factores psicosociales más frecuentes en adolescentes y jóvenes

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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE HUMANIDADES
MAESTRÍA EN GESTIÓN DEL DESARROLLO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA
"FACTORES PSICOSOCIALES MÁS FRECUENTES EN ADOLESCENTES Y JÓVENES
INTERNAS EN EL CENTRO JUVENIL DE PRIVACIÓN DE LIBERTAD PARA MUJERES
CEJUPLIM."
TESIS DE POSGRADO
CLAUDIA PAOLA PICHARDO GONZÁLEZ
CARNET 12594-01
GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, JUNIO DE 2014
CAMPUS CENTRAL
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE HUMANIDADES
MAESTRÍA EN GESTIÓN DEL DESARROLLO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA
"FACTORES PSICOSOCIALES MÁS FRECUENTES EN ADOLESCENTES Y JÓVENES
INTERNAS EN EL CENTRO JUVENIL DE PRIVACIÓN DE LIBERTAD PARA MUJERES
CEJUPLIM."
TESIS DE POSGRADO
TRABAJO PRESENTADO AL CONSEJO DE LA FACULTAD DE
HUMANIDADES
POR
CLAUDIA PAOLA PICHARDO GONZÁLEZ
PREVIO A CONFERÍRSELE
EL GRADO ACADÉMICO MAGÍSTER EN GESTIÓN DEL DESARROLLO DE LA NIÑEZ Y LA
ADOLESCENCIA
GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, JUNIO DE 2014
CAMPUS CENTRAL
AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
RECTOR:
P. EDUARDO VALDES BARRIA, S. J.
VICERRECTORA ACADÉMICA:
DRA. MARTA LUCRECIA MÉNDEZ GONZÁLEZ DE PENEDO
VICERRECTOR DE
INVESTIGACIÓN Y
PROYECCIÓN:
DR. CARLOS RAFAEL CABARRÚS PELLECER, S. J.
VICERRECTOR DE
INTEGRACIÓN UNIVERSITARIA:
MGTR. LUIS ESTUARDO QUAN MACK
VICERRECTOR
ADMINISTRATIVO:
LIC. ARIEL RIVERA IRÍAS
SECRETARIA GENERAL:
LIC. FABIOLA DE LA LUZ PADILLA BELTRANENA DE
LORENZANA
AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES
DECANA:
MGTR. MARIA HILDA CABALLEROS ALVARADO DE MAZARIEGOS
VICEDECANO:
MGTR. HOSY BENJAMER OROZCO
SECRETARIA:
MGTR. ROMELIA IRENE RUIZ GODOY
DIRECTORA DE CARRERA:
MGTR. HILDA ELIZABETH DIAZ CASTILLO DE GODOY
NOMBRE DEL ASESOR DE TRABAJO DE GRADUACIÓN
MGTR. MANUEL DE JESUS ARIAS GUZMAN
REVISOR QUE PRACTICÓ LA EVALUACIÓN
MGTR. GLORIA PATRICIA SAMAYOA AZMITIA
ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………………1
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ………………………………………………… .. 32
2.1.1 Objetivo General ……………………………………………………………………. 33
2.1.2. Objetivos Específicos ……………………………………………………………….. 33
2.3
Variables ………………………………………………………………………………..33
2.4
Definición de Variables …………………………………………………………….....33
2.4.1 Definición Conceptual de variables …………………………………………………33
2.4.2. Definición Operacional ……………………………………………………………… 34
2.5
Alcances y Límites …………………………………………………………………...34
2.6
Aportes ……………………………………………………………………………….. 35
III. MÉTODO …………………………………………………………………………………..36
3.1. Sujetos …………………………………………………………………………………...36
3.2. Instrumento ……………………………………………………………………………...37
3.3. Procedimiento …………………………………………………………………………...37
3.4. Tipo de investigación, Diseño y Metodología ………………………………………...38
IV. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS …………………………………………………39
V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS ………………………………………………………..48
VI. CONCLUSIONES …………………………………………………………………………52
VII. RECOMENDACIONES …………………………………………………………………..53
VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS …………………………………………………..54
ANEXOS
RESUMEN
La presente investigación cuantitativa, tuvo como objetivo principal analizar los factores
psicosociales de riesgo más frecuentes e que presentan adolescentes en conflicto con
la ley internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM.
El estudio se realizó con 32 adolescentes de 14 a 21 años, que han cometido delitos y
se encuentran cumpliendo una sanción de privación de libertad, provenientes de varios
sectores de la capital y algunas del interior.
El instrumento utilizado fue una entrevista estructurada, elaborada por la investigadora,
la cual se aplicó colectivamente a las sujetos de estudio. El instrumento se elaboró
basado en una serie de preguntas clasificadas en cuatro indicadores que englobaban
factores psicosociales dividido en factores ambientales, familiares, e individuales, los
cuales evaluaban algunos aspectos como el entorno en el que vivía, la escolaridad, y
relaciones familiares por ejemplo.
.
Con los resultados obtenidos, se concluyó que los factores que predominaron en las
adolescentes fueron, el contacto e integración a pandillas, la desintegración familiar y el
ambiente de violencia en los alrededores donde vivían, descartando los factores como
la pobreza o la influencia de la pareja. Se recomienda crear programas que fortalezcan
la prevención y atención emocional en los niños, niñas y adolescentes, así como crear
programas de Escuela para Padres en todo el sistema educativo nacional que fomenten
los valores y la integración familiar.
I.
INTRODUCCIÓN
Guatemala está conformada en su mayoría por una población menor de veinte años,
según el Instituto Nacional de Estadística [INE] (2006) la población comprendida entre
los 0 y los 14 años es de más de seis millones y la población entre 15 y 19 años
sobrepasa el millón y medio del total nacional. Siendo esta población la más vulnerable
en el país, debido a la situación de violencia que se vive a diario. Ahora bien, la
población total de Guatemala
se estima en 14,636,487 millones de habitantes de
acuerdo a la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida - ENCOVI- (INE, 2011); como
se mencionó, Guatemala es un país relativamente joven. “El índice de relación entre la
población menor de 20 años y la población total es de 0.52 (52%). Asimismo, se reporta
que el altiplano y Alta Verapaz son los departamentos con mayor concentración de
NNA y jóvenes, por su lado los departamentos de Guatemala y El Progreso reportan el
indicador más bajo.
El país está atravesando por uno de los momentos más críticos de su historia. Cada día
la violencia, la pobreza y el delito se han vuelto más comunes en nuestra sociedad.
Bajo este contexto los niños y adolescentes están creciendo imitando modelos
inapropiados los cuales desorientan y agravan sus impulsos, motivando a buscar el
logro fácil sin esfuerzo, utilizando cualquier medio lícito o ilícito. Induciendo así a formar
parte de grupos de riesgo social como lo son las maras y el crimen organizado. Los
índices de violencia van en aumento, según el informe del Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo - PNUD -(2008), en Guatemala operaba un total de 434
maras, involucrando a unos 14 mil adolescentes guatemaltecos.
La confianza y credibilidad se ha perdido en todos los sectores sociales tanto a nivel
institucional como familiar, las cifras de violencia son alarmantes, según
informe anual de la Central American Business Intelligence (2012),
cifras del
el total de
homicidios en 2012 fue de 5,155 esto significa 47 muertes por cada 100 mil habitantes,
1
lo cual se traduce en 17 muertes diarias a causa de la violencia. Esto es sólo un reflejo
de la violencia que también se vive en las familias.
La importancia del tema de la adolescencia en conflicto con la ley se sustenta en que
como ciudadanos y profesionales comprometidos a trabajar en pro de la niñez y
adolescencia para promover su desarrollo integral y el desarrollo del bienestar social se
debe conocer la situación general de las y los adolescentes en conflicto con la ley para
promover la sensibilización y la importancia de trabajar y unir esfuerzos en programas
preventivos desde la familia y la escuela para aminorar la implicación de niños, niñas y
adolescentes (NNA) en conductas delictivas. Por tal motivo, la presente investigación
pretende dar a conocer los factores psicosociales más frecuentes que presentan las
adolescentes internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para MujeresCEJUPLIM.
Actualmente existen muchos estudios sobre la realidad nacional de la niñez y
adolescencia en Guatemala, pero pocos de ellos van enfocados a investigar sobre
adolescentes en conflicto con la ley. Sin embargo, se han encontrado algunos estudios
relacionados con el tema que a continuación se presentan con el fin de dar sustento a
la presente investigación.
En la investigación documental realizada por Domínguez (2012) denominada Medidas
Alternativas al Internamiento en Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, como
Garantía al Derecho Humano a la Salud Mental. El autor hace un estudio de la niñez y
adolescencia en Guatemala, para lo cual se tomó en consideración aspectos de la
realidad social y del contexto nacional que reflejan la situación actual de este sector de
la población. También analizó los aspectos psicosociales de los adolescentes y su
salud mental, de la misma manera, describe la justicia penal juvenil en forma particular
los diferentes modelos de atención siendo ellos el modelo tutelar en el cual el juez era
la figura paternalista, el modelo comunal o de acción social y no judicial en el cual se
considera al menor de edad inimputable penalmente y luego el modelo de justicia de
responsabilidad donde el adolescente ya es considerado como sujeto de derecho y se
2
orienta hacia una protección social y legal de los menores de edad. También expone
los antecedentes históricos del internamiento en Guatemala, y los efectos negativos
que puede provocar el internamiento en los jóvenes que se vean privados de libertad.
El estudio concluye que las medidas alternativas al internamiento garantizan el derecho
humano a la salud mental, porque evita que el adolescente sea institucionalizado, sea
estigmatizado, que el adolescente pase por un proceso de adaptación traumatizante a
un medio hostil y que sufra de tratos crueles y denigrantes y afirma que las medidas
privativas de libertad en la actualidad no llenan los requisitos para que una persona
cambie y se responsabilice de sus hechos, ya que puede llegar a aprender nuevas
formas de criminalización.
Aguilar (2011) realizó un estudio que tuvo como objetivo establecer las implicaciones
psicológicas en los adolescentes en conflicto con la ley penal, del centro juvenil de
detención provisional, que tienen más de seis meses de privación de libertad. Los
sujetos que participaron en el estudio fueron adolescentes varones comprendidos entre
las edades de 14 a 19 años, transgresores de la ley, se encuentran internos en el
Centro Juvenil de Detención Provisional. Los instrumentos utilizados fueron: Listas de
cotejo o fichas de ingreso del Centro Juvenil de Detención y se utilizaron los
expedientes psicológicos los instrumentos utilizados para la evaluación psicológica
son: entrevista clínica inicial, examen mental, se utilizan los siguientes test proyectivos
menores:
figura humana, árbol y familia. Con los resultados obtenidos concluyó que
en el centro se albergaban 233 adolescentes de los cuales el 9% tenían entre 6 y 17
meses en detención provisional, sin que el juzgado competente resolviera su caso y
concluye que debido a que el tiempo de detención provisional se extiende más allá del
plazo establecido, conlleva a que los adolescentes no cuenten con un plan individual y
proyecto educativo, en el cual se contemple los objetivos y metas para una debida
reinserción y resocialización, razón por la cual no se les da el apoyo psicológico
necesario para superar las implicaciones psicológicas que sufren por motivo de
encontrarse en el impase de detención provisional
y demuestra que los efectos
psicológicos como resultado del internamiento que afectan a los adolescentes que
tienen más de seis meses son: tristeza, ansiedad, desesperación, tendencia al llanto,
3
resentimiento, arrepentimiento, aburrimiento, preocupación y enojo. Derivando dicha
sintomatología en reacciones depresivas agudas, ansiedad generalizada, cuadros
psicóticos
y muy probablemente presencia de sintomatología propia del estrés
postraumático agudo.
En su investigación documental Aju (2010)
realizó un análisis de los factores
criminorresistentes que impiden que los y las jóvenes se involucren en pandillas
juveniles en Guatemala en el que da a conocer el problema que cual atraviesan los
adolescentes en Guatemala con respecto a
la falta de respeto a sus
procesales cuando son sometidos a un proceso judicial.
garantías
Los métodos empleados
fueron el analítico, con el cual se señaló la importancia de los factores
criminorresistentes; el sintético, dio a conocer el pandillaje juvenil; el inductivo,
estableció la problemática actual y el deductivo, determinó la influencia de los factores
criminorresistentes como coadyuvantes para evitar que la juventud se involucre en el
pandillaje. Las técnicas que se utilizaron al desarrollar la tesis fueron la bibliográfica y
documental, con las cuales se recolectó la información doctrinaria y legal necesaria
para la elaboración de los cinco capítulos.
Las conclusiones de la investigación
muestran que los integrantes de las pandillas son jóvenes con pocos valores,
maltratados y provenientes de hogares destruidos, sin educación, siendo las pandillas
integradas por ayuda mutua entre miembros, y la familia influyente en la decisión del
adolescente para integrarse a una pandilla o continuar con una vida sana y libre de
vicios. Los factores criminorresistentes que impiden que los y las jóvenes se involucren
en pandillas juveniles en Guatemala coadyuvan con las instituciones estatales para que
la conducta de las personas sea conforme a las prácticas que son socialmente
aceptadas y esperadas, siempre bajo el respeto de las normas jurídicas penalmente
establecidas.
Catalán (2011) realizó una investigación titulada las maras y pandillas juveniles y su
reinserción a la sociedad con el objetivo de evidenciar teórica, doctrinal y jurídicamente
los deberes constitucionales que el Estado guatemalteco está obligado en crear
estrategias sociales y políticas para la reinserción de adolescentes en conflicto con la
4
ley.
Fue una investigación bibliográfica documental, en la que se utilizaron fichas
bibliográficas, estudio de textos, observación y entrevistas para recolectar los datos.
Concluyendo que en Guatemala existe la carencia de un centro especializado en el
tratamiento y atención a menores que busque su reinserción para evitar que sigan en
estos grupos sociales. Por el contrario, se han incrementado ya que en la actualidad se
les envía a instituciones que debido a la sobrepoblación y falta de recursos económicos,
no existen programas de rehabilitación que brinden una adecuada atención.
En su estudio denominado “Factores de riesgo y estudio socioeconómicos de
integrantes de maras”, León (1991) determinó los factores de riesgo y la situación
socioeconómica que comprometen la salud de los integrantes de pandillas juveniles.
El estudio se realizó en el asentamiento, Carolingia zona 19, en el cual se realizó una
encuesta a 150 integrantes de pandillas y los resultados mostraron que la mayoría de
los integrantes de las maras son del sexo masculino, entre las edades de 15 a 20 años,
además, tienen algún grado de escolaridad y son jóvenes de familias numerosas, de
pobreza extrema, en su mayoría de hogares integrados, pero no cuentan con trabajos
estables. El 27.71% consumen drogas, de tipo inhalante, y son grupos de alto riesgo a
contraer enfermedades.
En su investigación el sentido de vida y espiritualidad factores determinantes para que
los jóvenes reclusos en las cárceles de Pavón y el Preventivo de la zona 18 dejen las
pandillas, Palomo, (2008) relaciona los elementos espirituales y psicológicos de
personas privadas de libertad. Con el objetivo de determinar la forma en que el sentido
de vida y espiritualidad, han sido elementos determinantes para que jóvenes reclusos
en las cárceles de Pavón y el preventivo de la zona 18, abandonaran las pandillas; la
población fueron 6 adolescentes comprendidos en las edades de 18 a 21 años de dos
reclusorios de Fraijanes, Guatemala. Dentro de las conclusiones expone el hecho de
que los sujetos llegaron a conocer la importancia del sentido de vida y de la
espiritualidad y esto ha sido la base de una nueva vida para ellos, ubicándolos en una
posición de cambio y satisfacción personal, concluyendo que las personas recluidas en
momentos de incertidumbre esperan lo mejor, muestran solidaridad y compasión para
5
los demás. Además, entre los hallazgos también destacó que la mayoría de los sujetos
sufrieron de una ausencia total o parcial de una familia, sin embargo, han tenido
vivencia de tipo familiar, ya sea con una nueva familia que han formado, o bien el papel
que jugó la pandilla en la vida de cada uno de ellos como parte de su socialización
primaria.
Contreras (2011) realizó un estudio en el que buscaba establecer las principales causas
