UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE HUMANIDADES MAESTRÍA EN GESTIÓN DEL DESARROLLO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA "FACTORES PSICOSOCIALES MÁS FRECUENTES EN ADOLESCENTES Y JÓVENES INTERNAS EN EL CENTRO JUVENIL DE PRIVACIÓN DE LIBERTAD PARA MUJERES CEJUPLIM." TESIS DE POSGRADO CLAUDIA PAOLA PICHARDO GONZÁLEZ CARNET 12594-01 GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, JUNIO DE 2014 CAMPUS CENTRAL UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE HUMANIDADES MAESTRÍA EN GESTIÓN DEL DESARROLLO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA "FACTORES PSICOSOCIALES MÁS FRECUENTES EN ADOLESCENTES Y JÓVENES INTERNAS EN EL CENTRO JUVENIL DE PRIVACIÓN DE LIBERTAD PARA MUJERES CEJUPLIM." TESIS DE POSGRADO TRABAJO PRESENTADO AL CONSEJO DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES POR CLAUDIA PAOLA PICHARDO GONZÁLEZ PREVIO A CONFERÍRSELE EL GRADO ACADÉMICO MAGÍSTER EN GESTIÓN DEL DESARROLLO DE LA NIÑEZ Y LA ADOLESCENCIA GUATEMALA DE LA ASUNCIÓN, JUNIO DE 2014 CAMPUS CENTRAL AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR RECTOR: P. EDUARDO VALDES BARRIA, S. J. VICERRECTORA ACADÉMICA: DRA. MARTA LUCRECIA MÉNDEZ GONZÁLEZ DE PENEDO VICERRECTOR DE INVESTIGACIÓN Y PROYECCIÓN: DR. CARLOS RAFAEL CABARRÚS PELLECER, S. J. VICERRECTOR DE INTEGRACIÓN UNIVERSITARIA: MGTR. LUIS ESTUARDO QUAN MACK VICERRECTOR ADMINISTRATIVO: LIC. ARIEL RIVERA IRÍAS SECRETARIA GENERAL: LIC. FABIOLA DE LA LUZ PADILLA BELTRANENA DE LORENZANA AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE HUMANIDADES DECANA: MGTR. MARIA HILDA CABALLEROS ALVARADO DE MAZARIEGOS VICEDECANO: MGTR. HOSY BENJAMER OROZCO SECRETARIA: MGTR. ROMELIA IRENE RUIZ GODOY DIRECTORA DE CARRERA: MGTR. HILDA ELIZABETH DIAZ CASTILLO DE GODOY NOMBRE DEL ASESOR DE TRABAJO DE GRADUACIÓN MGTR. MANUEL DE JESUS ARIAS GUZMAN REVISOR QUE PRACTICÓ LA EVALUACIÓN MGTR. GLORIA PATRICIA SAMAYOA AZMITIA ÍNDICE I. INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………………1 II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA ………………………………………………… .. 32 2.1.1 Objetivo General ……………………………………………………………………. 33 2.1.2. Objetivos Específicos ……………………………………………………………….. 33 2.3 Variables ………………………………………………………………………………..33 2.4 Definición de Variables …………………………………………………………….....33 2.4.1 Definición Conceptual de variables …………………………………………………33 2.4.2. Definición Operacional ……………………………………………………………… 34 2.5 Alcances y Límites …………………………………………………………………...34 2.6 Aportes ……………………………………………………………………………….. 35 III. MÉTODO …………………………………………………………………………………..36 3.1. Sujetos …………………………………………………………………………………...36 3.2. Instrumento ……………………………………………………………………………...37 3.3. Procedimiento …………………………………………………………………………...37 3.4. Tipo de investigación, Diseño y Metodología ………………………………………...38 IV. PRESENTACIÓN DE RESULTADOS …………………………………………………39 V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS ………………………………………………………..48 VI. CONCLUSIONES …………………………………………………………………………52 VII. RECOMENDACIONES …………………………………………………………………..53 VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS …………………………………………………..54 ANEXOS RESUMEN La presente investigación cuantitativa, tuvo como objetivo principal analizar los factores psicosociales de riesgo más frecuentes e que presentan adolescentes en conflicto con la ley internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM. El estudio se realizó con 32 adolescentes de 14 a 21 años, que han cometido delitos y se encuentran cumpliendo una sanción de privación de libertad, provenientes de varios sectores de la capital y algunas del interior. El instrumento utilizado fue una entrevista estructurada, elaborada por la investigadora, la cual se aplicó colectivamente a las sujetos de estudio. El instrumento se elaboró basado en una serie de preguntas clasificadas en cuatro indicadores que englobaban factores psicosociales dividido en factores ambientales, familiares, e individuales, los cuales evaluaban algunos aspectos como el entorno en el que vivía, la escolaridad, y relaciones familiares por ejemplo. . Con los resultados obtenidos, se concluyó que los factores que predominaron en las adolescentes fueron, el contacto e integración a pandillas, la desintegración familiar y el ambiente de violencia en los alrededores donde vivían, descartando los factores como la pobreza o la influencia de la pareja. Se recomienda crear programas que fortalezcan la prevención y atención emocional en los niños, niñas y adolescentes, así como crear programas de Escuela para Padres en todo el sistema educativo nacional que fomenten los valores y la integración familiar. I. INTRODUCCIÓN Guatemala está conformada en su mayoría por una población menor de veinte años, según el Instituto Nacional de Estadística [INE] (2006) la población comprendida entre los 0 y los 14 años es de más de seis millones y la población entre 15 y 19 años sobrepasa el millón y medio del total nacional. Siendo esta población la más vulnerable en el país, debido a la situación de violencia que se vive a diario. Ahora bien, la población total de Guatemala se estima en 14,636,487 millones de habitantes de acuerdo a la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida - ENCOVI- (INE, 2011); como se mencionó, Guatemala es un país relativamente joven. “El índice de relación entre la población menor de 20 años y la población total es de 0.52 (52%). Asimismo, se reporta que el altiplano y Alta Verapaz son los departamentos con mayor concentración de NNA y jóvenes, por su lado los departamentos de Guatemala y El Progreso reportan el indicador más bajo. El país está atravesando por uno de los momentos más críticos de su historia. Cada día la violencia, la pobreza y el delito se han vuelto más comunes en nuestra sociedad. Bajo este contexto los niños y adolescentes están creciendo imitando modelos inapropiados los cuales desorientan y agravan sus impulsos, motivando a buscar el logro fácil sin esfuerzo, utilizando cualquier medio lícito o ilícito. Induciendo así a formar parte de grupos de riesgo social como lo son las maras y el crimen organizado. Los índices de violencia van en aumento, según el informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD -(2008), en Guatemala operaba un total de 434 maras, involucrando a unos 14 mil adolescentes guatemaltecos. La confianza y credibilidad se ha perdido en todos los sectores sociales tanto a nivel institucional como familiar, las cifras de violencia son alarmantes, según informe anual de la Central American Business Intelligence (2012), cifras del el total de homicidios en 2012 fue de 5,155 esto significa 47 muertes por cada 100 mil habitantes, 1 lo cual se traduce en 17 muertes diarias a causa de la violencia. Esto es sólo un reflejo de la violencia que también se vive en las familias. La importancia del tema de la adolescencia en conflicto con la ley se sustenta en que como ciudadanos y profesionales comprometidos a trabajar en pro de la niñez y adolescencia para promover su desarrollo integral y el desarrollo del bienestar social se debe conocer la situación general de las y los adolescentes en conflicto con la ley para promover la sensibilización y la importancia de trabajar y unir esfuerzos en programas preventivos desde la familia y la escuela para aminorar la implicación de niños, niñas y adolescentes (NNA) en conductas delictivas. Por tal motivo, la presente investigación pretende dar a conocer los factores psicosociales más frecuentes que presentan las adolescentes internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para MujeresCEJUPLIM. Actualmente existen muchos estudios sobre la realidad nacional de la niñez y adolescencia en Guatemala, pero pocos de ellos van enfocados a investigar sobre adolescentes en conflicto con la ley. Sin embargo, se han encontrado algunos estudios relacionados con el tema que a continuación se presentan con el fin de dar sustento a la presente investigación. En la investigación documental realizada por Domínguez (2012) denominada Medidas Alternativas al Internamiento en Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, como Garantía al Derecho Humano a la Salud Mental. El autor hace un estudio de la niñez y adolescencia en Guatemala, para lo cual se tomó en consideración aspectos de la realidad social y del contexto nacional que reflejan la situación actual de este sector de la población. También analizó los aspectos psicosociales de los adolescentes y su salud mental, de la misma manera, describe la justicia penal juvenil en forma particular los diferentes modelos de atención siendo ellos el modelo tutelar en el cual el juez era la figura paternalista, el modelo comunal o de acción social y no judicial en el cual se considera al menor de edad inimputable penalmente y luego el modelo de justicia de responsabilidad donde el adolescente ya es considerado como sujeto de derecho y se 2 orienta hacia una protección social y legal de los menores de edad. También expone los antecedentes históricos del internamiento en Guatemala, y los efectos negativos que puede provocar el internamiento en los jóvenes que se vean privados de libertad. El estudio concluye que las medidas alternativas al internamiento garantizan el derecho humano a la salud mental, porque evita que el adolescente sea institucionalizado, sea estigmatizado, que el adolescente pase por un proceso de adaptación traumatizante a un medio hostil y que sufra de tratos crueles y denigrantes y afirma que las medidas privativas de libertad en la actualidad no llenan los requisitos para que una persona cambie y se responsabilice de sus hechos, ya que puede llegar a aprender nuevas formas de criminalización. Aguilar (2011) realizó un estudio que tuvo como objetivo establecer las implicaciones psicológicas en los adolescentes en conflicto con la ley penal, del centro juvenil de detención provisional, que tienen más de seis meses de privación de libertad. Los sujetos que participaron en el estudio fueron adolescentes varones comprendidos entre las edades de 14 a 19 años, transgresores de la ley, se encuentran internos en el Centro Juvenil de Detención Provisional. Los instrumentos utilizados fueron: Listas de cotejo o fichas de ingreso del Centro Juvenil de Detención y se utilizaron los expedientes psicológicos los instrumentos utilizados para la evaluación psicológica son: entrevista clínica inicial, examen mental, se utilizan los siguientes test proyectivos menores: figura humana, árbol y familia. Con los resultados obtenidos concluyó que en el centro se albergaban 233 adolescentes de los cuales el 9% tenían entre 6 y 17 meses en detención provisional, sin que el juzgado competente resolviera su caso y concluye que debido a que el tiempo de detención provisional se extiende más allá del plazo establecido, conlleva a que los adolescentes no cuenten con un plan individual y proyecto educativo, en el cual se contemple los objetivos y metas para una debida reinserción y resocialización, razón por la cual no se les da el apoyo psicológico necesario para superar las implicaciones psicológicas que sufren por motivo de encontrarse en el impase de detención provisional y demuestra que los efectos psicológicos como resultado del internamiento que afectan a los adolescentes que tienen más de seis meses son: tristeza, ansiedad, desesperación, tendencia al llanto, 3 resentimiento, arrepentimiento, aburrimiento, preocupación y enojo. Derivando dicha sintomatología en reacciones depresivas agudas, ansiedad generalizada, cuadros psicóticos y muy probablemente presencia de sintomatología propia del estrés postraumático agudo. En su investigación documental Aju (2010) realizó un análisis de los factores criminorresistentes que impiden que los y las jóvenes se involucren en pandillas juveniles en Guatemala en el que da a conocer el problema que cual atraviesan los adolescentes en Guatemala con respecto a la falta de respeto a sus procesales cuando son sometidos a un proceso judicial. garantías Los métodos empleados fueron el analítico, con el cual se señaló la importancia de los factores criminorresistentes; el sintético, dio a conocer el pandillaje juvenil; el inductivo, estableció la problemática actual y el deductivo, determinó la influencia de los factores criminorresistentes como coadyuvantes para evitar que la juventud se involucre en el pandillaje. Las técnicas que se utilizaron al desarrollar la tesis fueron la bibliográfica y documental, con las cuales se recolectó la información doctrinaria y legal necesaria para la elaboración de los cinco capítulos. Las conclusiones de la investigación muestran que los integrantes de las pandillas son jóvenes con pocos valores, maltratados y provenientes de hogares destruidos, sin educación, siendo las pandillas integradas por ayuda mutua entre miembros, y la familia influyente en la decisión del adolescente para integrarse a una pandilla o continuar con una vida sana y libre de vicios. Los factores criminorresistentes que impiden que los y las