espiri ual Vida Espiritual N° 167 Mayo - agosto 2012 Orden de Carmelitas Descalzos Provincia de Colombia HERENCIA FEMENINA de Dios en el Carmelo Padre Carlos Alberto León Daza OCD AL CARMELITA siempre lo acompaña un rostro de mujer Padre Carlos Alberto Henao Jaramillo OCD DEVOCIÓN a la Virgen del Carmen: una cuestión de “hábito” Edward Orlando Rojas García 1 www.monticelo.org / vidaespiritualocd@gmail.com/ (574) 311 4444 ext. 103 / Calle 10A N°22 6C Int. 103 / Medellín, Colombia Vida Orden de Carmelitas Descalzos Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 CONTENIDO 3 4 Editorial Herencia femenina de Dios en el Carmelo Padre Carlos Alberto León Daza OCD 14 Al carmelita 18 Y Dios dijo hágase, 22 Devoción a la Virgen del Carmen: Vida Espiritual No 167 Una publicación de la Orden de Carmelitas Descalzos, Provincia de Colombia Edward Orlando Rojas García Monticelo Casa de Espiritualidad y Convenciones Calle 10 A No 22 – 6C Interior 103 / Tel. (+57 4) 3114444 vidaespiritualocd@gmail.com siempre lo acompaña un rostro de mujer Padre Carlos Alberto Henao Jaramillo OCD y la fundación se hizo Tomado de la monición inicial de la Eucaristía de celebración de los 100 años del Monasterio de La Ceja 26 una cuestión de “hábito” Superior Provincial: Padre Jorge Mario Naranjo M. OCD Consejo Editorial: Director: Padre Carlos Alberto Ospina OCD caoa60@hotmail.com, Catalina Schuth B. administracion@monticelo.org, Claudia Victoria Llano – tillares@hotmail.com Recomendados Libros / películas / música Colaboradores en esta edición: Padre Carlos Alberto León D. OCD Padre Carlos Alberto Henao J. OCD / Padre Heverth Lizcano Q. OCD Padre Francisco Alejandro Tobón G. OCD / Edward Orlando Rojas G. Monasterio Carmelitas Descalzas la Ceja, Ant. Fray Silvio Andrés de Cristo Vida ISSN 0120- 811X / Resolución No 00535 Mayo 1962 / Mingobierno Diseño: D.G. Clara Botero Arango / Pub. Camilo Jaramillo Arango ADMARK GROUP/ www.admargroup.co / info@admarkgroup.co Fotografías: Julia Castro / AdMark Group / www.shutterstock.com / Elena Correa / Archivos particulares / www.sxc.hu espiri ual Impresión: Grafoprint 2 Medellín / Mayo de 2012 / Valor de la edición $15.000 Orden de Carmelitas Descalzos Editorial En la mañana de Pascua, la mañana para la humanidad, se levanta el sol (Mc 16,2), literal y figuradamente, se levanta Dios a través de su Hijo y envía el mensaje de esperanza en boca de mujer: id, y contad… no tengáis miedo… Son muchos los textos en la Biblia que sólo incluyen varones, textos en los que la mujer, por la cultura de la época, no cabe. En la sociedad judía de Jesús, la mujer no era sujeto de derechos civiles, se sentaba aparte en la sinagoga, no se le podía enseñar la Escritura y no tenía voz en la ceremonia; pero Él tuvo para ella -como para todos los desposeídos- una valoración distinta. Jesús supo (y nos lo enseña) acoger todo lo excluido, abrazar y reconocer al pequeño y pobre, para dignificarlo y elevarlo, para Gloria del Padre. ningún otro desposeído, se sentirá excluido. Ellas nuevamente son las que dan inicio con su fe en esa resurrección, en un mundo posible para todos, en una sociedad de un Dios para todos. Marcos, Lucas y Mateo, cada uno en diferentes momentos del relato, mencionan a Jesús acompañado por mujeres, lo cual debió ser todo un escándalo. Se habla de compañía en la cruz; de acompañarlo en su vida pública; de servirlo, no en el sentido de hacer labores domésticas, pues no es éste el significado en el lenguaje evangélico, sino de servir como dar la vida cumpliendo una misión evangelizadora (Lc 8,1-3); y se habla también de seguirlo en el sentido dado por el mismo Jesús, de serle fiel y dejar todo por Él. Y quizá lo más revelador es que se habla de “recordarlo” (Lc 24,5-8; Mc 16,6-7), lo cual quiere decir que las mujeres sí habían escuchado las enseñanzas de Jesús en Galilea, aunque a veces pudiera inferirse de los mismos evangelios que fueron transmitidas sólo a los varones. Esta vez en nuestra revista le hemos dado entonces la palabra a las mujeres, la que les pertenece, la dulce, la reveladora, la valiente, la fundante, porque ellas tienen voz y la tuvieron desde siempre en el proyecto de Jesús. Ellas todas, mensajeras cabales, mujeres de palabra, le “cumplieron” al Señor, supieron escucharlo (obedecer-seguir) y llevar el mensaje. Son ellas, las mujeres, las primeras testigos de la resurrección, y ya en las comunidades de Hechos de los Apóstoles, que son un claro reflejo de la acción del Resucitado, se ve un cambio, las mujeres tienen voz, participan en los oficios litúrgicos, son apóstoles (enviados)2 y profetas (voz de Dios)3, porque con Jesús todo se hace nuevo. Con Juan y María Madre, a los pies de la cruz, en ese primer Pentecostés1, nace la Iglesia del costado abierto de Jesús. Así, nuestra fe es femenina y masculina. El Carmelo también es, por Teresa y Juan, femenino y masculino. Porque la fe que pone Jesús en cada uno de nosotros nos vuelve extraordinariamente importantes y hace que podamos lograr cosas grandiosas, celebremos la vida de todas estas mujeres del Carmelo que nos invitan a seguirlo y servirlo para hacer de cada uno, la mejor obra del Creador. La mujer no ha sido la excepción en el proyecto de Dios. Son mujeres las que, habiendo sido enfrentadas a una historia de varones, a una historia de destrucción, se hacen testigos de la resurrección, resurrección de Jesús que es promesa de un mundo incluyente en el que ya ni ellas por su condición de género, ni 1. E inclinando la cabeza entregó el Espíritu (Jn 19,30). 2. Mt 28,7; Mc 16,7 3. Lc 24, 9-10 3 Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Su propia espiritualidad se ve consolidada por una genuina base de intimidad; una relación maternal y filial de gran riqueza. 4 Orden de Carmelitas Descalzos Herencia femenina de Dios en el Carmelo Padre Carlos Alberto León Daza OCD Sacerdote Carmelita Descalzo, Superior y Párroco en la Parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, Tumaco (Nariño) Hay quien dice que en cuanto a los orígenes históricos, los carmelitas nos encontramos en una condición de inferioridad respecto a otros religiosos, quizás, “más afortunados”, pues no conocemos quién fue nuestro verdadero fundador. En cuanto al tiempo de su nacimiento, todo se reduce, más o menos, a estos pocos datos: en la segunda mitad del siglo XII, en un año impreciso, algunos llamados “palmeros” o peregrinos en Tierra Santa, se establecieron en el Monte Carmelo, junto a la fuente de Elías, con el propósito de vivir allí, en un estilo rigurosamente eremítico-contemplativo. que, frente a esta nueva situación, no tardaron en contemplar en María a una madre, más que a una “patrona”, y de esta manera, comprendieron la vocación de vivir como familia y no simplemente como un grupo social. Este llamado entonces debe ser para los Carmelitas el ideal de vida, pues se encuentra en los orígenes de su vocación; y así rezan sus Constituciones: Los Hermanos Descalzos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo forman parte de una familia religiosa2. Es decir, no son huérfanos, cuentan con la inspiración, compañía y guía de la misma Madre de Dios. Al considerarse más hijos que vasallos, van produciendo un cambio de ruta, buscando relaciones más espontáneas, más íntimas y de mayor afectividad con la Virgen. De este modo, su propia espiritualidad se ve posteriormente consolidada por una genuina base de intimidad; una relación maternal y filial de gran riqueza. Ahora bien, si esta Orden no cuenta con los “datos” arriba mencionados, no por eso es desafortunada, pues posee su primera inspiración: una tensión decididamente vertical-teocéntrica, cristológica -en obsequio de Jesucristo-1 llena de fe, de esperanza y de caridad. Más tarde esa tensión se ve enriquecida con una tensión horizontal –la praxis del ministerio apostólico- con la inserción entre las órdenes mendicantes. Ante el cambio de paradigma, ya sus relaciones no podían ser de carácter feudal; así es 1. Tomado de la fórmula de Profesión Religiosa de la Orden de Carmelitas Descalzos. 