MUCHA5 GRACIA5 ^MJM^ iitiiitJtiiJNiiricititinniiiiNiiNtiMiJitiiiiuiiiiiih DEL MOMENTO UNA «CANDOROSA» DE 1926 POR D E M E T R I O fRcademia de belleza • ' ^ *(\ Las más bellas artistas francesas: Mlle. NADIA, del tmtro de La Cigale..''^'',-,. • "¡¡Que bonita eres tú!!...", supongo que será la unánime exclamación de todos los lectores de MUCHAS GRACIAS. ¿He supuesto acertadamente? Pues entonces, felicitémonos todos. Vuestro hasta la última pluma, ,. ,; ' ' ' . INCORDIEZ MUCMAr GRACI APARECE IQf R£DAccionYADnini/TftAaori,ftBi^ Í01ZABAL42 TfltPOnO 2¿55-a MU\)Of FUNDADOR: AÑO Mi A R T E M I O Madrid, 20 de febrero de 1926 LA SEMANA La semana ha sido el Carnaval; y el Carnaval no ha parecido por parte alguna. Semana irónica. Mirando las máscaras, nos convencemos de que la hipocresía es la verdadera sinceridad de las gentes. En el baile de máscaras Minerva-Danzant se le extravió a Josefina Pérez un collar de perlas, no chinas. Nos dicen que se lo han devuelto. Pero lo que se le ha perdido a Luisita en el Tango-Dido, eso no lo ''ecuperará nunca. Reflexión de Arlequín: —Si los hombres viniéramos al mundo vestidos, ja cuántos niños veríamos nacer de pierrots, de dóminos, etc., etc.!... En medio de la desanimación del paseo de Rosales observábamos él LEA N U IVI. 10 8 IRÓNICA Hemos visto a una máscara de disfraz viejo: llevaba melena, pipa, chambergo y chalina. ¡Esta sí que era buena máscara! ¡No le ha conocido absolutamente nadie!... LA —He visto disfrazado P R E C I O S O lunes una carroza, llena de alborotadores aburridos, que ostentaba el siguiente letrero: "Buscando garaje." Era lo mejor que podían buscar... ¡Ay, nos aburríamos en Rosales como ostras! Nos aburrimos el domingo. Nos aburrimos el lunes. Nos aburrimos el martes. Y nos aburriremos mañana, domingo de piñata. Lo escribimos con tanta irritada nerviosidad, que, de ser cajistas, al mentar la piñata, acaso se nos fuera alguna errata. U S T E D NOVELA DE HOY a Hipó- —¿De qué? —De carnero grande. —Le cuadra. —¡Pero si es soltero!... —La cuadra. —¡Qué máscara tan original ha(^'a Dorita! —¿De qué se disfrazó? -—De lagarta. ¡Qué ingeniosa es! ~~¡Qué poca inventiva! —Vamos a disfrazarnos. Manouto. Pe^Q ¿g ^i^ llamativo, que '"crezca la pena Pensemos un disfraz... Pensémoslo... Ya se me ha ocurrido el mío: "e pierrot. • ¡Hombre! ¡Lo que se me ha ocurrido a mi! —Oye, me vas a tener que decir a qué hombre tomas por modelo cuando escribes esas novelas galantes. ^^ .^ (Dibujo de Herreros.} MUCHAS EN CONFIANZA ¡QUE LASTIMA! Habría para llenar, no digo ya esta sección, sino todo el periódico, con las hipérboles grotescas que se han lanzado estos días con motivo del "raid" del comandante Franco. Yo creo que el mejor tributo que se podría rendir a los intrépidos aviadores es guardar en su honor dos o tres meses de silencio, cerrar la espita de la estupidez. Tengo la seguridad de que Franco habrá sido el primero en sonrojarse al verse comparado con los descubridores y conquistadores de América. ¿Qué necesidad teníamos, para ensalzar a estos valientes y peritos aviadores, de faltar al respeto a Colón, Pizarro, Cortés?... Para realizar hoy una hazaña semejante a la de aquellos héroes, sería menester emprender un viaje a Marte. Es verdaderamente triste y lamentable que la magnífica hazaña de nuestros bravos aviadores haya servido para que caiga sobre ella la charanga patriotera y para poner de manifiesto la estupidez colectiva. Yo no sé si Franco con su "raid" habrá hecho de Colón; pero lo que es indudable es que muchos han hecho de indios. pudiéramos incurrir en el monstruobo desatino de referirnos al gran navegante genovés, sino que ha supuesto que nos referíamos a un señor Colón, amigo y compañero de Franco. ¿QUE HACE DON MELITON? Me sorprende que Melitón González, uno de los seres más incomprensivos que pasean su pluma por los periódicosj no nos haya obsequiado ya con su valiosa opinión sobre eso de amarar y amerrizar. GRACIAS SIN COMENTARIOS El señor don Valentín de Pedro ha escrito un artículo, dedicado a comunicarnos que el comandante Franco le recuerda al Papa Luna.,. Nos ahorramos comentarios. ACADÉMICOS Ha sido nombrado académico de la Lengua, el Padre Eijo. Estando "Padre e hijo", esperamos que no tardará en ingresar en la Academia el Espíritu Santo. Mariano Benlliure y Tuero. DE LA PRENSA EXTRANJERA La Petite Gironde publicó hace poco una fotografía, a cuyo pie se leía: "El comandante Franco y su compañero Colón, en el puerto de Palos, momentos antes de emprender su magnífico Vuelo." Semejante confusión ha promovido la indignación de muchos periódicos de aquí. Yo creo, queridos colegas, que no tienen ustedes por qué indignarse, sino todo lo contrario. La Petite Gironde ha dado con esa "gaffe" una prueba de su buen sentido y de la gran estimación que profesa a España; pues quiere decir que al ver el nombre de Colón barajado de igual a igual con el de Franco nos ha hecho el honor de no suponer, ni por un momento, que EL.—¿Dónde vas a estas Ijoras? ELLA.—¡Ay, señorito!... Peilsaba ir a un baile de máscara a divertirme... EL.—Pues pasa a rai cuarto, que te vas a divertir. Porque tú no me conoces. ELLA.—¡Pero, señorito...! EL.—¡No me conoces, no me conoces! (Dib. de Billón y Picó.) MUCHAS GRACIAS ¡PLANCHA!, por Demetrio Ella.—Bajo ningún pretexto abra la puerta niíts que a una persona que ahora... El. (Interrumpiéndola.)—¡Nadie molestará a los señores/ Dígame la señorita las señas del ca^ tallero que... E\\a. (Iníerrumpiéndole.)—Delgada, rubia... ¡Una monada! ^, ., MUCHA 6 Retablillo literario Muchas veces, cuando aún existía el café Suizo, buscábamos el rincón de Bécquer con una devoción sentimental. En el viejo café de los conspiradores y de las famosas tertulias literarias, Gustavo Adolfo se refugiaba en el rincón más solitario para escribir con lápiz estas Rimas, que después han sido el breviario melancólico de varias generaciones juveniles. Me parecía que en aquel lugar había quedado flotando algo de la esencia espiritual del poeta, y que en los antiguos espejos podría aparecer, como en una materialización espirita, el pálido rostro, con los ojos claros y hundidos y orlado de la rubia y romántica melena; aquel semblante demasiado triste, q u e sonreía con la elegancia de un caballero de Van-Dyck, entre la pobreza de sus harapos. Gustavo Adolfo Bécquer sucumbió antes de que su nombre fuese glorioso, con la dulce gloria que vuela de boca en boca de mujer y que acierta a emocionar a los corazones de veinte años. No fué una gloria fría y académica, como la de su detractor don Gaspar Núñez de Arce; fué la gloria recóndita de todas las almas sensitivas que no han podido contener una lágrima leyendo los versos que él pensaba titular El libro de los gorriones, y que al cabo vino a la celebridad con el nombre de Rimas, por deseo