jóvenes se involucren en pandillas juveniles en Guatemala coadyuvan con las instituciones estatales para que la conducta de las personas sea conforme a las prácticas que son socialmente aceptadas y esperadas, siempre bajo el respeto de las normas jurídicas penalmente establecidas. Catalán (2011) realizó una investigación titulada las maras y pandillas juveniles y su reinserción a la sociedad con el objetivo de evidenciar teórica, doctrinal y jurídicamente los deberes constitucionales que el Estado guatemalteco está obligado en crear estrategias sociales y políticas para la reinserción de adolescentes en conflicto con la 4 ley. Fue una investigación bibliográfica documental, en la que se utilizaron fichas bibliográficas, estudio de textos, observación y entrevistas para recolectar los datos. Concluyendo que en Guatemala existe la carencia de un centro especializado en el tratamiento y atención a menores que busque su reinserción para evitar que sigan en estos grupos sociales. Por el contrario, se han incrementado ya que en la actualidad se les envía a instituciones que debido a la sobrepoblación y falta de recursos económicos, no existen programas de rehabilitación que brinden una adecuada atención. En su estudio denominado “Factores de riesgo y estudio socioeconómicos de integrantes de maras”, León (1991) determinó los factores de riesgo y la situación socioeconómica que comprometen la salud de los integrantes de pandillas juveniles. El estudio se realizó en el asentamiento, Carolingia zona 19, en el cual se realizó una encuesta a 150 integrantes de pandillas y los resultados mostraron que la mayoría de los integrantes de las maras son del sexo masculino, entre las edades de 15 a 20 años, además, tienen algún grado de escolaridad y son jóvenes de familias numerosas, de pobreza extrema, en su mayoría de hogares integrados, pero no cuentan con trabajos estables. El 27.71% consumen drogas, de tipo inhalante, y son grupos de alto riesgo a contraer enfermedades. En su investigación el sentido de vida y espiritualidad factores determinantes para que los jóvenes reclusos en las cárceles de Pavón y el Preventivo de la zona 18 dejen las pandillas, Palomo, (2008) relaciona los elementos espirituales y psicológicos de personas privadas de libertad. Con el objetivo de determinar la forma en que el sentido de vida y espiritualidad, han sido elementos determinantes para que jóvenes reclusos en las cárceles de Pavón y el preventivo de la zona 18, abandonaran las pandillas; la población fueron 6 adolescentes comprendidos en las edades de 18 a 21 años de dos reclusorios de Fraijanes, Guatemala. Dentro de las conclusiones expone el hecho de que los sujetos llegaron a conocer la importancia del sentido de vida y de la espiritualidad y esto ha sido la base de una nueva vida para ellos, ubicándolos en una posición de cambio y satisfacción personal, concluyendo que las personas recluidas en momentos de incertidumbre esperan lo mejor, muestran solidaridad y compasión para 5 los demás. Además, entre los hallazgos también destacó que la mayoría de los sujetos sufrieron de una ausencia total o parcial de una familia, sin embargo, han tenido vivencia de tipo familiar, ya sea con una nueva familia que han formado, o bien el papel que jugó la pandilla en la vida de cada uno de ellos como parte de su socialización primaria. Contreras (2011) realizó un estudio en el que buscaba establecer las principales causas que provocan que las adolescentes se integren a las pandillas, según las experiencias de las internas del Centro Juvenil de Privación de Libertad de Mujeres. Los sujetos de estudio fueron 22 adolescentes afiliadas a pandillas internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad de Mujeres CEJUPLIM, el instrumento utilizado fue un cuestionario creado para este estudio. Con los resultados obtenidos el autor concluyó que los motivos para ingresar a las pandillas como “factores de riesgo”, son el impulso de experimentar satisfacción de necesidades de valoración en lo relacionado al respeto y la autoestima en la adolescente, que se ven reflejados en los deseos de libertad, reconocimiento y reputación. Además concluye que en el contexto de la pandilla las adolescentes pueden tener características muy parecidas a la familia problemática a la que estaba acostumbrada. A continuación se presentan estudios realizados en otros países que amplían el conocimiento de factores asociados a conductas delictivas de adolescentes en conflicto con la ley. Sanabria y Uribe (2010), en su investigación denominada “Factores psicosociales de riesgo asociados a conductas problemáticas en jóvenes infractores y no infractores” estudiaron los factores de riesgo asociados con la conducta antisocial y delictiva en dos grupos de adolescentes, uno conformado por adolescentes que se encuentran recluidos en dos instituciones privadas para menores infractores de Colombia, y el grupo control, de adolescentes no infractores, que asisten a una institución educativa pública. La muestra estuvo conformada por 179 adolescentes con edades entre 12 y 18 años. El instrumento utilizado fue una batería de pruebas consistentes en escalas construidas 6 previamente y en escalas adhoc. El Cuestionario de Variables Demográficas, elaborado para ese estudio y los resultados mostraron que los adolescentes que se encuentran recluidos en dos instituciones para menores infractores presentan una mayor frecuencia de exposición a los factores de riesgo, asociados con la conducta antisocial y delictiva, en comparación con los adolescentes no infractores que asisten a una institución pública, en los niveles ecosistema, microsistema y macrosistema. Los dos grupos de adolescentes se encuentran expuestos al maltrato, el consumo y abuso de alcohol en proporciones similares, y constituyen los factores de riesgo que más se asocian a la generación del comportamiento antisocial y el comportamiento delictivo. Alarcon, Vinet y Salvo (2005) realizaron un estudio llamado estilos de personalidad y desadaptación social durante la adolescencia, con el objetivo de identificar las características de personalidad en adolescentes reincidentes en conductas antisociales, la muestra fue de 86 adolescentes chilenos infractores de la ley, y el instrumento utilizado fue el Inventario Clínico para Adolescentes de Millon MACSI. Los resultados mostraron cinco agrupaciones de perfiles de personalidad: 1) tipo transgresor delictual, 2) tipo oposicionista-autodestructivo 3) tipo inhibido-evitativo 4) tipo dependienteansioso y el 5) tipo subclínico. Con lo que concluyen que es de gran importancia la evaluación psicológica ya que los perfiles de personalidad en interacción con factores contextuales pueden constituir un factor de riesgo relevante para una mayor reincidencia y peligrosidad en los delitos cometidos. Jimenez, Musitu y Murgui (2005) realizaron un estudio en el que se analizaron las relaciones entre las características del sistema familiar (funcionamiento, comunicación y satisfacción familiar), el apoyo social percibido y la conducta delictiva en la adolescencia. La muestra estuvo constituida por 431 adolescentes estudiantes en centros educativos de la Comunidad Valenciana en Barcelona, de edades comprendidas entre los 15 y los 17 años. El instrumento utilizado fue el Cuestionario de Evaluación del Apoyo Social, que evaluó el apoyo social percibido desde seis proveedores clave: madre, padre, hermano/a, mejor amigo/a, adulto significativo y novio/a, así como el Cuestionario de Evaluación del Sistema Familiar, Cuestionario de 7 Evaluación de la Satisfacción Familiar, Cuestionario de Evaluación de la Comunicación Padres-Hijos. Los resultados mostraron efectos directos de los problemas de comunicación con la madre y del apoyo social percibido del padre en la conducta delictiva. Además, se constató un efecto mediador del apoyo social del padre entre los problemas de comunicación con la madre y la implicación del hijo adolescente en actos delictivos. Finalmente se discutieron las implicaciones de estos resultados. Por su parte, Baldenegro (2005) en su estudio denominado “Factores Psicosociales Asociados a la Delincuencia Juvenil”, analizó la relación entre participación social, anomia subjetiva, apoyo social percibido, locus de control y percepción de ser objeto de perjuicio, en relación con la variable infracción de ley, la muestra estuvo conformada por 70 jóvenes, 29 que presentaban infracción con la ley y 41 jóvenes que no presentaban infracción de ley. Los instrumentos utilizados para este estudio fueron, la Escala de Integración Social, el Cuestionario de Atribución Causal y La Escala de Percepción de Ser Objeto de Perjuicio en Jóvenes Urbanos. Los resultados demuestran la relevancia de dichas variables en la dinámica analizada y la complejidad del fenómeno, recomendando nuevas investigaciones que profundicen los hallazgos obtenidos. Mendoza y Aguilera (2002) en su estudio documental ¿Por qué delinquen las mujeres? Tuvieron como objetivo conocer qué tipo de delitos e infracciones son más frecuentes en las mujeres realizando una revisión del estado de conocimiento en torno a las teorías tradiciones que pretenden entender la delincuencia femenina. Las teorías que exponen fueron las de la estructura social las cuales hacen énfasis en aspectos como la desorganización social (vivienda deficiente, desempleo, ingresos bajos, desintegración familiar); las presiones que ejercen las sociedades modernas (metas, logros, valores, aspiraciones) sobre individuos estratificados por clase social, al igual que los medios para el éxito (educación, trabajo), lo que genera sentimientos de alienación, rabia y frustración, asociados a conductas delictivas; y la formación de valores sub culturales que mantienen reglas y valores opuestos a las leyes y costumbres dominantes. La metodología realizada fue el análisis y revisión de diversas fuentes hemerográficas, bibliográficas y estadísticas penitenciarias de México y otros países latinoamericanos. 8 Acero, Escobar y Castellanos (2007) estudiaron los factores de riesgo para violencia y homicidio con el objetivo de explorar los factores de riesgo con base en la revisión de la literatura, a través de una revisión narrativa de la literatura médica, tras una búsqueda en bases de datos bibliográficas en las que incluyeron estudios realizados en menores de 18 años de ambos géneros publicados en inglés y otros idiomas desde 1966 a 2006. Los resultados indicaron que son distintos los factores de riesgo para homicidio y violencia juvenil en el que destacan el uso de armas, el consumo de substancias psicoactivas, violencia intrafamiliar, antecedentes de trastornos de conducta, intentos de suicidio, padres presos, pandillerismos, concluyen que el factor más implicado es el haber sido víctimas de violencia. Para finalizar, Arce, Fariña y Vásquez (2011) en su estudio: Grado de competencia social y comportamientos antisociales, delictivos y no delictivos en adolescentes, buscaban ver la posibilidad que la relación entre competencia psicosocial y comportamientos antisociales delictivos y no delictivos siga un efecto de escalada. Para someter a prueba esta hipótesis diseñaron un estudio de campo con 450 adolescentes, de los que 150 estaban cumpliendo una condena penal (delincuentes), 150 poseían comportamientos antisociales no delictivos y 150 pertenecían a población escolarizada normal, quienes fueron evaluados en las variables fundamentales de la competencia psicosocial. Los resultados se analizaron a partir de un MANOVA (factor población: reforma, antisocial y normativa) y evidenciaron una relación entre incompetencia social y comportamientos antisociales y delictivos, así como un efecto de escalada, es decir, el grado de conducta desviada (delictiva, antisocial no delictiva y normal) va ligado al grado de incompetencia social. Con los datos obtenidos se discutieron las implicaciones de los hallazgos para el tratamiento de los menores con comportamientos antisociales, delictivos y no delictivos. De esta manera se evidencia cómo esfuerzos nacionales e internacional buscan dar respuesta a esta problemática para poder trabajar la prevención primaria en sectores más propensos a reproducir conductas delictivas, para evitar que continúe apareciendo este fenómeno y por tanto se disminuye la incidencia de adolescentes en conductas y 9 acciones delictivas que atentan contra el bienestar y los derechos humanos de una sociedad. Asimismo, es importante conocer la situación de la población que ya se encuentra en los centros de detención y privación de libertad, para poder promover o fortalecer acciones de prevención secundaria que son aquellas dirigidas a evitar que se consoliden y se conviertan en un patrón estable de vida de las y los adolescentes en conflicto con la ley. A continuación; se presenta contenido teórico que sustenta el trabajo de la presente investigación, siendo éste un intento de comprensión del complejo tema de la adolescencia y los factores asociados a conductas delictivas. 