11. EUROPA Y LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN DE AMÉRICA LATINAY EL CARIBE 1 B. Carolina Crisorio Norberto R. Aguirre Olelia B. Sche? 1.Los inicios de Ias relaciones de América Latina y elCaríbe con Europa. EI período colonial El estudio de Ias sociedades surgidas en América Latina y el Caribe a partir deI sigla XVI adquieren pleno sentido si se Ias enfoca comoparte de un conjunto más vasto, puesto que eran consideradas como apéndice o complemento de Ias diferentes países europeos. Así Ia estructura interna de cada una de estas sociedades estuvo determinada por su núcleo metropolitano, pero también por Ia estructura socio-económica precolombina propia de cada región. No fue igual el tipo de dominio hispano, lusitano, francés, holandés o inglés. La peculiaridad de cada área estuvo en buena medidacondicionada aI juego de intereses intra metropolitanos y a Ia c~pacidad de resistencia de Ias pueblos indígenas a Ias que Ias dOl111nadores tuvieron que enfrentarse. Esta último, a su vez, se -I 2 ~ad,:<,emos Ias sugerencias y aportes dei Dr. Sergio Guerra Vilaboy. IIlicage;ti~os, docentes e investigadores dei Instituto de lnvestigaciones de Historia Econó(Arg~f 111a). OClalde Ia Facultad de Ciencias Económicas de Ia Universidad de Buenos Aires. 85 1111 MI ~11~i 11 II111 III~I li relacionaba con una multiplicidad de causas socioeconómicas políticas, religiosas y culturales de cada uno de los pueblos aborí~ genes. Lo cierto es, que Ias relaciones metropolitano-coloniales tenían en común al menos estos aspectos: 1. EI interés por obtener beneficios económicos de Ias colonias. 2. Su posesión otorgaba poder político y prestigio en Ias relaciones internacionales. 3. La ubicación de estas colonias podía brindar ventajas estratégicomilitares. 4. Estas posesiones eran vistas también como fichas intercambiables en los momentos de negociación entre dos contendientes de Ias tantas guerras europeas. Sin embargo, se pusieron en juego múltiples causas por Ias cuales dichas relaciones resultaron muy diversas, dependiendo entre otras cosas de: I. Cuál era el proceso político interno en el que estaba inrnerso cada metrópoli en el momento en que tomaron contacto con América. 2. Cuál o cuáles eran Ias potencias vecinas en Ia región donde pretendían asentarse. 3. Cómo era el poder militar y estratégico propio o de sus contendientes. 4. Qué grupos se hicieron cargo de Ia explotación colonial, ya fueran los sectores privados, religiosos o estatales. 5. Cuál era, el desarrollo de Ias fuerzas productivas, con mayores o menores rasgos precapitalistas, ligados en distinto grado al comercio a larga distancia, y con elementos que favorecieron o frenaron Ia sociedad industrial. 6. Cuál era el conjunto de creencias; en definitiva, cuáles eran Ias mentalidades que les permitian encarar por propias manos ellaboreo de Ia tierra o despreciar dichas tareas, estar predispuestos a Ia piratería, anteponer el deseo de obtener beneficios económicosen el marco dei mercantilismo, o estar preocupados también por construir al mismo tiempo un edificio institucional más sólido, pensando también si era posible "salvar" Ias almas de los aborígenes, o si era importante o no que los esclavos hubieran sido cristianizados antes de ser incorporados como fuerza de trabajo. Todos estos aspectos dieron lugar a diversos modelos de apropiación de los excedentes económicos, de subordinación o expulsión de los pueblos aborígenes, construyeron, en suma, dis- tintos tipos de dominación colonial que condicionaron Ias relaciones sociales. Y estos elementos pusieron Ias bases de los incipientes procesos de integración regional, donde poco a poco se perfilaron Ias contradicciones entre los intereses metropolitanos y criollos. Es más, en algunos casos, como Ias posesiones de Gran BretaDa,Ias instituciones y Ias relaciones sociales surgidas de estos vínculos asimétricos siguieron vias divergentes. Las trece colonias inglesas de Norteamérica, se conformaron en un contexto muy diferente dei caribefio, dando lugar a dos mundos muy distantes, aún contando con Ia misma metrópoli. Aceptando entonces Ia diversidad inicial de 10 que hoy llamamosAmérica Latina, debido a dos grandes corrientes heterogéneasen sí mismas: una, aportada por los pueblos precolombinosy otra, por Ia Europa preindustrial con todos sus matices. Nos encontramos así con un punto de partida complejo, que parece inclinarnuestro análisis a favor de los obstáculos de una posible integración latinoamericana y caribefia, basado en este origen multiétnicoy multicultural. AI mismo tiempo, esos mismos vínculos metropolitano-coloniales dejaron latentes fuerzas que trabajaron en los siglos XIX y XX hacia propuestas de integración que si bien no fueron exitosas, permiten Ia aparición de nuevas alternativas integracionistas a fines de Ia vigésima centuria que reabrenel debate de su factibilidad. Uno de los rasgos que Ias diferentes metrópolis tuvieron en común y que se puso de manifiesto en su relación con Ias colonias fue el mercantilismo.3EI deseo de acumular metálico dio un Importanteimpulso a Ia conquista y colonización de nuestro continente. La búsqueda, localización y extracción de metales precioSosfue uno de los motores que derramaron aventureros en el Nuevo Mundo, pero tanlbién atrajo muy pronto a Ia burocracia real metropolitanahispana preocupada por evitar el descontrol político -, De acuerdo con esta doctrilla, Ia prosperidad de una nación estaba relacionada con Ia aCUl!lulación de capital 86 II "I identüicado en especial, por los metales preciosos. 87 y económico, y por qué no Ia de Ia moral y Ias "buenas costum_ bres" de estos lejanos colonos. Fue así que se colocaron los principales ladrillos institu_ cionales resignificando antiguas instituciones indígenas como Ia mita o el yanaconazgo o intentando trasladar viejas costumbres europeas en un nuevo marco, como Ia encomienda o el reparti_ miento de indios que tiene claras raíces feudales. AI mismo tiempo, Ia polémica desatada frente a estos habitantes inesperados acerca de si eran o 110seres humanos, se saldÇJrápidamente a favor de Ia segunda categoría, 10cual permitió darle un nuevo impulso evangelizador heredado de Ias antiguas cruzadas: era necesaria Ia salvación de estas almas que desconocían de manera absoluta el cristianismo. Por supuesto, los aborígenes pasaron a ser considerados menores de edad bajo Ia tutela de un espaiíol y, en los hechos, en Ia mayoría de Ias ocasiones fueron reducidos a Ia servidumbre. En eI más puro espaiíol y servidos de un intérprete nativo a través deI requerimiento llevaron elnombre de los reyes, representantes a su manera de Cristo en Ia tierra, aIos oídos de Ia 110bleza indígena que aceptaran o no Ia grandeza de tales senores nunca vistos, vieron desmoronar sus dominios y sus creencias para siempre. De este modo también, Ia Iglesia, controlando pueblos y reducciones, pudo llevar adelante su misión evangelizadora sin descuidar sus fortunas terrenales. AI mismo tiempo, Ia asociación de intereses privados (comerciantes, aventureros, nobles, etc.) e intereses públicos (Estados monárquicos, Iglesias) asociados para financiar empresas de alto costo y riesgo y decididos a mantener por Ia fuerza un sistema de monopolio que garantizara Ia obtención de Ias ganancias esperadas, terminó dando lugar a 10que aIgunos investigadores denominan pacto colonial orientado a Ia "complementariedad" de Ias economías en una notable relación asimétrica. Por un lado, el mercado europeo fue abastecido por metales preciosos y productos primarios en una diversidad jamás vista, valiéndose en muchos casos de Ia población nativa como fuerza de trabajo o acarreando población africana esclava hacia 88 Ias colonias americanas. Por otro lado, los productos manufacturados -y Ios esclavos- tuvieron Ul1mercado cautivo en Ias colonias. En primera instancia Ia corona castellana se inspiró en el modelo colonial portugués de control a través de Ia Casa de 111dias. Sin embargo, Ias dimensiones territoriales que lograban incorporar, gracias a Ias divisiones de los pueblos nativos, hizo que se fuera improvisando en poco tiempo un sistema de monopolio que duró tres siglos.4 Sin duda, los centros de extracción minera se transformaron para Espafía y, poco después para Portugal, en losprincipales focos de atención económica,política, estratégica y militar. A su alrededor fueron articulándose regiones productivas consideradas subsidiarias, secundarias o marginales de estos ejes. Nueva Espaiía, el Alto Peru o Nueva Granada recibieron el máximo de atención, mientras que otras zonas como el Río de Ia Plata y Paraguay se vieron desatendidas y dependiendo de sus propios y limitados recursos. Aquellas regiones que contaban con poblacionesindígenas irreductibles y belicosas obligaron a defender Ias fronteras con Ias capitanías generales que obligaban a un especialesfuerzo armanlentista como ocurrió en el sur chileno. En el caso de Portugal, el descubrimiento de oro en el centro de Brasil -Minas Gerais- en el siglo XVIII modificó Ia atenciónprestada a Ia zona y fue Ia causa principal dei traslado de Ia capital de Bahía a Río de Janeiro Desde Ias comunidades indígenas hasta Ias haciendas y obrajes Ias sociedades coloniales se estructuraron en función de este deseo de metales preciosos. AI mismo tiempo, aquellos que no fueroninvitados aI reparto deI mundo mediante eI Tratado de Tordesillas, buscaron enmendar esta falencia a través deI pillaje y Ia piratería. Además, irónicamente, a pesar de Ias grandes prevenciones y de todo el aparato de control monopólico creado por Ia 4 . Jose María Oliva Melgar, Seminario: El monopolio de Indias: tres siglos de explotación económica colonial. En Programa de Doctorado 1999-2000 Cambios. permanencias y transiciones en Europa y América (siglo.~ XIII-XX). Universidad de Huelva. 89 [ '111111 !li'" I~' I corona castellana, los metalesfluyeron generososhacia otros des- iii~" 111: tinos en Ia propia Europa, ya seaa través deI comercio o deI pago de deudas que el Estado metropolitano contraía por mala admlnistración de los recursos,para mantenersusgastos bélicos, etc.S Tarde o temprano holandeses, ingleses y franceses comenzaron a instalarse en los confines deI imperio hispaDo, probando su suerte como piratas, contrabandistas, colonos o participando deI comercio metropolitano-colonial y deI comercio trian- I I III 111" gular de esclavos entre Mrica, América y Europa.6 EI comercio a larga distancia tenninó por 'desempenar un rol importante, creando necesidades de transporte y servicios financieros que enfrentaron nuevos desafios. Entre ellos el hecho de -I I ~ Para el problema de Ia "plata", como se lIamó globalmente a Ia producción de metales preciosos en el imperio hispano ver P. Bakewell: "La minería en Ia Hispanoamérica colonial" en L. Bethell, ed: Historia de América Latina. Barcelona. 1990; D. A Brading: Minero,r y comerciantes en el México borbónico (1763-1810). Madrid, 1975. E. 1. Hamilton: Guerra y precio,r en Espana. Madrid, Ariel, 1988. R. Romano: COYllntllras opuestas. La crisi.r dei siglo XVII en Espana e Hispanoamérica, México, 1993. P. Vilar: "Consideraciones sobre Ia historia de los precios" e "Historia de los precios, historia general (un nuevo libro de E. J. Hamilton)", En Crecimiento y de.rarrollo. Barcelona, Ariel., 1994. 6 Ciro F. S. Cardoso y Héctor Pérez Brignoli: Historia Económica de América Lafina, México, Critica, 1987, Tomo I. ~ I I encontrar Ia tecnología adecuada para hacer más seguro el cruce deI Atlántico con Ias preciosas cargas, sorteando Ias prolongadas travesías y los múltiples peIigros. AI mismo tiempo este comercio ayudó a moldear Ias nuevas instituciones, creando para su regulación un importante aparato jurídico yadministrativo. En efecto, si bien el comercio a larga distancia metropolitano colonial reconoce sus antecedentes en el comercio a larga distancia resucitado a fines de Ia Edad Media europea, el cela metropolitano por no compartir los beneficios desembocá en instituciones monopólicas que intentaban frenar cualquier drenaje de metálicoo recursosnaturales fluyenteshacia el centro o evitar cualquier intromisión enlos mercados cautivos coloniales.7 I 7 ,I ,I . 111 I I j,i li, A M. Bemal y A Garcia Baquero: Tres siglos de comercio sevillano. 1598-1868. Sevi- lia, 1976. D. A Brading: "La Espafta de los Borbones y su Imperio americano" En L. Bethell op. cito P. Chaunu: Sevilla y América. Siglos XVI y XVII. Sevilla, 1983. 