Simbiosis ISSN: 1548-3436 Vol.7, Número Estudiantil, 2010 Ensayos Administración y gestión del cambio en unidades de información Gloria A. Negrón Dones ganegron@yahoo.com Estudiante del Programa de Maestría en Ciencias de la Información Escuela Graduada de Ciencias y Tecnologías de la Información (EGCTI) Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras Edificio José M. Lázaro, 3ro. Piso, Río Piedras, San Juan, Puerto Rico, 00931-1906 “El arte del progreso consiste en preservar el orden mediante el cambio y preservar el cambio mediante el orden” (Alfred North Whitehead) Resumen Este ensayo pretende hacer un acercamiento al tema de la administración y gestión del cambio en unidades de información presentando en primer lugar algunas definiciones de conceptos, las causas que motivan el cambio, las dimensiones y beneficios del cambio, y por último, la importancia de administrar el cambio. Los términos administración, gestión y dirección se utilizarán de forma sinónima en la presentación de este trabajo. Palabras clave: administración, Bibliotecología, Ciencias de la Información, Puerto Rico Según el Diccionario Enciclopédico de Ciencias de la Documentación (López Yepes, 2004), el término “administración” es utilizado universalmente para referirse a la gestión empresarial y la dirección. El término alude a la función o conjunto de funciones que realizan los dirigentes de una organización. Generalmente estas funciones administrativas se dividen en cuatro áreas importantes: planificación, organización, dirección y control. A continuación definiremos brevemente los puntos más salientes de estas funciones administrativas. La planificación es el área donde se fijan las metas y las estrategias para alcanzarlas. Mediante la organización, los gerentes determinan las tareas que se deben lograr. La toma de decisiones es la actividad más importante de esta función. La función de dirección se concierne con el comportamiento de los empleados, la motivación que necesitan para realizar el trabajo y el liderazgo que el gerente emplea para alcanzar los objetivos de la organización. Por último, la función de control consiste en medir el desempeño de la organización, 1 Simbiosis ISSN: 1548-3436 Vol.7, Número Estudiantil, 2010 Ensayos o sea, un proceso que se ocupa en vigilar, comparar y corregir las metas fijadas (Robbins & Coulter, 2005). La administración es además, el conjunto de personas que tienen la responsabilidad de orientar el destino de la organización con miras de cumplir su misión. Es una filosofía de trabajo o estilo especial de abordar los problemas de una organización mediante la innovación, la preparación especializada y el trabajo en equipo. La administración del cambio, según Lientz y Rea (2004), conlleva la gestión de la planificación, diseño, implementación, manejo, medición y resistencia a cambios en los procesos administrativos. El término “gestión” se refiere a las actividades controladas para dirigir y coordinar una organización (Benavides Velasco & Quintana García, 2003). García (2002) señala que la gestión constituye por tanto una función esencial de la dirección. Algunas de las actividades escenciales en la administración están relacionadas con el análisis de las causas que producen el cambio, las áreas potenciales del cambio y mercadeo del mismo. Davis y Newstrom (2003) señalan que un cambio es toda modificación que ocurre en el ambiente de trabajo y afecta la manera en que deben actuar los empleados. Estos autores planten que los cambios pueden ser no planeados, drásticos o graduales, positivos o negativos, fuertes o débiles, lentos o rápidos y estimulados interna o externamente. Sin importar su fuente, naturaleza, origen, ritmo o intensidad, los cambios pueden tener efectos en quienes los sufren. El proceso de cambio implica definir objetivos operacionales, seleccionar las actividades para introducir el proceso, precisar cómo el trabajo se va a efectuar en el futuro, establecer estrategias de implementación y dirección, y evaluar el trabajo a través de la continuación del proceso. En muchas ocasiones el cambio es tratado solamente desde su enfoque inicial. Por ende, la implementación del cambio no tiene valor cuando el mismo no es persistente. García (2002), plantea que hay diversos factores que están provocando profundos cambios tanto en unidades de información como en el ejercicio profesional de los especialistas de la información. Algunos de estos factores son los siguientes: factores económicos (reducción de fondos y presupuesto), factores políticos (la demanda de bienes y servicios por los ciudadanos), factores sociales (valor de estar informado) y factores tecnológicos (introducción de nuevas tecnologías). Según Lientz y Rea (2004), el cambio es el resultado de múltiples factores tanto externos o internos; es importante conocer estos factores antes de planificar e implementar el cambio. Aunque muchas de las ideas de los autores se aplican al ambiente empresarial, las mismas tienen pertinencia a cualquier organización, incluyendo unidades de información. 