de sus buenos amigos Rodríguez Correa, Campillo y Lustonó, bajo cuya dirección se hicieron las obras del pobre Gustavo, cuando ya hacía dos años que dormía con "ese sueño, en que acaba él soñar". Podemos afirmar que estos versos, tan amargos algunos y otros tan llenos de resplandores misteriosos, constituyen la obra poética de más desgarrada sinceridad de toda la literatura castellana. El alma y la sangre del poeta ilumina estas estrofas y fluye por estas Rimas. Tiene dos aspectos notables Su obra: el que yemos alumbrado por él resplandor de ; la clarividencia —^Bécquer.fué un .poeta ocultista, acaso sin saberlo, obedeciendo a su altísima inspiración—y el que sólo es el dramático reflejo dé su yidá a ras de tierra, én él que palpita y se desgarra la angustia de sus deisastres del corazón. Dos; nombres de mujer resuenan en la biografía del poeta. Una fué Julia, el amor romántico del primer momento, musa tal vez de algunos versos siempre tristes—el poeta no realizó nada de cuanto bello su espíritu quiso soñar—. Acaso la canción de las golondrinas fué escrita pensando en la amada adolescente. Pero la musa trágica de su vida fué la otra. Casta Esteban, con la que se unió en matrimonio en una hora mala para los dos. La mayor parte de las Riíjias es la deplorable historia de este amor, y en las que el poeta desgarra sus S:G R A CJA S propias entrañas con una dolorosa sinceridad: Cuando me lo contaron sentí el frió dé una hoja de á'cei'o en las entrañas; me apoyé contra el muro, y un momento la conciencia perdí de dónde estaba. Cayó sobre mi espíritu la noche; en ira y en piedad se anegó el alma, ¡y entonces comprendí por qué se llora, y entonces comprendí por qué se mata! Pasó la nube de dolor... Con pena logré balbucear breves palabras... ¿Quién me dio la noticia? Un fiel amigo. ¡Me hacia un gran favor! Le di las gracias. En esta rima está la síntesis del gran dolor que rompió su vida y que precipitó su muerte. "Le hirieron recatándose en la sombra" y sellando la traición con un beso. La puñalada era mortal. Las naturalezas de sensibilidad exquisita mueren asesinadas por heridas invisibles, que no brotan sangre, porque es la misteriosa psiquis impalpable quien las recibe: Y ella prosigue alegre su camino, feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué? Porque no brota sangre de la herida, porque el muerto está en pie. No es mi propósito ahondar en esta amarga intimidad del poeta, sino por la influencia que ejerce en lo más conocido de su obra literaria. Casta Esteban, la mujer de Bécquer, no acompañaba a su esposo por el camino de los sueños; ella es quien opina ... que una oda sólo es buena de un billete de Banco, al dorso escrita. —¿Y su hija, sigue de tanguista en Zinganlllo-Bar? —Se fué de alli porque una noche la dieron una paliza. Ahora está en otro cabaret, en donde le dan más. (D¡b. de Pomareda.) No deje usted de leer todos los viernes LA NOVELA DE-HOY. 30 cts.- El poeta era pobre, oscuro y soñador—la gloria vino después, como un sarcasmo más de su tragicomedia—, y la fortuna no vino jamás... Su mujer vivió a disgusto, de bracero con la Necesidad, y aunque era mujer inteligente, no tuvo talento—el amor suele adivinar con el corazón — para comprender la gloria de Gustavo Adolfo: Porque lo que hay en mí que vale algo, eso ni lo pudiste sospechar. La gran pesadumbre de su vida parece que fué Casta. Los poetas suelen elegir mal, o acaso las mujeres han fraguado una táci.ta,^confabulación contra ellos, porque por ,.la vida de los grandes artistas del verso pasa siempre. una sombra dramática de mujer. Emilio Carrére. MUCHAS GR'ACIAS ,,JV\ALA pOr PUNTERÍA, —En cuanto se ponga de frente, le voy a dar un serpentinazo. I Toma! La solicitan los soldados del grupo de fuerzas Regulares de Larache, número 4 (Juzgado), en Alcázarquivir, José Reines, José Sentelles, Ramón Sánchez y Vicente Ara; los marineros de la compañía de Mar, de Melilla, Salvador Rábano y José Chirivella; el sargento de Intendencia, hospitalizado e in e Í r i O . ' -Afinaré —¡Ya está a tiro!... Le voy a dar en la nariz. la puntería., —¡Pobre muchachol la narizl... lAy! lllltir Madrinas de guerra D IIUIMKIItUl 1 en Melilla (Hospital Pagés), Horacio Rossini Cebriú; el artillero Joaquín Carrasco, Secretaría particular del comandante general (Melilla); los sargentos Rufino Rodríguez y Vidal Navarro, y los cabos Juan Llorca y José Barrenechea, del regimiento de Cazadores de Taxdir, núm. 29, de Caballería, sexto escuadrón; los soldados Ricardo Gallego y Julián Fernández, ¡No le he dado en 11,1111 de la Comandancia de Infantería, segunda compañía (Melilla); el sargento del batallón de Cazadores de África, número 6, en Tetuán, Luis Pérez Conté; el cabo y los soldados de la compañía expedicionaria de Ordenes Militares, núm. 77, en Tetuán, David Elises (cabo), y Dámaso Sánchez y Manuel .'Mastuaz. MUCHAS 8 •liillillilillliiilll Las modas del 4 año nueve iiitimiiitiriMtiMMiiiiMiiiimit ti En una de las calles más solitarias del barrio latino, de ese barrio latino que ya no es lo que fué, pero que tal y como es ahora aun resulta interesante, se ha inaugurado una nueva sala de espectáculos cinematográficos, que aun es conocida de muy poca gente en París. Hasta ahora es un cine casi privado, un local muy pequeño en el que se van a exhibir películas atre4MrtiiNiiiiiiiiii jitijiiiiiiiiiiiiii I t GRACIAS vidas, en el más amplio sentido del vocablo: es decir, atrevimiento social, literario y de ideas. Una mezcla de cine de vanguardia y de espectáculo para adultos. Como aquí en París rara vez se toma el rábano por las hojas, ni se confunde la gimnasia con la magnesia, a la inauguración de ese local, que en otras partes se calificaría de nefando, asistió uno de los ministros del actual Gobierno, el señor De Monzie, un caballero muy simpático y muy enterado que, como Dios, y como Pepe Sabater, se encuentra en todas partes. He ido la otra noche a ese cine y antes de la película que constituye la base del espectáculo—una adaptación de una novela austríaca bastante... desgarrada—pude admirar otra que era sencillamente un documento. Se trataba de una cinta confeccionada, en el año 1909, es decir, hace diez y seis años. La exhibían. ji BAILE DE TRAJES, por Picó. —Asi, vestida de hombre, me siento con más fuerzas para decirle a iVlaruclii lo que le tengo que decir. —¿Estoy bien de estudiante? —iBrutaU ¡Como que tienes unos sobresalientes tan notables... que me tienes suspensa!... i (Dibujo de Demetrio.) naturalmente, como curiosidad, y verdaderamente lo resultaba en alto grado. Yo no quiero contar a ustedes las risotadas que estallaban en la sala—llena de muchachos estudiantes, de parejitas burguesas, de alumnos de la Escuela de Minas— cada vez que en el lienzo salía una dama vestida, como es natural, a la moda del año nueve. Los hombres, menos mal; pero ¡aquellas señoras con las faldas hasta el tacón, aunque sin cola ya!, ¡aquellos sombreros colocados en lo alto de las cabezas como si los hubiesen tirado de un balcón!, ¡aquellos peinados, aquellos moños pomposos!... El público se moría de risa. Y yo, sin querer, no podía menos de decirme: —Es decir, que bastan diez y seis años para que uno se ría a carcajada abierta de la Humanidad. Pasarán otros diez y seis—¡un soplo!