CLASE DE ULCERA PEPTICA ANA MARIA HIGUITA-CIRUJANA GENERAL UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE PEREIRA El dolor epigástrico es el síntoma más común en la ulcera duodenal y gástrica. En la ulcera péptica no complicada los hallazgos clínicos son pocos e inespecíficos. Sangrado, anemia, saciedad temprana, pérdida de peso no explicada, disfagia progresiva u odinofagia, emesis recurrente e historia familiar de cáncer GI. Los pacientes con ulcera perforada se presentan con dolor abdominal severo e irritación peritoneal. En la mayoría de los pacientes con ulcera no complicada, los laboratorios de rutina no son útiles, se debe confirmar con radiología o endoscopia. La detección del H pylori es esencial en todos los pacientes. Test rápido de ureasa es considerado el test diagnostico endoscópico de elección. La endoscopia digestiva alta es el método diagnostico preferido en la evaluación de los pacientes con sospecha de ulcera péptica, ya que proporciona la oportunidad de visualizar la úlcera, determinar la presencia y el grado del sangrado y realizar hemostasia con medidas directas, si es requerido. La terapia primaria recomendada para la infección con H pylori es el inhibidor de bomba de protones y el triconjugado, esta terapia da una cura de la infección y la úlcera en el 85-90% de los casos. Las úlceras pueden recurrir en ausencia de erradicación del H pylori. La indicación de cirugía urgente incluye la falla de la hemostasia endoscópica, recurrencia del sangrado luego de dos intentos endoscópicos de hemostasia y perforación. Los pacientes con úlceras gástricas tienen alto riesgo de desarrollar malignidad. Etiología La úlcera péptica puede ser debido a cualquiera de los siguientes: H pylori Medicamentos Factores de estilo de vida Estrés psicológico severo Estados hipersecretores (poco común) Factores genéticos Infección por H pylori H pylori y los aines son la mayor causa de las ulceras pépticas. La tasa de infección de H pylori para la úlcera duodenal es 61% y 63% para la úlcera gástrica en pacientes sin consumo de aines. La prevalencia de la infección de H pylori en úlcera complicada es menor que la enfermedad no complicada. Medicamentos El uso de aines es causa común de úlcera péptica. Altera la permeabilidad de la mucosa, hace que sea más vulnerable a la lesión. Más del 30% de los adultos que toman aines tienen efectos adversos GI. Los factores asociados con un aumento de riesgo a presentar la úlcera duodenal incluyen la historia previa de úlcera péptica, edad avanzada, sexo femenino, altas dosis o combinación de aines, uso prolongado o concomitante de anticoagulantes y comorbilidades médicas. Un meta-análisis encontró que la erradicación del H pylori en pacientes que necesitan tratamiento con AINES antes de la iniciación de los mismos, se asocia a la disminución de úlceras pépticas. Los corticoesteroides solos no aumentan el riesgo de la úlcera péptica, pero si pueden potenciar el riesgo de úlcera en pacientes que consumen concomitante los aines. Factores del estilo de vida El consumo de cigarrillo puede acelerar el vaciamiento gástrico y disminuye la producción de bicarbonato pancreático. Sin embargo los estudios producen resultados contradictorios. El cigarrillo es lesivo para la mucosa gastroduodenal y la infiltración del H pylori es mayor en el antro gástrico de los fumadores. El consumo del alcohol es conocido como causa de irritación de la mucosa gástrica y gastritis inespecífica. La evidencia de que el consumo de alcohol sea factor de riesgo para ulcera duodenal no es concluyente. Poca evidencia sugiere que la ingesta de cafeína está asociada con riesgo aumentado de úlcera duodenal. Estrés sicológico severo Condiciones de estrés pueden causar úlcera péptica incluyendo las quemaduras, trauma del SNC, cirugías, y enfermedad médica severa, sepsis, hipotensión, falla respiratoria y politraumatismo. Úlceras de Curling son asociadas con tumores cerebrales o trauma, y es típicamente, única, profunda, con tendencia a la perforación. Se asocian con la carga ácida alta en el estómago y se puede localizar en estómago o duodeno. Las quemaduras extensas se asocian también con úlceras de Curling. Estados hipersecretores Los siguientes son estados hipersecretores, poco comunes, causantes de úlcera péptica: Gastrinoma (síndrome de Zollinger-Ellison) o neoplasia endocrina múltiple