1.H. EIliot: "Espana y América en los siglos XVI y XVII", en L. Bethell op. cito Barcelona, 1990. L. 90 Esta situación permitió el crecimiento de Ia figura deI mercader, como intermediario entre el artesano-productor Y los lejanoSconsumidores.8 De este modo, sociedades de mercaderes cornpitieroncon nobles y soldados por Ias licencias reales para explotarnuevos asentamientos, garantizando a Ia corona espanola participación en Ias ganancias. A su vez, mientras que Ias primeras expediciones fueron financiadas desde Espana, a partir de 1516 los recursos antillanos respaldaron Ias expediciones que culrninaroncon Ia conquista de México por Hernán Cortés; mientras Ias riquezas de México subvencionaron Ia continuación de Ia exploraciónhacia el norte y sur y, una década más tarde, apoyaron Ia conquista deI Perú.9 Por otra parte, el hecho de que Ia corona hispana se concentrara en proteger los codiciados centros mineros, dando lugar a Ia aparición de una multiplicidad de actividades productivas pensadas como apéndices de Ia minería, hizo que surgieran otras formas productivas y, por ende, nuevas relaciones sociales. Así, muy temprano, junto a formas de producción orientadas al consumo local, como Ia hacienda, Ia estancia, Ias comunidades indígenas o el obraje, apareció Ia plantación dirigida principahnente a abastecer al mercado externo. En efecto, cuando a partir de 1515 se inició Ia explotación de azúcar en Ias tierras en tomo a Ia villa de Santo Domingo y Ia mano de obra esclava africana fue introducidatres afios después en reemplazo de Ia fuerza de trabajo indígena,que no soportó el impacto de brotales formas de dominación,se abrió un capítulo que tornaria dimensionesinsospechadas. En efecto, el comercio metropolitano-colonial dio impulso aI proceso de acumulación primitiva de capital que terminá benefician~ía Fuentes: El comercio espanol con América. 1650-1700. Sevilla, 1980. C.H. Hann~:. Comercio y navegación entre Espana y Ias lndias en la época de los Hab.rburgo, ~exlco, 1979. Como 10s mercaderes involucrados son de distintas nacionalidades, que se encuentran asentados en colonias en Sevilla o porque también intervienen desde otros puntos de Europa, co~o Amsterdam o Londres, se ha lIegado a plantear Ia existencia de un "monopolio inter~Cl0nal de productores de mercancias". M' ?avis. La Europa Atlántica eXiCo,Siglo XXI, 1973. de,rde el descubrimiento ha.rta Ia industrialización. 91 do principalmente a Europa occidental a costa de América y de Africa. Asimismo, es necesario subrayar que el periodo colonial no puede ser considerado como un todo homogéneo. Ellargo camino que se extiende desde fines dei siglo XV hasta principios deI siglo XVIII reconoce numerosas etapas. Por ejemplo, Ia Espafía "donde no se pone el sol" que tuvo su momento de esplendor con Carlos I de Espafia -eI famoso Habsburgo Carlos V y su hijo y sucesor Felipe lI, entró en Ios afios finales deI propio Felipe 11en una lenta decadencia. Por eIlo, eI siglo XVII, que éontó con monarcas débiles, los así l1amados"Austrias menores", representan una especial oportunidad para eI crecimiento económico de Ias colonias americanas. Dei mismo modo, el cambio de dinastía en el trono de Castilla y Aragón a partir de los Borbones, a comienzos deI siglo XVIII, se traduce tiempo después en Ias Ilamadas refonnas borbónicas -que tuvieron su correlato en Brasil con Ias reformas pOl:nbalinas-que para muchos fue un importante antecedente para los posteriores procesos independentistas. Según algunos estudios estas refonnas favorecieron Ia expansión de Ia economía colonial puesto que se logró un aumento de Ia actividad minera, de Ias exportaciones agrícolas y dei intercambio regional comercial.\OSin embargo, Halperín Donghi en su clásico trabajo sobre América Latina sostiene que Ias reformas - obraron como una "segunda conquista". Ii En efecto, Ia fundación de Ios virreinatos dei Río de Ia Plata y de Nueva Granada, junto con el ascenso de Chile y Venezuela a Ia categoría de capitmúas, son ejemplo dei deseo de centralizar Ia autoridad y reforzar el control metropolitano. La liberación deI comercio vino a legalizar una situación ya existente. De todos modos, esta "Iiberalización" fue bastante limitada, puesto 10 Víctor Bulmer-Thomas: La hi.ftoria econômica independencia, México, FCE, 1994. 11 Tulio Halperín Donghi: Historia contemporánea Editorial, 1968. 92 de América Latina de.~de Ia de América Latina Madrid, Alianza que los puertos americanos podían comerciar entre sí pero no con otras potencias y sus colonias, sino sólo con puertos espafioles. Reciénen 1797 se decretó el comercio directo con neutrales.12 l.Cuál fue el impacto a nível regional? Si bien en algunos casOSaumentá el intercambio intercolonial, en otros, exacerbó Ias rivalidadespreexistentes, obstaculizando Ia posibilidad de integraciónluego de Ias Iuchas por Ia independencia.Tal el caso de Lima y Buenos Aires, donde Ia ciudad-puerto rioplatense había jugado desde su marginalidad en el virreinato peruano un importante papel en el contrabando con portugueses e ingleses, perjudicando los intereses de Ia corona y entrando a pugnar con los comerciantes limeiíos.En Ia nueva geografia borbónica, dicha rivalidad se saldaba a favor de Buenos Aires, a Ia que se incorpora eI Alto Peru conIa importante actividad minera de Potosí. Por detrás de estas nuevas jurisdicciones dos corrientes se estaban enfrentando: Ia dei Pacífico, lidereada por Espafia, y Ia Atlánticasometida ai influjo británico. Como veremos a continuaciónGran Bretafia es Ia gran ganadora en esta lid durante el siglo XIX, si bien salieron ai ruedo otros competidores. Entre ellos Ia vieja rival, Francia, y por supuesto, con ímpetu creciente los Estados Unidos. Cuba y el Caribe constituyen un capítulo particular. Mientras Ia primera pennaneció en manos de Ia metrópoli hasta fines de Ia decimonovena centuria, Ias restantes islas dei Caribe fueronescenarios de Ias luchas de Ias grandes potencias deseosas de participar dei festín de Ias posesiones de Castilla. Por el Caribe penetraronpiratas y comerciantes británicos, franceses y holandeses. Resulta redundante seiíalar que el impacto sobre Ia pobIaciónnativa fue deIetéreo,traduciéndose prácticamente en Ia desaparición de Ia misma y en su reempIazo con pobIación esclava procedentede Africa. Se calcula en alrededor de dos millones de personas eI voIumen de población que arribó con vida soIamente ai Caribe a través dei AtIántico. -12 199iristina Mazzeo: EI comercio libre en el Perú, Lima, Universidad Católica dei Perú, 93 Por su parte, entre 1763 y 1867, cerca de ochocientos mil esclavos desti~ados a Ias plantaciones de azúcar arribaron a Cuba.13En el Santo Domingo francés Ias plantaciones quedaron en manos de pocos blancos, Ia mayoría de Ias veces absentistas, dejando una herencia de fuerte violencia social. Como bien se ha senalado, los distintos intereses económicos y políticos estratégicos de Ias metrópolis coloniales de América Latina durante los siglos XVI y XVII, y su diversa estructura económica interna, originaron diferencias importantes entre Ias mismas que se harían sentir con fuerza en el futuro de Ia región y que llevaron ai fracaso los intentos integracionistas pensados para e! área. Sin embargo, esto no significa que Ias relaciones entre estas regiones coloniales hayan sido inexistentes y que los proyectos de unificación no tuvieran una base sobre Ia cual asentarse. Vn caso que merece especial atención, por Ia dimensión que tomó en el subcontinente, es el de Brasil, ai estar cruzada su historia por tendencias que llevaban tanto ai enfrentamiento como a Ia complementación con otras regiones y países de América dei Sur. Esta colonia portuguesa14no despertó en un principio gran interés para Ia corona lusitana, inmersa principalmente en Ia construcción dei Imperio Oriental.15La propia estructura factoriaI de Ias ocupaciones portuguesas, sustancialmente distintas a Ias castellanas y Ia falta de detección de Ia existencia de oro y plata durante Ia primera etapa de ocupación, relegaron a Brasil a un lugar secundario en el imperio portugués. LI Gloria García: "EI auge de Ia sociedad esclavisla en Cuba", en La colonia. evolución .rocioeconómica y formación nacional. La Habana, Editora Política, 1994. 14 EI Tratado de Tordesillas de 1494 otorgó a Portugal una parte de Ia América deI Sur, colindante con el Océano Atlántico. Sin embargo, este acuerdo no fue cumplido por ninguno de los dos signatarios y tanto Espana como Portugal avanzaron mas aliá de los límites fijados. EI mismo tuvo vigencia de todos modos hasta 1750, ano en el cual se firmó el Tratado de Madrid que vino a sustituir aI anterior. Este estableció una nueva línea íronteriza entre los dos imperios, complementada por el Tratado de San IIdefonso de 1777, Ia que se aproximaha hastante aIos límites deI Brasil actual. L La primera lIegada de portugueses a Brasil se produce en el ano 1500 cuando Pedra Alvarez Cabral arribó aI sur deI Cabo San Roque, que lIamó Vera Cruz. 94 EI primer producto de importancia obtenido en Ia colonia fileel palo brasil, que Ia ligó a Ia economía europea a través de Ia metrápoli,Yque llevó a que su propio nombre, Tierra de Ia Santa Cruz, fuese modificado por e! de Brasil. Este tráfico dia lugar ai establecimientode pequenas factorías portuguesas a 10 largo dei litoral brasileno, desde Pernambuco hasta Bahía de Todos los Santos, en Ia primera década de! siglo XVI. A diferencia de 10 acaecidocon Ias colonias castellanas, Ia estructura de factoría dei asentamientoportugués no suponía Ia necesidad de poblamiento dei territorio, pues sólo se requería un bajo número de personas para garantizar Ia extraccián deI paio brasil. También Ia relación con Ia población indígena fue muy distinta a Ia establecida en los territorios castellanos, pues ai principio se limitó ai intercambio de productos y, luego que avanzó Ia colonización agrícola asociada a Ia expansión de plantaciones azucareras en Ia región de Per- nambuco,se pasó a escIavizarai aborigen,contribuyendoa su marginacióno extermínio. La forma en que se desarrolló el proceso colonizador terminá ligando fuertemente esta colonia portuguesa a Europa. Como sefiala Caio Prado Junior, "si vamos a Ia esencia de nuestra formación,veremos que en realidad nos constituímos para abastecer de azúcar, tabaco, y algunos otros artículos, más tarde de oro y diamantes, después algodón, y en seguida café ai comercio europeo".16 Ya durante el siglo XVI Brasil sufrió los embates de los conflictoseuropeos y de Ias luchas entre Ias potencias coloniales. La llegada de los franceses hacia fines de Ia década de 1530, que recorríanlibremente Ias costas de Ia colonia lusitana, se convirtió en Ia primera expresión de 10antedicho y obligó a Juan III a elaborar un plan para ocupar y defender este territorio.17Esto dio origen a Ias quince capitanías hereditarias en Ias que se dividió -16 17 Caio Prado Junior: Hi.rtoria Económica dei Brasil, Buenos Aires, Ed. Futuro, 1960. En febrero de 1531 lIegó a Brasil Martin Alfonso de Sousa con Ia misión de defender Ias co~ de los ataques tranceses, Co on1zación permanente determinar los límites de Brasil y lIevar a cabo una de norte a sur, siguiendo ellitoral. 