—, llegará el año 1942, y la gente se reirá de las modas y de los trajes de ahora, si a alguien se le ocurre exhibirlas en el cine. ¡Y pensar que en el año 42 aun no le habrá salido a Pepe La Morena la primera cana!... Joaquín Belda. MUCHAS Un sabroso GRACIAS centenario. Se ha celebrado en París el centenario de la muerte de uno de los grandes bienhechores de la humanidad, Anthelme Brillat-Savarin. Su mérito principal consistió en saber comer y en enseñar a comer a los demás. Brillat-Savarin fué un hombre muy importante de su época y sigue siéndolo en la nuestra, aunque con un valor puramente literano, pues hemos llegado a un tiempo en que el problema no estriba en saber comer, sino en poder comer. Nos encontramos en uno de esos momentos históricos en que lo más lógico sería enseñar a la humanidad a no comer; pero quizás por eso mismo la figura de BrillatSavarin ha adquirido a los ojos de nuestros contemporáneos proporciones extraordinarias. Sentimos por él la admiración que inspiran los seres que han realizado proezas 'mposibles. El solo recuerdo de un personaje tan importante constituye un verdadero alimento en este ^ño de ayunadores. Brillat-Savarin fué diputado de 'os Estados Generales, alcalde de su pueblo y consejero del Tribunal ue Casación. Como político, sin ser niuy radical, era enemigo de la tiranía y partidario del Parlamento y 'a Libertad. Era, pues, un homre civilizado. Pero su verdadera personalidad no fué política, sino gastronómica. Como gastrónomo, su calidad de hombre civilizado alcanza verdadero esplendor. Escri010 un libro que está considerado como la Biblia de la buena mesa, oe titula Fisiología del gusto, y su traductor inglés, el buen comedor Broandley, dice de él que es el vademécum de la civilización france- sa. Brillat-Savarin da reglas para comer, dicta sentencias inapelables, se erige en verdadera autoridad en la materia. Hasta su aparición, el arte de comer había carecido de distinción. Existía la glotonería, el hartazgo, el pantagruelismo, que convierte al hombre en un cargado recipiente de alimentos en descomposición, con el pantalón desabrochado. Brillat-Savarin fué con respecto a esto lo que el creyente sincero e íntimo es con respecto al fanático. Rabelais ha dicho de Pantagruel que su alma se encontraba en la cocina. Brillat-Savarin puso su alma, además, en la mesa y la rodeó de amigos. "La mesa es el único sitio donde no se aburre uno durante la primera hora", puede leerse entre las sabias sentencias de su libro. No comprendía la mesa sin una conversación agradable, con gente ingeniosa y mujeres guapas. No creo que exista ningún otro filósofo que haya encontrado un sentido tan profundo a la vida. En cien años, las costumbres han cambiado macho, y hoy, los hombres que se ocupan de la comida de los demás, desde el inspector de Subsistencias hasta los especialistas que nos ponen a régimen, se complacen en amargar a la pobre humanidad con máximas y consejos completamente absurdos. No se debe tomar mostaza ni comer mucha carne ni beber buenos vinos. Nos encontramos en la era del agua mineral y se come con la inconsciencia y la prisa de gente que ha tomado el primer turno en un vagón-restaurante y lo que quiere es acabar pronto para ir a buscar el bicarbonato que ha dejado en el maletín. Creo sinceramente que el mundo va por mal camino. Brillat-Savarin, en cambio, trató de llevar a la humanidad por el camino recto, el de la mesa, que es, a su vez, el único que puede conducirnos decentemente a la cama. En su tiempo, las familias' eran realmente numerosas y ningún autor podía escribir, como ha hecho en esta época cierto novelista, un libro titulado La señora no quiere tener hijos. La buena cocina hace imposible la resistencia. Este hombre extraordinario creó escuela. Fué el Mesías de una religión admirable, la única que no ha creado mártires, pues si los hay son precisamente los que están a la parte de fuera, los que no pueden comulgar en esta gran doctrina. Brillat-Savarin tuvo sus apóstoles y sus adeptos. Uno de sus biógrafos recuerda ahora, con motivo de este sabroso centenario, un detalle que demuestra la fuerza de convicción que tenían las enseñanzas del Maestro. La hermana de Brillat-Savarin cenaba un día, a la edad de noventa y nueve años y once meses, cuando sintióse morir. Con débil voz agónica llamó a la cocinera y le rogó cuerdamente: "Date prisa en traerme los postres, porque me parece que la voy a entregar, y sentiría quedarme sin probar la compota." ¿Qué religión ha proporcionado una serenidad semejante a la hora de la muerte? Por lo demás, el milagro de Brillat-Savarin entra en la más pura ortodoxia cristiana, pues no puedo olvidar a quien dentro de los pocos medios de que disponía en su época, hizo por el arte de bien comer cuanto pudo. Recuérdese si no la multiplicación de los panes y los peces y la conversión del agua en vino, en unas famosas bodas. Son los milagros que más admiro, después del de perdonar a la mujer adúltera, teniendo en cuenta, naturalmente, que no se trataba de la mujer propia. Carlos Esplá. París, febrero. O O ACTITUDES INTIMAS 6o fotografías inéditas, t a m a ñ o 9 X '2 20 postales sugestivas y catálogo S T E R E O S , colección curiosa, 15 fotos diferentes, 8 X ' 7 - • •• El pago adelantado por giro postal o oheqoesobre París, 61, RUÉ DAMRÉMONT 10 ptas. 5 > 'O » 1 c U A D TI N •»• ">• I" " i ' ' " PARÍS, 18.