incumplimiento de una orden judicial por parte del GDF. Esta orden había sido emitida como resultado de un juicio de amparo para detener la construcción de una vía de acceso a un hospital a través de unos 284 terrenos en disputa. Aunque la obra se había detenido, pero no en el tiempo legal y aunque no necesariamente tenía que ser el Jefe de Gobierno el responsable directo –en un Gobierno tan grande y con tantas obras y tantos funcionarios con responsabilidad legal como lo es el del de la Ciudad de México—, y aunque situaciones judiciales por incumplimiento de este tipo se dieran en forma común y constantemente en todos los niveles de gobierno en toda la República, esto no importaba; lo verdaderamente importante era tener una causa para su propósito y demostrar que en México “existe un Estado de derecho y que ninguna autoridad puede estar al margen o por encima de la ley”. Una vez siendo enjuiciado y condenado, Andrés Manuel ya no podría contender para las elecciones presidenciales. Así de fácil. Como Andrés Manuel López Obrador era funcionario público, y a los funcionarios públicos de ese nivel en México se les concede fuero y no pueden ser llevados a juicio, entonces había que desaforarlo. Sin embargo, este procedimiento debía realizarse ante la Cámara de Diputados. Ése tampoco sería problema porque ya se había previsto también y logrado, (para esto sí), una negociación entre el PAN y el PRI. Los partidos no se podían poner de acuerdo para sacar adelante al país, pero sí para eliminar a un enemigo político común lo que hacían ambos partidos con profundo sentido “ético” y “democrático”. Naturalmente, en estas condiciones, el desafuero procedió y todo les hubiera salido muy bien si no fuera porque la medida era tan burda, tan grotescamente y antidemocrática; que prendió la indignación en gran parte de la sociedad. Se dio casi en forma espontánea un gran movimiento nacional, no solo dentro del PRD, sino mayoritariamente en la sociedad misma: la Ciudad de México, desde el Paseo de la Reforma hasta el Zócalo, se inundó de manifestantes como nunca se había visto, enarbolando una contundente y enérgica protesta. Ante la magnitud de lo que habían provocado, Vicente Fox, sus consejeros, el PAN y el PRI tuvieron que dar marcha atrás y comprometerse a no continuar con la terminación del proceso legal que lo inhabilitaría como candidato. Entonces el muerto verdaderamente resucitó y ahora si venía quitándose los vendajes del embalsamamiento del desafuero con mucha más fuerza, el precandidato en potencia ahora creció considerablemente. De esta manera, la estrategia salió totalmente contraproducente y Andrés Manuel López Obrador contraatacó afirmando que “todo había sido un complot” en su contra, para hacerlo a un lado, en lo cual no le faltaba razón. Aunque bien pudiéramos estar, totalmente de acuerdo con él en esto, toda vez que era más que evidente, sin embargo los funcionarios del GDF exhibidos en los video-escándalos no habían sido ficticios ni obligados para hacer lo que quedó grabado; fueron reales y nunca pudieron negar lo que también era más que evidente. Sin embargo, después de que el Gobierno 285 Federal se desistió de lograr su inhabilitación, él se salió por la tangente y nunca enfrentó el hecho no solo bochornoso, sino inaceptable por exhibir semejante grado de corrupción entre sus allegados y sin haber dado nunca ninguna explicación al respecto. Y es que esto lo dejaba entre la espada y la pared, porque si ya lo sabía, podría por lo menos acusársele de complicidad y exigírsele enérgicamente una explicación, incluso su destitución, y si no lo sabía, malo también, porque denotaría cuando menos falta de capacidad para cumplir con su presente responsabilidad pública y pondría en serio cuestionamiento su capacidad para la aspiración presidencial. Con relación al desafuero; el mismo secretario particular de Fox comenta: “Con frecuencia pensé que en Los Pinos se estaba jugando con el país como si se tratara de una casa de muñecas. Algunas decisiones que ahí se tomaban –como el propio proyecto presidencial de Marta Sahagún y el desafuero de López Obrador— me causaban tal nivel de contradicción que deseaba íntimamente que fracasaran”.114 Con la renuncia de Durazo hecha pública; a la Pareja presidencial no le quedó más remedio que abandonar el proyecto sucesorio que les garantizaría la continuidad de una forma de vida a la que ya se habían acostumbrado, e incluso, ¿por qué no?, el establecimiento de una posible dinastía, y sobre todo, y de manera muy importante, la impunidad para la pareja y para toda la familia. Por lo tanto, ahora volviendo a la cruda realidad, paradójicamente deberían apoyar con todo, a la candidatura de Santiago Creel, quien ya como Presidente sería su protector y “tapadera”. De no ser así, quedarían totalmente desprotegidos una vez llegado el término de su mandato, ya que incluso la Cámara de Diputados se encontraba investigando la riqueza “inexplicable” de los hijos de Marta Sahagún. Aunque no se encontraran pruebas jurídicas en su contra, válidas cuando menos en su Administración, nada garantizaba que éste y otros muchos más asuntos pendientes de la Pareja presidencial no se pudieran complicar una vez habiendo dejado el poder. A mediados del 2004, Felipe Calderón, Secretario de Energía, fue destapado como candidato a la Presidencia de la República durante una gira que aquel realizaba por Guadalajara, el Gobernador del Estado de Jalisco, a la antigua usanza del PRI, lo “destapo” como presidenciable en esa ocasión. Dadas las circunstancias y los planes de Fox, este acto era imperdonable e inaceptable para. Por lo que fue duramente reprendido en público por el Presidente, lo que propiamente lo inhabilitaba para seguir al frente de la Secretaría y motivó que presentara su renuncia como miembro del Gabinete. En esta forma, inició desde entonces, y ya de tiempo completo, su campaña, primero por lograr la nominación de su partido. Y después de todos los pronósticos contrarios, su candidatura sería ayudada 114 Alfonso Durazo, Saldos del Cambio (México: Plaza & Janés, 2006) 231. 286 providencialmente por un acto que, en la opinión pública, sería calificado por lo menos de una rampante estupidez política, cometida por su contrincante más fuerte, el ex-Secretario de Gobernación, Santiago Creel. Éste, unos días antes de renunciar a su cargo, había otorgado una cantidad increíble de concesiones para explotar casinos a: Apuestas Internacionales S.A. (de Televisa), “por razones obvias”, para la explotación del juego en 130 casinos en 25 entidades federativas a través de sendas concesiones oficiales por 25 años cada una; de igual forma favorecía con 68 concesiones más a varias personas, entre ellas a Olegario Vázquez Raña, amigo y protegido de Marta Sahagún y próspero empresario de medios de comunicación desde tiempos de Echeverría. A éste último, de tres centros de apuesta que ya tenía, se le aumentaron a veinte; también se favoreció a otras personas con varias concesiones, entre ellas a dos amigos de Manuel Bribiesca Sahagún, (hijo de Marta) en donde presuntamente él mismo podría haber estado involucrado. Habría que preguntarse si en todo este despropósito no estuvo metida la mano de Fox y de su esposa porque solo así se podría comprender este acto suicida de Creel. Todo este favoritismo, aparentemente de Creel, quedó descrito en el magnífico artículo de Jenaro Villamil y Juan Pablo Proal, publicado por la revista Proceso en su número 1573, titulado “Juegos perversos”, en donde también los autores describen ampliamente el terrible mal que ocasiona en la sociedad este tipo de establecimientos. Un hecho burdamente deshonesto como este, que favorece al crimen organizado, naturalmente tuvo efectos contrarios para el ex-Secretario de Gobernación en la sociedad mexicana y por ende en la elección interna de su partido, favoreciendo a Calderón que era considerado como miembro distinguido del ala tradicionalista y conservadora del PAN. Y ante el desprestigio de Creel, finalmente ganó la candidatura del PAN. A Vicente Fox no le quedaba otra opción, y de inmediato tuvo que apechugar y cambiar de candidato como si no hubiera pasado nada. Ahora con renovados bríos y con gran preocupación, porque pensaba que de no ganar Calderón las elecciones, entonces sí que la Pareja presidencial se vería en serios aprietos dadas las circunstancias y el desbarajuste al que habían llegado las cosas con sus previsiones electorales fallidas y la perversidad y corrupción a la que había llegado su administración. La verdad es que la situación crítica por la anarquía política a la que se había llegado en todos los campos, ahora más que nunca era necesario contar con Calderón como su salvaguarda al ganar la presidencia. Por lo tanto, Fox no habría de escatimar recursos públicos y privados ni esfuerzo personal para lograr su propósito. Además, contaba con sus consejeros, traídos ex professo del extranjero. Como ya lo he señalado, los hechos demuestran la probable hipótesis de que hubo una negociación de Fox con el expresidente Salinas para garantizarle que ya no habría más amenazas de 287 persecución en su contra y que podía retornar a México con toda confianza, lo que de hecho se dio en forma definitiva desde el 2005, además lograría la libertad de su hermano Raúl; a cambio, Fox recibiría su “asesoría” política y “buenos oficios” para las elecciones del 2006. Las evidentes ligas de Ahumada con Salinas y Diego Fernández así lo demuestran. En igual forma contaban también con la aliada de la Pareja presidencial y de Salinas, la entrañable amiga de doña Marta, la también “doña”, Elba Esther Gordillo, junto con sus hijos putativos bien colocados en todas las esferas de poder y sus relaciones que habían crecido, al amparo que el mismo presidente Fox les había dado durante todo el sexenio, creando, de esta señora, un Frankenstein político que como hidra mitológica de múltiples cabezas, era muy difícil de cortárselas de un solo golpe. Habiendo renunciado a sus aspiraciones presidenciales, la Pareja presidencial pensaba que todavía podría haber un “plan B” para la señora Marta; de menor poder, comparativamente hablando, pero nada despreciable y esto podría ser la obtención de la jefatura del GDF. Y en esto, el contrincante a vencer o hacer a un lado era ahora Marcelo Ebrard, Secretario de Seguridad Pública del GDF. El 23 de noviembre de 2004, miembros de la comunidad de San Juan Ixtayopán, en la Delegación Tláhuac, en los límites del D.F. con el Estado de México, cometieron un terrible linchamiento de tres miembros de la Unidad Antiterrorismo de la Policía Federal Preventiva (PFP), que desde días antes realizaban investigaciones frente a una escuela, sobre el tráfico de drogas al menudeo, por supuesto sin identificarse. Estos despertaron de inmediato la sospecha de la gente, que atemorizada por la posible existencia de secuestradores de niños, incontenibles arremetieron en contra de ellos golpeándolos despiadada y salvajemente. Resulta muy sospechoso que hubo tiempo suficiente para que llegaran las cámaras de televisión y se filmaran y transmitieran los actos de barbarie con profusión de detalles, pero la PFP, a la cual también se le solicitó de inmediato ayuda para auxiliar a sus compañeros, por órdenes superiores no se movió y solo fue hasta el último momento en que 10 policías judiciales rescataron al único superviviente de la turbamulta enardecida, que curiosamente estaba ya preparada con combustible para quemarlos. Así sucedió pero sería absolutamente irresponsable, criminal e imperdonable si esto fuese parte de un plan predeterminado para aprovechar situaciones como ésta y dejarlas crecer, como el caso de Oaxaca, para crearle problemas al GDF y fabricar culpables útiles con fines electorales. A la Delegada de Tláhuac se le acusaba en los medios, de supuesta relación con la red de corrupción de Carlos Ahumada. En el caso Tláhuac, se realizaron arrestos múltiples contra culpables inventados, y más si tenían 288 alguna relación con el GDF. Se dio el caso circunstancial de que en ese barrio vivía, y casualmente estaba allí, en ese momento, descansando en su casa con su familia, un guardia de la seguridad personal del presidente de FEMSA, importante grupo industrial del Norte; lo arrestaron porque al identificarse mostró su credencial como miembro del Departamento de Seguridad del GDF. Esto fue razón más que suficiente para que permaneciera en la cárcel por 10 meses como presunto culpable, junto a muchos otros, sin valerle los recursos jurídicos incontrovertibles presentados por su defensa, ya que se trataba evidentemente de un caso “político”. Aprovechando el linchamiento, Vicente Fox no perdió oportunidad y como legalmente tenía poder, destituyó de inmediato y sin justificación clara a Marcelo Ebrard. Después de que no pudieron inculpar judicialmente a Marcelo Ebrard, AMLO lo restituyó en el GDF como Secretario de Desarrollo Social. Aun después de esto, las encuestas de opinión para la sucesión de Jefe de GDF favorecían abrumadoramente al ex-Jefe del Departamento de Seguridad Pública del D.F. Marcelo Ebrard. Posteriormente Andrés Manuel López Obrador sería postulado por el PRD como candidato a la Presidencia de la República. Las elecciones para el candidato del PRI a la Presidencia de la República, se complicaron por la pretensión de su presidente, Roberto Madrazo, de participar también como precandidato, lo cual “se solucionó” con la renuncia de éste a la presidencia del partido. Sin embargo, el resto de los precandidatos y algunos gobernadores priistas hicieron frente común en contra de la candidatura del ex-presidente de su partido, organizándose para que, mediante “sesudos” sondeos de opinión, pudieran seleccionar al mejor de ellos para enfrentar a Madrazo. Aquí le dieron “machetazo a caballo de espadas” porque o no se dieron cuenta, o subestimaron el hecho de que ganaría el que dispusiera de mayores recursos para su promoción personal. En estas condiciones, no sin haberse dado algunas escaramuzas y roces internos entre los mismos; seleccionaron como el mejor de todos, por supuesto, al Gobernador del Estado de México, Arturo Montiel, quien había gastado una cuantiosa suma en propaganda supuestamente para su Estado, aunque en realidad la utilizó para su promoción personal a nivel nacional y en los principales medios también por cuenta del erario. Tan efectiva había sido la propaganda que hasta sus propios contrincantes y compañeros se la creyeron. En ese momento, se inició en realidad la contienda interna entre Roberto Madrazo y Arturo Montiel por la candidatura del PRI. Madrazo, que ya sabía que Montiel era el “mejor”, se había abocado a recabar información personal de su posible contrincante, la cual hizo pública, exhibiendo, lo que se ha dado en llamar, la riqueza inexplicable del Gobernador del Estado de México. Debe estar mal el termino, porque si nos fijamos bien, este tipo de riqueza resulta muy 289 explicable, tan comprensible como el origen de la fortuna escondida en la cueva que descubrió Alí Babá. Lo que pasa es que no es justificable si nos atenemos a las percepciones recibidas por los puestos burocráticos que han desempeñado. Entonces no se justificaba que, por ejemplo, Arturo Montiel tuviera –según se publicó— apartamentos en París, casas palaciegas en Acapulco y en España, y que; en su misma declaración de bienes se asentara que había llegado con 2 millones en propiedades a la gubernatura y terminara con 111 millones, como publicaron algunos periódicos. Esto sí que era injustificable y tan inaceptable le pareció a la opinión pública, que tuvo que renunciar a sus aspiraciones y a la Gubernatura para que se llevara a cabo una investigación “a fondo, hasta las últimas consecuencias”, ¡no faltaba más!, “caiga quien caiga”. Que no cayó nadie. En estas condiciones, Roberto Madrazo Pintado, se mostró gratamente “sorprendido” cuando fue designado por su partido, el PRI, como si él fuera el “mejor” candidato para las elecciones presidenciales. Indudablemente había demostrado ser el mejor, como lo reconocieron todos sus compañeros contendientes públicamente; no importaba que a él también se le señalara como poseedor de una riqueza injustificable si había podido gastar casi 39 millones de dólares en su campaña política por la Gubernatura de Tabasco, bien podría tener, como se le demostró en la prensa, lujosos apartamentos en Miami y una cuantiosa fortuna, no importaba tampoco que solo hubiera desempeñado puestos burocráticos en toda su carrera política y que con los sueldos recibidos no se justificara el monto de su riqueza. Todo eso, dentro del sistema político mexicano en el que estaban inmersos él y su partido, era peccata minuta. Así quedaban definidos los partidos contendientes para las elecciones presidenciales del 2006 y sus candidatos: al PRD se sumaron el Partido del Trabajo y el Partido Convergencia, formando la “Coalición por el Bien de Todos” con Andrés Manuel López Obrador como su candidato; al PRI se sumó el Verde Ecologista, quedando como la “Alianza por México” con Carlos Madrazo Pintado, mientras que por el PAN se postuló a Felipe Calderón Hinojosa. A estas coaliciones y partidos se agregaron dos más: el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, que postuló a Patricia Mercado, y el Partido Nueva Alianza, el de la “maestra”, que lanzó como candidato a Roberto Campa Cifrián. ¡Muchos partidos! Si todos los partidos realizaran una labor por el bien de México en primera instancia, y tuvieran un interés político legítimo y un plan concreto para el futuro de México, fueran congruentes con sus principios ideológicos y además tuvieran una auténtica representatividad en grupos sociales con intereses legítimos, con verdadero peso específico, y si no resultaran tan onerosos como lo son, yo no pensaría como lo pienso: que la mayoría de ellos son 290 una carga excesiva no solamente inútil, sino dañina en muchos casos, y que los mexicanos no deberían soportar ese exceso. El Gobierno de Vicente Fox anunció que dedicaría al IFE, para las elecciones del 2006, una cantidad que se estimó extraoficialmente en alrededor de los 490 millones de dólares. Yo no he tenido manera de comprobar si efectivamente se dio esto, pero era una cifra sin precedentes que significaba una cantidad desproporcionada, sobre todo para un país con tantas carencias, en donde la mayoría se encuentra en la pobreza y muchos de ellos en la miseria extrema. Desgraciadamente, y al fin de cuentas, en realidad los partidos solo presentaron candidatos, y no opciones de gobierno concretas y bien definidas, mucho menos soluciones creativas e innovadoras para enfrentar la problemática en el presente con visión de futuro; era como si una sola persona, por sus cualidades particulares intrínsecas y como por arte de magia, tuviera la solución o fuera en sí misma la solución para todos los problemas nacionales. La discusión divagó alrededor de la continuidad del modelo neoliberal que supuestamente se ha aplicado en México en los últimos años, identificado principalmente con el PAN y con el PRI, sin ninguna propuesta concreta por los opositores. Por otra parte, se cuestionó al TLC sin la suficiente claridad y sustento. La defensa a ultranza de la no privatización de PEMEX y la CFE, y en general del sector energético, fue hecha por parte del PRD y el PRI. Agregándose un compromiso de recorte a los sueldos de los funcionarios públicos de alto nivel por parte del PRD. Sí se dio en cambio el enfoque mercadotécnico de las campañas, mediante la utilización intensiva de la radio y la televisión, y por qué no, sí había dinero de sobra. Ahora podría ganar el que contara con más recursos económicos y humanos para manipular y manosear las elecciones en contra de la democracia. Bajo esta panorámica, gran parte del confundido electorado hubo de llegar a la conclusión de que la votación no iba a poder ser por la mejor opción (candidato y partido), sino por el menos malo. En este clima electoral, ya de por sí encapotado, a pocos meses de la elección, ante la ventaja de casi diez puntos del candidato del PRD en febrero de 2006 sobre el del PAN, mientras el PRI quedaba en un retirado tercer lugar, los de la derecha más radical y extrema del panismo recurrieron a la “guerra sucia”, a la guerra del miedo, a la que lleva implícita una mentira o una verdad a medias, sin importar los procedimientos éticos. Según ellos, en la guerra todo se vale. No solamente aceptaron la guerra sucia como medida desesperada para ganar las elecciones, sino como después se comprobaría, instigado por Fox el PAN tendría que vender su alma al diablo, a los “aliados” del Presidente, expertos en artimañas para esos menesteres, antes y a la hora de la elección. 