que provocan que las adolescentes se integren a las pandillas, según las experiencias
de las internas del Centro Juvenil de Privación de Libertad de Mujeres. Los sujetos de
estudio fueron 22 adolescentes afiliadas a pandillas internas en el Centro Juvenil de
Privación de Libertad de Mujeres CEJUPLIM, el instrumento utilizado fue un
cuestionario creado para este estudio. Con los resultados obtenidos el autor concluyó
que los motivos para ingresar a las pandillas como “factores de riesgo”, son el impulso
de experimentar satisfacción de necesidades de valoración en lo relacionado al respeto
y la autoestima en la adolescente, que se ven reflejados en los deseos de libertad,
reconocimiento y reputación. Además concluye que en el contexto de la pandilla las
adolescentes pueden tener características muy parecidas a la familia problemática a la
que estaba acostumbrada.
A continuación se presentan estudios realizados en otros países que amplían el
conocimiento de factores asociados a conductas delictivas de adolescentes en conflicto
con la ley.
Sanabria y Uribe (2010), en su investigación denominada “Factores psicosociales de
riesgo asociados a conductas problemáticas en jóvenes infractores y no infractores”
estudiaron los factores de riesgo asociados con la conducta antisocial y delictiva en dos
grupos de adolescentes, uno conformado por adolescentes que se encuentran recluidos
en dos instituciones privadas para menores infractores de Colombia, y el grupo control,
de adolescentes no infractores, que asisten a una institución educativa pública. La
muestra estuvo conformada por 179 adolescentes con edades entre 12 y 18 años. El
instrumento utilizado fue una batería de pruebas consistentes en escalas construidas
6
previamente y en escalas adhoc. El Cuestionario de Variables Demográficas, elaborado
para ese estudio y los resultados mostraron que los adolescentes que se encuentran
recluidos en dos instituciones para menores infractores presentan una mayor frecuencia
de exposición a los factores de riesgo, asociados con la conducta antisocial y delictiva,
en comparación con los adolescentes no infractores que asisten a una institución
pública, en los niveles ecosistema, microsistema y macrosistema. Los dos grupos de
adolescentes se encuentran expuestos al maltrato, el consumo y abuso de alcohol en
proporciones similares, y constituyen los factores de riesgo que más se asocian a la
generación del comportamiento antisocial y el comportamiento delictivo.
Alarcon, Vinet y Salvo (2005) realizaron un estudio llamado estilos de personalidad y
desadaptación social durante la adolescencia, con el objetivo de identificar las
características de personalidad en adolescentes reincidentes en conductas antisociales,
la muestra fue de 86 adolescentes chilenos infractores de la ley, y el instrumento
utilizado fue el Inventario Clínico para Adolescentes de Millon MACSI. Los resultados
mostraron cinco agrupaciones de perfiles de personalidad: 1) tipo transgresor delictual,
2) tipo oposicionista-autodestructivo 3) tipo inhibido-evitativo 4) tipo dependienteansioso y el 5) tipo subclínico. Con lo que concluyen que es de gran importancia la
evaluación psicológica ya que los perfiles de personalidad en interacción con factores
contextuales pueden constituir un factor de riesgo relevante para una mayor
reincidencia y peligrosidad en los delitos cometidos.
Jimenez, Musitu y Murgui (2005) realizaron un estudio en el que se analizaron las
relaciones entre las características del sistema familiar (funcionamiento, comunicación
y satisfacción familiar), el apoyo social percibido y la conducta delictiva en la
adolescencia. La muestra estuvo constituida por 431 adolescentes estudiantes en
centros educativos de la Comunidad Valenciana en Barcelona, de edades
comprendidas entre los 15 y los 17 años. El instrumento utilizado fue el Cuestionario de
Evaluación del Apoyo Social, que evaluó el apoyo social percibido desde seis
proveedores clave: madre, padre, hermano/a, mejor amigo/a, adulto significativo y
novio/a, así como el Cuestionario de Evaluación del Sistema Familiar, Cuestionario de
7
Evaluación de la Satisfacción Familiar, Cuestionario de Evaluación de la Comunicación
Padres-Hijos. Los resultados mostraron efectos directos de los problemas de
comunicación con la madre y del apoyo social percibido del padre en la conducta
delictiva. Además, se constató un efecto mediador del apoyo social del padre entre los
problemas de comunicación con la madre y la implicación del hijo adolescente en actos
delictivos. Finalmente se discutieron las implicaciones de estos resultados.
Por su parte, Baldenegro (2005) en su estudio denominado “Factores Psicosociales
Asociados a la Delincuencia Juvenil”, analizó la relación entre participación social,
anomia subjetiva, apoyo social percibido, locus de control y percepción de ser objeto de
perjuicio, en relación con la variable infracción de ley, la muestra estuvo conformada por
70 jóvenes, 29 que presentaban infracción con la ley y 41 jóvenes que no presentaban
infracción de ley. Los instrumentos utilizados para este estudio fueron, la Escala de
Integración Social, el Cuestionario de Atribución Causal y La Escala de Percepción de
Ser Objeto de Perjuicio en Jóvenes Urbanos. Los resultados demuestran la relevancia
de dichas variables en la dinámica analizada y la complejidad del fenómeno,
recomendando nuevas investigaciones que profundicen los hallazgos obtenidos.
Mendoza y Aguilera (2002) en su estudio documental ¿Por qué delinquen las mujeres?
Tuvieron como objetivo conocer qué tipo de delitos e infracciones son más frecuentes
en las mujeres realizando una revisión del estado de conocimiento en torno a las
teorías tradiciones que pretenden entender la delincuencia femenina. Las teorías que
exponen fueron las de la estructura social las cuales hacen énfasis en aspectos como la
desorganización social (vivienda deficiente, desempleo, ingresos bajos, desintegración
familiar); las presiones que ejercen las sociedades modernas (metas, logros, valores,
aspiraciones) sobre individuos estratificados por clase social, al igual que los medios
para el éxito (educación, trabajo), lo que genera sentimientos de alienación, rabia y
frustración, asociados a conductas delictivas; y la formación de valores sub culturales
que mantienen reglas y valores opuestos a las leyes y costumbres dominantes. La
metodología realizada fue el análisis y revisión de diversas fuentes hemerográficas,
bibliográficas y estadísticas penitenciarias de México y otros países latinoamericanos.
8
Acero, Escobar y Castellanos (2007) estudiaron los factores de riesgo para violencia y
homicidio con el objetivo de explorar los factores de riesgo con base en la revisión de la
literatura, a través de una revisión narrativa de la literatura médica, tras una búsqueda
en bases de datos bibliográficas en las que incluyeron estudios realizados en menores
de 18 años de ambos géneros publicados en inglés y otros idiomas desde 1966 a 2006.
Los resultados indicaron que son distintos los factores de riesgo para homicidio y
violencia juvenil en el que destacan el uso de armas, el consumo de substancias
psicoactivas, violencia intrafamiliar, antecedentes de trastornos de conducta, intentos
de suicidio, padres presos, pandillerismos, concluyen que el factor más implicado es el
haber sido víctimas de violencia.
Para finalizar, Arce, Fariña y Vásquez (2011) en su estudio: Grado de competencia
social y comportamientos antisociales, delictivos y no delictivos en adolescentes,
buscaban
ver
la
posibilidad
que
la
relación
entre
competencia
psicosocial y comportamientos antisociales delictivos y no delictivos siga un efecto de
escalada. Para someter a prueba esta hipótesis diseñaron un estudio de campo con
450 adolescentes, de los que 150 estaban cumpliendo una condena penal
(delincuentes),
150
poseían
comportamientos
antisociales
no
delictivos y 150
pertenecían a población escolarizada normal, quienes fueron evaluados en las variables
fundamentales de la competencia psicosocial. Los resultados se analizaron a partir de
un MANOVA (factor población: reforma, antisocial y normativa) y evidenciaron una
relación entre incompetencia social y comportamientos antisociales y delictivos, así
como un efecto de escalada, es decir, el grado de conducta desviada (delictiva,
antisocial no delictiva y normal) va ligado al grado de incompetencia social. Con los
datos obtenidos se discutieron las implicaciones de los hallazgos para el tratamiento de
los menores con comportamientos antisociales, delictivos y no delictivos.
De esta manera se evidencia cómo esfuerzos nacionales e internacional buscan dar
respuesta a esta problemática para poder trabajar la prevención primaria en sectores
más propensos a reproducir conductas delictivas, para evitar que continúe apareciendo
este fenómeno y por tanto se disminuye la incidencia de adolescentes en conductas y
9
acciones delictivas que atentan contra el bienestar y los derechos humanos de una
sociedad.
Asimismo, es importante conocer la situación de la población que ya se encuentra en
los centros de detención y privación de libertad, para poder promover o fortalecer
acciones de prevención secundaria que son aquellas dirigidas a evitar que se
consoliden y se conviertan en un patrón estable de vida de las y los adolescentes en
conflicto con la ley.
A continuación; se presenta contenido teórico que sustenta el trabajo de la presente
investigación, siendo éste un intento de comprensión del complejo tema de la
adolescencia y los factores asociados a conductas delictivas.
1. Adolescentes en conflicto con la ley penal
El nombre que recibe un adolescente que ha delinquido dentro de la sociedad ha
recorrido un largo camino para apropiarse de un nombre adecuado. Los teóricos han
discutido acerca de la forma en cómo se les debe llamar, teniendo cuidado de no
etiquetar o generar algún tipo de estereotipo o paradigma que dé lugar a una mayor
marginación en la sociedad. Todo esto ha dado como resultado el nombre de “Jóvenes
o adolescente en conflicto con la ley”.
No se está ante un mero juego de palabras en el que todo queda igual, sino ante la
elaboración de un nuevo paradigma en el que se toma debidamente en cuenta al
adolescente como sujeto de derechos, aún luego de haber violado la ley penal, es decir,
incluso reconociéndolo como un sujeto responsable penalmente en grados a determinar
al adolescente, cuyo interés superior se debe respetar, para lo cual, la privación de
libertad, la internación y su frecuente correlato de institucionalización aparecen no sólo
como último recurso y por el menor tiempo posible, sino como negativo en términos
generales, en relación a “la reintegración del niño”.
10
El adolescente en conflicto con la ley penal, según la literal c) de las reglas mínimas de
las Naciones Unidas para la administración de justicia de menores, Reglas de Beijing,
(1985) establece que
“Un menor delincuente es todo niño o joven al que se ha
imputado la comisión de un delito o se le ha considerado culpable de la comisión de un
delito.”
De acuerdo a lo que presenta el artículo 2 de la ley de Protección Integral de la Niñez y
Adolescencia (PINA) refiriéndose a la definición de niñez y adolescencia, “se considera
niño o niña a toda persona desde su concepción hasta que cumple 13 años de edad, y
adolescente a toda aquella hasta que cumple 18 años de edad” pero a partir de los 18
años a los 25 se considera como joven a toda persona. Todo niño, niña, adolescente o
joven al cual se le ha acusado de cometer un delito o estar en proceso de investigación
para aclarar si ha cometido o no el hecho que se le imputa, se le considera un
delincuente.
Flores (2003) afirma que la privación de libertad es altamente negativa para todos los
adolescentes, de conformidad con estudios criminológicos la privación de libertad causa
entre otras consecuencias: deterioro psicológico, rompimiento en las relaciones
familiares y sociales, pérdida del estatus económico propiciando ante todo la pérdida
del empleo, el sometimiento al sujeto a un proceso de prisionización, que implica asumir
los valores y conductas imperantes dentro del centro de detención, como también un
proceso indeleble de estigmatización, que provoca el rechazo social al momento en que
la persona recupera su libertad.
1.2 Las pandillas
El tema de las pandillas es un tema complejo para abordarlo se puede mencionar
estudios realizados por el equipo de reflexión, investigación y comunicación (ERIC,
2004) quienes explican que el fenómeno de las pandillas se ha incrementado en
Guatemala, debido a que la dinámica se aunó con la compleja situación de violencia
sociopolítica, fenómeno que se desarrolló fundamentalmente en las áreas con mayores
índices de pobreza, sin embargo, esto no significa necesariamente la vinculación de
11
pobreza con el fenómeno de las pandillas, pues se reconoce que su origen es
multifactorial.
Según Cruz, (2007) en el tema de los factores asociados a las pandillas juveniles en
Centroamérica, explica algunos factores dentro de un modelo ecológico; entre ellos
destaca el factor social refiriéndose a los procesos de exclusión social, cultura de
violencia,
crecimiento
urbano,
rápido
y
desordenado,
migración
comunitaria,
desorganización comunitaria, presencia de drogas; relacional: familias problemáticas,
amistades o compañías miembros de pandillas, dinámica de violencia; individual:
dificultades de construcción de identidad personal.
El Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación ERIC (2004) explican que dentro
de los motivos para ingresar a una pandilla, se pueden mencionar aspectos como: la
pertenencia, identificación, referencia, solidaridad, compañía e incluso la posibilidad de
tener un espacio y cobrar visibilidad ante la sociedad. Además de lo anterior el equipo,
menciona una actividad hedonista, relacionada con la diversión de la cual también
necesitan los y las adolescentes; buscando también protección, afecto y sostén. Se
mencionan también actitudes de
tipo contestatario como espacios para poder
expresarse.
El fenómeno social de inclusión de las adolescentes en los grupos denominados
pandillas se aborda desde la Teoría del comportamiento social de los y las
adolescentes, según la perspectiva de necesidades que presenta Maslow (1991), se
basa en el desarrollo de la personalidad, en la búsqueda y consolidación de la
identidad. Las adolescentes poseen diferentes necesidades que según el autor; se
dividen en fisiológica, sociales, de reconocimiento, y de superación.
Cruz, (2007) en el tema
“Factores asociados a las pandillas juveniles en
Centroamérica” dentro de sus conclusiones menciona que las maras son un fenómeno
socio histórico, expone acciones de intervención sobre la exclusión social, esfuerzo
político de reeducación ciudadana en la convivencia, planificar mejor el desarrollo
12
urbano, enfrentar las consecuencias de la migración con programas de reinserción
social, fomentar la organización y participación ciudadana y local, combatir con firmeza
el tráfico de drogas, generar políticas de atención a las familias problemáticas, con
desventaja social y social, ofrecer espacios de entretenimiento y empleo de por igual a
los jóvenes, entre otras cosas.
1.3 Mujer y Criminalidad
Para entender el por qué de este fenómeno que en las últimas décadas ha ido
aumentado, a continuación se presentan algunas teorías citando a varios autores
quienes buscan dar explicaciones del por qué las mujeres caen en conductas delictivas
ya que cada vez más esta situación está ocurriendo en países de América Latina.
Leberge (2000), considera que el débil volumen de la criminalidad femenina, objeto de
persecución penal, podría ser el producto de un trato diferenciado de parte de los
operadores penales y no el reflejo de la criminalidad real de las mujeres. Existen otras
teorías que intentan explicar la desproporción cuantitativa que siempre ha existido entre
la criminalidad masculina y la femenina.
La teoría del complemento; que sostiene que la mujer busca en el hombre su
complemento, que el hombres sea su conductor, esto le relega al papel de cómplice o
ayudante, más que autora del delito. Posiblemente, esta teoría también serviría para
explicar que algunas mujeres cometan el delito para ayudar a sus parejas o
presionadas por estas para ayudarlas.
Estas
explicaciones
forman
parte
de
las
teorías
de
corte
biopsicosocial/antropobiológicas mantienen la conexión entre la biología y la
criminalidad femenina.
Por otra parte, Lima (2004) expone otras teorías que explican el por qué la mujer
actualmente delinque más:
13

