M cuanto a Beckett, se le imagina perfectamente en una celda desnuda, sin la mancha de la menor decoración, ni siquiera con un crucifijo. ¿Divago? Recuérdese la mirada lejana, enigmática, "inhumana " s e e. / a n e a / / Dostoyevski: Del chisme al carnaval poco materia l para una biografía como Dios .. . Es importante y no es absolu tamente importante que Beckett sea irlandés. Lo que seguramente es falso, es sostener que es el "tipo mismo del anglosajón ". Nada podría desagradarle más. ¿Acaso es por los malos recuerdos que conserva de su estancia en la preguerra en Londres? Sospecho que califica a los ingleses de " vulgares" . Este veredicto que él no ha pronunciado, pero que yo pronuncio en su lugar como una interpret ación de sus reservas, cuando no de sus resentimientos , no podría yo tomarlo por mi cuenta, y eso sobre todo , por ilusión balcánica quizá -los ingleses me parecen el pueblo más carente de vitalidad, el más amenazado, y por lo tanto , el más refinado, el más civilizado. Beckett , quien muy curiosamente se siente en Francia completamente en su casa, de hecho no tiene afinidad alguna con cierta sequedad, virtud eminentemente francesa, pongamos parisina. ¿Acaso no es significativo que haya puesto a Chamfort en verso? Bien es cierto que no fue todo Chamfort, sólo algunas máximas. La empresa, notable en sí misma, y por lo demás casi inconcebible (si se piensa en la ausencia de aliento lírico que caracteriza a la prosa esquelética de los moralistas) equivale a una confesión, no me atrevo a decir a una proclamación. Los espíritus herméticos siempre tra icionan a pesar suyo el fondo de su naturaleza. La de Beckett está tan impregnada de poesía como la de ellos es indistinta. Lo creo tan obst inado como un fanático . No abandonaría el trabajo en curso ni cambiaría de tema aunque el mundo se acabara. En los asuntos esenciales, ciertamente es ininfluible. Para lo demás, para lo inesencial. es indefenso, probablemente más débil que cualquiera de nosotros, más débil incluso que sus personajes... Antes de redactar estas notas , me había pro- del rumbo de los planetas. El intercambio de mensajes epistolares y mensajes verbales directos e indirect os, de personas Vladimiro Rivas Iturralde que empiezan hablando de sí mismas y que tiene en algunas fotos. Nuestros inicios cuentan, se com prende; pero no damos el paso decisivo hacia nosotros mismos más que cuando ya no tenemos origen, y ofrecemos tan unas con ot ras en un movimiento perpetuo que nada tiene que ver con la armon ía term inan haciéndolo de una tercera ausente para luego volver al yo, es una cons - E n el verano de 1981 leí Demonios, tante de su obra . Cada diálogo es una una de las últimas y grandes novelas suerte de espejo deformante de los otros. de Dostoyevski. Antes de hundirme en la En cada parlamento están inevitablement e placentera tiniebla de sus páginas centrales, hube de atravesar el enorme vestíbulo petersburgués de la época -el encargado de su primera parte: más de un centenar de páginas que parecían oscilar entre la charlatanería y el sinsentido. Esta extraña parte inicial, .que tanto atrajo a Borges por su humorismo, como alejó a Nabokov por falta de él, consiste en un inagotable comadreo y mutuo espionaje verbal de los personajes. El escena rio es una pequeña ciudad rusa, un espacio reducido, con personas localmente conocidas y localmente condicionadas. Los personajes son casi todos ociosos rentistas: el libre pensador Stepán Verjovenski, un viejo débil e histérico, conminado por la astuta y orgullosa, absorbente y detestable Varvara Petrovna a casarse con una muchacha con el fin de que el viejo se redima de ciertas culpas cometidas en Suiza. No importa que ignoremos cuáles: todo acto en Dostoyevski supone una culpa y un castigo , o mejor, una culpa y una penitencia. Todo acto corrige a uno anterior, y el hombre vive, por tanto , en el error y el pecado. Pero sigamos: los demás personajes son los " demonios": estudiantes ocupados en preparar, sobre la ortodoxa y tradicional santa madre Rusia, un imper io del terror que cuarenta años más tarde había de cumplirse. Todo este gran pórtico de la novela parece estar estructurado con base en encuentros fortuitos y visitas obligatorias, alternativamente. Estamos en la ciudad moderna, escenario y fuente , desde La Celestina, de la novela. El capitalismo, y en particular su forma concreta, la ciudad in- dustrial, como antaño Sócrates el " alcahuete" en el mercado de Atenas, hace que se confronten los hombres y las ideas. Demonios, como las últimas novelas de Dostoyevski , sustenta sus acciones en rumores , chismes, visitas, cartas , en suma, en complejos