549-98. López vrs. Juez de Primera Instancia de lo Militar de San Salvador SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: Antiguo Cuscatlán, La Libertad, a las quince horas con cincuenta minutos del día veintiuno de enero de mil novecientos noventa y nueve. El presente proceso constitucional se ha iniciado por escrito presentado a la Secretaría de esta Sala por el licenciado Carlos Alberto Ramos Aguillón a favor de JOSE ANDRES LOPEZ MORALES, contra providencias del Juez de Primera Instancia de lo Militar de San Salvador, en el proceso penal que a aquel se le instruye por el delito de Hurto Tentado. I.- La petición del licenciado Ramos Aguillón se basa en que a su defendido, cuyo proceso se inició en el mes de agosto del año próximo pasado, le fue nombrado para asistirlo como defensor de oficio, conforme al Código de Justicia Militar ante un Juez de lo Militar, un Instructor del Comando de Ingenieros de la Fuerza Armada, violándole con ello el principio de legalidad y el derecho de defensa por no haberse tomado en cuenta los artículos 107 al 115 del Código Procesal Penal vigente que exige como defensores a los abogados autorizados y la Procuraduría General de la República, excluyendo lo relativo a los defensores de oficio. II.- El Ejecutor en su informe expone que el artículo 216 Cn., establece la jurisdicción militar para el juzgamiento de delitos y faltas militares para los cuales habrá un proceso y tribunales especiales creados para el conocimiento de aquellos delitos o faltas que atentan contra un interés jurídicamente militar, para lo cual se crea el Código de Justicia Militar, en cuyo capítulo VIII se regula lo referente a los defensores, en cuyo artículo 227 se establece que todo procesado tiene derecho a nombrar dentro de las veinticuatro horas de notificado el auto de procesamiento, un defensor, sino lo hace el juez que conozca de la causa deberá nombrarle uno de oficio. Dentro del proceso que nos ocupa, el tres de agosto del año pasado, se ordenó instruir el juicio penal militar contra el imputado y otros, el once de agosto se le notificó dicho auto y transcurridas las veinticuatro horas a que hace referencia el artículo antes citado, se le nombró un defensor de oficio que en este caso fue el Teniente de Ingenieros, Velial Casco Roque, por otro lado, el Art. 228 del Código de Justicia Militar, establece que los procesados pueden nombrar como defensor o defensores a las mismas personas que conforme a la legislación común puedan ejercer la defensoría, pero además puede escoger para que los defienda a oficiales de la fuerza armada, en consecuencia el nombramiento de defensor que se le hizo al imputado fue conforme a lo que establece el citado Código; no habiéndose violentado ninguno de los principios constitucionales debe continuar la causa según su estado y retornar el auto con el informe. III.- Consideraciones de la Sala: El Capítulo VIII del Código de Justicia Militar cuyo epígrafe e titula "De los defensores", regula en el Art. 227 al 232 lo relativo a estos, señalando en el Art. 227 la posibilidad de nombrar a uno de oficio por el Juez que conozca de la causa, cundo no hubiese nombramiento previo de defensor. Por su parte, el Art. 228 establece que los procesados ante los Tribunales Militares pueden nombrar como defensor o defensores a las mismas personas que conforme a la legislación común puedan ejercer la defensoría; pero además pueden escoger para que los defienda a los oficiales de la Fuerza Armada y otras disposiciones comunes de la actuación de los defensores de oficio. Así también el Art. 232 del mismo Código, establece expresamente que las disposiciones de la legislación común sobre la defensoría, serán aplicables a los defensores en asuntos militares, salvo las modificaciones del presente capítulo. En el caso sub judice ocurre que la fase sumaria del proceso fue instruida por un oficial de la Fuerza Armada en su calidad de Juez Militar de Instrucción, quien designó al imputado como su defensor de oficio, al Teniente de Ingenieros, Velial Casco Roque, por no haber nombrado aquél un defensor. En la carta en donde se explica y presenta el proyecto del Código Procesal Penal el Ministro de Justicia a la Asamblea Legislativa, fechada el veinticinco de mayo de mil novecientos noventa y cuatro, en el apartado número diez, se explica lo relativo a la inviolabilidad del derecho de defensa. En dicha exposición de motivos del actual Código Procesal Penal, se establecieron varias situaciones: 1) que la defensa opera como factor de legitimidad de la acusación, pues el inculpado tiene derecho a repeler tal agresión que pone en tela de duda sus bienes jurídicos más importantes, entre ellos su libertad; 2) la inviolabilidad del derecho de defensa es la garantía fundamental con la que cuenta el ciudadano, porque es el único que permite que las demás garantías tengan una vigencia concreta dentro del proceso penal. Por ello es que esta garantía es un presupuesto básico establecido en la Constitución ya que permite la audiencia del inculpado, la contradicción procesal, dentro de un proceso con todas las garantías, por lo que es requisito que conozca el contenido de la acusación; 3) que el titular de la defensa es el propio inculpado por lo que puede ejercerlo personalmente (defensa material), sin embargo se reconoce además su derecho de nombrar un defensor técnico para tal ejercicio, teniendo su fundamento esta disposición en virtud de que la gran mayoría de imputados carecen de una defensa efectiva en el juicio, lo que provoca su imposibilidad de controlar las pruebas, de poner en práctica las diligencias tendientes a demostrar su inocencia y, en síntesis, poder vigilar de cerca el trámite del proceso iniciado en su contra; 4) se consideró asimismo que el defensor, en el moderno proceso penal, debe ser un técnico en la materia, un abogado, teniendo como fundamento tal afirmación en el principio de contradicción, la búsqueda de la verdad real y el principio indubio pro reo, obedeciendo al carácter dual que ofrece la institución de la defensa: como principio de derecho público que informa la defensa técnica y que en definitiva es la sociedad quien impone la necesidad que el procesado sea asistido y defendido por un técnico y como principio individualista que preside la defensa material que reclama la exigencia que el imputado haga valer su propia defensa, coligiéndose de lo anterior, la defensa privada y la defensa pública, cuya base constitucional es extraída también del Art. 268 Cn. en relación con la exposición de motivos de la Constitución vigente que en la parte relativa a la presunción de inocencia, se exige la presencia de un abogado, situación que también es reconocida en la normativa internacional tales como los artículos 11 de la Declaración Universal de Derechos Humanos; 14 No 3 literal "b" y "d" del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 8 No 2 literales "c", "d" y "e" y 27.2 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos y Art. 6 No 2, literal "a" del Protocolo Segundo de 1977 adicional a los Convenios de Ginebra. De lo anterior, se puede colegir que la figura del defensor público ha sido superada por la nueva legislación penal, quedando únicamente habilitados para ejercer tal institución los abogados y los defensores de la Procuraduría General de la República, efectivamente, los artículos 228 y 232 del Código de Justicia Militar, establecen la posibilidad de remitirse a la legislación común respecto a la defensoría, lo que implica que también la figura del defensor de oficio ya no es aplicable, quedando derogada tácitamente no sólo por el Art. 454 Pr. Pn. sino por el principio de defensa consignado en el Art. 12 inciso primero de la Constitución, puesto que el proceso se inició posteriormente a la vigencia de la normativa penal y procesal penal vigente. En razón de lo anterior, es preciso declarar inconstitucional la actuación del Juez Militar de Instrucción quien nombró para asistir al imputado a un defensor de oficio y no a un abogado o un defensor público como establece la normativa común, por existir infracción constitucional al derecho de defensa y principio de legalidad; no pudiendo existir dualidad de procesos en los cuales aunque uno sea especial y el otro general, en el primero la norma supletoria es el Código Procesal Penal. Consecuentemente deberá ordenarse la libertad del imputado y certificar esta sentencia al Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada para tomar nota de lo anterior. Por todo lo expuesto, se RESUELVE: a) Póngase en libertad a JOSE ANDRES LOPEZ MORALES, previa fijación de otra medida cautelar y siga la causa según su estado; b) certifíquese la presente sentencia al Juez de Primera Instancia Militar y al Jefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada; c) archívese el presente habeas corpus.---MARIO SOLANO---O. BAÑOS---E. ARGUMEDO---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---J ALBERT ORTIZ---RUBRICADAS. HS054998.99