tipo I (MEN-I) Hiperplasia antral de células G Mastocitosis sistémica Leucemias basofílicas Fibrosis quística Síndrome de intestino corto Hiperparatiroidismo Genéticos Mas del 20% de los pacientes tienen una historia familiar de úlcera duodenal, comparado con solo 5-10% en el grupo de control. Además existe una asociación débil entre la úlcera duodenal y el tipo de sangre O. Factores etiológicos adicionales Cualquiera de los siguientes se puede asociar con la úlcera péptica: Cirrosis hepática Enfermedad pulmonar obstructiva crónica Gastritis alérgica y eosinofílica Infección por citomegalovirus Enfermedad injerto vs huésped Gastropatía urémica Gastritis Henoch-Schönlein Gastropatía corrosiva Enfermedad celiaca Gastropatía biliar Enfermedad autoinmune Enfermedad de Crohn Otras enfermedades granulomatosas (ej., sarcoidosis, histiocitosis X, tuberculosis) Gastritis flegmonosa y gastritis enfisematosa Otras infecciones, incluyendo virus Epstein-Barr, HIV, Helicobacter heilmannii, herpes simplex, influenza, sífilis, Cándida albicans, histoplasmosis, mucormicosis. Agentes quimioterápicos, como 5-fluorouracilo (5-FU), metotrexate (MTX), y ciclofosfamida Radiación local que resulta en lesión de la mucosa que puede llevar a la úlcera duodenal Uso de cocaína, que puede causar vasoconstricción localizada, disminuyendo el flujo sanguíneo y la posibilidad de lesión en la mucosa Epidemiologia En los estados unidos, la úlcera péptica afecta aproximadamente 4.5 millones de personas anualmente. Aproximadamente el 10% de la población en EEUU tiene úlcera duodenal. La prevalencia de infección por H pylori es de aproximadamente el 20%. La proporción de la infección aumenta con la edad. La incidencia de la úlcera duodenal ha disminuido en las ultimas 3-4 décadas. La tasa de hospitalización de la úlcera duodenal es aproximadamente 30 pacientes por 100,000 casos. La úlcera duodenal predomina en hombres. La prevalencia es aproximadamente 11-14% en hombres y 8-11% en mujeres. Pronóstico Cuando la causa es tratada, el pronóstico es excelente. La mayoría de los pacientes son tratados con éxito con la erradicación del H pylori, evitando el consumo de aines y con el uso apropiado de tratamiento antisecretor. La erradicación del H pylori cambia la historia natural de la enfermedad, con disminución de la recurrencia de úlcera de 60-90% al 1020%. Con respecto a las úlceras relacionadas con los aines, la incidencia de perforación es de aproximadamente 0.3% por paciente cada año, y la incidencia de obstrucción de 0.1% por paciente cada año. La mortalidad de la úlcera péptica, que ha disminuido en las últimas décadas, es aproximadamente 1 muerte por 100,000 casos. Si se considera a todos los pacientes con úlcera duodenal, la tasa de mortalidad por sangrado es aproximadamente el 5%. La evidencia de metaanalisis indica que hay disminución de la mortalidad por sangrado en la úlcera péptica con el uso de inhibidores de bomba de protones luego del tratamiento endoscópico exitoso. La cirugía de urgencia para la perforación de la úlcera péptica lleva una mortalidad de 630%. Los factores asociados a alta mortalidad incluyen: Shock en el ingreso Insuficiencia Renal Retardo en la realización de la cirugía más de 12 horas luego de la presentación Comorbilidades (ej., cardiovascular, diabetes mellitus) Edad mayor de 70 años Cirrosis Inmunosupresión Localización de la úlcera (la mortalidad asociada a la perforación gástrica es dos veces mayor que con la perforación de la úlcera duodenal.) Educación del paciente Los pacientes deben conocer los agentes potencialmente nocivos, como por ejemplo: AINES Aspirina Alcohol Cigarrillo Cafeína (ej. café, té, bebidas cola) Obesidad Estrés Historia clínica Antecedentes personales de úlcera péptica, infección por H pylori, ingesta de aines, cigarrillo. El dolor epigástrico es el síntoma más común. Se caracteriza por sensación de quemadura y ocurre luego las comidas—clásicamente, poco después de las comidas en la úlcera gástrica y 2 a 3 horas luego de las comidas con la úlcera duodenal. El dolor se puede irradiar a la espalda cuando la úlcera gástrica esta penetrada en la cara posterior y se complica con pancreatitis. Los pacientes pueden presentar obstrucción intestinal alta como resultado de una úlcera duodenal crónica, no tratada, con nauseas y emesis luego de varias horas de la ingesta de alimentos. Otras