La fe verdadera recibe bendición

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“LA FE VERDADERA ES LA QUE RECIBE BENDICION”
Texto: Mateo 21:22
Propósito: Enseñar que cuando la fe es autentica recibe bendición de Dios.
Introducción:
A. Siempre hemos dicho que a nuestro Dios le gusta la trasparencia de
nuestra vida espiritual, sobre todo si se trata de nuestra fe.
1. Pues con la fe agradamos a Dios.
2. Con la Fe recibimos bendiciones de nuestro Dios.
B. Al revisar este versículo base que tenemos hoy, podemos decir ¡Qué
promesa tan hermosa! Es una promesa divina, gloriosa, digna de un
Majestuoso Rey, del Dios Todopoderoso.
1. Este mismo versículo lo encontramos en Marcos 11:24 que dice:
“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed
que lo recibiréis, y os vendrá”.
2. Esto nos dice que “La oración eficaz del justo puede mucho”
como lo dice (Santiago 5:16b)
C. Sin embargo, aun como cristianos, batallamos un poco para poderlo
creer, pues nuestra mente humana y limitada trata de modificarlo a
algo más lógico, más probable, más seguro, a algo que se ve.
1. Uno de los grandes problemas radica, en que los seres humanos
nos basamos en las cosas lógicas y en la razón humana, donde
si lo veo lo creo o la frase famosa “Ver para creer”.
2. Pero cuando se trata de fe, esta rompe la lógica de lo común y
ordinario, a lo extraordinario.
3. Pero escuchemos de nuevo estas hermosas palabras de nuestro
Señor Jesucristo ahora en la Versión Popular: “Por eso les digo
que todo lo que ustedes pidan en oración, si creen que ya
lo han recibido, así será”.
D. A través de esta enseñanza, permitamos hoy mismo, que esta
promesa de Dios vivifique nuestro corazón y aliente nuestro espíritu a
orar como Dios quiere que lo hagamos.
I. Primero: EL ALCANCE DE ESTA PROMESA (21:22a).
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A. Observe cuidadosamente cuando el Señor dice: “Y todo lo que
pidiereis…” Este es el alcance de esta promesa: Todo.
B. Casi por lo general y por falta de fe en las promesas de nuestro Señor,
nuestra mente inmediatamente antepone el pensamiento de que
probablemente esto no es literal, y que no puede suceder en mí.
1. Pero si no es literal, entonces, ¿Por qué lo dijo nuestro gran
maestro?
2. Todos los que hemos experimentado la presencia de nuestro
Dios en nuestras vidas, sabemos que no hay fronteras para la fe
en Cristo Jesús.
3. Tampoco no hay limitantes para el Poder de Dios, para dejar de
creer.
4. Por tanto, esta promesa es firme en el sentido estrictamente
literal, porque es El Señor quien la promete.
C. Nuestro Señor desea que la expresión: “Todo lo que pidiereis”
penetre en nuestro corazón y en nuestra mente, para llevarlas a cabo
en las oraciones, Y es que ÉL quiere revelarnos siempre cuán grande
es su Poder, su amor y su gracia.
1. ¿Dónde puede la fe hallar su fuerza? ¿En dónde puede encontrar
su verdadera expresión? ¿No es en las promesas de nuestro
Dios? Es allí donde fallamos, y nos convertimos en incrédulos de
sus promesas.
2. Por otro lado, si las promesas de Dios son pequeñas y limitadas,
¿Podrían estimular nuestra fe? ¡Por supuesto que no!
D. Desde hoy tomemos este “Todo lo que pidiereis” y permitamos que
como una semilla espiritual, se abra, arraigue y llene nuestra vida con
su plenitud y produzca fruto abundantemente.
II. Segundo: LA ACCIÓN EN ESTA PROMESA (21:22b).
A. “... en oración…”. Preguntémonos entonces ¿Cómo puede ser
llevado “Todo lo que pidiereis” delante de Dios? La respuesta es
sencilla: Orando.
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1. La respuesta de Dios es la certeza del fruto de la oración con fe.
Esto nos enseña que bajo todos los aspectos no podemos
disfrutar de todo lo que pidiéremos sin la oración.
a. Los cristianos que no oran, son presa fácil de Satanás y
pronto ven mal todo y se retiran.
b. Por el contrario los que se dedican a la oración son
soldados de Dios fuertes y reciben de Dios sus promesas.
2. Con esto entendemos que es ante el trono de la Gracia de Dios y
solo ahí, donde nuestra fe puede elevarse hasta ser digna de
recibir todas las cosas que se piden.
3. Existen ocasiones que nos parece que las cosas que pedimos son
tan elevadas en su alcance, sin embargo, Dios quiere que
nuestra fe se eleve a esas alturas, a esas dimensiones y aún
más.
4. Pero eso solo se logra como estamos enfatizando, con la oración
de fe.
B. Sí mis hermanos, solo con la oración podemos ver crecer nuestra
débil fe.
