Filosofía de la religión El fenómeno religioso La religión es un hecho evidente. Se trate de pueblos primitivos o de pueblos modernos, de culturas rudimentarias o de culturas tecnificadas, la religión aparece siempre como un elemento nuclear. Incluso en naciones aconfesionales o agnósticas, la religión persiste como sistema de creencias, como fuente de moralidad y como elemento ritualizador. El hecho religioso se ofrece al filósofo como un problema: ¿Por qué existe universalmente la religión? ¿Es algo necesario para la explicación del sentido de la existencia? ¿Es un mecanismo que sustituye explicaciones más científicas? ¿Pueden coexistir la religión y la ciencia? Noción de religión Para explicar el hecho religioso, los filósofos han intentado definir la religión etimológicamente, recurriendo a dos fuentes distintas: Cicerón: deriva esta palabra de relego –ere, que significa “releer”, “revisar”. Según este significado son hombres religiosos “los que tratan de diligencia, repetidamente y como releyendo lo que pertenece al culto de los dioses”. Para lactancio: la palabra religión se deriva del verbo latino religo- are, que significa “ligar”, “sujetar”. “estamos obligados por este vinculo – dice- y atados fuertemente con dios”. Por tanto, en sentido estricto, “religión” seria el conjunto de prácticas en que se reconoce la existencia de un ser superior. Origen de lo religioso en el ser humano La religión es fruto de un proceso de maduración de la conciencia del ser humano que parte de la prehistoria. Este proceso se dio en tres momentos: el tabú, la magia y la religión. El tabú: Se trata de un rito de purificación que busca mantener apartado todo aquello que era considerado anormal o impuro respecto a la realidad superior. Y debido a que ante lo impuro lo mejor es alejarse, huir, evitarlo, era preciso entonces establecer que cosas no se podían tocar y que acciones no se podían realizar. A todas estas normas prohibitivas se les denomino tabúes de prohibición. Sucedía también que las mismas normas de los tabúes podían ser violadas y que quien lo hacía quedaba contaminado. Para liberarse de esa impureza, era preciso que la persona se sometiera a baños o aspersiones. Estos rituales constituían los tabúes de purificación. la magia: posteriormente, el hombre primitivo quiso dominar las fuerzas del bien y del mal para beneficio propio. Entonces produjo una serie de creencias y practicas según las cuales los individuos privilegiados, o magos, podían influir sobre las cosas y manipularlas. Así apareció la magia. De la magia podemos señalar las siguientes características: -es un acercamiento a la realidad superior, contrariamente al tabú, que buscaba evitarla. -para comunicarse con la realidad superior, el mago no usaba mediaciones sino que lo hacía directamente. el rito religioso: la religión, tal como la entendemos hoy es superior al tabú y a la magia, pues en este caso, el ser humano busca establecer relaciones efectivas con la divinidad sometiéndose a ella. Para lograr esa relación con la divinidad, se hace uso de unas mediaciones que pueden ser simbólicas o materiales. Al conjunto de ritos de una religión se les denomina culto. El origen de la religión La religión no es otra cosa que el reflejo fantástico que proyectan en la cabeza de los seres humanos aquellas fuerzas externas que gobiernan su vida diaria, un reflejo en que las fuerzas terrenales revisten la forma de poderes sobrenaturales. En los comienzos de la historia empiezan siendo las potencias de la naturaleza los objetos que así se reflejan en la cabeza de los seres humanos, y con los diferentes pueblos, las más diversas y abigarradas personificaciones. La mitología comparada nos permite seguir este proceso, a lo menos en los pueblos indoeuropeos, hasta remontarnos a sus orígenes en los “vedas” indios; en su desarrollo posterior esta detalladamente comprobado entre los indios, los persas, los griegos, los romanos y los germanos. Pero pronto, al lado de las potencias naturales, entran en acción los poderes sociales, poderes que se enfrentan al ser humano y que al principio son para el tan extraños e inexplicables como las fuerzas de la naturaleza, y que, al igual que estas, le dominan con la misma aparente necesidad natural. Ahora, las figuras de la fantasía, en las que al