2. Constituciones de la Orden de Carmelitas Descalzos, capítulo 1. 5 Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Ante este panorama, podemos, perfectamente y sin ambages, situar a la mujer en la base de la experiencia existencial de los carmelitas tanto de ayer como de hoy. Las santas del Carmelo le gritan al mundo el verdadero camino para encontrarse con Dios. Lo que nos quieren mostrar –cada una desde su lugar- no es una espiritualidad sino LA ESPIRITUALIDAD. Rostros diferentes, pero uno mismo: el de Cristo. Tiempos diferentes, pero uno solo: el de la Salvación. Comunicación total donde no hay barreras de idiomas porque el objetivo primero es dar todo y darse así a sí mismo por el bien del otro. En la vida de las santas -de las mujeres- del Carmelo se nota una gran madurez humana en la que sobresale el equilibrio entre la vida interior y la vida comunitaria. Y es que no importa si es el siglo II o XXI, lo que interesa es que la palabra se haga vida, diciendo con el filósofo Quand dire est faire, es decir, una palabra que brota de lo profundo del corazón del hombre para ubicarse en lo profundo del corazón de Dios, creando vida y vida en abundancia. Y de esto sí que saben las mujeres del Carmelo, pues de ello son maestras y referentes universales para todos aquellos que quieran vislumbrar los linderos del Cielo. Sentido de esta vocación El que busque el sentido del llamado que Dios le hace sólo en la inmanencia de testigos históricos de seguro caerá en el sin sentido, en la frustración, pues estará reduciendo la experiencia de Dios a un espacio y a un tiem- En la vida de las santas -de las mujeresdel Carmelo se nota una gran madurez humana en la que sobresale el equilibrio entre la vida interior y la vida comunitaria. mundo como si no estuvieran en él y con la mirada puesta en el otro, se remontan -cual águila- al cielo de lo inenarrable, mostrándole al mundo el rostro femenino de Dios. Ya decía Santa Teresa: caminemos para el cielo monjas del Carmelo. Sí, son las Carmelitas quienes en su consagración al Señor saben y entienden que por María se va a Cristo y que crucificándose todos los días en su Cruz, llevan por todas partes el morir de Cristo para que se manifieste la gloria del Resucitado. po determinado, lo cual sería pretender encasillar al Espíritu que sopla cuando, donde y como quiere. Este Espíritu genera mujeres que, en todos los momentos de la historia, han salido de sus máximas personales para entrar a la máxima universal del amor. Son aquellas que tomando consciencia de la marca indeleble de Jesús en su corazón, viven en el 6 El ideal de la vida carmelitana se ha de encontrar no sólo en el pasado, que es extraño para el hombre de hoy, sino en la experiencia de la vida comunitaria, totalmente actual para quien se encuentra en búsqueda de sentido. Así lo recuerda Santa Teresa de Jesús a todas sus hijas; en Moradas V 1,2 ella recuerda el principio de la Orden, pero no se queda ahí sino que hace un fuerte llamado a la disposición de quien Orden de Carmelitas Descalzos quiere caminar esa andadura: Así digo ahora que, aunque todas las que traemos este hábito sagrado del Carmen somos llamadas a la oración y contemplación, porque éste fue nuestro principio, de esta casta venimos, de aquellos santos padres nuestros del Monte Carmelo que en tan gran soledad y con tanto desprecio del mundo buscaban este tesoro, esta preciosa margarita de que hablamos, pocas nos disponemos para que nos las descubra el Señor. o en Teresa de los Andes, o en Sor Isabel de la Trinidad. Al mirar la mujer en el Carmelo, es necesario poner el espejo retrospectivo, con la certeza de que nos encontraremos con un gran número de Carmelitas, quizás desconocidas, pero Carmelitas, lo que comporta una hechura sin igual de la mano de Dios haciendo criaturas que dejen ver su rostro de ternura a este mundo que sólo pide efectividad, olvidando que lo efectivo es también lo afectivo. Esta palabra de Santa Teresa hace caer en la cuenta de que los carmelitas son dueños de una vocación que desde sus inicios tiene un rostro femenino, el rostro de la Madre de Dios. Además, la santa abulense presenta el perfil de quien porta el hábito del Carmen, aclarando que tienen que ser buscadores de Dios, y ello en soledad, soledad que desde Dios nunca será ausencia sino presencia plena y plenificante, por lo que ella misma dice que no es la persona misma quien lo hace, sino que se tiene que disponer para que la descubra el Señor.3 O sea que El Carmelo es la Orden que camina en búsqueda del tesoro más excelso, de la mano del mismo Dios y con el corazón marcado por la presencia tierna de la madre, María. Las Carmelitas en la fuente del Carmelo La donación total del propio ser y de toda la vida es la voluntad de vivir y trabajar con Cristo, que y también quiere decir sufrir y morir con Él en aquella terrible muerte de la que brota la vida de la gracia para la humanidad. De esta manera, la vida de la esposa de Dios se transforma en maternidad espiritual para toda la humanidad redimida, y no importa si es ella misma la que obra directamente para la salvación de las almas o si es solamente su sacrificio el que da frutos de gracia, puesto que de estas cosas ni ella ni quizás ningún otro ser humano sería capaz de darse cuenta. Así se expresaba la carmelita descalza Edith Stein, reflexionando sobre la obra de María como colaboradora de Cristo redentor, lo cual se convierte en la misión de la carmelita: salvar almas y atraerlas a Cristo. No podemos caer en la tentación de pensar que tal disposición y entrega sólo se dio en Teresa de Jesús, o en Teresa Benedicta, o en Teresa de Lisieux, 3. Moradas V 1,2 7 Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Esta misión de las Carmelitas Descalzas, también se hace presente en Tierra Santa. Allí, como los primeros ermitaños que dieron origen a la Orden, recogen el mensaje de los lugares en los cuales la acción salvadora de Dios se ha manifestado del modo más tangible, y la entregan a la Iglesia en la sencillez de la vida comunitaria, esto es, meditando la Palabra del Señor y vigilando en oración,4 de tal manera, dan testimonio de la esperanza de la Iglesia que espera el retorno del Señor. Estas carmelitas, que gozan de un total anonimato, entran en comunión cotidianamente con los últimos momentos del Salvador entre el domingo de Ramos y el domingo de Resurrección. Son mujeres de la Pascua, que le presentan a todo el mundo el camino de seguimiento del Señor. En la Ciudad de la Paz -ciudad Santa-, desgarrada por la violencia, quieren vivir su vida consagrada al Amor atrayendo hacia el Señor a los hermanos alejados. Las Carmelitas en Francia El número de monasterios carmelitas fundados por Santa Teresa aumentaron con maravillosa rapidez. Era tal la veneración de la que gozaba en España la fundadora en vida, que recibía más propuestas de fundación de las que podía atender. Aunque sumamente cuidadosa en la selección de las superioras para los nuevos conventos, no siempre disponía de las personas más capaces y se quejaba en varias ocasiones de la carencia de prudencia o de la falta