lectura para convivencia (22539)

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TIPOLOGÍA DE CONFLICTOS ESCOLARES
Hasta ahora no existe un acuerdo en los estudios relativos al manejo
de conflictos, para el uso de los distintos términos, ya que coexisten
definiciones diversas para denominar los mismos fenómenos, en
función del origen disciplinario del investigador. Por ejemplo,
desde el campo de la psicología y de la criminología se suele utilizar
el término el término comportamiento antisocial, mientras que en
pedagogía es más habitual usar el término problemas de disciplina o
de convivencia.
Es necesario realizar una reflexión previa a la presentación de los
principales tipos de conflictos que podemos encontrar en las
instituciones educativas con el propósito de sentar bases para un
diálogo proactivo.
El conflicto es una tensión que surge cuando aspiraciones, metas,
valores, opiniones, intenciones, etc. de dos o más personas o
grupos, se contraponen o excluyen entre sí.
El conflicto, aunque nos haga sufrir, es algo natural que no
necesariamente desemboca en una respuesta violenta, en muchas
ocasiones éstos se resuelven pacíficamente sin que aparezca la
violencia. Cuando los conflictos se expresan a través de la violencia
es necesario establecer mecanismos para reconducirlos y
transformarlos desde una óptica de paz y justicia.
Siguiendo la definición del Seminario de Educación para la Paz
(1994), la violencia se entiende como:
(…) una actitud o comportamiento que constituye una violación o
un arrebato al ser humano de algo que le es esencial como persona
(integridad física, psíquica o moral, derechos, libertades), la
violencia puede ser visible o invisible, puede proceder de personas o
instituciones y puede realizarse activa o pasivamente. Además de la
violencia directa, existe otra violencia estructural, de la que tal voz,
es más difícil tomar consciencia pero que es más cotidiana en
nuestra sociedad.
En cualquiera de los casos, la violencia escolar será aquella que
afecta a la comunidad educativa y que tiene lugar en contextos
educativos. Y por supuesto, desde un punto de vista educativo y
moral es claramente reprobable en todas sus manifestaciones,
exigiéndose a la escuela construir un discurso propio para hacer
frente a la misma
Los principales fenómenos a los que nos vamos a referir cuando
utilicemos el término conflictos de convivencia son:
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Violencia general, psicológica, física y estructural. La
violencia psicológica puede expresarse en conductas como:
faltas de respeto, maltrato, exclusión, motes, intimidación,
maltrato permanente entre iguales. Mientras que la
violencia física a las personas se manifiesta como agresiones
o peleas, la violencia física contra uno puede observarse en
laceraciones o cutting, entre otras cosas. Podemos añadir la
violencia estructural que el propio sistema escolar ocasiona
a las personas que habitan en ella y, de modo más
específico, la que una deficiente organización del centro y
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del currículo que se ofrece puede ocasionar a las personas
que conviven en la escuela, ya que se puede estar
favoreciendo un proceso de exclusión.
Disrupción en las aulas. Es un conglomerado de conductas
inapropiadas que se producen en el aula y que impiden el
normal desarrollo de la actividad educativa (boicot, ruido
permanente, interrupciones, etc) Representa un problema
ya que implica una enorme pérdida de tiempo, se interpreta
como falta de disciplina y produce mayor índice de fracaso
escolar, individual y grupal, y finalmente, distancia
emocionalmente a los alumnos y profesores, dificultando las
relaciones interpersonales en el aula.
Vandalismo. Supone un acto de violencia física contra el
centro y sus instalaciones.
Problemas de disciplina. Implica la trasgresión de normas
de convivencia del aula o del centro y suelen provocar
conflictos
interpersonales
(daños
a
materiales,
incumplimiento de horarios, consumo de tabaco o de otras
sustancias, indumentaria inadecuada y otros aspectos
recogidos en los reglamentos escolares)
Bullying o acoso escolar. Hace mención a un maltrato
reiterado y permanente dirigido a un compañero que es
incapaz de defenderse, o que cuando lo hace no logra
eficacia. Supone un comportamiento reiterativo que puede
realizarse oculto a la visión de los adultos del centro,
normalmente practicado en grupo (intimidación directa o
indirecta a través de internet o de teléfonos móviles,
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exclusión social, poner motes, vejaciones, esconder cosas,
deteriorar propiedades de las personas, etc.)
Acoso y abuso sexual. Supone un atentado dirigido a la
dignidad y libertad sexual de las personas. Puede ser
considerado una manifestación de comportamiento
antisocial oculto y sobre la que los datos son todavía escasos
y heterogéneos. El abuso sexual infantil se refiere a
contactos e interacciones entre un niño y un adulto cuando
el adulto (agresor) usa al niño para estimularse sexualmente
el mismo, al niño o a otra persona. El abuso sexual puede
ser también cometido por una persona menor de edad
cuando el agresor está en una posición de poder o control
sobre el otro.
Absentismo y deserción escolar. No ejercer las tareas como
estudiante o como profesor.
Fraude-corrupción. Supone un conglomerado de conductas
relativas a la trasgresión de los comportamientos
socialmente reconocidos y aceptados en la vida escolar
(copiar, plagio, tráfico de influencias, etc.)
