Diario de Campo: Yuneidy Alejandra Becerra Alfonso 2101341 29/MAYO DÍA 1 El punto de encuentro fue en la calle 11 con 36, vía única vehicular de acceso al Barrio el Diviso. Las casas ubicadas sobre esta vía principal funcionan como negocios pequeños de tiendas, salones de belleza, heladerías, papelerías, modisterías y talleres de mecánica. El ambiente del barrio no impresiona ser peligroso, es posible ver niños por las “cuadras” jugando y a las personas con las puertas abiertas sentadas en las entradas de las casas. No hay transito de transporte público tipo buses o busetas pero constantemente se ve el ingreso de taxis, las casas ubicadas sobre la vía principal tienen la facilidad de contar en su mayoría con garajes que han sido adaptados para funcionar como pequeños negocios. Por otro lado las viviendas están ubicadas cuesta arriba y abajo de la vía principal, organizadas en una especie de cuadras con inclinaciones peligrosas, improvisadas con escaleras de cemento, unas poco profundas, otras interconectadas entre ellas y con el barrio los Sauces. Haciendo un estimado superficial podría hablarse que en promedio hay una mascota por vivienda ya sea perro, gato, gallinas, pollos o tortugas, no hay adecuada disposición de excretas por las cuadras y es posible encontrar a los niños jugando descalzos. Las casas están construidas a manera de escarpa, una familia por piso, paredes de ladrillo, piso de cemento (en algunas se encuentra baldosa) y techos de zinc. Cuentan con los servicios básicos de agua, luz y alcantarillado y la mayoría están provistas de pipetas de gas para cocinar. La gente estaba preparada para las visitas, habían sido informados por los megáfonos del barrio y fueron bastante amables durante la realización de la inspección. Es importante mencionar que la mayoría de las casas no usan la pila o no la mantienen con agua, utilizan las pilas para remojar la ropa mientras lavan pero suelen mantenerlas desocupadas para ahorrar. La mayoría de las personas tienen un conocimiento básico de la enfermedad respecto a los síntomas, la información la han adquirido por medio de las propagandas en la televisión, sin embargo algunos consideran que el chikunguña es un mosquito y tienen la impresión de que es mucho más peligroso que el dengue. Durante la realización de las encuestas con mi compañero encontramos un caso sospechoso de chikunguña no reportado en una niña de 12 años en quien había iniciado hacia unas semanas fiebre de 39°, broto por todo el cuerpo y astenia más que artralgias, debido a la inclinación y la lejanía de la casa de la vía principal la madre decidió no llevar a su hija al puesto de salud del Rosario (que es el más cercano); en esa misma casa encontramos larvas en un pequeño depósito de agua en la pila. 30/MAYO DÍA 2 El punto de encuentro fue en el centro de salud de Morrorrico justo al lado de la vía a Cúcuta, la zona por lo tanto es bastante concurrida por vehículos de tráfico pesado. Las casas que visitamos hacen parte del Barrio los Sauces (límite superior del Barrio el Diviso) ubicadas a un costado de la vía y cuesta debajo de la montaña, por decirlo de alguna manera. Están organizadas y distribuidas en los denominados “Interiores” que constituyen entradas individuales hacia corredores oscuros, estrechos, inclinados e improvisados con escaleras de cemento que permiten el acceso a las viviendas y dividen al barrio simulando cuadras. La profundidad de los interiores varía entre uno y otro, muy pocos interconectan entre ellos, sin embargo dos de los pasillos visitados, en su punto más profundo son una vía alterna de acceso peatonal al Barrio el Diviso. Las viviendas están asentadas en zona escarpada en donde sus habitantes de manera improvisada han realizado un reforzamiento de la ladera con concreto lanzado; la mayoría de las casas son de un solo nivel, paredes y piso de cemento, muy pocas con baldosa y techos de zinc. Las cuadras lucen bastante sucias, es posible encontrar gran cantidad de animales como perros y gatos, muchos pertenecientes a cada casa y muchos otros como parte cada “interior” sin embargo hay mal manejo de excretas, las heces se ven a lo largo de las escaleras. A diferencia del Diviso, no fue común encontrar a los niños jugando o sentados en las escaleras, cada casa se encuentra permanentemente cerrada, muchas de ellas aseguradas desde el exterior con candados y el ambiente en general se percibe pesado, inseguro, peligroso. El tránsito por los corredores es incomodo y debido a la inclinación y la profundidad de los mismo el desplazamiento desde las casas más bajas hasta la entrada a la “cuadra” llega a ser extenuante y engorroso en caso de alguna emergencia. Al interior de las viviendas al igual que en el Diviso fue muy común encontrar que las pilas son pequeñas, generalmente no son usadas para almacenar agua y permanecen vacías la mayor parte del tiempo; aun así, debido a la proximidad con zonas de monte bajo, espacios en proceso de construcción (que al tiempo sirven de depósito de materiales y basuras) la mayoría de los habitantes manifiestan la presencia de zancudos en sus hogares. De las casas visitadas todas parecían tener agua, luz y alcantarillado. El contacto con la gente fue más complicado, la mayoría de los entrevistados se encontraban con las puertas cerradas y era necesario tocar varias veces y/o identificarse antes de poder establecer contacto con ellos. Las casas ubicadas justo al lado de la vía a Cúcuta funcionan como pequeños negocios, tiendas y ventas de minutos. En general el barrio impresiona ser bastante inseguro y la gente se muestra algo reacia a participar de entrada. Fuimos identificados en cierto punto de la tarde como visitantes, o gente externa al sector por un grupo de jóvenes de mal aspecto y algunos de los habitantes nos advertían de no sacar los celulares mientras nos encontráramos allí. Siento que esta visita fue de riesgo intermedio-alto, somos muchos estudiantes para ser supervisados por una sola docente, y en medio de los “Interiores” podíamos ser presa fácil de cualquier robo sin oportunidad de huir o defendernos. La intención de la práctica es buena sobre todo para este tipo de comunidades tan vulnerables, pero debemos correr con el riesgo de ser víctimas de la delincuencia común del lugar y de accidentes que en su mayoría van a tener que ser soliviados por cuenta propia ya que la universidad no tiene como garantizarnos seguridad en este tipo de prácticas. Lo anterior podría poner en una balanza costo-beneficio la realización de estas actividades, aun así, reconozco la importancia de continuarlas. 06/MAYO DÍA 3 Hoy regresamos a realizar lar verificaciones de las casas positivas para larvas y algunas de las negativas. Los habitantes de las 2 casas encontradas previamente positivas decidieron seguir nuestras recomendaciones y ahora mantienen las pilas desocupadas y libres de larvas. Uno de los habitantes del barrio los Sauces, un adulto mayor de 70 años quien hace unos años sufrió un ACV (por lo cual ahora se dedica a permanecer en el hogar mientras su esposa trabaja), nos recibió muy gustoso para enseñarnos como ahora mantenía su pila libre de larvas, después de haberlas hallado durante la primera visita; nos agradeció atentamente las visitas realizadas y personalmente sentí que esas palabras me alegraron el día. Durante otra de las visitas a una de las casas negativas, la propietaria nos comentó que el barrio el Diviso estaba legalmente constituido, y que la construcción de las casas se realiza por cuenta de cada habitante. En general logramos que las casas positivas para larvas pasaran a estar negativas y que las negativas continuaran así. No. de rechazos 0 Visitas realizadas 15 Casos de chikunguña Casos de dengue No. vecinos con chikunguña No. vecinos con dengue No. viviendas larvas (+) 1 0 2 1 2 2 de las visitas contestaron encuesta pero no nos dejaron ingresar al domicilio