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De las. afinidades químicas.
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aun corrosivo. Exñrninese el compuesto que resulta de estos
dos principios; estará moderadamente
salado) un poco amargo) y ligeramente picante; el olor será mui débil, y' no se
reconocerán en él sino con mucha i mperfeccion los caractéres del ácido que entra en su composicion.
Tambicn se puede demostrar esta misma propiedad por Experimenf'
el experimento siguiente .. Haaanse fundir en una cuchara de 'I".e
pr¡¡rba dJ~
misma verd a •
• hierro partes iguales de plomo y estaño: afiadaseles una canri.
dad subdupla de mercurio,
cuya afinidad es con corta diferiencia la misma con ambos metales. La masa que resultara
de esta combinación
, participad de las propiedades de estos
tres principios. Será mas blanca, mas plateada, mas agria, y
mas quebradiza que lo son el plomo y estaño, tomados
separudarnente , y el mercurio habrá perdido su ftuidéz, disminuyendo la solidéz de los otros dos metales.
Al contrario si se combinasen tres metales por medio
de la fl1sion , se observarían fenómenos distintos. Las partes
de la mezcla serian á la verdad igualmente dificiles de separarse que en el caso precedente; pero por lo cornun la rnezda adquiriria una dureza superior á la de cada uno de sus
. principios en particular, Aun las mas veces la ductilidad aumentaría en el mixto; y esto es 10 que sucede rnanihestamen ..
te en el cobre rojo, cuya ductilidad aumenta por su mezcla
con la piedra calamita, que lo convierte en cobre amarillo
6 alaron, Se advierte tarnbien que el oro y la plata resultan
mas dúctiles
por una cierta cantidad de liga que' se Jes
comunica; pero esta regla padece algunas excepciones,
la
. liga debe hacerse segun una proporcion
determinada,
que
el Artista debe estudiar.
Sin embargo observaremos que aunque la dureza de In Ob'ervncio!l so.
mezcla1 aumenta por 1a alisaci
IgaC10n ,e l' mixto resu 1 ta no. Qbs-' br e las mezclas,
.
tante mas fusible. Con efecto se funde á un grado de calor mucho menor que el que sería· necesario emplear para
fundir separadamente
cada una de sus partes. Las artes han.
sacado la mayor ventaja de esta propiedad,
para hacer solmaduras propias. para. unir toda suerte de metales. Se Con"
tibe f~cilmentc que si las soldaduras que se. emplean fuesen
tan dificiles de fundir, corno- las panes metálicas que deben
soldar, el grado d-e calor que sería preciso emplear paLa ha ..
cer
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.........
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® Biblioteca Nacional de Colombia
.•
11'
De ltis afinidades
quimicas,
cer fundir la soldadura, fundiría al mismo tiempo la pieza que
se intentase soldar.
Si la aligacioll aumenta la dureza de una mezcla, atrae
tarnbieu mudanzas mui notables en su gravedad específica
(49), esto es, en el peso absoluto de la mezcla considerado
bajo un volumen dado. Estas transformaciones, que merecen toda
la atencion del Físico, no se pueden determinar sino por la
experiencia. Indicaremos en la Hidrosrática el modo de co- o
no~er la gra~edad específica de todos los cuerpos, de qualesqUiera especIe que sean.
Afinidad de in7 2 ~Iando se combinan juntos tres principios 6 tres susterrnedio,
tancias , entre las quales hai una que no tiene afinidad Si110
con una de las otras dos, pero que esta afinidad es igual á
la que las dos ultimas tienen entre sí, la combinacion de las
tres se verifica; y este es el fenómeno que se conoce en la.
Física bajo el nombre de afinidad de intermedio. El experimen,
to siguiente suministra un egemplo mui perceptible.
E.~p,,¡ment~,
Hagase diISO 1ver a IkaIiL fi')0 en agua. , ana
- d ase azu fire,
que
prueba
la
afinidad de in- .y combinándose
todo junto, formará una tercera sustancia
rermedio,
bi
,r
que se conoce con e 1 nom b re dce IJlgado
de a;::,uJre.
Se sabe que el azufre no tiene afinidad alguna con el
agua, y que no es posible unir irnediatamente entre sí estas
dos sustancias; pero se sabe asimismo que el azufre se combina mui bien con el alkali fijo, y que tiene con éste una
afinidad igual á la que se advierte entre este mismo y el agua.
En virtud pues de la afinidad que se, observa entre el alkali y el azufre, y consiguientemente
por el intermedio del
alkali,
el azufre puede unirse al agua en esta combinaciou, Luego no se puede especificar mejor este fenómeno que
bajo el nombre de afinidad de intermedio.
~~nid~l de
73 Estando combinadas dos sustancias, si se las presenta
preClplt¡ClCln.
otra que no tenga sino mui poca afinidad con una de las
dos primeras, pero cuya afinidad con la otra sea superior á
la que une las otras dos, se formará entonces una verdadera
descomposición
y una nueva composicion. La tercera se COIU
binará con aquella de las dos con quien tendrá mayor
afinidad, y la union entre las dos primeras será destruida al
mismo tiempo. Este es el fenómeno que los Cll_¡fmicos expresan con el nombre de precipitaúon,
y que merece toda la
aten4
® Biblioteca Nacional de Colombia
De las afinidades qtúmicas,
··1 I:-'l.
átencion
del Písico. Daremos imediatarllcnte una prueba muí
·11F'1·"'Pf'.:I~L ... en el experimento
sizuiente.
.
E:J.1'e"""~I1I~ ..
1>ong~~~ ~11 el Fonrl" rlP "~,, .) \.-opa mm COl1Ica,A B (L am·. que
.
prueba la
4, 6g. 7.), tanto como una lenteja de una amalgama 'de afinidad de pre1
.
por
mercuno. y d e pata,
pero en l a qua l) e rnercurro. d omine
a Ia ptracron
formar ion dei
tal punto que esta arnalzarna sea blanda y maleable oomo man- 3Lam,
rbolde ~iJnJ.
4. LIg. 7.
teca; echense encima dos o tres onzas de la disolucion siguiente: hagáse en frío una amalgama de quatro gruesas de plata
en hojas, y Jos de mercurio; disuel vase esta amalgama en quatro
'. '
onzas de ácido nitroso bien puro, y medianamente concentrado, y extiéndase esta disolución en libra y media de ::lgua
destilada. Pongase 1:1 copa sobre una mesa, y degcsela· en
este estado; irnediatamente
se verán salir hi-litos pequeños de
plata de todos los puntos de la superficie del boton metálica: estos se engruesarán y aumentarán
sin sentir; yen el
término de un quarto de hora se tendrá un arbusto pequeño de plata. Se le llama arbol de Diana, porque los ~ími~
cos dan á la: plata el nombre de Diana.
Esta operación
que no presenta á la vista del vulgo
sino un fenómeno propio para lisongear su curiosidad) merece toda la atencion del Físico.
El amalgama puesto en el fondo de .Ia copa, es un compuesto de mercurio y de plata. El ácido nitroso preparado
gue se echa encima tiene mucha mas aíinidad con el mercurio que con la plata, Por este exceso de afinidad
que lo lleva á apoderarse del mercurio,
comprendido
en
el botoncito metálico , y de quien se apodera efectivamente,
abandona la plata que tiene en disolucion,
La precipitacion de este ultimo metal conserva su brillo metálico, porque es ocasionada por una sustancia metálica; y no por otro intermedio que 10 precipitar ia bajo la
forma de cal metálica) como es conocido universalmente en
la Qyímica.
La disposicion singular que se advierte entre las partes
de esta prccipíracion, no es sino el efecto de la fi.lerza atrac-.
ti va que domina con mas particularidad unas ácia otras) 1:15.
partes de una misma sustancia,
que no pueden serlo por
otra heterogénea. De aquí resulta que quando las rno-'
léculas de plata esparcidas en el ácido nitroso, se separan de
o
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® Biblioteca Nacional de Colombia
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A •
De las afinidades
quzmlcas.
su disolvente, se dirigen con mas actividad ~cia la masa
que está en el :~ndode la copa que ácia qus lqnier otro cat:\ge de ella; y a' proporclv .. "1"P se amontonan
en e\la, continuan á atraer con mas fuerza bIS que les siguen, ,y qtme
prosiguen á precipitarse. De aqui nace que se. acumulan
unas sobre otras, y forman la especie de arbusto de plata
que se observa en este experimento.
C~ncl"sion del
7'4 Se sizue del principio general de las precipitaciones
prl"Clplo~en.•
. ::J
•
,
•
•
ni, de pre.:ipi- que SI se diesen sucesrvamente
a un mismo disolvente sus"Clon.
-rancias COIl quienes tuviese una afinidad progresivamente
mas
'señalada, se lIeg'arian á separar del mismo disolvente' estas
sustancias unas después de otras: y este es un medio de que
los Qlúnicos se han servido con mucha ventaja para disponer
tablas de afinidades.
Hemos observado (61) que el ácido Nitroso tiene mas
:thnídad con el h'¡erro que con el cobre. Si se echa pues hierro en una disolucíon de cobre, aunque este disolvente esté
saturado de este ultimo metal, el ácido se apoderará aun del
hierro que se le presentará, y abandonad. el cobre. Para hacer
este fen6meno mas perceptible, hé aqui de que modo se debe proceder.
v'
'
Merase una barreta 6 planchuela de hierro en una di~·,Tp,,.,mwro.