2 Simbiosis ISSN: 1548-3436 Vol.7, Número Estudiantil, 2010 Ensayos A continuación se identifican algunos elementos que pueden motivar la iniciación del cambio: cambio organizacional que afecta la alta gerencia, la competencia, los efectos que resultan de la regulación, las relaciones entre clientes y suplidores, fracaso en los métodos operativos, y los cambios tecnológicos. Algunos factores internos que pueden inducir cambios en unidades de información son: cambio de administración, cambio en las prioridades administrativas, problemas internos en el trabajo, cambio continuo de empleados, pérdida de personal clave, nuevos productos o servicios, implementación de nueva tecnología y el cambio organizacional. Algunos factores externos pueden ser: el uso generalizado de nuevas tecnologías, cambios en las políticas de la organización, cambios en las organizaciones laborales y cambios en los métodos y procesos de trabajo. Antes de comenzar el proceso de planificación, Lientz y Rea (2004) sugieren auscultar lo que se pretende cambiar. De acuerdo a estos autores, existen unos factores dimensionales que afectan el cambio. Estos factores dimensionales están relacionados con la administración (cómo se dirige el trabajo), el trabajo en sí (qué trabajo es realizado), procedimientos (cómo el trabajo será hecho), sistemas y tecnología (cómo el trabajo debe hacerse), el personal (quién hace el trabajo), políticas (cómo el trabajo se debe llevar a cabo), facilidades e infraestructura (dónde el trabajo se lleva a cabo) y tiempo (cuándo el trabajo se lleva a cabo). Lientz y Rea (2004) señalan que el cambio tiene beneficios tangibles que incluyen la eliminación o simplificación del trabajo y un producto de mayor adiestramiento y supervisión. Por consiguiente, el trabajo es más eficiente y la productividad aumenta. Otros beneficios que mencionan los autores incluyen, mejor planificación en la administración del trabajo; aumento en la automatización, que resulta en un trabajo más estructurado; aumento en las ganancias; una organización más simple; buenas relaciones entre clientes/suplidores; y el aumento en la motivación entre los empleados. Según Lientz y Rea (2004) la importancia y necesidad de administrar el cambio implica tener en cuenta los siguientes factores: conocer el cambio que pretenden los administradores, establecer objetivos realistas y alcanzables, mercadear el cambio para compensar la posibilidad de resistencia, buscar el apoyo de la administración para las actividades que van a promover el cambio, crear una visión para el cambio, introducir un acercamiento gradual del cambio, necesidad de múltiples niveles de administración, evaluar los factores de motivación y beneficios, necesidad de un cambio a largo plazo, y la construcción de un efecto acumulativo. No podemos discutir la administración y gestión del cambio sin tratar el tema de la resistencia. La resistencia al cambio es un elemento que afecta a todos los empleados sin importar su nivel en la organización. Davis y Newstrom 3 Simbiosis ISSN: 1548-3436 Vol.7, Número Estudiantil, 2010 Ensayos (2003) señalan que la resistencia es una respuesta a las necesidades de seguridad, interacción social, estatus y autoestima que disfruta el personal. De acuerdo a estos autores, la amenaza que se percibe puede ser real o imaginaria, por consiguiente, los empleados tratan de protegerse de los efectos que el cambio pueda producir. Para los administradores, el fracaso o éxito del cambio implica entre otras cosas, el manejo efectivo de la resistencia. Davis y Newstrom mencionan tres tipos de resistencia: resistencia lógica, resistencia psicológica y resistencia sociológica. La resistencia lógica surge cuando el empleado percibe que no hubo tiempo para ajustarse al cambio. Un ejemplo de esta resistencia es cuando hay nuevas funciones o tareas de trabajo y el empleado no recibió el tiempo o adiestramiento necesario para realizar las mismas. La