Memorias - Taller Mineria Paramos (Lima Marzo 2009)

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MEMORIAS
Taller Regional
MINERÍA Y PÁRAMOS EN LA PERSPECTIVA DEL DESARROLLO SOSTENIBLE
Sede de la Secretaría General de la Comunidad Andina, Lima, Perú
10 - 11 de Marzo de 2009
Convocado por:
CONDESAN - Proyecto Páramo Andino
en coordinación con:
Secretaría General de la Comunidad Andina (SG-CAN)
OBJETIVOS DEL TALLER
Objetivos Generales:
1. Analizar las implicaciones de la actividad minera sobre los ecosistemas de páramo en Colombia, Ecuador y
Perú, con particular énfasis en las tendencias y los impactos ecológicos y sociales que se están generando o
podrían desatarse por la actividad proyectada en el futuro.
2. Iniciar un diálogo intersectorial técnico – político sobre la problemática de la minería en los páramos de
Colombia, Ecuador y Perú, que se apoye en la mejor información científica disponible.
Objetivos Específicos:
1. Conocer mejor los intereses y posiciones de cada uno de los sectores así como identificar aspectos comunes y
diferencias, con el propósito de orientar agendas comunes (con base en breves presentaciones y diálogo).
2. Analizar de forma general las normas y políticas básicas, las agendas intersectoriales minero - ambientales y
los canales de trabajo entre el sector público ambiental y el minero.
3. Analizar los códigos de conducta ambiental de las empresas mineras en la perspectiva de ecosistemas de alta
montaña andina, con énfasis en los páramos.
4. Debatir y complementar el documento base.
5. Proponer criterios para promover un diálogo político intersectorial sobre la problemática de la minería en
páramos.
6. Acordar una hoja de ruta para el mencionado diálogo técnico – político y acciones conjuntas basadas en
visiones compartidas.
Participantes
El Taller contó con la participación de 35 personas (ver Anexos) en representación de un diverso grupo de actores:
instituciones de gobierno tanto ambientales como del sector minero, empresas mineras, sociedad civil y comunidad
científica, en su mayor parte de Colombia, Ecuador y Perú.
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DIA 1:
10 de Marzo de 2009
Sesión 1
INTRODUCCIÓN
Instalación
Miguel Saravia de CONDESAN y María Teresa Becerra de la Secretaría General de la Comunidad Andina (SG-CAN)
dieron la bienvenida a los participantes e instalaron el Taller. Ambos coincidieron en destacar la importancia de este
evento como un espacio para compartir diferentes visiones y sostener un diálogo constructivo entre representantes
de las autoridades ambientales y mineras, del sector privado y de la sociedad civil sobre el relevante tema de la
minería en los páramos. María Teresa Becerra expresó igualmente el interés de la CAN en este tema, el cual se
enmarca en la implementación de la Agenda Ambiental Andina - eje de Biodiversidad.
PRESENTACIONES INTRODUCTORIAS
Bert de Bievre, Coordinador Regional del Proyecto Páramo Andino (PPA), explicó que el PPA ha identificado a la
minería, junto con la agricultura y la ganadería, entre las principales amenazas a la biodiversidad y a las funciones
hidrológicas del páramo. De hecho, debido a la vertiginosa tendencia de expansión de la minería, el tema se ha
convertido en los últimos años en una problemática cada vez más relevante. Si bien, en términos generales, la
minería y su papel en el desarrollo es materia de debates complejos, de Bievre invitó a los participantes a
concentrarse en las implicaciones específicas de la minería en ecosistemas frágiles de alta montaña, como es el
caso del páramo. Con base en esta reflexión inicial, repasó los objetivos del Taller previamente propuestos a todos
los participantes (ver “Objetivos del Taller”).
Por su parte, Francisco Cuesta (CONDESAN) ofreció a los participantes los resultados de un análisis adelantado por
CONDESAN-PPA sobre la cobertura actual de títulos mineros en ecosistemas de páramo y otros ecosistemas
andinos. Esta información forma parte de un trabajo más amplio sobre indicadores de vulnerabilidad de ecosistemas
andinos que adelantan de manera conjunta CONDESAN, la Comunidad Andina y ECOBONA. En general, los datos
presentados ponen de manifiesto que más del 28% de la extensión de los páramos en los países andinos ya es
objeto de alguna actividad minera, incluyendo desde el trámite de licencias hasta la explotación. Los derechos
mineros (títulos vigentes + solicitudes en trámite) afectaban en 2003 aproximadamente el 16% de la superficie de
páramos en Colombia 1 , 21% en Ecuador (2007) y 63% en Perú (2008). Estos datos y actualizaciones recientes
ponen de manifiesto que en Colombia y Ecuador la mayor parte de la actividad minera en este tipo de ecosistemas
se encuentra en trámite y corresponde básicamente a procesos de concesión de áreas y exploración de las mismas.
En Perú, por el contrario, la mayor parte de la actividad minera en páramos y jalcas corresponde a proyectos en fase
de explotación.
Quedó claro que si bien los atributos específicos de la información varían de país a país, el análisis realizado ofrece
un panorama objetivo sobre la dinámica de expansión del sector minero en los páramos, lo cual permite dimensionar
el alcance de la problemática. Igualmente, se puso de manifiesto la necesidad de desarrollar criterios unificados y un
lenguaje común para discernir con mayor claridad el alcance y afectación concreta de las concesiones y títulos
mineros, tanto de exploración como de explotación/producción minera.
1
En el caso colombiano, datos oficiales (MAVDT e Ingeominas) más recientes (octubre 2008), muestran que la
afectación en términos de titulación minera es del 9.5% y en solicitudes mineras (páramos fuera de parques naturales
nacionales) del 47%. Esto supondría que el escenario de corto plazo sería que en Colombia esté titulado cerca del
50% de los páramos ubicados por fuera de los Parques Naturales Nacionales. Sin embargo, al momento de
realización de este taller, estaba en trámite en el Congreso de Colombia una reforma al Código Minero que
contempla la exclusión de la minería en páramos y otras áreas naturales estratégicas.
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Eduardo Guerrero presentó los resultados de la consultoría “Implicaciones de la Minería en los Páramos de
Colombia, Ecuador y Perú”. Este trabajo fue distribuido previamente a los participantes como documento base del
Taller, con la pretensión de ofrecer un análisis sobre la problemática y estimular un diálogo inter-sectorial franco y
abierto. El estudio propone una mirada integral del tema enriquecida con el enfoque ecosistémico (ver documento
base).
La presentación incluyó los siguientes temas, que corresponden al contenido del citado documento base:
• El análisis general de la vulnerabilidad y resiliencia del ecosistema páramo (estructura, composición y funciones)
frente a la minería con base en la información bibliográfica existente.
• El análisis de las tendencias y la evaluación de los impactos ecológicos actuales y potenciales sobre el
ecosistema, partiendo de información referida al estado de la minería en los páramos de Colombia, Ecuador y
Perú levantada por el Proyecto Páramo Andino -PPA-, y la complementaria recopilada por el consultor.
• El análisis de un estudio de caso por país (Rabanal en Colombia, Quimsacocha en Ecuador y Yanacocha en
Perú).
• El análisis de los códigos de conducta de las empresas mineras.
En la presentación se hizo notar que cada país tiene sus propias especificidades, pero también se encuentran
elementos en común. La minería y sus impactos socio-ambientales se han convertido en motivo de debates públicos
en los tres países. En este sentido, el presente Taller resulta oportuno pues se están tomando decisiones relevantes.
Si bien la minería forma parte importante de los planes de desarrollo, el debate de fondo tiene que ver con preguntas
como ¿qué tipo de minería queremos? y ¿debería permitirse todo tipo de minería en todo el territorio?. Por ejemplo,
en Colombia, el proceso de reforma del Código Minero contempla la posibilidad de excluir la minería en los páramos,
entre otras áreas especiales.
Aunque es poca la investigación específica sobre los impactos de la minería en los páramos, el conocimiento actual
sobre estos ecosistemas acumulado durante las últimas décadas, es suficiente para entender la dimensión actual y
potencial de las afectaciones. Si bien se trata de modalidades y escalas distintas, se pueden identificar impactos
delicados tanto en la gran minería como en la pequeña y mediana minería. Se pueden identificar en la industria
loables programas de gestión ambiental, códigos de conducta y esquemas de buenas prácticas, pero no abordan de
manera suficiente ni integral la problemática de un ecosistema de alta montaña estratégico, frágil y esencial por los
servicios ambientales que ofrece a la población tanto rural como urbana en el norte de los Andes.
En esta presentación, se plantea como tema de discusión la posibilidad de promover políticas especiales para los
páramos frente a la minería. Se sugiere que un desarrollo responsable del sector minero debe contemplar opciones
como excluir la minería de los páramos en general, restringir la actividad y/o aplicar la normatividad de manera
particularmente estricta. Se trata de opciones que tendrían que analizarse a la luz de la soberanía, marco
constitucional y contexto de cada uno de los países. En términos de costo-beneficio para la sociedad, medidas de
esta naturaleza podrían resultar muy convenientes para el desarrollo en el largo plazo, si se tiene en cuenta que
menos del 2% del territorio de los países andinos son páramos y que más de 30 millones dependen de sus funciones
hidrológicas, aparte de otros importantes servicios.
Comentarios de los participantes:
Gerardo Damonte (GRADE, Perú): La minería es un sector prioritario que genera beneficios a la sociedad, en la
medida en que produce ganancias, parte de las cuales se revierten a manera de transferencias para el desarrollo
regional y local. Sin embargo, es recurrente la pregunta: ¿en qué utiliza la sociedad las rentas mineras? Y si las
transferencias se están invirtiendo de forma efectiva en la gestión del agua para impedir un mayor impacto ambiental
de la minería. En esta perspectiva, Damonte llama la atención sobre el hecho de que los impactos de la minería
afectan procesos sociales, culturales, económicos y ambientales y, por lo tanto, pueden ser acumulativos.
Manolo Morales (ECOLEX, Ecuador): El boom de la minería responde a un modelo de desarrollo en el que coinciden
los tres países, más allá de la ideología de sus actuales gobiernos. Esto supone que hay un contexto internacional
que trasciende los países y la Comunidad Andina. A la luz de la actual coyuntura mundial, no se trata de decir que no
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haya minería, pero sí es necesario poner límites, hacer cumplir la normatividad vigente y, ante todo, revisar el
modelo de desarrollo.
Manuel Glave (GRADE, Perú): No está seguro si la estrategia de un manejo especial de los páramos frente a la
minería pueda tener éxito. Podrían surgir preguntas como ¿por qué los páramos tendrían que ser objeto de un
manejo especial por fuera de las reglas actuales?, ¿por qué los páramos y no otros ecosistemas?. El riesgo sería
entrar a un diálogo de sordos. Piensa que la estrategia más efectiva podría ser fortalecer la protección de estos
ecosistemas a través de los instrumentos que ya existen (normas, evaluación ambiental estratégica, ordenamiento
del territorio).
Pablo Sánchez (ASPADERUC, Perú): Sugiere que para enmarcar el tema del Taller nos hagamos la pregunta ¿cuál
es el impacto positivo o negativo de la minería en términos de acondicionamiento y conectividad territorial?. Piensa
que dentro de una nueva visión de desarrollo, cada país debe asegurarse que cada nueva explotación minera va a
generar un impacto positivo para la sociedad como un todo. No se trata de promover inversión per se ni de limitarse
al análisis de la factibilidad económica inmediata, sino de garantizar que el balance económico, social y ambiental
sea positivo y abone a la sostenibilidad del desarrollo. Para este fin, se cuenta con instrumentos como el
ordenamiento territorial y la zonificación ecológica económica, que ayudan a definir dónde sí y dónde no debe haber
minería. No es razonable que, por importante que sea, una actividad económica se desarrolle sobre todo el territorio
de un país sin ningún tipo de restricción.
Patricio Crespo (Universidad de Cuenca - PROMAS, Ecuador): Opina que debe diferenciarse el tipo de minería que
se va a desarrollar en un ecosistema determinado. Son distintas las connotaciones de la minería a cielo abierto en
comparación con la minería subterránea. Por otro lado, en un mismo ecosistema existen zonas más frágiles que
otras. Se deben tener en cuenta así mismo los impactos en otros ecosistemas. Por otro lado, cree que no
necesariamente se pueden extrapolar los impactos de otras prácticas (ganadería, agricultura) a la minería. Es
importante investigar los impactos específicos de la minería sobre los páramos.
Eduardo Guerrero (CONDESAN – PPA) responde a los comentarios suscitados por su presentación y el documento
base. Empieza por señalar su satisfacción porque uno de los objetivos del documento base es justamente estimular
la discusión. Concuerda con la necesidad expresada por algunos participantes de hacer abordajes integrales y acudir
a herramientas de ordenamiento territorial para evaluar las implicaciones de la minería en los páramos. Añade que el
enfoque ecosistémico resulta útil para enriquecer este tipo de análisis. En cuanto a la propuesta de excluir la minería
de los páramos, recuerda que de hecho las diferentes legislaciones ya restringen la minería en algunas zonas del
territorio, como es el caso de los parques nacionales, por razones de interés superior y bien común. Sobre el aporte
de la ciencia a la comprensión de los impactos de la minería, piensa que es propio de la ciencia hacer
extrapolaciones y que el conocimiento actual sobre la estructura y dinámica de los páramos permite hacer
inferencias objetivas. Por ejemplo, los estudios sobre el papel clave de los suelos en la dinámica hidrológica de estos
ecosistemas, y los hallazgos sobre la irreversibilidad de su degradación, permiten comprender los delicados
impactos que ocasiona la remoción de suelos en la minería a cielo abierto. Lo anterior, sin embargo, no riñe con la
evidente necesidad de realizar investigaciones especificas sobre los impactos de la minería.
Sesión 1
LAS INSTITUCIONES GUBERNAMENTALES
Diálogo Técnico sobre Minería en Ecosistemas Estratégicos de Alta Montaña
Perspectiva desde las Instituciones Gubernamentales
Colombia
Margarita González (Ministerio de Minas y Energía): Reconoce que la minería y los páramos son objeto de
posiciones encontradas. Señala la necesidad de conciliar el desarrollo minero con el ambiente. Ofrece argumentos
que sustentan la Importancia de la minería. La minería representa ingresos fiscales para la nación, genera divisas
por exportaciones, al punto que se ha convertido en el segundo renglón de exportación de Colombia. Además,
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estimula el desarrollo de Infraestructura y genera empleo. De acuerdo con Ingeominas (autoridad responsable del
catastro y registro minero), a septiembre de 2008 se tenían registrados 340 títulos mineros en páramos, que cubren
106,232.78 ha, equivalente a un 5.36% del área total de los páramos del país. La mayoría de los títulos (en número y
extensión) corresponden a la cordillera oriental. Las concesiones son principalmente para carbón, aunque también
mineral de hierro, caliza, y materiales de construcción. La actividad minera en Colombia se rige por una constitución
con un fuerte énfasis ambiental y una legislación exigente en la materia. El actual Código Minero contempla zonas
excluibles y restringidas para la minería (artículos 34 y 35), excluibles como los Parques Nacionales (PNN) y
regionales (PNR), así como las zonas de reserva forestal (en estas últimas aplica la sustracción); restringidas como
los perímetros urbanos, las áreas de interés arqueológico, las Zonas Mineras Indígenas (ZMI) y las Zonas Mineras
de Comunidades Negras (ZMCN). Lo que viene como desafío en el próximo futuro es el trabajo conjunto entre la
autoridad minera (MME) y la autoridad ambiental (MAVDT) en la búsqueda de soluciones. Esto incluye la
modificación al Código de Minas (en curso al momento del Taller) y la consolidación de una agenda conjunta
interministerial. La reforma del Código de Minas, de hecho, contempla la posible exclusión de la minería en los
páramos.
Eugenia Ponce de León (Instituto Humboldt): Describió el debate jurídico actual que acompaña la reforma al Código
de Minas. La Corte Constitucional, a través de una sentencia referida al Código de Minas, declara una
constitucionalidad condicionada para el artículo sobre zonas excluibles de la minería. La interpretación de esta
sentencia de la Corte permitiría considerar la exclusión de cuencas hidrográficas y zonas sujetas a la perturbación de
la minería en materia de regulación hídrica, esto es páramos y humedales. El Ministerio del Ambiente, Vivienda y
Desarrollo Territorial (MAVDT) considera que los Parques Nacionales, páramos y sitios Ramsar, que corresponden a
un porcentaje mínimo del territorio nacional, deben ser excluidas de la minería porque tienen un valor superior que
debe primar. Hay un respaldo constitucional que establece como un deber del Estado proteger áreas de especial
importancia ecológica (artículo 79) y, adicionalmente, la ley 99 de 1993 establece que los páramos, subpáramos,
nacimientos de agua y zonas de recarga de acuíferos deben ser objeto de protección especial. Sin embargo,
recientemente se puso en evidencia la superposición de títulos mineros en áreas protegidas. Se determinó que pese
a la sentencia de la Corte, el Ingeominas siguió otorgando títulos en parques nacionales, los cuales están excluidas
legalmente de la minería desde el año 1977. En efecto, hay 46 títulos mineros otorgados en parques nacionales que
cubren un área de 45,236 ha, incluidos 2 en etapa de explotación: en el parque Farallones de Cali y en la Serranía
de los Yariguíes. Más aún, es un mal síntoma que existan 560 solicitudes mineras sobre parques nacionales, las
cuales ni siquiera deberían ser consideradas por la autoridad. En consecuencia, Ingeominas se encuentra revisando
este tema con el seguimiento de la Procuraduría. En cuanto a los páramos, según la autoridad ambiental (MAVDT) el
número de títulos es 361 y cubren un área de 112, 533 ha. Además, han sido presentadas 1181 solicitudes que
cubren 555,398 ha, lo que corresponde a un 46.8% de la superficie de los páramos ubicados fuera de los parques
naturales. La situación ha generado presión social para que de forma expresa se excluyan los páramos y otros
ecosistemas estratégicos en la reforma al Código Minero. En el ámbito del gobierno se ha venido adelantando un
trabajo conjunto entre MME y MAVDT. Para sustituir el artículo 34 del Código vigente, se propone un artículo nuevo
que excluye de la minería no solamente las categorías que ya estaban, como los parques nacionales y regionales,
sino también páramos y sitios Ramsar. Lo que se busca es una exclusión de pleno derecho.
Ecuador
Marco Cruz (Secretaría Nacional del Agua - SENAGUA): Empieza por ubicar la gestión del agua como una actividad
estatal estratégica que ahora responde en Ecuador a la visión de desarrollo consignada en la nueva Constitución
Política. Se ha creado la autoridad única del agua para asegurar una administración integral del recurso. Se está
trabajando en la formulación de una Ley Orgánica del Agua en concordancia con los preceptos constitucionales de
respeto al medio ambiente y equidad en el manejo de los recursos naturales. En este proyecto de ley se prioriza el
consumo humano y el consumo para riego. La nueva ley prevé que toda actividad que pueda afectar la cantidad o la
calidad del agua, o el equilibrio de los ecosistemas que la regulan, será regulada por la autoridad única del agua
(SENAGUA) en coordinación con la autoridad ambiental, y con participación de los sistemas de vigilancia y control
ciudadano. Las actividades productivas que consumen agua, como la minería, deben sujetarse igualmente a los
preceptos de la Constitución política. El agua deberá ser devuelta al final de cada concesión minera en las
condiciones en que fue otorgado el correspondiente derecho de uso. En este marco general es que SENAGUA ubica
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la actividad minera en los páramos. El proyecto de ley propone la administración del agua por cuencas hidrográficas
en lugar de jurisdicciones territoriales como antes. Así la administración del agua se podrá hacer teniendo en cuenta
los caudales aguas arriba y aguas abajo. Se incluye el cuidado de los páramos y de los ecosistemas marinocosteros. La aspiración es armonizar los mandatos constitucionales con cada una de las leyes. No puede estar
separada la administración del agua de la administración de los recursos mineros, así que la ley minera y la ley del
agua necesariamente se deben complementar entre sí y con la legislación ambiental pertinente.
Leoncio Galarza (Ministerio de Minas y Petróleos): Explica las nuevas políticas y el nuevo marco legal de la minería
en Ecuador. En septiembre de 2008 fue aprobada la Constitución y en enero de 2009 fue aprobada la nueva ley de
minería y, se cuenta además con el mandato No. 6 de la Asamblea Constituyente, que aún tiene efectos. En este
marco se pretende promover un cambio en cuanto al manejo y control de la actividad minera. La anterior ley minera
tenía una serie de incongruencias: la misma autoridad que otorgaba y extinguía derechos mineros, controlaba y
regulaba toda la actividad. Ahora de lo que se trata es de tener una política minera clara y ofrecer seguridad jurídica.
Antes el Estado otorgaba una concesión a quien lo pidiera y donde lo pidiera. Fue un caldo de cultivo para la
corrupción y un divorcio de la autoridad minera con el conocimiento técnico sobre el recurso minero y la geología.
Estamos viviendo ahora una nueva situación. La misión es “Garantizar un modelo sustentable de desarrollo minero,
ambientalmente equilibrado y respetuoso de la diversidad cultural que conserve la biodiversidad y asegure el buen
vivir de las generaciones presentes y futuras en el país”. Dentro de sus objetivos estratégicos la nueva ley minera
contempla proteger el agua y el entorno natural, así como propiciar un ambiente de armonía entre la actividad minera
y la sociedad. Se está trabajando ahora en la normativa secundaria. Además, en el nuevo marco institucional la
Dirección Nacional de Minería se transformará en la Agencia de Regulación y Control Minero, entidad autónoma
adscrita al Ministerio. Esta agencia no otorgará ni extinguirá derechos mineros. El derecho minero estará a cargo del
Ministerio como tal. Para evitar trámites engorrosos se está diseñando una ventana única a través de la cual se
tramiten los requisitos de las diferentes instituciones, incluidos aquellos que establezcan el Ministerio de Ambiente y
SENAGUA. Entre los causales para la extinción de los derechos mineros se encuentran los daños ambientales. La
concesión minera establece un proceso de prevención de daños ambientales (EIA y PMA) y un sistema de control a
cargo de la autoridad, que condiciona su vigencia en cada fase del proceso. Cualquier persona tiene facultad para
denunciar los daños ambientales que se causaren por la actividad minera. Las autoridades del agua y del control
minero pueden declarar la caducidad de la concesión si hay incumplimiento de las condiciones establecidas al
momento de otorgar una autorización de uso del agua. En materia de regalías, el 60% de las mismas deberá
invertirse a través de los gobiernos seccionales y locales, juntas parroquiales en proyectos de desarrollo social en la
misma área del proyecto minero.
Perú
Graciela Breña (Ministerio de Energía y Minas): La Dirección General de Asuntos Ambientales Mineros es el órgano
técnico normativo del Ministerio, encargado de evaluar, aprobar, o desaprobar los estudios ambientales para
exploración, explotación y cierre de minas. En Perú los estudios ambientales no constituyen permisos o
autorizaciones de operación. El EIA aprobado es un documento base para la obtención de otros permisos. La Ing.
Breña explica los procedimientos y requisitos en materia ambiental que deben cumplir las empresas mineras. El Perú
desde 2005 está en un proceso de descentralización, lo que supone que las regiones sean acreditadas para evaluar
estudios ambientales de pequeña minería y minería artesanal. Una nueva norma estableció el “Sistema Nacional de
Evaluación de Estudios Ambientales” que unifica criterios. Luego de que el titular obtenga la concesión minera (ante
el INGEMMET) y antes de iniciar las actividades de exploración es necesario contar con los estudios ambientales y
permisos que permitirán llevar a cabo la actividad conforme a ley. Dichos permisos son: permiso para usar el terreno
superficial, Declaración de Impacto Ambiental, Estudio Ambiental (DIA o EIAsd), opinión del INRENA (ahora
SERNANP en la nueva estructura de ,la autoridad ambiental) respecto a posible afectación de área natural
protegida/zona de amortiguamiento, autorización de uso de agua (ATDR), entre otros. El contenido de los estudios
ambientales es detalladamente definido por la DGAAM para efectos de unificar criterios de evaluación y para facilitar
el correspondiente seguimiento y fiscalización. El estudio de impacto ambiental requiere de un proceso de
participación ciudadana durante su elaboración hasta su aprobación. Con la reciente creación del Ministerio del
Ambiente, se realizarán algunos ajustes a algunos procedimientos de evaluación ambiental. Perú no ha desarrollado
reglamentación específica para la minería en los páramos. Sin embargo, de forma indirecta se cuenta con normas e
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instrumentos pertinentes a estos ecosistemas y a las fuentes hídricas. Por ejemplo, en el caso de la exploración, los
estudios se han dividido en dos categorías. De ellas, la Categoría I (hasta 20 plataformas de perforación, túneles de
hasta 50 m de longitud, hasta 10 ha disturbadas) ofrece la facilidad de una aprobación automática de los estudios
ambientales, previo cumplimiento de los requisitos. Sin embargo, no se puede dar esta aprobación automática si el
objeto de explotación minera se encuentra en áreas protegidas, a menos de 50 m de un bofedal, canal de
conducción, pozo de captación, aguas subterráneas, manantiales, puquiales, en glaciares o a menos de 100 m del
borde un glaciar, en bosques de tierras de protección y bosques primarios.
Walter Huamaní (Ministerio del Ambiente): Defendió la importancia de un enfoque territorial para analizar la
problemática de la minería y los páramos. Hay un solo territorio donde confluyen recursos, ecosistemas y personas,
y es sobre ese territorio en su integridad que se deben tomar decisiones. Se plantean contradicciones y conflictos en
cuanto al uso del territorio. Por un lado, la minería viene con un enfoque de recurso; por otro lado quienes defienden
los páramos vienen con un enfoque de ecosistema. Esto nos debería llevar a lineamientos diferenciados. El arte está
en combinar estas dos visiones. El problema es que el país se maneja muy sectorialmente con cierta autonomía de
cada sector, lo que lleva a una gestión poco integral del territorio siguiendo la modalidad de “islas”. Desde el punto
de vista de la minería y sus impactos, en el MINAM se viene analizando la eficacia de los instrumentos ambientales.