de espíritu de algunas de ellas. Tuvo que llegar incluso a fundar alguna vez superando lo 4. Regla Primitiva de los Carmelitas Las santas carmelitas han leído la Palabra a partir de su propia experiencia humana y cristiana, la cual se vuelve para ellas en verdadera clave de lectura de la vida. dispuesto por las Constituciones. Tales dificultades pueden ser inevitables durante la primera etapa de una nueva Orden, pero Teresa se esforzó por contrarrestarlas con detalladas instrucciones en las visitas canónicas a sus conventos. Deseaba que una de sus personas más favoritas, Ana de Jesús (Lobera) le sucediera en el cargo de “fundadora” de la Orden. Ana de Jesús sometió las Constituciones de Santa Teresa, ya revisadas por el Capítulo General de 1581, a la aprobación de la Santa Sede. Con la llegada de los frailes Descalzos a la Ciudad Eterna, otros conventos se sucedieron rápidamente en diversas partes de Italia. La beatificación y canonización de Santa Teresa (1614-1618) actuó como estímulo. Al comienzo del siglo XVII a la Beata María de la Encarnación (1565-1618) se le destinó para fundar en Francia. Varios intentos se hicieron para conseguir algunas monjas preparadas por la misma Santa Fundadora, pero los superiores españoles se declararon insolventes para enviar personas más allá de los Pirineos. Monsieur De Berulle, recibió un breve de Roma autorizándole para que procediera a una fundación; por mediación del embajador en Francia obtuvo un mandato del Rey para solicitar al general enviara algunas monjas a París. Entre estas estaba Ana de Jesús y la Venerable Ana de San Bartolomé (1549 a Junio de 1626); además, una hermana lega que había acompañado a Santa Teresa durante el últi- 8 Orden de Carmelitas Descalzos muy atrevidas, pero ¿quién no se atreve cuando se tiene la certeza de que se hace con la fuerza de Dios? La lectura bíblica de las santas del Carmelo ha sido siempre sapiencial, es decir, al contacto con la vida y para iluminar la vida a la luz de la voluntad de Dios: una sabiduría de la vida, comunicada por la Palabra del Dios Padre de Jesucristo: yo te alabo porque escondiste estas cosas a los sabios y entendidos y las revelaste a los pequeños (Mt 11,25); y con las dirigidas a Timoteo: Las Sagradas Letras tienen el poder de comunicarte la sabiduría que conduce hacia la salvación por la fe en Jesucristo (2Tim 3,15). mo año de su vida. Todas las siete hermanas salieron de España para París, a donde llegaron en Julio de 1604. Durante la revolución francesa todas las comunidades fueron suprimidas; una de ellas, la de Compiegne, se esforzó por mantener, tanto como las circunstancias lo permitían, las observancias prescriptas por la Regla; diez y seis monjas fueron detenidas, enviadas a prisión, trasladadas a París, juzgadas, condenadas a muerte y guillotinadas, el 17 de Julio de 1794. Otra monja carmelita, la Madre Camila del Niño Jesús sufrió con su comunidad largo encarcelamiento, pero cuando fue liberada, llegó a ser el instrumento para restablecer no sólo su convento, sino otros. Este momento de la Orden nos da a entender que la misericordia de Dios se revela en la historia de los seres humanos y se manifiesta en personas concretas. Estas monjas vivieron su cielo en la tierra en aras de dar gloria a Dios a la manera de la amiga de Dios, Teresa de Jesús y de la mano de la Madre y Reina del Carmelo. Libertad y creatividad Al ser El Carmelo una Orden acompañada por la Madre de Dios y guiada por el Espíritu, se remonta al encuentro con Dios con alas de libertad y por supuesto, con fina creatividad, propio del actuar Divino. Tales características las encontramos en las lecturas que las santas carmelitas hacen de los textos bíblicos, para algunos, quizás, 9 Las santas carmelitas han leído la Palabra a partir de su propia experiencia humana y cristiana, la cual se vuelve para ellas en verdadera clave de lectura de la vida. Hay en ellas algo que es anterior a la lectura del texto de la Escritura y que les marca e influye radicalmente. Es la experiencia humana y cristiana que ellas tienen de Dios en la vida. Es la amistad y la unión con Dios que atraviesa todo su ser. Esta experiencia hace que descubran en la Sagrada Escritura un sentido y una luz que otros no logran hallar, pues donde no existe esta experiencia de unión y de amistad con Dios, no se puede entrar en profundidad en la Biblia. Aquí unos ejemplos iluminadores: El acceso que tenían las mujeres a la Biblia era muy limitado y ni siquiera había una disponible en lengua vernácula. Oían los textos sagrados y la liturgia en latín, una lengua que era desconocida Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 para la mayoría. María Magdalena de Pazzi5 parece que tenía algún conocimiento de latín, pues cita algunas frases de la Biblia en esta lengua. Santa Teresa de Jesús confiesa que no entendía nada de latín. Diverso es el caso de Teresa de los Andes, en cuya época a inicios de siglo ya había una traducción española del oficio divino. Cuando Santa Teresa comenta la Sagrada Escritura, se somete en todo a la doctrina de la Iglesia; y cuando hace referencia a las mujeres del Evangelio y a su cercanía con Jesús para hacer ver que éstas no deben ser excluidas de las gracias espirituales, exclama: No aborrecisteis, Señor de mi alma, cuando andabais por el mundo, las mujeres, antes las favorecisteis siempre... no como los jueces de este mundo, que -como son hijos de Adán y, en fin, todos varones, no hay virtud de mujer que no tengan por sospechosa...6; y cuando le recuerdan el texto en que Pablo manda que las mujeres callen en la iglesia7, recibe una palabra que le dice: Diles que no se sigan por sola una parte de la Escritura, que miren otras. Otro caso ejemplar es el de Santa Teresita que, en medio de una sociedad y una Iglesia marcada por el rigorismo del jansenismo, logra descubrir en las páginas del Evangelio el rostro misericordioso de Dios. Al no tener acceso directo a la Biblia completa, se contenta con conocer los textos del Oficio Divino y los escritos de los autores espirituales. Ella logra acceder a muchos textos del Antiguo Testamento sólo a través de los apuntes que su hermana Celina le proporciona al ingresar al convento. Por ello, es importante recordar que fue el himno a la caridad en 1Cor 13 lo que le ayuda a Teresita a expresar su misión y su vocación de ser el amor en el corazón de la Iglesia (MB 3 Vº). Al encontrarnos con la misión universal de Teresita, nos podemos dar cuenta que ella como muchas otras mujeres del Carmelo cuando leen la Biblia no están solas, sino que inspiradas por el Espíritu se sienten unidas a los hermanos y hermanas que inten- Cuando leen la Biblia no están solas, sino que inspiradas por el Espíritu se sienten unidas a los hermanos y hermanas. 5. Santa María Magdalena de Pazzi (1566 - 1607), monja Carmelita, nacida en Florencia, Italia, en el año 1556, de padres nobles, Camilo de G. de Pazzi y Magdalena María Buendelmonto. 