1767-12 - Poder-judicial.go.cr

Anuncio
Exp: 12-001088-0007-CO
Res. Nº 2012001767
SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San
José, a las nueve horas cinco minutos del diez de febrero de dos mil doce.
Recurso de amparo que se tramita en expediente número
12-001088-0007-CO, interpuesto por M.J.L.G., contra DIRECTOR MÉDICO
DEL HOSPITAL RAFAEL ÁNGEL CALDERÓN GUARDIA DE LA C.C.S.S.,
JEFE DEL SERVICIO DE ORTOPEDIA DEL HOSPITAL RAFAEL
ÁNGEL CALDERÓN GUARDIA.
Resultando:
1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las 11:21 horas del 27 de
enero de 2012, el recurrente interpone recurso de amparo contra el DIRECTOR
MÉDICO Y EL JEFE DEL SERVICIO DE ORTOPEDIA, AMBOS DEL
HOSPITAL RAFAEL ÁNGEL CALDERÓN GUARDIA DE LA CAJA
COSTARRICENSE DE SEGURO SOCIAL, y manifiesta que tiene un
problema de malformación en el dedo pulgar de su mano derecha, motivo por el
cual, en octubre del año pasado, acudió a una cita en el Servicio de Cirugía
Reconstructiva del centro hospitalario recurrido, en donde el médico que lo atendió
le informó que debía ser valorado en Ortopedia y se le concedió cita para el 27 de
enero de 2012. Señala que en esa ocasión fue atendido por el Dr. Castro, quién le
comunicó que su caso ameritaba una intervención quirúrgica. Acota que de
seguido se le indicó que debía dejar un número de teléfono, a fin de llamarlo para
informarle sobre la fecha de la operación, la cual, según indicó ese médico, podría
tardar entre tres y cuatro años. Manifiesta que en su lugar de trabajo debe utilizar
las manos para trabajar, y usar guantes obligatoriamente, lo cual por su problema
de salud le causa serias molestias y dificultades. Por lo expuesto, considera que se
violenta su derecho a la salud y su calidad de vida, por lo que solicita a la Sala se
declare con lugar el recurso, con las consecuencias legales que ello implique.
2.- Informa bajo juramento Luis Paulino Hernández Castañeda y Luis Castro
Rivera, en su calidad de Director General y Jefe a.i. de Ortopedia del Hospital
Calderón Guardia (memorial presentado en la Secretaría de esta Sala a las 14:41 horas
del 002 de febrero de 2012), que el paciente tiene una malformación congénita en
su dedo pulgar derecho, es decir, desde hace 45 años. Fue atendido en la Consulta
Externa del Servicio de Ortopedia el 27 de enero de 2012,
ingresando en ese momento a la lista de espera para ser intervenido
quirúrgicamente, pues su patología no es considerada una emergencia que ponga en riesgo
su vida. Considera que no se ha lesionado derecho fundamental alguno, por lo que solicita
se desestime el recurso planteado.
3.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones
legales.
Redacta el Magistrado Armijo Sancho; y,
Considerando:
I.- Objeto del recurso. El recurrente considera lesionado su derecho a la
salud por no habérsele programado fecha para cirugía de la malformación que tiene en su
dedo pulgar derecho.
II.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se
estiman como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido
acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo prevenido en el
auto inicial:
a) El paciente tiene una malformación congénita en su dedo pulgar
derecho (hecho no controvertido).
b) Fue atendido en la Consulta Externa del Servicio de Ortopedia el 27 de
enero de 2012, ingresando en ese momento a la lista de espera para ser
intervenido quirúrgicamente (informe de la autoridad recurrida).
III.- Hechos no probados. No se estiman demostrados los siguientes hechos
de relevancia para esta resolución:
a) No logra demostrar la autoridad recurrida que se haya fijado fecha
alguna para la cirugía requerida por el amparado.