resistencia psicológica se basa en los sentimientos y actitudes. Los empleados temen a lo desconocido y posiblemente desconfíen en el liderazgo de sus jefes. Parte de los sentimientos negativos, también se relacionan con la falta de seguridad y autoestima. En la resistencia sociológica se cuestiona los intereses, normas y valores del grupo. Los empleados cuestionan además las circunstancias políticas, sindicales y comunitarias que provocaron el cambio. En Puerto Rico, esta resistencia sociológica se experimenta entre la fuerza laboral que trabaja en las agencias del gobierno cuando el año electoral produce un cambio en el partido político del gobierno. El cambio de gobierno produce las incertidumbres que se asocian con la seguridad de empleo, cambios en el personal de la organización y desconfianza hacia los nuevos gerentes. Pero no toda resistencia es negativa. Aportan beneficios ya que alientan a los administradores a reevaluar sus propuestas de cambio y asegurar que las mismas son apropiadas y necesarias. La resistencia ayuda identificar áreas problemáticas que posiblemente eran desconocidas por los gerentes. De esta forma pueden hacer los arreglos pertinentes antes de continuar con el proceso de cambio. Por ende, la resistencia puede mejorar la comunicación entre la organización, dando a conocer los sentimientos y emociones existentes entre todas las partes afectadas (Davis & Newstrom, 2003). La administración en las unidades de información también confronta los mismos elementos de cambios que afectan otras organizaciones como son las instituciones educativas, empresas comerciales, compañías privadas, etc. Uno de los problemas más complejos que están enfrentando las bibliotecas, según Hirshon (1999), es precisamente el manejo del cambio. Improven Consultores (2001) señalan la importancia de manejar el cambio, especialmente cuando se trata de la incertidumbre que producen los “miedos” entre todas las personas de una organización. Enfatizan que el miedo a lo desconocido surge por falta de una planificación estratégica, falta en la definición de objetivos, falta de una metodología efectiva y la pobre 4 Simbiosis ISSN: 1548-3436 Vol.7, Número Estudiantil, 2010 Ensayos comunicación interna, entre otras cosas. Las bibliotecas enfrentan decisiones más complejas, riesgos mayores y los recursos humanos-fiscales son continuamente más escasos. Los problemas fundamentales que confrontan las bibliotecas se relacionan a la habilidad para manejar las limitaciones que impone la asignación presupuestaria. Estas limitaciones afectan mucho de los procesos que se relacionan con el servicio que ofrece un centro de información. Por ende, el servicio personalizado se compromete, la compra de recursos impresos y electrónicos complica la toma de decisiones y las demandas de los usuarios para utilizar las nuevas tecnologías y las que puedan surgir en el futuro. Hirshon (1999) menciona que el proceso de administración del cambio conlleva considerar una serie de pasos. Estos pasos pueden ser relevantes para resolver grandes problemas o para manejar un problema específico. Algunos de los pasos más comunes en este proceso son: (1) un evento que provoca una necesidad o situación, (2) planificación estratégica, (3) comunicación del plan a seguir, (3) reestructuración de personal, (4) análisis de las políticas y procesos, (5) adiestramiento del personal, (5) “assessment” de las metas y objetivos, y (6) cambios en la cultura organizativa. Para Hirshon estos pasos implican la toma de riesgos. La administración del cambio es un proceso que pretende minimizar estos riesgos y aprovechar las posibles oportunidades que ofrece el cambio. Las bibliotecas han sido testigos del progreso ininterrumpido en la automatización de la mayoría de las funciones bibliotecarias (Lozano, 2002). La aparición de los catálogos automatizados comenzando a principios de los años 70, el desarrollo de los sistemas de préstamo, y finalmente, los sistemas integrados de gestión bibliotecaria hacia finales de los años 70 y principios de los años 80. Estos últimos sistemas, utilizan una arquitectura única para gestionar procesos como: catalogación, préstamo de recursos, adquisiciones, presupuesto y otras funciones administrativas. Los sistemas integrados de gestión bibliotecaria han continuado desarrollando funciones cada vez más sofisticadas sumado a la aparición de otras aplicaciones que también ofrecen información a los usuarios. Es por esto que las bibliotecas han tenido que