-FRANGE ^O 10 GRACIAS MUCHAS lllllilllllllllllllllillllllllllllllilllllllllllllllllllllllllll El señor de Rodas iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Con permiso de Carrére. Nadie más aficionado a los placeres gastronómicos que el señor de Rodas, pero especialmente gusta de las cosas condimentadas con miel y azúcar; es decir, de los dulces. Y esta afición le lleva a cometer ciertos actos extravagantes y a opiíiar cosas absurdas. En materia política es casi indiferente, pero afirma que sólo concebiría la dictadura militar en otros tiempos, cuando el dictador hubiera podido ser el general Dulce. En cuanto a las mujeres, no tiene una preferencia determinada. En general, le gustan guapas, cosa que es perfectamente explicable, sin necesidad de largos razonamientos; pero si le hablan de una señorita de quien afirman que tiene la voz de ángel, permanece indiferente. El las prefiere con cabello de ángel. Una de sus últimas amigas fué l a señorita Natividad Giménez; Nati, como él la nombraba. Con esta joven fué más constante que con otras, y el señor Rodas me explicó el motivo de su constancia. Como el señor Rodas se tomaba ciertas libertades reprobables con Natividad, en el período fugaz y culminante de aquellas libertades, el señor Rodas solía exclamar: —¡Nati... ya...! Esto lé sabía muy bien. Suele buscar las grandes aglomeraciones de gente, sobre todo cuando lleva su cabeza elegantemente cubierta con el hongo. No se procura con ello contactos reprensibles, sino que así puede volver a casa con el sombrero lleno de bollos. Uno de sus criados tuerce horriblemente los ojos, pero él lo prefiere a todos sus demás servidores, sobre todo a la hora del desayuno, cuando le preguntan cuántos mojicones quiere que le lleven a la cama con el chocolate. —¡Que me traigan el bizco ocho! —exclama. Y así todo. Hasta el punto de que se ha he- cho célebre su afición desmedida al dulce, y hemos podido leer recientemente, en no sabemos qué periódico, una alusión clara y terminante a su glotonería. Sí, estamos seguros que decían en grandes letras: "El Goloso de Rodas." Mariano DEMASIADO ENÉRGICO, por Bellón. Tomás. Cuatro obras nuevas de la EDITORIAL ATLANTIDA A. Vidal y Planas: A hombros de la Adversidad. — Maravillosa narración, de ideas atrevidas y visiones alucinantes del siempre interesante y discutido escritor Vidal y Planas. Magnífica portada de Baldrich. 5 pesetas. Finita era una linda muchacha, pero demasiado escurrida de caderas y... aledaños. Fernando Mura: La necesidad de pecar.—Novela madrileñísima del castizo y popular autor de tantas bellas producciones. Obra maestra en su género, que consagrará definitivamente la reputación de su autor. Portada de Baldrich. Prólogo de Artemio Precioso. 5 pesetas. Mariano Benlliure: Tipos y costumbres de /zoy.—Artículos, impresiones, semblanzas, crítica, todo con el estilo valiente y sincero que caracteriza al gran periodista Mariano Benlliure. Un tomo de 280 páginas, 4 pesetas. Para ganar un poco en el modelado, rrió a los específicos. 2C . — )\ José Martí: El libro de los juicios.— Tomo VI de las obras completas, ordenadas y prologadas por Alberto Ghiraldo. 5 pesetas. En todas las librerías y Editorial Atlántida y LA NOVELA DE HOY, Mendizábal, 42. Por falta material de tiempo, no he podido contestar las cartas recibidas en estos últimos dias, operación que llevaré a cabo en el próximo número. Vuestro.—Incórdiez. • r—<: recu- \V\Vgll / 1/ Y WA— 4 • 1 Y a la gimnasia, sin resultado alguno. MUCHAS GRACIAS 11 iJ«>®<S><&«><S>«>®<SXS>«>«>«><S><S>S>«>«>«X5><S><SX5><SXSX5><S>«X5><5^^ LA MÁSCARA BURLONA Hasta que paseando por Rosales, vio un grupo de máscaras y pensó en el masaje... Mascarita... La de la gracia traviesa, la del mirar picaresco, la que cruza los salones en giro funambulesco, la que bulle y la que canta, la que ríe y la que grita, la que al pasar por mi lado, con gesto burlón me invita, y cuando corro tras ella - • para que su burla falle, • pregona mi mala estrella, . . . ,., como un truhán en la calle. Mascarita que el tormento con sus palabras incita... Eres mala y eres bella, Mascarita. Vas diciendo a quien lo escucha que mi corazón no late sino al ritmo con que el águila, herida, su vuelo abate; vas diciendo que mi pecho, como fragua, un tiempo, ardiente, es hoy cual bloque de mármol para una estatua yacente. Y vas cruzando la sala con esta charla maldita... Eres bella y eres mala, Mascarita. Si de mi triste destino tienen tus ojos la clave y no quieres que mis llagas la esponja del tiempo lave; si porque sabes que sufro quieres guardar el contraste y que no sepa que, ha poco, tras del antifaz, lloraste; si es tu risa la careta con que vistes de risible lo austero de la nostalgia de amor que has hecho imposible, ten en cuenta que algún día, como ilusión de un amor, se acaba la risa loca. Y entretanto, no se ría esa boca del dolor. Que puso en práctica. Ya ves que también yo puedo descubrir tu gran secreto, que es el que de mí pregonas con la jactancia de un reto; pero sé que tras la noche de alegres profanaciones, suele venir la mañana de las tristes confesiones. Y sé más, porque estoy viendo que en mi firmeza de roca se estrelló toda la charla que ha salido de tu boca, y ya abatida y doliente, no chillas ni jugueteas, ni en pregonar mi tormento, como ha poco, te recreas. Veo que el descanso buscas, que te apartas de la gente, y que ya cruzas las manos, en actitud penitente... Deja que me acerque ahora, cuando ya no tienes bríos para rechazar mis brazos, tan sólo porque son míos. Deja que mire, anhelante, cómo tu pecho.se inflama, herido por la congoja de que el mío sufrir pueda sin clamor, y ver cómo está esa lágrima teñida en rojo de seda de tu antifaz, que es la llama de un infierno de dolor... Marcial i Pero fué demasiado enérgico miento! el procedi- de Laigtesia. SS5* MUCHAS 12 GRACIAS De esta concepción entre rústica timental, y el niño, en contacto y lúbrica de la función genésica con la verdad de la Naturaleza, p a r t e toda nuestra inmoralidad, será moral. GLOSAS LITERARIAS por el falseamiento del principio Lo inmoral de nuestra educación fundamental de la vida. en la vida y en las novelas es haber La moral eo las En el fondo, éste de la moral no hecho una farsa mística, o un mosino un problema de cultura. tivo nefando, o una imagen enfernivelas y en el amor es Dad al niño, en vez de pueriles faru- miza del amor, del hermoso y fetasías y alegóricos cuentos, unas cundo amor humano, que no es, selecciones de Fisiología, y su con- gún frase de Chambord, sino "el choque de dos simpatías y el concepto de la vida habrá cambiado. Que el misterio de la especie deje tacto de dos epidermis". Cada vez que, como en la actualidad, las autoridades emprenden de ser para él un cuento de hadas Juan Ferragut. campaña moralizadora, se plantea o un pecado o una entelequia senentre ellas y el público y los escritores que las censuran un pintoresco problema, del que, si se dan muchos enunciados, no se resuelve la incógnita. , Creemos que el problema de la moral pública es sólo una cuestión de sinceridad. Y a ella faltan lo mismo las autoridades que se erigen en defensoras de las buenas costumbres, que los que las censuran en nombre de otros prejuicios, si más modernos, tan falsos como esa clasificación de las costumbres en buenas y malas. Esta clasificación es la base de toda una moral, que no hemos podido entender nunca. En la vida hay una verdad, si inexplicable, fundamental: la Naturaleza. En este sentido, todos los actos humanos sólo podrán clasificarse como propios o contrarios a esa gran verdad. La moral es la verdad; luego sólo puede ser inmoral el artificio, lo falso, lo que se oponga a la verdad natural. Del amor, el impulso genésico, causa y justificación de la