1. Adolescentes en conflicto con la ley penal El nombre que recibe un adolescente que ha delinquido dentro de la sociedad ha recorrido un largo camino para apropiarse de un nombre adecuado. Los teóricos han discutido acerca de la forma en cómo se les debe llamar, teniendo cuidado de no etiquetar o generar algún tipo de estereotipo o paradigma que dé lugar a una mayor marginación en la sociedad. Todo esto ha dado como resultado el nombre de “Jóvenes o adolescente en conflicto con la ley”. No se está ante un mero juego de palabras en el que todo queda igual, sino ante la elaboración de un nuevo paradigma en el que se toma debidamente en cuenta al adolescente como sujeto de derechos, aún luego de haber violado la ley penal, es decir, incluso reconociéndolo como un sujeto responsable penalmente en grados a determinar al adolescente, cuyo interés superior se debe respetar, para lo cual, la privación de libertad, la internación y su frecuente correlato de institucionalización aparecen no sólo como último recurso y por el menor tiempo posible, sino como negativo en términos generales, en relación a “la reintegración del niño”. 10 El adolescente en conflicto con la ley penal, según la literal c) de las reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de justicia de menores, Reglas de Beijing, (1985) establece que “Un menor delincuente es todo niño o joven al que se ha imputado la comisión de un delito o se le ha considerado culpable de la comisión de un delito.” De acuerdo a lo que presenta el artículo 2 de la ley de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (PINA) refiriéndose a la definición de niñez y adolescencia, “se considera niño o niña a toda persona desde su concepción hasta que cumple 13 años de edad, y adolescente a toda aquella hasta que cumple 18 años de edad” pero a partir de los 18 años a los 25 se considera como joven a toda persona. Todo niño, niña, adolescente o joven al cual se le ha acusado de cometer un delito o estar en proceso de investigación para aclarar si ha cometido o no el hecho que se le imputa, se le considera un delincuente. Flores (2003) afirma que la privación de libertad es altamente negativa para todos los adolescentes, de conformidad con estudios criminológicos la privación de libertad causa entre otras consecuencias: deterioro psicológico, rompimiento en las relaciones familiares y sociales, pérdida del estatus económico propiciando ante todo la pérdida del empleo, el sometimiento al sujeto a un proceso de prisionización, que implica asumir los valores y conductas imperantes dentro del centro de detención, como también un proceso indeleble de estigmatización, que provoca el rechazo social al momento en que la persona recupera su libertad. 1.2 Las pandillas El tema de las pandillas es un tema complejo para abordarlo se puede mencionar estudios realizados por el equipo de reflexión, investigación y comunicación (ERIC, 2004) quienes explican que el fenómeno de las pandillas se ha incrementado en Guatemala, debido a que la dinámica se aunó con la compleja situación de violencia sociopolítica, fenómeno que se desarrolló fundamentalmente en las áreas con mayores índices de pobreza, sin embargo, esto no significa necesariamente la vinculación de 11 pobreza con el fenómeno de las pandillas, pues se reconoce que su origen es multifactorial. Según Cruz, (2007) en el tema de los factores asociados a las pandillas juveniles en Centroamérica, explica algunos factores dentro de un modelo ecológico; entre ellos destaca el factor social refiriéndose a los procesos de exclusión social, cultura de violencia, crecimiento urbano, rápido y desordenado, migración comunitaria, desorganización comunitaria, presencia de drogas; relacional: familias problemáticas, amistades o compañías miembros de pandillas, dinámica de violencia; individual: dificultades de construcción de identidad personal. El Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación ERIC (2004) explican que dentro de los motivos para ingresar a una pandilla, se pueden mencionar aspectos como: la pertenencia, identificación, referencia, solidaridad, compañía e incluso la posibilidad de tener un espacio y cobrar visibilidad ante la sociedad. Además de lo anterior el equipo, menciona una actividad hedonista, relacionada con la diversión de la cual también necesitan los y las adolescentes; buscando también protección, afecto y sostén. Se mencionan también actitudes de tipo contestatario como espacios para poder expresarse. El fenómeno social de inclusión de las adolescentes en los grupos denominados pandillas se aborda desde la Teoría del comportamiento social de los y las adolescentes, según la perspectiva de necesidades que presenta Maslow (1991), se basa en el desarrollo de la personalidad, en la búsqueda y consolidación de la identidad. Las adolescentes poseen diferentes necesidades que según el autor; se dividen en fisiológica, sociales, de reconocimiento, y de superación. Cruz, (2007) en el tema “Factores asociados a las pandillas juveniles en Centroamérica” dentro de sus conclusiones menciona que las maras son un fenómeno socio histórico, expone acciones de intervención sobre la exclusión social, esfuerzo político de reeducación ciudadana en la convivencia, planificar mejor el desarrollo 12 urbano, enfrentar las consecuencias de la migración con programas de reinserción social, fomentar la organización y participación ciudadana y local, combatir con firmeza el tráfico de drogas, generar políticas de atención a las familias problemáticas, con desventaja social y social, ofrecer espacios de entretenimiento y empleo de por igual a los jóvenes, entre otras cosas. 1.3 Mujer y Criminalidad Para entender el por qué de este fenómeno que en las últimas décadas ha ido aumentado, a continuación se presentan algunas teorías citando a varios autores quienes buscan dar explicaciones del por qué las mujeres caen en conductas delictivas ya que cada vez más esta situación está ocurriendo en países de América Latina. Leberge (2000), considera que el débil volumen de la criminalidad femenina, objeto de persecución penal, podría ser el producto de un trato diferenciado de parte de los operadores penales y no el reflejo de la criminalidad real de las mujeres. Existen otras teorías que intentan explicar la desproporción cuantitativa que siempre ha existido entre la criminalidad masculina y la femenina. La teoría del complemento; que sostiene que la mujer busca en el hombre su complemento, que el hombres sea su conductor, esto le relega al papel de cómplice o ayudante, más que autora del delito. Posiblemente, esta teoría también serviría para explicar que algunas mujeres cometan el delito para ayudar a sus parejas o presionadas por estas para ayudarlas. Estas explicaciones forman parte de las teorías de corte biopsicosocial/antropobiológicas mantienen la conexión entre la biología y la criminalidad femenina. Por otra parte, Lima (2004) expone otras teorías que explican el por qué la mujer actualmente delinque más: 13 La teoría basada en la imitación del hombre. La teoría de la emancipación femenina: cuanto mayor libertad de la mujer más delinque. La teoría del movimiento de liberación femenina: opinan que éste ha animado a la mujer a dejar de ser dóciles y obedientes y así a cometer crímenes que antes sólo cometían los varones. La teoría sobre el cambio de oportunidades en el contexto social: aumenta la criminalidad porque cada vez la mujer tiene un incremento de posibilidades para que participe en sociedad, esto le ha hecho acercarse a otro tipo de personas, medios y comunidades y así cometer delitos que antes no cometía. La teoría del desarrollo: los cambios sociales, provocados por el crecimiento económico, tienen influencia directa sobre la criminalidad femenina. Reyes (1991) señala, que existen varios aspectos que se deben considerar para el estudio de la criminología. Entre ellos se encuentran los fenómenos raza, sexo y familia. El estudio de la incidencia del fenómeno racial en la criminalidad es particularmente interesante, pero, al mismo tiempo, complejo. La primera dificultad con que se tropieza es la ausencia de un concepto unívoco sobre la existencia misma de una entidad racial y respecto de los elementos que la definirían. El planteamiento y solución del problema depende, a menudo, de factores políticos, religiosos o sociales. Acerca del fenómeno sexo, se ha afirmado uniformemente que la delincuencia femenina es muy inferior a la masculina. Desde la infancia, hombre y mujer comienzan a perfilarse como diferentes, es en la pubertad, con la aparición de la función sexual, cuando se bifurcan los caminos vitales que uno y otro habrán de seguir. Aspectos como el embarazo, el parto, el puerperio, la menstruación y el climaterio, ejercen hondas transformaciones en el organismo y psiquismo de la mujer, que, a su vez, modifican la estructura de su personalidad y hace que se comporten diversamente del hombre ante unos mismos estímulos. 14 Estos datos permiten concluir que el hombre y la mujer se comportan distintamente aún frente a situaciones idénticas; y este hecho, juega un papel preponderante en el fenómeno de criminalidad. Las razones que se indican como explicativas de este hecho son de naturaleza endógena y de contenido exógeno. Los factores endógenos que explicarían la reducida criminalidad femenina, son debido a la débil contextura física y el problema de la sexualidad. Este último fenómeno produce en la mujer modificaciones biopsíquicas íntimamente ligadas con determinadas conductas delictuosas; tales modificaciones se concretan en los momentos de menstruación, el embarazo, el parto y el climaterio. Otro aspecto que toma en cuenta Reyes, es la relación entre delincuencia y prostitución. Según él, el ambiente en el que se desarrolla la prostitución, es el mismo en el cual delincuentes y rufianes llevan a cabo actos como el hurto, la estafa y los delitos contra la vida y la integridad personas. Conocido es, por otra parte, el papel que la prostituta juega en el encubrimiento de hechos delictuosos realizados por compañeras de trabajo o por personas vinculadas al oficio. Por último, este autor, expone que el aspecto familia, considerada ésta como la primera sociedad humana, la cual ejerce influencia decisiva en el modo de ser y de actuar de la persona. Por esta razón, es posible indagar en qué medida los conflictos internos de esta sociedad influyen sobre la conducta desviada de sus integrantes. Los tipos de desviaciones a los que puede llevar una constelación familiar negativa son: primero, la ausencia de los progenitores es el más frecuente y grave trastorno en la estabilidad familiar. El orden de las relaciones entre sus miembros se altera y los vínculos entre padre o madre e hijos comienza a perderse. Como segundo punto, el cónyuge sobreviviente llena el vacío uniéndose a otra persona. Surgen las figuras de padrastro o madrastra y los hijos reciben con recelo al nuevo integrante de la familia, considerándolo un intruso. 15 El tercer aspecto que altera el orden familiar es la influencia que tiene en los hijos poseer un padre criminal. Muchas veces, los niños se percatan de la conducta anómala de sus padres y tienden a imitarlo, siguiendo la tendencia natural a considerar como bueno todo lo que sus progenitores realicen. Lo más común es la desarmonía producida por una serie de pequeños conflictos tales como la excesiva tolerancia al mal comportamiento de los hijos, rigorismo exagerado en la disciplina, etc. Este continuo juego va debilitando los lazos afectivos entre padres e hijos. Una situación que particularmente presenta conflicto en la familia, es la calidad jurídica de hijo extramatrimonial. Los perjuicios sociales contra el hijo extramatrimonial son los que mayores traumatismos causan. Por último, la familia crea un ambiente idóneo para el desarrollo de delincuentes al ser muy numerosa, o por el contrario al tener un solo hijo. Cuanto a lo primero, la falta de vigilancia de los hijos, la consecuente pobreza y las conflictivas relaciones fraternales, empujan a la criminalidad del individuo. Por lo que respecta al hijo único, los factores determinantes de este fenómeno son: la ausencia de hermanos que hagan posible la creación de relaciones interpersonales, la excesiva tolerancia en materia de disciplina y la falta de reconocimiento de los derechos ajenos. Pyle (1995), estudia la relación que tiene la economía con el comportamiento criminal. Según él, los criminales son personas normales que no están mentalmente enfermas o físicamente deformes, son personas sanas que responden a incentivos. La actividad criminal indica que otros factores económicos como las ganancias legítimas en el trabajo en el cual siempre se paga impuestos, regresan al criminal a su situación y a la probabilidad de desempleo. 