IV.- El derecho a la salud como derecho fundamental autónomo. Si bien
es cierto que el derecho a la salud ha sido derivado del derecho a la vida y a un
ambiente saludable y ecológicamente equilibrado por su interrelación con esos
derechos, no podemos dejar de lado que este derecho fundamental es un derecho
autónomo y con su propio contenido esencial. Basta sólo con consultar el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su numeral 12,
para percatarnos de lo que venimos afirmando. En efecto, en dicho instrumento
internacional de derechos humanos
se establece claramente el derecho
de toda
persona al disfrutar del más alto nivel posible de salud física y mental, por lo que el
Estado y sus instituciones tienen el deber de asegurar la plena efectividad de ese
derecho a través de una serie de acciones positivas y del ejercicio de las potestades
de regulación, fiscalización y de policía sanitaria. Lo anterior significa, ni más ni
menos, la prevención y el tratamiento efectivo de enfermedades, así como la
creación de condiciones
que aseguren a todos
la asistencia médica y servicios
médicos de calidad en caso de enfermedad. Dicho lo anterior, el derecho a la salud
comprende la disponibilidad de servicios y programas de salud en cantidad
suficiente para los
Por otra
usuarios de estos servicios y destinatarios de estos programas.
parte, el derecho a la salud también conlleva la accesibilidad a estos
servicios y programas, cuya cuatro dimensiones son la no discriminación en el
acceso a los servicios de salud, la accesibilidad física ±particularmente por parte de los
más vulnerables-, la accesibilidad económica ±que conlleva la equidad y el
carácter asequible de los bienes y servicios sanitarios- y la accesibilidad a la
información. No menos importante es que los servicios y programas de salud sean
aceptables, es decir, respetuosos con la ética médica, culturalmente apropiados,
dirigidos a la mejora de la salud de los pacientes, confidenciales, etc. Por último, y
no por ello menos significativo, el derecho a la salud implica servicios y programas
de calidad, lo que significa que tales servicios deben ser científica y médicamente
apropiados.
V.- Sobre el derecho fundamental a la salud y el sistema costarricense de
seguridad social. Esta Sala se ha pronunciado, en múltiples ocasiones, acerca del deber
ineludible del Estado costarricense y, en específico, de la Caja Costarricense de Seguro
Social, de respetar y proteger el derecho fundamental a la salud. Así, por ejemplo, en
sentencia 2000-01954 de las 8:53 horas del 3 de marzo del 2000, esta Sala resolvió lo
siguiente:
"(«) La preponderancia de la vida y de la salud, como valores
supremos de las personas, está presente y señalada como de obligada
tutela para el Estado, no sólo en la Constitución Política, sino también
en diversos instrumentos internacionales suscritos por el país como la
Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, de la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos. Debe quedar claro no sólo la relevancia
de los valores para los cuales el actor reclama tutela, sino también el
grado de compromiso que el Estado costarricense ha adquirido en
cuanto a acudir de manera incuestionable e incondicional en su
defensa.
II.- El régimen de seguridad social es también un pilar fundamental
del sistema democrático nacional, para el cual existe también una
previsión normativa de la más alta jerarquía: la Constitución Política
le dedica su ordinal 73. Ha sido el Estado, a través del Ministerio de
Salud, y la Caja Costarricense de Seguro Social los llamados a brindar
tal servicio público, debiendo en consecuencia instrumentar planes de
salud, crear centros asistenciales, suministrar medicamentos, dar
atención a pacientes entre otras cosas, contando para ello no sólo con
el apoyo del Estado mismo, sino además con el aporte económico que
realiza una gran parte de la población con las cotizaciones para el
sistema."
Se verifica, así, el deber de la Caja Costarricense de Seguro Social de
resguardar de forma efectiva el derecho a la salud de toda persona, lo que incluye
-evidentemente- la obligación de prestar, de manera oportuna y diligente, la
atención y el tratamiento médico que necesitan sus pacientes.
VI.- Sobre la acusada falta de programación de la intervención quirúrgica
requerida por el amparado. El recurrente acusa que está a la espera que se le
programe la intervención quirúrgica que le fue prescrita por su médico tratante del
Servicio de Ortopedia del Hospital Calderón Guardia desde el 27 de enero de
2012. Informan bajo juramento las autoridades recurridas que, efectivamente, en
esa fecha el amparado fue valorado e ingresado a la lista de espera para ser
intervenido quirúrgicamente. De lo expuesto se deduce que, ciertamente, la
patología del amparado requiere tratamiento quirúrgico, y que aún no se le ha
fijado una fecha probable para practicarle la misma. Se constata, con lo anterior, que
al amparado se le ha colocado en un grave estado de incertidumbre jurídica, en cuanto a
la probable fecha en que recibirá el tratamiento médico que requiere. En cuyo caso,
esta Sala ha indicado:
³ («) el principio de seguridad jurídica implica que ningún ciudadano
puede ser sometido a un estado de absoluta incerteza en cuanto al
momento en qué va a recibir un determinado servicio público, mucho
menos en el caso de la salud y la vida, bienes constitucionales
esenciales del ser humano´(sentencia número 2010-03728 de las 15:24 horas
del 23 de febrero del 2010).