Los EIA tienen una profusa normatividad a su alrededor y se cumplen, pero nos preguntamos si esos estudios sirven
realmente al nivel en que se están aplicando y si pueden parar un proyecto en caso necesario. Está en proceso de
aprobación el reglamento del sistema de evaluación de impacto ambiental, que intenta resolver los vacíos y ordenar
el escenario para todos los sectores. Habría que buscar otros instrumentos como la Evaluación Ambiental
Estratégica (EIA), que iría al nivel de planes, políticas y programas. El desafío consiste en ordenar a todos los
sectores, lógicamente es un asunto de diálogo. En el marco de la Ley General del Ambiente (artículo 89 sobre las
medidas de gestión de los recursos naturales) el Ministerio tiene interés de promover medidas previas al
otorgamiento de derechos, incluyendo la planificación de recursos naturales, el ordenamiento territorial, la
zonificación ecológica-económica, el inventario e investigación y la participación ciudadana. Si se utilizan
juiciosamente estos instrumentos previos para planificar y ordenar el territorio de forma concertada entre todos los
sectores, si la sociedad se pone de acuerdo donde se lleva a cabo o no una determinada actividad, no tendríamos
que enfrentar la cantidad de conflictos que tenemos actualmente. Para el caso de Piura y Cajamarca, donde se
encuentra el páramo-jalca, el CONAM y ahora el MINAM han impulsado una de las herramientas del mencionado
artículo, la zonificación. El proceso conducido por las propias regiones está avanzando de forma interesante y
privilegia el nivel participativo. En cuanto a políticas públicas, no hay en Perú políticas o normas específicas para
páramos. Lo que tenemos es un marco político muy tenue, la política 19 del Acuerdo Nacional, que se toma como
referencia. Aquí se habla más del enfoque de recurso, no considera el enfoque de ecosistema. Por otro lado, la ley
General del Ambiente nos da algunos elementos: en el artículo 100 se refiere a las zonas de montaña. El artículo 99
se refiere a los ecosistemas frágiles, ecosistemas singulares que necesitan medidas especiales, incluidas entre otros
las montañas y las lagunas altoandinas. Estos constituyen elementos normativos que servirían de apoyo en la
eventual construcción de políticas públicas sobre páramos en el país.
Discusión (Sesión 1 – Las Instituciones Gubernamentales)
Eugenia Ponce de León (Instituto Humboldt, Colombia): A partir de las anteriores presentaciones se pueden
establecer diferencias entre los países en el tratamiento de los temas, diferencias que deben tenerse en cuenta.
Sugiere algunas preguntas orientadoras. En el ámbito político, ¿cómo están posicionados los páramos en los
diferentes países?. En Ecuador por ejemplo los páramos son tratados expresamente en la Constitución. ¿A qué
escala se desarrolla el debate sobre la minería en los páramos, nacional o local?. En el caso de Colombia y Ecuador,
es evidentemente un debate de escala nacional en tanto que en Perú es regional / local. En Colombia el tema
trasciende el ámbito técnico y se debate al más alto nivel político, el propio Ministro del Ambiente (MAVDT) ha
defendido la exclusión de la minería en páramos. La institucionalidad varía claramente de país a país, por ejemplo en
Perú la autorización ambiental a la minería la otorga el mismo sector minero, es decir el sector se autorregula, es
juez y parte. En contraste, en Colombia la licencia ambiental la da la autoridad ambiental que es independiente y
autónoma de la autoridad minera; la autoridad minera otorga un título que no genera ningún derecho, hasta tanto no
se cumplan los requisitos ambientales. Por otro lado, en Perú la fase de exploración tiene unos requisitos
ambientales, en tanto que en Colombia no, lo que se podría decir constituye una falencia de la legislación
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colombiana. En el caso colombiano, el ordenamiento del territorio en el país es en efecto una herramienta
fundamental en la definición de usos del suelo, que aplican autoridades de orden subnacional y local. Sin embargo,
el sector minero suele tomar decisiones que no necesariamente acatan los planes de ordenamiento del suelo, pues
su referente es el subsuelo, cuya regulación es del orden nacional. Se declaran por parte de la autoridad ambiental
áreas protegidas que deberían tener carácter permanente y responder a intereses de la sociedad como un todo. Sin
embargo, suele ocurrir que son objeto de sustracción cuando algún sector bien posicionado política y
económicamente, como es el caso del sector minero, muestra interés en ellas. Entonces surge la pregunta: ¿son las
áreas protegidas temporales o permanentes?. Las exposiciones de los representantes gubernamentales muestran
que los tres países cuentan con instrumentos comunes para la gestión de los páramos, algunos vinculantes otros
lineamientos técnicos. Además, se cuenta con instrumentos internacionales, vinculantes o no, como la Convención
Ramsar y la Estrategia de Humedales Altoandinos, la Declaración de Bariloche 2007 (II Congreso latinoamericano de
Parques Nacionales y Otras Áreas Protegidas), la Declaración de Paipa 2002 (I Congreso Mundial de Páramos), la
Agenda Ambiental Andina (CAN).
Manolo Morales (ECOLEX, Ecuador): Destaca la utilidad de las Evaluaciones Ambientales Estratégicas (EAE),
cuando se trata de desarrollar un sector de la economía de un país, tal como lo recomienda el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID). En el caso del Ecuador, sería de enorme valor la aplicación de esta herramienta de planificación
para orientar el actual desarrollo del sector minero. Por otro lado, con referencia a los cambios que se plantean en la
institucionalidad en Ecuador, Morales considera que la nueva Agencia de Regulación y Control Minero podría tener
una sobreposición en sus competencias con la Superintendencia Ambiental cuya creación está prevista por mandato
constitucional. Por otro lado, le parece interesante comparar entre los tres países las oportunidades que ofrecen las
Constituciones Políticas para la protección de ecosistemas estratégicos como los páramos.
Pablo Sánchez (ASPADERUC, Perú): Piensa que los marcos legales con que cuentan los países constituyen buenas
herramientas, pero hace falta decisión política que permita que las normas se apliquen cabalmente y que las nuevas
instituciones funcionen de forma efectiva. La decisión política, a su vez, tendría que venir acompañada de asignación
presupuestal que permita que las instituciones de regulación y control funcionen adecuadamente. Se requiere un
manejo de conflictos y un diálogo entre la minería, la sociedad y las empresas, centrado en el tema del agua. El
problema del agua es el asunto fundamental porque tiene que ver con la biodiversidad, con la seguridad alimentaria
y con el acondicionamiento territorial. De este Taller deberían surgir propuestas para el manejo de los conflictos.
También convendría analizar en profundidad y con objetividad la problemática tanto de los pasivos como los activos
de la minería.
Julia Cuadros (CooperAcción, Perú): Cree que en Perú la problemática minera está condicionada por la política de
concesiones y no tanto por la existencia o no de herramientas legales. La autoridad que decide el otorgamiento de
concesiones lo hace sin mayor claridad sobre dónde se puede y dónde no se puede hacer minería. La legislación
peruana señala a las áreas protegidas como el único espacio donde no se pueden hacer concesiones. En
consecuencia, Cuadros opina que la normatividad es perfectible. Concuerda que no es conveniente que el mismo
sector minero, a través del Ministerio de Energía y Minas sea juez y parte en el otorgamiento de concesiones y en
las evaluaciones ambientales. En un contexto de cambio climático en el cual Perú es considerado el tercer país más
vulnerable del mundo con una alta probabilidad de sufrir estrés hídrico en el futuro, el tema de las actividades
extractivas en los páramos es fundamental para el país. En el caso de Piura las concesiones mineras se superponen
en gran medida con los páramos. Opina que hay oportunidades para poder incluir en la legislación la defensa de los
páramos. Por ejemplo, en el Congreso se está debatiendo la nueva Ley General de Recursos Hídricos, la cual
reconoce la intangibilidad de las cabeceras de cuenca; allí se deberían incluir explícitamente otras fuentes de agua,
como los páramos y los glaciares. Otra oportunidad la ofrece el proceso de consulta que se ha iniciado sobre la
Política Nacional del Ambiente.
A continuación los expositores, ofrecen sus reacciones y comentarios:
Margarita González (Ministerio de Minas y Energía, Colombia): explicó que en Colombia la autoridad ambiental
(MAVDT) es responsable de coordinar la aplicación de las Evaluaciones Ambientales Estratégicas con los distintos
sectores productivos. En el caso del sector minero se han realizado hasta ahora dos EAE. Una de ellas se aplicó al
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programa de aprovechamiento sostenible de los minerales en la Sabana de Bogotá (zona andina), enfocado
especialmente a materiales de construcción. La otra, sobre el programa de aprovechamiento sostenible de los
carbones en el centro del departamento del César (zona Caribe).
Leoncio Galarza (Ministerio de Minas y Petróleos, Ecuador): aclaró que Ecuador se encuentra en un proceso de
transformación de la actividad minera que se hace en estrecha coordinación con los otros sectores del Estado, en
particular con el Ministerio del Ambiente y el SENAGUA. Es cierto que existe una cierta morosidad en la aplicación
del mandato minero, pero este sigue vigente. En el pasado, la situación de la minería fue manejada de forma que no
quedaron adecuados registros de información, lo cual dificulta la gestión pública. Sobre la posible superposición de la
Agencia de Regulación y Control con la Superintendencia Ambiental, en el Ministerio se tiene claro que las
competencias de control ambiental le corresponden a la autoridad ambiental y a la autoridad del agua. El control que
va a hacer la agencia se orientará a la regulación y control de la actividad minera como tal. En cuanto a la prohibición
de la actividad minera en el páramo, le parece interesante que en foros y talleres como este se debata el tema y se
produzcan recomendaciones. Por supuesto, será en cada país donde se tomarán las decisiones y se adoptaran las
políticas que se consideren convenientes para su desarrollo.
Marco Cruz (Secretaría Nacional del Agua, Ecuador): señaló que en efecto no existe una norma específica en el país
que defina si debe o no hacerse minería en los páramos. Sin embargo, es interesante notar que el proyecto de Ley
de Aguas, en el artículo 8 literal b dice que para la gestión integrada de los recursos hídricos por cuenca hidrográfica
es deber del Estado y sus instituciones según las competencias asignadas, entre otras cosas, “velar por la
conservación y manejo sustentable de los ecosistemas marino-costeros y altoandinos, en especial páramos y todos
los ecosistemas que almacenan agua y el mantenimiento de los procesos ecológicos esenciales que proveen el agua
en cantidad y calidad”. Esto a su vez guarda concordancia con lo que dice la Ley de Minería.
Graciela Breña (Ministerio de Energía y Minas, Perú): teniendo en cuenta que el Ministerio del Ambiente está recién
creado, el proceso de transferir la función de evaluación de estudios ambientales de manera inmediata supondría
generar un cierto caos, pues se trata de procedimientos complejos. La Dirección General de Asuntos Ambientales
Mineros (DGAAM) viene trabajando desde 1993 en procedimientos, regulación y conformación de equipos técnicos.
Se sabe que en algún momento esta función deberá ser transferida, pero es necesario darle tiempo al nuevo
Ministerio para que afiance su estructura y funcionamiento. De hecho, la función de fiscalización está ya en proceso
de ser transferida de MINEM a MINAM. Por otro lado, le parece interesante la oportunidad de conocer los esquemas
de control de los otros países. Toma nota, por ejemplo, que a diferencia de Colombia, en Perú no se maneja una
licencia ambiental como tal, sino una serie de requisitos ambientales.
Sesión 2
LAS EMPRESAS MINERAS
Códigos de Conducta Ambiental y Social de las Empresas Mineras en Ecosistemas de
Alta Montaña Andina, con Énfasis en los Páramos
Cooperativa Boyacense de Productores de Carbón de Samacá Ltda. (COOPROCARBON) – Colombia
Ubicación de la actividad minera:
Tipo de minería:
Macizo de Rabanal (departamento de Boyacá)
Minería de carbón coquizable. Explotación bajo modalidad subterránea
Carlos Enrique Sierra (COOPROCARBON): Describió las actividades que adelanta su Cooperativa en el ámbito de la
pequeña y mediana minería del carbón coquizable. Se trata de minería bajo tierra que explota del orden de 400,000
ton/año de carbón, frente a cerca de 3 millones de ton/año, que se producen en total en la región del altiplano
cundiboyacense (departamentos de Boyacá y Cundinamarca). COOPROCARBON reúne 54 asociados de los cuales
dependen directamente unos 2500 trabajadores e indirectamente 5000. Actualmente, la minería de carbón
coquizable y la industria del coque constituyen el principal renglón económico de esta región. Su producto es
exportado a Brasil, Perú, México y Estados Unidos. La crisis económica ha afectado la actividad y generó a finales
del año pasado (2008) el despido de muchos trabajadores. Afortunadamente este año (2009) se ha recuperado la
actividad gracias al respaldo del gobierno y la reactivación de la exportación, especialmente a Brasil. De hecho
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empresas brasileras (Votorantim – Acerías Paz del Río y Gerdau) tienen intereses mineros en la región. La
Cooperativa cubre las siguientes áreas de acción: asistencia técnica, producción, empleo, medio ambiente, servicio
social, seguridad social, salvamento minero y almacén de insumos. Las reservas básicas medidas del área donde
opera esta Cooperativa son del orden de 126 millones de toneladas, lo cual sugiere un horizonte de 360 años de
explotación. En la visión de desarrollo Colombia 2019, el gobierno proyecta que la producción del altiplano
cundiboyacense se incremente de 3 millones de ton/año a 10-15 millones de ton/año. Consecuente con ello, se han
previsto incluso desarrollos de infraestructura como el tren del Carare, para transportar a puerto los carbones de esta
región andina. Esto supone mejorar los procedimientos técnicos y evolucionar de una minería rudimentaria a una
minería mecanizada. En materia ambiental, COOPROCARBON cumple con un plan de manejo ambiental aprobado
por las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR de Cundinamarca y Corpoboyacá). El plan incluye acciones en:
protección de especies nativas, revegetalización de áreas intervenidas, manejo de aguas de mina, manejo de
botaderos de estériles, educación ambiental de los trabajadores, manejo de residuos sólidos y aguas domésticas. La
Cooperativa ha realizado convenios interinstitucionales con las corporaciones autónomas regionales, Ingeominas y
la alcaldía de Samacá, entre otros. Además, COOPROCARBON se ha interesado en formar parte de un convenio de
cooperación interinstitucional orientado al cuidado y preservación del Páramo de Rabanal. Aclara el Ing. Sierra que
las explotaciones de sus asociados están a una altura alrededor de 3,000 msnm por debajo de las áreas de páramo
como tal. En su opinión los mayores impactos sobre el páramo los ocasionan otros sectores, especialmente los
agricultores de papa, que se expande directamente hacia el páramo. Desde la perspectiva de las empresas mineras
que actúan en el Macizo de Rabanal, el Ing Sierra planteó finalmente que las organizaciones Cooprocarbón,
Asocoque y Acerías Paz del Río están comprometidas y dispuestas a disminuir las afectaciones ambientales
generadas por las explotaciones de carbón y la industria del coque. Para ello, tienen interés en realizar acuerdos
para la disminución gradual de las afectaciones ambientales al aire, suelo y agua.
IAMGOLD Ecuador
Ubicación del proyecto minero:
Tipo de proyecto:
Páramo de Quimsacocha en cercanía de la ciudad de Cuenca (Provincia del Azuay)
Minería de oro. Proyecto en fase de exploración avanzada, la empresa propone
modalidad subterránea para la fase de explotación
Fernando Carrión (IAMGOLD): Frente a las visiones y procedimientos tradicionales de la minería, Carrión propone
escenarios alternativos para el futuro. El hecho de que en Ecuador todavía no existe una actividad de minería a gran
escala, y que el sector está apenas en proceso de desarrollo, ofrece la oportunidad de planificar adecuadamente
esta actividad económica. Las grandes empresas mineras tienen el reto de ir más allá de la aplicación de los
estándares internacionales. IAMGOLD, la quinta empresa del mundo en producción de oro, está obligada a cumplir
los estándares internacionales más altos, y además desea contribuir con su experiencia global al desarrollo de la
minería en Ecuador. Además de la licencia ambiental y demás condiciones que establece el Estado, a IAMGOLD le
interesa obtener igualmente una “licencia social” que no existe en la legislación, pero en la cual la empresa cree.
Para la empresa, las consideraciones científicas determinan los procesos en el proyecto minero que adelanta en
Quimsacocha, por lo cual se ha buscado la participación activa de las universidades de la región. Igualmente, la
empresa es consciente de la fuerte cultura ambiental de la ciudad de Cuenca, en cuya cercanía opera el proyecto.
Para la empresa es importante obtener un acuerdo social para el desarrollo del proyecto minero y no tratar de
imponerlo como se ha hecho tradicionalmente. En el tema ambiental, existe la convicción que los impactos deben
evaluarse sobre la base de procesos dinámicos y no simplemente de eventos puntuales en el tiempo. El ambiente es
integral y está en movimiento permanente. En el tema social, la relación entre diferentes actores termina en el mejor
de los casos en un acuerdo que busca apenas balancear sus contradicciones o diferencias (dialéctica de opuestos y
síntesis). Como alternativa, la propuesta de IAMGOLD en Quimsacocha se resume en tres conceptos:
Complementaridad, Movimiento y Creación. Complementariedad: suma sinérgica de actores diferentes con objetivos
comunes. Movimiento: reconocimiento que la sociedad y el ambiente es cambiante. Creación: elección del trabajo
conjunto hacia un modelo de bienestar (‘buen vivir’). Para superar el esquema tradicional de conflictos entre
posiciones e intereses estáticos, el modelo de IAMGOLD propone una confluencia sinérgica entre el Estado, las
comunidades y la empresa privada, orientada al mejoramiento de la calidad de vida. La idea es que las empresas
mineras a través de un concepto de “ciudadano corporativo” se conviertan en verdaderos factores de desarrollo en
zonas con altos índices de pobreza como las que imperan en el sur del Ecuador, justamente donde se ubican
actualmente los más grandes proyectos mineros. Así se rompería con el esquema tradicional de empresas que se
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enriquecen en medio de las condiciones de pobreza de la población circundante. El modelo que propone IAMGOLD
incluye la construcción de indicadores ambientales y sociales que rebasan los estándares convencionales. Se
recogen expectativas asociadas al “Buen Vivir”. Además, para que la minería se convierta en un factor de desarrollo
sustentable, debe enmarcarse e incorporarse en procesos de ordenamiento territorial, debe garantizar un manejo
ambiental estricto y fortalecer las actividades productivas tradicionales. Por eso, la empresa ha diseñado un sistema
de cooperación con los actores locales que se viene desarrollando a través de proyectos de intervención participativa
que se ejecutan en la zona de influencia del proyecto, en varias parroquias de Cuenca, San Fernando y Girón.
Carrión concluye que los proyectos mineros al incluirse en los planes de ordenamiento territorial se convierten en
factores de sustentabilidad medible. No son sustentables per se, pero si a través de la generación de calidad en la
inversión y mejoramiento de la calidad de vida. Las empresas ejercen su condición de “ciudadano corporativo”
cuando cumplen deberes y se les respetan sus derechos en su espacio compartido con la población. Carrión destaca
algunos ejemplos de acciones que demuestran el compromiso ambiental y social de IAMGOLD en el páramo de
Quimsacocha: (a) IAMGOLD, dentro del área de su concesión, renunció a la Caldera de Quimsacocha, humedal que
ya no será objeto de actividad minera alguna y más bien puede servir como zona de amortiguamiento del proyecto,
bajo la administración de ETAPA. (b) El lugar más monitoreado hidrológicamente en el país es el área del proyecto
Quimsacocha, esto porque a la empresa le interesa asegurarse que hay compatibilidad entre el proyecto minero y la
conservación del recurso hídrico. (c) Los proyectos realizados en el ámbito de la responsabilidad social en las
comunidades locales responden a las prioridades planteadas por las propias comunidades y las autoridades
seccionales.
Minera Yanacocha – Perú
Ubicación del proyecto minero:
Tipo de proyecto:
Páramo-Jalca de Yanacocha en cercanía de la ciudad de Cajamarca
Minería de oro. Proyecto en fase de explotación bajo modalidad a tajo abierto
Marco Morales (Minera Yanacocha): Su presentación se enfoca en la gestión ambiental y social de Minera
Yanacocha. Empieza por describir el contexto en el cual se adelantan las operaciones de la empresa, las cuales se
desarrollan en un área de páramo-jalca que incluye cuatro cabeceras de cuenca (tres que vierten al Océano Atlántico
y una al Océano Pacífico). La empresa es consciente que dichas cabeceras podrían ser impactadas si no se actuara
con la responsabilidad adecuada desde el punto de vista ambiental y social. La concesión de Yanacocha es de 155
km2, de los cuales el 92% corresponde a la Jalca. Sin embargo, hace notar que esta superficie representa apenas
una pequeña fracción del total del páramo-jalca. Las operaciones se iniciaron formalmente en 1993 y corresponden a
la modalidad de minería a tajo abierto para la extracción de DORE (mezcla de oro y plata). Como referencia, en 2008
la producción alcanzó alrededor de 1.9 millones de onzas (el pico, tres años atrás, estuvo alrededor de 3 millones de
onzas). El proceso metalúrgico se basa en lixiviación con solución cianurada y contempla la impermeabilización de
las áreas para evitar el contacto del cianuro con los suelos. La gestión ambiental en Yanacocha está basada en la
política corporativa de la empresa matriz Newmont, y se traduce en un sistema de gestión ambiental (procedimientos
internos, planes de manejo ambiental, etc) que atiende los requisitos legales (EIA) y es objeto de certificaciones de
calidad (eg. ISO 14001). Aparte del cumplimiento de requisitos legales, la política corporativa contempla como
prioridad de gestión ambiental el manejo de la calidad y cantidad de agua (tema en el que se concentra la mayor
inversión). Además, incluye el manejo de emisiones y el manejo de suelos, en especial asociado a los planes de
cierre de minas. La empresa asume, de manera proactiva, estándares internos con la idea de ir más allá del
cumplimiento legal, incluyendo la adopción voluntaria de estándares internacionales (eg. IFC, FAO, Código
Internacional para el Manejo del Cianuro, entre otros). La gestión del agua en Yanacocha ha generado varios activos
ambientales en las cuatro cabeceras de cuenca, que incluyen diques para controlar sedimentos, así como
reservorios que permiten entregar agua durante todo el año obviando la época seca. El reservorio San José, por
ejemplo, supuso una inversión de 26 millones de dólares y permite almacenar 6 millones de m3 de agua, es decir, 3
millones por encima de los requerimientos actuales en la zona baja. Para asegurar que los reservorios y diques
continúen trabajando, se ha conformado un fideicomiso para pagar su mantenimiento y funcionamiento. La gestión
ambiental está asociada a un esfuerzo continuado de un mayor acercamiento a la comunidad, tanto en el ámbito
rural como el urbano. En cuanto a los planes de cierre, la estrategia consiste en trabajar en ellos desde el principio
de la operación, de modo que se vaya avanzando en la rehabilitación de las áreas a medida que se va concluyendo
la explotación minera. Los planes de cierre se proponen rehabilitar las zonas afectadas dejándolas lo más cercano
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posible a la situación inicial. La rehabilitación de los suelos incluye el almacenamiento de ‘topsoil’, el uso de
geoceldas y el manejo de especies tanto introducidas (eg. avena) como naturales (eg. ichu). Como dato de
referencia, del total del área disturbada, el 13.5 % ya ha sido revegetada con un éxito del 100%. Hasta diciembre de
2007, se habían revegetado 280 ha, de las cuales el 10% correspondían a áreas operativas rehabilitadas con fines
de cierre de minas. Menciona algunas actividades en ejecución y hacia el futuro: planes específicos por especies,
programas participativos, apoyo a ideas emprendedoras, participación en una iniciativa por los páramos de
Cajamarca (PPP), y el desarrollo de planes institucionales para el manejo eficiente de recursos de la biodiversidad.
Como reflexión final de esta presentación, se planteó que la actividad minera no tendría que ser objeto de conflictos,
sino más bien generadora de oportunidades, dado que se dispone de las herramientas financieras necesarias para
poder producir activos ambientales y otros objetivos de desarrollo local que normalmente son difíciles de alcanzar.
En el caso de la Minera Yanacocha, una de las estrategias en este sentido ha sido la conformación de la ONG ALAC
(Asociación los Andes de Cajamarca) que apoya justamente proyectos de desarrollo local. En la perspectiva de
aprovechar mejor los beneficios y oportunidades que trae la minería, Morales sugiere que no nos dejemos llegar por
estereotipos negativos que se asocian con la minería en general. En Perú la actividad minera está actualmente
sujeta a requisitos legales que son catalogados entre los más exigentes de América Latina. Desde 1993, Minera
Yanacocha ha aportado cerca de 539 millones de dólares como canon minero, a partir de una actividad económica
que afecta apenas el 0.12% del territorio total de la eco-región jalca. Se trata de una cantidad apreciable que bien
usada puede generar mucho desarrollo, para lo cual se necesita un soporte político e institucional fuerte y bien
orientado, lo que lamentablemente no siempre ocurre. En este sentido, la presencia del Estado y la atención a la
ecorregión de la jalca ha sido escasa. Minera Yanacocha acepta que ha cometido algunos errores en el pasado, sin
embargo ha aprendido de esos errores y el compromiso es desarrollar sus actividades de manera transparente.