291 Por lo que, el partido, pero lo que es peor, su candidato, quedaría como rehén; de quienes los ayudaron de manera ilegítima a ganar las elecciones. Con relación a la guerra sucia, ésta fue muy efectiva a través de los muy bien pagados medios de comunicación. Yo no estoy en contra de que se den a conocer todos los aspectos negativos de los candidatos pero todo depende de cómo se haga, porque en México desgraciadamente hay gente, incluso muchos con preparación académica, que todavía cree en “el Chupacabras”, y que sucumbieron ante los efectos de una campaña de guerra del miedo, por televisión, radio e Internet, diseñada por técnicos extranjeros especialistas en la materia y traídos ex professo. Como era su propósito, fácilmente se contagió el miedo entre la comunidad, que en forma pueril, pero entendible, reaccionó asustándose con “el petate del muerto” que significaba el comunismo populista y la amenaza de convertir a México en uno de aquellos países del área de influencia de la Unión Soviética, que ahora son cosa del pasado, pero que permanecen, y con razón en las mentes de los mexicanos como algo indeseable. Aunque hay que reconocer que algunos personajes que rodeaban al candidato del PRD y muchos de los desplantes soberbios de Andrés Manuel, por sí solos inspiraban al menos miedo, la situación en los otros partidos no era muy distinta. Desgraciadamente, la evidencia que aquí y en esta forma se dio, es patética, porque demuestra que en México todavía existen multitudes susceptibles de ser manipuladas electoralmente mediante el miedo, la presión o la dádiva como quedó demostrado. Remataban en el mensaje diciendo: “López Obrador es un peligro para México”. Por su parte, el Consejo del IFE, que como árbitro no se distinguía mucho de cualquier otro espectador y que solo actuó ya demasiado tarde, no evitó a tiempo, tal vez a propósito, que el candidato del PRD siguiera siendo atacado con artimañas cuestionables. Mucho contribuyó a la debacle del PRD la actitud pasiva que, por soberbia o exceso de confianza (“políticamente soy indestructible”, solía decir), hizo que AMLO no solo reaccionara muy tarde ante la campaña del miedo, sino que por el contrario, distraído, disfrutara embelesado ante los festejos que le hacía la multitud cuando él, en los mítines públicos se dirigía al Presidente de la República diciéndole “¡Ya cállate, chachalaca!”, faltándole al respeto a la persona y al Presidente, repitiéndolo una y otra vez, incansable ante la algarabía y el regocijo de sus seguidores, pero ante la reprobación de la mayoría del electorado. También influyó que rehusara presentarse al debate en televisión con los otros candidatos. Y para rematar, y como prueba de la participación de la ultraderecha, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) se sumó también personalmente, comprometiendo a la institución, como patrocinador y promotor de la 292 guerra sucia y de la campaña del miedo en contra de AMLO, para que no quedara ninguna duda de a quién le habían apostado. Andrés Manuel respondió y contraatacó muy tarde. El daño ya estaba hecho. Finalmente se presentó al debate, en donde no le fue mal. Al final de éste, enseñó información acerca de presuntos contratos millonarios que una empresa propiedad de uno de los cuñados de Calderón había obtenido del sector energético cuando él era el Secretario de Energía. Ahora se presentaría a las elecciones con un virtual empate técnico con Calderón en las preferencias electorales. Pero todavía faltaban los efectos de la gestoría de Elba Esther Gordillo ante algunos gobernadores priistas del Norte y el centro, en favor de Calderón, y el manipuleo electoral a través de sus “especialistas” del SNTE en las actas y en las casillas que se pudiera, preferentemente en las no cubiertas por el PRD. Esto último supuestamente lo pudieron hacer gracias a errores garrafales del comité de campaña y del propio AMLO en la organización necesaria para cubrir el 100% de las más de 130,000 casillas distribuidas en todo el territorio nacional, lo cual no era imposible hacer porque contaban con la gente necesaria para esto y más. Y no tanto por los funcionarios mismos de casilla, que en su gran mayoría eran ciudadanos respetuosos de la responsabilidad civil que se les había encomendado. Dadas las irregularidades electorales previamente detectadas por el PRD, era de esperarse que estuvieran bien y oportunamente preparados, y si además seguían considerando que para ellos los consejeros del IFE no eran de confiar, entonces esto de cubrir el 100% de las casillas resultaba verdaderamente crítico porque sería vital contar con todas las actas después de la elección, validadas con las firmas de sus representantes, para cualquier inconformidad o aclaración postelectoral. Parecería increíble, pero por irresponsabilidad o corrupción, la gente de AMLO solo pudo cubrir 72,000 de las más de 130,000 casillas, menos del 60%. Oscar Camacho y Alejandro Almazán nos dicen: “Fue sin duda, la de López Obrador, la campaña de un caudillo que se creyó infalible, indestructible. Que nunca trabajó en equipo, que nunca escuchó a nadie. Y por eso, la responsabilidad del resultado final no podrá endosársele a nadie más que a él. [...] El error de López Obrador se hacía presente. Por haber decidido que las redes lopezobradoristas cuidaran la elección federal y que el PRD se hiciera cargo de los comicios locales, había descuidado la tarea fundamental, lo que demostraría su triunfo. Con lo que quizá podría exhibir la derrota de Calderón. Un dato: en el Distrito Federal, las redes, no el partido, cubrieron únicamente cuarenta por ciento. El colmo.”115 115 Oscar Camacho y Alejandro Almazán, La victoria que no fue (México: Grijalbo, 2006) 84, 152. 293 A pesar de que en sus devaneos Fox creía que iba a ser considerado como Madero, “apóstol de la democracia”, la verdad es que nadie tuvo una actitud menos democrática que él. En su obsesión por no quedar desprotegido ni él ni su pareja, cometió tantas irregularidades que pueden ser consideradas delitos electorales. Se le acusó de muchas cosas y con razón: de presionar a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; hacer pactos con gobernadores priistas emproblemados –como el “gober precioso” de Puebla, a quien se le acusaba de abuso de autoridad para proteger a un pederasta acusado de pornografía infantil— para dejarlos en paz a cambio de influir en sus feudos para inclinar la balanza y que votaran los priistas a favor de Calderón (Puebla fue uno de los estados en donde más votos obtuvo Calderón); negociar una vez más con Elba Ester Gordillo para que en su partido PANAL, cuando menos para Presidente, votaran por Calderón; gastar en los cinco meses anteriores a las elecciones 1,709 millones de pesos en spots de radio y televisión, provenientes de fondos públicos utilizados furtivamente para reforzar la campaña de Calderón e indirectamente en contra de AMLO, produciendo un bombardeo de 3,800 spots diarios. En estas condiciones se llevaron a cabo las elecciones presidenciales, más irregulares, más manoseadas, y a pesar de todo, también las más competidas. Con excepción de los resultados para Presidente de la República, los otros resultados fueron aceptablemente normales, lo cual no deja también de ser una verdadera contradicción. De acuerdo con la información oficial del IFE, la votación total el día de las elecciones fue de 41,791,322 votos, de los cuales Felipe Calderón Hinojosa obtuvo 15,000,284, equivalentes al 35.89% del total. Para Andrés Manuel López Obrador, 14, 756,350 votos, equivalentes al 35.31%. Para Roberto Madrazo Pintado, 9, 301,441 votos, equivalentes al 22.26%. Para Patricia Mercado Castro, 1,128,850 votos, equivalentes al 2.70%. Para Roberto Campa Cifrián, 401,804 votos, equivalentes al 0.96%. 904,604 votos fueron anulados, mientras que los 297,989 restantes se emitieron a favor de candidatos no registrados. El presidente del IFE, después de proporcionar la información oficial anterior, incurrió en una falta grave, muy grave al declarar ante la nación que “la regla de oro de la democracia establece que gana el candidato que tenga más votos. “Han sido los ciudadanos, y solo ellos, quienes han decidido el resultado final” dando de hecho como ganador a Felipe Calderón. Pasó por alto que el resultado final lo determina el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación al calificar la elección, como es su exclusiva responsabilidad, después de haber atendido todas las inconformidades y declarar o no presidente electo. Lo que así fue más tarde. En una entrevista de televisión en el programa Punto de Partida con Denise Maerker; Felipe Calderón aseguró “si gano 294 será, como dicen en mi tierra, ¡haiga sido como haiga sido¡ expresión muy poco afortunada. Después de conocer las impugnaciones del PRD, el 5 de septiembre de 2006, con las cifras modificadas con votos adicionales para Andrés Manuel y el recuento de las casillas impugnadas, aunque no los votos suficientes para cambiar el resultado de la elección, López Obrador todavía era superado por su oponente por 233,000 votos. Con estos resultados como definitivos se declaró Presidente Electo a Felipe Calderón Hinojosa por una diferencia de 0.56% con respecto a Andrés Manuel López Obrador. Con esta acción el TEPJF logró la aprobación del 74% de la opinión pública por su fallo, más que nada por la actitud de rebeldía y cuestionamientos sin pruebas y por el malestar ocasionado a la comunidad con injustos y contraproducentes bloqueos del PRD, como el ocurrido en el Paseo de la Reforma. Sin embargo, el TEPJF no emitió su fallo sin antes reprender “enérgicamente” a Fox y al Consejo Coordinador Empresarial por su intromisión en el proceso electoral. Esto último no pocas personas lo consideraron como una broma de humor negro, además de que volvió evidente la necesidad de una legislación apropiada para castigar este tipo de faltas que son, sin lugar a dudas, muy graves y en un verdadero Estado de derecho no deben quedar impunes. Andrés Manuel López Obrador se proclamó Presidente Legítimo, por supuesto sin la validación fundamentada en la ley ni en la del TEPJF, pero lo que es más grave, sin ninguna evidencia propia, porque le faltaban casi la mitad de las actas de la elección para poder probarlo, ya que solo habían podido cubrir, como lo hemos visto, escasamente el 60 % del total de las casillas. Se exigió el recuento de todas las casillas “voto por voto” y pienso que esto hubiera sido lo mejor para no dejar dudas sobre el resultado independientemente de cómo se haya obtenido y además para no tener que guardar los votos, o después quemarlos, como sucedió con el fraude de 1988. Calificó de “espurio” a Calderón y amenazó con no permitir el rendimiento de la protesta de ley en el Congreso de la Unión. 5.- FELIPE CALDERÓN HINOJOSA Era un día soleado, fresco, agradable, ese 1 de diciembre del 2006 en la ciudad de México, que contrastaba con lo que estaba pasando. Al derredor las 10 de la mañana, salvando las barricadas y los caminos bloqueados que conducían a la Cámara de Diputados en donde estaba reunido el Congreso y después de lograr un acuerdo previo entre el PAN y el PRI para tener el quórum necesario que le diera validez a la Sesión Solemne, mediante el usual alto costo político correspondiente; tomó 295 posesión Felipe Calderón Hinojosa como Presidente Constitucional de Los Estados Unidos Mexicanos. Esto se pudo hacer después de una vergonzosa disputa cuerpo a cuerpo entre diputados del PAN y del PRD, una verdadera lucha libre campal casi sin “límite de tiempo” por la toma de la tribuna, durante más de 48 horas con treguas de por medio, pero dándose hasta con las curules. Esto demostraba, que estos diputados si eran realmente poseedores, cundo menos de alguna aptitud. El acceso de Calderón y acompañantes fue posible por la previsión del Estado Mayor Presidencial, que, como es lo usual en estos casos, por razones de seguridad había bloqueado oportunamente los pasillos traseros a la tribuna de la presidencia del Congreso y el acceso a ellos, lo que permitió que pasara por aquí Calderón y acompañantes, apresuradamente aunque no lo aparentaran, para solo rendir la protesta de rigor y retirarse con la pena del espectáculo que se daba a los invitados especiales, a la nación y a una buena parte del mundo a través de los medios informativos. Durante el brevísimo tiempo de la singular toma de posesión, entre otras cosas menores, se dio una situación ridícula en la cual Calderón se salvó de que Fox (quien seguramente traía instrucciones precisas) fuera quien le impusiera la banda presidencial, como aparentemente pretendía hacerlo el ex Presidente, de acuerdo a lo que se pudo observar por la televisión; Calderón dándose cuenta, sorprendido reacciona, casi le da la espalda a Fox, y, con discreción le solicita el pronto auxilio al diputado Jorge Zermeño, Presidente de la mesa directiva, por lo que éste le pide a Fox la banda presidencial y finalmente Calderón se la colocó él mismo, retirándose precipitadamente del recinto. El nuevo presidente, sin pensarlo mucho, por su actitud soberbia de siempre, no podía permitir que lo vieran en esas condiciones y se dispuso de inmediato, en forma atropellada, a cumplir dos objetivos que el sentía urgentes para demostrar ante la opinión publica que el no era un presidente débil; el primer objetivo era para quitar la sensación de vacío de poder que la misma toma de posesión había hecho evidente; para esto decidió apoyarse en el ejercito, desempeñando para ello de inmediato la “comandancia suprema de las fuerzas armadas” establecida en la Constitución para el jefe del ejecutivo, y para justificarlo lo encausaría de inmediato en contra del narcotráfico. Sin embargo y por lo apresurado, esto lo hizo aparentemente sin ninguna estrategia, que no la tendría ni en ese momento ni después, lo cual traería graves consecuencias. Y el segundo objetivo fue, mediante la adopción de una actitud patrimonialista; el cumplir de inmediato los compromisos que según él tenía con los que los que lo habían llevado al poder, quienes lo había hecho ganar las elecciones (sin importar los medios), para conservarlos como aliados “incondicionales” y quedar bien con la burocracia corrupta. Una de tantas evidencias a este respecto fue haber considerado que los servicios prestados 296 por Elba Esther Gordillo fueron enormes y definitivos para su elección, por lo que no solamente no le pidió cuentas, ni le quitó lo que indebidamente le había concedido Fox y que a costa del erario disfrutaba ella y sus allegados, sino que ahora también, en forma indebida, pensando que también esto reforzaría su poder; le vuelven a otorgar a ella, a través de sus “hijos putativos”, un enorme poder y un cúmulo de prebendas y privilegios, como pago por sus “servicios” se le dio en usufructo bienes de la nación que tienen un fin superior muy distinto al que ahora ellos les iban a dar, y que utilizarían con absoluta “manga ancha” para su beneficio y el de sus allegados, incluyendo a sus familiares. En estas condiciones el equipo de la “maestra” recibía otra vez el ISSSTE, cuya dirección le dio a Miguel Ángel Yunes, quien ya había sido premiado también por el Gobierno de Fox con la Subsecretaria de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Seguridad Pública; también se le volvió a dar la Lotería Nacional, en la cual puso al frente a Francisco Yáñez Herrera, quien había sido antes delegado sindical del FOVISSSTE, beneficiándose con el control de todos los créditos para las viviendas; también se agregó ahora al feudo, parte de la Secretaría de Educación Pública por medio de la Subsecretaría de Educación Básica, que controla algo tan valioso y delicado como son la educación primaria y secundaria, la educación de los niños y de los jóvenes mexicanos; ahí se designó al yerno de doña Elba Esther, Fernando Gonzales Sánchez, que había sido miembro del Consejo del ISSSTE; como Administrador General de Servicios Educativos en el DF, el encargado de manejar los recursos para la educación en la Ciudad de México, se designó a Luis Ignacio Sánchez Gómez, otra gente de confianza de la señora; como Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública se nombró a Roberto Campa Cifrián, ex-candidato a la Presidencia por el partido PANAL. Y para dirigir este partido, propiedad de la señora, ella designó a Tomas Ruiz, a quien antes tenía encargado de la Lotería Nacional. Fox nunca ejerció realmente el poder y ahora Calderón se veía ejerciendo un poder extremo pero muy puntual, sólo en el caso del combate desproporcionado al narcotráfico y para seguir pagando con creces la cuota por el poder de la lideresa del SNTE y sus ramificaciones mafiosas en el sector publico. Quedaba en evidencia que el pueblo en México no tiene representantes porque los diputados que son los que deben representarlo, y que debieron haber cuestionado el inicio errado de Calderón, solo representan a su partido y por lo tanto nadie se opuso y menos los del PAN, el partido del presidente. En esta forma, el botín entregado a las mafias resulta inverosímil; las cantidades de dinero que ha manejado el grupo encabezado por esta señora es verdaderamente increíble, solamente el presupuesto del ISSSTE (aumentado en un 21.48%) para el presupuesto del 297 2010 ascendía a 112, 488, 700,000.00 un poco más de ciento doce mil cuatrocientos ochenta y ocho millones de pesos, para sólo considerar un ejemplo de los múltiples organismos que controlaba. Pero además lo hacia la señora y sus allegados con el regocijo y beneplácito de Calderón, un claro ejemplo de esto se dio al inicio de la segunda mitad de su mandato; en la celebración del 50 aniversario del ISSSTE al cual asistió el Presidente, y en un ambiente de gran camaradería, según los asistentes estaba tan divertido el primer mandatario que; recordando un poco a Fox por su trivialidad, no se aguantó, y cuando Miguel Ángel Yunes, director del organismo por obra y gracia de María Esther Gordillo, iba a apagar las velas del pastel y ante el grito de ¡mordida!, ¡mordida! se inclino para soplar, Calderón, actuando como escolar de primaria, le hundió la cara en el betún para el regocijo de la concurrencia y de él mismo. Calderón, se puso en evidencia como rehén de toda esta mafia, la entrega misma del poder en pago a Elba Ester Gordillo es un reconocimiento tácito de los servicios electorales realizados por la lideresa y sus gentes, que ponían en serio cuestionamiento la certeza del triunfo limpio de Felipe Calderón y lo que es peor; la existencia de la democracia en nuestro país. Estoy seguro que esto que paso en México, a todos nos resulta por lo menos increíble. Si el Presidente iniciaba de esta manera su gestión, pagando compromisos a los que no estaba obligado, pero además indebidos, porque son a cargo del pueblo de México; el hecho afecta directamente su honestidad personal y su prestigio como gobernante. De esta manera estaba afectando brutalmente la educación de los mexicanos entregándola como botín una vez más. Alguien, porque no creo que su partido tuviera conciencia, le debió haber recordado que el único