vida, es de lo que hemos hecho una falsedad más inmoral; inmoral, por contraria a la ley natural. Un niño, desde que despierta su inteligencia a la vida, ve el magno problema del amor de un modo artificioso. Por un lado lo ve como el pecado maldito por los Santos Padres, y, por consiguiente, antes que del amor, tiene el concepto del vicio, de algo secreto y misterioso de que hay que avergonzarse. Por otro lado, novelistas y poetas presentan el amor como algo divino y quintaesenciado, locura del alma, vértigo de la especie, lo que contribuye a crear en el niño una sensibilidad enfermiza y una falsa sentimentalidad inhumana. Ni tanto de material y grosero como la duquesa de que Cervantes habla, y que decía de su amante inculto "que para lo que ella le quería, tanta filosofía sabe y más que Aristóteles", ni tan poco de huma•—[Nada, está visto I Se le ha subido el champagne a la cabeza, y lo peor es que se me está subiendo a mi también. no como en las cursis novelas blancas. (Dibujo de Oazo.) IIIIIIIIKIIIIIII'IJIIIIIIIIIIIII iiiiiiijiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitiMtuiriiiii I MIllINlINtlIlUlItl' Xea usted Xa dovela de V^oche MUCHAS n GRACIAS Mosaico galante Impresión ultraista (Modéralo.) .El viento negro de la noche, invisible en la ancha calle sin árboles. Guiña el cielo detrás de su monóculo; y las horas han comenzado de nuevo su docena mezquina, contada con dos dedosLa avenida encuadra a cartabón sus lápidas; y mis zancadas son las del último muerto, el más reacio, el más calavera, que todas las noches llego tarde a mi nicho, segundo derecha, más alto que un ciprés. Doy un grito en la noche; del más espeso embozo de sombra surge, como una luciérnaga, con la barriga en celo, mi enterrador amable. Galantemente, él me da un fuego fatuo; yo, en cambio, tengo una moneda para el cancerbero, propiciatoria y rigurosa. Soy el último muerto de' mi calle, que entra siempre el último y va a buscar su hueco, y un rato de eternidad, hasta mañana. ¡¡¡... cierres metálicos: descarga cerrada contra el blanco de aquel lucero lívido; y la pianola seguirá mañana por donde iba: las rizadas puertas del Gran Bar han corrido herméticamente la noche; y yo he quedado fuera, solo, bajo el cierre metálico de los cielos. Pero la de todas las noches, belleza despintada que se pinta, cumple puntualmente su cita conmigo, o con cualquier otro. Me aguardaba, nos aguardaba a todos—sin aguardar a nadie, nunca—, y allá' está, cerca de un farol cojo: el farol que tiene el sombrero ladeado y el mirar rojizo de curda, que Destafiea en la esquina y vacila sobre I pata de cojo. Ella me aguarda, con ternura desconfiada de novia que tiene listo el tálamo para el novio descarriado de la comitiva. Ella me sisea, se me a(|hiere, me envuelve con palabras pegadizas; y heme aquí intrigado en una broma con una desconocida..., en vez de hallarme ya, y sería lo más práctico, formal e higiénico, palpando la tiniebla de la luz no encendida aún de mi cuarto. Y esta desconocida amiga íntima hunde en mí sus ojeras y se ríe, de tal modo, que se ríe toda mi carne, y nos vamos. El hogar de esta linquilina de la calle, muestra, al fondo de la escalera angosta, una luz empolvada... Detrás de ese gran paño amarillo, deben de estar el tambor y el clarinete y el gorrito cónico del clown...; y no sé, de fijo, a quién he dado dinero por entrar... Y esta alcoba de ella y mía también, hogar para un rato, no es la alcoba de ella... No es tampoco mi alcoba: me han cambiado los muebles, me han empapelado de gris los muros, me han trocado los cuadros—porque yo no era tan piadoso—; y, lo más chocante: yo no he dejado ahí esas puntas de cigarro, de sabe Dios quién... Me han trabucado completamente la calle y la casa, y me siento huésped en esta casa de todos y de nadie, y mía, desde luego. Donde nuestras siluetas se entregan a maniobras locas; y los espejos—salas hondas que atraviesan toda la ciudad—y los viejos muebles, de estilo de lance, no sé qué trapatiesta me bailan. Así, yo me lanzo, con un odio alegre, contra esta carne desnuda, color de fuego, calor de fuego, que me quema y me irrita con un odio alegre. Crueldad afanosa que busca la herida para herir de nuevo, para herir sólo en ella... ¡Casa roja, de Sección de Sucesos!.., Aire comprimido me infla, y una mano delgada me hiende la nuca y me asesina un instante... Entonces, el tiempo resbalaáizo ha ¡do escurriéndose de largo, como por detrás de un reloj atrasado...; y he visto dos días agarrados de la m ^ o , porque amanece ya, sin que yo haya despertado, ni falta que hace. Clarea, color de papel verde, sobre la pared gris perla. Una desconocida olvídame, de espaldas, y ronronea su sueño, tirada como un fuelle, indiferente a mí, que soy un transeúnte que ha equivocado! la calle y la puerta. Clarea una aurora vulgar de lunes. ... pero la mañana no es para el manso chupatinta jamás. Café muy caliente, sorbido aprisa; y la bella estanquera, con los ojitos hinchados. Sol puntual en la oficina desierta; los percheros desnudos; la calle en la bola de metal de la prensa, y en el calendario, sábado todavía... He aquí, facistol para rezar números, donde se posan las sonantes alas con que vuelan mis pobres sueños humildes. Y aventó con suaves plumas, un sol que se remueve como harina. He venido, en fin, más temprano que el jefe, yo, el mal oficinista, y he visto hoy que la mecanógrafa es bella. José Bruno. áC.UiLERÍ,_ -No tengo gana de limpiar. ¡Asi hay el polvo que hay en esta casa! (Dib. de Aguilera.^ MUCHAS .14 Charlas de ^ncórdiez QUISE BAJAR AL INFIERNO Sí, señor; quise bajar a las profundidades infernales, para buscar en aquellos caliginosos parajes asunto con que urdir una charla diabólica y azufrada, tostada y acaramelada. ¿Qué no intentaré yo por proporcionar un momento de solaz a los lectores de MUCHAS GRACIAS? Soy capaz de asegurar (si esto les satisface) que la mayor parte de los asuntos de las historietas publicadas en "El Sol" por Bagaría, Sancha y Martínez de León, son más originales que el pecado que nuestros primeros papas confeccionaron y que les acarreó el morrocotudo disgusto de que el acomodador los arrojara del paraíso, ni más ni menos que Se hace ahora con esas parejitas que se olvidan de que hay gente delante. Soy capaz de todo, y me decidí a pasar un rato de calor en los dominios del malo. (Yo creo que es un infeliz; pero allá cada uno.) Con la sedeña falda bajera de una cocota amiga mía, inteligente y guapísima ella, que es con la que tengo el gusto de gastar lo poco que tengo (que al paso que llevo lo voy a gastar) me confeccioné un disfraz de diablo, que daban ganas de hacerme la cruz o de hacerme un feo. Las faldas bajeras (que apenas si le llegan a la rodilla) de mi guapísima amiga, están impregnadas de un perfume delicioso y enervante, circunstancia