Discusión (Sesión 2 – Las Empresas Mineras)
Gerardo Damonte (GRADE, Perú): Destaca lo útil que ha sido escuchar presentaciones de tres empresas diversas
en tamaño y desarrollo tecnológico. Pregunta a Carlos Sierra de COOPROCARBON si el tema de empleo en su
Cooperativa está ligado solamente al empleo en la misma mina y cuál es la lectura social de la dinámica del empleo,
la migración y la presión sobre los ecosistemas en la región. Comenta que el modelo propuesto por Fernando
Carrión de IAMGOLD es interesante, parece más una propuesta de una ONG. Sin embargo, tratándose de un actor
privado, se pregunta ¿hasta que punto es factible institucionalizar a nivel de organismos de gobierno y estandarizar
este modelo de desarrollo territorial propuesto por una empresa minera?, ¿es una iniciativa de compensación o de
desarrollo regional como tal?. Pregunta dirigida a Minera Yanacocha: teniendo en cuenta lo cuidadosa que es la
gestión ambiental de la empresa en lo referente a los recursos hídricos, ¿cómo interpreta la Minera el caso del Cerro
Quilish que hace algunos años produjo un conflicto con las comunidades locales precisamente por el tema del agua?
Orlando Vargas (Universidad Nacional de Colombia): Pregunta si las empresas, en coordinación con la autoridad
ambiental, contemplan como medidas de compensación la compra de áreas conservadas que sirvan como puntos de
referencia para la restauración de los páramos?
Marco Cruz (Secretaría Nacional del Agua, Ecuador): Pregunta ¿cuál ha sido el beneficio derivado de la actividad
minera de COOPROCARBON para el Estado colombiano?. Por otro lado, comenta que el modelo de gestión
ambiental que propone IAMGOLD se generó cuando había un vacío legal en el país y las empresas planificaban
según su criterio. En este sentido, le parece interesante ver como se puede articular este tipo de esquemas, ahora
que hay mayor presencia y control del Estado.
Víctor López (Ecociencia, Ecuador): Considera que en materia de gestión ambiental las certificaciones ISO, si bien
son parte de políticas empresariales y gobernanza corporativa, no constituyen requisitos de ley. Con base en ello,
pregunta ¿cuál es la relación entre las certificaciones ISO y el proceso de auditoria ambiental por parte de la
autoridad?. De otra parte, le plantea a las tres empresas mineras la conveniencia de generar valor agregado a partir
de los productos mineros, con involucramiento de las comunidades locales. En su opinión, el apoyo a ideas
emprendedoras de actores locales puede ser valioso, entre otras razones, porque desafía la idea de que la minería
constituye economías de enclave.
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Judith Kuan (CONDESAN): Le gustaría saber si el modelo de gestión que propone IAMGOLD se construyó en
colaboración con alguna instancia institucional y ¿qué perspectivas de sostenibilidad para los procesos impulsados
se perciben en el futuro cuando la empresa minera se retire del área?
María Paula Quiceno (Instituto Humboldt, Colombia): Pregunta ¿cómo perciben las empresas la degradación
ambiental que se produce aún si cumplen con toda la normatividad ambiental?, ¿identifican posibles fallas en esa
normatividad y en el desarrollo de los estudios de impacto ambiental?
Pablo Sánchez (ASPADERUC, Perú): Le gustaría conocer mejor el funcionamiento de COOPROCARBON y su
relación con la población local que no trabaja en las minas. Con respecto al caso de Ecuador, ¿qué previsiones tiene
la empresa minera respecto a la posible migración que va a ocasionar la expectativa de empleos?. En cuanto al tema
del cierre de minas, expresa que en su opinión las áreas de relicto son muy importantes pues pueden servir como
fuentes de especies silvestres para ser usadas en la restauración. En este sentido, considera que la restauración se
suele hacer con plantas que no son las más adecuadas, como ha tenido oportunidad de observar en el caso de
Yanacocha.
A continuación, los representantes de las empresas mineras hicieron comentarios y respondieron a las preguntas e
inquietudes planteadas.
Carlos Sierra (COOPROCARBON, Colombia): Hizo precisiones sobre el funcionamiento de la Cooperativa minera
que representa. Señaló que su institución paga regalías y responde por el cumplimiento de los planes de manejo
ambiental, bajo la vigilancia de dos autoridades ambientales (Corpoboyacá y CAR). Reitera que, en su concepto, los
asociados de la Cooperativa no afectan directamente el páramo de Rabanal, pues las operaciones mineras se
ubican a una altitud cercana a los 3000 msnm, es decir, cerca pero por debajo del páramo como tal. Según el Ing.
Sierra, las explotaciones mineras no afectan los cuerpos de agua que se encuentran en la parte alta del Macizo (i.e.
embalse Teatinos, Gachaneca I y II, Laguna Verde). Aclara que un episodio de afectación del páramo que ha sido
ampliamente divulgado, fue responsabilidad de la Empresa Acerías Paz del Río y no de su cooperativa. En cuanto a
las regalías, la Cooperativa las entrega oportunamente, pero señala que lamentablemente dichos recursos no se
invierten como lo indica la ley (45% al municipio y 45% al departamento), y más bien esos fondos se convierten en
su opinión en la caja menor de los señores gobernadores del departamento y de los alcaldes. En cuanto al
tratamiento de las aguas este se hace en cada uno de los socavones, y de igual forma en todas las minas se hace el
adecuado tratamiento de estériles. De no ser así, las autoridades ambientales ya hubieran cerrado algunas de las
minas. No es cierto que los túneles puedan afectar los embalses y cuerpos de agua, pues la Cooperativa es
cuidadosa en este tema y cuenta con el respaldo técnico de ingenieros de minas y la asesoría de otros países como
Polonia y España. A manera de síntesis, Sánchez subraya que su Cooperativa produce carbón coquizable, un
material que el mundo necesita, y desarrolla esta actividad económica manteniendo al mismo tiempo un compromiso
con la eliminación de la pobreza en la región y el cuidado del páramo.
Fernando Carrión (IAMGOLD Ecuador): Cree que un vacío que han tenido los sistemas de gestión del Estado ha
sido aislar lo privado de lo público, en su opinión no se contraponen y más bien pueden ir en conjunción. Concuerda
con Marco Cruz en que buena parte de los conflictos mineros que se han suscitado en el pasado en Ecuador han
estado asociados a una ausencia del Estado, especialmente a la falta de un planificación integral del desarrollo. Una
vez que las instituciones hacen presencia, como ha sido el caso de la Secretaría Nacional de Planificación y
Desarrollo (SENPLADES), se puede avanzar mediante un trabajo conjunto hacia un plan de ordenamiento territorial.
De hecho, (SENPLADES) se ha nutrido en buena medida de las experiencias de ordenamiento territorial en Cuenca
en las cuales IAMGOLD ha participado activamente. Destaca las medidas de compensación que ha tomado
IAMGOLD Ecuador en el proyecto Quimsacocha. Con respecto al humedal ubicado en la Caldera de Quimsacocha,
como lo explicó previamente en su presentación, la empresa renunció a esa zona y paralelamente el humedal fue
declarado zona libre de minería. En lo sucesivo el manejo del sitio va a estar bajo la responsabilidad de ETAPA,
institución técnica adscrita al municipio de Cuenca bien posicionada en la región, lo que garantiza su protección a
largo plazo. En cuanto a la compatibilidad entre los estándares que establece la ley y las certificaciones
independientes de calidad ISO, está pendiente un dialogo con los Ministerios (Minas y Ambiente) en busca de la
homologación de estándares y la definición de estándares específicos para el contexto de cada proyecto. Respecto
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al papel de la empresa en el desarrollo de las comunidades locales, se han identificado oportunidades para promover
actividades que vinculen a la población local en la generación de cadenas de valor asociadas a la minería y que
beneficien la economía local. Por ejemplo, algunas localidades en la región (eg. Chordeleg) son conocidas por la
artesanía en oro, actividad que podría ser impulsada por la empresa. En cuanto a la experiencia exitosa en
planeamiento territorial, aclara que no es una virtud solamente de la empresa sino de un colectivo de personas e
instituciones. La virtud de IAMGOLD está en haber participado. Lo más importante es que en todos los actores
públicos, privados y comunitarios se encontró unas capacidades técnicas y una cultura propicia al ordenamiento
territorial que facilitó el ejercicio. Respecto a la manera como perciben las empresas la degradación ambiental
ocasionada por la minería, considera que debe existir un manejo co-responsable entre los diferentes actores públicos
y privados, y por supuesto se deben aplicar las sanciones pertinentes cuando una empresa ocasione daños. En el
caso de Quimsacocha, se ha previsto un modelo de explotación basado en minería subterránea, con lo cual no se
espera mayores procesos de migración de la población. Se estima que el proyecto tendrá una influencia directa
sobre una población de unas 7500 personas directamente relacionadas con la operación a través de empleo directo
o de venta de servicios. Para evitar la migración, la generación de empleo se realizará solamente en las
comunidades que circundan al proyecto, lo cual estará acompañado de un proceso de capacitación. Finalmente en el
tema de revegetación, la empresa ha venido recuperando las plataformas de exploración con la vegetación original
de pajonal, lo cual se refuerza con la adición de algunos nutrientes, además, tiene un programa de repoblamiento
con especies de Polylepis (P. racemosa, P. incana y P. weberbauerii). Una especie introducida (Polylepis racemosa)
fue eliminada del programa, a pesar de su rápido crecimiento, pues su comportamiento fue invasivo y generó el
riesgo de afectar el acervo genético de las especies nativas. El pajonal se restaura bien, pero sabemos que la
rehabilitación del suelo también involucra a la pedofauna y otros componentes de la biodiversidad edáfica. Este
manejo cuenta con el apoyo de investigadores de la Universidad del Azuay.
Marco Morales (Minera Yanacocha, Perú): Constata que, tal como fue la intención de los organizadores del taller, las
tres empresas mineras ofrecen realidades distintas en términos de tamaño de la operación y tipo de proceso de
explotación (una cosa es explotar oro, otra distinta carbón). En su concepto, estas variables dimensionan cada
proyecto minero y el contexto social y ambiental a gestionar. Las empresas más grandes como Yanacocha producen
como es natural mayores expectativas. Todos quieren ser parte de la distribución de la riqueza que se genera en la
mina, lo cual es totalmente imposible. Esto conduce a una distorsión en la percepción pública de un proyecto minero:
solo los que tienen acceso directo a beneficios como el empleo están de acuerdo con el proyecto, mientras que la
mayoría rechaza la minería porque no reciben sus beneficios. A esto se suma que, por razones geológicas, muchas
de las minas se ubican en las partes altas de las cordilleras, lo que coincide con un contexto social de pobreza, y
pone en evidencia las fuertes contradicciones sociales existentes en un país como Perú. En consecuencia la gestión
social de una empresa minera grande como Yanacocha enfrenta desde el principio el rechazo de una parte de la
sociedad. La situación social determina en buena medida las reacciones políticas en contra de la minería. Frente a
este contexto la Minera busca cultivar proactivamente buenas relaciones con la comunidad, antes de iniciar las
operaciones, a través de campañas de comunicación y de capacitación. En este sentido, las experiencias pasadas
han dejado valiosas lecciones aprendidas. Por ejemplo, que es necesario realizar estudios en ciencias sociales para
entender mejor la cultura local y poder interactuar de forma apropiada con las comunidades. De manera especial, la
gestión del agua en Yanacocha ha significado para la empresa un proceso de aprendizaje. El conocido conflicto del
Cerro Quilish ocurrió en 2004 y nos sirvió para aprender de nuestros errores. En este caso, cometimos el error al no
establecer una comunicación adecuada y transparente con la comunidad. Se plantea que el Cerro de Quilish es el
“colchón de agua” de Cajamarca, afirmación que no tiene el debido sustento técnico. El hecho es que el área de
Quilish no ha sido objeto de los estudios técnicos que permitan determinar cuál es en realidad su función hidrológica.
El tema fue manipulado socialmente y la empresa no manejó las cosas con la suficiente transparencia. El interés de
la empresa es generar información, para evitar que el debate se guíe con base en percepciones. Como resultado de
los errores que la empresa cometió en ese sitio, se decidió retirarlo de los planes mineros. Sin embargo, el episodio
es usado aún de forma recurrente como “caballo de batalla” contra la empresa. En general, buena parte de la
oposición a la mina está basada en percepciones y no respaldada con evidencias técnicas. Sobre la restauración de
las áreas de páramo, Minera Yanacocha ha realizado estudios y colectado información ecológica desde el inicio de
sus operaciones. Estos estudios son la base para lograr un nivel de restauración con características lo más cercanas
posible al estado que tenían estas áreas antes de la llegada de la empresa. Dentro del proceso de planes de cierre,
tenemos dos experiencias completas de recuperación de tajos, en zonas rehabilitadas temporales. Aclara el término
15
compensación, en Perú está asociado a un pago por un daño generado. La compra de tierras para conservación no
está contemplada dentro de las medidas de compensación que establece la ley. En consecuencia, este tipo de
acciones corresponden a actos voluntarios. Las certificaciones ISO no sólo interesan para validar los sistemas de
gestión ambiental de la empresa sino para evaluar y fortalecer los procesos técnicos. Por ejemplo, dentro de los
criterios ISO 14001 los planes de contingencia deben desarrollar metodologías con un fuerte énfasis en la
prevención. Por eso, se ha planteado la discusión de si la certificación ISO 14001 debería incluirse dentro de los
requisitos legales. Queramos o no las grandes empresas mineras terminan muchas veces reemplazando al Estado,
porque tienen obligaciones legales y porque tienen que demostrar responsabilidad social. El suministro de agua a las
comunidades alrededor de la mina lo hace la Minera, como fue explicado en la presentación a pesar de que deberían
ser inversiones públicas que se financien con los dineros del canon (que por ley deberían ser revertidos en el
desarrollo de la misma región). En el tema del apoyo a actividades económicas que generen valor agregado en las
comunidades, tenemos un centro de investigación y un taller de joyería llamado “Corihuasi” en el cual se capacitan
técnicos. En materia de gestión ambiental su opinión es que no existen problemas tecnológicos, el gran escollo
puede ser el monto de la inversión en términos de costo-beneficio, para que un proyecto sea viable. En cuanto a la
percepción que tiene la empresa de la degradación ambiental, es un asunto de rangos aceptables de acuerdo con la
ley y con las necesidades de la gente. La percepción sobre la calidad del agua suele ser muy subjetiva. Lo que pide
la ley no siempre corresponde a la calidad de las aguas en el medio natural. Por ejemplo, el pH que se exige debe
ser cercano al neutro, cuando las aguas de páramo suelen ser ácidas de forma natural. Como mensaje final, la
gestión ambiental y social de la empresa se nutre del aprendizaje a partir de los errores y ha evolucionado
positivamente en los últimos años, el mayor interés es mantener una buena comunicación con la comunidad y
ofrecer transparencia.
Eugenia Ponce (Instituto Humboldt, Colombia): A propósito de la última intervención de la Minera Yanacocha,
pregunta a los representantes gubernamentales, ¿cómo perciben que una empresa privada diga que se ve obligada
a reemplazar al Estado y termina asumiendo un rol de administrador del recurso hídrico en su zona de influencia, lo
que en realidad le compete a la autoridad?
Graciela Breña (Ministerio de Energía y Minas): Explica que en el caso de Yanacocha se ha dado un acuerdo
estratégico entre la empresa, el Estado y la sociedad que genera beneficios para el desarrollo regional. Este acuerdo
habilitó a la minera para construir y administrar inicialmente el reservorio San José. En cuanto a los comentarios
sobre la baja presencia del Estado y las deficiencias en la inversión del canon minero en las poblaciones alrededor
de la mina, explicó que hay un problema de delimitación que dificulta la redistribución del canon minero por parte del
Ministerio de Economía y Finanzas. El canon se distribuye por ley en los ámbitos de región, provincia y distrito, pero
existe en efecto un problema de delimitación a nivel de comunidades y pequeños poblados (caseríos). Muchos de
estos no están inscritos e incluso tienen problemas de demarcación entre ellos.
DIA 2:
11 de Marzo de 2009
Sesión 3
LOS CIENTÍFICOS Y ESPECIALISTAS EN ECOSISTEMAS DE ALTA MONTAÑA
Elementos técnico – científicos sobre los Páramos
Consideraciones sobre Minería y Áreas Protegidas de Alta Montaña
Víctor Hugo Inchausty (UICN): Empezó su presentación explicando la experiencia que ha tenido la Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en el tema de la minería. En 2002, la UICN y el Consejo
Internacional de Minería y Metales (ICMM por sus siglas en inglés) iniciaron un diálogo sobre minería y biodiversidad
que ha producido una serie de materiales técnicos de enorme utilidad. Esta iniciativa está inserta en el contexto de
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una mayor interacción entre la comunidad de conservación e industrias extractivas en temas ambientales y sociales.
El objetivo del diálogo es “Mejorar el desempeño de la industria minera en el área de conservación de biodiversidad
con énfasis en la reducción de los efectos negativos de las operaciones de la industria y mejorar la contribución
positiva de la industria a la biodiversidad”. Para tal efecto la UICN constituyó el Grupo de Trabajo en Industrias
Extractivas y Biodiversidad (WGEIB) como un órgano técnico consejero. Al realizar una evaluación después de seis
años de este proceso, se considera que: (a) Se ha desarrollado un clima de entendimiento mutuo; (b) Se debe
enfocar más el trabajo de manera realista y que sea realizable; (c) Hace falta definir mejor criterios, parámetros e
indicadores de biodiversidad para medir impacto. Como recomendaciones se plantean: (a) Aplicar la guía de buenas
prácticas con empresas seleccionadas de ICMM para determinar su eficacia y efectividad a nivel de terreno; (b)
Promover paneles u observadores independientes que evalúen la implementación de buenas practicas; (c) Trabajar
en temas emergentes que surjan con los cambios en la industria y el contexto global.
A continuación se concentró en el tema de las áreas protegidas. Recordó que estas áreas representan una categoría
importante del uso del suelo a nivel global, del orden del 11.5 %, lo cual sirve para ilustrar el valor que tienen para la
sociedad. El área protegida es una decisión de manejo de recursos naturales y territorio. Desde una perspectiva de
zonificación ecológica-económica, las áreas protegidas tienen un uso, que consiste en mantener la biodiversidad, los
procesos ecológico-evolutivos y asegurar la provisión de servicios ecosistémicos fundamentales. Puesto que
benefician a todos, el manejo de las áreas protegidas es una responsabilidad de la sociedad en su conjunto. Las
áreas protegidas deben analizarse desde una perspectiva integral del manejo del territorio y no de forma aislada. El
enfoque ecosistémico es una herramienta útil para ello, siempre que no lo usemos de manera sectorial sino integral.
Por eso, el ordenamiento del área protegida debe contemplar el ordenamiento general del territorio alrededor. Si bien
las áreas protegidas también están sujetas a cambios, tales cambios responden a dinámicas naturales y procesos
evolutivos, que son distintos a aquellos que ocurren bajo otros usos del suelo. El papel de las áreas protegidas de
alta montaña en la adaptación al cambio climático será fundamental, pues ecosistemas como páramo y puna son
particularmente vulnerables. Los ecosistemas frágiles de montaña son interdependientes con otros ecosistemas a
distintos niveles de altitud (eg. interacción andino-amazónica) y juegan importantes roles en los procesos biológicos y
evolutivos. Resulta simplista la percepción de que son sistemas pobres por su fisonomía de pajonal aparentemente
homogéneo. Por eso, las evaluaciones de impactos de la minería en ecosistemas de alta montaña no deben
limitarse a las afectaciones locales sino también a los impactos sobre otros ecosistemas aguas abajo, en virtud de la
mencionada interdependencia.
Las áreas protegidas son un producto de construcción social. La sociedad a lo largo de décadas se puso de acuerdo
para crear áreas protegidas, proceso que no ha estado exento de contradicciones, pero que goza de un nivel
importante de legitimidad social. En contraste, la decisión de hacer minería, no tiene el mismo nivel de legitimidad
social, aunque se trata también de la explotación de recursos naturales que le pertenecen al estado y a la sociedad.
Básicamente, en el desarrollo minero ha faltado un proceso de construcción social. Las decisiones se han tomado
básicamente por parte de órganos sectoriales, con poca coordinación intersectorial al interior de los mismos
gobiernos. Si bien despierta una expectativa de progreso, no hay un reconocimiento consistente de que el boom de
la minería haya generado los beneficios esperados en términos del desarrollo nacional, regional y local. Se
reconocen algunos beneficios temporales, pero pocos beneficios permanentes para el desarrollo local. Asociados a
la minería se han intensificado las diferencias en la distribución del ingreso, los conflictos sociales y los pasivos
ambientales La gobernanza no ha gozado en general de procesos que involucren decisiones debidamente
informadas ni la necesaria concertación / coordinación entre sectores del gobierno. Se tiende a manejar un tema tan
estratégico como lo es la minería de forma sectorial, cuando debería tenerse presente que los gobiernos deben
representar la diversidad de intereses y tomar decisiones que generen el beneficio colectivo.
En síntesis, la minería, las áreas protegidas y los ecosistemas de alta montaña forman parte de un continuum
territorial; son elementos que deben ser apropiadamente integrados al desarrollo de nuestros países. Entre los
desafíos que se deben enfrentar para una adecuada gestión del territorio, se destacan: el diálogo entre diferentes
grupos de interés es esencial, la mayor presencia del Estado, la construcción local del desarrollo, la construcción
social de normas, la mayor conciencia sobre la importancia del capital natural como elemento indispensable para la
supervivencia. En este contexto el tema del agua como derecho humano y elemento indispensable para nuestra
supervivencia es central.
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¿Por qué los Páramos son Ecosistemas Particularmente Vulnerables frente a Impactos intensivos como la
Minería? - Una Perspectiva Científica desde la Ecología
Orlando Vargas (Universidad Nacional de Colombia): Explicó que aunque se necesita más investigación, los datos
disponibles permiten hacer una síntesis objetiva sobre la vulnerabilidad de los páramos. Los páramos no son
ecosistemas continuos sino “islas biogeográficas”. La evolución de ecosistemas en condiciones aisladas es diferente
a ecosistemas continuos. Las islas oceanográficas son consideradas como los ecosistemas más frágiles, y por
razones similares, los páramos también lo son. En general, los páramos son ecosistemas adaptados a condiciones
de estrés hídrico, bajas temperaturas, baja disponibilidad de nutrientes, estrés mecánico y estrés energético, pero no
están adaptados a disturbios continuos de alta intensidad, como los que generan la ganadería, la agricultura y la
minería. En condiciones naturales todo ecosistema está adaptado a un régimen de disturbios (fuegos naturales,
erosión por vientos y lluvias, heladas, disturbios por animales, etc), pero a unas escalas espaciales y temporales
diferentes a los cambios promovidos por actividades económicas intensivas. En el caso de los páramos, el régimen
natural de disturbios se caracteriza por unas frecuencias bajas.
Entre las características ecológicas del páramo hay que señalar que la tasa de descomposición de la materia
orgánica es muy lenta. Además, existe una alta proporción de necromasa (biomasa acumulatoria) que se acumula en
pie, a diferencia de los bosques donde se forma un colchón de hojarasca en el suelo. En consecuencia la biomasa
de raíces es proporcionalmente menor que la biomasa aérea, ya que la mayor parte del ecosistema se encuentra por
encima del suelo. Estas características ecológicas determinan que los procesos de descomposición de la materia
orgánica y el ciclaje de nutrientes sean muy lentos, y que una parte significativa de ellos ocurran por encima del
suelo. Por eso, los disturbios que afectan la cobertura vegetal de los páramos son tan delicados en términos de la
estructura y dinámica del ecosistema. En comparación, existen ecosistemas mejor adaptados a disturbios, como por
ejemplo, las sabanas tropicales de la Orinoquia, donde la mayor parte de la biomasa es subterránea, lo que permite
una recuperación después de disturbios (como quemas naturales o antrópicas, sequía o sobrepastoreo).
Debido a la vulnerabilidad de los páramos, cuando un régimen natural se combina con un régimen antrópico de
disturbios (ganadería, agricultura, minería), se llega a una situación muy compleja como la que viven actualmente
muchas páramos, sometidos a fuertes proceso de degradación. En efecto, en la práctica, los disturbios antrópicos no
suelen venir solos, sino que se suman conformando un intrincado régimen de disturbios tanto naturales como
antrópicos que no deja que las áreas se recuperen. Como ejemplo, Vargas cita un caso cerca de Bogotá en el que
se combinaron disturbios de minería (caliza) y pastoreo, como consecuencia de lo cual la recuperación una vez
cerrada la mina fue particularmente difícil. Así la suma de disturbios a escala de un paisaje natural como el del
páramo (agricultura + ganadería, agricultura + minería) genera unos efectos sinérgicos importantes. Por eso, se
recomienda que los análisis de impactos deban hacerse de forma conjunta, no aislados. Como información de
referencia, el profesor Vargas documenta los impactos de la ganadería y de la agricultura, los cuales han sido objeto
de numerosos estudios. La ganadería extensiva produce un impacto muy grande en los páramos pues el pisoteo
constante del ganado altera y compacta el suelo hasta convertirlo en un prado (o pradera) dominada por especies
adaptadas a pisoteo y a herbivoría que no representa ni la estructura ni la función naturales del ecosistema. En el
caso de la agricultura, la mayor presión viene del cultivo de papa. La permanente aplicación de insumos químicos
produce una carga contaminante muy grande para los suelos y el agua. Si bien hasta ahora, los efectos más fuertes
sobre los páramos provienen de la ganadería y la agricultura, la minería con su expansión cada vez más está
entrando a sumar los disturbios. La minería complica aun más el delicado panorama de degradación de los páramos.
En términos ecológicos, en el caso de los páramos, uno de los impactos más graves es la disminución de la
necromasa (que funciona como un rico compartimento de nutrientes en el ecosistema) ocasionada por la eliminación
de la cobertura vegetal. Esto afecta la capacidad natural de inmovilización de nutrientes del sistema. Además,
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ocasiona la disminución de la diversidad de gramíneas y plantas bambusoideas, la pérdida de mecanismos de
regeneración, la compactación del suelo, cambios en el régimen hidrológico, cambios en las redes tróficas, y la
llegada de especies invasoras. Debe tenerse en cuenta que unos disturbios desatan otros.