.
d
b
. h h ./
~
.
/ .
Pr' ci pi.acion solución
e ca re rojo, ec a a punro ue saruracron por el acit~teC~~~i~"rd~\ do nitroso; se observad
entonces un movimiento nuevo de efcrhierro.
vcscencia en el licor. El ácido atacará el hierro, y disolverá cierta cantidad, sin embargo menor ql:le si no hubiese sido
saturado del cobre, y ab:lI1donará este ultimo metal sobre
la superficie del hierro, que parecerá entonces como con'9'ertido en cobre en toda la extensión de su parte sumergidJ.
.
Este fen6meno se consigue aun mejor, y Con mas pron·
La
pre-. ntuo 'd', ql!.1n' O se rntro d uce 'Una p 1anc huela
,ipitaciun.
aue a xl e hi
uerro en una
solucion de virriolo de cobre. Este vitriolo no es otra COS3 que el
:lei,do vitriolíco naturalmente combinado con el cobre que
encuentra en las entraña's de la tierra. Tarnbien se egecutaFá
con m:1S brevcd.id , si se aviva la disolucion con algunas
gotas de aceite de vitriolo. El cobre qua nada en esta disolucion , y ,1 quien di un color de verde gris, se pegJ tenaz
y pl'ontamente á la superficie del hierro , á proporcion que
el
1111.lma
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De las afinidades quimlcas,
¡
15
el ácido vitriólico lo penetra y obra contra él. Al instaure
la planchuela resulta de color de cobre. Se hallan varias
fuentes, cuyas aguas vitriólicas producen semejantes efectos,
Se vé una mui famosa en este género en las irnediaciones
de la ciudad de Herngrud en la U ngria superior.
Si quando
el cobre está precipitado,
y el ácido
vitriólico se ha apoderado del hierro, se le dá Una sustancia
nueva con quien tenga aun mas afinidad, abandona igual~
mente el hierro para arrojarse á ella. Para verificar este fenómcno de un modo mas satisíactorio , y para hacer al mismo tiempo con mas brevedad esta especie de operaciones , se
puede prescindir de esperar á que una precipitación sea completa, y á que el licor baya adquirido toda la transparencia
que debe tener, antes de exponerlo á una prueba nueva. Para
esto solo se trata de substituir al licor sobre quien se propone operar, otro análogo, y de la misma especie.
HaD'3Se
disolver en agua vitriolo de Marte , pro-. E."p.riIN"'16.
n
Preci
ducto de la combinación
natural del ácido vitriólico y del d:,l hieiro por
daian e.1 110mb reoe1 M¡trte, y ti'¡'7 e. agua de cal •
h'ierro a1 qua,1 1os n"
~lmlcos
trese el licor. Será claro, transparente,
y conrendrá, unadósis de ácido vitriólico unido al hierro: échense en esta disolucion algunas g.otas de agua de cal. Teniendo el ácido vi~
triólíco mas atinidad'con la cal que con el hierro, se .apoderara de ella, y abandonará á el hierro, el qual se precipitará al
fondo de la vasija. Si se. dejase despues reposar el licor, y
se esperase á que la operación estuviera completa mente terminada, -se veria sobrenadar un licor claro y transparente,
que contendría una sal vitriólica de base térrea, formada por
la union del ácido vitriólico con la tierra calcárea , con quien
acaba de combinarse en la operacion precedente. Pero no
siendo esta sal sino una especie de gypse, 6 de piedr-a de
yeso, se puede substituir en vez de este licor otro enteramente semejante.
Para este efecto hagase disolver en abaua el alun de Ro- E-xperimem»;
•• '
ma: es igualmente una sal vitriólica de base térrea. Fíltrese
' 1 '
.
li
1
de t. erro ¡JOr
esta d ISO ucion , y se consegUIra un Icor caro, transparcn- el alkali >O!atll.
te y del todo análogo al precedente: vierransc encima algunas gotas de alkali volátil. Teniendo el ácido vitriólico mas
abnidad con este alkali que con la tierra calcaréa á qUien
P2
está
!)Jr~CJ()"
l'
c.
P'-Clplt.lOiOR
I
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t
1 16
De las ajinidaits quumcas,
está unido, abandona esta, para apoderarse de aquel, y combinarse con él. Se precipita entonces esta tierra, )' se }urma sal
1t1'lI1orJi,Í(a verdadera,
por la union del alkali volátil con el
ácido vitriólico,
y entonces esta SJI se halla esparcida en el
agl!aqtle tenia el alun en disolucion.
EXPll'1'",WIO.'
Tornese entonces sal :.1 r moniaca verdadera,
que se rePrvci -racion duce á polvos:
viertase encima alk ali fijo en licor
6 aceit:d a¡leal! vdlá<
•
,
,.
'
,
•
.Iii! por el ti}·. te de tártaro , por egemplo. 1 eniendo
aun el ácido vitriólico ma)'or afinidad
con el alkali fijo que con e! volátil, se apodera de! al kali fijo que se le presenta, y abandona el volátil; lo que se conoce faciimente por el olor que
se exhala al tiempo de esta dcscomposicion , y entonces se
forma una sal neutra verdadera, que no puede ser descompuesta sino por el fuego.
];xpedmmo.
2 ~ierese proceder á esta descomposicion, y ver de que
n'~,.L,o\~osi- modo
la opéra el fuego ~ se puede substituir á este ultimo
«>on dd nuro. l'
d'e mtro. Esta es Igualmente
,
icor la sal
una sal neutra, cuya base es un alkali fijo, y cuya disolucion en el agua
no puede alt-erar el color' del jarabe
de violetas (nota 2
de la Sec.' 1 ) • Ponganse algunos cristales de esta sal sobre
una bras-a, el ácido se . disipará: no quedará mas que el alkali fi.jo, cuyo sabor orinoso , semejante al del aceite de tártaro, mudará en verde .el color del jarabe de violetas. Se
puede pues, prescindiendo del ultimo experimento,
y ofreciendo sucesivamente al mismo disolvente sustancias nuevas
con quienes tiene mas afinidad, precipitar estas unas por
otras, y conocer por este medio sus razones de afinidad.
Hai aun una especie de afinidad que se conoce en la
~í mica bajo el nombre de afinidad recíproca; pero C0:110
esta supone conocimientos de O!_límica que no son inteligibles ~ todos, la pasaremos aqui en silencio, y nos reserva)lota 16.
remos el darla ~ conocer suficientemente en la nota l6.
I
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•
.De la di'V.ls~bi!¡dad.
e A PI
De
TUL
o
1 V.
la divisibilidad.
7'5 TOdos
los cuerpos son porosos: está. es una verdad suficientemente establecida en el' capi tulo precedente. Se
pueden pues introducir en sus poros distintas sustancias extrañas, propias para apartar sus partes, y para separarlas
unas de otras. 5011 pues todos di visibles: esta es ta mbien una verdad universal mente reconocida: 2pero hasta donde puede llegar esta di visibilidad? ¿ Reconoce límites, ó Ile-:
ga hasta el infinito ~ Esta es una qiiestion que divide mucho
tiempo há las opiniones de los mas célebres Físicos.·
.
Para exponerla con 'toda su claridad, observaremos
y .E,·todo
ya lo hemos hecho suíicienrerncnte (31) que los elementos 'lu<Stlon.
de la materia no pueden ser inextensos,
como lo imagin6
Zenon antiguamente,
y como Leilmu«, lo pretendió á fin del
siglo próximo pasado, con 'el objeto de .dar :una razón suficiente de la extension.. Pero si son extcnsos , 2 es . posible
mirarlos como entes simples y absolutamente indixisibles ~ Es«
te es el verdadero punto de la qiiestíon. Dirán que se escapall 6 libran de todos los agcntes que el arte y la industria han puesto entre las manos del .hombre para descomponer los cuerpos.
Resisten á· toda .Ia .acrividad de.. 'una
Qlgestiol1, 6 de una fermentacion,
la mejor sostenida.
Constantemente
los mismos, despnes, 'ele los esfuerzos! m3S
violentos, se prestan á combinaciones nuevas, y reproducen los mixtos que la descomposicion habia hecho desaparecer.
La verdad de todos estos hechos no se opone sin embargo á la divisibilidad de estos elementos, Luego que hacen porcion de la materia, y luego que son extensos como
ella, deben ser divisibles igualmente; y sino le es posible al
hombre
comprender
esta facultad de que, gozan , y
efectuar las divisiones de que son susceptibles, no es esta una
prueba contra su divisibilidad,
sino un testimonio cierto de
nuestra incapacidad, y de los límites que circunscriben J.lW!S~
sra débil" industria.
de 1:1
t:
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1 ·1 8
De la divisibilidad.