enfrentar el gran reto de integrar los nuevos avances y servicios bibliotecarios, adaptándolos dentro de su marco tradicional de trabajo. Las cuestiones relacionadas con la gestión del cambio son considerables e implican recursos humanos y materiales. Los cambios son difíciles de predecir por los acelerados y continuos cambios de las tecnologías de la información. En ocasiones, los usuarios son reacios a cambios radicales que implica utilizar equipo o recursos electrónicos nuevos. El cambio continuo complica aún más la gestión de la biblioteca para los que están a cargo de estas unidades. Por esta razón, el director en su gestión del cambio debe tomar en cuenta los siguientes elementos: gestión estratégica, adquisición de recursos, tecnología de la información, recursos humanos y su formación. La naturaleza de las tareas y funciones en las bibliotecas cambiarán, por lo tanto, el personal necesita 5 Simbiosis ISSN: 1548-3436 Vol.7, Número Estudiantil, 2010 Ensayos mantenerse al día para lidiar con los cambios rápidos que afectan los servicios. El director de una unidad de información debe transmitir a su personal una visión clara y convincente de cómo debería ser el servicio, cómo debería funcionar y cómo debería evaluarse en el futuro. Finalmente, debe tener en cuenta las opiniones de los usuarios, manteniendo una comunicación abierta y continua con el personal de la organización. De acuerdo a Lientz y Rea (2004) la administración y gestión del cambio en una organización se puede lograr mediante el uso del sentido común. De acuerdo a estos autores, la base del sentido común comprende que se consideren los siguientes elementos: participación a nivel local, apoyo de la alta gerencia pero con mínima interferencia, colaboración en todos los niveles de la organización, implementación gradual del cambio, medición del trabajo, desarrollo de una estrategia de los procesos a seguir, y reconocer las implicaciones políticas y culturales que tiene el cambio. Podríamos concluir que la administración es una herramienta útil para gestionar eficazmente todas las funciones, elementos y actividades envueltas en el manejo del cambio en unidades de información. La sociedad dinámica del siglo XXI exige que los servicios de información y los profesionales que proveen los mismos, se encuentren sometidos al proceso continuo del cambio; es por esto que debemos evolucionar paralelamente al desarrollo de nuestro entorno social. La adopción de un sistema de gestión es importante en cualquier organización que desea manejar el cambio de manera exitosa; responde a las necesidades de la clientela y orienta sus servicios hacia la calidad total. Según García (2002), implantar el cambio en una organización no solamente se limita a un proceso efectivo de planificación estratégica, el proceso supone la realización previa de un análisis exhaustivo de las áreas fuertes y débiles de la organización. En el caso de las unidades de información, se parte de la premisa que el cambio que se vislumbra, continúe con la misión que tiene la unidad con sus usuarios y los servicios que ofrece. 6 Simbiosis ISSN: 1548-3436 Vol.7, Número Estudiantil, 2010 Ensayos Referencias Benavides Velasco, C. A., & Quintana García, C. (2003). Gestión del conocimiento y calidad total. Madrid: Díaz Santos/Asociación Española para la Calidad Total. Davis, K., & Newstrom, J. W. (2003). Comportamiento humano en el trabajo (11ª ed.). México: McGraw-Hill/Interamericana. García-Reyes, C. J. (2002). La gestión de los recursos económicos gestión. En J. A. Magán Wals (Coord.). Tratado básico de biblioteconomía. Madrid: Editorial Complutense. Hirshon, A. (1999). Libraries, consortia, and change management. The Journal of Academic Librarianship, 25(2), 124-126. Improven Consultores. (2001, octubre). Biblioteca digital de gestión empresarial: Gestión del cambio. Área de consultoría de dirección y organización. Recuperado de http://www.improven-consultores.com Lientz, B. P., & Rea, K. P. (2004). Breakthrough IT change management: How to get enduring change results. Burlington, MA: Elsevier ButterworthHeinemann. López Yepes, J. (Ed.). (2004). Diccionario enciclopédico de ciencias de la documentación (Vols. 1-2). Madrid: Editorial Síntesis. Lozano, T. (2002, diciembre). La gestión del cambio en las bibliotecas electrónicas. Boletín de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios, (69), 4956. Robbins, S. P., & Coulter, M. (2005). Administración (8va ed.). México: Pearson Educación de México. 7