principio solo se reflejaban las fuerzas misteriosas de la naturaleza, cobran atributos sociales, se convierten en representantes de poderes históricos. Al llegar a una etapa más avanzada de desarrollo, todos los atributos naturales y sociales de los numerosos dioses se concentran en un solo dios omnipotente, que a su vez no es más que un reflejo abstracto. Y así surge el monoteísmo, que fue históricamente el último producto de la posterior filosofía vulgar de los griegos, que encontró su encarnación en Jehová, el dios nacional y exclusivo de los hebreos. El hecho empírico de la religión El ser humano de todos los tiempos ha dado muestras de comportamientos religiosos más o menos profundos. Es una constante del ser humano su referencia personal y comunitaria hacia un ser transcendente o supremo. Esto demuestra que la religión ha existido siempre y que se extiende desde las culturas más simples y primitivas hasta las más elevadas. La religión en las antiguas civilizaciones de Grecia y Roma J La civilización greco-romana divinizaba los símbolos celestes, los fenómenos naturales y a la misma autoridad, aunque siempre existía la creencia en un dios principal que trascendía a todas las demás “divinidades”. En Grecia, la religión se caracterizaba por un mundo organizado de dioses Que tenían sus genealogías, sus intrigas, sus luchas y sus respectivas competencias respecto de la naturaleza y los seres humanos. Los dioses principales eran los dioses olímpicos, llamados así porque Vivian en el monte Olimpo, presididos por el más importante de todos, Zeus. En Roma se adoptaron los dioses griegos cambiándoles el nombre. Júpiter, la Hera de los griegos, su esposa. Los romanos añadieron el culto a los dioses domésticos o familiares: los manes y los penates o dioses de la despensa. Las religiones místicas Las grandes religiones místicas mas extendidas en oriente son el hinduismo y el budismo. El hinduismo: procede de una lenta evolución de las formas religiosas de los vedas y del brahmanismo. Admite la existencia de un dios único y absoluto, BRAHMAN, que también adopta los nombres de Brahma, Visnú siva, según su triple función de crear, conservar o destruir. Para el hinduismo, los seres humanos son desiguales, según su procedencia de brahmán, lo que origina las castas. Además, prescribe unas reglas de conducta, en los aspectos que se refieren a la adoración de los dioses, al matrimonio y a la alimentación. El budismo: recibe su nombre de su fundador, Siddharta o Gautama Buda (563-483). Mas que una religión es un sistema filosófico –religioso, cuyo principio fundamental es que la liberación de los sufrimientos inherentes a la vida humana y al ciclo continuo de las reencarnaciones que solo se pueden alcanzar mediante la iluminación, que se obtiene siguiendo el noble sendero óctuple que conduce al nirvana. En su sentido original, el budismo es practicado por unos doscientos millones de personas, pero hay trescientos millones que siguen diversas variantes del budismo en el mundo entero. Las religiones reveladas Se conoce con el nombre de religiones reveladas al judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Son reveladas porque cada una de ellas fue fundada sobre la creencia de una comunicación efectiva de dios con personas escogidas. Veamos algunas generalidades de estas religiones. *El judaísmo: esta es una religión monoteísta que afirma la absoluta unidad y trascendencia de dios. A quien se debe adorar en privado y en público. Los judíos mantienen la conciencia viva de ser el pueblo elegido por dios, no creen que en Cristo se hayan cumplido de una manera definitiva las escrituras y siguen esperando a un moisés salvador. Las creencias del judaísmo están fundamentadas en el libro de la ley o tora, que corresponde a los cinco primeros libros de la biblia. En este libro se encuentran las leyes dadas por moisés, que han sido explicadas y ampliadas en el talmud y otros comentarios autorizados. El judaísmo es practicado por unos 18 millones de personas, que viven en el estado de Israel o dispersos por todo el mundo. El cristianismo: es la religión basada en la persona y en la doctrina de Jesús de Nazaret y cuyo contenido es muy familiar para nosotros, ya que está íntimamente ligado a nuestra civilización occidental. La religión cristiana