95 Ili Ir, " 11. , IIII1 I I1I 1111 i.l~ I I ~llllli"lllllllill I I ~~lillll"1 ! I" I J i~ili '111 , Brasil desde1532,quedandoen manosde Ia coronael monopolio dei palo brasil,18de los esclavos, de Ias especias y un quinto de los minerales y piedras preciosas que se encontrasen, aspecto que Portugal empleaba con relación a todas sus posesiones ultramari_ nas. Con Ia instalación de Ias capitanias se inició el ciclo deI azúcar, producto de gran valor comercial en Europa, -que hasta entonces se abastecía en Sicilia, Madera, Cabo Verde y el Oriente pero en cantidades muy reducidas-, 10que ligó nuevamente a Ia coloniaportuguesaaI ViejoContinente,con su'sprincipalesnúcleos en Bahía y Pemambuco. Hacia mediados deI siglo XVII Brasil se convirtió en el mayor productor mundial de este producto, dando origen a grandes propiedades y a Ia masiva introducción de mano de obra esclava traída de Ias costas africanas. Asimismo, los conflictos con los franceses persistieron a 10 largo dei siglo XVI, pues hacia 1594 estos fundaron Saint Louis,en Maranhão,de dondefueronexpulsadosreciénen 1615. Paralelamente, los problemas con los espaõoles se aplacaron temporalmente, por Ia unificación de Ias dos coronas entre los afios 1580 y 1640, 10 que permitió el establecimiento de vínculos comerciales impensados hasta ese entonces, en especial con Ia cueDca deI Plata. EI puerto de Buenos Aires sobre el que pesaba, por presión limefia,Ia prohibición de realizar actividades comerciales, se convirtió en una zona de creciente contrabando, en el que los portugueses -y los ingleses- desempefiaranun papel muy destacado. En efecto, los comerciantes portugueses convertidos en los actores principales deI comercio ilegal desarrolIado en BueDoS Aires crearon "un amplio circuito -expresión de su interés por Potosí- que abarcaba Brasil. Africa. Portugal y, por infinitos lazos y redes, al Mediterráneo, Francia, el norte de Europa, para prolongarse hasta el Eh.1remoOriente. Dentro dei sistema, Brasil Y BueDOS Aires eran esencialmentebases para alcanzar los valiosos distritosmineros altoperuanos".19 La Corona hispana, además, tuvo que enfrentar el dilema de abandonar Ia ciudad de Buenos Aires en función deI virtual aislamientoal que Ia misma era sàmetida, y el temor de que ésta fuese ocupada por otras potencias europeas. Por elIo recurrió a "Ia creación dei sistema Brasil-Rio de Ia PIata, dos zonas de produccióndistinta y complementaria. Con tales fines una cédula de 1602concedió aios portefios el derecho de exportar anualmente 2000fanegas de harina, 500 quintales de cecina y 500 arrobas de sebo, para retomar con negros dei Brasil".20Si bien este fue un paliativo menor y no surtió efectos ai momento de controlar el contrabando,era sin embargo Ia primera vez que se hacía mención a una articulación económica entre Ia zona de Ia cuenca dei Plata conel Brasil. Como podemos apreciar, esta fuerte relación con Ia ecoDomíaeuropea daba lugar a Ia creación de vínculos económicos entreregiones de América que hasta entonces sólo habían tenido desencuentros.También se puede detectar Ia presencia de los lusitanosen Tucumán y Córdoba, cumpliendo allí un papel destacado. Por su parte, los sectores comerciales limefios opusieron una feroz resistencia al avance comercial portugués desde Buenos Aires,10que lIevó a que Ias excepcionespara el tráfico otorgadas a Ia ciudad rioplatense fuesen cada vez más acotadas y que el contrabandoentrase en una etapa de organización definitiva con el correr de Ia primera mitad dei siglo XVII, lIevando oro y plata a ~rasil a cambio de Ia introducción de esclavos y otras mercancias. 19 . dC, S. Assadourian, ~ ependencia, 18 Para dedicarse a Ia exlrncción deI paIo brasil era necesaria una concesión por parte dd soberano 10 que marcaba los estrechos vinculos entre poder político y económico ~ Portugal. 96 I1I I' ,I Buenos C. Beato, J. C. Chiaramonte: Aices, Hyspamérica, Argentina: de Ia conquista a Ia 1986. 21 Ibid. 197~~r S. Villalobos: Comercio y contrabando en el Rio de Ia Plata y Chile, Buenos Aires, 97 ~ ,'I II '~ ; :1' ~II I ~ La unión de Ias dos coronas también supuso Ia inrnersión de Portugal en los conflictos internacionales de los Habsburgo, teniendo un particular impacto Ia lucha de los Países Bajos contra Madrid para independizarse de su domínio. Por ello los holande_ ses comenzaron a atacar posesiones portuguesas en Brasil y en 1624 Bahía fue tomada brevemente, recuperada un afio después por Ias fuerzas de Felipe IV. También ocuparon Ia región de Pernambuco, y Olinda y Recife cayeron en sus manos en 1630. En 1633 fue el turno de Rio Grande do Norte, en 1634 de Paraiba, en 1635 de Ia mayor parte de Pernambuco, entre .1637 y 1641 Ceará y Sergipe y en 1641 Maranhão, por 10 cual aI momento de separarse Ias coronas en Ia península ibérica en 1640 casi todo el Nordeste había sido perdido en manos holandesas. EI nuevo soberano portugués y los colonos lusitanos organizaron entonces Ia resistencia aios nuevos ocupantes. Ante Ia pérdida de parte de Ias posesiones orientales y el abandono de Ia India, Portugal colocó a Brasil en el centro de sus intereses estratégicos y económicos y en 1645 marcó el inicio de Ia rebelión: Olinda capituló en 1648 y Recife en 1654,10 que marcó el defini. tivo repliegue de los holandeses de Ia colonia lusitana. Pero hacia Ia década de 1650 Ias características de Ia ocupación portuguesa dei Brasil mostraban claramente Ia debili. dad de sus lineamientos para el asentamiento y organización definitiva de estos territorios, pues ni siquiera Ia línea costera estaba ocupada en su totalidad y sólo en Ias zonas de Sao Paulo y Río de Janeiro Ia penetración lusitana iba más aliá de los 100 kilómetros, aspecto que comenzaría a ser redefinido desde entonces -en gran medida gracias aios bandeirantes- y en el que el ciclo minero iba a desempenar un papel importante como complemento de aqueJla estrategia. Cuando se produjo Ia separación de Ias coronas de PortUgal y Espana, Madrid llevó a cabo una serie de represalias contra los intereses lusitanos establecidos fundamentalmente en Buenos Aires. La fuerte ligazón comercial establecida entre Ia ciudad yel área rioplatensecon Ia coloniaportuguesadei Brasil sufrióun fuerte impacto, aunque éste nunca se interrumpió por completo y el contrabando adquirió una dimensiónaún mayor. Los intereses lusitanos en Ia zona llevaron así a Ia creaciónde Ia Colonia de Sacramento a fines dei siglo XVII, que sirvió como cabecera de puente en el Rio de Ia Plata para Ia introducciónde mercancías de contrabando. Pero al caer Portugal en Ia esfera de influencia inglesa en el siglo XVIII, tras Ia guerra de Sucesión Espafiola, este tráfico ligó a ambas regiones a Ia isla europea. Tal como senalan Assadourian, Beato y Chiaramonte, "Inglaterraproveía mercaderías que Lisboa enviaba a Brasil; desde Río de Janeiro eran trasladados por mar hasta Colonia de Sacramentodonde se establecían los lazos necesarios con los interesadosrioplatenses. Así, bajo Ia forma de contrabando, Ias mercaderías eran vendidas y Ia plata obtenida no tardaba en llegar a Lisboapor medio de Ia fiota de Rio de Janeiro. Desde Lisboa, a su vez, una gran proporción dei metálico llegaba a Londres, cerrándoseentonces el ciclo de este comercio"?2 Si bien Ia Colonia de Sacramento pasó a manos hispanas en forma definitiva tras el Tratado de San Ildefonso, estos VÍnculos forjados durante el último siglo y medio permanecieron y Ia relaciónde Ias dos regiones coloniales con Europa Occidental, en especial con sus respectivas metrópolis y con Gran Bretafia y Francia,tendió a consolidarse durante todo el siglo XVIII. Por otro lado, en Brasil tanto Ia explotación azucarera comoIa deI tabaco, el algodón y Ia ganadera habían propiciado, deirnismo modo que en Ia América hispana, Ia conformación de grandeslatifundios, dando origen a una clase de ricos plantadores y propietarios, que tuvieron una amplia influencia sobre el poder políticolocal. Aquí también el algodón y el tabaco lograron proyectarse hacia el mercado externo en forma efectiva luego de los lazos entre Europa Occidental y Ia colonia 116~0,reforzando USltana. -22 C. S. Assadourian, C. Beato, J. C. Chiaramonte: op. cito 98 99 11 1111 " III~ I II III~I.' J 'li ,.~ Como ya hemos sefialado, desde fines deI siglo XVII y hasta el momento de su independencia en 1822 Brasil pasó a ser Ia principal posesión de un imperio portugués en declinación constante. Por ello entre 1650 y 1750 Ia mitad deI territorio brasilefio actual fue explorado y colonizado. Esto se vio reflejado en el Tratado de Madrid entre Espana y Portugal de 1750, que SUstituía al de Tordesillas y establecía una línea fronteriza más cercana a Ia deI Brasil actual. De todos modos, el afincamiento de ]os portugueses en el interior deI territorio no siguió Ias característi_ cas castellanas y por ello surgieron una serie de "islas" de poblamiento, en muchos casos aisladas entre sí, que repercutirían sobre Ia organización espacial deI Brasil independiente y que sería una forma de colonización característica de] Centro-Sur con influencia hasta hoy. En Ia primera mitad deI siglo XVIII Ia colonia lusitana tuvo como principal característica el predominio abrumador deI oro en Ias exportaciones de Ia colonia, 10que marcaba el iniciode un nuevo ciclo, luego deI estancamiento sufrido por Ia producción azucarera. Los yacimientos más importantes se encontraban en Minas Gerais, aunque también se hallaron en Matto Grosso, Goiás y Bahía. EI oro se convirtió, como antes el azúcar, en ]a base principal de Ia economía brasilefia durante esa centuria, aunque ya hacia 1760-1770 había entrado en declinación. Así y todo, aÚDen 1801 seguía representando el 15,2% deI total de Ias exportaciones de Ia colonia. Paralelamente encontraron diamantes, convirtiéndose en el primer gran productor moderno y lograndoel monopolio en el mercado internacional casi todo el siglo XVIII. Este fue otro importante elemento que reforzó los lazos de Brasil con los paises europeos, en detrimento de una posible articulación con otras regiones de América. Mientras tanto, el azúcar mantuvo un lugar preponderante durante Ia primera mitad deI siglo XVIII, aunque Gran Bretaiía I :11 dejó de ser su principal destino,23al cobrar importancia ltalia, PortUgaly otros países mediterráneos. Luego de 1760 Ia activa competencia de Ias Indias Occidentalesdesplazaria al azúcar de Brasil de los mercados europeos, 10que marcaria el punto de inflexión para ésta y el desplazamientodeI eje económico y político deI Nordeste hacia el CentroSur. EI sur brasilefio fue colonizado sobre Ia base de Ia ganaderia, con un sistema que 10 diferenció deI resto deI territorio. Comono eran regiones aptas para Ia producción de mercancías de granvalor comercial para Ia época, ni vinculadas al mercado extemo, se recurrió a capas medias o pobres de Ia población portuguesa. En general, como sefiala Caio Prado Junior, provenían de Ias Azores y "emigraban en grupos familiares 10 que también es casiúnico en Ia colonización deI Brasil",24dando lugar a una subdivisiónde Ia propiedad atipica en el continente americano. Pero bacia fines deI siglo XVIII, y con vistas a consolidar Ia posición portuguesa en esa región, se tendió a Ia conformación de grandes propiedades.EI cuero, al igual que en Ia zona deI Plata, constituyó su principal producción exportable, aunque hacia fines deI siglo XVIII y principios deI XIX podemos apreciar Ia instalación de saladeros, 10 que llevó a una competencia y a conflictos importantesentre esta región y el área deI Litoral y cuenca deI Rio de Ia Plata. De este modo, Ia producción de artículos destinados al mercadointernacional determinaba Ias otras actividades económicas y orientaba los vínculos con el resto de Ias colonias sudamericanas. Con muchas de estas regiones, Ias producciones eran competitivas y Ia hostilidad entre Ias coronas portuguesa y espanola ll~vóa que Ia misma se expresase a veces en conflictos abiertos. S.membargo, como ya hemos visto, esto no significó que Ias relaCIonescomerciales entre algunas de estas regiones con el Brasil fueseninexistentes,no sólo a través deI contrabando con el Rio de -23 24 ~o~enzó a consumir el proveniente de sus colonias en Ias lndias Occidentales. aIOPrado Junior, op. cit.. p. 106. IH 100 101 Ia Plata, sino también por medio de Ia venta de mulas deI Litoral, destinadas a Ia eh."plotaciónaurifera, o de ganado vacuno de Ia Banda Oriental aIos saladeros de Rio Grande. A su vez, desde Ia región de Moxos (hoy Bolivia) llega. ban caballos para el Matto Grosso desde 1771 y en Ia frontera luso-hispana deI PerudeI Alto Amazonaslos contactoseran re. guIares. Además, el contrabando, practicado con los comerciantes ingleses durante el siglo XVIII, mostraba que para el caso lusobrasileno Ia existencia deI pacto colonial hacia tiempo que habia dejado de ser una realidad para transformarse en una mera fonualidado Sin lugar a dudas, Ias relaciones comerciales con Europa Occidental constituían el eje sobre el que se asentaba Ia colonia. No fue una casualidad que Ias principales ciudades de Ia región fueran los puertos de salida de Ias exportaciones: Rio de Janeiro, Balúa, Recife, San Luis y Belém. Para concluir, senalemos que el proceso de conquista y ocupación de Brasil, tras estar sometido a Ia fuerte competencia de sucesivas ocupaciones coloniales, quedó bajo Ia égida de Lisboa, 10cual dejó como saldo, aI igual que en Ias colonias hispanas, que una parte de su economia estuviera orientada al mercado externo, tal el caso de Ia minería, el azúcar o el tabaco. Esto no sólo tiene una fuerte impronta en su posterior vida independiente, donde el sector externo ha continuadojugando un papel preponderante, sino también debe leerse en su dimensión política, dado que el siglo XIX encontró aI Brasil altamente proclive aIos lazos con su ex metrópoli, con Londres y con Europa Occidental. Por supuesto que el proceso cambió especialmentedespués de Ia Primera Guerra Mundial, cuando los intereses políticos y económicos de Rio de Janeiro se orientaron hacia Washington. A su vez, actividades destinadas aI consumo interno, co' mo Ia ganadería tendieron a ser competitivas con los productores argentinos deI Litoral y Ia región pampeana, convirtiéndose en un obstáculo para un potencial proceso de integración de Ias econo' mias regionales y favorecieron el desencuentropolítico. 