medicina universitaria ÓRGANO OFICIAL DE LA FACULTAD DE MEDICINA Y HOSPITAL UNIVERSITARIO DR. JOSÉ E. GONZÁLEZ DE LA U.A.N.L. Sumario EDITORIAL Volumen 12 Número 47 Abril-Junio 2010 87 Células madre, trasplantes y autoinmunidad. David Gómez Almaguer. 89 Resolución de casos clínicos como una estrategia para la enseñanza en la Medicina. Francisco J. Bosques Padilla, David Gómez Almaguer, Carlos E. Medina de la Garza. ARTÍCULOS ORIGINALES 91 Incidencia de infecciones relacionadas a CVC en la UCI de un hospital universitario. Oscar Alfonso Salas Sánchez, Irma Rivera Morales. 96 Emociones y síntomas físicos medicamente no explicados en mujeres y hombres adultos. José Moral de la Rubia, José Luis Valdez Medina, Norma Ivonne González Arratia López Fuentes, Sergio González Escobar, Blanca Guadalupe Alvarado Bravo, Laura Soraya Gaona Valle. 106Aptitud de los alumnos de pregrado de la carrera de Medicina ante dos modelos de evaluación: El caso de Endocrinología. José Gerardo González González, Leonardo G. Mancillas Adame, Fernando Javier Lavalle González, Juan Montes Villarreal, Pedro Alberto García Hernández, Sergio Zúñiga Guajardo, José Gerardo Ayala Villarreal, Jesús Zacarías Villarreal Pérez. 112Importancia del tiempo en el manejo de la torsión testicular. Jesús D. Gutiérrez García, Jorge A. Arratia Maqueo, Lauro S. Gómez Guerra, Jeff R. Cortés González. ARTÍCULOS DE REVISIÓN 115Conductos para los injertos de revascularización miocárdica; la importancia de la morfología y las imágenes. José Miguel Hinojosa Amaya, Eliud Enrique Villarreal Silva, Rodrigo Enrique Elizondo Omaña, Jorge Gutiérrez de la O, Roberto Dávila Canales, Ángel González Cantú, Estefan Mauricio Fernández Zambrano, Santos Guzmán López. 120Tratamiento con células madre para la enfermedad de Crohn. Ingrid Ordás, Orlando García-Bosch, Elena Ricart, Julián Panés. medicina universitaria ÓRGANO OFICIAL DE LA FACULTAD DE MEDICINA Y HOSPITAL UNIVERSITARIO DR. JOSÉ E. GONZÁLEZ DE LA U.A.N.L. CASOS CLÍNICOS 125Lupus neuropsiquiátrico en edad pediátrica. Reporte de un caso y revisión de la literatura. Sandra Mactzil Dinorah Ortega Álvarez, Nadina Rubio Pérez, Idalia Vanessa Yáñez Pérez, Manuel Enrique de la O Cavazos. 131Gastrointestinal Langerhans cell histiocytosis responding to cladribine and imatinib mesylate. Gladys P. Agreda Vásquez, Ulises Popoca Barriga, Edgar Oviedo, Carmen Lome Maldonado, Sergio Arturo Sánchez Guerrero. CÓMO RESOLVER PROBLEMAS CLÍNICOS 135Mujer con anemia y pruebas de función hepática anormales. JJ Villareal Galván, MA Martínez Vázquez, CA Cortez Hernández, FJ Bosques Padilla, JL Herrera Garza, G Alarcón Galván, HJ Maldonado Garza. ÉTICA, FILOSOFÍA E HISTORIA DE LA MEDICINA 142Hans Selye y sus ratas estresadas. Diego Bértola. POR LOS ESTANTES 144Tesis del Siglo XIX. Primeros egresados de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León. José Carlos Jaime Pérez. medicina universitaria ÓRGANO OFICIAL DE LA FACULTAD DE MEDICINA Y HOSPITAL UNIVERSITARIO DR. JOSÉ E. GONZÁLEZ DE LA U.A.N.L. Contents EDITORIAL Volume 12 Number 47 April-June 2010 87 Stem cells, transplants and autoimmunity David Gómez Almaguer 89 Case studies as a strategy for teaching medicine Francisco J. Bosques Padilla, David Gómez Almaguer, Carlos E. Medina de la Garza ORIGINAL ARTICLES 91 Incidence of infections related to central venous catheters (CVC) in the Intensive Care Unit (ICU) of University Hospital Oscar Alfonso Salas Sánchez, Irma Rivera Morales 96 Medically unexplained physical symptoms and emotions in adult males and females José Moral de la Rubia, José Luis Valdez Medina, Norma Ivonne González Arratia López Fuentes, Sergio González Escobar, Blanca Guadalupe Alvarado Bravo, Laura Soraya Gaona Valle 106Performance of undergraduate students of a medical school using two evaluating models. The case of Endocrinology José Gerardo González González, Leonardo G. Mancillas Adame, Fernando Javier Lavalle González, Juan Montes Villarreal, Pedro Alberto García Hernández, Sergio Zúñiga Guajardo, José Gerardo Ayala Villarreal, Jesús Zacarías Villarreal Pérez 112Importance of time in the management of testicular torsion Jesús D. Gutiérrez García, Jorge A. Arratia Maqueo, Lauro S. Gómez Guerra, Jeff R. Cortés González REVIEW ARTICLES 115Conduits for myocardial revascularization grafts: The importance of morphology and imaging José Miguel Hinojosa Amaya, Eliud Enrique Villarreal Silva, Rodrigo Enrique Elizondo Omaña, Jorge Gutiérrez de la O, Roberto Dávila Canales, Ángel González Cantú, Estefan Mauricio Fernández Zambrano, Santos Guzmán López 120Stem cell treatment for Crohn’s disease Ingrid Ordás, Orlando García-Bosch, Elena Ricart, Julián Panés medicina universitaria ÓRGANO OFICIAL DE LA FACULTAD DE MEDICINA Y HOSPITAL UNIVERSITARIO DR. JOSÉ E. GONZÁLEZ DE LA U.A.N.L. CLINICAL CASES 125Neuropsychiatric lupus in childhood, report of a case and review of the literature Sandra Mactzil Dinorah Ortega Álvarez, Nadina Rubio Pérez, Idalia Vanessa Yáñez Pérez, Manuel Enrique de la O Cavazos. 131Gastrointestinal Langerhans cell histiocytosis responding to cladribine and imatinib mesylate Gladys P. Agreda Vásquez, Ulises Popoca Barriga, Edgar Oviedo, Carmen Lome Maldonado, Sergio Arturo Sánchez Guerrero HOW TO SOLVE CLINICAL PROBLEMS 135Women with anemia and abnormal liver function tests JJ Villareal Galván, MA Martínez Vázquez, CA Cortez Hernández, FJ Bosques Padilla, JL Herrera Garza, G Alarcón Galván, HJ Maldonado Garza. ETHICS, PHILOSOPHY AND HISTORY OF MEDICINE 142Hans Selye and his stressed rats Diego Bértola ON THE BOOKSHELVES 144Thesis XIX Century. First Graduates of the Faculty of Medicine of the Universidad Autónoma de Nuevo León José Carlos Jaime Pérez Medicina Universitaria 2010;12(47):87-88 medicina universitaria www.elsevier.es Editorial Células madre, trasplantes y autoinmunidad Stem cells, transplants and autoimmunity En la medicina moderna hay pocos campos más interesantes y apasionantes que la utilización de ingeniería celular para el tratamiento de las enfermedades humanas, la utilización de las llamadas células “madre” es objeto de múltiples investigaciones básicas y clínicas, aunque, desafortunadamente, también es campo para el oportunismo, la charlatanería y el afán de lucro. Al revisar en el diccionario la palabra ”madre”, encontramos que se utiliza para describir obviamente a la mujer que tiene un hijo, o a una mujer que es parte de un grupo religioso, también se utiliza en forma coloquial para festejar o para, incluso, insultar. Sin embargo, desde el punto de vista médico o biológico la palabra madre quiere decir “causa, origen o raíz de algo”; es desde esta perspectiva, que en el mundo de la medicina nos referimos a las células madre como el origen de un tejido e incluso de un organismo completo. Los hematólogos estamos acostumbrados a utilizar el término de célula madre para referirnos a aquellas que se pueden diferenciar en células sanguíneas, pero que a su vez se pueden dividir y de esta manera conservarse como un grupo que se puede auto-renovar y diferenciar sin afectar su número y potencial, las conocemos como células hematopoyéticas. Por ello estas células se utilizan para el trasplante autólogo o alogénico de pacientes con enfermedades graves de la sangre como la leucemia o la anemia aplástica, se pueden tomar de la médula ósea (su lugar predilecto), pueden ser estimuladas para circular y dividirse, e incluso aumentar su número mediante el uso de filgrastim, por ello también se pueden obtener de la sangre periférica mediante aféresis; por otra parte, se sabe que se encuentran naturalmente en gran cantidad en la sangre del cordón umbilical, lo cual ha causado furor y la creación de bancos con fines públicos para proveer de células a paciente carentes de donador familiar; sin embargo, este hecho ha favorecido la aparición de bancos privados con fines comerciales, que venden la esperanza o la seguridad de contar con células autólogas para su uso posterior o eventual en caso de una catástrofe biológica en un individuo determinado. En la medicina del siglo XXI, aparece otra modalidad que comienza en el laboratorio y que ha permeado rápidamente, en forma un tanto desordenada, hacia la aplicación clínica: la utilización de células hematopoyéticas (madre adultas) para ser llevadas a tejidos dañados (agudamente o por enfermedades degenerativas) con la finalidad de mejorarlos o regenerarlos. Casi en todo el mundo desarrollado, se están llevando a cabo aplicaciones clínicas para mejorar de todo: corazones, vasos sanguíneos afectados por diabetes y arterioesclerosis, hígados con cirrosis, pulmones con fibrosis, riñones, ojos, entre otros. El problema es que la presión por encontrar esta moderna fuente de la juventud o un nuevo cóctel vuelve a la vida, es importante y los profesionales de la salud no somos ajenos a ello. Existen numerosos expertos que hacen un llamado a la cautela, para no provocar falsas esperanzas de regeneración en padecimientos diversos y sugieren esperar estudios controlados para separar el mito de la realidad. Otro aspecto innovador en este campo es la utilización del trasplante de células hematopoyéticas o “madre” adultas para el tratamiento de enfermedades autoinmunes. Esto no es del todo nuevo, sin embargo, es un campo joven y de investigación muy interesante. Bajo la idea de que el sistema inmune puede ser reeducado, la aplicación de inmunoterapia con anticuerpos antilinfocito y quimioterapia en altas dosis, seguido por infusión de células madre autólogas, promete obtener mejoría duradera y posible curación en pacientes con autoinmunidad grave. Se ha utilizado este tipo de tratamientos en diferentes enfermos con lupus, esclerodermia, artritis reumatoide, enfermedad de Crohn y diabetes mellitus tipo I, entre otras. En una revisión entre América y Europa, se da cuenta de más de 1400 pacientes registrados 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 88 que han sido sujetos a algún tipo de trasplante por enfermedades autoinmunes; la indicación más común es la esclerosis múltiple, seguida de la esclerosis sistémica o esclerodermia.1-3 En el presente número de Medicina Universitaria, la Dra. Ingrid Ordás y colaboradores, hacen una revisión clara de esta tecnología para el tratamiento de la enfermedad de Crohn; a su vez revisan el efecto potencial de las misteriosas células mesenquimales, comentando sobre la existencia de datos y resultados en estudios de fase II. El artículo, sin ser extenso, tiene los datos pertinentes y la bibliografía clave sobre el tema. No hay duda que las enfermedades autoinmunes son en ocasiones graves y fatales; toca a nosotros, los clínicos, estar preparados para planear, diseñar y aplicar nuevas modalidades de tratamiento para este tipo de pacientes. Referencias 1. Marmont AM. Immunoablation followed or not by hematopoietic stem cells as intense therapy for severe autoimmune Gómez-Almaguer D diseases. New perspectives, new problems. Haematologica 2001;86:337-345. 2. Burt RK, Loh Y, Pearce W, Beohar N, Barr WG, Craig R, et al. Clinical applications of blood derived and marrow derived stem cells for nonmalignant diseases. JAMA 2008;299:925936. 3. Pasquini M, Saccardi R. Haematopoietic cell transplantation for autoimmune diseases: EBMT/CIBMTR collaboration. Bone Marrow Transplantation 2010;45:S7 (suppl 2) David Gómez-Almaguer Servicio de Hematología Hospital Universitario Universidad Autónoma de Nuevo León Av. Francisco I. Madero y Avenida Gonzalitos s/n Colonia Mitras Centro, C.P. 64460 Monterrey, N. L. México. Teléfono: (+52 81) 8348-8510 Correo electrónico: dr_gomez@infosel.net.mx Medicina Universitaria 2010;12(47):89-90 medicina universitaria www.elsevier.es Editorial Resolución de casos clínicos como una estrategia para la enseñanza en la Medicina Case studies as a strategy for teaching medicine El óptimo cuidado médico se fundamenta en la habilidad y competencia del profesional de la salud para hacer el diagnóstico correcto y recomendar el tratamiento más apropiado. Adquirir tales habilidades en el razonamiento clínico, es un requisito clave en cada nivel de la educación médica. La enseñanza clínica está sustentada en varios principios de la teoría de la educación. La teoría del aprendizaje en adultos asume que este se logra por la exposición repetida y deliberada a casos reales, de manera que estos deben ser seleccionados por inducir a la reflexión de múltiples aspectos del razonamiento clínico y en donde la participación de un instructor aumenta el valor como una experiencia educacional. La teoría propone que nuestra memoria se ve mejorada cuando los errores en el juicio, razonamiento y la información pertinente son señalados y discutidos. La demostración de un ejemplo clásico (paradigma o caso típico), ha sido venerado por la tradición en la enseñanza del diagnóstico clínico. Estos casos son colectados por la gente que trabaja con imágenes médicas, como los radiólogos, patólogos y endoscopistas, porque estas imágenes perfectas tienen un atractivo per se. Por supuesto, estos casos clásicos adoptan su expresión verbal en las sesiones generales y conferencias médicas clínicopatológicas; en los libros de texto (de ahí la expresión textbook case) y en muchas otras situaciones; incluso las preguntas de los exámenes médicos. Memorable pero raro A pesar de ser un hallazgo memorable, una característica peculiar de los llamados casos clínicos, como podría ser el encuentro con un enfermo con mixedema clásico, estriba en que cuando uno busca las publicaciones originales referentes al mismo y que describen con meticuloso detalle los hallazgos diagnósticos de una enfermedad particular en un grupo de pacientes, observamos la siguiente paradoja: las tablas en esos artículos nos muestran que dichos hallazgos fueron comunes en sólo 25% a 75% de los pacientes, dentro de una larga lista de signos o síntomas que ocurren en menos de 5% a 10% del grupo total. Por un momento, trate de plantear un pensamiento en sentido inverso, es decir; traducir la información que ocurre en el paciente individual con un grupo de síntomas. Cuando usted hace esto, le resultará obvio que es raro el paciente, estadísticamente hablando se puede demostrar cada hallazgo referido en el libro de texto. Este es el caso clásico; el paciente cuyos hallazgos coinciden completamente con lo descrito. Nos encontramos entonces con un conflicto pedagógico: la tradición de usar como ejemplo, casos que nunca se volverán a ver, para enseñar sobre enfermedades que probablemente se verán todos los días. El uso de un caso clásico como una manera de enseñar al futuro médico, genera una serie de preguntas interesantes e importantes. Su fortaleza radica principalmente en hacerlo memorable y puede ser una manera eficiente de marcar en la mente de los principiantes una cantidad de información diagnóstica útil. Sin embargo, para el médico graduado y con algo de experiencia, reconocer un caso clásico en general no es estimulante. Para el clínico experimentado, el reto está en reconocer lo sutil, el paciente no tan clásico, con una actitud semejante al arquetipo Sherlock Holmes para resolver un caso desconcertante. Nos encontramos entonces en la paradoja pedagógica inversa: los pacientes que usted más probablemente verá todos los días (numéricamente los más típicos), no corresponderán a casos clásicos (diagnósticamente más típicos) o dicho de una manera más concisa: el paciente típico es un caso atípico. De esta paradoja surgen dos lecciones: la primera es que la experiencia obtenida del cuidado de pacientes ordinarios, provee la oportunidad más importante para adquirir habilidades diagnósticas a un nivel avanzado, esto es, reconocer lo sutil, lo inespecífico, lo no clásico de una 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 90 enfermedad. La segunda corresponde a que el tiempo es una dimensión crítica en la enseñanza de habilidades diagnósticas, basado en casos. La realidad es que muchos casos clásicos no se reconocen inicialmente, sino que son identificados como tales después de que se ha ensamblado las piezas de la evidencia diagnóstica. Este es un proceso que inevitablemente se despliega en el tiempo, con muchos giros y vueltas, tentaciones que nos llevan a caminos con callejones sin salida frustrantes. En los ejercicios de la enseñanza formal, la historia clínica es presentada en forma total, dando a los estudiantes una perspectiva global, después de compilar todo el proceso diagnóstico. Casos como este, carecen del desarrollo cronológico del proceso de enfermedad, lo simplifican en exceso y distorsionan la realidad del aprendizaje y la práctica del diagnóstico clínico. Es precisamente la capacidad para reconstruir la dimensión del tiempo lo que permite, al menos en parte, agregar un valor educativo a lo que se ha denominado ejercicios de resolución de problemas clínicos introducido por el Dr. Jerome Kassirer y sus colegas en la prestigiosa revista The New England Journal of Medicine hace varios años.1,2 Ellos logran esta reconstrucción a través de la presentación de fragmentos de información para discutirlo en secuencia, conforme van surgiendo en el tiempo, no como en la presentación tradicional con la información acumulada presentada en conjunto. Por estos motivos, el cuerpo editorial de la revista Medicina Universitaria decidió incluir, a partir del presente número, una sección titulada Resolución de problemas clínicos, en la que grupos de colegas de diferentes especialidades, serán invitados a discutir y argumentar acerca del diagnóstico y tratamiento de condiciones medicas y quirúrgicas que representen un reto en padecimientos relativamente comunes. Bosques-Padilla FJ Estos conceptos permitirán estimular la enseñanza y el aprendizaje del proceso diagnóstico; el complejo balance entre el beneficio y riesgo de las pruebas diagnósticas, tratamientos y los errores cognitivos en el razonamiento clínico. Consideramos que la enseñanza del razonamiento clínico no necesita ni debe ser demorada hasta que los estudiantes han adquirido la comprensión total de la anatomía y la fisiopatología. Conceptos tales como la generación de una hipótesis, interpretación de una prueba diagnóstica, diagnóstico diferencial y verificación diagnóstica, proporcionan tanto el lenguaje como los métodos para la solución de un problema clínico. Estamos consientes que la experiencia se alcanza por mecanismos aun no precisados, pero creemos que esta sección permitirá, tanto a estudiantes como a médicos practicantes, perfeccionar esta habilidad indispensable en el ejercicio de nuestra profesión. Referencias 1. Kassirer JR. Clinical problem-solving: a new feature in the Journal. N Engl J Med 1992;326(1):60-61. 2. Moskowitz AJ, Kuipers BJ, Kassirer JP. Dealing with uncertainty, risk, and tradeoffs in clinical decisions. A cognitive science approach. Ann Intern Med 1988;108(3):435-449. Francisco J. Bosques Padilla Subdirección de Educación Continua, Facultad de Medicina. Universidad Autónoma de Nuevo León. Av. Francisco I. Madero y Dr. Aguirre Pequeño s/n Col. Mitras Centro. Monterrey, Nuevo León, México. Teléfono: (+52 81) 8329 4193. Correo electrónico: fbosques58@hotmail.com Medicina Universitaria 2010;12(47):91-95 medicina universitaria www.elsevier.es Artículo original Incidencia de infecciones relacionadas a catéteres venosos centrales (CVC) en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de un hospital universitario Oscar Alfonso Salas-Sánchez,1 Irma Rivera-Morales.2 Servicio de Medicina Interna Servicio de Epidemiología Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González UANL, Monterrey. México 1 2 Recibido: Noviembre 2009. Aceptado: Abril 2010 PALABRAS CLAVE Catéter; Infecciones; Nosocomiales; Terapia intensiva; México. Resumen Antecedentes: Los catéteres venosos centrales son indispensables en la práctica clínica, particularmente en la UCI. La mayoría de las bacteremias en la UCI son relacionadas a catéteres venosos centrales. En el año 2002 fueron publicadas las guías de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), para el manejo de dispositivos intravasculares, las cuales cuentan con recomendaciones del nivel de evidencia para el manejo de los mismos. Métodos: El presente estudio es la primera de dos fases, destinadas a sistematizar el manejo de los catéteres centrales con respecto a las guías de los CDC. Se realizó entre los meses de abril y agosto del 2007, incluyendo todos los pacientes de la UCI con presencia de CVC. Se calculó la tasa de infecciones relacionadas a CVC por 1000 días-catéter, considerando infecciones totales, bacteremias documentadas o por clínica. Los resultados fueron analizados de forma univariada utilizando la prueba de Ji cuadrada; además se analizaron los resultados de algunas de las variables mediante pruebas de regresión logística y prueba t de Student. Resultados: Se recabaron datos sobre 125 catéteres (1246 días catéter). De 125 catéteres se cultivaron 68, resultando positivos 57 de ellos. La proporción de infección clínicamente significativa a 60% de los catéteres cultivados. Conclusiones: Actualmente, la tasa de infecciones relacionadas a CVC en la UCI son más altas que el máximo permitido y no existe un manejo uniforme de los catéteres. Encontramos siete bacteremias relacionadas y 34 por clínica, total 33 por 1000 días catéter, seis veces mayor que el estándar. La variable más importante, fue la colocación de los catéteres de manera urgente. Los puntos más importantes a implementar son: colocación de los catéteres de manera estéril, lavado de manos, retiro de los catéteres no necesarios y educación al personal. Correspondencia: Dr. Oscar Alfonso Salas Sánchez, Medicina Interna del Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González, Av. Francisco I. Madero y Gonzalitos s/n, Colonia Mitras Centro Monterrey Nuevo León, México, C. P. 64460. Correo electrónico: droscarsalas@hotmail.com 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 92 KEY WORDS Catheter; Infection; Intensive care unit; Mexico. Salas-Sánchez OA. et al Incidence of infections related to central venous catheters (CVC) in the Intensive Care Unit (ICU) of University Hospital Abstract Introduction: Central venous catheters (CVC) are indispensable in modern-day medical practice, particularly in intensive care units (ICU). The majority of bloodstream infections are related to central venous catheters, and in the ICUs the incidence is higher. In 2002, the CDC guidelines for handling of intravascular devices were published, with recommendations of the level of evidence for their handling. Methods: The present study is the first of two phases destined to systematize the handling of the central venous catheters to CDC guidelines. It was made between April and August of 2007, including all patients of the ICU with CVCs. The rate of related infections to CVC was calculated per 1,000 catheter days. The results were analyzed using the Chi-squared test and the results of some of the variables by logistic regression and t student test. Results: Data were successfully obtained on 125 catheters (1246 catheter days). Of 125 catheters, 68 were cultured, being positive 57 of them. The proportion of clinically significant infections was 60% of the cultured catheters. Conclusions: Now, the rate of catheter related infections in the ICU is higher than the maximum allowed and a uniform handling of the catheters does not exist. We found seven bloodstream infections and 34 not confirmed bloodstream infections, total 33 per 1000 catheter days, six times greater than the standard. The most important variable was the urgent collocation of the catheters. The most important things than need to be implemented are positioning of the catheters in a sterile way, hand washing, removal of unnecessary catheters and personnel education. Introducción Los catéteres venosos centrales son indispensables en la práctica clínica, particularmente en la Unidad de Cuidados Intensivos.1 Los catéteres proporcionan acceso vascular necesario, sin embargo se han descrito complicaciones relacionadas que incluyen tanto infecciones como eventos adversos no infecciosos.2 La tasa de infecciones relacionadas a catéter venoso central en las unidades de cuidados intensivos en los EUA varía entre 1.8 y 5.2 por 1000 días catéter.9 La mortalidad asociada por episodio de bacteremia asociada a catéter varía entre 0%, en estudios en que se toma en cuenta la severidad de la enfermedad3,4 hasta 35% en estudios en que no se controla esta variable.5,6 La mayoría de las bacteremias en la UCI son relacionadas a catéteres venosos centrales, ya que generalmente son requeridos por más tiempo y son colonizados por patógenos intrahospitalarios.1 Los primeros días de estancia del catéter, la migración de microorganismos de la piel en el sitio de inserción, es la ruta de infección más común, posteriormente la colonización intraluminal del catéter es más importante.7,8 En el año 2002 fueron publicadas las guías de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), para el manejo de dispositivos intravasculares, en los que se analizaron los estudios previos y se proporcionaron recomendaciones con nivel de evidencia, para el correcto manejo de los mismos. En el presente estudio se analiza en forma retrospectiva la incidencia de infecciones relacionadas al uso de catéter central en una unidad de cuidados intensivos en un hospital universitario del noreste de México. Métodos El presente estudio es la primera de dos fases, destinadas a sistematizar el manejo de los catéteres centrales con respecto a las guías de los CDC, para disminuir la incidencia de infecciones relacionadas. Se realizó entre los meses de abril y agosto del 2007, incluyendo todos los pacientes de la unidad de cuidados intensivos con presencia de catéter venoso central. Se analizaron sus cultivos, tanto periféricos como de punta de catéter, además llevamos a cabo una vigilancia clínica diariamente con respecto a datos de infección local y sistémica. Los cultivos tanto de catéteres centrales, hemocultivos y diversos, se llevaron a cabo en el servicio de bacteriología del Hospital Universitario. Se tomaron en cuenta las siguientes definiciones: Catéter colonizado: Presencia de más de 15 unidades formadoras de colonias en la punta del catéter.2 Infección del sitio de salida: Eritema o induración dentro de los 2 cm del sitio de salida del catéter sin bacteremia.2 Bacteremia relacionada a catéter: Bacteremia o fungemia en un paciente con un catéter vascular colocado por más de 48 horas, con un hemocultivo 93 Incidencia de infecciones relacionadas a CVC en la UCI de un hospital universitario Figura1. Hallazgos bacteriológicos. Figura 2. Microorganismos aislados. Bacteremias confirmadas Catéter positivo sin bacteremia Bacteremia por clínica Cultivo positivo CVC cultivados Negativo (23.5%) S. coag – (8.8%) S. aureus (36.7%) 0 10 20 30 40 50 60 70 S. faecalis (8.8%) P. aeruginosa (10.3%) Klebsiella (10.3%) Providencia (1.4%) periférico positivo, manifestaciones clínicas de infección, sin otro foco infeccioso.2 Los datos fueron recabados de manera diaria mediante una hoja de captura en la que se obtenían datos sobre donde se colocó, vías del catéter, antiséptico utilizado, material del catéter, tipo de parche, curaciones, enfermedades infecciosas concomitantes, días del catéter, persona que lo colocó, complicaciones mecánicas, sitio