La teoría basada en la imitación del hombre.

La teoría de la emancipación femenina: cuanto mayor libertad de la mujer más
delinque.

La teoría del movimiento de liberación femenina: opinan que éste ha animado a
la mujer a dejar de ser dóciles y obedientes y así a cometer crímenes que antes
sólo cometían los varones.

La teoría sobre el cambio de oportunidades en el contexto social: aumenta la
criminalidad porque cada vez la mujer tiene un incremento de posibilidades para
que participe en sociedad, esto le ha hecho acercarse a otro tipo de personas,
medios y comunidades y así cometer delitos que antes no cometía.

La teoría del desarrollo: los cambios sociales, provocados por el crecimiento
económico, tienen influencia directa sobre la criminalidad femenina.
Reyes (1991) señala, que existen varios aspectos que se deben considerar para el
estudio de la criminología. Entre ellos se encuentran los fenómenos raza, sexo y familia.
El estudio de la incidencia del fenómeno racial en la criminalidad es particularmente
interesante, pero, al mismo tiempo, complejo. La primera dificultad con que se tropieza
es la ausencia de un concepto unívoco sobre la existencia misma de una entidad racial
y respecto de los elementos que la definirían. El planteamiento y solución del problema
depende, a menudo, de factores políticos, religiosos o sociales.
Acerca del fenómeno sexo, se ha afirmado uniformemente que la delincuencia
femenina es muy inferior a la masculina. Desde la infancia, hombre y mujer comienzan
a perfilarse como diferentes, es en la pubertad, con la aparición de la función sexual,
cuando se bifurcan los caminos vitales que uno y otro habrán de seguir. Aspectos
como el embarazo, el parto, el puerperio, la menstruación y el climaterio, ejercen
hondas transformaciones en el organismo y psiquismo de la mujer, que, a su vez,
modifican la estructura de su personalidad y hace que se comporten diversamente del
hombre ante unos mismos estímulos.
14
Estos datos permiten concluir que el hombre y la mujer se comportan distintamente aún
frente a situaciones idénticas; y este hecho, juega un papel preponderante en el
fenómeno de criminalidad.
Las razones que se indican como explicativas de este
hecho son de naturaleza endógena y de contenido exógeno. Los factores endógenos
que explicarían la reducida criminalidad femenina, son debido a la débil contextura
física y el problema de la sexualidad. Este último fenómeno produce en la mujer
modificaciones
biopsíquicas
íntimamente
ligadas
con
determinadas
conductas
delictuosas; tales modificaciones se concretan en los momentos de menstruación, el
embarazo, el parto y el climaterio.
Otro aspecto que toma en cuenta Reyes, es la relación entre delincuencia y
prostitución. Según él, el ambiente en el que se desarrolla la prostitución, es el mismo
en el cual delincuentes y rufianes llevan a cabo actos como el hurto, la estafa y los
delitos contra la vida y la integridad personas. Conocido es, por otra parte, el papel que
la prostituta juega en el encubrimiento de hechos delictuosos realizados por
compañeras de trabajo o por personas vinculadas al oficio.
Por último, este autor,
expone que el aspecto familia, considerada ésta como la
primera sociedad humana, la cual ejerce influencia decisiva en el modo de ser y de
actuar de la persona. Por esta razón, es posible indagar en qué medida los conflictos
internos de esta sociedad influyen sobre la conducta desviada de sus integrantes. Los
tipos de desviaciones a los que puede llevar una constelación familiar negativa son:
primero, la ausencia de los progenitores es el más frecuente y grave trastorno en la
estabilidad familiar. El orden de las relaciones entre sus miembros se altera y los
vínculos entre padre o madre e hijos comienza a perderse.
Como segundo punto, el cónyuge sobreviviente llena el vacío uniéndose a otra persona.
Surgen las figuras de padrastro o madrastra y los hijos reciben con recelo al nuevo
integrante de la familia, considerándolo un intruso.
15
El tercer aspecto que altera el orden familiar es la influencia que tiene en los hijos
poseer un padre criminal. Muchas veces, los niños se percatan de la conducta anómala
de sus padres y tienden a imitarlo, siguiendo la tendencia natural a considerar como
bueno todo lo que sus progenitores realicen.
Lo más común es la desarmonía producida por una serie de pequeños conflictos tales
como la excesiva tolerancia al mal comportamiento de los hijos, rigorismo exagerado en
la disciplina, etc. Este continuo juego va debilitando los lazos afectivos entre padres e
hijos.
Una situación que particularmente presenta conflicto en la familia, es la calidad jurídica
de hijo extramatrimonial. Los perjuicios sociales contra el hijo extramatrimonial son los
que mayores traumatismos causan.
Por último, la familia crea un ambiente idóneo para el desarrollo de delincuentes al ser
muy numerosa, o por el contrario al tener un solo hijo. Cuanto a lo primero, la falta de
vigilancia de los hijos, la consecuente pobreza y las conflictivas relaciones fraternales,
empujan a la criminalidad del individuo.
Por lo que respecta al hijo único, los factores determinantes de este fenómeno son: la
ausencia de hermanos que hagan posible la creación de relaciones interpersonales, la
excesiva tolerancia en materia de disciplina y la falta de reconocimiento de los derechos
ajenos.
Pyle (1995), estudia la relación que tiene la economía con el comportamiento criminal.
Según él, los criminales son personas normales que no están mentalmente enfermas o
físicamente deformes, son personas sanas que responden a incentivos. La actividad
criminal indica que otros factores económicos como las ganancias legítimas en el
trabajo en el cual siempre se paga impuestos, regresan al criminal a su situación y a la
probabilidad de desempleo.
16
Las utilidades dependen de dos aspectos: el consumo y el ocio. El consumo está
determinado por las ganancias de un trabajo limpio y la forma en que el tiempo de
trabajo es distribuido con la actividad criminal o el legítimo empleo. El autor asume que
el salario en ambas formas de trabajo es conocido perfectamente.
Pyle (1995) menciona un modelo dinámico
de participación criminal, donde los
individuos viven por un tiempo finito dentro de las percepciones de probabilidad de
castigo que están determinadas por las proporciones criminales que han sido
estudiadas. Las siguientes conclusiones emergen del comportamiento del crimen
organizado:
1) El crimen pasado tiende a ser menor que el crimen futuro. Cada vez, el porcentaje de
criminalidad va en crecimiento como consecuencia del soborno a los policías y a los
sistemas de escape que se han creado.
2) Dos sociedades en las cuales los niveles de crímenes son parecidos, pueden llegar a
ser totalmente diferentes gracias a la ayuda del sistema de justicia policial.
3) El poco impacto de un cambio en la policía se debe a los círculos de crímenes que
se han alimentado por tantos años.
En cuanto a la disminución del crimen, Pyle dice que afecta más la certeza de un
castigo, que la dureza del mismo. El dice que los costos de reducir el crimen en un 1%
implicaría las siguientes cosas: incrementar la fuerza y dureza policial, mandar mayores
delincuentes a la prisión e incrementar la duración de las condenas. Para el autor,
solamente implementar las últimas dos opciones es factible y a la vez es más barato
que incrementar el número de policías.
La idea de que el crimen está relacionado con factores económicos es controversial.
Los modelos económicos del comportamiento criminal sugieren que el desempleo y los
bajos ingresos pueden motivar a algunos individuos a incursionar en el crimen. Por otro
lado, en tiempos de decadencia económica ha habido muy pocas oportunidades para
17
los criminales potenciales. Por ejemplo, en tiempos de recesión y de escasez de
empleos, han disminuido los niveles de robo en las empresas.
1.3.
Psicología y criminalidad
Las diversas áreas de la ciencia psicológica han ido realizando aportaciones
significativas cada vez mayores a la comprensión del comportamiento criminal. Tal
como lo describe Soria (2007) quién hace mención de las siguientes teorías
psicológicas para la comprensión del comportamiento criminal.
1.3.1. La Psicología evolutiva
Su aportación ha sido
conocimiento muy
ampliamente reconocida a nivel forense y ha
facilitado un
relevante al desarrollo de la personalidad del delincuente.
La
integración y configuración de la estructura personal en cada uno de nosotros
proviene de un conjunto de factores e interacciones que se van produciendo desde la
primera infancia, así el ser adulto se halla condicionado por elementos previos de
desarrollo intelectual, procesos de influencia social e integración de la personalidad.
La psicología evolutiva muestra
como existe una influencia
significativa
entre el
desarrollo cognitivo del niño y su entorno, así la de privación económica, la ausencia
de estimulación cultural, etc. limitan las capacidades biológicas del menor.
Dentro de la esfera social, destacan los trabajos sobre los estilos parentales y su
relación con el nivel de autoestima posteriormente desarrollado, especialmente con la
aparición de la agresión y sus formas expresivas. La integración de la personalidad
adulta
tiene un momento de
especial significacion evolutivo, la adolescencia. Los
estudios del comportamiento criminal a lo largo de este periodo son extensos y de
gran relevancia. Así se producen los primeros contactos con los sistemas de control
social (policia y/o justicia), las relaciones con los grupos de iguales, el consumo de
drogas y/o alcohol, etc.
18
Todo ello hace de la adolescencia una etapa crítica a nivel evolutivo y de aparición de
conductas criminales. La necesidad de subrayar la propia personalidad en fase de
maduración,
la
ruptura necesaria con el entorno familiar,
traumático o no, la
inseguridad personal y de abrirse a los retos y demandas de la sociedad conducen al
joven a una situación tremendamente confusa, conflictiva y ambivalente.
1.3.2. La Psicologia social
Es la rama de la Psicología con mayor relevancia en el estudio de la criminalidad y
aquella que mayor número de teorías
explicativas ha aportado. A continuación se
exponen las cinco principales:
a) Estudios sobre las actitudes humanas
Trabajos iniciales sobre las actitudes humanas establecieron la hipótesis de ser un
antecedente de la conducta humana, así una determinada conducta se sustentaba en
una actitud personal concreta respecto a un objeto o persona. A finales de la década
de los 60 se estableció que solo en escasos casos existía una relación directa entre las
actitudes y las conductas expresadas. Dicha contradicción significo una profundización
en el análisis de la interacción entre ambas. Actualmente se considera que el
comportamiento basado en una actitud depende de un complejo proceso decisional
intermedio.
b) Teoria de la atribucion social
Enfatiza en la tendencia de las personas a adscribir siempre una causa a la aparición
de una determinada conducta social. La atribución puede aplicarse a factores internos
o externos; es decir, cuando un hecho sucede las personas consideramos que su
aparición se debe a la mala suerte, al azar, entre otras. Cuestiones externas a la
persona que realiza o sufre una situación concreta. Pero también puede atribuirse a
ella misma, por su conducta, su carácter, etc., en consecuencia, a causas internas
del mismo sujeto.
19
c) Teoría de la disonancia cognitiva
Se puede definir como la tendencia de las personas a tomar una decisión entre cursos
de acción alternativos, que son valorados de forma similar por el sujeto, y cuya
aceptación de uno y rechazo de otro conlleva una tensión psicológica interna. El
elemento clave es que ambas elecciones susceptibles de ser realizadas poseen un
grado de atractivo similar. Una vez tomada la decisión, la disonancia sufrida no finaliza,
sino que se persiste; para reducirla el sujeto necesita realizar una serie de cambios
cognitivos o mentales dirigidos a incrementar la atracción de la decisión tomada y
reducir la ignorada. Todo ello produce a la larga un descenso del malestar psicológico y
la desaparición de los sentimientos negativos derivados de la decisión tomada.
d) Estudios sobre procesos grupales
Estos trabajos, desarrollados tempranamente en la década de los 30, muestran como
el comportamiento social de los individuos se halla en intima relación y dependencia
con el de otras personas al encontrarse en una situación grupal. Un grupo aparece
cuando tres o más personas y es influida su conducta por el resto. En dicho caso se
dan un
conjunto de
fenómenos que provocan
una
transformación
del
sujeto,
impensable sin la existencia del grupo, así se observan cambios de pensamiento muy
significativos. EI más relevante de todos ellos, y con mayor importancia en la conducta
criminal, es la influencia social: las personas llegan a realizar auténticos cambios de
opinión y de juicio al hallarse en una situación social determinada.
e) Estudios sobre la desindividualizacion social
Este concepto, desarrollado a finales de los 60, se basa en el principio anterior según
el cual el comportamiento de una persona en el seno de un grupo es cualitativamente
diferente de la conducta individual. Define el fenómeno como aquel proceso psicosocial
por el que una persona pierde su identidad personal en el seno de un grupo y, en
consecuencia, se
desindividualiza. Para
realizarlo
la
persona
reduce
su
autobservación y, por consiguiente, también restringe su capacidad de control y los
sentimientos de culpa y miedo que conllevan determinados comportamientos en una
concreta situación social.
20
1.3.3. La Psicología Forense
Aristizabal y Amar (2010) definen a la psicología forense como una rama de la
psicología jurídica que, al igual que la psicología criminal, se preocupa por las causas,
motivos, normales o patológicos, que conducen a una persona a convertirse en un
criminal y de esta manera se intenta abordar la comprensión de este fenómeno con el
fin de auxiliar a la justicia y contribuir a la reducción del crimen, así también, para tomar
medidas preventivas o interventivas.
Dentro de las razones que sustentan la conducta criminal según estos autores, se
encuentran: la falta de conciencia, indicando que se ha comprobado que algunas
personas cometen actos criminales sin tener conocimiento de la ilegalidad o del daño
en el que incurren.
Así mismo, plantean que otra de las razones que plantean los
autores es la intimidación o provocación, ya que en este factor, se disminuye la
capacidad de entender y querer, es una incapacidad de control para sobredeterminar
según criterios racionales los propios actos, en este caso el acto criminal.
La afectación psíquica es otra de las razones de la criminalidad, llamada también lesión
psíquica, daño psicológico o daño moral. Ciertos individuos se convierten en víctimas y
luego en victimarios, siendo ejes de situaciones de acoso moral o maltrato psicológico.
También el abuso de sustancias psicoactivas puede generar tendencia a la
criminalidad, al producir desinhibición conductual así como ciertos trastornos mentales
específicos como la psicosis y la manía entre otros.
Los mismos autores también hacen referencia a que el comportamiento violento puede
ser causado por características biológicas tales como la genética y la herencia, ya que
estudios muestran que hay ciertos genes que influyen en la motivación para la