Mientras que en sentencia número
2011-00029 de las 14:28 horas del 6 de
enero del 2011, esta Sala reiteró:
³En el caso bajo estudio, se tiene que la amparada requiere desde el
año dos mil seis un reemplazo de rodilla, en consecuencia, está
acreditado que desde entonces a la paciente se le creó la expectativa de
que iba a ser operada. Ahora bien, no corresponde establecer aquí si la
recurrente debe ser intervenida o no quirúrgicamente, porque eso es
competencia técnica del médico tratante. En ese sentido, en reiteradas
ocasiones esta Sala ha indicado que todo paciente, sin excepción, tiene
derecho a que su médico y el centro clínico u hospitalario que lo
atiende, le fijen una fecha cierta, en la cual recibirá la atención, el
tratamiento o la cirugía que requiera, según el criterio, la valoración
previa y la responsabilidad profesional y legal, del cuerpo de médicos
que lo atienden. Lo anterior quiere decir, y así lo ha venido resolviendo
este Tribunal en precedentes reiterados, que el paciente no puede
esperar, indefinidamente, a que se decida cuándo se le va a operar o
someter al tratamiento que deba recibir, según el médico o el equipo de
médicos que lo atienden . Esto no significa, como ya se ha explicado
reiteradamente, que el recurso de amparo le confiere un privilegio a la
tutelada para que se le atienda primero que otros pacientes que
cronológicamente están antes en la lista de espera o que estén más
enfermos. El sentido de esta jurisprudencia es que el paciente tiene el
derecho de que se le fije un plazo real, en el que se le va a brindar el
tratamiento médico que necesita, de acuerdo con la valoración técnica
previa del médico o los médicos directamente responsables de su caso.
Aunado a ello, si bien la autoridad recurrida informa que la cirugía
que requiere la accionante no es urgente, no por ello pueden dejar
transcurrir un plazo de cuatro años sin que se le asigne una fecha para
la cirugía, toda vez que esta Sala ha indicado en varias ocasiones que
el derecho a la salud involucra también calidad de vida, la cual
evidentemente se le ve afectada a la recurrente con su padecimiento.´
(El subrayado no corresponde al original)
Las consideraciones expuestas resultan aplicables al caso en estudio. Aunque
las autoridades recurridas consideren
que existen otros casos
más urgentes o
complejos, ello no puede ser justificación válida para dilatar, de forma indefinida,
la asignación de la fecha para la realización del procedimiento médico requerido
por el amparado, dejándolo en el mencionado estado de incertidumbre. Por lo que
procede acoger al recurso, a efectos que se le programe al amparado la fecha de
realización de la mencionada cirugía, conforme al criterio de su médico tratante.
Por tanto:
Se declara CON lugar el recurso. En consecuencia se ordena a Luis Paulino
Hernández Castañeda y Luis Castro Rivera, en su calidad de Director General y
Jefe a.i. de Ortopedia del Hospital Calderón Guardia, o a quienes en su lugar ocupe
estos cargos, proceder a girar las órdenes que estén dentro del ámbito de sus
competencias para que se reprograme inmediatamente la cita requerida por M.J.L.G.
en el Servicio de Ortopedia, para que se valore cuál es el grado de urgencia de su
padecimiento, de la cirugía prevista y se fije la fecha de su intervención, bajo la
responsabilidad de su médico tratante. Todo lo anterior, bajo apercibimiento de que
podría incurrir en el delito tipificado en el artículo 71 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, el cual dispone que se impondrá prisión de tres meses a dos años,
o de veinte a sesenta días multa, a quien recibiere una orden que deba cumplir o hacer
cumplir, dictada en un recurso de amparo y no la cumpliere o no la hiciere cumplir,
siempre que el delito no esté más gravemente penado. Se condena a la Caja
Costarricense de Seguro Social al pago de las costas, daños y perjuicios
ocasionados por los hechos que han dado lugar a esta declaratoria, los que se
liquidarán en ejecución de sentencia de lo contencioso administrativo. Notifíquese
la presente resolución a Luis Paulino Hernández Castañeda y Luis Castro Rivera,
en su calidad de Director General y Jefe a.i. de Ortopedia del Hospital Calderón
Guardia, o a quienes en su lugar ocupen esos cargos, en forma personal.
Ana Virginia Calzada
M.
Presidenta
Gilbert Armijo S.
Ernesto Jinesta L.
Fernando Cruz C.
Fernando Castillo V.
Paul Rueda L.
Rodolfo E. Piza R.
Descargar