anatómico donde se colocó y el número de intentos. Describimos la frecuencia de infecciones relacionadas a CVC tanto locales y sistémicas, así como los episodios de contaminación de catéter. Se calculó la tasa de infecciones relacionadas a CVC por 1,000 días-catéter, considerando infecciones totales, locales, bacteremias documentadas o por clínica. Analizamos las siguientes variables como factores asociados a infección: sala donde se colocó, sitio anatómico y urgencia en la instalación, antiséptico, número de luces, días de permanencia y tipo de parche. Los resultados fueron analizados de forma univariada utilizando la prueba de Ji cuadrada, además se analizaron los resultados de algunas de las variables mediante pruebas de regresión logística y prueba t de student. Resultados Se recabaron datos sobre 125 catéteres venosos centrales entre los meses de mayo y agosto del 2007, con un total de 1246 días catéter. Se encontraron cinco complicaciones no infecciosas, dos neumotórax y gtres hematomas. De 125 catéteres, se cultivaron 68, resultando 57 de ellos positivos (83%). En 16 pacientes se encontró colonización, con cultivo de catéter positivo sin datos clínicos de infección, reduciendo la proporción de infección clínicamente significativa a 60% de los catéteres cultivados (41 casos). Los 41 casos se dividen en siete bacteremias relacionadas y 34 por clínica, total 33 por 1000 días catéter, seis veces mayor que el estándar (Figura 1). De los 68 catéteres cultivados, éste se encontró negativo en 23.5%, se aisló S. Aureus en 36.7%, Estafilococo coagulasa negativa 8.8%, Pseudomonas aeruginosa 10.3%, Klebsiella pneumoniae 10.3%, S. faecalis 8.8% y Providencia 1.4% (Figura 2). Con respecto a la sala donde se colocó el catéter, encontramos en UCI 28 catéteres, 13 con BxC (46.4%), cuatro colonización (14.3%), en urgencias 46 catéteres, 12 BxC (26%), siete con colonización (15.2%), cinco con bacteremia relacionada (10.8%), quirófano 29 catéteres, seis BxC (20.7%), una bacteremia relacionada (3.4%), cuatro colonización (13.8%). Otras: 13 catéteres, una colonización (7.7%) y tres BxC (23%). De acuerdo con el sitio donde se instaló el catéter, no existió diferencia estadísticamente significativa: ji cuadrada = 5.79; p > 0.05. Sin embargo, al realizar una prueba de regresión logística para identificar los factores de riesgo de infección, se encontró que la incidencia de contaminación del catéter fue más alta en UCI, p = 0.03, IC 1.02-5.9 y RM 2.4. La tasa de bacteriemia por clínica también fue más alta, p=0.007, RM 3.4, con un IC 1.38.3. Se utilizaron dos tipos de antiséptico: amukina, en 28 pacientes e isodine, en 97 pacientes. No se evidenció diferencia estadísticamente significativa entre ambos, ji cuadrada = 3.6, p > 0.05; sin embargo, se encontró que en el caso de isodine existe una frecuencia más alta de bacteriemia relacionada, p = 0.002. Mediante regresión logística encontramos una frecuencia más alta de bacteriemia por clínica con el uso de amukina: p = 0.015, IC 1.2-6.6, RM 2.8. De acuerdo con el sitio anatómico, se colocaron 29 catéteres vía yugular y 96 por vía subclavia; los resultados no mostraron diferencia significativa en la tasa de infecciones entre ambos grupos (ji cuadrada = 0.03, p > 0.05). Con respecto al número de vías del catéter, se encontraron 106 de 3 vías y 19 de 2 vías, sin diferencia estadísticamente significativa en cuanto a la tasa de infecciones: ji cuadrada = 3.0, y p > 0.05. En relación a como se ordenó la instalación: electiva o urgente, se encontró que la bacteremia relacionada fue más frecuente en esta última (p = 0.0005). Por otra parte no encontramos relación de la edad de los pacientes con el desarrollo de infección, (p = 0.143), sí se encontró relación con los días que el catéter permaneció en el enfermo (p = 0.018). Al comparar la relación entre infección relacionada y el número de días del catéter, no se evidenció diferencia estadísticamente significativa (p > 0.05). Con respecto al tipo de parche utilizado, fue gasa en 112 catéteres, notándose siete bacteremias relacionadas; 31 con bacteriemia por clínica y 14 con colonización. Se utilizó apósito transparente Tegaderm® en 13 catéteres, 94 tres con bacteremia por clínica, dos cultivo de catéter positivo, no se encontró diferencia entre ambos (p > 0.05). Con respecto al tipo de parche utilizado, la gasa se utilizó en 112 catéteres, encontrando siete bacteremias relacionadas, 31 con bacteriemia por clínica, 14 con colonización. Discusión La tasa y las características de las infecciones relacionadas a los catéteres venosos centrales, expresada en días catéter en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Universitario no era conocida hasta este momento, debido a que no se había realizado una vigilancia estrecha de los pacientes y de sus cultivos. De los 125 catéteres incluidos, se cultivaron 68, evidenciándose algún microorganismo en 57 de ellos. No existe actualmente unificación en las indicaciones para cultivar los catéteres, en nuestro estudio, en algunos pacientes con sospecha de bacteremia, no se envío a cultivo su catéter. La tasa de infecciones confirmadas fue de 5.5 por 1000 días catéter; sin embargo se encontraron 34 casos en los que existió catéter positivo y datos clínicos de infección, en los cuales no se realizó hemocultivo periférico, en ocasiones esto debido a que no se contaba con los frascos para hemocultivo; en otras, debido al desconocimiento de la indicación para realizarlo por parte del personal. Al analizar este factor podemos discernir que la tasa de infecciones relacionadas a catéter central es mucho más alta en la unidad de cuidados intensivos, incluso hasta seis veces mayor que el estándar 30/1000 días catéter. La bibliografía muestra que a mayor número de vías del catéter, existe un mayor riesgo de infección, lo cual no pudo ser corroborado en nuestro estudio.1 Es notoria la predilección por los catéteres de tres vías, en la mayoría de los cuales no se aclara o se justifica su uso. En relación con los microorganismos aislados, fueron S. Aureus en 36.7%, Estafilococo coagulasa negativa en 8.8%, Pseudomonas aeruginosa en 10.3%, Klebsiella pneumoniae en 10.3%, S. faecalis 8.8% y Providencia en 1.4%. En nuestros pacientes se encontró un porcentaje de patógenos intrahospitalarios muy alta. En la bibliografía, no existe relación entre el tiempo de estancia del catéter y la tasa de infecciones, sin embargo nosotros encontramos una relación positiva con los días/catéter.2 En la mayoría de los casos se utilizó parche de gasa en lugar de apósito transparente en este estudio no encontramos diferencia significativa en el riesgo de infección entre ambos, si bien el número de casos en que no se utilizó gasa es mucho menor. Se han hecho estudios previamente, particularmente en los EUA, donde se incluyeron más de 100 unidades de cuidados intensivos, aplicando las medidas recomendadas por el CDC, las cuales fueron lavado de manos, colocación de los catéteres con máximas medidas de higiene, retiro de catéteres innecesarios y evitar la vía femoral. Con ello, se logró una Salas-Sánchez OA. et al reducción de 7.7 bacteremias por 1000 días catéter a 1.4 en 18 meses.9 Con base en lo anterior, se ha creado un manual de operaciones, basado en las guías del CDC, con objeto de difundir las medidas que deben aplicarse para el manejo uniforme de los dispositivos intravasculares. En una etapa posterior se realizará una intervención educacional en el personal, dando a conocer la información contenida en las guías del CDC, para lograr una reducción en la tasa de infecciones relacionadas a catéter venoso central en la unidad de cuidados intensivos. Conclusiones En nuestro estudio, evidenciamos que las complicaciones infecciosas relacionadas a catéter venoso central en la unidad de cuidados intensivos es más alta que el máximo permitido. Actualmente no existe una recomendación uniforme sobre los cuidados de los catéteres venosos centrales por parte del personal, debido a que no se cuenta con guías de manejo de dispositivos intravasculares en la unidad de cuidados intensivos, principalmente en relación con el diagnóstico y tratamiento de infecciones asociadas. De los catéteres enviados a cultivo, 83% fueron reportados como positivos; sin embargo no se realizaron cultivos cuantitativos y no existió uniformidad en el criterio para enviar cultivos de catéter ni hemocultivos periféricos. Las bacterias más frecuentemente encontradas en los cultivos fueron: Stafilococo aureus, Pseudomonas aeruginosa y Klebsiella pneumoniae, todos ellos patógenos intrahospitalarios. No existió diferencia significativa en cuanto al sitio de colocación, el número de vías del catéter y el tipo de parche. En la bibliografía encontramos que los catéteres de dos vías, la vía subclavia y los parches de apósito transparente, se asocian con una menor tasa de infecciones. La variable más importante que evidenciamos fue la colocación de los catéteres de manera urgente, asociándose con una tasa muy alta de infecciones relacionadas, por lo que uno de los puntos importantes a cambiar, es intentar colocar los catéteres de forma programada y supervisada. Las acciones imperativas a implementar son: colocación de los catéteres con un control más estricto de las condiciones de esterilidad, lavado de manos, retiro de los catéteres no necesarios, evitar la vía femoral, utilizar parche de apósito transparente y educación del personal. Referencias 1. O’Grady NP, Guidelines for the Prevention of Intravascular Catheter-Related Infections, MMWR Morb Mortal Wkly Rep 51(RR-10):1–26. 2. O´Grady NP, Guidelines for the Prevention of Intravascular Catheter-Related Infections, Clinical Infectious Diseases 2002;35:1281–1307 3. Digiovine B, Chenoweth C, Watts C, Higgins M. The attributable mortality and costs of primary nosocomial bloodstream infections in the intensive care unit. Am J Respir Crit Care Med 1999;160:976–981 Incidencia de infecciones relacionadas a CVC en la UCI de un hospital universitario 4. Soufir L, Timsit JF, Mahe C, Carlet J, Regnier B, Chevret S. Attributable morbidity and mortality of catheter-related septicemia in critically ill patients: a matched, risk-adjusted, cohort study. Infect Control Hosp Epidemiol 1999;20:396–401. 5. Collignon PJ. Intravascular catheter associated sepsis: a common problem. The Australian Study on Intravascular Catheter Associated Sepsis. Med J Aust 1994;161:374–378. 6. Pittet D, Tarara D, Wenzel RP. Nosocomial bloodstream infection in critically ill patients. Excess length of stay, extra costs, and attributable mortality. JAMA 1994; 271:1598– 1601. 95 7. Maki DG, Weise CE, Sarafin HW. A semiquantitative culture method for identifying intravenous-catheter-related infection. N Engl J Med 1977; 296:1305–1309. 8. Mermel LA, McCormick RD, Springman SR, Maki DG. The pathogenesis and epidemiology of catheter-related infection with pulmonary artery Swan-Ganz catheters: a prospective study utilizing molecular subtyping. Am J Med 1991; 91(Suppl 3B):S197–S205. 9. Pronovost P, Needham D, Berenholtz S. An Intervention to Decrease Catheter-Related Bloodstream Infections in the ICU, N Eng Med 2006;355:2725-2732. Medicina Universitaria 2010;12(47):96-105 medicina universitaria www.elsevier.es Artículo original Emociones y síntomas físicos medicamente no explicados en mujeres y hombres adultos José Moral-de la Rubia,1 José Luis Valdez-Medina,2 Norma Ivonne GonzálezArratia López-Fuentes,2 Sergio González-Escobar,2 Blanca Guadalupe AlvaradoBravo,2 Laura Soraya Gaona-Valle.2 1 2 Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de Nuevo León. Facultad de Ciencias de la Conducta, Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Recibido: Enero 2010. Aceptado: Marzo 2010 PALABRAS CLAVE Somatización; Expresión somática de las emociones; Síntomas médicamente no explicados; Emociones; Género; México. Resumen Antecedentes: Aunque existen medidas de la somatización desarrolladas en diversas culturas y aplicadas en México, persisten las dudas de la validez de las mismas en población latina, por lo que se desea generar un instrumento que evalúe somatización con datos procedentes de muestras mexicanas, trabajándose en una primera fase con preguntas abiertas y asociación de palabras. Objetivos: Describir diferencias por género en somatizaciones, aspectos somáticos de las emociones y conciencia de la conexión esos síntomas con las emociones. Métodos: Se incluyeron 234 participantes de 30 a 60 años de edad (117 mujeres y 117 hombres). Se construyó un cuestionario de auto-reporte compuesto por seis preguntas abiertas, cuyas categorías de respuestas se generaron por análisis de contenido temático. Se contrastaron las diferencias de frecuencias por la prueba Ji cuadrada. Resultados: El porcentaje de mujeres que reportaban haber padecido al menos un síntoma físico medicamente no explicado era mayor que el de los hombres, sin que esta diferencia resultara estadísticamente significativa. El género femenino refería más síntomas de dolor y mostraba más síntomas físicos ante situaciones de estrés. Los hombres reaccionaban con más agresividad ante situaciones de enojo y presentaban más síntomas ante los problemas económicos. Conclusión: Existen claras diferencias por género, que hacen referencia a cuestiones sociales y biológicas. Correspondencia: Dr. José Moral de la Rubia Facultad de Psicología, Universidad Autónoma de Nuevo León. Dr. Canseco 110. Colonia Mitras Centro. C.P. 64460 Monterrey, Nuevo León, México. Teléfono: (+52 81) 8333 8233. Extensión 423, Fax Extensión 103. Correo electrónico: jose_moral@hotmail.com 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. Emociones y síntomas físicos medicamente no explicados en mujeres y hombres adultos KEY WORDS Somatization; Somatic expression of the emotions; Medically unexplained physical symptoms; Emotions; Gender; Mexico. 97 Medically unexplained physical symptoms and emotions in adult males and females Abstract Background: Although somatization measurements developed in various cultures and applied in Mexico exist, doubts about their validity in the Latino population persist. Therefore we intend to generate an instrument that evaluates somatization with data proceeding from Mexican samples. In the first phase, we worked with open-ended questions and words association test. Objective: To describe gender differences in somatization, somatic aspects of emotions and self-awareness of the link between symptoms and emotions. Methods: A sample of 234 participants, with an age range of 30 to 60 years (117 women and 117 men) was collected. A six open-ended, self-report questionnaire created for this study was applied. The respond categories were generated by thematic content analysis. The frequency differences were contrasted by the chi-squared test. Results: The percentage of women that reported having suffered at least one medically unexplained physical symptom was higher than the percentage of the men being this difference statistically non-significant. The female gender referred more pain symptoms and showed more physical symptoms when facing stress. Men reacted with more aggressiveness towards anger situations and showed more symptoms due to economic problems. Conclusion: Clear gender differences exist related to social and biological matters. Introducción Desde un punto de vista psicopatológico, la presencia de quejas o síntomas físicos medicamente no explicados y preocupaciones somáticas no justificadas constituye el denominador común de un grupo de trastornos, incluidos en las clasificaciones nosológicas actuales bajo la denominación de trastornos somatomorfos,1,2 los cuales se constituyen como los trastornos psiquiátricos más frecuentes en la práctica médica general, con una prevalencia anual de 16%.3 En 1859, Paul Briquet describió la histeria como un cuadro psicopatológico caracterizado por frecuentes quejas sexuales y síntomas de dolor que se presenta con más frecuencia en mujeres.4 El concepto de histeria de Briquet, fue desarrollado posteriormente por Perley y Guze,5 conformándose los criterios diagnósticos de los que parten las clasificaciones actuales y el nutrido trabajo epidemiológico sobre el trastorno de somatización. De forma independiente a esta propuesta, el psicoanalista Stekel acuñó el término somatización y lo definió como el proceso por el cual un conflicto psíquico puede producir trastornos corporales, refiriéndose a un proceso hipotético en el cual los mecanismos de defensa (represión y desplazamiento) impiden la conciencia del conflicto y, en su lugar, aparece una expresión visceral, evitándose que el impulso prohibido sea experimentado conscientemente por el individuo.6 Por otra parte, Lipowski abarcó con el concepto de somatización un amplio rango de fenómenos clínicos y una variedad de procesos psicosociales que conducen a la persona a buscar ayuda médica por malestares corporales, para los cuales no se hallan causas orgánicas, a pesar de la insistencia del paciente en tal etilogía.7 Bridge y Goldberg caracterizan la somatización como la presentación somática de malestar psíquico, con atribución somática de síntomas, existiendo un trastorno psiquiátrico de fondo y respuesta positiva a antidepresivos y ansiolíticos.8 Las causas que producen síntomas somáticos médicamente no explicados pueden reducirse a cinco: 1) Los procesos fisiológicos asociados con las reacciones emocionales intensas y sostenidas en el tiempo, especialmente si éstas son reprimidas o la persona no tiene capacidad para identificarlas (alexitimia); 2) el refuerzo ambiental de la conducta enferma; 3) procesos de autosugestión donde contribuyen creencias y expectativas culturales; 4) identificación con modelos enfermos; y 5) consecuencias ignoradas de variables ambientales y hábitos no saludables.9 También se ha señalado, en el trastorno de somatización, la influencia de factores genéticos, temperamentales y biológicos,10 así como experiencias infantiles de abuso y maltrato.2 Para la evaluación de los trastornos de somatización, se cuentan con las entrevistas clínicas como: la Entrevista Clínica Estructurada para el DSM (SCID)11 y los Protocolos para la Evaluación en Neuropsiquiatría (SCAN),12 ambas semiestructuradas y que requieren un especialista para su aplicación; el Protocolo de Entrevista Diagnóstica (DIS),13 la Entrevista Diagnóstica Internacional Compuesta (CIDI)14 y el Protocolo de Trastornos de Somatización (SDS),15 las tres estructuradas, pudiéndose ser aplicadas por personal administrativo. Todas ellas cuentan con la ventaja de ofrecer diagnósticos CIE1 y DSM2 simultáneamente. También se cuenta como escalas autoaplicadas, más rápidas y sencillas de administrar, como la Escala de Somatización de 12 síntomas (comunes para ambos géneros) de la Lista Revisada de Comprobación de 90 98 Síntomas (SCL-90-R),16 el Cuestionario de Salud del Paciente con 15 síntomas (comunes para ambos géneros),17 la escala de Severidad de Síntomas Somáticos (SSS) con 40 síntomas (36 comunes a ambos géneros y cuatro exclusivos para mujeres),18 y el Cribador de Síntomas de Somatización (SOMS-7) con siete grupos de síntomas (48 para hombres y 52 para mujeres).19 La presentación clínica del trastorno de somatización suele ser polisintomática, recurrente y crónica, predomina en mujeres (20 a 1 respecto a los hombres), tiene un patrón familiar (10% a 20% de las mujeres parientes de primer grado de estos enfermos presentan también trastorno de somatización.), una incidencia de 5% a 10% en la población de asistencia primaria y se asocia a los trastornos histriónico y antisocial de la personalidad, así como abuso de alcohol y otras sustancias.3 El riesgo estimado a lo largo de la vida de padecer el trastorno en mujeres se sitúa entre 0.2% y 2%, hallándose tasas muy bajas en hombres, inferiores a 0.2%.2 Un estudio epidemiológico, realizado por la OMS en 14 países, reportaba una prevalencia del trastorno de somatización de 2.8%, con un rango de 0.1% en Nagasaki y Verona, a 17.7% en Santiago de Chile, siendo más frecuente en mujeres (3.3%), que en hombres (1.9%).20 Estudios realizados en Estados Unidos de América muestran que la prevalencia más alta se encuentra entre los ciudadanos méxico-americanos, con una prevalencia de 2.3%.3 Kirmayer y Robbins reportaron que sólo 15% de los pacientes con un trastorno ansioso y 21% con depresión mayor, comunican problemas psicosociales a su médico de cabecera, cuando el resto hace referencia exclusivamente a malestar físico.21 El aumento del interés en la somatización que se observa en los años recientes, se explica por su elevada prevalencia, a la escasa calidad de vida que implica, además representan un elevado costo sanitario (10% en países desarrollados).22 En la mayoría de los casos, las quejas somáticas son tratadas por internistas, neurólogos y médicos generales, y en menor proporción por psiquiatras, por lo cual los costos derivados de los múltiples tratamientos y medios diagnósticos empleados se incrementan. Aunque existen medidas de la somatización desarrolladas en diversas culturas y aplicadas en México, persisten las dudas de la validez de las mismas en poblaciones latinas,23,24 por lo que se desea generar un instrumento que evalúe somatización con datos procedentes de muestras mexicanas, trabajándose en una primera fase con preguntas abiertas y asociación de palabras. El objetivo del estudio que se desarrolla en este artículo es describir diferencias entre hombres y mujeres en las respuestas a seis preguntas abiertas sobre síntomas médicamente no explicados, aspectos somáticos de las emociones y conciencia de la conexión esos síntomas con las emociones. Estos datos forman parte del proyecto de desarrollo de una escala de somatización. Métodos Se trabajó con una muestra no probabilística de participantes voluntarios, definiéndose cuotas fijas por género. Moral-de la Rubia J. et al Se incluyeron a todas aquellas personas que no presentaban enfermedad sistémica alguna y se eliminaron los cuestionarios incompletos. El estudio se llevó a cabo en septiembre de 2009. La muestra quedó integrada por 117 mujeres y 117 hombres, con un rango de edad de 30 a 60 años. Los 234 participantes fueron residentes en la ciudad de Toluca. Se construyó un cuestionario compuesto por seis preguntas abiertas. Se utilizó un análisis de contenido temático para generar las categorías de respuesta a las preguntas abiertas. La concordancia entre dos evaluadores independientes fue alta por el coeficiente kappa de Cohen (κ ≥ .90), variando de .90 a 1, con una media de .92. ¿Alguna vez se ha llegado a sentir enfermo sin origen médico aparente? (κ = 1 con dos categorías). ¿En qué situaciones específicamente se ha llegado a sentir mal sin origen médico aparente? (κ = .93 con 11 categorías) ¿Qué molestias físicas experimenta ante malestares sin origen médico aparente? (κ = .92 con nueve categorías) ¿Qué reacciones físicas ha tenido ante situaciones de coraje, depresión y ansiedad? (κ = .94 con ocho categorías para coraje, κ = .92 con ocho para depresión y κ = .93 con nueve para ansiedad) ¿En qué parte o partes de su cuerpo se manifiestan situaciones de coraje, depresión y ansiedad? (κ = .91 con ocho para coraje, κ = .90 con ocho para depresión y κ = .91 con ocho para ansiedad) ¿De qué se ha llegado a enfermar ante situaciones de coraje, depresión y ansiedad? (κ = .91 con ocho para coraje, κ = .90 con ocho para depresión y κ = .90 con ocho para ansiedad). Previo consentimiento informado, el cuestionario se aplicó de forma individual y por escrito a empleados de oficinas gubernamentales. Los cuestionarios eran anónimos, fueron codificados con claves y archivados por personal exclusivo del proyecto para garantizar la confidencialidad de los datos. En caso de que alguien solicitase atención se contempló su derivación a la clínica universitaria, lo que no se requirió en ningún caso. Las diferencias entre los géneros se contrastaron por la prueba Ji cuadrada, con la corrección de Yates; las asociaciones se estimaron por los coeficientes de contingencia (CC) y phi (φ). El nivel de significancia estadística para el rechazo de la hipótesis nula se fija en p ≤ .05. Los datos se analizaron con el paquete estadístico SPSS16 (licencia TEAM EQX # 1337). Resultados La edad promedio de 40.9 años (DE = 8.8) es estadísticamente equivalente entre hombres y mujeres (t(232) = -.713, p = .232). El 14% tiene estudios de primaria, 22% de secundaria, 24% de media superior, 35% de licenciatura y 5% de posgrado, sin que exista diferencia estadísticamente significativa por género en los promedios de escolaridad (ZU = -1.007, p = .314). El 63% está casado, 28% soltero, 8% separado o divorciado y 1% viudo, sin diferencia de 99 Emociones y síntomas físicos medicamente no explicados en mujeres y hombres adultos Cuadro 1. Distribución de frecuencias de variables demográficas y sentirse, al menos una vez, enfermo sin origen médico aparente en mujeres y hombres. Variables Categorías Edad (Media ± DE) Estudios f (%) Estado civil f (%)* Síntomas físicos f (%)** Género Total Mujeres Hombres 40.54 ± 8.622 41.36 ± 8.986 40.95 ± 8.797 Primaria 15 (12.8%) 16 (14.6%) 32 (13.6%) Secundaria 31 (26.5%) 20 (17.1%) 51 (21.8%) Media superior 27 (23.1%) 29 (24.8%) 56 (24%) Licenciatura 42 (35.9%) 41 (35%) 83 (35.5%) Posgrado 2 (1.7%) 10 (8.5%) 12 (5.1%) Total 117 (100%) 117 (100%) 234 (100%) Soltero/a 38 (32.5%) 27 (23.1%) 65 (27.8%) Casado/a 68 (58.1%) 80 (68.4%) 148 (63.2%) Separado/divorciado 10 (8.6%) 9 (7.7%) 19 (8.1%) Viudo/a 1 (0.8%) 1 (0.8%) 2 (0.9%) Total 117 (100%) 117 (100%) 234 (100%) No 22 (18.80%) 24 (20.51%) 46 (19.66%) Sí 95 (81.20%) 93 (79.49%) 188 (81.34%) Total 117 (100%) 117 (100%) 234 (100%) *Prueba Ji cuadrada: Excluida la categorías de viudo/a, 0 celdas (0%) con frecuencia esperada menor a 5 y frecuencia esperada mínima 9.5. ji cuadrada(2, N=232) = 1.887, p=.236. **Prueba Ji cuadrada: 0 celdas (0%) con frecuencia esperada menor a cinco y frecuencia esperada mínima 23. ji cuadrada(1, N=234) = 0.108, p = .742, con la corrección de Yates: ji cuadrada(1, N=234) = 0.027, p = .869. frecuencias estadísticamente significativa por género (ji cuadrada(2, N=322) = 2.887, p = .236) (Cuadro1). Sin diferencia estadísticamente significativa por género (p = .869), 81% de los participantes admitió haber padecido algún malestar sin origen médico aparente (Cuadro 1). Entre aquéllos que han padecido síntomas médicamente no explicados, se reporta que éstos aparecen con más frecuencia en situaciones de estrés (22.2%), exceso de trabajo (15%) y problemas familiares (12.4%). Con diferencia significativa por género (p = .036), los hombres presentan más síntomas ante problemas económicos (10.3% vs. 0.9%) (p = .004) y las mujeres ante reacciones de estrés (29.1% vs. 15.4%) (p = .018) (Cuadro 2). Los síntomas somáticos que se describen con más frecuencia son síntomas dolorosos (53.4%), gastrointestinales (15.8%), cardiovasculares (10.1%) y fatiga (6%), sin diferencia significativa por género (p = .536) (Cuadro 3). Las diferencias de frecuencias en las reacciones físicas ante el coraje son estadísticamente significativas por género (p < .001). Los hombres reaccionan con más frecuencia con agresividad (23% vs. 16.1%) (p = .009), gritando (20.1% vs. 16.1%) (p = .043), fumando (19.4% vs. 10.8%) (p = .004), con parestesias (18% vs. 0%) (p < .001) o aislándose (11.6% vs. 0%) (p < .001); en cambio, las mujeres muestran con más frecuencia síntomas de dolor (38.7% vs. 5.8%) (p < .001) y diarrea (12.9% vs. 1.4%) (p = .013). Las quejas de taquicardia son equivalentes en ambos géneros (2.6%) (p = .215). También las diferencias de frecuencia en las reacciones ante la depresión son estadísticamente significativas por género (p < .001). El 14% (25 de 177) de los hombres afirmó que nunca haberse deprimido frente al 0% de las mujeres. Los hombres reaccionan más estando callados (38.9% vs. 0%) (p < .001); en contraste, las mujeres reportan sentir más hambre (39% vs. 0%) (p < .001), llorar más (34.2% vs. 5.5%) (p < .001) y se quejan más de dolor (7.3% vs. 0%) (p < .001). El sueño (15.7%) (p = .102), desgano (7%) (p = .767) y la nostalgia (1.2%) (p = .478) son reportados de forma equivalente por ambos géneros. Respecto a la ansiedad (p < .001), los hombres reaccionan más estando callados (16% vs. 2.7%) (p < .001), con sudoración de manos (10.4% vs. 4.5%) (p = .035) y comezón (8.3% vs. 2.7%) (p = .033); las mujeres con más sensaciones de hambre (20.9% vs. 2.8%) (p < .001). Por el contrario, las frecuencias de fumar (24%) (p = .372), inquietud (16.6%) (p = .233), morderse las uñas y tronar los dedos (9.4%) (p = .131), así como dolor (8.3%) 100 Moral-de la Rubia J. et al Cuadro 2. Distribución de frecuencias por género de las situaciones de sentirse mal sin origen médico aparente. Género Situaciones Estrés Problemas familiares Exceso de trabajo Situaciones de dolor Enojo Situaciones normales Problemas económicos Total Contraste Mujeres Hombres Pearson Yates Asociación f (%) f (%) f (%) ji cuadrada p ji cuadrada p 34 (29.1) 18 (15.4) 52 (22.2) 6.330 .012 5.563 .018 φ = -.164 17 (14.5) 12 (10.3) 29 (12.4) 0.984 .321 0.630 .427 φ = -.065 17 (14.5) 17 (15.4) 34 (15) 0.000 1 0.000 1 φ < .001 8 (6.8) 7 (6) 15 (6.4) 0.071 .790 0.000 1 φ = -.017 6 (5.1) 8 (6.8) 14 (6) 0.304 .581 0.076 .783 φ = .036 6 (5.1) 7 (6) 13 (5.6) 0.081 .775 0.000 1 φ = .019 1 (0.9) 12 (10.3) 13 (5.6) 9.855 .002 8.145 .004 φ = .205 Depresión 6 (5.1) 4 (3.4) 10 (4.3) 0.418 .518 0.104 .747 φ = -.042 Ansiedad 2 (1.7) 6 (5.1) 8 (3.4) 2.071 .150 1.165 .280 φ = .094 Miedo 2 (1.7) 1 (0.9) 3 (1.3) 0.338 .561 0.000 1 φ = -.038 Ninguna 18 (15.4) 25 (20.5) 43 (17.9) 1.396 .237 1.026 .311 φ = .077 Total* 117 (100) 117 (100) 234 (100) 19.395 .036 CC = .277 *Prueba ji cuadrada: cuatro celdas (18.2%) con frecuencia esperada menor a cinco y frecuencia esperada mínima 1.5. (p = .170) son equivalentes entre ambos géneros (Cuadro 4). Los participantes perciben la expresión somática del coraje sobre todo en las extremidades (32.4%), cabeza (22.4%), cara (16.4%) y estómago (18.3%); las mujeres más en el estómago (30.1% vs. 9.5%) (p = .009) y los hombres en la cabeza (35.7% vs. 4.3%) (p < .001) y cara (19.8% vs. 11.8%) (p = .019). La depresión se siente sobre todo en el estómago (27.2%), corazón (24.3%), rostro (20.7%) y cabeza (10.7%); los hombres perciben más parestesias (28.8% vs. 0%) (p < .001) y las mujeres la sienten más en el estómago (37.3% vs. 17.8%) (p = .049). La ansiedad se siente en extremidades (38.7%), cabeza (18.3%) y estómago (11.6%); los hombres más en la extremidades (43.1% vs. 34%) (p = .049) y garganta (8.2% vs. 2.2%) (p = .033); y las mujeres, en el corazón (10.1% vs. 0%) (p < .001) (p = .001) (Cuadro 5). Al preguntar de qué se han enfermado ante reacciones emocionales negativas, el dolor aparece como síntoma más frecuente (43.5% ante depresión, 28.7% ante ansiedad y 20.3% ante coraje), le siguen parestesias y sensaciones de parálisis (30.1% ante coraje, 23.9% ante depresión y 18.3% ante ansiedad). Aparte, destacan síntomas gastrointestinales durante el coraje (21.9%), problemas en la piel durante la ansiedad (22.5%) y gripe durante la depresión (13%). Hay diferencias de frecuencia estadísticamente significativas por género. Durante el enojo, los hombres reportan más síntomas gastrointestinales (33.9% vs. 11.9%) (p = .041); y durante la depresión, parestesias y parálisis facial (38.8% vs. 7%) (p = .001). Durante la ansiedad, las mujeres reportan más dolor (37.2% vs. 17.1%) (p < .001), alergias (17% vs. 1.4%) (p < .001) y problemas de piel (26.6% vs. 17.1%) (p = .032); los hombres refieren más parestesias (35.7% vs. 5.3%) (p < .001) (Cuadro 6). Discusión Retomando el objetivo descriptivo de este artículo, se sintetizan los hallazgos para relacionarlos con hallazgos previos y teorías relevantes en la literatura psicosomática. Las mujeres gozan de una mayor apertura a la expresión verbal y pública de sus sentimientos dentro de la cultura latina, así como el reconocerse incapacitadas y dependientes por causas médicas, incluso con bases emocionales, como un duelo; por ende somatizar aspectos psicológicos podría ser mucho más viable para el género femenino, no siendo así para los varones. El enfermarse resulta ser un signo de debilidad no acorde con al rol de género masculino; por lo que al hombre no se le permite expresar dolencias tan abiertamente y más aún las de posible origen psicológico; asimismo el ser muy expresivo emocionalmente es un rasgo femenino, con la excepción de la agresividad.25,26 De acuerdo a los resultados encontrados en esta investigación, el porcentaje de mujeres que afirman haber padecido síntomas médicamente no 101 Emociones y síntomas físicos medicamente no explicados en mujeres y hombres adultos Cuadro 3. Distribución de frecuencias por género de las molestias físicas experimenta ante malestares sin origen médico aparente. Género Molestias físicas Total Contraste Mujer Hombre f (%) f (%) f (%) ji cuadrada p ji cuadrada p Dolor 73 (50.4) 69 (56.6) 142 (53.4) 0.287 .592 0.161 .688 Gastrointest. 21 (14.6) 21 (17.2) 41 (15.8) 0.000 1 0.000 1 φ < .001 Cardiovascul. 18 (12.5) 9 (7.4) 27 (10.1) 3.391 .066 2.680 .102 φ = -.120 Fatiga 10 (6.9) 6 (4.9) 16 (6.0) 1.073 .300 0.604 .437 φ = -.068 Ansiedad 7 (4.9) 7 (5.7) 14 (5.3) 0.000 1 0.000 1 φ < .001 Pseudoneorol. 5 (3.5) 5 (4.1) 10 (3.8) 0.000 1 0.000 1 φ < .001 Depresión 7 (4.9) 2 (1.6) 9 (3.4) 2.889 .089 2.889 .089 φ = -.111 Cutáneos 2 (1.4) 3 (2.5) 5 (1.9) 0.204 .651 0.000 1 φ = .651 Urogenitales 1 (0.7) 0 (0) 1 (0.4) 1.004 .326 0.000 1 φ = -.066 144 (100) 122 (100) 266 (100) 5.060 .536 Total* Pearson Yates Asociación φ = -.035 CC = .142 *Prueba Ji cuadrada: dos celdas (14.3%) con frecuencia esperada menor a cinco y frecuencia esperada mínima 4.1, excluyendo síntomas urogenitales y cutáneos explicables es mayor que el de hombres, sin que la diferencia de 2% sea estadísticamente significativa. La mayoría de los participantes aparece haber sufrido esa situación, además el tipo de molestias físicas tampoco es diferencial entre mujeres y hombres, destacando los síntomas dolorosos, gastrointestinales y cardiovasculares, como reportan otras investigaciones.21 Así, la diferencia entre los géneros en síntomas funcionales es un aspecto de intensidad, frecuencia, duración y contingencias situacionales que la pregunta si se ha sentido o no enfermo sin causa médica identificable es incapaz de evaluar adecuadamente. El perfil somático de reacciones emocionales es diferencial por género. Los hombres reportan más reacciones físicas y motoras que las mujeres. Los hombres externalizan más el coraje (gritar, agresividad, fumar) y las mujeres lo internalizan más (dolor, diarrea). A los hombres el coraje les calienta la cabeza y a las mujeres les genera dolor de estómago. No obstante, el coraje finalmente es en el hombre, donde genera síntomas clínicos en el abdomen. Ante la depresión y ansiedad, los hombres se aíslan más, incluso tienen sensaciones de parálisis y parestesias; las mujeres experimentan alteraciones del hambre. A su vez, todas las mujeres afirman haber sufrido reacciones depresivas, pero no así más de un cuarto de los hombres. Si las reacciones somáticas ante las emociones son más frecuentes en hombres, el reconocimiento de síntomas médicos ante las reacciones emocionales es más frecuente en mujeres. Sobre todo la mujer es mucho más sintomática ante la ansiedad, sufriendo más dolor, problemas en la piel y alergias. Al preguntar en qué situaciones surgen síntomas médicos sin causa identificable surge un perfil diferencial. La mujer parece ser mucho más consciente de su cuerpo ante reacciones de demandas excesivas (estrés); el hombre ante situaciones económicas adversas, cuando su rol de género le responsabiliza de la solvencia económica familiar. En ambos casos, los síntomas comunican al medio una necesidad de apoyo y consideración.7 Debe señalarse que los cólicos en las mujeres, como enfermedad atribuida al coraje, que tienen un origen ovárico, aunque por su baja frecuencia no alcanza diferencia de género estadísticamente significativa; por el contrario, los síntomas gastrointestinales de los hombres son originados por gases y motilidad intestinal y sí son estadísticamente diferenciales entre ambos géneros. Los datos indican un claro efecto del rol de género en las manifestaciones de las emociones. El estrés aparece como la emoción más asociada con los síntomas físicos médicamente no explicados, más en las mujeres, siendo éstas muy conscientes de la contingencia. Lo que es consonante con las teorías de la reactividad vegetativa o neuroticismo.27 Sin embargo, la somatización con síntomas clínicos de la depresión (parestesias y parálisis facial) y el coraje (problemas gastrointestinales) es más frecuente en hombres; lo que es consonante con las teorías de la represión de la expresión social de las emociones y la alexitimia o dificultad para identificar y expresar verbalmente afectos.28 Precisamente, ambas teorías aparecen integradas en un modelo desarrollado en parejas casadas. En este modelo, la alexitimia media la relación del ajuste diádico y las emociones negativas (especialmente ansiedad-rasgo) sobre los síntomas físicos, y a su vez, el ajuste diádico media la relación de las emociones 102 Moral-de la Rubia J. et al Cuadro 4. Distribución de frecuencias por género de las reacciones físicas ha tenido ante situaciones de coraje, depresión y ansiedad. Reacciones Género Dolor Fumar Gritar Diarrea Aislarse Agresividad Taquicardia Parestesias Total* Hombres f (%) 8 (5.8) 27 (19.4) 28 (20.1) 2 (1.4) 16 (11.6) 32 (23) 1 (0.7) 25 (18) 139 (100) Mujeres f (%) 36 (38.7) 10 (10.8) 15 (16.1) 12 (12.9) 0 (0) 15 (16.1) 5 (5.4) 0 (0) 93 (100) Depresión Nunca Dolor Hambre Llorar Sueño Desganado Callado Nostalgia Total** Hombres 25 (27.8) 0 (0) 0 (0) 5 (5.5) 18 (20) 7 (7.8) 35 (38.9) 0 (0) 90 (100) Ansiedad Dolor Sudor manos Hambre Comezón Inquietud Callar Temblar Morder uñas Fumar Total*** Hombres 7 (4.9) 15 (10.4) 4 (2.8) 12 (8.3) 25 (17.4) 23 (16) 8 (5.5) 16 (11.1) 34 (23.6) 144 (100) Ante coraje Total Contraste de diferencias f (%) 44 (19) 37 (15.9) 43 (18.6) 14 (6) 16 (6.9) 47 (20.2) 6 (2.6) 250 (10.8) 232(100) Pearson ji cuadrada 21.944 9.278 4.815 7.597 17.174 7.694 2.727 27.990 80.570 p .000 .002 .028 .006 .000 .006 .098 .000 .000 Yates ji cuadrada 20.405 8.218 4.103 6.154 15.095 6.816 1.539 25.796 p .000 .004 .043 .013 .000 .009 .215 .000 Mujeres 0 (0) 6 (7.3) 32 (39) 28 (34.2) 9 (11) 5 (6.1) 0 (0) 2 (2.4) 82 (100) Total 25 (14.5) 6 (3.5) 32 (18.6) 33 (19.2) 27 (15.7) 12 (7) 35 (20.3) 2 (1.2) 172 (100) ji cuadrada 27.990 6.158 37.069 18.446 3.391 0.351 41.156 2.017 117.18 Mujeres 14 (12.7) 5 (4.5) 23 (20.9) 3 (2.7) 17 (15.5) 3 (2.7) 10 (9.1) 8 (7.3) 27 (24.6) 110 (100) Total 21 (8.3) 20 (7.9) 27 (10.6) 15 (5.9) 42 (16.6) 26 (10.2) 18 (7.1) 24 (9.4) 61 (24) 254 (100) ji cuadrada 2.563 5.467 15.114 5.770 1.857 17.308 0.241 2.971 1.087 42.92 Asociación p .000 .013 .000 .000 .066 .533 .000 .156 .000 ji cuadrada 25.796 4.276 34.789 16.868 2.680 0.088 38.838 0.504 p .000 .039 .000 .000 .102 .767 .000 .478 p .109 .019 .000 .016 .173 .000 .624 .085 .297 .000 ji cuadrada 1.883 4.429 13.565 4.559 1.422 15.620 0.060 2.275 0.798 p .170 .035 .000 .033 .233 .000 .806 .131 .372 φ = -.306 φ = .199 φ = .143 φ = -.180 φ = .271 φ = .181 φ = -.108 φ = .346 CC = .508 φ = .346 φ = -.162 φ = -.398 φ = -.281 φ = .120 φ = .039 φ = .419 φ = -.093 CC=.639 φ = -.105 φ = .153 φ = -.254 φ = .157 φ = .089 φ = .272 φ = -.032 φ = .113 φ = .068 CC = .380 * Dos celdas (12.5%) tuvieron frecuencias esperadas menores a cinco y la frecuencia esperada mínima fue 2.41 **Excluida la categoría de nostalgia dos celdas (14%) tuvieron frecuencias esperadas menores a cinco y la frecuencia esperada mínima fue 2.82 *** Cero celdas (0%), tuvieron frecuencias esperadas menores a cinco y la frecuencia esperada mínima fue 6.5 negativas sobre los síntomas físicos, presentando el modelo índices de ajuste adecuados y potencia explicativa alta.29 También debemos considerar aspectos biológicos en las diferencias entre los géneros. La disminución de la serotonina por efecto de estímulos ambientales se asocia, en los hombres, con un incremento de la agresividad y conductas compulsivas o adictivas; de ahí que conforme a los resultados encontrados la mayoría de los hombres remita haber reaccionado ante el coraje con conductas, como aventar cosas, gritar, ganas de golpear a alguien, fumar; por el contrario, en las mujeres, se asocia con un aumento de la ansiedad y depresión, de ahí su mayor reporte de estas emociones.30 Conclusiones Existen diferencias por género que hacen referencia a cuestiones tanto sociales como biológicas. El género femenino refiere más síntomas de dolor y muestra más síntomas físicos ante situaciones de estrés. Los hombres reaccionaban con más agresividad ante situaciones de enojo, reportan con más frecuencia parestesias y sensaciones de parálisis facial; asimismo, presentaban más síntomas ante los problemas económicos. Lo que permite orientar la redacción de los reactivos del cuestionario de auto-reporte para somatizaciones. Como limitaciones del estudio debe señalarse la naturaleza no probabilística de la muestra, lo que no permite hacer estimaciones poblacionales, por 103 Emociones y síntomas físicos medicamente no explicados en mujeres y hombres adultos Cuadro 5. Distribución de frecuencias por género de partes del cuerpo en que se manifiestan las situaciones de coraje, depresión y ansiedad. Partes corporal Género Estómago Cabeza Corazón Extremidades Cara Garganta Vientre Mandíbula Total* Hombres f (%) 12 (9.5) 45 (35.7) 4 (3.2) 34 (27) 25 (19.8) 4 (3.2) 0 (0) 2 (1.6) 126 (100) Mujeres f (%) 28 (30.1) 4 (4.3) 6 (6.5) 37 (39.8) 11 (11.8) 4 (4.3) 3 (3.2) 0 (0) 93 (100) Depresión Cabeza Estómago Corazón Ojos Espalda Cara Parestesia Articulaciones Total** Hombres 8 (10.9) 13 (17.8) 12 (16.4) 0 (0) 1 (1.4) 18 (24.7) 21 (28.8) 0 (0) 73 (100) Ansiedad Piel Vejiga Extremidades Cabeza Estómago Corazón Garganta Uñas Total*** Hombres 1 (0.7) 8 (5.5) 63 (43.1) 25 (17.1) 14 (9.6) 0 (0) 12 (8.2) 23 (15.8) 146 (100) Ante coraje Contraste de diferencias Total f (%) 40 (18.3) 49 (22.4) 10 (4.6) 71 (32.4) 36 (16.4) 8 (3.6) 3 (1.4) 2 (0.9) 219 (100) Pearson ji cuadrada 7.720 43.393 0.418 0.182 6.434 0.000 3.039 2.017 46.20 p .005 .000 .518 .670 .011 1 .081 .156 .000 Mujeres 7 (10.5) 25 (37.3) 22 (32.8) 1 (1.5) 0 (0) 11 (16.4) 0 (0) 1 (1.5) 67 (100) Total 15 (10.7) 38 (27.2) 34 (24.3) 1 (0.7) 1 (0.7) 29 (20.7) 21 (15) 1 (0.7) 140 (100) ji cuadrada 0.071 4.524 3.441 1.004 1.004 1.929 23.070 1.004 29.21 Mujeres 4 (2.9) 3 (2.2) 47 (34) 27 (19.6) 19 (13.8) 14 (10.1) 3 (2.2) 21 (15.2) 138 (100) Total 5 (1.8) 11 (3.9) 110 (38.7) 52 (18.3) 33 (11.6) 14 (4.9) 15 (5.3) 44 (15.5) 284 (100) ji cuadrada 1.839 2.385 4.392 0.099 0.882 14.891 5.770 0.112 26.52 Asociación Yates ji cuadrada 6.785 41.302 0.104 0.081 5.548 0.000 1.351 0.504 p .009 .000 .747 .776 .019 1 .245 .478 p .790 .033 .064 .316 .316 .165 .000 .316 .000 ji cuadrada 0.000 3.802 2.787 0.000 0.000 1.417 20.926 .000 p 1 .049 .095 1 1 .234 .000 1 p .175 .123 .036 .753 .348 .000 .016 .738 .001 ji cuadrada 0.817 1.526 3.860 0.025 0.564 12.840 4.559 0.028 p .366 .217 .049 .875 .452 .000 .033 .867 φ = -.182 φ = .431 φ = -.042 φ = .028 φ = .166 φ < .001 φ = -.114 φ = .093 CC = .418 φ = -.017 φ = -.139 φ = -.121 φ = -.066 φ = -.066 φ = .091 φ = .314 φ = -.066 CC =.419 φ = -.087 φ = .101 φ = .137 φ = -.021 φ = -.061 φ = -.252 φ = .157 φ = .022 CC =.292 * Excluida la categoría de mandíbula dos celdas (14.3%) tuvieron frecuencias esperadas menores a cinco y la frecuencia esperada mínima fue 1.29. ** Excluida la categoría de ojos, espaldas y articulaciones 0 celdas (0%) tuvieron frecuencias esperadas menores a cinco y la frecuencia esperada mínima fue 7.12 *** Dos celdas (12.5%) tuvieron frecuencias esperadas menores a cinco y la frecuencia esperada mínima fue 2.43 lo que la generalización de los datos debe considerarse como una hipótesis en población de adultos mexicanos de 30 a 60 años. Asimismo, está la limitación de la naturaleza de auto-reporte de los datos presentados, lo que refiere a aspectos de conciencia, incluso de deseabilidad social. Agradecimiento A Xochitl Ortiz Mancilla, Karla Janette Dávila Reyna, Verónica Cruz Escamilla, Anzaldo Mónica, Tsereth Subayda, Alexander Isael Bautista Delgado por su valiosa colaboración en el trabajo de campo y captura de datos como estudiantes de licenciatura de la Facultad de Ciencias de la Conducta de la Universidad Autónoma del Estado de México, mientras cursaban la materia de investigación. Referencias 1. Organización Mundial de la Salud. CIE 10. Décima revisión de la clasificación internacional de las enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Madrid, Meditor; 1992. 2. American Psychiatry Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, 4th edition, text revision. Washington, APA; 2000. 104 Moral-de la Rubia J. et al Cuadro 6. Distribución de frecuencias por género de enfermedades sufridas ante situaciones de coraje, depresión y ansiedad. Enfermedades Dolor Parálisis/pareste. Gastrointestinales Cólicos Alergia Garganta Hipertensión Migraña Total* Género Hombres Mujeres f (%) f (%) 8 (14.3) 17 (25.4) 19 (33.9) 18 (26.9) 19 (33.9) 8 (11.9) 0 (0) 5 (7.5) 1 (1.8) 5 (7.5) 2 (3.6) 3 (4.4) 1 (1.8) 0 (0) 6 (10.7) 11 (16.4) 56 (100) 67 (100) f (%) 25 (20.3) 37 (30.1) 27 (21.9) 5 (4.1) 6 (4.9) 5 (4.1) 1 (0.8) 17 (13.8) 123(100) Contaste de diferencias Pearson Yates ji cuadrada p ji cuadrada 3.628 .057 2.866 0.032 .858 0.000 5.066 .024 4.187 5.109 .024 3.270 2.737 .098 1.539 0.204 .651 0.000 1.004 .316 0.000 1.586 .208 1.015 11.60 .021 Depresión Dolor Gripe Defensas bajas Corazón Úlceras bucales Sin apetito Hipotensión Parálisis/pareste. Total** Hombres 16 (32.7) 5 (10.2) 3 (6.1) 3 (6.1) 0 (0) 1 (2) 2 (4.1) 19 (38.8) 49 (100) Mujeres 24 (55.8) 7 (16.3) 2 (4.7) 1 (2.3) 1 (2.3) 1 (2.3) 4 (9.3) 3 (7) 43 (100) Total 40 (43.5) 12 (13) 5 (5.5) 4 (4.3) 1 (1.1) 2 (2.2) 6 (6.5) 22 (23.9) 92(100) ji cuadrada 1.850 0.351 0.204 1.017 1.004 0.000 0.684 12.844 12.98 p .174 .553 .651 .313 .316 1 .408 .000 .002 ji cuadrada 1.407 0.088 0.000 0.254 0.000 0.000 0.171 11.289 p .236 .767 1 .614 1 1 .679 .001 Ansiedad Poliuria Dermatitis, pigmentación piel Alergias Parestesia Dolor Gastritis Alopecia temporal Temblores Total*** Hombres 6 (8.6) Mujeres 1 (1.1) Total 7 (4.3) ji cuadrada 3.682 p .055 ji cuadrada 2.356 p .125 φ=.124 12 (17.1) 25 (26.6) 37 (22.5) 5.425 .020 4.623 .032 φ=-.152 1 (1.4) 25 (35.7) 12 (17.1) 6 (8.6) 0 (0) 8 (11.5) 70 (100) 16 (17) 5 (5.3) 35 (37.2) 4 (4.3) 2 (2.1) 6 (6.4) 94 (100) 17 (10.4) 30 (18.3) 47 (28.7) 10 (6.1) 2 (1.2) 14 (8.5) 164 (100) 14.272 15.294 14.084 0.418 2.017 0.304 44.48 .000 .000 .000 .518 .156 .581 .000 12.433 13.803 12.886 0.104 0.504 0.076 .000 .000 .000 .747 .478 .783 φ=-.247 φ=.256 φ=-.245 φ=.042 φ=-.093 φ=.036 CC = .464 Ante coraje Total Asociación p .090 1 .041 .071 .215 1 1 .314 φ = -.125 φ = .012 φ = .147 φ = -.148 φ = -.108 φ = -.030 φ = .066 φ = -.082 CC = .306 φ = -.089 φ = -.039 φ = .030 φ = .066 φ = -.066 φ = .000 φ = -.054 φ = .234 CC = .386 *Excluyendo cólicos, alergias e hipertensión, 2 celdas (20%) tuvieron frecuencias esperadas menores a 5 y la frecuencia esperada mínima fue 2.84 ** Excluyendo defensas bajas, corazón, úlceras bucales, falta de apetito e hipotensión, 0 celdas (0%) tuvieron frecuencias esperadas menores a 5 y la frecuencia esperada mínima fue 5.51 *** Excluyendo alopecia 2 celdas (14.2%) tuvieron frecuencias esperadas menores a 5 y la frecuencia esperada mínima fue 3.02 3. 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Mancillas-Adame, Fernando Javier Lavalle-González, Juan Montes-Villarreal, Pedro Alberto GarcíaHernández, Sergio Zúñiga-Guajardo, José Gerardo Ayala-Villarreal, Jesús Zacarías Villarreal-Pérez. Servicio de Endocrinología, Departamento de Medicina Interna. Facultad de Medicina y Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González. Universidad Autónoma de Nuevo León Recibido: Enero 2010. Aceptado: Marzo 2010 PALABRAS CLAVE Educación médica; Rediseño curricular; Modelo de enseñanza; Modelo basado en aprendizaje; Competencias clínicas; México. Resumen Antecedentes: La Facultad de Medicina de la UANL inició en agosto del 2006 un nuevo plan de estudios y un modelo educativo basado en el aprendizaje y en la participación más intensa del alumno. Esta modificación en la estrategia de formar a los futuros médicos requiere ser evaluada científicamente con el propósito de medir si los cambios esperados con la implementación del plan de estudios y del modelo educativo, están ocurriendo. Objetivo: Comparar la aptitud de los alumnos del curso de pregrado de endocrinología ante dos métodos de evaluación. Método: Comparación de dos exámenes como proceso de evaluación ante dos planteamientos académicos: el actual (basado en la aplicación del conocimiento, casos clínicos) y el próximo anterior (basado en la memorización de conocimientos). Se contrastó la aptitud de los alumnos del nuevo plan de estudios (n = 74) vs. los alumnos del plan anterior (n = 137), ante el mismo examen. Resultados: Los alumnos del nuevo plan de estudios tuvieron una aptitud casi idéntica al ser evaluados con el examen actual y con el aplicado en ciclos anteriores (73.4 + 7.8 vs. 72.9 + 10.7, respectivamente) p = 0.2553. El porcentaje de aprobación fue de un 71 vs. 67%. Al comparar la aptitud de los alumnos del plan actual y el anterior ante un mismo examen, la aptitud fue muy favorable en el grupo de alumnos del nuevo plan de estudios (74.7 ± 10.7 vs. 56.0 ± 9.3), p< 0.0001. Correspondencia: Dr. José Gerardo González González. Servicio de Endocrinología, Departamento de Medicina Interna. Facultad de Medicina y Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González. Universidad Autónoma de Nuevo León. Av. Francisco I. Madero y Av. Gonzalitos s/n, Colonia Mitras Centro C.P. 64460 Tel. (+52 81) 8123 1241. Correo electrónico: gergonz@ hotmail.com 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. Aptitud de los alumnos de pregrado de la carrera de Medicina ante dos modelos de evaluación: El caso de Endocrinología 107 Conclusiones: La combinación de un modelo educativo centrado en el aprendizaje, en una acentuada participación del alumno en la clase, en una forma de evaluación que incentiva el estudiar la clase diaria y en la aplicación de exámenes dirigidos a evaluar la aplicación del conocimiento como en la vida real de un médico, son los aspectos que debemos fortalecer en el proceso de formación de nuestros futuros médicos. KEY WORDS Medical education; Medical school program design; Learning-based model; Teaching-based model; Clinical skills; Mexico. Performance of undergraduate students of a medical school using two evaluating models. The case of Endocrinology Abstract Background: In August 2006, the Medical School of the Autonomous University of Nuevo León, Mexico, (UANL), introduced a new educational model based on greater participation of the student. This policy modification in training of future physicians needs to be evaluated scientifically in order to measure whether the expected changes to the implementation of the curriculum and educational model, are occurring. Objective: The purpose of this study was to compare the performance of students in the Endocrinology course with two methods of evaluation, the current (based on the application of knowledge, clinical cases analysis) and the past (based on memorization of knowledge). Method: To compare the performance of students in two academic pathway: the new educational model (n = 74) vs. the previous plan (n = 137), when facing the same evaluation tool. Results: The students of the new curriculum had an almost identical performance when evaluated by both tests (73.4 + 7.8 vs. 72.9 + 10.7, respectively) p = 0.2553. The course approval rate was 71% vs. 67%. When comparing the performance of the current plan’s students vs. the prior plan’s students to the same test, performance was favorable to the group of students in the new plan (74.7 ± 10.7 vs. 56.0 ± 9.3), p < 0.0001. Conclusions: The combination of a learning-based educational model, with a marked student involvement during class, added to an evaluation that encourages studying and daily-basis class preparation, and the application of tests designed to evaluate the application of real life knowledge, are characteristics that we must strength in the process of training future physicians. Introducción Cada vez es mayor la cantidad y la velocidad con la que se incorporan conocimientos médicos a la atención diaria de los enfermos.1 Por consecuencia, el médico contemporáneo tiene un mayor compromiso de estar en preparación y actualización constante de sus conocimientos.1,2 Además, la expectativa que se tiene de un médico se ha modificado extraordinariamente.3 Hasta hace poco tiempo, la razón de formar un médico se orientaba, casi exclusivamente, en prepararlo para atender a sus enfermos o para prevenir algunos problemas de salud. En pocos años se han agregado otras habilidades que debe dominar que van desde una sólida capacidad de búsqueda de la información científica, hasta dominar el análisis crítico de lo leído; estar al tanto en el lenguaje de las ciencias básicas de la medicina para entender sus avances y definir su potencial aplicación en los enfermos; comprender mejor y aplicar los fenómenos globales que van modificando la práctica médica, los sistemas de salud, la jurisprudencia en la medicina, los conceptos fiscales relacionados a la medicina, el proyecto del médico empresario y muchos más aspectos.3,4 Este escenario nacional e internacional fue parte fundamental de los motivos por los que la Dirección de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), en septiembre del año 2004, inició un proceso minucioso de análisis y re-estructuración de su plan de estudios. Los dos productos finales más importantes de este programa fueron el rediseño del plan de estudios de la licenciatura de médico cirujano y la definición de un nuevo modelo educativo. Aprobados en junio de 2005, se inició su implementación en agosto de 2006. El segundo, el modelo educativo, que estableció la pauta a seguir en los aspectos teóricos, prácticos y de evaluación en todas las asignaturas de la carrera de medicina en la UANL. Uno de los aspectos más importantes es que ahora el proceso educativo de los futuros médicos está basado en el aprendizaje más que en la enseñanza, en intensificar la participación de los alumnos en todas sus actividades. 