compromiso que tiene el Presidente de México y que está obligado a cumplir cabalmente sin dilación y con la mayor seriedad, es con la Nación, con el pueblo de México y con nadie más. Con actos como los antes descritos hizo exactamente lo contrario. El Presidente Calderón no se dio cuenta que en el sistema político mexicano, ligeramente modificado, pero ahora tan vigente como antes gracias a Fox, a él mismo, y a su partido; el poder es él, que en México, por la cultura existente en el medio burocrático y en el medio oficial que lo rodea, solo tienen poder los que el Presidente quiere que lo tengan, y si lo tienen, es solo porque él es quien se los otorga. Que en ese medio se le rinde “honor” y pleitesía, incluso en forma servil, a quien lo tiene, pero lo tendrá sólo mientras que el Presidente así lo decida y lo alimente con él; cuando menos en los primeros años de una administración, en el momento en que el Presidente de la Republica le quite el poder a una de estas personas, esa persona se desplomará irremediablemente, como un globo 298 que ha sido pinchado, y será repudiada y vilipendiada aún por sus más allegados. Ningún Presidente puede ser rehén de nadie, toda vez que él; es quien representa a la Nación y sus mejores intereses y por lo tanto; en esa condición sería la Nación misma, el Estado mexicano el que queda como rehén de las mafias del poder, como hasta la fecha lo sigue siendo. Los primeros pasos del Gobierno de Felipe Calderón fueron contradictorios y titubeantes, se podrían explicar por las circunstancias en que asumió el poder, pero esto no era justificable de nada. En un principio se pensaba que había que darle tiempo, esperar a que tuviera pleno dominio de la situación, sin embargo pasó demasiado tiempo y no hubo ni el dominio ni la gobernabilidad necesaria, ni mucho menos el cambio esperado. Tradicionalmente para el Presidente después del tercer año de gobierno empieza a declinar su poder, era de esperarse cuando menos que no fuera una continuación del paréntesis de Fox, sin embargo sí lo fue en muchos aspectos, solo matizado por un “estilo personal de gobernar” que ejerció iniciando por nombrar a un gabinete que dejaba mucho que desear. Manejó algunos comodines como Ernesto Cordero, (al final fue su candidato para sustituirlo), quien ocupo la Secretaría de Hacienda y SEDESOL el instrumento propicio para conseguir y mantener clientelas; a José Ángel Córdoba que ocupó la Secretaria de Salud, se le designó también para la Secretaría de Educación, en donde se entendió muy bien con la aliada del presidente Elba Esther Gordillo, sin modificar la situación critica en ese campo; a José Antonio Meade del PRI lo utilizó en las importantes secretarias de Energía y Hacienda; también del PRI fueron los secretarios de Comunicaciones y Transporte: Luis Téllez y Dionisio Pérez Jácome, con actuaciones nada brillantes. En su gabinete tuvo dos personas conflictivas íntimamente ligadas: el Jefe de la oficina de la presidencia y luego secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño su amigo personal sin más méritos que ese y el secretario de seguridad publica Genaro García Luna, su gente de confianza para la guerra contra el narco trafico, para lo que había involucrado al ejercito. Estas eran gentes sin merecimientos suficientes que justificarán tan importantes nombramientos. Pareciera que en los nombramientos que hizo calderón respondían a demasiados compromisos y por el perfil de quienes designaba, daba la impresión de que no quería tampoco mucha “sombra”. Al final la desproporcionada, desorganizada y parcial tarea en contra de los narcotraficantes, que al principio tuvo un resultado muy positivo con la extradición de los 15 grandes capos del narcotráfico hacia los EU., pero que dejó muchas interrogantes, tales como la ausencia inexplicable de un ataque frontal al lavado de dinero y a las instituciones financieras que lo propician; el ataque y castigo a las grandes cabezas de empresarios y 299 políticos que están inmiscuidos en la actividad; y lo que es más grave; la ausencia de una estrategia completa que nunca se vio y el saldo enorme de víctimas inocentes. Esta desproporcionada actividad no dejó espacio suficiente ni recursos para atacar algunos problemas críticos como; la enorme desigualdad social, ascendiendo el numero de pobres en México a 50,000,000 en su sexenio; el terrible problema insoluble de la calidad educativa y el secuestro sindical de esta actividad; acabar con los privilegios fiscales para el sector financiero y las grandes corporaciones empresariales: acabar con las mafias sindicales; eliminar el cabildeo en el congreso; ir con todo en contra de los monopolios, por solo mencionar algunos problemas y ya no digamos el de la educación En el Gobierno de Calderón, en pleno siglo XXI, el ciudadano común y corriente en México se sintió constantemente temeroso, acosado, explotado y robado por los bancos, la CFE, los recibos telefónicos y del gas, por la tenencia del automóvil, (para los que lo tienen, que son los menos), por los gobernadores que saquearon impunemente a sus estados y ahora por la delincuencia organizada que tiene secuestrados a pueblos y estados completos en toda la república y además sostienen entre si una guerra feroz por los territorios con miles de víctimas inocentes. Y todo esto acompañado de un profundo sentimiento de impotencia e indefensión y desesperanza por la ausencia de la autoridad y su corrupción, que sigue haciendo que impere la impunidad en nuestro país y que el Estado de derecho sea una quimera. Y que la seguridad en lo personal y en sus bienes, principal tarea de su gobierno; no se diera. Resulta paradójico y contradictorio, que en un sistema capitalista, como el nuestro, el capital sea escaso y caro y que solo fluya a borbotones en algunos casos, como el de las tarjetas de crédito para el consumo, porque es lo que a los bancos les resulta más rentable. Y siga siendo escaso también; porque a los bancos les conviene más que prestar, invertir en valores especulativos de más rentabilidad, por las enormes cantidades que les ingresan por concepto de depósitos de los usuarios, por las cuales, no solo no pagan nada, sino cobran comisiones. Y si a esto le sumamos los ingresos por concepto de lavado de dinero, así como los ingresos producto del envío que los migrantes hacen a sus familiares, entonces encontraremos porque los bancos extranjeros en México son los más rentables en el mundo. Otra paradoja del capitalismo mexicano es que a pesar de tanto problema la economía en su dimensión macro siguiera creciendo, sin embargo esto se debió a varios factores tales como; los bajos salarios en la mano de obra en México (ahora más bajos que en China) que por esa razón sigue atrayendo la inversión para la producción. Indudablemente el haber respetado el gobierno de Calderón la autonomía del Banco de México fue 300 un factor positivo para evitar las crisis económicas anteriores. Lo que es inaceptable es que el gobierno siga actuando en este campo y en muchos otros solo como espectador, o peor aún, validando la actuación de los atracadores. Otro campo es el de la proliferación de casas de apuestas por todo el territorio nacional, estimulado desde el Gobierno de Vicente Fox a través de Santiago Creel su Secretario de Gobernación. El gobierno de Calderón debió haber corregido estos y muchos otros errores de la administración anterior y sin embargo los continuó. Calderón debió haber promovido y apoyado con decisión: la reforma del Estado como el antídoto jurídico preventivo para males futuros, pero no lo hizo. Su equipo de gobierno en cuanto al personal clave y más cercano a él, dejo mucho que desear, no se entiende como a una persona sin mayores merecimientos ni cualidades sobresalientes positivas como Juan Camilo Mouriño y además con probidad en entredicho como funcionario público, se le haya dado el puesto de mayor responsabilidad después de la propia presidencia de la república. Y después de su muerte, lamentable como la de cualquier otra persona, se le de el trato de héroe nacional, habría que preguntarse en base a qué, lo único que se le conoce son los trabajos con instrumentos discutibles, para ganar la elección. Tampoco se explica cómo Calderón dejó la Secretaria de Seguridad Publica, encargada de la seguridad nacional, una de las primeras prioridades nacionales, en manos de Genaro García Luna, persona que ya había sido cuestionada en diversas ocasiones en el sexenio pasado como director de la AFI y por presuntamente proteger al Cartel de Sinaloa, y si los resultados en materia de seguridad nacional bajo su responsabilidad hubieran sido excelentes se podría entender el que no lo haya cambiado, pero no fe así; ahí está el caso de Florence Cassez. Agustín Carstens fue contratado para diseñar una estrategia para: crecer, crear empleos, se supone bien remunerados, y para abatir la pobreza. Lo que si se sabe es que ninguno de los propósitos se cumplió, si bien esto ha sido mayoritariamente por causas circunstanciales. Sin embargo estos objetivos si se cumplieron pero en forma negativa; en el 2009 México creció negativamente en un 6.8%, el desempleo fue del 5.5% y los pobres aumentaron en 4.5 millones. Pareciera ser que a Carstens se le buscó más para substituir a Guillermo Ortiz en el Banco de México, quien había venido haciendo un papel estupendo al frente de nuestro Banco Central desde la época de Zedillo pero no admitía injerencias en su responsabilidad y defendía su autonomía para la salud financiera del país. Contradictorio también fue la reacción enérgica en grado extremo y el proceder, más que de inmediato, en forma precipitada, con relación a la 301 supuesta pandemia por el A (H1N1). Esto se podría entender por el antecedente de la influenza española (1918), pero la medicina y la ciencia médica y el conocimiento científico habían avanzado enormemente desde entonces, hace casi un siglo, por lo que no había razón para una reacción del gobierno tan desproporcionada y precipitada como se dio, parando la actividad y la economía en toda la república, perjudicando a millones de mexicanos, lo cual no hizo ningún otro país y además inútilmente porque el gobierno no estaba preparado ni con la organización ni con la infraestructura para que lo anterior fuera efectivo si verdaderamente hubiese sido grave, pero además no se justificaba. Lo que causo fue un daño de enormes proporciones en lo interno y en lo externo exhibió a México en el exterior como si fuera una “leprosería”, desgració la actividad turística y la economía de muchos negocios. A tal grado fue que ningún país deseaba recibir mexicanos. La sociedad mexicana vio, mayoritariamente, como un hecho positivo; que los más de 33, 500 millones de pesos que se tiraban cada año en el pozo sin fondo de Luz y Fuerza del Centro y el Sindicato Mexicano de Electricista exclusivo de esta empresa, que era una más de tantas rémoras con las que han cargado los mexicanos; ahora se tomara la decisión de liquidarla por ineficiente. Y habiendo liquidado a la mayoría de los trabajadores, algunos de los cuales fueron recontratados por la CFE, no se entiende por qué se toleró a la minoría disidente integrada por los principales usufructuarios, los exlíderes sindicales corruptos y sus incondicionales cautivos, permitiéndoles seguir disponiendo de un patrimonio que en todo caso seria de todos los ex trabajadores de la empresa, como es el patrimonio del extinto sindicato que al desaparecer la empresa también desaparece como tal. Y por qué el gobierno federal los tolera al grado de integrar una “comisión de notables”, que si no lo eran, ahora sí lo son, al prestarse a esa farsa de dialogo con quienes ahora no tienen, pero que además nunca tuvieron, una representación real, autentica y efectiva de los verdaderos intereses de los trabajadores a quienes como al pueblo de la ciudad de México explotaron por muchos años. Las relaciones exteriores del gobierno de Felipe Calderón se caracterizaron por el continuismo del sexenio anterior y la mediocridad. No solo no se recuperó ni un ápice del antiguo liderazgo que ejerció México en Latinoamérica en el pasado y que se perdió principalmente en el sexenio de “la enchilada completa”, sino que después con el caso de Honduras; quedó en evidencia la pobreza de ese liderazgo, imponiéndole Venezuela a México las directrices de actuación con relación al presidente depuesto Manuel Zelaya, que independientemente de que haya sido o no golpe de Estado él del 28 de junio, yo pienso que si lo fue, no tenia México por que 302 tomar partido por un líder sumamente cuestionable y después, tal vez siguiendo la misma línea marcada por Chávez, desconocer la elección democrática en donde el pueblo de Honduras decidió por propia voluntad elegir a un nuevo presidente, al Presidente Porfirio Lobo. Habría que haberle recordado a Calderón que la política exterior mexicana se rige por principios y unos de esos principios son los de “no intervención y auto determinación de los pueblos”. El presidente Calderón presentó a principios del 2010 una iniciativa llamada “Reforma a favor de los ciudadanos: del sufragio efectivo a la democracia efectiva”116. Se parte de que existe un sufragio efectivo, lo cual las elecciones del 2006 lo dejaron en entredicho y se quiere una “democracia efectiva”, pero virtualmente la democracia en México no existe. Felipe Calderón debió haber tenido plena conciencia de que el único compromiso que contrajo al asumir la presidencia fue con México, con nadie más y si creyó que estaba obligado por la circunstancia a pagar favores; esto es precisamente seguir actuando de acuerdo al sistema político contra el que estamos luchando casi todos los mexicanos y debió rectificar de inmediato y hacerlo en tal forma que no quedara duda y que su acción correctora enmendara y resarciera los costos políticos, sociales y económicos en que incurrió con cargo al pueble de México. Es preciso recordarle al ejecutivo de la federación y de los estados, que el patrimonio es de la nación no del gobernante en turno. 6.- LAS ELECCIONES DEL 2012 En el PRI sigue habiendo gente pensante y bien intencionada, siempre la ha habido, antes y ahora. Pero ellos nunca, ni antes ni ahora han tomado las decisiones trascendentes; sobre todo aquellas que responden a los verdaderos intereses del PRI y su grupo en turno, que por lo general siguen siendo y son intereses aviesos; ligados a los intereses de la oligarquía que por décadas ha detentado el poder en México. Es lastimoso ver cómo los sindicatos patronales así cómo los colegios de profesionales y ya no se diga los sindicatos explotadores del trabajador; se han convertido en lacayos del poder por falta de principios y por una codicia desmedida. Desgraciadamente la cultura de la corrupción del sistema político antidemocrático establecido por el PRI, contaminó a la misma sociedad mexicana. 116 Periódico el UNIVERSAL de fecha 03 febrero 09 303 El PRI llegó al clímax de su degradación; durante el fraude electoral de 1988 en México117 ; Carlos Salinas de Gortari (CSG) fue impuesto de acuerdo con el PAN y con el silencio cómplice de las cámaras patronales y los colegios de profesionales que debían orientar a la sociedad, y la traicionaron siendo omisos. Con este régimen regresó el asesinato político, se fortaleció la delincuencia organizada y CSG pretendió reelegirse, y cuando no pudo; concibió la posibilidad de otro Maximato, lo que tampoco se le hizo, cuando menos con Zedillo. Como resultado de más de 80 años de los gobiernos antidemocráticos del PRI, se dejó un país con una gran desigualdad social; con una migración de mexicanos que cada año arriesgan la vida para buscar mejores condiciones; un país penetrado por la delincuencia organizada y el narcotráfico, con millones de jóvenes desamparados que son presa fácil de los criminales; una educación en manos de un sindicato y una mafia que lucra con la actividad teniendo como resultado un ínfimo nivel para los educandos lo cual de hecho es una bomba de tiempo; trabajadores con salario mínimo de miseria; millones de personas en la pobreza extrema; una corrupción generalizada que ha hecho la cultura de la impunidad en la sociedad y un centralismo recrudecido, que con el relevo de los gobiernos del PAN en el 2000 y 2006 no hizo sino continuar el estado de cosas recibido y si se quiere; agravarlo. Presuntamente el grupo de CSG es la fuente del apoyo económico, de recursos humanos (los mismos líderes y dirigentes) y de la planeación estratégica especializada para coordinar la tarea que llevó a la presidencia de México Enrique Peña Nieto en las elecciones del 2012, actuando conjuntamente con los otros monopolios entre ellos los de la Televisión; con una estrategia muy bien montada que iniciaron hace ya varios años con acciones inéditas como; conseguirle esposa al candidato hasta utilizar el partido de EEG, a ella misma y al SNTE, sin faltar el montaje de un cuarto candidato. Todo ello sin la menor controversia por parte del IFE, Instituto Federal Electoral y posteriormente el TEPJF. presuntamente el móvil de CSG es tener abierta la puerta para un posible Maximato, cuando no una posible reelección en el futuro. 117 304 El PAN seguía siendo un partido mayoritariamente de gente bien intencionada, pero a medida que fue ganando poder se fue viciando, llenando de pillos, reforzando a los que ya tenía y curiosamente fue adoptando todos los vicios que combatía del PRI; incluso el recurrir al fraude electoral, que en cierta forma así fue la elección presidencial de Felipe Calderón Hinojosa (FCH), al recurrir él y su coordinadora de campaña JVM entre, muchas otras malas artes (el fin justifica los medios) a los servicios de la maestra EEG habiendo recibido por su “trabajo”, esta señora, un botín que resulta inverosímil, incluyendo su propio “partido político” con cargo al erario. El ataque de FCH a la delincuencia organizada haciendo uso, más que inmediato, precipitado del ejercito, sin una estrategia integral, fue como combatir la maleza con un machete, acabando con las espinas superficiales sin atacar la raíz en donde se encuentran las cabezas; los políticos, los empresarios, las redes financieras, la logística, etc. Sin querer darse cuenta que si no les afectaba las finanzas estas les darían, como de hecho así fue, para pagar con creces a miles de jovencitos (que los hay por millones) en el abandono y la desesperanza, para ser utilizados como carne de cañón. No es difícil suponer que desde un principio, el mismo grupo que ya ha tenido experiencia en el contacto y negociación con las redes criminales, haya utilizado el recrudecimiento de la violencia en México para establecer y estimular una sicosis terrorista, que supuso el regreso del PRI como salvación y superación de la era de terror “porque ellos si saben de esas cosas” El resultado de la situación negativa del país dejada por los gobiernos del PRI, recibida y continuada por el PAN, con graves deficiencias e injusticias; no solo no fue superada por quienes ofrecieron el cambio, sino que las cosas para la mayoría de los mexicanos han empeorado. La pobreza en México (feb/2012) aumentó a 52 millones 118. Es cierto que las crisis financieras sexenales que favorecían a los especuladores políticos del PRI y miembros de la oligarquía, no se han vuelto a repetir porque los gobiernos del PAN, respetaron la autonomía del Banco de México y el país sigue siendo, a pesar de la violencia, un paraíso para la inversión extranjera por los sueldos de hambre que gana el trabajador mexicano; gracias a los sindicatos obreros y patronales y al 118 305 “sistema político mexicano” creado por el PRI y adoptado por el PAN y no solo tolerado sino practicado por los otros partidos El PRD, como he apuntado nació después del fraude del 88 gracias al Ingeniero Heberto Castillo, verdadero líder de la izquierda que desde la reforma electoral del 77 había venido juntando a los diversos grupos de Izquierda existentes en la república, a lo que se acogieron también los de la corriente democrática salida del PRI, todos ellos integraron el PRD. Este partido ha sufrido la persecución del sistema político y la división de algunos grupos internos con intereses no precisamente partidistas ni ideológicos. Y aunque el gobierno de sus candidatos recientemente ha sido cuestionado en algunos estados y lo fue también en los gobiernos de Rosario Robles y de AMLO en el GDF; los logros más notables de este partido ya en el poder han sido en el gobierno de la ciudad de México; lo que se reflejó en las preferencias electorales para la jefatura de gobierno del DF. Actualmente el grupo de AMLO con el Movimiento de Regeneración Nacional MORENA, en proceso de convertirse en partido político se encuentra virtualmente separado del PRD El resultado de las elecciones presidenciales del 2012 en México, estuvo plagado de irregularidades habiéndose faltado al cumplimiento cabal de las disposiciones legales constitucionales de los artículos: 36-III, 41, 81, 99 y 133, en perjuicio del Estado mexicano y del pueblo de México, afectando su derecho inalienable y soberano consagrado en el articulo 39 constitucional. En casos como éste, siempre los hechos son más importantes que las pruebas, ya que éstas no siempre pueden fácilmente concretarse a posteriori. Y, es de suponer que con tanto tiempo que tuvieron para preparar al candidato del PRI y su campaña electoral (aprox. 