102 2. EI ocaso dei antiguo mundo colonial. Las relaciones con Gran Bretaõa y Europa Occidental Las guerras de Ia independencia Es interesante revisar el papel jugado por Ias grandes potencias durante Ias luchas por Ia independencia. No por muy debatido puedenegarse el hecho de que Ia aparición de Napoleón Bonaparteen el proceso revolucionario francés significó un giro en este último.El ejército francés, como bien refleja León Tolstoi en su novelaGuerra y paz, surcó de este a oeste a Eurasia con Ia pretensiónde dominarIa pero, al mismo tiempo, difimdió Ias ideas de libertad,igualdad y fraternidad más alIá deI Viejo Continente, con efectosinsospechados en el caso americano. Una de Ias primeras consecuencias de estaoleada libertaria sonó como campanazo trágico, que puso en alerta aIos senores duenos de Ia tierra de todo el Nuevo Mundo: Ia rebelión de esc1avosen el Santo Domingo francés. Esto se sumaba a episodios percibidos con temor por los intereses metropolitanocOloniales,que hacían peligrar el statu quo de Ias sociedades coloniales,como Ia independenciade Ias trece colonias británicas de Norteamérica.También en esos afios se dio el estallido de Túpac Amaru,proceso visto desde numerosos ángulos, que ha despertado un profuso y prolongado debate no concluido. Mientras que BoleslaoLewin25Ia ha valorado como un antecedente revolucionaria que inspiró Ias posteriores luchas por Ia independencia, existeIa convicción en otros historiadores, como Tulio Halperin ~onghi26de que en realidad fue un conflicto entre castas, que solo s~rviópara que en el Peru se tomara una posición contrarrevolucl0naria. ---2S 26~O:~lao Lewin: La rebelión de Tumpac Amaru. Buenos Aires, Editorial Hachette, 1957. u 10lIalperín Donghi, op. cito 103 11 Por nuestra parte consideramos que si bien es cierto que Ia élite peruana se volcó a una postura conservadora, y aunque Ios postulados dei movimiento tupamarista quizás nunca llegaron a plantear claramente el inicio de una Iucha por Ia independencia este estallido tuvo un impacto profundamente revulsivo en Ia so~ ciedad virreinal. Como consecuencia de este hecho, el Peruse mostró reticente a separarse de "Ia madre patria" por el temor aI potencial cambio social. Además hay que tener en cuenta los lazos económicos y políticos que ulÚana esta élite con Ia metrópoli. Por otra parte, Ia rebeIióndeilíderindígenaparece haber tenido un impacto importante en muchos dirigentes de Ia primera revolución que pudo sostenerse en América: Ia encabezada por Buenos Aires en el Virreinato dei Río de Ia Plata?7 A su vez, Manuel Belgrano colocó un sol inca en Ia bandera argentina, tratando de atraer a Ia lucha independentista a Ia población quechua y aymara. Además, cuando se discutía Ia foma de gobiemo que habria de tener Ia futura Argentina, propuso instaurar un régimen monárquico cuyo primer soberano seria un descendientede Túpac Amaru. Podríamos decir que Belgrano, a pesar de su ascendencia italiana, o precisamente por ella, comprendió Ia importancia de encontrar elementos de identificación y motivación para que Ia población de origen indígena y mestiza abrazara Ia causa de Ia revolución. Él creyó ver como posible motor de unidad Ia pertenencia étnica, es decir que pensó que por Ia exaltación de su arigen no europeo este importante sector social podria ser movilizado. Es probable que esa percepción no fuera tan desacertada, aunque no encontró eI modo de llegar a ellos, que vieron Ia lucha entre realistas y revolucionarios como un conflicto ajeno. Asimismo, Ias medidas que tomó en 1814 aboliendoIas fomas serviles con fuerte coacción extraeconómica en el Alto Peru no causaron el impacto deseado, porque para principias deI guo r 27 Ver Pedro de Angelis: Colección de obras y documentos relativos a Ia historia anil 71 y moderna de Ia Provincias dei Rio de Ia Pia ta. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 19 ' tomo VII. sigla XIX muchas de elIas ya no eran tan utilizadas y, por el contrario, sí despertaron el enojo de los criollos. Quizás por eso no encontró eco en Ia élite, que debatía en Tucumán en 1816 Ias posibilidades de declarar Ia independencia, su propuesta de monarquía indígena. Por supuesto, ni eI Río de Ia Plata estaba dispuesto a imponer una monarquía de dudoso linaje que podía arrastrarlo a vaya a saber qué compromisos con una población en su hinterland que Ia alejaba de sus vínculos con Ia rubia Albión, ni eI Alto Peru, ya de por sí poco a dispuesto subordinarse a Ias pretensiones de Ia ciudad-puerto de Buenos Aires, queria dar Ia menor cabida a estas castas recientementeaplastadas con Ia derrota dei movimientotupamaro. (,Era que Belgrano "deliraba" como se ha sostenido? (,O en realidad estaba dispuesto a darle un contenido social a Ia revoluciónindependentistaque pocos líderes estuvieron dispuestos a enfrentar? Algo parecidoocurriócon SimónBolívarque no encontróeco en Ia élite criollacuandointentóprofundizarlos cambios sociales.28 Sin duda los criollos de Ias ex colonias hispanas preferian identificarse con Europa y no con un pasado mestizo o indígena. ~Noserá que el convencimientoque tenía Ia mayoría de los revolucionarios de que había que establecer lazos 10 más fructíferos posibles en el plano económico y político con Gran Bretaiia, -y Europa-, enterró una posible vía de identificación en un pasado común precolombino, coartando una posible unidad en un nuevo marco que no sofocara Ia raíz mestiza? Podría decirse, entonces, que los vínculos existentes o potencialescon Europa crearon un polo de atracción que muchas veces no favoreció los procesos de integración latinoamericana y caribefia. Por otra parte, conviene sefialar que Ia solicitud de Napoleón Bonaparte ai rey borbón Carlos IV para que autorizara a Iastropas atravesar Espana desde Francia hacia Portugal culminó 2>! . Recordemos lndependencia que cuando Bolívar liberó a Ias e.~c1avos para incorporarias a Ia causa de Ia fue mal visto por Ia élite dei cacao. l 104 105 con consecuencias cruciales para Ias colonias americanas. La caída de Ia península ibérica en manos de los Bonaparte fue el detonante para que se iniciara el capítulo de Ias guerras de Ia independencia en Hispanoamérica, ai mismo tiempo que provocó Ia huida dei rey y Ia corte portuguesa hacia Brasil, dando lugar allí a una transición más larga, y sobre todo más incruenta hacia Ia independencia.29 Las guerras napoleónicas le permitieron a Gran Bretafia, que a Ia sazón ya había perdido Ias trece colonias, tener nuevas expectativas acerca de Ias colonias hispanas. En efecto, desde siempre Ia "reina de los mares" había codiciado Ias posesiones hispanas. Tras Ia Guerra de Sucesión Espafiola Inglaterra consiguió tener una presencia legal en el intercambio metropolitanocoloniat3°aunque se había valido dei contrabando como en el caso dei Río de Ia Plata donde lograba penetrar sus productos manufacturados y escIavos a cambio de metales altoperuanos. En 1806 y 1807 intentó hacerse dei virreinato rioplatense y fue derrotada por Ia propia acción de los colonos encabezados por el virrey de origen francés Liniers. EI cautiverio de Fernando VII aceleró 10 que ya se venía anunciando. Las fracasadas invasiones inglesas le perrnitieron madurar Ia idea de establecer lazos económicos más fructíferos con estas colonias. Es sabido que si bien dichos intentos de invasiones fueron un fracaso desde el punto de vista político y militar, resultaron fértiles en el mundo de los negocios, dejando lazos con sectores mercantiles en ambas ciudades-puerto: Buenos Aires y Montevideo. AI mismo tiempo, el Foreing Office de manera discreta colaboró con los planes de Francisco Miranda. Por ello, su política osciló entre el relacionamiento a través de los negocios y de Ia diplomacia, y Ia política de Ias cafíoneras a Ia que se recurrió cuando fallaban otros recursos. 29 Cuando Pedro I retomó a Ia península ihérica, dejó a su hijo gobemando pero tiempo después Pedro II se declararia independiente. 30 Esta presencia se sintió a través de Ia aprobación de los asientos. 106 a su nombr~, Simultáneamente, Londres siguió una sutil política de atracción de los jóvenes revolucionarios que se educaban en Europa a través de redes secretas, Ias logias, estableciendo vínculos políticos como también económicos. Mucho se ha debatido de Ia participación en Ias mismas de personajes tan destacados como SimónBolívar, José de San Martin y Bernardo O'Higgins. EI movirniento independentista latinoanlericano surge de Ias propias motivaciones internas de Ias élites criollas hispanoamericanas de cada región y recibe el estímulo a veces discreto a vecesmás explícito de Gran Bretafia. Por supuesto que esta actitud despierta el recelo de los Estados Unidos, que a través de Ia Doctrina Monroe (1823), que procIamaba "América para los americanos"y que muchos han traducido como "América para los norteamericanos",buscaban frenar no sólo Ia presencia activa de Gran Bretaiía, sino también otras aventuras encaradas por Ias grandes potencias en Ias, para ese entonces, ex colonias hispanoamencanas. Volviendoal periodo de efervescencia independentista recordemosque Ia Franda de Napoleón, antes de perder su armada en manos dei almirante Nelson, también había mirado con apetito .Ias colonias hispanas. A causa de ello, el virrey Liniers organiza Ia resistenciaa Ia invasión inglesa. Por eso también es reemplazado como virrey por Cisneros. Es debido a sus lazos con Francia que,haciendo valer su carisma, encabeza el bando contrarrevolucionario que se atrinchera en Córdoba para resistir el embate de Iastropas de Buenos Aires. Es por su devoción por Francia que fue fusilado como castigo ejemplar por organizar Ia resistencia a Iacausa de Ia revolución. . Ellargo capítulo de Ia independenciareconoce también Ia diversidadde cada una de Ias regiones. La guerra adquirió características extremadamente violentas -aunque toda guerra siempre es violenta- en el norte de América deI Sur. Bolívar tuvo que enfrentar una tenaz resistencia de Ias élites locales que vieron con Inalosojos muchos de sus movimientos que ponían en peligro su 107 status, a partir de 1816, trastocando Ia base misma de su Susten_ tación económica y política. Por su parte, México y Peru, que ya habían tenido que enfrentar rebeliones con fuerte contenido social como Ia de Hidalgo y Morelos, o Ia de Túpac Amaru respectivamente, trataron de mantener sus lazos con Ia corona espaiíola. No se resignaban a que por más que aguardaran Ia restauración de Fernando VII, su retorno era el canto deI cisne de un imperio que se hundía herido en el centro rnismo deI poder. Los sectores más c~nservadores de México y Peru sólo se convencieron de Ia infertilidad de sus es- 11 fuerzos cuando Ios liberales encabezados por Riego se hicieron fugazmente dei poder a principios de Ia década de 1820. Ambos bastiones realistas terminaron cediendo a Ia oleada separatista que concluyó en 1824. Sólo Cuba y Puerto Rico debieron esperar hasta fines deI siglo XIX para cortar los Iazos de subordinación a Espana. EUo fue el resultado dei auge de Ia economía de plantación azucarera - cuyo principal mercado ya eran los Estados Unidos- y Ias oportunas concesiones espanolas a Ia élite criolla de Ias Antillas espaiíolas, atemorizada por los recientes acontecimientos de Ia vecina isla de Haití. De allí que Ias conspiraciones anticolonialistas deI periodo,comoIa de Solesy Rayosde Bolívar(1823)en Ia islade Cuba, fracasaran estrepitosamente casi aI mismo tiempo que Ias gobiernos de Colombia y México abandonaban sus proyectos independentistas para Ias Antillas espanolas, debido a los cambias en Ia coyuntura internacional -fracaso de los planes de reconquista de Espana y Ia Santa Alianza- y Ias presiones de Inglaterra y Estados Unidos para no alterar el status quo caribeiío. Se puede afirmar que Ia principal ganadora en este proceso fue Gran Bretaiía. EI Foreign Ojjice osciló entre Ia actitud prudente y moderada, como el retraso en el reconocimiento de muchos de Ios procesos independentistas y Ia intervención armada, como 10prueban Ias variadas aventuras en Ias que participá sola o acompanada de otras potencias extracontinentales a 10largo deI siglo XIX. 108 Cuando Espana comprendió que estaba perdiendo en toda Ia línea, le ofreció prolongar Ia libertad de comercio a Gran Bretaiía -concedida en eI marco de Ia lucha contra Ia expansión napoleónica-a cambio de apoyar aios ejércitos hispanos en Ia represiónde Ia independencia:"Londres inició una política de doble aspecto. En el nivel oficial siguió instando a Ia corona espanola para que aceptara una mediación imparcial. Por otra parte, en el planosecreto, Ios dirigentes de Ia política inglesa alentaron y apoyaron aios luchadores por Ia independencia latinoamericana." Prontoquedó claro que Gran Bretana terminó apoyando a quienes le garantizaban Ia libertad de comercio. Por otro lado "los próceres de Ia independencia se aprovecharonde Ia ayuda inglesa, sin hacerse ilusiones sobre los motivos que Ia inspiraron, y también trataron de sacar ventajas de Ias contradicciones de intereses entre Ias potencias", como 10 hizo Bolívar, quien tendía a confiar más en Ia ayuda británica que Ia estadounidensepuesto que veia "con honda preocupación y desconfianzaIas tendencias expansionistas que se manifestaban en el país deI norte.,,31 Por otra parte, Ia primer república continental en constituirse, Estados Unidos, se convirtió en otro importante polo de atracciónen el proceso de independenciahispanoamericana. Es de destacar que el peso de Ia influencia estadounidense se dio sobre Iaspueblos indígenas en ellento y sistemático avance de Ia frontera hacia el Pacífico y se sintió con mucha más fuerza sobre el vecino México. Poco a poco, durante eI siglo XIX, se fue proyectando más y más en el continente, poniendo de manifiesto una fuerterivalidad con los británicos.32 (.Cuáles fueron Ias consecuencias de Ias guerras independentistasen Ias relaciones con Europa? Las ex colonias tuvieron quepasar un periodo de transición de duración variada para poder 31 C Demetrio Boersner: Relacione.