76 El efecto de la división se ciñe á disminuir cada
de la m.u rj.l al vez mas la extensión
del sujeto sobre quien se opéra , y no
JI,h .•r,u,
á destruirla, respecto de que la porcioncilla mas. pequeña de materia es aun c~tensa. No hai pues ente alguno material,
ni
porcioncilla alguna de materia, por pequeña que se la suponga, que- no conserve todavía una cierta extension. Esta e....
tanto que ceñida y limitada en toda direccion , es necesariamente hgurada. Ahora bien, toda figura qualquiera lleva 0011sigo por precision la idéa de varios lados perfectamente distintos unos de otros; y que por consiguiente se pueden concebir como separables. Luego no hai porcioncilla alguna de
materia, por dividida que se la pueda imaginar, que no sea
aun divisible. No hai ninguna en quien no se, conciban todavia dos mitades mui distintas una de otra. Se comprende
semejantemente que estas dos mitades pueden dividirse ellas
mismas en dos partes iguales, que no serán cada una' sino el
quarto de la primera molécula ; cada quarto en otras dos
partes igu'lles, que no serán cada una sino el octavo, y así
sucesivamente hasta el <il~finitQ..Se demuestra .particularmente
en la Geornetcía la verdad de esta asercion ; y .no se.puede
menos de convenir en que si no es posible dividir realmente
una extension dada pasado cierto -punto, no por esta razon
es menos divisible, y. que esta facultad no puede agotarse
en la materia. Entre la multitud de demostraciones que po:driarnes reunir aqui,
nos ceñiremos j las siguientes.
.
Demostracion
.: 71
1? .Se demuestra en la Geornetr.ía que se pueden
primera.
hacer. pasar una ~nfinidad de líneas curvas entre la circunfer-encia de un círculo y su tangente. Se puede pues concebir
el espacio ínterceptado entre la tangente y el círculo,
dividido en un número infinito de partes dis~intas unas de
otras.
2? Se demuestra igualmente que en la IJypcrbfJla, sus raDcmostracion
segunda.
males siempre se aprd)<!lman .cada vez mas á los aSJntfJtfJs,
sin tocarse j3.má-s por prolongados que se les suponga. Todavia se puede dividir 'el espacio que los separa en un número infinito de partes. Por sólidas que sean estas demosrraciones, se cornp.re;nderán todavía con mas facilidüdlas dos siglllantes.
3? Supongamos que siendo paralelas las líneas AB .c 1}
Demostraclon
D; .. is'¡,iiidJ:i
(Lam
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De la divisibilidad.
1 19
{Lam. 5, fig. ).) , se bage entre ell~s h pcrpendicl1:ar OP, 'I:~~,~~3;,
lig,~.
'Y que del punto A se tiren las obliquas AE,
AF, AG,
AH,
&c. Es coostanre , que empr;:zandoá
contar desde el
,punto E, tomado mas allá' de la perpendicular OP, se pue<len tirar del punto A un número infinito de rectas sobre
CD, prolongada al infinito, respecto de que se puede tirar
una sobre cada lino de los puntos de esta ultima. Pero todas
estas líneas pasarán necesariamente entre el punto 1 y el pl1n~
to O, sin poder coutundirse xon la línea AB, pues que es
paralela _á CD. Tampoco se coufuudirán
en el espacio Of ,
por razon de que saliendo todas del punto A, no pueden
tener sino este punto que les sea cornun. Luego dividirán
el espacio al en un número infinito de partes todas distintas
unas de otras.
4<: Tírense sobre la Iínea BF (Larn, 5, fig. 4-) las per- DcmostracioR
pen d''lCU'1"
ares AD
", GLI
r: para 11
e as entre, SI. D e diflrerentesplIn- ..u.rrra.
Lam, r lig. 4.
tos C, C, e, C, &c. tomados eh la línea AD, como OU'()S
tantos centros particulares, describanse los arcos Ce, Ce, Ce,
Ce) &c. Todos estos arcos cortarán la línea GH en distintos
puntos; respecto de que serán, todos porciones de círculos
de diversos radios, y que Ili~lguno podrá COI/fundirse con
la línea BF, no pudiendo coníimdirse el.. círculo con una
línea recta. La línea GH puede pues dividirse en un número
infinito de partes. Luego se puede concebir la materia como
divisible al infinito.
7,8 Toda la dificultad que se presenta á la imaginaríon Rewlucion de
e ' , se algunas
dificulquall d O se re fl"exiona
so bid'
re a 1VI.Sibilidad
I I ruac >1 l· rnnrnto
tades,
reduce á concebir: l? Corno unacantidad
finita puede contener un número infinito de panes, discintas unas de otras,
y actualmente
existenres : ::.? Como puede ser que una cantidad finita sea igual á una infinita: )? Como existen inhnitos mayores unos que otros. Por absurdas que parezcan
a pn mera VIsta estas propOSICiones, que son otros tantos corolarios de la divisibilidad al infinito , se concebirá no obstante que son otras tantas verdades que no se pueden dudar;
quandó se las considera bajo la relacion en que conviene
comprenderlas.
l? Una cantidad finita puede contener, y contiene efectivarnenre un número infinito de partes distintas unas de
otras.
I
l··
.
•
® Biblioteca Nacional de Colombia
110
otras ", Luego
De la divisibilidad.
que se supone en efecto que estas partes vaa
decrcciendo , su suma no ?"P'~P pyrp.1f'I- fa cantidad finita
quien pertenecell. De este modo se demuestra
en el calculo de las progresiones
que la suma de una mitad,
un
qiurto , un octavo, un diez y seis avo , y asi sucesivamente
al i1lfinito, no excede á la unidad,
pero la es igual.
- 2? Una cantidad finita puede ser igual á una infinita.
Por repugnante
que parezca esta proposicion,
no es sino
la inversa de -la precedente:
su verdad no es menos constante;
y para comprenderla
bien) no se trata sino de no
contundir
la extensión decreciente
con la' extensión fija y
determinada,
y se concebirá
irnediatarnente
que una extension finita y dada es por precisioll igual á la de sus dos
mitades, _de sus quatro
quartos , de sus ocho octavos,
y
asi sucesivamente
al infinito,
.
3?
El Geómetra y todos los que tienen una idéa justa.
del infinito, no miran como absurdo que haya infinitos mayores unos que otros,
quando no se trata sino- del infinito
en números y no en esencia. Si este ultimo debe ser mirado como
un todo,
al qual no se puede añadir 6 quitar nada,
no sucede lo mismo con el infinito en números,
La idéa de este ultimo no lleva consigo sino un número
inagotable de partes. Es un todo, cuyo número de parte¡
no puede ser expresado por nil1gun número finito qualquiera, Pero se concibe
facilmente
que comparando
las partes
que vpueden originarse de la division de un todo,
con las
que resultarian de una division semejante de otro todo, una
vez menor, por egemplo, las primeras serán necesariamente
una vez mayores
que las partes
semejantes
y correspondientes de la segunda division , au nque unas y otras seanigualmente
infinitas en número. Se concibe
pues facilmente
que puede haber infinitos mayores unos que otros, y que
la doctrina
de la di visibilidad de la materia al infinito,
no
tiene en sí ninguno de los absurdos que la han querido achacar en distintos
tiempos.
Se concibe pues efectivamente
que la divisibilidad
de
•
cid
d e que partIcIpa
..
d e prestarse aI 1:1
la materra , esta racu ta
separación de sus partes, es una propiedad ina gotable , y que
no reconoce límites quando no se la considera
sino meta;Í
Otro modo
considerar
dids¡[)¡jidad.
de
la
ti·
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Dé la divisiéiliJaa.
!t~i¡
. iJ'skamente 't 'en sí misma ; pero Hualldo:' se' la 'coHsicIéta fí...
-sicarnente '; y quando se Ta compara y mide con las fac::ul'tades del hombre y. de los agentes criados, se concibe igual"mente que esta propiedad se agota, y se destruye al fin.
'Qgando la, divisipn se continúa hasta cierto pl\nto , las partes se escapan :i la,' perspicacia de nuestros 6rganos,
y se
libran de todos los rpediosque
pudiéramos
emplear par~
.multíplicar su numero. '
r,
Con efecto se sabe que M. Homberg, uno de los ~¡{-rrricps mas .sábios del siglo próximo pasado, tubo endiges- No es física"tion por espacio de tres anos consecutivos
espíritus acidos mente infinita.
de sales,
que al fin de esta operacion los ha116 en el mis'
mo estado en que los babia tomado ; como se puede vér en
la Obra de Dulumel : Hist. Acad. Reg. Los elementos -de los
mixtos, 6 mejor aquellos entes, que estamos habituados. á
mirar corno tales, son pues inalterables respecto á' nosotros"
y se libertan de toda nuestra industria. Este puede ser, coL.
mo lo observa mui bien el célebre Mussenúroek en el T 0.,mo l. de su Obra: chUTS de PbJsique Expérimentale , él rnej-dio de' que' .se valió el Autor de la Naturaleza para vigilar
;á. la conservación de las especies. En efecto si existen 'en la
-'1Ñ~¡:turaJezaagentes propios á dividir y alterar las part.fs ele.mentales de los mixtos,
pare,ce bastante natural creer que
resultarían alteraciones,
transformaciones
y desordenes,
á
'cuyo' abrigo se ha' conservado
siempre' el mundo hasta
'ahora.
'.
,,
1'9 Si exáminamos con cuidado 10 que -pasa habitual, mente en el universo, percibiremos con' faciliJa.dque
despues de la .disolucion de los cuerpos, renacen nuevos de la
misma materia y en el mismo tiempo. :' que estos participan
dé las mismas propiedades que los primeros de quienes sacan
su ori-gen. •
,
Las plantas vienen de semillas arrojadas en una tierra,
Observaclon
-q ue ' no está -cornpuesra ella misma sino de "'lantas
disoueltasrs~l~~~)aa~illal~
'1
,
teracron
e os
::.por fa digestioll de los animales. Estas plantas crecen y I?rrnci,l,ijóS<' ae
'
,
11egan a' 1a "misma a 1tura que tenían
en otro tlemlW
:" son los mixcos,
del propio grueso,
y perecen en el mismo tiempo. Ahoria
- -bien si se su'pone que las partes 'pequeñas .que 'nutrénY'!ha"
cen crecer las semillas se vuelven diez veces menores ; que
TOM. l.