Con base en la anterior explicación sobre las características particulares del ecosistema, se puede establecer que
aquellas operaciones mineras que remueven la cobertura vegetal afectan la integridad ecológica de los páramos,
incluyendo su estructura y composición de especies. A este respecto, en los programas de gestión ambiental minera
no se le presta la debida atención a los impactos que conllevan a una simplificación de la diversidad de especies y a
la transformación del páramo en un simple “prado” de baja diversidad vegetal. Entre otras afectaciones, se pierden
los mecanismos de regeneración, como por ejemplo los bancos naturales de semillas, que son reemplazados por
bancos de semillas de especies introducidas u oportunistas. Como resultado, la regeneración espontánea no
conduce a la recuperación de la complejidad de especies ni las funciones ecosistémicas, sino al desarrollo de un
pajonal de fisonomía similar, pero estructura y diversidad muy distinta, en comparación con la cobertura de
vegetación existente antes del impacto. Algunas evidencias que se conocen de proyectos mineros demuestran el
alcance de los impactos. Como ejemplos, Vargas refiere a un caso de proyecto minero de oro en la Cordillera Central
de Colombia y al caso de la minería en el páramo de Rabanal (Cordillera Oriental). En cuanto al tipo de minería, la
minería a cielo abierto representa una actividad intensiva cuyos disturbios son de tal magnitud que pone en
entredicho la posibilidad de restaurar realmente los atributos del ecosistema (no simplemente revegetar). La siembra
de avena, como en Yanacocha, está bien desde el punto de vista social, pero no corresponde al concepto de
restauración sino que representa reemplazo del ecosistema. En términos funcionales, en este caso se recuperan
parcialmente algunos servicios ambientales (suelo), pero no otros (regulación hídrica). Explica que debe distinguirse
entre procesos de restauración, procesos de rehabilitación (restauración parcial), y procesos de reemplazo. La
expectativa con la minería legal que actualmente se desarrolla en los páramos es manejar las cosas de tal manera
que se recuperen al menos parte de los servicios ecosistémicos perdidos.
Desde la perspectiva de la restauración de ecosistemas, lo aconsejable es hacer un manejo a escala regional del
paisaje no solamente en sitios puntuales. Ante un escenario regional donde se presentan diferentes tipos de
disturbios (ganadería, agricultura, ganadería), se debe concertar con la sociedad un mosaico regional de páramos
primarios (conservados), con páramos secundarios (restaurados parcialmente en su capacidad de prestar servicios
ambiéntales). En el tema de la restauración de páramos es necesario profundizar la investigación sobre las especies
más apropiadas, de acuerdo a la heterogeneidad ambiental y los gradientes altitudinales. El páramo como
ecosistema de montaña debe ser estudiado en términos de gradientes altitudinales, topográficos, hídricos y de
nutrientes. Eso produce mosaicos de paisaje. El páramo es heterogéneo, mucho más de lo que sugiere la visión
simplista de un pajonal homogéneo.
A manera de conclusión, tenemos suficientes evidencias científicas sobre la degradación que la suma de disturbios
antrópicos está ocasionando a los paramos. A los delicados impactos de la ganadería y la agricultura se suman
ahora los de la minería. Finalmente es una decisión política que compete a la sociedad si estos ecosistemas se
deben conservar por el valor superior que tienen como fuentes y reguladores de agua.
¿Por qué los Páramos son Ecosistemas Particularmente Vulnerables frente a Impactos intensivos como la
Minería? - Una Perspectiva Científica desde la Hidrología
Bert de Bievre (CONDESAN – Proyecto Páramo Andino) orientó su presentación hacia los potenciales efectos de la
minería sobre la producción de agua y la regulación hídrica en el páramo. Para ello se apoyó en la extrapolación a partir
de investigaciones sobre los impactos de otras actividades como la ganadería y agricultura. Los estudios específicos
sobre efectos de la minería en la hidrología de los páramos son aún escasos. Para poner en contexto el tema, empezó
recordando que grandes ciudades en la parte alta de los Andes, como Bogotá y Quito, dependen de la regulación hídrica
de los páramos para su provisión de agua. Pero también ciudades que no están en la altura, como el caso de Piura
dependen de los servicios hidrológicos del páramo.
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Para una mejor comprensión del tema, es necesario precisar qué queremos decir con “un buen servicio hidrológico”. Por
un lado, esperamos una alta producción de agua, y al respecto decimos que los páramos actúan como “fábricas de
agua”. Por otro lado, esperamos que además de la cantidad, el agua baje de los páramos con un caudal lo más
constante posible, lo cual asociamos a la función reguladora de los páramos, que metafóricamente se asocia a una
“esponja”. El páramo es excelente para las dos cosas. En cuanto a “producción de agua”, la mayoría de los páramos se
caracterizan por regimenes de precipitación relativamente altos (800 mm/año y más), y una baja estacionalidad (en
contraste con zonas más bajas donde suele presentarse una marcada estacionalidad en la precipitación). A esto se
suma la entrada de humedad en la neblina que es captada por la vegetación (“precipitación horizontal”), lo que ocurre en
la mayoría de páramos. Más aún, la vegetación de páramo tiene un consumo de agua comparativamente bajo (por la
baja evapotranspiración). Todo esto en conjunto significa que se acumula mucha agua disponible (páramos como
“fábricas de agua”).
En el tema de la regulación, mientras que en las zonas de baja altitud la gran fuente de regulación son las aguas
subterráneas, en los altos Andes la regulación hídrica está asociada a los glaciares (en algunas zonas de los Andes) y a
los páramos. En el caso de los páramos la función de regulación hídrica se sitúa principalmente en el suelo, a lo que se
suman las lagunas y turberas. La regulación en los suelos se explica por: (a) su altísima capacidad de infiltración gracias
a una alta porosidad; (b) una baja intensidad de la precipitación. La combinación de estos dos factores implica que
prácticamente toda la precipitación se infiltra en los suelos con casi nula pérdida de agua por escurrimiento superficial. A
ello, se suma la alta capacidad de retención de agua de los suelos paramunos.
En este marco, los parámetros hidrológicos más afectados por la minería son aquellas funciones de los suelos asociadas
a la regulación hídrica. Incluso con disturbios menores (eg. compactación por maquinaria) se afecta su estructura, pues
estos suelos son muy frágiles y no tienen resistencia mecánica. Lo más grave es que una vez colapsa la estructura
edáfica, la pérdida de sus funciones (capacidad de infiltración y capacidad de retención de agua) es irreversible. Esto
tiene que ver con elementos como la materia orgánica y los complejos órgano-metálicos, estructuras en general muy
porosas que al secarse pierden sus capacidades hidrológicas, incluso se tornan hidrofóbicas. En consecuencia, la clave
para evaluar impactos sobre los servicios hidrológicos del páramo está en la estructura y función de sus suelos. Por eso,
la pérdida de cobertura vegetal de los páramos es tan delicada pues deja los suelos al descubierto y los expone al
secamiento. En la práctica, lo que esto significa es que la restauración de las funciones hidrológicas de los suelos no se
garantiza por el simple hecho de reponer alguna cobertura vegetal. Igualmente la remoción de los suelos resulta en
impactos irreversibles en la medida en que además del secamiento se destruye su estructura (debido a la mencionada
condición de baja resistencia mecánica).
Otros aspectos que deberían evaluarse al estudiar la hidrología de los páramos en ámbitos mineros son: (a) los impactos
sobre la hidrología de laderas que pueden ser ocasionados por obras como la apertura de vías, con efectos como la
aceleración del drenaje, (b) la necesidad de caracterizar de forma exhaustiva los acuíferos y flujos subterráneos; (c) la
forestación con pinos y su efecto sobre la capacidad de infiltración y la capacidad de retención de agua de los suelos; (d)
el efecto del cambio climático sobre las funciones hidrológicas.
El cambio climático podría llevar de hecho a situaciones dramáticas como la disminución de grandes superficies de
páramo. Las predicciones de aumento de temperatura en las altas montañas son mucho mayores (hasta el doble) en
comparación con áreas ubicadas al nivel del mar. Esto implica que el límite altitudinal de los paramos subiría, lo que
podría significar disminución del 40% de la superficie de páramos en Ecuador, e incluso mayor en Colombia y Perú
donde los páramos empiezan a menor altitud
Criterios Generales para una Minería Ambiental y Socialmente Responsable en Ecosistemas Andinos
Una Perspectiva Técnica sobre Buenas Prácticas de la Minería Adaptadas a Ecosistemas de Alta Montaña
Patricio Crespo (Universidad de Cuenca - PROMAS) ofrece datos y reflexiones sobre el uso de la información científica
por parte de las empresas mineras para aprender lecciones y resolver problemas.
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Como parte de sus reflexiones propone la pregunta ¿Qué es minería ambientalmente y socialmente responsable?. En su
concepto, las respuestas a esta pregunta se deben adecuar en función del tipo de ecosistema y del contexto. Existen
prácticas mineras que son más afines a uno u otro ecosistema. Una buena práctica minera en un tipo de ecosistema no
necesariamente es buena en otro. Ante todo una minería responsable requiere contar con elementos de juicio objetivos.
Y ahí es donde entra a jugar un rol fundamental la investigación científica y el aporte de las Universidades. Por eso, la
Universidad de Cuenca a través de PROMAS se ha interesado en el tema. A diferencia de otros ecosistemas donde se
lleva a cabo minería, no existe una información robusta sobre ecosistemas altoandinos como el páramo. Una minería
ambientalmente responsable debe basarse en información científico-técnica de buena calidad. Entre los temas que
requieren ser estudiados para entender el ecosistema: (a) el conocimiento integral del área, bajo un enfoque
ecosistémico, no solo hidrología y edafología; (b) la estimación de las áreas de influencia, con visión de cuenca y
gradientes altitudinales, que vaya más allá de la concepción rígida de áreas de concesión minera.
Otro elemento fundamental es la disponibilidad de herramientas y la capacidad técnica. Se ha planteado la pregunta de
si los requisitos legales y trámites que las empresas mineras deben cumplir para obtener sus licencias de operación,
garantizan una minería responsable. En todo caso, es evidente que se necesita contar con herramientas de control y de
aplicación de la gestión ambiental minera. El Estado debe tener la capacidad de monitorear los planes de manejo. En el
caso de Cuenca, el Ministerio del Ambiente cuenta con poco personal que difícilmente tiene la capacidad de hacer
seguimiento a las numerosas licencias asociadas a la expansión de la minería en el austro ecuatoriano. Con frecuencia,
el Estado no sigue protocolos adecuados para hacer seguimiento. Entre otras deficiencias: se hace seguimiento parcial a
unos temas (hidrología) y poco a otros (suelos) y, no se siguen procesos adecuados de monitoreo (frecuencia de
muestreo, manejo de muestras de agua). . Por ejemplo, ¿es suficiente que el Ministerio del Ambiente tome una muestra
de agua cada tres meses?. Una de las consecuencias de estas debilidades técnicas es que los grupos que se oponen a
la minería suelen usar datos basados en procesos técnicos de monitoreo de agua poco válidos. Como recomendación,
sería importante que tanto las instituciones gubernamentales como los grupos que se oponen a la minería contaran con
mecanismos de monitoreo que siga estándares de calidad adecuados.
En el caso del proyecto minero Quimsacocha, la Universidad de Cuenca – PROMAS ha realizado trabajos de monitoreo
hidrológico y edafológico como parte del proceso de exploración avanzada, que han generado las siguientes lecciones
aprendidas: (a) el monitoreo no debe limitarse al área de concesión minera, debe abarcar los gradientes altitudinales y
las áreas de influencia; (b) se requiere trabajar bajo un concepto de aprendizaje dinámico, que se alimente del
conocimiento anterior al proyecto, más los datos de monitoreo y las investigaciones que se realicen durante las fases de
exploración avanzada, explotación y cierre. El objetivo no es simplemente recoger información e innumerables datos sino
usar la información para poder hacer un mejor análisis y aprender; (c) el monitoreo del agua es muy útil en la
planificación de operaciones mineras y el manejo de escombros, desde la construcción de carreteras hasta el manejo de
residuos mineros. Esto es particularmente válido en los páramos, teniendo en cuenta que por sus características
particulares, los cambios en la calidad del agua son drásticos incluso ante mínimos disturbios; (d) en el caso de los
páramos, el monitoreo hidrológico debe medir además de la precipitación, la lluvia lateral y neblina, ya que de no hacerlo
se pueden cometer errores de hasta un 30-40% en los indicadores de escorrentía; (e) en la restauración del suelo
posterior a las plataformas de exploración y caminos de acceso, es necesario conservar la humedad del suelo para evitar
el desecamiento, la pérdida de materia orgánica y las alteraciones en la química. Para ello, la práctica que mejor
resultado dio fue cubrir el suelo con plástico y darle riego; (f) puesto que los cambios en la estructura del suelo una vez
sea desecado son irreversibles, se ha aconsejado que la modalidad de minería sea subterránea y no a cielo abierto; (g)
la legislación ambiental y los métodos de control deben ser adecuados al contexto de los páramos, lo que supone revisar
estándares y métodos de análisis.
Es necesario mencionar una limitación técnica para cualquier programa de monitoreo ambiental de los páramos. Suele
haber una carencia de laboratorios especializados en ambientes de páramo, no es lo mismo monitorear en páramos que
en otros ecosistemas. Por ejemplo, la carga orgánica en las aguas de páramo es alta y esto genera distorsiones en las
lecturas convencionales que reflejan erróneamente contaminación por hidrocarburos. Además, lo usual en estas aguas
es encontrar concentraciones iónicas muy bajas y conductividades eléctricas muy bajas. Los equipos que utilizan los
laboratorios no están calibrados para esas concentraciones. Por eso, es importante trabajar con los laboratorios para
generar nuevas metodologías aplicables a zonas de páramo.
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En el diseño experimental para el monitoreo ambiental del proyecto Quimsacocha, se ha decidido enfocarse en los
siguientes puntos básicos: (a) balance del agua, cantidad de agua superficial y subterránea, régimen de flujo; (b) calidad
del agua, erosión y transporte de sedimentos, contaminación puntual y difusa; (c) balance y dinámica del carbono; (d)
componente biótico, flora y fauna terrestre y flora y fauna acuática. Para desarrollar este esquema, se cuenta
actualmente con una sólida red de monitoreo. En la fase de exploración avanzada en que se encuentra actualmente el
proyecto se ha hecho énfasis en: (a) monitoreo ambiental participativo; (b) caracterización ambiental o línea base y, (c)
control ambiental. Como criterio general, el monitoreo debe hacerse con la participación comunitaria. En este sentido se
considera importante facilitar herramientas a todos los actores para que la calidad de información sea la adecuada.
Una consecuencia importante del programa de monitoreo en Quimsacocha, es la decisión de la empresa IAMGOLD
Ecuador de descartar la opción de minería a cielo abierto para la fase de explotación. La alternativa debe ser minería
subterránea. Con base en las evidencias científicas se ha llegado a la convicción que en los páramos húmedos la
minería a cielo abierto no es aconsejable pues supone impactos en el suelo que resultan irreversibles.
Con base en la experiencia acumulada, Crespo propone un esquema de gestión ambiental minera basado en el
aprendizaje dinámico a través de la permanente generación de información, pues los estudios puntuales son muy
temporales. Como un ejemplo que ilustra el valor práctico de este enfoque, expuso que en el caso de Quimsacocha el
EIA dice que la mayor parte de suelos son Inceptisoles (con base en estudios edafológicos previos de la región), sin
embargo, posteriormente se encontró que la mayoría de los suelos son Andosoles e Histosoles. En este páramo se ha
logrado un razonable conocimiento sobre suelos e hidrología, pero aún es deficiente el conocimiento en el tema de
calidad de agua y biodiversidad de la zona. En general, puesto que los ecosistemas altoandinos son frágiles, se requiere
una profunda labor de investigación previa a cada etapa del ciclo minero para poder establecer las prácticas mineras
apropiadas. La propuesta más importante es aprender mediante el monitoreo. En los conflictos entre mineros y
opositores a la minería, el conocimiento y los datos técnicos son los que permiten evitar que se caigan en argumentos
basados simplemente en percepciones sin fundamento técnico.
Discusión (Sesión 3 – Los Científicos y Especialistas en Ecosistemas de Alta Montaña)
Manuel Glave (GRADE, Perú): A la luz de la información científica presentada por los anteriores expositores, resulta
claro que los páramos tienen un carácter especial por sus valores ecosistémicos, más allá de que representen 1 o
40% del territorio. También se puede argumentar que sus servicios ambientales tienen un valor económico
seguramente superior al valor de cualquier mina que en ellos se pueda establecer. Sin embargo, reitera su opinión
de que más que definir un manejo especial o prohibición de la minería, lo que habría que hacer es protegerlos en el
marco de la legislación ya existente en nuestros países aplicable a todo tipo de ecosistemas. Desde el punto de vista
de la economía política, parece complicado acordar entre todos los actores que las cabeceras de cuenca deben ser
zonas de exclusión de la minería, si bien puede tener sentido desde el punto de vista de la valoración de los servicios
ambientales. En términos prácticos supondría vetar la minería en ecosistemas de alta montaña, pues en realidad la
mayoría de los páramos están en cabeceras de cuenca. En definitiva las alternativas son dos: o apostamos por un
veto / prohibición / exclusión de la minería en los páramos o apostamos por fortalecer las políticas, herramientas y
normas que ya tenemos, como es el caso de los sistemas de áreas protegidas y los EIA que podrían mejorarse
notablemente.
Pablo Sánchez (ASPADERUC, Perú): Concuerda con el señor Glave en las complicaciones que genera el hecho de
que la minería andina en el caso del Perú suele estar en las cumbres de las montañas y en las cabeceras de cuenca.
El desafío consiste en solucionar los conflictos fundamentales que existen con base en una cuidadosa evaluación de
las situaciones que causan tensión. Si hay minas que no son productivas y no favorecen el desarrollo de las
comunidades ubicadas alrededor de ellas, no podemos permitir que funcionen. Pero, si hay minas que producen
rentabilidad y que pueden pagar la restauración de los daños que ocasionan, estas pueden ser aceptadas siempre
que se integren a los planes de desarrollo en las correspondientes cuencas y regiones. El Ingeniero Sánchez cree
que debe haber una interacción muy cercana entre la explotación minera y la concepción de cuenca, como unidad
básica de desarrollo. Por lo tanto en la minería andina no puede ser excluida la cabecera de cuenca del resto de la
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cuenca. La minería bien manejada es una alternativa productiva en las zonas de alta montaña, donde la ganadería y
la agricultura no son rentables.
Manuel Pulgar (SPDA, Perú): Es un hecho que, por razones geológicas, las actividades extractivas como minería e
hidrocarburos, coinciden con ecosistemas frágiles, lo que significa que la tensión entre grupos de interés se va a dar
con cierta permanencia. Para proteger este tipo de ecosistemas se cuenta con las áreas protegidas, las cuales han
sido durante décadas reivindicadas como el mecanismo fundamental de la conservación. En consecuencia, no va ser
fácil lograr que, además de las áreas protegidas, las actividades extractivas sean excluidas de ecosistemas que se
encuentren por fuera de ellas. A los ambientalistas se les va a pedir objetividad en este sentido. Habría que
demostrar sólidamente por qué en un tipo de ecosistema se pide la exclusión de la minería y en otros no. Debe
tenerse en cuenta que a los países les interesa promover la inversión y ofrecer condiciones claras y objetivas en
materia de concesiones. Así como se propone limitar o prohibir la minería en los páramos, también se podría hacer
la misma propuesta en otros ecosistemas importantes como los bosques tropicales o los manglares, lo que podría
llevar a decisiones no necesariamente coherentes y sin una base de objetividad. El problema es que, en medio de la
tensión entre políticas de conservación y políticas de inversión, si se toman decisiones arbitrarias sin el debido
soporte técnico y objetividad, al final lo que se pone en riesgo es la misma estrategia de conservación. En los tres
países, se están enfrentando precisamente tensiones entre la minería y la protección de ecosistemas, lo que lleva a
dilemas que obligan a analizar la información y tomar decisiones con objetividad. En este sentido, debe distinguirse
entre dos situaciones posibles: (a) ecosistemas ya afectados por una actividad económica legal con derechos
adquiridos y, (b) ecosistemas que queremos proteger frente a futuras presiones. En materia de derechos adquiridos,
ningún país va a aceptar, bajo una lógica de seguridad en la inversión, que se prive arbitrariamente a alguien de una
actividad legalmente permitida. Por otro lado, si finalmente se establecieran normas de prohibición de la minería
formal en los páramos, sería muy importante tomar medidas para asegurar el territorio, pues eventualmente se
podría dar una invasión de minería informal.
María Paula Quiceno (Instituto Humboldt, Colombia): pregunta sobre los costos asociados al modelo y herramientas
de monitoreo que la Universidad de Cuenca e IAMGOLD han puesto en práctica en el proyecto minero
Quimsacocha.
Joaquín Molano (Universidad Distrital – Bogotá y CENSAT Agua Viva): pregunta a Patricio Crespo si considera que
desde una visión ecosistémica es posible tener una perspectiva integral de los páramos?.
Eugenia Ponce (Instituto Humboldt, Colombia): Ante el comentario de Manuel Pulgar, aclara que en el caso
colombiano no podrían alegarse derechos adquiridos si un título minero ha sido ilegalmente obtenido, como ocurrió
con 46 títulos que fueron otorgados afectando parques nacionales, a pesar de una prohibición que existe desde
1977. Por otro lado, en cuanto a la reforma al Código Minero en Colombia, que a la fecha de este Taller ya ha
superado tres debates en el Congreso de la República, lo que se contempla es explicitar la exclusión de algunas
categorías específicas de áreas protegidas, algunas ya amparadas en la legislación (parques nacionales, parques
regionales y reservas forestales protectoras), más los ecosistemas de páramo y los humedales declarados como
sitios Ramsar. Explica además, que el contenido del proyecto de reforma al Código Minero que se debate en el
Congreso fue concertado entre el Ministerio de Minas y Energía y el Ministerio de Ambiente (MAVDT). De otra parte,
hace notar que las exposiciones de los científicos fueron coincidentes en cuanto a la irreversibilidad de los impactos
sobre los suelos de páramo. Esto hace que las perspectivas de la restauración sean complejas y los gastos de
restaurar, así sea parcialmente aquello que sea restaurable, son muy altos. Por eso surge la inquietud sobre las
responsabilidades asociadas a los pasivos de la minería en estos frágiles ecosistemas, y también sobre la capacidad
del Estado y la sociedad para hacerle el debido seguimiento al tema. Los planes de cierre, aun si se hacen con
responsabilidad, no pueden garantizar la rehabilitación integral y funcional de los ecosistemas de páramo. Es un
asunto delicado porque tiene que ver con un debate más amplio sobre la falta de equidad entre los beneficios de la
minería, que llegan a muy pocos, y los daños, que deben ser asumidos por toda la sociedad.
.
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Respuestas y comentarios de los expositores:
Patricio Crespo (Universidad de Cuenca – PROMAS, Ecuador): Responde a la pregunta sobre los costos del
monitoreo ambiental (calidad de agua y calidad de suelos) en la fase de exploración avanzada, que son del orden de
USD 600,000 – 700,000 al año. Esto incluye el costo de equipos (aprox. USD 100,000) e investigadores (aprox. USD
100,000). Aclara que además del protocolo de monitoreo exigido por el Ministerio del Ambiente, se incluyen análisis
adicionales con la intención de asegurar una mejor cobertura de eventos estacionales. En cuanto a si es posible
tener una perspectiva integral de los paramos desde el punto de vista ecosistémico, depende de la escala. Es
posible si es a escala de micro-cuenca o parcela; es imposible a escala de meso o cuenca. En su opinión, en el caso
de los páramos aun no entendemos bien cómo funciona el ecosistema, estamos apenas conociendo cómo trabaja la
regulación hidrológica y el papel de la biodiversidad en la función del ecosistema. Ni siquiera se ha completado el
inventario de especies.
Sesión 4
ACTORES QUE LE HACEN SEGUIMIENTO A LA MINERÍA
Presentaciones a cargo de representantes de ONG, universidades y un órgano estatal de
control que hacen seguimiento a proyectos de minería en páramos
Colombia
Oscar Darío Amaya (Procuraduría General de la Nación): Expuso la visión que tiene la Procuraduría en Colombia
respecto a la minería en áreas protegidas y en ecosistemas como los páramos. Para poner esta visión en contexto,
explica que la Procuraduría tiene la función de control sobre los funcionarios públicos desde tres aristas: (a) control
del ejercicio de la función pública, (b) protección y respeto de los derechos humanos y fundamentales (incluido el
derecho al ambiente) y, (c) la función preventiva. Para ello se trabaja a través de varias procuradurías delegadas
temáticas, una de las cuales es la responsable de los temas agrarios y ambientales. La Procuraduría delegada
Agraria y Ambiental, le ha venido haciendo seguimiento a la gestión de los páramos, en cumplimiento de la función
preventiva y de control. En esta perspectiva, se han analizado las principales actividades antrópicas que deterioran
los páramos en Colombia y como resultado en 2008 se publicó el documento “”Situación de los Páramos en
Colombia frente a la Actividad Antrópica y el Cambio Climático – Informe Preventivo”. El informe determinó, entre
otras conclusiones, que la mayoría de los páramos en el país, y principalmente los que están en los departamentos
de Boyacá y Cundinamarca, han sido seriamente afectados por la minería, la agricultura (siembra de papa) y la
ganadería extensiva e intensiva. Se detectaron así mismo faltas en términos de presencia y aplicación / observancia
de las normas por parte de las autoridades ambientales (MAVDT y Corporaciones Regionales). Se encontró también
que las entidades territoriales, los municipios y los departamentos, se han relajado en el control sobre el uso del
suelo y particularmente de los impactos sobre ecosistemas estratégicos. A la Unidad de Parques igualmente se le
reprocha que no le haya hecho el debido seguimiento a los títulos otorgados en parques naturales. Desde el punto
de vista de la Procuraduría el tema de parques naturales no admite discusión, por lo que resulta increíble que el
Estado colombiano haya otorgado más de 40 títulos que afectan áreas protegidas por la ley. Más aun, a pesar de las
evidencias encontradas, son muy pocos los procesos sancionatorios en curso por daño ambiental, lo que conduce a
una situación de impunidad. En esto la Procuraduría se propone intensificar actividades de control y prevención. De
hecho, ya se han venido adelantando actuaciones preventivas en sitios seleccionados: PNN Pisba, Páramo de
Rabanal, Páramo de Santurbán - PNR Sisavita.