se caracteriza por el amor a dios y el amor al prójimo, deacuerdo con el mensaje de Jesús de Nazaret. A lo largo de la historia, los cristianos, debido a ciertas diferencias en la doctrina y en la disciplina, se dividieron en tres ramas principales: la iglesia católica, las iglesias ortodoxas orientales, y las iglesias protestantes. Las iglesias orientales, se separaron de la iglesia de Roma en el año 1054 con Miguel Celulario, no aceptan la autoridad del papa. Los cristianos constituyen el grupo más numeroso en el conjunto religioso de la humanidad, teniendo actualmente unos mil quinientos millones de seguidores. El islamismo: fue fundado por Mahoma (570-632), quien se consideraba sucesor de Abraham y de Jesús. La predicción de Mahoma encontró en los comienzos una fuerte oposición, lo que lo obligo a huir a jatib, actualmente medina, en el año 622. Esta huida se llama hégira, y conelle se inicio la era islámica. La doctrina predica por Mahoma es el islam, que quiere decir “sumisión a dios”. A sus seguidores se les llama musulmanes. El dogma principal del islamismo es la llamada profesión de fe: “solo hay un dios, Ala, y Mahoma es su profeta”. El libro sagrado de los musulmanes es el Corán. En él se establecen las cinco obligaciones que todo musulmán debe cumplir: la peregrinación de la meca, al menos una vez en la vida y la guerra santa, contra los infieles. La teología Hemos visto que un elemento constante en las religiones es el hecho de que el ser humano obedece a la fe y da a dios una respuesta. Sin embargo, desde la antigüedad, los seres humanos buscaron explicaciones racionales a las verdades que se les había propuesto para creer. Es así como se genero una ciencia, paralela a los contenidos de la fe, que pretendía dar explicaciones racionales a los datos revelados: la teología. Los filósofos griegos, sobre todo Platón y Aristóteles, iniciaron esta vía teológica proponiendo una demostración de la existencia de dios. Para Platón, Dios es el creador bondadoso y amoroso de todo lo existente. Para Aristóteles, dios es el primer motor inmóvil, el principio y causa primera de movimiento. En la edad media se siguió el mismo camino tratando de explicar la fe y apelando al entendimiento humano: la fe buscaba la razón. Sin embargo, mezclar fe y razón es una tarea delicada, como lo demuestra la historia del occidente. Al intentar explicaciones racionales de los contenidos de la fe, puede suceder que se menosprecie bien sea a la razón o a la fe. La dialéctica fe-razón Desde los mismos inicios del cristianismo, se dio una confrontación entre los contenidos de la fe y las explicaciones racionales de los filósofos. Esto obedece a que los dominios de la fe y de la razón son distintos: la razón postula libertad, la fe exige obediencia; la razón quiere construir una sabiduría explicando y demostrando sus opiniones, la fe construye el conocimiento a partir del dogma que no admite crítica. Esta división de pareceres entre la fe y la razón suscito un debate que se extendió desde los primeros siglos después de Cristo hasta la ilustración en el siglo XVIII. Veamos los principales eventos de este debate. Durante los tres primeros siglos del cristianismo, junto con las persecuciones políticas, la fe se vio confrontada por la razón, en especial por la filosofía platónica. La primera reacción de los padres de la iglesia fue defender la fe y atacar la razón. Luego, hacia el siglo IV, San Agustín intento conciliar fe y razón demostrando que la filosofía platónica no contra decía las verdades reveladas en la biblia y que, al contrario, juntas se complementaban. Sin embargo, y a juzgar por las explicaciones contenidas en su libro de la ciudad de Dios, Agustín utilizo la razón como un instrumento de la fe. Posteriormente, hacia el siglo IX, con la introducción de las obras aristotélicas a Europa, se suscito nuevamente el debate entre la fe y la razón. Hacia el siglo XIII, Tomas de Aquino, hizo un nuevo intento de conciliar la fe y la razón; para ello, procuro armonizar la filosofía aristotélica con los contenidos de la biblia, a partir del renacimiento, entre el siglo XV y XVI, los filósofos se decidieron a separa la fe de la razón, cosa que se logro en el siglo XVIII, durante la ilustración. La crítica de la religión Entre el siglo XIX y