6. CE 4,1 7. cfr. Tit 2,5; 1 Cor 14,34. taron antes que ellas meditar la ley del Señor día y noche.8 Este contacto profundo con la Palabra de Dios fue lo que sacó a Teresita del claustro para lanzarla al encuentro con toda la humanidad, como patrona universal de las misiones. La madre Es importante presentar algunas expresiones que tienen como fuente la experiencia interior en la vida de dos mujeres del Carmelo y que hoy son referentes para todos aquellos que quieren alcanzar la santidad. Santa Teresa y Santa Teresita: heroínas que en medios adversos han mostrado la cara misericordiosa de Dios, no como un dato intelectual sino como experiencia existencial. El siglo XVI, altamente marcado por las relaciones interpersonales pragmáticas y superficiales, reflejaba la imagen que se tenía de Dios, lejano y castigador. Poseían la experiencia del señor feudal al cual tenían que rendirle honor y gloria, aun en detrimento propio; relaciones marcadas más por el temor que por el amor. En este contexto sólo a Santa Teresa de Jesús se le podría ocurrir presentar la relación con la humanidad de Jesucristo -que es la Santidad- desde la amistad: Que no es otra cosa oración mental –a mi parecer- sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama (V 8,5). Tal propuesta, en su momento y en el nuestro, no es bien valorada pues resulta difícil pensar cómo ser amigos en sociedades conformadas por grupos humanos egoístas, donde 8. Regla Primitiva, número 8. 10 Orden de Carmelitas Descalzos El verdadero camino para llegar a Dios es la pequeñez, la humildad y la confianza el otro está relegado a última instancia, donde se niega la alteridad y se afirma el individualismo. Frente a este tipo de relaciones, la Santa abulense llama a cambiar el paradigma del ser humano tanto de ayer como de hoy; escuchémosla : …se ensanchó el corazón, y no me parece que es cosa, como digo, que su nacimiento es del corazón, sino de otra parte aun más interior, como una cosa profunda…, parece que se va dilatando y ensanchando todo nuestro interior y produciendo unos bienes que no se pueden decir, ni aun el alma sabe entender qué es lo que se le da allí: entiende una fragancia, digamos ahora, como si en aquel hondón interior estuviese un brasero adonde se echasen olorosos perfumes (M IV 5-6). Sí, olorosos perfumes que son como las acciones de los hombres que conforman su voluntad con la de Dios, pues la voluntad bien me parece que debe estar unida en alguna manera con la de Dios, más en los efectos y en obras (M IV 8). Hasta convertirse ésta en señora (CE 53,6), integrando la razón y el corazón, la inteligencia racional y los sentimientos. Santa Teresa es mujer sin igual, puesto que se atreve a decir lo que no se ha dicho hasta el momento y 11 menos por boca de mujer. Defiende a las mujeres, llama la atención a los letrados, se enfrenta a las autoridades eclesiásticas, amiga de todos, e íntima de Dios. En fin, Teresa lo que está proponiendo es una comunicación nueva con el Señor que habita al interior del hombre y, surge como una fuente que no se agota, es Jesucristo mismo viviendo en cada uno.9 De otra parte y en otro momento histórico, la Hija (Teresita) sigue huellas de la Madre (Teresa de Jesús) para gritarle al mundo -más cercano a nosotros- que el verdadero camino para llegar a Dios es la pequeñez, la humildad y la confianza, categorías que no estaban en el horizonte en la Francia de Teresita, aunque contrariamente se promulgaran los tres pilares galos, luego derechos del hombre: égalité, liberté et fraternité, mismos que Teresita asumiera para sí y, aunque no los encontrara en la clausura, totalmente, sí los llevaría en el corazón10. 9. Moradas IV 2,4. 10. Cfr. (MC 28r) Allí en el Carmelo no todo fue dulce por eso después de nueve años Teresa constatará con lucidez: «Las faltas de discreción, de educación, la susceptibilidad de ciertos caracteres... no hacen la vida muy agradable. Sé muy bien que tales enfermedades morales son crónicas, no hay esperanza de curación». Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Teresita vive en una época de grandes descubrimientos que llevan a la deificación de la razón, una confianza sin límites en la ciencia, a un cientificismo esencialmente utilitario que busca siempre la aplicación pragmática, y de ahí, al pragmatismo como una moral de la acción. Se impone la razón frente al sentimiento, la sensatez frente al apasionamiento, lo objetivo a lo subjetivo, lo concreto a lo inmaterial, la demostración a la especulación y reflexión, y el realismo al idealismo. En contraposición a este panorama que quiere borrar a Dios de la historia para reducirlo a un experimento controlable y medible, Teresita se siente “mirada”, “contemplada” por la Trinidad, se sabe sostenida por su fuerza liberadora en su vida interior, se siente poseída por esta verdad interior que va configurando su vida. Por ello proclama: Jesús nos llama, quiere mirarnos a placer. Pero no está solo, las otras dos personas de la Trinidad Santa vienen con Él a poseer nuestra alma (Carta 165). En el entorno de Teresita es impensable la muerte de Dios en una existencia cristiana. He aquí la novedad de la propuesta de Santa Teresita respecto a la imagen de Dios que tenían sus compatriotas: para ella es un Dios cercano, encarnado, un Dios Trinitario que habita en el limitado corazón humano. Para ella, la imagen de Dios es punto de referencia definitivo de las relaciones humanas y comunitarias, relaciones de igualdad y mutualismo, asumiendo lo diferente. Y todo esto lo vivió Teresita como en un campo de batalla, por eso nos dice: Nuestro Dios, el huésped de nuestras almas, lo sabe y por eso viene a nosotras con la intención de encontrar una morada, una tienda vacía en medio del campo de batalla de la tierra (Carta 165). En el entorno de Teresita es impensable la muerte de Dios en una existencia cristiana. 12 Orden de Carmelitas Descalzos El cultivo de la vida interior revela la verdad de la creatura frente a su Creador, la verdadera dignidad de su condición como hijo de Dios. La vida de Teresita se va desarrollando dentro de un proyecto de crecimiento espiritual. Podemos decir que toda ella transcurre dentro de la más auténtica paradoja humana. Nada del ser humano se escapa a la mirada de Dios que quiere hacer de su criatura su semejante. En la conciencia creyente de Teresita, va asomando poco a poco la realidad de Dios que se manifiesta como gracia, como auto comunicación de la vida divina en la entraña humana. Es allí donde Dios salva, es allí donde se manifiesta como amigo y camino. Es por esto que se pierden muchas almas porque no atienden el llamado que Dios hace desde su ternura y divinidad. Qué lástima me dan las almas que se pierden… Es tan fácil extraviarse por los senderos floridos del mundo… Ciertamente para un alma un tanto elevada, la dulzura que él ofrece va mezclada de amargura, y el vacío inmenso de los deseos nunca podrá llenarse con las alabanzas de un instante. Pero si mi corazón no se hubiera elevado hacia Dios desde su primer despertar, si el mundo me hubiera sonreído desde mi entrada en la vida, ¿qué habría sido de mi?” (Ms A 40r). Los deseos de Teresita tienen que ser discernidos, y así lo realiza desde criterios evangélicos y en fidelidad a su conciencia. Teresa advierte al mundo de la necesidad de elevar el corazón al Señor y de la toma de conciencia de que Él está buscando al ser humano desde siempre; tenemos que tener deseos grandes pues el pneuma divino, el soplo vital de Dios, no puede inspirar deseos irrealizables: Dios no puede inspirar deseos irrealizables; por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad (Ms C 2v). He ahí la grandeza de Teresita, ubicarse a los pies del Señor para servirlo. Con actitud humilde y con confianza, pues es la confianza la que hace milagros (Carta 129). Ella logra vivir su cielo en la tierra atrayendo hacia el Señor a todas aquellas almas que se han alejado de la Luz verdadera. En estas Carmelitas se va percibiendo que nada hay imposible cuando se entra en relación con los deseos, cuando los deseos de 13 Dios y los tuyos coinciden hasta el extremo de sentir una unidad profunda con la realidad divina. Esta vivencia interior bien podría recordarnos el relato bíblico de la Anunciación (Lc 1,26-39). Podemos percibir a una mujer-María que percibe a un Dios concreto, que llama siempre a ser más, a agrandar a su criatura amada. Los deseos profundos vienen del pneuma divino y, seguirlos, supone situarse ante la propia historia fiándose del Espíritu, tejedor de la vida auténtica. Estoy convencido de que no sólo esta es la experiencia de mujeres-carmelitas de ayer, sino también de hoy, pues en cada Carmelo, en cada palomarcito, el cultivo de la vida interior revela la verdad de la creatura frente a su Creador, la verdadera dignidad de su condición como hijo de Dios. El Carmelo, así nos lo sigue revelando Dios en rostro femenino, es lugar de transformación, libertad, y palabra para el mundo de hoy. Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Adornada siempre con sus mejores galas, sus hijos le cantan con apreciable fervor. Virgen de Villa de Leyva 14 Orden de Carmelitas Descalzos Al carmelita siempre lo acampaña un rostro de mujer Padre Carlos Alberto Henao Jaramillo OCD / Sacerdote Carmelita Descalzo. Maestro en Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Medellín. Actualmente es conventual en el Noviciado de la Orden de Carmelitas Descalzos en Villa de Leyva, Boyacá. La Madre de Dios, la madre de Jesús y por ende nuestra madre y hermana, ha recibido un tributo especial cada mes de julio en las casas de la Provincia y de la Orden del Carmelo Descalzo desde su llegada a tierras colombianas. Adornada siempre con sus mejores galas, sus hijos le cantan con apreciable fervor. Pero de modo especial dos fiestas inundan el corazón del carmelita colombiano: La primera, en la siempre hermosa Villa de Leyva, donde como novicios aprendimos a amar más y más a la Madre de Dios. Y la segunda, la que el pueblo sonsoneño, entre agrestes montañas y cumbres antioqueñas, y con el frío propio de las alturas andinas, tributa con delicadeza y elegancia a la Reina y Hermosura del Carmelo. Alrededor de estas fiestas, la imagen de Santa María del Monte Carmelo se presenta con su maternal ternura para ser venerada por su pueblo. Cada una en su estilo, mantiene la esencia de las cosas bellas y sagradas. “La Mechudita” La Mechudita, como se le conoce popularmente en la Villa, es una imagen de particular belleza. Su 15 origen procede de tierras americanas, de la escuela quiteña que junto a la cuzqueña representan los dos estilos más significativos del arte colonial. En esta imagen podemos constatar el exquisito gusto artístico de aquellos hombres que elaboraban sus imágenes con los estándares europeos pero mezclando su concepción artística de acuerdo a su sentir americano. Enigmática en todo el sentido de la palabra, pues sólo sale una vez al año del Monasterio de Villa de Leyva a visitar a sus hijos, que la esperan siempre a la entrada, derrochando frescura y amabilidad. De vieja data, esta imagen de vestir es de cara redonda y rolliza. Su ajuar es elaborado en finas telas y artísticos bordados hechos por las mismas monjas y su cuerpo no es otra cosa que intrincadas estructuras para dar forma a su cuerpo de mujer robusta. La figura denotada por su blanco manto hace las veces de montaña santa para lograr de esa Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 manera el sincretismo necesario en la evangelización de aquellas épocas: que los indígenas vieran a través de la Madre de Dios, a la madre tierra. Ella es una carmelita más hasta el mes de julio, su mes florido, cuando pertenece por entero al pueblo que la aclama. El trabajo más elaborado está en sus manos, pies y rostro delicadamente tallados en madera estucada y terminada al oleo, dándole la ternura y belleza necesarias para cargar a su Hijo querido entre sus brazos. Como dijimos, La Mechudita tiene su tradición, pues permanece durante todo el año acompañando las oraciones de las madres justo en su coro. Ella es una carmelita más hasta el mes de julio, su mes florido, cuando pertenece por entero al pueblo que la aclama. Talla de fe Desde el Camarín del Carmen, en la Parroquia de Sonsón, emerge majestuosa la imagen de nuestra Señora, flotando entre nubes y en un cielo azul esplendoroso, desde el excelente retablo traído desde España por una devota familia del lugar. Esta imagen sonsoneña, tallada en fina madera policromada y trabajada con hermosos encajes y relieves delicados, es una obra extraordinaria de la imagineria española, rico ejemplo del arte religioso. Diferente a la tradición leyvana, cada 16 de julio, en artísticas carrozas elaboradas con exquisito gusto por las damas devotas del lugar, la señorial imagen sale de su templo y recorre elegantemente las calles, adornada además por su corona de oro, recamada de estrellas y brillantes, bastón y escapulario que reposan durante todo el año bajo estrictas medidas de seguridad pues representan gran valor sentimental y económico para la comunidad y el pueblo en general. Esta talla, llega al país en los primeros años del pasado siglo, trabajo de esbeltas líneas para seducir al orante y llevarlo a una profunda y sincera reflexión espiritual sobre el papel de la Madre de Dios en medio del pueblo creyente. Dos obras, dos miradas, dos rostros femeninos para encarnar una sola presencia, la maternal protección de la Madre del Salvador. Imágenes que estimulan nuestra fe y la esencia del Carmelo en Colombia. La Mechudita en Villa de Leyva y la Señora del Carmen, en Sonsón, representan para los carmelitas el rostro femenino que llevamos muy en el corazón, las que nos anuncian siempre al Redentor y las que nos impulsan a trabajar cada día más por este pueblo que clama su maternal ternura. 16 Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 De esta casta venimos, de estos santos padres del Monte Carmelo, hermanos de la Bienaventurada Virgen María 18 Orden de Carmelitas Descalzos Y Dios dijo hágase, y la fundación se hizo Tomado de la monición inicial de la Eucaristía de celebración de los 100 años del Monasterio de La Ceja Esta historia comienza en 1562 con una mujer llamada Teresa de Jesús, quien hace 450 años fundó el primer Monasterio de Carmelitas Descalzas, y se ha prolongado a través del tiempo. De esta casta venimos, de estos santos padres del Monte Carmelo, hermanos de la Bienaventurada Virgen María1. De esta casta venimos, de estas santas madres del Monasterio de San José en Medellín que, siguiendo las huellas de Santa Teresa, salieron de su tierra a fundar este palomarcito2 que fuera un remedo de la casita de Nazaret. Un día como hoy, 12 de marzo, del año 1912, salieron muy de mañana nuestras cinco Madres a fundar en la Ceja del Tambo: Magdalena del Corazón de María (Restrepo Molina), Joaquina de la Santísima Trinidad (Vélez Barrientos), María Ignacia de Santa Teresa (Echavarría Muñoz), Catalina del Niño Jesús de Praga (Gaviria Franco), María Josefa de San Eliseo (Arango Molina). Pero esa historia se tejió desde 1900, cuando se recogieron las primeras limosnas para la nueva fundación. El 15 de octubre de 1903, monseñor 1. V Moradas 5,2 2. Fundaciones 2,5 19 Joaquín Pardo Vergara, arzobispo de Medellín, nos dio el primer permiso para la fundación y, rápidamente, unas señoras de la Ceja se dieron a la tarea de recoger fondos. Así, doña Florentina Escobar escribía a María Rosa en Medellín: Pídale a la Sagrada Familia nos vaya bien, muy bien, nuestro deseo es recoger ¡mucho, ¡mucho! ¡mucho! Dios sabrá. Ocúpenme pues en lo que ustedes crean que pueda serles útil, yo para muy poco sirvo, pero sí sueño con verlas a ustedes aquí en esta Santa casa de la Virgen y ver nuestra población enriquecida con el convento. ¡Ah!, pero la iniciativa de esta fundación nació de las señoritas María Rosa Restrepo y Ana Raquel Isaza, quienes “prendieron fuego” en Medellín buscando platica y aspirantes, y renovando el permiso de fundación. El 8 de diciembre de 1910, monseñor Manuel José Cayzedo contestaba a su petición: El Convento de la Ceja se hará, Dios mediante. Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Sí, se haría, porque don Pedro Pablo Bernal comenzaría con “ánimos animosos” y en 1909 continuaría don Francisco Duque Posada quien, además de recoger firmas para solicitar la fundación, se entregó con alma, vida y corazón a dirigir esta obra de Dios. Y así escribía a la señorita María Rosa Restrepo: De la casita de nuestra Señora del Carmen le diré que no queda por terminar de lo convenido en el interior sino el fogón y empañetado del suelo de las celdas… díganme si han logrado conseguir más fondos para que no se nos quede sin terminar lo que han luchado tanto, para mí es sensible no tener capital para ayudar a tan grandiosa obra, pero nuestro Señor recibirá mi buena voluntad. Otro incansable bienhechor fue el señor cura párroco de esta población, el presbítero Guillermo Gómez, quien apoyaba los bazares y rifas a favor de la Casita de Jesús, María y José. Buena voluntad y dificultades sobraron para hacer este rinconcito de Dios. Y así Ana Raquel escribía al padre Eladio Jaramillo, otro de nuestros entrañables amigos: parece que el Señor lo puso a Usted, Padre, para que siguiera paso a paso las alternativas de esta obra que tanto nos ha hecho sufrir; pero que en realidad se tienen por nada con la esperanza de que siquiera se salvara un alma… Dios le pague Padre porque usted como un San Francisco de Sales, se deja necear sin descanso. Descanso no tuvo don Antonio María Melguizo, nuestro síndico desde la fundación, quien se trasladó a La Ceja con su familia 20 a seguir paso a paso la construcción. Siempre estaba pendiente de la obra y él mismo se subía a los andamios con los obreros. Toda la consecución de los materiales pasaba por sus manos y cuando el dinero disminuía él mismo, de su propio peculio, lo proporcionaba hasta terminar la obra. En su lecho de muerte le decía así a su esposa, que se inquietaba por el excesivo cuidado que tenía con sus monjitas: Tú eres capaz de manejar los intereses tuyos y de mi hija, en cambio las monjitas, alejadas de los negocios, están impedidas y pueden sufrir los resultados de una mala inversión. Amigos fuertes de Dios, protectores nuestros, fueron los que el Orden de Carmelitas Descalzos Señor puso para realizar una obra que desde la eternidad se gestaba en su corazón y fue tejida en medio de cansancio, fraternidad, alfardas, humildad, escasez, tornillos, clavos y silencio, que unían en una sola oración a Medellín y La Ceja. Hasta que llegó el momento tan esperado: la llegada de las monjitas a La Ceja, que la Madre Isabel de San José, priora de Medellín, comunicaría a don Francisco el 9 de febrero de 1912, y la cual tendría una sentida respuesta: Anteayer al mediodía me encontraba en mi oficina, y me ocupaba a las dos de la tarde en rezar la visita a Jesús Sacramentado, y cuando acababa la visita a San José, fui sorprendido con el paquete en que me remitió su reverencia los tornillos… y grande fue la alegría al leer su cartica con la gran noticia y no pude menos de buscar de nuevo el libro y rezar el Te Deum en acción de Gracias, pues San José quería que en su mes se llevara a efecto la fundación. Y Dios dijo “HÁGASE”, y la fundación se hizo. Nuestras hermanas llegaron a las tres de la tarde; en las afueras de La Ceja las esperaban algunos sacerdotes y el pueblo entero. La comitiva en procesión se dirigió a la Capilla provisional, instalada en uno de los locutorios del nuevo Carmelo, donde se cantó el Te Deum en acción de gracias. Al día siguiente celebraron nuestras madres su primera Eucaristía que a través de cien años se ha perpetuado incesantemente. Una obra que desde la eternidad se gestaba en su corazón y fue tejida en medio de cansancio, fraternidad, alfardas, humildad... 21 Noventa y ocho años después de permanecer en nuestro antiguo Monasterio, Dios dijo: Sal de tu tierra3, a la tierra que yo te mostraré y brilló una estrella en Nazaret, casa de nuestras hermanas Siervas de la Iglesia, quienes nos acogieron cuando nuestro Monasterio se deterioraba irremediablemente y corrían peligro nuestras vidas. Hoy seguimos nuestro éxodo hacia la tierra prometida: el nuevo Monasterio que lentamente se levanta para ser una estrella que dé de sí gran resplandor. Con inmensos sentimientos de gratitud a nuestro Señor que se ha ocupado de nuestros asuntos hoy, nosotras, reunidas en torno al altar y experimentando la presencia de todas nuestras madres que nos han precedido, queremos cantar eternamente las misericordias del Señor y anunciar su fidelidad por todas las edades. 3. Gen 12,1 Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 “Virgencita del Carmen, pongo a mi hija en tus manos, sánala y te prometo que durante dos años la visto con tu hábito” Virgen de Sonsón 22 Orden de Carmelitas Descalzos Crónica: Devoción a la Virgen del Carmen: una cuestión de “hábito” Edward Orlando Rojas García Grupo Interdisciplinario Escuela de Espiritualidad Edith Stein. Cali A ‘Rosita’, como le dicen en el pueblo, la estaba matando la angustia. Su única hija, de apenas cinco años y a quien consideraba la luz de sus ojos, pescó una afección respiratoria que don Honorio, el boticario, no había podido curar. Corría el año de 1945 en Vijes, un pueblo marginado de la geografía vallecaucana; los centros hospitalarios no existían ni en el diccionario, mucho menos medicinas para curar un cuadro asmático. Allí, al único que le dicen “doctor” es alcalde. Los remedios artesanales de don Honorio no hicieron efecto y la pequeña María se veía cada día peor. Rosita, una madre soltera que se ganaba la vida lavando y planchando ropas ajenas y que a diario reiventó cosas para sobrevivir, se aferró entonces a su única y más grande riqueza: la devoción a la Santísima Virgen del Carmen. En un rincón de su rancho de bareque, Rosita clavó las rodillas contra el suelo de barro, entrelazó sus brazos pegados al pecho, levantó su mirada aguada por las lágrimas y la dirigió suplicante a una empolvada imagen de la Virgen que se iluminaba tenue con la luz de un cabito de vela. Ella temía que su pequeña fuera la próxima víctima de la “bronquitis cru”, enfermedad que le arrebató dos hijas a su hermana mayor. “Virgencita del Carmen, pongo a mi hija en tus manos, sánala y te prometo que durante dos años la visto con tu hábito”, exclamó Rosita al momento de establecer un trato sagrado con la madre de Dios. 23 Pidiendo limosna y ayuda entre familiares y amigos, doña Rosa pudo levantarse lo de la tela y la costura y en una semana tuvo en sus manos un hermoso hábito, cosido a la medida de su hija. Desde entonces, la pequeña María fue el centro de atracción en las celebraciones religiosas de sábados, domingos y fechas especiales. Siempre acompañada de su madre, la niña hacía presencia en la iglesia de Vijes, vestida de pies a cabeza como la Virgen del Carmen. Pese a su corta edad, jamás sintió vergüenza. Ella sabía de la promesa. Los dos años pasaron y el trato que doña Rosita hizo con la madre de Dios se cumplió a cabalidad. La “bronquitis cru” desapareció, la pequeña María jamás volvió a sufrir afecciones respiratorias y el milagro se consumó. Cuestión de fe. A mediados de 2009, Rosita murió a los 99 años de edad y lo último que vio fue el rostro de su adorada María: el de su hija, quien la acompañó hasta en los momentos finales, y el de la santísima Virgen del Carmen, a quien, incluso agonizando, se encomendó como lo hizo sagradamente todos los días de su vigorosa y devota vida. Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Perdóname por ignorarte, recíbeme para honrarte, cúbrenos con tu manto y enséñanos a permanecer en Jesús. Tengo mil dificultades: ayúdame. De los enemigos del alma: sálvame. En mis desaciertos: ilumíname. En mis dudas y penas: confórtame. En mis enfermedades: fortaléceme. Cuando me desprecien: anímame. En las tentaciones: defiéndeme. En horas difíciles: consuélame. Con tu corazón maternal: ámame. Con tu inmenso poder: protégeme. Y en tus brazos al expirar: recíbeme. Una oración que Aura Rosa García, “Rosita”, mi abuela materna, repitió hasta perder el aliento. Rosita, sin que nadie se lo haya enseñado pues difícilmente hizo hasta tercero de primaria, profesó una devoción propia de los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo, quienes toman el hábito en honor a la Virgen del Carmen como un recordatorio de que sus vidas le pertenecen a ella, y por ella, a Cristo. Lo que sí conoció a la perfección Rosita son las palabras que la propia Virgen María le expresó al Papa Juan XXII, en una manifestación que data del siglo XIV: Como Madre de Misericordia con mis ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas, sean trasladadas sus almas a la bienaventuranza. Ese hábito con el que Rosita vistió a su hija María Ferney -mi madre-, también me cubrió a mi, muchos años después, aunque viví 34 años alejado radicalmente de la devoción mariana, de la que incluso llegué a burlarme. 24 Fue en el año 2007, cuando el mundo parecía devorarme, cuando hasta el respirar se hacía insoportable y la angustia se adueñaba de mi corazón, por esas cosas que sólo Dios entiende, fui a parar a una parroquia donde luce imponente, cual patrona, la figura iluminada de la Virgen del Carmen. Allí, en ese lugar conocido como El Templete, encontré el punto de partida de un camino que hasta ese entonces me había negado a recorrer. Allí entendí que valieron la pena los miles de Rosarios en los que Rosita y María, mi abuela y mi madre, me consagraron. Allí, de la mano de los carmelitas, comencé a recorrer y a vivir mi propia devoción, esa misma herencia espiritual que me legó “mi vieja”. Hace dos años, en 2010, me fue impuesto el sagrado escapulario de la Virgen del Carmen, como miembro de la Orden del Carmelo Seglar Jesús, María y José. Ese día me sentí como la pequeña María en la iglesia de Vijes, vestido de pies a cabeza con el hábito de la Madre Santa, aunque realmente sólo llevara un escapulario. Ese día supe por qué mi mamá, siendo una niña, jamás se avergonzó, jamás se apenó, pese a sentir el rumor del templo y que se le clavaban cientos de miradas. La razón: ella entonces, y yo en ese instante, nos estábamos poniendo en manos de la mismísima Madre de Dios: tremendo compromiso. Acompañado por mi pequeña hija ‘Mariana’, cuyo nombre escogí por mi devoción, le dije a la Virgen del Carmen: perdóname por ignorarte, recíbeme para honrarte, cúbrenos con tu manto y enséñanos a permanecer en Jesús. Orden de Carmelitas Descalzos Las cargueras de la virgen Durante la Fiesta de la Virgen del Carmen, un grupo de 24 mujeres, se echa al hombro -por turnos- la imagen de la madre de Dios en una procesión que va desde la Parroquia de San Fernando hasta El Templete. “Las Cargueras” nacen tomando como referencia el hecho histórico de que fueron las mujeres las que más siguieron y acompañaron a Jesús en los momentos trascendentales de su paso por el mundo. Se trata de una experiencia original que, según el padre Gonzalo Zapata, sólo se da en Cali. El único requisito para ser carguera de la Virgen del Carmen es ser mujer y pertenecer a la parroquia; mujer de fe, amor y tradición parroquial, detalla el párroco de El Templete. Durante las procesiones, las cargueras caminan con una devoción extrema, vestidas con el uniforme parroquial: camiseta de manga larga blanca con el 25 escudo carmelitano bordado, el Sagrado Escapulario mariano, pantalón negro y una devoción extrema. Para ellas es un honor y una oportunidad de manifestar su amor a la Virgen María. Lo hacen como mujeres amantes de la Virgen del Carmen, agregó el padre Zapata, uno de los gestores y promotores de esta tradición que anualmente cobra fuerza. Ana María Jiménez, quien hizo parte del primer grupo que cargó la imagen de la Virgen hace tres años, cuenta su experiencia personal: era como ofrecerle mi corazón a ella (la Virgen del Carmen) a través del acto de amor de cargar su imagen. Es una forma de decirle que somos de la Virgen para la gloria de Jesús. Me gustaría que esta devoción creciera a nivel de todas las diócesis, para que muchas mujeres crezcan espiritualmente con este acto de amor. No es el acto de cargar y que te vean; va mucho más allá. Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Recomendados Diario de Etty Hillesum “Una vida conmocionada” Fray Silvio Andrés de Cristo { Etty experimenta que el dolor, la muerte y el sufrimiento no tienen la última palabra. Esta mujer judía irradia la belleza que cada ser humano tiene en el interior. Estas páginas escritas con una fuerte libertad interior se abren espacio en circunstancias de profundo dolor, angustia, miedo y sin sentido. Etty Hillesum, una mujer de 27 años de edad, deja translucir a través de su Diario, la experiencia de sentirse abrigada por una Presencia mayor que su propia vida. posible a través de las manos del ser humano, del otro. Escribe: sólo una cosa es para mí cada vez más evidente: que tú no puedes ayudarnos, que debemos ayudarte a ti y así nos ayudaremos a nosotros mismos. Es lo único que tiene importancia en estos tiempos, Dios: salvar un fragmente de ti en nosotros. Desde su balcón en Amsterdam-Zuid, vive en carne propia el dolor de su pueblo judío perseguido por la fuerza aniquiladora de los nazis. A partir de esta realidad tan irracional, ella se siente impulsada a buscar la vida interior; descubre que cada movimiento de la persona está inspirado por Alguien que, como ella escribe, tenemos que desenlodar del corazón de cada ser humano. Es una convencida de que la experiencia del amor y de la entrega sin límites, es lo único que puede salvar al hombre de no caer en el odio. Etty experimenta que el dolor, la muerte y el sufrimiento no tienen la última palabra. Esta mujer judía irradia la belleza que cada ser humano tiene en el interior. Con pequeñas líneas revela que el ser humano está en proyecto, esta por construirse y como creyente, se abandona en esa Presencia que la abriga, y que con su testimonio conforta a sus hermanos judíos, diciéndoles que no sean como las personas que olvidan que no pueden estar en la garras de nadie, cuando estamos en tus brazos. Es en los campos de concentración de Auschwitz, donde se niega la presencia de Dios por el dolor, donde la vida pierde dulzura y encanto. Cuando ya no existe la posibilidad humana, Etty cae en la cuenta y conduce a los suyos a apropiarse de su existencia. Entiende que la ayuda de Dios sólo es Etty Hillesum nace en Middelburg (Países Bajos) en 1914. Hija de Louis Hillesum, doctor en Lenguas Clásicas y de Rebeca Bermstein, perteneció a la burguesía judía de Amsterdam. Tenía dos hermanos, Jaap y Mischa, que murieron junto con ella y sus padres en Auschwitz el 30 de noviembre de 1943. 26 Orden de Carmelitas Descalzos Etty entiende que la ayuda de Dios sólo es posible a través de las manos del ser humano, del otro. 27 Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Amar { Etty experimenta que el dolor, la muerte y el sufrimiento no tienen la última palabra. Esta mujer judía irradia la belleza que cada ser humano tiene en el interior. a los enemigos no es fácil Padre Heverth Lizcano Quintero OCD El Señor nos dice que amemos a nuestros enemigos. Con esta expresión finaliza una de las mejores películas de 2011, nominada a varios premios Oscar, y ganadora de la estatuilla a la mejor actriz secundaria, Octavia Spencer. No era para menos recibir tantos elogios y nominaciones: unos diálogos dignos de recordar en la historia del cine; unas actuaciones impecables, creíbles y contundentes; y una fotografía que no sirve sólo para iluminar el colorido pastel de una época retratada como hueca, sino también para sacar a escena la oscuridad de una sociedad que en los años sesenta disfrutaba de la esclavitud. Dream Works Pictures nos ofrece con Criadas y Señoras una historia de mujeres (no exclusivamente para mujeres), de fuerza y valor admirables, que hace que durante media película tengamos una sonrisa en la cara y durante la otra media, un nudo en la garganta por lo que pueda pasarles a las protagonistas. Amar a nuestros enemigos... es difícil. En un principio debemos comenzar por decir la verdad, dice la magistral Viola Davis interpretando a la sosegada empleada doméstica Aibileen Clark, cuando sale de su último trabajo en una casa de familia “distinguida” en Mississippi, y la vemos perderse en un camino que la lleva a horizontes donde la humillación no existe y donde los sueños pueden realizarse. La verdad le permitió descubrir realmente quién era ella, y para qué estaba destinada. Con esta película y teniendo en cuenta lo que dice Fray Nelson Medina O.P., podemos asegurar que no tenemos más opción en el cristianismo sino la de amar a nuestros enemigos: Ama a tu enemigo: es el único modo de mostrar que no padeces su misma enfermedad. Ama a tu enemigo: así separarás a tu enemigo de su enemigo, que es también tu enemigo, y se llama pecado. Ama a tu enemigo: construye con él una historia que les permita mirar en la misma dirección y decir un día: “eso” pretendía destruirnos, pero “nosotros” vencimos. Ama a tu enemigo: no dejes que el mal te mueva como se mueve un peón en el ajedrez. Ama a tu enemigo: muestra que eres mayor y mejor que lo que se dice de ti. 28 The Help Año de producción: 2011 Género: Drama Clasificación: Todos los públicos Director: Tate Taylor Música: Thomas Newman Fotografía: Stephen Goldblatt Intérpretes: Allison Janney (Charlotte Phelan), Viola Davis (Aibileen Clark), Bryce Dallas Howard (Hilly Holbrook), Emma Stone (Skeeter), Octavia Spencer (Minny Jackson). Orden de Carmelitas Descalzos Te amo en voz baja Padre Heverth Lizcano Quintero OCD { Para algunos descubrir la vocación sacerdotal ha sido más que una experiencia asombrosa, un murmullo de Dios. La Promoción Vocacional Carmelitana de la Provincia de Colombia realizó este año un nuevo video vocacional con el título Te amo en Voz Baja, teniendo en cuenta la experiencia de esos enamorados que se dicen al oído el amor que se profesan con una entonación tan suave, pero tan poderosa, que ese susurro estremece las fibras más internas del alma. Es así como nace la idea de realizar un video vocacional pensando en ese te amo que se pronuncia en voz baja, y porque para algunos descubrir la vocación sacerdotal ha sido más que una experiencia asombrosa, un murmullo de Dios, que desencadena una serie de decisiones que transforman la existencia. Este video es una invitación propia del Carmelo, rescata que la vocación a fin de cuentas tiene que ser un camino de silencio para aprender a escuchar el lenguaje de Dios y para aprender a disfrutar de ese amor gratuito que Él tiene para cada uno de sus elegidos, porque es en el silencio donde descubrimos el sentido de la libertad que nos concede el Creador: su Amor. El Carmelo Descalzo, una escuela del silencio para encontrarnos con Dios. Te amo en voz baja Video Promoción Vocacional Carmelitana Provincia de Santa Teresita Colombia Duración: 2minutos Año de Producción: 2012 http://www.youtube.com/watch?v=7KxKd991KNg 29 Vida Espiritual / Mayo - agosto 2012 Salve Regina Catedral Notre Dame de París Edición: Hortus 056, Francia, 2007. Padre Francisco Alejando Tobón González OCD { Esta música, que no acaba, porque es bien hecha, porque hace presente la Eternidad de un Dios Hermoso, es la que escuchamos en Salve Regina. Si la música es palabra de Dios, si en verdad tiene la capacidad de abrir el corazón del hombre para realizar en él una nueva creación, es preciso buscar aquella que sea como la luz que atraviesa los vitrales de una catedral, con fuerza y hermosura. Su compositor es Yves Castagnet, organista de coro de Notre Dame, quien todos los días está allí, acompañando humilde y armoniosamente los Oficios Divinos, las misas de la Catedral, y que conoce su universo sonoro como la palma de su mano. Hay música religiosa que pudo tener como objetivo enseñar una verdad de fe. Hay música de iglesia que se creó buscando simplemente hacer algo que se pareciera a la música de la calle, al lenguaje de hoy. Hay melodías que se hicieron para que todo el mundo las pudiera cantar con facilidad, así no fueran bonitas, y se asemejaran a cancioncitas infantiles. Hay música que fue creada para hacer presente la grandeza de Dios, para tocar su poder creador, para hacer sentir el murmullo de una voz que habla en la brisa que pasa1, o para expresar la majestad de un Dios que descorteza los cedros del Líbano2, ese Dios tremendo y fascinante que sí es posible experimentar. Luego, Olivier Latry, organista titular del gran órgano de Notre Dame, hace presente la delicada omnipotencia de Dios con una obra que se inspira en lo que él mismo realizó como improvisación en la Universidad de Kansas, Estados Unidos, en 1999, y que finalmente dejó plasmada en esta composición que parafrasea el texto de la misma antífona Salve Regina, haciéndonos entender sensiblemente las palabras que se dirigen a Nuestra Señora. La pieza fue escogida de un modo espontáneo por los músicos de Notre Dame, teniendo en cuenta que esta antífona ha sido cantada todos los días en la Catedral, al final del oficio de Vísperas. Esta música, que no acaba, porque es bien hecha, porque hace presente la Eternidad de un Dios Hermoso, es la que escuchamos en Salve Regina, música sacra contemporánea, cantada por la Maîtrise de Notre Dame de París, dirigida por Lionel Sow; una Misa toda inspirada en la melodía sencilla y sublime de la antífona gregoriana que lleva su mismo nombre. 1. 1 R 19, 12-13 2. Sal 29, 5 30 Estamos aquí ante una de las más grandes expresiones de lo que se hace en música sacra actualmente. Este trabajo es un ejemplo de lo que puede ser la música en la Iglesia. Se hace palpable la Hermosura Divina. Quien escucha, siendo simplemente sensible, se deja conmover, y la música entra en su ser hasta producir en él una nueva creación. El Espíritu hace su obra. ¿Es esto lo que deberíamos hacer quienes desde la música prestamos un servicio a Dios y a los hombres? Orden de Carmelitas Descalzos Quien escucha, siendo simplemente sensible, se deja conmover, y la música entra en su ser hasta producir en él una nueva creación. El Espíritu hace su obra. 31 Orden de Carmelitas Descalzos Provincia de Colombia Monticelo Casa de Espiritualidad y Convenciones Calle 10 A N° 22 - 6C Interior 103 / El Poblado / Medellín / Colombia Tel (+ 57 4) 311 4444 ext. 103 vidaespiritualocd@gmail.com / www.monticelo.org