REGALE A MI HIJA(O) I. Licda. Ma. del Rocío Pascua Vargas1 INTRODUCCION: Con base en la experiencia profesional y académica acerca de las madres abandónicas, investigué sobre las motivaciones principales que inducen a las madres a dar a sus hijos en adopción. En estas reflexiones, cuestioné la importancia de dar a conocer a mis colegas, durante el año internacional de la familia, los alcances del ejercicio liberal basado en los principios éticos y morales de nuestra profesión, así como el comportamiento humano del adulto que enfrenta limitaciones sociales, producto del contexto económico, social y político que caracteriza a nuestro país. Desde el punto de vista metodológico, la presente investigación es de tipo exploratoria. Se utilizó en el trabajo el método de caso. El objeto de estudio estuvo conformado por una muestra de veintiseis madres, que si bien constituye una muestra representativa producto del ejercicio liberal en Trabajo Social, se fortaleció, con base en la atención de otras madres, tanto en el presente año como en los subsiguientes. Las variables que guiaron el trabajo fueron: edad, nivel de escolaridad, ocupación, salario, estado civil, patologías presentadas, lugar de residencia, antecedentes familiares sobre abandono de manores, número de hijos al momento de la entrega legal de uno o varios de sus hijos, así como la edad de estos, posición dentro de su grupo familiar de origen a la fecha de su entrega, y la motivación para entregar a su hijo a una familia adoptiva. Estas variables permitieron realizar un análisis sobre las condiciones reales a nivel social que llevan a una madre a tomar la decisión de regalar uno o varios hijos. Para considerar lo anterior, la suscrita partió de las evaluaciones sociales de cada una de las madres, con base en la aplicación de las técnicas de la entrevista y la observación. En total se atendieron veintiseis madres durante el período comprendido entre 1986 hasta mayo 1994. II- ASPECTOS TEORICOS Debe establecerse que con el término de "niños abandonados", suele 1 -Costa Rica www.ts.ucr.ac.cr 1 considerarse a aquellos que carecen de figuras parentales. El Centro Internacional de la Infancia, desarrolló un Congreso en Londres en 1956, en el cual se reunieron expertos en el tema "El niño privado de familia". Uno de esos expertos, F. Cortéz, clasificó a los niños sin familia en las siguientes categorías: a) Los niños sin familia, huérfanos, abandonados o rechazados. b) Los niños temporalmente sin familia (los padres no se interesaron en su función, por intervención social). En esta exposición el interés se centrará en aquellas madres que toman la decisión de entregar sus hijos a terceras personas. Un niño, desde que nace, depende para la atención a sus requerimientos de que otros lo ayuden. A nivel biológico, presenta reflejos, impulsos y necesidades que deben ser satisfechas, labor que es asumida fundamentalmente por los padres. Psicológicamente, la relación madre e hijo es fundamental para el crecimiento normal de su hijo y de su aprendizaje. Los sentimientos de la madre hacia el niño, el afecto y la ternura que ella le manifieste, ocupa un lugar primordial. Erick From a nivel de metáfora dice que la madre debe brindarle al niño "leche y miel". La leche simboliza el amor y cuidado. La miel representa la dulzura de la vida, el amor por ella. El afecto maternal es transmitido por los gestos, las miradas, las caricias, el tono de la voz, el contacto físico, la ternura; los cuales son recibidos por el menor y son evidentes en el bienestar que éste proyecte a los demás. También se evidencian en el desarrollo de sus capacidades, con base a la etapa del desarrollo en que se encuentre. El niño tiene necesidad de la presencia física de su madre, del contacto con ella o con una persona que le sustituya. A nivel estatal institucional y de la política social de nuestro país, la respuesta que se brinda a los niños sin familia no corresponde a la dimensión real del abandono y mal trato a esta población. Generalmente, se considera que la mujer trae consigo la capacidad de asumir el papel de madre en todo su significado social; es decir, el interés por el niño, amor hacia él, brindarle atención a sus necesidades, etc. Sin embargo, en la realidad nos encontramos que hay mujeres que después de haber tenido un ser en su vientre durante www.ts.ucr.ac.cr 2 nueve meses, haberlo visto nacer y darle su pecho, no