6 años), con el objeto de ser realizada como al final la llevaron a cabo; debemos suponer que el equipo que lo hizo no fue gente improvisada ni estúpida y cuidarían hasta el mínimo detalle para no dejar evidencias comprometedoras, con validez jurídica, que los pudieran incriminar. Las instituciones electorales nacionales, encargadas de que el pueblo ejerza libremente la democracia y de ser la salvaguarda de esta, deberían haber estado atentas y al tanto, no solo de las elecciones sino de todo su entorno previo y sus antecedentes, y al del proceso electoral completo, desde precandidaturas y pre campañas y seguramente lo hicieron pero no lo reflejaron en su actuación. En esta forma, el Instituto Federal Electoral 306 (IFE), que se supone es el arbitro encargado de realizar las elecciones en condiciones de certeza, legalidad equidad, independencia, imparcialidad y objetividad, y de vigilar escrupulosamente el entorno previo en donde estas se realizarían; así como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), encargado de calificar la elección; previa atención de las irregularidades graves, denunciadas o perseguidas de oficio y las denuncias de los partidos presentadas ante éste, para poder declarar o no Presidente Electo; ambas instituciones no utilizaron en su actuación ese conocimiento previo, de acciones perniciosas que preparadas con tanto tiempo; tuvieron efectos determinantes en la elección; faltando así a una responsabilidad crucial. El IFE y el TEPJF trabajan, en teoría, todo el año y todos los años, cobrando, los responsables, altos emolumentos por esto, determinados y otorgados desde el gobierno de Vicente Fox, interesadamente, a manera de un cohecho simulado (pactado legalmente). Estos son organismos, que en sus cúpulas (consejeros y magistrados) son susceptibles de influenciar y, hasta cierto punto controlar, e incluso recibir “consigna” para su actuación, desde las más altas esferas del poder, cuando existe la voluntad de que así sea, ya que son precisamente, miembros de estas esferas, quienes deciden sus privilegios y cuantiosos emolumentos (como quedó en evidencia en las elecciones del 2006); para que dado el caso se ajusten a “derecho” en forma escrupulosa sin ejercer, como debieran hacerlo; su propio juicio y el análisis crítico y libre en cada uno de los hechos, e incluso aplicar el criterio jurídico de los principios del derecho si fuese necesario y ejercer su voluntad ética indeclinable en busca de la verdad y de hacer justicia, “para dar a cada quien lo que corresponde”. Sin embargo pareciera ser que tuvieron la consigna de que en “algunos casos” fueran rigurosos extremadamente en materia procesal, para no aceptar como prueba nada que no fuera tipificado como tal desde el punto de vista estrictamente jurídico, excluyendo cualquier otro recurso y, en dado caso, poder desechar por “inválidas” las denuncias o impugnaciones, por más respaldadas que éstas hayan estado por los hechos fehacientes, evidentes e incontrovertibles y declaraciones de testigos presenciales. Y de esta manera, sólo concretarse a “cubrir el expediente”. “Trabajo”, éste ultimo, que bien podría hacer una computadora a un costo infinitamente menor. Paradójicamente estas instituciones fueron concebidas para actuar con dignidad y ética profesional, pensando siempre en el interés de la nación. Las principales irregularidades en las elecciones, además de las arriba apuntadas, las podemos englobar en cuando menos 7 hechos conocidos por la opinión publica: 307 PRIMERO: Candidato prefabricado, presentando un producto, adornado con esmero, no necesariamente verdadero, para su “venta electoral”. Desde 6 años antes de la elección del 2012, a raíz del fracaso estrepitoso del candidato del PRI a la presidencia de la república en las elecciones del 2006; uno de los grupos de ese partido, decidió conjuntar intereses y recursos para que con tiempo más que suficiente, iniciaran la formación, preparación y proyección de un candidato a la Presidencia de la República. Y así estar en posibilidades de diseñar una campaña para ganar la elección; por los medios que fueran necesarios sin importar cuales fueran estos y menos su validez ética. Las evidencias señalan que el candidato que eligieron desde entonces, fue a Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México, al que presentarían, ayudados por los medios y mediante “publicidad integrada”; como alguien inteligente, carismático, honesto y con dotes de estadista; para proyectarlo a la presidencia de la República en las elecciones del 2012, y ganarlas a cualquier costo, Presuntamente, el grupo estuvo integrado por políticos del PRI del grupo de Carlos Salinas de Gortari primordialmente, y apoyados por los dueños de los principales medios de comunicación; televisión, radio y prensa escrita; encabezados por Televisa y gentes con grandes intereses económicos y políticos, en México, usufructuarios perennes del sistema político mexicano. A este respecto el periódico británico “The Guardian” publicó evidencias de supuestos contratos, con ese propósito, de gente de Televisa con el gobierno del Estado de México, si bien hay que reconocer que el mismo medio hubo de disculparse porque la evidencia, aunque cierta, no era legal, en esta forma el grupo proyectó la imagen de un gran candidato, engañando en primer lugar a su mismo partido, para que sin mayores problemas fuera postulado como su candidato a la Presidencia de la República. SEGUNDO: Promoción y publicidad por medio de encuestas amañadas Bajo el supuesto de que las encuestas reflejan, (con cierto margen mínimo de error), el sentir popular y el punto de vista de la opinión publica; el objetivo fue la manipulación de las encuestas, presuntamente acordando con las principales encuestadoras la realización de metodologías “AD HOC”, para engañar haciendo creer que su producto, (el candidato a la presidencia) era el mejor y por mucho, dicho esto no por ellos o por su partido, sino precisamente por la “opinión publica” expresada en las 308 encuestas. Esta información amañada también podría desanimar a muchos votantes para acudir a las urnas, pensando que supuestamente era ya una elección decidida, como lo aseguró “inequívoca” y apresuradamente Vicente Fox, en busca tal vez de “su salvoconducto”. De hecho, 19 millones de votantes no asistieron a votar, y si bien es cierto que una elección en donde asista el 100% del electorado no existe, muchos votantes (millones tal vez) si pudieron haberlo hecho en condiciones de equidad y veracidad con la información de las encuestas. Utilizaron la elección del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, (JGDF), Para tener credibilidad en semejante engaño; haciendo participar a las mismas empresas coludidas para encuestar aquí las tendencias; porque era evidente la enorme ventaja que tenia el candidato del PRD y además aquí no les interesaba engañar porque su objetivo era uno solo: la Presidencia de la República. La intención era; con la verdad en la encuesta para el JGDF; hacer creer que la de Presidente de la República estaba hecha bajo la misma metodología y por lo tanto en esta forma podrían consumar el engaño. Por otro lado se dio el caso extremo de la encuestadora Gea-Isa, que realizó una encuesta diaria durante los tres meses de campaña, en donde aún habiéndose ya puesto en evidencia las verdaderas características y errores del Candidato Peña Nieto, con los eventos de la feria del libro en Guadalajara; su visita a la IBERO y el surgimiento del movimiento estudiantil en su contra #YoSoy132, entre otros muchos sumamente negativos para él; el candidato Peña Nieto, a quien ya gran parte de la opinión publica repudiaba; seguía subiendo admirablemente en las encuestas con un amplio margen en contra de sus contrincantes, lo que prueba que estas eran evidentemente un engaño, como lo comprobaron los resultados finales de la elección para presidente, aun habiendo sufrido ya el daño por la acción negativa de las encuestas. TERCERO: Gastos excesivos de campaña A sabiendas que de acuerdo al COFIPE, el excederse en los topes fijados por el IFE no podría comprobarse sino hasta el 2013, ya cuando había tomado posesión el presidente Electo y que, dado el caso, la sanción no pasaría de una multa económica; la campaña de Enrique Peña Nieto derrochó dinero a manos llenas y aunque los otros partidos lo hayan denunciado ante el IFE con suficiente tiempo y datos comprobables, ellos lo negaron mintiendo al respecto y engañando también con ello. Dándose además, de esta manera una clara falta de equidad con los otros partidos en la elección para presidente. Sin embargo lo grave verdaderamente, fue la procedencia de esa cantidad infinita de recursos gastados, los que presuntamente salieron de múltiples fuentes ilegales como; el 309 endeudamiento y saqueo del erario de los estados gobernados por el PRI para contribuir a la campaña, dándose múltiples casos de los cuales el más evidente y representativo fue el del Estado de Coahuila. También se incautaron 25 millones de pesos en efectivo por la PGR, de un avión del gobierno de Veracruz que los llevaba a Toluca, misma cantidad que se devolvió inexplicablemente por la PGR y con intereses, pero sin aclaración publica alguna. CUARTO: Alianzas inconfesables En un principio el Partido Nueva Alianza (PANAL), partido propiedad de la señora Elba Esther Gordillo, iba dentro de la coalición con el PRI, pero por estrategia, para seguir engañando y hacer creer que no estaban juntos, porque la imagen negativa de la señora podría perjudicarles, decidieron que el PANAL se presentara como partido independiente, dando la apariencia, sólo la apariencia, de un rompimiento. Y en esta forma tuvieron la posibilidad de crear un cuarto candidato que diluyera los votos de los partidos opuestos al PRI, habiendo captado esté cuarto candidato, más de un millón de votos, según los datos del PREP presentados por el IFE. En esta forma las artes especializadas en procesos electorales de la Sra. EEG y sus múltiples huestes, (decenas de miles de “profesores” comisionados y pagados por el erario), podrían actuar incluso ilegalmente a favor del PRI, sin que se notara que era para ese partido. En algunas casillas favorables al PRI los votantes fueron cercanos al 100% de padrón y en otras lo rebasaron. QUINTO: Manipulación de conciencias Desgraciadamente el bajo nivel educativo y las condiciones de miseria de la mayoría del pueblo de México, causada por la gran desigualdad social existente no le permite tener una capacidad adecuada para el análisis critico. En cambio; la cultura televisiva impuesta a base de telenovelas triviales, les daba el campo propicio a este grupo para que a través de sus medios y de varios años de acción, fueran poco a poco inyectando en la mente de las personas; desde imágenes y símbolos que se relacionaran positivamente con el candidato, hasta presuntamente el bombardeo con mensajes subliminales, con ese propósito, a través de los múltiples y principales medios. Por otro lado la constante coerción de los múltiples grupos sindicales controlados por el PRI y afines al sistema, se utilizaron para orientar la conciencia y asegurar el voto de sus agremiados; en igual forma se dieron las amenazas de la delincuencia y el crimen organizado si no se votaba por 310 el candidato del PRI, o bien indicándoles que se abstuvieran de votar (en zonas afines a otros partidos). Todo esto quedó asentado en múltiples denuncias ante la FEPADE a quien no se le vio “gran cosa” en su actuación, sobre todo en congruencia con la gravedad del caso y con su responsabilidad. SEXTO: Compra de votos Ante el objetivo de ganar la elección por cualquier medio, sin importar el costo, ante la enorme disponibilidad de efectivo y viendo que en fechas cercanas a la elección se deterioraba a pasos agigantados la imagen prefabricada de EPN, miembros de su campaña electoral decidieron actuar en forma intensiva y se dedicaron a comprar conciencias y votos a diestra y siniestra en forma masiva y escandalosa. La compra descarada de votos la hicieron por medio de miles de “regalos ilegales” en especie, en efectivo y a través de la compra masiva de tarjetas Soriana (monedero electrónico) y de Monex. Abusando de la miseria, del hambre y de la necesidad de supervivencia de la gente; a quienes no se les puede culpar por aceptar la venta de su voto, muchas veces para dar de comer a su familia. ésta acción ilegal y artera, en contra de la dignidad de la persona y en contra de la equidad de la elección (art. 41 constitucional) está ampliamente documentada por los partidos políticos afectados, en impugnaciones ante el IFE, y por la acción responsable periodística, como es el caso de Carmen Aristegui y su equipo de MVS para el caso de Monex, presuntamente ligado con el lavado de dinero proveniente de los Beltrán Leyva, caso denunciado y perseguido en España y como siempre ante la omisión de las autoridades mexicanas, quienes incluso exculparon al banco HSBC de lavado de dinero, multándolo sólo con 379 millones de pesos, cantidad irrisoria comparada con las multas que le han impuesto en el extranjero por razones similares y ya no se diga con las ganancias que tiene la institución por este concepto. SEPTIMO: Pacto de protección y encubrimiento Felipe Calderón Hinojosa, después de haber involucrado al ejercito desde el inicio de su mandato, en un enfrentamiento “sin ton ni son” con el crimen organizado; que ha dado como resultado un saldo de más mexicanos muertos, que las bajas sufridas por los EU. en la guerra de Vietnam; la impunidad reinante en el país en forma generalizada; el sistema judicial prostituido; y muchas regiones, entre ellas en su propio Estado (Michoacán) en manos del narcotráfico; la continuación de la corrupción sin haber tenido o la disposición o la capacidad para ponerle alto, y su 311 propio partido manoseado por él mismo, tratando de imponer a su sucesor. Y ahora con la posibilidad real de que el PRI volviera al gobierno; representaba para él, en lo personal, una situación de alto riesgo si no contaba con la protección adecuada y no precisamente la que tienen en forma normal los ex presidentes. Un presunto convenio de “protección y encubrimiento” de Felipe Calderón Hinojosa, para este propósito con EPN y el PRI; pudo haber sucedido; las evidencias son múltiples, desde la presunta compra de un nuevo avión presidencial de gran lujo, sólo superado por el “Air Force One de los EU., (en un país con 53 millones de pobres) el comportamiento del IFE y el TEPJF en el proceso electoral la inacción de la PGR para investigar las múltiples denuncias del dinero aportado por los gobernadores de los estados priistas, la devolución del dinero incautado del avión del gobierno de Veracruz hasta los múltiples hechos ilegales durante el proceso electoral, tolerados por su gobierno y el hecho mismo de haberse adelantado en un mensaje a la nación para reconocer el triunfo de EPN aunque haya aclarado que era previo a la terminación de los tramites del caso, para entonces “felicitarlo como Presidente Electo de México”. habiendo enviado a todos un mensaje muy claro a este respecto porque él tenía el conocimiento suficiente de las irregularidades relacionadas con la elección. Presuntamente también tuvo que ver con el retiro prematuro de la candidata del PAN Josefina Vázquez Mota, quien atropelladamente reconociera su derrota cuando todavía no se tenia la información suficiente. El hecho de haber pronunciado su discurso con los resultados electorales, en forma inmediata al del presidente del IFE, cuando discurso y filmación (producción) requieren de un tiempo considerable; manifiestan que hubo un manejo conjunto con Leonardo Valdés Zurita presidente del IFE, que sin empacho declaró que había sido “una jornada electoral ejemplar”, que los mexicanos “hemos consolidado nuestra democracia electoral”, pasando por alto también todos los antecedentes que implicaban un cumulo enorme de irregularidades inaceptables, que el presidente del IFE y sus consejeros debían conocer y si no las conocían (difícil de creer) peor por el cumplimiento de su responsabilidad y la calidad de su desempeño. Alejandro Luna Ramos, en su carácter de presidente del TEPJF afirmó en diferentes foros: “Nadie ganará en la mesa lo que no ha ganado en las urnas” (descalificando con esto, protestas e impugnaciones) y “La Ley establece los términos, establece las situaciones, no somos legisladores y nos apegaremos a lo que dice la ley”. Estamos de acuerdo con él, en la “mesa” del TEPJF no se ganan las elecciones, nadie pretendía eso; ahí se hace justicia de acuerdo a la ley, a los términos y a las situaciones legales mediante el libre criterio de los magistrados, y eso es precisamente, lo único que se pretendía que se hicieran, y lo que a ellos les correspondía hacer en forma irrenunciable. 312 Según el IFE el resultado final de las elecciones fue el siguiente: Josefina Eugenia Vázquez Mota 12,786,647. (25.41%) Enrique Peña Nieto 19,226,784. (38.21%) Andrés Manuel López Obrador 15,896,999. (31.59%) Gabriel Ricardo Quadri de la Torre 1, 150,662. (2.29%) 7.- ENRIQUE PEÑA NIETO Con el arribo de EPN al poder, también se quiere hacer creer que un nuevo PRI ha surgido. Pero las evidencias del proceso electoral que les dio el gane, deja claro que no solo es el mismo PRI, con sus mismas mañas, reglas (no escritas), y los mismos usos y costumbres establecidos en el sistema político mexicano que lo identifica; sino también han llegado con él los mismos actores que desde el salinismo y gracias al PAN no han dejado de ser actores de primera línea y con las mismas intenciones. Curiosamente en la administración de Peña Nieto se ha seguido una pauta muy similar a la de Salinas de Gortari, señalaré algunos hechos que así lo comprueban: En el primer año de su gobierno: Salinas, aparentemente le dio un golpe al sindicalismo corrupto del sector petrolero y al de la educación, encarcelando a la Quina, líder de los petroleros y destituyendo a Jongitud Barrios líder del SNTE; la realidad demostró más tarde que sólo fue una venganza política en el caso de la Quina y que el derrocamiento de ambos líderes más que un golpe a la corrupción (dos agujas no se pican) era parte del ritual sexenal del sistema político mexicano de ofrendar el sacrificio por medio de “chivos expiatorios” en el “altar de la demagogia”. Para hacer creer que “ahora sí la cosa va en serio”. En el caso del gobierno de EPN se procedió penalmente en contra de Elba Esther Gordillo por varias razones, entre ellas demostrar lo mal que lo habían hecho las administraciones del PAN, utilizándola y dándole un poder desproporcionado y con este caso también cumplir con el ritual de los sacrificios. Y aun hay que esperar a ver si la PGR no hizo amañada la denuncia correspondiente para que en poco tiempo salga en libertad. El 16 de noviembre de 1988, Salinas firmo un pacto por la democracia con todos los partidos político en México llamado “Compromiso Nacional por 313 la Legitimidad y la Democracia”, cuyo objetivo era lograr desde el inicio, cuando menos en un tema; el compromiso con el régimen, de todas las fuerzas políticas partidistas, que le daba una imagen nada despreciable. En igual forma y con objetivo similar, el gobierno de Enrique Peña Nieto firmo con los presidentes de los tres principales partidos políticos el “Pacto por México”, un documento de 20 cuartillas en donde se expresan como se cumplirían los cinco tipos de acuerdos que comprende el pacto: 1. Acuerdos para una Sociedad de Derechos y Libertades. 