Q
en
y
rÓ,
® Biblioteca Nacional de Colombia
'
, De (á '¿¡ivisibilidad.
en !s,u'origen :, sería pues preciso en el. dia diez veces nlás
,tj~er~pO'que antjgiia!l1emC para el crecimiento de estas mismas plantas. T endrian pues otra forma" y una consistencia
-distinra de la que tenían ames de esta transtorrnacion.
Parece
m:fn,ifiesto ql}e á pesar de las alteraciones continuas á -que
'están expuestos los cuer.pos, sus partes elementales no tienen
nada .que temer en- su constirucion natural ;' lo .que corresponde perfectamente con las miras de la Sabiduría' eterna,
<Fle no ha criado sino -agent(s suficientes paú sufragar á
nuestras necesidaad , pero incapaces de turbar' y de desordenar, la econorpía del universo material.
80: Si no 'es posible extender la division de la materia,
y lle~~rl-a 'mas aUá de las partes elementales de los mixtos,
110 es [acíl concebir, hasta qué punto
puede verificarse esta
divisien. Ha sido preciso para tórmarse una idéa de ella
bastante 'aproximada
que los Físicos aplicasen á este objeto
las luces del cálculo y de la observación mas escrupulosa.
~o da remos sino algunos egeroplos , suficientes para hacer
;pcr-ci!}ir la extensión de esta propiedad en 1.0s cuerpos,
y
\:par? .e~citF la curiosidad de, nuestros Lectores. Distintos
~rqcecteres tomados en las artes, mas conocidas , y aJgu'nas
-observaciones sobre las operaciones mas comunes de la, Na-turaleza , los darán con demasiada abundancia áJa materia
.que nos proponemos tratar.
,
Prodigiosa di-!
• Los Artist-as que saben aprovecharse
de la ductilidad
visibii dad de- de los metales
como' por egemplo , los Batidores y Tiram-ssrrada
por
"
los procedm.·doresdé
oro, tienen continuamente á la vista laprueba'rnas
de las Anes.
/
d a que se pue d e h acer su frrr.
'gran d e d e,' 1a divi
1V'ISlon extrema
I
á este metal. Los Tintoreros, que se aprovechan igualmente
de la ductilidad del cuerpo c~llora~te,' extendiéndolo
cada
rvez mas en su disolvente, ofrecen 'igualmen.te al Físico un
medio muí propio "para demostrar la verdad que queremos
r"
",
.establecer,
'
,
:,: 'rJceder d~l'/' ,!b Sin examinar hasta qué punto la industria del Bati~,1!aÜ~O.fdeoro, dor de oro puede sacar partido
de la ductilidad deesl"f!
" "
metal, se sabe que se puede estender bastante cornunmente '.,una onza de oro bajo del rnartillo , hasta llegar á íor-rnarv mil y seiscientas hojitas quadradas , que. tienen por ca.da JadCQtres pulgadas 6 treinta y seis lineas de largo.
Una
I
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-
ZJ.eltf."¡vis¡b¡l¡h¡~ .
I.~3:
U na linea. se di vide C011 bastante facilidad en _do~e '.p'lrtes muí distintas unas de otras. El lado; de cada. lJI10 de
los quadrados pequeños de que aqui se trata, puede, pu,cs
dividirse facilniente en quarrocientas
treinta ' y dos partes
perceptibles: producto de .doce por treinta y 'seis. Cada una
de estas divisiones formará una lamina pequeña dé .treint{1.
y seis lineas de longitud,
y cuya altura no será-sino las,
quatrecientas treinta' y dQS partes de tres p.ulga4as"pero C¡t~'
da una de -estas laminas podrá igualmente dividirse, segtfn'
su longitud ,en quarrocienras treinta y dos partes iguales; 10
que- formará en', todo ciento ochenta y seis mil seiscientos
veinte y quatro quadrados , de los quales cada lado no tendrá
por altura sino, la quadricentesirna trigesima segunda parte de .
tres: pulgad,as. Ahora bien h onza de oro dá mil y seis/ ciernas hojas semejantes, y capaces cada una de la misma d¡vision.· No se trata pues sino de multiplicar el ultimo numero por mil y seiscientos, para tener él de partes que el,
Batidor de oro nos proporciona
hallar en una onza ge, .él~,
Si se·;e.ge~uta ¡~sta. Qperácion ; se tendrá por r-esultllqt>. doscientos, noventa y ocho millones, quiniefltas"echei1t!l1¡j' ocho,
mil 'qnarrocientas parres ; 10 q.ue excede en, ml;lcl:!..d 4'rl~ idp,a¡
que- podríamos formarnos' de la di"ísibiHd:ad de esre;l~e,~a1.",
considerando solo las tosas s'egun nuestro modo oornun de,
•
verlas.
;.
: '
Si este proceder suministra al Físic.Q :J.!ll~ p.meli>a,)fl1;~ij
perceptible de l,a multitud prodigiosa,de. di,,;siop~~ que (sej
pueden hacer padecer á .un cuenpo,., i.el del 1iirj¡9Qr ~Id(; 0)'@1
adelanta aún mas, y produce' una prueba mas ehecante -dela misma verdad,
.
81. Pasemos.á aquellos obradores donde se fabric.a el1tiT7 't.P 'do,eclder 'de!
".'
' d ucen. e:'1 ira or e ero,
la d o ,. y exarnmernos
..to des
(!)S To!
os pr.oce dese
~I:eSl que re'
oro <Í¡ este ultimo-estado
, .y 10 hacen -despues propio, Far.a.
sej; hilado sobre' la seda: euronoesessaremos
convencidos do
que se puede todavía aprovechar mas de la ductilidad de es-:
te metal, para dividirlo en un numero mas considerable de
partes.
La operacion , de quien no daremos aqui sino una, id.éa
ligera, se hace cernunmente sobre un (.(Cj¡in.drode plata de
veinte y; dos pulgadasde.Iargo
y. dc.qaiace.Iineas de diárne ~2
.
tro,
J
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I¡~'4'
D~ la Ji'visibiliddl.
tro, Se cubre eón' u'n,a cantidad
•
ma yor 6 'menor de hojuelas
de - oro; segun la hermosura y solidéz que, se quiere dár 'al
dorado.:
,
"
... Supongamos que no se emplee sino una onza de oro
p,ara' ésta operacion , lo que es suficiente para qu~ la plata
esté cubierta en toda' su extensión : se tiene pues entonces
un cilindro de plata dorado, que es preciso alargar hasta reducido '<1 un hilo mui delgado. Para esto se' hace pasar este
cilindro
por una multitud
de agugeros decrecientes,
hechos en' una planchuela de acero, que se llama cornunmente una bilera. Este cilindro que 'pasa con esfuerzo por estos
agugeros se alarga progresivamente
á costa del oro que lo
cubre; y quando esta operacion está .concluida, se hallar reducido á un hilo mui ¿elgado de plata dorada,
'cuya longitudes
de noventa y siete leguas comunes de Francia. Se
leerá con gusto el por menor de esta operación
curiosa en
una Memoria de, M. Hellot , que se halla en las M01lorias
M la Real AOade'mia de ciencias.'. Este hilo es el que se llama el tirado, y la. -operacion no
es~á concluida, 'No .se podríaemplear
este tirado en las obras.
pa ra , <'¡ue sé ledesrina cornuurnenre.
Es preciso aplastarlo y
cónvértirlo
en 'lamina para hacer la hilaza; lo que se llama
e,IV terrniaos-del
arte escachar, Se eg'ecuta -esta ultima ope-ración
por medio de una máquina, conocida con el norn-.
hretde molino para escaCl)ar;, 6J molino para batir. Se compone
é.s:ta de dos ruedas de: acero muí bruñidas , puestas unas so-:
bre otras, . y .rnui unidas. La rueda superior está regularmente c.argada COR 1;111 peso de veinte y quatro á veinte y
cinco libras: Se hace mover una de ellas por medio de una,
manija.',' y el movirniento que se la imprime hace volver
la- otra en dirección -oontraria. Llevan en su revolucion eh
alambre de plarr dorada, agaha{_io 'entre sus circunferencias,
y' '10 aplastan, Esta operación aJ-arg.a aún' un septimo mas.
Forma pues entonces una lamina de ciento once leguas de
longitud. j ~é multitud de, panres, si se llega. á dividir es-·
ra lamina del mismo modo que lo hemos egecutado en la,
operación precedente con la hoja. de oró batido! Para formarse uria idéa Instante exácia, consideremos que esta lamina ,IIcuya' longimd,.es:ella
misma: susceptible de ser.dividiI
.'
da
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".
i'~5
De (¡¿il'"d{vfslb(l,td¡lJ..