1. Es orando y solo orando con mucha intensidad y de corazón es
como debemos de poner nuestras peticiones en las manos del
Señor.
2. Es orando como podremos ser capaces de esperar y recibir su
amoroso consejo, su misericordiosa dirección para nuestra vida.
3. Es orando como se nutre, crece y se desarrolla nuestra fe. Aquel
que se niega a orar o que pierde el ánimo en la oración, nunca
aprenderá a tener fe.
C. Dígame, ¿Existirá algún otro lugar en donde se hallarán tantas
bendiciones como al pie del Trono de la Gracia de Dios? ¡Ciertamente
no lo hay! Solo es ante la presencia de nuestro Creador.
III. Tercero: LA CONDICIÓN DE ESTA PROMESA (21:22c).
A. La otra parte que me llama la atención es: “… creyendo…”. He aquí
lo único que pide el Señor: Creed.
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B. Algo tan pequeño pero tan solo eso. No hay nada que tanto honra al
Padre como la fe de sus hijos. (Hebreos 11:6)
C. Esa seguridad en su corazón de que el cumplirá su Palabra y sus
Promesas es la que a muchos nos sostiene viendo al invisible poderoso
Dios.
1. Esta es la clase de oración de fe, y es la que todo recibe.
2. Esta es la oración poderosa que alcanza las alturas más
insospechadas y tocan el trono de gracia para recibir bendición
de lo alto.
D. Ahora bien, quisiera que observáramos unos pasajes que hacen
énfasis de lo que venimos hablando, con referencia a tener fe como
un grano de mostaza. Le pido considerar el objeto mencionado en los
textos, la orden que se le da al objeto y el resultado. Los pasajes son:
1. Mateo 17:20; Habla de un monte
2. Mateo 21:21; Aquí también es un monte
3. Marcos 11:23; De la misma manera se menciona un monte.
4. Lucas 17:6. Aquí un árbol de sicomoro.
E. Ahora veamos las ordenes en cada versículo:
1. Mateo 17:20 “Pásate de aquí allá”;
2. Mateo 21:21 “Quítate y échate en el mar”;
3. Marcos 11:23 “Quítate y échate en el mar”
4. Lucas 17:6 “Desarráigate y plántate en el mar”.
F. Ahora quiero que observe detenidamente cómo terminan los textos
que estamos considerando:
1. Nada os será imposible (Mateo 17:20);
2. Será hecho (Mateo 21:21);
3. Lo que diga le será hecho (Marcos 11:23)
4. Os obedecería (Lucas 17:6).
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G. Pero esto se logra solo ¡Creyendo! De esta manera nos invita a una
acción continua, sin cesar, sin detenerse.
1. La clave de toda verdadera oración es el creer. Aunque todavía
no se ve, aquello vendrá. Lo cierto es que ya viene en camino,
solo que no lo vemos. (Hebreos 11:1)
a. Veamos entonces la definición de fe: Es, pues, la fe la
certeza de lo que se espera: Así como nuestra vista
física es el sentido que nos da la convicción del mundo
material, la fe es el “sentido” que nos da la convicción del
invisible mundo espiritual.
1) La fe tiene sus evidencias. No estamos hablando
sobre un “acto de fe” a ciegas. Pero sus evidencias
no pueden ser medidas en un laboratorio, tienen que
ser entendidas espiritualmente.
2) “La fe va más allá de lo que aprendemos por medio
de nuestros sentidos, y el autor está diciendo que
ella tiene sus evidencias. Sus pruebas no son las de
los sentidos, los cuales producen incertidumbre.”
(Morris)
3) “La vista física produce convicción o da evidencia de
las cosas visibles; la fe es el órgano que permite a la
gente ver el orden invisible.” (Bruce)
b. “La convicción de lo que no se ve”: Si usted tiene la
sustancia ante usted, si usted puede verla, ¿de qué sirve la
fe? La fe se necesita para aquello que no podemos ver ni
tocar.
1) Así debe ser nuestra fe en la oración cuando nos
acercamos a nuestro Dios por nuestras necesidades
básicas.
2) Pero debemos de tener bien en claro que nuestra fe,
no contradice a la razón, a pesar de que puede ir
más allá de la razón.
3) Yo pudiera demostrar objetivamente que la Biblia es
el libro más único y original jamás publicado, y que
ha impactado a la sociedad más que cualquier otro
libro.
4) Pero solo la fe puede probar que la Biblia es la
palabra de Dios. Por lo tanto, ésta es una creencia
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que va más allá de la razón, pero no en contra de la
razón.
5) La fe no es una simple creencia o un entendimiento
intelectual. Es la disposición a confiar, creer y
aferrarse.