posibles manifestaciones son: Dispepsia, incluyendo eructos, distensión e intolerancia a las grasas. Acidez Disconfort torácico Hematemesis o melenas Raramente, hematoquecia. Anemia (ej., fatiga, disnea) Inicio súbito de los síntomas puede indicar perforación. La gastritis inducida por aines puede ser silente, especialmente en ancianos. Los signos de alarma que indiquen remisión al especialista son: Sangrado o anemia Llenura temprana Pérdida de peso inexplicada Disfagia progresiva u odinofagia Vomito recurrente Historia familiar de cáncer GI Examen físico En la úlcera péptica no complicada, los hallazgos clínicos son pocos e inespecíficos e incluyen los siguientes: Defensa epigástrica (usualmente leve) Defensa en cuadrante superior derecha puede sugerir patología biliar o menos frecuente, úlcera péptica. Test guayaco positivo por sangrado digestivo oculto Melena por sangrado gastrointestinal agudo o subagudo Obstrucción intestinal alta parcial o completa Los pacientes con úlcera perforada presentan dolor abdominal severo de inicio súbito, generalizado. Empeora con los movimientos, por lo que asumen la posición fetal. Al examen físico tienen irritación peritoneal, rigidez y defensa abdominal. Sin embargo los hallazgos dependen de varios factores como el tamaño de la perforación, cantidad de contaminación bacteriana y gástrica en la cavidad abdominal, tiempo entre la perforación y la presentación y sello espontáneo de la perforación. También pueden demostrar signos y síntomas de shock séptico, como taquicardia, hipotensión y anuria. Esos marcadores pueden estar ausentes en ancianos e inmunocomprometidos o en diabetes. Consideraciones diagnosticas Dispepsia no ulcerosa o funcional: es un diagnóstico de exclusión en pacientes con dolor epigástrico crónico. Enfermedad de Crohn: puede involucrar cualquier parte del tracto GI. La úlcera gástrica aislada es rara, aunque también puede causar úlceras duodenales o ileales. Síndrome Zollinger-Ellison: es un raro desorden que causa úlceras gástricas o duodenales (usualmente múltiples) por excesiva secreción acida. Considerarlo si el paciente presenta úlcera péptica severa, cálculos renales, diarrea acuosa, o malabsorción. Se puede asociar a la neoplasia endocrina múltiple tipo I. Existen niveles séricos de gastrina mayores de 200 pg/mL e hipersecreción acida gástrica basal de más de 15 mEq/h. El inhibidor de la bomba de protones debe ser suspendido 2 semanas antes de la medición de gastrina. Diferenciales Síndrome coronario agudo Aneurisma abdominal Colangitis Colecistitis Colelitiasis Enfermedad diverticular Perforación de esófago Esofagitis Gastritis aguda o crónica Gastroenteritis Reflujo gastroesofagico Enfermedad inflamatoria intestinal Hepatitis viral Ayudas diagnósticas Realizar el test de H pylori es esencial en todos los pacientes con úlcera péptica. La confirmación de la úlcera se realiza con endoscopia o radiología. Si hay sospecha diagnostica de úlcera péptica se debe realizar un C Hemático, pruebas de función hepática, amilasa y lipasa. La anemia es un signo de alarma que obliga a realizar endoscopia temprana y descartar otras causas de pérdida GI de sangre. Endoscopia La endoscopia es el test diagnóstico de elección. Es altamente sensible, pudiendo tomar biopsias de una úlcera para diferenciar si es benigna o maligna y detectar la infección por H pylori con biopsias antrales para realizar test de ureasa rápido y /o estudio histopatológico. La úlcera gástrica aparece como una lesión discreta de la mucosa, a menudo con exudado fibrinoide. Tienden a ser únicas y bien circunscritas y usualmente de 0.5-2.5 cm de diámetro. Generalmente en la unión del fundus con el antro, a lo largo de la curvatura menor. Las úlceras malignas usualmente son irregulares o con márgenes elevados. Más del 95% de las úlceras duodenales están en la primer porción del duodeno, la mayoría miden menos de 1 cm de diámetro. Se caracterizan por la presencia de un área bien demarcada en la mucosa que se puede extender a la muscularis propia. Imagenología El paciente que se presenta en forma aguda, tomar una radiografía de tórax es útil para detectar neumoperitoneo y descartar la perforación. En las Rx de vías digestivas altas con medio de contraste hidrosoluble, la extravasación del medio de contraste indica perforación gástrica. Radiografía con doble contraste con un