108 González-González JG. et al Cuadro 1. Características del curso actual de pregrado de endocrinología y del anterior. Endocrinología A: Teoría Modelo Duración (semanas) Temas (clases/1 hora) Libro de texto Número de alumnos Auto-evaluación previa a cada clase Valor de participación en clases (puntos) B: Práctica Duración (semanas) Horas /semana Alumnos por grupo Modelo Actividades en plataforma electrónica Valor de participación (puntos) Guardias C: Evaluación Método de evaluación Número de reactivos Tiempo para responder examen (minutos) Valor del examen (puntos) Plan actual Plan anterior* Aprendizaje, interactivo, basado en casos clínicos 6 26 Cecil´s Textbook of Medicine 80 Sí Enseñanza magistral 6 26 Cecil´s Textbook of Medicine 143 No 16 1.5 x 3 = ** 6 6–8 10-12 Presentación y discusión de casos Si 16*** 4 6 6–8 20-22 Presentación y discusión de casos Si (opcional) 5 x 3**** 1.66 x3 Opción múltiple, aplicación del conocimiento, razonamiento clínico 50 60 64 Opción múltiple, acentuación en evaluación de memorización de conocimientos 50 60 25 x 3 = 75***** * En el plan de estudios anterior, endocrinología, gastroenterología y hematología eran tres cursos que constituían la asignatura de medicina interna I. La calificación final se integraba del promedio del desempeño de las tres áreas. ** La participación en clase tenía un valor de 1.5 puntos en endocrinología y en hematología y de 2 puntos en gastroenterología. *** De los 20 puntos, 12 corresponden a la discusión de casos clínicos, 4 al desempeño en las actividades con sus compañeros y el profesor en la plataforma electrónica y 4 a su cumplimiento en las guardias. **** Las actividades prácticas tenían un valor de 5 puntos en cada una de las áreas (gastroenterología, hematología y endocrinología), constituyendo al final un total de 15 puntos. ***** La calificación obtenida en el examen tenía un valor máximo de 25 puntos en cada una de las áreas (gastroenterología, hematología y endocrinología), constituyendo al final un total de 75 puntos. Conjuntamente, la competencia fundamental es la aplicación del conocimiento, el razonamiento clínico, más que la memorización de conocimientos. De parte de los profesores, una de las recomendaciones al plan de estudios, desde antes de su implementación, fue el investigar si el rumbo académico que se ha tomado ahora en nuestra Facultad es el correcto o si deben hacerse rectificaciones. El método científico, aplicado en la vigilancia de este nuevo plan de estudios, dará la certidumbre de que se está haciendo lo correcto y que, por consecuencia, debemos reforzarlo o, en su defecto, hacer modificaciones a este nuevo plan. El principal propósito del presente artículo fue contrastar la aptitud de los alumnos del nuevo plan de estudios ante dos métodos de evaluación, el modelo que se emplea actualmente (orientado hacia la aplicación del conocimiento y el razonamiento clínico, examen A) y el modelo previo (con una acentuación a evaluar los conocimientos en memoria, examen B). Además, contrastar la aptitud de los alumnos del nuevo plan y los del anterior ante un mismo método de evaluación, el examen B. Método Sujetos: El estudio fue realizado en la Facultad de Medicina de la UANL. Participaron los alumnos de uno de los tres cursos de pregrado de endocrinología del ciclo académico agosto 2009 – enero 2010 (n = 74). Endocrinología es una de las tres asignaturas que se imparten en el primer curso de medicina interna, en el cuarto año de la carrera. Tiene una duración de seis semanas, impartiéndose un total de 26 temas en su programa. El libro de texto es el Cecil Medicine 23rd Edition - Expert Consult - Online and Print.5 El programa teórico es fundamentalmente el mismo que se impartía hace tres años. En el programa nuevo se reemplazaron dos temas de nutrición por dos temas más, de diabetes y obesidad. Las diferencias entre el plan del curso de endocrinología actual y el anterior, Aptitud de los alumnos de pregrado de la carrera de Medicina ante dos modelos de evaluación: El caso de Endocrinología Cuadro 2. Esquema de aplicación de evaluaciones teóricas en endocrinología. Alumnos (n) Ciclo académico Examen oficial Examen A * Examen B ** Endocrinología Plan Actual (grupo 1) Plan Anterior (grupo 2) 74 137 agosto 2009 – enero enero – julio de 2009 de 2010 A B Sí No Sí Sí *Examen oficial del grupo 1, aplicado a los alumnos del ciclo agosto 2009 – enero 2010, orientado a la evaluación de la aplicación del conocimiento y el razonamiento clínico, de opción múltiple (50 reactivos). **Examen oficial del grupo 2, aplicado a los alumnos del ciclo enero-julio 2009, con acentuación a la evaluación de conocimientos memorizados, de opción múltiple (50 reactivos). en sus aspectos teóricos, prácticos y de evaluación son mostrados en la Cuadro 1. El modelo educativo del plan anterior estaba basado en la enseñanza, en conferencias magistrales impartidas por el profesor, sin integrar intensamente la participación activa del alumno. El plan de estudios actual está basado en el aprendizaje y en fomentar la participación activa del alumno en la clase. El componente práctico del curso no es distinto y se fundamenta en la discusión de casos clínicos de endocrinología, principalmente diabetes y tiroides. En el plan de estudios actual, además, se incorpora la participación del alumno en la plataforma electrónica en actividades como foros de discusión de casos clínicos. En lo que concierne a la evaluación, en el plan anterior, la calificación se integraba de un promedio de las calificaciones y el desempeño obtenidos en los tres cursos que incluía el primer curso de medicina interna (gastroenterología, hematología y endocrinología). En el plan actual, endocrinología es una asignatura independiente con una calificación individual. La calificación global se integra en 80% por el desempeño en la teoría (64% por el examen y 16% por la participación en la clase). El 20% restante se integra por 12% en el desempeño en las actividades prácticas en la discusión de casos clínicos, 4% por su desempeño en las guardias y 4% por el cumplimiento y participación en las actividades de la plataforma electrónica (Cuadro 1). En este estudio participaron un total de 74 alumnos del ciclo académico de agosto 2009 - enero 2010 (plan de estudios actual), que tuvieron derecho a presentar el examen (grupo 1). Sobre esta muestra de participantes, seis alumnos no tuvieron derecho a presentar el examen debido a inasistencias. Los alumnos fueron citados en la forma habitual para tomar su examen a las 0900 horas, teniendo un tiempo de 60 minutos para contestar su prueba. Desde el momento en que lo iniciaron, se les comunicó que al término de éste pasarían a otra aula, en la que tendrían otra actividad de evaluación. No se les especificó que esta segunda actividad no sería tomada en 109 Cuadro 3. Comparación de aptitudes del grupo 1 en los exámenes A y B. Participantes (n) Calificación promedio IC 95% para el promedio Aprobados (%) Examen A B 74 74 73.4 ± 7.8 74.7 ± 10.7 71.6 – 75.3 72.2 – 77.2 71.62 p = 0.2553* 67.56 *Prueba de t de Student pareada, dos colas. consideración para su calificación final, con el propósito de evitar un sesgo de aptitud. En la primera parte se les aplicó su examen oficial, el examen A, mientras que en la segunda parte de la evaluación se les aplicó el examen B, el cual fue aplicado ordinariamente a los alumnos de endocrinología del plan de estudios anterior, del ciclo académico de enero - julio 2009. Ambos exámenes estuvieron constituidos por 50 reactivos de opción múltiple, en idioma castellano, con un valor de dos puntos cada uno. En aquella ocasión los alumnos también tuvieron 60 minutos para contestar su examen (Cuadro 2). Los alumnos del grupo 2, fueron del plan de estudios próximo anterior; ciclo académico de enero - julio del 2009. Participó un total de 137 alumnos. Cuatro no tuvieron derecho a examen por excederse en faltas. El examen se aplicó el cuatro de mayo de 2009. Análisis estadístico: Ambos exámenes fueron preparados por uno de los profesores autores (FJLG) después de recibir los reactivos elaborados por los profesores responsables de cada una de las clases que integran el programa del curso. Las respuestas de los exámenes A y B, fueron transferidas por los alumnos a una tarjeta de captura que después fue colocada en un lector óptico el cual define los aciertos y errores en base a una matriz de respuestas. Todos los resultados se expresan como promedio ± desviaciones estándar. Para comparar las diferencias en las calificaciones del grupo 1 en los exámenes A vs. B y entre el grupo 1 vs. 2 en el examen B, se utilizó la prueba de t de Student pareada y no pareada de dos colas, respectivamente. Para evaluar la aptitud del grupo 1 en ambos exámenes, se calculó el coeficiente de correlación de r. Para comparar la aptitud de los alumnos del nuevo modelo en los dos exámenes se utilizó una gráfica de Bland & Altman. Utilizamos el programa MedCalc v 9.6.0.0 Resultados A. Comparación de exámenes A vs. B (Grupo 1): Los exámenes A y B fueron aplicados a los 74 alumnos del grupo 1. En el examen A la calificación promedio obtenida fue de 73.4 ± 7.8 (IC 95%, 71.6 – 75.3), mientras que el promedio en el examen B fue 74.7 ± 10.7 (IC 95%, 72.2 – 77.2); resultado sin diferencia significativa: p = 0.2553 (Cuadro 3). El coeficiente de correlación r para ambos 110 González-González JG. et al Figura 1. Correlación de los exámenes A y B en el grupo 1. 100 Aprobaron ambos Reprobaron ambos Aprobaron A no B Aprobaron B no A 95 90 25 85 15 80 10 75 70 65 60 55 50 +1.96 DE 18.8 20 Examen A - Examen B Examen A Figura 2. Gráfica de Bland & Altman para comparación de métodos entre los dos exámenes en el grupo de alumnos del nuevo modelo. 5 Promedio 0 1,3 -5 -10 -1.96 DE -15 50 60 70 80 Examen B 90 100 r = 0.57 (IC 95%, 0.39 – 0.71), p < 0.0001 exámenes en el grupo 1, fue de 0.54 (IC 95%, 0.37 – 0.67), p < 0.0001 (Figura 1). Los exámenes A y B fueron aprobados por un 71.6% y 67.6% de los alumnos del grupo 1, respectivamente. Once alumnos reprobaron ambos exámenes; diez reprobaron el examen B, pero obtuvieron calificación aprobatoria en el A y siete estuvieron en el caso opuesto (Figura 1). Utilizando la prueba de Bland & Altman comparando ambos exámenes en la población de alumnos del nuevo plan de estudios, se encontró una buena concordancia entre ambos métodos de evaluación, sin encontrar diferencias significativas (Figura 2). B. Comparación de grupos 1 vs. 2 ante el examen B: El examen B fue tomado por los 74 y 137 alumnos del grupo 1 y 2, respectivamente. En el grupo 1, la calificación promedio fue de 74.7 ± 10.7 (IC 95%, 72.2 – 77.2), mientras que en el grupo 2 la calificación promedio fue 56.0 ± 9.3 (IC 95%, 54.4 – 57.6); la diferencias fue estadísticamente significativa: p < 0.0001 (Cuadro 4). Los porcentajes de aprobación para los grupos 1 y 2 fueron de 67.57% (50 de 74) y 6.57% (9 de 137), respectivamente. Discusión Entre los signos distintivos de la sociedad actual, hay tres tendencias que alcanzan a impactar en la educación en general, incluyendo desde luego a la medicina. La primera es identificar a lo nuevo como algo notoriamente superior a lo que se utilizó anteriormente. La segunda es descalificar radicalmente a lo tradicional o lo clásico y, la última es el querer modificar estrategias constantemente, muchas veces sin contar con fundamentos científicos sólidos que acrediten la necesidad del cambio. La corriente educativa universitaria, en el sector público y privado, se basa en el aprendizaje y no en la enseñanza; el aprendizaje se plantea como el único modelo educativo que -16.2 -20 55 60 65 70 75 80 85 90 95 Promedio del examen A y del examen B DE (SD, desviación estándar) reúne las características, en su estructura, para resolver la problemática de generar profesionales capaces de desafiar las situaciones complicadas que se reconocen en el mundo de hoy. En nuestros días se considera que el modelo tradicional de la enseñanza, la cátedra magistral, la memorización de conocimientos, parecen ser modalidades obsoletas que condujeron a formar profesionales no bien preparados, incapaces de hacerle frente al futuro de la medicina y de otras disciplinas profesionales. Aunque el planteamiento que se nos hace pudiera ser correcto, resulta claro que los maestros de la mayoría de las instituciones académicas del presente fueron formados con modelos diferentes a los que hoy se proponen como la solución en la formación de profesionales. Por consecuencia, hacemos un llamado a la cautela o a la moderación y a no innovar solo por cambiar los modelos para formar a los profesionales del futuro. Debemos plantearnos el utilizar el método científico, la investigación educativa, como la alternativa ideal para identificar con certidumbre que lo que estamos implementando en la formación de los médicos del futuro, es lo válido o lo correcto. En este estudio, utilizando el método de evaluación como la variable para análisis, se identifica con claridad que la aptitud de los alumnos del plan de estudios actual no fue diferente al ser evaluados con dos modalidades muy diferentes, la estrategia actual, fundamentada en la aplicación del conocimiento o en el razonamiento clínico y, el método anterior, basado más en evaluar conocimientos en la memoria. Las diferencias entre los promedios y en los porcentajes de aprobación, muestran la falta de significancia estadística. Por consecuencia, el modelo educativo actual permite que los alumnos se desempeñen en una forma equivalente ante dos instrumentos de evaluación con una estructura diferente. Estos hallazgos indican que, una vez que un conocimiento es Aptitud de los alumnos de pregrado de la carrera de Medicina ante dos modelos de evaluación: El caso de Endocrinología Cuadro 4. Comparación de aptitudes de los grupos 1 y 2 en el examen B. Participantes (n) Calificación promedio IC 95% para el promedio Aprobados (%) Calificación mínima Calificación máxima Menor a 70 n (%) 70-80 n (%) 81-90 n (%) 91-100 n (%) Grupo 1 74 74.7 ± 10.7 72.2 – 77.2 67.57% 54 94 24 (32.43) 29(39.19) 14 (18.92) 7 (9.46) Grupo 2 137 56.0 ± 9.3 54.4 – 57.6 6.57% 34 76 128 (93.43) 9(6.57) 0 0 p < 0.0001 aprendido pensando en función de su utilidad, su uso en la resolución de situaciones clínicas o ante evaluaciones de conocimientos memorizados, no aumenta o disminuye la aptitud del alumno. Sin embargo, ya que el objetivo principal en la formación de un médico es el prepararlo para resolver problemas de salud o el poseer habilidades y competencias que le permitan resolverlos, es lógico insistir en que debe evaluarse la aplicación de un conocimiento y no la capacidad de retención de conocimientos en su memoria. Por otro lado, al ubicar el modelo de educación como la variable para análisis, confrontar un mismo examen, orientado a evaluar el conocimiento almacenado en la memoria, la comparación de la aptitud de los alumnos del nuevo método contra los del anterior resultó muy evidente y significativo estadísticamente hacia el mejor desempeño de los alumnos del plan de estudios actual. El porcentaje de aprobación fue de 67% vs. 6% en los alumnos del plan anterior. Al ser visto en una forma general, estos hallazgos parecieran indicar que el esquema basado en el aprendizaje y en la aplicación del conocimiento, resulta más completo, ya que le permite al alumno desempeñarse mucho mejor cuando es sometido a una evaluación de sus conocimientos en memoria. Sin embargo, el nuevo modelo educativo de nuestra Facultad, que intensifica la participación del alumno en las clases teóricas, también va acompañado de otras directrices. Las proporciones con que contribuyen a la calificación final, las diferentes actividades del curso, seguramente hacen sinergia con el modelo educativo basado en el aprendizaje para alcanzar un mejor desempeño de los alumnos del plan de estudios actual. Es indudable, que desde el punto de vista del alumno el hecho de que su participación en clase tenga un impacto positivo o negativo en su 111 calificación final de 1.5 puntos vs. 16 puntos en el plan de estudios actual, es un incentivo que obliga al alumno a preparar su clase diariamente. Si a lo anterior le añadimos que en el esquema educativo previo, el modelo es menos participativo al estar basado en la enseñanza y la conferencia magistral, hace que el alumno no estudie diariamente su clase y que, por consecuencia, tenga una sobrecarga de material por aprender o preparar para su evaluación al término del curso. Esto, sin duda alguna, establece una diferencia clara en el desempeño actual de nuestros alumnos al ser comparados con los del plan de estudios anterior. De hecho, aunque estos datos no son mostrados en la sección de resultados, el porcentaje de aprobación en los exámenes de los últimos cinco años en el curso de endocrinología, oscilaba habitualmente entre 12% y 30%; nunca con un porcentaje de aprobación igual o mayor a 45%. Nuestros hallazgos nos permiten concluir que la combinación de un modelo educativo centrado en el aprendizaje, en la acentuada participación del alumno en la clase, aunado a una forma de evaluación que estimule la obligación de preparar diariamente su clase y bajo un esquema en donde constantemente se señale la aplicación del conocimiento en la vida real de la práctica médica, es el rumbo que debemos continuar fortaleciendo en la formación de nuestros futuros médicos. No podemos olvidar que, como sucede en nuestra Facultad de Medicina, la principal determinante de una buena institución académica, seguirá siendo, su plantilla de docentes; esto se refleja en el currículo, en el modelo educativo, en la actitud de los alumnos, en las plataformas electrónicas, en los proyectores de material didáctico y en todo. Por último, realizar investigación educativa, en todas las oportunidades que lo justifiquen, fortalecerá las acciones que ya hemos iniciado al impartir nuestras clases o nos permitirá reconsiderar las situaciones que no estén mostrando objetivamente tener un impacto en la aptitud de los estudiantes de la carrera de medicina. Referencias 1. Greenhald T. How to read a paper. The basics of evidence based medicine. London England: BMS Publishing Group, 2007. 2. Bero R, Rennie D. The Cochrane Collaboration: Preparing, maintaining, and disseminating systematic reviews of the effects of health care. JAMA 1995;274:1935-1938. 3. 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Resumen Objetivo: Analizar retrospectivamente la importancia del tiempo entre el inicio y el manejo de la torsión testicular en nuestra institución y su incidencia estacional. Método: Se revisaron 37 expedientes de pacientes con diagnóstico de torsión testicular atendidos en nuestra institución del año 2002 al año 2006. Se evaluaron: edad, horas transcurridas al solicitar atención médica y al manejo definitivo, testículo afectado, estación del año y el manejo realizado. Se dividieron en dos grupos, quienes solicitaron atención médica con evolución menor a seis horas (n = 15) Grupo A y con evolución de más de seis horas (n = 22) Grupo B. Se realizó ultrasonido testicular a todos los pacientes. Resultados: El testículo izquierdo fue afectado en 53% Grupo A, en 82% Grupo B. Incidencia en meses de otoño invierno: 73% Grupo A; 77% Grupo B. Edad promedio de 18 años en el Grupo A y 11 años en el Grupo B. El Grupo B fue tratado con orquiectomía unilateral y fijación testicular. El grupo A fue subdividido en los casos que se les realizó este procedimiento: 6 (40%) y en los que se alcanzó a salvar el testículo y se fijó el contra lateral: 9 (60%). El tiempo promedio de inicio del padecimiento fue de 3.7 y 4.1 horas y el tiempo promedio en que fueron manejados quirúrgicamente después de iniciado el padecimiento fue de seis y 6.8 horas, respectivamente. Conclusiones: La torsión testicular es una urgencia urológica que requiere de atención inmediata. El diagnóstico es clínico, debiendo evitarse el retraso en el manejo. Unos cuantos minutos pueden hacer la diferencia. Correspondencia: Dr. Jesús D. Gutiérrez García. Servicio de Urología del Hospital Universitario José Eleuterio González. Universidad Autónoma de Nuevo León. Av. Francisco I. Madero y Av. Gonzalitos s/n Col. Mitras Centro C.P. 64460 Monterrey, Nuevo León, México. Teléfono (+52 81) 8333 1713. Correo electrónico: jdgg2@yahoo.com 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 113 Importancia del tiempo en el manejo de la torsión testicular KEY WORDS Testicular Torsion; Testicular ultrasound; Urological emergency; Mexico. Importance of time in the management of testicular torsion Abstract Objective: To analyze the importance of time between the first symptoms and the management of testicular torsion in our institution as well as the seasonal incidence. Patients and methods: The clinical charts of 37 patients diagnosed with testicular torsion in our institution between 2002 and 2006 were reviewed. We evaluated age, amount of time between the first symptom and seeking medical attention, affected testicle, season of the year and the treatment provided. Patients were divided in two groups; Group A, 15 cases who sought medical attention with less than six hours of evolution and Group B (22 patients) those with an evolution longer than six hours. Testicular ultrasound was performed on every patient. Results: The left testicle was affected in 53% of Group A, and in 82% of Group B. The incidence of this pathology in autumn and winter was of 73% for Group A and 77% for Group B. The mean age for Group A was 18 years and 11 years for Group B. Every patient in Group B underwent surgical treatment consisting of orchiectomy and testicular fixation of the contralateral testis. Group A was divided in patients that underwent this same procedure: 6 (40%), and those in which both testicles were fixated: 9 (60%). The mean time between the first symptom and looking for medical attention was of 3.7 hours in group A, and 4.1 hours in group B, the mean time between the first symptom and surgical treatment was 6 hours in Group A and 6.8 hours in Group B. Conclusions: Testicular Torsion is a urological emergency that requires immediate attention. The diagnosis is clinical, surgical treatment should not be delayed. A few minutes could be the difference. Introducción La torsión testicular es una patología que se presenta mas frecuentemente en menores de 25 años.1 Fue descrita por primera vez en 1840; sin embargo, hasta 1907 fue considerada como una emergencia vascular.2 El tratamiento debe ser instituido dentro de las primeras seis horas desde su inicio, de lo contrario el testículo puede presentar un daño irreversible y por consecuencia no ser salvado.3 De ahí la importancia de efectuar el diagnóstico lo más pronto posible y evitar situaciones que hagan perder tiempo para el tratamiento quirúrgico. En el presente estudio se llevó a cabo un análisis retrospectivo de 37 pacientes que acudieron a nuestro hospital con diagnóstico de torsión testicular. Métodos Se revisaron 46 expedientes de pacientes que acudieron al servicio de urgencias de nuestro hospital entre el 2002 y 2006. El criterio de inclusión fue únicamente que el diagnóstico final fuera el de torsión testicular. Se excluyeron nueve casos que no presentaron esta condición. El diagnóstico fue verificado mediante la nota quirúrgica. Un total de 37 pacientes cumplieron el criterio para ser incluidos en este análisis retrospectivo. Se evaluaron: edad, las horas transcurridas entre el inicio del padecimiento y momento de solicitar atención médica con la diferencia de horas transcurridas al momento del tratamiento definitivo, testículo afectado, estación del año en que se presentó el padecimiento y el tratamiento realizado. Se dividieron los pacientes en dos grupos. Los pacientes que solicitaron atención médica con una evolución menor a seis horas (n = 15) se colocaron en el grupo A y los que tenían evolución de más de seis horas en el grupo B (n = 22). Se les realizó ultrasonido testicular tipo Doppler a todos los pacientes. Resultados La edad promedio fue de 18 años en el grupo A y 11 en el grupo B. El testículo izquierdo fue afectado en 53% de los pacientes del grupo A, comparado con 82% del grupo B. Del grupo A, 73% presentó el padecimiento en los meses de otoño e invierno comparado con 77% del grupo B, como se observa en la Figura 1. Todos los pacientes del grupo B fueron tratados con orquiectomía unilateral y fijación testicular contralateral. El promedio de inicio del padecimiento en cada grupo se muestra en la Cuadro 1. El grupo A fue subdividido de la siguiente manera: los casos a los que se les realizó orquiectomía y fijación contralateral: seis (40%), y en los que se alcanzó a salvar el testículo y se fijó el testículo contralateral: nueve (60%). El tiempo promedio de inicio del padecimiento en este subgrupo de pacientes fue de 4.1 y 3.7 horas y el tiempo promedio en que fueron tratados quirúrgicamente después de iniciado el padecimiento fue de 6.8 y seis horas, Respectivamente. Esto se muestra en la Cuadro 2. 114 Gutiérrez-García JD. et al Cuadro 1. Algunas características generales. Figura 1. Incidencia por época del año. Estación Edad Testículo afectado Izquierdo Derecho 18 20 Tiempo de inicio promedio 11 Grupo B (n = 22) 11 8 (53%) 7 (47%) 3:40 horas 18 (82%) 4 (18%) 69 horas Otoño / invierno 15 Edad Grupo A (n = 15) 28 5 4 10 Primavera / verano 5 0 Grupo A Grupo B Cuadro 2. Relación del tiempo entre la solicitud para atención y el tratamiento definitivo. Tiempo de inicio Tiempo de inicio hasta el tratamiento Orquiectomía + fijación (n = 6) 4:05 horas/minutos Orquidopexia + fijación (n = 9) 3:45 horas/minutos 6:50 horas/minutos 6 horas Discusión Conclusiones La torsión testicular ocurre generalmente sin una etiología aparente;4 el grado de isquemia depende del tiempo de evolución y del numero de rotaciones del cordón espermático sobre su mismo eje.1 En nuestra casuística, se logró recuperar el testículo en 90% de los casos sometidos a intervención quirúrgica con la intención de corregir el testículo afectado en un periodo menor a seis horas; 60% si fue antes de 12 horas y en ningún caso entre las 12 y 24 horas, comparado con 90%, 50% y 10% informado por Davenport.5 El tiempo promedio que pasó entre el que el paciente llegó a solicitar atención médica y el tiempo en el que se abrió la piel del escroto para realizar el tratamiento fue de dos horas y 35 minutos. El tiempo de demora fue distribuido en la atención del médico de primer contacto, la solicitud de atención del especialista del área, la solicitud de estudio de imagen para corroborar el diagnóstico, el traslado al quirófano, el tiempo en la aplicación de anestesia. En la evaluación de los tiempos, el rubro donde se utiliza más tiempo es en la solicitud del estudio de imagen. La solicitud de este estudio debe realizarse sólo si el tiempo de realización es muy corto.6 La prevalencia estacionaria de este padecimiento ha sido descrita por algunos autores.3,7,8 La mayoría opina que la mayor frecuencia se encuentra en las estaciones de frío, como fue observado en nuestra revisión. No existe una explicación clara para este fenómeno, sin embargo, la época del año y los síntomas del enfermo deben ser tomados en cuenta para el diagnóstico final. La torsión testicular es una enfermedad que se presenta antes de los 20 años en nuestro medio, afecta principalmente al testículo izquierdo. Tiene predilección por presentarse en los meses de otoño e invierno. Si el diagnóstico clínico sugiere torsión testicular, no deben realizarse estudios que retrasen el tratamiento definitivo, mucho menos si el tiempo de inicio es limítrofe. Algunos minutos pueden ser la diferencia entre salvar o no la gónada. Referencias 1. Ringdahl E, Teague L. Testicular torsion. Am Fam Physician 2006;74:1739-1743. 