2. Acuerdos para el crecimiento económico, el empleo y la competitividad. 3. Acuerdos para la Seguridad y la Justicia. 4. Acuerdos para la Transparencia, Rendición de Cuentas y Combate a la Corrupción. 5. Acuerdos para la Gobernabilidad Democrática. En realidad casi todos los propósitos del pacto son deseables de hacerse realidad, sin embargo más parecen sólo el pretexto para comprometer a los tres principales partidos políticos con el régimen, sin pensar por un momento en comprometerse con lo que verdaderamente le urge a México; como abatir la enorme desigualdad; mejorar sustancialmente la educación y la investigación; erradicar a las mafias sindicales tanto de los trabajadores como de los patrones; erradicar a los monopolios; cómo contar con una planeación estratégica para saber con claridad hacia donde vamos y como lo vamos a lograr; cómo hacer de los medios de comunicación instrumentos para la educación e información del pueblo y no para su embrutecimiento y manipulación como sucede; castigar ejemplarmente la corrupción en las empresas del Estado y hacerlas eficientes y no entregarlas al capital privado como se pretende; preocuparse por mejorar la calidad de vida para todos por medio de un desarrollo sustentable, armónico con la naturaleza y exaltarla para el beneficio y disfrute de la gente, con verdaderos parques públicos nacionales que cuenten con la infraestructura necesaria y no solo “parques nacionales de papel” como actualmente existen y se cuentan por “millones de hectáreas”; hacer valer el Estado de derecho que establece la constitución, sin “jueces o magistrados de consigna”, haciendo valer la autoridad en todo el territorio nacional y combatir a la delincuencia organizada, empezando por ellos mismos, 314 castigando a personas e instituciones financieras dedicadas al lavado de dinero sin temor a que esto afecte a las finanzas nacionales, castigando a los políticos y empresarios que han propiciado y manejado el narcotráfico; evitar seguir sangrando a las finanzas publicas con las “cajas chicas” tradicionales como: La Lotería nacional, PEMEX, y el manejo del contrabando; aprovechar la ubicación privilegiada que tiene México en el mundo, al otro lado del mercado más grande y empezar a hacer planes a largo plazo fijando un rumbo benéfico para los mexicanos. Lo que no hacen porque su principal función es hacer negocios para ellos y para sus amos y esos solo llegan hasta 6 años en el mejor de los casos; los mismos que utilizan para las obras publicas siempre en función de sus intereses y también para su beneficio, de ellos y del “partido” para seguir detentando el poder. Piezas claves en el Gabinete de EPN y gente que ocupa posiciones políticas importantes en el gobierno; son gentes ligadas en alguna forma con Carlos Salinas de Gortari, expondré sólo algunos ejemplos: Emilio Chuayffet Chemor Rosario Robles Luis Videgaray Emilio Lozoya Claudia Ruiz Massieu Salinas Enrique de la Madrid Cordero Jesús Murillo Karam Pedro Joaquín Codwell Emilio Gamboa Patrón Carlos Rojas Gutiérrez y también podríamos agregar a Manlio Fabio Beltrones, (aunque algunos no lo crean). Para cumplir con el ritual de las privatizaciones ahora han sido selectivos y están tratando de ir por el “Pez gordo”: PEMEX, por medio de la “Reforma Energética” que incluye la reforma del articulo 28 constitucional, lo que les daría a este grupo un potencial económico inmenso por medio de la explotación de la industria de los hidrocarburos, la química orgánica y la petroquímica manejados en México, en cierta forma de monopolio, además de todos los negocios ligados a estas actividades, que en lo particular los 315 miembros del grupo puedan hacer. Y en esta forma si poder “Mover a México” no sabemos hacia donde y ¿para quién? Las primeras acciones del presente régimen fueron, yo no diría manchadas, porque en realidad todo huele mal, yo diría evidentes, por medio de SEDESOL y su “cruzada contra el hambre; utilizando los recursos de este programa para comprar votos, eso sí a miles de gente con hambre, en las recientes elecciones. Estos hechos fueron denunciados por el PAN de Veracruz y después por muchos otros estados afectados en igual forma. 8.- LAS POTENCIALIDADES DE MÉXICO Más de 3,500 años de un intenso proceso cultural, alimentado por las principales culturas de Europa y América, sin duda le dan un soporte excepcional a la cultura mexicana, cuyo potencial en el siglo XXI es enorme y único. Sin embargo y para señalar, brevemente, aspectos prácticos y concretos; sólo apuntaré algunas potencialidades y no necesariamente las más importantes: Dentro del proceso de globalización que se vive, también el potencial de México es único. Existe una antigua frase atribuible a don Porfirio Díaz, el dictador mexicano, que se supone dijo a principios del siglo XX: “Pobre de México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”. Por supuesto que México no está lejos de Dios pero sí muy cerca de los EU., con quien colinda en el Norte a lo largo de una frontera de más de 3,300, Km; dejando a un lado resabios históricos, los EU., son el país que tiene el mercado más atractivo del mundo. El estar al otro lado de ellos, lejos de ser digno de lástima, es envidiable en términos económicos, particularmente en materia de logística de transporte, porque representa una enorme ventaja competitiva que, por prejuicios históricos, hipocresía y falta de imaginación política, México no ha sabido aprovechar, pero que hoy podrían potenciarse al máximo. Solo imaginemos la posibilidad en México de tener nuevas ciudades orientadas a la actividad del comercio exterior en calidad de “zonas libres” como las que inició China con Shenzhen en la década de 1980 o la existencia de un “Land Bridge” orientado a la misma actividad solo que en el trafico de mercancías de un océano al otro en el Istmo de Tehuantepec con dos nuevos puertos e infraestructura y tecnología de punta, para mover la “carga marítima del mundo” del pacifico al atlántico y viceversa. 316 Las profundas raíces que surgen con la mezcla de las dos ricas culturas que dieron origen a la mexicana, así como su bagaje histórico, hacen de la mexicana una cultura sui generis, totalmente diferenciada de las demás. Su gente, son personas cuya idiosincrasia, si no en términos generales, sí en una gran mayoría, los hace también diferentes, con características propias; como la habilidad técnica, intelectual y artística, personas que sin dificultad se sobreponen a situaciones anormales y a contingencias, lo que no sucede en muchas otras culturas; característica que los hace valiosos al haber demostrado muchas veces ser gente con un gran afán de superación que tienen como valor importante a la familia, y por ella y por lograr sus metas, pueden dar la vida, como muchas veces lo han demostrado los emigrantes que van o tratan de ir hacia los EU o a otras partes del mundo, en busca de mejores condiciones de vida, trabajo mejor remunerado y sobre todo de esperanza para sus hijos, huyendo de una situación injusta, creada por una clase política corrupta, que se ha prolongado por demasiado tiempo. Por otro lado la existencia en México de universidades de buen y aceptable nivel, así como la preparación del mexicano en ciertas regiones del país con una cultura internacional, con la posibilidad probada en muchos de casos, de dominar el idioma inglés y otros idiomas además del propio y la calidad de la gran mayoría; hace que sus gentes constituyan un potencial muy valioso. Dentro de los países con gran potencial turístico en el mundo, México se sitúa en los primeros lugares. Su potencial en este campo es único, ya que cuenta con gran variedad de micro climas, diferentes ecosistemas y un mosaico de múltiples y atractivas culturas, además del trato amable y generoso de su gente, que se caracteriza por un profundo sentido del humanismo y de la amistad. Los portentosos vestigios arquitectónicos de las culturas prehispánica y colonial, de gran expresión artística y rica presencia en todo el territorio nacional, nos hablan del singular pasado mexicano. La manifestación del espíritu humano en la expresión de lo bello, se encuentra en forma prolífica en todas las artes con el sello característico de lo mexicano. Las culturas superiores, como las que se dieron en Mesoamérica, se caracterizaban, entre otras cosas, por poseer un excelente arte culinario. Éste arte, mezclado con el de la cocina española, dio origen a una de las más variadas y ricas cocinas en el mundo, que poco a poco ha ganado espacios en todos los lugares del orbe. Los 11,000 Km. de litorales ofrecen gran variedad de playas de finas arenas, aguas tibias y bellas coloraciones del mar, con una agradable temperatura de cálida a templada casi todos los días del año. 317 Su potencial en agricultura, ganadería y pesca lo hace tener posibilidades cuando menos de autosuficiencia, mientras que la silvicultura y la explotación maderable podrían ser aprovechadas en forma racional y sustentable, como hasta ahora no se ha hecho. El potencial industrial y comercial de nuestro país ha quedado demostrado al ubicarse México, a pesar de sus líderes y de la situación actual, entre las primeras potencias económicas en el mundo, en parte por su ubicación privilegiada y desafortunadamente por tener una excelente mano de obra con ingresos muy bajos. En resumen, la calidad de su gente, la condición y ubicación geopolítica de México, sus profundas raíces históricas y su rica tradición cultural; incluso su misma circunstancia actual complicada, en donde México registra un atraso considerable con relación a su potencial; le da al país un gran ventaja al tener que actualizarse casi partiendo de cero; lo que bien podría convertirse en una realidad positiva en un futuro más cercano de lo que se piensa; si los verdaderos mexicanos, los que amamos a nuestra nación, nos decidimos a sacudirnos los lastres que arrastramos del pasado inmediato, de una vez por todas. 9. RENOVACIÓN DE LA SOCIEDAD Se habla mucho en nuestros días de la reforma del Estado, y pienso también que es absolutamente necesaria. Pero antes de tocar el tema, sería interesante enfocarnos un poco en la sociedad, ya que ésta es el elemento fundamental del Estado y su razón de ser. En cierta manera, como casi todo en México, también la sociedad se encuentra en crisis, que lamentablemente no se siente mucho, pues la misma sociedad no la siente por la costumbre, ni los que están arriba ni los que están abajo. Sucede aquí, como en el experimento aquel de la rana; que consiste en echar uno de estos animalitos a nadar en un perol de agua templada, al cual poco a poco se le va subiendo la intensidad de la temperatura, pero la rana no se da cuenta de ello hasta que ya es demasiado tarde y muere. Si esa misma rana se echara al mismo perol cuando el agua ya estuviera caliente, reaccionaria y de inmediato, de un salto se pondría a salvo. Esto es precisamente lo que le sucede a la sociedad mexicana y su dificultad para cobrar plena conciencia de la gravedad de la crisis en que se encuentra, la magnitud de los problemas que la rodean y la afectan. Durante mucho tiempo, por muchos años, a la sociedad mexicana, como seguramente a otras sociedades en el mundo, le han estado calentando el perol poco a poco 318 muchos factores negativos a los que lamentablemente se ha acostumbrado y que la han sumido en un letargo de semiinconsciencia que ha llegado a afectarle su capacidad de reacción. Sin embargo lo que es peor, es que la han hecho manipulable y utilizable para otros propósitos diferentes a su propio bien. Si en este momento revisáramos el perol en donde está inmersa la sociedad mexicana, nos daríamos cuenta de algunas de las causas que han puesto el agua casi al punto de ebullición. Seguramente la sociedad tiene conciencia de muchas de ellas. Brevemente y a manera de ejemplos, repasemos solo algunas pocas: El acostumbramiento y la tolerancia del sistema político arrastrado hasta nuestros días y la contaminación de la sociedad con muchos de sus vicios, como la mentira, la simulación y las prácticas de corrupción que el mismo sistema instituyó; ver con normalidad el enriquecimiento injustificable de muchos (demasiados) miembros de la clase política; rendirle pleitesía al poderoso sin importar su calidad moral ni el origen de su poder o riqueza; la simulación de la democracia como práctica generalizada; y llegar a temer a la autoridad más que a respetarla, porque los ciudadanos sienten, justificadamente, que ya no pueden confiar en ella. La sociedad, sin darse cuenta y estimulada por el sistema actual y por herencias ancestrales; ha continuado con prácticas discriminatorias entre ella misma; derivadas de la subestimación del indígena hecha inicialmente por los conquistadores y encomenderos quienes primero pusieron en duda su “origen humano” y luego los consideraron, en el mejor de los casos como alguien necesitado de tutoría, de “encomienda”, no tanto para su educación religiosa, que era sólo el pretexto, sino para su explotación, similar a la de los esclavos, que en ese tiempo era usual y que en realidad esto era precisamente y sin tapujos lo que se perseguía. Sin embargo aun después de tantos años, subyace en la conciencia o el inconsciente de la sociedad que el indígena si bien es parte de la misma sociedad, son seres inferiores y en la realidad práctica sufre una discriminación constante y falta de respeto a sus usos y costumbres y a su dignidad como persona; un ejemplo claro de lo anterior se está dando ahora que se ha encomendado al ejercito el combate al narcotráfico y a la delincuencia organizada, y es que no se comportan igual con la población cundo entran a una ciudad que cuando entran a una comunidad indígena, ahí se ha dado inclusive el caso de violación a mujeres indefensas, incluso en la misma ciudad el comportamiento difiere en función de los diferentes barrios. No habría aquí espacio suficiente para dar ejemplos de la segregación y discriminación de los indígenas mexicanos por la sociedad y sus propias “autoridades”. Otra discriminación la sufren las minorías 319 religiosas; los pobres por el hecho de ser pobres que son la mayoría de la población en México; las mujeres por el machismo animal y por su condición de sexo; los que tienen diferentes ideas políticas a las impuestas por la cultura del acostumbramiento; los viejos y discapacitados; los homosexuales; enfermos de sida y muchos otros como sectores de la población o en lo personal. Se subestima al individuo como persona cuando se le trata como sujeto de explotación, con salarios y condiciones de trabajo miserables; todo esto se ha dado al amparo de un sindicalismo oficial, que ha convertido a los trabajadores en dóciles instrumentos del clientelismo político partidista, para el beneficio económico de sus pastores, y en materia prima para los jugosos negocios de la delincuencia organizada en que se han convertido muchos de los sindicatos, tanto obreros como patronales, agravado esto últimamente con la complicidad del ejecutivo federal y de los estados, sin distingo de partidos. La revolución tecnológica en las telecomunicaciones y la cercanía e influencia de los EE.UU. han traído a la sociedad la exposición de otros modelos de vida que responden a otra circunstancia. Muchas veces se da en esto una tendencia a la imitación mecánica, ciega, irresponsable, indiscriminada y muchas veces inconsciente. En esta forma, han llegado el lujo insultante, incluso el confort excesivo, los espectáculos grotescos, el consumismo irracional producto de un capitalismo especulativo con las flaquezas humanas, la sofisticación personal, la cultura del desperdicio en una sociedad mayoritariamente pobre, que en su conjunto debiera estar sujeta junto con su gobierno a una disciplina de austeridad mientras no sean superadas las enormes desigualdades. Sin embargo se le ha impuesto, peligrosamente, la cultura del despilfarro, de la violencia, de la libertad sexual a ultranza e irresponsable, por medio de la adicción a la televisión nociva, permitiendo el acceso indiscriminado de ésta en los hogares a toda hora, con programas insulsos vulgares y sin respeto para las familias, con estrategias de mercadotecnia que venden el sexo y la violencia para el logro de los más altos “ratings”, por el lucro que esto representa y, sin importar el daño provocado en la audiencia. Todo esto ha sido propiciado por la alcahuetería de un gobierno pueril, que ilusionado con el beneficio electoral mediático, otorga favores extraordinarios a costa de la sociedad mexicana. Esto ha ido formando parte de la manera de vida en México, para todos. La tradicional cultura mexicana, cimentada en la fortaleza de la familia, se ha ido transformando, minándose; con el aumento alarmante de padres voluntariamente irresponsables y de madres, muchas de ellas, involuntariamente solteras, que libran todos los días batallas heroicas por sacar adelante a sus hijos; de matrimonios que se divorcian con una facilidad de telenovela o de artista de cine, sin tomar en cuenta o sin 320 importarles mucho el daño que su actitud irresponsable y egoísta acarrea a sus hijos; la sobre apreciación de los valores materiales en contra de los valores espirituales, lo que está afectando el sano equilibrio de la vida humana y marcando una fuerte tendencia hacia el hedonismo cirenaico, con un registro alarmante en el aumento del consumo de drogas, que desgraciada pero no casualmente afecta principalmente a los más jóvenes. La proliferación de casinos y casas de juego, negocio de los monopolios de radio y televisión y de verdaderos gánsteres, ha proliferado en toda la república mediante la alcahuetería del gobierno de Fox, de Calderón y con la complicidad del actual. Esto ha creado un nuevo mal en la sociedad llamado eufemísticamente “ludopatía”. La sociedad mexicana, en todos los niveles, desde hace mucho tiempo, ha sido alimentada con mitos y prejuicios sociales, religiosos, políticos e históricos, afectando principalmente a los más débiles en cuanto a su carácter y formación, carentes de una educación objetiva, lo que ha propiciado que tengan una visión maniquea del mundo, que le impide apreciar los claros oscuros y les limita la capacidad para el análisis crítico. La situación de la sociedad se agrava en el presente con la tendencia hacia la masificación de la población y la acción perniciosa y sin control de los medios de comunicación. El daño existe y como uno de muchos ejemplos lo podemos constatar en algunos sectores de la sociedad, supuestamente en los más preparados, que reaccionan con reflejos condicionados cargados de miedos y fobias inconscientes hacia conceptos como comunismo y socialismo, adoptando posturas igual de desinformadas y más radicales que las que en sus “buenos tiempos” adoptó la vergüenza del senado estadounidense, Joseph McCarthy. Estos mismos sectores, también inconscientemente se