~ internacionales 3Zaracas,Editorial Nueva Sociedad, 1990. de América Latina. Breve hi.~toria, LatiVer J. Fred Rippy: La rivalidad entre Estado.~ Unidos y Gran BretaFía por América na (1808-1830). Buenos Aires, EUDEBA, 1967. 109 li II Bli ",~, ! I:I~ i: ; reorganizar el espacio en nuevos estados que pudieran ser viables políticamente. En ese camino no sólo se enfrentaron regiones con proyectos contrapuestos, sino que Ias grandes potencias -incluido Estados Unidos que acrecentaba su territorio y su poder económi. co y político hemisférico- tendieron a intervenir en el diseiío re. gional, regulando el interjuego de Ias fuerzas económicas y políticas locales, intentando recuperar los territorios perdidos, marchando de manera conjunta o enfrentadas entre sí. II II 111 III La formación de los Estados nacionales y sus vínculos económicos y políticos con Europa !IIII Terminado el ciclo de Ias guerras de Ia independencia, si bien se aceptó que América Latina eligiera un camino propio políticamente, Ias grandes potencias velaron para que sus intereses económicos y políticos fueran respetados. Cuando consideraron necesaria Ia presión armada o Ia intervención directa, no dudaron en hacerlo. Por supuesto que cada capítulo tiene un contexto particular. Por ejemplo, Ia Banda Oriental del Uruguay fue Ia manzana de Ia discordia entre Ia Argentina y Brasil. Si bien es cierto que existía una vieja rivalidad entre los puertos de Buenos Aires y Montevideo, cuando el triunfo de Ias armas argentinas sobre Ias tropas brasileiías podría haber asegurado Ia integración argentinouruguaya, Ia hábil diplomacia británica favoreció Ia creación de un Estado tapón, favorable a sus intereses económicos,políticosy estratégicos en el estuario de Ia cuenca dei Plata. Desde el punto de vista económico, Ias guerras independentistas de Ias colonias hispanas dejaron sumida a Ia región en un contexto de inestabilidad política que, sumado al impacto económico negativo en el sector productivo, le dificultó, en un prÍl11er momento, Ia inserción en el mercado internacional y retrasó Ias posibilidades de atracción de capital. 33 En primer lugar, esto es uno de los aspectos que impidió a Ias jóvenes naciones lograr un desarrollo industrial autónomo, sumado a que no contaban con condiciones favorables previas en ese sentido, como sí había ocurrido con los Estados Unidos.34 En segundo término, su mercado interno estaba en un proceso muy rudimentario de organización, 10que se traducía en una demanda muy deprimida, puesto que o tenian pocos habitantes, como en el caso de Ias Provincias Unidas dei Rio de Ia Plata, o Ia pobIación, en su mayoría atadas a formas precapitalistas de producción (como Ia servidumbre y Ia esclavitud), no tenía una capacidad de consumo 10suficientemente alta como para favorecerun proceso de despegue autónomo. Inclusive, donde era fuerte Ia presencia de comunidades indígenas, éstas mante11ÍanaÚllmuchas actividades para el autoconsumo, restando posibilidades a Ia expansión de Ia demanda interna privada. A esto se sumaba Ia inestabilidadpolítica, como el caso de Colombia, agravada por el aislamientointerno entre sus disímiles regiones que dificuItaba eI procesode creación de un verdadero mercado nacional.35 De allí que por los propios condicionantes internos de Ias jóvenesnaciones en formación, sumado a Ia pujanza británica de Ia segunda mitad dei siglo XIX, con todos los bríos generados por Ia primera fase de Ia Revolución Industrial, Ias llevaron a un periodo postindependentista de aislamiento, para terminar arrojándoseaios brazos de Gran Bretaiía que, en especial a partir de Ia década de 1850, aprovechó sus oportunidades, seguida a gran distanciade Europa Occidental y de los Estados Unidos. Esto interfirióen muchos de los proyectos de integración regional. 33 Leandro Prados de Ia Escosura y Samuel Amaral: La independencia americana: ~onsecuenciaseconómicas, Madrid, Alianza Universidad, 1993. .~ un hecho que Ias colonias británicas de América dei Norte quedaron mejor f,OSIClonadas para lograr su propia via de industr~alización. LeanMarco Palacios: Las con.~ecuencia.~ económicas de Ia independencia dro Prados 110 de Ia Escosura y Samuel Amaral: op. cito en Colombia. En 111 II ill III11 Además, los pasos dados hacia Ia liberación de Ia economía no siempre dieron los frutos esperados por muchos de los dirigentes revolucionarios. En diferentes lugares, aquellas actividades que lograron sobrevivir a Ia crisis de Ias guerras civiles, tuvie. ron que soportar Ia competencia de productos manufacturados arribados desde el exterior, principalmente de Gran Bretafía, abortando Ia posibilidad de una vía autónoma de desarrollo económico. Esta determinó que más tarde que temprano los nuevos estados se inclinaran por concurrir con sus productos primarios aI mercado extemo en el deseo de equilibrar sus agotadas arcas.36 Hacia mediados deI siglo XIX Latinoamérica se fue vo1cando a Ia exportación de productos primarios de origen minero, agropecuario o a Ia agroindustria.37 Terminadas Ias guerras de Ia independencia, en general se dio una tendencia conservadora, preservándose en muchas regiones el orden económico y tributario colonial. Esto, muchas veces fue interpretado como Ia implementación de políticas arancelarias dirigidas ai proteccionismo y enfrentadas a Ias grandes potencias y de neto corte nacionalista. Sin embargo, Víctor Bulmer- Thomas descubre detrás de estas posturas Ia contradicción entre los intereses de Ia burguesía comercial y de los sectores financieros. "Los partidarios de libre comercio deseaban que Ias restricciones comerciales fuesen 10 más bajas posible, y sus argumentos fueron enérgicamente apoyados por los comerciantes extranjeros que se habían establecido en toda Ia región desde el derrumbe dei poder ibérico, y cuya razón de ser era Ia importación de bienes extranjeros. Los partidarios deI comercio exterior en general eran apoyados por los gobiemos, aunque debe recordarse que los accionistaS extranjeros (sobre todo británicos) tenían el interés opuesto, porque en muchos casos se suponía que el pago dei servicio de Ia deuda estaría garantizado por los ingresos aduanales. Además, sostiene que para comprender por qué el sector exportador no re- sultó tan rentable como se esperaba, 10 que ocurría era que Ia econo!11Íano exportadora no servía de complemento a ese sector en muchos lugares, puesto que "Ios nexos hacia atrás y hacia delante deI sector exportador con el resto de Ia econornía solían ser débiles, Y Ia demanda de bienes y servieios derivada de los ingresos podía ,,38 estimular 10 mismo Ias importaciones que Ia producción 36 Cardoso y Brignoli, op. cito 37 Uno de los productos no tradicionales que tuvo su auge en Ia década de 1850 fue el guallO en el Peru. ind Los .tratados comerciales que sobre todo Gran Bretana deseaba firmar con los estados &ra~endlentes solían verse como un compromiso aceptable, porque permitían mantener los vamenes a tasa que podían maximizar el ingreso." Victor Buhner-Thomas, loco cito 1I2 Ioca.I Asimismo, recordemos que América Latina y el Caribe continuaron siendo un escenario de lucha de Ias potencias europeas y de Estados Unidos. En ese sentido, un caso claro de Ia rivalidadbritánico estadounidense es el de Centroamérica. La guerra de Ia independencia desmanteló Ia red de distribución de Ias importacionesencabezada por los comerciantes de Guatemala a través de los productores de anil y de los adelantos de dinero a Ias autoridadeslocales. Esto ayudó a desestructurar el espacio colonialaI romperse los vínculos con Espana, pennitió Ia entrada de Ia competenciaruinosa de los panos británicos y reorientó Ia economía hacia el mercado extemo, impidiendo el éxito de Ia Confederación.Por otra parte, a partir de fines de Ia década de los cuarenta Ia región empezó a sentir el influjo de los Estados Unidos, lanzadoa Ia conquista de Ia costa deI Pacífico después deI arrebato de territorios a México (1848). Esto dio lugar a una reestructuraciónen función de los intereses estadounidenses en Ia región. .. Por otra parte, los países centroamericanos no contaban nI slquiera con un sistema bancario incipiente, dificultado por los limitesdifusos en cuanto a Ia tenencia de Ia tierra, impidiendo que Ia misma fuera tomada como garantía deI crédito. Gran parte de I~ tierras estaban en manos de Ias comunidades indígenas, los eJldosy Ia IgIesia, y fue por impulso de Ia principal actividad de exportaciónque se inició Ia refonna liberal dirigida a desestancar Iapropiedadterritorial, que permitió que muchas áreas pasaran a -38" 1I3 I~ 1f~"il li' .. I 1< ! II ,~ manos de propietarios individuales. Podríamos aquí subrayar que Ia vinculación con los mercados extemos -estadounidense y eUro_ peos, principalmente el británico-, a través de Ia producción y exportación deI café condicionó Ias nuevas relaciones sociales. AI respecto, Héctor Lindo-Fuentes sostiene: "Se trataba de un círculo vIrtuoso: el cultivo deI café proporcionaba los fondos para Ia transformación de Ias instituciones y, a su vez, Ia existencia de registros de propiedad y de leyes regulando el crédito hipotecario contribuía a mejorar el clima financiero y a permitir Ia creaciónde bancos, 10 cual financiaba nuevas fincas de café:" Este proceso fue dando lugar a Ia conformación deI incipiente sistema bancario primero en Costa Rica, luego en Guatemala y EI Salvador, que mucho más tarde se extendióa Nicaragua y Honduras.39 Uno de los primeros sectores que atrajo inversiones a partir de Ia segunda década del siglo XIX fue Ia minería, con excepción de varios países, entre ellos Paraguay.40Se calculan mversiones en toda Ia región por un monto total de 3.5 millonesde libras esterlinas, sin dar los resultados esperados.41 En México, el descenso de Ia producción de plata entre 1820 y fines de 1840 se tradujo en un gran esfuerzo de exportación de este metal que, sin embargo, no logró cubrir los costos de Ias importaciones crecientes de textiles procedentes de Gran Bretafia. Además, su esfuerzo por aumentar Ias entradas a través de exportaciones como el índigo, Ia cochinilla y el palo campecheno sólo no dieron los resultados esperados para recuperar rápidamente Ia economia por Ia baja de los precios en el mercado inter- li I :1 I, 11'1 I n l r' " l : Ir'~, , ' I,if \ ':I:i , I, " , ,1 111 ~ II I ' ' 1 1 , '1 . 'j: \\ 39 Héctor Lindo-Fuentes: Consecuencia.v económica.v de la independencia de Centroamérica. En Leandro Prados de Ia Escosura y Samuel Amaral, loc. cito 40 Conviene recordar el aislacionismo en el que hallaba Paraguay desde Ia declaración de su independencia.EI gobiemo de Asunción negoció con el argentino Juan Manuel de Rosas Ia salida de sus productos a través dei puerto de Buenos Aires. La figura de Gaspar Rodriguez de Francia, como Ias de sus sucesores Carlos Antonio López y Francisco S?lan~ López es muy polémica, y se centra en Ias formas de gobiemo y en Ias tormas de propleda de Ia tierra. Ver: León Pomer: La guerra del Paraguay. gran negocio, Buenos Aires, Ed. CaIden, 1968; Carlos Pastore: La lucha por la tierra en Paragllay, Asunción, 1972 Y Sergio Guerra Vilaboy: Paragllay: de la independencia a la dominación imperialista. A,unción, Carlos Schaumann Editor, 1991. 