realización de la conducta criminal.
21
2. Factores Psicosociales
Mendoza y Aguilera (2002) exponen teorías como las de la Estructura Social las cuales
hacen énfasis en aspectos como la desorganización social (vivienda deficiente,
desempleo, ingresos bajos, desintegración familiar); las presiones que ejercen las
sociedades modernas (metas,
logros, valores, aspiraciones) sobre individuos
estratificados por clase social, al igual que los medios para el éxito (educación, trabajo),
lo que genera sentimientos de alienación, rabia y frustración, asociados a conductas
delictivas; y la formación de valores sub culturales que mantienen reglas y valores
opuestos a las leyes y costumbres dominantes.
Las Teorías del Proceso Social, según estos autores destacan aspectos como el
aprendizaje social (la conducta criminal es aprendida); la asociación diferencial como
consecuencia de una socialización diferenciada; el reforzamiento diferencial a
determinadas conductas(la conducta criminal como opción preferencial al balancear
riegos y ganancias); la neutralización que permite omitir temporalmente, valores y
costumbres dominantes, para delinquir; y el control social, que si bien orilla a las
personas a cumplir la ley, cuando disminuye, las empuja a la criminalidad. Por último,
las Teorías de la Reacción Social ponen atención en aspectos como el etiquetar a una
persona como delincuente; al hacerlo se le "estigmatiza" y se le cataloga como
desviada, lo que provoca efectos particulares sobre su conducta futura. Estas teorías
también resaltan la importancia de las instituciones sociales al momento de crear leyes:
de acuerdo a esta perspectiva las leyes cumplen la función de imponer la voluntad de
unos grupos sociales a otros, a través del control de las conductas de los grupos
subalternos.
2.1 Factores de riesgo
Los factores de riesgo pueden ser: causales o indicadores, observables o identificables
aquellos que se dan antes de la ocurrencia del hecho que predicen. Cuando los
factores de riesgo son causales, es posible, mediante la metodología científica,
determinar los parámetros de tal relación e identificar el factor o factores que conforman
una condición necesaria en una cadena de eventos que conducen al resultado
22
negativo. Cuando son indicadores o asociados, se consideran “señales” que
generalmente aparecen ligadas a un fenómeno, pero no son condiciones necesarias
para que se produzcan. Sin embargo, la exposición y acumulación de factores de riesgo
en un individuo o población incrementa la probabilidad de que se presente el resultado
adverso, lo cual permite alcanzar la calificación de “alto riesgo” (Ezpeleta, 2005). La
identificación y posterior evaluación de los factores de riesgo implicados en la conducta
antisocial y delictiva, es la estrategia que intenta dirigir la investigación hacia el campo
práctico de la prevención.
Al hablar de factores de riesgo en las conductas antisociales, se hace referencia a
aquellas características individuales o ambientales que aumentan la probabilidad de la
aparición o mantenimiento de la conducta (Ezpeleta, 2005). Unas teorías se han
centrado en el análisis de los diferentes factores de riesgo desde las diferencias
individuales, mientras que otras han prestado mayor atención a variables externas del
individuo, identificados también como factores de riesgo. En este sentido, cobra
especial importancia la investigación psicológica, que ha de encaminarse hacia una
adecuada delimitación de los factores que se asocian al desarrollo y mantenimiento del
comportamiento antisocial. Su estudio ha permitido identificar, en muchos casos,
perfiles y modelos de riesgo (Frías, López y Díaz, 2003; Justicia, Benítez, Pichardo,
Fernández, García y Fernández, 2006), que orientan la focalización de programas y
políticas preventivas en la población adolescente.
En esta revisión bibliográfica se tienen en cuenta los tres grandes bloques de factores
de riesgo que a su vez se subdividen en otros grupos relevantes, como lo son: factores
ambientales/contextuales, factores familiares y factores individuales. Dentro del primer
grupo aparecen los centros educativos, la elevada delincuencia escolar, el grupo de
iguales, el contexto sociocultural y la pobreza.
Dentro del segundo grupo se observan la criminalidad de los padres, el maltrato infantil,
pautas educativas inadecuadas, la interacción padres e hijos, los conflictos maritales, la
23
criminalidad y la separación de los padres. En el tercer grupo aparecen variables
psicológicas como las actitudes y creencias en torno a la ley (Abello, et. al, 2001).
2.1.1 Factores de riesgo ambientales contextuales
Los centros educativos (privados o públicos) pueden ser origen del comportamiento
antisocial del alumnado al que educan. Se señala que un ambiente escolar positivo
permite relaciones prosociales entre estudiantes y profesores y entre los estudiantes
(Webster-Stratton y Taylor, 2001).
La escuela es el lugar donde los jóvenes aprenden, pero también es el escenario en
donde se entrenan para las relaciones sociales por medio de la exposición a variadas
normas, reglas y costumbres del contexto escolar (Angenent y Man, 1996). Es quizás el
contexto más importante y con más influencia para el desarrollo social e individual de
los adolescentes; allí se adquieren y se pueden mantener patrones de aprendizaje de
diferentes comportamientos, entre ellos conductas antisociales y delictivas (Lotz y Lee,
1999).
La
inasistencia escolar es otro factor de riesgo asociado con el desarrollo de la
conducta antisocial y delictiva. La inasistencia escolar contribuye a facilitar el paso a la
delincuencia
debido
a
que
proporciona
tiempo
y
oportunidades
adicionales
paraconductas inadecuadas, como por ejemplo la conducta antisocial (Farrington,
1992). En un estudio sobre la variable inasistencia escolar, Farrington (1989) mostró
que aquellos jóvenes entre los 12 y los 14 años con mayor número de inasistencias en
la escuela eran más propensos a desarrollar conductas antisociales y delictivas en una
etapa adulta, así como a estar recluidos en centros de detención, que los jóvenes con
asistencia continua a la escuela.
Adicionalmente, el fracaso escolar se ha mostrado como una variable relevante en la
explicación de la conducta antisocial y delictiva juvenil. La autopercepción referente al
pobre desempeño académico puede influir directamente en los niveles de autoestima
24
del adolescente, a su vez, los bajos niveles de autoestima son factores que influyen en
el desarrollo de conductas antisociales (Swain, 1991).
Farrington (1989) observó que el 20% de los hombres adolescentes de 11 años con un
bajo rendimiento académico en la escuela primaria fueron condenados por delitos
violentos en una edad adulta, comparados con un 10% del grupo con rendimiento
normal. Sin embargo, respecto a la relación entre conducta antisocial y fracaso escolar,
no es claro si el riesgo se deriva de las bajas capacidades cognitivas (bajo CI) o del
fracaso escolar (Rutter, Giller y Hagell, 2000).
La elevada delincuencia y vandalismo en la escuela también se relacionan con el
desarrollo de conductas antisociales y delictivas. Su relevancia está dada por el papel
de los compañeros-pares (delincuentes o no) que funcionan como modelos para el
aprendizaje de comportamientos, como la conducta antisocial y delictiva o el consumo
de determinadas sustancias (Beland, 1996; Farrington, 1989). Al respecto, un estudio
señala que los jóvenes delincuentes suelen tener amigos delincuentes, y que éstos
influyen en la propia conducta del adolescente, incitando en algunas y modelando en
otras (Farrington, 1992).
En resumen, se señala que algunas dinámicas en los centros educativos como la
inasistencia, el fracaso y el vandalismo escolar y las agresiones entre compañeros son
factores asociados a conductas antisociales y delictivas en los jóvenes (Rutter et al.,
2000). Sin embargo, es relevante destacar que las dinámicas e influencias escolares no
siempre son negativas y a menudo permiten mejorar aprendizajes, habilidades y
respuestas prosociales en los adolescentes (Beland, 1996).
El contexto sociocultural en el que vive un adolescente influye en su comportamiento
antisocial
y delictivo. Por eso no es extraño observar que las personas con
comportamientos delictivos habitan en contextos sociales desfavorecidos, deteriorados,
desorganizados, con baja supervisión policial, con ventas de drogas ilegales y alcohol
(Frías, López y Díaz, 2003).
25
2.1.2 Factores de riesgo familiares
Los crímenes por parte de los padres son un factor de riesgo para las conductas
antisociales en sus hijos. Farrington (1989; 1992), con una muestra de 201 hombres
adolescentes, encontró una relación entre la detención del padre o la madre antes del
décimo cumpleaños de sus hijos y el incremento de conductas antisociales y delictivas
autoinformadas por parte de éstos. Esta investigación concluyó que el factor
delincuencia por parte de padres como uno de los más potentes en el aumento del
riesgo del comportamiento criminal en los hijos.
En el maltrato infantil, Farrington (1992) encontró que los niños expuestos a diferentes
tipos de maltratos podrían manifestar conductas problemáticas debido a que no
adquirieron controles internos respecto a conductas socialmente desaprobadas.
Farrington señala que: (a) el maltrato infantil provoca efectos a corto y largo plazo; (b)
puede provocar una insensibilización hacia el dolor que aumente o favorezca las
acciones antisociales y delincuenciales en el futuro; (c) puede desarrollar patrones de
comportamientos impulsivos o disociativos para enfrentar situaciones problemáticas
que pondrán lugar a estilos de solución de problemas inadecuados; (d) daña la
autoestima y las habilidades cognitivas; (e) provoca cambios en la estructura familiar y
(f) provoca el aislamiento de las víctimas e incrementa la dificultad de ésta para estar en
contextos interpersonales (Justicia et ál. 2006).
La exposición a violencia en la familia, favorece su manifestación en otros contextos
como el escolar, en consecuencia dificultades en la interacción con otros. Por otro lado,
se encuentran como factores asociados a la conducta antisocial y delictiva las pautas
educativas inadecuadas y los padres coercitivos y manipulativos con sus hijos. Las
falsas expectativas de los padres sobre la conducta esperada de los hijos, la vigilancia y
supervisión inadecuada, el castigo aplicado en forma inconsistente y la disciplina
excesiva, severa e inconsistente representan pautas inadecuadas de crianza, que están
asociadas al abuso de sustancias psicoactivas y la delincuencia adolescente y adulta
(Patterson, 1982).
26
Su importancia radica en que el comportamiento supervisado o no en casa, puede ser
exportado y generalizado a otros contextos donde el joven interactúa. Si el niño/joven
aprende respuestas hacia la autoridad, como los padres, mediante la agresión y la
manipulación posiblemente tendrá dificultades para interactuar con figuras de autoridad
en otros contextos como la escuela, la policía, el barrio, etc.; de esta manera, se
formará un repertorio conductual y social de oposición, de enfrentamiento frente a
figuras de autoridad, que pueden favorecer la aparición de la conducta antisocial y
delictiva (Patterson, 1982).
La interacción pobre entre padres-hijos y los conflictos maritales son considerados
como factores de riesgo familiares para la conducta antisocial y delictiva (Armenta,
Corral, López, Díaz y Peña, 2001). Se ha planteado que si en una familia la relación es
cálida y afectuosa la probabilidad de aparición de la conducta problemática disminuye.
El fuerte apego familiar ha sido considerado como un factor que protegería
potencialmente a los hijos contra
el desarrollo del comportamiento delictivo; sin
embargo, no es conocido cómo ejerce su efecto protector este factor (Catalano y
Hawkins, 1997).
Por su lado, la exposición de los niños/jóvenes a episodios violentos en su familia,
específicamente entre padre y madre podrían presentar conductas violentas en una
edad adulta (Rutter, Giller y Hagell, 2000). En consenso, las investigaciones realizadas
concluyen que la violencia observada en los padres es tan perjudicial para los menores
como el recibir la violencia directamente.
2.1.3. Factores de riesgo individuales
Diferentes investigaciones han encontrado factores relacionadas con mediadores
biológicos, anormalidades neurofisiológicas, diferencias biológicas y evolutivas como
asociados a la conducta antisocial y delictiva (Olweus,1980; Robins, 1981). Las
actitudes sociales favorables a la conducta antisocial y delictiva constituyen uno de los
factores señalados como antecedentes de la delincuencia juvenil.
27
Loeber y Hay (1997) en una revisión de literatura, observaron la relación entre las
actitudes favorables a la violencia, agresiones menores y crímenes violentos en
adolescentes y preadolescentes, encontrando que las actitudes favorables a la violencia
precedían a la conducta delictiva de los menores. Determinados patrones de repuesta
como la deshonestidad, las actitudes y creencias antisociales, actitudes favorables a la
violencia y hostilidad contra la policía han sido relacionadas con la violencia futura en
hombres jóvenes. Por el contrario, las normas y creencias personales podrían servir de
control interno para no ejercer conductas contra la ley. Algunos estudios han mostrado
que niños y jóvenes agresivos con problemas de conducta, presentan actitudes y
creencias distorsionadas, por ejemplo, presentan un déficit en la atribución de sus
comportamientos (atribuyen y culpan a otros de sus propias conductas), así como un
déficit en la solución de problemas.
Los datos sobre los factores de riesgo asociados a la manifestación de la conducta
antisocial y delictiva que la investigación ha identificado permiten concluir que este
comportamiento es un fenómeno complejo, multicausal, en cuya génesis y
mantenimiento participan múltiples y diferentes variables que por sí mismas no explican
de manera certera el comportamiento antisocial y delictivo. Es por ello que el estudio de
los factores de riesgo pretende reconocer que la exposición a uno o diferentes factores
de riesgo psicosocial, familiar, contextual, individual contribuyen de distinta manera a la
manifestación de la conducta antisocial y delictiva.
3. Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia
En el sitio web de la Secretaría de Bienenstar Social de la Presidencia se menciona que
dicha entidad es un órgano administrativo gubernamental, dependiente del Organismo
Ejecutivo que tiene a su cargo la formulación, coordinación y ejecución de las Políticas
Públicas de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, contribuyendo al
bienestar familiar y comunitario. Impulsa a través de los programas el respeto y
promoción de los derechos de la niñez y la adolescencia guatemalteca, llevando a cabo
planes de acción derivados del marco jurídico establecido.
28
Es competencia de la Secretaría de Bienestar Social coordinar las acciones que
desarrolla la Comisión Nacional de la Niñez y de la Adolescencia – CNNA -, así como
impulsar y ejecutar todas las acciones que tiendan al bienestar social de la familia como
base fundamental de la sociedad y de los grupos sociales más vulnerables sin
discriminación alguna.
Para el cumplimiento de su mandato y de sus funciones sustantivas, la Secretaría está
organizada en tres Subsecretarías:

Subsecretaría de Fortalecimiento, Apoyo Familiar y Comunitario.

Subsecretaría de Protección, Abrigo y Rehabilitación Familiar.

Subsecretaría de Reinserción y Resocialización de Adolescentes en
Conflicto con la Ley Penal.
3.1 Subsecretaría de reinserción y resocialización de adolescentes en conflicto
con la ley penal
Tiene como función principal llevar a cabo todas las acciones relativas al cumplimiento
de las sanciones impuestas a los adolescentes transgresores de la Ley Penal, así como
cumplir las funciones que emanan de la ley de Protección Integral a la Niñez y
Adolescencia (Ley PINA) relativas a la responsabilidad penal de los adolescentes.
La Subsecretaría de Reinserción y Resocialización de Jóvenes cuenta con dos
programas: El programa de Privación de Libertad y El Programa de
Medidas
Socioeducativas; a continuación se describe cada uno de ellos.
3.1.2. Programa de privación de libertad
El perfil de los adolescentes atendidos en los centros es el siguiente:

Adolescentes de 13 a 18 años, que han cometido delitos.

Se encuentran detenidos provisionalmente y cumpliendo una sanción de
privación de libertad.

Provenientes de todos los departamentos del País.
29

Algunos pertenecen a pandillas, algunos otros son reincidentes y otros que
nopertenecen a ninguna pandilla.
En Guatemala existen cuatro Centros especializados de internamiento:

Centro Juvenil de Detención Provisional -CEJUDEP- (Gaviotas)

Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones -CEJUPLIV- (Etapa II)

Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones II –CEJUPLIV II- (Anexo)

Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres –CEJUPLIM- (Gorriones)
El centro juvenil de privación de liberta para mujeres (CEJUPLIM) así como los demás
centros de detención y privación de libertad para varones cuentan con un equipo
multidisciplinario conformados por profesionales de trabajo social, ciencias médicas,
psicología, pedagogía y cuenta también con docentes encargados de impartir clases.
Asimismo, reciben
orientación psicológica, social y espiritual a través de sesiones
individuales o grupales.
En cuanto al tema de la seguridad, por ser centros en donde se encuentran
adolescentes en conflicto con la ley, estos cuentan con un área de seguridad que se
describe a continuación.

La seguridad interna es competencia de un equipo de monitores.

La seguridad perimetral, es proporcionada por elementos
del Ejército de
Guatemala.

La Policía Nacional Civil, a través de DIPROSE tienen a su cargo el registro y
control de visitas.

Como medidas de seguridad e integridad física hacia los/las profesionales que
laboran en estos centros, se toman las siguiente precauciones: su vestuario debe
ser de colores neutros oscuros, utilizan una bata de cuerpo completo, no utilizan
maquillaje ni peinados llamativos, no utilizan accesorios como aretes, anillos,
ganchos metálicos o cualquier objeto punzo – cortante.

En el área de comedor utilizan solamente cubiertos y vasos de material plástico.