16 Las utilidades dependen de dos aspectos: el consumo y el ocio. El consumo está determinado por las ganancias de un trabajo limpio y la forma en que el tiempo de trabajo es distribuido con la actividad criminal o el legítimo empleo. El autor asume que el salario en ambas formas de trabajo es conocido perfectamente. Pyle (1995) menciona un modelo dinámico de participación criminal, donde los individuos viven por un tiempo finito dentro de las percepciones de probabilidad de castigo que están determinadas por las proporciones criminales que han sido estudiadas. Las siguientes conclusiones emergen del comportamiento del crimen organizado: 1) El crimen pasado tiende a ser menor que el crimen futuro. Cada vez, el porcentaje de criminalidad va en crecimiento como consecuencia del soborno a los policías y a los sistemas de escape que se han creado. 2) Dos sociedades en las cuales los niveles de crímenes son parecidos, pueden llegar a ser totalmente diferentes gracias a la ayuda del sistema de justicia policial. 3) El poco impacto de un cambio en la policía se debe a los círculos de crímenes que se han alimentado por tantos años. En cuanto a la disminución del crimen, Pyle dice que afecta más la certeza de un castigo, que la dureza del mismo. El dice que los costos de reducir el crimen en un 1% implicaría las siguientes cosas: incrementar la fuerza y dureza policial, mandar mayores delincuentes a la prisión e incrementar la duración de las condenas. Para el autor, solamente implementar las últimas dos opciones es factible y a la vez es más barato que incrementar el número de policías. La idea de que el crimen está relacionado con factores económicos es controversial. Los modelos económicos del comportamiento criminal sugieren que el desempleo y los bajos ingresos pueden motivar a algunos individuos a incursionar en el crimen. Por otro lado, en tiempos de decadencia económica ha habido muy pocas oportunidades para 17 los criminales potenciales. Por ejemplo, en tiempos de recesión y de escasez de empleos, han disminuido los niveles de robo en las empresas. 1.3. Psicología y criminalidad Las diversas áreas de la ciencia psicológica han ido realizando aportaciones significativas cada vez mayores a la comprensión del comportamiento criminal. Tal como lo describe Soria (2007) quién hace mención de las siguientes teorías psicológicas para la comprensión del comportamiento criminal. 1.3.1. La Psicología evolutiva Su aportación ha sido conocimiento muy ampliamente reconocida a nivel forense y ha facilitado un relevante al desarrollo de la personalidad del delincuente. La integración y configuración de la estructura personal en cada uno de nosotros proviene de un conjunto de factores e interacciones que se van produciendo desde la primera infancia, así el ser adulto se halla condicionado por elementos previos de desarrollo intelectual, procesos de influencia social e integración de la personalidad. La psicología evolutiva muestra como existe una influencia significativa entre el desarrollo cognitivo del niño y su entorno, así la de privación económica, la ausencia de estimulación cultural, etc. limitan las capacidades biológicas del menor. Dentro de la esfera social, destacan los trabajos sobre los estilos parentales y su relación con el nivel de autoestima posteriormente desarrollado, especialmente con la aparición de la agresión y sus formas expresivas. La integración de la personalidad adulta tiene un momento de especial significacion evolutivo, la adolescencia. Los estudios del comportamiento criminal a lo largo de este periodo son extensos y de gran relevancia. Así se producen los primeros contactos con los sistemas de control social (policia y/o justicia), las relaciones con los grupos de iguales, el consumo de drogas y/o alcohol, etc. 18 Todo ello hace de la adolescencia una etapa crítica a nivel evolutivo y de aparición de conductas criminales. La necesidad de subrayar la propia personalidad en fase de maduración, la ruptura necesaria con el entorno familiar, traumático o no, la inseguridad personal y de abrirse a los retos y demandas de la sociedad conducen al joven a una situación tremendamente confusa, conflictiva y ambivalente. 1.3.2. La Psicologia social Es la rama de la Psicología con mayor relevancia en el estudio de la criminalidad y aquella que mayor número de teorías explicativas ha aportado. A continuación se exponen las cinco principales: a) Estudios sobre las actitudes humanas Trabajos iniciales sobre las actitudes humanas establecieron la hipótesis de ser un antecedente de la conducta humana, así una determinada conducta se sustentaba en una actitud personal concreta respecto a un objeto o persona. A finales de la década de los 60 se estableció que solo en escasos casos existía una relación directa entre las actitudes y las conductas expresadas. Dicha contradicción significo una profundización en el análisis de la interacción entre ambas. Actualmente se considera que el comportamiento basado en una actitud depende de un complejo proceso decisional intermedio. b) Teoria de la atribucion social Enfatiza en la tendencia de las personas a adscribir siempre una causa a la aparición de una determinada conducta social. La atribución puede aplicarse a factores internos o externos; es decir, cuando un hecho sucede las personas consideramos que su aparición se debe a la mala suerte, al azar, entre otras. Cuestiones externas a la persona que realiza o sufre una situación concreta. Pero también puede atribuirse a ella misma, por su conducta, su carácter, etc., en consecuencia, a causas internas del mismo sujeto. 19 c) Teoría de la disonancia cognitiva Se puede definir como la tendencia de las personas a tomar una decisión entre cursos de acción alternativos, que son valorados de forma similar por el sujeto, y cuya aceptación de uno y rechazo de otro conlleva una tensión psicológica interna. El elemento clave es que ambas elecciones susceptibles de ser realizadas poseen un grado de atractivo similar. Una vez tomada la decisión, la disonancia sufrida no finaliza, sino que se persiste; para reducirla el sujeto necesita realizar una serie de cambios cognitivos o mentales dirigidos a incrementar la atracción de la decisión tomada y reducir la ignorada. Todo ello produce a la larga un descenso del malestar psicológico y la desaparición de los sentimientos negativos derivados de la decisión tomada. d) Estudios sobre procesos grupales Estos trabajos, desarrollados tempranamente en la década de los 30, muestran como el comportamiento social de los individuos se halla en intima relación y dependencia con el de otras personas al encontrarse en una situación grupal. Un grupo aparece cuando tres o más personas y es influida su conducta por el resto. En dicho caso se dan un conjunto de fenómenos que provocan una transformación del sujeto, impensable sin la existencia del grupo, así se observan cambios de pensamiento muy significativos. EI más relevante de todos ellos, y con mayor importancia en la conducta criminal, es la influencia social: las personas llegan a realizar auténticos cambios de opinión y de juicio al hallarse en una situación social determinada. e) Estudios sobre la desindividualizacion social Este concepto, desarrollado a finales de los 60, se basa en el principio anterior según el cual el comportamiento de una persona en el seno de un grupo es cualitativamente diferente de la conducta individual. Define el fenómeno como aquel proceso psicosocial por el que una persona pierde su identidad personal en el seno de un grupo y, en consecuencia, se desindividualiza. Para realizarlo la persona reduce su autobservación y, por consiguiente, también restringe su capacidad de control y los sentimientos de culpa y miedo que conllevan determinados comportamientos en una concreta situación social. 20 1.3.3. La Psicología Forense Aristizabal y Amar (2010) definen a la psicología forense como una rama de la psicología jurídica que, al igual que la psicología criminal, se preocupa por las causas, motivos, normales o patológicos, que conducen a una persona a convertirse en un criminal y de esta manera se intenta abordar la comprensión de este fenómeno con el fin de auxiliar a la justicia y contribuir a la reducción del crimen, así también, para tomar medidas preventivas o interventivas. Dentro de las razones que sustentan la conducta criminal según estos autores, se encuentran: la falta de conciencia, indicando que se ha comprobado que algunas personas cometen actos criminales sin tener conocimiento de la ilegalidad o del daño en el que incurren. Así mismo, plantean que otra de las razones que plantean los autores es la intimidación o provocación, ya que en este factor, se disminuye la capacidad de entender y querer, es una incapacidad de control para sobredeterminar según criterios racionales los propios actos, en este caso el acto criminal. La afectación psíquica es otra de las razones de la criminalidad, llamada también lesión psíquica, daño psicológico o daño moral. Ciertos individuos se convierten en víctimas y luego en victimarios, siendo ejes de situaciones de acoso moral o maltrato psicológico. También el abuso de sustancias psicoactivas puede generar tendencia a la criminalidad, al producir desinhibición conductual así como ciertos trastornos mentales específicos como la psicosis y la manía entre otros. Los mismos autores también hacen referencia a que el comportamiento violento puede ser causado por características biológicas tales como la genética y la herencia, ya que estudios muestran que hay ciertos genes que influyen en la motivación para la realización de la conducta criminal. 21 2. Factores Psicosociales Mendoza y Aguilera (2002) exponen teorías como las de la Estructura Social las cuales hacen énfasis en aspectos como la desorganización social (vivienda deficiente, desempleo, ingresos bajos, desintegración familiar); las presiones que ejercen las sociedades modernas (metas, logros, valores, aspiraciones) sobre individuos estratificados por clase social, al igual que los medios para el éxito (educación, trabajo), lo que genera sentimientos de alienación, rabia y frustración, asociados a conductas delictivas; y la formación de valores sub culturales que mantienen reglas y valores opuestos a las leyes y costumbres dominantes. Las Teorías del Proceso Social, según estos autores destacan aspectos como el aprendizaje social (la conducta criminal es aprendida); la asociación diferencial como consecuencia de una socialización diferenciada; el reforzamiento diferencial a determinadas conductas(la conducta criminal como opción preferencial al balancear riegos y ganancias); la neutralización que permite omitir temporalmente, valores y costumbres dominantes, para delinquir; y el control social, que si bien orilla a las personas a cumplir la ley, cuando disminuye, las empuja a la criminalidad. Por último, las Teorías de la Reacción Social ponen atención en aspectos como el etiquetar a una persona como delincuente; al hacerlo se le "estigmatiza" y se le cataloga como desviada, lo que provoca efectos particulares sobre su conducta futura. Estas teorías también resaltan la importancia de las instituciones sociales al momento de crear leyes: de acuerdo a esta perspectiva las leyes cumplen la función de imponer la voluntad de unos grupos sociales a otros, a través del control de las conductas de los grupos subalternos. 2.1 Factores de riesgo Los factores de riesgo pueden ser: causales o indicadores, observables o identificables aquellos que se dan antes de la ocurrencia del hecho que predicen. Cuando los factores de riesgo son causales, es posible, mediante la metodología científica, determinar los parámetros de tal relación e identificar el factor o factores que conforman una condición necesaria en una cadena de eventos que conducen al resultado 22 negativo. Cuando son indicadores o asociados, se consideran “señales” que generalmente aparecen ligadas a un fenómeno, pero no son condiciones necesarias para que se produzcan. Sin embargo, la exposición y acumulación de factores de riesgo en un individuo o población incrementa la probabilidad de que se presente el resultado adverso, lo cual permite alcanzar la calificación de “alto riesgo” (Ezpeleta, 2005). La identificación y posterior evaluación de los factores de riesgo implicados en la conducta antisocial y delictiva, es la estrategia que intenta dirigir la investigación hacia el campo práctico de la prevención. Al hablar de factores de riesgo en las conductas antisociales, se hace referencia a aquellas características individuales o ambientales que aumentan la probabilidad de la aparición o mantenimiento de la conducta (Ezpeleta, 2005). Unas teorías se han centrado en el análisis de los diferentes factores de riesgo desde las diferencias individuales, mientras que otras han prestado mayor atención a variables externas del individuo, identificados también como factores de riesgo. En este sentido, cobra especial importancia la investigación psicológica, que ha de encaminarse hacia una adecuada delimitación de los factores que se asocian al desarrollo y mantenimiento del comportamiento antisocial. Su estudio ha permitido identificar, en muchos casos, perfiles y modelos de riesgo (Frías, López y Díaz, 2003; Justicia, Benítez, Pichardo, Fernández, García y Fernández, 2006), que orientan la focalización de programas y políticas preventivas en la población adolescente. En esta revisión bibliográfica se tienen en cuenta los tres grandes bloques de factores de riesgo que a su vez se subdividen en otros grupos relevantes, como lo son: factores ambientales/contextuales, factores familiares y factores individuales. Dentro del primer grupo aparecen los centros educativos, la elevada delincuencia escolar, el grupo de iguales, el contexto sociocultural y la pobreza. Dentro del segundo grupo se observan la criminalidad de los padres, el maltrato infantil, pautas educativas inadecuadas, la interacción padres e hijos, los conflictos maritales, la 23 criminalidad y la separación de los padres. En el tercer grupo aparecen variables psicológicas como las actitudes y creencias en torno a la ley (Abello, et. al, 2001). 