2. Toda la Biblia nos habla de la seguridad de la contestación del
Señor. (1 Juan 5:14- 15). “Y esta es la confianza que
tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en
cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las
peticiones que le hayamos hecho”.
a. Esta es la confianza que tenemos en él: Juan ha
desarrollado la idea de confianza en Él. En el versículo
anterior, 1 Juan 5:13, él escribió a vosotros que creéis
en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que
tenéis vida eterna. Ahora, para aquellos que saben que
tienen vida eterna, Juan relaciona la idea de confianza en
Él a la oración.
b. Si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él
nos oye: En esto vemos el propósito de la oración y el
secreto del poder en la oración; esto es pedir; pedir
cualquier cosa; pedir cualquier cosa conforme a su
voluntad; y una vez habiendo pedido, tener la seguridad
de que él nos oye.
1) Primero, Dios quiere que pidamos en oración. Muchas
oraciones fallan porque nunca piden nada. Dios es un
Dios amoroso, y generoso – Él quiere que le pidamos.
2) Segundo, Dios quiere que pidamos cualquier cosa
en oración. Esto no implica que cualquier cosa que
pidamos nos será dada, pero cualquier cosa en el
sentido de que debemos orar por todo.
(1) Dios tiene interés en nuestra vida completa, y
nada es demasiado grande o demasiado
pequeño para orar.
(2) Como escribió Pablo en Filipenses 4:6; Por
nada estéis afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en
toda oración y ruego, con acción de
gracias.
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3) Después, Dios quiere que pidamos conforme a su
voluntad. Es sencillo para nosotros estar
concentrados en nuestra voluntad delante de Dios, y
de tener un panorama fatal concerniente a Su
voluntad (“Él llevará a cabo Su voluntad con o sin
mis oraciones, acaso no?”) ¡Esto es fatal! Y a si
hacemos muchos.
(1) Pero Dios quiere que veamos y discernamos Su
voluntad por Su palabra, y que oremos para
que Su voluntad sea puesta en acción.
(2) Cuando Juan escribió esto, puede que haya
tenido en mente las palabras de Jesús las
cuales registró en (Juan 15:7) “Si
permanecéis en mi, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo
que queréis, y os será hecho”.
(3) Cuando permanecemos en Jesús – viviendo en
Él día a día - nuestra voluntad se alineará más
a su voluntad, y podemos pedir lo que
anhelemos, y cada vez más estaremos
pidiendo conforme a Su voluntad. Entonces
veremos oraciones contestadas.
c. “Sabemos que tenemos las peticiones que le
hayamos hecho”: Cuando pedimos conforme a la
voluntad de Dios; cuando oramos las promesas de Dios –
tenemos esta confianza y por lo tanto oramos con una fe
genuina y precisa.
1) La oración debe ser mucho más que lanzar deseos al
cielo. Está fundamentada en el entendimiento de la
voluntad y promesas de Dios de acuerdo a Su
Palabra poniendo esas promesas en acción.
2) Las oraciones más poderosas en la Biblia son
siempre las que se basan en el entendimiento de la
voluntad de Dios y piden que ésta se realice.
IV. Cuarto: EL RESULTADO DE ESTA PROMESA (21:22d). “... lo
recibiréis”.
A. Llegará a ser nuestro lo que hemos pedido. Es posible de que ya
estemos seguros, pero hay que seguir orando. Debemos recordar que
es nuestro Señor Jesucristo quien ha dicho esto.
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B. Es muy interesante analizar el versículo paralelo de Marcos 11:24 en
las distintas versiones en español. Nuestra Reina Valera 1960 traduce
en tiempo futuro “recibiréis”, pero veamos cómo lo interpretan las
otras versiones en español:
1. La Biblia Al Día: Creed que ya habéis recibido.
2. La Biblia de Jerusalén: creed que ya lo habéis recibido.
3. La Biblia Latinoamericana: crean que ya lo han recibido.
4. La Biblia Palabra de Dios: crean que ya lo tienen.
5. Dios Habla Hoy: crean que ya lo han conseguido, etc.
Conclusión:
A. En esta lección hemos visto por lo menos cuatro aspectos importantes
para que meditemos en la verdadera fe que recibe:
1. Primero: EL ALCANCE DE ESTA PROMESA.
2. Segundo: LA ACCIÓN EN ESTA PROMESA.
3. Tercero: LA CONDICIÓN DE ESTA PROMESA.
4. Cuarto: EL RESULTADO DE ESTA PROMESA.
B. ¿Por qué desaprovechar más esta sublime bendición? El Señor está
abriendo el cielo para nosotros. ÉL es el autor y consumador de la fe.
C. ÉL es nuestra vida. Su vida está en nosotros. Así que permitámosle
obrar y llenar nuestra alma de fe. Y poder decirle: ¡Sí Señor, creemos
a tu palabra! ¡Creemos que recibiremos!
D. De la misma manera amigo que nos visitas, ¿quieres llenar tu vida de
Dios? Solo tienes que obedecer a su evangelio, bautizándote para tu
perdón y ser parte de este reino.
Por: José Gerardo Cerón
josegceron@gmail.com
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