41 Se constituyeron 25 compaíÜas que en su mayoría quebraron. nacionalde los productos primarios,42sino que reforzaron los lazos con los mercados extemos no latinoamericanos. La otra consecuenciade esta imposibilidad de equilibrar el sector extemo fue que se debió requerir ~ada vez ~ás aI cré?ito, como ?ien s~ ha sostenidoen "Ia capacldad que tlene un paIS de financIar prestamoSal Estado depende de su provisión de reservas" y como Ia acumulaciónde estas bajaba, Ia primera consecuencia era que el mercadode valores mexicano era débil y mal organizado 10cual implicabaque debía recurrirse cada vez más al mercado extemo,43 beneficiandolos lazos con los centros financieros encabezados por Londres.Es importante destacar que en el caso de México Ia proximidadcon los Estados Unidos 10transformó en un interesante bocadoterritorial y económico. Sín duda, Ia producción minera con más presencia fue Ia deIa plata, que se vio perjudicada cuando Gran Bretafia adoptó el patrón oro. Por su parte, Chile se insertó en el mercado mundial, aprovechandoIa demanda creciente de cobre aI son de Ia RevoluciónIndustrial. Marco Palacios ha sefialado Ias siguientes etapas en Ia economíacolombiana: el periodo que va de 1821 a 1827 con mayor acento en medidas arancelarias de corte liberal debido a Ias necesidadesestratégicas de Ia alianza con Gran Bretafia. Un segundomomento proteccionista con Ia dictadura bolivariana y Ia disoluciónde Ia Gran Colombia. EI periodo que va de 1833 a 1845,cuando se implementa un proteccionismo moderado como respuestaa Ia doble crisis, fiscal y deI comercio exterior. Finalmentea partir de 1847 se produce una baja sustancial de Ias aranceiesextemos. El deseo de Ia élite criolla de mantener en sus manosel poder político obligó a Ias comerciantes británicos a tratar ~e adaptarse a Ias particularidades de Ia sociedad colombiana. La independenciano condujo al temido cambio de una élite imPortadorachapetona por una inglesa y se puede especular si acaso -42 ~chard lIIe Xlcan" 43 Ibid.a, 1. Salvucci y otros: "Las consecuencias económicas de Ia independencia en Leandro Prados de Ia Escosura y Sarnuel Amaral, loco cito ", :il 114 115 il 'I~ " ,]I I1 que el antibolivarismo de algunos grandes comerciantes bogotanos después de 1826-27 no se debió en parte a su temor a que Ias proclividades inglesas dei padre de Ia patria podrían conducirlo a conceder privilegios especiales a los comerciantes de aquella na. ción; pero a comienzos de Ia década de 1830 los manufactureros británicos y sus agentes comerciales ya conocían el reducido tamafío deI mercado colombiano, su costosa fragmentación geográ. fica y se habían familiarizado con el extendido sistema de sobor. nos de Ia administración de aduanas que los ob~igó en Ia década de 1820 a contratar intermediarios colombianos en los principales puertos. Además de Ias prácticas corruptas de Ias administraciones aduaneras, los comerciantes ingleses aprendieron que, por debajo de Ias leyes mercantiles e inclusive de los tratados internacionales de "comercio, navegación y amistad", los negocios se realizaban dentro deI marco institucional lentamente construido durante Ia colonia: el parentesco, el honor, Ias conexiones sociaIes y políticas tejían una maIla impenetrable para el forastero competidor.,>44Por último en este periodo el ritmo creciente de Ias importaciones de textiles británicos, que ya se ha sefialado, y Ia baja en Ia producción de oro en Popayán y Chocó, impulsó ai pequeno grupo de importadores a fomentar Ia agroexportación. Europa Occidental, Ia hegemonía británica y Ias aspiraciones de los Estados Unidos A partir de Ia segundamitad deI siglo XIX se terminangrosSO modo de conformar desde el punto de vista territorial los estados nacionales en América Latina y el Caribe. En eI camino quedará más de un intento integracionista, dejando a Ias jóvenes naciones sometidas al influjo deI mercado eh1erno, de los grandes centrOS 44 Marco Palacio: "Las consecuencias económicas de Ia independencia en Colombia." En Leandro Prados de Ia Escosura y Samuel Amaral, loco cito 116 financieros, además según los casos sentirán el impacto de Ias grandesmigraciones internacionales. Por su parte, Ias potencias no siempre separaron econornía de política en Ias relaciones que mantuvieron, y mantienen, eonAmérica Latina. Por eIlo, fueron testigo y parte en muchas de Ias luchas intestinas de Ias jóvenes naciones en formación, arbitrando en primera y en última instancia en su provecho. Existen múltiples ejemplos donde los intereses económicos guiaron Ias posturaspolíticas y Ia intervención armada de Ias grandes potenciasen Ia región, no sólo atentando contra su soberanía, sino tambiénabortando algunos intentos de integración regional. Esto Ilevó a acercamientoscircunstanciales de los países latinoamericanos y caribefioso a su distanciamiento efectivo. En muchos casos, Ia vieja pugna franco-británica, devino en alianza, ocasionalmente seguidos por Alemania o Italia. La nueva rivalidad se manifestó entre Gran Bretafia y los Estados Unidosa 10largo deI siglo XIX. Lo que acá nos interesa es que Iasgrandes potencias supieron aprovechar Ias desavenencias surgidasen Ias ex-colonias. EI divide y reinarás fue aplicado muchas vecescon suma habilidad, tal el caso de América Central que propusovarios proyectos integracionistas que culminaron en Ia fragmentaciónterritorial. Por ejemplo, el ideario de Francisco Morazánse inspiró en Estados Unidos. Lo cierto es que Gran Bretafía obrópara desactivarel proyectode Morazán.Para 1839 el conservadorCarrera, apoyado por el Foreign Office, logró desarticular Ia Confederación, quedando para Morazán únicamente EI ~alvador,por 10que debió huir al extranjero aI afio siguiente. Sus Ultentosde retomo terminaron en fracaso y con su fusilarnientoen 1842. La rivalidad estadounidense y británica Ilevó a Ia lucha por controlar Ias posibles vías interoceánicas entre el Atlántico y ~ Pac~fico por los istmos centroamericanos. De allí el Tratado all~o-Bidlack de Estados Unidos y Colombia (1846) que ~emutióai primero Ia utilización de Panamá como vía alternativa e tránsito, y Ia invasión de Ia Costa de los Mosquitos en Nicara. 117 II .., gua por los británicos en 1847 (reintegrada a Nicaragua en 1896). Casi al borde de un enfrentamiento violento, ambas potencias de. cidieron negociar el Tratado Clayton-Bulwer en 1850. A principios deI siglo XX, culminó en un empate entre Ias dos potencias rivales en el caso de Ia construcción deI canal de Panamá. Sin duda, Ia secesión de Panamá es un claro ejemplo deI imperialismo gestado en el siglo XIX. En México los Estados Unidos llevaron una clara ventaja, dado que devoraron una buena parte de su territorio. El caso de Texas, donde por momentos Ias pretensiones de \os colonos Ias llevaron a acercarse a Gran Bretafia, disparó desde Washington Ia doctrina deI Destino Manifiesto, cuando los angloamericanos re. c1amaron para sí el protagonismo de ejercer Ia hegemonía en todo el hemisferio occidental, enmarcado por supuesto en Ia Doctrina Monroe (1823), proceso que culminó con su anexión en 1845. A renglón seguido se produjo el enfrentamiento armado de los vecinos que terminó en Ia derrota de México y Ia firma deI Tratado de Guadalupe Hidalgo, reconociendo Ia pérdida de Texas, Nuevo México, Arizona, (hoy Colorado, Utah y California), 10 que equivale decir Ia mitad deI territorio que hasta ese momento tenía MéXICO. En Ias Provincias Unidas deI Río de Ia Plata bajo el gobiemo de Juan Manuel de Rosas, el primer golpe asestado por Gran Bretafia fue Ia ocupación de Malvinas, donde se apresó ai gobemador Vemet y aIos pocos funcionarios y habitantes que 10 acompafiaban, embarcándolos y remitiéndolos a Buenos Aires. Este acontecimiento ocurrido en 1833 vo1có a Ia Argentina a una posición irredentista a 10 largo de su existencia que llevó al breve y fracasado intento de reconquista en 1982 durante el gobierno de facto (1976-1983). Poco después, a raíz de Ia política proteccionista de R~sas, elevando los aranceles a Ias importaciones en 1835, FranC1a hizo reclamaciones frente aI gobiemo argentino. Los gestoS de hostilidad mutua fueron en aumento hasta que en 1838 Ia escuadra francesa bloqueó el puerto de Buenos Aires para garantizar Ia 118 "protección de sus ciudadanos", léase de sus intereses, sin poder imponersea Juan Manuel de Rosas, y ayudando a sus opositores. Ai mismo tiempo se producía el bloqueo a Montevideo por Ias tropas francesas que se retiraron en 1840. Esto permitió que el uruguayo Oribe, apoyado por Rosas, triunfara sobre Rívera en Ia campifiaoriental, y con Ias tropas argentinas sitiara Montevideo. EUodesató Ia ira británica, que en compafiía de los franceses, volvióa bloquear el Plata en 1845 sin mayor éxito. Cuando Urquiza quedó a Ia cabeza de Ia Confederación Argentina,tras derrotar a Rosas -que se refugió en tierras británicas-, tuvo que enfrentar Ia secesión de Buenos Aires. Francia y Gran Bretafia 10apoyaron pensando que era mejor para sus intereses,si bien nunca cortaron sus relaciones con el gobiemo portefio. Por otra parte, cuando Buenos Aires fue derrotada en los camposde batalla, supo negociar su posición política y modificó Ia constituciónde 1853 para reingresar en Ia Confederación. Las grandes potencias extracontinentales vieron con buenos ojos el proceso reunificador. Para esa época una de Ias demandas más importantesde los británicos era garantizar Ia libre navegación de Iasrios. No tenían un buen recuerdo de los intentos de control de Ia cuenca deI Plata del periodo rosista, y este reclamo había sido contempladoen Ia Constitución de 1853. Sin embargo,con Ia extensiónde Ias vías férreas, comenzadas a construir en Ia década de 1860,Ia entrada de Ios barcos perdió importancia, pues el tendido de Ia red ferroviaria en forma radial, uniendo eI interior con BuenosAires, sin favorecer Ia integración regional, permitió Ia salida deIasproductos primarios hacia los mercados de ultramar por Ios doso tres puertos más importantes y garantizó Ia distribución de IasÍlnportacionesentodo el territorio. Por su parte, Ia Gran Colombia bolivariana se desintegró definitivamenteen 1830, dando lugar a Venezuela,Nueva Granad~y Ecuador, países que terminaron vinculados con sus exportaClonesa Europa a cambio de productos manufacturados británicos,franceses,holandeses yalemanes. 119 En 1847 " li' r II I!I\ 1I illl n li. .' I I: . m1i~~ : 11'1 'I, Madrid decidió encarar una aventura de cone netamente colonial sobre el Ecuador. Esto despertó Ia reacción de algunos de sus vecinos. Por ello, el gobiemo peruano convocó el Congreso Americano en Lima entre el 11 de diciembre de 1847 y ell° de marzo de 1848, aI que asistieron los países deI Pacífico: el propio Peru, Ecuador, Chile, Bolivia y Nueva Granada, no así aquellos con litoral sobre el Atlántico, ligados aios intereses de Londres: Venezuela, Ia Confederación Argentina y Brasil. Si bien no tuvo mayor proyección, es un antecedente il1).portante de acercamiento, dado que firmaron un tratado de confederación y navegación, un convenio consular y una convención postal. Para Demetrio Boersner estos intentos fracasaron no sólo por el caudillismo y el regionalismo semifeudal en el interior de cada república y el accionar imperialista de Ias grandes potencias, sino también a causa deI "patrón de Ias relaciones comerciales semicoloniales hacia que los grupos dirigentes de los países de Latinoamérica miraran hacia los centros hegemónicosultramarinos y desdefiaran el acercamiento y Ia unión con sus vecinos. Además, existia una creciente rivalidad, derivada de los vínculos de dependencia ante el comercio inglés, entre los diversos puertos deI Pacífico, constituyendo esto un factor de división en Ias relaciones entre los países de Ia costa occidental de Sudamérica.,,45 Respecto de Brasil, Ia diferencia de óptica con Gran Bretana no sólo se manifestó en Ia creación dei Uruguay como Estado tapón que evitara Ia confrontación argentino-brasilefia en el estuario dei Plata, como también Ia posibilidad de que alguno de los antagonistas terminaran por controlar de manera completa Ia cuenca, sino que se puso en evidencia también en el ámbito de Ia trata de esclavos. Gran Bretana, con fuertes intereses en Ia costa africana, veía ahora con maIos ojos este comercio de hombres que sí había practicado a Ia par de los portugueses durante el periodo colonial. Esto llevó a un breve periodo de enfrentamiento a Río de Janeiro Y Londres, que culminó en 1850.46 La vía aislacionista paraguaya nunca fue bien vista por Ias grandes potencias. Carlos Antonio López tuvo que enfrentar una fallida conspiración en su contra encabezada por Canstatt quien,cuando fue apresado, reclamó el apoyo británico haciendo valer sus antepasados ingleses.47En 1855 López, en su deseo de "acelerar el aumento de Ia población y de mejorar Ia agricultura" aprobó el contrato de inrnigración para crear Ia colonia Nueva Burdeos,a Ia que concurrieron unos cuatrocientos franceses originarios de Ia ciudad puerto de Burdeos. Finalmente ésta fue abandonadapor Ia resistencia de Ia población loca1.48 En 1860 Espana inició un abortado intento de reconquista de sus antiguas posesiones en Ia República Dominicana y en Ias islas deI Pacífico ubicadas frente a Ia costas dei Peru. Es interesantepues Ia aventura hispana no sólo frena los enfrentamientos intestinosen el Peru, sino que produce una breve alianza entre Chile,Bolivia y Ecuador. Otro capítulo se dio cuando el segundo imperio, utilizando el pretexto de una deuda impaga terminó invadiendo México. Esta aventura iniciada con Ia ocupación de Veracruz con fuerzas de Francia, Gran Bretafia y Espana en 1862, finaliza con Ia aventura de Maximiliano. Autoproclamado emperador, mal visto por Estados Unidos y finalmente abandonado por París, termina fusiladoa manos de Juárez en una verdadera segunda guerra por 4. En 1817 Londres con.