En general, respecto a la influencia de la minería en parques naturales y páramos, La Procuraduría ha venido
haciendo los siguientes pronunciamientos: (a) comparte con la Corte Constitucional el tema de la inalienabilidad de
los parques naturales y va a exigir el cumplimiento de la normas constitucional y legal; (b) la Procuraduría hecha de
menos la existencia de una política nacional coherente frente al tema de minería en áreas protegidas; (c) igualmente,
en el tema específico de los páramos, la Procuraduría hecha también de menos la existencia de una estrategia
nacional frente a la presencia de la minería en estos ecosistemas estratégicos. Dada la importancia que ha ido
adquiriendo la minería en los planes de desarrollo del país, la existencia de políticas y normas unificadas y claras es
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fundamental para darle seguridad jurídica a los inversores extranjeros y nacionales. Los mensajes que se están
enviando a los inversionistas por parte del Estado son contradictorios. En el caso de los páramos, por ejemplo, se
necesitan definiciones claras que le digan por ejemplo al empresario minero, a partir de que cota altitudinal se puede
o no hacer minería; (d) considera que es necesario clarificar en términos jurídicos y normativos el significado que
tiene el derecho constitucional a un ambiente sano, así como la disposición constitucional de proteger el ambiente.
La Procuraduría sugiere que a pesar de la claridad normativa de la Constitución y de la ley, se deben desarrollar
herramientas que ayuden a resolver la falta de claridad política. En este sentido, se recomienda reivindicar la figura
de la Evaluación Ambiental Estratégica (EAE), que podría ayudar a la toma de decisiones políticas fundamentales.
Esta herramienta podría contribuir a clarificar las normas vigentes e incluso las definiciones que se tomen en la
reforma al Código Minero.
Joaquín Molano (Universidad Central & CENSAT Agua Viva): Hizo una presentación orientada a la defensa de los
páramos como mundos de agua, territorios de vida y cultura. En su opinión la singularidad biótica de los páramos y
su esencial función hídrica se han venido desvirtuando. La complejidad y diversidad de los páramos lleva a constatar
que debemos referirnos a estos ecosistemas en modo plural, pues no hay un páramo igual a otro. El aporte
ambiental, económico y cultural que los páramos en general hacen a los países andinos, obliga a un abordaje
especial. Los páramos han sido sagrados para la mayoría de las culturas indígenas que han habitado las montañas
andinas a lo largo de los siglos, pero para nosotros no lo son. Para la sociedad actual son un espacio más de
intervención y de colonización. Si definimos a los páramos como ecosistemas estratégicos, esto implica que los
ubicamos en medio de conflictos de la sociedad por el territorio y sus usos. Las instituciones hacen poca presencia,
por lo cual es importante empoderar a las comunidades que están allí para que participen en la toma de decisiones
sobre la gestión de los páramos. De igual manera, Molano rescata la necesidad de una visión integral del territorio. El
territorio es identidad, es cultura, es el lugar de las prácticas cotidianas, allí esta la memoria, no deberíamos
sectorizarlo. De hecho, la sustentabilidad la deberíamos evaluar en términos del territorio, la vida y la cultura. Las
actividades económicas en territorios complejos como son las altas montañas tendrían que responder a criterios más
integrales y no simplemente a las leyes del mercado, para poder hacer una manejo sustentable de tales territorios.
Aquel tipo de minería que fuese posible tendría que responder a criterios múltiples y atender los derechos tanto de la
gente y su construcción territorial, como los derechos de la naturaleza en los páramos. La respuesta lógica, si se
respetan los derechos de la gente y la naturaleza, sería que no se puede hacer minería en cualquier lugar.
Con referencia al debate que se ha planteado en este Taller, opina que la minería en las altas montañas nos lleva a
un desarrollo insustentable porque afecta ecosistemas que son fuentes y reguladores de agua. Muchos millones de
personas dependen del agua que suministran los páramos, para usos domésticos, agricultura e industria, pero el
agua también es cultura. Para sustentar el punto, hace referencia a algunos estudios de caso en la Cordillera
Oriental de Colombia en el complejo de páramos del Almorzadero – Santurbán y en algunos páramos de Boyacá. En
el páramo del Almorzadero una compañía minera (Carboriente) operó entre 1989 y 1993 bajo la modalidad a cielo
abierto con gran afectación a comunidades humanas, agua y flora. Luego otra empresa realizó ilegalmente una
actividad minera en la misma área, que fue finalmente suspendida por la autoridad ambiental (CAS). La sociedad
civil jugó un papel importante en este caso, en defensa del páramo. Dentro de las alternativas que se proponen, se
contempla la posible creación de un parque natural regional en este páramo. En este caso, es importante anotar que
ha surgido un rechazo a la minería sustentado en los daños ambientales y sociales ocasionados: contaminación de
cuencas, destrucción de identidad y valores comunales, agotamiento de fuentes de agua y reducción de actividades
agropecuarias, afectación de la salud, desplazamiento y violencia. Otro caso es el del páramo de Santurbán donde
una minera canadiense (Greystar) cuenta con una concesión de 100,000 ha. Allí el Estado ha ubicado, para
seguridad de la empresa, un batallón de alta montaña que limita el acceso de grupos de sociedad civil críticos de la
minería, que están interesados en hacer seguimiento a las actividades mineras en el páramo. En esta área ha sido
creado el Parque Natural Regional Sisavita que ha de jugar un papel fundamental en la protección del ecosistema.
En Boyacá, además del caso ya ilustrado del páramo de Rabanal, la explotación carbonífera pone en peligro el
sistema de páramos del área de amortiguación del Parque Nacional Natural de Pisba. Numerosas explotaciones en
Socha, Socotá, y Tasco, con innumerables bocaminas, están afectando los sistemas hídricos de los páramos.
La visión síntesis que plantea Molano se refleja en las siguientes reflexiones generales:
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•
La ciencia y el conocimiento científico van a la zaga de los procesos de destrucción de los páramos. Además, en
los procesos de concesiones y licenciamiento minero, el conocimiento científico está siendo manipulado, en
medio de prácticas corruptas, para aprobar títulos de manera ilegal y antitécnica.
El modelo extractivista es un modelo empobrecedor, pues la riqueza que se obtiene de los recursos mineros en
una determinada región, no se está re-invirtiendo de forma efectiva en la misma región. Al contrario genera
pobreza. Con el argumento de aumentar exportaciones y surtir materias primas al mercado internacional, los
beneficios en la realidad se están quedando en unas pocas empresas en tanto que las regiones cuyos recursos
naturales son explotados continúan empobrecidas.
Es necesario una construcción social centrada en la defensa de los páramos con amplia participación de las
comunidades, la academia y los políticos, entre otros grupos.
Ecuador
Manolo Morales (ECOLEX): Pone de manifiesto que el tema de la minería es del mayor interés público en Ecuador y
genera intensos debates entre los ciudadanos con distintas visiones. En su opinión el análisis no debe limitarse a la
minería en los páramos sino debe tratarse de forma más amplia, de modo que abarque otros ecosistemas
igualmente importantes. Así mismo, piensa que el debate de fondo tiene que ver con el modelo de desarrollo que ha
de imperar a nivel mundial, y en ese sentido la sociedad tendrá que tomar decisiones, entre otras, si va a dar
prioridad o no a la disponibilidad de agua para uso humano y producción de alimentos, por encima de elementos
suntuarios de consumo. Ecuador está promoviendo activamente la inversión extranjera en minería, entre otras
razones con el fin de compensar la disminución de la producción petrolífera. En medio de este contexto, se tiene
evidencia de que existen concesiones que afectan áreas protegidas como es el caso de bosques protectores
(muestra un mapa de catastro minero que ilustra esta afirmación).
Desde el año pasado Ecuador cuenta con una nueva Constitución Política con nuevas reglas de juego, con dos
conceptos importantes pertinentes a esta discusión: (a) propone un modelo de desarrollo basado en el “buen vivir”,
que incluye variables de orden ambiental; (b) establece y reconoce derechos de la naturaleza, lo que va a generar un
cambio de paradigma en el ejercicio jurídico, en la medida en que los ecosistemas y las especies son ahora sujetos
de derecho. En el nuevo marco legal, se cuenta con un mandato minero emanado de la Asamblea Constituyente con
una amplia participación de organizaciones sociales, una nueva ley de minería y una reforma al reglamento que
regula la consulta previa, para facilitar el ejercicio de los derechos de participación. Todos estos cambios apuntan a
resolver situaciones de ilegalidad y corrupción. Por ejemplo, como consecuencia del Mandato Minero se extinguieron
numerosas concesiones ilegales. Se mantuvieron del orden de 590 concesiones, que corresponden principalmente a
empresas con grandes proyectos que cuentan con reservas comprobadas (i.e. Ecuacorrientes, Dinasty Metals and
Mining, International Minerals, IAMGold, entre otras). La tradición del país hasta ahora había sido de pequeña
minería y minería artesanal. Actualmente no hay todavía ningún proyecto de minería a gran escala en fase de
explotación, pero varios se encuentran en fase de exploración avanzada, que corresponden precisamente a aquellos
que al gobierno le interesa promover.
A continuación, Morales ilustra la situación de conflictividad que rodea la minería en Ecuador, a partir de casos
emblemáticos de proyectos mineros (no necesariamente en zonas de páramo), Describe manejos inapropiados de
algunas empresas mineras y autoridades de gobierno, que han desencadenado la conflictividad social. Describe, por
ejemplo, el caso de Intag, donde se presentaron situaciones como uso de la violencia por guardias privados,
manejos corruptos que involucran autoridades y líderes comunitarios, en conjunto, prácticas de reemplazo de la
autoridad del Estado. Se refiere también al caso de Molleturo, proyecto que afecta un bosque protector, operado por
la empresa Río Tinto, compañía con un record de conflictividad social en el propio Ecuador. Igualmente, se refiere a
El Pangui en Zamora Chinchipe, donde el 70% de la población se expresó en contra de la minería a gran escala, en
medio de un entorno de débil institucionalidad más oportunismo político de algunos dirigentes locales.
Si bien es cierto que la sociedad civil tiene en Ecuador espacios y oportunidades de participación, en su opinión no
existen totales garantías de que la toma de decisiones considere la visión y propuestas de los grupos sociales. Existe
preocupación, por ejemplo, por los derechos de los pueblos indígenas y la implementación de reivindicaciones
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logradas en convenios internacionales, dado que ahora esos convenios quedan jerárquicamente por debajo de la
Constitución Política. Incluso en el nuevo gobierno con todo y su apertura social, hay condiciones inequitativas para
el diálogo.
En términos de gobernanza la propuesta es el empoderamiento de la gente local en respeto del marco constitucional
y legal que establece los derechos de participación. Las empresas deben recordar que tienen derechos como
concesionarios, pero que finalmente explotan recursos que le pertenecen a la nación y deben cumplir unas reglas de
juego en materia ambiental y social.
Reflexiones sobre el actual desarrollo minero en Ecuador:
• Aunque se haya decretado una nueva ley minera, no se puede afirmar que la sociedad ecuatoriana ha decidido
hacer minería, es el gobierno el que tomó esa decisión, no es una decisión de país. Así la política actual y la ley
minera no corresponden a una política de largo plazo, ni a una decisión nacional de consenso, sino a una
decisión coyuntural de gobierno, y por lo tanto es una decisión que podría cambiar en el futuro al vaivén de
nuevas coyunturas políticas.
• No se trata de hacer una oposición a la actividad minera en general, pero si de invitar a una reflexión sobre
alternativas de desarrollo. No es lo mismo la minería en un desierto que en áreas de alta biodiversidad, donde
existen ecosistemas que ofrecen servicios estratégicos esenciales. El desarrollo de la minería en un país como
Ecuador debe partir del análisis de elementos de contexto que son diferentes a la minería en otros países (eg.
Chile). Ecuador se caracteriza por una alta biodiversidad, con ecosistemas de los cuales dependen
directamente numerosas poblaciones locales e indígenas. Igualmente, su alta densidad poblacional y ocupación
del territorio, determina conflictos potenciales especialmente si no se tienen presentes los usos del territorio
previamente establecidos, además de las áreas protegidas, territorios intangibles, territorios indígenas, etc.
• Personalmente, Morales piensa que debe haber minería en el Ecuador, pero no todo lo que se está planteando,
opina que es una demencia. Se debe regular la pequeña y mediana minería de manera estricta, así como la
gran minería, respetando los principios consignados en la nueva Constitución, como el principio de precaución y
el principio indubio pronatura (ante la duda se debe favorecer a la naturaleza). Es necesario acordar de forma
consensuada cuáles deben ser las áreas intangibles para las actividades extractivas (eg. áreas protegidas,
páramos, humedales, territorios indígenas, etc).
• Se debe respetar el derecho a la participación y la consulta previa, así como a la resistencia de poblaciones
locales, no criminalizarlo, pues esto genera mayores conflictos.
• En términos de costo – beneficio de la minería, el país debe tener cuidado con el tema de los pasivos
ambientales, lo que representa costos altos que terminan cubriendo los contribuyentes.
• Conviene reflexionar sobre la lógica de los mercados mineros y el modelo de desarrollo. A nivel mundial la
minería es una actividad contaminante, el 15% de la población mundial (la mayoría en países del norte)
consume el 60% de los metales que se producen, América Latina apenas consume el 5.5 % de los metales que
se producen.
Propuestas para el caso de Ecuador:
• Realizar una amplia Evaluación Ambiental Estratégica para definir la viabilidad de la minería en el país. Esto
ayudaría incluso a construir un plan de ordenamiento territorial a escala de país, que de hecho está previsto en
la nueva Constitución, para que cada actividad económica se realice de forma ordenada y no a ciegas en todo el
territorio.
• Generar condiciones más equitativas para un diálogo nacional, un diálogo respetuoso y abierto a todas las
visiones, que permita el acceso a todos los interesados. En Ecuador, el diálogo minero previo a la actual ley
minera se dio de manera sectorial básicamente entre gobierno, empresas mineras y empleados de las
empresas. Sin embargo, por sus implicaciones para el desarrollo del país, la minería debería ser un tema que
involucre a todo tipo de actores no solo a los sectoriales. Es un tema nacional, no sectorial ni subsectorial.
• Orientar la política y las acciones hacia un nuevo modelo de desarrollo, en concordancia con lo planteado en la
Constitución Política (Buen Vivir”).
Las preguntas claves son: ¿queremos o no minería a gran escala?, ¿qué tipo de minería (cielo abierto, subterránea?,
¿dónde vamos a hacer minería y dónde no?, ¿cómo vamos a hacer el monitoreo tanto ambiental como social,
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político y administrativo?, ¿qué tipo de marco institucional requerimos?, ¿es suficiente con una instancia de
fiscalización y control adscrita al Ministerio de Minas y Petróleos o hace falta la superintendencia ambiental prevista
en la nueva constitución?.
Perú
Pablo Sánchez (ASPADERUC): Empieza por describir el contexto ambiental y social del páramo-jalca en el norte de
Perú (departamentos de La Libertad, Cajamarca y Piura) y analizar la transformación de estas áreas durante las
últimas décadas. Señala que se trata de una zona de praderas permanentes con algunos relictos de bosque que
abarca unos 30,000 km2 con características diferenciadas ubicada sobre los 3000 msnm hasta la línea de cumbres,
línea que en esta parte del país rara vez pasa los 4300 msnm. Las precipitaciones pluviales oscilan entre los 1000 y
1700 mm. Históricamente las áreas de páramo-jalca se encontraban dentro de las grandes haciendas de Cajamarca,
sujetas a pocos usos económicos. A partir de la reforma agraria de 1970 se suscitaron grandes cambios. Las
grandes áreas se parcelaron y se produjo una migración desde las zonas bajas de ladera. Esta jalca que antes era
poco poblada se ha densificado y se ha incrementado la actividad agrícola y ganadera, lo que ha producido
degradación de los suelos por erosión. Dos grandes empresas, Gloria y Nestlé compradoras de leche han promovido
la transformación de pajonales naturales de la jalca en praderas cultivadas de rye-grass y trébol. A la expansión
ganadera y agrícola, se viene a sumar la minería, que incrementa los impactos y la degradación que la jalca ya viene
sufriendo.
Son alrededor de siete grandes empresas mineras, de las cuales tres en plena fase de explotación, cuyo impacto en
las cabeceras de cuenca es preocupante. La alteración del ecosistema es grande, por la actividad minera metálica y
no metálica (arcillas, sílice, etc). Los conflictos no son solo con Minera Yanacocha sino también con las otras
mineras. La gente reclama sus derechos a ser escuchados y a participar. Varias ONG e instituciones apoyan estos
reclamos. En medio de esta conflictividad hay todo tipo de comportamientos, incluso oportunismo de quienes migran
desde las zonas bajas y se asientan cerca de las minas con la idea de obtener beneficios y vender sus
asentamientos a mejor precio. La situación de seguridad alimentaria tiene una estrecha relación con el manejo del
recurso hídrico. Todo lo que impacta en el agua, impacta en la comida. Esto explica muchos de los reclamos de la
gente. En respuesta las mineras como Yanacocha se han empeñado en garantizar suministro de agua a las
comunidades aledañas. La inquietud es que va a pasar después de que las mineras se retiren.
Teniendo en cuenta el panorama actual, el Ingeniero Sánchez considera que la meta del desarrollo regional debe ser
un desarrollo humano sostenible, equitativo y solidario. Conviene tener presente que las comunidades locales y las
empresas tienen derechos pero ambos tienen también deberes. Ello supone una gestión integral de las cuencas y el
manejo de ecosistemas sostenibles y productivos.
Propuestas:
• En el caso de Cajamarca es necesario realizar una zonificación ecológica - económica para establecer cuál es
realmente la potencialidad económica y social de las diferentes áreas, determinar en dónde pueden o deben
realmente establecerse los asentamientos mineros, las plantaciones forestales, la actividad agraria, piscícola,
etc.
• Se debe buscar la solución de conflictos. Para ello es importante el diálogo en busca de un balance adecuado
entre las diferentes actividades económicas y la jalca.
• Las empresas mineras tienen el desafío de mejorar la eficiencia en el manejo del agua y de la energía.
• Tanto el gobierno como las mineras y la sociedad civil pueden trabajar en conjunto en la gestión del agua, en el
marco de programas de desarrollo de cuenca.
• Los excedentes de la minería deberían concentrase en la gestión del agua, desarrollo educativo, mejoramiento
de capacidades en salud, en vialidad y en energía.
• La biodiversidad de la jalca, tanto el pajonal como los relictos de bosque, deben ser objeto de un sólido
programa de protección.
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Gerardo Damonte (GRADE, Perú): Observa que a partir de las evidencias científicas y de los diferentes puntos de
vista, en el Taller se han venido planteando dos tipos de propuestas:
• Establecer restricciones a la minería en los páramos.
• Mejorar los sistemas de gestión ambiental de la minería en los páramos.
Para poner en perspectiva la viabilidad de estas propuestas, hace un análisis del contexto peruano. En el aspecto
político, la situación es diferente a los otros dos países. El debate sobre el uso de los recursos se ha centrado en la
discusión sobre quién debe usar o quién no deja usar los recursos naturales, a propósito de un artículo escrito por el
presidente Alan García (“El Perro del Hortelano”). El hecho es que el modelo actual y las políticas públicas en el
Perú suponen que siempre es posible proteger la naturaleza y evitar la contaminación por la vía de mejorar los
estándares y las tecnologías de gestión ambiental. En el caso de la minería, existe una polarización de posiciones
entre el gobierno y grupos de sociedad civil (mineros o antimineros).
El sector minero peruano está dominado por la gran minería, de modo que la mayor parte de la producción y la
generación de rentas se concentran en un puñado de grandes proyectos mineros (i.e. Yanacocha, Antamina, etc). En
ese sentido, y ante las oscilaciones de precios internacionales y crisis económica es importante para el gobierno
impulsar nuevos proyectos de gran tamaño para asegurar un nivel de rentas. Para el gobierno central la minería es
importante básicamente por sus beneficios en términos de rentas, ya que más del 50% de las exportaciones son
mineras. Para los gobiernos regionales, por las transferencias del canon minero a regiones y distritos productores,
que pueden llegar a más de 1000 millones de dólares en un año.
Varias ONG le han hecho seguimiento a la minería y, algunas de ellas se han interesado en la minería en el páramo
jalca. Entre ellas se encuentran CooperAcción, OXFAM, GRADE, SPDA, entre otras. Gracias a los aportes de todas
estas organizaciones se tiene una mejor comprensión sobre las interacciones entre minería, ecosistemas y
desarrollo local. A continuación algunos elementos de análisis que se nutren del intercambio de ideas en diferentes
espacios:
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Los estándares ambientales y sociales de las empresas mineras ofrecen un espectro enorme. Esto es reflejo de
la enorme heterogeneidad del sector minero. El sector incluye las más grandes mineras del mundo, mediana y
pequeña minería y minería informal), lo que supone una variedad enorme de tecnologías, estándares, tamaño y
duración de proyectos.
En los últimos años se ha evolucionado mucho en el desarrollo de ideas sobre gestión ambiental en minería. Por
ejemplo, se llegó a aceptar las “no go zones” concepto que para la industria representó un paso importante.
Igual ha ocurrido con la evolución del concepto de ‘offsets’ (compensaciones por pérdida de biodiversidad).
Dentro de esta lógica, una restricción a actividades mineras en los páramos no necesariamente representaría un
rechazo general a la minería. La industria se puede adecuar a ello. De hecho, algunas de las restricciones que
hoy acepta el sector minero hace veinte años se hubieran visto como “vetos”.
En medio de la tensión entre el uso y la conservación de recursos, cualquier política o norma tiene que ser
ejecutable, lo que implica que además de la aceptación a nivel nacional también debe haber una aceptación por
parte de los actores locales. En este sentido, las propuestas de no-tocar el páramo pueden encontrar rechazo
por parte de las propias poblaciones locales, las cuales de hecho ya vienen usando el páramo.
En el tema de la autoridad sobre los recursos naturales se presentan algunas contradicciones y situaciones
dinámicas. El Estado peruano no tiene suficiente capacidad, lo que ha llevado a que el gobierno fáctico de los
recursos se da más a través de las empresas mineras que a través del Estado. Al mismo tiempo, la empresa
minera entra como otro actor social en busca del recurso agua. Por su parte, las rondas campesinas (formadas
para combatir el abigeato, comités de defensa) evolucionaron y han adquirido representación política a escala
local.
Debido a la complejidad en la ejecución del canon minero, hay mucho dinero entrampado que no encuentra vías
o planes para ser ejecutado por lo que se requieren procesos de zonificación que no solo regulen las actividades
extractivas sino también ayuden a hacer un uso planificado e integral de los recursos del canon minero. El
sistema peruano de transferencia de fondos es ineficiente. Como ejemplo de ello, la región Ancash solo pudo
ejecutar el 17% del canon que recibió en el último año, por causa de trámites administrativos y barreras
técnicas.
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•
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Participación y derechos humanos. Los conflictos alrededor de la minería se han multiplicado en los últimos
años. Esto implica que los nuevos proyectos mineros deben tener aprobación social, pues existe mucha
sensibilidad y se pueden generar ‘anticuerpos’ en algunos sectores de la sociedad. Existe dificultad en promover
las formas democráticas de participación. Si bien es cierto que han aumentado los espacios de participación
(consultas, talleres) existe un cuello de botella: la mayoría de talleres concluyen en posiciones encontradas, a
favor o en contra del proyecto. A esto se suma la frecuente la politización de las consultas bajo intereses
partidarios. Con base en este tipo de situaciones, algunas empresas piensan que los mecanismos de
participación deben tener menos audiencias y más discusión con científicos y técnicos para la toma de
decisiones sobre si un proyecto va o no. Por el contrario, otros propugnan a favor de la “consulta vecinal”,
mecanismo participativo (no vinculante). Un problema es definir quién tiene derecho de tomar decisiones, si los
actores locales o los actores nacionales. Si bien la minería tiene impactos locales también los tiene de orden
nacional en términos de rentas, etc.
Cada escenario regional es distinto. En Cajamarca, en el marco de la historia del paso de hacienda-reforma
agraria, existen un sinnúmero de pequeños productores. En este contexto, si alguien propone que los páramos
van a ser protegidos la gente que actualmente utiliza estos espacios va a saltar. En cambio en Piura ha habido
más recepción por parte de la población a la idea de proteger los páramos. Esto se entiende porque los páramos
se encuentran protegidos culturalmente en este caso. Los páramos son lugares de peregrinación, lugares
mágicos y curativos. Así, cualquier propuesta de protección debe considerar a las poblaciones locales que
pueden hacer uso de los páramos de múltiples maneras.
Las propuestas que puedan surgir de este Taller y del subsecuente diálogo deberían tener dos niveles:
• Un nivel macro de país y subregión andina, con propuestas generales, ya sean orientadas hacia la exclusión de
la minería en páramos o hacia la mejora en la gestión ambiental minera en estos ecosistemas. Se podría
plantear un marco general y someterlo a negociación.
• Lo anterior debe ser complementado con propuestas a un nivel micro, que contemplen mecanismos para llevar
esas propuestas a los ámbitos locales. Esto porque las iniciativas de nivel macro no se ejecutan
automáticamente a escala local si no se pasa por procesos de socialización y desarrollo de mecanismos
públicos para la apropiación de políticas o normas que competan a los páramos y la minería.