XX, algunos filósofos emprendieron una dura crítica a la religión, que en general trae expresa la idea de que la religión obstaculiza la realización del ser humano y de la sociedad. Veamos algunas de estas críticas. Weber y durkheim: la religión como producto social Para weber y durkheim, la religión agota su contenido en una serie de funciones sociales que realiza. Estas funciones son las siguientes: Integradora: que se produce para dar mayor cohesión social. Legitimadora: que esta “inventada” para mantener el orden social y la autoridad constituida. Critica: que juzga y sanciona comportamientos según valores admitidos por la comunidad. Según lo anterior, para estos pensadores la religión seria un producto social que ayuda a mantener el orden sociopolítico establecido. Freud: la religión como neurosis colectiva Freud analiza la religión desde el psicoanálisis. Desde esta perspectiva, define al ser humano como un ser al que la realidad exterior y la cultura le impiden desarrollar sus deseos. Esto da origen a conflictos internos, y los conflictos mal resueltos, o no resueltos, son fuentes de neurosis que conducen a la persona a una fuga de la realidad y a la búsqueda de soluciones fuera de sí mismo. La solución más utilizada por el ser humano es el regreso a la infancia y a la necesidad que siente de su padre. Pero como no halla en su entorno inmediato, proyecta a su padre fuera de sí hacia un dios que le ofrece seguridad y protección. Entonces, dios es una pura ilusión del ser humano, algo creado a imagen del padre al que, al que su interior, ha matado. Al compartir todos los seres humanos esta ilusión, se crea una neurosis colectiva que satisface el deseo que tienen todos de seguridad y de evitar la culpabilidad. Marx: la religión como opio del pueblo Marx considera que toda la religión inhibe al ser humano de su fuerza liberadora, y acusa al cristianismo de haber dado soporte ideológico a la explotación de una clase social por otra, y de haber suministrado a la burguesía una moral dirigida directamente contra el pueblo. Esto se percibe dice Marx, en ideas tales como la pobreza evangélica y la resignación que mantienen al pueblo sometido a las clases dominantes. Por, ello la religión es como una droga que adormece al pueblo. Es el opio del pueblo. Nietzsche: la religión como miedo al creer Para Nietzsche, los valores cristianos, y los de cualquier religión, son elementos que reprimen los instintos vitales más puros. En nombre de la vida hay que acabar con esos elementos, pues lo que promueven los valores de las religiones es el miedo a creer como seres humanos. Por tanto, se deben crear valores nuevos sin ninguna referencia a dios, porque “dios ha muerto”, lo que hace posible la plena realización del ser humano. Seguir con las religiones, es ir en contra del ser humano y de la vida. Sartre: la religión es un suicidio Sartre refleja en sus escritos la angustia del ser humano, su confusión, porque no encuentra en nadie la explicación de su existencia. “el ser humano no es otra cosa que lo que él se hace, lo que el proyecta”, y para lograrlo debe ser completamente libre. Por tanto, admitir a dios equivaldría a una especie de suicidio ya que “dios es la mayor amenaza para nuestra libertad”. Debe rechazarse la noción de dios como algo irreconciliable con la libertad humana. La justificación de la religión Del mismo modo que existen críticas a la religión, también existen pensadores que la justificas. Los más destacados son Gabriel Marcel y Víctor Frank. Gabriel Marcel: la religión como misterio Marcel advierte que el fenómeno religioso no se puede reducir a la experiencia empírica de los seres humanos, pues es también trascendente, es decir, supera los límites del mundo físico y se ubica en el plano del misterio. Ese misterio es algo que está frente a mí y que me supera, pero al cual puedo acceder no de manera racional sino desde el plano espiritual. Víctor Frank: la religión como sentido de ser Este psicoanalista austriaco hace ver que la religión es una dimensión natural del ser humano que lo convierte en un ser religioso ya que esa dimensión abarca todos los extractos del psiquismo. Investigando el psiquismo humano, Frank descubrió en el fondo del ser humano un subconsciente espiritual que se alimenta de la idea primaria de dios,