38 C O N S U M O Escritura PÚBLICA Escritura PÚBLICA • • 39 La telebasura El suculento pastel de la publicidad condiciona las actuaciones de todas las cadenas. A percepción que tiene la población sobre la televisión pública o privada cae en picado, especialmente a causa de la llamada telebasura que mete en un mismo saco los programas de cotilleo, los reality shows o la crónica negra. Los datos están ahí. Según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) el 56 por ciento de los encuestados considera "vulgar y de mal gusto" la programación de las cadenas. Unos adjetivos que tan sólo un 4,7 por ciento dedica a la radio. L Tan sólo un 25 por ciento de la población reconoce ver programas rosas. Sin embargo las ganancias en publicidad por esas emisiones son cuantiosas ELISA SILIÓ UNQUE no todas las cifras le son contrarias a la pequeña pantalla. A la ciudadanía, según este informe, le resulta más informativa la tele (31,1%) que la prensa o la radio. Además, más amena (61,4%), influyente (74,4%), comprensible (65,8), interesante (40%), completa (36,3%), útil (34,2%) y objetiva (23,6%). La radio tan sólo gana en credibilidad (27,9%) y la prensa en nada. Las conclusiones que se extraen de la encuesta pueden inducir a error. Tan sólo el 25 por ciento de los preguntados reconocen ver programas rosas con frecuencia cuando las ganancias en publicidad por esas emisiones son muy cuantiosas. Un ejemplo claro es Canal 7, de José Frade. La emisora se quedó con los derechos de “Tómbola”, el buque insignia de los programas de corazón, tras su supresión de Telemadrid en 2001 y enseguida vio cómo su audiencia se multiplicaba por diez durante su emisión. Dicen algunos expertos que el fenómeno de telebasura tuvo su carta de naturaleza en las televisiones A españolas a raíz del seguimiento del hallazgo de los cadáveres de las niñas de Alcàsser en enero de 1993. Pero el hecho es que las televisiones públicas se han internado en la batalla por la audiencia a toda costa, batalla que iniciaron las televisiones privadas a finales de 1989, con escaso éxito en un principio. Desde entonces el suculento pastel de la publicidad condiciona las actuaciones de todas las cadenas. Más si cabe cuando los anunciantes saben que al 38,2% de los espectadores le influye bastante o mucho la publicidad de la televisión, frente al 21,8% de la radio y el 20,5% en los periódicos. DEBATE POLÍTICO Y SOCIAL ¿Mentimos en las encuestas? AS cuentas no cuadran cuando se pregunta a la gente por las horas diarias que dedican a ver la televisión. Según los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (SIC) la mayoría de los encuestados (un 38%) aseguran que pasan entre una y dos horas al día, de lunes a viernes, delante de la pantalla. Pero según los datos de las audiencias analizados por Corporación Multimedia cada espectador está una media de 235 minutos diarios frente al receptor, y el 49,7% lo hace más de cuatro horas. L Tradicionalmente lo partidos políticos, de uno u otro color, no se han preocupado de los contendidos de las televisiones estatales, aunque éstas deben ser concebidas como un servicio público. Pero ahora, que la telebasura es objeto de debate, es extensa la creencia de que es necesario crear un Consejo Audiovisual que ejerza un control sobre los contenidos. Así opinan el 90,4% del medio centenar de expertos a los que la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión (ATV) preguntó por encargo de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Coinciden en los objetivos primordiales: trabajar en la protección de menores, combatir la telebasura, controlar la publicidad y salvaguardar el pluralismo, la independencia y la veracidad. Además los expertos piensan que esta entidad debería configurarse como una autoridad independiente (82%). Seis de cada diez estima que el Consejo tiene que contar con poder sancionador y la misma proporción considera que debe ser el Parlamento quien nombre y otorgue autoridad a sus consejeros, con un mandato de cuatro o cinco años y que no coincida con el periodo legislativo. El Ejecutivo ha tomado buena nota y se propone crear este Consejo con miembros elegidos por el Parlamento entre profesionales de reconocido prestigio por mayoría reforzada y por periodos superiores a los de la