2.1.1 Factores de riesgo ambientales contextuales Los centros educativos (privados o públicos) pueden ser origen del comportamiento antisocial del alumnado al que educan. Se señala que un ambiente escolar positivo permite relaciones prosociales entre estudiantes y profesores y entre los estudiantes (Webster-Stratton y Taylor, 2001). La escuela es el lugar donde los jóvenes aprenden, pero también es el escenario en donde se entrenan para las relaciones sociales por medio de la exposición a variadas normas, reglas y costumbres del contexto escolar (Angenent y Man, 1996). Es quizás el contexto más importante y con más influencia para el desarrollo social e individual de los adolescentes; allí se adquieren y se pueden mantener patrones de aprendizaje de diferentes comportamientos, entre ellos conductas antisociales y delictivas (Lotz y Lee, 1999). La inasistencia escolar es otro factor de riesgo asociado con el desarrollo de la conducta antisocial y delictiva. La inasistencia escolar contribuye a facilitar el paso a la delincuencia debido a que proporciona tiempo y oportunidades adicionales paraconductas inadecuadas, como por ejemplo la conducta antisocial (Farrington, 1992). En un estudio sobre la variable inasistencia escolar, Farrington (1989) mostró que aquellos jóvenes entre los 12 y los 14 años con mayor número de inasistencias en la escuela eran más propensos a desarrollar conductas antisociales y delictivas en una etapa adulta, así como a estar recluidos en centros de detención, que los jóvenes con asistencia continua a la escuela. Adicionalmente, el fracaso escolar se ha mostrado como una variable relevante en la explicación de la conducta antisocial y delictiva juvenil. La autopercepción referente al pobre desempeño académico puede influir directamente en los niveles de autoestima 24 del adolescente, a su vez, los bajos niveles de autoestima son factores que influyen en el desarrollo de conductas antisociales (Swain, 1991). Farrington (1989) observó que el 20% de los hombres adolescentes de 11 años con un bajo rendimiento académico en la escuela primaria fueron condenados por delitos violentos en una edad adulta, comparados con un 10% del grupo con rendimiento normal. Sin embargo, respecto a la relación entre conducta antisocial y fracaso escolar, no es claro si el riesgo se deriva de las bajas capacidades cognitivas (bajo CI) o del fracaso escolar (Rutter, Giller y Hagell, 2000). La elevada delincuencia y vandalismo en la escuela también se relacionan con el desarrollo de conductas antisociales y delictivas. Su relevancia está dada por el papel de los compañeros-pares (delincuentes o no) que funcionan como modelos para el aprendizaje de comportamientos, como la conducta antisocial y delictiva o el consumo de determinadas sustancias (Beland, 1996; Farrington, 1989). Al respecto, un estudio señala que los jóvenes delincuentes suelen tener amigos delincuentes, y que éstos influyen en la propia conducta del adolescente, incitando en algunas y modelando en otras (Farrington, 1992). En resumen, se señala que algunas dinámicas en los centros educativos como la inasistencia, el fracaso y el vandalismo escolar y las agresiones entre compañeros son factores asociados a conductas antisociales y delictivas en los jóvenes (Rutter et al., 2000). Sin embargo, es relevante destacar que las dinámicas e influencias escolares no siempre son negativas y a menudo permiten mejorar aprendizajes, habilidades y respuestas prosociales en los adolescentes (Beland, 1996). El contexto sociocultural en el que vive un adolescente influye en su comportamiento antisocial y delictivo. Por eso no es extraño observar que las personas con comportamientos delictivos habitan en contextos sociales desfavorecidos, deteriorados, desorganizados, con baja supervisión policial, con ventas de drogas ilegales y alcohol (Frías, López y Díaz, 2003). 25 2.1.2 Factores de riesgo familiares Los crímenes por parte de los padres son un factor de riesgo para las conductas antisociales en sus hijos. Farrington (1989; 1992), con una muestra de 201 hombres adolescentes, encontró una relación entre la detención del padre o la madre antes del décimo cumpleaños de sus hijos y el incremento de conductas antisociales y delictivas autoinformadas por parte de éstos. Esta investigación concluyó que el factor delincuencia por parte de padres como uno de los más potentes en el aumento del riesgo del comportamiento criminal en los hijos. En el maltrato infantil, Farrington (1992) encontró que los niños expuestos a diferentes tipos de maltratos podrían manifestar conductas problemáticas debido a que no adquirieron controles internos respecto a conductas socialmente desaprobadas. Farrington señala que: (a) el maltrato infantil provoca efectos a corto y largo plazo; (b) puede provocar una insensibilización hacia el dolor que aumente o favorezca las acciones antisociales y delincuenciales en el futuro; (c) puede desarrollar patrones de comportamientos impulsivos o disociativos para enfrentar situaciones problemáticas que pondrán lugar a estilos de solución de problemas inadecuados; (d) daña la autoestima y las habilidades cognitivas; (e) provoca cambios en la estructura familiar y (f) provoca el aislamiento de las víctimas e incrementa la dificultad de ésta para estar en contextos interpersonales (Justicia et ál. 2006). La exposición a violencia en la familia, favorece su manifestación en otros contextos como el escolar, en consecuencia dificultades en la interacción con otros. Por otro lado, se encuentran como factores asociados a la conducta antisocial y delictiva las pautas educativas inadecuadas y los padres coercitivos y manipulativos con sus hijos. Las falsas expectativas de los padres sobre la conducta esperada de los hijos, la vigilancia y supervisión inadecuada, el castigo aplicado en forma inconsistente y la disciplina excesiva, severa e inconsistente representan pautas inadecuadas de crianza, que están asociadas al abuso de sustancias psicoactivas y la delincuencia adolescente y adulta (Patterson, 1982). 26 Su importancia radica en que el comportamiento supervisado o no en casa, puede ser exportado y generalizado a otros contextos donde el joven interactúa. Si el niño/joven aprende respuestas hacia la autoridad, como los padres, mediante la agresión y la manipulación posiblemente tendrá dificultades para interactuar con figuras de autoridad en otros contextos como la escuela, la policía, el barrio, etc.; de esta manera, se formará un repertorio conductual y social de oposición, de enfrentamiento frente a figuras de autoridad, que pueden favorecer la aparición de la conducta antisocial y delictiva (Patterson, 1982). La interacción pobre entre padres-hijos y los conflictos maritales son considerados como factores de riesgo familiares para la conducta antisocial y delictiva (Armenta, Corral, López, Díaz y Peña, 2001). Se ha planteado que si en una familia la relación es cálida y afectuosa la probabilidad de aparición de la conducta problemática disminuye. El fuerte apego familiar ha sido considerado como un factor que protegería potencialmente a los hijos contra el desarrollo del comportamiento delictivo; sin embargo, no es conocido cómo ejerce su efecto protector este factor (Catalano y Hawkins, 1997). Por su lado, la exposición de los niños/jóvenes a episodios violentos en su familia, específicamente entre padre y madre podrían presentar conductas violentas en una edad adulta (Rutter, Giller y Hagell, 2000). En consenso, las investigaciones realizadas concluyen que la violencia observada en los padres es tan perjudicial para los menores como el recibir la violencia directamente. 2.1.3. Factores de riesgo individuales Diferentes investigaciones han encontrado factores relacionadas con mediadores biológicos, anormalidades neurofisiológicas, diferencias biológicas y evolutivas como asociados a la conducta antisocial y delictiva (Olweus,1980; Robins, 1981). Las actitudes sociales favorables a la conducta antisocial y delictiva constituyen uno de los factores señalados como antecedentes de la delincuencia juvenil. 27 Loeber y Hay (1997) en una revisión de literatura, observaron la relación entre las actitudes favorables a la violencia, agresiones menores y crímenes violentos en adolescentes y preadolescentes, encontrando que las actitudes favorables a la violencia precedían a la conducta delictiva de los menores. Determinados patrones de repuesta como la deshonestidad, las actitudes y creencias antisociales, actitudes favorables a la violencia y hostilidad contra la policía han sido relacionadas con la violencia futura en hombres jóvenes. Por el contrario, las normas y creencias personales podrían servir de control interno para no ejercer conductas contra la ley. Algunos estudios han mostrado que niños y jóvenes agresivos con problemas de conducta, presentan actitudes y creencias distorsionadas, por ejemplo, presentan un déficit en la atribución de sus comportamientos (atribuyen y culpan a otros de sus propias conductas), así como un déficit en la solución de problemas. Los datos sobre los factores de riesgo asociados a la manifestación de la conducta antisocial y delictiva que la investigación ha identificado permiten concluir que este comportamiento es un fenómeno complejo, multicausal, en cuya génesis y mantenimiento participan múltiples y diferentes variables que por sí mismas no explican de manera certera el comportamiento antisocial y delictivo. Es por ello que el estudio de los factores de riesgo pretende reconocer que la exposición a uno o diferentes factores de riesgo psicosocial, familiar, contextual, individual contribuyen de distinta manera a la manifestación de la conducta antisocial y delictiva. 3. Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia En el sitio web de la Secretaría de Bienenstar Social de la Presidencia se menciona que dicha entidad es un órgano administrativo gubernamental, dependiente del Organismo Ejecutivo que tiene a su cargo la formulación, coordinación y ejecución de las Políticas Públicas de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia, contribuyendo al bienestar familiar y comunitario. Impulsa a través de los programas el respeto y promoción de los derechos de la niñez y la adolescencia guatemalteca, llevando a cabo planes de acción derivados del marco jurídico establecido. 28 Es competencia de la Secretaría de Bienestar Social coordinar las acciones que desarrolla la Comisión Nacional de la Niñez y de la Adolescencia – CNNA -, así como impulsar y ejecutar todas las acciones que tiendan al bienestar social de la familia como base fundamental de la sociedad y de los grupos sociales más vulnerables sin discriminación alguna. Para el cumplimiento de su mandato y de sus funciones sustantivas, la Secretaría está organizada en tres Subsecretarías: Subsecretaría de Fortalecimiento, Apoyo Familiar y Comunitario. Subsecretaría de Protección, Abrigo y Rehabilitación Familiar. Subsecretaría de Reinserción y Resocialización de Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal. 3.1 Subsecretaría de reinserción y resocialización de adolescentes en conflicto con la ley penal Tiene como función principal llevar a cabo todas las acciones relativas al cumplimiento de las sanciones impuestas a los adolescentes transgresores de la Ley Penal, así como cumplir las funciones que emanan de la ley de Protección Integral a la Niñez y Adolescencia (Ley PINA) relativas a la responsabilidad penal de los adolescentes. La Subsecretaría de Reinserción y Resocialización de Jóvenes cuenta con dos programas: El programa de Privación de Libertad y El Programa de Medidas Socioeducativas; a continuación se describe cada uno de ellos. 