NOTA SOBRE LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL 131/2010, DE 2 DE DICIEMBRE DE 2010. • Objeto: La STC nº 131/2010, dictada con fecha 2 de diciembre, trae su causa en la cuestión de inconstitucionalidad nº 4511-1999 planteada por el Juzgado de Primera Instancia nº 8 de A Coruña, en relación: - con el párrafo primero del art. 211 del Código civil, en la redacción dada a dicho precepto por la disposición final duodécima de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de protección jurídica del menor. (“DISPOSICIÓN FINAL DUODÉCIMA. El primer párrafo del artículo 211 del Código Civil tendrá la siguiente redacción: El internamiento por razón de trastorno psíquico, de una persona que no esté en condiciones de decidirlo por sí, aunque esté sometida a la patria potestad, requerirá autorización judicial. Esta será previa al internamiento, salvo que razones de urgencia hiciesen necesaria la inmediata adopción de la medida, de la que se dará cuenta cuanto antes al Juez y, en todo caso, dentro del plazo de veinticuatro horas. El internamiento de menores, se realizará en todo caso en un establecimiento de salud mental adecuado a su edad, previo informe de los servicios de asistencia al menor”) - y, en su caso, con la disposición final vigésimo tercera de la citada Ley Orgánica 1/1996. (“DISPOSICIÓN FINAL VIGÉSIMA TERCERA. Tienen carácter de Ley ordinaria los artículos 1; 2; 5, apartados 3 y 4; 7, apartado 1; 8, apartado 2 letra c; 10, apartados 1 y 2, letras a, b y d, 3 y 4, 11, 12, 13, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24 y 25; las disposiciones adicionales primera, segunda y tercera; la disposición transitoria; la disposición derogatoria, y las disposiciones finales primera a vigésima segunda y vigésima cuarta (…)”) Por posible infracción de la reserva de ley orgánica establecida en los arts. 17.1 y 81.1 CE. • Resumen: Con fecha 24 de septiembre de 1999 compareció ante la autoridad judicial mencionada una ciudadana que solicitaba la pertinente autorización para el internamiento en un centro psiquiátrico de su hija mayor de edad, alegando para ello el padecimiento de trastornos psíquicos y drogodependencia. A juicio del órgano judicial que planteaba la cuestión de inconstitucionalidad, la garantía de la libertad personal establecida en el art. 17.1 CE también alcanza a quienes son objeto de la decisión judicial de internamiento a que se refiere el párrafo primero del art. 211 del Código civil, de manera que dicho precepto, por su condición de norma que fija uno de los casos en que una persona puede ser 1 privada de libertad, concurre al desarrollo del derecho fundamental garantizado en el art. 17.1 CE y, por tanto, debiera tener el carácter de ley orgánica, según exige el art. 81.1 CE y en línea con la doctrina establecida por la STC 129/1999, de 1 de julio. Sin embargo, dado que el precepto cuestionado no revestía tal carácter, a tenor de la disposición final vigésima tercera de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de protección jurídica del menor, ello implicaba, para el citado Juzgado, su inconstitucionalidad y nulidad por infracción de los arts. 17.1 y 81.1 CE. El Fiscal General del Estado se pronunció en este mismo sentido en su escrito de alegaciones. Por su parte, el Abogado del Estado entendía, en primer lugar, que la derogación del art. 211, párrafo primero, del Código Civil, por la Ley 1/2000, de 7 de enero, de enjuiciamiento civil (cuyo art. 763 reproduce el precepto cuestionado), suponía la desaparición del objeto de la cuestión de inconstitucionalidad planteada a partir de la fecha de entrada en vigor de la citada ley (que tuvo lugar el 8 de enero de 2001). En segundo lugar, consideraba constitucional art. 211, párrafo primero, del Código Civil, con el argumento de que la medida de internamiento en establecimiento de salud mental contemplada en dicho precepto estaba en conexión con el art. 49 CE, de cuyo mandato sería una concreción en garantía de los derechos de las personas incapacitadas por razón de trastorno psíquico. Asimismo consideraba que también se podía entender el art. 211.1 como una concreción, en el ámbito civil, de la habilitación genérica contenida en el art. 101 del Código Penal para la privación de la libertad personal, de la que sería mero desarrollo, por lo que no resultaba necesaria la cobertura específica de una ley orgánica. • Fallo: Tras considerar que en este caso no se ha producido la desaparición sobrevenida del objeto del procedimiento, dado que en las cuestiones de inconstitucionalidad los efectos extintivos sobre el objeto del proceso como consecuencia de la derogación o modificación de la norma cuestionada vienen determinados por el hecho de que, tras esa derogación o modificación, resulte o no aplicable en el proceso a quo y de su validez dependa la decisión a adoptar en el mismo (SSTC 200/2001, de 4 de octubre, FJ 3, y 37/2002, de 14 de febrero, FJ 3, entre otras), el TC estima la cuestión de constitucionalidad promovida por el Juzgado de Primera Instancia nº 8 de A Coruña en el siguiente sentido: Declara la inconstitucionalidad y nulidad de la disposición final vigésimo tercera de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de protección jurídica del menor, por contravenir lo establecido en los arts. 17.1 y 81.1 CE, en la medida en que atribuye carácter de ley ordinaria a la disposición final duodécima de la propia Ley Orgánica 1/1996, por la que se dio nueva redacción al párrafo primero del art. 211 del 2 Código civil, que tiene por objeto una materia incluida en el ámbito de la reserva de ley orgánica. Asimismo, declara la inconstitucionalidad del párrafo primero del art. 211 del Código Civil por regular materia reservada a ley orgánica, aunque no su nulidad ya que ello daría lugar a un vacío en el ordenamiento jurídico, por lo que dicho precepto despliega sus efectos hasta su derogación por la Ley 1/2000, de 7 de enero, de enjuiciamiento civil (desde el 8 de enero de 2001, fecha de entrada en vigor de la misma), en la cual ha sido sustituida por el art. 763.1 que es el que regula actualmente la medida judicial de internamiento forzoso por razón de trastorno psíquico. 3