Cualquiera sea la iniciativa, sin embargo, su éxito va a depender de una voluntad estatal que se acompañe de mayor
presencia institucional y autoridad. El problema es que en el escenario actual, no hay una planificación integral de la
minería que involucre zonificación y las leyes existentes son inconexas. Básicamente la política minera se concentra
en promover inversión para generar mayores rentas, en consecuencia se busca mayor agilidad para otorgar
concesiones. En esta perspectiva, la tendencia es a disminuir las obligaciones públicas y dejar que la
responsabilidad social corporativa sea la que tome la iniciativa en espacios mineros.
PANEL FINAL
Para orientar la discusión final, se pidió a un grupo de participantes que realizaran una breve síntesis de los puntos
más relevantes discutidos a lo largo del Taller, así como una reflexión integradora con sentido propositivo. Estos
panelistas fueron seleccionados de modo que representaran las diferentes visiones y tendencias reunidas. Luego, se
dio paso a comentarios de todos los demás participantes.
Fernando Carrión (IAMGOLD Ecuador): Realiza una reflexión con ánimo propositivo desde la industria minera. En su
opinión, en la búsqueda de sinergias entre todos los actores lo que debe convocar al diálogo es el gran objetivo del
desarrollo humano y el respeto a la naturaleza. Los diferentes actores tienen diferentes urgencias, lo que debería
buscarse es que estas urgencias confluyan en un plan de ordenamiento territorial donde exista un perfecto equilibrio
entre las distintas expectativas, con indicadores y variables que se puedan medir. En la industria hay un desarrollo
de conciencia en el sentido que la minería debe ser un negocio justo. Se viene reconociendo que el tema de la
minería ha tenido una mala distribución en cuanto a inversiones, ganancias y beneficios para los actores locales y los
países. Esto ha llevado a ideas novedosas. En los últimos años la preocupación de muchas empresas ha rebasado
la idea primaria de acumulación. Hoy podemos saludar que las empresas mineras en general tienen un espíritu
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diferente, y por ahí se cuenta con una puerta abierta para el diálogo. Por ejemplo, en el proyecto Quimsacocha se
está pensando en una tasa de retorno de alrededor de 20% antes de impuestos. Se estima que de los USD 362
millones que se proyecta invertir en la construcción del proyecto, más del 65% sería capital operativo que se queda
en el mismo proyecto y su entorno. Este tipo de ejercicio económico, ya significa una señal de la propia industria
respecto a que debe haber una mejor distribución de la riqueza proveniente de la minería. En el aspecto ambiental,
la empresa puede aportar al ordenamiento territorial como instrumento fundamental para que la producción sea
mejor organizada y los beneficios se orienten a la población local. En cuanto a las zonas sensibles, las empresas
mineras pueden aportar mucho en materia de una incorporación dinámica del conocimiento científico, con un
carácter vinculante a principios y a políticas. La conciencia ambiental exige que la ciencia ofrezca pautas para
mejorar la gestión. De hecho, cada día más empresas acuden a ejercicios científicos para una mejora de su gestión
ambiental. Por otro lado, suena irónico, pero teniendo en cuenta la débil presencia del Estado en muchas zonas
mineras, se debe garantizar una mayor presencia del Estado en el negocio minero, que ejerza realmente su rol
regulador. Se ha visto que la capacidad de inversión en corto plazo de las empresas mineras puede generar unas
economías locales que transgredan los planes nacionales. Es el Estado el que debe estar al frente del tema minero.
Las empresas mineras pagan sus impuestos y el Estado es el que debe hacer presencia en las comunidades para
lograr los objetivos de desarrollo local. En consecuencia, el desafío para el Estado consiste en mejorar la calidad de
inversión de las rentas procedentes de la actividad minera.
Orlando Vargas (Universidad Nacional de Colombia): Plantea algunas propuestas en el ámbito de la investigación
científica. Se debe empezar por entender en qué punto se encuentra el conocimiento de los páramos. Se suele decir
que la investigación no está orientada a solucionar los problemas concretos que se plantean. La investigación en
páramos tiene una larga tradición, pero no ha superado aún la fase descriptiva (inventarios de especies, etc), hace
falta interpretar de una forma dinámica cómo funciona un ecosistema, una región o una cuenca. En las
Universidades e institutos de investigación debemos pensar en cómo superar lo descriptivo. Una idea básica es que
se considere el páramo como un paisaje, como una región, un territorio, y se analice integralmente las diferentes
dinámicas ambientales, sociales y económicas. Como señaló en su presentación, los patrones y jerarquías de
disturbios que afectan un páramo están finalmente relacionados con las jerarquías sociales y las actividades
humanas. Si uno quiere realmente comprender lo que pasa en los páramos debe estudiar las interacciones entre
esas distintas jerarquías. Otro problema es que las investigaciones son de corto plazo, lo que dificulta entender los
dinámicos procesos de los ecosistemas a diferentes escalas de espacio y tiempo. La dinámica de la vegetación, por
ejemplo, se puede entender mejor bajo una perspectiva integral que analiza procesos ecológicos en función de
acciones antrópicas. En síntesis, los impactos de la minería sobre los ecosistemas de páramo se entienden mejor si
se estudian en una perspectiva regional en función de las dinámicas y jerarquías sociales. Con este mismo enfoque
conceptual, integral, dinámico y participativo, se pueden plantear temas de investigación fundamentales, como la
restauración de páramos degradados. La restauración ecológica es una idea fecunda que contribuye a tomar
decisiones sobre conservación, restauración y uso de la tierra en un paisaje. La gente es la que define qué áreas va
a conservar, restaurar, o usar. La restauración ecológica responde a una nueva visión de la naturaleza. Antes la
gente veía la conservación como algo que venia de instituciones y agentes ajenos a una región. En cambio, un
proyecto de restauración ecológica por fuerza debe ser concertado, planeado y ejecutado con la comunidad para que
tenga éxito. Estos procesos se prestan para la unión del conocimiento científico con el conocimiento local. La clave
de la investigación científica en páramos es integrar a la gente local. Otra estrategia importante es la compra de
terrenos que se encuentren en una condición lo más parecida al ecosistema natural, como referencia para la
restauración, si no se conservan relictos no obtendremos puntos de referencia para investigar y hacer restauración.
Eugenia Ponce de León (Instituto Humboldt, Colombia): Ofrece las siguientes consideraciones generales basadas en
su análisis sobre el desarrollo del Taller:
• Cualquiera de las recomendaciones que surjan de este Taller debe tener en cuenta el reconocimiento de las
diferencias entre países. Perú tiene gran minería en el páramo hace años en Cajamarca, pero en zonas como
Piura el tema está en plena discusión, son dos escenarios distintos y posiblemente las decisiones sean distintas.
En Colombia, el momento político contempla la exclusión de la minería en los páramos. Si bien es necesario
transar en muchos temas, hay temas en los que no se puede transar, y hay que establecer de forma preventiva
barreras en ecosistemas delicados como los páramos.
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Debemos distinguir los proyectos mineros legales en páramo que están en explotación actualmente de lo que
viene en el futuro. Esto supone unos derechos adquiridos que por supuesto se deben respetar hasta la
culminación de los proyectos. Para el futuro la idea es que no haya minería en los páramos, todos los países
deberían considerar seriamente esta opción, por supuesto dentro de sus particularidades.
En referencia a los acuerdos conceptuales que se fueron consensuando a lo largo del Taller, destaca el
siguiente: no podemos ver el páramo aislado sino vinculado a la cuenca alta como parte de la región de
montaña. No podemos hablar del páramo simplemente como un ecosistema natural sino que debemos hablar
del páramo como un socio-ecosistema.
Otro tema que se planteó en este taller de forma recurrente es que los instrumentos de gestión y control
ambiental (EIA, licencia ambiental, etc) se quedan cortos y no están siendo efectivos, hay que dar el paso a
evaluaciones ambientales estratégicas que no evalúen solo un punto en el mapa sino toda la región que es
impactada directa e indirectamente.
En cuanto al rol del Estado y la institucionalidad, debemos exigir de nuestras instituciones una mayor presencia
y capacidad de control, que velen por el bien común. El rol del Estado es irrenunciable frente a temas de interés
general como es el caso de los servicios esenciales que prestan ecosistemas como los paramos.
Falta mucha investigación sobre las implicaciones ambientales y sociales de la minería y surge la pregunta
¿quién paga por la investigación?. Los proyectos de investigación deberían ser cubiertos por las empresas así
no sea en el área minera específica. En especial temas como la comprensión dinámica de los ecosistemas y la
restauración. Tengamos en cuenta que el modelo extractivista se come el capital y cuando se acaba se acaba,
es no renovable, por eso el Estado debería establecer obligaciones en este sentido, mas allá de las cargas
tributarias y de las compensaciones.
Esta reunión ocurre en la Secretaría General de la Comunidad Andina (SG-CAN), en el marco de una Agenda
Ambiental Andina y un interés en los páramos. Además, es convocada por CONDESAN - Proyecto Páramo
Andino que también tiene un alcance regional. Todo esto permite intercambio entre países, y dentro del respeto
a las particularidades y respeto a la soberanía de cada país, nos permite avanzar en propuestas de nivel
regional.
Puesto que en este Taller no se va a concluir el debate, propone que los participantes se comprometan en
participar de una red para continuar el diálogo, tal vez abrir un espacio virtual (eg. Infoandina).
Leoncio Galarza (Ministerio de Minas y Petróleos, Ecuador): Coincide en muchos de los planteamientos de los
colegas panelistas. Destaca que todos estamos de acuerdo en la condición de fragilidad y vulnerabilidad del páramo,
no solo frente a la minería sino a todo actividad económica. Igualmente, casi todos los expositores han señalado la
necesidad de profundizar el conocimiento sobre los páramos, tanto en los aspectos ambientales y sociales. Y se han
planteado preguntas importantes ¿Quién paga la investigación?, ¿quién paga la remediación?. Es evidente que el
Estado debería promover más investigación en páramo y reglamentar mejor la gestión de estos estratégicos
ecosistemas. Considera que un actor muy importante y neutral que podría ayudarnos en estos desafíos es la
universidad. En el caso de Ecuador el Programa de Manejo de Agua y Suelos (PROMAS) en la Universidad de
Cuenca, con cerca de 16 años, es un buen ejemplo del papel que puede jugar la universidad. En el Ministerio se está
discutiendo justamente sobre el rol que deben tener las universidades en la tarea de control, de modo que no haya
sesgo estatal ni sesgo empresarial. Esto contribuiría al desarrollo responsable que nos interesa en el campo de la
minería. Por otro lado, además de la investigación, la Universidad también tiene la capacidad técnica para ayudarnos
a superar algunos problemas del pasado. Por ejemplo, en apoyo a la elaboración de proyectos con las comunidades
para el uso de las transferencias mineras. Así podríamos contribuir a romper el círculo vicioso de las transferencias
que no llegan a las comunidades, y que en lugar de inversión social muchas veces se convierten en inversión
clientelar, que no apunta a las reales necesidades de las comunidades. Finalmente, comparte la idea de no perder
este vínculo entre los distintos sectores y visiones que nos hemos reunido en este Taller. Se ha demostrado que
podemos dialogar, encontrar puntos en común, que lo que hace falta es abrir los espacios tal como se ha hecho en
esta reunión.
Gerardo Damonte (GRADE, Perú): Aparte de lo dicho en su presentación, le interesa focalizarse en algunas
conclusiones.
• Una primera conclusión es que los páramos requieren una protección especial. La evidencia científica nos indica
que su protección es vital no solamente para los mismos páramos por sus valores ecosistémicos y para la
32
•
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•
población local sino también para el sostenimiento de las cuencas y la producción en general de una región. Hay
un acuerdo sobre esta premisa, el tema es cómo viabilizar un sistema efectivo de protección de los páramos.
Para ello se necesita incluir en el análisis la variable económica en términos del impacto que tendría sobre el
desarrollo minero la protección de áreas de páramo. La industria minera tiene un papel en esto por su capacidad
de generar información, aquí el requisito sería que esta información sea pública.
Lo ambiental tiene que estar asociado a lo social, añadiría que la investigación debe indagar también las
prácticas productivas de la población local para entender el uso sistémico del territorio que hacen estas
poblaciones. Esto es útil no solo en términos de aprendizaje sino también para darle protagonismo a las
comunidades. Rescata el concepto de ‘cultura de territorialidad’ que planteó Fernando Carrión de IAMGold al
describir la manera como asume la población local en Cuenca su entorno, comportamiento que valdría la pena
conocer mejor con el ánimo de incentivar mejor la participación local en otras zonas de páramo.
En cuanto a los mecanismos de participación política y toma de decisiones, reitera la pregunta ¿quién tiene
derecho a decidir dónde hay minería o no?, ¿la localidad, la región, el país?. En esto vale la pena conocer más
sobre las experiencias en los distintos países.
Sería provechoso definir mejor el rol público y el rol privado, está claro que hay una confluencia de actores, vale
la pena explorar mejores maneras de fiscalización y de manejo del sector minero desde lo público. Por supuesto
que hay un rol de la empresa privada, pero que debe estar siempre bajo la planificación y el control público.
Coincide con la necesidad de mantener la comunicación y el intercambio de información entre países. Si bien es
cierto que existen especificidades de contexto en cada país, sería bueno pensar en que más allá de coyunturas
políticas, se pueda pensar en algún tipo de programa de cooperación a escala de la Comunidad Andina.
Comentarios finales de otros participantes:
Manuel Pulgar (SPDA, Perú): señala que en Perú existe la figura de “no catastro minero” que cobija las áreas
urbanas y de expansión urbana, y las áreas de uso indirecto como los parques naturales y los santuarios. Así, la
autoridad minera debería tener claro que no puede otorgar títulos mineros en estas áreas. Lo importante es que
estas exclusiones estén claras para todos, por lo cual considera muy importante que la información al respecto
circule al interior de las instituciones gubernamentales pertinentes.
Joaquín Molano (CENSAT Agua Viva & Universidad Central): Para construir consensos hay que pensar en un
lenguaje común que nos permita entendernos mejor. Todavía hay algún grado de equívocos en los conceptos. Sería
útil como lo han dicho los otros panelistas construir un sistema de comunicación que nos permita mantener un
diálogo permanente a manera de red. En su opinión, sin embargo, esta red debería ser más amplia e implicar a los
diferentes sectores y actores con intereses en los páramos. Si bien en este evento el tema es la minería, la defensa
de estos ecosistemas debe contemplar todas las actividades humanas (ganadería, agricultura, etc). La defensa de
los páramos implica entender sus relaciones con los territorios aguas abajo, los bosques andinos e incluso la
Amazonía. Los páramos deben ser integrados a una visión de región y de país. Finalmente deja una propuesta para
el debate futuro: que en una perspectiva de la relación naturaleza - sociedad, construyamos una “geopolítica de
resistencia ambiental” frente a los embates de la globalización.
Julia Cuadros (CooperAcción, Perú): Cree que este tipo de espacios nos permite empezar a ponernos de acuerdo
respecto a nuestras preocupaciones sobre páramos y actividad minera. Ponernos de acuerdo en temas como la
definición de territorios donde se puede hacer minería y dónde no se puede hacer minería. Este sería un buen punto
de partida. Si todos coincidimos en que no solamente es necesario sino también estratégico proteger las fuentes de
agua y, en particular, proteger ecosistemas como los páramos, se podría trabajar en la construcción de mecanismos
para ese fin. En Perú, los páramos cubren una porción pequeña del territorio, pero el servicio que brindan es
inconmensurable. El departamento de Piura depende del agua que viene de los páramos, para consumo humano e
irrigación agrícola. Y estamos justamente en el momento en que aumentan las concesiones mineras. Las decisiones
no deben ser arbitrarias, deben estar basadas en serios análisis de costo-beneficio. Se requiere promover
investigación científica, promover participación informada, fortalecer el marco institucional y la presencia del Estado.
A lo anterior se suman otras tareas importantes: (a) realizar ejercicios de zonificación ecológica-económica en
camino al ordenamiento del territorio, e incluir estos procesos en los planes de desarrollo regionales y locales
33
(subnacionales); (b) cumplir la normatividad existente y fortalecer y mejorar esa misma normatividad; (c) promover
procesos de evaluación ambiental estratégica (EAE) que evalúen los potenciales impactos acumulativos de varios
proyectos mineros ubicados en una misma región (caso Piura), antes de que esas intervenciones se den; (d)
fortalecer las organizaciones de la sociedad civil y sus capacidades técnicas, incluyendo a las comunidades locales
que utilizan el páramo y están dispuestas a protegerlo porque entienden que afectan las fuentes de agua. Lo
avanzado y lo trabajado en estos dos días es de suma importancia, saludamos el hecho de que se haya promovido
un evento de esta naturaleza. Extrañamos a representantes de comunidades, pero eso no le quita valor a este
evento.
Manolo Morales (ECOLEX, Ecuador): Aprovechando la diversidad de actores reunidos en este Taller, pide que se
haga un esfuerzo de recoger la riqueza de todas las opiniones aquí expresadas. De su parte, plantea los siguientes
comentarios y preguntas específicamente orientados al ámbito subregional de la Comunidad Andina (CAN):
• ¿Qué ha pasado con la idea de una norma andina para los páramos?
• En esta reunión se coincidió en la importancia del ordenamiento territorial, y se constató que en todos los países
es una prioridad ubicar la gestión de los páramos en una perspectiva de territorio. Esto sugiere que la CAN
podría abordar esa problemática desde una óptica regional.
• Es necesario enfatizar en las soluciones diferenciadas. Las condiciones políticas de cada país y el momentum
deben ser tenidos en cuenta. Discutir el tema es un derecho que se debe defender en todos nuestros países, lo
que implica contar con espacios democráticos para discutir estos temas. La idea no es hacer misa entre curas
sino ir donde los otros. En el caso de Ecuador, el tema de la minería no es un tema escrito en piedra y todavía
merece un debate público, no hay aun un real consenso en el país respecto al tipo de minería y la dimensión de
desarrollo minero que se está planteando. Así mismo hay todavía muchos aspectos por discutir con respecto al
marco institucional y los mecanismos de control.
Marco Cruz (Secretaría Nacional del Agua - SENAGUA, Ecuador): Los conflictos alrededor de la minería obligan a
que nos sinceremos. En este panorama es importante armonizar las diferentes ópticas para lo cual se debe empezar
por la transparencia. En medio de las posiciones enfrentadas y de informaciones sesgadas, la mayor parte de la
sociedad de alguna manera se mantiene neutral. En Ecuador se hacen afirmaciones que no están siempre apegadas
a la verdad, con frecuencia basadas en fuentes no rigurosas. Se asumen posiciones contradictorias con el propio
comportamiento. Por ejemplo, en algunos casos quienes defienden un ecosistema frente a la minería son los mismos
que acabaron con el bosque primario. Este Taller tiene el mérito de que abrió una puerta para un diálogo en el cual
todos los actores se sinceren. ¿Qué intereses realmente defienden las ONG, las empresas mineras transnacionales
y los gobiernos?, ¿qué tanto cuenta la opinión del público en general? Al fin de cunetas, los recursos naturales son
de todos, comunidades locales, población urbana y rural. En el proceso de sincerarnos, deberíamos ir cambiando el
lenguaje de imposición de ideas. Tanto por parte del Estado y los mineros que imponen su criterio a favor de la
minería, como de las organizaciones opuestas a la minería que se toman las calles y radicalizan sus posiciones. Esto
solo lleva a situaciones difíciles pero no a soluciones. En todo caso, información objetiva y responsable debe ser
ampliamente divulgada a la sociedad en general. Finalmente, Cruz hace una reflexión en torno al respeto que toda
actividad económica debe tener frente a los derechos de la comunidad: el derecho a hacer minería se termina
cuando se conculcan los derechos de la comunidad y los derechos de la naturaleza y se transgrede el sentido
común. Afirmar esto no significa estar a favor ni en contra de la minería.
Pablo Sánchez (ASPADERUC, Perú): Reiteró su opinión respecto a la prioridad que debe dársele al diálogo y la
solución de conflictos. Por otro lado, está de acuerdo en la necesidad de estimular más investigación sobre la
biología, la ecología y el entorno socio-económico de los páramos, con visión ecosistémica. En cuanto a los
requisitos para las empresas mineras, opina que las concesiones no deberían otorgarse solamente sobre la base de
viabilidad económica y técnica, igual peso deben tener la evaluación de la responsabilidad social corporativa. Con la
precisión que esta responsabilidad no se agota al interior de la mina, sino que debe enfatizarse en la responsabilidad
social con la población que está alrededor de la mina. Finalmente, hizo un llamado de atención respecto a que la
protección de los páramos se debe plantear frente a todas aquellas actividades causantes de impactos negativos,
que en conjunto deterioran los suelos y las fuentes hídricas con el consecuente empobrecimiento de las
comunidades locales, en particular la agricultura, la ganadería y la minería.
34
Patricio Crespo (Universidad de Cuenca – PROMAS, Ecuador): Se alegra que la mayoría de los participantes
coincidieron en la necesidad de mayor investigación e involucramiento de las universidades. Su preocupación es que
el rol de las universidades no está bien planteado, por ejemplo en las universidades de la zona austral ecuatoriana,
región donde se concentra el mayor potencial minero del país, existe una carencia notable de escuelas de minería,
geografía, geología o hidrología. Piensa que precisamente es un rol del Estado crear este tipo de escuelas y
Facultades de cara al desarrollo minero que se avecina.
Judith Kuan (CONDESAN): Ofrece algunos elementos que considera relevantes para las conclusiones y
recomendaciones de este taller: (a) La gestión ambiental y social de la minería debe ir más allá del espacio de
explotación minera. En nuestros países no hemos llegado a concretar una visión estratégica del desarrollo rural
territorial. En este sentido, la aproximación de IAMGold Ecuador es interesante en la medida en que la empresa está
interesada en contribuir a un desarrollo integrado del territorio. Una forma de potenciar los conocimientos es volcar
en las conclusiones de este Taller la necesidad de tener una visión de desarrollo rural territorial para una
planificación integral de los diferentes sectores (minería, agricultura, ganadería, etc). (b) Por otro lado, la gobernanza
de los recursos naturales es un elemento importante que falta trabajar más. (c) Y, como un tercer aporte para las
conclusiones, con respecto al financiamiento de las acciones que aquí se han propuesto, recomienda evaluar los
mecanismos ya existentes (pago de servicios ambientales, canje de deuda, etc) que podrían viabilizar y hacer pisar
tierra a las propuestas que se han vertido en este evento
CLAUSURA
Eduardo Guerrero (CONDESAN – PPA) hizo un balance preliminar del taller, su significado y algunas perspectivas
para el futuro. Lo consideró como una reunión inédita en la medida en que se logró reunir aquí a varios sectores y
actores interesados en la problemática de la minería en ecosistemas de alta montaña, en particular en los páramos.
Igualmente valiosa fue la oportunidad de revisar esta problemática desde una perspectiva subregional andina con
participantes de Colombia, Ecuador y Perú (los ecosistemas de páramo no cubren Bolivia). Se produjo un respetuoso
intercambio de visiones e ideas entre representantes gubernamentales del sector minero y del sector ambiental,
empresas mineras que operan en páramos (Minera Yanacocha - Perú, IAMGold Ecuador, Cooprocarbón Colombia), científicos conocedores de la ecología e hidrología de los páramos, ONG que le hacen seguimiento a la
minería y un órgano de control (Procuraduría – Colombia). Con todos los insumos recibidos se generaron útiles
conclusiones, recomendaciones y propuestas que quedarán registras en las Memorias. A pesar de las diferentes
perspectivas y evidentes diferencias de opinión, el grupo de participantes estuvo de acuerdo en varios puntos. Por
ejemplo, se coincidió en la importancia de los ecosistemas de páramo y en la necesidad de avanzar hacia procesos
de diálogo y construcción conjunta de herramientas de gestión para conservarlos, dentro de esquemas de
ordenamiento del territorio donde la minería actúe como un jugador responsable. En función del contexto y la
soberanía de cada país, se puso sobre la mesa en este Taller la posibilidad de excluir la minería de los páramos, por
su condición de ecosistemas estratégicos y vulnerables. De hecho, esta idea forma parte del proyecto de reforma del
Código Minero que al momento de realizarse esta reunión se adelanta en Colombia, y que forma parte de un diálogo
intersectorial. Se ha insinuado también la posibilidad de promover un proceso en el marco de la Comunidad Andina
que permita continuar con este diálogo sobre minería y ecosistemas de alta montaña a escala de la subregión, que
podría incluir la construcción de una Decisión Andina y de lineamientos técnicos.
Antonio Brack (Ministro del Ambiente, Perú): Manifiesta que el día anterior, justo mientras los participantes de este
Taller discutían sobre la importancia hidrológica de los páramos y sobre si debería haber en ellos minería a cielo
abierto, él participaba de una reunión en Cajamarca con las fuerzas vivas de la región. Por supuesto el tema de la
minería en el páramo fue tratado. De otra parte, unas horas antes de asistir a esta clausura participó en un Consejo
de Ministros donde se tomaron algunas decisiones relacionadas con el tema. Con el Ministro de Energía y Minas se
han puesto de acuerdo para rescatar instrumentos que ya existen en la ley pero han sido poco aplicados, para limitar
la minería en áreas no adecuadas para derechos mineros, como las “Áreas de no admisión de denuncios” (ANAD).
Como primer paso, se van a elaborar los mapas correspondientes. A pesar de lo que dice la ley, en el pasado las
cuadrículas mineras no han respetado zonas urbanas. Menciona como ejemplos el otorgamiento de derechos
35
mineros en la plaza de armas de Tungasuca (Cusco) y en buena parte de la ciudad de Chulucanas cerca de Piura.
En su opinión, el Estado es responsable de esta situación, pero también las empresas mineras que buscan
concesiones en áreas que la ley prohíbe. Lo que se propone el gobierno es revisar, con base en los mapas, la
presencia de cuadriculas mineras en aquellas áreas que de acuerdo a la ley no son adecuadas para el otorgamiento
de derechos. La decisión será extinguir esos derechos, y en lo sucesivo se tendrán que respetar las ANAD.