2. Pentyala S, Lee J, Yalamanchili P, et al. Testicular Torsion: A Review. J Low Genit Tract Dis 2001;5:38-47. 3. Williams CR, Heaven KJ, Joseph DB. Testicular torsion: is there a seasonal predilection for occurrence? Urology 2003;61:638-641. 4. Noske HD, Kraus SW, Altinkilic BM, et al. Historical milestones regarding torsion of the scrotal organs. J Urol 1998;159:1316. 5. Davenport M. ABC of general surgery in children. Acute problems of the scrotum. BMJ 1996;312:435-437. 6. Cuckow PM, Frank JD. Torsion of the testis. BJU Int 2000;86:349-353. 7. 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Abstract The therapeutic options for patients with multivessel coronary artery disease, consist of pharmacological treatment, percutaneous coronary intervention and coronary artery bypass graft surgery. The ultimate goal of this surgery is to achieve complete revascularization with conduits that remain permeable for the remainder of the life of the patient. Some of the conduits used in this type of surgery, are the great saphenous vein, the internal thoracic artery, the radial artery and the ulnar artery. For a vascular conduit to be selected as a coronary revascularization graft, it must exhibit the following characteristics: sufficient length, lumen diameter and thickness of the vessel wall. It must also have minimal in situ ischemic consequences and an acceptable permeability over time of the conduit. Recent literatures of these conduits, as well as the importance of morphological and imaging studies are reviewed in this article. PALABRAS CLAVE Conductos; Injerto; Revascularización; Arterias coronarias; México. Conductos para los injertos de revascularización miocárdica; la importancia de la morfología y las imágenes Resumen Entre las opciones terapéuticas para los pacientes con enfermedad de las arterias coronarias de múltiples vasos, están el tratamiento farmacológico, la intervención Corresponding autor: José Miguel Hinojosa-Amaya. Avenida Madero y Dr. Aguirre Pequeño s/n Col. Mitla Centro CP 64460. Phone: (81) 8329 4171. Department of Human Anatomy, UANL School of Medicine, Monterrey, Nuevo León, México. E mail: rod_omana@yahoo.com 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 116 PALABRAS CLAVE Conductos; Injerto; Revascularización; Arterias coronarias; México. Hinojosa-Amaya JM. et al coronaria percutánea y la cirugía de derivación de las arterias coronarias con injerto. El objetivo último de este tipo de cirugía es alcanzar una revascularización completa, con conductos que permanecerán permeables durante el resto de la vida del paciente. Algunos conductos que han sido utilizados en este tipo de cirugía son la vena safena mayor, la arteria torácica interna, la arteria radial y la arteria cubital. Algunas de las características indispensables para que un conducto vascular pueda ser elegido como injerto de revascularización coronaria son: longitud suficiente, diámetro de la luz vascular, grosor de la pared del vaso, las consecuencias isquémicas in situ y el tiempo de permeabilidad del conducto. En este artículo se revisó la literatura reciente concerniente a estos conductos, así como de la importancia morfológica y de los estudios de imagen. Introduction Internal Thoracic Artery (ITA) The therapeutic options for patients with multivessel coronary artery disease, consist of pharmacological treatment, percutaneous coronary intervention and coronary artery bypass graft surgery.1 The pharmacological treatment must be used in all cases, either as the only treatment or before and after the percutaneous intervention or coronary bypass surgery.2 Percutaneous intervention with the use of stents is preferred when there is severe disease of only one vessel that does not involve the proximal left anterior descending artery (LAD) or the left coronary artery.2 Recently developed drug-eluting stents were expected to decrease some of the limitations of percutaneous coronary intervention using metallic stents; however, recent publications question the clinical and cost-benefit outcomes of medicated stents in coronary artery disease.3,4 This has renewed interest in the medium- and long-term outcomes of coronary bypass surgery. Coronary bypass surgery is indicated in patients with significant stenosis of the left coronary artery, stenosis of 70% of the proximal LAD and of the circumflex artery and in patients with three or more diseased vessels.1,2,5 The ultimate goal of this surgery is to achieve complete revascularization with conduits that remain permeable for the remainder of the patient’s life.1 Some of the conduits used in this type of surgery are the great saphenous vein, the internal thoracic artery, the radial artery5 and the ulnar artery.6 For a vascular conduit to be selected as a coronary revascularization graft, it must exhibit the following characteristics: sufficient length, lumen diameter and thickness of the vessel wall. It must also have minimal in situ ischemic consequences and an acceptable permeability over time of the conduit.6 In 1980, the long-term survival benefit was demonstrated convincingly with a pedicle graft from the left internal thoracic artery (ITA) to the LAD. This benefit results from increased graft permeability over time compared with the GSV graft.9 The permeability over time for the left ITA graft is 96.4% and for the right ITA is 88.3% (Table 1).7 The coronary territory that is grafted via this conduit modifies its permeability over time, making it 99%, 97% and 93% at five, 10 and 15 years, respectively, for the left ITA to the LAD8 and 97%, 92% and 89% at five, eight and 10 years, respectively, for the circumflex artery.8 For a graft from the right ITA to the LAD, the life expectancy is 95%; to the circumflex artery, it is 90%; and to the right coronary/posterior descending artery, it is 83% (Table 2).8 Since then, coronary bypass surgery using the ITA as a pedicle graft on the LAD has been considered the standard;9 the ITA is recognized by cardiothoracic surgeons and cardiologists as the most effective and reliable coronary revascularization conduit.10 The ITA is a conduit that has a length of 14.3 cm and a diameter that varies from 1.75 mm to 2.75 mm (Table 3).11 The thickness of the arterial wall has not been studied morphologically. The clinical consequences of its extraction are minimal, except when there is a bilateral use of these arteries.2,13 Great Saphenous Vein (GSV) In 1968, Favaloro reported the first successful coronary artery bypass surgery using the saphenous vein as a graft.5 The high incidence of failure of saphenous vein grafts has led to an extensive use of arterial conduits.7,8 The overall permeability over time is 61% between five and 10 years (Table 1), and is not affected by the vascular territory grafted (Table 2).8 Bilateral use of the Internal Thoracic Artery The benefits of using a second ITA are not clear, despite the amount of literature on the subject.7 After an adjustment for risks, it was concluded that there is a benefit to the survival and less chance of re-intervention with the use of both internal thoracic arteries.7 However, the long duration of the operation is of concern, as well as the increased risks of morbidity in patients who are elderly, obese, diabetic or who have chronic respiratory disease. These patients have an increased risk of sternal wound infection, which represents a relative contraindication to the bilateral use of the ITAs.12,13 Furthermore, the right ITA occasionally does not reach the territories of the circumflex and posterior descending arteries.13 117 Conduits for myocardial revascularization grafts: The importance of morphology and imaging Table 1. Different studies that evaluate the permeability over time of some of the vascular conduits used as grafts in coronary graft surgeries. Author Conduit Saphenous vein Collins, 20081 Radial artery Saphenous vein Verma, 20045 Left thoracic artery Saphenous vein Buxton, 20097 Left thoracic artery Tatoulis, 2004 Tatoulis, 200213 8 Desai, 200414 Permeability / Time 86% / 1 year 75% / 5 years 92% / 1 year 80% / 5 years 85% / 1 year LAD Cx RCA/PDA Saphenous vein 60.20% 61.20% 61.60% Left thoracic artery 97.10% 91.70% - Right thoracic artery 94.90% 90.10% 83.10% Radial artery 87.10% 91.60% 88.20% LAD = Left anterior descending artery, Cx = Circumflex artery, RCA/PDA = Right coronary artery/Posterior descending artery. Tatoulis, 2004.8 90% / 10 years 60% / 10 years 20% / 20 years 97% / 12 years Saphenous vein Left thoracic artery 96% / 6 years Right thoracic artery 88% / 7 years Radial artery 89% / 6 years Radial artery 90% / 1 year Radial Conduit 50% / 10 years 85-92% / 15 years 61% / 8 years Saphenous vein Table 2. The permeability percentage of coronary bypass conduits in 6 years, depending on the vascular territory grafted. 86% / 1 year 40-50% / 10 years 91% / 10 years Radial Artery (RA) In 1992, Acar and colleagues revived the use of the radial artery (RA) as a graft conduit for myocardial revascularization by publishing a study of 104 patients who had received a radial artery graft since 1989.5,7,13 The study showed that the RA represents a reasonable alternative to other conduits that complement the left ITA.5 The radial artery has been rapidly gaining popularity because of its diameter, length, safety and ease of extraction, in addition to presenting good results in the medium- and long-term.12 Currently, it is considered the second-choice conduit, following the left ITA and coming before the right ITA.8,12 The permeability over time in the medium- and long-term for the RA as a graft conduit for myocardial revascularization varies from 87.5% to 96.5%10 (Table 1), and seems not to be affected by the vascular territory grafted. The permeability over time for the LAD is 87% (significantly lower than the ITA); for the circumflex, 92% (similar to ITA); and for the right coronary/posterior descending artery, 88%, longer than for the right ITA (Table 2).8 All have been shown to be superior to the GSV.1,5,7-9,13,14 The RA is commonly anastomosed to the circumflex artery, the right coronary artery or the posterior descending artery;7,8,12,13 the Roux-en-Y anastomosis is recommended (from an ITA graft to the coronary) on the aorto-coronary anastomosis, with the goal of avoiding manipulation of the aorta during surgery with the heart beating,7,12 in addition to enabling greater conduit length.12 Some of the advantages that the RA graft offers are an adequate length to anastomose, including distal portions of obtuse marginal arteries; its lumen is comparable to those of coronary arteries; its thicker wall enables anastomosis, both proximal and distal, which is less demanding for the surgeon.5,13,15 In addition, the vasa vasorum of the RA do not penetrate the tunica media, so it is assumed that they are not necessary for arterial nourishment, making the RA an ideal conduit to use as a free graft.15 Compared to the right ITA, the RA is larger and easier to manipulate; easier to prepare; can be extracted at the same time as the left ITA, which reduces surgery time; is better able to revascularize more remote branches than the pedicle of the right ITA; and avoids the risk of sternal infections caused by bilateral dissections of the ITAs.5,9 The RA has proved to be an extremely versatile conduit and its use has been associated with extremely satisfactory clinical and angiographic results.13 The disadvantages of using the RA include the contraindications, which are poor collateral circulation, atheromatous plaques, damage by trauma or canalization, arteriovenous fistula for hemodialysis, vasculitis and Raynaud’s syndrome.5 There is also a risk of sensory and motor dysfunction in the hand.5,13,16-20 The biggest disadvantage, which affects long-term performance, is the propensity for the RA to suffer spasms5,13-15 resulting from decreased or challenged blood flow.14,15 This is due to the great thickness of the arterial wall and the density and organization of myocytes in the tunica media.8,12,14,15 The use of the RA is based on the assumption that there is adequate collateral blood flow to the hand by the ulnar artery.21 The reason for this is a conviction based on classical anatomy that indicates that the ulnar artery is the dominant artery of the forearm and sacrificing the RA is safe.21,22 The RA is a conduit 21.5 cm in length, with an average proximal diameter of 4.25 mm and a distal diameter of 3.25 mm.11 The thickness of the arterial wall has not been determined (Table 3). The clinical consequences 118 Hinojosa-Amaya JM. et al Table 3. Studies and morphological characteristics of some of the vascular conduits used as grafts in coronary bypass surgery. Author Conduit Morphological Characteristics Length (cm) Diameter (mm) Thickness 14.3 1.75 – 2.75 - Elizondo-Omaña, 2003 Thoracic artery Elizondo-Omaña, 2003 Radial artery 21.5 3.25 – 4.25 - Hinojosa, 2005 Ulnar artery 19.02 1.96 – 2.45 - of extraction of this conduit are rare and include paresthesia and general weakness of the hand, in addition to a reported case of acute ischemia of the hand.5,13,16-20 Ulnar Artery (UA) In 1998, Buxton documented reports in the literature of use of the ulnar artery (UA) as a myocardial revascularization conduit,21 and it has been used by other surgeons.23 The use of the UA in this procedure is possible, albeit not very popular, even when there has been low morbidity reported at the donor site.6,22 No evidence of myocardial ischemia that would suggest graft failure in coronary arteries has been reported.21 The UA originates from the bifurcation of the brachial artery in the elbow crease, where it is considered dominant; however, it issues ulnar recurrent branches and the common interosseous artery (CIA), distal to where the UA reduces its caliber.6,21,22,24 It has been reported that the RA is the main artery in the irrigation of the hand.6,23,24 This distal zone at the origin of the CIA and proximal to the wrist is selected, thus conserving the collateral circulation to the hand via the CIA by its anastomosis with carpal and palmer arches.6,21 The major concerns with the use of the UA for surgeons are its proximity to the ulnar nerve and the fact that they are incorporated in the same sheath; nevertheless, no evidence has been reported of neurological dysfunction resulting from the manipulation of the ulnar nerve or the section of the vasa nervorum from the UA.21 Until now, no anatomical or hemodynamic reasons have been found to prefer the use of the RA over the UA.6,22 The UA is a conduit 19.01 cm in length, with a proximal diameter of 2.45 mm and a distal diameter of 1.96 mm.6 The thickness of the UA wall has not been studied (Table 3). There have been no reports of clinical consequences at the extraction site with the use of this artery; nevertheless, there are fears of ulnar nerve damage.6,21 The Importance of Morphological Studies Documenting the anatomical characteristics of the blood vessels used as graft conduits in coronary bypass surgery for myocardial revascularization can contribute to advances in surgical techniques6,21,25 and the selection of the best conduit.6,11 In our Department of Human Anatomy, several morphological studies that concern the myocardial revascularization conduits have been done.6,11,25 In a comparative study between ITA and RA morphology, the length of the vessels were found to be 14.3 cm and 21.5 cm, respectively,11 clearly showing the convenience of the RA in the revascularization of the more distal arteries, especially when used as a composite graft to be anastomosed with the left ITA.5,7,12,13,15 The average diameters of the proximal ends of the arteries were 2.75 mm and 4.25 mm, respectively, and those of the distal ends were 1.75 mm and 3.25 mm,11 showing that the RA has almost twice the diameter of the ITA. In a morphological study to characterize the UA, its diameter was found to be 2.45 mm in the region distal to the origin of the CIA and 1.96 mm at the level of the wrist.6 The diameter at the level of the wrist is similar to what was found in the morphological study of palmar arches, which is 1.87 mm.25 Comparing these diameters with those found for the RA by Elizondo-Omaña (proximal: 4.25 mm, distal: 3.25 mm), it was observed that both RA diameters are greater than those from the UA, including at the level of the wrist,6,10 supporting the theory that the RA is the main artery that irrigates the hand.6,22,24 However, there are no studies that morphologically compare these two arteries in the same corpse. It is important to note that the vascular conduits most used as grafts in coronary bypass surgery have morphological characteristics that make them different from the coronary arteries. The Importance of Imaging Studies Because of the existence of variations in the forearm arteries and in the anastomotic arches of both arteries at the level of the hand,6,21,25 it is mandatory to prove that the hand circulation is adequate before removing any of the arteries of the forearm. The Allen test is the most often used to prove this.6,12,25,26 However, a preoperative Allen test may result in a false negative.12,26 Other tests that are used to make the evaluation more objective are angiography, the Allen test modified by pulse oximetry,26 plethysmography with five channels, color Doppler ultrasonography22,26 and monitoring the changes in flow velocity in the ulnar artery.27 Angiography is the gold standard to demonstrate arterial permeability; however, it is only indicated in special cases because it is invasive, costly and has a risk of Conduits for myocardial revascularization grafts: The importance of morphology and imaging causing anaphylaxis. The Allen test modified by pulse oximetry makes the evaluation of collateral circulation more objective.26 With Doppler echocardiography, it is possible to measure the diameter of each artery as well as its flow by diameter and flow velocity by diameter;22,26 nevertheless, the limiting factor is that normal and abnormal parameters have not been determined for Doppler ultrasonography.26 There is a controversy over the hemodynamic dominance of the hand arteries, because there are studies that support the ulnar artery as the dominant artery,26 while others say the radial artery is dominant.22 Currently in our department, comparative morphological studies between the coronary arteries and the conduits most frequently used in coronary bypass surgery are being developed. In addition, research on the adaptive changes and the remodeling that vascular conduits experience when exposed to a different environment than where they originated are being conducted. In order to choose the most appropriate vascular conduit for coronary bypass surgery, it is necessary to perform comparative studies of the morphological and imaging characteristics of these conduits in the near future. References 1. Collins P, Webb C, Chong C, et al. Radial Artery Versus Saphenous Vein patency randomized Trial: Five-year angiographic follow-up. Circulation 2008;117: 2859-2864. 2. Eagle KA, Guyton RA, Davidoff R, et al. ACC/AHA 2004 update for coronary artery bypass surgery: a report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. American Heart Association Web Site, 2004. 3. Taggart DP. Coronary revascularisation. BJM 2007;334: 593594. 4. Babapulle MN, Joseph L, Belisle P, et al. A hierarchical Bayesian meta-analysis of randomised clinical trials of drugeluting stents. Lancet 2004 ;364:583-591. 5. Verma S, Szmitko P, Weisel R, et al. Should radial arteries be used routinely for coronary artery bypass grafting? 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Aceptado: Marzo 2010 PALABRAS CLAVE Enfermedad de Crohn; Terapia celular; Células madre hematopoyéticas; Trasplante autólogo; Trasplante alogénico; España. Resumen A pesar de una correcta optimización en el uso de los tratamientos actualmente disponibles para el manejo de los pacientes con enfermedad de Crohn, existe una proporción de pacientes que presentan refractariedad a estas terapias y la cirugía representa el único medio de controlar el proceso inflamatorio. Además, en algunos pacientes la cirugía tampoco se puede considerar una alternativa válida ya sea por la extensión o por la localización de las lesiones. En los últimos años se ha producido un notable avance en el desarrollo de nuevas alternativas terapéuticas siendo la aplicación de la terapia celular la que más resultados prometedores ha ofrecido hasta la actualidad. El trasplante de células madre, hematopoyéticas o mesenquimales, ya se ha aplicado en humanos en múltiples enfermedades graves crónicas de base autoinmune o inflamatoria, con resultados positivos. Las células madre se caracterizan por ser células indiferenciadas que a través de su replicación tienen la capacidad de diferenciarse en células maduras especializadas. Las propiedades inmunomoduladoras de estas células y su capacidad de regeneración de tejidos les confieren un potencial terapéutico en enfermedades crónicas de base autoinmune e inflamatoria. El trasplante de células madre ha demostrado ser eficaz para la inducción y el mantenimiento de la remisión clínica en casos de enfermedad de Crohn grave refractaria. Sin embargo, este es un tratamiento no exento de posibles complicaciones por lo que debe ser considerado sólo en pacientes seleccionados y debe realizarse en centros con experiencia. KEY WORDS Crohn’s disease; Cell therapy; Hematopoietic stem cell; Autologous transplant; Allogenic transplant; España. Stem cell treatment for Crohn’s disease Abstract Although an optimized use of current available treatments for the management of Crohn’s disease, there is a subset of patients who will not respond to these therapies. Furthermore, there are selected cases in which surgery cannot be considered a valid Correspondencia: Dr. Julián Panés. Departamento de Gastroenterología. Hospital Clínico de Barcelona. Villarroel 170. 08036 Barcelona, España. Teléfono: (+34) 932275418; Fax: +34 93227 9387. Correo electrónico: jpanes@clinic.ub.es 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 121 Tratamiento con células madre para la enfermedad de Crohn alternative, either due to the extension and / or to the location of the lesions. In recent years, there has been a great amount of data supporting the development of new and alternative therapies, such as cell therapy that have provided promising results to date. Stem cell transplant, hematopoietic or mesenchimal has already been applied in humans in cases of severe and chronic diseases with positive results. Stem cells are undifferentiated cells that through replication have the capability of both, self-renewal and differentiation into mature specialized cells. The immunomodulatory properties of these cells and their ability to regenerate tissues confers them a potential therapeutic benefit in immune-mediated conditions. Hematopoietic stem cell transplant has been proved effective for induction and maintenance of clinical remission of severe, refractory Crohn’s disease. However, this treatment is not exempt of potential toxic effects and should thus be considered only in selected cases and performed in experienced centers. Introducción Tipos de células madre El tratamiento de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), que engloba principalmente dos entidades, la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn (EC), se basa en el uso de agentes antiinflamatorios no específicos como son los aminosalicilatos, los corticoides, los inmunosupresores y los fármacos anti-TNF-α. Los objetivos del tratamiento de la EII incluyen la inducción y el mantenimiento de la remisión clínica a largo plazo libre de corticoides, la cicatrización de las lesiones mucosas y la reducción de complicaciones como por ejemplo la necesidad de cirugía entre otras.1 Sin embargo, a pesar de la optimización en el uso de tratamientos inmunosupresores y anti-TNF-α, la necesidad de resección intestinal en la EC no se ha modificado en las últimas décadas.2 Por otro lado, existe un subgrupo de pacientes a los que no se les puede ofrecer un tratamiento quirúrgico como alternativa válida, ya sea por la extensión o por la localización de las lesiones. Por este motivo son necesarios nuevos enfoques terapéuticos, que en condiciones ideales, deberían poder alterar el curso natural de la enfermedad. La terapia celular, que tiene como objetivo intentar restablecer el sistema inmunológico, está siendo considerara como una opción de tratamiento para los pacientes con EC refractaria. Este tipo de terapias no se contemplan como tratamiento de la CU puesto que en caso de refractariedad al tratamiento médico la cirugía es una alternativa adecuada. En las últimas décadas, tanto en el ámbito clínico como experimental, se ha producido un notable interés por el desarrollo de nuevas terapias celulares para el tratamiento de enfermedades graves mediadas inmunológicamente, incluyendo la EC. Actualmente existen dos líneas de terapia celular, la terapia con células madre y terapias basadas en el uso de células inmunes tolerogénicas (células dendríticas y células T-reguladoras).3 La gran expectación que ha suscitado la terapia con células madre radica en las propiedades biológicas de estas células, en su capacidad de auto-renovación y regeneración de tejidos junto con su capacidad inmunomoduladora. Las células madre son células indiferenciadas que a través de la replicación tienen la capacidad de diferenciarse en células maduras especializadas.4 En términos generales existen dos tipos de células madre, las células madre embrionarias y las células madre adultas. Estas últimas se encuentran en todos los tejidos del organismo y funcionan como un reservorio para sustituir las células dañadas. En la médula ósea coexisten dos tipos de células madre, las células madre hematopoyéticas y las células madre mesenquimales que forman parte de la matriz estructural de la médula ósea, contribuyen a la hematopoyesis y tienen la capacidad de diferenciarse en varias estirpes celulares. Las células progenitoras hematopoyéticas se caracterizan por expresar las glicoproteínas CD34+, CD133+ o ambas. Los criterios establecidos por la Sociedad Internacional de Terapia Celular para definir las células madre mesenquimales son:1) adherencia al plástico de cultivo, 2) expresión de CD105, CD73 y CD90, 3) ausencia de expresión de marcadores hematopoyéticos como CD45, CD34, CD14, CD11b, CD19, CD79a y HLA-DR y 4) capacidad de diferenciarse en osteoblastos, adipocitos y condrocitos.5 El fundamento del trasplante con células madre hematopoyéticas consiste en el restablecimiento del sistema inmunológico tras la administración de una quimioterapia que elimina los linfocitos T auto-reactivos y las células memoria para crear una nueva estirpe de linfocitos tolerantes. Trasplante de células madre hematopoyéticas La práctica del trasplante de células madre hematopoyéticas como tratamiento primario de algunas enfermedades graves mediadas inmunológicamente (esclerosis múltiple, lupus eritematoso