~iguió que aI norte deI Ecuador, Portugal y Gran Bretaiía trabajaran a favor de Ia prohibición dei tráfico de esclavos. AI reconocer Ia independencia dei Brasil (1825), renovó Ias presiones. En 1826 firmó un tratado adicional que establecia Ia supresión detinitiva de Ia trata, y Ia posterior liberación de los esclavos importados ilegalmente luego de esa fecha. Sin embargo, los intereses de los latifundistas dei azúcar y el cate impidieron ~ue este objetivo fuera alcanzado. Por ello, en 1833 el comercio de esclavos en manos de r.::rtugal creció. En 1845 el gobierno brasileiío denunció el tratado de 1826, por 10 cual n~res aprobó Ia Ley Aberdeen, asumiendo Gran Bretaiía el papel de gendarme dei tráfico ~anno. Entonces, el gobierno brasileiío restringió Ia navegación británica por el Amazonas y ~ 45 Demetrio Boersner, loco cito 120 ~o Paraná. 13 abolición definitiva de Ia esclavitud tuvo que esperar nn tiempo todavia. 47 Le~ Aberdeen se derogó y se restablecieron Ias relaciones brasileiío-británicas. 4' on Pomer, op. cito Carlos Pastore, loco cito 121 I " fll II li Ia independencia en 1866. Para Halperin Donghi, Ia principal cansecuencia de esta intervención extracontinental es que el fusila. miento de Maximiliano terminó legitimando a Ia república mexicana. EI caso peruano es muy ilustrativo dei papel jugado por Ias grandespotencias. Ya en 1837 eI proyecto de unificación de Ia Confederación Peruano Boliviana de Andrés Santa de Cruz desembocó en Ia guerra contra Chile y Ia Argentina. La desconfian_ za entre estos dos últimos impidió un acercamiento efectivo, dejando heridas abiertas entre Chile y sus oponentesperuanos y bo. livianos. Asi, el ejército argentino fue derrotado por Ia Confederación, mientras que Chile salió victorioso en 1839. Es decir, que los propios receios entre los vecinos, más interesados en mantener sus vínculos con Ias centros de poder económico y político, hicieron naufragar este intento integracionista de ambos países andinos. ,di 11 1,\11 I lI! n DI !: 'I t\ .ílijl I 1111! 11\11 I' I "I · II: lI! "I II nas" . 'I1'111" li I m 11 [:111 li La producción dei guano en Peru, entre 1840 y 1879, según Nelson Manrique tuvo un efecto disociador entre este país y . Bolivia. En Bolivia, sostiene, "Ia alianza entre capital chileno e inglés es Ia que va a permitir Ia construcción dei ferrocarril hasta Uyuni, y su extensión hasta Oruro, privilegiando al puerto de Antofagasta, incluso con tarifas arancelarias diferenciales que van a castigar con el 30% Ias importaciones que vienen via MoIlendo desde el Peru, con 10 cual a Ia vuelta de 20 afios el grueso dei comercio externo podia entrar por Antofagasta y se va romper Ia tradicional unidad entre Perú y Bolivia, que articulaba a ambos, primero a través de Ia plata, y posteriormente a través de Ias la- rninaron impulsando Ia Ilamada Guerra deI Pacífico (1879-1883) que dejó a Bolivia sin salida al mar y con graves problemas económicosy políticos a largo plazo.49 Las guerras de independencia de Cuba, desarroIladas primero entre 1868 y 1878 Y después a partir de 1895, concluyeron en 1898 con Ia intervención de Estados Unidos en el conflicto cubano-espafiol.Como resultado de elIo, Ia isla quedó liberada de sus antiguos lazos coloniales con Espafia, pero subordinada política y económicamente a los Estados Unidos. Este resultado se consiguió con Ia imposición por el gobierno norteamericano a Ia recién estrenada República de Cuba de Ia Enrnienda Platt como apéndice a Ia Constitución de 1901. Era el anuncio deI próximo cambio de liderazgo mundial: Ia definitiva declinación británica y el futuro apogeo estadounidense, tras Ia finalización de Ia Gran Guerra (1914-1918), proceso que se consolidaria tras Ia Segunda Guerra Mundial. Entre los primeros episodios de Ia rivalidad entre Estados Unidos e Inglaterra estuvo el enfrentamiento con motivo de los problemasfronterizos entre Ia Guayana británica y Venezuela,que determinaron el envió por el gobierno de Estados Unidos de Ia nota Olneyen 1895, que acusaba a Inglaterra de violar Ia doctrina Monroe. Los siguientes pasos de esa ofensiva norteamericana estuvieron relacionados con Ia firma con Inglaterra deI Tratado Hay-Pauncefote(1901), que dio luz verde a Estados Unidos para apaderarse de Panamá (1903) y concluir Ia vía canalera iniciada por los franceses a fines deI sigla XIX, asi como lIevar después I t" Cuando tiempo después, Ias dificultades econórnicas dei gobierno peruan(), debidas a Ia declinación de Ia demanda de guano en el mercado internacional, favorecieron Ia búsqueda de una alternativa econórnica en Ia explotación y posterior exportación deI salitre, Ias intereses europeos, principalmente británicos -y con muy poca injerencia estadounidense- representados a través de operadores chilenos en el territorio costero peruano-boliviano ter- 4' ~ara ayudar a comprender Ia visión que los europeos tienen acerca de nuestros países ~nvlene recordar que en alusión a Ias consecuencias de un supuesto alejamiento dei p ERCOSUR de Europa, Lord Garel Jones, ex canciller británico y asesor de Ia British peu:oleum sostuvo que cuando el general boliviano Melgarejo, afios antes de Ia GueITa dei ac::~co, expulsó de su país ai embajador británico desnudo y montado en una mula, y "Ia :hcla lIegó a Ia reina, su Majestad ordenó borrar a Bolivia dei mapa." Dichas declaraciones C ero? realizadas en el marco dei encuentro entre MERCOSUR y Ia UE organizado por Ia anmng House en Buenos Aires, tratando de establecer un paralelismo acerca de Ias ~~ecuencias que traería un supuesto alejamiento de MERCOSUR emayo de 1999. de Europa. En Clarín, 11:1, :]:-.. 111 I:fi 122 123 J .'" \I! il I' , I I,I , I lil, ,,1\. 11. ,li ')I. 1'\ I I !i' I' I'j I.. I adelante una serie de intervenciones militares en el Caribe y Centroamérica bajo el amparo deI corolario Roosevelt (1904) a Ia doctrina Monroe. Surgida como una respuesta de Ia diplomacia norteamericana frente al descarnado bloqueo ítalo-británico_ germano aI insolvente gobierno venezolano de Cipriano Castro, produjo también Ia decIaración deI argentino Drago que en 1902 sostuvo que el hecho de no pagar Ia deuda externa no daba derecho a una intervención armada. No obstante, Ia primera víctima de Ia aplicación deI corolario Roosevelt fue Ia República Dominicana (1905), a Ia que seguirian otras intervenciones militares norteamericanas, entre ellas Nicaragua (1909), México (1914 y 1917), Haiti (1915) y Santo Domingo (1916). Como parte de esa ofensiva desenfrenada, Estados Unidos logró convertir aI Caribe en un verdadero mare nostrum norteamericano, oscilando entre Ia política deI big stick y los más sutiles mecanismos de Ia dominación económica, léase diplomacia deI dólar. Esa política agresiva, típica de una potencia que llegaba tarde aI reparto deI mundo, terminó por convertir a los países de Ia región en un rosario de repúblicas bananeras o en simples eslabones de una cadena de virtuales protectorados sometidos al control económico -ytambién político- estadounidense. fl\ II '11!] r I ,I , Las relaciones económicas con Europa hasta Ia Primera Guerra Mundial ! I 'li :11 I \1: I II 11 A partir de 1840 Gran Bretaiía y Ias grandes potencias se proveían, de productos primarios de América Latina y el Caribe y, a cambio, entregaban productos manufacturados y capitales, etapa que Halperín Donghi llama nuevo pacto neocolonial. Por SUo puesto esta fue también una relación asimétrica que incIinaba Ias platillos a favor de 10spaíses industrializados. Así, Gran Bretafia se transformó en Ia principal compradora de Chile, Peru, Brasil Y 124 Uruguay, mientras que Argentina, Nueva Granada, Venezuela y México encontraron otros destinos. Por ejemplo los productos argentinos se dirigieron a los mercados belga, francés y espano!. AI mismo tiempo, Londres mantuvo su preeminencia en el sector bancario Y financiero que se cristalizó en Ia cantidad de bancos británicos que se instalaron en América Latina a partir de Ia década de 1860. Además, hacia fines de Ia centuria Gran Bretafia, Francia, Alemania y Estados Unidos concentraban alrededor deI 60% de Ias exportaciones e importaciones mundiales. Eric Hobsbawm considera que estos vínculos transformaron a países como Ia Argentina, Brasil o Chile en colonias informales de Gran Bretaiía. Otros Ia han denominadorelación semicolonial.50EI modelo de crecimiento hacia fuera fue visto como negativo por los pensadores de Ia Comisión Económica para Ia América Latina (CEPAL)y por Ia teoria de Ia dependencia.51 En cambio, Bulmer-Thomas no ve como negativo Ia que él llama modelo de desarrollo guiado por Ias exportaciones, porque: 1. En un primer momento Ia exportación de productos alimentarias primarias e industrializados creció al son deI desaTrollode los países industrializados. 2. La industrialización transferia recursos deI sector agrario a Ias manufacturas y población deI campo a Ia ciudad. Por ello Gran Bretaíia bajó sus barreras arancelarias a Ia importación agroalimentaria favoreciendo a AméricaLatina. Recién a fines deI siglo Europa colocaría barreras arancelarias a Ias importaciones. 3. Elliberalismo permitió en el siglo XIX Ia entrada de mercaderias latinoamericanas. 4. A medida que crecían Ias exportaciones hacia Europa, América Latina aumentabaIas importaciones procedentes de ese destino reforzando esta relación. Sostiene, que hacia mediados deI siglo XIX existia en Latinoamérica un consenso a favor de este modelo. Asi$0 " Demetrio Boersner, loco cito Ver entre otros Fernando ;". América Latina, Henrique México, Cardoso Siglo ~tlnoamericano y Ia teoria dei desarrollo., ardoso y Héctor Pérez Brignoli, op. cito y Enzo Faletto: XXI, 1969; Buenos Dependencia Sunkel Aires, Siglo y paz: XXI, y desarrollo EI 1973 de.mrrollo Y Ciro F. S. 125 II 1' ! 1 1.I I,; ron aquellos ligados a Ia posesión de Ia tierra, que entrecruzaban sus lazos con los sectores de Ia industria agroalimentaria, recibiendo un fuerte aporte de capitales externos procedentes de Ias grandespotencias, en forma directa para su actividad, en obras de infraestructura o en créditos. En el caso dei Paraguay, tras Ia guerra su soberania quedó muy debilitada bajo Ia tutela de Brasil, que pasóa jugar un papel determinante en el ámbito socioeconómicoy político. C. Suter realiza una interesante puesta a punto de los análisis referidos a Ias relaciones entre Europa y Latinoamérica. SefíaIaque si bien existen Ios trabajos que tratan acerca de Ias relacionesde Francia, Alemania o Estados Unidos con América Latina no alcanzan Ia cantidad y profundidad de los dedicados a esas relaciones con Gran Bretafia. En segundo término sostiene que se pueden encontrar cuatro orientaciones principales en Ias investigacionesrelacionadas con los ciclos económicos:53I. EI estudiode Ias fluctuaciones en los movimientos internacionales de capital(cicloslong swings o Kuznetsde 15 a 20 afios),que vinculanel comercio exterior, los movimientos de población, Ias actividadesde construcción y Ia inversión extranjera. 