Según el ministro Brack, es evidente que los páramos en Perú están en peligro, tal vez con excepción de Tabaconas
- Namballe. Sin embargo, su protección debe basarse en información objetiva. Urge a los científicos y ONG a ser
rigurosos y decir la verdad, pues circulan demasiadas mentiras. Como ejemplo, menciona el caso del proyecto
minero en Río Blanco (minera Majaz) que ha generado un debate lleno de inexactitudes y sesgos, todo enfocado a
criticar a la empresa minera, pero ignorando al mismo tiempo la preocupante degradación que ocasionan otros
actores, como algunos campesinos de Carmen de la Frontera que queman los bosques, así como mineros
informales que usan mercurio y cianuro de forma antitécnica. Con frecuencia la población local también le hace daño
a los páramos. Por lo tanto, se deben analizar integralmente todas las fuentes de impactos y el control debe
ejercerse sobre todos los actores que degradan. En esta perspectiva la presencia del Estado debe fortalecerse para
lo cual es necesario trabajar intensamente con los gobiernos locales, pues ellos son la base de la democracia, y
están en contacto directo con la realidad de un territorio.
Otro tema importante en opinión del Ministro es el cambio climático, pues la problemática de la minería y los
ecosistemas de montaña hay que analizarla con una visión de largo plazo. En el caso peruano el tema es delicado
ya que la mayor parte de la población vive en la costa desértica en tanto que las fuentes de agua están en los Andes:
en los glaciares y en las lagunas altoandinas. En consecuencia, los páramos de Piura y las cuencas altas que
regulan el agua que alimenta los ríos Chira, Piura y Huancabamba deben ser cuidados como oro. Las decisiones en
este caso no deben tomarse a la luz del debate polarizado: sí a la minería o no a la minería, sino con base en
preguntas de mayor relevancia como ¿qué es lo que más le conviene al Perú a futuro frente al cambio climático y la
crisis del agua que vamos a tener?. No nos quedemos atrapados en conflictos que nos llevan a disyuntivas,
necesitamos avanzar más bien en la construcción de enfoques innovadores y estratégicos. Por eso el Ministerio del
Ambiente está interesado en promover las evaluaciones ambientales estratégicas, las cuales están en la ley, al igual
que las ANAD, pero no se han usado apropiadamente. Tienen la virtud que requieren un trabajo entre el Estado, las
empresas y la sociedad civil.
Finalmente, reitera su crítica a las actitudes sesgadas frente a la problemática de la minería. Menciona el caso de
Piura donde en su opinión las organizaciones de la sociedad civil han hablado, han hecho talleres, han gritado, pero
nunca han hecho una propuesta concreta para la protección de los páramos. Con este ánimo de buscar soluciones y
tomar decisiones, el Ministro espera tener delimitadas en las próximas semanas algunas ANAD en el norte del país.
Espera también que con el apoyo del nuevo Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (en funciones a partir
del enero de este año), se puedan definir mecanismos para proteger los páramos del norte y cuidar las fuentes de
agua.
“Yo no estoy ni a favor ni en contra de la minería, busco soluciones que convengan a mi país en el largo plazo,
esa es la misión de un Ministro del Ambiente”.
Antonio Brack, Ministro del Ambiente, Perú
Freddy Ehlers (Secretario General de la Comunidad Andina): Expresa su complacencia por el hecho que esta
reunión sobre un tema tan complejo se haya realizado en la Secretaría General de la Comunidad Andina. Para la
CAN el tema ambiental y la relación armónica sociedad-naturaleza resultan fundamentales y ameritan, por lo tanto,
ser tratados con seriedad y profundidad. Recuerda que su profesión es periodista y que como tal realizó en Ecuador
algunos programas de televisión sobre el tema de la minería, que incluso generaron problemas con los mineros
36
informales y presiones de grandes empresas. El propio presidente Rafael Correa frente a las necesidades actuales
de la economía del país, ha tomado decisiones que lo enfrentan a la sociedad civil. Sabemos que se presentan
visiones distintas sobre el alcance que debería tener el uso de los recursos naturales, lo interesante es que estas
divergencias propias de la democracia ocurren incluso al interior de partidos políticos como el del propio Presidente
de Ecuador.
En realidad no hemos sido capaces de canalizar la supuesta riqueza que viene de los recursos naturales para que
pueda beneficiar a la mayoría de nuestra población. Hace más de 20 años los presidentes andinos firmaron el
Protocolo de Quito, cuyo primer artículo incluye el propósito de mejorar el nivel de vida de los habitantes de la
subregión andina. Ahora luego de todos estos años, los países andinos tienen un PIB cinco veces mayor pero al
mismo tiempo 20 millones de pobres adicionales. Hay un tema profundo: la necesidad de reflexionar sobre un nuevo
modelo de desarrollo, pues el actual modelo ha llegado a sus límites. Chirac decía que la noción de progreso tiene
que ser repensada. El desarrollo vinculado al crecimiento no es necesariamente desarrollo, ¿qué significa un
verdadero desarrollo del ser humano?. Ecuador en su nueva Constitución tiene un capitulo dedicado a los derechos
de la naturaleza. Incluso en países desarrollados se reflexiona en este sentido, como es el caso de Thomas
Friedman quien considera que la Tierra no resiste más y el sistema financiero ha colapsado.
El análisis de una problemática específica como la minería en los páramos, nos lleva precisamente a plantearnos
preguntas como ¿hacia dónde vamos?, ¿para qué queremos lo que tenemos?. Es un tema político, ético e incluso
espiritual, ya ha dejado de ser solamente ambiental. De hecho, el problema ambiental es tan grave que no hay como
dejarlo en manos de los ambientalistas, todos debemos participar de alguna manera. Vivimos épocas de enorme
incertidumbre y complejidad en el mundo entero, como dice el filósofo francés Edgar Morin.
Finalmente, el Secretario General de la Comunidad Andina, expresa que va a estar pendiente con mucho interés de
conocer los acuerdos y los desacuerdos en este tema de la minería y los páramos.
“La Secretaría General de la Comunidad Andina es una casa abierta para discutir y ver en qué nos ponemos de acuerdo y cómo
podemos caminar juntos, nadie es el dueño de toda la verdad, todos tienen parte de la razón.”
Freddy Ehlers, Secretario General de la Comunidad Andina
37
CONCLUSIONES
Aspectos científicos y técnicos
•
La expansión de la actividad minera 2 se ha convertido en un importante factor de presión sobre los páramos. Si
bien es cierto que no toda área concesionada será explotada, resulta preocupante el otorgamiento de
concesiones en estas sensibles áreas. En conjunto, los proyectos de explotación minera en Colombia, Ecuador
y Perú cubren actualmente cerca del 14 % de la extensión total de estos ecosistemas altoandinos 3 . Por otro
lado, la superficie paramuna que es objeto de trámite para exploración alcanza una magnitud similar, con lo cual
más del 28% de la extensión total de páramo y páramo-jalca ya es objeto de alguna actividad minera, incluyendo
desde el trámite de derechos hasta la explotación.
•
Las cifras por país ponen en evidencia los atributos particulares de la expansión minera sobre los ecosistemas de
páramo y páramo-jalca. En Colombia y Ecuador se vienen incrementando notoriamente las solicitudes de
concesiones mineras y la actividad exploratoria, en tanto que en Perú el sector minero ya tiene concesionada cerca
de la mitad de la superficie de páramos y jalcas. Sin embargo, en los tres países se constata que la expansión
minera se ha venido realizando sobre todo el territorio sin las debidas consideraciones sobre el valor estratégico
que tienen áreas naturales como los páramos para comunidades locales y para la sociedad en su conjunto.
•
En Colombia, más de 39,000 ha (2.8% de la superficie paramuna) se encuentran bajo explotación minera, en
tanto que al menos 185,000 ha (13.2%) son objeto de algún trámite minero 4 . En Ecuador, en 2007, apenas 43
ha (0.002%) se encontraban en explotación, pero unas 384,000 ha (20.8%) estaban en trámite. Por otro lado, la
situación en Perú, país minero por excelencia, muestra que ecosistemas sensibles como los páramos y jalcas no
han sido ajenos a la actividad minera. En efecto, unas 637,000 ha (56.1% de la superficie de páramos y jalcas)
se encuentran en explotación, al tiempo que al menos unas 83,000 ha (7.3%) están en trámite.
•
En la toma de decisiones de gestión y ordenamiento territorial debe tenerse en cuenta que los páramos son
ecosistemas estratégicos que brindan servicios ambientales estratégicos a la sociedad, pues almacenan el agua
y regulan los caudales en las cuencas del norte de los Andes, además de otros múltiples servicios ecosistémicos
y de sus valores culturales.
•
La extensión de los páramos representa una pequeña fracción, menos del 2%, de la superficie territorial
conjunta de Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. De hecho, la cobertura de los páramos es
considerablemente menor a la de otros biomas y, sin embargo, los servicios ecosistémicos que prestan
benefician directamente a más de 40 millones de personas en estos países.
•
Los paramos han sido especialmente valorados y considerados como lugares centrales en las cosmogonías de
los pueblos indígenas de los Andes del norte y juegan un papel fundamental en los medios de vida de las
poblaciones tradicionales y locales asentadas en las zonas altas.
•
No podemos hablar de los páramos simplemente como ecosistemas naturales puesto que las altas montañas
andinas han sido objeto de apropiación y uso material (permanente o estacional) y simbólico, desde hace miles
de años. En consecuencia, debido a su profunda articulación con dinámicas socioculturales cualquier gestión
2
Las cifras presentadas en este Taller corresponden a un análisis realizado por CONDESAN – Proyecto Páramo Andino, con base
en las siguientes fuentes oficiales: Instituto Colombiano de Geología y Minería-INGEOMINAS (2003), Ministerio de Minas y
Petróleos del Ecuador (2007), Instituto Geológico Minero y Metalúrgico-INGEMMET, Perú (2008). Debe tenerse presente que
los datos no corresponden al mismo año y que evolucionan permanentemente en cada uno de los países. En Perú, las cifras
presentadas aquí corresponden al conjunto de páramos y páramos-jalca.
3
Debe tenerse presente que las cifras de catastro minero cambian constantemente.
4
En Colombia, información reciente del catastro minero a octubre de 2008 (Ingeominas & MAVDT), registra solicitudes de
títulos mineros que afectan 555,398 ha de páramos ubicados por fuera de los parques naturales (es decir, el 47% de esos páramos),
el triple de lo que se tenía en 2003.
38
sostenible de los páramos exige de un análisis basado en el concepto de socio-ecosistema 5 , dentro de una
visión orientada al manejo adaptativo del territorio.
•
A diferencia de otros ecosistemas, los páramos tienen una baja resiliencia y una baja adaptación a cambios en
el régimen de disturbios. Esta afirmación se sustenta en la investigación sobre la ecología de los páramos
acumulada a lo largo de las últimas décadas, que permite tener claridad sobre su alta vulnerabilidad.
•
La evidencia científica indica que la protección de los páramos es vital no solamente por sus valores
ecosistémicos, sus funciones hidrológicas, su vulnerabilidad y su importancia en términos de los medios de vida
de la población local, sino también para el sostenimiento de las cuencas y la producción en general de regiones
andinas, pero también costeras y amazónicas ubicadas aguas abajo.
•
Si bien se han documentado prácticas tradicionales que permiten conservar los páramos, en la actualidad
cambios acelerados en las dinámicas e intensidad de uso han hecho que un régimen combinado de disturbios
antrópicos (históricos como la agricultura y la ganadería en combinación con actuales como la minería), esté
generando una situación compleja que afecta cada vez más áreas paramunas, conduciéndolas a fuertes
procesos de degradación. Las mayores afectaciones de esta combinación de disturbios tienen que ver con la
degradación de la estructura del suelo, la pérdida de composición y estructura de la biota y la afectación de sus
funciones ecológicas básicas, fuente de recursos y servicios ambiéntales vitales.
•
La comunidad científica ha generado información específica respecto a las afectaciones de la agricultura y la
ganadería sobre la biodiversidad, la hidrología y los suelos paramunos. Muchos estudios ilustran los impactos
sobre el páramo producidos por actividades como la remoción de la cobertura vegetal, la compactación del suelo,
el deterioro de la estructura hidrológica y la contaminación de fuentes hídricas, entre otras. Teniendo en cuenta que
este tipo de impactos también son ocasionados por la minería, es factible extrapolar de forma razonable un análisis,
al menos preliminar, sobre las afectaciones actuales y potenciales de la minería. Adicionalmente, ante los pocos
estudios temáticos existentes, al mismo tiempo se hace evidente la urgente necesidad de realizar investigaciones
independientes sobre los impactos específicos de actividades mineras en los páramos.
•
Si bien en la actualidad los impactos más usuales sobre los páramos provienen de la agricultura y la ganadería,
la minería con su expansión hace más complejo el régimen de disturbios que presiona a estos ecosistemas. En
este sentido, la minería complica el delicado panorama de degradación de los páramos, a lo que se suma la
generación de conflictos sociales asociados, entre otros, a la inequitativa distribución de los beneficios de la
actividad y a disputas crecientes por definir diferentes usos del territorio y de los recursos hídricos.
•
Las mayores afectaciones potenciales de la minería comprometen el régimen hidrológico de los páramos como
tal y de las cuencas que nacen o se desprenden de ellos. El impacto ocasionado sobre la integridad del
ecosistema por la remoción de suelos y cobertura vegetal en la minería a cielo abierto es particularmente
delicado. Se debe tener en cuenta que los suelos de páramo juegan un papel determinante en la dinámica de
las redes hídricas y que, por lo tanto, la degradación de su estructura afecta las funciones hidrológicas. Por otro
lado, la cobertura vegetal tiene una importancia particular, ya que en estos ecosistemas una parte significativa
de la fitomasa (biomasa + necromasa) y de las dinámicas del ecosistema ocurren por encima del suelo.
Aspectos de Gobernanza
•
El tema de la minería en ecosistemas de páramo requiere de un manejo especial y de sólidas decisiones de
política, basadas en serios y objetivos análisis de costo – beneficio para cada país y la sociedad como un todo.
•
En el ámbito subregional andino, los páramos constituyen una prioridad de la Agenda Ambiental Andina y de la
Estrategia Regional de Biodiversidad. Esto supone compromisos por parte de los países miembros de la
Comunidad Andina en términos de su protección y uso sostenible.
5
Socio-ecosistema: concepto que reafirma la interdependencia entre las comunidades humanas y los ecosistemas, y
afianza la importancia de una gestión integrada.
39
•
Si bien es necesario armonizar y fortalecer el marco legal, los preceptos constitucionales y las normas
ambientales vigentes en Colombia, Ecuador y Perú ofrecen bases para un manejo especial de los páramos
como ecosistemas estratégicos en términos de la provisión y regulación de agua, además de otros valores y
servicios que prestan estos ecosistemas a la sociedad. No obstante, es evidente la necesidad de armonizar
políticas y normas sectoriales 6 .
•
En Colombia, además de la exclusión de la minería en páramos contemplada actualmente en el proyecto de
reforma al Código Minero, una sentencia de la Corte Constitucional (C-339 de 2002) precisa que además de las
zonas de exclusión previstas en la ley, pueden existir otras, ya declaradas con anterioridad o que se declaren en el
futuro por la autoridad ambiental. En Ecuador, varios títulos mineros afectan “bosques protectores” en zonas de alta
montaña, lo que plantea el reto de examinar el tema a la luz del nuevo mandato constitucional, la ley minera y las
políticas ambientales. En Perú, según informó en este Taller Antonio Brack, Ministro del Ambiente, el Ministerio del
Ambiente y el Ministerio de Energía y Minas se han puesto de acuerdo para revisar en el marco de la ley el estado
actual de las áreas restringidas a la actividad minera y las áreas de no admisión de denuncios – ANAD.
•
En algunos casos, en medio del afán por promover inversión y debido a una insuficiente coordinación e
intercambio de información entre sectores del gobierno, se han otorgado concesiones mineras en parques
nacionales y otras áreas protegidas, varias de ellas que incluyen páramos. Esto ha sido documentado y
divulgado públicamente en el caso colombiano, donde fue demostrado que cerca de 40 títulos mineros
afectaban este tipo de áreas.
•
Teniendo en cuenta que, en general, los marcos políticos y normativos ofrecen la posibilidad de prohibir o limitar
la minería en los páramos, el tema más que jurídico es un asunto de voluntad política, en el marco de la
soberanía y el particular contexto de cada país. Finalmente se trata de decisiones que competen a las
sociedades andinas si estos ecosistemas se deben conservar, frente a actividades extractivas como la minería,
por el valor superior que tienen como zonas de captación y regulación de agua, y por otros grandes servicios
ecológicos que prestan a la sociedad (incluyendo la captura y retención de carbono en un contexto de cambio
climático global).
•
Tanto en la industria como en el sector minero estatal hay un creciente desarrollo de conciencia en el sentido
que la minería debe ser un negocio justo y guiado por sólidos principios de responsabilidad social. Se reconoce
y asume cada vez con mayor claridad que por tratarse de una actividad de extracción de recursos naturales que
le pertenecen al Estado, debe respetar, de forma particularmente cuidadosa, derechos ambientales, territoriales
y sociales además de generar beneficios para los actores locales y los países.
•
Genera inquietud el destino de las regalías en términos del desarrollo regional y local en el ámbito de las zonas
de influencia de los proyectos mineros. Como ejemplo, fue mencionado en este Taller que la actividad minera de
Minera Yanacocha en Perú aportó, entre 1994 y 2007, cerca de 539 millones de dólares por concepto de canon
minero. Este es un tema que necesariamente amerita una reflexión sobre la eficiencia del Estado en el uso del
aporte económico procedente de la actividad minera.
•
Desde la industria minera han surgido en los últimos años algunas experiencias innovadoras y constructivas para
integrar mejor la minería al desarrollo regional. Esto incluye una mayor conciencia de que la actividad minera, al
igual que otras actividades económicas sectoriales, debe respetar los procesos de ordenamiento del territorio.
Dichas experiencias resultan constructivas en términos de una minería responsable, sin perjuicio de lo que defina
cada uno de los países respecto a la minería en ecosistemas sensibles y estratégicos, como los páramos.
•
Se pueden identificar juiciosos programas de responsabilidad social corporativa en el ámbito de la minería legal
que actúa en los ecosistemas de montaña. La gestión ambiental y social de empresas comprometidas con el
desarrollo integral de las regiones donde actúan se traduce en una comunicación más abierta y transparente con
las organizaciones de la sociedad civil. Dichas empresas reconocen a las organizaciones comunitarias como
6
En materia de coordinación inter-sectorial, es necesario anotar que, al momento de realizar este Taller, las autoridades mineras y
ambientales de Colombia avanzaban en un acuerdo para excluir la minería en los páramos y otros ecosistemas estratégicos, que
quedaría plasmado en la reforma al Código Minero.
40
legítimos actores en el seguimiento a procesos de extracción de recursos naturales que pertenecen al Estado y,
por lo tanto, a la sociedad. No obstante, es evidente que hace falta avanzar mucho más en el mejoramiento de
estándares y políticas corporativas y, en particular, en la planeación de la actividad minera en un marco integral
del desarrollo de un territorio, que contemple el debido respeto de áreas sensibles como es el caso de los
páramos, en concordancia con las Constituciones Políticas y normas ambientales de cada país.
•
Como un ejemplo de avances en el compromiso ambiental y social de la industria, el modelo que desarrolla
IAMGOLD Ecuador propone una confluencia sinérgica entre el Estado, las comunidades y la empresa privada,
orientada al mejoramiento de la calidad de vida a escala regional. La idea es que las empresas mineras a través
de un concepto de “ciudadano corporativo” se conviertan en verdaderos factores de desarrollo en zonas con
altos índices de pobreza como las que imperan en el sur del Ecuador, justamente donde se ubican actualmente
los más grandes proyectos mineros. El modelo supone que un proyecto minero, en lugar de funcionar como un
enclave económico, debe incorporarse en procesos de ordenamiento territorial, debe garantizar un manejo
ambiental estricto y fortalecer las actividades productivas tradicionales. Lo anterior supondría el desarrollo de
procesos participativos que conduzcan a escenarios de responsabilidad compartida entre el gobierno, la
empresa minera y la sociedad civil.
•
Por otro lado, Minera Yanacocha ha desarrollado durante los últimos cuatro años importantes iniciativas en la
gestión del agua en Cajamarca (Perú). La construcción del Reservorio San José con 6 millones de m3 de
capacidad y la implementación de un fideicomiso para su mantenimiento, se plantea como una herramienta para la
provisión de agua a largo plazo a las poblaciones aledañas al proyecto. En este mismo sentido, la empresa ha
brindado apoyo para la construcción de reservorios familiares de agua por los pobladores, con el propósito de
facilitar la producción continua de productos agrícolas y ganaderos durante todo el año. En medio de críticas desde
la sociedad civil atribuibles en parte a una falta de transparencia en el pasado, que la empresa reconoce, y en
medio del debate sobre temas pendientes (i.e. pasivos ambientales), las anteriores acciones constituyen síntomas
positivos de una actitud constructiva y respetuosa del contexto ambiental y social en el que opera la empresa.
•
El caso de la Cooperativa Boyacense de Productores de Carbón (COOPROCARBON), presentado también en
este Taller, refleja una experiencia organizativa de pequeños y medianos mineros que operan en el contexto del
Macizo de Rabanal, ubicado en los Andes orientales de Colombia, que surte de agua a la ciudad de Tunja y
otras poblaciones en la región. Se constata que, si bien la mayor parte de la actividad minera no se desarrolla
en el páramo como tal, existe una creciente presión sobre el páramo de Rabanal que se complica por la suma
de impactos de la agricultura, ganadería y minería. La situación actual se inscribe en un contexto complejo en
términos sociales, económicos y ambientales que exige una mayor confluencia de esfuerzos y compromisos
entre autoridades, mineros, agricultores y ciudadanos, en defensa del páramo.
•
Los actores de la sociedad civil que le hacen seguimiento a la minería en páramos y otros ecosistemas
estratégicos ofrecen un diverso rango de capacidades organizativas y visiones frente a la problemática. Sus
contribuciones al debate son en general relevantes y reflejan válidas preocupaciones respecto al desempeño
ambiental y social de la minería en el contexto regional de incidencia.
•
Las comunidades locales juegan un papel fundamental y legítimo en el debate de la problemática minera en los
páramos. Entre otros aspectos, están bajo discusión los derechos territoriales de los pueblos indígenas y otras
comunidades que habitan los páramos y zonas aledañas, al igual que sus intereses como beneficiarios de los
servicios ecosistémicos y otros usos intangibles tradicionales.
•
En general, sin desconocer los avances en este sentido y las particularidades de cada país, las autoridades
gubernamentales no hacen suficiente presencia ni han logrado la capacidad y nivel de eficiencia necesarios para
cumplir con sus funciones de monitoreo y control de la actividad minera. A lo anterior se suma la preocupación
expresada en este Taller, que los instrumentos vigentes (i.e. licencias) no son suficientes para garantizar el
adecuado control y gestión de la minería.
•
Los órganos de control del Estado juegan un papel clave, especialmente ante situaciones en las que posiciones
sectoriales encontradas generan confusiones respecto al uso del territorio, los recursos naturales y la concesión
de títulos mineros.
41
RECOMENDACIONES
•
Los páramos no deben gestionarse de manera aislada sino a partir de un enfoque integral de paisaje y territorio
de montaña. Este enfoque debe contemplar las interacciones con las cuencas que nacen o se nutren de ellos,
con los ecosistemas de bosque andino y otros ecosistemas interrelacionados, así como con los sistemas
sociales a escala regional.
•
En concordancia con el punto anterior, es necesario concretar una visión estratégica del desarrollo rural
territorial en zonas de montaña, como base para una planificación integral de los diferentes sectores y usos del
territorio (minería, agricultura, ganadería, protección de ecosistemas, etc.).
•
En el caso de ecosistemas de alta montaña, como los páramos, las políticas mineras deben conciliarse e
incorporar compromisos explícitos con las políticas ambientales pertinentes, así como respetar los derechos de
los actores sociales que dependen de la provisión de agua y otros servicios ecosistémicos.
•
De acuerdo al particular contexto y soberanía de cada país, políticas públicas minero-ambientales responsables
con los páramos tendrían que considerar la exclusión de la minería en estos estratégicos ecosistemas 7 . Por otro
lado, en aquellos casos donde se ha configurado el derecho a la actividad minera, es necesario realizar una
aplicación estricta de normativas y controles, incluyendo la paralización preventiva de proyectos que se
encuentren en operación, hasta que se garantice el desarrollo de tecnologías y prácticas que minimicen el
impacto sobre dichos ecosistemas.
•
La alternativa de excluir la minería de los páramos debe ser considerada como una opción válida para la
protección de estos estratégicos ecosistemas, por razones de interés superior y bien común, siguiendo el
principio de precaución, bajo criterios de costo-beneficio para la sociedad, sustentabilidad del desarrollo y
defensa de derechos colectivos.
•
La posibilidad de excluir o restringir al máximo la minería en los páramos, no soslaya la importancia de analizar e
identificar las mejores prácticas para los proyectos mineros que ya se encuentran en operación y poseen
licenciamiento con el cumplimento de todos los requisitos de ley. En estos casos es urgente que se eleven los
estándares de gestión ambiental y social, se impulsen mejores prácticas, y que se promueva una mayor
coordinación entre políticas públicas sectoriales y un mayor control social.
•
Las empresas o individuos que realizan actividades mineras en páramos de forma ilegal, sin el amparo de las
debidas licencias y títulos, o sin el cumplimiento de la normatividad ambiental, deben ser objeto de estrictas y
ágiles acciones judiciales. Esto es válido tanto para medianos y pequeños mineros como para grandes
empresas infractoras. La sociedad y el Estado deben demostrar que no están dispuestos a poner en riesgo la
integridad de los páramos y su capacidad para proveer esenciales servicios ecosistémicos que proveen agua a
miles de personas en ciudades y zonas rurales y sustentan diferentes modos de vida.