radiólogo experimentado puede tener alta precisión diagnóstica como la endoscopia digestiva alta. Es poco sensible para úlceras pequeñas (< 0.5 cm). La desventaja es que no puede tomar biopsia ni descartar infección por H pylori. Angiografía Puede ser necesaria en pacientes con sangrado GI masivo en quien no se puede realizar la EVDA. Se necesita una tasa de sangrado de 0.5 mL/min o más, lo que le da precisión para identificar el sitio de sangrado y además puede ser terapéutica al inyectar agentes vasoconstrictores. Test de gastrina sérica Descartar el síndrome de Zollinger-Ellison en ciertos casos como: Pacientes con múltiples úlceras Ulceras distales al bulbo duodenal Fuerte historia familiar de úlcera péptica Ulcera péptica asociada a diarrea, esteatorrea y pérdida de peso Ulcera péptica no asociado a H pylori o uso de AINES Ulcera péptica asociada a hipercalcemia o cálculos renales Ulcera refractaria a tratamiento médico Ulcera recurrente luego de cirugía Test de estimulación de secretina Puede ser requerido si el diagnóstico de Sx de Zollinger-Ellison no puede ser realizado solo con el nivel de gastrina sérico. Este test puede diferenciar el Sx de Zollinger-Ellison de otras condiciones con altos niveles de gastrina, tales como el uso de terapia antisecretora con inhibidor de bomba de protones, falla renal u obstrucción gástrica. Biopsia Una simple biopsia ofrece el 70% de precisión diagnostica en cáncer gástrico, pero 7 biopsias simples obtenidas de la base y márgenes de la úlcera aumentan la sensibilidad al 99%. Manejo en Urgencias El manejo depende de la presentación clínica e incluye: CH para evaluar el paciente con sangrado agudo o crónico. Electrolitos, BUN y creatinina son útiles en pacientes críticos que requieren reanimación con líquidos. Hemoclasificación y pruebas cruzadas para transfusión en paciente inestable o paciente potencialmente critico. PTT, PT e INR son indicados en pacientes con sangrado activo o que usan anticoagulantes. Amilasas, lipasas y transaminasas para descartar otras causas de dolor epigástrico. Consideraciones terapéuticas El tratamiento depende de la etiología y la presentación clínica. Las opciones incluyen terapia antisecretora, terapia triple empírica para infección por H pylori, endoscopia luego de tratamiento adecuado y serología para H pylori luego de la terapia triple a los pacientes infectados. La endoscopia documenta la cicatrización de la úlcera gástrica y descarta cáncer gástrico. Usualmente se realiza 6-8 semanas luego del diagnóstico inicial. En úlceras complicadas debe confirmarse la resolución del H pylori con test no invasivos, como la prueba de urea en el aliento o prueba de antígeno fecal. Realizar la endoscopia temprana en pacientes mayores de 45-50 años y en pacientes con síntomas de alarma, tales como disfagia, emesis recurrente, pérdida de peso o sangrado. La edad es un factor de riesgo independiente para la incidencia y la mortalidad de la hemorragia digestiva por úlcera péptica, con el riesgo cada vez mayor para las personas mayores de 65 años y cada vez más para los mayores de 75 años. La indicación para cirugía urgente incluye falla en el tratamiento endoscópico, recidiva de sangrado luego del manejo endoscópico (cirugía luego de 2 intentos fallidos por endoscopia) y perforación. SANGRADO DIGESTIVO Terapia endoscópica El sangrado digestivo por úlcera péptica es común. La evaluación endoscópica puede disminuir la estancia hospitalaria al identificar los pacientes de bajo riesgo de resangrado. Además, reduce la posibilidad de resangrado y la necesidad de cirugía. Los pacientes pueden ser clasificados en alto y bajo riesgo de resangrado por la presencia o ausencia de estigmas en la endoscopia. Estigmas de alto riesgo: Sangrado activo (90% riesgo de resangrado) Vaso visible (50% riesgo de resangrado) Coágulo reciente (30% riesgo de resangrado) Las úlceras con estos estigmas requieren terapia endoscópica, mientras que las que tienen la base limpia, no. En ausencia de estigmas, el paciente puede ser dado de alta a casa con tratamiento médico dentro las 48 horas. Varias modalidades de manejo endoscópica están disponibles, tales como la terapia de inyección, coagulación, clips hemostáticos, coagulación con plasma argón y combinaciones. La terapia de inyección puede ser realizada con epinefrina en una dilución de 1:10,000 o con alcohol