procesos dialógicos los otros . Es significat ivo que un periód ico de difundir en Rusia el parricidio- se llamara Los rumores. Todas las angustias, vergüenzas, humillaciones, pequeñas y grandes venganzas, toda la acción en fin de esta parte de la novela gira en torno de un tercero, un centro ausente, un personaje que no está todavía en la acción sino en las palabras ajenas: Stavrogu in, hijo de Varvara Petrovna , un joven aristócrata , un dandy ruso que revelará poseer una capacidad verbal para el crimen sólo comparable a su capacidad real para transgredir las normas sociales. Alguien pregunta en ellibro: "Pero ¿no le notó usted -digo- en el transcurso de los años, algo así como extravío de ideas o un giro especial de pensamiento, o algo, por decirlo así, de 10cura?" Es una pregunta que ya incluye una malévola respuesta y que sólo espera ser confirmada por el interlocutor. Los personajes viven aquí pendientes de la rectitud, la sanidad de juicio de los demás, en particular del ausente Stavroguin, de quien se dice está loco . Toda esa sociedad nada cuerda se pone en estado de alerta ante la acechante locura de Stavroguin , denunciada por unos anónimos cuya procedencia se empeña su madre, Varvara Petrovna, en descubrir. La locura amenaza a través de uno de los miembros dist inguidos del cuerpo social que , aunque ya abriga en su seno a dementes consagrados como María Timoféyevna Lebiadkin, y todo ese cuerpo social se comporta más que histéricamente, precisa defenderse de una locura armada de inteligencia, la más poderosa arma del hombre . Y en este extraño carrusel se van páginas y páginas: " ¿Qué opinión le merece Fulano de Tal?" Paranoia y chismografía enorme, Demonios es un desfile de personajes que viven menos por lo que hacen y dicen que por su reflejo en la palabra ajena. Subrayo el puesto releer lo que Eckhart y Nietzsche de codificación y decodificación de men- carácter aristocrático y refinadamente in- escribieron sobre " el hombre noble" , con sajes. La visita es un mot ivo recurrente y motor de la acción en las novelas del es- telectual de Stavroguin , la víctima del chisme. El chisme -que es la menos res- critor ruso. Las diferentes conciencias se petable de las palabras ajenas- supone, ponen así en contacto, se rozan y chocan entonces, la existencia de relaciones je- perspect ivas diferentes . No llevé a cabo mi proyecto, pero en ningún momento olvidé que lo había concebido. O .... 53 M ~.TYTT-.YYYYY:E51 P ~ . P ~ Antonio Alatorre LOS_1,001 ANOS DE LA LENGUA ESPANOLA - Edición corregida y aumentada Antonio Alatorre cuenta la historia de la lengua española en un libro no técnico, no destinado a estudiantes de doctorado y mucho menos a doctores, sino al lector de la calle, al lector general, al que compra libros sin otra finalidad que leerlos. -La familia indoeuropea -Lenguas ibéricas prerromanas -La lengua de los romanos -La España visigótica -La España árabe -El nacimiento del castellano -La consolidación del castellano - El apogeo del castellano. Tres partes -El español moderno m fJ J e44 • • 4 4 • • 44"';¡j~ I , s e e. / a n e a rárquicas y todopoderosas en la vida cotidiana: estamentos, jerarqufas, rangos, edades. prestigios. fortunas, privilegios. En este orden rfgidamente constituido. el chisme apunta a revelar lo excepcional. lo transgresor, lo diferente de la conducta ajena, o a descalabrar prestigios. Documento oral (permftaseme la paradoja) de una sociedad que inventa porque no sabe (sobre todo porque no sabe de los otros), el chisme es un desahogo de la imaginación en un medio estéril. sin historia. un discurso narrativo que sustituye a la historia y la épica, y una elaborada venganza y sacrificio de un tercero. el ausente, que casi siempre lo es por partida doble: está, en efecto. la vfctima del chisme físicamenteausente del comentarista. del maledicente, y también ausente de los valores reconocidos y aceptados por la sociedad en un momento dado: la vfctima está ausente por marginal, excéntrica, o simplemente por considerada superior en cualquier sentido. La víctima del chisme es casi siempre lo que Bajtfn ha denominado un "hombre en el umbral" : entre la verdad y la mentira. el honor y el deshonor. la razón y la demencia, un estado civil y otro. entre la vida y la muerte. Subrayo también el carácter anónimo de los textos sobre (contra) Stavroguin . Por tratarse de un texto anónimo. el chisme vive aquf la contradicción no resuelta entre anonimato y autoría. El chismoso apuesta al anonimato, a la irresponsabilidad; pretende fundir su voz con las mil voces que le rodean, peroa la vez busca el prestigio de la autoría: quiere ser el primero en