2. Se toman en cuentalos ciclos de inversión extranjera (ciclos Kondratieff de 50 afios),que se centran en Ia deuda pública, en especial durante Ia primeramitad dei siglo XIX. 3. Se consideran los ciclos de liderazgomundial centrados en patrones de regulación de crisis de Ia relaciónentre acreedores y deudores. En este sentido hay trabajos q~esostienen que "Ias crisis financieras internacionales se negoClanconmayor rapidez en Ias fases hegemónicas que en los perio~osde rivalidad de núcleos, puesto que Ia potencia mundial está Interesadaen mantener Ia estabilidad financiera." Por el contrario, cUandoexiste una estructura de poder mundial "multicéntrica" Sonmayores Ias presiones sobre los países deudores. Otro rasgo quereconocenes el mayor intervencionismode Ia hegemonía esta- mismo, "Ios países que adoptaron políticas congruentes a favor dei desarrollo basado en Ias exportaciones fueron en general los más beneficiados por Ia lotería de bienes, como Chile, con el cobre, o Ia Argentina y Cuba, con puertos bien establecidos en el Atlántico." Uno de los problemas que sefiala este autor es que para sustentar este modelo era necesario mantener una tasa creciente de Ias exportaciones, pero esto no fue posible por los comportamientos cíclicos de los mercados. A esto se sumaban otros acontecimientos que impactaban de manera fuert~mente negativa, como Ia Guerra de Secesión estadounidense (década 1860), Ia guerra francoprusiana (1870), o Ia crisis británica de 1890. A su vez Ia creciente presencia que muchos países latinoamericanos llegaron a ganar en el mercado internacional sustentada en sus exportaciones, tenía como contracara el aumento de Ias importaciones, 10cual, a largo plazo, era dificil de mantener. Entonces,Ia única alternativa de este cuello de botella de su sector externo era Ia diversificación de sus exportaciones y multiplicar sus mercados. En ese sentido, pocos fueron los países que para Bulmer Thomas resultaron exitosos: uno de ellos fue Peru, que despuésde Ia Guerra dei Pacífico, tras Ia declinación de Ia exportación de guano, se diversificó exportando azúcar, algodón, café, plata, cobre, caucho y lana de alpaca y ovina. También opina que Paraguay, tras Ia Guerra de Ia Triple Alianza, logró articular Ias economias regionales sobre Ia base de Ia exportación de yerba mate, tabaco, maderas, cueros, carne y extracto de quebracho. Considera que Ia Argentina fue Ia más exitosa aI ampliar su gama agroexportadora con trigo, linaza, centeno, cebada, maíz, carne congelada y refrigerada, corderos, lana y cueros, representando casi el 30% de los ingresos totales latinoamericanos por exportaciónteniendo sólo el 9.5% de los habitantes de Ia región.52Por supuesto que este análisis al hablar de Paraguay, Peru o Argentina, no toma en cuenta los sectores que se beneficiaron en el seno de estos países, ni cuáles se vieron perjudicados. Evidentemente se beneficia- -SJ S2 Víctor Bulmer- Thomas, loc. cito liob~~bien existe un fuerte debate acerca de Ia existencia o no de los ciclos económicos, que lraba' awm en La era dei imperio intenta saldar hablando de "ritmos.", 10 cierto es que estos ~os Contribuyen aI análisis de Ias tendencias observada5 en el campo de Ia economia. 126 127 dounidense en ese sentido comparada con Ia postura británica de. cimonónica. 4. Se subraya el carácter irregular de los patrones cíclicos en Ia inversión extranjera. AI respecto Kindleberger sos. tiene que en los periodos de auge de préstamos los inversionistas son atraídos a Ia especulación, llevando aI sistema financiero a Ia fragilidad y a Ias crisis. 54 Además, estos trabajos pueden peffi1itirnos reconocer Ia existencia de tendencias en Ias relaciones de América Latina y el Caribe con los principales centros económicos, En este caso que. dan verificadas Ias relaciones con Londres y los déstinos de estos flujos de capital. Como sostiene C. Marichal, "si bien es claro que Ias inversiones y préstamos británicos estaban distribuidos de ma. nera extensiva (a 10 largo de América Latina) en 10s decenios de 1860 y 1879, entre 1880 y 1914 se concentraron en cinco países: Argentina, Brasil, México, Chile y Cuba. ,,55 También deja abierto al debate 10s siguientes postulados: los llamados ciclos de expansión económica de los sectores exportadores latinoamericanos reforzaron los lazos con los centros hegemónicos en lugar de favorecer Ia integración entre los países del continente. Dei mismo modo, los momentos de contracción económica provocaron una situación de debilidad aios regímenes populistas, dando lugar a una sucesión de gobiernos débiles. Suter trata de encontrar estos vínculos en los casos dei Peru y Ia Argen- 'l !" !I.,. I II II tina. 56 Partiendo de esta base se podría hacer Ia siguiente pregunta: si 10s momentos de expansión económica permitieron un reforzamiento de 10s lazos con Ias grandes potencias -principalmente Gran Bretafia y Alemania para el siglo XIX, y por supuesto Estados Unidos- l,podria sostenerse que los momentos de crisis son oportunos para impulsar proyectos de integración regional? l,O ~4 Cf. Christian Suter: "Las tluctuaciones cícIicas en Ias inversiones extranjeras en 1850. 1930. EI debate histórico y el caso latinoamericano". En Carlos Marichal (coord.): Las inversiones extranjeras en América Latina. 1850.1930. Nuevos debates y problemas en historia económica comparada, México, FCE, 1995. ~5 Carlos Marichal (coord.): loco cito 56 ChristÍ<m Suter, loco cito I I 128 por el contrario, Ias crisis refuerzan los vínculos con los centros depoder POlítICOY económico? Sin duda. 10sprocesos económicos y políticos latinoamencanos sintieron el efluvio de aquellos centros con los que estaban en mayor o menor medida relacionados. Tal como se ha sefíalado, en 1870 Ia guerra entre Francia y Prusia perturbó Ias importaciones francesas durante Ia primera mitad de los setenta; Ia crisis financiera de 1890 también se hizo sentir en Ias importaciones de ese origen enlos países latinoamericanos vinculados a Londres. l,Cómo era Ia situación en los prolegómenos de Ia Primera Guerra Mundial? Gran Bretafía era el principal destino para Argentina, Bolivia, Chile y PerÚ. Francia -que 10 redistribuía a otros destinos de Europa- 10 era para Ecuador, Haití y Venezuela. EI mercado alemán recibía productos de Guatemala, Paraguay y Uruguay. Asimismo, 11 de los 21 países de América Latina habían transfornmdo a los Estados Unidos como su principal mercado: Honduras, Panamá y Puerto Rico colocaban alrededor deI 80% de sus productos en el mercado deI norte, Cuba y México, más dei 70% y Colombia y Brasil destinaban allí Ia mayor parte de Ias exportaciones de café, dado que Ias británicos mantenían su tradicional consumo de té asiático. En cuanto a Ias importaciones, Gran Bretafía también fue siendo sustituida por Francia, Alemania y Estados Unidos. Entre 1910 y 1913, el primer lugar en América Latina 10 tenía EE.UU. con 3.052.9 millones de dólares, seguido por Gran Bretafía con 2.383.5 millones, Alemania con 1.473.1millones y Francia con 874.4 millones.57 Otro elemento que reforzaba los lazos con Londres. como bien sefíala Bulmer- Thomas, era Ia vigencia dei patrón oro. "La adopción dei patrón oro y Ia plena convertibilidad de Ia moneda entre Ias naciones industrializadas hizo que los países latinoamericanos no tuviesen ninguna razón para equilibrar su comercio bilateral." " La .George F.W. Young: "Los bancos alemanes V Ia inversión directa alemana en América tina, 1880-1930". En Carlos Marichal (coord.)~ loco cit. 129 I ... :~i II 'li . ,." 'fir., '1 ~ i . :it . li ' 11 '~:; ,~! 1 ! 1 ' 58 J 'li Marichal j .1 , ,1 i,l . 130 1' .: 1. '" ~ . ! "li' i' ,li,I . . 1. I \i.: Frédéric Mauro: "Las empresas Iranccsas y América Latina, 1850-1930", (coord.). loco cito en Carlas CAT~enninada Ia guerra los principales bancos alemanes que tenían participación en Ia co r venden una parte de sus acciones aios banqueros espaiioles, receptores durante Ia n lenda de capitales alemanes. En 1920 se transformo en Ia Compaiiía Hispana Americana I . ~,11 1 -- , 11 .1 BuenosAires (Argentina) por el Deutsche Bank en 1886, el primeroen toda Ia región; el préstamo para el argentino Banco NaciOnal(1887) Y los créditos para Brasil y Chile de 1888-1889. A partir de 1887 se fueron abriendo bancos con Ia activa participación alemana. Ese afio el Deutsche Bank participa en el Banco AlemánTransatlántico, aI afio siguiente se abre en Río de Janeiro (Brasil) el Banco Brasileiío Alemán donde está involucrado el Disconto Gesellschaft, que en 1889 establece una sociedad en comanditaen Ia Argentina con el empresario Ernesto Tornquist. En 1895 se abre, también con intervención deI Disconto Gesellschaft, el Banco de Chile y Alemania, en Chile, naturalmente, y en 1902 el Banco Alemán Transatlántico de Ia Argentina se extendióa México. En cuanto a Ia inversión directa, se destinó en un primer momentoaios ferrocarriles sin grandes éxitos. En un segundo momentose dirigió a tranvías y electricidad, donde compitieron exitosamentecon los británicos. En 1895 Siemens abrió oficinas en Brasil y México. A su vez los gobiernos municipales de Buenos Aires y Santiago de Chile habilitaron a Ia AEG, institución financierade Ia Siemens, para que abriera estaciones generadoras de electricidad. En Ia Argentina Ia nueva compaiíía se llamó CompaiííaAlemana Transatlántica de Electricidad (CATE) que Uegóa actuar de maneramonopólicay se convirtióen Ia mayor inversiónalemana de ultramar. Fue tal su poder que en 1907 adquirióIa mayor cantidad de compafiíastranviarias de Ia ciudad de BuenosAires. En Chile compró dos empresas eléctricas en San": tiago (1905) y Valparaíso (1906). Así en Ia Argentina, Chile y BrasilIas compafiías de electricidad alemana se transformaron en Iastres más importantes deI exterior. Hacia 1914 los dos tercios de Ia inversión directa germana se distribuían así: 8% en bancos, 24,3% en servieios públicos, 30,4% en casas comerciales, 2,6% enplantacionesy ranchos y 2,2% en minería.59 5. ,1111 , . 'I . ' I I! I ' ,1 ; 1 . 1. . 11 1, ,'II,J I EI segundo exportador de capitales a Ia región detrás de Gran Bretafia en el periodo 1880-1890 fue Francia, particular_ mente por Ia baja de Ias tasas de interés en Europa como conse_ cuencia de Ia crisis de 1873. Estos capitales se destinaron espe_ cialmente aI sector público. En Ia Bolsa de París se realizó en este periodo una emisión de títulos para los países latinoamericanos con un promedio de 340 millones de francos anuales. En el caso específico de Ia construcción deI canal de Panamá se emitieron 225 millones de francos en acciones y 710 millones en obligacio_ nes. Entre 1890 y 1900, el impacto de Ia dep"resióneconómica redujo el flujo de inversiones a un promedio de 100 millonesde francos anuales, sintiéndose Ia recuperación entre 1900 y 1914. Esta vez los capitales, en lugar de dirigirse mayoritariamente aI sector público, fueron en un 70% aI privado. Los principales destinos fueron Ia Argentina y Brasil, que entre 1902 y 1913 concentraron alrededor de Ia mitad de Ias inversiones de Ia región.58 Alemania que, tras su tardía unificación lidereada por Prusia, había entrado en un acelerado proceso de industrialización, estaba en condiciones en Ia segunda mitad de Ia década de 1880 de comenzar a competir exitosamente frente a Ias grandes potencias. Si bien siente el impacto de Ia crisis de 1890, hacia 1914 su presencia crece hasta colocarse en el tercer lugar detrás de Gran Bretafia y Francia. Para ese momento América Latina recibía el 16% de Ias inversiones alemanas en el extranjero, el 18,5% de Ias de origen británico y e117,7% de Ias provenientesde Francia. En cuanto aI comercio, entre 1910 y 1913 Alemania era tercera tras los Estados Unidos y Gran Bretaiía, seguida por Francia. Además, los principales destinos de esta inversión entre los países latinoamericanos eran Argentina, Brasil, Chile y México. También en esos cuatro países concentraba en 1890 el 87,8% del comercio regional. Uno de los sectores más dinámicos fue el sector bancaria, como 10 demuestran los préstamos otorgados a Ia provincia de ~ )31 I I I ll~,I ilij'll i Podría concluirse que en Ia medida que los países de América Latina y eI Caribe establecieron fuertes lazos econól11i. cos con Europa, pocas fueron Ias posibilidades de poner en mar. cha otras alternativas integracionistas estrictamente latinoameri. canas. En otras palabras, esta fuerte dependencia de Londres, el acrecentamiento deI papel de los Estados Unidos en el hemisferio sumado a Ia aparición en Ia propia Europa de competidores exito~ sos como Francia y Alemania pusieron en eI escenario internacio. nal importantes polos de atracción que obsta?ulizaron los proyectos de inspiración bolivariana. " - ' 'I! I' Idl ! " ' ., illj 1I 1 :1I ~: ;I ~!; lil i 'I ri '1 'I!"! 1'1',I; .ll~ de Electricidad (CHADE) controlada desde entonces por hanqueros espafioles, intereses belgas y angloamericanos. De todos modos los alemanes siguen teniendo intere~~ íinancieros en Ia compafiía. George F. W. Young: "Los bancos alemanes y Ia inver510n directa alemana en América Latina, 1880-1930" en Carlos Marichal (coord.): loco cit, l'!I' I "111 II!j,: 1:1111 132