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BENEMERITA ESCUELA NORMAL VERACRUZANA ENRIQUE C
REBSAMEN
ASIGNATURA: ATENCION EDUCATIVA DE ALUMNOS CON DISCAPACIDAD
VISUAL
MAESTRA: MARTHA CABRERA
TRABAJO: PRIMER CONTACTO CON LA DISCAPACIDAD VISUAL
NOMBRE(S):
JIMENA ALITZELT BARRAGAN FERNANDEZ
YESSICA GARCIA GONZALEZ
BELINDA YAMILET GRAJALES CONTRERAS
YERITZIA HASSEL ZARATE QUIROZ
FECHA: 28 DE MARZO DEL 2014
GABRIEL MELGOZA HERNANDEZ
Ciego*
*Sin visión, descansa únicamente en los otros sentidos.
Cuando no podemos ver, siempre está el corazón para ver con él.
Siempre es una experiencia nueva acercarse a alguien, sea como sea, sea quien sea, y
tenga uno que acercarse por la razón que sea.
Conocer a alguien es darle un poco de ti a esa persona y tomar de ella algo.
Así conocimos a nuestro amigo ciego.
Para qué decir que no cuando la realidad es que estábamos nerviosas, lo primero en que
pensamos al saber que debíamos buscar a alguien como él, fue que íbamos a ser amigas
suyas, no unas mandonas o conocidas, amigas en realidad, pero bien sabido es, que una
amistad segura se basa en cosas como la confianza.
Al conocerlo lo vimos de lejos y dado que él es ciego no pudo vernos mientras
observábamos cómo se movían él y sus compañeros, de manera normal en el Centro de
atención múltiple al que asiste, no nos costó trabajo el que nos aceptara, a decir verdad
él como nosotras estaba dispuesto a una nueva amistad.
¿Qué pasó primero? Pues nos presentamos.
Su nombre fue dicho por él con confianza, Gabriel, una a una las siete letras salieron de
sus labios con simpleza, explicando los sonidos que conformaban su nombre.
Si bien conocimos a varios, la historia se basa en él, porque con él hubo más confianza,
y de esta surgió la amistad.
Él radica en la ciudad de Xalapa, pero viene de lejos aquí con la intención de superarse,
hacerse capaz a sí mismo, de tener una vida tan normal como le sea posible sin
depender de alguien, un camino arduo y sin duda desconocido, pero con paciencia él
nos contó cómo empezó todo.
Su historia en el paralelo mundo donde él no ve empezó cuando él tenía tan sólo tres
años, ahora tiene cuarenta y dos y honestamente sorprende la sencillez y sinceridad con
la que admite su discapacidad y explica a su entendimiento las causas de esta y lo que
tuvo –él y su familia –que pasar.
Así como él lo dijo, nació en la Zona norte del estado de Veracruz, en un poblado cerca
de Naranjos, más allá de Tuxpan, en 1972, era, como él dice, un niño normal, hasta los
tres años de edad.
No explicó con sus propias palabras que a esa edad sufrió una fiebre ‘extraña’ que
empezó como secuela vino a debilitar su vista.
El diagnostico en sí de qué fue lo que sufrió los desconocemos y él también, ya que
cómo él nos explicaba, la época era bastante diferente, los avances pocos y la mayoría
de las cosas eran desconocidas, sus padres personas humildes –el padre agricultor y la
madre ama de casa –no sabían qué era lo que sucedía con él y pese a que viajaron a
otras ciudades por respuesta o alivio el resultado fue el mismo.
Nos contaba que su visión era débil pero no inexistente, él alcanzaba a distinguir
algunas cosas y sentía en los ojos ‘nubes’ que obstruían su vista, pero aun así no era
capaz de desplazarse solo y le mantenían en casa.
El suceso que vino a lastimar aun más su vista fue causado por negligencia médica, nos
comentó que por el uso de unas gotas en los ojos con efectos contraindicados él fue
perdiendo su vista aún más rápido.
A la edad de diecisiete años, ya era ciego total.