3.1.2. Programa de privación de libertad El perfil de los adolescentes atendidos en los centros es el siguiente: Adolescentes de 13 a 18 años, que han cometido delitos. Se encuentran detenidos provisionalmente y cumpliendo una sanción de privación de libertad. Provenientes de todos los departamentos del País. 29 Algunos pertenecen a pandillas, algunos otros son reincidentes y otros que nopertenecen a ninguna pandilla. En Guatemala existen cuatro Centros especializados de internamiento: Centro Juvenil de Detención Provisional -CEJUDEP- (Gaviotas) Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones -CEJUPLIV- (Etapa II) Centro Juvenil de Privación de Libertad para Varones II –CEJUPLIV II- (Anexo) Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres –CEJUPLIM- (Gorriones) El centro juvenil de privación de liberta para mujeres (CEJUPLIM) así como los demás centros de detención y privación de libertad para varones cuentan con un equipo multidisciplinario conformados por profesionales de trabajo social, ciencias médicas, psicología, pedagogía y cuenta también con docentes encargados de impartir clases. Asimismo, reciben orientación psicológica, social y espiritual a través de sesiones individuales o grupales. En cuanto al tema de la seguridad, por ser centros en donde se encuentran adolescentes en conflicto con la ley, estos cuentan con un área de seguridad que se describe a continuación. La seguridad interna es competencia de un equipo de monitores. La seguridad perimetral, es proporcionada por elementos del Ejército de Guatemala. La Policía Nacional Civil, a través de DIPROSE tienen a su cargo el registro y control de visitas. Como medidas de seguridad e integridad física hacia los/las profesionales que laboran en estos centros, se toman las siguiente precauciones: su vestuario debe ser de colores neutros oscuros, utilizan una bata de cuerpo completo, no utilizan maquillaje ni peinados llamativos, no utilizan accesorios como aretes, anillos, ganchos metálicos o cualquier objeto punzo – cortante. En el área de comedor utilizan solamente cubiertos y vasos de material plástico. En los salones de clase, las sillas están incrustadas al suelo y los adolescentes 1permanecen esposados al mobiliario. 30 4. Situación nacional de mujeres que han delinquido Rafael (2013) publica en un artículo en el Diario Centroamérica, los reportes de la Policia Nacional Civil, que durante el 2012 se concretaron 3,516 capturas de mujeres de las cuales, doscientas cuarenta y cuatro eran menores de edad. Las estadísticas policiales desglosan cinco tipos de delitos que suman 1,720 detenciones. De estas, 904 (52.55%) se relacionan con delitos de alto impacto como robos, extorciones o asesinatos. El fenómeno de delincuencia que involucra a las mujeres, se evidencia especialmente en las pandillas, en las cuales niñas y madres dependen del dinero que proviene de actividades ilícitas. Con todo lo anterior se puede observar la situación actual a nivel nacional del tema criminalidad de adolescentes mujeres, evidenciándose la vulnerabilidad de este sector de la población, tomando en cuenta las diversas teorías psicológicas que buscan explicar el fenómeno de criminalidad. Además con lo expuesto se toman en cuenta los diferentes factores que pueden influir en la conducta delictiva en adolescentes mujeres. A continuación se presenta el planteamiento del tema a investigar. 31 II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA La violencia es en definitiva uno de los principales aspectos que influyen negativamente en el desarrollo de un país, y la lucha contra la criminalidad debe convertirse entonces en uno de los componentes principales de las estrategias de los diferentes agentes del desarrollo. Por tal motivo es necesario dar énfasis a estudios que aborden esta problemática, y así brindar respuestas y aportes, para generar políticas y programas de desarrollo que contribuyan con el combate a la violencia. Existen estudios sobre la delincuencia en diferentes grupos amplios de población, sin embargo, aún son pocos los que se han dedicado a estudiar las posibles causas o factores de riesgo de estas conductas en poblaciones específicas como lo son las mujeres adolescentes, a fin de encontrar características particulares dentro de este grupo estudiado. Es de gran importancia estudiar las causas por las que cada día más adolescentes se ven involucradas en la violencia y en actos delictivos para así poder brindar atención a las razones principales. En base a lo planteado anteriormente surge la siguiente interrogante: ¿Cuáles son los factores de riesgo psicosociales más frecuentes en adolescentes en conflicto con la ley internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM? 32 2.1 Objetivos 2.1. Objetivo General: Definir los factores psicosociales de riesgo ambientales, familiares e individuales más frecuentes en adolescentes en conflicto con la ley internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM. 2.2 Objetivos Específicos: 2.2.1 Determinar el factor de riesgo ambiental más frecuente. 2.2.2. Determinar el factor de riesgo familiar más frecuente. 2.2.4. Determinar el factor de riesgo individual más frecuente. 2.3 Variables Factores psicosociales de riesgo 2.4 Definición de Variables 2.4.1 Definición Conceptual Factores de Riesgo Psicosociales Los factores de riesgo pueden ser: causales o indicadores, observables o identificables aquellos que se dan antes de la ocurrencia del hecho que predicen. Al hablar de factores de riesgo en las conductas antisociales, se hace referencia a aquellas características individuales o ambientales que aumentan la probabilidad de la aparición o mantenimiento de la conducta (Ezpeleta, 2005). Abello et al. (2001) divide en tres grandes bloques a los factores de riesgo que a su vez se subdividen en otros grupos relevantes, como los cuales son: factores ambientales/contextuales, factores familiares y factores individuales. Dentro del primer grupo aparecen los centros educativos, la elevada delincuencia escolar, el grupo de iguales, el contexto sociocultural y la pobreza. Dentro del segundo grupo se observan la criminalidad de los padres, el maltrato infantil, pautas educativas inadecuadas, la interacción padres e hijos, los conflictos maritales, la criminalidad y la separación de los 33 padres. En el tercer grupo aparecen variables psicológicas como las actitudes y creencias en torno a la ley. 2.4.2. Definición Operacional Factores de Riesgo Psicosociales En esta investigación se entiende como factores psicosociales los siguientes: la desintegración familiar y maltrato infantil, como factores familiares. El contexto social, influencia de iguales y la pobreza, como factores ambientales. Las inclinaciones emocionales y relación de pareja como factores individuales. Para la presente investigación se entiende como conducta delictiva, las infracciones contra la ley cometidas por las adolescentes internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM-, quienes se encuentran cumpliendo sentencia, todo esto obtenido a través del cuestionario realizado para este estudio, denominado guía de factores psicosociales para adolescentes. 2.5 Alcances y Límites La presente investigación pretende dar a conocer los factores más frecuentes que presentan las adolescentes internas en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM comprendidas entre los 14 y 21 años que se encuentran cumpliendo una condena, provenientes de diferentes contextos, social, económico, cultural y educacional. Los resultados aplican solo a las adolescentes en conflicto con la ley penal. Los resultados obtenidos son solo un acercamiento a la realidad que viven muchas adolescentes en la sociedad guatemalteca actualmente, se esperan que sean más los investigadores que se interesen en profundizar en el tema y así brindar más aportes al conocimiento de esta situación. 34 2.6 Aportes El estudio pretende ser una herramienta que aporte para identificar los factores psicosociales que se relacionan significativamente con la conducta delictiva de las adolescentes y de esta manera, poder brindar la atención preventiva a esos factores en las poblaciones en riesgo para evitar que más adolescentes se vean en conflicto con la ley. Para la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia de la República, que es la responsable de la reinserción y resocialización de los adolescentes en conflicto con la ley penal; este estudio es de utilidad ya que con base a los resultados, se puedan implementar programas de atención psicológica dirigida a las adolescentes. También se pretende despertar interés en los diferentes sectores sociales para que brinden atención y tratamiento a este sector de la población que se encuentra marginado. 35 III. METODO 3.1 Sujetos Los sujetos de estudio de la presente investigación fueron una muestra no probabilística por cuota que corresponden al total de internas que actualmente se encuentran cumpliendo una sanción en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres CEJUPLIM. El perfil de los casos en dicho centro es el siguiente: Adolescentes que han cometido delitos y están cumpliendo una sanción de privación de libertad, las edades y lugares de procedencia, se presentan en los siguientes cuadros: Edad 14 15 16 17 18 19 21 Total No. Adolescentes 1 5 6 5 10 4 1 32 Zona o Sector donde vivía Huehuetenango Zacapa Villa Nueva San José Pinula Zona 2 Zona 5 Zona 7 Zona 12 Zona 13 Zona 18 Zona 19 Zona 24 Total 36 % 3.13 15.62 18.75 15.62 31.25 12.5 3.13 100 Cantidad % 3 1 3 2 1 2 1 4 2 10 2 1 32 9.38 3.12 9.38 6.25 3.12 6.25 3.12 12.5 6.25 31.26 6.25 3.12 100 El centro cuenta con equipos multidisciplinarios conformados por profesionales de trabajo social, ciencias médicas, psicología, pedagogía y cuenta también con docentes encargados de impartir clases, se encuentra ubicado en carretera a San Juan Sacatepéquez. 3.2 Instrumentos El instrumento que se utilizó para la recolección de datos, fue la “Guía de Factores Psicosociales para Adolescentes” que se elaboró para este estudio y consta de 41 ítems que miden factores ambientales-cotextuales los cuales indagaron sobre aspectos demográficos y el contexto social midiendo la percepción de las adolescentes acerca de los alrededores en donde vivían, en cuanto al factor económico contiene ítems que miden el nivel socioeconómico. Así mismo, el instrumento, mide los factores familiares a través de ítems que evalúan las relaciones familiares y maltrato infantil. Y por último para medir los factores individuales, la última serie consta de ítems que midieron las actitudes, así como creencias y relaciones. El instrumento consta de una escala de respuesta que mide la frecuencia de cada situación, se aplicó de manera grupal, por un período de aproximadamente 25 minutos, la corrección del mismo se hace tomando en cuenta los ítems que se respondieron de manera positiva sumando su total y para su interpretación se comparan los totales de los ítems positivos contra los ítems que respondieron negativamente. El instrumento fue validado por tres expertos profesionales en el área de investigación cuantitativa. (ver anexos). 3.4 Procedimiento Para la realización de la investigación se procedió de la siguiente forma: Se concibió la idea del tema para el desarrollo del estudio. Se verifico la existencia de investigaciones previas sobre el tema. Se realizó una investigación bibliográfica sobre el tema. 37 Se determinó la metodología y el tipo de investigación a realizar. Se aprobó el anteproyecto en la facultad. Se presentó la solicitud al Sub-Secretario de Reinserción Social de la Secretaría de Bienestar para la autorización de realizar el estudio. Se validó la Guía a través de la técnica de expertaje, consultando a expertos del tema. Se realizó una reunión con el director de los centros penitenciarios para programar y coordinar el día de aplicación del instrumento. Se aplicó el instrumento de manera colectiva a las sujetos. Se analizó la información obtenida. Se elaboró el informe final. 3.4 Tipo de Investigación, Diseño y Metodología La presente investigación es cuantitativa no experimental transversal de tipo descriptiva, según Hernández, Fernández y Baptista (2010) la cual aborda aspectos de índole psicosocial, que pretende producir datos, desde las experiencias de las personas y la metodología utilizada fue la estadística. Según los autores, el objetivo de la investigación descriptiva consiste en llegar a conocer las situaciones, costumbres y actitudes predominantes a través de la descripción exacta de las actividades, objetos, procesos y personas. Su meta no se limita a la recolección de datos, la meta de los estudios descriptivos consiste en describir fenómenos, situaciones, contextos y eventos, a través de la descripción y análisis de personas, grupos, comunidades, objetos, procesos o fenómenos. La metodología estadística que se utilizó es la estadística descriptiva con frecuencias y porcentajes, además de la medida de tendencia central (media) y la desviación estándar. Todo con el apoyo de Excel versión 2010 y el programa estadístico SPSS (Paquete estadístico para las ciencias sociales) versión 20.0 para Windows. 