han desarrollado ese sentimiento maternal con su hijo. Esto demuestra que la capacidad de maternalizar la relación con su hijo no es innata. Estas mujeres justifican su actitud de desapego a su hijo, a través de algunas variables de índole socioeconómico. No obstante, por otro lado nos encontramos con mujeres en condiciones socioeconómicas similares o peores que aquella de las mujeres "regalan" a sus hijos, y que muestran una actitud más positiva y de compromiso con el niño, asumiendo un auténtico rol de madre. Lo anterior permite afirmar que las condiciones socio-económicos no son la única causa, ni la más importante, para explicar o justificar el abandono de sus hijos(as). La observación de los antes planteado posibilita establecer la existencia de otras variables de carácter psicológico que determinan la motivación de estas mujeres para no asumir su papel de madre. Al respecto, una pequeña disgregación nos ubica en la obra universal que narra qué: En tiempos antiguos, Eurípides en su Tragedia Medea nos narra como la mujer por venganza hacia su esposo, quien abandona por la hija de Creonte, Rey de Corinto, antepone el odio a su papel de madre, matando a sus hijos para hacer sufrir a Jasón. Si bien esta es parte de una obra literaria griega, podemos observar el papel de madre no tiene la importancia que debería tener socialmente, sino que el rol y la responsabilidad fácilmente se abandonan y se cambian por algo totalmente contrario, que es la extinción o asesinato de sus hijos. De esta forama queda ese rol de madre completamente desvalorizado. En el Siglo XVIII, en Francia y otros países europeos, las mujeres de recursos económicos solventes entregaban sus bebés a la Nodriza , para que ellas se encargaran de su lactancia, por períodos hasta de dos años. Lo cruel no era solo el modelo abandónico sino también que debido a que estos menores residían al lado de la Nodriza, en condiciones socioeconómicas deplorables, pocos de ellos sobrevivían. Otro relato de la historia europea medieval nos lleva al cuestionamiento de la maternidad innata, los accidentes disfrazados, en donde la madre en complicidad con el padre ahogaban o sofocaban a su bebé en la cama. En investigaciones más recientes, Kenneth Robson y Howard Mossm (1970) entrevistaron a madres primerizas para rastrear sus sentimientos en desarrollo hacia sus hijos. En sus estudios encontraron que casi el 40% de la muestra indicó no experimentar sentimientos maternos hacia su bebé y sólo un 13% denominó "amor" a sus sentimientos. Robson y Mossm determinaron que se requiere aproximadamente de tres 3 www.ts.ucr.ac.cr semanas de crianza, antes de que la mayoría de las madres describan sentir amor hacia sus infantes. Por otra lado, socialmente se ha mistificado a la mujer ubicándola en un rol ideológico desde el cual la mujer tendría la sensación de realizarse en tanto cumpla lo que se espera de ella desde esa posición ideológica. En este sentido, la mujer es educada desde su infancia para que su personalidad encuadre dentro del rol de madre y no perciba frustraciones o limitaciones en su autorrealización; y que más bien se vea a sí misma, desde este lugar ideológico, como una persona que ha alcanzado la plenitud de su proyecto de vida. LA MATERNIDAD DESDE LA PERSPECTIVA RELIGIOSA Se concibe la función maternal desde el relato de Adán y Eva, en el cual la mujer es "ayudante del hombre"; especialmente en la tarea de procrear. Según San Agustín y Santo Tomás de Aquino desde el punto de vista religioso, la mujer es vista desde su función materna. Eva es condenada a parir con dolor después de que indujo a Adán al pecado, Posteriormente, la figura femenina queda reinvindicada con María, quien sin dolor y sin la participación del hombre concibe a Jesús. Sin embargo, su papel como madre a pesar del amor que sentía por su hijo, no influyó en su misión. LA MATERNIDAD DESDE UNA OPTICA ANTROPOLOGICA Diversos estudios antropológicos destacan que las relaciones sociales se han desarrollado a través de un fenómeno cultural y no natural. Para ello parten de la caza, actividad en la cual se concibía al hombre como un ser fuerte, ágil por su conformación física y biológica. Las mujeres, más débiles y menos agresivas, teníamos por tarea principal cuidar y cargar la cría. Se concibe en esta teoría al hombre como el único proveedor de bienes, y a la mujer como un objeto de su propiedad y, por consiguiente, con