Las circunstancias y el ambiente un tanto sobreprotector en que creció lo hicieron
dependiente, y para ser ya un adulto de más de cuarenta años él no tiene las experiencias
para su edad, en su niñez no asistió a ninguna clase de escuela, sus amistades se
delimitaban a sus hermanas menores y su diversión se quedaba en los juegos que ofrecía
el hogar, la familia y los lugares conocidos.
La adolescencia es un periodo transitorio en el que todos nosotros pasamos por nuestra
etapa de no adaptación, somos incomprendidos y muchas veces tendemos a renegar de
la vida, el caso de Gabriel no fue diferente, él, humano como nosotros pasó igual por
esta, según nos comentó tuvo un tiempo de enojo y reclamo a la vida.
Un poco de empatía nos puede permitir entender cómo era y lo que vivía para no
juzgar presurosamente.
Hoy día muchas revistas y grupos sociales hablan del conocido bulliying, pero no hay
que pensar que eso es nuevo, Gabriel nos relató experiencias en las que él mismo sufría
de esto, burlas o juegos aparentemente sanos le persiguieron en la época escolar de su
vida.
El resto del tiempo que se llevó en crecer hasta alcanzar la adultez lo pasó en el núcleo
de su familia, montaba a caballo, y disfrutaba de la naturaleza, de nadar en el río y
demás; pequeños placeres de la vida que no se atrevía a rechazar…
La primera vez que vino a Xalapa fue allá por el 2008, dirán: ¡eso no es mucho tiempo!
Pero déjenme decir que las decisiones buenas o malas de esos años marcaron la
diferencia en nuestras vidas, y de igual manera las decisiones que él tomó, hicieron la
diferencia en su vida.
Gabriel nos contó que sólo estuvo tres meses lejos de su lugar natal, la añoranza hacía la
rutina ya establecida, hacía las situaciones conocidas, lugares y espacios comunes le
hicieron tomar la decisión de volver.
Aun cuando una vez allá quiso volver aquí, no pudo hacerlo pronto, tuvo que esperar
algún tiempo –hasta el 2011 –para volver, ya que el recurso y la oportunidad la había
desechado una vez y la segunda sería la última oportunidad.
Cuando volvió a Xalapa fue gracias a la ayuda e intervención de un presidente
municipal y se estableció en el Albergue en el que vive actualmente, este se ubica cerca
del CAM 8 en la colonia Revolución de Xalapa, en donde hay más ciegos y débiles
visuales con quienes vive y convive.
Él cuenta que no fue fácil.
Para nadie nunca lo sería, estaba él de nuevo sólo, en una ciudad grande y extraña, lejos
de lo que él conocía bien, estaba a merced de los demás para moverse o realizar cosas,
para nosotros simples, como las compras de la comida.
Un poco de sufrimiento para una mejor situación…
Ya tiene tres años radicando en la ciudad, aún extraña estar por allá en determinadas
épocas del año, como en la Fiesta de Todos los Santos en noviembre, pero ha dedicado
su tiempo a lograr lo que él se proponía al venir, hacer cosas por sí mismo, aprender.
Ah aprendido a desplazarse él mismo, ya no depende de alguien más para movilizarse
dentro de su entorno, conoce el uso del bastón, y saber realizar actividades él sólo,
además ahora sabe tocar guitarra, le gusta cantar y pasa el tiempo haciendo actividades
que le gustan.
Él ya sabe utilizar la computadora con lector además del braille.
A comparación de lo poco que él sabía antes de venir, el esfuerzo a valido la pena,
ahora es capaz de ir sólo hasta su lugar natal, y a aprendido y quiere aprender aun más,
en el albergue donde reside cumple con sus actividades cotidianas de responsabilidad,
en tareas de hogar como lavar su ropa, los trastes etcétera.
Es capaz de comunicarse, de entablar amistades como lo hizo con nosotras, y dado a los
años que ha dependido de sus sentidos restantes, tiene desarrollados de manera notoria,
por ejemplo, el oído.