¿'a· .en' \'~:lÍjas'pa·tit~s perceptibles- ,tiene .dos sliIp'edi.c,ies 'muí
tl'¡'3~i[1tas vrna de otra, Estas .dos 'superficies puestas! extremo
con extremo componen una longitud de doscientas veinte y
dos leguas.'Ca'cla legua común de Francia es de dos mil
doscientos ochenta y dos toesas. Supongarnesla solamentede
dos-mil :"sé-lenl:!rá".pues
erlt0fl<rcS uria-lamiaa
de -quátrocieutas quarenta Y' q:ua~l¡;o mil. itO'fSas. Este numero multiplicado 'por' sÉ~!1, .:p~r.a h8ucilt .e5tra medida á pies', darávein-.
fe' y seis milloaesr .eiscientos -sesenta 'y -quarro mil pies; pero cada pie contiene ciento .. qusrenta y quatro Iineas.: Iue"gase
tendrá mulriplicaado :·el~lJ.timo .nurnero. por ciento
quarenta y' quatre .,' para: reducin 16s, pies dí Iineas, una -lorigitud de .quarroeieuros : ochenta "ydtres millones,
'seiscientas
i' diez y seis mil 'lineas. Si. se. quiére .di vidir .la l.ineéll cm doce
.j'iunt-os ; se multiplicará
por. doce ebultimo producto ; 3o...qu:e
dará cinco billones, ochocientos quatro millones, cienfo do-s
Ce mil partes. Supongamos ahora que no! se. divida el: ancho' .de la I lamina sino .en dos ;pa¡;t€s:solamente ~ esta. ultima
driv-is.Í-on doblstá'rel.murnetqt
de I'pltnes qpe.racabarríos
d~e in", ;.
dicJar :;:y.,se1 endrán-once; biI1lo11€5:, eseiscientos ocho millones, .
yJ'~osdet¡'tas r \iCfntt· i t:j¡,uaLnll' miJt~lp!ltt'esJenl.'uha
.onza de
oto.
1
:
' ,,-
..
1
':
; , ,"
.,.'.
1 : "."
'
- »Esre -nurnero. adrrrirable de; pllrte'S sensibles , que se pue,:,
den determinar en una .'onza. de oro , tratada .segun .los dos
métbdós :illdiéáclos-,
"ndv1érte )igualm~n!tel quando : el ,Físi- .
ce .dirige" s~s~ investiga'doDes' .'sobre 10tr05 ,-c¡;uer,püs':ductil€s.
S(!;.Job-serNan .€fec'tos 'con ecorta clit'e.reDcia semejantes ; gual'l~
do. se consideran
con atención los .procederes de las ~tiL1tt1,.
ras y de las disoluciones; ,
.
, g- " Todo el' arte de, da Tintererfa consiste, en- .exrrner
La
las partes colorantes de .distisras sustancias, tomadas .en los verdad
'.
•
.J
J N'
~
l' l'
, ,. .' da por
tres reinos ee a - arureueza ,:y' ennap icar as .(;(nil1o~CCDnVlc.,..n-ras,
he (.á._]o~ .cuerpos .que .se. quieren .. teñir.
Esta extraccion
se
~pela por el intermedio
de un licor apropiado "que sirvede
vehículo á Ias partes colorantes. Si la variedad: de los. colores depende de l-a diversidad .de las sustancias que se ern,pIcan., y de la' variedad de las mezclas j depende tambiee
unuchas veces de la ductilidad. del! 'lwerp0 coloraute., ·dte J1lqual se sabe JIl.pr.ov.eqhavllvel1_t3josam:(mt~de.Lr,~I;tificc. paraiseepa- .
'se
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misma
pr()~a-
las un-
u~
_más
»~',Iti\ di'vU¿bil/daJ¡_
parar·
'la~'pa'rties de este <i:lJe11llQ, Y ;pana"reba.ja'F árproporción. la tiura qite produeen. -De _aquí! resultan aqJle]los;
C?'oloJüdt'Jsm'ttltiplícad;d,s
aq:ueUas degradaci@.rnes de un mismo
colon q'ue pueden adelantarse muche: mas de lo ,que pu~
dieramos ima~il'tal1.
.
Este anodo- de' bajar Iil:I1l coler, y hacerlo~ mas tierno, sumipim'a; al Físico UB mediootarr simple como .eurioso f pa1';1 dernoserar
la prodigiosa divisibilidad .de -la materia,
EX'pel'imento.
Pongase ei peso de '?n gral'1o;Qe carrnirr en el fond~
de' Un vaso ; echense- encírna. -algunas g.otas de agua destilada :', esta condición es: indispensable para evitar las precipitac.i<1lnes,<}uepodrían. resuJtar' ,; Y' alterarían los colores que
se deben 'ol;>s'cl'var, si .se rhiciese uso .del agua comun ; desliase
el .carmin· conel·d.ed6 ; eehense mas gotas 'de agua, y' continúese á deslefr hasta. que esté: perfectamente extendido ea
ella., y que yá no se sientan en el dedo- moléculas pequeñas : acábese de' llenar: el Vaso , y continúese á extender el
carmín rEch!!se -eseonces est¡t tintura en .una. gr'aO 'vasija de
!;alU.4, 6g.S, cristal AlB- (L.am._.lf.~ fi:g. J8.:) , ··€lpáznd.e I con te ner. die~[ ó dope lil)¡';'¡s de 'agua;, Iy'l que .estad' l 'llena ..deeUa.;: ,te;ng'ase' asi.,
ID,ISllllU. :ClTidndo,¡de?lIIcn:<?lldct1J bien:~to(i)da~1.t'-,masa2" pª,r:a._ que
la tintura se distribuya
en ella uniforrnerncnre , y roda el'
agüá estaré -basrante rcarga.tb.::de las 'parte~ coleraetes-del.carrnin- pára- toñla\i¡':1lI11 color de c,a;U1'U'. 1,
•
Otro e.~pet·j. -. 'El, peso,' de! tlIil" gó,ú10," de: ·toahiniUa .disiJelt@ semejanterne~~['a 17
mente- err una' cantidad sll,fkieme' de aceire.ide tártaro o(>no-;
h, t¡j_) ~ dátmaotiL1:Ürn<lr.rlÍtifl,ntucho
roas,sen,sibre"si se echa
esta" 8isoluol'011 en
yaso de. h' misma magnitud que el
precedente, y lleno de agua destilada.
. .
Sh consideramos' ahoua lá razon entre la masa del .cnerpó colorante y la del líquido' que está teiíido, -tendremos
una id~a ibast~tnte aproximada de la prodigiosa- división á
.que se. -halla sometido el cuerpo' colorante en este genero de
experimentos,
. Hemos supuesto doce libras .de agua. Este peso reducido á granos excede al numero de cien mil. Pero cada gra:110 de. ágllá es una eantidad bastante sensible para qU.e se la
pueda- .dividiren
diez partes. Podemos pues considerar en
esta' masa. de, ·ag'lfa. un millon y mas, de partes coloradas;
I
1
un
res-
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.Vé Nt di<¡;,isib"rlídaa.
:12'iJ
respecto de que el color de la masa total .no 'pro '1 ien e si'nD del dc xada una de sus p~rtes. Se divide pues en estos
-exper imentcs un grano .de carmín 6 de cochinilla en mas
de .m millon de partC's. Sin embargo no es aún á'qui don-de se hallan los límites de la divi~ion que Se puede hacer
sufrir á las sustancias colorantes. Se concibe facilmente que
si se doblase la cantidad me agua que hemos indicado, esta
nueva masa estaria todavía sobradamente
colorada para que
-se pudiese percibir. Entonces Ia .division del carmín 6 de
,la cochinilla excedería á dos unillones de partes.
84 La disolución de los metales en los menstruos apro- Orra prueba
piados nos
ofrece fen6menos
semejantes, ,
nos suministra sacad~
de la di.
,
,
s<'¡luClon de lo"
pruebas Igualmente sensibles .de la rmsrna verdad.
metal es,
El peso de un grano de ccbre rojo,
disuelto en una Experimento,
cantidad suficiente de espíritu volátil de .sal arrnoniaca {no, No[a 18
,ta ) 8) , dá un color azul rnui obscuro , .corne se puede vér
en la Obra de Bo)'le: De mira s¡¡btilitate effWviorum.Estil
disolucion vertida en una masa de agua destilada,
semejan.te á las precedentes., la colorea .bastanrcsensiblernente
para
'que 110 ha y'3 , parte 3'lguna determine ble en esta. .masa de
-liquido, qLle no conreroga 'algunas: pornioncillss de cobre. La
-dívision del cobre se 'ha' aumentado ,p~l,e,&eh este experimento tamo como la del carrnin y de la cochinilla,
,
Se quieren tarnbien otras pruebas, menos sensibles sin
-embargo por la extremada pequeñez de las partes, que por
-Ia destreza extraordina ría de los célebres Artistas que, nos
.han hecho conocer toda la industria del hombre pa ra di vi.dir la materia; podríamos dár- .una multitud de epas) entre
las quales escogeremos las' siguientes.
g 5 Se
en la China una Virgen que. tenia entre sus arras prue,
brazos un t'Jno Jeslls, todo con las proporcIones que se re- bas deducidas
,
L
dI'e a rmtad 1 de un grano de arroz, cuya de
la dcsrr ez a
<}UJenn,
y 1recrio
extraordinaria
. otra mitad formaba el pedestal , lo qua l se puede vér en de varios Arla Obra: Lettres edifiantes de queioues 1I1issionnaireS.
ustas,
Sé lee en una Obra excelente de M.Baktr : Le MÍfroscope á la
70née de tout le Monde, que se veía en Tredescan una cadena de oro compuesta de trescientos eslabones: ésta no tenia
mas que una pulgada de largo, y podia ser arrastrada facilrnente por una mosca.