sistémico, entre otros) comenzó a finales de 1990 basándose en años de investigación previa en modelos animales y en el hallazgo de remisiones espontáneas de estas enfermedades en pacientes sometidos 122 a trasplante por trastornos hematológicos o procesos neoplásicos. En 1993 se reportó el primer caso de un paciente con EC sometido a un trasplante alogénico de células madre hematopoyéticas por un linfoma en el que se consiguió una remisión prolongada de su EC.6 Desde entonces se han reportado 25 casos de pacientes con EC sometidos a trasplante de médula ósea por procesos hematológicos o neoplásicos como indicación primaria. En 1995, se estableció un comité internacional para el desarrollo de guías protocolizadas que ha permitido un mejor conocimiento de esta terapia en términos de toxicidad, eficacia y mortalidad asociada.7 El trasplante de células madre puede ser alogénico, en el que las células provienen de otro individuo, (consanguíneo o no) o autólogo, en el que las células provienen del mismo paciente que se somete al procedimiento. Teóricamente, el trasplante alogénico debería estar asociado a una mayor probabilidad de curación puesto que se produce una reacción de “injerto contra huésped” que eliminaría las presuntas células T causantes de la enfermedad y se corrige la posible predisposición genética existente.8 Sin embargo, debido a la enfermedad del injerto contra el huésped (EICH), el trasplante alogénico se asocia con una mayor morbilidad y mortalidad. Por este motivo, la mayoría de los trasplantes realizados en las enfermedades inflamatorias y autoinmunes son autólogos. Recientemente se han publicado los resultados de un estudio en el que se han identificado tres mutaciones distintas del receptor de la interleucina-10 (IL10R) en pacientes que debutan con una EC a edad muy temprana con refractariedad a tratamientos médicos y quirúrgicos. Concretamente se detalla el caso de un niño con una EC grave, diagnosticada a los tres meses de vida, con historia de proctitis y enfermedad perianal refractaria requiriendo múltiples intervenciones quirúrgicas a lo largo del curso evolutivo de la enfermedad con episodios recurrentes de obstrucción intestinal. A los 9 años de edad fue sometido a un trasplante alogénico usando como donante a un hermano no portador de la mutación del receptor de la IL10. Después del trasplante se produjo una notable mejoría de la enfermedad perianal consiguiendo una remisión clínica prolongada en cuanto a la afectación luminal se refiere.9 Este estudio muestra un enfoque curativo de la EC grave refractaria mediante el trasplante alogénico que se justifica sobre la base de que en este caso la causa de la enfermedad podría considerarse de etiología monogénica. El trasplante autólogo se puede realizar con un régimen de acondicionamiento mieloablativo o no mieloablativo.10 En el primero se utilizan tratamientos específicos que destruyen la médula ósea por completo lo que resulta en una insuficiencia medular irreversible si no se reinfunden las células madre hematopoyéticas. Después de un régimen no mieloablativo, la recuperación hematopoyética se puede producir sin la infusión de las células madre, sin embargo, el trasplante posterior acorta la mielosupresión inducida por la quimioterapia.11 El argumento esencial a favor de los regímenes no mieloablativos es que la mortalidad relacionada con este Ordás I. et al tratamiento debe ser muy baja o nula para enfermedades no malignas habiéndose descrito una mortalidad inferior a 1% con este tipo de régimen. Respecto a la mortalidad, es muy importante resaltar que ésta disminuye cuando el trasplante se realiza en centros de referencia experimentados y los pacientes son adecuadamente seleccionados. El trasplante de células madre hematopoyéticas incluye varias fases. La fase de movilización, en la que se estimula la producción y liberación de células madre a la sangre periférica mediante el uso de quimioterapia y factores de crecimiento hematopoyético. La fase de aféresis, en la que a través de una vía venosa se recolectan las células madre que se han movilizado desde la médula ósea hacia la sangre periférica. Con esta técnica se logra una muestra hasta diez veces mayor que la obtenida de la médula ósea. Después de cada aféresis, las células madre recolectadas son congeladas y almacenadas utilizando sustancias nutritivas para evitar la muerte celular (fase de criopreservación; procedimiento exclusivo para los trasplantes autólogos). Posteriormente se realiza la fase de acondicionamiento, en la que se utilizan altas dosis de quimioterapia, habitualmente ciclofosfamida y anticuerpos anti-linfocitos (globulina anti-timocítica, ATG) con el propósito de eliminar el estado inmunológico preexistente del paciente y crear un espacio en la cavidad medular para la proliferación de las células madre trasplantadas. La última fase consiste en la infusión, a través de un catéter venoso central, de las células madre hematopoyéticas. Trasplante de células madre hematopoyéticas como indicación primaria para la enfermedad de Crohn Los primeros datos de eficacia del trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas para la EC provienen de un estudio fase I del grupo de Chicago en el que se incluyeron doce pacientes con EC activa moderada-grave (CDAI 250-358), refractaria a los tratamientos convencionales incluyendo los anti-TNF-α.12 La mayoría de los pacientes habían sido sometidos previamente una o más cirugías. El tratamiento utilizado para la fase de movilización fue ciclofosfamida 2 g/m2 junto con G-CSF 10 µg/kg/día, y para el acondicionamiento se empleó ciclofosfamida 200 mg/kg junto con ATG (equina) 90 mg/kg. Para la obtención de las células madre de sangre periférica se realizó selección positiva de las CD34+. El seguimiento inicial fue a los seis y doce meses post-trasplante y posteriormente de forma anual incluyendo evaluación clínica y endoscópica. Once de los 12 pacientes trasplantados entraron en remisión clínica sostenida (CDAI < 150) sin precisar tratamiento para el mantenimiento de la remisión y tras un seguimiento medio de 18.5 meses tan sólo un paciente desarrolló recurrencia de la enfermedad a los 15 meses del trasplante. Los hallazgos endoscópicos también mejoraron a lo largo del seguimiento realizado. Todos los pacientes toleraron bien el tratamiento y no hubo muertes relacionadas con el trasplante. 123 Tratamiento con células madre para la enfermedad de Crohn En 2008 se publicaron los resultados de un estudio fase I-II llevado a cabo en Milán en el que se incluyeron cuatro pacientes de similares características.13 Todos los pacientes tenían una EC activa en el momento del trasplante (CDAI 258-404), habían fracasado al tratamiento con inmunosupresores y anti-TNF-α y dos de ellos habían requerido múltiples resecciones quirúrgicas. Para la movilización se empleó ciclofosfamida 1.5 g/m2 y G-CSF 10 µg/kg/día y para el acondicionamiento ciclofosfamida 200 mg/kg más ATG (de conejo) 7.5 mg/kg. En este estudio no se seleccionaron las poblaciones celulares. Tres meses después del trasplante todos los pacientes habían alcanzado la remisión clínica y tras un periodo de seguimiento de 16.5 meses tres de los cuatro pacientes incluidos se mantenían en remisión. En este segundo estudio la mortalidad reportada también fue nula. Los autores del primer estudio publicado en Chicago observaron que se producía una mejora de los síntomas de la EC tras la fase de movilización, hecho que se atribuyó a los posibles efectos inmunomoduladores de los fármacos empleados en esta fase. Sin embargo, en el estudio de Milán, se observó un empeoramiento clínico tras esta fase. Existen dos casos más publicados en la literatura de pacientes con EC en los que hasta que no se realizó el trasplante de células madre hematopoyéticas no se produjo una respuesta clínica de la enfermedad.14,15 Los mecanismos responsables del efecto beneficioso de los tratamientos empleados para el trasplante en la EC no están claramente definidos. Inicialmente es probable que se produzca un efecto beneficioso como resultado de la erradicación de las células T autorreactivas y células memoria a causa de los efectos directos linfoablativos de los fármacos utilizados en la fase de acondicionamiento. Posteriormente se postula que podría producirse un fenómeno de reconstitución autoinmune. Actualmente en Europa, la EBMT (European Bone Marrow Trasplantation) y la ECCO (European Crohn’s and Colitis Organization) están llevando a cabo un estudio aleatorizado, fase III, que evalúa la eficacia del trasplante autólogo de células madre en la EC refractaria (Autologous Stem Cell Transplantation for Crohn’s Disease [ASTIC] trial). En este estudio los pacientes son aleatorizados a recibir el trasplante al cabo de un mes de la fase de movilización, o al año, con el propósito de evaluar si el trasplante añade algún beneficio al efecto de la inmunosupresión utilizada para la movilización. Aunque el trasplante autólogo de células madre hematopoyéticas ofrece resultados prometedores para el tratamiento de la EC refractaria, éste sigue siendo un tratamiento en fase de investigación, no exento de posibles complicaciones, que deja esta opción como alternativa para un número considerablemente reducido de pacientes en los que la enfermedad no es susceptible de ser controlada mediante resección quirúrgica. se está aplicando el trasplante (autólogo o alogénico) de células madre mesenquimales para el tratamiento de enfermedades como la esclerosis múltiple, la enfermedad del injerto contra el huésped y la EC. Las células mesenquimales se pueden obtener de cualquier tejido conectivo, incluyendo la médula ósea y el tejido adiposo. Estas células se caracterizan por poseer un fenotipo no inmunogénico y, por lo tanto, su uso en trasplantes alogénicos podría no requerir de inmunosupresión previa. La capacidad pluripotente de las células mesenquimales (pueden diferenciarse en múltiples estirpes celulares), su relativa facilidad para expandirse en cultivo, así como sus propiedades inmunomoduladoras hacen que este tipo de células madre sea una prometedora fuente para promover la regeneración de tejidos dañados in vivo.16 En modelos animales se ha observado que tras el trasplante de células mesenquimales, éstas poseen la capacidad de migrar hacia los tejidos dañados. Si bien los mecanismos subyacentes a la migración de estas células no están del todo aclarados, la evidencia sugiere que tanto las quemocinas como sus receptores y las moléculas de adhesión estarían implicados en este proceso. Las células mesenquimales ejercen importantes funciones inmunomoduladoras siendo capaces de regular la respuesta inmune innata que juega un papel clave en la patogénesis de la EC. En particular, las células mesenquimales inhiben la diferenciación de las células dendríticas, la activación de células T, la proliferación de células B y la quimiotaxis.17-20 Se ha observado que las células mesenquimales obtenidas de tejido adiposo ejercen un efecto inmunosupresor in vitro inhibiendo la proliferación celular periférica de células mononucleares y la producción de IFN-γ mientras que incrementan la secreción de IL-10.21 Una de las ventajas que ofrecen las células mesenquimales procedentes de tejido adiposo frente a las procedentes de la médula ósea es que las primeras son más fácilmente accesibles para su obtención. En humanos, disponemos de resultados recientes alentadores de un estudio fase II, multicéntrico, aleatorizado y controlado con placebo, que ha evaluado la eficacia y seguridad de la administración local de células mesenquimales provenientes de adipocitos para el tratamiento de fístulas perianales complejas incluyendo pacientes con y sin EC.22 A pesar de que el tratamiento con células madre mesenquimales ha demostrado ejercer una acción inmunomoduladora en varios tipos de enfermedades de etiología autoinmune y en modelos animales de enfermedad inflamatoria intestinal, la eficacia de esta terapia para el tratamiento de la EC refractaria se encuentra todavía en etapas muy preliminares. Células madre mesenquimales 1. Allez M, Lemann M, Bonnet J, Cattan P, Jian R, Modigliani R. Long term outcome of patients with active Crohn’s disease exhibiting extensive and deep ulcerations at colonoscopy. Am J Gastroenterol 2002;97:947-953. 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Aceptado: Abril 2010 PALABRAS CLAVE Lupus eritematoso sistémico; Lupus neuropsiquiátrico; Manifestaciones neuropsiquiátricas; Psicosis lúpica; Síntomas psiquiátricos; México. Resumen Las manifestaciones neuropsiquiátricas (MNP) se presentan en aproximadamente 25% de los niños y adolescentes con lupus eritematoso sistémico (LES). En 70%, la participación de MNP se producirá en el primer año a partir del momento del diagnóstico. Las presentaciones más comunes son: cefalea (66%), psicosis (36%), disfunción cognitiva (27%) y enfermedades cerebrovasculares (24%). Entre los factores relacionados con el compromiso neuropsiquiátrico se encuentran: autoanticuerpos como las linfotoxinas, membrana citoplasmática, antineural, antirribosomal P, antineurofilamento, y niveles altos de citocinas (interferón β e interleucina 6). Los anticuerpos antifosfolípidos pueden estar implicados en la patogénesis de varias manifestaciones de LES-NP incluyendo corea, enfermedades cerebrovasculares y convulsiones. El tratamiento se basa principalmente en inmunosupresores en combinación con altas dosis de prednisona y una segunda línea de agentes como la ciclofosfamida o la azatioprina. La evolución de los niños con LESP-NP es relativamente buena, la supervivencia global es 95% a 97%; 20% de los niños experimentan un brote de enfermedad durante la infancia y 25% tienen evidencia de daño neuropsiquiátrico permanente. Esta revisión describe las manifestaciones neuropsiquiátricas del LES en edad pediátrica, los retos para hacer el diagnóstico y actuales opciones de tratamiento. Correspondencia: Dra. Sandra Mactzil Dinorah Ortega Álvarez. Departamento de Pediatría del Hospital Universitario José Eleuterio González de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Av. Francisco I. Madero y Av. Gonzalitos s/n Colonia Mitras Centro Monterrey, Nuevo León, México. C.P. 64460. Teléfono (+52 81) 8352 3560. Correo electrónico: mactzil_ortega@ hotmail.com 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 126 KEY WORDS Lupus erythematosus; neuropsychiatric lupus ; neuropsychiatric manifestations ; Lupus psychosis ; psychiatric symptoms; Mexico. Ortega-Álvarez SMD. et al Neuropsychiatric lupus in childhood, report of a case and review of the literature Abstract Neuropsychiatric manifestations (NPM) are found in approximately 25% of children and adolescents with systemic lupus erythematosus (SLE). In 70%, the involvement of MNP will be in the first year from the time of diagnosis. The most common manifestations are: headache (66%), psychosis (36%), cognitive dysfunction (27%) and stroke (24%). Factors associated with neuropsychiatric involvement include: autoantibodies such as lymphotoxin, cytoplasmic membrane, antineural, antirribosomal P, antineurofilamento, and high levels of cytokines (interferon alpha and interleukin 6). The antiphospholipid antibodies may be implicated in the pathogenesis of various manifestations of SLE NP including chorea, stroke and seizures. The treatment is based mainly on immunosuppressive drugs in combination with high doses of prednisone and second line agents such as cyclophosphamide or azathioprine. The development of children with LES-NP is relatively good, overall survival is 95% to 97%; 20% of children experience an outbreak of disease in childhood and 25% have evidence of permanent neuropsychiatric damage. This review describes neuropsychiatric manifestations of SLE in pediatric age, the diagnosis challenges and current treatment options. Introducción Las manifestaciones a nivel del sistema nervioso central (SNC) son un de las principales causas de morbilidad y menos mortalidad en pacientes pediátricos con LES. El LES-NP afecta tanto al SNC como al sistema nervioso periférico (SNP), éste último con menos frecuencia en los niños. Se ha informado en diferentes cohortes que la prevalencia de LES-NP varían de 20% a 95%.1 Esta amplia variación en las tasas de incidencia se ha atribuido a la falta de definiciones estándar de lupus en la población pediátrica. El inicio del LESP a menudo se presenta durante la adolescencia, una época de cambios rápidos tanto físicos como emocionales. El impacto de la enfermedad depende de la gravedad de ésta, de la personalidad tanto del paciente como de su familia y de los órganos específicos afectados por la enfermedad. Las manifestaciones de la enfermedad son complejas y variadas.2 Los síntomas ocurren alrededor del momento del diagnóstico en uno de cuatro pacientes.3 No se han publicado estudios relacionados con factores de riesgo de las enfermedades neuropsiquiátricas en edad pediátrica, sin embargo, si se supone que los mecanismos fisiopatológicos son los mismos en el lupus pediátrico y de adultos, se puede estipular que el uso prolongado de los corticoesteroides, la presencia de anticuerpos antifosfolípidos, la escolarización deficiente, y la depresión son importantes factores de riesgo basado en los resultados del estudio de enfermedad neuropsiquiátrica del lupus de San Antonio.4 Este estudio también informó de la diabetes como un factor de riesgo. Al considerar LES-NP, las manifestaciones de la enfermedad pueden ser clasificadas como trastornos específicos con mecanismos definidos de daño o síntomas que son frecuentemente observados. Los desórdenes específicos que afectan al sistema nervioso central, incluyen: convulsiones, lesión vascular hemorrágica y trombótica; los trastornos del movimiento; daño inflamatorio, incluyendo meningitis no infecciosa y mielitis transversa; enfermedad desmielinizante y cefalea. Además, hay daño inflamatorio o desmielinizante específico del sistema nervioso periférico. Los pacientes con lupus, también están en riesgo de desarrollar síntomas sin una anormalidad patológica conocida, éstas incluyen estados confusionales, psicosis y trastornos del ánimo como la ansiedad y depresión. Los trastornos del pensamiento o estados cognitivos disfuncionales son las manifestaciones neuropsiquiátricas más difíciles de comprender, diagnosticar y tratar, ya que aun sin ponerse de manifiesto, pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida del paciente. Las anomalías cognitivas y el dolor de cabeza se presentan como las manifestaciones más comunes de la enfermedad.5 Estas pueden ser de curso insidioso y persistente, pudiendo ocurrir sin evidencia de actividad sistémica. Un cambio en la función cognitiva puede ser rápido y puede llevar a la demencia, sin embargo, los cambios también pueden ser lentos y sutiles dificultando así el diagnóstico. Los niños con LES-NP pueden desarrollar problemas de atención, de velocidad de procesamiento y memoria, de lenguaje (fluidez, vocabulario), del procesamiento visuo-espacial y en funciones ejecutivas que permiten la planificación y organización. Estas áreas de la función cognitiva parecen presentar un reto diario para muchos adolescentes, por lo que se hace aún más difícil discernir la presencia de disfunción. La maduración cognitiva es un proceso que se lleva a cabo durante la adultez joven, haciendo así el cerebro de los adolescentes en maduración aún más vulnerable al daño.6 Como se mencionó anteriormente, la fisiopatología del daño neuronal específico es más clara que los mecanismos que causan la disfunción neurocognitiva en niños, sin embargo estos mecanismos que causan el daño neurocognitivo Lupus neuropsiquiátrico en edad pediátrica. Reporte de un caso y revisión de la literatura en lupus, no son los mismos que causan otros daños en esta enfermedad. Este proceso es multifactorial y puede incluir autoanticuerpos asociados a lesión, citocinas inflamatorias, microangiopatía y el daño ateroesclerótico es posible. La vasculitis de pequeños vasos es un mecanismo fisiopatológico que se ha propuesto como causa del deterioro cognitivo, aunque curiosamente, en el examen histopatológico del cerebro de los pacientes con lupus no se demuestra vasculitis. Lo que se ha encontrado son microinfartos con trombos de fibrina en la luz de los pequeños vasos, vasculopatía con proliferación de células de la íntima, y un infiltrado inflamatorio perivascular. La integridad de la barrera hematoencefálica puede ser un portal importante para la lesión cerebral, ésta hipótesis se hace en diversos estudios en los cuales se han medido los niveles de citocinas inflamatorias y autoanticuerpos en el líquido cefalorraquídeo (LCR), de hecho se han encontrado niveles elevados de algunas citocinas en el LCR de pacientes con LES, tales como: ICAM-1, factor transformador del crecimiento (TGF)-β, (interferón IFN) -α, las interleucinas (IL) -6, IL-8 e IL-10. En un estudio reciente se observó que el LCR de los pacientes con LES-NP inducía significativamente a niveles más altos de IFN-α que el LCR de pacientes con otras enfermedades autoinmunes, incluyendo la esclerosis múltiple7. Uno de los componentes del LCR de los pacientes con LES-NP, los complejos inmunes, también inducen a la proteína inducible IFN-y, (IP10/CXCR), IL-8, y la proteína quimiotáctica de monocitos - 1 (MCP-1). Los autores especulan que hay un modelo de dos pasos en el LES-NP en el que los autoanticuerpos del LCR unen al antígeno liberado por una lesión cerebral neurotóxica, formando así complejos inmunes, los cuales estimulan citocinas proinflamatorias que resultan en las manifestaciones neuropsiquiátricas. Los anticuerpos antiribosomales P y otros anticuerpos anti-neuronales pueden causar daño o pueden ser el signo de lesión por otro mecanismo. Más recientemente, el receptor anti-NR2 de los anticuerpos ha sido implicado en la muerte por apoptosis de las neuronas tras su unión con los receptores de Nmetil-D-aspartato (NMDA) en el cerebro modelo con LES. Además, los autoanticuerpos anti-NR2 de los pacientes humanos con lupus han sido asociados con el deterioro cognitivo en el modelo murino. Al igual que otros autoanticuerpos, la presencia de anticuerpos anti-NR2 es más común en los niños, que son serológicamente más activos, aunque esta posibilidad está actualmente bajo investigación. Sin embargo, el papel de los autoanticuerpos en la neurofisiopatología del lupus sigue siendo controversial. Otros autoanticuerpos que deben mencionarse son el grupo de anticuerpos antifosfolípidos, este grupo de anticuerpos generan su daño al producir trombos y causar isquemia, son importantes en el desarrollo de la vasculopatía no inflamatoria y han sido implicados en el desarrollo de la disfunción cognitiva. Finalmente, el daño por medicamentos puede ser otra causa de este daño cognitivo, en particular los corticoesteroides, los cuales pueden generar psicosis, así como fenómenos neuropsiquiátricos. Sin embargo, pacientes 127 que no han sido tratados con estos, pueden presentar psicosis como el principal signo antes de diagnosticar LES, así como alguna otra manifestación neuropsiquiátrica, resultando así difícil de implicar a estos medicamentos como su causa, de hecho algunos pacientes han mejorado su función una vez tratados con corticoesteroides. Se presenta el caso de un adolescente con manifestaciones neuropsiquiátricas de lupus. Caso clínico Adolescente masculino de 15 años de edad, originario de Monterrey, N.L., que inició su padecimiento un mes previo a su llegada a nuestro hospital, al presentar fiebre de 39o C, cefalea matutina, vómito y posteriormente disminución de la fuerza del miembro superior derecho, motivo por el cual fue llevado a clínica del IMSS para su valoración, donde presentó un evento convulsivo de tipo tónico clónico generalizado (CCTCG) y fue internado para su estudio. Se le realizó punción lumbar y fue manejado como encefalitis viral con aciclovir a dosis adecuadas durante 15 días después de los cuales fue egresado. Dos semanas después, acudió a la consulta de urgencias pediatría del Hospital Universitario Dr. José Eleuterio González por haber presentado de nuevo, 12 horas previas al evento de CCTCG, hipertermia no cuantificada, cefalea intensa acompañada de fotosensibilidad, parestesias, pérdida de la fuerza de miembro superior derecho y dolor abdominal. Asimismo, se observaba incapacidad para nombrar objetos, habla entrecortada y sin fluidez, con comprensión adecuada; además la madre refería cambios en la conducta como irritabilidad y alucinaciones de tipo auditivo ocasionales, decidiéndose internar para su estudio. Al examen físico se encontraba consciente, reactivo y cooperador, con signos vitales en rangos normales para su edad, como datos positivos presentaba una parálisis facial central izquierda así como disminución en la fuerza y sensibilidad del miembro superior derecho, el resto de la exploración no presentaba datos de anormalidad. Se realizaron estudios generales (biometría hemática, perfil bioquímico, examen general de orina y gasometría venosa), que se reportaron sin alteración; también se solicitó determinación de amonio y tamiz metabólico, con resultados normales. Una vez descartados problemas metabólicos y dada la exploración física sugestiva de daño al sistema nervioso central, fue evaluado por neurología pediátrica, solicitándose EEG, en el cual se encontraron cambios compatibles con una alteración estructural y foco irritativo en hemisferio izquierdo, así como también una IRM de cerebro contrastada, reportándose lesiones hiperintensas nodulares bilaterales menores de 5 mm en región parietal anterior alta, a nivel de la sustancia blanca, las cuales fueron compatibles con aéreas de vasculitis. El resto del estudio se encontró dentro de límites normales. (Figuras 1a y b). Ante la sospecha de vasculitis de origen autoinmune, fue solicitada la valoración por reumatología pediátrica, reportándose la exploración física con presencia de artritis en ambas rodillas, sin presencia de rash malar o úlceras 128 Ortega-Álvarez SMD. et al Figuras 1a y b. IRM contrastada secuencia FLAIR, que muestra lesiones hiperintensas nodulares menores de 5 mm en región parietal anterior alta bilaterales, a nivel de la sustancia blanca (flechas), las cuales son compatibles con áreas de vasculitis. a orales. Se solicitaron estudios inmunológicos, encontrándose lo siguiente: Ac antinucleares por IF (+) con título de 1:640, patrón homogéneo y nucleolar, Anti-DNA (-), Anti Ro (+) en 14.9 UI/mL, Anti La (-), Anti Sm (-), Anti RNP (-), p-ANCA, c-ANCA (-), Ac Anticardiolipinas IgG normal e IgM (+) en 14.6 UMPL, los Ac anti-P ribosomal no fueron solicitados; C3 y C4 con valores normales, además de PCR (+) 1:40. La valoración neuropsicológica, incluyó la aplicación de pruebas (WISC-R), en la que se encontraron puntuaciones bajas en la escala verbal, además de dificultad en la memoria remota y de trabajo, capacidad de juicio, sentido común, pensamiento asociativo, expresión verbal, atención y concentración. En las pruebas informales se observaron dificultades en la lectura, fluidez, entonación, comprensión del humor y analogías; concluyendo con estos hallazgos, una afasia de Broca con afección en la corteza motora del hemisferio izquierdo. Se dio manejo con pulsos de metilprednisolona durante tres días, hidroxicloroquina y ácido acetilsalicílico. A los cinco días de internamiento, se inició ciclofosfamida I.V. y al día siguiente se egresó del servicio con una evidente mejoría, se le prescribió prednisona a dosis de 1 mg/kg/ día, hidroxicloroquina y ácido acetilsalicílico, así como protector de mucosa gástrica y protector solar. Un mes después acudió a consulta para revaloración por psicóloga infantil, encontrándose con buena evolución en cuanto a las habilidades verbales, en la escritura, lectura y fluidez así como recuperación completa de parestesias y fuerza en miembro superior derecho, sin nuevo evento convulsivo. Diagnóstico Al presentarse las manifestaciones específicas de la enfermedad, tales como accidente cerebrovascular, convulsiones b o neuropatía, el diagnóstico se hace sencillo. La anamnesis y el examen físico nos orientan hacia qué estudios de laboratorio y de imagen solicitar para llegar al diagnóstico específico. Sin embargo, las manifestaciones de la enfermedad difusa, como estados de confusión agudos, psicosis, disfunción cognitiva y trastornos del estado de ánimo hacen más difícil el diagnóstico. Los adolescentes normalmente son vulnerables durante su desarrollo, además la enfermedad crónica en estos pacientes tiene menos autonomía y control mientras se esfuerzan por ser similares a sus padres, todo ello aumenta el comportamiento de riesgo y los trastornos del estado de ánimo. La presencia de trastornos del estado de ánimo está dada por la influencia del patrón familiar y por la capacidad de adaptación del mismo adolescente estos pueden ser internalizados (ansiedad, depresión, aislamiento social) o externalizados (patrones de conducta). Por último, el médico debe estar consciente de la incidencia de los diagnósticos psiquiátricos primarios en la población adolescente: depresión 2% (enfermedad bipolar, 0.4% a 0.7%, dependiendo de la edad cuando se diagnostica la depresión); trastornos de ansiedad generalizada (mujeres, 3.5% a 9%; masculino, 2.4% a 3.8%), trastornos de atención (2% a 14.4%); trastornos de conducta (1% a 16%), esquizofrenia (1%), trastornos de personalidad (2% a 13%). Cuando un adolescente presenta manifestaciones neuropsiquiátricas difusas, es importante que el médico descarte otras causas antes de decidir que los signos y síntomas presentados son debidos a LES. Así, el clínico debe buscar intencionadamente alguna infección, cambios metabólicos agudos, presencia de drogas o toxinas que alteran el estado mental, historia de traumatismo craneal, evidencia de falla orgánica aguda o la aparición de trastornos psiquiátricos. 