Problemas de seguridad en el centro escolar. Hace mención
a una situación en la que el clima escolar se caracteriza por
la percepción general de miedo a sufrir daños de diverso
tipo. Estos daños pueden ser ocasionados por conductas de
cualquier miembro de la comunidad educativa, o incluso
fuera de ella, como es el caso de las bandas que pueden
estar conectadas a alumnos del centro. Algunos de los
comportamientos a los que se alude pueden ser delictivos o
criminales, y pueden exigir la intervención de agentes
policiales o judiciales (robos, asaltos con armas, secuestros,
etc)
Estos conflictos de convivencia no son todos igualmente visibles,
siendo percibidos de distinto modo según quienes sean los
diferentes protagonistas en cada caso. Mientras que a los
profesores, por su carácter cotidiano les preocupa y les afecta
de manera especial la disrupción y la indisciplina, a los padres, a
las autoridades y a la opinión pública les preocupan mucho los
episodios –supuestamente aislados- de violencia física (sobre
todo de alumno a profesor) y de vandalismo; los alumnos por su
parte, probablemente estén más preocupados y sin duda más
afectados por el bullying, la extorsión o el acoso sexual.
No es apropiado entender estos fenómenos como
compartimentos estancos ya que existe una conexión entre
ellos, ni tampoco pensar en respuestas aisladas y parciales.
Cada vez más, se exige un planteamiento coordinado de todos
los miembros de la comunidad educativa en consonancia con un
compromiso ciudadano que ha de producirse en el contexto
social donde se sitúa la escuela, tratando de favorecer planes de
intervención donde estén implicados padres, profesores y
alumnos, así como personal no docente y recursos e
instituciones del entorno social cercano (trabajadores sociales,
servicios y autoridades municipales, programas sociales, etc).
En la base de todas estas situaciones se produce un choque, una
confrontación entre las trayectorias de vida de las personas y de
los grupos, con sus deseos, aspiraciones y objetivos propios.
Aunque es probable que se haya elegido un esquema de
actuación perverso y violento, para afrontar los conflictos, la
intención educativa es proponer líneas de actuación más
saludables y cívicas, tales como la negociación, la mediación, o
la intervención.
Negociar es una actividad en la cual dos o más partes,
mutuamente dependientes, desde posiciones diferentes y con
intereses en parte conflictivos y en parte comunes, tratan de
llegar a un acuerdo favorable.
La mediación es una forma de resolver conflictos entre dos o
más personas, con la ayuda de una tercera persona imparcial, el
mediador.
La mediación puede resolver conflictos relacionados con la
transgresión de las normas de convivencia, amistades que se
han deteriorado, situaciones que desagraden o parezcan
injustas, malos tratos o cualquier tipo de problemas entre
miembros de la comunidad educativa.
Los mediadores pueden ser alumnos, profesores, padres. No son
jueces ni árbitros, no imponen soluciones ni opinan sobre quién
tiene la verdad, lo que buscan es satisfacer las necesidades de
las partes en disputa, regulando el proceso de comunicación y
conduciéndolo por medio de unos sencillos pasos en los que, si
las partes colaboran, es posible llegar a una solución en la que
todos ganen o, al menos, queden satisfechos.
La mediación es VOLUNTARIA, es CONFIDENCIAL, y está basada
en el DIÁLOGO.
La intervención educativa es la acción intencional para la realización
de acciones que conducen al logro del desarrollo integral del
educando.
Tiene carácter teleológico, es decir: Existe un sujeto agente
(educando-educador), un lenguaje propositivo (se realiza una acción
para lograr algo), se actúa en orden a lograr
un acontecimiento futuro (la meta) y los acontecimientos se
vinculan intencionalmente.
La intervención educativa se realiza mediante procesos de
autoeducación y heteroeducación, ya sean estos formales, no
formales o informales, respetando siempre la condición de agente
en el educando. La acción (cambio de estado que un sujeto hace que
acaezca) del educador debe dar lugar a una acción del educando
(que no tiene que ser intencionalmente educativa) y no sólo a un
acontecimiento (cambios de estado que acaecen a un sujeto en una
ocasión).
La intervención pedagógica es la acción intencional que
desarrollamos en la tarea educativa en orden a realizar con, por y
para el educando los fines y medios que se justifican con
fundamento en el conocimiento de la educación y del
funcionamiento del sistema educativo (Touriñán, 1987a).
La intencionalidad reside en la conducta; y ver una conducta como
intencional es comprenderla como un conjunto de actuaciones
implicadas, por lo que el propio agente cree, en la consecución de
algo (Wright, 1979).
El proceso de intervención pedagógica podría esquematizarse del
siguiente modo:
“A” (agente educador) hace “X” (lo que el conocimiento de la
educación explica y justifica) para conseguir el resultado “R” (que
“B” –agente educando- efectúe las conductas “Y” -explicitadas en la
intervención pedagógica de “A”- y alcance el objetivo “Z” -destreza,
hábito, actitud o conocimiento educativo. (Touriñán, 2010a).
Intervención educativa e intervención pedagógica no se identifican
necesariamente, aunque en toda intervención educativa haya un
componente de intervención pedagógica.
Bibliografía y fuentes de consulta
Grudman, Gesa y Joachim, Stal. (2014). Como la sal en la sopa,
Manual didáctico, disponible en:
file:///C:/Users/malena/Desktop/como_la_sal_en_la_sopa_3-2.pdf
Torrego, Juan Carlos (coord), (2007), Modelo integrado de mejora
de la convivencia. Estrategias de mediación y tratamiento de
conflictos. Edit Grao – Colofón. México. Págs. 18-23
Touriñán López, José Manuel, Intervención Educativa, Intervención
Pedagógica y Educación: La Mirada Pedagógica, (2014) disponible
en:
file:///C:/Users/malena/Desktop/intervenci%C3%B3n%20pedag%C3
%B3gica.pdf
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