38 IV. PRESENTACION Y ANALISIS DE RESULTADOS A continuación se presentan los resultados del estudio realizado a las adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley que se encuentran cumpliendo sanción en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres-CEJUPLIM el cual se realizó con treinta y dos adolescentes que son la población participante en el estudio. Los datos se agrupan de acuerdo a los factores tomados en cuenta para este estudio. Tabla 4.1. Descriptivos factores ambientales /contextuales No . 1 2 3 4 5 6 Nunca 1 Algunas veces 2 Muchas veces 3 Siempre 4 Hay pandillas en los alrededores de mi casa 15 46.9% 7 21.9% 4 12.5% 6 18.8% Observé un crimen en el sector donde vivía 12 37.5% 15 46.9 3 9.4% 2 6.3% Observé ventas de drogas en el sector donde vivía 14 43.8% 3 9.4% 5 15.6% 10 31.3% Estudié en una escuela o colegio antes de ingresar aquí 2 6.3% - 1 3.1% 29 90.6% 22 68.8% 5 15.6% 2 6.3% 3 9.4% Sacaba buenas calificaciones 21 65.6% 4 12.5% 5 15.6% 7 21.9% 3 9.4% 6 18.8% 3 9.4% 15 46.9% Pertenecí a una pandilla anteriormente 12 37.5% 6 18.8% 7 21.9% 7 21.9% Pertenezco a una pandilla actualmente 21 65.6% 4 12.5% 2 6.3% 5 15.6% El sueldo de mis padres era suficiente para cubrir los gastos de mi casa En mi casa se comía tres veces al día 3 9.4% 6 18.2% 5 15.6% 18 56.3% 4 12.5% 1 3.1% 1 3.1% 26 81.3% 21 65.6% 3 9.4% 4 12.5% 4 12.5% Pregunta Me suspendieron de la escuela o colegio Me expulsaron de la escuela o colegio 7 8 9 10 11 12 Tenía que aportar económicamente para los gastos de mi casa. 39 2.03 (1.17) 1.84 (.87) 2.28 (1.39) 3.78 (.75) 1.56 (.98) 1.41 (.94) 3.00 (1.10) 2.13 (1.3) 1.56 (1.19) 3.06 (1.26) 3.41 (1.36) 1.56 (1.16) Tabla 4.1.1 Descriptivos factores ambientales /contextuales comparados No . 1 2 3 4 5 6 Nunca 1 Algunas veces 2 Muchas veces 3 Siempre 4 TOTAL A.V. M.V. SIEMPRE los 15 46.9% 7 21.9% 4 12.5% 6 18.8% 17 53.1% Observé un crimen en el sector donde vivía 12 37.5% 15 46.9 3 9.4% 2 6.3% 20 62.6% Observé ventas de drogas en el sector donde vivía 14 43.8% 3 9.4% 5 15.6% 10 31.3% 16 56.2% Estudié en una escuela o colegio antes de ingresar aquí 2 6.3% - 1 3.1% 29 90.6% 30 93.7% 22 68.8% 5 15.6% 2 6.3% 3 9.4% 10 31.2% Sacaba buenas calificaciones 21 65.6% 4 12.5% 5 15.6% 7 21.9% 3 9.4% 6 18.8% 3 9.4% 15 46.9% 11 34.3% 28 87.5% Pertenecí a una pandilla anteriormente 12 37.5% 6 18.8% 7 21.9% 7 21.9% 20 62.5% Pertenezco a una pandilla actualmente 21 65.6% 4 12.5% 2 6.3% 5 15.6% 11 34.3% El sueldo de mis padres era suficiente para cubrir los gastos de mi casa En mi casa se comía tres veces al día 3 9.4% 6 18.2% 5 15.6% 18 56.3% 29 90.5% 4 12.5% 1 3.1% 1 3.1% 26 81.3% 30 87.5% 21 65.6% 3 9.4% 4 12.5% 4 12.5% 11 34.4% Pregunta Hay pandillas en alrededores de mi casa Me suspendieron escuela o colegio de la Me expulsaron de la escuela o colegio 7 8 9 10 11 12 Tenía que aportar económicamente para los gastos de mi casa. 2.03 (1.17) 1.84 (.87) 2.28 (1.39) 3.78 (.75) 1.56 (.98) 1.41 (.94) 3.00 (1.10) 2.13 (1.3) 1.56 (1.19) 3.06 (1.26) 3.41 (1.36) 1.56 (1.16) De acuerdo a los resultados presentados en la tabla 4.1 En relación a los factores ambientales, la variable del ambiente del barrio en el que vivían, muestra que el 53.1% manifestó presencia de pandillas en los alrededores de su casa, mientras que el 56.2% observó ventas de drogas en el sector donde vivía, sin embargo el 37.5% manifestó nunca haber observado un crimen en el sector. 40 En cuanto a la variable educación, el 93.7% de las adolescentes afirmaron haber estudiado en una escuela o colegio anteriormente, de las cuales el 46.9% mencionó obtener buenas notas siempre y sólo el 34.3% manifestó haber sido expulsada de la escuela alguna o muchas veces. Otro de los factores ambientales/contextuales importantes muestran que el 62.5% de la población afirmó haber pertenecido o haber estado involucrada en pandillas anteriormente, de las cuales, el 34.4% manifiesta pertenecer actualmente a una pandilla. En relación a la variable económica, solamente el 9.4% mencionó que el sueldo de los padres no era suficiente para cubrir los gastos, y sólo el 12.5% de las entrevistadas mencionó que siempre tenían que aportar económicamente para los gastos de su casa. Tabla 4.2. Descriptivos factores familiares Algunas veces 2 Muchas veces 3 Siempre 4 No . 13 Mi mamá vivía conmigo 3 9.4% 4 12.5% 2 6.3% 23 71.9% 14 Mi papá vivía conmigo 11 34.4% 6 18.8% 1 3.1% 14 43.8% 19 59.4% 4 12.5% 26 81.3% 2 6.3% 1 3.1% 3 9.4% 25 78.1% 3 9.4% 5 15.6% 4 12.5% 1 3.1% 3 9.4% 1 3.1% 22 68.8% 24 75% 4 12.5% 2 6.3% 2 6.3% 15 16 17 *19 20 Pregunta Nunca 1 Tengo padrastro Tengo madrastra Recibí maltrato/abuso por parte de mis padres En mi familia se llevan bien y son cariñosos En mi familia se llevan mal y son agresivos 41 1 3.1% 8 25.0% 3.31 (1.2) 2.47 (1.43) 1.78 (1.36) 1.34 (.97) 1.31 (.69) 3.38 (1.04) 1.19 (.64) 21 22 23 En mi familia son indiferentes, nadie se mete con nadie Mis padres se peleaban a golpes 20 62.5% 6 18.8% - 27 84.4% 2 6.3% 3 9.4% - 1 3.1% 1 3.1% 1 3.1% Mi papá consume drogas 29 90.6% 24 25 26 Mi mamá consume drogas Mi papá ha estado preso Mi mamá ha estado presa 6 18.8% 1 3.1% - - 31 96.9% 25 78.1% 4 12.5% 2 6.3% 1 3.1% 29 90.6% 1 3.1% 1 3.1% 1 3.1% 1.75 (1.16) 1.25 (.62) 1.13 (.66) .97 (.17) 1.25 (.71) .97 (.30) *Pregunta 18 de Tabla 4.2 18)Tipo de Maltrato o Abuso recibido: 18.1) Golpes 10 31.3% 18.2) Insultos 5 15.62% 18.3) Abuso Sexual 5 15.62% 18.4) Nada 12 37.5% Tabla 4.2.1. Descriptivos factores familiares Comparativo Nunca 1 Algunas veces 2 Muchas veces 3 Siempre 4 No . 13 Mi mamá vivía conmigo 3 9.4% 4 12.5% 2 6.3% 23 71.9% Total A.V. M.V. Siempre 29 90.6% 14 Mi papá vivía conmigo 11 34.4% 6 18.8% 1 3.1% 14 43.8% 21 65.6% 19 59.4% 4 12.5% 1 3.1% 8 25.0% 13 40.6% 26 81.3% 2 6.3% 1 3.1% 3 9.4% 6 18.8% 15 16 Pregunta 3.31 (1.2) 2.47 (1.43) Tengo padrastro Tengo madrastra 42 1.78 (1.36) 1.34 (.97) 17 19 20 21 22 23 24 25 26 Recibí maltrato/abuso por parte de mis padres En mi familia se llevan bien y son cariñosos En mi familia se llevan mal y son agresivos En mi familia son indiferentes, nadie se mete con nadie Mis padres se peleaban a golpes Mi papá drogas consume Mi mamá drogas consume Mi papá preso 25 78.1% 3 9.4% 5 15.6% 4 12.5% 1 3.1% 3 9.4% 1 3.1% 22 68.8% 7 21.9% 29 90.6% 24 75% 20 62.5% 4 12.5% 6 18.8% 2 6.3% - 2 6.3% 6 18.8% 8 25% 12 37.5% 27 84.4% 2 6.3% 3 9.4% - 5 15.6% 1 3.1% 1 3.1% 1 3.1% 3 9.3% 1.25 (.62) 1.13 (.66) .97 (.17) 29 90.7% ha estado Mi mamá ha estado presa 1 3.1% - - 31 96.9% 25 78.1% 1 3.1% 4 12.5% 2 6.3% 1 3.1% 7 21.9% 29 90.7% 1 3.1% 1 3.1% 1 3.1% 3 9.3% 1.31 (.69) 3.38 (1.04) 1.19 (.64) 1.75 (1.16) 1.25 (.71) .97 (.30) En relación a los factores familiares, la variable de desintegración familiar muestra que el 9.4% de las sujetos nunca vivieron con su progenitora, mientras que el 53.2% mencionó que nunca o algunas veces vivieron con el padre. El 25% respondieron haber tenido padrastro mientras que el 18.8% mencionaron tener o haber tenido madrastra. En la escala de relaciones familiares la variable de maltrato indica que el 21.9% recibieron alguna o muchas veces algún tipo de maltrato por parte de los progenitores. Y el 90.6% manifiesta que por lo general las relaciones familiares son cálidas, un 37.5% mencionó que siempre hay un ambiente de indiferencia en la familia y el 15.6% respondió que hay agresividad en el hogar. 43 En la escala de consumo de drogas por parte de los padres, el 9.3% mencionó que el papá consumía drogas mientras que el 3.1% mencionó que la mamá alguna vez consumió drogas. La variable de criminalidad de los padres, se observa que el 21.9% de los padres de los sujetos estuvieron en prisión. Mientras que el 90.7% mencionó que la mamá nunca ha estado en prisión. Tabla 4.3. Descriptivos factores individuales Nunca 1 Algunas veces 2 Muchas veces 3 Siempre 4 No. Pregunta 27 Cuando no sigo reglas en casa, o escuela, me siento culpable 8 25.0% 8 25.0% 4 12.5% Trato de obtener las cosas que quiero como sea 14 43.8% 11 34.4% 3 9.4% Pienso trabajar en el futuro 2 6.3% 1 3.1% 15 46.9% 8 25.0% 4 12.5% 5 15.6% 11 34.4% 12 37.5% 3 9.4% 6 18.8% 2 6..3% 4 12.5% 3 9.4% 23 71.9% 28 29 30 31 32 He consumido drogas He consumido alcohol He tenido novio 1 3.1% 12 37.5% 4 12.5% 28 87.5% 2.50 (1.36) 1.59 (1.04) 3.72 (.81) 1.97 (1.12) 2.13 (1.10) 3.47 (.95) 33 Mi novio me influyó a cometer delitos 24 75% 2 6.3% 2 6.3% 4 12.5% 1.50 (1.10) 34 Mi novio pertenece a una pandilla 17 53.1% 4 12.5% 2 6.3% 9 28.1% 1.91 (1.46) 26 81.3% 4 12.5% 1 3.1% 1 3.1% 1.16 (.51) 35 Estuve en hogares/orfanatos de pequeña 44 Tabla 4.3.1. Descriptivos factores individuales comparativos No . 27 28 29 30 31 32 Nunca 1 Algunas veces 2 Muchas veces 3 Siempre 4 Cuando no sigo reglas en casa, o escuela, me siento culpable 8 25.0% 8 25.0% 4 12.5% 12 37.5% Total A.V. M.V. Siempre 24 75% Trato de obtener las cosas que quiero como sea 14 43.8% 11 34.4% 3 9.4% 4 12.5% 18 56.2% Pienso trabajar en el futuro 2 6.3% 1 3.1% 1 3.1% 28 87.5% 30 93.7% 15 46.9% 8 25.0% 4 12.5% 5 15.6% 22 53.1% 11 34.4% 12 37.5% 3 9.4% 6 18.8% 21 65.7% 2 6.3% 4 12.5% 3 9.4% 23 71.9% 30 93.7% 24 75% 2 6.3% 2 6.3% 4 12.5% 4 25.1% 1.50 (1.10) 17 53.1% 4 12.5% 2 6.3% 9 28.1% 15 46.9% 1.91 (1.46) 26 81.3% 4 12.5% 1 3.1% 1 3.1% 6 18.7% 1.16 (.51) Pregunta He consumido drogas He consumido alcohol He tenido novio 33 Mi novio me cometer delitos 34 Mi novio pertenece a una pandilla influyó a 35 Estuve en hogares/orfanatos de pequeña 2.50 (1.36) 1.59 (1.04) 3.72 (.81) 1.97 (1.12) 2.13 (1.10) 3.47 (.95) Entre los factores individuales, las actitudes y creencias más frecuentes fueron: Desean trabajar en el futuro (93.7%) sentirse culpables cuando no sigue reglas (75%) trata de obtener lo que quiere como sea (56.2%). En cuanto al consumo de alcohol el 65.7% manifestó consumir alcohol. Con relación a si el novio pertenece o ha pertenecido a una pandilla el 46.9% afirmaron que sí ya sea algunas veces, muchas veces o siempre. Así mismo, el 75% afirmó que sus novios nunca les influyeron a cometer delitos. 45 Tabla 4.4. Descriptivos Emociones No. Nunca 1 Algunas veces 2 Muchas veces 3 Siempre 4 Pregunta 36 Me siento triste 4 12.5% 18 56.3% 3 9.4% 7 21.9% 2.16 (.51) 37 Me siento feliz 3 9.4% 11 34.4% 11 34.4% 7 21.9% 2.69 (1.05) 38 Me siento sola 11 34.4% 14 43.8% 3 9.4% 4 12.5% 1.75 (.95) 39 Siento mucho miedo 17 53.1% 13 40.6% 1 3.1% 1 3.1% 1.44 (.61) 40 Me siento culpable 11 34.4% 9 28.1% 5 15.6% 7 21.9% 2.06 (1.26) 41 Me siento plena 10 31.3% 2.31 (1.33) 3.22 (1.21) 7 21.9% 11 34.4% 42 Me siento motivada para vivir 43 Me siento frustrada 4 12.5% 3 9.4% 5 15.6% 3 9.4% 21 65.6% 18 56.3% 9 28.1% 2 6.3% 3 9.4% 1.59 (,97) Tabla 4.4.1 Descriptivos Emociones Comparativos No. Nunca 1 Algunas veces 2 Muchas veces 3 Siempre 4 Total A.V. M. V. Siempre Pregunta 36 Me siento triste 4 12.5% 18 56.3% 3 9.4% 7 21.9% 28 87.6% 2.16 (.51) 37 Me siento feliz 3 9.4% 11 34.4% 11 34.4% 7 21.9% 29 90.7% 2.69 (1.05) 38 Me siento sola 11 34.4% 14 43.8% 3 9.4% 4 12.5% 21 65.6% 1.75 (.95) 39 Siento mucho miedo 17 53.1% 13 40.6% 1 3.1% 1 3.1% 15 46.8% 1.44 (.61) 40 Me siento culpable 11 34.4% 9 28.1% 5 15.6% 7 21.9% 21 65.6% 2.06 (1.26) 46 41 Me siento plena 11 34.4% 7 21.9% 4 12.5% 10 31.3% 21 65.7% 2.31 (1.33) 42 Me siento motivada para vivir 3 9.4% 5 15.6% 3 9.4% 21 65.6% 29 90.6% 3.22 (1.21) 43 Me siento frustrada 18 56.3% 9 28.1% 2 6.3% 3 9.4% 14 43.7% 1.59 (,97) La tabla 4.4.1 presenta los resultados comparativos de las emociones que predominan en los sujetos, en relación a la emoción, tristeza, el 87.6% respondió tener esta emoción alguna, muchas veces o siempre, por otra parte el 90.7% respondió sentirse alegre algunas, muchas veces o siempre. En cuanto a sentimientos de soledad el 65.6% respondió tener esta emoción, sin embargo, la emoción de miedo solamente el 46.8% afirmó tener alguna, muchas veces o siempre esta emoción. Y en cuanto a la motivación para vivir, el 90.6% dijo sentirse motivada. 47 V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS El análisis de los datos permite identificar qué factores de riesgo individuales, contextuales, escolares y familiares, agrupados, a su vez, en los niveles del modelo ecológico en el que se desarrollan los adolescentes se pueden asociar con la generación del comportamiento antisocial y delictivo. Concretamente, factores de riesgo que conforman el ecosistema en donde se desarrolla la adolescente, como el ambiente del sector donde viven, las ventas de drogas, y la presencia de pandillas, son las variables ambientales que más han reportado las adolescentes. Esto coincide con lo mencionado por Farrington (1992) quien afirma que el contexto sociocultural en el que vive un adolescente influye en su comportamiento social y delictivo. Estos contextos sociales son desfavorecidos, deteriorados y desorganizados. Las estadísticas muestran que el 31.26% de las adolescentes vivían en la zona 18, además que otro número menor lo hacía en sectores marginales y con índice de criminalidad. De igual manera el 62.6% de las internas observo algún crimen en el sector donde vivía, Los resultados mostraron que el 62.6% de las adolescentes en algún momento pertenecieron o tuvieron contacto con pandillas mientras que el 34.4% afirmó pertenecer actualmente a una de ellas, esto concuerda con lo dicho por Cruz, (2007) en el tema “Factores asociados a las pandillas juveniles en Centroamérica” quién explica algunos factores dentro de un modelo ecológico; entre ellos destacan los procesos de exclusión social, cultura de violencia, crecimiento urbano, rápido y desordenado, migración; comunitario: desorganización comunitaria, presencia de drogas; relacional, amistades o compañías miembros de pandillas y dinámica de violencia. Por lo que el contacto y el involucramiento en estas estructuras criminales propician el comportamiento delictivo en las adolescentes reclusas. Coincidiendo además con la pregunta en la que 46.9% de las adolescentes afirmó que su pareja también pertenecía o tenía contacto con pandillas. 