El
r
l
i
":?
o
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De la Ji·visibilidad.
b.S
El .mismo. A~t0r! refiere haber visto en Duma'mgard una
berlina 'hechai por/NiL .Boverik., R.elogero ,la qual tenia qfta~
tro ruedas y sus' piezas Got:respondiremes , que rodaba facilmente sobre sus' eges ,. y qll;e habia un 'hombre sentado en
'ella : todo era de marfil; y la tiraba una mosca: afiade
despues , que habiendo pesado exactamente
la berlina, el
hombre' y la mosca, no pesaba todo mas que un grano.
,
Se lee en el Diario de Alemania en el . Torno l. de la
-obt<Í-'ta-: 'Add-en'tlad observst, 13. que un obrero llamado Os1lJ,tld Nerliilger', manejaba toda suerte de materias con tanta
destreza,
que lleg6 á encerrar en una copa hecha de un
grano de pimierirn mil y doscientas copitas de marfil, montadas cada una sobre 'su pie, dorados 'sus bordes, 'y que
estaban contenidas en ella de tal suerte que se hubieran podido añadir encima un tercio mas. '
Si los distintos procederes de las artes tienen con que
satisfacer la curiosidad del Físico, quando busca pruebas de
la prodigiosá divisibilidad de la materia, ,la Naturaleza, rnu-cho mas fecunda que el arte, 'le suministra una multitud
admirable,
rodas - igua1mente curiosas y decisivas. Solarnente nos ceñ-iremos á ¡algunas, por otra parte mas que sufi-()jentes para confirmar una verdad que yá 'creemos bastantemente establecida.
Pruebas nue;
86 La difusioh 6 -las emanaciones de las sustan cias odo~h:J;~e"la r!fcras nos parece mer,ecen aqui toda la, ,atencion, del F.ícidas de Ias ope- sico.. Aquella
evaporacion , que se rnannene connnuarnen~~:~~J~¿~~
la.e sin una pérdida notable-del
peso de la sustancia que se
-svapora , es mui propia para prestarse al genero de pruebas
(lue convienen á la Písica experimental.
Difusión de
El célebre Boyle dice el; su Obra: De mira stlltilitdte effluvio.
los olores..
iencia un
rum que tuvo por muc J10S dilas en expenencra
un oed
pe azoe d
ámbar que pesaba mas de cien granos. Lo puso en equilibrio
en el' platillo de una balanza con un contrapeso suficiente; colocado en el platillo opuesto. La balanza temblaba á
una parte -pequeña de grano,
y no pareció al cabo de este tiempo que el ámbar hubiese perdido la mas mínima par.
te de su peso, aunque se evaporó continua y sensiblernente , y que perfumó en todo este tiempo la masa de aire
en que estaba comprendido.
J
d~~:Ji:.
Las
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De la t1.iv¡sib¡¡~daJ.
1'29
Las flores. -de que están guarnecidos nuestros' parterras
despiden las mas veces al rededor de sí un olor qu·e se
siente á mas de diez pies. de' distancia, y que por consiguiente perturna una esfera de aire de mas de veinte pies
de diámetro,
cuya solidez comprende quatro mil pies cúbicos y aún mas. Esta masa de aire se renueva cada instance, Es pues absolutamente
indispensable que las. partes
edoriferas que salen de estas flores, sean de una pequeñez
inconcebible, para ser' tan numerosas y multiplicadas como
lo deben ser en esta ocasiono
..
. Los Físicos _han probado por el experimento siguiente reducir á un cálculo bastante verosirnil la delicadeza extremaqa de estas partes. Ha!') hecho evaporar una cantidad conocida de una .sustancia odorifera , y h:1.Ocomparado quanto les ha sido posible la 'masa evaporada con la de aire que
se halló perfumada por esta evaporaciou.
.
: Llenese la Eolípila de vidrio G (La m. 4, fig. 9.), hasta Ev aporacioa
ios de su capacI'd a d , de un l'Icor oconrero;
_..1
'C
dé un lico r odecasi'1 Ios dos tercios
rífero.
'se toma para esto .cornunrnenre el espíritu rector de la val{- Larn, 4, lig. 9:ea, y se procede de este modo. Pongase La' eolfpila sobre
-l-a, lampara A, que es una especie de vasija de metal l-iena
de esp͡riru de vino, y en la qual se pone un mechero H,
guarnecido con algunas hebras de algodon empapadas en el
mismo licor. Tiene esta dos ramas de metal CF, ED que
se levantan sobre la .vasija A , Y están guarnecidas interiormente', y en la parte superior por unos resortes, superados
'con dos rosetas en forma de conchas, entre las q1131es se
'coloca la eolipila G. Hecho esto , estando encendida la
lampara A, hagase calentar moderadamente
por su llama
la eolpíila G, cuyo pico 1 sumérjase despues en el licor
que se quiere introducir:
entran solamente algunas gotas, y
esta pequeña cantidad es suficiente. Entonces baga,e calentar
esta eolípila hasta reducir á vapores el licor que se ha-intro-ducido en ella, y quando está en este estado, merase de repelHe su pico en el licor odorífero; entra en ella preci pitadarnente, y 5aquese la eolípila quando parezca bastante llena.
_ Este proceder está fUl1dado en la excesiva dilatabilidad.
de los vspores , comparada con la ·del aire. Con efecto está
demostrado por los experimentos de M. .Amonf~ns , que el
TOM. J.
R
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ai-
.De la divisibilidad.
13° "
aire encerrado en" una vasija de vidrio, Ej_ualquiera que sea
su figura, no se dilata sino dos. tercios: quando se calienta
ésta hasta ent:0,gecer. De aqui se concibe que aumentando
el calor hasta este punto" no se podría introducir en la vasija
de que aquí: se usa sino una masa de licor propia para He...
nar los, dos tercios de su capacidad;
y aún. la vasija no po\ dría aguanta!' sin romperse el paso pronto del calor al fria á
que .estaria expuesta en este. experimento •. De donde se si.,.
gue qlle para conservar la vasija sería preciso moderar mu.cho el grado de calor,
y por consiguiente que no se, la
podría llenar de licor hasta: los. dos tercios de su capa ...
cidnd, Nos, contentarnos pues con hacerla primero salentar
moderadamente'
para introducirla
algunas gotas' de licor , y
nos. aprovechamos, despues. de.' la; -excesíva .dilarebiiidnd de
los, vapores, para llenarla casi del todo del licor qlle que'remos introducirla,
Con efecto está demostrado igualmente que una masa de licor aqíioso calentada :i, termino) de
reducirse' á vapores" se dilata y toma tal volumen)
que
"puede ocupar en; este estado Un espacio trece ú catorce vecesma:yor
que el que Ia conviene en el del licorc.De aquí
se concibe que' se hace un vacío mucho mayor pOI: este. pro'"
.ceder , y que casi se puede llenar del. todo la vasija •.
Pésese esta exácta mente , v: vuel vase oÍ colocar sobre la
lampara en un quarro bien ~errado. Se observará irnediata rnente que cuece el licor', y que SlI' vapor odorífero
sale
,por el pico de la eolípila, para: distribuirse en. la' masa de
aire comprendida
en toda la extensión del quarro. ~~alJ"
dOI este
aire esté basrannernente perfumado,
y que se sienta el. olor de lavanda en. todos. los, sitios del quarro , de"
tengase la evaporacion 3paga-ndo la lampara, Degese enfi'iar
la eolipila ,y pe~ese despues para 'Conocer la pérdida .del li..
cm: .cornparese
luego, esta pérdida con la .rnasa de aire
. encerrada en el quarto,
y 110 se tendrá aún . .sino un re ...
sultado muí distante de 'aquel á, quien serÍa preciso poder
llegar,
respecto de que Falta mucho para qué el peso que
tiene menos el licor , exprese el de las partes, odorfferas que
'se han exalado. mientras la evaporacion.
Puede ser que no
'compongan la centésima parte,
atendiendo á 'la cantidad de
''Vehículo que sé evapora con ellas,
,Pa-
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De
laái"vlsi'bi¡¡dad,.
. 1'31
Para dár tilla idéa sucinta de la prodigiosa: divisibilidad
dela rnarer ia, deducida de este expcrirnentq , supongamos
cálculo de
Una sala' de veinte )' dos pies de largo,
diez }' ocho de non
e~a
evaporapropio paancho, y diez de alto: estas son las dimensiones de aque- ra d¡Í'r, na i~éa
"d' repetl o vanas
. veces este
.
.
S·I se de
de la peguen ez
11a en que' lle
expenmento.
las partes
reduce. á lineascúbicas la masa 'de aire comprendida en lo odoríferas.
irnerior ' de estasala ,se hallarán mas de once billones de
lineas cúbicas de aire, Supongamos que la evaporación , en
el instante en que ésta masa de aire se halla perfumada,
haya consumido el peso de un grano de licor, ésta es la
cantidad de pérdida que he observado las mas veces. Est-e
gl:ano se dí vide pues necesariamente en esta operacion en
mas de once billones: de partes, suponiendo
aún que cada
linea cúbica de aire 'no contenga sino sola una parte del
licor evaporado: pero falta mucho para que esta suposicion
sea justa. En UAa inspiración regular no consumimos
mas
que una linea cúbica de aire. Luego es indispensable que est"a' pe~Heúa. masade
aire esté 'impregnada
de 'vá:ias partes
. edorííeras , ; pata. que pueda hacer' irnpresien sensiblemente
en,e~).oFp.an~CiJ-del ~~.fafb (nota 19);'.Y
sl nes ceñim~s á'so~O' Noca 19.