enterarse y divulgar una noticia. como el periodista busca la palma de primer informante. El chiste y la burla. la agudeza. son hijos del contraste. El chisme. de la soledad y la invención. Padres de la noticia periodística. el chisme y el rumorquieren tenerrazón y, por ello. anticiparse a los acontecimientos . Son fenómenos discursivos maledicentes: forman parte de ese discurso cotidiano que está lleno de palabras ajenas, con las cuales fundimos nuestras voces olvidando su procedencia: "d icen que.. .", "dizque ..; " o simplemente ..que.:", como leemos en los diarios de la tarde: " Que Juan Gabriel se casa" , " Que el PRI reconocerá todos los triunfos electorales de la oposición" . mentiras que, cuanto más voluminosas. con mayor desenfado se dicen. Curiosamente. dis-cursus es. originalmente, la acción de correr aquf y allá; son idas y venidas, " andanzas", " intrigas". Discursatio: carrera de una parte a otra, 54 idas y venidas. Y en Demonios, como en algunas novelas más, los personajes no cesan. en efecto, de andar de un lado a otro. de visitarse, de intrigar. Luego de chismorreos sin término (y quiero que se me entienda literalmente el adjetivo). asistiremos, en el capítulo V y final de esta primera parte. a una de esas escenas carnavalescas en que, como ha señalado Bajtín, es pródigo Dostoyevski: a un momento de coronamientos y destronamientos. de escándalos y desenmascararnientos, en que las almas se quedan desnudas como en el Infierno, carnaval cuyo origen se remonta -según Bajtín- a los diálogos socráticos. y florece en el medievo. Varvara Petrovna reúne con entusiasta excentricidad a sus invitados en su casa . La escena es perfectamente teatral y asume la forma de untribunal que juzga las diversas conductas . En realidad todos se juzgan mutuamente, se dan explicaciones y justificaciones, casi orgiásticamente, promiscuamente, si se me permite la expresión. Tribunal de domingo. día santo del ocio. Se descubre al perverso autor de los anónimos en presencia del recién llegado Stavroguin; participa la demente cojita MarIa Timoféyevna Labiadkin -con quien se casará Stavroguin- y se entromete su hermano; Verjovenski rompe su compromiso matrimonial con la joven Daria Pávlovna y es expulsado del salón; irrumpe Piotr, hijo de Verjovenski, joven en quien Dostoyevski va a concentrar toda la maldad que era capaz de concebir; Schátov, el estudiante que será asesinado por sus propios compañeros -como en El Salvador Roque Dalton por los suyos-, da un puñetazo a Stavroguin; la amazona Lizaveta Nikoláyevna cae al suelo presa de convulsiones epilépticas. El procedimientoes frecuente en Dostoyevski: el chisme se convierte en palabra ajena reflejada en la conciencia de la víctima; la suma de chismes conforma un tribunal; el tribunal estalla en escenas de violencia histé rica y surge, triunfante, el carnaval. En el capitalismo, el salón de alta sociedad ha sustituido a la plaza pública del medievo. La palabra ajena se ha erigido en tribunal. en juez y correctivo social. La palabra ajena sustituye a los campos de Siberia en su función correccional. El chisme, nuevo infierno. nueva prisión: "L' enfer, c'est les autres". escribirá Sartre. Si el elemento correctivo de la avidez de gloria y fama y del individualismo extremo ha sido, desde el Renacimiento. la burla y el sarcasmo (recordemos al terrible, implacable p M Pietro Aretino), el chismelo es de la privacía de la vida individual. Atenta contra la vida privada, erige al chismoso en policía social y en periodista, en alguien que nada ignora acerca de los demás. En tal sentido, revela el discurso del chisme dos cosas: soledad y ansia de poder. Luego ¿es el chisme un signo? Si vamos a entender por signo una señal visible de algo que no está, claro que lo es, pero en el pIano del discurso: el chisme es resultado, no del rozamiento e interacción de conciencias en juego, sino de una etapa anterior: el anuncio de ese enfrentamiento, por una parte y por otra, la búsqueda de un yo solitario a un tú que oficia de médium para invocar al tercero ausente y victimario. No me extraña que Bajtín, en su libro sobre la poética de Dostovevski'. haya pasado insensiblemente en su discurso crítico, de la palabra ajena proferida sobre un héroe, al tribunal, esto es, al examen crítico de la " psicología judicial", cuya validez moral Dostoyevski niega enérgicamente. Y laniega haciéndola estallar en un carnaval. En Los hermanos Karamázov veremos a Dimitri progresivamente humillado en los interrogatorios policiales y civiles -que no en vano se llaman " Purgatorios" . Dostoyevski muestra esos interrogatorios -que ahora son cosa cotidiana y tomada como normal- como