•
En áreas de páramo que no estén cobijadas por alguna figura legal de protección, la minería solo debería ser
autorizada luego de realizados estudios técnicos integrales y bajo estrictos procesos de evaluación. Además
debería estar sujeta a una licencia social otorgada bajo un proceso participativo y transparente, que incluya la
participación de todos los sectores interesados a escalas local, regional y nacional. Igualmente, habría que
fortalecer las capacidades de las autoridades ambientales y consolidar mecanismos de control social que
garanticen las mejores prácticas mineras y aseguren la atención de los pasivos ambientales.
•
En general, es necesario que se fortalezcan capacidades institucionales para una más eficiente presencia del
Estado en las áreas mineras. En particular, el rol de las instituciones públicas en materia de planificación
territorial y protección de ecosistemas es indelegable. Las alianzas entre autoridades, empresas privadas y
7
De hecho, la exclusión de la minería en los páramos colombianos y otros ecosistemas estratégicos fue incorporada
en el proyecto de reforma al Código Minero, como resultado de un acuerdo intersectorial entre las autoridades
mineras y ambientales.
42
comunidades locales para efectos de gestión de los recursos naturales deben ser estimuladas, siempre bajo la
conducción estatal.
•
El desafío no consiste en debilitar las exigencias ambientales para favorecer inversión, sino en armonizar
políticas y normas, en coherencia con los marcos constitucionales y legales. La seguridad jurídica que requieren
los inversores extranjeros y nacionales debe empezar por el respeto a las políticas y normas ambientales
existentes desde hace muchos años en cada uno de los países. En este sentido cada Estado es responsable de
coordinar y armonizar las políticas y normas sectoriales, mineras y ambientales, de modo que se ofrezcan unas
reglas claras, unificadas e integrales. Lo que está mal es enviar mensajes contradictorios a los inversionistas.
•
Sería deseable que los órganos encargados de la promoción de la inversión privada en minería, no sean los
mismos que los encargados de la regulación y fiscalización en materia ambiental y social.
•
Por el carácter sistémico y acumulativo de los impactos de la minería sobre el territorio y los socio-ecosistemas,
la gestión minero-ambiental requiere de instrumentos de planificación estratégica que superen el carácter
puntual de las licencias ambientales otorgadas para proyectos específicos, lo cual debería incluir la definición de
términos de referencia y estándares claros para zonas de alta montaña que comprometen páramos, bosques de
niebla y humedales altoandinos de valor estratégico.
•
La actividad minera, al igual que toda actividad económica, debe ordenarse dentro de una visión estratégica del
desarrollo territorial. Para que el sector minero se consolide como un factor de desarrollo integral, debe
enmarcarse e incorporarse en procesos de ordenamiento territorial, debidamente institucionalizados, respetar los
espacios y derechos colectivos de toda la sociedad y, en particular, los planes de vida de las comunidades
locales. Para ello, se recomienda estimular el uso de herramientas como la Evaluación Ambiental Estratégica, la
Zonificación Ecológica Económica y el Enfoque Ecosistémico.
•
Los impactos de la minería sobre los páramos deben ser evaluados de manera integral, no de forma aislada,
pues existe una sinergía entre los disturbios ocasionados por distintas actividades antrópicas (i.e. agricultura +
ganadería + minería).
•
Es necesario desarrollar mecanismos independientes que evalúen, en términos de costo beneficio para la
sociedad, las operaciones mineras que se adelantan en ecosistemas estratégicos como es el caso de los
páramos. Estas evaluaciones deberían incluir, entre otros aspectos, el impacto de los programas ambientales y
sociales que las empresas mineras implementan en las áreas de influencia de sus proyectos.
•
En la fase de exploración avanzada de algunos grandes proyectos mineros, se reconoce una juiciosa aplicación
de buenas prácticas de minería, logrando minimizar los impactos ambientales y sociales. No obstante, debe
anotarse que en esta fase la escala y cobertura de las operaciones no alcanzan niveles que pongan en riesgo la
resiliencia del ecosistema. El desafío real viene en la etapa de explotación, cuando la cobertura e intensidad de
los impactos se intensifican.
•
El monitoreo ambiental de aquellos proyectos mineros que ya operan en algunos páramos debe hacerse con
sólidas bases científicas y análisis rigurosos, basados en metodologías adaptadas a las características
ecológicas y biofísicas de los páramos. No es lo mismo hacer monitoreo hidrológico y edáfico en ecosistemas de
alta montaña, como los páramos, que en bosques andinos, selvas bajas o agroecosistemas. Además, es
necesario involucrar la participación de las comunidades locales y aprovechar su conocimiento tradicional.
•
Si bien es cierto que cada proyecto minero, de los que actualmente se encuentran en explotación, representa
una pequeña fracción del total de la superficie de páramos y páramos-jalca, debe tenerse presente que debido
al carácter único de estos ecosistemas, su condición de islas biogeográficas y su importancia hidrológica
regional, los impactos adquieren una dimensión que va mucho más allá del área puntual de operación. Esto
obliga a un trabajo conjunto entre autoridades, empresa y sociedad civil para asegurar que durante el tiempo
que resta de operación, los cierres de mina y el manejo de los pasivos ambientales se hagan de la forma más
responsable posible.
43
•
En los planes de cierre de mina debe tenerse en cuenta la complejidad de los ecosistemas de páramo, y superar
la visión simplista que los reduce a un prado rasante de especies nativas e introducidas. En este sentido, es
necesario tener presente la diversidad biológica y los atributos ecológicos de las comunidades vegetales
paramunas. En consecuencia, se recomienda que la reposición de suelo y la revegetación sean objeto de
técnicas adaptadas a los ecosistemas de páramo. La simple recuperación de la matriz de gramíneas, o el uso de
especies introducidas, no garantiza que se hayan restablecido las funciones e interacciones fundamentales del
ecosistema.
•
Se recomienda al Estado, las empresas mineras y las universidades promover conjuntamente investigación
participativa en páramos, que integre a la gente local con el país nacional. Estudios sobre caracterización de la
biodiversidad, restauración ecológica, hidrología y gestión del agua, entre otros temas, se prestan para la unión
del conocimiento científico con el conocimiento local.
•
Los conflictos alrededor de la minería, en particular en áreas de alta montaña como los páramos, obligan a
cambios de actitud de todos los actores para no alimentar una inútil polarización de ideas. En un marco de
respeto, transparencia y objetividad, las ideas e intereses contradictorios pueden ser debatidos de forma
constructiva. La identificación de puntos en común puede llevar a consensos. Sin embargo, no todo puede ser
transado, el bien superior y los derechos colectivos deben ser respetados.
•
Las decisiones de política en el tema de la minería y los páramos no deben tomarse a la luz de un debate
polarizado (i.e. “sí a la minería” o “no a la minería”), sino con base en consideraciones objetivas asociadas al
ordenamiento y desarrollo integral de un territorio. En función del marco constitucional y legal de cada país, es
necesario evaluar integralmente factores como el cambio climático, la crisis del agua, la competitividad de una
sociedad en el largo plazo y las dinámicas sociales. Esto debería llevar a enfoques innovadores y estratégicos
orientados al bien colectivo en lugar de decisiones basadas en intereses particulares.
•
La sociedad civil y, en particular, las organizaciones de base requieren ser fortalecidas en sus capacidades para
ejercer el necesario control social de la minería. Ejercicios de capacitación promovidos por el Estado y
organizaciones no gubernamentales son necesarios para empoderar a las comunidades locales y facilitarles su
acceso calificado a los mecanismos de participación y la defensa de sus intereses con base en argumentos
sólidos.
•
Teniendo en cuenta que los páramos son reconocidos como una prioridad en el marco de la Agenda Ambiental
Andina y la Estrategia Regional de Biodiversidad, se recomienda a la Comunidad Andina (CAN) promover un
proceso participativo para la construcción de una norma andina para los páramos. Dicha norma, construida a
partir de los avances de cada país, promovería la cooperación a escala subregional andina en beneficio de la
gestión sostenible de los ecosistemas de páramo.
•
Se recomienda estimular un enfoque regional andino para el análisis de la problemática de la minería y los
páramos. El intercambio de ideas, la cooperación y la construcción conjunta de herramientas deben ser
activamente promovidos. No obstante, sin detrimento de la cooperación regional, es necesario enfatizar en las
soluciones diferenciadas. Las condiciones políticas de cada país y el momentum deben ser tenidos en cuenta.
•
Se sugiere que CONDESAN – Proyecto Páramo Andino y la Secretaría General de la Comunidad Andina (SGCAN) le den continuidad a un proceso regional de diálogo sobre minería en ecosistemas de alta montaña, que
promueva el intercambio de experiencias entre los países andinos así como la construcción de lineamientos
políticos y técnicos. Para este fin, se recomienda considerar algún mecanismo de red virtual, aprovechando
recursos técnicos e institucionales ya existentes (como por ejemplo InfoAndina).
44
ANEXOS
ORGANIZADORES DEL TALLER
Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina – CONDESAN. Es un consorcio
latinoamericano, sin fines de lucro, cuya finalidad es contribuir al desarrollo sostenible de la ecorregión Andina y de
otros ecosistemas de montaña. Engloba instituciones públicas y privadas, universidades, organismos no
gubernamentales de desarrollo, organismos internacionales e investigadores comprometidos con el desarrollo de los
Andes Es la agencia ejecutora del Proyecto Páramo Andino - PPA.
El Proyecto Páramo Andino – PPA. Como respuesta común de los países poseedores de los páramos andinos a
las amenazas identificadas, y como propuesta para asumir los retos y oportunidades que ofrece la acción conjunta,
se formuló y aprobó el proyecto "Conservando la Biodiversidad en los Páramos del Norte y Centrales de los Andes"
conocido como "Proyecto Páramo Andino" -PPA-, financiado por el Fondo Global para el Medio Ambiente –GEF- a
través del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente -PNUMA– y ejecutado por el Consorcio para el
Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina –CONDESAN- conjuntamente con agencias ejecutoras nacionales:
Ecociencia en Ecuador, el Instituto Alexander von Humboldt en Colombia, el Instituto de Montaña en Perú, y el
Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas de la Universidad de Los Andes en Venezuela.
En el componente de política del PPA se han seleccionado dos sectores para trabajar de manera principal por su
impacto en el ecosistema páramo, entre los cuales se encuentra el sector minero. Uno de los productos que se
pretende lograr durante la ejecución del Proyecto es un documento de referencia entendido como guía técnica de la
acción del sector minero frente al ecosistema páramo. Como parte de este proceso se requiere iniciar actividades
que diagnostiquen la situación de la actividad minera en los páramos de Colombia, Ecuador y Perú, y realizar un
análisis inicial de sus impactos y efectos ecológicos sobre la salud del ecosistema.
El taller se realiza en coordinación con:
La Secretaría General de la Comunidad Andina (SG-CAN). La Comunidad Andina reúne a Bolivia, Colombia,
Ecuador y Perú, con el objetivo de alcanzar un desarrollo integral, más equilibrado y autónomo, mediante la
integración andina, suramericana y latinoamericana. Su área de acción ambiental, se desarrolla a través de la
Agenda Ambiental Andina, concertada entre los países, que busca agregar valor a los esfuerzos nacionales en
cuatro temas prioritarios: Biodiversidad, Cambio Climático, Recursos Hídricos y Prevención de Desastres. Esta
agenda regional contempla, para el periodo 2006-2010, el apoyo y seguimiento al Proyecto Páramo Andino (GEFPNUMA) así como a la Estrategia Regional de Conservación y Uso Sostenible de los Humedales Altoandinos.
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PROGRAMA
DIA 1
9:00 – 9:10 am
Instalación
Miguel Saravia, Coordinador CONDESAN
María Teresa Becerra, Secretaría General, Comunidad Andina
9:10 – 9:20 am
Breve Introducción al Taller y sus Objetivos
Bert de Bievre, Coordinador Regional Proyecto Páramo Andino
9:20 – 9:40 am
Presentación de Participantes
9:40 – 10:00 am
Áreas de Páramo bajo Exploración y Explotación Minera
Presentación de estadísticas sobre cobertura de títulos mineros en ecosistemas de
páramo y otros ecosistemas andinos
(Francisco Cuesta, CONDESAN – Proyecto Páramo Andino)
10:00 – 10:45 am
Implicaciones de la Minería en los Páramos de Colombia, Ecuador y Perú
Presentación Documento Base
(Eduardo Guerrero, CONDESAN – Proyecto Páramo Andino)
10:45 – 11:00 am
Refrigerio
11:00 am – 12:30 pm
Diálogo técnico sobre Minería en Ecosistemas Estratégicos de Alta Montaña
Intercambio de ideas y Experiencias. Análisis de Políticas Básicas, Marcos Normativos,
Agendas Intersectoriales y Canales de Trabajo entre los Sectores Ambiental y Minero
Presentaciones (25 minutos por país + tiempo para preguntas):
Colombia (Eugenia Ponce de León, Instituto Humboldt & Margarita González, Min. de Minas y
Energía)
Ecuador (Marco Cruz, Secretaría Nacional del Agua & Leoncio Galarza, Ministerio de Minas y
Petróleos)
Perú (Walter Huamaní, Ministerio del Ambiente & Graciela Breña, Min. de Energía y Minas)
12:30 – 1:00 pm
Discusión sobre sección anterior
1:00 – 2:30 pm
Almuerzo
2:30 – 4:00 pm
Códigos de Conducta Ambiental y Social de las Empresas Mineras en Ecosistemas
de Alta Montaña Andina, con énfasis en los Páramos
Presentaciones a cargo de representantes de empresas y asociaciones mineras que
operan en zonas de páramo (25 minutos por caso de país + tiempo para preguntas):
Colombia (Carlos Enrique Sierra, Cooperativa Boyacense de Productores de Carbón –
COOPROCARBON)
Ecuador (Fernando Carrión, IAMGold)
Perú (Marco Morales, Minera Yanacocha & Flavio Flores, ALAC)
46
4:00 – 4:30 pm
Refrigerio
4:30 – 5:00 pm
Discusión sobre sección anterior
5:00 – 5:30 pm
Consideraciones sobre Minería y Áreas Protegidas de Alta Montaña
(Víctor Hugo Inchausty, UICN)
5:30 – 6:00 pm
Discusión General sobre los temas del Día 1
DIA 2
9.00 – 9:15 am
Breve Memoria del Día Anterior
Conferencias de Apertura del Segundo Día (por especialistas invitados):
9:15 – 9:45 am
¿Por qué los Páramos son Ecosistemas Particularmente Vulnerables frente a
Impactos intensivos como la Minería?
Una Perspectiva Científica desde la Ecología y la Hidrología
(Orlando Vargas, Universidad Nacional de Colombia y Bert de Bievre, CONDESAN – Proyecto
Páramo Andino)
9:45 – 10:15 am
Criterios Generales para una Minería Ambiental y Socialmente Responsable en
Ecosistemas Andinos
Una Perspectiva Técnica sobre Buenas Prácticas de la Minería Adaptadas a Ecosistemas
de Alta Montaña
(Patricio Crespo, Universidad de Cuenca - PROMAS)
10:15 – 10:45 am
Discusión sobre sección anterior
10:45 – 11:00 am
Refrigerio
11:00 am – 12:30 pm
Seguimiento a la Minería en Páramos
Presentaciones a cargo de representantes de ONG, órganos de control y universidades
que hacen seguimiento a proyectos de minería en páramos (25 minutos por país + espacio
para preguntas):
Colombia (Oscar Darío Amaya, Procuraduría General de la Nación & Joaquín Molano, CENSAT
Agua Viva – Universidad Central)
Ecuador (Manolo Morales, ECOLEX y Wilson Guzmán, Fundación Arco Iris)
Perú (Pablo Sánchez, ASPADERUC y Gerardo Damonte, GRADE)
12:30 – 1:00 pm
Discusión sobre sección anterior
1:00 – 2:30 pm
Almuerzo
2:30 – 3:30 pm
Próximos Pasos y Recomendaciones para el Desarrollo de Agendas y Acciones
Conjuntas entre Sectores
Mesa redonda con moderador (grupo de panelistas que representan a los diferentes
sectores y grupos de interés hacen propuestas)
3:30 – 4:00 pm
Discusión plenaria
47
4:00 – 4:30 pm
Acuerdos y Conclusiones
4:30 – 5:00 pm
Refrigerio
5:00– 5:30 pm
Clausura
Cierre del Taller
(Freddy Ehlers, SG-CAN y Miguel Saravia, CONDESAN)
Palabras de Clausura sobre Minería y Medio Ambiente en los Andes
(Antonio Brack, Ministro del Ambiente, Perú)
Contactos
Bert De Bievre
CONDESAN - Proyecto Páramo Andino
Coordinador Regional
Correo electrónico: b.debievre@cgiar.org
Eduardo Guerrero
CONDESAN - Proyecto Páramo Andino
Consultor
Correo electrónico: eduardo.guerrero.f@gmail.com
María Teresa Becerra
Secretaria General de la Comunidad Andina
Área de Medio Ambiente
Correo electrónico: MBecerra@comunidadandina.org
48
NOTA DE PRENSA - COMUNIDAD ANDINA
En taller subregional
Plantean necesidad de políticas mineras especiales
para preservar los páramos andinos
Lima, 12 marzo 2009.- Representantes de autoridades ambientales y mineras, empresas
mineras, científicos y ONGs de Colombia, Ecuador y Perú coincidieron ayer en subrayar la
necesidad de políticas públicas especiales que garanticen la conservación de los páramos
andinos y sus funciones estratégicas, como la de proveer agua.
Durante el Taller Regional Minería y Páramos en la Perspectiva del Desarrollo Sostenible,
desarrollado el martes y miércoles en la sede de la Secretaría General de la Comunidad
Andina, los participantes analizaron las implicancias de la actividad minera sobre los
ecosistemas de páramo en Colombia, Ecuador y Perú; intercambiaron ideas al respecto, e
identificaron las diferencias y coincidencias.
En el curso del taller, se planteó que, en cada país se analice, dentro de sus respectivos
marcos normativos, la posibilidad de que la minería sea excluida en los páramos, bajo la
figura ya sea de Areas no Adecuadas para Derechos mineros (ANAD) como en el caso del
Perú, o de la reforma -actualmente en discusión- del Código Minero, como en Colombia.
Según se informó en la reunión, más de 60 millones de personas de Colombia, Ecuador y
Perú dependen, en cuanto a la provisión de agua, de los páramos. "Ciudades como Bogotá,
Quito, Cali, Medellín, Bucaramanga, Tunja, Cuenca, Loja, Cajamarca y Piura, por sólo
mencionar algunas, dependen directamente de ellos como fuentes de agua", precisaron.
Estos ecosistemas de las altas montañas andinas –anotaron- son frágiles y vulnerables, no
obstante lo cual la expansión minera que vive la región andina se proyecta sobre ellos.
"Actualmente los proyectos de explotación minera y en trámite cubren el 28 por ciento de
extensión de dichos ecosistemas en los tres países andinos mencionados", revelaron
El taller fue clausurado por el Ministro de Ambiente del Perú, Antonio Brack, y el Secretario
General de la CAN, Freddy Ehlers, quienes coincidieron en destacar la importancia de
tratamiento del tema con visión de futuro y la presencia en la reunión de diversos actores y
sectores interesados en el tema de la minería y los ecosistemas de alta montaña como son
los páramos.
Los participantes insistieron en la necesidad de analizar, de una manera integral los
impactos de la minería en los páramos, considerando no sólo los impactos ambientales sino
también sociales. "No se trata de plantear discusiones de manera simplista sobre si debe o
no debe haber minería en los páramos, sino hacerlo en el marco de un análisis integral del
territorio y de una discusión más amplia sobre el modelo de desarrollo", señalaron.
Asimismo, reconocieron la importancia de la minería como “sector generador de desarrollo”
y, por lo tanto, de un comportamiento ambiental y socialmente responsable frente a los
ecosistemas de alta montaña.
El taller fue organizado por CONDESAN – Proyecto Páramo Andino, en coordinación con la
Secretaria General de la Comunidad Andina.
49
LISTA DE PARTICIPANTES
COLOMBIA
Edna Margarita González
Dirección de Minas
Ministerio de Minas y Energía
Bogotá
Correo electrónico: emgonzalez@minminas.gov.co
Oscar Darío Amaya
Procurador Agrario y Ambiental
Bogotá
Correo electrónico: oamaya@procuraduria.gov.co
Copia a: apaez@procuraduria.gov.co
Eugenia Ponce de León
Directora General (E)
Instituto Humboldt
Bogotá
Correo electrónico: dirgeneral@humboldt.org.co
Copia a: dmparra@humboldt.org.co
Copia a: eugeniaponce@cable.net.co
María Paula Quiceno
Instituto Humboldt,
Bogotá
Correo electrónico: mpquiceno@humboldt.org.co
Ornella Blanco
Instituto Humboldt
Bogotá
Correo electrónico: obhoyos@humboldt.org.co
Copia a: oblanco@telmex.net.co
Carlos Tapia
Consultor Instituto Humboldt,
Plan de Manejo del Páramo de Rabanal
Bogotá
Correo electrónico: carlostapiacaicedo@gmail.com
Carlos Enrique Sierra
Gerente
Cooperativa Boyacense de Productores de Carbón (COOPROCARBON)
Samacá – Boyacá
Correo electrónico: ingjaro5@gmail.com
50
Orlando Vargas
Departamento de Biología
Universidad Nacional de Colombia
Bogotá
Correo electrónico: jovargasr@unal.edu.co
Copia a: jovargasr@gmail.com
Joaquin Molano
Departamento de Ciencias Sociales, Universidad Central
y CENSAT Agua Viva
Bogotá
Correo electrónico: jmolanob@ucentral.edu.co
Copia a: jmolanob@hotmail.com
Copia a: mineria@censat.org
ECUADOR
Leoncio Galarza
Director Nacional de Minas
Ministerio de Minas y Petróleos
Quito
Correo electrónico: leoncio.galarza@gmail.com
Copia a: atixi@minasypetroleos.gov.ec
Marco Cruz
Secretaria Nacional del Agua
Quito
Correo electrónico: secretarionacional@senagua.gov.ec
Copia a: rocioalmache59@hotmail.com
Fernando Carrión
Gerente Responsabilidad Social y Ambiente
IAMGold Ecuador
Quito
Correo electrónico: fcarrion@iamgold.com.ec
Copia a: salvarez@iamgold.com.ec
Patricio Crespo
Universidad de Cuenca / PROMAS
Cuenca
Correo electrónico: Patricio.crespo@umwelt.uni-giessen
Copia a: pcrespos@yahoo.com
Manolo Morales
Director Ejecutivo
ECOLEX-EC
Quito
Correo electrónico: mmorales@ecolex-ec.org
51
Copia a: jhidalgo_50@yahoo.com
Francisco Cuesta
CONDESAN
Quito
Tel.: +593-2 - 2690363
Correo electrónico: F.Cuesta@cgiar.org
Víctor López
Ecociencia
Quito
Correo electrónico: vlopez@ecociencia.org
PERÚ
Graciela Breña Torres
Sistema de Información Ambiental Minero
Dirección General de Asuntos Ambientales Mineros
Ministerio de Energía y Minas
Lima
Correo electrónico: GBRENA@minem.gob.pe
Walter Huamaní
Ministerio del Ambiente
Lima
Correo electrónico: whuamani@minam.gob.pe
Marco Morales
Gerente de Medio Ambiente
Minera Yanacocha
Cajamarca
Correo electrónico: marco.morales@newmont.com
Antonio W. Salas
Especialista Ambiental – Biomonitoreo
Minera Yanacocha
Cajamarca
Correo electrónico: Antonio.Salas@newmont.com
Pablo Sánchez Zevallos
Presidente
Asociación para el Desarrollo Rural de Cajamarca (ASPADERUC)
Cajamarca
Correo electrónico: aspaderuc@speedy.com.pe
Manuel Pulgar Vidal
Director Ejecutivo
52
Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA)
Lima
Correo electrónico: mpulgar-vidal@spda.org.pe
Gerardo Damonte
Investigador
Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE)
Lima
Correo electrónico: gdamonte@grade.org.pe
Copia a: mcarrillo@grade.org.pe
Manuel Glave
Investigador
Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE)
Lima
Correo electrónico: mglave@grade.org.pe
Copia a: mcarrillo@grade.org.pe
Julia Cuadros
Subdirectora
CooperAcción
Lima
Correo electrónico: jcuadros@cooperacion.org.pe
Jorge Recharte
Director
Instituto de Montaña, Programa Andino
Lima & Huaraz
Correo electrónico: jrecharte@mountain.org
Judith Kuan
Consultora CONDESAN
Lima
Correo electrónico: judithkuan@gmail.com
Otros
Víctor Hugo Inchausty
Oficina Regional para América Del Sur
UICN Sur
Quito
Correo electrónico: victor.inchausty@sur.iucn.org
Jan Sevink
Institute for Biodiversity and Ecosystem Dynamics, Amsterdam, Netherlands.
University of Amsterdam
Amsterdam, Netherlands
Correo electrónico: J.Sevink@uva.nl
53
Ceremonia de Clausura
Freddy Ehlers
Secretario General
Secretaria General de la Comunidad Andina (SG-CAN)
Lima
Antonio Brack
Ministro
Ministerio del Ambiente
Lima
Organizadores
Miguel Saravia
Coordinador General
CONDESAN
Correo electrónico: m.saravia@cgiar.org
María Teresa Becerra
Secretaria General de la Comunidad Andina
Área de Medio Ambiente
Lima
Correo electrónico: MBecerra@comunidadandina.org
Bert De Bievre
CONDESAN - Proyecto Páramo Andino
Coordinador Regional
Quito
Correo electrónico: b.debievre@cgiar.org
Eduardo Guerrero
CONDESAN - Proyecto Páramo Andino
Consultor
Bogotá
Correo electrónico: eduardo.guerrero.f@gmail.com
54
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