:tchme-u't quatr@"parocuJa-s de esta ~specle ea: cada Iinea cubica .de aire , suposición que se debe mirar como muí modesta , dice el célebre Físico M. r Abbé Nollet en el Tomo l.
de su' Obra: Letons de Pby-S'ique 'Expériment4Ie,
hallaremos
que «el oQ!m(:r0 de partes e<lorife.tas pasará de q uarenta y
Siete _hill~nes. ,"
- r. 1
'
Añadamos aqui, como yá \0 he hecho observar, que 113 evaporacíon que hemos valuado al peso de un gra'no, debe reputarse
l11ucho menor con relación á las partes oderíferas ; respecta de
que no componen sino )a menor pal'te del licor evaporado E}ue
les sérvia de veafeulo, Aú.n quando se supusiera q~e estas meléoolas ,00 cQ111pOUell sino. la :d~<r¡.ffia parte d,e la fmlsMotQ'1 evape- .
rada; y que tampoco no: b<'llC.ea l~ centesima , nadie f>0c:lria oponerse IÍ estas dos suposiciones. Atell'gal1l~ solaraerste á la pdim; ..
ra; será pues necesacio multiplicar por diez el ultimo ¡rOdtlcto,
para determinar de un modo mas e:xacto la pequenez extraordinaria de las particulas edoríferas que se exhalan mien'tras ;j'a operacioa que acabo - de describrir, Luego se hallará
qt!e cada u~ de estas parelculas es raenor que la ql1~trc.
R 2.
cien® Biblioteca Nacional de Colombia
pe la d(1)is;MltdaJ~\
1 ~~.
cientos billenesirna partc de un grano.
.
Todo cuerpo odorífero
ofrece fenórneaos
semejantes,
Boyle nos refiere en su Obra: De mira sttbtilitate effttlv¡ortlm~
que tenia un par de gl1:1ntes de España que habian sido,
perfumados con un g¡:allo de almizcle ,. Y- q:ue esparcian
aún un olor mui suave veinte y nueve anos después.
Las emanaciones de tOd3S las sustancias perspirables ipue...:
igualmente
de pruebas á la misma' .verdad ,. y tie~;
nen esto de particular que conservan por mucho tiempo las;
C1lid
lar 1es d''e1 cuerpo d'.e qUlel1 son dirrnana d as. Leernos en, .
Senneret que á unos Aprendices. de O!_límica se les halló dor-,
mides .en> un laboratorio
por haber respirado los vapores.
que se levanraban de una destilación de sustancias.sornniferas •.
Sucedió lo mismo ~ Levino Lamnio , cerno Se puede vér'
en su Obra: In explica, herbarum. biblicar. fué atacado .de -un'
sueno que 110 pudo evitar sino sacando. de, su ga vinete unas.
manza;Qas dernoadragore que habia COI él., ,
' ,
.)
¿"
Sl1nlJerq..refiere tambien ·cn.:s.¡ ·Qbra,.:
f(vr.-ihu!>¡; quei
en 1 54'2 ;Ir pe~.~e·ma.tO ~s die seis ~i1 !11om.\ye~,~~1,''Bré.s-,
la., 't\l en el rermrno. de seis meses , y que se eonservo. carord
ce añosen
:UI1, t 'apo doblado
~ ~Lqcll.aLJ
habiendo- si.· o HaMa<7;
do á otra. Ciudad, causó en ella la peste .que se liepartió en:
den servir
P;man~C!one5
de las sustar.cias
persplrab]f[.
I
ne-'
l
f;
~f
~~s campañas
vecinas.
.
-
.'
Trinc:av4lla bac~ p.,lcnciqn '61'1 51:1', Obra de uu cnotagio <1(¡n
l}1as ~utí.i.;.d~~~ru yó,;giez, fIli1,.h9P;\b"~S;I,habla sjda-:Q<>asi'Qnal~'E?
por unas cuerdas que' sirvieron para bajar unos apestados á
lasscp,ulnLra·s.·.;.
:,¡
, "
')'"
.:"·r,"·;:/.
1.3 misma ver-.
,&7 ) Lasiobservaciones
microscópicas
ofrecen' :toda vía, a~
dad dem]omba- .Físieo lIP medio iQlIal·mtllte
Se.2:11IQe para demostrar la pr~
t
.'
,
d por as
.~rv"c!one5 mi- Fli§iosa. d,~y~5;ilyi¡¡dad¡,~le_ Ja, ,¡m¡¡,tf:Jlia. .Las In fl1s)oneS ,. ·las. mal'
IrC scopicas-.
"
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'1
J"
. .
""
I d 1
,,:,er.a4'IQIJ;e,s;
i.1~ r a·S¡Fu~~1·ta~,_· fr)StlirlJ plS.liI'a'n.tlOe51¡De'Ct-:i cu, O. e' os
.mas ya'ti.Il~¡Qf 4~ .;~nm.ilk~1dc
-.djY~nas.:c5pJwif!S(,. qrue Lewe:nj'
hoik exá:l1ÚI¡lQ,;an~igr~ailll~nt:eJ<I(l)Jj)¡J_a¡ atención- mas xscr U pUl1o't
.sa ) y entre' los, quales
ha IltS· ,a.Jg.urJ,(i)$·que' eraa ciern 'm Illen CI$
de veces menores qué' ljli 'grano de 'arena) 10 que -se puede
ver en su Obra :·~r,;alla· nat~r4. M. de Male:z:.ieu ha>observado
i.gualmf nte a,lgunos· <;]:uelos -eonsideró.
veinte ,y siete -millones de veces menores' que 'un r .Arador ,(lo li)lle se. puede vér
rola Hi;.toú~. d(·l4..Real.Acadenii4 de,ciwciJ.s de:PalÍs deLw~6
.
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de
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Dela divisibllid-a"l.,
de 171S.¡lT'odós
13,3
estos' animales
,gdn Clrerpos :o'rgan¡za:Qos,
con sus músculos y vasosi.llencs "de-:licores ~ 'cuyos g-Iobülos, , comparados COIl el: grueso de SIllSl cuerpos" es'lOán tu' ,la
misma proporción , 6: en una muí' pr 0'x-ima de la que se
descubre entre el grueso de los globl~losde
nuestros tiqlli~
dos ; comparado c{m el dq: nuestro cuerpo. j<Qpé. -prcdigioSal' cantidad de. ;0i,br,as,no rse necesisarian (ctmp!ea:r 'para '~~presal!,la.:~~equeÍÍéz de esta esp'tlcie!,de-glbbulos
(nQ);ra·1'9~L Lo: NotUj.1
'lue prueba mas que suficiearemeuee, quánro. exceden las
operaciones de la .Naturaleza
á das del arte, pata .adelaarar
la di vis ion de la materia mas allá: de lo que nos 'arreverÍ'amo$
á imaginar. ,11,,',!.l'
:'
c.
i,,; _.' "
)
:',
88 La divisioa deIos cuerpos.mdltípllca. a~dm.i,ablemen- MI' l' "
np icacrorr
te la texeensron de susrsuperficiesi-Con efenOlI se rcenciíaé que de las suporti..1
.1
.
C. '
ocasionada
caid a 'cuerpo, esta". ternnnaao.:
por toces
partes con
superncres
poda divisicn.,
l
't',
'.
.
~
.,'
••
~
ti
'eleS
que le son propias , )'l que' se multiplicJ"j ,á prQLyorcró\1 del
numero de divisiones que se le, hace 'sufrir.
'"c,
;. ,;",:
¡
Supongamos,
.pori ~,egelil1pJo., ql.l(t' set corte una. naranja
en dos. partes i.gual~s:,además _& la 's1ppedide 'que (tenia a!);.
tés ; esta' seccion prcduce.des. planos circularesóqqe ,aumen';'
tan otro ta¡)j)IDO hr exrension .de iSl~ 'St'pe'rhoie total (in!lM' z é);
Si se certa raún cada una de.essas rdos 'partes
otras dos;
resultarán
quatro superficies nuevas de la ,miSI11'l exrensioa
Gue las' dos prccedences , .y asi sucesivamente,
; " ;Esta¡ -obse.lWaúon .no. debe ser" despreciada
cid Písice. Le
.pone'en estado del-ccnoeer.c-quando
válúa¡ la .exitel1'sfOn' de
-las superficies , b iresisteneia ,ql.lCJ uu. ('¡¡erpo .puede 50ft.ir en
diferenties· ~_ir,cuns.tam:ias.J Le' enseña .qnel u:n, tire de' plome
menudo,
por ege,mp.lo""arrojado
CQI1' una, fuerza dada, 110'
'aka'll:zrad ':°1111 n;lnrh~, 't~IHO corno una' ba 1(1~el: mismo,
-so , despedida con .Ia' nnsme fuerza., 'te, ensena' que,un 'naVIQ:'
,'grande es rnucho.mas f.av.o/l:e¿ido.de1(},liemo,que otro- dp menor
-v,olumen,.&c..'&c.,
, ,,\!¡d:
(' [
,(
,
"
C'A P 1 T 1')' LJO v,
.
ter
I
r~-
De l.t mQviliditá..
89
Además de las propiedades
generales efe qll'C ñci~
'moshabl:ada hasta ahora , se, descubre ,aún otraqueconvielile:
® Biblioteca Nacional de Colombia
Nora':¡,o ..