absoluto. La terapia térmica se realiza con una sonda de calor o una sonda bipolar. Los hemoclips son útiles para el sangrado agudo aproximando los bordes. La EVDA es exitosa en el 90% de los pacientes; cuando esto falla la embolización transcateter puede ser útil. Los factores de riesgo que predicen la recidiva del sangrado superior no variceal son: Suspensión del uso de inhibidor de bomba de protones luego del tratamiento endoscópico. Sangrado demostrado por endoscopia. Uso de heparina Sangrado en un paciente con enfermedad hepática moderada a severa. Inestabilidad hemodinámica antes de la endoscopia. Comorbilidades Ulceras de gran tamaño Ulceras duodenales en la pared posterior Estas personas de alto riesgo deben ser manejadas inicialmente en la UCI y luego debe realizarse endoscopia para second-look, ya que muchos de esos factores (edad avanzada, comorbilidades, sangrado intrahospitalario, recidiva, shock hipovolémico, necesidad de cirugía) se asocian con mortalidad hospitalaria. Supresión acida La supresión acida es el principio farmacológico. Reducir la acidez gástrica mejora la hemostasia ya que disminuyen la actividad de la pepsina convirtiendo un ambiente alcalino. La pepsina antagoniza el proceso hemostático degradando los coágulos de fibrina. Dos clases de medicamentos inhibidores de ácido son los antagonistas de receptor de histamina 2 (ARH2) e inhibidores de la bomba de protones (IBP). Ejemplos de ARH2 incluyen ranitidina, cimetidina, famotidina y nizatidina. Ejemplos de IBP son omeprazol, pantoprazol, lansoprazol y rabeprazol. El uso prolongado de IBP puede disminuir la absorción de algunos medicamentos. La administración parenteral de IBP es indicada luego de la terapia endoscópica exitosa para las úlceras con signos de alto riesgo, tales como sangrado activo, vaso visible y coagulo adherido. El uso de IBP parenteral antes de la endoscopia es una práctica común. Infección por H pylori Régimen triple Consiste en IBP, amoxicilina y claritromicina por 7-14 días. Siendo más efectivo si dura más el tratamiento (14 d vs 7 d). La amoxicilina puede ser reemplazada por metronidazol en pacientes alérgicos a la penicilina. Las terapias triples por 14 días son: Omeprazol o Lansoprazol o Rabeprazol o Esomeprazol más Claritromicina y Amoxicilina Alternativas Omeprazol o Lansoprazol o Rabeprazol o Esomeprazol más Claritromicina y Metronidazol Terapia cuádruple Es reservada para pacientes a quienes el tratamiento ha fallado: IBP o ranitidina, Bismuto, Metronidazol, Tetraciclina. Considerar terapia de mantenimiento con la mitad de la dosis estándar de ARH2 antes de acostarse en pacientes con úlceras recurrentes, refractarias o complicadas. Atención de Urgencias Los objetivos del tratamiento en la fase aguda son mejorar las molestias y proteger la mucosa gástrica para promover la curación. Los pacientes de alto riesgo incluyen los siguientes: Sangrado con inestabilidad hemodinámica Hematemesis o hematoquecia que recidiva Falla de aclaramiento con el lavado gástrico Coagulopatía Comorbilidades (cardiacas, pulmonares o renales) Edad avanzada Manejo farmacológico Antiácidos o un coctel GI (un antiácido con lidocaína y/o antiespasmódico) puede ser usado para el manejo sintomático. El manejo empírico de H pylori no es recomendado. Solo se realiza luego de confirmarlo. Estas pruebas no se realizan en el servicio de urgencias. Sangrado El sangrado gástrico masivo es la complicación más difícil de manejar. Las metas de la resucitación son: Tener acceso IV adecuado para reemplazar volumen, inicialmente con cristaloides, si continúa hipotensión luego de 2 L, considerar transfusión sanguínea. Catéter venoso central para monitoreo cuando la resucitación lo amerite. Protección de la vía aérea con intubación en caso de sangrado masivo. Succión nasogástrica ayuda a vaciar el estomago y contraerlo. IBP intravenoso reduce la mortalidad y la incidencia de recidiva y la necesidad de cirugía; cirugía o intervención endoscópica puede ser requerida. Los pacientes con sangrado significativo requieren usualmente manejo en la unidad de cuidado intensivo. Manejo quirúrgico de la ulcera perforada Con el éxito del manejo medico, la cirugía tiene un papel limitado en el manejo de la úlcera péptica. La cirugía electiva ha sido virtualmente abandonada. En general el 5% de las úlceras que sangran requieren manejo quirúrgico. Las