un status inferior. El hombre trabaja para la sociedad y la mujer para su marido. Vemos aquí como la maternidad tiene un fin económico, que es criar a los hijos a quienes se les heredará las riquezas del padre. Así planteado, la relación madre e hijo solamente un medio para conseguir el objetivo económico. Se refiere que la ayuda de la mujer es meramente en el plano familiar, donde el hombre para el cumplimiento de otras responsabilidades ofrece mejor ayuda al hombre. En la Edad Media, se concibió a la mujer únicamente con fines de procreación y de perpetuación de la especie. Actualmente, la maternidad es concebida en el contexto de la 4 www.ts.ucr.ac.cr naturaleza femenina, donde biológicamente la mujer cuenta con las condiciones para la reproducción de la especie. Paralelo a ello, nos encontramos con mujeres que durante su desarrollo han interiorizado el deseo de realizarse mediante la maternidad; así su concepción de mundo gira alrededor de la guardacrianza de sus hijas(os). Otras se han incorporado a la enseñanza superior, lo que las lleva a desempeñarse profesionalmente en las carreras de su interés, requiriendo de terceras personas para el cuidado de sus hijos(as); pero está presente en ellas su capacidad de maternalización, producto de su proceso de socialización y de la relación madre e hijo. Otras mujeres, cuentan con el potencial de maternalizar la relación con su hijos(as); pero éste se ve obstaculizado por limitantes sociales. III.-RESULTADOS DEL TRABAJO EN CAMPO 3.1. Exposición estadística descriptiva de las variables objeto de estudio. El lugar de procedencia de la madre (cuadro No. 1) no es un factor importante, porque es un comportamiento que se ve casi en todo el país; sin embargo la provincia de San José es la que predomina en cuanto a mujeres que deciden dar sus hijos en adopción. Este resultado es esperable dado que la provincia de San José concentra a la mayor parte de la población del país. CUADRO No.1 PROCEDENCIA DE LAS ENTREVISTADAS RESIDENCIA ABSOLUTO % ---------------------------------------------------------------Alajuelita 1 3.84 Guadalupe 1 3.84 Desamparados 3 11.53 Barrio Los Angeles 2 7.69 San Franc. de Dos Ríos 1 3.84 Coronado 1 3.84 Santa Ana 1 3.84 Sarchí 1 3.84 Turrialba 1 7.69 Upala 2 7.69 Heredia 2 7.69 Guanacaste 2 7.69 Extranjero (México) 1 3.84 www.ts.ucr.ac.cr 5 No especifica 7 26.92 ----------------------------------------------------------------- TOTAL 26 100 FUENTE: Trabajo de campo 1986El 80.76% de las madres son solteras, (cuadro No.2), con un nivel de escolaridad de primaria incompleta (42.30%), siguiéndole en orden de prioridad la secundaria incompleta (30.76%). Se destaca que la educación es un factor importante en el hecho de que las madres "regalen sus hijos". CUADRO NO. 2 ESTADO CIVIL DE LAS ENTREVISTAS ESTADO CIVIL ABSOLUTO % _________________________________________________________________ Soltera 21 80.76 Casada 2 7.69 Divorciada 1 3.81 Unión Libre 2 7.69 _________________________________________________________________ TOTAL 26 100 FUENTE: Trabajo de campo 1986-1994 En relación a la edad de las madres al momento de entregar sus hijos, (cuadro No. 3), los mayores porcentajes se ubican entre los 20 y 24 años (42.30%, y 25 a 29 años )23.07). CUADRO No. 3 EDAD DE LAS ENTREVISTADAS EN EL MOMENTO DE LA ENTREGA DEL MENOR O MENORES EDAD ABSOLUTO % ----------------------------------------------------------------20-24 11 42.30 25-29 6 23.07 30-34 2 7-69 35-40 4 15.38 No especifica 3 11.53 ---------------------------------------------------------------TOTAL 26 100 www.ts.ucr.ac.cr 6 FUENTE: Trabajo de campo 1986-1994 Es importante destacar en el cuadro No. 4 que el hijo que se entrega a una familia adoptiva con mayor frecuencia es el primogénito (38.46%). Sin embargo, este porcentaje no es significativamente diferente de la entrega del segundo y tercer hijo. Esto hace pensar en que la madre ya ha tenido un hijo anterior con quien si mantiene un vínculo efectivo; pero ello no garantiza que ese vínculo sea un patrón relacional que se va a repetir con los otros hijos. Es decir, es madre con unos, pero no con otros. CUADRO No.4 POSICION DEL MENOR DENTRO DE SU GRUPO FAMILIAR DE ORIGEN A LA FECHA DE SU ENTREGA A UNA FAMILIA ADOPTIVA POSICION ABSOLUTO % ----------------------------------------------------------------Primogénito(a) 10 38.46 Segundo 7 26.92 Tercero 6 23.07 Cuarto Quinto 1 3.84 Sexto y más 2 7.69 ---------------------------------------------------------------TOTAL 26 10 FUENTE: Trabajo de campo 1986-1994 3.2 Factores ligados a la entrega del menor por parte de su madre biológica.