que convertía mi traje de diablo en un vermouth amoroso. Yo estaba hecho un íorino, por tanto. Para bajar al infierno acostumbrado al atorrante calor que dicen que hace allí, procedí a aclimatarme por los procedimientos simples que estaban a mi alcance. A cuyo efecto entré en la cocina de mi casa, que es la de ustedes (con cocina y todo), y como viera que en una sartén freían un par de huevos hermosísimos, un par de huevos que hubiera hecho palidecer a Benlliure y Tuero, mi querido amigo, me decidí a meter un dedo en el hirviente aceite, para irme acostumbrando al sofocón que pensaba llevarme en el Infierno. Por rápidamente que lo saqué, y descontada la milésima de segundo que invertí en blasfemar a mi modo, no pude evitar que mi dedo índice, ese dedo que solemos emplear para la exploración craneana por vía de nariz (como dice mi amigo Leopoldo Bejarano), mi dedo índice, digo, estaba hecho un picatoste. Había perdido, con la uña, las ganas de bajar al gran calorífero, y en vista de mi poca disposición •para torrezno, me dispuse a trotar las calles confundido entre las máscaras de a pie (algunas había más altas). ¡Nunca lo hubiera hecho!... El delicioso y encabritante perfume de mi diablo congregó en torno mío más de quince tíos, que con ladinas actitudes de estudiada indiferencia, que no eran más que una añagaza para pillarme descuidado, me miraban de través, con inquietantes fulgores en la mirada y babeante el labio. "¿Qué queréis de mí?—les pregunté alarmado." Callaron todos menos uno; un tío como un rascacielos que tenía un bigote como un bisonte pequeño, que se acercó a mí, suave, acariciador, y me dijo: "¡No te asustes... rico!" Mi inteligencia se iluminó como en los momentos sublimes de los grandes talentos, o como en cualquier momento de Ramón y Cajal. Un escalofrío de terror se dio un paseo por mi cuerpo tiritante, al darme cuenta de la torcida intención de aquellos enmascarados. Era mucha gente. Había que tener mucho ojo. ¡Maldito perfume!... Para GRACIAS no vertne cubierto de oprobio, ¡porque aquellos tíos me cubren si me cogen!, apreté a correr, dándome con los talones en el que aquellos desalmados deseaban llamar el lugar del suceso. En mi precipitada carrera llegué a alcanzar velocidades insospechadas en mis cortas piernas. Creo que llegué a sacar una media de setenta, aunque, si conseguí esa media, perdí los calcetines. Cuando llegué jadeante a la casa de mi amiga, ella estaba en el cuarto de baño y en el cuarto de hora. Le conté, entre ahogos y resoplidos de cansancio, lo que había estado a punto de sucederme, por culpa de su perfume. Antes de terminar el relato de mi aventura, observé que ella me miraba con los ojos turbios, entreabiertos sus carmíneos labios y aleteantes las elegantes ventanas de su nariz grieguísima. Rápidamente me hice cargo de lo que estaba sucediendo. Mi diablo llenó • • • . • • • ^ u u i í i - £ [ ^ /i> Uno de los dibujos de Aguilera, que yo pensaba hacerles creer a ustedes, que estaba tomado del natural en el propio Infierno. el ambiente del pequeño cuarto de baño, con el excitante perfume. Pero como a ella su perfume le hace el mismo efecto que a los demás, se me acercó serpentinesca y chorreando como estaba... ¡Como ustedes me harán el obsequio de comprender, en esta ocasión no corrí! Vuestro hasta la escoriación, Incórdiez. riiiiiiiiiiitiiiiiiiiitiJiJijNiiN piM--AnTOh iiiitiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiicmiiii'iiiiijiiiiiiiiiiiicniio Muy pronto se dará comienzo al concurso de piernas, que tengo el gusto de haber empezado a organizar.—Incórdiez. | | i | MUCH AS GRACIA S- NOTICIAS POR 15 DE CARNAVAL MIH U R A Automóvil adornado,' propiedad de la señorita Adela Casa, que figurará este Carnaval en el paseo de coches. La dueña irá vestida de gitana y llevará el volante. El automóvil representara un trozo de jardín, y varias jóvenes irán vestidas de rosas de pitiminí y algunos muchachos de jardineros, con faja y gorra. Caro está que a la dueña del coche le molesta mucho que ellos vayan de gorra y ellas vayan de rositas, pues lo natural es que abonasen algo por el gustazo de dar una vuelta en coche. Ahora, que los jóvenes se han enterado y dicen que van a dar a Adela un duro cada uno, pero que ella tiene la obligación de darles dos vueltas: una por Rosales y otra por el duro antes citado, pues aunque ellos vayan de jardineros, comprenden que es hacer una primada dejar dinero. atizar estos objetos, no le va a conocer ni su santa madre, pues dicho sea en honor de la verdad, Eulogio es más agarrado que cualquier miembro de un adolescente bello en una reunión de jamonas libertinas. Lucas Tigo, ataviado con el tra- je de indio que se ha confeccionado para este Carnaval. Lucas di- Eulogio Sincero, que, a pesar de no disfrazarse de nada, ha ideado ce que va a confeccionar los que buenamente pueda, y si los vende a un procedimiento párá que nadie sepa quién es. Este procedimiento consiste eii regalar a cada amigo •íue se encuentre un caruncho áe peseta, siendo de una seguridad de cerrojo, que si es verdad que piensa los amigos, son duros que se ganá^ extrañándose mucho que sean duros, con las plumas que tienen. Claj o es que no vayan ustedes a creerse que le ha costado poco trabajo hacer estos ternos salvajes, pues encargó a dos sinvergüenzas amigos suyos que le facilitasen plumas a bajo precio, para lo que les dio doce pesetas a cada uno, siendo ésta la hora que aun no han aparecido los puntos de las plumas. Así es que hay que ser razonables y comprender que verdaderamente al bueno de Lucas le han traído las plumas de coronilla. (Aunque él hubiese preferido que se las trajesen de la corona, porque son mejores.) Preciosa carroza que el anticuario Enrique Cido ha construido solamente con el objeto de que una hija suya luzca un traje auténtico de menina, que se le está apolillando en el almacén. Aunque el asunto de la carroza no tiene nada que ver con dicho vestido, ya hemos dicha que el objeto de Enrique es solamente meter la menina en alguna parte. En esta estupidez de carroza se arrojarán multitud de chucherías a los bromistas, chucherías que las hijas de Enrique guardaron cuidadosamente el Carnaval pasado, cuando se las echaban a ellas los amigos, y aunque ei anticuario noi cree que les arrojasen tanta cantidad de cosas, no es nada extrañoque se las tirasen, porque son monísimas. Entre estas chucherías hayinfinidad de muñecas, serpentinas^ • dulces, soldados y caballos de juguete, cosas que tirarán a las tribunas. Lo único que no podrán tirar serán los caballos, y decimos, que no podrán tirar los caballos,, porque son muy viejos, y lo menos van cuarenta invitados, de manera que supongan ustedes el peso que esto supone, y más en Carnaval, que hasta las bromas son pesadas. MUCHAS 16 nífico y clemente