una violación a la conciencia. Nadie puede ni debe forzar las conciencias, reclama el novelista. Recordemos que Raskólnikov se entrega voluntariamente a la policía, así también Rogochin en El idiota. Stavroguin se confiesa con el monje Tijón, en un terrible y laberfntico capítulo expurgado por la censura zarista y ahora publicado como anexo en cualquier buena edición de Demonios. Esta confesión es reveladora de los límites abismales a que pueden llegar los personajes dostoyevskianos: buen ejemplo de sedo-masoquista cristiano, Stavroguin atenta (peca) contra la humanidad para hacerse digno del perdón, para someter a susjueces a la prueba de la piedad. Es un doble desafío: personal (para ver hasta dónde es capaz de pecar) y colectivo (para verhasta dónde la humanidad es capaz de perdonar): de cómo hasta los mayores criminales dostoyevskianos tienen algo de mesiánicos: se sacrifican por los demás a través del delito. Son santos reflejados en un espejo convexo. Como ilustran muchos ejemplos, Dostoyevski 1. Mijail M. Bajtín. Problemas de la poética de , I s e e / a n e a • • ni los psicólogos, por lo menos los que husmean en mi interior". La respuesta clásica de una personalidad fuerte a las habladurías ha sido siempre el desdén. Y así, desdeñoso, arrogante, aparece Stavroguin, desafiando a la sociedad. Sin embargo, en su confesión, a pesar del cínico desentendimiento de la palabra ajena, asoma ésta tan densamente entretejida a la suya propia, que elimina cualquier posibilidad de discurso monológico -que es el que se desentiende de la palabra ajena.3 Una última observación: la función social del chisme: pone a prueba la verdad. Es una instancia provocadora que, como la acción de ciertos ácidos sobre ciertos metales y piedras, puede sacar a relucir la verdad ajena, ya por confirmación del chisme, ya por negación. Es la semilla del escándalo que, como nos lo ejemplifica Demonios, es un fruto que la sociedad en cuyo seno nace, se encarga de alimentar y exhibir como una de sus señas de identidad. O Fedor Dostoyevskí o atribuye autoridad penal a la conciencia: . ahí está la insólita declaración de Iván Karamázov. En nuestro autor cuentan las intenciones y las aptitudes para el delito, no tanto los hechos mismos. En consecuencia, será irreductible la oposición entre la conciencia y los hechos, entre lo ético y lo policial: Dostoyevski vs. Wilkie Collins. "Acepto el castigo", dirá Dimitri Karamázov, " no porhaber matado a mi padre, sino por haberlo querido matar y sido capaz de hacerlo". " La verdad acerca de un hombre", escribe Bajtín, " dicha por unos labios ajenos y que no le esté dirigida dialógicamente, es decir, una verdad determinada en su ausencia, llega a ser una mentira mortífera que humilla al hombre, en el caso de tocar lo más sagrado de él, su 'hombre en el hombre' ".2 Por ello, los grandes héroes de Dostoyevski, seres pronosticados por la palabra ajena, aspiran siempre a romper el marco verbal conclusivo y asfixiante en que han sido apresados, aspiración que se convierte en lucha, y este combate, en el motivo importante y trágico de sus vidas, como en el caso de Nastasia Filíppovna en El idiota o el de Stavroguin, que con su llegada a la carnavalesca reunión dominical en casa de su madre, inicia la ruptura del cerco de palabras en que lo habían encerrado. Dice Stavroguin estas severas palabras al monje Tijón, en su famosa confesión: "Oiga usted, a míno me gustan los espías Dosto yevski. Trad. Tatiana Bubnova. México, Fondo de Cultura Económica, 19B6. e 2. Op. cñ., p. 88. 55 3. Op. cit.. pp. 341-346. Son cerca de cien años de Eduardo Casar María Stoopen E n su libro de poemas, Eduardo Casar logra detener por momentos la fuga incesante de las coordenadas que nos apresan: tiempo, espacio, materia, palabra, el otro, la muerte. Al suspender durante un breve lapso el interminable fluir de eso que ha dado en llamarse "la realidad" , obliga al lectora observar susminucias -las de la realidad- y lo conmina a frenar su propio torbellino de percepciones para adoptar los puntos de vista del poeta, insólitos y privados. Yo plagiaría el título de uno de sus poemas y rebautizaría la primera parte de Son cerca de cien años como "Problemas poéticos... de la materia", porque, en efecto, eso es, entre otras cosas, lo que se plantea Casar a lo largo del libro, aunque con mayor insistencia en esta parte. No sólo reúne un pájaro con una estrella en el espacio celeste de una página y -poeta cientíñco- se pregunta por los resultados de su experimento, sino que desquicia las propiedades de lamateria y juntocon ellas la molicie perceptual del lector: "La piedra toma/ la formal de la mano/ que