Bajar - Herbalife Nutrition Institute

Anuncio
Comidas: Capítulo 2
Nuestras dietas han cambiado, pero nuestros genes no han cambiado mucho
Los seres humanos modernos son 99,9% idénticos genéticamente y aparecieron
en la tierra hace unos 50,000 a 100,000 años en África. Durante millones de años antes
de ese tiempo, había pre-humanos llamados homínidos. Los vegetarianos pre-humanos
que carecían de la capacidad de comer carne no ganaron la lucha evolutiva, y el
hombre se convirtió en un omnívoro – que come carne y vegetales. Tenemos dientes
caninos en la parte delantera de la boca para desmenuzar carne y los molares en la
parte de atrás para moler los cereales. El comer tanto animales terrestres pequeños y
grandes como las criaturas del mar, dio una ventaja nutricional distinta en un mundo
donde era de suma importancia evitar el hambre. Los animales concentraban los
minerales y la vitaminas de los alimentos vegetales que comían, y proporcionaron una
fuente suplementaria de aceites de pescado (o ácidos grasos omega-3), así como
proteínas de alta calidad que estimularon el crecimiento del cerebro y el cuerpo. Sin
embargo, la base de la dieta se mantuvo en gran parte compuesta de alimentos
vegetales para la mayoría de los primeros seres humanos. Al comer las plantas, los
seres humanos no sólo tuvieron vitaminas y minerales, pero una gran variedad de
sustancias vegetales que proporcionaron beneficios claves para la salud, lo cual se
discutirá más adelante en este texto, y se conocen por diferentes nombres, como
fitoquímicos (fito, lo cual significa planta), los fitonutrientes o sustancias bioactivas. La
comunidad de la ciencia nutricional ha tardado en aceptar la contribución de estas
sustancias a la dieta, ya que no aportan calorías. Al igual que con las fibras, hay
algunos científicos que siguen considerando que estas sustancias no son nutritivas.
Esto es importante cuando se trata de la expedición de guías alimenticias y el consumo
diario recomendado, donde se ha mantenido aún más importante el objetivo de alcanzar
las deficiencias de vitaminas y nutrientes. Hasta la fecha, se ha visto poco
reconocimiento en la importancia de volver a una dieta basada en alimentos de origen
vegetal y de pescado marino en lugar de carne industrializada y carbohidratos
refinados.
Nuestros cuerpos reflejan nuestra evolución, lo cual resulta en la capacidad de
digerir los alimentos de origen vegetal y animal. Además de nuestros dientes adaptados
a lo omnívoro, nuestros intestinos son más largos que los de los carnívoros, pero más
cortos que los que se encuentran en los animales vegetarianos. Nuestro intestino
delgado de 22 pies puede adaptarse a dietas tan diferentes como una dieta de
solamente animales y una dieta puramente vegetariana, cambiando las cantidades y
tipos de enzimas (proteínas especializadas que nos ayudan a digerir los alimentos) que
se encuentran en la mayor parte de la superficie del intestino delgado. La superficie de
los intestinos se incrementa a través de millones de pequeños pliegues en la superficie
de los intestinos llamadas vellosidades.
A través de los milenios, al incorporar muchas de las características que se
encuentran en nuestros cercanos parientes los primates, que nos precedieron en la
tierra, nuestros cuerpos y genética evolucionaron lentamente y por eso no pueden
cambiar rápidamente con la tasa de mutación del ADN inherente de 0,5 por ciento por
cada millón de años. Algunos cambios se producen en nuestros genes debido a los
cambios en la dieta y el medio ambiente. La capacidad para digerir la leche se formó
hace aproximadamente 5,000 años. La piel de color más claro en los seres humanos
que migraron hacia el norte desde África a Europa maximizó la luz ultravioleta para
producir Vitamina D, mientras que preserva el pigmento naranja beta-caroteno para que
pueda proteger la piel contra los efectos dañinos de los rayos del sol. Un número de
enfermedades, como la anemia de célula falciforme y la fibrosis quística, se deben a
mutaciones de genes individuales, que se desarrollaron en respuesta a las amenazas
de enfermedades como el paludismo y la epidemia respiratoria. En estas situaciones, un
gen normal y uno anormal resultó en una ventaja adaptativa, pero cuando los dos genes
anormales fueron heredados, el resultado fue enfermedades graves y posiblemente
mortales. Es importante darse cuenta de que los cambios genéticos sólo se producen
cuando se confiere una ventaja de supervivencia antes de la edad reproductiva. La
naturaleza no tiene mecanismos para garantizar su longevidad más allá de la edad de
reproducción. El promedio de vida en el Imperio Romano fue de alrededor de 20 años
de edad, mientras que en 1,900, el promedio de vida era de 50 años de edad. Hoy en
día, el promedio de vida en muchos países para los hombres es a finales de los 70,
mientras que en las mujeres es en los 80. Alrededor del 70 por ciento de la forma en
que uno envejece está determinada por el estilo de vida y el medio ambiente, y sólo el
30 por ciento está determinada por sus genes – por lo que el mensaje es que gran parte
de su calidad de vida está en sus manos para optimizar a través de una dieta
equilibrada y de un estilo de vida saludable y activo.