En los salones de clase, las sillas están incrustadas al suelo y los adolescentes
1permanecen esposados al mobiliario.
30
4. Situación nacional de mujeres que han delinquido
Rafael (2013) publica en un artículo en el Diario Centroamérica, los reportes de la
Policia Nacional Civil, que durante el 2012 se concretaron 3,516 capturas de mujeres de
las cuales, doscientas cuarenta y cuatro eran menores de edad.
Las estadísticas
policiales desglosan cinco tipos de delitos que suman 1,720 detenciones. De estas,
904 (52.55%) se relacionan con delitos de alto impacto como robos, extorciones o
asesinatos.
El fenómeno de delincuencia que involucra a las mujeres, se evidencia especialmente
en las pandillas, en las cuales niñas y madres dependen del dinero que proviene de
actividades ilícitas.
Con todo lo anterior se puede observar la situación actual a nivel nacional del tema
criminalidad de adolescentes mujeres, evidenciándose la vulnerabilidad de este sector
de la población, tomando en cuenta las diversas teorías psicológicas que buscan
explicar el fenómeno de criminalidad. Además con lo expuesto se toman en cuenta los
diferentes factores que pueden influir en la conducta delictiva en adolescentes mujeres.
A continuación se presenta el planteamiento del tema a investigar.
31
II.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La violencia es en definitiva uno de los principales aspectos que influyen negativamente
en el desarrollo de un país, y la lucha contra la criminalidad debe convertirse entonces
en uno de los componentes principales de las estrategias de los diferentes agentes del
desarrollo.
Por tal motivo es necesario dar énfasis a estudios que aborden esta problemática, y así
brindar respuestas y aportes, para generar políticas y programas de desarrollo que
contribuyan con el combate a la violencia.
Existen estudios sobre la delincuencia en diferentes grupos amplios de población, sin
embargo, aún son pocos los que se han dedicado a estudiar las posibles causas o
factores de riesgo de estas conductas en poblaciones específicas como lo son las
mujeres adolescentes, a fin de encontrar características particulares dentro de este
grupo estudiado.
Es de gran importancia estudiar las causas por las que cada día más adolescentes se
ven involucradas en la violencia y en actos delictivos para así poder brindar atención a
las razones principales.
En base a lo planteado anteriormente surge la siguiente interrogante: ¿Cuáles son los
factores de riesgo psicosociales más frecuentes en adolescentes en conflicto con la ley
internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM?
32
2.1 Objetivos
2.1. Objetivo General:
Definir los factores psicosociales de riesgo ambientales, familiares e individuales más
frecuentes en adolescentes en conflicto con la ley internas en el Centro Juvenil de
Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM.
2.2
Objetivos Específicos:
2.2.1 Determinar el factor de riesgo ambiental más frecuente.
2.2.2. Determinar el factor de riesgo familiar más frecuente.
2.2.4. Determinar el factor de riesgo individual más frecuente.
2.3 Variables
Factores psicosociales de riesgo
2.4 Definición de Variables
2.4.1 Definición Conceptual
Factores de Riesgo Psicosociales
Los factores de riesgo pueden ser: causales o indicadores, observables o identificables
aquellos que se dan antes de la ocurrencia del hecho que predicen.
Al hablar de factores de riesgo en las conductas antisociales, se hace referencia a
aquellas características individuales o ambientales que aumentan la probabilidad de la
aparición o mantenimiento de la conducta (Ezpeleta, 2005).
Abello et al. (2001) divide en tres grandes bloques a los factores de riesgo que a su vez
se
subdividen
en otros
grupos relevantes,
como
los
cuales
son:
factores
ambientales/contextuales, factores familiares y factores individuales. Dentro del primer
grupo aparecen los centros educativos, la elevada delincuencia escolar, el grupo de
iguales, el contexto sociocultural y la pobreza. Dentro del segundo grupo se observan
la criminalidad de los padres, el maltrato infantil, pautas educativas inadecuadas, la
interacción padres e hijos, los conflictos maritales, la criminalidad y la separación de los
33
padres. En el tercer grupo aparecen variables psicológicas como las actitudes y
creencias en torno a la ley.
2.4.2. Definición Operacional
Factores de Riesgo Psicosociales
En esta investigación se entiende como factores psicosociales
los siguientes: la
desintegración familiar y maltrato infantil, como factores familiares. El contexto social,
influencia de iguales y la pobreza, como factores ambientales.
Las inclinaciones
emocionales y relación de pareja como factores individuales. Para la presente
investigación se entiende como conducta delictiva, las infracciones contra la ley
cometidas por las adolescentes internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad
para Mujeres-CEJUPLIM-, quienes se encuentran
cumpliendo sentencia, todo esto
obtenido a través del cuestionario realizado para este estudio, denominado guía de
factores psicosociales para adolescentes.
2.5 Alcances y Límites
La presente investigación pretende dar a conocer los factores más frecuentes que
presentan las adolescentes internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para
Mujeres-CEJUPLIM comprendidas entre los 14 y 21 años que se encuentran
cumpliendo una condena, provenientes de diferentes contextos, social, económico,
cultural y educacional. Los resultados aplican solo a las adolescentes en conflicto con la
ley penal.
Los resultados obtenidos son solo un acercamiento a la realidad que viven muchas
adolescentes en la sociedad guatemalteca actualmente, se esperan que sean más los
investigadores que se interesen en profundizar en el tema y así brindar más aportes al
conocimiento de esta situación.
34
2.6 Aportes
El estudio pretende ser una herramienta que aporte
para identificar los factores
psicosociales que se relacionan significativamente con la conducta delictiva de las
adolescentes y de esta manera, poder brindar la atención preventiva a esos factores en
las poblaciones en riesgo para evitar que más adolescentes se vean en conflicto con la
ley.
Para la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de la República, que es la
responsable de la reinserción y resocialización de los adolescentes en conflicto con la
ley penal; este estudio es de utilidad ya que con base a los resultados, se puedan
implementar programas de atención psicológica dirigida a las adolescentes.
También se pretende despertar interés en los diferentes sectores sociales para que
brinden atención y tratamiento a este sector de la población que se encuentra
marginado.
35
III. METODO
3.1 Sujetos
Los sujetos de estudio de la presente investigación fueron
una muestra no
probabilística por cuota que corresponden al total de internas que actualmente se
encuentran cumpliendo una sanción en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para
Mujeres CEJUPLIM. El perfil de los casos en dicho centro es el siguiente: Adolescentes
que han cometido delitos y están cumpliendo una sanción de privación de libertad, las
edades y lugares de procedencia, se presentan en los siguientes cuadros:
Edad
14
15
16
17
18
19
21
Total
No.
Adolescentes
1
5
6
5
10
4
1
32
Zona o Sector donde
vivía
Huehuetenango
Zacapa
Villa Nueva
San José Pinula
Zona 2
Zona 5
Zona 7
Zona 12
Zona 13
Zona 18
Zona 19
Zona 24
Total
36
%
3.13
15.62
18.75
15.62
31.25
12.5
3.13
100
Cantidad
%
3
1
3
2
1
2
1
4
2
10
2
1
32
9.38
3.12
9.38
6.25
3.12
6.25
3.12
12.5
6.25
31.26
6.25
3.12
100
El centro cuenta con equipos multidisciplinarios conformados por profesionales de
trabajo social, ciencias médicas, psicología, pedagogía y cuenta también con docentes
encargados de impartir clases, se encuentra ubicado en carretera a San Juan
Sacatepéquez.
3.2 Instrumentos
El instrumento que se utilizó para la recolección de datos, fue la “Guía de Factores
Psicosociales para Adolescentes” que se elaboró para este estudio y consta de 41
ítems que miden factores ambientales-cotextuales los cuales indagaron sobre aspectos
demográficos y el contexto social midiendo la percepción de las adolescentes acerca de
los alrededores en donde vivían,
en cuanto al factor económico contiene ítems que
miden el nivel socioeconómico. Así mismo, el instrumento, mide los factores familiares
a través de ítems que evalúan las relaciones familiares y maltrato infantil. Y por último
para medir los factores individuales, la última serie consta de ítems que midieron las
actitudes, así como creencias y relaciones.
El instrumento consta de una escala de respuesta que mide la frecuencia de cada
situación, se aplicó de manera grupal, por un período de aproximadamente 25 minutos,
la corrección del mismo se hace tomando en cuenta los ítems que se respondieron de
manera positiva sumando su total y para su interpretación se comparan los totales de
los ítems positivos contra los ítems que respondieron negativamente. El instrumento
fue validado por tres expertos profesionales en el área de investigación cuantitativa.
(ver anexos).
3.4 Procedimiento
Para la realización de la investigación se procedió de la siguiente forma:

Se concibió la idea del tema para el desarrollo del estudio.

Se verifico la existencia de investigaciones previas sobre el tema.

Se realizó una investigación bibliográfica sobre el tema.
37

Se determinó la metodología y el tipo de investigación a realizar.

Se aprobó el anteproyecto en la facultad.

Se presentó la solicitud al Sub-Secretario de Reinserción Social de la Secretaría
de Bienestar para la autorización de realizar el estudio.

Se validó la Guía a través de la técnica de expertaje, consultando a expertos del
tema.

Se realizó una reunión con el director de los centros penitenciarios para
programar y coordinar el día de aplicación del instrumento.

Se aplicó el instrumento de manera colectiva a las sujetos.

Se analizó la información obtenida.