48 Por otra parte Beland (1996) y Farrington (1989) muestran la importancia de la socialización en un centro educativo, pues señalan que la elevada delincuencia y vandalismo en la escuela también se relaciona con el desarrollo de conductas antisociales y delictivas. Su relevancia está dada por el papel de los compañeros-pares (delincuentes o no), que funcionan como modelos para el aprendizaje de comportamientos, como la conducta antisocial y delictiva o el consumo de determinadas substancias. Esta información es relevante porque el 93.7% de las adolescentes encuestadas asistieron en algún momento a un centro educativo, ya sea un centro público o una entidad privada, lo cual pudo haber contribuido con el aprendizaje en patrones de conducta negativas, delictivas o bien, en el consumo de alcohol o algún tipo de droga. Esto a su vez también se refleja en el 65.7% de las internas que afirmaron haber consumido bebidas alcohólicas, sumándole el 53.1% que afirmaron haber consumido algún tipo de droga. Claramente como lo afirman los estudios realizados por Equipo de Reflexión, (2004) en los que explican que el fenómeno de las pandillas se desarrolló fundamentalmente en las áreas más empobrecidas de las grandes urbes, sin embargo, esto no significa necesariamente la vinculación de pobreza con el fenómeno de las pandillas, pues se reconoce que su origen es multifactorial, coincidiendo de esta manera con las estadísticas en las que el 90.6% de las adolescentes afirmaron que el sueldo de sus padres era suficiente para cubrir los gastos, y sólo el 12.5% de las encuestadas dijeron tener que aportar siempre para los gastos de la casa. Por lo que, el resto de la población no tenía necesidad de trabajar o brindar un aporte económico a la familia, y aún así se vieron involucradas en hechos delictivos, no siendo la pobreza el factor motivante para actuar de determinada manera. Dentro de los factores de riesgo familiar, Farrington (1989; 1992) realizó un estudio con una muestra de 201 hombres adolescentes, encontrando una relación entre la detención del padre o la madre antes del décimo cumpleaños de sus hijos y el incremento de conductas antisociales y delictivas autoinformadas por parte de este, 49 concluyendo que el factor delincuencia por parte de padres es uno de los más potentes en el aumento de riesgo del comportamiento delictivo en los hijos. Pero el presente estudio obtuvo los siguientes datos, el 90.6% respondió que la mamá nunca ha estado presa, y el 78.1% afirmó que el padre nunca estuvo preso, estos datos representan que sólo un grupo reducido de padres de las adolescentes fueron recluidos en algún centro de privación de libertad, por lo que de todos los factores de riesgo que inciden en la conducta delictiva, este factor no fue relevante para la población encuestada. De igual manera, Farrington (1992) encontró que los niños expuestos a diferentes tipos de maltrato podrían manifestar conductas problemáticas debido a que no adquirieron controles internos respecto a conductas socialmente desaprobadas. Sin embargo solamente el 21.8% de las adolescentes encuestadas manifestó haber recibido algún tipo de abuso físico, verbal o sexual. Posiblemente este factor es poco influyente en las conductas delictivas de las mismas. En relación a factores familiares, la interacción pobre entre padres-hijos y los conflictos maritales son considerados como factores de riesgo familiares para la conducta antisocial y delictiva Armenta, Corral, López, Díaz & Peña (2001) A pesar de ello, menos de la mitad de la población afirmó que tenían una relación indiferente o agresiva con sus padres y únicamente el 15.6% afirmaron que los padres discutían a golpes, estos datos no coinciden con lo afirmado por los autores antes mencionados, sin embargo, un hallazgo interesante es que el 56.3% de las sujetos, afirmó que no vivían con el papá, factor que Catalano y Hawkins (1997) mencionan afirmando que el fuerte apego familiar es considerado como un factor que protegería potencialmente a los hijos contra el desarrollo del comportamiento delictivo, por lo tanto, una figura paterna débil o ausente podría ser un factor relevante que podría incidir en las conductas delictivas de adolescentes. Al igual que Reyes (1991) expone, que la ausencia de los progenitores es el más frecuente y grave trastorno en la estabilidad familiar y que el orden de las relaciones entre sus miembros se altera y los vínculos entre padre o madre e hijos comienza a perderse. 50 Con respecto a los factores de riesgo individuales, la mayoría de las adolescentes manifestó sentimientos de culpa a no seguir reglas, pero también el 56.2% afirmó tratar de obtener las cosas que quieren a través de cualquier medio, estos factores coinciden con lo señalado por Loeber y Hay (1997) quienes mencionan que es necesario tener en cuenta las creencias y las actitudes de los adolescentes en torno a la ley, debido que, las actitudes sociales favorables a la agresión, violencia y delincuencia constituyen uno de los factores antecedentes de la delincuencia juvenil. Leberge (2000) buscando explicaciones del porqué las mujeres caen en conductas delictivas expone la teoría del complemento, la cual sostiene que la mujer busca en el hombre su complemento, que el hombre sea su conductor, esto le relega al papel de cómplice o ayudante, más que autora del delito. Posiblemente, esta teoría también serviría para explicar que algunas mujeres cometan el delito para ayudar a sus parejas o presionadas por estas para ayudarlas, sin embargo en los datos obtenidos el 75% afirmó que la pareja no influyó en ella para cometer delitos, lo que podría asociarse a otros factores de riesgo a los que las adolescentes fueron expuestas para generar comportamientos antisociales y delictivos. Y por último como información adicional la emoción que predomina en las adolescentes según los datos obtenidos fue la tristeza, ya que el 87.5% de las adolescentes respondió sentirse triste alguna o muchas veces o siempre. Confirmando así lo expuesto por Flores (2003) quién afirma que la privación de libertad es altamente negativa para todos los adolescentes, de conformidad con estudios criminológicos la privación de libertad causa entre otras consecuencias: deterioro psicológico, rompimiento en las relaciones familiares y sociales, pérdida del estatus económico propiciando ante todo la pérdida del empleo, el sometimiento al sujeto a un proceso de prisionización, que implica asumir los valores y conductas imperantes dentro del centro de detención, como también un proceso indeleble de estigmatización, que provoca el rechazo social al momento en que la persona recupera su libertad, perdiendo así el objetivo principal que es la reinserción. 51 VI. CONCLUSIONES En respuesta a la pregunta de investigación, se puede concluir que entre los factores que predominan en las adolescentes en conflicto con la ley que se encuentran cumpliendo sanción en el Centro Juvenil de Privación de Libertad para Mujeres, fue el factor ambiental. El factor ambiental más frecuente dentro de las adolescentes fue la integración o pertenencia a las pandillas. Dentro de los factores de riesgo familiar, el factor con más frecuencia fue la desintegración familiar, siendo la figura paterna la más ausente. Entre los factores de riesgo individuales se evidenció que la mayoría de las adolescentes consumían bebidas alcohólicas o drogas. Las inclinaciones emocionales negativas que predominan en las adolescentes son la tristeza y soledad, y las emociones positivas que afirmó la mayoría sentir son alegría y se sienten motivadas para vivir. 52 VI. RECOMENDACIONES Se recomienda al Estado ejecutar políticas públicas a favor de la niñez, que fomenten integración social y la prevención del involucramiento de jóvenes a pandillas, a través de programas culturales, educativos y recreativos. Se recomienda la creación de programas en el sistema educativo para impartir Escuelas para Padres en los que fomenten la integración familiar, valores, cultura de paz y relaciones afectivas para fortalecer a las familias. Se recomienda a la Secretaría de Bienestar Social crear programas que favorezcan la estabilidad emocional de las adolescentes en conflicto con la Ley Penal, dentro del centro. Se recomienda al Ministerio de Educación fortalecer y priorizar la enseñanza en valores dentro de los centros educativos públicos y privados en todos los niveles escolares. Se recomienda continuar las investigaciones a estas poblaciones para crear estrategias y medidas para la prevención, atención y reinserción de las Adolescentes en Conflicto con la Ley. Se recomienda al Centro Juvenil de Privación de Libertad para mujeres en base a los factores más frecuentes crear programas de atención psicológica y emocional para fortalecer el desarrollo integral de las internas y evitar que reincidan en actividades delictivas. 53 VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Abello, R., Amar, J., Botto, A., Carrillo, R., Castro, Y., y Linares, E. (2001). Efectos de la violencia política sobre las emociones de ira, miedo y ansiedad en niños colombianos de 11 y 12 años. Avances en Psicología Clínica Latinoamericana, 19, 67-82. Abrahán, M. (1996). Urban enclaves: Identity and place in America. Nueva York: St. Martin´s Press adolescents. Manuscrito no publicado. Department of Psychiatry, Washington. Acero, R., Escobar, F., y Castellanos, G. (2007) Factores de riesgo para violencia y homicidio juvenil. Revista Colombiana de Psiquiatría. 01, 78-97. Aguilar, A. (2011). 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Factores ambientales/contextuales (items del 1 a 12) 2. Factores familiares (ítems 13 a 26) 3. Factores individuales (ítems 27 a 35) 4. Emociones predominantes (ítems 36 a 43). ADMINISTRACIÓN: De forma colectiva. APLICACIÓN: No existe un tiempo establecido de aplicación, pero se estima entre 20 y 25 min. 62 “GUIA DE FACTORES PSICOSOCIALES PARA ADOLESCENTES” Religión: Edad: Zona donde vivía: Marca con una X Encuesta No.: Provisional Cumpliendo sanción (1) (2) Marca con una x en la celda que más te represente. Recuerda responder cada uno de los enunciados. FACTORES AMBIENTALES/CONTEXTUALES NUNCA ALGUNAS VECES MUCHAS VECES SIEMPRE (1) (2) (3) (4) 1) Hay pandillas en los alrededores de mi casa 2) Observé un crimen en el sector donde vivía. 3) Observé ventas de drogas en el sector donde vivía. 4) Estudié en una escuela o colegio antes de ingresar aquí 5) 6) 7) 8) 9) Me suspendieron de la escuela o colegio Me expulsaron de la escuela o colegio Sacaba buenas calificaciones Pertenecí a una pandilla anteriormente Pertenezco a una pandilla actualmente 10) El sueldo de mis padres era suficiente para cubrir los gastos de mi casa 11) En mi casa se comía tres veces al día 12) Tenía que aportar económicamente para los gastos de mi casa. NUNCA FACTORES FAMILIARES 13) Mi mamá vivía conmigo 14) Mi papá vivía conmigo 15) Tengo padrastro 16) Tengo madrastra 17) Recibí maltrato y abuso por parte de mis padres 18) Cómo: 18.1 golpes ( ) 18.2 insultos ( ) 19) En mi familia se llevan bien y son cariñosos 20) En mi familia se llevan mal y son agresivos. ALGUNAS VECES 18.3 abuso sexual ( MUCHAS VECES ) SIEMPRE 18.3 Nada ( 21) En mi familia son indiferentes, nadie se mete con nadie 22) Mis padres se peleaban a golpes 23) Mi papá consume drogas 24) Mi mamá consume drogas 25) Mi papá ha estado preso 26) Mi mamá ha estado presa NUNCA FACTORES INDIVIDUALES 27) Cuando no sigo reglas en casa, o escuela, me siento culpable 28) Trato de obtener las cosas que quiero como sea 63 ALGUNAS VECES MUCHAS VECES SIEMPRE ) 29) Pienso trabajar en el futuro 30) He consumido drogas 31) He consumido alcohol 32) He tenido novio 33) Mi novio me influyó a cometer delitos 34) Mi novio pertenece a una pandilla 35) Estuve en hogares/orfanatos de pequeña EMOCIONES NUNCA ALGUNAS VECES 36) Me siento triste 37) Me siento feliz 38) Me siento sola 39) Siento mucho miedo 40) Me siento culpable 41) Me siento plena 42) Me siento motivada para vivir 43) Me siento frustrada 64 MUCHAS VECES SIEMPRE