sienten aterrados por poner en riesgo su salvación eterna, contraviniendo las disposiciones y preceptos de la “santa madre iglesia” y sus pastores, lamentablemente sin acordarse de la doctrina de Jesucristo. Lo que no les evita cometer toda serie de ilícitos y pecados con su actuación y comportamiento alejado de la ética y de la moral, porque para eso está el sacramento de la confesión, no faltaba más, pero el temor latente de achicharrarse en el purgatorio y ya no digamos en el infierno, los hace ser presa fácil de aquellos manipuladores de conciencias, que todavía añoran la unión de la iglesia y el Estado, tal y como la instituyó en los inicios de la edad media Teodosio I, y creen o saben; que tanto salvación como justicia, en México, se pueden comprar y lo hacen con actitud pragmática como algo cotidiano y mecánico. Le hace falta a la sociedad mexicana tomar conciencia de su verdadera realidad y de su entorno, una conciencia que la ayude a estructurarse y a integrarse, para adaptarse si se quiere, a un nuevo 321 concepto de familia, que logre estimular la cohesión social interna, manteniendo y reforzando éste valor fundamental; mediante un orden basado en la plena conciencia de la realidad, con un nuevo enfoque humanista en armonía con las leyes de la naturaleza y con un medio ambiente propicio para una vida sana, un orden que haga a los individuos voltear hacia sus orígenes, hacia ellos mismos y tener plena conciencia de su presente, que los haga darse cuenta del palpitar de la sociedad: de cómo viven la mayor parte de los mexicanos marginados a los beneficios del desarrollo, y no por voluntad propia como algunos quieren hacer creer, cuyos jóvenes muchas veces son pasto fácil del narcotráfico y utilizados por la delincuencia organizada como carne de cañón; de cómo se sienten los que migran, porqué lo hacen, y cómo viven las familias que dejan; de cómo viven y quieren vivir los indígenas mexicanos que han luchado casi solos y siguen luchando de manera pacífica por conservar sus tradiciones culturales y su propia manera de ser. Toda esta reflexión es necesaria para así poder modificar nuestra realidad. Mediante un orden que no existe hoy en las conciencias, pero que le hace falta a la sociedad para auto superarse y auto disciplinarse, y ser más austera y solidaria entre sí; para entender mejor su actual situación que es la realidad de todos los mexicanos. Sin este conocimiento de sí misma, la sociedad no puede entenderse ni sufrir la catarsis necesaria para poder encontrar los caminos que la lleven a lograr su emancipación e integración plena, porque hoy por hoy, la sociedad mexicana se siente y está realmente desintegrada, se aísla en grupos en el mejor de los casos y sigue siendo objeto de una lamentable e injusta explotación por los monopolios de un Estado que dista mucho de ser un verdadero Estado de derecho. Es necesario que la sociedad mexicana tome conciencia de su realidad para decidirse a transformarse radicalmente sin seguir perdiendo el tiempo con actitudes timoratas, preñadas de ignorancia y de prejuicios sociales y religiosos; porque entonces, la inmensa mayoría del pueblo mexicano que la integra, seguirá siendo vilmente utilizada a favor de una absoluta minoría. Pero esto será hasta que la sociedad civil, sin la tutela de ningún partido político, ni corporación de las existentes, cobre conciencia de su realidad y se decida a actuar. México tiene un potencial inmenso de creatividad, de solidaridad y de generosidad como producto cultural de miles de años. Es de la mayor importancia sacar a la sociedad del marasmo en el que ha caído después de tanto tiempo de una forma de vida contaminada por la desinformación objetiva y por la corrupción de un sistema político que la ha perjudicado acostumbrándola a ello, un sistema político que en vez de utilizar el poder para servirla, se ha servido de ella. Y que ahora esta misma sociedad debe 322 cambiarlo en forma radical para su provecho. Es preciso despertar su conciencia para retomar la posición que le corresponde como principal protagonista y mandante del Estado mexicano y participar determinantemente, con plena conciencia y decisión, en su reforma política para su transformación radical. Porque la sociedad mexicana está cansada de la retórica, generalmente hueca con estrategias de engatusamiento. Y cansada de vivir una realidad que, lejos de mejorar, empeora. A la sociedad le ha hecho mucha falta algo en qué creer desde el punto de vista cívico como Nación. Algo que la motive a luchar en el buen sentido, no solo por mejorar las condiciones de vida en forma individual para los diferentes grupos, sino por la Patria misma. Algo que le llegue a las fibras más profundas y sensibles; una filosofía que le dé confianza en sí misma, que exalte la riqueza de su cultura, que con humildad la haga consciente de su enorme potencial, que le haga encontrar, por ella misma, el camino a seguir, con disciplina, con orden, con responsabilidad, con la ética en su actuación como principio básico; pero de manera esencial, como algo deseable en extremo y posible de lograr con el esfuerzo de la mayoría para visualizar con claridad el destino posible ambicionado. Solo así se dará su transformación y entonces podrá alcanzar dimensiones insospechadas. 10.- EL FUTURO Se podría decir que el futuro ya está aquí, que nos ha alcanzado y rebasado; no hay nada más que ver el desarrollo de los otros pueblos, de pueblos que hace un poco más de treinta años tenían un desarrollo material inferior al nuestro, como China y ahora nos ha rebasado como si estuviéramos parados. Y lo que es preocupante es que no estemos preparados todavía para competir ni siquiera en el presente ya no se diga preparados para el futuro, no solo no preparados, sino con serías limitaciones porque hemos dejado que prevalezcan conflictos internos y que se tengan que arrastrar y soportar los enormes lastres del sistema político prevaleciente a lo largo de casi todo el siglo XX, que se incrementaron con la entrada del siglo XXI, y que todavía no está claro como los mexicanos se los podrán sacudir. Sin embargo, cuando menos en lo político existe una posibilidad que se vuelve también una condición: iniciar de inmediato el proceso que nos llevé a la reforma del Estado, como la precondición para concretar la unión necesaria que requiere México y sanear su base jurídica; para emprender una tarea de dimensiones colosales como deberá será, primero, superar la crisis actual y luego poder entender y visualizar cabalmente el presente que estamos viviendo y prever el futuro con el que México se está empezando a topar. Y es que es otro 323 mundo el que se nos viene encima, totalmente diferente al del siglo XX, otro universo al que hay que comprender y conocer en su dinámica real, porque es uno en constante transformación acelerada, al que hay que enfrentar con nuevas herramientas y otra visión de futuro, distinta de la tradicional, si no queremos ser arrastrados por el vendaval de sus constantes cambios, agresivas acciones y enormes intereses en juego. “No hay mal que por bien no venga”, dice uno de los refranes populares. Quizás si México no tuviera los actuales problemas y la situación crítica que padece, si fuera un país perfectamente ordenado y en perfecto funcionamiento, tal vez no estaría tan dispuesto a un cambio radical como lo puede estar en el momento actual. Y es que una situación como la que vive el mundo hoy día, con el futuro que viene, como una turbulencia de múltiples facetas, requiere de un cambio radical, de nuevos instrumentos y la toma de decisiones con información suficiente, imaginación, creatividad y sin pérdida de tiempo para ser enfrentado. México, por sus antecedentes históricos, es materia prima dispuesta para amoldarse y enfrentar situaciones completamente distintas a las conocidas. México y los mexicanos nunca han sido una cultura acostumbrada a las rutinas; pueden enfrentar las eventualidades y aun los grandes cambios sin sufrir ni contrariarse con esto. A lo largo de nuestra historia hemos vivido situaciones considerablemente más complicadas y peligrosas que la actual y nos hemos recuperado. Paradójicamente podríamos decir que los mexicanos hasta podrían disfrutar con el reto. Será necesaria la disposición y participación de todos para lograr el cambio radical, tanto en la sociedad como en nuestras estructuras y propósitos, con verdaderos líderes que luchen por el bien de su pueblo, lo cual no sería imposible. Y sin embargo, esto es absolutamente necesario para confrontar el futuro, no solamente el futuro propio como nación, sino el futuro de la humanidad, en donde está enclavado nuestro país como Estado soberano y donde deberá ser protagonista activo, para sumar y conjugar esfuerzos, interactuando en la acción con todos los otros países. Así como Japón y Alemania resurgieron de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, así México tendrá que resurgir como el Ave Fénix, después de este letargo producido por el estancamiento en todos los órdenes. Para que el futuro nos pueda favorecer será necesario un enorme esfuerzo durante varios años operando el cambio radical para lograr salir totalmente transformados. De aquí en adelante nada será igual, nada será gratuito, pues el futuro supone una feroz competencia. Los mexicanos no podemos estar esperanzados a que llegue un presidente salvador, porque nunca va a llegar, nunca ha llegado. Se tienen que reconstruir nuevas estructuras que garanticen ahora una convivencia más justa, más ordenada, 324 con disciplina y responsabilidad personal para cada uno y para todos. Será necesario construir e instituir el gobierno “de las leyes y no de los hombres”, llegar a establecer y hacer realidad “El Imperio de la Ley” y de la “Rendición de Cuentas” como lo hicieron tantos pueblos que han avanzado y son líderes, como lo han hecho los revolucionarios de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. Que el espíritu de estadista de Lucius Quincius Cincinatus, el cónsul y gran dictador romano, prive en los que se dediquen a la política con visión y convencimiento de estadistas, para que tras su misión en bien de la comunidad, una vez cumplida responsablemente y terminada con éxito su tarea, vuelvan a una vida con sencillez, alejada del poder y del lujo. ¿Utopía pura? Tal vez, pero de no ser así, el cambio difícilmente se daría y se estaría desaprovechando otra magnífica oportunidad. Para enfrentar el futuro, el cambio deberá ser radical; casi toda la base y estructura jurídica deberá ser modificada para que sirva al desarrollo con otra visión, con un enfoque que propicie el beneficio directo para el ciudadano y su calidad de vida, con modelos propios de acuerdo a nuestra realidad y no con los tradicionales modelos importados de corte capitalista conservador que han propiciado la explotación del ciudadano, el empobrecimiento de la sociedad y la concentración del capital en pocas manos, porque esto es una de las grandes amenazas del futuro que ya la gente no está dispuesta a tolerar. 11.- ENTORNO MUNDIAL Y GLOBALIZACIÓN A principios del siglo XXI, el entorno mundial hace mucho más evidente la necesidad de un cambio en México, para dar solución a los enormes problemas internos, que como hemos visto no son pocos ni menores, como también porque la misma realidad y efectos del entorno mundial hacen que en México sea imperativo ese cambio; entre otras razones, porque el mundo ya cambió y México sigue casi igual que en el ultimo tercio del siglo XX, o tal vez peor. Aunque se trata del mismo planeta, ya nada es igual. Ahora, por ejemplo, es ligeramente más caliente; el fenómeno del calentamiento de la Tierra empieza a sentirse fuerte, estimulando un cambio climático que quieran o no ya se está dando. Ahora los países tienen que estar preparados y prever las consecuencias, y en México se siguen destruyendo las selvas, descuidando el medio ambiente, y la corrupción en la función publica evita o hace mal las obras necesarias para 325 evitar desastres. Los científicos dicen que el agua será pronto un problema crítico a nivel mundial, y lamentablemente muchos de los ríos en México son depósitos de basura e inmundicias. A finales de 2000, la televisión exhibió como el Cañón del Sumidero, el precioso paraje natural en Chiapas, estaba lamentablemente atestado de basura. La Unión Soviética desapareció, el Muro de Berlín fue derribado y las teorías de Mijaíl Gorbachov, basadas en la democracia, la reestructuración hacia una economía de mercado y la transparencia en la actividad política y la vida pública, provocarían la reestructuración y el fortalecimiento de la izquierda europea, ganando espacios de poder. La Guerra Fría terminó para siempre al desaparecer la otra potencia como tal, y más que nada, por el predominio hegemónico de los EU., uno de los dos grandes protagonistas, este hecho por sí solo constituye un nuevo y riesgoso desequilibrio para el mundo, que probablemente en el largo plazo será resuelto por la consolidación de Europa como potencia, con el suficiente peso específico para contrarrestar la hegemonía actual que ejercen los norteamericanos, quizás la misma China, pueda también lograrlo, ésta nueva China que ha surgido y que es parte del gran cambio del mundo del siglo XXI. Las guerras cruentas y calientes que se creían superadas tras la de Vietnam, han resurgido y sembrado el terror y la muerte en muchas regiones, con el sufrimiento y el sacrificio de millones de civiles, seres humanos inocentes, aunque la era del petróleo ya alcanzó su clímax en el fondo los motivos siguen siendo los mismos, o quizás por eso mismo, engañando a los pueblos y estimulando su patriotismo, sacrificando miles de vidas jóvenes que envían sin misericordia al matadero por intereses mezquinos. El terrorismo internacional organizado se recrudeció y acabó con lo que se veía como icono del capitalismo, las Torres Gemelas de Nueva York, el World Tarde Center, y con él se fueron más de 2,600 vidas inocentes. Surgió Asia con gran fuerza y protagonismo en el mercado mundial, primero con los “Tigres del Pacífico”, y después con China, el gigante aparentemente dormido que se incorporó con una gran fuerza y creatividad que ha implantado nuevas formas en el comercio internacional. Mientras las autoridades mexicanas, sin imaginación ni creatividad, continúan con la paradoja de complicarlo y entorpecerlo burocráticamente todo, hasta haber afectado fatalmente el mercado exterior de México, teniendo como consecuencia que el lugar que ocupaba México como “socio comercial” de los EU., fuera substituido por China. Por otro lado, las autoridades mexicanas han tolerado –palabra benigna—, el contrabando que inunda al país en perjuicio del comercio organizado. 326 México ha perdido su liderazgo en América Latina. Aunque ya desde años atrás se había venido deteriorando y en el sexenio de Vicente Fox se alcanzó el clímax su deterioro con el cúmulo de desaciertos, frivolidad, ignorancia y poco tacto del ex-Presidente y con la desafortunada actuación de su Canciller al postularse precipitadamente para encabezar la OEA. México perdió la gran oportunidad de liderar a los países latinoamericanos en la integración de uno de los grandes bloques económicos mundiales: el bloque de América, que come en el europeo, en donde países de diferentes ideologías políticas han logrado no solamente la unión, sino que se han integrado políticamente en el Parlamento Europeo, congruentes con la circunstancia histórica y aprovechando el proceso irreversible de la globalización y cambio político y social en el mundo que aun bien organizados les plantea grandes retos. En América Latina la situación ha cambiado, en parte por la ausencia de México provocada por sus errores de liderazgo, su liga con el neoliberalismo económico, y la actitud servil hacia el gobierno de George Bush, pero principalmente por el protagonismo de los países de extrema izquierda encabezados por la Venezuela de Hugo Chaves. Ahora será imperativo que la izquierda pensante y razonable del Cono Sur atempere el ánimo de sus correligionarios ideológicos, para lograr, en el mediano plazo, la unión solidaria de América Latina en el proceso de integración general del bloque de América, incluyendo a Canadá y a los EU. Lo importante para México y los países de Latinoamérica, al permanecer unidos, es poder estar en condiciones de establecer las bases favorables para el desarrollo conveniente y justo de todos los países, tomando en consideración sus condiciones particulares y pugnando por lograr un desarrollo integral, no sólo económico sino también y equilibradamente en lo social como consecuencia. En los próximos treinta años se dará una gran transformación en el mundo, particularmente en América y en forma notable en América Latina; México todavía puede ser una pieza clave en este proceso para la integración del tercer gran bloque económico en el mundo. En la medida en que se actúe solidariamente, con oportunidad, con inteligencia, sin prejuicios ni atavismos y con una actitud decidida y firme de la mayoría de los países, en congruencia con la experiencia y la sabiduría de cada uno, se podrá lograr un acuerdo justo para terminar con la desigualdad en América Latina. En esa misma medida se lograrán también mejores condiciones de trabajo y de vida para los ciudadanos de los diferentes países del bloque, poniendo especial interés en el desarrollo sustentable y el desarrollo integral de la sociedad y su beneficio directo, mejorando su calidad de vida y teniendo como compromiso restaurar y proteger el medio ambiente. De otra manera, no tendría sentido lograr solo un desarrollo económico a ultranza, como hasta la fecha ha sido. 327 El fenómeno de la globalización lo ha transformado todo, desde mediados del siglo XX, en 1957, con la participación de brillantes políticos de los principales países europeos, como el alemán Konrad Adenauer, se creó la Comunidad Económica Europea, el famoso “mercado común europeo”. Esto se dio como una integración económica de países europeos, pero con miras a más largo plazo para poder lograr una integración de mucha mayor trascendencia, incluso política, con un Parlamento europeo, que ahora es el instrumento de integración política de la Unión Europea (UE) para su actuación tanto política como económica. La UE fue constituida el 1 de noviembre de 1993, coincidente con la entrada en vigor del Tratado de Maastricht. Durante este proceso de medio siglo se desarrolló, en el aspecto económico, una especie de imitación en otros lugares, particularmente en Asia. Estos procesos se focalizaron en la actividad del libre comercio exterior y anularon, en muchos casos, el impuesto al comercio exterior, pero principalmente facilitaron al máximo los trámites que ello implica y que en algunos países constituyen verdaderas barreras que complican enormemente el trafico de mercancías, las más de las veces inútiles, costosas y muchas veces constituidas en redes de corrupción y burocratismo intencionado; tal es el caso de México. Esta nueva forma de comerciar y producir modificó tanto la logística de producción como la de distribución y creó una verdadera revolución cuyos efectos se conocen ahora con el nombre de globalización, porque se ha creado con esto una dinámica mundial en donde ahora la competencia dejó de ser local para ser mundial. La revolución no solo ha sido en las formas tradicionales del comercio exterior, va mucho más allá; está demandando un replanteamiento total, desde la revisión de las bases jurídicas tradicionales que ahora resultan obsoletas, hasta la creación física de nuevos centros de producción, distribución y logística multimodal, como zonas libres con enfoque estratégico, diseño urbano inédito, utilizando las técnicas más avanzadas y generando ventajas competitivas para poder actuar en un entorno mundial en proceso de integración, primero económica y después política, como hemos visto, parecido