INMUEBLES QUE SON “MONUMENTO HISTÓRICO” LA MEMORIA Y LOS BENEFICIOS FISCALES Además del orgullo de vivir o trabajar en un edificio de valor testimonial, los propietarios de inmuebles declarados monumento histórico gozan de interesantes beneficios fiscales. E n todas las ciudades del mundo, hay edificios que son ámbitos de la memoria colectiva y testimonio de la evolución de la sociedad. Su preservación fortalece la cultura comunitaria y supone gastos e inversiones que justifican los beneficios que se otorgan a sus propietarios. La tendencia a valorizar y poner en uso este patrimonio crece día a día. Acontecimientos y personajes notables Por Ley Nº 14.040, de 1971, en Uruguay fue creada la Comisión del Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Nación. La misma ley regula la declaración de un edificio como “monumento histórico”, disponiendo que podrán ser declarados tales los inmuebles “vinculados a acontecimientos relevantes, a la evolución histórica nacional, a personajes notables de la vida del país o a lo que sea representativo de la cultura de una época nacional”. La declaración de monumento histórico es realizada por el Poder Ejecutivo, a propuesta de la Comisión de Patrimonio. Una de cal y una de arena La declaración de un inmueble como monumento histórico seguramente es motivo de orgullo para su dueño. Pero a su vez implica una protección estatal del inmueble, que pone a cargo del titular obligaciones de conservación y mantenimiento. Entre las obligaciones impuestas por la ley al titular de un edificio declarado monumento histórico se encuentra la prohibición de realizar cualquier modificación arquitectónica que altere las líneas, el carácter o la finalidad del edificio y la obligación de proveer a la conservación del inmueble y efectuar las reparaciones necesarias para ese fin. El no cumplimiento de las obligaciones a su cargo lo puede hacer pasible de multas y, en casos extremos, el Estado puede llegar a expropiar el inmueble. No son activos ni “absorben” pasivos Como contrapartida, los propietarios de un inmueble declarado monumento histórico obtienen beneficios fiscales: están exonerados del Impuesto de Primaria y se encuentran excluidos de la liquidación del Impuesto al Patrimonio (una reciente sentencia del Tribunal de lo Contencioso Administrativo confirma que no solo no deben considerarse dentro del activo gravado por el impuesto, sino que tampoco “absorben” pasivos). Además, pueden obtener exoneraciones totales o parciales de la contribución inmobiliaria en caso de realizar tareas de conservación o mantenimiento. A lo anterior se suma que, en caso de restauración o reciclaje, es posible acceder a exoneraciones de todos los tributos aplicables (incluido el IVA) sobre la importación de los materiales necesarios para las obras y a un crédito fiscal por el IVA incluido en la adquisición de estos materiales en plaza. Fue con este régimen, por ejemplo, que el Teatro Solís, que reabrió sus puertas el 25 de agosto de 2004, ahorró alrededor de US$ 1 millón del total de US$ 14 millones que costó la obra. Combinar pasado y futuro Las empresas que han apostado a recuperar la memoria adquiriendo como sede un monumento histórico, no tienen por qué quedar atadas al pasado. Es posible combinar los beneficios fiscales asociados a la restauración de estos edificios con el régimen Isabel Laventure ilaventure@ferrere.com general de proyectos de inversión, que implica la concesión de beneficios vinculados, por ejemplo, a la utilización de tecnologías más limpias y desarrollo sustentable. Un prestigioso y conveniente museo de vanguardia. n En el mundo… En España, la Ley de Patrimonio Histórico Español fija deberes a cargo de los titulares de los bienes de dicho patrimonio, a la vez que otorga beneficios fiscales para asistirlos en su cumplimiento. Estos beneficios se complementan con la normativa de los distintos impuestos del sistema fiscal español. Así, se fijan exenciones en el hecho imponible del Impuesto sobre Patrimonio e Impuesto sobre Bienes Inmuebles, deducciones de la cuota íntegra en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas e Impuesto sobre Sociedades y reducciones de la base imponible en Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. La crisis, sin embargo, no perdona ni a la historia y en los últimos meses esta asistencia estatal está siendo objeto de revisión. En México, la ley contempla la exención del impuesto predial a quienes ocupen monumentos históricos o artísticos sin fines comerciales. También está prevista la deducción del 10% del impuesto sobre la renta para quienes inviertan en la restauración de estos edificios. Cruzando la frontera, los estadounidenses que inscriben a sus propiedades en el Registro Nacional de Lugares Históricos reciben ayuda para conservarlas, que se traduce en subvenciones y créditos fiscales. Argentina, por su parte, directamente exonera de toda carga impositiva a los inmuebles comprendidos en la lista elaborada por la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos.