1. Lit e ra t u ra Propósito: Sabía que: El nuevo espíritu que alienta al ser humano y que dará como resultado el Renacimiento, se deja sentir de manera especial en España por medio de temas y estilos nuevos que se mezclan con una tradición populista de raíz medieval y carácter nacionalista, esa nueva actitud ante la vida es el Prerrenacimiento (antes del Renacimiento) que se manifiesta en la literatura española. Este apartado es importante, porque al finalizar su estudio usted identificará las características historicoliterarias de la poesía lírica y de la prosa dramática y narrativa del Prerrenacimiento, así conocerá dos obras valiosas de la literatura española: una gran elegía (poema con tema fúnebre) escrita por Jorge Manrique y el inicio de lo que va a ser uno de los géneros españoles más logrados: el género dramático, con la Tragicomedia de Calisto y Melibea, creadora de uno de los personajes “tipos” más famosos: La Celestina. 123 1. Busque en el poema de Jorge Manrique Coplas por la muerte de su padre las figuras literarias y exprese si son poéticas, trágicas, etc,; explique el sentimiento que transmite en ese poema el autor; elija uno de los versos y coméntelo por escrito. 1.1 El prerrenacimiento literario: La obra de Jorge Manrique En el llamado “prerrenacimiento literario”, que se ubica en la segunda mitad del siglo XV y representa el antecedente del renacimiento en la literatura, la cual apareció en el siglo XVI, la actitud del hombre ante la vida cambia radicalmente con respecto a la que se tenía en la Edad Media, se vuelve sombría y pesimista ante la existencia, lo cual conduce a reflexionar en torno a la muerte. Jorge Manrique (1440-1479) es uno de los representantes de la poesía lírica del prerrenacimiento literario. Activo soldado de las luchas de su tiempo, no deja de escribir (característica del hombre renacentista). Su obra se compone de cincuenta composiciones de tema amoroso y satírico (de tipo burlón y crítico) y sus famosísimas Coplas por la muerte del maestre Don Rodrigo o, como se les conoce comúnmente: Coplas por la muerte de su padre. Como hijo se duele de la muerte de su padre por medio de una elegía (se llama así el poema del dolor, motivado por circunstancias personales, la composición fúnebre a la muerte, lamentación), escrita en tono serio y en forma sencilla y sentimental. Lea detenidamente, las estrofas más famosas, de ese poema: Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando 124 cómo se pasa la vida, cómo se llega la muerte, tan callando... Cuán presto se va el placer cómo después de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parecer, cualquier tiempo pasado fue mejor. Nuestras vidas son los ríos, que van a dar en la mar, que es el morir: allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos: allegados son iguales, los que viven por sus manos y los ricos. Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino, 125 para andar esta jornada sin errar. Partimos cuando nacemos, andamos mientras vivimos, y allegamos al tiempo que fenecemos; así que cuando morimos descansamos. Este sentimiento acerca de lo vano, de lo transitorio de la vida, del mismo destino y final para todos los seres humanos, así como la comparación de la muerte con el descanso, es todavía de gran tradición cristiana medieval. Actividades: • Observe que Jorge Manrique para hablar de la vida y de la muerte utiliza figuras literarias. Búsquelas en el fragmento y señale su carácter, esto es, si le parecen poéticas, trágicas, impresionantes, etc. • Explique brevemente qué sentimiento consigue comunicarnos el autor. ¿Cómo hace que sintamos la muerte de un ser querido? 126 • ¿Se podría afirmar que en este poema hay dramatismo o, tal vez, resignación? ¿Por qué? Reflexione su respuesta. • Tal vez alguno de los versos leídos le haya parecido más bello. ¿Cuál fue? Cópielo y escriba un comentario sobre lo que expresa. 2. Lea un fragmento que se le ofrece de La Celestina y responda las preguntas que se le hacen acerca de esa lectura. 1.2 El humanismo: Fernando de Rojas y La Celestina Fernando de Rojas (1465-1541) es el autor de la obra teatral: Tragicomedia de Calisto y Melibea, mejor conocida como La Celestina, nombre de la vieja alcahueta y chismosa que arregla los amores entre Calisto y Melibea, personajes principales de dicha obra. El nombre del personaje de La Celestina designa desde entonces a todas aquellas personas que se dedican al oficio de servir a los amores ajenos por dinero. Fernando de Rojas logra, en dieciséis actos, escribir una pieza realista con gran riqueza de vocabulario. Celestina es quien ayuda a Calisto, joven de condición humilde, para que obtenga el amor de 127 Melibea, joven rica. El fin trágico de los amantes, junto con las acciones y el habla popular española, directa y picaresca de Celestina, conforman una verdadera tragicomedia. Estamos en los albores del Renacimiento. En España, el casamiento de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, ha hecho posible la unión de los dos reinos más grandes e importantes: Castilla y Aragón. A este acontecimiento se agregan: la consolidación del estado español, la conquista de Granada (que estaba dominada por los árabes), la expulsión de los judíos y el descubrimiento de América. A continuación le ofrecemos un fragmento de la Tragicomedia de Calisto y Melibea: Tragicomedia de Calisto y Melibea (Fragmento) Melibea: Di madre, todas tus necesidades, que si yo las pudiere remediar, de muy buen grado lo haré por el pasado conoscimiento y vecindad, que pone obligación a los buenos. Celestina: ¿Mías, señoras? Antes ajenas, como tengo dicho; que las mías de mi puerta adentro me las paso sin que las sienta la tierra, comiendo cuando puedo, bebiendo cuando lo tengo. Que con mi pobreza jamás me faltó, a Dios gracias, una blanca para pan y un cuarto para vino, después que enviudé; que antes no tenía yo cuidado de lo buscar, que sobrado estaba un cuero en mi casa y uno lleno y otro vacío. Jamás me acosté sin comer una tostada en vino y dos docenas de sorbos, por amor de la madre, tras cada sopa. Agora, como todo cuelga de mí, en un jarrillo malpegado me lo traen que no cabe dos azumbres... Así, que donde no hay varón todo bien fallece: con mal 128 está el huso cuando la barba no anda de suso. Ha venido esto, señora, por lo que decía de las ajenas necesidades y no mías. Melibea: Pide lo que querrás, sea para quien fuere. Celestina: ¡Doncella graciosa y de alto linaje! Tu suave fabla y alegre gesto, junto con el aparejo de liberalidad que muestras con esta pobre vieja, me dan osadía a te lo decir. Yo dexo un enfermo a la muerte, que con la sola palabra de tu noble boca salida, que le lleve metida en mi seno, tiene por fe que sanará, según la mucha devoción tiene en tu gentileza. Melibea: Vieja honrada: no te entiendo si más no declaras tu demanda. Por una parte, me alteras y provocas a enojo; por otra, me mueves a compasión. No te sabría volver respuesta conveniente, según lo poco que he sentido de tu habla. Que yo soy dichosa si de mi palabra hay necesidad para salud de algún cristiano. Porque hacer beneficio es semejar a Dios, y el que le da le recibe, cuando a persona digna de él le hace. Y demás de esto, dicen que el que puede sanar a quien padece, no lo faciendo, le mata. Así que no ceses tu petición por empacho ni temor. Celestina: El temor perdí mirando, señora, tu beldad. Que no puedo creer que en balde pintase Dios unos gestos más perfectos que otros, más dotados de gracias, más hermosas faciones, sino para hacerlos almacén de virtudes, de misericordía, de compasión, ministros de sus mercedes y dádivas, como a ti. Y pues como todos seamos humanos... ¿Por qué los hombres habemos de ser más crueles? ¿Por qué no daremos parte de nuestras gracias y personas a los próximos, mayormente cuando están envueltos en secretas enfermedades, y tales que donde está la melecina salió la causa de la enfermedad? Melibea: Por Dios, sin más dilatar me digas quién es ese doliente que de mal tan perplexo se siente que su pasión y remedio salen de una misma fuente. Celestina: Bien ternás, señora, noticia en esta ciudad de 129 un caballero mancebo, gentilhombre de clara sangre, que llaman Calisto. Melibea: ¡Ya, ya, ya! Buena vieja, no me digas más, no pases adelante. ¿Ése es el doliente por quien has fecho tantas premisas en tu demanda? ¿Por quien has venido a buscar la muete para ti? ¿Por quien has dado tan dañosos pasos, desvergonzada barbuda? ¿Qué siente ese perdido, que con tanta pasión vienes? De locura será su mal ¿Qué te parece? ¡Si me fallaras, sin sospecha de ese loco, con qué palabras me entrabas! No se dice en vano que el más empecible miembro del mal hombre o mujer es la lengua. Quemada seas, alcahueta falsa, hechicera, enemiga de honestidad, causadora de secretos yerros! ¡Jesú, Jesú! ¡Quítamela Lucrecia, de delante, que me fino, que no me ha dexado gota de sangre en el cuerpo! Bien se lo merece esto y más quien a estas tales da oídos. Por cierto, si no mirase a mis honestad y por no publicar su osadía de ese atrevido, yo te ficiera, malvada, que tu razón y vida acabaran en un tiempo. Celestina (aparte): ¡En mala hora acá vine, si me falta mi conjuro! ¡Ea, pues! Bien sé a quien digo. ¿Ce, hermano, que se va todo a perder! Melibea: ¿Aun hablas entre dientes delante mi para acrecentar mi enojo y doblar tu pena? ¿Querrías condenar mi honestidad por dar vida a un loco? ¿Dexar a mí triste por alegrar a él y llevar tú el provecho de mi perdición, el galardón de mi yerro? ¿Perder y destruir la casa y la honra de mi padre por ganar la de una vieja maldita como tú? ¿Piensas que no tengo sentidas tus pisadas y entendido tu dañado mensaje? Pues yo te certifico que las albricias que de aquí saques no sean sino estorbarte de más ofender a Dios dando fin a tus días. Respóndeme, traidora: ¿Cómo osaste tanto facer? Celestina: Tu temor, señora, tiene ocupada mi desculpa. Mi inocencia me da osadía, tu presencia me turba en 130 verla airada, y lo que más siento y me pena es recibir enojo sin razón ninguna. Por Dios, señora, que me dexes concluir mi dicho que ni él quedará culpado ni yo condenada. Y verás como es todo más servicio de Dios que pasos deshonestos; más para dar salud al enfermo que para dañar la fama al médico. Si pensara, señora, que tan de ligero habías de conjeturar de lo pasado nocibles sospechas, no bastara tu licencia para me dar osadía a hablar en cosa que a Calisto ni a otro hombre tocase. Melibea: ¡Jesú! No oiga yo mentar más ese loco, saltaparedes, fantasma de noche, luengo como cigüeña, figura de paramento mal pintado; si no, aquí me caeré muerta. ¡Éste es el que el otro día me vido y comenzó a desvariar conmigo en razones, haciendo mucho del galán! Dírasle, buena vieja, que si pensó que ya era 131 todo suyo y quedaba por él el campo, porque holgué más de consentir sus necedades que castigar su yerro, quise más dexarle por loco que publicar su grande atrevimiento. Pues avísale que se aparte de deste propósito y serle ha sano, si no, podrá ser que no haya comprado tan cara habla de su vida. Pues sabe que no es vencido sino el que se cree serlo, y yo quedé bien segura y él ufano. De los locos es estimar a todos los otros de su calidad. Y tú tórnate con su misma razón, que respuesta de mí otra no habrás ni la esperes. Que por demás es ruego a quien no puede haber misericordia. Y da gracias a Dios, pues tan libre vas de esta feria. Bien me habían dicho quién tú eras, y avisado de tus propiedades, aunque agora no te conocía. Celestina (aparte): ¡Más fuerte estaba Troya, y aun otras más bravas he yo amansado! Ninguna tempestad mucho dura. Actividades: Responda las siguientes preguntas con base en el fragmento de La Celestina. 1. ¿En qué forma está escrito el texto: verso, prosa o diálogo? 2. ¿De qué se lamenta Celestina ante Melibea? 132 3. ¿Para quién pide ayuda Celestina? 4.¿Cómo reacciona Melibea al escuchar el nombre de Calisto? 5.¿De qué acusa Melibea a Celestina? 6. ¿De qué trata de convencer Celestina a Melibea? 3. Lea el fragmento de La Vida del Lazarillo de Tormes y responda a las preguntas que se le hacen acerca de lo leído. 1.3 La novela: La vida del Lazarillo de Tormes En la época del emperador Carlos V, surge un nuevo género literario, pleno de naturalidad, alejado de los detalles refinados y chocantes de los libros de caballería. Este nuevo género es “la novela picaresca”, referida a un personaje “tipo”: un héroe al revés, un antihéroe llamado “pícaro”; éste es, generalmente, un vagabundo sin oficio ni beneficio que vive marginado socialmente. Tiene que amañarse para sobrevivir en una sociedad cada día más compleja. Este tipo de novela es una manifestación original de la literatura española. Su ejemplo más logrado es 133 La vida del Lazarillo de Tormes de autor anónimo, escrita en primera persona tiene un tono autobiográfico; en este tipo de novela el autor narra las aventuras más excitantes de su vida ordinaria, sin pretensiones ni heroísmos. Así, Lázaro, el protagonista de la novela, nos narra su vida desde su nacimiento a orillas del río Tormes hasta sus aventuras como criado de un ciego, un cura, un escudero, un fraile, un pintor y un alguacil. Los tipos que se describen en esta novela responden a los tipos clásicos de la sociedad española de su época. La novela picaresca surge a partir del año 1599 cuando el editor Luis Sánchez dio a conocer al público el Lazarillo, dos meses después, de la primera publicación de otra novela picaresca Vida y aventuras del pícaro Guzmán de Alfarache, ésta sí de autor conocido: Mateo Alemán (1547-1614). Otra obra importante de este tipo de novela es El buscón de Quevedo, ya en el siglo XVII. A continuación, le ofrecemos un fragmento del Lazarillo: 134 La vida del Lazarillo de Tormes Tratado tercero: De cómo Lázaro se asentó con un escudero y de lo que le acaeció con él (...) Me sentá al cabo del poyo y, porque no me tuviese por glotón, callé la merienda. Y comienza a cenar y morder en mis tripas y pan y disimuladamente miraba al desventurado señor mío, que no partía sus ojos de mis faldas, que en aquella sazón servían de plato. Tanta lástima haya Dios de mí, como yo había de él, porque sentí lo que sentía (él) y muchas veces había por ello pasado y pasaba cada día. Pensaba si sería bien comedirme a convidarle; mas, por haberme dicho que había comido, temíame no aceptaría el convite. Finalmente, yo deseaba que aquel pecador ayudase con su trabajo el mío y se desayunase como el día antes hizo, pues había mejor aparejo, por ser mejor la vianda y menos el hambre. Quiso Dios cumplir mis deseos y aun pienso que el suyo. Porque, como comencé a comer y él se andaba paseando, llegóse a mí y díjome: “Dígote, Lázaro, que tienes en comer la mejor gracia, que en mi vida vi a hombre, y que nadie te lo verá hacer, que no le pongas gana, aunque no la tenga.” “La muy buena que tú tienes, dije yo entre mí, te hace parecer la mía hermosa.” Con todo, parecióme ayudarle, pues se ayudaba y me abría camino para ello, y díjele: “Señor, el buen aparejo hace buen artífice. Este pan está sabrosísimo y esta uña de vaca tan bien cocida y sazonada, que no habrá a quien no convide con su sabor.” “¿Uña de vaca es?” “Sí señor.” “Dígote que es el mejor bocado del mundo, y que no hay faisán que así me sepa.” “Pues pruebe, señor, y verá qué tal está.” 135 Pongóle en las uñas la otra y tres o cuatro racimo de pan, de lo más blanco. Y se me sentó a un lado y comienza a comer, como aquél que tenía ganas, royendo cada huesecillo que aquéllos mejor que un galgo suyo lo hiciera. “Con almodrote, decía, es éste singular manjar.” “Con mejor salsa lo como es tú”, respondí yo quedo. “Por Dios, que me ha sabido como si hoy no hubiera comido bocado.” “¡Así me vengan los buenos años como es ello!”, dije entre mí. Pidióme el jarro del agua y díselo como lo había traído. Es señal que, pues no le faltaba el agua, que no le había a mi amo sobrado la comida. Bebimos y muy contentos nos fuimos a dormir como la noche pasada. Actividades: Responda las siguientes preguntas con base en el fragmento del Lazarillo de Tormes. 1.¿Qué sentimiento hacia su amo surge en Lázaro cuando éste está comiendo? 136 2.¿Cómo describiría a Lázaro con base en el fragmento que leyó? 3.¿Por qué cree que el Lazarillo de Tormes sea una obra picaresca? Espacio de reflexión: ¿Considera usted que en la actualidad los tipos de la Celestina y del Lazarillo se puedan identificar en la sociedad mexicana? ¿Por qué? Recuerde que… Jorge Manrique es el poeta más destacado de la segunda mitad del siglo XV y su poema más famoso son las Coplas por la muerte de su padre en las que se refleja la nueva actitud del hombre ante la vida, manifestada en el prerrenacimiento literario y la cual se caracteriza por un pesimismo y una constante reflexión en la muerte. Otra obra también importante de la segunda mitad del siglo XV y principios del XVI es la Tragicomedia de Calisto y Melibea, más conocida como La Celestina, cuyo autor Fernando de Rojas logra hacer una obra realista y con una gran riqueza de vocabulario. Asimismo, la novela picaresca, género auténticamente español surge en el siglo XVI con la obra El Lazarillo de Tormes, cuyo personaje representa al antihéroe, con respecto a las novelas de caballería; esta obra tiene un tono autobiográfico y es anónima. 137