129 Lupus neuropsiquiátrico en edad pediátrica. Reporte de un caso y revisión de la literatura Dentro del diagnóstico diferencial se deben tomar exámenes generales como perfil metabólico, biometría hemática completa, examen toxicológico, estudio de LCR, estudios de imagen para descartar accidente cerebrovascular o trombosis además de los estudios serológicos para LES. Si los estudios iniciales resultan normales, debe considerarse una evaluación psiquiátrica. Los síntomas más sugestivos de LES-NP consisten en: aparición brusca; con precipitantes mínimos o ausentes, la evolución de los síntomas con periodos de mejoría y exacerbación dependiendo de la actividad del LES en ese momento, otras características como pérdida de peso severa asociada con síntomas depresivos. Cabe señalar que el LES y la enfermedad psiquiátrica con estados de comorbilidad, aunque aún no existe evidencia clara de la causalidad. Diagnóstico del síndrome de disfunción cognitiva en niños Dada la falta de claridad respecto a los mecanismos fisiopatológicos de la disfunción neurocognitiva en el LES y a que no ha sido desarrollada una prueba precisa para el diagnóstico de LES-NP, el diagnóstico se basa en la evaluación reumatológica para determinar si el paciente tiene LES, la evaluación clínica neurológica que describe una disfunción neurocognitiva, las pruebas serológicas asociadas y los estudios de imagen apoyan la impresión clínica. Actualmente, la evaluación formal neurocognitiva es el estándar de oro para diagnosticar la disfunción cognitiva en el LES; sin embargo, no hay manera específica para determinar que los cambios son específicamente debido a esta enfermedad. Ciento veintiocho pediatras reumatólogos respondieron recientemente a una encuesta para determinar cuando era apropiado aplicar las pruebas neurocognitivas. Casi todos los encuestados (98%) apoyó la aplicación de esta prueba formal, particularmente si un niño con LES había tenido un descenso en su rendimiento académico o algún trastorno cognitivo que hubiera sido observado por los padres o por el mismo paciente. Sin embargo, no hay un acuerdo acerca de cuáles son específicamente las pruebas apropiadas, algunas veces no es posible tener acceso a ellas ya sea por que no están disponibles o porque son muy costosas. Es necesario contar con una batería de pruebas cortas y validadas para aplicar en la edad pediátrica, la Alianza de Investigación de Artritis y Reumatología en la Infancia (CARRA), cuenta con un grupo de trabajo en LES-NP, el cual ha diseñado una batería de pruebas aplicables a niños que aún está siendo analizada para su validez. (Cuadro 1). Los criterios de clasificación para los niños actualmente no están disponibles, sin embargo, el Colegio Americano de Reumatología (ACR), en el año 1999 describió la nomenclatura y las definiciones de casos para síndromes neuropsiquiátricos de LES (Cuadro 2). La IRM es un estudio de imagen basado en la tecnología que mejora nuestra capacidad para diagnosticar la disfunción neurocognitiva en el LES y, tal vez, nos permita correlaciones anatomo-patológicas. En el pasado, el estudio por imagen no fue útil en el diagnóstico de las Cuadro 1. Pruebas sugeridas para evaluación neuropsicológica en edad pediátrica. Prueba Escalas de Wechsler abreviada del vocabulario, inteligencia y de la matriz. Subconjuntos de razonamiento. Escala de Weschler de la inteligencia para niños. (WISC)-IV y codificación de símbolos con subpruebas de búsqueda. WISC-IV periodo de dos dígitos y la letra número secuenciación de parte de la prueba Prueba continua de rendimiento de Conners Woodcock-Johnson II Pruebas de logros: carta de identificación palabración, lectura, cálculos, y subpruebas matemáticas. Amplia gama de evaluación de la memoria y el aprendizaje: la memoria la historia, el aprendizaje verbal, la memoria de imagen y diseño de las subpruebas de memoria. Tiempo Resultados 30 Inteligencia en general 10 Velocidad psicomotora 20 Memoria verbal de trabajo 15 Atención, velocidad de procesamiento 30 Habilidades académicas 30 Memoria verbal y visual. Aprendizaje Stroop Color and Word Test 5 Atención, flexibilidad cognitiva, e inhibición de la respuesta alteraciones cognitivas en pacientes con LES, los pacientes con enfermedad neuropsiquiátrica a menudo carecen de alteraciones en las imágenes de resonancia magnética convencional, en la mayoría aparecen pequeñas áreas hiperintensas en la cortical o subcortical, las cuales no se correlacionan con los hallazgos clínicos y no son sensibles a los cambios en el estado clínico. El uso de imágenes de transferencia de magnetización (MTI) UID y fl-inversión con atenuación de la recuperación (FLAIR) de imágenes no han mejorado la capacidad de neuro-radiólogos a encontrar anormalidades que pueden estar relacionados con la enfermedad clínica. La resonancia magnética por espectrometría (MRS) también evalúa cambios metabólicos en el cerebro. Pacientes con LES y disfunción neurocognitiva activos tienen los cambios metabólicos en la sustancia gris y blanca.8 Desafortunadamente, no es posible distinguir entre LES-NP agudo o crónico. Dados los hallazgos clínicos en nuestro paciente, presentando durante su evolución cinco de los 11 criterios para LES (trastorno neurológico, artritis, trastorno inmunitario, Ac Antinucleares positivos, fotosensibilidad), además de cinco de los Síndromes Clínicos referidos por el ACR para definir el síndrome neuropsiquiátrico en LES (cefalea, trastorno convulsivo, disfunción cognitiva, trastornos del ánimo, neuropatía craneal) y en conjunto con 130 Ortega-Álvarez SMD. et al Cuadro 2. Descripción de los 19 Síndromes Clínicos referidos por el Colegio Americano de Reumatología como Nomenclatura para la definición de Síndrome Neuropsiquiátrico en Lupus Eritematoso Sistémico Sistema Nervioso Central Sistema Nervioso Periférico Meningitis aséptica Poliradiculopatía desmielinizante Enfermedad cerebrovascular Aguda (Guillain Barré) Síndrome desmielinizante Desórdenes autonómicos Cefalea (incluida la migraña) Mononeuropatía Corea Miastenia Gravis Mielopatía Neuropatía craneal Trastorno convulsivo Plexopatía Estado confusional agudo (delirio) Desórdenes de ansiedad Disfunción cognitiva Psicosis Trastorno del ánimo Arthritis & Rheumatology 1999;42:599-608. los resultados obtenidos en los estudios de gabinete, el diagnóstico del paciente fue consistente con el de LES-NP. Tratamiento de LES-NP No hay algún protocolo de tratamiento establecido para los pacientes con LES-NP. Este se fundamenta en la observación de los pacientes y en la experiencia del médico. Al igual que con otras formas de LES, el objetivo es aliviar los síntomas, a menudo con el uso de medicamentos inmunosupresores, sin embargo, algunos síntomas neuropsiquiátricos, como los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad pueden responder más fácilmente a otra tipo de intervenciones. Inicialmente, el profesional debe evaluar al paciente, elaborar un diagnóstico diferencial, y comenzar las pruebas para aislar la causa más probable, para aclarar problemas específicos, como convulsiones, enfermedad cerebrovascular, el paciente debe ser tratado de acuerdo a los protocolos.9 El paciente debe ser evaluado en cuanto a su actividad lúpica, y adecuar su tratamiento de acuerdo a esta. Una vez que el médico ha determinado que LES es el diagnóstico más probable, la decisión de iniciar la inmunosupresión se basa en el diagnóstico específico y en la gravedad. Los pacientes con encefalitis, vasculitis o mielopatía recibirán dosis altas de esteroides y, si es grave, se iniciará ciclofosfamida intermitente por vía intravenosa. Algunos centros utilizan azatioprina como terapia alternativa. Los pacientes con síndrome antifosfolípido pueden requerir anticoagulación, plasmaféresis o inmunosupresión, dependiendo de la severidad. Para los pacientes con disfunción cognitiva, el tratamiento de la enfermedad subyacente se asocia con la mejoría de la cognición, sin embargo la disfunción cognitiva puede ocurrir incluso cuando otras características clínicas o serológicas de LES parecen estar en reposo, para estos pacientes, la evaluación psiquiátrica es imperativa y el tratamiento puede requerir terapia cognitiva, intervenciones específicas en la escuela y en la casa, así como medicamentos para mejorar las anormalidades específicas como atención o estados de ánimo. Conclusiones El LES-NP es un hallazgo común en los adolescentes con LES. Al considerar el diagnóstico de LES-NP, el médico debe considerar otras causas alternativas, tales como: traumatismo, medicamentos, toxinas, infecciones, alteraciones metabólicas y endocrinológicas. Aunque el diagnóstico de una disfunción cognitiva o trastorno del estado de ánimo se puede hacer, la atribución de estos al LES es complicada ya que estas pueden ser debidas al desarrollo psicosocial de los adolescentes o a los efectos la enfermedad crónica. Referencias 1. Yancey CL, Doughty RA, Athreya BH. Central nervous system involvement in childhood systemic lupus erythematosus. Arthritis Rheum 1981;24:1389–1395. 2. Hermosillo-Romo D, Brey RL. Neuropsychiatric involvement in systemic lupus erythematosus. Curr Rheumatol Rep 2002;4:337–344. 3. Harel L, Sandborg C, Lee T, von Scheven E. Neuropsychiatric manifestations in pediatric systemic lupus erythematosus and association with antiphospholipid antibodies. J Rheumatol 200;33:1873–1877. 4. McLaurin EY, Holliday SL, Williams P, Brey RL. 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Arthritis Rheum 2007;57:1174–1182. Medicina Universitaria 2010;12(47):131-134 medicina universitaria www.elsevier.es Clinical case Gastrointestinal Langerhans cell histiocytosis responding to cladribine and imatinib mesylate Gladys P. Agreda-Vásquez,1 Ulises Popoca-Barriga,2 Edgar Oviedo,2 Carmen Lome-Maldonado,2 Sergio A. Sánchez-Guerrero.1 Department of Hematology and Oncology. Department of Pathology. Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán. Mexico City. 1 2 Received: February 2010. Accepted: April 2010 KEY WORDS Langerhans cells; Histiocytosis; Cladribine; Imatinib; 2CDA; Mexico. Abstract Gastrointestinal involvement in Langerhans cells histiocytosis (LCH) is extremely rare. An optimal treatment regimen is not defined yet and its prognosis is relatively poor. Cladribine, and more recently, Imatinib mesylate (IM) have been recommended as treatment options in refractory LCH. Here we present a case of gastrointestinal involvement in an adult patient with LCH refractory to several treatment regimens who responded nicely to cladribine and currently treated with IM 300 mg/day, as maintenance, for the last 24 months. PALABRAS CLAVE Células de Langerhans; Histiocitosis; Gastrointestinal; Cladribina; Imatinib; 2CDA; México. Histiocitosis de células de Langerhans gastrointestinales con respuesta a cladribina y mesilato de imatinib Resumen Es muy raro que el aparato gastrointestinal sea afectado por la histiocitosis de células de Langerhans (HCL). No se ha definido todavía un régimen de tratamiento óptimo y su pronóstico es relativamente pobre. La cladribina, y más recientemente, el mesilato de imatinib (MI) se recomiendan como opciones de tratamiento en la HCL refractaria. Aquí presentamos un caso de un paciente adulto con HCL donde el aparato gastrointestinal está afectado y que era refractario a varios regímenes de tratamiento, pero respondió muy bien a la cladribina. Actualmente se le está tratando con 300 mg/dia de mesilato de imatinib, como dosis de mantenimiento durante los últimos 24 meses. Corresponding author: Sergio Arturo Sánchez Guerrero. Puente de Piedra 150. Suite 4. Colonia Toriello Guerra. México 14050 D.F. México. E mail: sasanche@prodigy.net.mx 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 132 Agreda-Vásquez GP. et al Background symptoms began 10 years ago with epigastric burning pain, accompanied by gastroesophageal reflux as well as nausea and vomiting. A year later she continued with greenish stools decreased in consistency, with mucus, steatorrhea and lientheria related to food intake and accompanied by abdominal cramps, fever and weight loss. Her symptoms went into remissions and exacerbations during the follow-up. Later on, hyperpigmented maculae of 1 mm to 2 mm in diameter appeared in the back and abdomen, these dots were associated with exacerbation of the diarrhea. Whipple’s disease was initially diagnosed at another hospital but treatment was unsuccessful; therefore, she came to our hospital in 2003, due to persistent symptoms and severe malnourishment. Neither adenopathy, liver or splenic enlargement were detected on physical examination. Endoscopic studies of both the upper and lower gastrointestinal tract revealed the presence of friable mucosa, a diffuse pattern of paved area, the presence of huge number of polyps and pseudopolyps ranging from stomach to the 2nd portion of the duodenum, terminal ileum, colon and rectum. Biopsies were taken and revealed and histiocytic infiltration (intermediatesized cells with irregular nuclei, vesicular chromatin, and indistinct nucleoili, with mitotic activity variable) of stomach, duodenum, ileum and colon which stained positive for CD68, CD1a and S-100 and negative for Whipple’s disease. Bone marrow biopsy showed infiltration by CD1a and S-100 positive cells too. These findings were consistent with LCH. The skin biopsy was LCH negative. We diagnosed high-risk systemic LCH and chemotherapy was initiated in December, 2003 on a weekly basis with vinblastine (6 mg/m2), etoposide (150 mg/m2) and daily prednisone (40 mg/m2) for five cycles without any improvement. Therefore, in November, 2004 she was put on weekly methotrexate (12.5 mg/m2) and dexamethasone (40 mg), plus parenteral nutrition. The disease was subsequently stable for 18 months and her clinical conditions Langerhans cell Histiocytosis (LCH) is a rare disease characterized by the neoplastic proliferation of Langerhans-type cells that express CD1a, langerin and S-100 protein with variable number of eosinophils, neutrophils and small lymphocytes.1 Gastrointestinal involvement in LCH is rare and usually associated with severe systemic disease. An optimal treatment regimen that could lead to a lasting remission or cure is not defined yet but etoposide and vinblastine are considered to be the most effective agents as monochemotherapy. Systemic treatments for refractory LCH have been unsatisfactory and usually toxic,2 however; Saven and Burian demonstrated that cladribine has major activity in these patients.3 On the other hand, imatinib mesylate (IM) is a competitive Bcr-Abl tyrosine kinase inhibitor showing activity against the platelet-derived growth factor receptor (PDGF-R), c-Kit, Abl-related gene (ARG) and their fusion proteins while sparing other kinases. In vitro studies have demonstrated that exposure of CD34+ cells to imatinib mesylate affects the differentiation and functional properties of generated dendritic cells (DC). Furthermore, IM produces concentration-dependent reduced expression levels of CD1a, CD83, HLA-DR and CD40. This finding might be of major clinical importance because IM is given continuously so far to prevent disease relapse in LCH.4 Recently, two patients suffering of both LCH and non-LCH improved with IM treatment.5, 6 Here we report the case of an adult patient with LCH who has improved considerably after treatment with cladribine followed by IM as a maintenance drug. Case report A 37-year-old Hispanic woman presented to our institution in 2003 with chronic diarrhea and weight loss. Her Table 1. Clinical outcome according to therapeutic regimen. Date Dec-03 Nov-04 to Apr-06 Drugs Vinblastine (6 mg/m2) Etoposide (150 mg/m2) Prednisone (40 mg/m2) Methotrexate (12.5 mg/m2) Dexametasone (40 mg) Treatment duration Weight (Kg) Albumin (g/dL) GI endoscopy Biopsy 5 cycles 33.5 0.99 Polyps and pseudopolyps Infiltrated by LCH 18 months 39.5 3.18 Polyps and pseudopolyps Infiltrated Jun-06 to May-07 Cladribine (5 mg/m2 days 1 to 5) 8 cycles 55.3 4.0 Polyps Infiltrated Oct-07 Imatinib mesylate (300 mg) 24 months and ongoing 57 4.0 Nodular pattern No polyps Minimal infiltration by LCH 133 Gastrointestinal Langerhans cell histiocytosis responding to cladribine and imatinib mesylate Figure 1. Immunohistochemical stain. Duodenal biopsy shows Langerhans cells strongly reacting to CD117 and to PDGFR. CD117 CD117 PDGFR PDGFR partially improved. Nevertheless, during the treatment tapering, symptoms reappeared while the upper and lower gastrointestinal tract as well as the bone marrow persisted infiltrated. In June, 2006 she received cladribine (5 mg/m2 days one to five) for eight cycles and there was an overall good clinical response (diarrhea disappeared), the endoscopy showed a nodular pattern in gastric mucosa with three polyps at the 2nd portion of duodenum and a large number or polyps in colon while the ileum and rectum showed a normal appearance; nevertheless the infiltration in both, the gastrointestinal tract and bone marrow persisted. In October, 2007 we performed immunohistochemistry staining in gastrointestinal mucosal biopsy revealing CD117 positive in a pattern of membrane, (Figure 1) and PDGF-R positive with reinforcement in the cytoplasm membrane, so we decided to start Imatinib mesylate as maintenance therapy, initially at 400 mg P.O. daily but she developed a rash in upper extremities and diarrhea as adverse effects to IM, therefore, we reduced the IM dose to 300 mg/day. Currently, 24 months after initiating the IM maintenance therapy, she is in excellent clinical conditions, without complaints. Moreover, the most recent endoscopic studies showed marked improvement of the GI lesions and was corroborated by the histopathologic reports, as shown in Table 1. However, infiltrate persists in the bone marrow. Discussion Neoplasms derived from Langerhans cells are clonal proliferations, divided into two subgroups: Langerhans cell histiocytosis and Langerhans cell sarcoma, according to the degree of atypia and clinical aggressiveness. Some reactive cases, not clonal, have been observed in the lungs of smokers. LCH can affect a single site or multiple sites in a single system or multisystem; it is characterized by cells measuring 10 μm to 15 μm, recognized by their 134 grooved, folded, indented or lobulated nucleus with fine chromatin, inconspicuous nucleoli and thin nuclear membranes, with mitotic activity variable. The cytoplasm is moderately abundance and slightly eosinophilic. The ultrastructural hallmark is the cytoplasmic Birbeck granules, granules with a tennis racquet shape, and is 200 nm to 400 nm long and 33 nm wide, with a zipper-like appearance. This cell expresses CD1a, langerin and s-100 protein by immunohistochemistry stain.1 Gastrointestinal involvement in LCH is extremely rare and just few cases have been reported. Symptoms may include hematochezia, constipation or diarrhea and can range in severity from mild to life-threatening, whereas the diagnosis is made by endoscopic biopsy demonstrating the histological evidence of LCH. Even in patients without upper gastrointestinal tract symptoms, involvement by LCH is likely and should be treated as a multisystemic disease irrespective of the patient’s clinical status. Some researchers suggest that any gastrointestinal involvement in LCH warrants aggressive evaluation and treatment as the prognosis is relatively poor.2 Two recently informed cases suggest that treatment with IM could improve the course of patients with LCH and may be considered as an alternative treatment option for refractory LCH.5,6 Our current case illustrates that multisystemic LCH can be successfully treated with, at least two more drug choices: Cladribine and, in those patients with expression of KIT and/or PDGFR, IM. However, we have to recognize that other researchers have found inconsistent results in other forms of Agreda-Vásquez GP. et al histiocytosis expressing PDGFR-β;7 therefore, large and multicenter studies should be considered to answer the question about the role of targeted therapy in this rare disease. References 1. Swerdlow SH, Campo E, Harris NL, Jaffe ES, Pileri SA, Stein H, Thiele J, and Vardiman JW. 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Aceptado: Abril, 2010 Caso Se trata de una mujer de 45 años de edad, sin antecedentes de importancia. Acude a la consulta de gastroenterología referida del servicio de hematología donde era evaluada por síndrome anémico: astenia, adinamia, palidez de tegumentos, de un año de evolución; en su primera consulta la paciente presentaba a la exploración física esplenomegalia y los siguientes resultados de laboratorio: anemia normocítica, normocrómica; pruebas de funcionamiento hepático(PFH) con transaminasas cuatro veces por arriba de lo normal e hiperglobulinemia (Cuadro 1). Además, ecografía abdominal con datos de hipertensión portal (ascitis y esplenomegalia). Dr. Herrera: ¿Cuál sería su abordaje para investigar la causa de la anemia de esta paciente? Dr. Herrera: En el abordaje de los pacientes que cursan con anemia y hepatopatía crónica, la investigación se debe enfocar, de acuerdo a su patogénesis en: producción inadecuada eritrocitaria, perdidas eritocitaria por hemorragia, hemólisis y por último secuestro esplénico (hiperesplenismo). Se debe tener siempre en mente el abordaje general de las anemias, este puede ser: morfológico; esta clasificación se establece de acuerdo al volumen corpuscular medio (VCM) y a la concentración media de hemoglobina (HCM) y las divide en: microcítica hipocrómica, normocítica normocrómica, macrocítica. Otro parámetro que es de utilidad para diferenciar la causa de anemia es valorar la respuesta de la médula ósea a la misma, la respuesta las clasifica en regenerativas y arregenerativas. El abordaje de la anemia normocítica, normocrómica se debe hacer con base en los índices de producción de reticulocitos (IPR), lo cual apoya el ejercicio de clasificar las anemias en dos grandes grupos: a) IPR altos: comprende las anemia por perdidas crónicas de sangre y las anemias hemolíticas; b) IPR bajos o normales; en los que la realización de aspirado de medula ósea es el pilar para distinguir entre las posibles causas; en este grupo se dividen en: aspirado de medula ósea (AMO) normal, asociados con la anemia por enfermedad crónica o deficiencia vitamínica (folatos, cobalamina) y AMO hipo celular; asociados con anemia aplásica y síndromes mielodisplásicos.1 Correspondencia: Dr. Francisco Javier Bosques Padilla. Servicio de Gastroenterología, Departamento de Medicina Interna. Hospital Universitario Dr. José E. González. Gonzalitos y Madero S/N Edificio Barragán Segundo Piso. Teléfono: (81) 8333 3664. Correo electrónico: fbosques58@hotmail.com 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 136 Villarreal-Galván JJ. et al Cuadro 1. Exámenes de laboratorio, Hb: hemoglobina, Hcto: hematocrito, VCM: volumen corpuscular medio; CMH: Concentración media de Hemoglobina; PMN: Polimorfo nucleares; Prot: Proteínas; AST: Aspartato aminotransferasa; ALT: Alanina aminotransferasa; GGT: Gama glutamil transpeptidasa; BUN: nitrógeno uréico; HBsAg: antígeno de superficie de la hepatitis B; Ac: anticuerpo; VHC: Virus de hepatitis C; ANA´s: Anticuerpos anti nucleares. Exámenes de laboratorio Resultados Exámenes de laboratorio Resultados Hb/Hcto 12g/dL/ 38% Bilirubina total 1.26 mg/dL VCM/CMH 98.5fL/32.5pg Bilirubina directa .52 mg/dL Leucocitos 4600 K/uL Prot totales 6.7 g/dL PMN 74% Albumina 3.4 g/dL Linfocitos 18% AST/ALT 90/218 Plaquetas 81,000 K/uL Fosfatasa alcalina 298 TP/TTP Testigos 14seg/30seg 14.3seg/31seg GGT 706 INR 1.4 BUN 18 mg/dL Glucosa 100 mg/dL Creatinina .2 mg/dL HBsAg: Negativo Ac anti VHC: negativo ANA´s 1:1280 Ac Anti musculo liso: negativo Ac Anti mitocondriales: negativos Ac Anti microsomales: negativos Dr. Herrera: En este caso en particular la paciente cursa con una bicitopenia (anemia normocítica normocrómica y trombocitopenia), la cual puede tener un origen multifactorial, sin embargo la enfermedad crónica es mi primer diagnostico y esta misma se puede explicar desde cuatro puntos de vista en el contexto de este tipo de pacientes: a)acortamiento de la vida media de eritrocito, b)perdida de la capacidad de eritropoyesis eficaz por la medula ósea, c)presencia de un aporte deficiente de hierro a la medula ósea, d)baja producción y poca respuesta a la eritropoyetina a nivel medular. La segunda posibilidad que esta contribuyendo con la sintomatología de la pacientes es la debida a la hipertensión portal (anemia por hiperesplenismo) que se asocia con trombocitopenia y algunas veces puede cursar con pancitopenia. En las consultas subsecuentes en nuestro servicio, se descartaron las causas virales mediante la realización de anticuerpos para antígeno de superficie de hepatitis B y anticuerpos anti-hepatitis C, además se le solicitó una ecografía Doppler hepática, que informó: porta y venas supra-hepáticas permeables, con lo que las causas vasculares se descartaron. Se solicitaron estudios inmunológicos por la alta sospecha del involucro autoinmune en la patogénesis de la hepatopatía de la paciente, con los siguientes resultados: anticuerpos antinucleares (ANA`s) por Hep2 positivos, con titulo de 1:1280, anticuerpos anti mitocondriales (AAM), anti músculo liso (AML) y anti microsomales negativos. Dr. Maldonado-Garza: ¿Cómo se realiza el diagnóstico de hepatitis autoinmune (HAI) y qué criterios aplica usted? Dr. Maldonado: El diagnóstico de hepatitis autoinmune se establece por la exclusión de otras enfermedades crónicas del hígado. Se ha clasificado en tres tipos, según los criterios internacionales simplificados de HAI, los cuales son divididos con base en la presencia de la elevación de alanino-aminotransferasa (ALT), hiper-gammaglobulinemia, ANA´s, AML, AAM, Anti Liver Kidney (ALK) y anti microsomales, como se muestra en la Cuadro 2. De acuerdo con el puntaje resultante, se puede establecer diagnostico como: probable, definitivo o se excluye.2 Por orden de prevalencia, la HAI tipo I es la más frecuente y posee ciertas características clínicas que la hace diferente a los demás tipos. Se presentan en 78% de los casos en género femenino, la incidencia de esta patología tiene dos picos: en la infancia y en la edad adulta; los anticuerpos que se asocian en la mayor parte de las veces son ANA´s o AML. Estos últimos son los más específicos para la enfermedad, además de estar acompañado en casi la mitad de la veces por otra patología autoinmune (CUCI y tiroiditis autoinmune). 