INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO POR EL QUE SE REFORMA LA LEY DE LA COMISIÓN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS. El suscrito, GERARDO MONTENEGRO IBARRA, Senador de la LXI Legislatura del H. Congreso de la Unión, ejerciendo la facultad consagrada en el artículo 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como por los artículos 164 y 169 del Reglamento del Senado de la República, someto a la consideración de esta H. Asamblea la siguiente Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se reforma la Ley de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, con base en la siguiente: EXPOSICIÓN DE MOTIVOS El pasado 10 de junio del presente año 2011, se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional más importante de los últimos 25 años en materia de derechos humanos. De esta forma, la protección a las prerrogativas inherentes a dicha reforma, responde a una necesidad imperante de los gobiernos de los Estados para reconocer los derechos irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables que tiene todo ser humano, independientemente de sus condiciones de origen o adquiridas. Así, su protección se concibe como el conjunto de prerrogativas inherentes a la naturaleza de las personas, cuya realización efectiva resulta indispensable para el desarrollo integral del individuo que vive en una sociedad jurídicamente organizada. Sin embargo, de nada servirían las declaraciones de los derechos humanos si no tuviesen como correlato los procesos y procedimientos, es decir, las garantías procesales constitucionales, para resarcirlos en caso de ser violados. Así, por ejemplo, en la actualidad ese conjunto de garantías procesales tiene una importancia excepcional en el amplio campo de diversas áreas conocidas doctrinalmente como Derecho Procesal Constitucional, justicia constitucional, jurisdicción constitucional o defensa de la Constitución, que ciertamente no son sinónimo pero que persiguen una misma finalidad: asegurar la plena vigencia de la Constitución y de los derechos humanos[1]. Dentro de ese amplio campo de procesos y procedimientos, específicamente en el de la protección constitucional no judicial, se encuentra la figura del ombudsman, organismo cuyo titular es un funcionario público de alto nivel, quien actúa con independencia, pero es responsable ante el poder legislativo; recibe quejas en contra de autoridades y funcionarios, las investiga y emite recomendaciones, y, periódicamente, rinde cuentas sobre el cumplimiento de éstas. Pero, sin demérito de lo anterior, cabe afirmar que la idea de la defensa de los derechos humanos es una obra en constante perfeccionamiento, razón por la cual requiere de su actualización. En tal virtud, esta Iniciativa con proyecto de Decreto que se somete a la consideración de esta Soberanía, responde a la imperiosa necesidad de perfeccionar los mecanismos de defensa constitucional de los derechos humanos en México, al permitir otorgarle nuevas facultades al Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos en beneficio de la propia institución responsable de velar por la salvaguarda de los derechos humanos en nuestro país. Con absoluta seguridad podemos considerar que uno de los principales objetivos del Consejo Consultivo de la CNDH, debe ser trabajar en el análisis, la revisión, el seguimiento y la evaluación de los planes y los programas de la propia Comisión. Por ello, debe ser un verdadero Consejo asesor de su Presidente y privilegiar el trabajo colegiado; buscando consensos y tomando decisiones mediante la argumentación de sus aportaciones. Como bien sabemos, en los Consejos existe pluralidad de opiniones y respeto a las sugerencias de todos y cada uno de sus integrantes, de tal suerte que en aras de mejorar las acciones de la CNDH, se requiere de la aportación decidida y responsable de las ideas y propuestas de los miembros de éste cuerpo colegiado, así como revisar el trabajo de los funcionarios de todos los niveles, ya que tienen autonomía académica y profesional e independencia. Es conveniente recordar que la figura del Ombudsman, inspirada en el modelo escandinavo, se adaptó a la realidad de nuestro país al momento de su creación, creándose para tal efecto el Consejo Consultivo, único en su género por aquellos años, con el principal objetivo de contribuir a paliar la desconfianza de la sociedad hacia cualquier órgano creado por el Poder Ejecutivo, a través del respaldo de personalidades nacionales de prestigio y credibilidad dentro de una especie de órgano legislativo al interior de la Comisión, para discutir y aprobar los aspectos más trascendentales de la misma, y haciendo las veces de su contralor. Así las cosas, como es fácil de intuir, tanto las causas como los orígenes del Consejo Consultivo acusan un exacerbado sentimiento de respeto y defensa de los derechos humanos por parte del Constituyente Permanente, pues fue capaz de atisbar la profunda necesidad de contar con un órgano ciudadano que fuera responsable y comprometido con su labor. Sin embargo, la dinámica institucional ha demostrado que esa encomiable previsión ha sido superada en la actualidad, por lo que resulta urgente una adecuación legal en aras de garantizar una mayor protección de los derechos humanos en nuestro país. El sano desempeño de las labores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos no puede depender de un catálogo restrictivo de facultades consagradas en su favor. Por ello, se propone revalorizar al Consejo Consultivo de éste órgano autónomo, a través del otorgamiento de novedosas e importantes facultades en beneficio de los propios derechos humanos en nuestro país. Es por ello que a través de la presente se propone la modificación del artículo19 de la Ley de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a fin de otorgar mayores facultades al Consejo Consultivo del ombudsman nacional, las cuales serían del tenor literal siguiente: Sugerir al Presidente, la implementación y seguimiento de planes y programas para la promoción y difusión de los Derechos Humanos, pudiendo analizar, revisar y evaluar el alcance de sus acciones; Opinar y consultar sobre la operación y funcionamiento de la Comisión, así como también sobre las quejas que reciba y las recomendaciones que emita; Opinar y consultar sobre la elaboración y ejecución de los programas preventivos en materia de derechos humanos a que se refiere el artículo 6º fracción XI de esta Ley, y Solicitar información a los servidores públicos de la Comisión. De conformidad con lo anteriormente expuesto, se propone la discusión y en su caso, aprobación del siguiente: PROYECTO DE DECRETO ÚNICO.- Se reforman las fracciones V y VI y se adicionan las diversas VII, VIII, IX y X del artículo 19 Ley de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para quedar como sigue: Artículo 19. El Consejo Consultivo de la Comisión Nacional tendrá las siguientes facultades: I.- (…) a IV.- (…) V.- Solicitar al Presidente de la Comisión Nacional información adicional sobre los asuntos que se encuentren en trámite o haya resuelto la Comisión Nacional; VI.- Conocer el informe del Presidente de la Comisión Nacional respecto al ejercicio presupuestal; VII.- Sugerir al Presidente, la implementación y seguimiento de planes y programas para la promoción y difusión de los Derechos Humanos, pudiendo analizar, revisar y evaluar el alcance de sus acciones; VIII.- Opinar y consultar sobre la operación y funcionamiento de la Comisión, así como también sobre las quejas que reciba y las recomendaciones que emita; IX.- Opinar y consultar sobre la elaboración y ejecución de los programas preventivos en materia de derechos humanos a que se refiere el artículo 6º fracción XI de esta Ley, y X.- Solicitar información a los servidores públicos de la Comisión. ARTÍCULOS TRANSITORIOS ÚNICO.- El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. A t e n t a m e n t e, SEN. GERARDO MONTENEGRO IBARRA Salón de Sesiones del Senado de la República, a 15 de Diciembre de 2011. [1] Carpizo, Jorge, “El sistema nacional no-jurisdiccional de defensa de los derechos humanos en México: algunas preocupaciones”, en Isotimia, No. 2, México, Porrúa, 2009, p. 29.