a lo que sucedió en Europa con el primer bloque de países integrado en el mundo y lo que deberá suceder tarde o temprano en América; esperando que el desarrollo social no quede al margen como hasta ahora ha sido. En Asia también se están integrando los principales países especializados en comercio exterior. Sin embargo, allí se está dando una integración circunstancial de hecho y de acuerdo a la conveniencia de cada país. 328 En 1977 tuve la oportunidad de visitar la República Popular de China para sostener una serie de pláticas con los dirigentes de los arquitectos chinos en su capital, a la que entonces llamábamos Pekín. Es difícil describir la enorme impresión que me provocó el contacto con una de las culturas más antiguas e importantes de la humanidad. Era la primera vez que me sentía como si estuviera en otro planeta. El presidente Mao acababa de morir y todavía existía el problema político de la llamada “Banda de los Cuatro”119.En ese tiempo, China tenía un poco más de 800 millones de habitantes y grandes problemas por la necesidad de dar trabajo y alimentación a tal cantidad de población. La arquitectura antigua era de una belleza y presencia solo comparable con la japonesa, mientras la nueva, sobre todo en las zonas habitacionales, era a base de sistemas prefabricados importados de la Unión Soviética. La situación de la calidad de vida y adelanto en el desarrollo era similar a la de la provincia mexicana a mediados del siglo XX. Su gente, muy amable, con un gran sentido del humanismo y sus líderes, especializados en las mejores universidades de Europa. A partir de la época de mi visita y por lo que me pude dar cuenta, más tarde; China se había propuesto superar sus enormes problemas y el atraso en su desarrollo con respecto al resto del mundo, buscando mejorar la calidad de vida de su pueblo. Ahora el efecto de China se está sintiendo en todas partes, particularmente en el ámbito de los negocios. Pero esto es solo el principio; el gigante que aparentaba estar dormido ha despertado y cuenta ya con varias nuevas ciudades como Shenzhen, en la región de Guandong, muy cerca de Hong Kong, en condición de Zona Económica Especial (ZEE). Desde ciudades como ésta, China ha inundado al mundo de productos de toda índole, y muchas otras ZEE (zonas libres) están en gestación. Mientras tanto, varios países, entre ellos México, todavía no hemos cobrado suficiente conciencia de lo que está pasando en el mundo, y menos nos damos cuenta de cómo se deberán enfrentar esta realidad para; no solamente saber aprovecharla, sino para no ser rebasados por ella. Hu Jintao, el reciente ex Presidente de la República Popular China, es ingeniero y fue diputado, Gobernador del Tíbet y alcalde de Gan Sho, un pequeño pueblo. A finales de la década de 1970, cuando yo estaba en China, él estaba en México, específicamente en Tijuana, para visitar las plantas maquiladoras. A su regreso a China, implantaron un programa de maquila en ciudades industriales, que después de uno o dos años comprobaron que esta no era la alternativa que estaban buscando para lograr el crecimiento económico de China, y fue abandonado como pieza 119 Eran propiamente defensores radicales de las teorías de Mao, sus propagandistas y patrocinadores de la revolución cultural, la Banda estaba compuesta por su tercer esposa Jiang Qing, acompañada de: Yao Wenyuan, Wang Hongwen y Zhang Chunqiao. Al morir Mao entraron en conflicto por sus ideas y con la nueva dirigencia. 329 clave por Deng Xiaoping. Actualmente la maquila en China ha quedado circunscrita solo algunas grandes ciudades industriales como Shanghái. Los modelos de Zonas Francas o “Free Processing Zone”, a nivel de parques industriales, también fueron adoptados por China y estos sí continúan vigentes. Paralelo al experimento de la maquila, al ver que ésta no era lo que andaban buscando como solución definitiva y con el propósito de lograr un verdadero desarrollo industrial y comercial permanente, diseñaron y pusieron en marcha el Proyecto de Zonas Económicas Especiales (ZEE) con la participación del que después sería presidente Hu Jintao. China necesitaba una alternativa real que se adecuara a sus condiciones y necesidades, para que mediante un enfoque innovador pudiera explotar todo su potencial. Entonces se recurrió a la experiencia que tenían más a la mano y se llegó al Proyecto de Zonas Económicas Especiales, el cual lo realizaron tomando en cuenta los modelos de Hong Kong y Singapur dos modelos exitosos y de cultura China. Su objetivo fue atraer inversión extranjera directa, pero en industrias y empresas de servicios con ubicación definitiva, planeadas a largo plazo; lograr alianzas estratégicas entre las empresas extranjeras con empresas chinas para el intercambio tecnológico; dar trabajo de manera permanente a una gran cantidad de personas en nuevos centros de población para lograr su capacitación y mejora económica, con posibilidad de arraigo en la nueva zona. En el 2006, China tuvo un crecimiento superior al 10% de su PIB. En los últimos diez años, el crecimiento sostenido de China ha sido superior al 8% anual del PIB, de acuerdo al FMI. En ese mismo periodo de tiempo, China es el país que más inversión extranjera directa ha recibido. Ha mantenido un superávit comercial durante esos años y sus reservas superan los cuatrocientos mil millones de dólares. Ha logrado controlar su inflación, de manera que ésta en la actualidad es una de las más bajas del mundo. No pretendo decir que esto se debe solo a las ZEE, pero es innegable que sí han influido considerablemente y han sido una respuesta innovadora e inteligente en su estrategia de crecimiento utilizando el comercio exterior. Esto, y entender realmente cuáles eran las carencias del pueblo y cuáles sus potencialidades, actuando con decisión, inteligencia y voluntad de cambiar lo que fuera necesario para bien de su pueblo, es lo que ha llevado a China al lugar que ocupa actualmente en el mundo. Curiosamente en mi primer viaje a China hace 36 años ellos estaban retrasados con respeto al desarrollo de México en aproximadamente en 30 años, ahora es al contrario, mientras ellos se organizaron con creatividad y decisión política, México permaneció y permanece estancado y casi ahogado por su clase política. 330 12.- LA GRAN OPORTUNIDAD Quizá la situación actual de México, que demanda un cambio urgente, así como la revisión y el cuestionamiento de todo lo que aquí sucede; represente ahora la gran oportunidad para lograr ese verdadero cambio radical ya inaplazable. Porque para México esta será la condición obligatoria, para incorporarse al proceso de cambio que se esta dando si no se quiere quedar a la zaga del vertiginoso ritmo que marca el proceso de transformación en el mundo entero. Porque el cambio y la necesidad del mismo han sido provocados también por la adopción casi generalizada de un modelo económico equivocado e injusto (el neoliberalismo). En donde la economía basada en el mercado sólo pretendidamente controlado por sus mismas fuerzas, ha tenido como resultante la desigualdad social y ahora se transforma día con día al ritmo de la dinámica del mismo proceso de globalización, demandando cada vez más la regulación por parte del Estado para evitar injusticias y practicas monopólicas. Asimismo, también la tendencia irreversible, al agrupamiento de países por áreas geográficas estratégicas, afines para su integración económica y política en bloque; será una determinante con la que México tendrá que jugar, casi partiendo de cero. Es curioso ver lo difícil que es para algunos visualizar tanto la necesidad del cambio como el cambio mismo. Esto es grave, sobre todo para quienes tienen la responsabilidad política de la conducción de un país, porque si bien los cauces y directrices generales para el cambio estarán definidos por la misma circunstancia histórica que vive el mundo, no hay muchas opciones; este cambio continuará avanzando independientemente de que se comprenda o no la necesidad del mismo. Sin embargo, la oportunidad y calidad del cambio en sí; dependerá de la visión acertada de quien tenga en sus manos la decisión política y la disposición para asumir la responsabilidad y el poder para lograrlo inteligentemente. Sin embargo, esto deberá realizarse sin titubeos, con conocimiento, suficiente información, inteligencia, con la energía y la determinación necesaria. Porque, de acuerdo a la Ley de Newton, al cambio siempre se opondrá una resistencia natural y porque por otro lado, ellos mismos, los líderes nacionales, podrán ser los grandes protagonistas del cambio necesario o los grandes lastres que lo retarden, pues éste, tarde o temprano, tendrá que darse, estimulado por ellos o a pesar de ellos. Sin embargo, es innegable que tendrán la gran oportunidad al responder adecuadamente a la circunstancia histórica, única en sus vidas y única en la vida de los países. Si se maneja con inteligencia y habilidad; toda esta aparente adversidad que vive México, se verá transformada en la gran oportunidad. Pero habrá que 331 actuar con prudencia, con disciplina, con tacto y ambición al mismo tiempo sin corrupción, para sacar el mayor provecho en bien de la nación y no desaprovecharse de la oportunidad que se presenta para el beneficio personal como hasta ahora ha sido. Será importante convencer de esta imperiosa necesidad a todas las partes de la sociedad, para que se involucren activa y solidariamente en el gran esfuerzo; anteponiendo siempre el interés nacional sobre el particular o de grupo. En realidad, esta es la gran oportunidad que tiene México de sacudirse todos los lastres históricos que ha venido soportando, restándole energía, salud y efectividad al Estado mexicano. Ahora es cuando se podrá hacer realidad al máximo nivel todas sus potencialidades y tendrá la oportunidad de aprovechar lo mejor de su gente, de realizar los más ambiciosos proyectos y de dar la posibilidad a todos de mejorar sus condiciones de vida, para que puedan participar en la gran transformación de México hacia lo que siempre debió haber sido. Si se saben hacer las cosas, ésta podría convertirse en la gran motivación que hoy nos hace falta. Grandes proyectos nacionales podrán ser realizados, como la creación de nuevas ciudades y la descentralización de las megalópolis ya saturadas, de población y de actividades que no son su mejor vocación, de intereses creados. En el caso la Ciudad de México se podrá transformar de una ciudad industrial en una ciudad cultural, administrativa y de servicios, como fue en un principio y es su mejor vocación, y de esta manera lograr rescatarla y llevarla a su esplendor pasado. Lo mismo deberá suceder con Guadalajara y Monterrey de acuerdo a su propia y particular circunstancia. La legislación en materia de Zonas Económicas Estratégicas dará la posibilidad de desarrollar nuevos centros de producción, distribución y comercialización en el Norte, en el Sur, y a lo largo de los 11,000 kilómetros de nuestros litorales. Con la posibilidad de participación de muchos otros países interesados, con inversión directa en los nuevos proyectos y estas nuevas ciudades en condiciones de zonas de libre comercio, para tomar el camino del desarrollo sustentable, con mejor calidad de vida para todos. En estas condiciones solo así podrían desarrollarse muchos grandes proyectos como el gran corredor del Istmo de Tehuantepec, interconectando a dos nuevos puertos uno en el Pacifico cercano a Salina Cruz y el otro en el Atlántico cercano a Coatzacoalcos, con las más avanzadas tecnologías para carga y descarga de contenedores en forma continua y construyendo entre ellos autopistas y vías de ferrocarril suficientes, con grandes ductos interoceánicos de fluidos y granos que complementen toda la actividad logística de carga. Y sin tener 332 que ser sometida a ningún tramite aduanero. Una nueva red de infraestructura de comunicaciones y transporte alimentará e interconectará todas las regiones de la República. Todo esto, con proyectos autosuficientes económicamente. En la frontera norte, los nuevos centros productivos orientados al comercio exterior podrían convertirse en la gran barrera, pero ahora de oportunidades, que detengan la migración de nuestra gente hacia los EU. Esta es la gran oportunidad de realizar los sueños, los mejores anhelos y los más altos propósitos para todos los grupos y personas bien intencionados, con intereses legítimos. El único requisito es romper con todos los vicios del pasado, incluso con aquellos paradigmas que aún funcionan pero ya no responden a la época que se vive. Será necesario expandir el espíritu y echar a volar la imaginación y pensar en grande, sin llegar a la megalomanía, se deberá actuar con los pies bien puestos en la tierra, pero con la mente y el espíritu en congruencia con el gran reto de responder a la verdadera grandeza mexicana y a su enorme potencialidad, para no dejar ninguna posibilidad real sin llevarla o al menos tratar de llevarla al a su máximo nivel posible. Es la oportunidad de lograr un desarrollo verdaderamente sustentable, para poder vivir con la suficiente y necesaria calidad de vida para todos, para detener el deterioro del medio ambiente y crear las reservas naturales que aseguren en el futuro el abasto del agua potable, la protección de la biodiversidad y la disposición de las áreas protegidas suficientes para el disfrute de la población. Existirá la posibilidad de crear las Zonas Autónomas Indígenas para la preservación de sus culturas autóctonas en armonía con el resto del país. Será también la gran oportunidad de rescatar al país de las garras sindicales (obreras y patronales), de los monopolios y las mafias políticas que lo han tenido secuestrado por casi un siglo, de salvarlo de la mediocridad, la frivolidad y del miedo irracional. Es la gran oportunidad de parar el flujo migratorio porque las mejores condiciones de vida ahora sí se podrán obtener en México, toda vez que el Estado mexicano estará cumpliendo su verdadera misión y creará las condiciones propicias para el desarrollo y seguridad de su sociedad. EPÍLOGO Desde sus orígenes, a través de más de 3,500 años, la vida de México ha transcurrido a lo largo de su historia, el largo proceso se inicia al final de la Era del Bronce con el surgimiento, coincidente, de las dos grandes vertientes culturales que dieron origen a la cultura mexicana, durante un prolongado transcurso de evolución, alimentación y retroalimentación cultural de más de treinta siglos, tanto en América como en Europa, a 333 partir del siglo XVI, en plena época renacentista y de transformación revolucionaria, este proceso continuaría y durante 300 años; se da el proceso novohispano; con la fusión cultural, mediante una marcada preponderancia de la cultura española sobre la mexica, a través del injusto sistema de explotación por medio de las encomiendas y la destrucción de la mayor parte del acervo cultural y religioso de la cultura autóctona, con la resultante de un sincretismo en donde prevalece lo español sobre lo mexica. Tiempo durante el cual se gesta la cultura mexicana. En seguida y después del la guerra de independencia entre los insurgentes contra los realistas; vendría la época de la “Independencia”, construida al final mediante el oportunismo de los mismos realistas, aliados con la jerarquía eclesiástica, que fueron quienes la firmaron, poniéndole en “charola de plata” al nuevo Estado mexicano a Fernando VII, creándose para esto un “imperio” que mediante el oportunismo de Iturbide y de la jerarquía eclesiástica devino en una farsa política que marginó a los verdaderos líderes insurgentes. Desde un principio y por la falta de auténticos líderes estadistas; en la guerra contra los EU. (1848) se perdió más de la mitad del territorio ahora nacional, que había pertenecido a la Nueva España. En estas condiciones, el inicio del Estado mexicano se da todavía con carácter de Estado confesional en forma anacrónica, esto fue por presiones de los conservadores, el clero y desgraciadamente, hay que reconocer que también fue con la venia de los insurgentes, tal era el acostumbramiento al atavismo religioso, al establecer a la religión católica como la religión exclusiva del Estado. La independencia y el nacimiento del Estado mexicano no fueron con sus mejores gentes, ni en condiciones favorables. Los estadistas que eran necesarios en esta etapa inicial, brillaron por su ausencia. Esta primera época del México independiente, tuvo una duración aproximada de 86 años incluyendo aquí la intervención de los EU., la de Francia y la guerra civil entre liberales y conservadores, que se dio por la separación de la iglesia y el Estado. Y como paréntesis positivo la construcción y restauración de la república encabezada por Juárez como el primer estadista que tuvo al fin la nueva nación mexicana. La república se pervertiría al final de este periodo inicial, con la dictadura de Porfirio Díaz. La época siguiente fue la del movimiento llamado revolucionario a partir de 1910, con una duración de 10 años de lucha armada, con excepción del breve lapso democrático que significó la efímera Presidencia de Francisco I Madero, que terminaría traicionado y asesinado debido a su candidez. Después del asesinato de Venustiano Carranza; se inicia otra larga época que daría origen al nacimiento, consolidación y declinación del 334 sistema político mexicano unipartidista, que tuvo una vigencia efectiva de ocho décadas. Aunque en un principio fue el creador de muchas de las instituciones nacionales, devino en un sistema autoritario, simulador de la democracia, que vició con sus métodos a la cultura política y a la vida nacional, instituyendo a la mentira y la corrupción como elementos característicos y facilitadores del sistema. En el año 2000, solo se terminó con el unipartidismo pero el sistema político que debería haber concluido o iniciado su renovación, no solo continuó vigente sino con la elección de Vicente Fox, que significó una cruel traición a las esperanzas del pueblo por una renovación; el sistema político no solo quedo intacto sino que refino sus vicios y corrupción. Con relación al presente, hay que reconocer que la verdadera transición hacia la democracia comenzó durante el régimen de Ernesto Zedillo, mediante el sustento legal que se le dio al proceso democrático por medio de una verdadera Reforma electoral. Razón por la cual la época presente se cuenta aquí, a partir de diciembre de 1994. Lamentablemente en la actualidad y a partir del Gobierno de Fox se acentuó otro fenómeno; el de la manipulación de la democracia, preferentemente a través de los medios de comunicación y por haber viciado a las instituciones democráticas instituidas en el régimen de Zedillo como el IFE y el TEPJF. Curiosamente la situación critica de México se ha recrudecido en el siglo XXI, las elecciones presidenciales del 2006 fueron marcadamente irregulares y estuvieron viciadas de principio a fin Felipe Calderón Hinojosa tuvo grandes dificultades para tomar posesión como presidente y desde un principio se arropó con el ejercito para esconder su debilidad desatando una guerra sin planeación alguna contra el narco trafico principalmente atacando a los ejércitos de narcotraficantes pero sin tocar el lavado de dinero ni a los verdaderos responsables como políticos y empresarios, que arrojo más muertes que las bajas de los EU en Vietnam, la corrupción se exacerbo dándole un poder todavía más grande que el que ya le había dado Fox a la lideresa del sindicato de trabajadores de la educación, sacrificando una vez más a la educación de los mexicanos. Las elecciones del 2012 fueron tan irregulares como la de Calderón y si se quiere un poco más, que ya es mucho decir. Como colofón el PRI tal vez por sus méritos regresó al poder y curándose en salud han dicho ellos mismos que es un nuevo PRI y si es de creerse, pero peor y más “refinado” que el anterior. Se podría asegurar que México no solo se encuentra