Se elaboró el informe final.
3.4 Tipo de Investigación, Diseño y Metodología
La presente investigación es cuantitativa no experimental transversal
de tipo
descriptiva, según Hernández, Fernández y Baptista (2010) la cual aborda aspectos de
índole psicosocial, que pretende producir datos, desde las experiencias de las personas
y la metodología utilizada fue la estadística.
Según los autores, el objetivo de la investigación descriptiva consiste en llegar a
conocer las situaciones, costumbres y actitudes predominantes a través de la
descripción exacta de las actividades, objetos, procesos y personas. Su meta no se
limita a la recolección de datos, la meta de los estudios descriptivos
consiste en
describir fenómenos, situaciones, contextos y eventos, a través de la descripción y
análisis de personas, grupos, comunidades, objetos, procesos o fenómenos.
La metodología estadística que se utilizó es la estadística descriptiva con frecuencias y
porcentajes, además de la medida de tendencia central (media) y la desviación
estándar. Todo con el apoyo de Excel versión 2010 y el programa estadístico SPSS
(Paquete estadístico para las ciencias sociales) versión 20.0 para Windows.
38
IV. PRESENTACION Y ANALISIS DE RESULTADOS
A continuación se presentan los resultados del estudio realizado a las adolescentes
y jóvenes en conflicto con la ley que se encuentran cumpliendo sanción en el Centro
Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM el cual se realizó con treinta y
dos adolescentes que son la población participante en el estudio. Los datos se agrupan
de acuerdo a los factores tomados en cuenta para este estudio.
Tabla 4.1. Descriptivos factores ambientales /contextuales
No
.
1
2
3
4
5
6
Nunca
1
Algunas
veces
2
Muchas
veces
3
Siempre
4
Hay pandillas en los alrededores
de mi casa
15
46.9%
7
21.9%
4
12.5%
6
18.8%
Observé un crimen en el sector
donde vivía
12
37.5%
15
46.9
3
9.4%
2
6.3%
Observé ventas de drogas en el
sector donde vivía
14
43.8%
3
9.4%
5
15.6%
10
31.3%
Estudié en una escuela o colegio
antes de ingresar aquí
2
6.3%
-
1
3.1%
29
90.6%
22
68.8%
5
15.6%
2
6.3%
3
9.4%
Sacaba buenas calificaciones
21
65.6%
4
12.5%
5
15.6%
7
21.9%
3
9.4%
6
18.8%
3
9.4%
15
46.9%
Pertenecí a una pandilla
anteriormente
12
37.5%
6
18.8%
7
21.9%
7
21.9%
Pertenezco a una pandilla
actualmente
21
65.6%
4
12.5%
2
6.3%
5
15.6%
El sueldo de mis padres era
suficiente para cubrir los gastos
de mi casa
En mi casa se comía tres veces al
día
3
9.4%
6
18.2%
5
15.6%
18
56.3%
4
12.5%
1
3.1%
1
3.1%
26
81.3%
21
65.6%
3
9.4%
4
12.5%
4
12.5%
Pregunta
Me suspendieron de la escuela o
colegio
Me expulsaron de la escuela o
colegio
7
8
9
10
11
12
Tenía que aportar
económicamente para los gastos
de mi casa.
39
2.03
(1.17)
1.84
(.87)
2.28
(1.39)
3.78
(.75)
1.56
(.98)
1.41
(.94)
3.00
(1.10)
2.13
(1.3)
1.56
(1.19)
3.06
(1.26)
3.41
(1.36)
1.56
(1.16)
Tabla 4.1.1 Descriptivos factores ambientales /contextuales comparados
No
.
1
2
3
4
5
6
Nunca
1
Algunas
veces
2
Muchas
veces
3
Siempre
4
TOTAL
A.V.
M.V.
SIEMPRE
los
15
46.9%
7
21.9%
4
12.5%
6
18.8%
17
53.1%
Observé un crimen en el
sector donde vivía
12
37.5%
15
46.9
3
9.4%
2
6.3%
20
62.6%
Observé ventas de drogas en
el sector donde vivía
14
43.8%
3
9.4%
5
15.6%
10
31.3%
16
56.2%
Estudié en una escuela o
colegio antes de ingresar aquí
2
6.3%
-
1
3.1%
29
90.6%
30
93.7%
22
68.8%
5
15.6%
2
6.3%
3
9.4%
10
31.2%
Sacaba buenas calificaciones
21
65.6%
4
12.5%
5
15.6%
7
21.9%
3
9.4%
6
18.8%
3
9.4%
15
46.9%
11
34.3%
28
87.5%
Pertenecí a una pandilla
anteriormente
12
37.5%
6
18.8%
7
21.9%
7
21.9%
20
62.5%
Pertenezco a una pandilla
actualmente
21
65.6%
4
12.5%
2
6.3%
5
15.6%
11
34.3%
El sueldo de mis padres era
suficiente para cubrir los
gastos de mi casa
En mi casa se comía tres
veces al día
3
9.4%
6
18.2%
5
15.6%
18
56.3%
29
90.5%
4
12.5%
1
3.1%
1
3.1%
26
81.3%
30
87.5%
21
65.6%
3
9.4%
4
12.5%
4
12.5%
11
34.4%
Pregunta
Hay
pandillas
en
alrededores de mi casa
Me suspendieron
escuela o colegio
de
la
Me expulsaron de la escuela o
colegio
7
8
9
10
11
12
Tenía que aportar
económicamente para los
gastos de mi casa.
2.03
(1.17)
1.84
(.87)
2.28
(1.39)
3.78
(.75)
1.56
(.98)
1.41
(.94)
3.00
(1.10)
2.13
(1.3)
1.56
(1.19)
3.06
(1.26)
3.41
(1.36)
1.56
(1.16)
De acuerdo a los resultados presentados en la tabla 4.1 En relación a los factores
ambientales, la variable del ambiente del barrio en el que vivían, muestra que el 53.1%
manifestó presencia de pandillas en los alrededores de su casa, mientras que el 56.2%
observó ventas de drogas en el sector donde vivía, sin embargo el 37.5% manifestó
nunca haber observado un crimen en el sector.
40
En cuanto a la variable educación, el 93.7% de las adolescentes afirmaron haber
estudiado en una escuela o colegio anteriormente, de las cuales el 46.9% mencionó
obtener buenas notas siempre y sólo el 34.3% manifestó haber sido expulsada de la
escuela alguna o muchas veces.
Otro de los factores ambientales/contextuales importantes muestran que el 62.5% de la
población afirmó haber pertenecido o haber estado involucrada en pandillas
anteriormente, de las cuales, el 34.4% manifiesta pertenecer actualmente a una
pandilla.
En relación a la variable económica, solamente el 9.4% mencionó que el sueldo de los
padres no era suficiente para cubrir los gastos, y sólo el 12.5% de las entrevistadas
mencionó que siempre
tenían que aportar económicamente para los gastos de su
casa.
Tabla 4.2. Descriptivos factores familiares
Algunas
veces
2
Muchas
veces
3
Siempre
4
No
.
13
Mi mamá vivía conmigo
3
9.4%
4
12.5%
2
6.3%
23
71.9%
14
Mi papá vivía conmigo
11
34.4%
6
18.8%
1
3.1%
14
43.8%
19
59.4%
4
12.5%
26
81.3%
2
6.3%
1
3.1%
3
9.4%
25
78.1%
3
9.4%
5
15.6%
4
12.5%
1
3.1%
3
9.4%
1
3.1%
22
68.8%
24
75%
4
12.5%
2
6.3%
2
6.3%
15
16
17
*19
20
Pregunta
Nunca
1
Tengo padrastro
Tengo madrastra
Recibí maltrato/abuso por
parte de mis padres
En mi familia se llevan bien
y son cariñosos
En mi familia se llevan mal
y son agresivos
41
1
3.1%
8
25.0%
3.31
(1.2)
2.47
(1.43)
1.78
(1.36)
1.34
(.97)
1.31
(.69)
3.38
(1.04)
1.19
(.64)
21
22
23
En
mi
familia
son
indiferentes, nadie se mete
con nadie
Mis padres se peleaban a
golpes
20
62.5%
6
18.8%
-
27
84.4%
2
6.3%
3
9.4%
-
1
3.1%
1
3.1%
1
3.1%
Mi papá consume drogas
29
90.6%
24
25
26
Mi mamá consume drogas
Mi papá ha estado preso
Mi mamá ha estado presa
6
18.8%
1
3.1%
-
-
31
96.9%
25
78.1%
4
12.5%
2
6.3%
1
3.1%
29
90.6%
1
3.1%
1
3.1%
1
3.1%
1.75
(1.16)
1.25
(.62)
1.13
(.66)
.97
(.17)
1.25
(.71)
.97
(.30)
*Pregunta 18 de Tabla 4.2
18)Tipo de Maltrato o Abuso recibido:
18.1) Golpes
10
31.3%
18.2) Insultos
5
15.62%
18.3) Abuso Sexual
5
15.62%
18.4) Nada
12
37.5%
Tabla 4.2.1. Descriptivos factores familiares Comparativo
Nunca
1
Algunas
veces
2
Muchas
veces
3
Siempre
4
No
.
13
Mi mamá vivía conmigo
3
9.4%
4
12.5%
2
6.3%
23
71.9%
Total
A.V.
M.V.
Siempre
29
90.6%
14
Mi papá vivía conmigo
11
34.4%
6
18.8%
1
3.1%
14
43.8%
21
65.6%
19
59.4%
4
12.5%
1
3.1%
8
25.0%
13
40.6%
26
81.3%
2
6.3%
1
3.1%
3
9.4%
6
18.8%
15
16
Pregunta
3.31
(1.2)
2.47
(1.43)
Tengo padrastro
Tengo madrastra
42
1.78
(1.36)
1.34
(.97)
17
19
20
21
22
23
24
25
26
Recibí maltrato/abuso
por parte de mis padres
En mi familia se llevan
bien y son cariñosos
En mi familia se llevan
mal y son agresivos
En mi familia son
indiferentes, nadie se
mete con nadie
Mis
padres
se
peleaban a golpes
Mi
papá
drogas
consume
Mi mamá
drogas
consume
Mi papá
preso
25
78.1%
3
9.4%
5
15.6%
4
12.5%
1
3.1%
3
9.4%
1
3.1%
22
68.8%
7
21.9%
29
90.6%
24
75%
20
62.5%
4
12.5%
6
18.8%
2
6.3%
-
2
6.3%
6
18.8%
8
25%
12
37.5%
27
84.4%
2
6.3%
3
9.4%
-
5
15.6%
1
3.1%
1
3.1%
1
3.1%
3
9.3%
1.25
(.62)
1.13
(.66)
.97
(.17)
29
90.7%
ha
estado
Mi mamá ha estado
presa
1
3.1%
-
-
31
96.9%
25
78.1%
1
3.1%
4
12.5%
2
6.3%
1
3.1%
7
21.9%
29
90.7%
1
3.1%
1
3.1%
1
3.1%
3
9.3%
1.31
(.69)
3.38
(1.04)
1.19
(.64)
1.75
(1.16)
1.25
(.71)
.97
(.30)
En relación a los factores familiares, la variable de desintegración familiar muestra que
el 9.4% de las sujetos nunca vivieron con su progenitora, mientras que el 53.2%
mencionó que nunca o algunas veces vivieron con el padre.
El 25% respondieron haber tenido padrastro mientras que el 18.8% mencionaron tener
o haber tenido madrastra.
En la escala de relaciones familiares la variable de maltrato indica que el 21.9%
recibieron alguna o muchas veces algún tipo de maltrato por parte de los progenitores.
Y el 90.6% manifiesta que por lo general las relaciones familiares son cálidas, un 37.5%
mencionó que siempre hay un ambiente de indiferencia en la familia y el 15.6%
respondió que hay agresividad en el hogar.
43
En la escala de consumo de drogas por parte de los padres, el 9.3% mencionó que el
papá consumía drogas mientras que el 3.1% mencionó que la mamá alguna vez
consumió drogas.
La variable de criminalidad de los padres, se observa que el 21.9% de los padres de los
sujetos estuvieron en prisión. Mientras que el 90.7% mencionó que la mamá nunca ha
estado en prisión.
Tabla 4.3. Descriptivos factores individuales
Nunca
1
Algunas
veces
2
Muchas
veces
3
Siempre
4
No.
Pregunta
27
Cuando no sigo reglas en casa, o
escuela, me siento culpable
8
25.0%
8
25.0%
4
12.5%
Trato de obtener las cosas que
quiero como sea
14
43.8%
11
34.4%
3
9.4%
Pienso trabajar en el futuro
2
6.3%
1
3.1%
15
46.9%
8
25.0%
4
12.5%
5
15.6%
11
34.4%
12
37.5%
3
9.4%
6
18.8%
2
6..3%
4
12.5%
3
9.4%
23
71.9%
28
29
30
31
32
He consumido drogas
He consumido alcohol
He tenido novio
1
3.1%
12
37.5%
4
12.5%
28
87.5%
2.50
(1.36)
1.59
(1.04)
3.72
(.81)
1.97
(1.12)
2.13
(1.10)
3.47
(.95)
33
Mi novio me influyó a cometer
delitos
24
75%
2
6.3%
2
6.3%
4
12.5%
1.50
(1.10)
34
Mi novio pertenece a una pandilla
17
53.1%
4
12.5%
2
6.3%
9
28.1%
1.91
(1.46)
26
81.3%
4
12.5%
1
3.1%
1
3.1%
1.16
(.51)
35
Estuve en hogares/orfanatos de
pequeña
44
Tabla 4.3.1. Descriptivos factores individuales comparativos
No
.
27
28
29
30
31
32
Nunca
1
Algunas
veces
2
Muchas
veces
3
Siempre
4
Cuando no sigo reglas en
casa, o escuela, me siento
culpable
8
25.0%
8
25.0%
4
12.5%
12
37.5%
Total
A.V.
M.V.
Siempre
24
75%
Trato de obtener las cosas
que quiero como sea
14
43.8%
11
34.4%
3
9.4%
4
12.5%
18
56.2%
Pienso trabajar en el futuro
2
6.3%
1
3.1%
1
3.1%
28
87.5%
30
93.7%
15
46.9%
8
25.0%
4
12.5%
5
15.6%
22
53.1%
11
34.4%
12
37.5%
3
9.4%
6
18.8%
21
65.7%
2
6.3%
4
12.5%
3
9.4%
23
71.9%
30
93.7%
24
75%
2
6.3%
2
6.3%
4
12.5%
4
25.1%
1.50
(1.10)
17
53.1%
4
12.5%
2
6.3%
9
28.1%
15
46.9%
1.91
(1.46)
26
81.3%
4
12.5%
1
3.1%
1
3.1%
6
18.7%
1.16
(.51)
Pregunta
He consumido drogas
He consumido alcohol
He tenido novio
33
Mi novio me
cometer delitos
34
Mi novio pertenece a una
pandilla
influyó
a
35
Estuve en hogares/orfanatos
de pequeña
2.50
(1.36)
1.59
(1.04)
3.72
(.81)
1.97
(1.12)
2.13
(1.10)
3.47
(.95)
Entre los factores individuales, las actitudes y creencias más frecuentes fueron: Desean
trabajar en el futuro (93.7%) sentirse culpables cuando no sigue reglas (75%) trata de
obtener lo que quiere como sea (56.2%).
En cuanto al consumo de alcohol el 65.7% manifestó consumir alcohol. Con relación a
si el novio pertenece o ha pertenecido a una pandilla el 46.9% afirmaron que sí ya sea
algunas veces, muchas veces o siempre. Así mismo, el 75% afirmó que sus novios
nunca les influyeron a cometer delitos.
45
Tabla 4.4. Descriptivos Emociones
No.
Nunca
1
Algunas
veces
2
Muchas
veces
3
Siempre
4
Pregunta
36
Me siento triste
4
12.5%
18
56.3%
3
9.4%
7
21.9%
2.16
(.51)
37
Me siento feliz
3
9.4%
11
34.4%
11
34.4%
7
21.9%
2.69
(1.05)
38
Me siento sola
11
34.4%
14
43.8%
3
9.4%
4
12.5%
1.75
(.95)
39
Siento mucho miedo
17
53.1%
13
40.6%
1
3.1%
1
3.1%
1.44
(.61)
40
Me siento culpable
11
34.4%
9
28.1%
5
15.6%
7
21.9%
2.06
(1.26)
41
Me siento plena
10
31.3%
2.31
(1.33)
3.22
(1.21)
7
21.9%
11
34.4%
42
Me siento motivada para vivir
43
Me siento frustrada
4
12.5%
3
9.4%
5
15.6%
3
9.4%
21
65.6%
18
56.3%
9
28.1%
2
6.3%
3
9.4%
1.59
(,97)
Tabla 4.4.1 Descriptivos Emociones Comparativos
No.
Nunca
1
Algunas
veces
2
Muchas
veces
3
Siempre
4
Total
A.V.
M. V.
Siempre
Pregunta
36
Me siento triste
4
12.5%
18
56.3%
3
9.4%
7
21.9%
28
87.6%
2.16
(.51)
37
Me siento feliz
3
9.4%
11
34.4%
11
34.4%
7
21.9%
29
90.7%
2.69
(1.05)
38
Me siento sola
11
34.4%
14
43.8%
3
9.4%
4
12.5%
21
65.6%
1.75
(.95)
39
Siento mucho miedo
17
53.1%
13
40.6%
1
3.1%
1
3.1%
15
46.8%
1.44
(.61)
40
Me siento culpable
11
34.4%
9
28.1%
5
15.6%
7
21.9%
21
65.6%
2.06
(1.26)
46
41
Me siento plena
11
34.4%
7
21.9%
4
12.5%
10
31.3%
21
65.7%
2.31
(1.33)
42
Me siento motivada para
vivir
3
9.4%
5
15.6%
3
9.4%
21
65.6%
29
90.6%
3.22
(1.21)
43
Me siento frustrada
18
56.3%
9
28.1%
2
6.3%
3
9.4%
14
43.7%
1.59
(,97)
La tabla 4.4.1 presenta los resultados comparativos de las emociones que predominan
en los sujetos,
en relación a la emoción, tristeza, el 87.6% respondió tener esta
emoción alguna, muchas veces o siempre, por otra parte el 90.7% respondió sentirse
alegre algunas, muchas veces o siempre. En cuanto a sentimientos de soledad el
65.6% respondió tener esta emoción, sin embargo, la emoción de miedo solamente el
46.8% afirmó tener alguna, muchas veces o siempre esta emoción. Y en cuanto a la
motivación para vivir, el 90.6% dijo sentirse motivada.
47
V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS
El análisis de los datos permite identificar qué factores de riesgo individuales,
contextuales, escolares y familiares, agrupados, a su vez, en los niveles del modelo
ecológico en el que se desarrollan los adolescentes se pueden asociar con la
generación del comportamiento antisocial y delictivo.
Concretamente, factores de riesgo que conforman el ecosistema en donde se desarrolla
la adolescente, como el ambiente del sector donde viven, las ventas de drogas, y la
presencia de pandillas, son las variables ambientales que más han reportado las
adolescentes. Esto coincide con lo mencionado por Farrington (1992) quien afirma que
el contexto sociocultural en el que vive un adolescente influye en su comportamiento
social y delictivo. Estos contextos sociales son desfavorecidos, deteriorados y
desorganizados. Las estadísticas muestran que el 31.26% de las adolescentes vivían
en la zona 18, además que otro número menor lo hacía en sectores marginales y con
índice de criminalidad. De igual manera el 62.6% de las internas observo algún crimen
en el sector donde vivía,
Los resultados mostraron que el 62.6% de las adolescentes en algún momento
pertenecieron o tuvieron contacto con pandillas mientras que el 34.4% afirmó
pertenecer actualmente a una de ellas, esto concuerda con lo dicho por Cruz, (2007) en
el tema “Factores asociados a las pandillas juveniles en Centroamérica” quién explica
algunos factores dentro de un modelo ecológico; entre ellos destacan los procesos de
exclusión social, cultura de violencia, crecimiento urbano, rápido y desordenado,
migración; comunitario: desorganización comunitaria, presencia de drogas; relacional,
amistades o compañías miembros de pandillas y dinámica de violencia. Por lo que el
contacto
y
el
involucramiento
en
estas
estructuras
criminales
propician
el
comportamiento delictivo en las adolescentes reclusas. Coincidiendo además con la
pregunta en la que 46.9% de las adolescentes afirmó que su pareja también pertenecía
o tenía contacto con pandillas.
48
Por otra parte Beland (1996) y Farrington (1989) muestran la importancia de la
socialización en un centro educativo, pues señalan que la elevada delincuencia y
vandalismo en la escuela también se relaciona con el desarrollo de conductas
antisociales y delictivas. Su relevancia está dada por el papel de los compañeros-pares
(delincuentes o no), que funcionan como modelos para el aprendizaje de
comportamientos, como la conducta antisocial y delictiva o el consumo de determinadas
substancias.
Esta información es relevante porque el 93.7% de las adolescentes
encuestadas asistieron en algún momento a un centro educativo, ya sea un centro
público o una entidad privada, lo cual pudo haber contribuido con el aprendizaje en
patrones de conducta negativas, delictivas o bien, en el consumo de alcohol o algún
tipo de droga. Esto a su vez también se refleja en el 65.7% de las internas que
afirmaron haber consumido bebidas alcohólicas, sumándole el 53.1% que afirmaron
haber consumido algún tipo de droga.
Claramente como lo afirman los estudios realizados por Equipo de Reflexión, (2004) en
los que explican que el fenómeno de las pandillas se desarrolló fundamentalmente en
las áreas más empobrecidas de las grandes urbes, sin embargo, esto no significa
necesariamente la vinculación de pobreza con el fenómeno de las pandillas, pues se
reconoce que su origen es multifactorial, coincidiendo de esta manera con las
estadísticas en las que el 90.6% de las adolescentes afirmaron que el sueldo de sus
padres era suficiente para cubrir los gastos, y sólo el 12.5% de las encuestadas dijeron
tener que aportar siempre para los gastos de la casa.
Por lo que, el resto de la
población no tenía necesidad de trabajar o brindar un aporte económico a la familia, y
aún así se vieron involucradas en hechos delictivos, no siendo la pobreza el factor
motivante para actuar de determinada manera.
Dentro de los factores de riesgo familiar, Farrington (1989; 1992) realizó un estudio con
una muestra de 201 hombres adolescentes, encontrando una relación entre la
detención del padre o la madre antes del décimo cumpleaños de sus hijos y el
incremento de conductas antisociales y delictivas autoinformadas por parte de este,
49
concluyendo que el factor delincuencia por parte de padres es uno de los más potentes
en el aumento de riesgo del comportamiento delictivo en los hijos. Pero el presente
estudio obtuvo los siguientes datos, el 90.6% respondió que la mamá nunca ha estado
presa, y el 78.1% afirmó que el padre nunca estuvo preso, estos datos representan que
sólo un grupo reducido de padres de las adolescentes fueron recluidos en algún centro
de privación de libertad, por lo que de todos los factores de riesgo que inciden en la
conducta delictiva, este factor no fue relevante para la población encuestada.
De igual manera, Farrington (1992) encontró que los niños expuestos a diferentes tipos
de maltrato podrían manifestar conductas problemáticas debido a que no adquirieron
controles internos respecto a conductas socialmente desaprobadas.
Sin embargo
solamente el 21.8% de las adolescentes encuestadas manifestó haber recibido algún
tipo de abuso físico, verbal o sexual. Posiblemente este factor es poco influyente en las
conductas delictivas de las mismas.
En relación a factores familiares, la interacción pobre entre padres-hijos y los conflictos
maritales son considerados como factores de riesgo familiares para la conducta
antisocial y delictiva Armenta, Corral, López, Díaz & Peña (2001) A pesar de ello,
menos de la mitad de la población afirmó que tenían una relación indiferente o agresiva
con sus padres y únicamente el 15.6% afirmaron que los padres discutían a golpes,
estos datos
no coinciden con lo afirmado por los autores antes mencionados, sin
embargo, un hallazgo interesante es que el 56.3% de las sujetos, afirmó que no vivían
con el papá, factor que Catalano y Hawkins (1997) mencionan afirmando que el fuerte
apego familiar es considerado como un factor que protegería potencialmente a los hijos
contra el desarrollo del comportamiento delictivo, por lo tanto, una figura paterna débil o
ausente podría ser un factor relevante que podría incidir en las conductas delictivas de
adolescentes. Al igual que Reyes (1991) expone, que la ausencia de los progenitores
es el más frecuente y grave trastorno en la estabilidad familiar y que el orden de las
relaciones entre sus miembros se altera y los vínculos entre padre o madre e hijos
comienza a perderse.
50
Con respecto a los factores de riesgo individuales, la mayoría de las adolescentes
manifestó sentimientos de culpa a no seguir reglas, pero también el 56.2% afirmó tratar
de obtener las cosas que quieren a través de cualquier medio, estos factores coinciden
con lo señalado por Loeber y Hay (1997) quienes mencionan que es necesario tener
en cuenta las creencias y las actitudes de los adolescentes en torno a la ley, debido
que, las actitudes sociales favorables a la agresión, violencia y delincuencia constituyen
uno de los factores antecedentes de la delincuencia juvenil.
Leberge (2000) buscando explicaciones del porqué las mujeres caen en conductas
delictivas expone la teoría del complemento, la cual sostiene que la mujer busca en el
hombre su complemento, que el hombre sea su conductor, esto le relega al papel de
cómplice o ayudante, más que autora del delito. Posiblemente, esta teoría también
serviría para explicar que algunas mujeres cometan el delito para ayudar a sus parejas
o presionadas por estas para ayudarlas, sin embargo en los datos obtenidos el 75%
afirmó que la pareja no influyó en ella para cometer delitos, lo que podría asociarse a
otros factores de riesgo a los que las adolescentes fueron expuestas para generar
comportamientos antisociales y delictivos.
Y por último como información adicional la emoción que predomina en las adolescentes
según los datos obtenidos fue la tristeza, ya que el 87.5% de las adolescentes
respondió sentirse triste alguna o muchas veces o siempre. Confirmando así lo
expuesto por Flores (2003) quién afirma que la privación de libertad es altamente
negativa para todos los adolescentes, de conformidad con estudios criminológicos la
privación de libertad causa entre otras consecuencias: deterioro psicológico,
rompimiento en las relaciones familiares y sociales, pérdida del estatus económico
propiciando ante todo la pérdida del empleo, el sometimiento al sujeto a un proceso de
prisionización, que implica asumir los valores y conductas imperantes dentro del centro
de detención, como también un proceso indeleble de estigmatización, que provoca el
rechazo social al momento en que la persona recupera su libertad, perdiendo así el
objetivo principal que es la reinserción.
51
VI. CONCLUSIONES