legislatura, respetando también las competencias de los órganos creados en algunas comunidades autónomas. ADICIÓN INFANTIL Resulta aún más alarmante la adicción a la tele de los más pequeños. Según el Observatorio Europeo de Televisión Infantil (OETI) los niños españoles pasan 990 horas anuales frente a la televisión, más de las que pasan en la escuela. Eso significa que muchas de las horas ven programas para adultos. Casi 700.0000 ven la televisión diariamente en el prime time (tras el telediario nocturno), lo que convierte a ésta en la franja horaria con más audiencia infantil. Además, más de 150.000 niños ven la televisión en el denominado late night, a partir de las doce de la noche, según datos de Corporación Multimedia. Las cifras, referidas a 2003, revelan que el 5,1% de la audiencia del prime time y el 2,7% de los espectadores de medianoche son niños de cuatro a 12 años. Y es que la caja tonta es lo que más les gusta al llegar del colegio al 92% de los pequeños, por delante de jugar (86,3%), merendar (85,2%) y hacer los deberes (79,2%). Los datos, que revalidan los suministrados por los audímetros, proceden de un estudio sobre audiencias infantiles realizado por la profesora de la Universidad Complutense de Madrid Carmen Marta Lazo. Sus programas preferidos tienen poco que Los expertos, los directores de las cadenas y los políticos saben bien que los contenidos de la televisión están sometidos al dictado de la publicidad 40 Ver la televisión es lo que más les gusta al llegar del colegio al 92% de los pequeños, por delante de jugar (86,3%), merendar (85,2%) y hacer los deberes (79,2%). Ahora que la telebasura es objeto de debate es extensa la creencia de que es necesario crear un Consejo Audiovisual que ejerza un control sobre los contenidos ver con contenidos especialmente dirigidos al público infantil. Estas ofertas escasean en la mayoría de las cadenas públicas y son ignoradas por las privadas. Ellos se decantan por formatos de dibujos animados aparentemente infantiles (Shin-Chan o Los Simpson) y que no lo son, y por series donde intervienen grupos de personas con afinidades de parentesco (“Cuéntame cómo pasó” o “Ana y los 7”). Desde el pasado año, TVE intenta solventar las carencias de su parrilla. Por eso nacieron “Los Lunnis”, unos muñecos que mandan con éxito a los niños a la cama. "Los padres se van a sentir cómodos y tranquilos dejando a sus hijos solos delante del televisor", se felicitó Juan Menor, su director, en la presentación del programa. La cadena pública estudia ahora hacer asimismo la realización de tres series animadas sobre la Constitución, la historia de España y los peligros de la droga. La exposición de los niños a programas inadecuados es tal que los políticos hablan de ponerle cotas. Pedro Núñez Morgades, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, pide aprovechar las capacidades formativas de la televisión creando un Consejo Audiovisual y fomentando en ella valores como el diálogo. En otras comunidades el organismo ya funciona. El Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC), por ejemplo, es una autoridad independiente que intenta poner orden en el enrevesado sector de la radio y la televisión. Su lucha pasa por el control las 24 horas del día La televisión de calidad, bajo mínimos A considerada televisión de calidad atrae a muy pocos. En el libro “Una televisión para la educación. La utopía posible”, Agustín García Matilla, profesor de la Universidad Carlos III, desgrana el minúsculo seguimiento. Así, por ejemplo programas de corte cultural como “Al habla” obtiene una media de 350.000 espectadores, “Redes” ronda los 120.000 y el espacio cinematográfico “Qué grande es el cine” gira en torno a 660.000. Las cifras son incluso más pequeñas si están relacionadas con los libros. “Negro sobre blanco”, presentado por Fernando Sánchez Dragó, reclutó la temporada pasada como media algo más de 200.000 espectadores (3,9%). “La aventura del saber”, puesto en marcha en 1992 en TVE es, según García Matilla, el prototipo de televisión cultural y educativa. L de las emisiones de una docena de cadenas. Y su principal objetivo es erradicar del horario protegido (de 6.00 a 22.00) los avances y fragmentos de programas que puedan perjudicar a los menores. En opinión de su