estancado, sino en pleno retroceso y lo que es más lamentable; todavía en condiciones de Estado colonial, sin líderes a la vista, sin verdaderos estadistas, que lo 335 puedan sacar del marasmo en que se encuentra o que puedan motivar a su pueblo para sobreponerse y aprovechar su potencial para surgir de nuevo. Para la construcción del México del futuro, se deberá tener muy presente su pasado, sobre todo el que fue base y refleja su identidad cultural con la cultura mexicana y la idiosincrasia de su pueblo. Con este bagaje cultural, será posible emprender la gran tarea de potenciar al máximo sus posibilidades. Sin embargo, considerando la etapa final reciente y sus resultados, será necesario hacer todo lo apropiado o conducente para superarla y tratar de asegurar que nunca más se repitan estos hechos negativos y vergonzosos que la han caracterizado. En el presente el proceso deberá ser de transformación radical, extirpando; como se hace con un tumor maligno que pone en peligro la vida de un organismo; el cáncer que significa el actual sistema político caracterizado por la corrupción a todos los niveles y por la impunidad para el poderoso, lamentablemente adoptado y “mejorado” por la ¿oposición? que logró el poder ejecutivo federal a partir del 2000, identificándose plenamente con ellos. Para esto será imperativo lograr la reforma del Estado y la consecuente transformación del sistema político, ya no solo circunscrito al ámbito del gobierno, sino a la necesaria transformación de la sociedad en su conjunto. Así como establecer la mecánica necesaria para el inteligente manejo ético del poder en beneficio de la sociedad y para el logro del bien común, así como para la conciliación y solución pacífica de controversias sobre bases éticas y de equidad entre las partes, de acuerdo a nuevas leyes, reestructuradas al amparo de una nueva Constitución política y desterrando el vicio ancestral de la mentira. Estoy consciente de que lo anterior constituye una tarea enorme y compleja si se quiere pasar de los buenos propósitos a la realidad, a una nueva y mejor realidad. Muchos podrán decir que éste no es el tiempo de hacerlo, yo pienso que sí lo es. Estoy plenamente convencido de que ya es tiempo de que la sociedad mexicana en su conjunto sea sometida a una profunda catarsis, por propia voluntad y auto convencimiento individual y de grupo, desde el nivel familiar hasta el social. Esta rectificación deberá ser en base a la reflexión sobre la situación a la que se ha llegado y todo lo que se ha tolerado. Con el compromiso de que nunca más deberá permitirse bajo ninguna circunstancia o pretexto; que situaciones como las que nos aquejan actualmente vuelvan a suceder. Por otro lado, México necesita estadistas, siempre los ha necesitado; los tuvo antes de nacer como nación y desgraciadamente, no contó con ellos en el nacimiento del Estado mexicano, surgieron después y como excepción. Los estadistas son necesarios para inspirar en la política y en la función pública, una filosofía basada en el logro del bien de la sociedad, aun, mediante el sacrificio del 336 bien personal, tal es el grado de integridad a que debe estar dispuesto un verdadero estadista y un verdadero líder. El futuro de México no deberá depender de las personas sino de la vigencia de sus leyes y el poder y solidez de sus instituciones, funcionando en un verdadero Estado de derecho, cimentado en sanas y solidas bases jurídicas. Las épocas futuras, en el mediano y largo plazo, deberán estar caracterizadas por la recuperación del tiempo perdido y por el aprovechamiento gradual pero indeclinable de la totalidad del potencial de México como nación. Por su riqueza cultural, por su circunstancia histórica y su estratégica localización geopolítica, México tiene todo lo necesario para poder salir adelante. Sin xenofobia ni prejuicios históricos, pero sacudiéndose ancestrales complejos que siempre han subestimado lo propio frente a lo extranjero; si los mexicanos se lo proponen podrán lograr su resurgimiento potenciando inteligentemente sus recursos, mediante el sano equilibrio de fuerzas e intereses legítimos; para lograr su desarrollo futuro con auténtica calidad de vida para todos y una verdadera justicia. Aparentemente la ideología política partidista en México, sin dejar de reconocer su diversidad, se podría decir que se divide en dos grandes corrientes, a las que se ha dado en llamar “la izquierda” y “la derecha”. En términos generales la sociedad mexicana no se identifica con ninguna de las dos, en primer lugar porque no tiene suficientemente claro qué significa cada una y, por otro lado, porque cuando más o menos se logra entender qué es lo que comprenden las dos tendencias; la ideología de una misma persona puede estar de acuerdo o en contra de algo en cada una de ellas, sin necesariamente estar por supuesto en contra o a favor de ninguna en particular. En realidad, estas dos grandes tendencias en el mundo, cuyo nombre surge probablemente de la composición ideológica y su ubicación en la Asamblea Nacional durante la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII; han evolucionado en forma acelerada operándose en cada una de ellas grandes cambios con inclinaciones orientadas, la derecha hacia la izquierda y viceversa, quitándose ambas; dogmatismos, radicalismos y posturas extremas, hasta casi afortunadamente llegar a tocarse en algunos aspectos. Se podría decir que, en teoría, ambas ideologías evolucionadas son positivas en el sentido de que las dos, por caminos diferentes, buscan lo mismo: el bienestar de la sociedad, o cuando menos eso es lo que está implícito en sus propósitos. El problema en México, como en Latinoamérica, es que en ambas tendencias se puede caer en radicalismos extremos; los “ultras” que agravarían las cosas y a nadie beneficiarían. Cuando menos en México se ahondaría la brecha de la reconciliación en la 337 sociedad y surgirían actitudes demenciales, nihilistas, contestatarias; características de estos extremos, que no conducirían a nada positivo sino a la violencia. Ambos extremos son anarquistas; en las izquierdas extremas podrían surgir los émulos de Maximilien Robespierre (en su etapa final) o de Stalin, y en las derechas radicales surgirían los conservadores redivivos, para evitar cualquier cambio y regresar a instaurar la religión oficial del Estado, con todo y la “santísima” Inquisición. Ambos extremos provocarían el reinado del terror y causarían el regreso a situaciones y épocas ya superadas. Después de su maduración y proceso de evolución de la izquierda y la derecha, en términos muy generales y abreviados; en la actualidad se identifica al pensamiento político de izquierda con las estrategias de gobierno para hacer llegar el beneficio de la acción lo más directa y equilibradamente posible al ciudadano: a las gentes; con la preservación del patrimonio de la Nación en cuanto a sus recursos naturales, sin que esto evite que las empresas del Estado o el Estado mismo a través de sus instrumentos de gobierno, puedan asociarse al capital privado nacional o extranjero, pero bajo reglas claras establecidas para el beneficio de las partes en forma justa y sin perder el control por parte del Estado ni afectar su patrimonio. Por su parte el pensamiento político de derecha está con las estrategias de gobierno orientadas al beneficio de la actividad empresarial privada como el instrumento idóneo para la generación de riqueza y su mejor distribución; siendo más laxos en cuanto a los recursos naturales para el logro de su mejor explotación, con una marcada privatización en las actividades productivas. Pienso que ambas tendencias coinciden en el querer lograr el beneficio del país en lo que difieren es en el cómo. Pienso también que ambas tendencias coinciden en aceptar la economía de mercado y el capitalismo que priva en el proceso de globalización, aunque en este caso con matices diferentes como el de la izquierda cuya tendencia es hacia el capitalismo de Estado y el de derecha al capital privado. En México ambas tendencias coinciden en la concepción del Estado Laico, la izquierda abiertamente y la derecha a regañadientes. Otra coincidencia es el logro del desarrollo sustentable, haciendo lo posible por la mejor aplicación de los recursos, el conocimiento y la decisión política para mejorar la calidad de vida de todos. Ambas tendencias están preocupadas por la actual situación que vive México y la solución de su compleja problemática, la cual no puede esperar más para ser solucionada en forma radical. Los últimos gobiernos federales desde la segunda mitad del siglo XX y ahora en el XXI aunque ellos lo nieguen, los hechos lo demuestran; han sido de derecha. Y esta tendencia se recrudeció a partir de la imposición de Salinas, aunque dejándole un impasse a este respecto a Zedillo, también los 338 de Fox y ahora Calderón no solamente han sido de derecha, sino que económicamente han seguido la tendencia del modelo neoliberal, despiadado con la gente y concentrador de la riqueza en unas cuantas manos. Y ahora conservadores a ultranza con todo y el acercamiento a la jerarquía eclesiástica de la iglesia católica. Por otro lado en ambas tendencias ideológicas existen quienes exaltan sus ideologías como banderas de lucha irreconciliable con sus oponentes, no tanto porque crean fervorosamente en ellas o que así sea en realidad, sino porque piensan que de esta manera adquieren mayor clientela, fortaleciéndose y beneficiándose política y económicamente; estas actitudes le han causado un enorme daño al Estado mexicano y no se deben tolerar. Tanto en la izquierda como en la derecha (no en las tendencias extremas) han existido auténticos líderes, pensadores convencidos de su ideología, gente de bien. Esperamos que la inteligencia, la razón y el buen juicio prevalezcan en ambas tendencias ideológicas, y se unan esfuerzos para el bien de México. Éste no se dará solo con buena voluntad, aunque sea indispensable, sino mediante un gran esfuerzo verdaderamente nacional de conciliación y reconocimiento inteligente de la realidad y el potencial existente de México y su pueblo, anteponiendo el interés común sobre el particular; para que entre todos podamos establecer las precondiciones que propicien la renovación en la base constitucional de la sociedad mexicana y su transformación. Para reconstruir el Estado y establecer un gobierno verdaderamente democrático que ejerza a plenitud el poder que la sociedad les confiera; mediante un nuevo orden constitucional, para hacer precisamente realidad ese Estado de derecho al que siempre se ha aspirado. Será determinante evitar que, además del pueblo, haya otros electores en México, quienes puedan manipular la voluntad popular y la suplanten, pues en la actualidad este es el verdadero riesgo de la democracia. Ya existen evidencias y antecedentes de esta posibilidad tal es el caso de las elecciones del 2012 en donde estos grandes electores, los monopolios de la radio y la televisión y grupos asociados, presuntamente prepararon al candidato del PRI con seis años de anticipación. Desde siempre, pero más ahora, existen grupos que saben que en la política y en los grandes negocios, no hay que quedar fuera del presupuesto. Son grupos existentes tanto en el sector público como en el privado, que saben hacer, han hecho y están dispuestos a seguir haciendo grandes alianzas, pero no para el bien de la nación, sino para el de ellos mismos y generalmente a costa de la nación. Estas personas son alentadas por un espíritu pragmático de frío mercantilismo y de codicia, en donde lo único que les preocupa es su 339 propio futuro económico y político; no se detendrán ante nada, sino solo ante el poder, representado por la mayoría y ejercido con valentía y honestidad, a plenitud y con decisión verdaderamente firme. En realidad, para empezar, no es necesario ir en contra de alguien en particular; solo se tienen que desactivar las precondiciones que han facilitado su actuación injusta y, en muchos casos, su acceso al poder y su permanencia. También es necesario establecer reglas mucho más estrictas y difíciles de romper que les dificulte en grado extremo actuar con impunidad, alevosía y ventaja en contra de México, como lo han hecho hasta ahora. Podría parecer increíble pero la esclavitud en México no ha dejado de ser una realidad en cierta manera. Aunque es importante señalar que esto no es privativo de nuestro país, pues ha sido continuada en todo el mundo, tanto por el sistema capitalista, mercantilista, como por el socialismo dogmático y autoritario. Esto ha creado las circunstancias para que el espíritu de la esclavitud siga latente en la sociedad, unas veces en forma sutil y otras abiertamente actuantes, como lo demuestra la acción nociva de los monopolios que las esferas de poder político y económico le han impuesto al Estado mexicano para la explotación de su pueblo. Es increíble que la cláusula de exclusión que encadena al trabajador al sindicato y lo pone a merced de sus líderes corruptos se siga utilizando en los contratos colectivos de trabajo con la complacencia de autoridades, empresarios y por supuesto de los sindicatos, los cuales reciben de la empresa parte del salario del trabajador en calidad de cuota sindical, que le es descontado ilegal e injustamente al margen de la voluntad del trabajador. En el México que está por venir, solo la voluntad política, fortalecida mediante la reforma del Estado, podría desactivar a los monopolios de poder, por medio de la participación verdadera y efectivamente democrática de la mayoría. El cambio en México deberá ser general y radical, desde el marco legal y sus estructuras, hasta el cambio de personas y en su caso el ajusticiamiento de culpables, no con el afán de venganza, sino porque no se puede permitir que el “borrón y cuenta nueva” continúe por siempre. Eso querría decir que se seguirá tolerando la impunidad, cuando ésta ha sido uno de los problemas más graves que ha sufrido México y es uno de los recursos viciosos más efectivos del actual sistema político que deberá ser superado radicalmente. Que las cosas tendrán que hacerse actuando sin precipitaciones, desde una situación de poder suficiente, con tacto, prudencia y pisando sobre terreno compacto, por supuesto, pero deberá hacerse sin dilación porque siempre se piensa que “éste no es el momento”; el momento adecuado para los indecisos y timoratos, para las almas pequeñas, nunca va a llegar. Los que no tengan vocación de estadista no deben aspirar a los cargos públicos ejecutivos, porque a la hora de asumir 340 la responsabilidad, sobre todo en situaciones críticas, se deberá estar dispuesto, incluso al sacrificio personal. Si no se tienen estas cualidades, entonces que se queden en su casa o en su negocio, que esto deberá ser menos estresante, aunque para algunos no tan lucrativo. Desde el principio de la humanidad el poder de los que lideraban a la tribu devino en el poder político, y el poder de las creencias sobrenaturales y sus exegetas o chamanes, se transformó en el poder religioso. Estos dos estuvieron siempre íntimamente ligados por conveniencia reciproca. En tales condiciones, la asociación de los dos poderes iniciales poco a poco generó “los intereses creados” por la codicia latente en la mente de las personas y sus motivaciones recónditas, dando lugar así a un tercer poder: el económico, que se convirtió en el gran motor del “desarrollo” y la fuente financiera de los otros dos, “los rico hombres” como se les llamaban en la Castilla de Carlos I. Desde el principio también, se fue creando una simbiosis entre los tres poderes, benéfica para el fortalecimiento y para la subsistencia de ellos mismos, pero que históricamente ha resultado perniciosa para la sociedad y ésta característica perdura hasta la actualidad, a pesar de la reforma del Estado moderno a finales del siglo XVIII. La separación de poderes del gobierno del Estado, de la cual nos hablaba en su teoría Charles-Louis de Montesquieu; para que hubiera sido efectiva, real; debió haberse complementando con la separación de estos poderes originales: el poder político, el poder religioso y el poder económico, con el objeto de que cada uno actué en su ámbito exclusivo en forma autónoma, independiente y esté regido por las leyes y precisamente; para que el único poder legitimo: el poder político del Estado, pueda cumplir su función benéfica a la sociedad, para lo que en teoría fue creado. Prevaleciendo éste, única y exclusivamente como poder, reglamentada su función por las leyes constitucionales dentro del Estado de derecho. Porque el poder económico de facto, como tal y sin límites; es el peor de los monopolios existentes en el campo de la economía. Y el poder religioso también de facto; es pernicioso por ser contrario a la esencia misma de la religión, miente para controlar a sus fieles y se contrapone a la libertad de creencias, a que todo ser humano tiene derecho y falta a la condición de laicidad del Estado moderno. Además este poder ha sido un efectivo instrumento de sujeción y manipulación de las conciencias individuales, a través del terrorismo y el fanatismo religiosos. Aunque así se hayan originado; siempre la mezcla y liga de la religión y de la política ha resultado letal para la sociedad y para el sano devenir de los pueblos. Es innegable que México necesita tener plena conciencia de su realidad, para que pueda transformarse en forma radical, rompiendo con los paradigmas y las ataduras del pasado, estableciendo nuevas bases jurídicas 341 para que “el poder detenga al poder” para que pueda crear nuevas estructuras y utilizarlas con una filosofía de actuación ética de su sociedad, que reconociendo las carencias de la mayoría, actué con austeridad y responsabilidad, para poder estar en condiciones de diseñar y llevar a cabo un proyecto de Nación que incluya la totalidad de su problemática, de sus potencialidades y responda a los intereses legítimos de todos sus grupos sociales, de todas sus gentes, un proyecto integral suficientemente claro y suficientemente consensuado, que refleje el verdadero y profundo conocimiento de su realidad y sus potencialidades, que determine las acciones prioritarias y programáticas para enfrentarla y potenciarlas con creatividad, imaginación y legítima ambición. Todo esto con la plena certeza de saber lo que se quiere y hasta dónde se pretende y se puede llegar. Para que el pueblo se sienta motivado y además tenga una visión de esperanza a futuro, que lo ayude en el tránsito difícil, de gran esfuerzo personal y disciplina, hacia las metas que nos propongamos. Todas las acciones del pueblo de México para transformar su realidad deberán ser en forma pacífica e inteligente, toda vez que la violencia no engendra más que violencia y al final la escoria siempre queda arriba. De esta manera, los mexicanos podrían sentirse más confiados para enfrentar lo que vendrá, pues la fe en lo que se hace y la confianza en sí mismo, siempre serán condición sine qua non para el logro de los propósitos. El siglo XXI corresponde a la quinta etapa, en la que hemos visto cómo ha transcurrido y continúa su camino la vida de México con resultados, en el inicio, no muy halagüeños. Dentro de la mitología mexica, al inicio del Quinto Sol correspondió la época maravillosa del nacimiento de lo mejor. Esperamos que ese Quinto Sol no haya terminado, y que en lo que falta de transcurrir del siglo XXI, se dé también el renacimiento y la transformación de México. Monterrey Nuevo León julio de 2013 342 BIBLIOGRAFÍA Agustín José Tragicomedia mexicana 1 y 2 Editorial Planeta, Primera edición y Cuarta reimpresión 1990 Alba González Jácome Los orígenes del hombre americano Alfonso X General Estoria Altamira Rafael Historia de la civilización española 1988 Editorial Crítica, Gpo. Editorial Grijalbo, Barcelona, Estudio preliminar Alba Ixtlixochitl Fernando de Obras históricas México. 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