Al amanecer, Freetown, la capital de Sierra Leona, parece todavía estar profundamente dormida. Sin embargo, en cuestión de segundos, todo cambia; las calles empiezan a llenarse de gente y la ciudad se convierte en una colmena gigante de personas que vuelan entre los carros y peatones cargando todo tipo de paquetes; es ruidoso y todo el mundo está en camino a alguna parte. Las luces delanteras y traseras de los carros han sido reparadas con cinta adhesiva y prácticamente cada vehículo ha sido golpeado en alguna parte. No obstante, sus conductores parecen sorprendentemente aptos para manejarlos. Toda la ciudad parece vibrar con tantas actividades y la vida en las calles parece estar dominada por adultos jóvenes. El estilo de vestir es decididamente occidental, las radios de los carros suenan con Afropop y las estaciones de radio de idioma Inglés están haciendo todo lo posible para encajar en el modo de vida diario. El deporte más popular de Sierra Leona es el fútbol; todo el mundo lo juega, por todas partes. Llegar a ser un gran jugador internacional es equivalente a ganar un premio mayor en la lotería, lo que pasa con muy poca frecuencia en ambos casos! Como consecuencia de la guerra civil, el nivel de educación de los sierraleoneses es pobre. En 2007, el 23% de las mujeres adultas y el 46% de los hombres adultos podían leer. Solo el 69% de los niños en edad escolar, pueden efectivamente ir a la escuela. En 2004, se estimaba que el 40% de los ciudadanos de Sierra Leona entre 6-29 años nunca había ido a la escuela. El rápido aumento de niños yendo a la escuela ha generado una masiva falta de profesores y de material didáctico: en la escuela primaria, hay un profesor por cada 67 alumnos y sólo uno de cada cinco estudiantes tiene un texto escolar. En abril de 2014, tuve mi primera oportunidad de familiarizarme con los proyectos financiados por Abilis, de los cuales hay cerca de diez en Sierra Leona. No fue posible visitarlos todos en un viaje de una semana, pero lo que vi me convenció de la importancia del trabajo de la Fundación! Queda mucho por hacer todavía, y esto se refleja en el mismo centro de Freetown, donde grupos desorganizados de personas discapacitadas pasan el día mendigando. Para una persona occidental sin discapacidad física, esta situación lleva a muchas preguntas: ¿cómo un amputado de las dos piernas, por ejemplo, puede cruzar la calle o cómo logra hacer sus necesidades? Si por la ausencia de baños públicos ya le es difícil a un extranjero sin discapacidad, como pueden lograrlo personas con discapacidades? Hay muchas organizaciones de personas discapacitadas que representan diferentes discapacidades y que están presentes y activas en Freetown; muchas de estas organizaciones han recibido financiación de Abilis para administrar, por ejemplo, un taller propio del cual las personas con discapacidad son los beneficiarios directos. La financiación se ha concedido, por ejemplo, para llevar a cabo trabajo informativo realizado por personas con discapacidad sensorial o física que quieren difundir información sobre las actividades de sus grupos. Sus oficinas están muy limpias y bien amuebladas, las personas tienen buenas habilidades de lenguaje y son por lo general altamente educados. En el norte de Sierra Leona, en un pueblo llamado Makeni, hay un centro acogedor para las personas con discapacidades relacionadas con el polio (Asociación de personas con Polio para el Desarrollo, POPDA) donde, por su propia iniciativa, han formado una gran comunidad con su propio taller de costura y con zapaterías, entre otros, y donde todos los sábados se organizan encuentros. La mayoría de las personas con discapacidad que viven en el centro solían ser mendigos en Freetown sin perspectivas de ningún tipo. En el patio de la organización, hay niños sin discapacidad acompañados de sus padres discapacitados , compartiendo y jugando entre ellos en un ambiente muy hogareño. Este lugar no tiene nada que ver con una reserva donde las personas con discapacidad han sido encerradas y abandonadas a su suerte, es por lo contrario, un centro moderno que funciona al interior de la sociedad. La comunidad de los albinos (Albino Savers Asociación, ASA) también fue muy impactante. La gente era amable y dieron la bienvenida a todos los visitantes con los brazos abiertos. Activistas albinos, Fatmata Kabia y Sheku A. Kobba han llevado a cabo una amplia campaña de información en radio y televisión con el fin de mejorar la situación de los albinos. Como recién llegada, hasta me dio la impresión, de que las personas con discapacidad que estaban organizadas, tenían una mejor situación que la población en general. Los líderes de muchos de sus grupos están altamente educados y tienen una idea clara de cómo usar los fondos de Abilis. Además, representantes de diferentes organizaciones, bien podrían pasar a ser miembros de otra organización - todos se conocían. Los sierraleoneses son personas encantadoras y realmente comprometidas con el desarrollo de sus actividades; muchos aseguran que antes de la guerra civil, el país se encontraba en muy mal estado, pero después de la guerra, el progreso ha sido vertiginoso ... Para mí, África y el pueblo de Sierra Leona fueron una experiencia grandiosa y muy instructiva. Katja Vis, Fundación Abilis, Secretaria de Comunicaciones katja.vis @ abilis.fi www.abilis.fi