- El 42% de las madres biológicas han reproducido con sus hijos (as) el patrón de crianza recibido. Por ejemplo, al fallecer la figura paterna fueron reubicadas con familias adoptivas, criadas por los abuelos maternos o hermanos, fueron entregadas para su crianza a los abuelos maternos, o fueron abandonados a temprana edad por la madre biológica. El 61.5% señaló que a raíz de motivos socioeconómicos no podían hacerse cargo de la crianza de su hijo. El resto de las entrevistadas señaló como motivos; embarazo no deseado, inexistencia de lazos efectivos para con su hijo, infidelidad hacia su compañero, hijos extramatrimoniales no reconocidos por el padre biológico. Estas madres entregaron a sus hijos en edades que oscilan entre el primer día del nacimiento y hasta los cuatro años. Nótese como a pesar de haber pasado cuatro años el hijo con su madre, no se 7 www.ts.ucr.ac.cr consolidó un vínculo afectivo de la madre hacia el hijo que propicia mantenerlo a su lado; o bien, si se produjo ese vínculo, su importancia fue secundaria ante otros factores circunstanciales. Con respecto a la condición de género de estos menores, un 53.8% corresponde al sexo masculino y un 42.3% al sexo femenino. Estos menores fueron reubicados al lado de algunos recursos como con parientes (26.5%) y cin familias adoptivas (73.4%). V. CONCLUSIONES Se debe tener presente, para una mayor comprensión de la temática abordada, la diferencia existente entre reproducción y maternidad. La primera se refiere al orden de la especie y la segunda, la maternidad, entra en el orden cultural al concebirla como una función social. La capacidad de la maternidad no es innata en la mujer, sino que depende de una serie de factores psicológicos y sociales. Entre esos factores están los mitos sociales de la maternidad, donde esencialmente se visualiza a la mujer como sinónimo de madre, dada su capacidad biológica para cumplir esa función. Algunas mujeres presentan una motivación psicológica vivenciada con el anhelo de desempeñar el rol de madre, a pesar de que sus condicioners biológicas no le permiten cumplir sus deseos. Esta motivación puede haber sido influenciada por la reproducción de patrones de crianza, o también por contar con condiciones materiales que le faciliten asumir dicho papel. Sin embargo, existen otras mujeres, que, al no contar con condiciones apropiadas, empiezan a desvalorizar la maternidad y dejarla de ver con un significado socialmente establecido. Estas mujeres, al verse enfrentadas ante condicionjes adversas para asumir responsabilidades con su hijo, optan por la satisfacción de sus necesidades y racionalizar la entrega del menor a otra familia, aduciendo que tendrá mejores condiciones socioafectivas. La presente investigación ha determinado cómo el vínculo afectivo entre las madres y sus hijos es inexistente en la mayoría de los casos, donde la mayor preocupación de estas madres no se centra en sentimientos de culpa, sino en la crítica de la sociedad; por ello, durante su embarazo, tienden ocultarlo y, de esa forma, una vez logrado el parto resuelven su problema al delegar su responsabilidad a terceras personas ⋅regalando a su hijo (a)". Podemos agregar cómo estas madres han podido soportar los nueve meses de embarazo, el parto e incluso algunas complicaciones, sin dañar a sus hijos, dada la claridad que presentan sobre su proyecto de vida, el cual no incluye a su hijo (a). Se parte www.ts.ucr.ac.cr 8 de que el instinto es un saber hacer heredado genéticamente; es decir, que el instinto materno es claro en la araña: ésta pone al huevo y de inmediato inicia su labor de tejer la tela; si se retira el huevo ella continuará con su conducta natural, por ejemplo seguirá tejiendo la tela. Para finalizar, debe anotarse que con base en todo lo expuesto que sobre la capacidad de maternidad, la mujer requiere de estímulos psicosociales para ser madre. www.ts.ucr.ac.cr 9 BIBLIOGRAFIA Davidoff, Linda L. Introducción a la Psicología. Tercera Edición Editorial McGraw-Hill, México, D.F., 1993. E.GÖss, Mann. La Mujer, en la Iglesia y en la Sociedad, Ediciones Rialp, S.A. Madrid, México y Buenos Aires- Pamplona, 1967. 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