Para aprender lo hace con ayuda y explicaciones concretas, se sirve bastante del ejemplo
y de sus sentidos.
Nuestra convivencia con él ah sido igualmente educativa en varios sentidos, ya que él
está dispuesto a enseñarnos braille, además de que él busca poder hacer cosas en las que
pueda generar un ingreso.
Todo esto ha sido reciproco, él aprende lo que le enseñamos, o nos sugiere enseñarle
algo, y nosotras aprendemos de él.
No se trata sólo de aprender a hacer las cosas que hace, él en su caso es un ejemplo.
Muchas veces nos alejamos de la meta, muchas veces damos la espalda a nuestros
sueños cuando nos dicen lo difícil que esto puede ser, muchas otras no sabemos por
dónde empezar, a quien pedir ayuda, ni nada, por su parte el ejemplo de nuestro amigo
nos ha enseñado muchas cosas:
Nunca digas nunca, todo se puede, aun cuando parezca imposible para ti, o por tu
condición.
Amigos verdaderos puedes encontrar siempre aquí, allá, en algún lado.
Y la vida siempre da segundas oportunidades, sólo hay que verlas, tomarlas y no
desperdiciarlas.
Y el futuro se escribe, no se predice…
Se puede decir que él es capaz hasta cierto punto, como meta nos hemos propuesto
ayudarle y enseñarle en lo que le falla un poco, no con el interés de practicar en él
estrategias, sino de poder darle algo de utilidad.
Durante las clases de Atención a Alumnos con Discapacidad Visual, hemos aprendido a
identificar las áreas específicas donde la intervención adecuada puede dar frutos
esperados y útiles, también aprendimos sobre el concepto actual de la discapacidad, el
cual es influenciado externamente, como se le conoce en las ‘barreras’, es por eso que
las áreas dan al alumno ciego lo que necesita para ser independiente de éstas barreas.
En el caso de Gabriel, notamos la necesidad de una estimulación en el área Multi–
sensorial, en especifico fortalecer sus sentidos restantes, como lo son, tacto, gusto,
olfato y oído; ya que notamos durante las convivencias con él a lo largo de éste periodo,
que a pesar de tenerlos desarrollados a un grado que le permite desenvolverse en sus
actividades diarias, parece necesario que obtenga más elementos para una optima
calidad de vida.
La estimulación multi –sensorial busca trabajar con diferentes sensaciones y la
percepción para mejorar su calidad de vida.
Ya que planeamos darle a Gabriel un acercamiento a distintas actividades que conlleven
trabajar con material real, concreto, tridimensional, bidimensional y simbólico, además
claro de actividades multi-sensoriales en lugares fuera.
Dentro de la cantidad de actividades que imaginamos y propusimos, elegimos aquellas
que para Gabriel representaran un cambio, una nueva sensación, una nueva actividad,
un paso más allá de lo que ya había avanzado, y más que nada deseamos otorgarle
herramientas útiles.
Se preguntarán ¿por qué hacerlo?
No fue muy sencillo realizar varias actividades, en su planeación, durante las salidas o
incluso en pequeños comentarios notamos que muchas personas se intrigaban en saber
¿qué y porqué lo hacíamos? La respuesta está en los párrafos de arriba, Gabriel es
nuestro amigo y nosotros queríamos entregarle una vivencia más.
Así que más que ser labores predefinidas, planeadas, cuadradas y establecidas en tiempo
y formas, las actividades realizadas iban encaminadas a el área que fortalecería su
desenvolvimiento en la vida diaria, pues como se leyó en uno de los documentos
analizados en clase, los sentidos restantes en Gabriel son aquellos que le ayudan día con
día, es por eso que se hicieron y planificaron, el objeto de el área multi-sensorial no es
otra sino estimulación a los sentidos.
Así pues el porqué y el para qué no es otro sino ese, y las actividades ofrecieron soporte
y apoyo a distintos sentidos, el tacto, el gusto, el oído, el olfato…
Por hacer una mención, se trabajó dentro del albergue donde habita, una actividad que
nombramos “Rally de semillas” en este elaboramos dibujos de figuras, formas, y
objetos con relieve en el derredor, de manera que él pudiera notar los bordes y saber
más o menos –o de manera exacta –qué figura era, dentro de ésta figura había una clase
de semilla pegada, que él debía identificar con su tacto y luego comparar con los
pequeños montoncitos de semillas hasta reconocer la que buscaba.
¿Qué sentido servía ahí?
No seremos cuadrados y aburridos analizando punto por punto las acciones y
categorizándolas, pero diremos que unido a un tema centrar (el desarrollo de su tacto)
vino la diversión y la sana competencia con sus compañeros en el albergue.
Como ya se mencionó, al ser una vivienda compartida la mayoría de nuestra actividades
involucraron a los demás participes, pero de algún modo los ojos y las notas fueron
principalmente sobre Gabriel, en momentos comparando o diferenciando cómo era que
algunos desarrollaban más determinadas características y preguntándonos porqué.
Las actividades en sí, fueron con objetos en juegos a ‘ciegas’ para nosotras a petición de
ellos, en las que debíamos identificar objetos con nuestras manos o demás sentidos. Por
otro lado también se realizó una salida al parque de Los Lagos para conocer un nuevo
punto de la ciudad y saber cómo es que el lograba transportase solo, esta misma salida
nos permitió acercarlo a la convivencia con personas que no fueran las de siempre o
sólo nosotras, además de comer otras cosas.
Las actividades variaron desde leer notas en Braille o manipular plastilina, hasta tocar
serpientes y cocodrilos.
Fue ahí, en la lectura del braille que empezamos a notar que tal vez su tacto era un poco
deficiente, y en nuestro afán por permitirle más actividades multi-sensoriales, pedimos
el apoyo de nuestra maestra.
La sorpresa fue que de acuerdo a lo que relatábamos y a las cosas notadas, como que él
no conocía objetos meramente básicos, o que los confundía, o que su lectura del Braille
era no la deseada…, se nos planteó la posibilidad de que él tuviera un problema en
cuanto a la cognición, ya que esta no le permitía discernir en los objetos.
Después de conversarlo un tiempo de de seguir proponiendo actividades en las que él
conviviera con nuevas cosas o cosas muy básicas, se aceptó este imprevisto.
Lo que sucedía con Gabriel en cuanto a la percepción de las cosas se debía de manera
hipotética, al menos para nosotras, a que un enseñanza y acercamiento a las primeras
actividades multi-sensoriares no fue sino hasta su llegada a Xalapa, ya que antes de
integrarse a ésta no tenía acercamiento es estimulación alguna más allá de la que un
hogar pueda ofrecer.
La protección terminó siendo sobreprotección, y de este modo se le privó de aprender y
discernir de determinadas cosas, objetos o sensaciones, lo que viene a notarse en el
pequeño catalogo de cosas que es capaz de reconocer y que nosotras nos dispusimos a
ampliar.
Tal vez no logramos darles tantas actividades multi-sensoriales como nos proponíamos
al inicio, cosas que iban desde conocer determinados lugares, tal vez participar en algún
concierto, o experimentar algunas cosas más, pero las que lograron hacerse como la
visita a la feria, los juegos con instrumentos y texturas, y el unirnos a él para aprender y
estudiar braille, le fortalecieron en lo posible.
No damos este caso por perdido, pues como se dijo al inicio esta era una actividad en la
que esperábamos aprender recíprocamente, y lo hicimos más de lo que imaginamos.
Se puede concluir en que este es un trabajo exitoso.
Una vez escuchamos decir a una maestra que por poquito o pequeño que fuera, siempre
habría un avance en nuestros alumnos, y no dudamos de los logros de Gabriel, de que
poco o mucho él conoce cosas nuevas, y nuestra presencia le indujo a esforzarse en sus
propias clases que incluyen las demás áreas, como la Orientación y Movilidad, o la
Comunicación.
Sin más, estamos felices, hemos ayudado a un amigo y hemos aprendió de él.
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