indicaciones para la cirugía de urgencia son: Falla en la hemostasia endoscópica Recidiva del sangrado luego de manejo endoscópico (luego de 2 intentos fallidos) Perforación El procedimiento apropiado depende de la localización y la naturaleza de la úlcera. Se recomienda la sutura simple de la úlcera con el tratamiento de la infección por H pylori. Las opciones quirúrgicas adicionales para la úlcera refractaría o complicada son la vagotomía y piloroplastia, vagotomía y antrectomía con reconstrucción en gastroduodenal (Billroth I) o gastroyeyunal (Billroth II), o una vagotomía supraselectiva. Las dificultades para el reparo laparoscópico de la úlcera perforada son las grandes perforaciones, la localización posterior y el shock séptico. Las complicaciones quirúrgicas incluyen neumonía (30%), infección de la herida, absceso abdominal (15%), problemas cardiacos (especialmente en mayores de >70 años), diarrea (30% luego de vagotomía), síndrome de dumping (10% luego de vagotomía y procedimientos de drenaje). Complicaciones de la úlcera péptica Ulceras refractarias al manejo, aunque raras luego de la erradicación del H pylori y el uso de terapia antisecretora. La obstrucción es posible en los casos de úlceras refractarias al tratamiento antisecretor agresivo, y puede persistir o recurrir luego de la dilatación endoscópica con balón. La perforación también es posible y la penetración a otros órganos pudiendo hasta ocasionar fistulas (gastrocólica). Los pacientes con úlcera gástrica tienen riesgo de desarrollar malignidad, de aproximadamente 2% en los primeros 3 años. Un factor de riesgo importante es la presencia del H pylori que se asocia con el linfoma gástrico MALT, la erradicación causa la remisión del linfoma MALT. La malignidad debe ser considerada en las úlceras gástricas que no cicatrizan. La ultrasonografía endoscópica es útil para evaluar la invasión mucosa o adenopatías. TTO QX ULCERA PERFORADA Manejo quirúrgico vs médico Wangensteen y cols reportaron que un paciente con perforación pero sin evidencia de neumoperitoneo, puede asumirse que la perforación ya está sellada y defienden el manejo medico de tales pacientes. Sin embargo también indican que se deben operar los pacientes con evidencia de neumoperitoneo. Berne y Donovan indicaron el uso de las vías digestivas con medio de contraste hidrosoluble para demostrar el cierre de la perforación, ellos demostraron que más del 40% de las ulceras perforadas no se evidenciaba la fuga. Concluyeron que a los pacientes que se les encontraba peritonitis no se le realizaba. Su mortalidad fue del 6% en el grupo de manejo quirúrgico y 3% en el médico. A pesar de los argumentos a favor del manejo medico de la úlcera perforada, la demora en la realización de la cirugía más de 12 horas de la presentación demostró empeorar los resultados. Así que cuando definitivamente está indicada la cirugía debe realizarse lo antes posible. Consideraciones quirúrgicas El paciente es colocado en posición supina y se realiza una incisión en línea media que puede ser extendida hasta la sínfisis púbica si es necesario. En la cavidad abdominal, se examina cuidadosamente el estómago y el duodeno para determinar el sitio de la perforación. La elección del procedimiento depende de variables como la presencia de shock, comorbilidades graves, grado de contaminación, tamaño y duración de la perforación, antecedentes. En la úlcera duodenal perforada con presencia de comorbilidades graves y contaminación severa, la técnica más segura es el cierre simple con un parche de Graham usando el omento. Si la contaminación es mínima y el paciente está estable, un procedimiento definitivo puede ser realizado, que puede ser una vagotomía supraselectiva, vagotomía troncal y piloroplastia o vagotomía y antrectomía. Para la úlcera gástrica perforada, si el paciente esta critico, la úlcera debe ser resecada con electrocauterio y el defecto se cierra. En un paciente estable, enviar la úlcera resecada a biopsia por congelación. Si el resultado es benigno se puede realizar una gastrectomía distal con reconstrucción Billroth I o Billroth II. Cuidados posteriores Dejar sonda nasogástrica por 2 a 3dias postoperatorios, dependiendo del retorno de la función GI e iniciar la progresión de la dieta en forma lenta. Se debe realizar EVDA para evaluar la cicatrización a las 4-6 semanas luego de la cirugía.