en su grandeza, firme e indomable en su desgracia, austero siempre. Su rival de Roma fué más afortunado, y Benedicto XIII murió, olvidado casi, en su destierro de Peñíscola; si hubieran pasado las cosas de otro modo, los ambiciosos, los turbulentos, los anti-papas hubieran sido Martín V y sus predecesores. ¡Y con qué majestuosa serenidad de estilo nos habla antes Blasco Ibáñez de la magnificencia de este otro español y príncipe de la Iglesia que se llamó el cardenal Albornoz! ¡Y qué dulzura bucólica la de sus descripciones de la Fontana de Vaucluse, de los viejos jardines que fueron testigos de las meditaciones del Petrarca y de las costas floridas del moderno litoral de Levante! Porque como una hiedra verde y brillante bajo el sol, que se abraza EL PAPA DEL MAR Novela por Vicente Blasco Ibáñez. ¡Qué hermosa obra ésta de Vicente Blasco Ibáñez, que así nos muestra en toda su grandeza y nos «enseña a amar al hombre de corazón y de voluntad firmes, que durante más de un cuarto de siglo reconcentró en su persona la atención del viejo mundo, allá en los albores del Renacimiento! Hay figuras en la Historia sobre las que el odio postumo de sus contemporáneos, o la adulación para con sus sucesores, arrojaron paletadas de olvido y aun de infamia, y sus vidas llegaron a nosotros des- GRACIAS —¿Qué tal te parece este bebé? —Que es un bebé pa que se caiga baba. (Dib. de riiiiiiiijiii]|ii]iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii )i la Bellón.) papa; en ninguna historia se reconoce la legitimidad de su Pontificado... Pedro de Luna era español, y ningiin español, antes de este gran español que se llama Vicente Blasco Ibáñez, se ha tomado el trabajo de desempolvar los viejos códices y manuscritos, contemporáneos del último Pontífice de Aviñón, para presentarnos su vida tal como fué. Pedro de Luna no pudo ser de otro modo que como nos lo presenta el autor del Papa del Mar: mag- A este sombrero no le sucede lo que a otras cosas. Hace dos meses que me io vengo poniendo y sigue tan estrecho como el primer dia. (Dib. de A. Mcdel.) EL.—¿Crees ya en mi cariño? ELLA.—¡Hay miiclia iuz todavía! (Dib. de Herreros.) IIIIJIIIIIII1IINIJNIIIIIIIIIIJ||IIIUIIII figuradas por la envidia de los unos o por el servilismo de los otros. Sus ligerezas fueron después crímenes; sus delitos, monstruosidades; pero de las virtudes que pudieron adornarles nadie habló luego. Ejemplo: casi todos los reyes en que termina una dinastía, y los que se alzaron contra un poder y no pudieron vencerle, y los que sucumbieron ante la fuerza de un poder, nuevo. Los vencidos no llevan nunca razón. En todos los libros escritos en castellano, en que se habla de Benedicto XIII, se le moteja de ambicioso y se le da el nombre de anti- ENTRE COCOTAS, por Herreros. -Bueno. ¿Vienes a dar una vuelta? -Ño; tengo labor en casa. al tronco añoso y sombrío, así la novela optimista de unos amores de hoy va retorciéndose abrazada a lo largo de la vieja historia melancólica. Y si interesa la vida gloriosa del viejo pontífice español, interesan y conmueven las incidencias de un idilio que tiene su desenlace humano y luminoso entre el fragor de la tormenta desencadenada sobre los campos levantinos, mientras la lluvia golpea furiosa las paredes del rústico cobijo y el huracán aulla entre las ramas sinuosas de los naranjos. M. T. MUCHAS GRACIAS 17 Shakespeare; por lo visto, este autor es tan grande, que a nadie inspira nada. ¡Como no inspire miedo!... Pero, sea como sea, nos parece higiénico que desfile un poco por nuestros escenarios la imponente sombra de Hamlet. CÓMICO La pelirroja. ESLAVA El deseo. El señor Ardavín no es hombre de teatro. Siempre hemos tenido de él esta idea. El señor Ardavín es poeta de libro. Por la muy voluble eficacia de sus obras teatrales, por su contextura intima personal, estamos cada vez más que convencidos de esto. Y, a veces, la elocuencia pública debe de convencerle a él también. La Xirgu, esta mujer que quiere jugar con su temperamento, como el poeta, nos ha dado a conocer la nueva comedia de Ardavín, El deseo, y ni pasó la obra, ni la actriz tuvo el lucimiento que pudiera. Dos actos de El deseo fueron oídos amablemente; el tercero fué protestado. Y es que no se pueden plantear atrevimientos, señor Ardavín, que el autor después no se atreva a resolver atrevidamente. Es como planteárselo todo a una señora, y luego, a la hora de la verdad, decirle que otro día. Nosotros creemos, sinceramente, que el señor Ardavín es poeta de libro. ¿Que en el teatro se gana más?... Bien; pues siga por el camino de ¿fl be jarana... LATINA , • La sombra de Hamlet. Es la que debiera pasar, de vez en cuando, por nuestros escenanos. ,Los señores Martín Gaicano y López Carrión son los autores de este drama en tres actos, y lo han urdido con bastante sombra, de modo que aplaudió el público. Varios síncopes y un par de muertes aparatosas dan fibra al drama. Hay fuerza, pasión, violencia: que lo diga, si no, el fuerte, pasional y violento señor Borras. Ya es de suponer que esta obra *io la ha inspirado directamente Juguete c ó m i c o , expresamente para el Cómico, por Javier de Burgos, hijo. Tres actos, trazados con estilo endeble, con diálogo raso, queremos decir sin relieve alguno. Y sin interés ninguno en la trama, por la sencilla razón de que no hay trama. El eterno paleto en el efímero cabaret, desafío de señoras y desafío de caballeros, ambos interrumpidos, son asuntos veteranos, que si se tratan veteranamente además, no nos mueven. Y, no obstante, el público rió. Hay que declarar que gracias a la labor de los actores. Loreto sacó a su' papel cuanto bueno pudo; Chicote tuvo afortunada gracia; Julia Lajos, muy desenvuelta; bien en su breve papel, Julia Medero; bien, Julio Castro y Julio Costa. Fueron aplaudidos, claro es, calurosamente. Melgares se afianzó en su cometido y acertó. Y nada más sobre la Peli, Peli, Peli, la Pelirroja. • -.;. se le deben siempre. Y los autores salieron muchas veces al proscenio, para estímulo de buenos noveles... FUENCARRAL ¡¡Al escampíoü Julián Sánchez Prieto, llamado el pastor-poeta, nos ha llevado un aire suave, ingenuo, que huele auténticamente a tomillo, a las tablas del Fuencarral, y un poco también al arte escénico. La obra, en que es protagonista un pastor, fué aplaudida por su sinceridad y simpatía. Este pastor-poeta vale, en nuestro concepto, más que muchos cultos, que son burdos pastores y no poetas. Aprendan éstos del buen Julián; y, por de contado, que no aprenda éste de los cultos ciertas cosas. lllllllllllll1llllllllllllllllllllllllllll|tllllllN1IIIIIIIIII||IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIMIIIIIIIIIIIIIIIIlllll)IIIU1Nt1lllllll1l<IIIIK PRINCESA Desdichas de la Fortuna, o julianillo Valcárcel. Tragicomedia de don Antonio y don Manuel Machado. Sucedía que