137 Mujer con anemia y pruebas de función hepática anormal Cuadro 2. Se aprecia el score de puntuacion simplificado para el diagnóstico de Hepatitis autoinmune. Czaja, Hepatology 2008;48:1. Score simplificado para el diagnóstico de la HAI ANA, AML IgG o G globulina Histología Marcadores de hepatitis 0 negativo Normal sí 1 1/40 – 1/80 > normal Compatible - 2 > 1/80 > 1,5 n Típica no Figura 1. Tinción en HYE. A) 50 aumentos. Microfotografía Panorámica de biopsia hepática transyugular con presencia de septos fibroso. B) 200 aumentos. Hepatitis de interfase, caracterizada por infiltrado linfocítico portal con afección a la placa limitante de hepatocitos. C) 200 aumentos. Focos microscópicos de Hepatitis lobular. D) 400 aumentos. Proliferación de conductillos entre el estroma de la triada porta. Cortesia Dra. Gabriela Alarcon Galván. Servicio de Anatomía patológica. Hospital Universitario Dr. José E. González. 5 puntos: diagnóstico probable, seis o más: diagnóstico definitivo. Dr. Maldonado: En el caso de nuestra paciente, según los criterios internacionales simplificados, se obtienen seis puntos; haciendo un diagnostico definitivo, y según la serología con ANA´s positivos, el ser mujer y estar en este rango de edad, la clasifica con hepatitis autoinmune tipo I. A la paciente se le realizó una biopsia hepática vía transyugular, como se observa en la Figura 1. Dra. Alarcón: ¿Cómo se interpretan los resultados de esta biopsia y cuál es la utilidad de la misma en el diagnóstico de HAI? Dra. Alarcón: La utilidad de la biopsia hepática en lesiones no neoplásicas se centra en cinco puntos básicos: a) permite el confirmación (no el diagnóstico) de la etiología sospechada; b) la graduación (en una escala numérica) de la actividad inflamatoria y del estadio de fibrosis en el que se encuentra; c) descarta o reconoce otras etiologías evidentes al examen microscópico como la hemocromatosis, deficiencia de β-1antitripsina, Wilson; d) la coexistencia de otra enfermedad hepática, (cirrosis biliar primaria, colangitis esclerosante) como síndromes de sobre-posición e)el monitoreo de la respuesta terapéutica. Conocer la indicación y sustentación de la biopsia, es de suma importancia para la elaboración de un reporte adecuado. Contar con la información clínica, los resultados de laboratorio y el diagnóstico clínico mejorará el análisis y la comprensión de la misma. En este paciente se encontraron hallazgos histológicos compatibles con una hepatitis autoinmune. ¿Qué significa esto? De acuerdo con los criterios diagnósticos simplificados establecidos por el grupo internacional de la HAI en el 2008,3 las categorías histológicas se dividen en típica, atípica y compatible. La imagen histológica típica es cuando se localiza hepatitis de interfase, emperipolesis y formación de rosetas; deben estar presentes los tres parámetros juntos y evidentes;4 la imagen compatible corresponde a una hepatitis crónica con infiltración linfocítica que podría corresponder a hepatitis autoinmune o a cualquier otra etiología y la atípica cuando sugiere otra enfermedad, como siderosis, granulomas, esteatohepatitis, depósitos de cobre. Proveer una escala numérica de evaluación dentro del reporte patológico también es de utilidad para el médico tratante, ya que traduce la imagen observada por el patólogo en una idea objetiva del estado de la enfermedad. Los dos A B C D sistemas de evaluación más utilizados para este fin son el sistema francés Metavir5 y el sistema americano de Ishack;6,7 éstos pueden ser utilizados en cualquier caso de hepatitis crónica y no son exclusivos de la hepatitis autoinmune. Ambos sistemas otorgan una estimación del grado de actividad o inflamación, (Metavir 0 a 3 puntos y Ishack 0 a 18 puntos) y de cronicidad o fibrosis (Metavir 0 a 4 puntos e Ishack 0 a 6 puntos). El mayor puntaje de fibrosis corresponde al estadio final de la enfermedad hepática: la cirrosis. Otros hallazgos típicamente descritos para la hepatitis autoinmune son la presencia de abundantes células plasmáticas, observadas en 66% de los pacientes, degeneración globoide y cuerpos apoptóticos en 39% de los pacientes.7-9 En los casos de curso clínico agresivo, se observa hepatitis panlobular y necrosis en puente; incluso necrosis masiva.10,11 A pesar de que la colangitis puede observarse en 8% de los casos de hepatitis autoinmune, generalmente se asocia a otros diagnósticos o sugiere un síndrome de sobre-posición, lo cual es de suma importancia para el clínico, en función del pronóstico y la respuesta al tratamiento, ya que estos síndromes tienen un comportamiento más agresivo y una mayor resistencia al los tratamientos de primera línea en comparación con la HAI.12 Dra. Alarcón: Mi diagnóstico histopatológico es: Hepatitis de interfase leve, con proliferación de conductillos y septos fibrosos con puentes ocasionales. Escala de Ishack A:7 F:4. Escala de Metavir: A:2, F:3. Como parte de la valoración de la hepatopatía crónica se realizó elastograma (Fibroscan) hepático como se observa en la Figura 2. 138 Villarreal-Galván JJ. et al Figura 2. Los hallazgos encontrados mediante el estudio Fibroscan son compatibles con un etapa histológica en la escala de Metavir F4, obsérvese el valor en KPA; Kilopascales. Cortesía Dr. Carlos Cortez Hernández. Servicio de Gastroenterología. Hospital Universitario Dr. Jose E. González. Dr. Cortez: ¿Cuál es la correlación de la elastografia transitoria y la biopsia hepática en el grado de fibrosis hepática en esta paciente? Dr. Cortez: La elastografía transitoria (Fibroscan) es un método rápido y no invasivo para evaluar la fibrosis hepática a través de la rigidez hepática (RH). Las mediciones de RH se pueden realizarse sistemáticamente en más del 95% de los pacientes, pero es limitado en aquellos con obesidad severa y ascitis. RH se ha estudiado principalmente ha en pacientes con hepatitis viral, pero también enfermedad hepática alcohólica. La elastografía ha demostrado estar asociada con el grado de fibrosis hepática en todos estos pacientes, los valores de corte que se han definido para permitir el diagnóstico de fibrosis avanzada es de (F3/F4) según la escala histológica Metavir. A pesar de cierta variabilidad, los valores de corte de 8.0 y 12.5 KPa son ampliamente aceptados para identificar a pacientes con F3 y F4 fibrosis, respectivamente.13 Dr. Cortez: en nuestro paciente se obtuvo en ocho mediciones un promedio de 22.5 KPa, lo que correlaciona con el resultado de la biopsia, en un valor de F3 por la escala de Metavir, sin embargo la utilidad del Fibroscan sigue siendo limitada, ya que la biopsia hepática permite estimar adicionalmente el grado de actividad así como la posibilidad de algún diagnóstico alterno, lo que tiene implicaciones pronosticas y sobre la decisión del tratamiento. Por lo cual los resultados de Fibroscan en la actualidad se deber interpretar con reserva, siempre aunado de la buena historia clínica, estudios de laboratorio y considéralo como un estudio complementario a la biopsia hepática. Una vez establecido el diagnostico de HAI, se decide iniciar la tratamiento farmacológico. Dr. Villarreal Galván: ¿Cuál es la terapia farmacológica de primera elección para hepatitis autoinmune? Dr. Villarreal: la decisión del inicio del tratamiento de HAI la podemos definir de acuerdo a los paramentos de laboratorio y a los hallazgos histopatológicos. El inicio de tratamiento se considera obligatorio para todos los pacientes en que 139 Mujer con anemia y pruebas de función hepática anormal Figura 3. Cateterismo hepático. En la gráfica superior se observa en la línea el valor de la presión en cuña con un valor de 30.5 mmHg, y en la gráfica inferior, se observa el valor de la presión no acuñada, en 8 mmHg, lo que da un valor de GPPH de 22.5 mmHg. Cortesia: Dr. Carlos Cortez Henández. Servicio de Gastroenterología. Hospital Universitario Dr. Jose E. González. 40 40 30 30 20 20 10 10 0 0 los niveles séricos de (AST) o de alanina aminotransferasa (ALT) se reporten 10 veces por arriba del límite normal, o la presencia de la elevación en las transaminasas de cinco veces por arriba de lo normal, aunado con la elevación de la gammaglobulina dos veces del límite normal. Los criterios histopatológicos para el inicio del tratamiento médico son la presencia de necrosis y hepatitis de interfase marcada en la biopsia. La terapia estándar es a base de esteroides e inmunosupresores (azatioprina) siendo eficaz en más de 80%. Las otras opciones que se tienen como terapia de segunda línea son mofetilo micofenolato, tacrolimus y la ciclosporina, sin embargo su eficacia es variable y pocos estudios los avalan.14 Dr. Villarreal: Decidimos iniciar la terapia farmacológica con base en azatioprina, 75 mg al día, prednisona 40 mg al día, ya que nuestra paciente cumplió con los criterios para el inicio de tratamiento, el cual, tiene un buen rango de respuesta, induciendo remisión en 80% de los casos HAI tipo I. Durante la toma de biopsia por vía transyugular se realizo además un cateterismo hepático y se midió el gradiente de presión portal, como se observa en la (Figura 3) de mal pronóstico a corto y largo plazo. La meta de la reducción de la presión portal es GPPH a un valor inferior a 12 mmHg o una reducción de más de 20% del valor de referencia del basal. Está reducción de gradiente se asocia con un disminución del riesgo de hemorragia y con una disminución en la morbi-mortalidad.15 Dr. Cortez: en nuestra paciente se obtuvo un GPVH de 19.1 mmHg, por lo cual se clasifica como de alto riesgo para el desarrollo de varices esofágicas, así como para presentar sangrado de tubo digestivo variceal; por lo ya mencionado, es de suma importancia la el uso de β-bloqueadores, los cuales pueden ayudar a reducir la presión portal y así alcanzar la meta GPVH de 12 mmHg o la disminución de 20% de la basal. Durante el seguimiento ambulatorio de gastroenterología, se le realizó una endoscopia superior, encontrando varices esofágicas grandes, las cuales fueron ligadas. Varices esófago-gástricas tipo I de Sarín, así como gastropatía hipertensiva leve; como se observa en la Figura 4. Dr. Cortez: ¿Cuál es la utilidad del gradiente de presión portal hepática (GPPH)? Dr. Martínez-Vázquez: La ruptura de varices esofágica es la causa de 70% de los episodios de sangrado de tubo digestivo de pacientes con hipertensión portal. Para la prevención del sangrado variceal se utilizan dos estrategias: farmacológica y endoscópica. El uso de β-bloquedores todavía se considera la terapia de elección para profilaxis de sangrado variceal; para el monitoreo del efecto del β-bloqueador se ha propuesto la medición de la presión portal. En pacientes con un GPPH de 10 mmHg, este es suficiente para el desarrollo de várices esofágicas o ascitis y de 12 mmHg como riesgo independiente de sangrado variceal. De la misma forma, en pacientes que se logra un descenso en el GPPH mayor de 20% el riesgo de sangrado variceal en los siguientes tres años, es menor de 10%. El β-bloquedor reduce el riesgo de primer sangrado de 25% a 15% en un periodo de dos años. Dr. Cortez: la medición del gradiente de presión portal hepática (GPPH), nos ayuda en el diagnostico de hipertensión portal en etapas tempranas, inclusive en ausencia de datos clínicos de las misma (varices, ascitis, esplenomegalia). El diagnostico de hipertensión portal se establece cuando el GPPH es mayor de 5 mmHg, pero es clínicamente significativa cuando el GPPH es mayor de 10 mm Hg siendo en este grupo de pacientes en los cuales se incrementa el riesgo de sangrado variceal, el cual es directamente proporcional al gradiente de presión. La mayor parte de los pacientes los cuales acuden con hemorragia digestiva de origen variceal al medirse GPPH dentro de las primeras 24 horas de su ingreso se obtiene gradientes por arriba 20 mm Hg lo cual es considerado un factor independiente Dr. Martínez-Vázquez: ¿En este paciente cual es la mejor estrategia para prevenir el primer evento de sangrado variceal? 140 Villarreal-Galván JJ. et al Figura 4. Endoscopia superior. Se aprecian las imágenes de las varices esofágicas grandes en las dos imagenes superiores y en las dos inferiores la colocación de bandas elásticas. En cuanto a la terapia endoscópica, la ligadura se ha convertido en la terapia de elección para varices esofágicas, porque oblitera más rápido y se asocia con menos efectos adversos que la escleroterapia. Actualmente es punto de discusión la comparación de ligadura variceal y β-bloqueo como profilaxis de primer episodio de sangrado, por lo que en lugares donde esté disponible la medición de presión portal es factible predecir quien responderá y quien no, dado que al utilizar beta-bloqueadores la frecuencia cardiaca no correlaciona con respuesta al tratamiento farmacológico, es decir disminución de la presión portal. Existe evidencia que sugiere que la ligadura es superior al beta-bloqueo previniendo el primer episodio de sangrado, pero no se traduce en mejoría de la sobrevida, además la ligadura se relaciona con sangrado iatrógeno, por lo que el β-bloquedor se considera la terapia de elección y se reserva la ligadura para los intolerantes o en quienes existe contraindicación para el fármaco. Dr. Martínez-Vázquez: La prevención primaria de elección son los β-bloqueadores; sin embargo se puede utilizar la ligadura endoscópica en ciertas condiciones. En este caso, se inició con propranolol a 60 mg/día, la cual puede considerarse como una dosis baja; no obstante, la tolerancia fue inadecuada y con el antecedente de un GPPH de 22.5 mm/hg así como el hallazgo de varices grandes, decidimos realizar la ligadura como forma de profilaxis primaria de sangrado. Referencias 1. Gisbert J, Gomollón F. Classification of anemia for gastroenterologists. World J Gastroenterol 2009;15(37): 4627-4637. 2. 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Luego emigró para realizar un posdoctorado, primero en la Universidad John Hopkins (Baltimore, EEUU) y después en la Universidad de McGill (Montreal, Canadá). Fue durante su desempeño en esta última donde tuvo lugar la concepción de la idea del Síndrome general de adaptación y el origen de la palabra stress. La historia de este anglicismo y del desarrollo de un concepto revolucionario para su época, además de ser rica en detalles, muestra algunas enseñanzas acerca de la investigación básica y su método. Los experimentos iniciales de Hans Selye estuvieron orientados a descubrir una nueva hormona sexual, para lo cual inyectó extracto de ovario en ratas. Un análisis meticuloso de los resultados le permitió observar cierta constancia en los cambios producidos, los que incluían, entre otros, hipertrofia de la corteza adrenal, atrofia del sistema retículo endotelial y la aparición de úlceras gástricas y duodenales. Asimismo, la magnitud de estos cambios fue proporcional a la cantidad de extracto ovárico inyectado. El joven investigador pensó que se hallaba efectivamente ante al descubrimiento de una substancia extraña que producía efectos antes no descriptos. Dispuesto a Hans Selye en su laboratorio. Correspondencia: Diego Bértola, Servicio de Clínica Médica, Hospital Provincial del Centenario, Universidad Nacional de Rosario. Urquiza 3101, C.P. 2000 Rosario, Argentina. Correo electrónico: diegoabertola@gmail.com 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados. 143 Hans Selye y sus ratas estresadas comprobar el origen ovárico de esta nueva hormona, también inyectó a las ratas extractos de hipófisis y placenta. Fue decepcionante observar los mismos resultados con tales productos, independientemente de su origen. No obstante, suponiendo que esta hormona no proviniera exclusivamente del ovario, administró a sus ratas extractos de hígado, riñón y otros órganos. Nuevamente el resultado obtenido fue similar. En un último intento para establecer la existencia de esta supuesta substancia, que aparentaba ubicua, inyectó formalina a los animales. Al comprobar la presencia de resultados idénticos a los anteriores, la hipótesis inicial se derrumbó: la hormona nueva no existía. La sensación de fracaso afectó su talante por unos días. Su trabajo aparentaba haber sido en vano, no conducía a ningún lado. Mientras resolvía qué hacer con su línea de investigación, de pronto recordó algunas de las observaciones que había formulado en los primeros años de su formación médica en la Universidad de Praga. Fue allí donde realizó el primer contacto con enfermos, en el cual pudo notar llamativamente que muchos de ellos aquejaban síntomas generales (fiebre, dolor abdominal, artralgias, cefalea, pérdida de peso), en forma independiente a la entidad mórbida que los afectara. Denominó a ese curioso fenómeno como Síndrome de sólo estar enfermo. Una notable similitud con sus ratas enfermas, que reaccionaban de igual forma ante distintas substancias. Aquella idea latente de sus años iniciales, salió a flote en el momento justo y le posibilitó argumentar una nueva teoría que uniformara sus observaciones, parecía existir algún mecanismo en el cuerpo que determinaba una respuesta general a los agentes nocivos. También permitía explicar cómo ciertos tratamientos de la medicina tradicional, como descansar, comer liviano y protegerse de los cambios bruscos de temperatura, eran efectivos en pacientes que sufrían trastornos inespecíficos. Experimentó entonces sometiendo ratas a temperaturas extremas, ejercicio extenuante, traumatismos y a la inyección de distintas drogas. Pudo comprobar nuevamente los resultados antes obtenidos, pero en esta oportunidad, resignificados, conformaron la explicación de un fenómeno desconocido, mucho más importante que la hormona soñada. Presentó sus conclusiones iniciales en 1936, en el British Journal Nature, en un artículo llamado Un síndrome producido por diversos agentes nocivos.1 En él, sucintamente delineó su nuevo paradigma: independientemente de la naturaleza del estímulo nocivo, el organismo responde de manera estereotipada. Esta reacción representa un esfuerzo del organismo para adaptarse a la nueva condición a la que es sometido, y la denominó Síndrome general de adaptación (SAG). El SAG, tal como lo describió Selye, incluye tres etapas universales. La primera llamada reacción de alarma, involucra cambios bien definidos como hipertrofia e hiperactividad de la corteza suprarrenal, involución del timo e hipersecreción de corticotrofina y tirotrofina. Si el organismo sobrevive a esta primera etapa y el estímulo nocivo persiste, ingresa en una segunda etapa donde los órganos estabilizan su función a niveles prácticamente normales; es decir, se constituye una resistencia. Por último, si la situación se prolonga en el tiempo (uno a tres meses), el organismo ingresa en una tercera etapa de agotamiento, que culmina con la muerte.2 Unos años más tarde, Selye utilizó el término stress (que significa tensión, presión, coacción) para definir la condición con la que el organismo responde a agentes nocivos (“stressors”).3,4 El concepto rápidamente fue adoptado a nivel mundial, y al no haber palabras homólogas en otros idiomas, se utilizó la palabra stress sin modificar, salvo excepciones (por ejemplo, la Real Academia Española acepta el vocablo estrés). En su autobiografía The Stress of my life,5 publicada en 1977, mencionó que el mejor término para definir su idea hubiera sido strain, que hace alusión a la idea de tensión o tirantez sobre un cuerpo, palabra empleada en el campo de la física. Si bien Selye hablaba siete idiomas, por aquel entonces su dominio del inglés no era el ideal, y esa fue la razón por la que utilizó stress y no strain. Las ideas de Selye forjaron un campo enteramente inédito en la medicina de esos días. Continuando su labor, publicó más de 30 libros y más de 1500 artículos científicos, casi todos ellos sobre el tema del stress.6, 7 Notoriamente, sus trabajos partieron de un punto bastante alejado del rumbo que tomaron después, y derivaron inicialmente en un aparente fracaso. Muchos otros excepcionales descubrimientos ocurrieron de manera similar. Fue su virtud el poder observar algo completamente inesperado, quizás gracias a un especial tipo de intuición. Él mismo comentó en un artículo acerca de la investigación básica, que uno de los mayores atributos que un científico debe poseer es justamente la libertad de prejuicios, esa que permite observar hechos y conceptos hasta el momento evidentes, sin aceptarlos del todo, dejando jugar su imaginación con posibilidades impensadas. Es en ese ejercicio que surgen, con cierto toque de serendipismo, los hallazgos impredecibles y originales.8 Selye culminó su brillante carrera como director y profesor, en el Instituto de Medicina Experimental y Cirugía de la Universidad de Montreal, hasta su retiro en 1970. Falleció en 1982, en esa misma ciudad. Fue sin dudas una mente innovadora, y su influencia perdura vigente en el arduo trabajo de estudiantes e investigadores que luchan cotidianamente para mostrar sus ideas al mundo. Referencias 1. Selye H. A Syndrome Produced by Diverse Nocuous Agents. Nature, 1936; 138, 32. 2. Selye H. The general adaptation syndrome and the diseases of adaptation. J Clin Endocrinol 1946;6:117-184. 3. Selye H. Stress. Montreal: Acta, 1950/1955. 4. Pasqualini RQ. Historia y actualidad del stress. Medicina (Buenos Aires) 1990;50:263-267. 5. Selye H. The stress of my life. A scientist’s memoirs. Toronto: McClelland and Stewart, 1977. 6. Selye H. The Stress of life. New York: McGraw-Hill, 1956. 7. Selye H. Stress sans détresse. Montreal: La Presse, 1974. 8. Pasqualini CD. La investigación básica según Hans Selye. Medicina (Buenos Aires) 2007;67:767-770. Medicina Universitaria 2010;12(47):144 medicina universitaria www.elsevier.es Por los estantes Tesis del Siglo XIX. Primeros egresados de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León Medina de la Garza Carlos Eduardo, Ortiz Guerrero Armando Hugo. Tesis del Siglo XIX Primeros Egresados de la Facultad de Medicina de la UANL. Monterrey, México. Universidad Autónoma de Nuevo León. Primera Edición 2009 ISBN978-607433-252-0 La presente obra rescata para la actualidad un aspecto singular de la formación médica en el Estado de Nuevo León durante el siglo XIX, a saber: el análisis detallado de las primeras cuarenta y cinco tesis profesionales de los médicos graduados en el período comprendido entre 1865 y 1878. En un admirable ejercicio de minería de datos, de recopilación y síntesis de una gran cantidad y variedad de documentos, el Dr. Carlos Eduardo Medina de la Garza y el Profesor Armando Hugo Ortiz Guerrero, llevan a cabo un exitoso esfuerzo por rescatar para nosotros, sus contemporáneos, y para los hoy en etapa de formación: los futuros médicos, las inquietudes científicas que moldearon el razonamiento y quehacer médico de aquellos primeros hombres que iniciaron el reto y la aventura de formarse como médicos en la naciente Escuela de Medicina de Nuevo León, simiente de la hoy prestigiada Facultad de Medicina de la UANL. El libro Tesis del Siglo XIX fue impreso en los Talleres de la Imprenta de la UANL, en una atractiva presentación. La obra consta de 475 páginas, distribuidas en un total de 47 apartados. Después de un atinado prólogo escrito por el Dr. Donato Saldívar Rodríguez, en su calidad de Director de esta institución educativa, los autores proceden a presentar, en orden cronológico, un serio y puntual trabajo, reproduciendo de manera precisa las tesis motivo de estudio. Es de destacarse el gran interés que sin duda despertará en todos aquellos relacionados con el área biomédica, tanto como en los interesados en la Historia de la región y la evolución de la formación y pensamiento médico en nuestro país, el enterarse de manera tan amena y atractiva de los tópicos de investigación y sus diversos enfoques que desvelaron a aquellos pioneros de los estudios de la carrera de Medicina en su afán por obtener el prestigiado título de Médico, Cirujano y Partero; el libro cuenta con numerosos pasajes de gran interés, de los cuales se reproduce uno enseguida: Señores: Al presentarme, ante vosotros, pidiendo un examen general sobre las materias que por espacio de seis años he cursado en el colegio civil de esta ciudad, no es que me halle convencido de tener la experiencia y conocimiento necesarios para caminar sin riesgo y vacilación en la intrincada y escabrosa carrera médica, donde a cada instante el sabio encuentra nuevos tropiezos y precipicios; sino que de muy poco sirven los conocimientos que se adquieren por medio de los libros, si al mismo tiempo no son ilustrados por una diaria y continuada práctica, y que esta sería muy mal admitida de la sociedad sino llevase ante si la aprobación de esta honorable junta; me he determinado sujetarme a este examen con el ardiente deseo de hacerme acreedor a una especie de recomendación para con el mundo social, esto es a un título, considerando esto no como un fin, pues sería una ambición demasiado pueril, sino como un medio seguro de adquirir conocimientos. Ygnacio Martínez, Tesis: ¿Hay o no fiebres esenciales? Monterrey, Agosto 7 de 1865. Finalmente, es justo reconocer el magnífico trabajo de los autores que, con enorme esfuerzo y especial empeño, han logrado hacernos llegar información habitualmente reservada a los pocos privilegiados que logran tener acceso a los documentos que sirvieron de materia para este libro, celosamente custodiados en el archivo histórico de la Facultad de Medicina, algo raramente visto en la literatura de divulgación de nuestro país. Dr. Med. José Carlos Jaime Pérez Profesor de Hematología 1665-5796 © 2010 Revista Medicina Universitaria. Facultad de Medicina UANL. Publicado por Elsevier México. Todos los derechos reservados.