En respuesta a la pregunta de investigación, se puede concluir que entre los
factores que predominan en las adolescentes en conflicto con la ley que se
encuentran cumpliendo sanción en el Centro Juvenil de Privación de Libertad
para Mujeres, fue el factor ambiental.

El factor ambiental más frecuente dentro de las adolescentes fue la integración o
pertenencia a las pandillas.

Dentro de los factores de riesgo familiar, el factor con más frecuencia fue la
desintegración familiar, siendo la figura paterna la más ausente.

Entre los factores de riesgo individuales se evidenció que la mayoría de las
adolescentes consumían bebidas alcohólicas o drogas.

Las inclinaciones emocionales negativas que predominan en las adolescentes
son la tristeza y soledad, y las emociones positivas que afirmó la mayoría sentir
son alegría y se sienten motivadas para vivir.
52
VI. RECOMENDACIONES

Se recomienda al Estado ejecutar políticas públicas a favor de la niñez, que
fomenten integración social y la prevención del involucramiento de jóvenes a
pandillas, a través de programas culturales, educativos y recreativos.

Se recomienda la creación de programas en el sistema educativo para impartir
Escuelas para Padres en los que fomenten la integración familiar, valores,
cultura de paz y relaciones afectivas para fortalecer a las familias.

Se recomienda a la Secretaría de Bienestar Social crear programas que
favorezcan la estabilidad emocional de las adolescentes en conflicto con la Ley
Penal, dentro del centro.

Se recomienda al Ministerio de Educación fortalecer y priorizar la enseñanza en
valores dentro de los centros educativos públicos y privados en todos los niveles
escolares.

Se recomienda continuar las investigaciones a estas poblaciones para crear
estrategias y medidas para la prevención, atención y reinserción de las
Adolescentes en Conflicto con la Ley.

Se recomienda al Centro Juvenil de Privación de Libertad para mujeres en base
a los factores más frecuentes crear programas de atención psicológica y
emocional para fortalecer el desarrollo integral de las internas y evitar que
reincidan en actividades delictivas.
53
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60
ANEXOS
61
ENTREVISTA SEMI-ESTRUCTURADA
FICHA TÉCNICA
NOMBRE:
“GUIA DE FACTORES PSICOSOCIALES
PARA ADOLESCENTES”
AUTOR:
Claudia Paola Pichardo
AÑO DE ELABORACIÓN:
2013
DATOS QUE MIDE:
Este instrumento va enfocado a medir los
factores psicosociales que predominan en
adolescentes mujeres que han cometido
actos delictivos.
INSTRUMENTO:
El instrumento cuenta con 43 items.
INDICADORES:
El instrumento tiene 5 indicadores:
1. Factores ambientales/contextuales
(items del 1 a 12)
2. Factores familiares (ítems 13 a 26)
3. Factores individuales (ítems 27 a
35)
4. Emociones predominantes (ítems
36 a 43).
ADMINISTRACIÓN:
De forma colectiva.
APLICACIÓN:
No existe un tiempo establecido de
aplicación, pero se estima entre 20 y 25
min.
62
“GUIA DE FACTORES PSICOSOCIALES PARA ADOLESCENTES”
Religión:
Edad:
Zona donde vivía:
Marca con una X
Encuesta No.:
Provisional
Cumpliendo sanción
(1)
(2)
Marca con una x en la celda que más te represente. Recuerda responder cada uno de los
enunciados.
FACTORES AMBIENTALES/CONTEXTUALES
NUNCA
ALGUNAS
VECES
MUCHAS
VECES
SIEMPRE
(1)
(2)
(3)
(4)
1) Hay pandillas en los alrededores de mi casa
2) Observé un crimen en el sector donde vivía.
3) Observé ventas de drogas en el sector donde vivía.
4) Estudié en una escuela o colegio antes de ingresar aquí
5)
6)
7)
8)
9)
Me suspendieron de la escuela o colegio
Me expulsaron de la escuela o colegio
Sacaba buenas calificaciones
Pertenecí a una pandilla anteriormente
Pertenezco a una pandilla actualmente
10) El sueldo de mis padres era suficiente para cubrir los
gastos de mi casa
11) En mi casa se comía tres veces al día
12) Tenía que aportar económicamente para los gastos
de mi casa.
NUNCA
FACTORES FAMILIARES
13) Mi mamá vivía conmigo
14) Mi papá vivía conmigo
15) Tengo padrastro
16) Tengo madrastra
17) Recibí maltrato y abuso por parte de mis padres
18) Cómo: 18.1 golpes ( ) 18.2 insultos ( )
19) En mi familia se llevan bien y son cariñosos
20) En mi familia se llevan mal y son agresivos.
ALGUNAS
VECES
18.3 abuso sexual (
MUCHAS
VECES
)
SIEMPRE
18.3 Nada (
21) En mi familia son indiferentes, nadie se mete con nadie
22) Mis padres se peleaban a golpes
23) Mi papá consume drogas
24) Mi mamá consume drogas
25) Mi papá ha estado preso
26) Mi mamá ha estado presa
NUNCA
FACTORES INDIVIDUALES
27) Cuando no sigo reglas en casa, o escuela, me siento
culpable
28) Trato de obtener las cosas que quiero como sea
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ALGUNAS
VECES
MUCHAS
VECES
SIEMPRE
)
29) Pienso trabajar en el futuro
30) He consumido drogas
31) He consumido alcohol
32) He tenido novio
33) Mi novio me influyó a cometer delitos
34) Mi novio pertenece a una pandilla
35) Estuve en hogares/orfanatos de pequeña
EMOCIONES
NUNCA
ALGUNAS
VECES
36) Me siento triste
37) Me siento feliz
38) Me siento sola
39) Siento mucho miedo
40) Me siento culpable
41) Me siento plena
42) Me siento motivada para vivir
43) Me siento frustrada
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MUCHAS
VECES
SIEMPRE
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