El descubrimiento de la agricultura modifica nuestro suministro de alimentos
Hace unos 10,000 años, el planeta surgió de 120,000 años de la Edad de Hielo,
por razones desconocidas. Se produjo un aumento en la temperatura promedio de la
tierra. Como resultado del aumento de la temperatura, se cree que se produjo una
mutación espontánea en el trigo, haciendo que el trigo se aferrara a su semilla, en vez
de dispersarse con el viento. Este desarrollo permitió al hombre imitar a los roedores y
almacenar los granos para el invierno. Ya que los granos tienen un máximo de 20 a 30
veces las calorías por bocado de frutas y vegetales, el descubrimiento de la agricultura
hizo posible el desarrollo de ciudades organizadas alrededor de un estilo de vida
agrícola. La agricultura le dio a la humanidad el tiempo libre para desarrollar la
civilización, con todos sus aspectos positivos y negativos. Los cultivos fueron
domesticados también. Con el tiempo, los cultivos y animales domesticados fueron
introducidos a nuevas áreas, y con cada área nueva, más especies de animales fueron
domesticados.
La siguiente fase agrícola en Europa fue el cultivo de árboles que deben ser
cultivados por injerto, como manzanas, peras, ciruelas y cerezas. En la misma época,
las plantas silvestres que en un principio se establecieron como malas hierbas fueron
domesticadas, como los rábanos, el centeno, nabos, remolacha, puerro y lechuga.
Muchos de los cultivos principales de hoy ya habían sido domesticados para la época
del Imperio Romano,.
Después de 1,500, las vastas llanuras fértiles del Nuevo Mundo trajeron un
enriquecimiento para el suministro de alimentos del mundo. La domesticación de los
cultivos y el ganado se originaron de forma independiente en algunas partes del mundo.
Esto sugiere que, dado el tiempo suficiente, los seres humanos habrían finalmente
domesticado plantas y animales en muchas áreas del mundo, aunque la práctica no
había emigrado de un terreno a otro. Por ejemplo, hay pruebas de que en China el
arroz, el mijo y los cerdos fueron domesticados de forma independiente alrededor de
6,500 a.C. Alrededor de 3,500 a.C., los sudamericanos domesticaron papas, mandioca,
cuyos y llamas. En Mesoamérica, independiente de los acontecimientos en Sudamérica,
el maíz, el frijol, la calabaza y el pavo fueron domesticados alrededor de 3,500 a.C.
Alrededor de 2,500 a.C., los nativos americanos en el este de los Estados Unidos
domesticaron las girasoles y las plantas de la familia quenopodiácea, pero no los
animales. El maíz, el frijol, la calabaza y el pavo que los exploradores encontraron al
llegar a Norteamérica fueron traídos de Mesoamérica. El ñame (camote) africano y
aceite de palma fueron domesticados alrededor de 3,000 a.C., en el oeste de África
tropical.
La evolución cultural se movió rápidamente para cambiar nuestra dieta y estilo de
vida
La evolución cultural, incluyendo los avances en la agricultura y la producción de
alimentos industrializados en los últimos 100 años, ha dado lugar a una distorsión de
nuestra dieta. Nuestros genes nos hacen aún desear los sabores dulces y las grasas,
pero los alimentos que encontramos en nuestro ambiente moderno tienen poca o
ninguna similitud a los alimentos con los que evolucionó la humanidad.
La epidemia moderna de obesidad se desarrolló en los últimos 20 años
Para los 1,980s, la dieta americana fue lo mejor que el hombre moderno pudo
concebir para que coincidiera con nuestros gustos americanos, según lo articuló
Madison Avenue. La comida era barata en comparación al costo en otros países, pero
estas ventajas resultaron ser menos óptimas para nuestra salud. Además, el automóvil,
la suburbanización con largos viajes, la televisión, la computadora y la falta de actividad
física durante el trabajo, han contribuido a una disminución diaria en la quema de
energía calculado alrededor de 800 calorías por día. Las dietas con más azúcar, grasa y
calorías, combinadas con la disminución en la quema de energía, han llevado a una
epidemia de la obesidad moderna.
Los seres humanos se adaptan bien a la inanición, ya que conseguir comida era
la manera principal para la supervivencia hasta la revolución industrial. La adaptación a
la inanición, que alguna vez fue tan importante para la supervivencia del hombre, ahora
es algo inadaptado, llevando a la prominencia de la obesidad como la enfermedad
nutricional más prevalente en los Estados Unidos. De acuerdo con la Dirección General
de Salud Pública, dos tercios de la población padece de sobrepeso u obesidad. Estos
son cálculos según las encuestas de población, y el patrón se repite en todo el mundo.
Se estima que la obesidad en todo el mundo se duplicará en los próximos 30 años.
Comprendiendo las interacciones de genes nutrientes
Nuestros genes se desarrollaron para poder sobrevivir tanto al hambre y la
infección en un mundo donde la salubridad y una nutrición predecibles eran
desconocidos. El cuerpo humano evolucionó a varios niveles de sistemas a prueba de
fallos. Entre ellos, la capacidad de interconvertir proteínas, carbohidratos y grasas en
cierta forma permitieron que los humanos sobrevivieran en distintos ambientes con
diferentes alimentos. La naturaleza no ayuda a personalizar su consumo de alimentos
para prolongar su vida y mejorar su calidad de vida. La forma en que la naturaleza
distribuye las calorías e interconvierte los elementos de un alimento a otro se basa
principalmente en la adaptación a la escasez de alimentos e inanición. No había forma
que nuestros cuerpos podrían haber previsto la era moderna de comida rápida con alto
contenido calórico, alto contenido de grasas, alta cantidad de azúcar, el desequilibrio de
grasas saludables y no saludables, y muy poco de los fitonutrientes necesarios para
optimizar nuestra salud.
Descargar