era beneficio de María Guerrero, la excelsa, y sucedía que la obra elegida para esa noche era original de los hermanos Machado, que tienen grandes simpatías literarias; y había, pues, expectación. La obra es de época; mas no el procedimiento. Y esto, vive Dios, que nos place y complace. El verso es buen verso. ¿Cómo «r no? El diálogo, cosa rara, es diáloVMt^ go. ¿Cómo así? Sigan, sigan como van estos dos noveles, a ver si aprenden vete- ¡TIENE RAZÓN LA CHICA!, por Demetrio. ranos. [Pues si que estoy haciendo un negocio ¡Ah, pero no se hagan presto veen esta apartada calle...! Está visto que teranos!... ahora, hay que realizar estas operaciones Doña María la Brava recibió en a plena luz y en los establecimientos más su beneficio los altos respetos que concurridos... mu CHAS 18 GR ACIAS Batiburrillo taurino LA NOVELA OE flOY publica esta semana una interesantísima, tan emocionante y amena como todas las escritas por el original novelista Por EL NIÑO DE LAS MONJAS Aquí estoy de nuevo, lector pacientísimo, después del largo período de silencio que nos impuso la estación invernal. Te prometí charlar un. rato contigo aun antes de que diese - comienzo la temporada, y hoy cumplo mi promesa. De la tuya, de pagarme el aperitivo que consumiéramos mientras charlábamos, te absuelvo, que así podrás decir que has hablado con un crítico de toros y no te ha costado nada. No te van a creer, pero dilo. Cuando escribo estas líneas es tema de todas las conversaciones en los centros y reuniones taurinas la desgracia de Litri. Si se confirman las impresiones pesimisias y este diestro no vuelve a torear, lo siento por él y por mí, pues fué—aparte la tarde magna de Belmente—de los pocos que el año pasado mostraron en nuestra plaza pundonor y arte juntamente. Por cierto que ya señalábamos en uno de nuestros batiburrillos anteriores la posibilidad de que la oreja de oro tuviese jetatura. Maera, muerto; Litri, posiblemente inútil; sólo Villalta ha podido librarse del pernicioso efecto... Ahora, que haría muy bien en no reincidir, por si acaso. landa..., en fin, las tres cuartas partes de los que se visten de luces.. Porque el hecho de que Chicuelo, Niño de la Palma y-Algabefio hayan fracasado ruidosamente eri Méjico esta temporada no los pone en condiciones de inferioridad respecto a Márquez, que fracasó estrepitosamente en la anterior. ** * V a propósito de Méjico. En Méjico la temporada ha sido de las más insulsas, y el público, fuera de la tarde en que debutó Sánchez Mejías y alguna otra en que toreó este diestro, ha hecfio cuestión de amor propio el no asistir a las corridas, o cosa asi, que les ofrecía aquella empresa... En España todavía vamos a ver a Chicuelo. Decididamente, en Méjico entienden de toros. llllillillllillliilíllllílllltlililllllllllllílliillllillllllillli^ niiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii » .111 .í. iiiiiiiiiiiiiiiiii.üiiiuiiiiu'Kitiu Alfonso Vidal y Planas El titulo de esta nueva y maravillosa producción del discutido autor de Ciclo y fango es , ^' El ángel del portal Ilustraciones de Bradley. 30 céntimos ejemplar. En nuestro próximo número publicaremos El secreto de la baronesa „ „ , . p , n i ^ p « t . „ rip nnvPli<=+a=; i .iii.iii.iiiiiiimi II MUY PRONTO ROSA DE CARNE pul el lUacaliU Uc llUvcilatd.o Vicente Blasco Ibáüez Lea usted todas las semanas P o R Cierto señor critico taurino, de quien se ha dado en decir que escribe bien, con la misma razón que se podría d^cir de él que colaboró con Pizarro en la conquista del Perú, afirma que el eje de la próxima temporada es Márquez. Yo comprendo que Cansinos Assens digíi que Gómez de la Serna es un genio—no sé si lo ha dicho, pero es capaz de decirlo—. Concibo también que el señor Mayral afirme que las mejores comedias del mundo y de todos los tiempos son las que escribe el seBor Mayral; pero el toreo es una cosa muy seria y en él no son admisibles las bromas ni los disparates, por graciosos que sean. La Novela de Hoy ARTEMIO PRECIOSO «•I JUAN PUJOL novelista de claro estilo e ingenio fértil, inaugura su colaboración en la popular revista La Novela de Noche La crítica de toros fué hasta ahora la más grave y sesuda de todas las críticas, y sería muy sensible que por la inconsciencia de un caballero cronista cayera en el desprestigio en que están sumergidas sus hermanas, las de arte, literatura, teatro y circo ecuestre. Por más que si sigue la racha desgraciada, es muy posible que aquel señor acierte; pero entonces más que racha desgraciada habría de ser catástrofe gigantesca. Para que Márquez fuera el as indiscutible habrían de desaparecer del toreo, Belmonte, Villalta, Chaves, Niño de la Palma; Valencia II, Saleri, Sánchez Mejías, el mismo La- •xSXSXS>^xS>^XSXS^S><&<S>S>^f<S>^xS>& publicando en su número 46 una interesantísima, llena de tan picaresco humorismo e interés tan sostenido, que puede ofrecerse como modelo en su género. Se titula Una mancha en la familia —¡Con difícil.. usté tomaba yo la posición (Dib. de más Bellón.) Ilustraciones de Sancha. Una peseta ejemplar. A C A D E M I A DE B E L L E Z A Estas alegres chicas del conjunto, como se les dice ahora a esas muclnachas tan bonitas, que no cantan ni ofreciendo .as bombones, están preparándose para lucir en el proscenio, haciendo suspirar a los jovencitos y haciendo sonreír a los Carcamales. La conserja del teatro trae un recado para la que está sentada con la pierna sobre el respaldo de la silla: "Dice el señor del palco número cinco que quiere hablar con usted después de la función'', habla la conserja, y la preciosa conjuntiva contesta: "Dile a ese señor que esta noche no tengo ganas de que todo quede en conversación. Que esta noche tengo ensayo general con todo." Vuestro hasta el último acto, INCORDIEZ ROSA DE NOVELA CARNE POR ARTEMIO PRECIOSO Profusamente ilustrada por DEMETRIO :: Precio: 5 pesetas MENDIZABAL, 42.-MADRID EDITORIAL ATLANTIDA ijiiiiiiniiti'iiiiKiiiiiiiiiiMhii <g>«X5X=X=>^><SXS'«>«»<E>S><S>«xS><«>«>«><*>«><SXS><f«><S><S^ ^SK»><S>«xSXSXS><5><S>SKS^>«><S><g><S><»<®<S>Q><S>«>«><¡S><^^ ROSA D E C A R ^' fiiiiiiiiiiitiiffliiimimmiiiiiiiiiiiiiiiiiiiBiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii Próximamente a p a r e c e r á este gran libro, espejo fiel donde se copia la vida de hoy, con sus pasiones tumultuosas y sus apetitos desordenados. Sátira a g u d a unas veces, d e s c a r n a d a otras, que fustiga a los t a r t u fos modernos y a la hipocresía andante, y que constituirá el más sensacional acontecimiento literario. Soberbia p o r t a d a e ilustraciones de Demetrio. Más de 300 p á g i n a s , 5 pesetas ejemplar. llllllilllillllillllllllllllllllllilllllillliiillllllU^ ARTEMIO P R E C I O S O ®<5>«><»-S>«X5>S-S>«XS>«><S>«><5XS><S>«><S>^><S><S>«>«>«><S>«>«>^^ Imp. Artística de Sáez Hermanos.-Norte, 21.-Madrid.