1:34
Deflnicion•
Pade,ce~emas,
de ID .. h)"
:llo .la mQvUi'dam
lIe igllalmente ¡" todos 10S cuerpos. Esta uhhna', que' 'se' ca";'
Hoce bajo el nombre de movilidad, consiste en aquella facul-,
tad que tienen de poder pasar de UrJ Jugar á otro, en virtud de una fuerza motriz .. que se les imprime.
'
90
Si todos los cuerpos son móviles, no lo son todos
.
¡gua lmente. U·
' na .rmsrna fuerza ap l·icacd a a dinsnntos
cuerpos;
no los hace á todos mover del mismo modo, Q,lan o >CaU,..
sas concurren .junta ,6 separadamente á esre efecto ,; sus ms•
I
sss , 'Sus figur al , las aspere;:,as de sus superfi-ciel J sus volumenes;
1 <?
Es un hecho universalmente reconocido que qualquier cuerpo 00 .se mueve, ni con mas velocidad,
ni len"
titud que cada una de las partes en particular. Ahora' bien
para hacer I mover cada, ¡UA:a de [as perres de un móvil" es
absolutamente necesario Imprirnirle una- fuerza que se distribuya uniformemente
á.'cada una de ellas. La intensidad de
esta fuerza, .considerada en, cada una, disminuye pues en
razon del numero de estas partes: pero como todo efecto
es proporcional ~ la~fuel1Z'a ,que lo produce, la velocidad con
que cada .una de las; 'Partes de este' -rnóvil se mueve, sigue
la misma .ptoporcion, y resulta tanto menor. El. mismo mÓr
vil animado! de, unal fu,¡':rz:l' dada ~se mueve tanto mas lenta mente,
quanto mas masa lleva consigo, 6 que está compuesto de mayor numero de partes.
Supongamos,
por egernplo , dos móviles que no di,...
,6ér;l1l.entre,;Sí sinm ensu rnasa , y,que -sean,1:a1es q\!le la del
uno sea' dnpla ¡ de' :la' del, otro,'. ,Ap\icada: la' misma fUt:rz~
sobre uno' y' otoo , aquel
'masa' será a\upJa,.¡ se moverá una vez mas Ientaraenre que. el ocro; 'Luego la masa
influye sobre la movHidad de, un cuerpo,
Respecto á la
2'?
La figura del ..móvil
entrar tambien en con ..
figurJ.sideracion
en el. aprecio, de .su ~noViilida.d. En efecto es' COll,S:~
'Unte que si dos ouerpos 50n. igll~16S:en todo, excepto en
figura, el uno será mas móvil que el otro. Nos: convenceremos facilmenre de ello ,
de un modo muí percepribte,
si se aplica la misma fuerZa á dos cuerpos de esta especie:
á una esfera, por cgemp'lo., f á etro cuerpo de figura diferente, y cuyas faces estén mas 6 menos multiplicadas,
La esfera que no' tocara ,,1 plsno sobreque se' moved ,sipo
'en l1A puqtQ mui pequeño de su superficie, encontrara menos
:Respecto á la
masa.
• I
'
cura
-=.
Y
® Biblioteca Nacional de Colombia
'De la' mvv¡lid¿ti.
!'lOS
resisten.cia .y
St"
moverá
'mas
[1
c.ilmen te.
SuceQfe lo mismo. con la superficie del mt5viJ :. opo6: menos obstá'cu10 á su moviroíenro.; segun que está mas lisa, ó llena de asperezas, que la hacen' sufrir rozamientos, mas, considerables.
3?
Re;pec[o
ne mas.
superficie.
4~ . El volumen del 'móvil no, debe 'ser d~spteciado,
Resp~c
i
J
E.
quan d o' Se ' trata, dee 1uzgar
oe
SU movin·I.·da.d E n erecto
quan- volumen .
to mas. 'volomerJltend~á ,.siendo 'además todas las, cosas ..igu'a,.
les , mas res¡:stent'ia, padecerá de parte dd' medi(), qUeiatrave~
sar;t " como, 10 de;ffiostraremo~ despues..
" '
91 Quatro. cosas influyen pues. en Ias circurrstanci,as cormrnes sobre la movilidad:, de un cuerpo ," y¡ dism.;~llyenmFlS
Ó, menos 'la initen:sid.1d.[.de 'eSCoa:pnD¡pieJad;_ De estas. <Jua~ro,
COsas,: la'; Eg-ura",,,supe:vlhcie"y
volumen, se 'red'l1c~rihln,,á ce ..
ro" .'si' se supusiese ql,1e.los:' pnerpo~'se movian:.er~J uri,¡~,acío
perfecto !. luego no quedada¡ entonces sino la rnasa delmó'vil que prodUciría mas.' 6. menos obstác ulo, ál su movilidad •.
,A hora. bien tmuchos. eélebres Físicos d~n á estCJóbstáculo"
que 'nace. de"la masa del ·m:6.vih,..'e! nombre de'{fner~a I de
,~riercia. ·Ent,ien¿Jen. "pues: por 'esta Jtlerzala
r,esis,t,e'nciaJque la
.masa,de un. 'fllI6.v,jlopone á su' movjftl'ifnto~
,
,,;
á la
[O
92. Esta resistencia"
seg~lI1.ellos', es; una: hlerza: real ,in- D.la fuerza,
hereate á esta masa, á, la, qual , dicen que es, proporcional. de~lle cia,
Si se declara en, un cuerpo en reposo., que' se quiere hacer
.pasar- de este estado al de movi;rniento",
se verifica' igual'mente:en uno cuerpo eo, movi,miemo ,. á quien se quiere im~.
prí¡mil' mayor. ve locidad;
.Es pues necesario no ,colilftmdir esta fiaerza , supon.iendo'
que existe ; Con la iner·cM. que todo el mundo conoce en
la mate:ri.a. Esta ~ es una simple ea:lidad, de ella, v' mejor"
una simple privacian , que hace que la materia. no' tenga'
activid'ad atlguna; que no pueda d~rse iDor sí misma m¡,:,dihcacion aLgtJ('J.a,ni, oca~j'orrilir ni'ngnlíla' rnudaoza á, 1as,'queha.,
recibido, en lrrgar que' la' fúerza' me inencia, tornada en el
sentido 'de sus' Partidarios,
es una fuerza real é intrinseca.
Esta, fúerza , .reconocid.a, tambien, 'por [);es,carus , no,consistia,
segun tI , sino en, el solo reposo, de sus parres, al; qual.
Irtr:ibtlía ,~oda la ,resistencia q.uese
etlCllentra' al mover.: un.
:'Cuerpo -ea reposo , Ó al41celer-a,r la, velocidad.del 'lue se su<-
po-
® Biblioteca Nacional de Colombia
a
I
~36.
di"
Dé fá mo'Oilida'tl
pone en movimientó,
Si la quietud ó reposo -no fuese una
simple 'prlvaciou del movimíento , y un estado puramente
negativo,
la qpinion de Descartes no escaria mui distante
de la verdad. Se la pcdria modificar y aplicar á las mismas
circunstancias en que se trata de mudar la direccion del móvil ó de! acelerar su 'velocidad. Parece constan ter que no es
, precisamente
al, reposo,
á quien debemos, atribuir la resistencie -que un móvil nos hace, sentir: quando .intentamos po~
nerle en. movimiento.
Tampoco esá su gra'vedad, como algunos lo han pretendido,
á quien debemos arribuir este
efecto. Kepl'cr" Newl.on , y todos los que han abrazado su
opinion ,. .han ;satisfec~(i) .sufieientemente
.á .esta dificultad ; y:
Jrtadie dlJcta· eal el' dia.que; no .se. debe c.onfundir Ja resis-tonCÍ"a'al. tIinovimieatpllcon:Ja'
grav:e.dhld.,'.respect~ d€ que es(~a~l'esistenóa nse: ha:ce;2senti'r,jgllal~ent,e,
quando se quiere
-rnover un móvil ,"seg.un una' direccion favorable á su gravedad. 2 ~ál puede ser pues esta resistencia ~,2 De dónde pro,cede? Esto es lo llue los Partidarios de la. fuerza de inercia 11'0 se proponen resolver.iLa
imiran solamente, como ·uoa
lei de la Naruraleza ; un atto panicular
de .Ia voluntad del
Criador,
que ha -decrerado que los. cuerpos.iopusiesen
una
-resistencia- al 'movimiento,
y ique ésta ,fuese" proporcional á
la masa de los cuerpos que se han de mover:
de donde se
infiere que es una fuerza real
inherente á. todas las partes
de la materia. .Aunque no le sea licito al Písico remontarse
·á las leyes geller.~les, de la. Naturaleza, par",,' comprender la
verdadera razón de su instirucion , creemos sin embargo po~
.der explicar de un modo bastante . claro y exacto al mis:"
'ITIO tiempo,
la causa de' esta resistencia , que se mira sin
venir al caso corno una fuerza real é inherente en todas las'
rpartes de 1;). materia.
- 9.3 Convendremos
con los Partidarios. de la fuerza de
¡inercia, que no hai cuerpo alguno en la .Nnruraleza que no
haga experimentar
una. resistencia dada al movimiento
que
.se intenta imprimirle.
Nos conformaremos
tarnbien en que
ésta es proporcional
á.la masa cid m6vil;
esto es, 'que se
advierte una resistencia otro tanto mayor,
siendo además
.todas I3s cosas iguales, qual1la mas masa lleva el móvil consigo. Añadiremos
aún que es necesario emplear una fuerza
nueé
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