presidente, Francesc Codina, el modelo francés, con competencias incluso para nombrar a los directivos de la televisión y para conceder licencias, es el modelo a seguir. En Navarra también han metido mano al problema con la firma de un protocolo, suscrito por emisoras de radio y cadenas de televisión que emiten en esa comunidad autónoma, sobre los contenidos destinados al público infantil y juvenil. Este código apela a la autorregulación de los medios de comunicación y es una respuesta a su preocupación por la incidencia que la radio y la televisión tiene sobre los menores, en relación a la violencia, la discriminación, la intolerancia, el consumo de sustancias perjudiciales, el sexo, el lenguaje y la imitación de comportamientos que pueden ser peligrosos para su desarrollo físico, mental o moral. Los expertos, los directores de las cadenas y los políticos saben bien que los contenidos de la televisión están contaminados y sometidos al dictado de la publicidad. Falta por ver si al fin deciden terminar con la telebasura. Mientras tanto, sus productores se escudan diciendo que son las cadenas quienes imponen sus criterios, sus intereses, sus filias y sus fobias, incumpliendo toda legislación. Y todo, dicen, porque lo único que les interesa es controlar la información política. ■ C O N S U M O • Escritura PÚBLICA Escritura PÚBLICA • 41 Fernando González Urbaneja medio y su potencia. Hacer televisión no es fácil, conseguir la atención de millones de personas, menos. Lo vulgar no es necesariamente lo más atendido; si lo fuera sería muy sencillo producir y programar. El concepto telebasura esconde más de lo que enseña, detrás de él hay bastante incompetencia y no poca impotencia para O políticamente correcto analizar lo que hay delante. es poner a caldo a los de Producir para audiencias masivas las televisiones, denigrar su requiere talento y muchas veces sobrepatrabajo como basura (telesar la barrera de la vulgaridad. Pero ante basura) y proclamarse la televisión el entendimiento no está amante del telediario de la siempre ni abierto ni alerta, la tele entre2 (que es sucedáneo de un tiene, acompaña, asombra, refuerza opiinformativo), de los docuniones o lo contrario y pone en evidencia mentales y de la lectura. La a quien aparece. Los de dentro se conirrupción en el tinglado del vierten en víctimas del artefacto y del espectáculo del sensacionaespectáculo, incluso se creen lo que no es. lismo del corazón y sus amaños y en la Felizmente la televisión de hoy, y más programación de la televisión de la llaaun la de mañana, cuando se imponga la mada telerealidad (vidas y andanzas anóera digital, es todo menos homogénea. Su nimas convertidas en públicas por la teledestino natural es la fragmentación y la visión) fecunda los argumentos de los pluralidad. Lo normal en pocos años es críticos de la televisión y de los medios que la mayor audiencia no sobrepase el de masas. Nada nuevo, 25% y que la media se antes decían lo mismo quede en el 15%, lo cual [..] de aquellas telenovelas quiere decir una oferta que nadie reconocía abundante y variada. El concepto telebasura ver o de la perpetua Ese último concepto me presencia de goles y parece el más interesante: pinchadiscos. Y siemla pluralidad. Ahora los esconde más de lo que pre con la misma programadores tienden a música de fondo: la hacer lo mismo para minienseña, detrás de él hay televisión idiotiza. mizar los riesgos. Si No comparto la tesis: triunfa la telerealidad, la televisión es masiva bastante incompetencia y no más de lo mismo y si lo e influyente, pero no hacen las series otro tanto como muchos tanto. Una televisión poca impotencia para dicen. La televisión es pública ordenada y volcaun artefacto poderoso da a una gestión coherenanalizar lo que hay delante porque es intensivo en te contribuirá activamentodo, en audiencia, en te a ese necesario viaje a emociones, en recurla variedad que requiere [..] sos... el homo videns no una programación que es entelequia, es un respete al público y multidato real. Pero el personal no es ni tan plique la oferta. tonto ni tan influenciable como algunos pretenden. No pocas veces la crítica a la Fernando González Urbaneja es periodista. televisión esconde el asombro ante el fg.urbaneja@wanadoo.es Telebasura, un concepto confuso L