BOLETÍN OFICIAL DE LA ZONA DE INFLUENCIA ESPAÑOLA EN MARRUECOS BOLETÍN OFICIAL DE LA i m DE i m i f l ESPlíOLfl KN MARRUECOS Número 1.—10 de Abril de 1913. ir*' *- * MADRID IMPRENTA DEL MINISTERIO DE ESTADO 1913 Convenio hispano-írancés de 27 de Noviembre de 1912. Sü MAJESTAD El REY DE ESPAÍÍA Y EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FRANCESA, Deseosos de precisar la situación respectiva de España y Francia con relación al Imperio Xerifiano, Considerando, por otra parte, que el presente Convenio les ofrece ocasión propicia de afirmar sus sentimientos de amistad recíproca y su voluntad de armonizar los intereses de los dos paises en Marruecos; Han nombrado al efecto por sus Plenipotenciarios, á saber: Sü MAJESTAD EL REY DE ESPAÑA, Al Excelentísimo Señor Don MANUEL GARCÍA PRIETO, MARQUÉS DE ALHUCEMAS, Senador vitalicio. Ministro de Estado, Caballero Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso Xn, condecorado con la Medalla de Oro de Alfonso Xin, etc., etc., etc., y EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FRANCESA, Al Excelentísimo Señor LEÓN, MAROEL, ISIDORE, GEOFFRAY, Embajador Extraordinario y Plenipotenciario cerca de S. M. el Rey do España, Comendador de la Orden nacional de la Legión de Honor, etc., etc., etc., Los cuales, después de haberse comunicado los poderes respectivos, liallados en buena y debida forma, han acordado y Armado los artículos siguientes: ARTÍCULO I El Gobierno de la República Francesa reconoce que, en la zona de influencia española, toca á España velar por la tranquilidad de dicha zona y prestar su asistencia al Gobierno marroquí para la introducción de todas las reformas administrativas, económicas, financieras, judiciales y militares de que necesita, así como para todos los reglamentos nuevos y las modificaciones de los reglamentos existentes que esas reformas llevan consigo, conforme á la Declaración franco-inglesa de 8 de Abril de 1904 y al Acuerdo franco-alemán de 4 de Noviembre de 1911. Las regiones comprendidas en la zona de influencia determinada en el artículo 2.° continuarán bajo la autoridad civil y rehgiosa del Sultán en las condiciones del presente Acuerdo. Dichas regiones serán administradas, con la intervención de un Alto Comisario español, por un Jalifa que el Sultán escogerá de una lista de dos candidatos presentados por el Gobierno español. Las funciones de Jalifa no le serán mantenidas ó retiradas al titular más que con el consentimiento del Gobierno español. El Jalifa residirá en la zona de influencia españo- la y habitualmente en Tetuán; estará provisto de una delegación general del Sultán, en virtud de la cual ejercerá los derechos pertenecientes á éste. La delegación tendrá carácter permanente. En caso de vacante las funciones de Jalifa las llenará provisionalmente y de oficio el Bajá de Tetuán. Los actos de la autoridad marroquí en la zona de infiuencia española serán intervenidos por el Alto Comisario español y sus agentes. El Alto Comisario será el único intermediario en las relaciones que el Jalifa, en calidad de Delegado de la autoridad imperial en la zona española, tendrá que mantener con los agentes oficiales extranjeros, dado que, por lo demás, no se derogará el artículo 5." del Tratado franco-xeriflano del 30 de Marzo de 1912. El Gobierno de S. M. el Rey de España velará por la observancia de los Tratados y, especialmente, de las cláusulas económicas y comerciales insertas en el Acuerdo franco-alemán de 4 de Noviembre de 1911. No podrá imputarse responsabilidad al Gobierno xeriflano por reclamaciones fundadas en hechos acaecidos bajo la administración del Jalifa en la zona de influencia española. ARTÍCULO II En el Norte de Marruecos, la frontera separativa de las zonas de influencia española y francesa partirá de la embocadura del Muluya y remontará la vaguada de este río hasta un kilómetro aguas abajo de Mexera Klila. Desde este punto, la línea de demarcación seguirá hasta el Yebel Beni Hasen el trazado fijado por el artículo 2.° del Convenio de 3 de Octubre de 1904. En el caso de que la Comisión mixta de limitación, prevista en el párrafo primero del artículo IV, comprobase que ol morabito de Sidi Maaruf depende de la fracción meridional de Beni Buyagi, este punto — 4 — sería atribuido á la zona francesa. Sin embargo, la línea de demarcación de las dos zonas, después de haber englobado dicho morabito, no pasaría á más de un kilómetro al Norte ni de dos kilómetros al Oeste del mismo, para ir á unirse al trazado que el párrafo anterior determina. Del Yebel Beni Hasen la frontera se dirigirá hacia el Uad Uarga, lo alcanzará al Norte de la Yemaa de los Chorfa de Tafraut, aguas arriba de la curva formada por el río, y de allí continuará en dirección Oeste por la línea de las alturas que dominan la orilla derecha del Uad Uarga hasta su intersección con la línea Norte-Sur definida en el artículo 2.° del Convenio de 1904. En esta parte de su transcurso, la frontera seguirá lo más estrechamente posible el límite Norte de las tribus ribereñas del Uarga y el límite Sur de las que no sean ribereñas, asegurando una comunicación militar no interrumpida entre las diferentes regiones de la zona española. Remontará en seguida hacia el Norte, manteniéndose á una distancia de veinticinco kilómetros, por lo menos, al Este del camino de Fez á Alcazarquivir por Uazan hasta encontrar el Uad Lucus, cuya vaguada bajará hasta el límite entre las tribus de Sarsar y Tlig. Desde este punto contorneará el Yebel Gani, dejando esta montaña en zona española á reserva de que no se construyan sobre ella fortificaciones permanentes. En fin, la frontera se unirá al paralelo 35° de latitud Norte entre el aduar Mgaria y la Marya de Sidi Selama y seguirá este paralelo hasta el mar. Al Sur de Marruecos, la frontera de las zonas española y francesa estará definida por la vaguada del Uad Draa, remontándola desde el mar hasta su encuentro con el meridiano IV al Oeste de París y continuará por dicho meridiano hacia el Sur hasta su encuentro con el paralelo 27° 40' de latitud Norte. Al Sur de este paralelo, los artículos 5 y 6 del Con- venio de 3 de Octubre de 1904 continuarán siendo aplicables. Las regiones marroquíes situadas al Norte y al Este de los limites indicados en este párrafo pertenecerán á zona francesa. ARTÍCULO III Habiendo concedido á España el Gobierno marroquí, por el artículo 8.° del Tratado de 26 de Abril de 1860, un establecimiento en Santa Cruz de Mar Pequeña (Ifni), queda entendido que el territorio de este establecimiento tendrá los límites siguientes: al Norte el Uad Bu Sedra, desde su embocadura; al Sur el Uad Nun, desde su embocadura; al Este una línea que diste aproximadamente veinticinco kilómetros de la costa. ARTÍCULO IV Una Comisión técnica, cuyos individuos serán designados en nlímero igual por los Gobiernos español y francés, fijará el trazado exacto de los límites especificados en los artículos anteriores. En su trabajo, la Comisión podrá tener en cuenta, no solamente los accidentes topográficos, sino también las contingencias locales. Las actas de la Comisión no tendrán valor ejecutivo sino después que las ratifiquen ambos Gobiernos. Sin embargo, los trabajos de la Comisión antes prevista no serán obstáculo á la toma de posesión inmediata por España de su establecimiento de Ifni. ARTÍCULO V España se compromete á no enajenar ni ceder en forma alguna, siquiera sea á título temporal, sus derechos en todo ó parte del territorio comprendido en su zona de influencia. ARTÍCULO VI Con objeto de asegurar el libre paso del Estrecho de Gibraltar, ambos Gobiernos convienen en no dejar que se eleven fortificaciones ú obras estratégicas cualesquiera en la parte de la costa marroquí á que se refieren el artículo 7 de la Declaración francoinglesa de 8 de Abril de 1904 y el artículo 14 del Convenio hispano-francés de 3 de Octubre del mismo año y comprendida en las respectivas esferas de inñuencia. ARTÍCULO VII La ciudad de Tánger y sus alrededores estarán dotadas de un régimen especial que será determinado ulteriormente y formarán una zona entre los limites abajo descritos. Partiendo de Punta Altares, en la costa Sur del Estrecho de Gibraltar, la frontera se dirigirá en derechura á la cresta del Yebel Boni Meyimel, dejando al Oeste la aldea llamada Dxar ez Zeitun, y seguirá en seguida la línea de los límites entre el Fahs, por un lado, y las tribus de Anyera y Uad Ras, por otro, hasta el encuentro del Uad Zeguir. De allí la frontera continuará por la vaguada del Uad Zeguir y después por la de los Ued M'harhar y Tzahadartz hasta el mar; todo conforme al trazado indicado en la carta del Estado Mayor español que tiene por título CROQUIS DEL IMPERIO DE MARRUECOS á escala de 1.100.000, edición de 1906. ARTÍCULO VIII Los Consulados, las escuelas y todos los establecimientos españoles y franceses que actualmente existen en Marruecos serán mantenidos. _ ? ^ Los dos Gobiernos se obligan á hacer que se respete la libertad y la práctica externa de todo culto existente en Marruecos. El Gobierno de S. M. el Rey de España, por lo que le concierne, hará de modo que los privilegios religiosos al presente ejercidos por el clero regular y secular español no subsistan en la zona francesa. Sin embargo, en esa zona las misiones españolas conservarán sus establecimientos y propiedades actuales, pero el Gobierno do S. M. el Rey de España no se opondrá á que se afecte á ellos religiosos de nacionalidad francesa. Los nuevos establecimientos que esas misiones fundasen serán confiados á religiosos franceses. ARTÍCULO IX Mientras el ferrocarril Tánger-Fez no se construya, no se pondrá ninguna traba al paso de convoyes de aprovisionamientos destinados al Majzen ni á los viajes de los funcionarios xerifianos 6 extranjeros entre Fez y Tánger y viceversa, como tampoco al paso de su escolta y de sus armas y bagajes, en la inteligencia de que las autoridades de la zona atravesada habrán sido previamente informadas. Ninguna tasa ó derecho especial de tránsito podrá ser percibido por ese paso. Después de la construcción del ferrocarril Tánger-Fez, podrá usarse éste para dichos transportes ARTÍCULO X Los impuestos y recursos de todas clases en la zona española quedarán afectos á los gastos de ésta. ARTÍCULO XI El Gobierno xeriflano no podrá ser llamado á participar en ningún concepto á los gastos de la zona española. ARTÍCULO XII El Gobierno de S. M. el Rey de España no causará perjuicio á los derechos, prerrogativas y privilegios de los tenedores de títulos de los empréstitos de 1904 y 1910 en la zona de influencia española. A fin de armonizar el ejercicio de estos derechos con la nueva situación, el Gobierno de la República usará de su influencia sobre el Representante de los tenedores para que el funcionamiento de las garantías en dicha zona sea de acuerdo con las disposiciones siguientes: La zona de influencia española contribuirá á las cargas de los empréstitos de 1904 y 1910 en la proporción (deducción hecha de las quinientas mil pesetas hassani de que se hablará después) que los puertos de dicha zona aportan al total de los ingresos de aduanas de los puertos abiertos al comercio. Esta contribución se fija provisionalmente en 7,95 7o, cifra basada sobre los resultados de 1911. Será revisable anualmente á petición de una ú otra de las partes. La revisión prevista deberá hacerse antes del 15 de Mayo que siguiera al ejercicio que le sirva de base. En el pago que el Gobierno español efectúe, como se dice más abajo, el 1." de Junio, se tendrán en cuenta sus resultados. El Gobierno de S. M. el Rey de España constituirá cada año (el 1." de Marzo para el servicio del empréstito de 1910 y el 1° de Junio para el servicio del empréstito de 1904), en manos del Representante de los tenedores de los títulos de estos dos empréstitos, el importe de las anualidades fijadas en el párrafo precedente. En consecuencia, la recaudación á nombre de los empréstitos se suspenderá en la zona española por aplicación de los artículos 20 del Contrato de 12 de Junio de 1904 y 19 del Contrato de 17 de Mayo de 1910. La intervención de los tenedores y los derechos relativos á la misma, cuyo ejercicio se habrá suspendido en virtud de los pagos del Gobierno español, se restablecerán tal como existen actualmente en el caso en que el Representante de los tenedores tuviera que reanudar la recaudación directa conforme con los contratos. ARTÍCULO XIII Por otra parte, ha lugar á asegurar á la zona española y á la zona francesa el producto que á cada una de ellas corresponde sobre los derechos de importación percibidos. Los dos Gobiernos convienen: 1.° En que, calculados los ingresos aduaneros que cada una de las dos Administraciones zoneras perciba sobre mercancías introducidas por sus aduanas con destino á la otra zona, corresponderá á la zona francesa una suma total de quinientas mil pesetas hassani, que se descompondrá así: a) Un tanto alzado de trescientas mil pesetas hassani, aplicable á los ingresos de los puertos del Oeste; h) Una suma de doscientas mil pesetas hassani, aplicable á los ¡ngresos de la costa mediterránea, sujeta á revisión cuando el funcionamiento de los ferrocarriles suministre elementos exactos de cálculo. Esa revisión eventual podría aplicarse á los pagos anteriormente efectuados si el importe de éstos fuese - 10 superior al de los pagos que se hayan de realizar en el porvenir. Sin embargo, los reembolsos de que se trata no versarían más que sobre el capital y no darían lugar á cálculo de intereses. Si la revisión así efectuada diera lugar á reducir los ingresos franceses relativos á los productos de aduanas de los puertos del Mediterráneo, llevaría consigo ipso fado el aumento de la participación española en las cargas de los empréstitos antes mencionados. 2." En que los ingresos aduaneros percibidos por la oficina de Tánger deberán repartirse entre la zona internacionalizada y las dos otras zonas á prorrata del destino final de las mercancías. En espera de que el funcionamiento de los ferrocarriles permita un reparto exacto de las sumas debidas á la zona española y á la zona francesa, el servicio de aduanas entregará en depósito al Banco de Estado el remanente de esos ingresos, previo pago de la parte de Tánger. Las Administraciones aduaneras de las dos zonas se pondrán de acuerdo por medio de Representantes, que se reunirán periódicamente en Tánger, sobre las medidas convenientes para asegurar la unidad en la aplicación de los Aranceles. Estos delegados se comunicarán, á todos los efectos útiles, las informaciones que hayan podido obtener tanto sobre contrabando como respecto á las operaciones irregulares que pudieran llegar á efectuarse en las oficinas de aduanas. Ambos Gobiernos se esforzarán en poner en vigor, en 1° de Marzo de 1913, las medidas previstas por el presente artículo. ARTÍCULO XIV Las garantías afectas en zona española al crédito francés en virtud del Acuerdo franco-marroquí de 21 - 11 — de Marzo de 1910 pasarán á garantizar el crédito español y recíprocamente las garantías afectas en zona francesa al crédito español en virtud del Tratado hispano-marroquí de 16 de Noviembre de 1910 pasarán á garantizar el crédito francés. Con objeto de reservar á cada zona el importe de los impuestos mineros que naturalmente deben corresponderle queda entendido que el canon proporcional de extracción pertenecerá á la zona donde esté situada la mina, aunque sea percibido á la salida por una aduana de la otra zona. ARTÍCULO XV En lo que atañe á los anticipos hechos por el Banco de Estado sobre el 5 % de las aduanas, ha parecido equitativo hacer soi^ortar á las dos zonas, no solamente el reembolso de dichos anticipos, sino también, de una manera general, las cargas de la liquidación del pasivo actual del Majzen. En el caso en que so hiciera dicha liquidación por medio de un empréstito á corto ó á largo plazo, cada una de ambas zonas contribuiría al pago de las anualidades de este empréstito (intereses y amortización) en proporción igual á la establecida para el reparto entre dichas zonas de las cargas de los empréstitos de 1904 y 1910. El tipo del interés, plazos de amortización y conversión, las condiciones de la emisión y, si ha lugar, las garantías del empréstito se fijarán de acuerdo por ambos Gobiernos. En la liquidación no se incluirán las deudas contraídas con posterioridad á la firma del presente Acuerdo. El importe total del pasivo á liquidar comprende, sobre todo: 1.", los anticipos del Banco de Estado garantizados con el 5 % del producto de las aduanas; - 12 - 2.", las deudas liquidadas por la Comisión institxiída en virtud del Reglamento del Cuerpo diplomático en Tánger, de 29 de Mayo de 1910. Ambos Gobiernos se reservan examinar conjuntamente los créditos que no sean los antes citados con los números 1 y 2, comprobar su legitimidad y, en caso de que el total del pasivo excediese sensiblemente de la suma de veinticinco millones de francos, comprenderlos ó no en la liquidación mencionada. ARTÍCULO XVI Como quiera que la autonomía administrativa do las zonas de influencia española y francesa no puede menoscabar los derechos, prerrogativas y privilegios concedidos, conforme al Acta de Algeciras, por el Gobierno marroquí, en todo el territorio del Imperio, al Banco de Estado de Marruecos, éste continuará disfrutando, sin disminución ni reserva, en cada una de las dos dichas zonas, todos los derechos emanados de los Actos que lo rigen. No podrá por la expresada autonomía de las zonas ponerse obstáculo á su acción y los dos Gobiernos le darán facilidades para el libre y completo ejercicio de sus derechos. El Banco de Estado de Marruecos, de acuerdo con las dos Potencias interesadas, podrá modificar las condiciones de su funcionamiento á fin de ponerlas en armonía con la organización territorial de cada zona. Los dos Gobiernos recomendarán al Banco de Estado el estudio de una modificación de sus estatutos que permita: 1.° Crear un segundo Alto Comisario marroquí que sería nombrado por la Administración de la zona de influencia española, después de ponerse de acuerdo con el Consejo de Administración del Banco; 2.° Conferir á este segundo Alto Comisario para salvaguardia de los intereses legítimos de la Admi- - 13 — nistración de la zona española, atribuciones tan idénticas como sea posible á las del Alto Comisario actual, y sin perjudicar al funcionamiento normal del Banco. A los fines antes indicados so harán por los dos Gobiernos todas las gestiones que sean útiles para obtener la revisión regular de los estatutos del Banco y del reglamento de las relaciones de éste con el Gobierno marroquí. A fin de precisar y completar la inteligencia recaída entre ambos Gobiernos y hecha constar por la carta que el Ministro de Negocios Extranjeros de la República dirigió el 23 de Febrero de 1907 al Embajador de S. M. el Rey de España en París, el Gobierno francés se compromete, en lo que concierne á la zona española y á reserva de los derechos del Banco: 1.°, á no apoyar candidatura alguna cerca del Banco de Estado; 2.°, á dar á conocer al Banco su deseo de ver tomadas en consideración, para los empleos en dicha zona, las candidaturas de nacionalidad española. Recíprocamente, el Gobierno español se compromete, en lo que concierne á la zona francesa, á reserva de los derechos del Banco: 1°, á no apoyar ninguna candidatura cerca del Banco de Estado; 2.°, á dar á conocer al Banco su deseo de ver tomadas en consideración, para los empleos en dicha zona, las candidaturas de nacionalidad francesa. Por lo que se refiere: 1.° A las acciones del Banco que pudieran pertenecer al Majzen; 2.", á los beneficios correspondientes al Majzen en las operaciones de acuñación y refundición de moneda asi como en cualesquiera otras operaciones monetarias (artículo 37 del Acta de Algeciras), queda entendido que será atribuida á la Administración de la zona española una parte calculada según el mismo tanto por ciento que el canon y los beneficios del monopolio de tabacos. 14 ARTÍCULO XVII Como quiera qxie la autonomía administrativa de las zonas de influencia española y francesa en Marruecos no puede menoscabar los derechos, prerrogativas y privilegios concedidos, conforme al Acta general de Algeciras, por el Gobierno marroquí en todo el territorio del Imperio á la Sociedad Internacional del Monopolio cointeresado de los tabacos en Marruecos, dicha Sociedad continuará disfrutando sin disminución ni reserva todos los derechos emanados de los Actos que la rigen. No «podrá por la expresada autonomía de las zonas ponerse obstáculo á su acción y los dos Gobiernos le darán facilidades para el libre y completo ejercicio de sus derechos. No podrán ser modificadas, sino por acuerdo entre las dos Potencias interesadas, las condiciones actuales de la explotación del monopolio y en particular las tarifas de los precios de venta. El Gobierno francés no pondrá obstáculo á que el Gobierno de S. M. el Rey de España se concierte con el monopolio, á fin de obtener que ceda todos sus derechos y privilegios á un tercero ó para rescatarle amistosamente por anticipado dichos derechos y privilegios. Si el Gobierno español, como consecuencia del rescate anticipado, desease modificar en su zona las condiciones generales de la explotación del monopolio, como, por ejemplo, si quisiese rebajar los precios de venta, deberá dejar á salvo los intereses de la zona francesa, y los dos Gobiernos se pondrán de acuerdo exclusivamente con dicho fin. Las precedentes estipulaciones tendrán carácter de reciprocidad y se aplicarán en el caso de que el Gobierno francés desease hacer uso de las facultades reconocidas al Gobierno español por el párrafo anterior. - 15 - Con objeto de evitar que la Sociedad pudiera oponerse á un rescate parcial del monopolio, se comprometerán desde ahora los dos Gobiernos á que el derecho de rescate previsto en el artículo 24 del pliego de condiciones sea ejercido en una y otra zona tan pronto como sea posible, es decir, el 1.° de Enero de 1933, previniendo á la Sociedad antes del 1." de Enero de 1931. A partir del 1.° do Enero de 1933 habrá libertad en cada una de las dos zonas, para establecer, según convenga á las mismas, los impuestos que constituyen el monopolio. Los dos Gobiernos, respetando el pliego de condiciones, se pondrán de acuerdo para obtener: A) La creación de un segundo Comisario nombrado por la Administración de la zona de influencia española; BJ La determinación de las atribuciones que á este segundo Comisario le sean necesarias para dejar á salvo los intereses legítimos de la Administración de la zona española, sin perjudicar al funcionamiento normal del monopolio; CJ El reparto por mitad entre los dos Comisarios de la suma de cinco mil duros mojazníes plata pagada anualmente por la Sociedad como retribución del Comisario. A fln de mantener, mientras dure el monopolio, la identidad de las tarifas de precios de venta en las dos zonas, los dos Gobiernos se comprometen á no gravar con nuevos impuestos el monopolio ó á sus derechohabientes, sin ponerse previamente de acuerdo. El producto de las multas impuestas á la Sociedad por incumplimiento del pliego de condiciones ó abusos (artículo 31 del pliego de condiciones) beneficiará al Tesoro de la zona donde se hayan cometido los abusos ó infracciones. Para el reparto del canon fijo anual y de los beneficios (artículos 20 al 23 del pUego de condiciones) se - 16 aplicará un tanto por ciento que será determinado por la potencia de consumo de la zona española en comparación con la potencia de consumo total del Imperio. Esta potencia de consumo será evaluada con arreglo á las percepciones do aduanas que queden efectivamente en manos de la Administración de la zona española, teniendo en cuenta el abono previsto en el artículo 13. ARTÍCULO XVIII En lo que atañe á la Junta de valoraciones de aduanas, á la Junta especial'de obras públicas y á la Comisión general de adjudicaciones, durante el período en que esas Juntas'continúen en vigor, se reservará á la designación del Jalifa de la zona española uno de los puestos de Delegado xeriflano en cada una de dichas tres Juntas. Ambos Gobiernos están de acuerdo para reservar á cada zona y afectar á sus obras públicas el producto de la tasa especial percibida en sus puertos en virtud del artículo 66 del Acta de Algeciras. Los servicios respectivos serán autónomos. A condición de reciprocidad, los Delegados de la Administración de la zona francesa votarán con los Delegados del Jalifa en las cuestiones que interesen á la zona española y sobre todo en cuanto concierne á la determinación de los trabajos que hayan de efectuarse con los fondos de la tasa especial, á su ejecución y á la designación del personal que esa ejecución requiere. ARTÍCULO XIX El Gobierno de S. M. Católica y el Gobierno de la República Francesa se concertarán para: - 1? - I.** Cualesquiera modificaciones que en lo futuro hubieran de hacerse en los derechos de aduanas; 2° La unificación de las tarifas postales y telegráficas en el interior del Imperio. ARTÍCULO XX La línea de ferrocarril Tánger-Fez se construirá y explotará en las condiciones determinadas por el Protocolo anejo al presente Convenio. ARTÍCULO XXI El Gobierno de S. M. Católica y el Gobierno de la República Francesa se comprometen á provocar la revisión (de acuerdo con las otras Potencias y sobre la base del Convenio de Madrid) de las listas y situación de los protegidos extranjeros y asociados agrícolas á que se refieren los artículos 8 y 16 de dicho Convenio. Igualmente convienen en gestionar cerca de las Potencias signatarias cualquier modificación del Convenio de Madrid que permitiese en momento oportuno el cambio del régimen de los protegidos y asociados agrícolas, y eventualmente la derogación de la parte'de dicho Convenio referente á los protegidos y asociados agrícolas. ARTÍCÜI^O XXII Los subditos marroquíes originarios de la zona de influencia española estarán, en el extranjero bajo la protección de los Agentes diplomáticos y consulares de España. 3 la ARTÍCULO XXIII Con objeto de evitar en cuanto sea posible las reclamaciones diplomáticas, los Gobiernos español y francés se emplearán cerca del Jalifa del Sultán y del Sultán mismo, respectivamente, á fin de que las quejas presentadas por administrados extranjeros contra las autoridades marroquíes ó las personas que obren en concepto de tales, y que no hubieren podido arreglarse por mediación del Cónsul español ó francés y del Cónsul del Gobierno interesado, sean sometidas á un arbitro ad hoc para cada asunto, designado de común acuerdo por el Cónsul de España ó de Francia y el de la Potencia interesada, y en defecto de éstos por los dos Gobiernos de dichos Cónsules. ARTÍCULO XXIV El Gobierno de S. M. Católica y el Gobierno de la República Francesa se reservan la facultad de proceder, en las zonas respectivas, al establecimiento de organizaciones judiciales inspiradas en sus legislaciones propias. Una vez que esas organizaciones se hayan establecido y que los nacionales y protegidos de cada país estén, en la zona de éste, sometidos á la jurisdicción de tales Tribunales, el Gobierno de S. M. el Rey de España, en la zona de influencia francesa, y el Gobierno de la República Francesa, en la zona de influencia española, someterán asimismo á dicha jurisdicción lócala sus respectivos nacionales y protegidos. Mientras el párrafo 3.° del artículo 11 del Convenio de Madrid de 3 de Junio de 1880 siga en vigor, la facultad que pertenece al Ministro de Negocios Extranjeros de S. M. Xerifiana de entender en apelación en las cuestiones de propiedad inmueble de — 19 — los extranjeros, por lo que concierne á la zona española, formará parte c^el conjunto de los poderes delegados al Jalifa. ARTÍCULO XXV Las Potencias signatarias se comprometen á prestar, desde ahora, en sus posesiones de África, su entero concurso á las autoridades marroquíes para la vigilancia y.represión del contrabando de armas y municiones de guerra. La vigilancia en las aguas territoriales de las respectivas zonas española y francesa será ejercida por los elementos que organice la autoridad local ó por los del Gobierno protector de dicha zona. Ambos Gobiernos se concertarán para uniformar la reglamentación del derecho de visita. ARTÍCULO XXVI Los acuerdos internacionales que S. M. Marroquí estipule en lo sucesivo no se extenderán á la zona española más que con el previo consentimiento del Gobierno de S. M. el Rey de España. ARTÍCULO XXVII El Convenio de 26 de Febrero de 1904, renovado el 3 de Febrero de 1909, y el Convenio general del Haya de 18 do Octubre de 1907 se aplicarán á las diferencias que se suscitasen entre las Partes contratantes con motivo de la interpretación y aplicación de las disposiciones del presente Convenio y no hubiesen sido zanjadas por la vía diplomática; se estipulará un compromiso y se procederá de acuerdo con las reglas de dichos Convenios en tanto en cuanto no se las derogue por acuerdo expreso en el momento del litigio- — 20 ARTÍCULO - XXVIII Todas las cláusulas de los Tratados, Convenios y Acuerdos anteriores que fuesen contrarias á las estipulaciones que preceden, quedan derogadas. ARTÍCULO XXIX El presente Convenio será notificado á los Gobiernos signatarios del Acta general de la Conferencia internacional de Algeciras. ARTÍCULO XXX El presente Convenio será ratificado y las ratificaciones se canjearán, en Madrid, en el plazo más breve posible. EN PE DE LO CUAL los Plenipotenciarios respectivos han firmado el presente Tratado y puesto en él sus sellos. Hecho por duplicado en Madrid el veintisiete de Noviembre de mil novecientos doce. (L. S.)—Manuel García Prieto. (L. S.)—Geo//ray. Protocolo relativo al íerrocarril Tánger-Fez. ARTÍCULO 1 En el plazo de tres meses contados desde la fecha de la firma del presente Convenio—entendiéndose que solamente después de su ratificación se otorgará la concesión á que se refieren los artículos 2 y siguientes—los Gobiernos de España y Francia determinarán, en sus zonas respectivas, el trazado general de la línea y sus estaciones principales. En este mismo plazo fijarán, de común acuerdo, por una parte, los puntos en que la línea deberá atravesar los límites Norte y Sur de la zona española y, por otra, después de consultar con la autoridad de Tánger calificada á este efecto, el trazado de la sección comprendida entre el límite Norte de la zona española y Tánger. ARTÍCULO 2 Toda la línea se concederá á una Compañía única, que se encargará de los estudios definitivos, de su construcción y de su explotación. — 22 — La concesión se otorgará: Para la sección situada en la zona francesa, por el Sultán, bajo la autoridad y con la garantía de Francia; Para la sección situada en la zona española, por el Jalifa, bajo la autoridad y con la garantía de España; Y, por último, para la sección comprendida entre el límite Norte de la zona española y Tánger, por las autoridades calificadas á este efecto y bajo la garantía de estas autoridades. Sin embargo, en caso de que las susodichas autoridades no estuvieran definitivamente constituidas en el momento en que podrán ser hechas las concesiones española y francesa, los dos Gobiernos contratantes convienen en que la concesión del tramo Tánger y arrabal se hará, bajo su garantía común y previa inteligencia entre los dos Gabinetes, por el Sultán, para ser traspasada después, con los derechos y obligaciones que lleva consigo, á la autoridad tangerina. ARTÍCULO 3 La expresada Compañía no podrá ser concesionaria de ninguna otra línea, ya sea completamente independiente de la precedente, ya se enlace con ella, excepción hecha de las vías de muelle destinadas á servir el puerto de Tánger. Por el contrario, no podrá negarse á dejar penetrar en sus estaciones las líneas cuyo establecimiento se decida por uno ú otro de los dos Gobiernos y á asegurar en dichas estaciones el servicio común, tanto si estas líneas se construyen y explotan directamente por cualquiera de los dos Gobiernos, como si fuesen concedidas por ellos á otras Compañías. Tendrá también las mismas obligaciones con relación á los empalmes particulares que se autoricen ^ S3 - por España ó por Francia á favor de sus subditos ó de subditos extranjeros, conforme al artículo 7 del Tratado franco-alemán de 4 de Noviembre de 1911. Se entiende que serán de cuenta de los Estados, Compañías ó particulares interesados, los gastos de las nuevas instalaciones que resulten necesarias con este motivo, así como los suplementarios de explotación á que dichas líneas y empalmes dieren lugar. ARTÍCULO 4 El capital, tanto en acciones como en obligaciones, de la Compañía concesionaria será en un 60 % francés y en un 40 Vo español. España y Francia se reservan la facultad de ceder, de común acuerdo y si á ello hubiese lugar, una participación á los capitales de otras nacionalidades, especificándose desde ahora que esta parte no podrá exceder en ningún caso del 8 % Y ^ue se deducirá por mitad de las participaciones de 60 "/o y 40 % á que se refiere el párrafo anterior. Cada uno de los dos Gobiernos se reserva el derecho de designar el establecimiento ó Sociedad de crédito ó los grupos de establecimientos ó Sociedades de crédito dó su nacionalidad que estime conveniente, para realizar y suscribir la parte de capital que le está reservada. Si cualquiera de ellos no creyese conveniente realizar su parte en totalidad, será sustituido por el otro, de pleno derecho, para completarla. ARTÍCULO 5 El Consejo de Administración de la Compañía concesionaria estará compuesto de quince miembros, - á4 - nueve franceses y seis españoles nombrados respectivamente por los tenedores de las acciones francesas y españolas. A estos quince miembros se podrá agregar, si de común acuerdo lo juzgan conveniente España y Francia, un decimosexto de una tercera nacionalidad. Las decisiones del Consejo de Administración no se podrán tomar sino por mayoría que represente cuando menos los dos tercios de los indicados votos, siempre que se trate de cuestiones que interesen exclusivamente á la sección española ó á la francesa, y se adoptarán sencillamente por mayoría de votos para todas las demás cuestiones. La Compañía tendrá un Director general francés y un Director adjunto español. El alto personal, tanto de construcción como de explotación, será en un 60 7o francés y en un 40 % español. La designación del Director general y del alto personal francés se hará con el consentimiento del Gobierno francés; la del Director adjunto y del alto personal español con el consentimiento del Gobierno español. Aparte del Director general, del Director adjunto y del alto personal á que se ha hecho referencia, los agentes empleados en los estudios y en la construcción deberán ser, en cuanto resulte posible, españoles en la sección española y franceses en la sección francesa. En cuanto á los agentes empleados en la explotación, deberán ser exclusivamente españoles en la sección española, exclusivamente franceses en la sección francesa y por mitad españoles y franceses en la sección de Tánger y su distrito. Sin embargo, en esta última sección y especialmente en la estación terminal de Tánger- se podrá, previo acuerdo de los dos Gobiernos, confiar cierto número de empleos á agentes de otras nacionalidades, distribuyéndose en tal caso — 25 - por mitad entre España y Francia los destinos restantes. ARTÍCULO 6 Los estudios de la línea, dividida previamente en trozos de veinte á treinta kilómetros de longitud, se emprenderán simultáneamente por la extremidad Tánger y por la extremidad Fez y se realizarán con igual actividad por ambos lados. Los proyectos de los diversos trozos se presentarán por la Compañía á medida que se vayan ultimando; en el acta de concesión se fijarán las fechas de estas presentaciones sucesivas y se estipulará para cada una de ellas una prima por día de anticipo y una multa por día de retraso; estas multas y primas serán las mismas para todos los trozos, excepto el último, para el cual se duplicarán. ARTÍCULO 7 Los proyectos se aprobarán: Los de la sección francesa por el Gobierno francés; Los de la sección española por el Gobierno español; Los de la sección de Tánger y su distrito por la autoridad de Tánger calificada á este efecto; Debiendo entenderse: Que los proyectos de la sección francesa se comunicarán previamente al Gobierno español y los úo la sección española al Gobierno francés. Cada uno de los dos Gobiernos apreciará como estime conveniente las observaciones presentadas por el otro y la falta de respuesta en un plazo de quince días, contados desde la notificación hecha de este modo, se considerará como una simple adhesión; Que los proyectos de la sección de Tánger y su - 26 — distrito se comunicarán al Gobierno español y al Gobierno francés y no se podrán aprobar sino después de prestar ambos su conformidad, entendiéndose que la falta de protesta en un plazo de quince días equivale también en este caso á una simple aceptación. Cada uno de los dos Gobiernos se compromete á resolver en un plazo máximo de dos meses, contados desde el día de la presentación, sobre los proyectos que reciba, bien aprobando, bien imponiendo las modificaciones y variaciones que juzgue convenientes. En este tjltimo caso fijará la fecha límite en que se deberá presentar de nuevo el proyecto modificado y variado y resolverá acerca del nuevamente presentado dentro del plazo máximo de un mes. Los referidos proyectos servirán de base, en cuanto hayan sido aprobados definitivamente, a u n a adjudicación sobre rebaja de precios unitarios, en la que se observarán las reglas establecidas en el artículo 6.", párrafos 1." y 2.° del Tratado franco-alemán de 4 de Noviembre de 1911. Los suministros de material fijo y móvil se adjudicarán, en cada una de las tres secciones de la línea, en la misma forma. Las adjudicaciones so tramitarán y se decidirán en definitiva en cada sección por la autoridad de que haya emanado la concesión. ARTÍCULO 8 Por cada una de las tres secciones de la línea se llevará, por separado, una cuenta anual de primer establecimiento, otra de trabajos complementarios y otra de explotación. Las reglas á que se ha de sujetar la distribución de ingresos y gastos entre las tres secciones y, en cada una de ellas, entre las tres cuentas expresadas, se fijarán en el acta de concesión. La comprobación de dichas cuentas se efectuará - 27 - en cada sección por los servicios encargados de inspeccionar la construcción y la explotación según los artículos 9 y 10, siguientes, y en ningún caso se aprobarán hasta después de haber sido comunicadas á los servicios de las otras secciones que tendrán un plazo de un mes para presentar las observaciones que juzguen convenientes. ARTÍCULO 9 La inspección de la construcción, la recepción de las obras y la autorización para abrirlas al servicio público corresponderá: En las secciones española y francesa á los Ingenieros del Estado español y del Estado francés respectivamente; En la sección de Tánger y su distrito al servicio de la «Tasa especial» y, en caso de que este último desaparezca, á aquél á quien se transfieran sus atribuciones actuales. ARTÍCULO 10 Deberá quedar asegurada la explotación en toda la línea, observándose las reglas establecidas en el párrafo 3." del artículo 6 del Tratado franco-alemán de 4 de Noviembre de 1911. La policía, que se hará conforme á las leyes y reglamentos de cada país, corresponderá á los Gobiernos español y francés en sus secciones respectivas y á la autoridad calificada á este efecto en la sección de Tánger y su distrito. La inspección quedará asegurada en cada sección por el mismo servicio que tenga á su cargo la de la construcción, entendiéndose que la inspección de Tánger estará obligada, especialmente en la estación terminal de Tánger, á adoptar las medidas que se re- - 28 — conozcan convenientes para la buena explotación de la línea considerada en conjunto y á velar por su cumplimiento. AKTÍCULO 11 El Gobierno español, el Gobierno francés y la autoridad de Tánger calificada á esto efecto aprobarán respectivamente las tarifas que interesen exclusivamente á la sección española, á la sección francesa ó á la sección de Tánger y su distrito; las tarifas que interesen á la vez á dos de las secciones de la línea ó á sus tres secciones serán aprobadas por cada una de las Administraciones de zona interesadas. ARTÍCULO 12 En el caso de que la Compañía concesionaria, ya sea durante el período de construcción, ya después de la apertura á la explotación, dejase de cumplir alguna de las obligaciones esenciales de su contrato, se la apremiará para que en un plazo determinado, que no podrá ser inferior á un mes ni exceder de tres, adopte las disposiciones que procedan. Si no lo hiciese se declarará caducada la concesión. El apremio se notificará y la caducidad se decretará por cada uno de los Gobiernos español y francés para la sección de línea situada en su territorio y á reserva de comunicarlo al otro Gobierno. Si la caducidad se decretase para la sección española y para la sección francesa, se considerará decretada ipso facto y de pleno derecho para la sección de Tánger y su distrito. ARTÍCULO 13 Cada uno de los dos Gobiernos español y francés, se reserva el derecho de rescatar por reversión, en - 29 — cualquier época después de abierta toda la línea á la explotación, la sección de dicha línea situada en su territorio; el precio del rescate se calculará sobre las bases que se establezcan en el acta de concesión. En tal caso, se deberán advertir estos propósitos con tres meses de anticipación, tanto al otro Gobierno, como á la autoridad de Tánger, para poder adoptar de comtin acuerdo las disposiciones que interesen á la vez á las explotaciones, que resultarán separadas, de las secciones revertidas y no revertidas de la línea. De los dos Gobiernos el que haya usado de su derecho de rescate, deberá, ó explotar él mismo por administración la sección rescatada ó no ceder su concesión sino á una Sociedad de su nacionalidad. ARTÍCULO 14 España y Francia se comprometen á hacer todas las gestiones útiles para que la concesión de la sección Tánger y arrabal sea, ó hecha por la autoridad tangerina al mismo tiempo que las concesiones francesa y española si dicha autoridad está constituida á la sazón; ó aceptada por esa autoridad, inmediatamente que se constituya, si, en espera de que esto ocurra, hubiera tenido que hacerse la concesión por los dos Gobiernos de conformidad con el último párrafo del artículo 2. Hecho en Madrid, á veintisiete de Noviembre de mil novecientos doce. García Prieto. Geoffray. El Ministro de Estado al Embajador de Francia. Madrid, 27 de Noviembre de 1912. ExCMO. SESOR: Muy Señor mío: para precisar bien el alcance de las disposiciones del Convenio firmado hoy, que se refieren al nombramiento del Jalifa y á las relaciones de éste con los Agentes extranjeros, me permitiré recordar que V. E. tuvo á bien declararme que: Por lo que concierne al primero de esos puntos la designación del Jalifa de la zona española podrá prepararse útilmente en conversaciones confidenciales entre los dos Gobiernos con objeto de asegurarse de que el Sultán escogerá á aquel de los dos candidatos á que se refiere el art. I del citado Convenio que sea preferido por el Gobierno de S. M. Queda, sin embargo, entendido que, cualesquiera que sean las ventajas d,e este procedimiento, cada una de las dos Potencias estará en libertad de renunciar á él en casos particulares y de atenerse estrictamente á las cláusulas del - 32 - futuro Convenio que, por una parte, obliga á España á presentar una lista de dos candidatos y, por otra, estipula que la elección de S. M. Xerifiana habrá de recaer sobre uno de dichos candidatos. Claro está, en fin, que éstos deberán ser personas de distinción. Por lo que respecta á las relaciones que el Jalifa como Delegado de la autoridad imperial en la zona española tendrá que mantener con los Agentes oficiales extranjeros, queda entendido que, al redactarse el Tratado, la palabra «oficiales» ha sustituido á la palabra «consulares», á fin de evitar, según mi expresión, dificultades en la práctica: esas dificultades pudieran surgir de que no teniendo ciertas Potencias en Marruecos Agente consular de carrera más que en la zona francesa, no podrían tratar directamente con la Administración de la zona española, los asuntos correspondientes á la misma y que sólo pueden ser resueltos por dicha Administración, según los términos de nuestro Convenio de hoy. En cuanto á las relaciones diplomáticas de los Gobiernos extranjeros con el Sultán, queda, en efecto, bien entendido que la mención hecha en el presente Convenio del art. 5.° del Tratado franco-xerifiano de 30 de Marzo de 1912, reserva el monopolio á Francia. Aprovecho, etc. (Firmado.) M. García Prieto. REAL D E C R E T O d e 27 d e F e b r e r o d e 1913 PRESIDENCIA DEL CONSEJO DE MINISTROS EXPOSICIÓN SEÑOR: El Convenio hispano-francés sobre Marruecos de 27 de Noviembre último reconoce que *en la zona de influencia española, toca á España velar por la tranquilidad> y «prestar su asistencia al Gobierno marroquí para la introducción de todas las reformas administrativas, económicas, financieras, judiciales y militares de que necesita». Añade que la expresada zona «será administrada, con la intervención de un Alto Comisario español, por un Jalifa provisto de una delegación general del Sultán, en virtud de la cual ejercerá los derechos pertenecientes á éste». Mientras el referido pacto, mediante el canje de ratificaciones, no entre en vigor, el nombramiento del Jalifa imperial y el del Alto Comisario no podrán realizarse, ni tampoco implantarse la organización general de nuestra acción. Pero como, según todas 5 - 34 - las probabilidades, aquella ratificación está muy próxima y además el Gobierno de España ejerce ya actualmente en su esfera de influencia en el Imperio de Marruecos parte de las funciones arriba aludidas, es llegado el momento de constituir, por vía de ensayo, los organismos que han de secundar á dicha autoridad española en el desempeño de su importante cargo. Reunidos y organizados los servicios hoy dispersos, será más fácil el estudio y preparación de las medidas que en su día habrán de aconsejarse al Jalifa; la adopción desde ahora do las que están á nuestro alcance dentro del más escrupuloso respeto á los tratados; la aplicación, en fin, inmediata, del Convenio en el momento oportuno. Propósito firme del Gobierno de V. M. es dar satisfacción cumplida á una aspiración nacional claramente manifestada y referente á los desarrollos que la constante é inteligente acción civilizadora del capital y el trabajo podrán alcanzar en la zona española, fecundando y explotando sus elementos productores de riqueza. Para llegar por medios eficaces á dicha organización de servicios ofteiales en forma que faciliten la realización de este legítimo anhelo, preciso es fijar el concepto fundamental de la intervención española en aquella parte de Marruecos, derivado de las obligaciones y compromisos contraídos por nuestra Patria en los distintos Convenios y Tratados. Tiene jurídicamente esa intervención carácter exterior; se realizará por el intermedio de las autoridades xeriflanas y no por modo directo, y de tal manera está internacionalmente condicionada, que en muchos asuntos administrativos habrá que proceder, de una manera constante, por vía de acuerdo con otras Potencias. De aquí se infiere que el Departamento competente para dirigir la acción nacional ha de ser necesa- - 35 — riamente el de Estado, aunque con la triple restricción, primero: de que lo relativo á organización, funcionamiento y disposición de las fuerzas indispensables al orden y tranquilidad, quede á cargo de los Ministerios de la Guerra y Marina; segundo: de que en todos los servicios de carácter general, presten su concurso á aquel departamento, los centros metropolitanos á los que corresponda, y el nombramiento del personal estrictamente indispensable recaiga en funcionarios pertenecientes á las carreras del Estado que desempeñen en la Península misiones análogas; y tercero: de que á medida que el desarrollo de los servicios lo aconseje y la índole de la intervención española lo consienta, ciertos ramos de ésta en la administración de la zona pasen á funcionar bajo la dirección técnica de los departamentos que en España se ocupan de materias semejantes. Cumplen hoy en Marruecos su cometido con separación el Comandante general de Melilla y el de Ceuta recibiendo sus instrucciones del Ministerio de Estado en lo político y de los de la Guerra y Marina en lo militar; y en parecida situación está el Jefe de la fuerza en la región de Larache-Alcázar, con la sola diferencia de que sus relaciones con el primero de aquellos departamentos se verifican por intermedio de la Legación de V. M. en Tánger, de la cual dependen los Cónsules y Agentes consulares en Tetuán, Arcila, Larache y Alcázar, las escuelas, los dispensarios y en general los servicios que no están como el de Correos y Telégrafos bajo la dirección inmediata de los Centros administrativos de la Península, Han cesado ya las circunstancias que originaron esta diversidad de hechos aislados, y preciso es que en lo sucesivo exista una sola acción directiva en todo el territorio, concentrada en el Comandante general de Ceuta á cuyas órdenes están las fuerzas que con tanto acierto acaban de realizar la ocu- — 36 — pación de Tetuán, capital de nuestra zona de influencia. Esta necesaria unidad impone los dos principios esenciales en que ha de fundarse el plan orgánico de nuestra acción. Es el primero, la concentración del mando en una sola autoridad, como garantía del orden y la exactitud en la ejecución del programa militar, político y económico aprobado por V. M. El segundo consiste en facilitar aquella misión del futuro Alto Comisario, ahora Comandante general de Ceuta, con el concurso de elementos civiles especialistas en las diversas y complejas materias que abarca la administración de todos los asuntos en nuestra zona de influencia, y muy principalmente el fomento y desarrollo de sus intereses materiales. Para acomodar el organismo administrativo á este último principio prestarán su concurso al Comandante general de Ceuta en el orden civil tres Delegados especiales encargados: uno de los servicios indígenas, justicia, organización local, enseñanza, sanidad ó higiene, que tendrá el carácter de Secretario general, correspondiéndole por tanto las relaciones con los Agentes oficiales extranjeros y con las Sociedades, Centros, Cámaras de Comercio y particulares interesados en empresas de la zona, trabajos de redacción, archivos y correspondencia oficial del Comandante general; otro de los relativos á Obras pú blicas, agricultura, correos y telégrafos y desarrollo de los intereses materiales, y el tercero de cuanto se refiera á los servicios tributarios, financieros y de estudios económicos. El Real decreto organizando estos servicios provisionales se desarrollará mediante reglas de aplicación para que cada Delegado se ajuste á ellas en el desempeño de su cargo, y asimismo se formarán las plantillas de los funcionarios auxiliares estrictamente indispensables. ~ 37 - Recelos inspirados, sin duda, en el recuerdo de nuestra antigua dominación colonial, temerán que olvidando lecciones persuasivas de aquella larga experiencia se den á la modesta organización que ahora se inicia ampliaciones burocráticas tan perjudiciales para el servicio público como gravosas para el Erario. El Gobierno de V. M., que atentamente estudia las manifestaciones de la opinión pública, confía que se disiparán estas inquietudes al advertir que sólo se instituye el personal más indispensable para desempeñar con acierto las funciones de su cargo dentro de la órbita trazada en las instrucciones que á este Decreto seguirán. Garantía de la severa ejecución de tal propósito, serán dos disposiciones, á saber: la aprobación por las Cortes de las plantillas que á propuesta del Comandante general presentará el Gobierno, y la prohibición de alterarlas sin el concurso del Parlamento, ó sea por medio de una ley. Del mismo modo la organización militar que, á propuesta del Comandante general, se determinará por los Ministros de la Guerra y de Marina, responderá á las exigencias de la situación y se inspirará, aparte de aquéllas, en el propósito de aumentar las fuerzas indígenas de policía y disminuir el contingente de nuestro ejército en los territorios ocupados, en la medida que la seguridad y el orden en la esfera de influencia consientan. No existe en España opinión tan nutrida como la que en la vecina República alienta al partido colonial á tomar parte activa en el desarrollo de los intereses materiales del Imperio del Mogreb. Sin embargo, en los últimos años se han creado en nuestro país Sociedades, agrupaciones y elementos importantes que estudian el problema de Marruecos bajoel punto de vista mercantil é industrial. Entre ellas algunas de tan reciente creación como la Liga Africanista, y otras de más antigua existencia, han practicado estudios. - 38 — formulado programas y señalado orientaciones que comienzan á formar corrientes simpáticas á nuestra acción en el territorio africano. Preciso es recoger de estas indicaciones cuantas puedan ser útiles para los propósitos del Gobierno, y en este sentido todas las entidades y particulares que quieran prestar su concurso, sus capitales, sus elementos de trabajo ó sus especiales conocimientos á la misión civilizadora de España en su zona tendrán, en los organismos que van á establecerse, nuevo y amplio camino para proponer cuanto estimen conveniente, en la seguridad de que, estudiadas sobre el terreno sus propuestas é informadas por el Comandante general, hallarán la más benévola acogida por parte del Gobierno en la medida que sea conveniente, útil y beneficioso para el desarrollo de los intereses españoles. El cumplimiento del Convenio hispano-francés, en esta forma preparado, requerirá para su aplicación recursos económicos, y preciso será ocuparse cuidadosamente de esta importante fase de la acción española. Para que el país tenga conocimiento de los gastos que puede ocasionar, creó el Gobierno, en los Presupuestos para 1913, la Sección 12 intitulada «Acción en Marruecos». Propuesta al Parlamento cuando aún no habían dado fin las negociaciones para el Tratado con Francia, no pudieron comprenderse totalmente en ella las nuevas atenciones, pero previsto este caso, medios autorizaron las Cortes para hacer frente á las que fueran indispensables. Claro está que todo gasto acordado, previas las formalidades legales, deberá acomodarse en su inversión y justificación á las reglas señaladas en la ley de Administración y Contabilidad del Estado, que en Espaíla rige. No sólo de conveniencia, sino de necesidad, es reducir con el transcurso del tiempo los gastos que -^ 39 — en calidad de anticipo so impone la nación, pero que deberán compensarse con el sucesivo desarrollo de los ingresos, hoy casi limitados en nuestra esfera de influencia á la llamada tasa especial, la contribución urbana, las aduanas, los demás recursos, los puertos dados en garantía de los empréstitos de 1904 y 1910 y destinados ahora á quedar libres, los sustitutivos del «tertib» y de los impuestos religiosos en las pocas tribus que se consideraban Majzen. La pacificación del país, el desenvolvimiento industrial, agrícola y mercantil, las nuevas fuentes de riqueza, objeto primordial de los esfuerzos del Gobierno de V. M., aportarán al Erario del futuro Jalifa mayores i^ecursos que hasta aquí y permitirán, progresivamente, el sostenimiento de los servicios públicos de la zona, reduciéndose así los auxilios de la Hacienda nacional. Tales son las líneas generales del sistema que el Gobierno se propone ensayar. La cooperación de las libres iniciativas individuales ó asociadas, las energías creadoras del trabajo y de la inteligencia, sólidamente apoyadas en las facilidades del crédito y los principios de severa economía con resolución aplicados por el Gobierno en la órbita de sus funciones, formarán un conjunto armónico de elementos que pueden hacer fecunda y provechosa la acción protectora de España. Fundado en tales razones el Presidente que suscribe, con la aprobación del Consejo de Ministros, tiene el honor de someter á V. M. el adjunto proyecto de decreto. Madrid, 27 de Febrero de 1913. SEÑOR: A L. E. P. de V. M., El Presidente del Consejo de Ministros, CONDE DE ROMANONES. _ 40 - REAL DECRETO De acuerdo con mi Consejo de Ministros y á propuesta de su Presidente, vengo en disponer lo siguiente: Artículo 1.° ínterin el canje de ratificaciones del Convenio hispano-franees permite organizar definitivamente el funcionamiento de la acción española en Marruecos, dependerán del Comandante general de Ceuta todas las autoridades militares y consulares de España constituidas en su zona de influencia y cuantos servicios españoles existan ó se instituyan en la misma. El Comandante general de Ceuta se entenderá con el Gobierno y recibirá sus instrucciones por medio del Ministerio de Estado respecto de todos los asuntos de la zona de influencia que no se refieran á la organización y funcionamiento de las fuerzas militares y navales, para cuyo servicio quedará en relación directa con los Ministerios de Guerra y Marina. Art. 2.° En los asuntos que no sean exclusivamente militares y en los que no se refieran á la plaza de Ceuta, el Comandante general ejercerá sus funciones con el concurso de tres Delegados, los cuales le estarán directamente subordinados. Estos funcionarios serán los siguientes: Un Delegado para los servicios indígenas, á cuyo cargo estarán la centralización de los informes sobre situación en las cabilas, la dirección de las relaciones generales con éstas, la justicia, la enseñanza, la organización local y la sanidad ó higiene. Dicho Delegado tendrá, además, el carácter de Secretario general y, en ese concepto, serán de su incumbencia todos los asuntos que no sean de la competencia de las otras delegaciones, especialmente las relaciones con los -41 agentes oficiales extranjeros y con las Sociedades, Centros, Cámaras de Comercio y particulares interesados en empresas de la zona, los archivos y la correspondencia oficial del Comandante general de Ceuta. Un Delegado para los servicios de fomento de los intereses materiales, para lo que atañe á correos, telégrafos, teléfonos, obras públicas, minas, montes, agricultura y desarrollos mercantiles é industriales en todos sus aspectos. Un Delegado para los servicios tributarios, económicos y financieros encargado, por ahora, del estudio de las cuestiones de esa índole y de la administración y contabilidad de los fondos y recursos del Tesoro español en la zona, y, á su tiempo, de la intervención española en los asuntos fiscales, en los del patrimonio público y en el régimen de la propiedad inmueble, especialmente en cuanto concierne á catastros y registros. Art. 3." El Comandante general de Ceuta, investido de las facultades que le otorga el art. 1.° de este Decreto, reunirá á los Delegados cuando lo juzgue necesario para oir su dictamen colectivo, sea en los expedientes, sea en las consultas que se les sometan. Art. 4.*^ Las funciones de los Delegados para los servicios tributarios y financieros y para los de fomento de los intereses materiales, se encomendarán, respectivamente, á un empleado de Hacienda y á un ingeniero civil nombrados por el Ministerio de Estado á propuesta de los Ministros correspondientes. El Delegado para los servicios indígenas, Secretario general, nombrado asimismo por el Ministerio de Estado, pertenecerá á las Carreras diplomática, ó consular. Art. 5.° El Comandante general de Ceuta, además de los haberes que le están asignados por el ramo de Guerra, percibirá en lo sucesivo 25.000 pesetas anuales de gastos de representación. 6 — 42 — Cada uno de los tres funcionarios mencionados en el art. 2." del presente Decreto, percibirá, aparte del sueldo que le corresponda por su categoría en la Península, 10.000 pesetas anuales como gratificación por gastos de residencia. El Ministro de Estado, de acuerdo con el Consejo de Ministros, y á propuesta del Comandante general de Ceuta, fijará provisionalmente las plantillas de las dependencias correspondientes y las someterá á la aprobación del Poder legislativo, no pudiendo ser alteradas sino por medio de una ley. Los gastos á que se refiere este artículo, así como todos los que se realicen por cuenta del Tesoro español en la zona de influencia en Marruecos, se satisfarán en virtud do la autorización contenida en la letra II del artículo 2.° de la ley de 24 de Diciembre de 1912 y figurarán en la sección duodécima de los Presupuestos generales. Su inversión y justificación se ajustarán á las reglas prescritas por la ley de Administración y Contabilidad del Estado. Art. 6.° En los asuntos de orden técnico que por su importancia lo requieran y desde luego en aquellos que hayan de ser sometidos al Consejo de Ministros y en los que se refieran á organizaciones ó reglamentos de carácter general, el Ministro de Estado requerirá, antes de resolver, el dictamen del departamento correspondiente, y en su caso el informe del Consejo de Estado. Art. 7.° El personal español que en adelante fuere necesario poner á la disposición del Comandante general de Ceuta, para la zona de influencia en Marruecos, pertenecerá á las carreras que en la Península desempeñan cometidos análogos, y será nombrado por el Ministro de Estado á propuesta del departamento del cual dependa el Cuerpo de que se trate, con sujeción á las plantillas aprobadas. Art. 8." Para cuantos asuntos de la zona de in- — 43 - fluencia española en Marruecos requieran el concur so de la Legación de S. M. en Tánger, el Comandante general de Ceuta, el de Melilla y el de Larache se entenderán directamente con ella, siempre que la urgencia del caso lo exija dando simultáneamente cuenta á la superioridad. Art. 9." El Ministro de Estado dictará las medidas necesarias para la ejecución del presente Decreto. Dado en Palacio á veintisiete de Febrero de mil novecientos trece. ALFONSO El Presidente del Consejo de Ministros, ALVARO FIGUEROA REAL ORDEN El Ministro de Estado Al Comandante general de Ceuta ExcMO. SEÑOR: Con objeto de facilitar el cumplimiento de la importante misión que encarga á V. E. el Real decreto de esta fecha, el Consejo de Ministros ha acordado comunicarle las instrucciones necesarias para el desarrollo de la acción española en la zona de influencia en Marruecos, así en las presentes circunstancias de interinidad cuanto en las ulteriores dependientes de la entrada en vigor del Convenio hispano-francés. Corresponderá la Administración de la misma, según el Acuerdo dicho, á un Jalifa del Sultán con intervención de un Alto Comisario español, cargo este último que el Gobierno de S. M. se propone con fiar á las reconocidas dotes de V. E. Desempeñará sus funciones el futuro Jalifa con el auxilio de empleados principales, cuyo número, cali- — 46 - dades y retribución se acordará en su día. A las órdenes de V. E. y al lado de aquéllos, existirá el personal español necesario que intervenga sus actos. Hasta que la ratificación del Tratado con Francia permita ponerlo en ejecución, la acción de V. E. y de las autoridades militares y consulares se ejercerá cerca de las Bajaes y de las tribus, y será secundada, cuando el caso lo requiera, por la Legación de S. M. en Tánger cerca del Majzen. Aun después de la designación del Jalifa muchos asuntos deberán tratarse con el concurso de dicha Legación, porque los reglamentos complementarios del Acta de Algeciras y el Convenio hispano-francés establecen una intervención del Cuerpo diplomático ó de organismos constituidos bajo la acción de éste en el funcionamiento de algunos ramos administrativos. Además, el Tratado hispano-francés impone á las dos partes contratantes la obligación de proceder de acuerdo en diversas cuestiones. Este acuerdo lo establecerá el Ministerio de Estado en la forma usual, salvo los casos en que la inteligencia deba concertarse entre funcionarios especiales, como por ejemplo, los inspectores de aduanas. Es la característica de nuestra zona en la actualidad su división en trozos que, políticamente unos y geográficamente otros, carecen de contacto entre sí. La región ocupada del Rif—separada de la comarca Ceuta-Tetuán Alcázar-Larache por territorios en donde la penetración no será inmediata—tendrá, por ley de necesidad, cierta autonomía; la costa y el hinterland al Sur del Draá y al Norte del paralelo 27" 40' necesitarán tenerla asimismo cuando su ocupación se realice. De todas suertes la zona ha de quedar dividida como tradicionalmente lo está en unidades administrativas constituidas por las tribus y por las ciudades con su radio especial de jurisdicción. Cada una -_ 47 - de esas unidades y sus fracciones, poblados y aduares, continuarán gobernadas por sus Caides y chejes y su peculiar y propia administración seguirá funcionando con los nombres y formas actuales, á reserva de que los defectos se corrijan con la prudencia conveniente. Tres órdenes de funciones, aunque diversas íntimamente enlazadas, habrán de ejercerse por la intervención española, á saber: la central, relativa á los actos del Jalifa; la especial, en determinados ramos administrativos, como los de Aduanas, Obras Públicas, Correos y Telégrafos, Servicios sanitarios y otros de carácter general, y la regional y local, que se implantará y desarrollará según las circunstancias lo consientan. Fuera de las ciudades, en las comarcas militarmente ocupadas, ejercerán los Jefes de las fuerzas la autoridad que por delegación les encomiende V. E., en combinación con las facultades propias de los Cónsules, ya que por una parte estos funcionarios, en virtud de los tratados, tienen á su cargo la jurisdicción sobre los subditos y protegidos españoles, y por otra á los Cónsules también encomienda el Acuerdo hiapano-francós la resolución de las reclamaciones extranjeras. En el territorio ocupado del Kif, donde hasta el día no existen Cónsules, podrá encargar el Gobierno al Comandante general, á semejanza de lo que el Gabinete de París ha hecho con el Comisario general de Uxda, el ejercicio de las facultades consulares. En cambio en las ciudades (Tetuán, Larache, Arcila, Alcázar), y en el radio que se les señale, ejercerán los Cónsules las funciones de intervención política y administrativa. Aconseja esta organización la práctica del sistema establecido por Francia, que ha dividido el país en distritos rurales ó regiones, donde el mando corresponde al Comandante militar y distritos urbanos ó ciudades donde el Cónsul tiene - 48 - el nombre y carácter de Administrador. La necesidad impondrá que poco á poco se vayan desglosando y disminuyendo las facultades de los Cónsules en las ciudades y de los Jefes militares en los campos. De todas suertes se crearán Juntas locales de arbitrios, de higiene y otros servicios como existen en Cabo de Agua, Nador, Alcázar y Arcila. También la administración de justicia entre españoles deberá confiarse en sazón oportuna á funcionarios de la Carrera judicial. Las fuerzas militares, acerca de cuya composición recibirá V. E. instrucciones del Señor Ministro de la Guerra, se dividirán en dos clases: unas de ocupación con carácter de regulares indígenas; otras de policía local, con instructores españoles y á las órdenes de los Bajaes ó Caides. En las ciudades las fuerzas de ocupación no deben desempeñar sino servicios de guarnición; constituir un elemento que imponga respeto á los indígenas y en ese concepto garantice el orden. Asegurada que sea permanentemente la tranquilidad en la zona de influencia, y cuando V. E. considere que las circunstancias lo consienten sin peligros se irá reduciendo el contingente de las fuerzas pertenecientes al Ejército español. Previene el Real decreto de esta fecha que secundarán á V. E. en el desempeño de sus importantes funciones tres Delegados de los servicios civiles. Estima necesario el Gobierno desarrollar en instrucciones especiales el criterio en que tales funcionarios deben inspirarse y los asuntos que han de constituir la parte principal de la misión oficial que les compete. El conjunto de estas instrucciones servirá de norma general para todos los casos no previstos, ya que es propósito firme y resuelto del Gobierno, según en la exposición que precede al decreto queda expresado, abrir anchos cauces á las iniciativas particulares, individuales ó asociadas que - 49 — deseen cooperar al desarrollo de los elementos productores en nuestra zona y contribuir á la intensa labor de sus progresos y de sus prosperidades. Las especiales condiciones que en V. E. concuri'en son firme garantía de que aquellos anhelos del Gobierno se realizarán, y este importante cometido que acumula nuevas y complejas tareas á sus deberes militares, exigirá en no pocas ocasiones el concurso colectivo de los tres Delegados, que presididos por V. E. deliberarán, sea para emitir su dictamen en los expedientes que proceda, sea en forma de consultas cuando así lo estime V. E. conveniente. Una de las piñmeras atenciones á que V. E. deberá aplicar su especial inteligencia y el conocimiento que de esas regiones ha adquirido, es la redacción del plan de trabajos inspirados en la política de atracción que el Gobierno se propone seguir, para que la acción española resulto á la vez simpática y beneficiosa. Abarcará este plan, que necesariamente ha de tener carácter circunstancial, la organización y el orden de los servicios que se confían á la pericia de los Delegados, y en cuya ejecución han de sobresalir las preeminentes condiciones de una incorruptible moralidad y de absoluta tolerancia con las costumbres del país. En este aspecto, la creación de servicios que no existan y la reorganización de los actuales, con el concurso de los elementos indígenas, serán los instrumentos más eficaces para el desarrollo ó la implantación de industrias que aprovechen ó transformen las primeras materias y exploten los elementos de la naturaleza. Preciso será para ello hacer un estudio en el cual, desde el precio del transporte terrestre y marítimo hasta la exención de los impuestos á toda mejora por un plazo determinado y las facilidades del 7 — 50 - crédito para procurar capitales, encuentren las manifestaciones del trabajo aquella acción tutelar que no ha faltado en otros países á las iniciativas individuales ó colectivas. Con toda prudencia se desenvolverá el programa relativo á la acción educadora que con inteligencia debe aplicarse y el referente á obras públicas, en las cuales, sin monopolios ni privilegios de ninguna clase, encontrará la acción española los naturales y legítimos beneficios de su esfuerzo con notoria ventaja para el desarrollo de la riqueza de la zona. A este fin se remitirán á V. E. cuantas propuestas y solicitudes se han recibido en este Ministerio, y con todo ello, previamente estudiado é informado por los respectivos Delegados especiales, podrá V. E., trazar el plan para su aplicación definitiva cuando el régimen convenido en el Tratado hispano-francés lo requiera. Aprobadas en Consejo de Ministros las instrucciones que siguen, es voluntad de S. M. que se le comuniquen, como de su Real orden lo hago, fiando á su elevada autoridad su exacto cumplimiento. Dios guarde á V. E. muchos años. Madrid, 27 de Febrero de 1913. N. Reverter. Instrucciones aprobadas por el Consejo de Ministros, anejas á la Real orden de esta ¡echa. I. Del Delesívdo <le los servicios indígenas, Secretario general. El Delegado de los servicios indígenas, en su carácter de Secretario general será eficaz auxiliar del Alto Comisa rio en las complejas funciones de su cargo, nscsorándole en cuanto á la vigencia y alcance de los Tratados, y en lo que se refiere á las relaciones que debe mantener con los agentes oficiales extranjeros, conforme al párrafo 6.° del art. I del Tratado hispano-francés. Llevará su correspondencia oficial con el Gobierno, con las autoridades subalternas y con las Sociedades y particulares. En los asuntos que no sean de la competencia de las demás Delegaciones, desempeñará el cargo de Consejero de las autoridades marroquíes é interventor central de sus actos. Corresponderá con las oficinas militares de asuntos indígenas ya existentes en la región ocupada del Rif y en Arcila, Larache y Alcázar; centralizará los datos que éstas y los demás elementos de información le suministren, de manera que tenga el conocimiento más exacto posible de la situación de los espíritus en - 52 - las cabilas. Auxiliará al Alto Comisario en la elección de los medios y procedimientos de atracción que deban emplearse en las mismas y deberá ser consultado respecto á los marroquíes de que el Jalifa y el Alto Comisario hayan de servirse. El personal de Intérpretes estará á sus órdenes. Seguirá con especial interés la administración de la justicia por los Oadíes sin intervenir en ella, pero velando porque se conforme á los principios del derecho musulmán. La elección do losCadies, adules y aunes y las reglas para el otorgamiento del beneplácito á los ukiles es función que corresponde al Jalifa, por el carácter religioso que especialmente los primeros revisten; limitándose el T3elegado para los asuntos indígenas, en sus consejos, á evitar que por inadvertencia pudieran ser nombrados ó mantenidos en sus cargos personas desprovistas de las aptitudes ó déla respetabilidad que el puesto severamente exige. La falta de archivo de los Cadíes y adules debe ser urgentemente remediada. El Delegado para los asuntos in dígenas se ocupará, con el Jalifa, de reglamentar los gastos de los auxiliares de la administración de justicia. Inútil parece recordar aquí cuáles son ahora los límites de la competencia de las autoridades judiciales marroquíes: los litigios en que los indígenas sean demandados; las causas en que figuran como reos; las cuestiones de propiedad inmueble, en las cuales el Jalifa, según el Convenio hispano-francés, queda investido de los poderes necesarios para resolver las apelaciones que el (bnvenio de Madrid atribuía al Ministro de Negocios Extranjeros de S. M. Xeriüana. El Delegado para los asuntos indígenas considerará atentamente las reglas en virtud de las cuales existe hoy una jurisdicción especial para los litigios entre israelitas. En los Convenios hispano-francés y franco-alemán está prevista la reforma del régimen de la jurisdicción — 53 - consular y el establecimiento de organizaciones judiciales inspiradas en los principios de la legislación respectiva en las zonas de influencia española y francesa. Pero entretanto ha de subsistir el régimen actual y, en su virtud, salvo en los litigios de propiedad inmueble, los extranjeros y protegidos pertenecientes á países que tienen tratados con Marruecos, serán justiciables de sus propias autoridades consulares en la medida que los Convenios señalan. Las relaciones de esas jurisdicciones con la administración de la zona serán de la competencia del Delegado para los servicios indígenas. En cuanto á la jurisdicción consular española, continuará ejerciéndose conforme á los reglamentos que la regulan, y dependiendo, por tanto, en el orden judicial de las Audiencias de la Península. La protección, esto es, el derecho de sustraer temporalmente á la jurisdicción de los tribunales indígenas á ciertos marroquíes por el hecho de estar al servicio de las Legaciones ó Consulados ó servir los intereses mercantiles de los europeos, continuará rigiendo por ahora. El Delegado para los servicios indígenas velará porque los Convenios que la regulan sean escrupulosamente observados, y su concepto de las reformas que necesitan se añadirá á los datos y estudios que ya obran en el Ministerio de Estado para preparar una modificación prevista en los Convenios hispano-francés y franco-alemán. La inmunidad de la jurisdicción local de que gozan extranjeros y protegidos no excluye que puedan ser detenidos en determinados casos, según se deduce de precedentes sobre ese particular sentados. También en los delitos contra la fuerza armada, hay antecedentes que el Delegado para los servicios indígenas elevará al conocimiento del Alto Comisario en sus informaciones. La buena gestión de los bienes habues en el triple 54 — sentido de la reivindicación de Jos injustamente detentados por particulares; la recta administración de los que están en manos de los nadires, y la inversión de sus ingresos conforme á su índole propia, deberá ser instada por el Delegado para los servicios indígenas al funcionario marroquí á quien el Jalifa confie la dirección de estos asuntos. El Gobierno de S. M. desea que estas materias como íntimamente relacionadas con los intereses religiosos queden muy especialmente al cuidado de la autoridad indígena en forma que los habitantes adviertan, incluso por las exterioridades del servicio, que nuestra intervención se limita á cortar abusos. La enseñanza musulmana podrá así disponer de recursos harto más importantes que ahora y darse, por lo tanto, de manera más eficaz. El Estado español, por su parte, contribuirá con las subvenciones necesarias para elevar el nivel intelectual de los indígenas por medio de la instrucción, y el Delegado correspondiente propondrá las medidas al efecto. En los consejos al Jalifa para la reivindicación de los habues, se tendrá muy principalmente en cuenta los preceptos que respecto de este punto existen en el Acta de Algeciras y las recientes iniciativas de Su Majestad Xerifiana, que se han comunicado al Delegado para los asuntos indígenas. Vigilará el Delegado de que viene hablándose el régimen de las escuelas al presente sostenidas por el Ministerio de Estado en Larache, Arcila, Alcázar, Tetuán, vecindades de Ceuta, Nador, Zoco el Had de Benisicar y Cabo de Agua, proponiendo las reformas que estime útiles y prácticas para el desarrollo de la instrucción pública en beneficio de nuestros numerosos compatriotas y de los europeos en general. Se contará para esta obra con el concurso de las Misiones franciscanas, que donde quiera que ejercen - 55 - SU sagrado ministerio han abierto escuelas gratuitas. Los asuntos del culto, en cuanto se relacionen con la administración, corresponden también al Secretario general, quien recibirá instrucciones de la Sección de Obra Pía y Contabilidad del Ministerio de Estado por lo que se reñere á las Misiones franciscanas, y hará cumplir con toda lealtad el art. VIII del Convenio hispano-francés de 27 de Noviembre de 1912, que obliga á ambas partes contratantes á garantizarla libertad y el ejercicio de todos los cultos existentes en Marruecos. Atenderá asimismo este Delegado á la combinación de la acción española en materia de sanidad (dispensarios de Larache, Alcázar, Nador y Zoco el Had, consultorios de Arcila y Tetuán) con las dependencias del Consejo Sanitario de Tánger y su ampliación en términos convenientes. Además, los servicios de Sanidad que pudiéramos llamar centrales, ó sea los sostenidos por el Estado ó por la administración del Jalifa, deben extender sus funciones á la inspección de las mismas materias en lo que dependan de los Municipios ó Juntas locales, ya que éstas en mucho tiempo carecerán de los recursos necesarios para proceder por sí solas. Esta inspección estará á cargo del Secretario general. La salud pública en la zona de influencia española interesa en el triple aspecto: 1.°, de la importancia fundamental que en sí misma encierra; 2.°, de que representa para los indígenas el signo más positivo de las ventajas de la civilización y es uno de los elementos de penetración más útiles que pueden emplearse, y 3.", de los peligros que la proximidad y la frecuencia de comunicaciones engendra para España. Por estas razones es indispensable autorizar al Delegado de los servicios indígenas para que se corresponda directamente con el Inspector general de Sanidad exterior de la Península. - 5() - II.—Del Delegado para los servicios de fomento de los intereses materiales. A cargo del Delegado para los servicios de fomento de los intereses materiales estará cuanto se refiera á la administración de las obras públicas, minas, montes, agricultura, correos, telégrafos y teléfonos y los desarrollos mercantiles é industriales en todos sus aspectos. Estarán á sus órdenes todos los funcionarios del Estado, afectos á estos servicios, inclusos los que, provisionalmente, tienen consignadas sus plazas en los presupuestos de distintos departamentos para 1913. Obras públicas.—El trabajo preliminar, respecto de este importante elemento de nuestra misión de progreso en África, es clasificar y ordenar cuantas obras públicas se han construido 6 están en ejecución en la zona de influencia española. Para fines políticos y militares se han construido en el territorio ocupado, tanto en el Rif como en las vecindades de Ceuta y en Larache Alcázar, obras con cargo á fondos de los Ministei'ios de Estado, de la Guerra y de Fomento, algunas todavía en vías de ejecución. El Sultán, por su parte, ha realizado obras con fondos de la Caja Especial, con intervención, por tanto, del Cuerpo diplomático y bajo la dirección de los ingenieros españoles al servicio de la referida Caja. En Larache y Tetuán se han verificado también trabajos con fondos de la tasa urbana, á pesar de no existir todavía organizaciones municipales. En fin, entre un grupo alemán y el Majzen existe un contrato para el puerto de Larache por valor de francos 6.250.000, cantidad que por el art. 2." del Arreglo financiero franco-marroquí de 21 de Marzo de 1910 se separó de los productos del empréstito allí concertado. - 57 - Próximo á aplicarse el Convenio hispano-francés de 27 de Noviembre último, en cuyo art. XVIII los dos Gobiernos declaran estar de acuerdo «para reservar á cada zona y afectar á sus obras públicas el producto de la tasa especial percibida en sus puertos», el Ministerio de Estado se preocupará de hacer que se liquide la Caja Especial, que hasta aquí era una sola para todo el Imperio y sobre cuyos fondos debían ejecutarse las obras del programa aprobadopor el Cuerpo diplomático. Ha atendido también á obtener de los Ministerios de la Guerra y de Fomento un estado de las obras y créditos á cuenta de uno y de otro, de suerte que el Delegado para los servicios de fomento de intereses materiales tendrá los datos necesarios para determinar lo que ha de concluirse conforme al régimen que pudiéramos llamar antiguo. Los elementos del nuevo se referirán también, naturalmente, á los territorios ocupados, incluyéndose, á lo más, también en el plan las obras en regiones que presumiblemente no hubieran de tardar en ocuparse. Del lado Tetuán-Larache, existe un proyecto de trabajos formado por el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Sr. Llorens, informado por el Comandante general, por el Coronel Jefe de las fuerzas de Larache y por los Cónsules en esta ciudad, en Alcázar y en Tetuán, y pendiente de dictamen del Ministerio de la Guerra. Unido tal proyecto al que se formule sobre la región de Melilla y á los datos que en su reciente viaje ha recogido el propio Delegado para los servicios de fomento de los intereses materiales, se determinará, por el procedimiento que el art. 5." del Real decreto establece, esto es, previo dictamen del Ministerio de Fomento, el plan de obras y su orden de prioridad, y de acuerdo con el Delegado de los servicios financieros se arbitrarán los medios para llevarlo á cabo, á saber: las concesiones á empresas privadas, que se obliguen á aportar los recursos 8 - 58 - para la construcción y la explotación ulterior; la realización a) con fondos de la Caja Especial; bj con fondos de la tasa urbana; c) con los créditos que el presupuesto del Jalifa permita dedicar á obras públicas; dj con los auxilios del Estado español, previo voto de las Cortes. Según que las obras hayan de verificarse por unos ú otros sistemas, con cargo á unos ú á otros recursos, el procedimiento legal será diferente. Con respecto al régimen de la Caja Especial, mientras no se modifique, se tendrá en cuenta el art. 66 del Acta de Algeciras; el párrafo 5." del Acuerdo francoalemán de 4 de Noviembre de 1911; el XVIII del Convenio hispano francés, y el reglamento de adjudicaciones de dicha Caja. Los artículos 106 á 110 del Acta de Algeciras; los tres primeros párrafos del artículo 6.° del Convenio franco-alemán de 4 de Noviembre de 1911; el 8." del mismo pacto; el XVIII, ya citado, del Convenio hispano-francés de 1912; el reglamento de las adjudicaciones en general, son aplicables a l a s obras públicas aunque no se construyan con fondos de la Caja Especial sino con los recursos generales del Jalifa. El párrafo 4." de la Declaración franco-inglesa de 1904, á la que España se adhirió; los 105 y 106 del Acta de Algeciras; el 7." del Convenio francoalemán rigen las obras ejecutadas por particulares. Los artículos 113 á 119 del Acta de Algeciras y el reglamento especial del ramo, gobiernan lo que atañe á expropiaciones. En fin, la introducción de explosivos para la industria se ajusta á un reglamento tam bien dictado ad hoc, de acuerdo entre la Delegación xerifiana y el Cuerpo diplomático. El ferrocarril Tánger-Fez ha sido objeto de un acuerdo entre España y Francia. En estos momentos se ocupa una Comisión mixta en París de ultimar cuanto á la ejecución del acuerdo se refiere, así en su carácter técnico como en el financiero, y oportu- - 59 - ñámente se comunicarán al Comandante general y al Delegado de fomento de los intereses materiales, los resultados definitivos de esta Comisión una vez que hayan sido por ambos Gobiernos aprobados. Cuando el Convenio hispano-francés entre en vigor, el Delegado para el fomento de los intereses materiales transmitirá órdenes á los funcionarios españoles afectos al servicio de Obras públicas en la Caja Especial, los cuales serán sus principales colaboradores, ya que este servicio tenía carácter de Consejo técnico del Sultán y debe conservar estas funciones cerca del Jalifa. Fácil es prever que las Juntas de Arbitrios y organizaciones análogas no dispondrán por ahora de medios para sostener un personal propio de Obras públicas; los proyectos que hayan de llevar á cabo tendrán, por tanto, que ser aprobados, y en su ejecución dirigidos ó intervenidos por el Delegado para los servicios de tomento de los intereses materiales y sus auxiliares. Minas.—Figura hoy en los capítulos correspondientes al Ministerio de Fomento, de la Sección 12." del l'resupuesto, un crédito de 6.000 pesetas, mitad para personal y otra mitad para material, con destino al servicio de minas. Necesariamente habrá de ampliarse para que en la plantilla de la Delegación exista personal idóneo suficiente al desempeño de los importantes cometidos que le aguardan. La compra de terrenos donde existen yacimientos, los contratos con los ocupantes, las demarcaciones, los reconocimientos y la tramitación de los expedientes han engendrado, antes de la publicación del Firman previsto por el art. 112 del Acta de Algeciras, múltiples relaciones de hecho y en no pocas ocasiones serios incidentes entre particulares que aspiran á desarrollar empresas mineras, habiendo desembolsado algunos importantes capitales. Por otra parte, son nume- — 60 - rosísimos los denunciantes de cotos, en previsión de que el Firman dicho atribuya valor á las denuncias. Para organizar este importante servicio en el más breve plazo posible, se establecerá uno técnico por la Delegación del fomento de intereses materiales. En cuanto al Reglamento definitivo se comunicarán al Delegado las instrucciones necesarias cuando termine sus trabajos la Comisión mixta que actualmente estudia el caso en París sobre la base del proyecto preparado en esta última capital en 1910. Montes.—La ordenación de las explotaciones forestales, el aprovechamiento de los montes públicos, la repoblación, son materias á que debe prestar especial atención el Delegado para los servicios de fomento. No se han realizado hasta ahora estudios técnicos de este ramo, aunque las autoridades militares y consulares, allí donde han visto los estragos de la incuria de los habitantes; por ejemplo, en la Gaba de Larache, han tratado de poner el remedio urgente á su alcance. Problema es este que, en Marruecos más que en ninguna parte, se complica con otros de orden político, á causa de la organización de la propiedad inmueble y de inveteradas costumbres de los naturales; pero ello mismo obliga á que con la discreción y mesura del caso se acuda al reparo del mal. El Acta de Algeciras ha dado á la explotación de alcornocales el carácter de empresa sujeta á pública licitación; importa tenerlo en cuenta al decidir la utilización de un ramo tan interesante de la riqueza pública. Agricultura.—El desarrollo y progreso de la riqueza agrícola constituye una de las principales aspiraciones del Gobierno de S. M. La difusión de la enseñanza técnica figuró entre sus primeros cuidados, estableciéndose ya en 1909 una Granja experimental en Nador; recientemente el Comandante general de Melilla ha dado cuenta de los esfuerzos generosaraen- - 61 - • te realizados por particulares para instruir á los indígenas en el empleo de los abonos químicos. No cabe, sin embargo, forjarse ilusiones tocante al plazo en que los beneficios de esa elevación del nivel intelectual de los naturales, aun procurado (como se hará) por todos y los más eficaces medios, podrán producirse. El Delegado para los servicios de fomento de los intereses materiales propondrá, sin demora, los procedimientos indispensables al efecto mientras el Gobierno de S. M. se ocupa en la formación de un establecimiento bancario, que facilite el crédito, y en el estudio, á que el Delegado contribuirá también, de los trabajos de irrigación, saneamiento y mejoras de cultivo, asequibles á los recursos de que se dispone. Los factores decisivos en el desenvolvimiento agrícola serán, sin embargo, por el momento, dos: la pacificación del país, que permita á los indígenas dedicarse con plena seguridad á sus labores; y el concurso de capitales europeos. Para facilitar la afluencia de dinero y trabajo, el Jalifa de la zona y aun el Estado español mismo, dueño de terrenos en las vecindades de Larache-Alcázar, dispondrán de las ventajas que esa circunstancia les ofrece. Se están levantando en este instante los planos de las fincas rústicas de propiedad española en la región del Lucus, y el Delegado para los servicios de fomento estudiará las ideas y los proyectos que acerca de la colonización por elementos europeos han expuesto la Legación en Tánger, el Comandante general de Melilla y los Cónsules correspondientes. Comercio.—El establecimiento bancario de crédito agrícola; el concurso eficaz de las iniciativas asociadas y de las empresas colonizadoras; la apertura de vías de comunicación; la tranquilidad del país y por consecuencia la seguridad del tráfico; la moderación, en fin, en los impuestos, ayudarán al progreso del comercio. - 62 - Y como quiera que un servicio de informaciones mercantiles será auxiliar muy importante, el Delegado para los servicios de fomento de los intereses materiales atenderá á constituirlo, utilizando, al efecto, al Agente que el dentro de Expansión comercial ha enviado recientemente á Tetuán y que en lo sucesivo pasará á depender de él valiéndose asimismo de la cooperación de los Cónsules y Cámaras de Comercio y manteniéndose en relación con los Centros análogos de la Península. Desarrollos industriales.—Las obras públicas, la radiotelegrafía, las explotaciones forestales, el crédito, los saltos de agua, la urbanización de las ciudades, la instalación de industrias varias han motivado peticiones á este Centro de favores ó protección especial, emanadas de los que intentan dedicarse á esas empresas. De todas ellas se hará cargo el Delegado de fomento y las que en lo sucesivo se presenten se le remitirán por el Secretario general para que con su dictamen previo pueda el Comandante general ahora. Alto Comisario en su día, emitir su autorizada opinión acerca de la forma y medida en que convenga, sea apoyar á los solicitantes cerca del Jalifa ó de las organizaciones locales, sea estimular por los medios propios del Gobierno de S. M. los negocios en cuestión, siempre dentro de los límites que los tratados marcan. Colonización.—Con especial interés está el Gobierno de S. M. resuelto á proteger las iniciativas y acti vidades que tengan por fin atraer á braceros españoles de los que se dirigen en busca de trabajo al extranjero; instalarlos en terrenos cuya propiedad ó arrendamiento á largo plazo puedan obtener; y ayudarles en sus primeros pasos. Las fincas rústicas de que es poseedor en Alcázar y las que están arrendadas en las vecindades de Tetuán serán (en la medida que el estudio que está haciéndose demuestre que es - 63 - posible) dedicadas á ese objeto, que el Estado realizará por su propia iniciativa si más conveniente fuera que utilizar las iniciativas privadas. Correos.—En materia de correos subsisten hoy la rudimentaria administración del Majzen y la española, que funciona bajo la dirección de un Administrador principal en Tánger. Desde luego, no hay interés, sino muy al contrario, para el Gobierno de S. M. en el mantenimiento de un servicio indígena, dependiente del Jalifa, y otro nacional, dependiente de la Dirección general de Correos y Telégrafos españoles. Su refundición en nuestra zona so impone, y el Delegado para el fomento de los intereses materiales recibirá las instrucciones para realizar oportunamente ese propósito, dando así cumplimiento al art. 1." del Real decreto, según el cual dependerán del Comandante general de las fuerzas en Tetuán todas las autoridades militares y consulares de España en su zona de influencia y cuantos servicios españoles existan ó se instituyan en la misma. Telégrafos.—Respecto á telégrafos, hay en la zona española el extremo de una corta línea xerifiana de Tánger á Arcila, líneas militares, estaciones radiográficas, militares también, y líneas y estaciones civiles abiertas al público y servidas por personal de Telégrafos. Importa unificar la explotación, poner por entero á disposición del comercio los medios de comunicación así creados, aunque el principal fin que al instalarlos se hubiera perseguido fuese en el primer momento el asegurar la rápida transmisión de las órdenes á las tropas. Por eso, el Ministerio de Estado gestiona al presente, que se abran las estaciones que todavía están cerradas oficialmente á la ex pedición de telegramas particulares y se resolverá esta cuestión de acuerdo con los Ministerios de la Guerra y de la Gobernación. El desarrollo de la red radiográfica, telegráfica y telefónica se hará ya como - 64 - parte de la administración del Jalifa, supliendo la insuficiencia de los recursos de la zona con los del Estado español en la forma general que arriba se apuntó. III.—Del Delegado para los servicios tributarios, econóiiiicos y flnancieros. La organización de los servicios generales que han de fomentar y desenvolver los elementos productores de la zona de influencia española, exige un plan maduramente estudiado para la creación de los instrumentos de uso público sea gratuito ú oneroso que han de constituirlo. Comprenderá este programa los me dios de comunicación, carreteras, ferrocarriles, puertos, telégrafos, repoblaciones forestales, explotaciones agrícolas y todo cuanto el progreso moderno emplea para desarrollar las prosperidades de un territorio. Obra del tiempo y fruto del conocimiento del país han de ser el plan y el orden de prelación en que hayan de ejecutarse sus distintas partes; los plazos para ello necesarios, así como sus presupuestos parciales y las vías y medios para realizarlo, y á su formación han de concurrir todos los Delegados con los Ingenieros y técnicos auxiliares bajo la dirección del Comandante general de nuestras fuerzas, con las instrucciones del Gobierno, y contando entre otros recursos, con los propios y peculiares de la zona de influencia, invertidos dentro del mayor respeto á los tratados y que irán aumentando á medida del desenvolvimiento de su producción, de su tráfico y de su comercio. Ciertamente que no han de alcanzar, al menos en algunos años, para cubrir las necesidades absolutamente indispensables de los servicios, y así está previsto en el Real decreto de esta fecha. Las cargas que, ínterin los ingresos de la zona - 65 - de influencia no basten para cubrir sus gastos, habrá de tomar sobre sí con el carácter de anticipaciones reintegrables el Estado protector, serán discutidas por las Cortes y aprobadas por ellas y por el Rey. A esta función de conjunto atenderá el Delegado para los servicios tributarios y financieros, preparando desde luego los elementos para formar la relación de créditos que ha de incluirse en presupuesto y la Memoria explicativa que presentará el Comandante general de las fuerzas españolas al Gobierno. Contribuciones é impuestos.—Mientras un detenido y minucioso estudio del actual sistema tributario de la zona de influencia no determine las modificaciones y reformas que pausadamente y mediante con sejos al Jalifa puedan introducirse en esta delicada materia, con ventaja para la equitativa distribución del impuesto y la moralidad de su exacción, se respetarán las costumbres actuales en toda clase de impuestos, tasas, tributos y gabelas, porque ni sería lícito herir los sentimientos de los indígenas, ni útil presentar ante ellos nuestra intervención como origen de gravámenes nuevos, ni político imponerles las cargas de la civilización, sino á medida que vayan tocando los beneficios. Figuran entre los actuales recursos de la zona de influencia la participación en los beneficios del monopolio del tabaco y de la acuñación de la moneda, en cuya obtención no intervendrá el Jalifa sino por modo indirecto, mediante la vigilancia prevista en los artículos XVI y XVII del Convenio hispano-francés. Los detalles de ejecución de estos artículos se comunicarán al Delegado cuando se hayan convenido con la nación vecina. Otros ingresos existen en que la intervención española viene á sustituir otra anterior europea: la del «controle» de la deuda, que cesará con arreglo al -^ 68 - artículo XIII del Convenio hispano-francés. Los ingresos afectos á la garantía de los empréstitos de 1904 y 1910, y, por tanto, sometidos al «controle» (aparte del monopolio del tabaco á que arriba se aludió y de los bienes del Majzen de que luego se hablará) son los de Larache y Tetuán; aduanas con su anejo del servicio de barcazas; derechos de puertas; derechos de mercados y mitad libre de la tasa urbana. El funcionamiento de las garantías ha sido cuidadosamente estudiado por los Cónsules en ambos puertos y por funcionarios del Cuerpo pericial de aduanas, que ya están preparados para el desempeño de estos servicios. El Delegado para los servicios tributarios, económicos y financieros dispondrá, pues, de los elementos auxiliares y de los antecedentes precisos para el desempeño de su cometido. Simultáneamente con la intervención en las aduanas y en el mustafadato de Larache y Tetuán, se procederá á instalar la aduana en las vecindades de MeliUa, problema ya estudiado y resuelto de acuerdo con el Comandante general de aquella plaza, y cuando proceda se establecerá la de Ceuta. Al organizar el funcionamiento de las aduanas se tendrá en cuenta que, superpuestos á los derechos, los arbitrios interiores de las plazas españolas podrían constituir un embarazo para el tráfico ó una inferioridad en la concurrencia internacional. Con los derechos de aduanas á la importación se percibe en Marruecos un gravamen especial de 2 ^/a por 100 ad valorem establecido por el art. 6(5 del Acta general de la Conferencia de Algeciras y destinado á obras en beneficio del comercio y de la nave gaeión. El deber del Delegado respecto de este particular, mientras no se reforme el régimen derivado del art. 66 del Acta de Algeciras y de las disposiciones que lo complementan, se limitará á hacer que aquél se cobre y á ingresarlo en el Banco de Estado, - 67 - y su inversión se ajustará á lo que sobre el particular se halla establecido. Los impuestos religiosos del)en, desde 1903, cobrarse conforme al ^tertib» aprobado por el Cuerpo diplomático, en razón á pesar también sobre los bienes de las personas dependientes de jurisdicciones extranjeras. De hecho, en una gran parte del Imperio, no se ha percibido, y ahora S. M. Xerifiana tomó la iniciativa de cobrarlo en determinadas tribus de la zona de influencia francesa, introduciendo en el «tertib» algunas modificaciones que penden del examen de los Representantes de las Potencias en Tánger. Respecto á si debe exigirse su pago en algunas tribus de la zona española (extremo en el que intervienen factores políticos de combinación harto delicada) el Delegado para los servicios tributarios y financieros informará al Comandante general quien con su opinión elevará el asunto al Gobierno para que se practiquen las gestiones que convengan. Al Delegado de los servicios tributarios y financieros se facilitarán los datos, antecedentes y documentos que, así la Legación en Tánger como los Consulados en Larache, Tetuán, Alcázar y Arcila por una parte y la Comandancia general de Melilla por otra, han recogido acerca de las fardas ó repartimientos impuestos con diversos títulos por las autoridades marroquíes á las tribus, los derechos de zoco, los de matanza de reses, los arbitrios que suelen cobrar los almotacenes y otros funcionarios, las puertas allí donde no están intervenidas por el «controle> y los demás análogos que existan, para que, previo informe del Delegado en cuestión, el Comandante general proponga medidas que se sometan oportunamente al Jalifa de la zona ó se lleven desde luego á cabo con toda mesura y prudencia, como algunas que han logrado las autoridades militares y consulares hacer ya que se introduzcan merced á su in- - 68 - fluencia sobre las autoridades locales ó por efecto de los medios que nos daba la ocupación militar y el Acuerdo de 16 de Noviembre de 1910. El Acta general de la Conferencia de Algeciras prevé la extensión de la tasa urbana á otros lugares que á los puertos donde existe, estando reservada la mitad para las atenciones municipales, y el establecimiento de la contribución industrial, el derecho de timbre ó de registro, el de transmisión de bienes inmuebles, los derechos de muelle y de faros. Se han realizado ya algunos estudios preliminares, que se pondrán á disposición del Delegado con objeto de que una detenida observación le permita informar al Comandante general para su posible aplicación cuando las circunstancias lo consientan. En cuanto á los impuestos mineros, su implantación resultará del Firman previsto por el art. 112 del Acta de Algeciras. Un aspecto de la cuestión de tributos particularmente interesante es la distribución de los mismos entre la hacienda del Jalifa y la de los organismos locales. Algunos de éstos se han establecido ya, pdr ejemplo, las Juntas de arbitrios en Nador y Cabo de Agua y la de arbitrios, policía é higiene de Alcázar, y se procura la creación de entidades análogas en Larache y en otras localidades. A este importante aspecto de la organización tributaria dedicará preferente atención el Delegado de los asuntos financieros, informando al Comandante general cuanto sea de aplicación práctica para el más rápido mejoramiento de los servicios urbanos, poniéndose para ello de acuerdo con el Secretario general encargado de los referentes á Higiene y Sanidad, de modo que resulte en su día una beneficiosa transformación de las poblaciones. Cuidadosa atención dedicará el Delegado de los asuntos tributarios y financieros á la administración - 69 - del patrimonio público y de cuanto atañe al régimen de la propiedad inmueble, catastros rústico y urbano y registros fiscales, que se irán aplicando en la prudente medida que las circunstancias consientan. La propiedad del Estado se halla, en efecto, mas íntimamente ligada en Marruecos que en Europa á la de los particulares y tribus, á causa de la especialidad de los principios del derecho musulmán. Además, durante largos años de confusión y de desorden, no son pocos los bienes del Majzen ó comunales de las tribus que han pasado, fraudulentamente, á manos privadas. El «controle» de la deuda, por un lado, las autoridades militares y consulares españolas por otro, han tratado recientemente de poner un dique á este desquiciamiento del Patrimonio. S. M. Xerifiana, en iniciativas ante el Cuerpo diplomático en Tánger, ha anunciado la intención de reivindicar las propiedades dolosamente transmitidas, y en la misma Acta de Algeciras se trata de la revisión de ciertos títulos. Mientras el Gobierno de S. M. señala los procedimientos que á su tiempo han de aconsejarse al Jalifa para realizar aquel propósito, la acción del Comandante general y la del Delegado para los servicios tributarios y financieros habrá de continuar ejercitándose en el sentido que apuntado queda, teniendo á la vista los registros que el Ministerio de Estado se ha procurado de antemano y que se completarán con los datos que sea posible obtener en los archivos centrales del Majzen, á cuyo examen el Gobierno de S. M., de acuerdo con el de la República francesa, piensa dedicar empleados que investiguen y copien cuantos documentos puedan interesarnos. La administración de los bienes del Majzen facilitará los fines de colonización que conviene desde los primeros momentos preparar. Las transmisiones de la propiedad inmueble y en general el régimen de ésta, seguirá ajustándose - 70 — á los preceptos de la ley coránica y á las tradiciones del Imperio; la formación de catastro y la organización del registro facilitarán reformas que, dejando intactas en lo sustancial esas normas, aseguren los derechos de los propietarios, faciliten las transacciones y permitan en suma un desarrollo económico, imposible si la propiedad inmueble no tiene una base jurídica firme y clara. Cualquier resolución, no seriamente madurada, á esos propósitos, correría el riesgo de embarazar la obra misma que se persigue ó lesionar sentimientos muy vivos de los indígenas, á cuyos derechos Su Majestad el Rey ordena que se guarde el más escrupuloso respeto. Por todo ello y por lo mismo que reviste este aspecto de la propiedad importancia suma, no se adoptarán resoluciones definitivas hasta que el Comandante general haya formado juicio propio sobre el terreno, y previos los informes del Delegado para los servicios tributarios y financieros proponga la gradación de las medidas que mejor estime. Mientras este instante llega, se empleará cerca de los Cadies y adules toda la influencia posible para que la redacción de los contratos y de las raulquias no sea ocasión de fraude. Gastos.—Entre los gastos que han de pesar sobre la ha cienda del Jalifa figuran el sueldo de éste, de sus Visires y de las autoridades marroquíes locales que perciben sueldo del Majzen, cuya determinación se hará cuando se realice la organización definitiva del Protectorado. Otros gastos son la contribución de las aduanas de la zona española en favor de Ja zona francesa por razón del tránsito (art. XIV del Convenio hispano-francós de 27 de Noviembre de 1912) y el reintegro al Estado español de la cantidad que ha de anticiparse á los tenedores de los empréstitos de 1904 y 1910. Los demás serán objeto de instrucciones especiales. Encargo del Delegado para los servicios tributa- -Tirios y financieros será la redacción de instrucciones muy sencillas que, aprobadas por el Comandante general y por el Jalifa, determinen y fijen las reglas de la contabilidad de los ingresos y gastos, acomodándose en lo posible á los que rijan en la Península. En cuanto al servicio de Tesorería, el Gobierno de S. M. se ha comprometido á respetar los privilegios que en este punto confiere al Banco de Estado el Acta general de la Conferencia de Algeciras, y, por lo tanto, deberán ingresarse en dicho Establecimiento de los ingresos que en aquel pacto se especifican. El detalle de las relaciones entre el Jalifa y su hacienda y el aludido Banco de Estado, motivará también, en su día, instrucciones especiales. Madrid 27 de Febrero de 1913.—N. Reverter. REAL DECRETO de 3 de Abril de 1913 relativo á la reforma de los gravámenes que pesan sobre las mercancías á su tránsito por las plazas españolas. EXPOSICIÓN SEÑOR: La ley de 18 de Mayo de 1863 declaró puertos francos los de las plazas de Ceuta, Melilla é Islas Chafarinas, quedando en consecuencia libres de todo pago de derechos y arbitrios en favor del Tesoro público los géneros, frutos y efectos que en ellas se introdujesen. La misma ley autorizó al Gobierno para extender igual franquicia al Peñón de la Gomera y Alhucemas ó para permitir el abastecimiento de estas plazas de los artículos libremente introducidos en Ceuta, Melilla y Chafarinas. Las mercancías, aun las no estancadas, que en dichas posesiones españolas se importan, ya por mar, ya por tierra, no están, sin embargo, exentas de todo gravamen, pues satisfacen los que con la autorización correspondiente han establecido el Ayuntamiento de Ceuta, las Juntas de arbitrios y las Juntas de obras de puerto. 10 - Í4 - El cumplimiento do los tratados y las conveniencias de la Administración de nuestra zona en el vecino Imperio Xeriftano aconsejan reinstalar las aduanas de la raya marroquí, y, al adoptar esta medida, según indicó el Ministro que suscribe en las instrucciones dirigidas al Comandante general de Ceuta que acompañan al Decreto de 27 de Febrero último, importa no perder de vista que, superpuestos á los derechos, log arbitrios interiores de las plazas españolas podrían constituir un embarazo para el tráfico ó una inferioridad en la concurrencia internacional. De excepcional interés para la población de nuestra zona de influencia en África es el aspecto económico de esta cuestión, que de atrás viene preocupando á las autoridades militares y á los Departamentos competentes. Estudios hay hechos y determinaciones existen ya propuestas, mas como quiera que el caso afecta á la vez á varios Centros administrativos y requiere una resolución de conjunto, en la cual se tengan además en cuenta los diversos gastos con que las mercancías españolas llegan recargadas á los puertos de que se trata, el Gobierno es de parecer que se pasen á una Junta compuesta de Delegados de los Centros administrativos interesados los antecedentes de tan importante problema y se le confie la proposición urgente de medidas que, luego, los Consejeros responsables de V. M. hayan de poner en práctica, cada cual en la esfera que le es propia. A ello responde el proyecto de Decreto que, de acuerdo con el Consejo de Ministros, el Ministro que suscribe tiene la honra de someter á la aprobación de V. M. Madrid 3 de Abril de 1913. SEÑOR: A. L. K. P. de V. M. El M i n i s t r o de E s t a d o , JUAN NAVARRO REVERTER. 75 — REAL DECRETO A propuesta del Ministro de Estado y de acuerdo con el Consejo de Ministros, vengo en decretar lo siguiente: Artículo 1." Se encarga á una Junta especial el estudio de las reformas que hayan de introducirse en las tarifas do los gravámenes de todas clases actualmente percibidos en las plazas españolas de Ceuta, Melilla, Chafarinas, Peñón do la Gomera y Alhucemas, sobre los géneros, frutos y efectos allí introducidos por mar ó por tierra; con objeto de evitar que, superpuestos á los derechos do aduanas en favor del Fisco marroquí, constituyan una dificultad para el tráfico ó una inferioridad en la concurrencia internacional. Dicha Comisión estudiará asimismo los derechos, ñetes y demás gastos con que las mercancías españolas llegan recargadas á las referidas plazas. Art. 2." IJR Comisión á que se refiere el artículo anterior estará presidida por el Director general de aduanas y compuesta de: un Delegado de cada uno de los Ministerios de Estado, Guerra y Gobernación y dos del Ministerio de Fomento correspondientes á las Direcciones generales do Obras públicas y Comercio, designados por los respectivos Ministros. Art. 3.° La Comisión, después de examinar los antecedentes que por los diversos Centros administrativos se le envíen, de oir á cuantos interesados se dirijan á ella, en el término do veinte días, á contar de esta fecha, y de reclamar los demás informes y datos que juzgue indispensables, emitirá su dictamen do modo que quede en el Ministerio de Estado antes del 10 de Mayo próximo. - 76 - El Gobierno, teniendo en cuenta el referido informe, dictará las disposiciones que estime convenientes al interés nacional y á los de la población indígena en nuestra zona de influencia en Marruecos. Dado en Palacio á tres de Abril de mil novecientos trece. ALFONSO Bl Ministro de Kstado, JUAN NAVARRO REVERTER. REAL DECRETO de 3 de Abril de 1913 constituyendo la "Junta de enseñanza en Marruecos,, EXPOSICIÓN SEÑOR: Las instrucciones comunicadas al Comandante general de Ceuta al aprobar V. M. el Real decreto de 27 de Febrero último sobre organización de la acción española en la zona de influencia de nuestra patria en Marruecos, encargaron al Delegado para los servicios indígenas, Secretario general, el cuidado y vigilancia del régimen de las escuelas que allí sostiene el Ministerio de Estado; autorizándole para proponer cuantas reformas prácticas estime necesarias al desarrollo de la instrucción pública en beneficio de nuestros numerosos compatriotas y de los europeos en general, y también las medidas precisas para que la enseñanza de los indígenas sea lo más completa y eficaz posible, contribuyendo á estos altos fines el Estado español con las subvenciones indispensables. Bien se alcanza al Gobierno de V. M. que obra de - 78 - esa magnitud requiere, aparte de la inteligente acción del Delegado de los servicios indígenas, el concurso de otros elementos que cooperen además á la preparación del personal idóneo para el desempeño de cargos que exijan conocimientos especiales de las leyes y costumbres marroquíes; el desarrollo de los estudios relacionados con la geografía, la historia, la literatura y el derecho del pueblo marroquí; la creación de una imprenta oficial árabe, y el fomento de las publicaciones útiles en dichos idiomas y caracteres. Todos estos propósitos no son ciertamente nuevos para la administración española; ha procurado ya realizarlos antes de ahora el Ministerio de Estado, estableciendo al efecto en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación un Instituto libre de enseñanza de las Carreras diplomática y consular que os á la vez Centro de estudios marroquíes y mediante el envío de individuos de la Carrera de Intérpretes á colegios de Siria para perfeccionarse en la lengua árabe y en el Derecho musulmán. A su vez, el Ministerio de Instrucción Pública, fomentando aquellas útiles corrientes de tan necesaria ilustración, creó cátedras de árabe con ñnes prácticos en las Escuelas de comercio y principalmente científicos en las Facultades de Letras de las Universidades, cuyos profesores, no sólo tienen la conciencia de sus deberes de maestros, sino el amor y el hábito de las investigaciones. También la Real Sociedad Geográfica ha llevado á cabo trabajos muy meritorios. La Junta para ampliación de estudios ha organizado en el Centro de los históricos de ella dependiente, una sección árabe donde mientras unos profesores y alumnos se dedican á la historia de la civilización musulmana en España que tanto influyó en la vida política, religiosa y social del Imperio Xerifiano, otros consagran su atención á materias do actualidad como son los dialectos vulgares de la región Norte de Marruecos y el espíritu religioso mahometano en la hora presente. Y, en fin, asimismo los Centros hispano-marroquíes, contribuyendo á obra tan iitil, han fomentado la difusión de análogas enseñanzas. Pero hoy que la nación española ha tomado sobre sí el compromiso de mantener bajo su influencia civilizadora territorios nuevos poblados por creyentes del Islam é israelitas, á los que se debe conocer y regir respetando sus instituciones y creencias, aquellos estudios y trabajos adcpiieren una nueva y mayor importancia, y es del más alto interés que subsistiendo las distintas direcciones en que hasta hoy se ejerce la actividad científica española dispersa entre los varios aspectos de tan interesante materia, se establezca entre todas un lazo de unidad de modo que concurran á un resultado do conjunto y de máximo rendimiento. Conviene para ello crear una Junta especial en la cual se hallen representadas las Administraciones centrales de los Ministerios de Estado ó Instrucción Piiblica, las Facultades de Letras, la Junta de ampliación de estudios, el Centro de estudios marroquíes, la Real Sociedad Geográfica y los Centros hispanomarroquíes y cuyo cometido será asesorar á aquel Departamento respecto á los servicios que en el particular se creen y asegurar la marcha armónica de los diversos elementos hacia un ideal común. Pero aparte de esta gestión directora, tres objetivos especiales de inmediata realización constituirán el programa de trabajos de la Junta especial. Es el primero la propuesta en terna de un Comisionado especial, que pase á Marruecos á las órdenes del Delegado para los servicios indígenas, con el fin de estudiar el funcionamiento de las escuelas sostenidas por el Estado español, por la Administración local y por otras entidades en nuestra zona de influencia, y proponer por medio de aquel Delegado su sistematización y las reformas que considere precisas. - 8Ó - Impone el segundo el hecho de que las relaciones de viajes, las obras científicas, las traducciones históricas, los mapas, las bibliografías de Marruecos y Norte de África, están generalmente impresos en idiomas extranjeros, existiendo en el nuestro relativa pobreza de trabajos de primera mano sobre todo de autores especialmente versados en las lenguas indígenas africanas. Consecuencia de ello es el que la literatura sobre estos extremos se halle plagada de transcripciones extranjeras de nombres árabes geográficos y aun de la organización militar, política, administrativa, económica y social del Imperio marroquí con olvido de que en España por virtud de las constantes y seculares relaciones con moros de la Península y de África existe un léxico tradicional bastante rico, propio y sencillo. Debido esto á falta de verdadera autonomía científica, el medio más eficaz de corregirlo será que entre nosotros se forme y mantenga una tradición genuinamente nuestra en esas materias. Mas entretanto es urgente redactar un vocabulario en que el antiguo fondo español se resucite para evitar en lo posible y llegar á proscribir las nuevas denominaciones extrañas. No es menos importante el tercero de los trabajos que la Junta especial ha de realizar. Consiste en llenar el vacío que en nuestra enseñanza oficial se advierte de estudios especiales concernientes al pueblo judío, no obstante la rica y abundante literatura del judaismo español. Lógico es que el Ministerio á que en la actualidad más interesa la instauración de las disciplinas científicas talmúdicas, se preocupe de subsanar provisionalmente ese defecto sin perjuicio de los desarrollos que más tarde y normalmente pudiera dar el Ministerio de Instrucción Pública á esos asuntos. Fundado en cuanto queda expuesto el Ministro que suscribe, de acuerdo con el Consejo de Ministros, - 81 - tiene la honra de someter á la aj)robación de Vuestra Majestad el adjunto proyecto de Decreto. Madrid 3 de Abril de 1913. SEÑOR: A L . R. P. d e V. M., El M l n l a t r o de E s t a d o , JUAN NAVARRO REVERTER. REAL DECRETO A propuesta de Mi Ministro de Estado, y de acuerdo con el Consejo de Ministros, Vengo en disponer lo siguiente: Artículo 1." Bajo la dependencia del Ministerio de Estado se crea una Junta denominada de «Enseñanza en Marruecos», cuyo cometido será informar y aconsejar á dicho Departamento acerca de los servicios que se establezcan con los objetos siguientes: a) Facilitar á los elementos cristianos españoles en Marruecos los medios de instruir á sus hijos en escuelas genuinamente nacionales; h) Desarrollar en la esfera de inñuencia española instituciones de enseñanza para hebreos, mediante las cuales se asegure el empleo entre éstos del rito judaico español y de la lengua castellana; c) Mejorar en la expresada zona la enseñanza mora, sea con los recursos propios del Estado español, sea con los del Jalifa, aconsejado por el Alto Comisario español; d) Preparar en la Península ó en el extranjero personal idóneo, así para el cumplimiento de los expresados fines, como para el desempeño de cargos que exijan estudios especiales de las leyes y costumbres marroquíes; e) Crear una imprenta oficial árabe y fomentar 11 - 82 - las publicaciones útiles en dichos idiomas y caracteres; f) Cuanto contribuya al desarrollo de los estudios relacionados con la geografía, la historia, la literatura y el derecho del pueblo marroquí, asegurando, mediante la representación que en la Junta tienen los diversos organismos y entidades que hoy dedican su atención á estas materias, la unidad de los esfuerzos de los mismos. Art. 2." En el plazo más breve posible, la Junta propondrá al Ministro de Estado: a) Una terna, en la cual habrá de escogerse por el referido Ministro un funcionaiño encargado de estudiar sobre el terreno, bajo las órdenes del Delegado para los servicios indígenas, los establecimientos de enseñanza del Estado español, de la administración marroquí y de otras entidades en la zona de influencia española en Marruecos y de proponer su sistematización y las i^eformas necesarias para los fines arriba indicados; h) Los medios de publicar con premura un vocabulario geográfico, administrativo y legal hispanoárabe; c) Los medios materiales que la Junta considere precisos para el desempeño de su cometido; d) El Reglamento de la Junta y sus i-elaciones con los organismos representados en olla. Art. 3." De acuerdo la Junta de enseñanza con la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, se organizará, con subvención del Ministerio de Estado, una serie de conferencias durante los meses de Mayo y Junio próximos en el Instituto libre de enseñanza de las Carreras diplomática y consular y Centro de estudios marroquíes acerca de historia y literatura judía española, preliminar de la creación de una cátedra de las mismas materias en la forma y establecimiento que el Gobierno acuerde. - 83 - Art. 4." Presidirá la Junta el Presidente del Consejo de Instrucción Pública y se compondrá de: a) El Subsecretario y el Jefe de la Sección de Política del Ministerio do Estado, y el Rector del Instituto libre de enseñanza do las Carreras diplomática y consular y Centro de estudios marroquíes; h) El Director general do primera enseñanza; dos C'atedráticos de Facultad ó de Instituto; dos Vocales de la Junta para ampliación do estudios é investigaciones científicas, y un S(!cretario do la Junta que ahora se crea, todos ellos versados en lenguas ó liistoria árabes ó hebreas, designados por el Ministro do Instrucción Pública y Bellas Artes; e) Un Delegado de la Keal Sociedad Geográfica y otro de los Centros liispano-marroquíos. Art. 5." Los gastos que ocasione esta Junta se sufragarán con cargo al presupuesto del Ministerio do Estado. Dado en Palacio á tres de Abril do mil novecientos trece. ALFONSO El Ministro do Estado, JUAN NAVARRO REVERTER. A D I S C U R S O DEL IWIflISTHO DE ESTADO Sr. MARQUÉS DE ALHUCEMAS <" EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS (13 de Diciembre de 1'J12.) Vamos al Tratado, y como deseo abreviar, como tendré ocasión, naturalmente, de intervenir otras veces en el debate, como además estoy á disposición de todos los señores Diputados, como es mi deber y además es mi gusto, para darles todas las explicaciones ó aclaraciones que necesiten, voy á ocuparme en contestar concretamente las observaciones que con tanta elocuencia como discreción y patriotismo, repito, presentó el Sr. Maura y Gamazo á la obra del Gobierno. Primera observación. Después de reconocer el Sr. Maura y Gamazo que el encuentro, la idea de este Jalifa para nuestra zona era un hallazgo feliz, objetaba, diciendo: «Ya sé yo que no, bien comprendo que no, reconozco que no es esa la intención del Tratado, que ese no es el espíritu del Tratado, pero es su letra; del Jalifa no se dice que sea más que el adminis(1) Sólo so insertan los' párrafos quo contribuyen á osclarccor ol alcance del acuerdo. — 86 - trador do la zona y, por consiguiente, poco más que un Ministro del Sultán, y la prueba do ello es que se dice que se reconoce ó que se respeta la autoridad civil y religiosa del Sultán en el Imperio». ¡Ah, señor Maura y Gamazo! Pero hay que leer por entero: «Las regiones címiprendidas en la zona do influencia determinada en el art. 2." continuarán bajo la autoridad civil y religiosa del Sultán en las condiciones del presente Acuerdo». Es decir, el respeto obligado á aquella integridad del Imperio y á aquella soberanía del Sultán que desde 1902, pasando por 1904, Acta de Algeciras, así se ha establecido. Pero en las condiciones del presento pacto y no en otras. Que no es más que un Ministro. ?,Pues qué se dice? Se dice que el Jalifa tendrá una delegación general del Sultán, en virtud de la cual (ijercerá los derechos pertenecientes á éste, y no se hace excepción de ninguna clase. T'or consiguiente, si va á tener una delegación general, que comprende todos los derechos pertenecientes al Sultán, y si esta delegación es permanente, y si, además, el Jalifa no puedo ser nombrado sino entre dos personas que España proponga, y si el Jalifa no puede ser mantenido en sus funciones, sino en tanto en cuanto el Gobierno español lo permita, y si al cesar en su cargo ipso facto desempeña sus funciones de Bajá de Tetuán, que ha sido nombrado, naturalmente, por el Jalifa, con intervención del Alto Comisario español, Ase puede decir. Soñores Diputados, que no está escrito en el Tratado cuál es la función de este Jalifa ó cpie esa situación, sea la expresión la que quiera, es poco más que la de un Ministro del SultánV Segunda observación. Su Señoría reconoce cuál es el espíritu, el pensamiento, la tendencia del Tratado respecto á la acción del Gobierno español ó del Alto Comisario español sobre el Jalifa; pero lo encuentra deflcientemente expresado en el Tratado, y — 87 - estima que solamente resulta por deducción de las cargas que nos impono; es decir, de que el Gobierno xerifiano no participará en las «sargas en la zona española, y do «lue hay otros artículos en que se expresa que todos los recursos de la zona española serán obligados al sostenimiento de ésta. No, Sr. Maura y Gamazo, no; cierto que, á veces, el lenguaje diplomático carece do la diafanidad y la aparente precisión que el de las leyes interiores; pero, aun así, yo creo que está suficientemente claro, absolutamente explícito; porque no es que solamente por deducción de esos dos artículos podamos reconocer cuál es la acción del Gobierno sobre el Jalifa, sino que hay que tomar otros artículos del Tratado. Al Gobierno español le corresponde velar por la tranquilidad de la zona (art. 1.") Y por cierto que al llegar á este punto de velar por la traiKiuilidad de la zona, me es también de interés recoger una afirmación hecha hoy mismo en el artículo de un popular diario, en el que se asombra de que Francia pueda tener derecho de hacer ocupaciones militares en Marruecos, y de que este derecho haya sido negado á España en el Tratado franco-español de 1912. Tengo que decir que eso no es exacto; será conveniente ó inconveniente— eso ya lo discutiremf)s—que el Estado español deba tener facultad(>s militares en Marruecos; será necesario ó innecesario, será bueno ó será malo, eso con otros contradictores lo examinaremos; pero que el Gobierno español tiene la facultad de hacer esas ocupaciones militarer, eso lo dice implícitamente el Tratado, y no lo ha negadf) nadie de cuantos han intervenido en la negociación del mismo. «El Gobierno de la Repiíblica francesa reconoce—dice el art. 1.°—que en la zona de influencia española toca á España velar por la tranquilidad de dicha zona, y prestar su asistencia al Gobierno marroquí para la introducción de todas las reformas administrativas, económicas, financieras, judiciales y militares de que necesita, así como para todos los reglamentos nuevos y las modificaciones de los reglamentos existentes, que esas reformas llevan consigo»; y por si faltaba algo, y por si no estaba suficientemente explícito, por si no habíamos comprendido todo, absolutamente todo, lo mismo que Francia pudiera tener en su zona, se recabó y se obtuvo que se dijera, para quitar toda duda y toda controversia: «todo esto conforme á la declaración franco-inglesa de 8 de Abril de 1904 y al Acuerdo franco-alemán de 4 de Noviembre de 1911». Por consiguiente. Señores Diputados, ¿se puede decir con justicia que nosotros hemos prescindido en nuestra zona de ningún medio de acción, repito que bueno ó malo, eso ya lo discutiremos, que tenga Francia y que le haya sido reconocido por el Convenio franco-alemánV Pero sigue diciendo el Tratado lo que puede hacer el Gobierno español ó el Alto Comisario español, sin que haya necesidad de deducirlo simplemente, de las cargas que sobro nosotros posan, ó de que se hayan de aplicar á la zona española los productos que la zona española rinda. Sigue el Tratado: «Le corresponde prestar asistencia para toda clase de reglamentos y reformas; le corresponde intervenir en la administración y en los actos del Jalifa y de sus agentes; le corresponden las relaciones con los agentes extranjeros; le corresponde velar por la observancia de los Tratados; le corresponde fijar, de acuerdo con Francia, los derechos de aduanas; le corresponde proteger en el extranjero á los subditos marroquíes; le corresponde resolver las quejas de los extranjeros con los Cónsules de la nación interesada; le corresponde establecer organizaciones judiciales; le corresponde vigilar el contrabando de armas». Y en suma, Sr. Maura y Gamazo, se llega, en el art. 25 del Tra- - 89 - tado franco-español, á llamar al Gobierno de nuestro país protector de la zona española. Señores Diputados, si todas estas cláusulas están comprendidas en el Tratado, si todas estas atribuciones están concedidas al Alto Comisario español, ¿se puede, con justicia, decir que el espíritu, el pensamiento era evidentemente el que decía el Sr. Maura, pero que era necesario interpretarlo por deducción, de que las cargas no eran imputables al Gobierno xerifiano ó de que los productos de la zona española eran atribuidos á la zona? No; tiene todas las atribuciones que, con justicia. Su Señoría suponía, pero las tiene expresamente establecidas y claramente reconocidas. Otro argumento, otra objeción. El Sr. Maura (padeciendo en esto una equivocación, quizás realmente un lapsus de palabra, iba tal vez más allá de su intención al pretender que fuera soberanía, que se trataba de un caso de soberanía, cuando es notorio que se trata simplemente de protectorado), decía: ¡Ah! pero hay muchas funciones de soberanía que no nos han sido concedidas; hay muchas funciones de soberanía que nos han sido negadas, y hacía resaltar que nosotros no podemos fijar las valoraciones de aduanas; exacto. Nosotros no podemos proceder sin adjudicación para la construcción de grandes obras públicas, nosotros no tenemos el derecho exclusivo de pesca; innegable. Nosotros no podemos imponer ciertos impuestos al mineral de hierro; no hay quien lo dude. Nosotros no podemos negar sus privilegios para un Banco de Marruecos; no podemos suprimir, por ahora, el monopolio del tabaco; ciertísimo. Pero, aunque Su Señoría lo dijo, bueno es que se establezca de una manera clara, porque este fué un argumento que (puede que sea un poco de suspicacia en mí), impresionó extraordinariamente á la Cámara. {El Sr. Maura y Gamazo: Un momento. Todo eso lo 12 - 90 - decía yo para que los franceses no nos hubieran pedido más; no por otra cosa. Ese era el alcance de mi argumento.) Muy bien; pero como, repito, impresionó á la Cámara el argumento, bueno es decir. Señores Diputados, y que lo sepa todo el mundo, que, en efecto, ninguna de estas facultades que el Sr. Maura y Gamazo echaba de menos en el Tratado han sido reconocidas al Gobierno español. En primer lugar, algunas de esas restricciones derivan de Tratados con el Majzen y corresponden á terceras potencias, otras están fijadas en Algeciras, otras son temporales, otras están mantenidas en el Tratado franco-alemán, y la que conviene, por último, recordar es que ninguna de estas atribuciones que el Sr. Maura y Gamazo echaba de menos, ninguna, absolutamente ninguna, la tiene Francia. Es el argumento que, no en labios de Su Señoría, que es hombre sereno, pero en otros se encuentra diciendo: «Nos han negado esto y esto y esto, no podemos hacer tales y cuales cosas». Evidentemente, Señores Diputados, no podemos hacer varias de ellas; pero lo que yo tenía que hacer era pretender libertad, hasta donde fuera posible, dentro de la zona y, sobre todo, una absoluta igualdad de condiciones respecto de Francia, y lo que 2:)uedo afirmar á mi país es que, no sólo no hay inferioridad para la zona española, sino que no hay la menor desigualdad. Otra objeción del Sr. Maura y Gamazo: «En este Tratado ha habido grandes desigualdades políticas, económicas y administrativas en contra de España». Desigualdades políticas. Señores Diputados, cuando yo oía á Su Señoría realmente me alarmaba. ¿Qué desigualdades políticas eran esas que tanto preocupaban al Sr. Maura y Gamazo? Después Su Señoría se explicó, y resultó que no había más que una desigualdad política: los franciscanos. Todos sabéis. Señores - 91 — Diputados, que los franciscanos españoles tenían el privilegio de ser la única institución religiosa en Marruecos, y que en esta negociación F'rancia requirió que este privilegio no fuese mantenido, á fin de que en la región francesa pudiera haber franciscanos franceses. Al fin hube de prestarme á la fórmula de que, puesto que esto, después de todo, no es una cosa que solamente á España afectara, sino también, mirando á intereses religiosos bien altos, á la Santa Sede, España haría por su parte lo posible ó no sería obstáculo á que el privilegio concedido á los franciscanos españoles pudiese ser relajado, y, por consiguiente, conservando naturalmente los bienes, los establecimientos religiosos españoles pudiesen ser afectos á ellos en la zona francesa franciscanos franceses. Y yo os digo. Señores Diputados: después de todo lo que os veijgo indicando, de haber pedido con insistencia, con tenacidad, por cuantos medios estuvieron á mi alcance, que no hubiera influencias francesas en la zona española, cuando se me planteaba la negociación en el sentido de que no se admitiría bajo concepto alguno que hubieran de perdurar los frailes franciscanos esoañoles con el privilegio exclusivo en la zona de Francia, ¿había de romper la negociación? Porque, naturalmente, yo argumentaba sobre la conveniencia espiritual de la existencia de estos frailes, y Francia me decía: Esto no es de cuenta de España; España no va á ser, y aquí sí que viene bien la frase, más papista que el Papa. Si Roma estima que para los fines de la Iglesia no hay ningún inconveniente en que existan frailes franciscanos franceses en la zona francesa, ¿por qué España, á título de defensora de los intereses espirituales de los católicos, va á ser más intransigente que Roma? Pero es que España no pretende el privilegio de los frailes franciscanos en la zona francesa para la defensa de intereses espirituales; es que busca un — 92 — interés político; es que los hombres políticos españoles se han saturado de decir en el Parlamento español, desde los más retrógrados á los más radicales, que los frailes franciscanos en Marruecos no ejercían una acción espiritual, sino una acción política; y se me recordaba una frase del ilustre Jefe del partido conservador, diciendo que los frailes en Marruecos no han evangelizado: «el padre Lerchundi, esta era la frase, no evangelizó jamás». «Los frailes son, pues, un instrumento político.» Pues si son un instrumento político, como instrumento político no puedo consentir que ejerzan acción en la zona francesa. Planteada la cuestión en estos términos, llegando á imponerse como condición sine qua non, ¿hubiera habido nadie que no teniendo intereses espirituales que defender más allá de lo que los defiende la Santa Sede, y no queriendo intereses políticos en nuestra zona para los franceses, hubiera ido á discutir influencias españolas en la zona francesa? Creo que nadie lo hubiera hecho; por consiguiente, sobre este punto declaro que me ha sido sensible, como todo lo que es de ceder de algo que se tiene, de un privilegio que se posee, pero creo que no ha padecido absolutamente ningún interés español, y no hay que decir que ningún interés religioso, con que nosotros de nuestra parte nos prestemos á que la Santa Sede haga sobre esto lo que tenga por conveniente, siempre que se conserven los bienes y continúen perteneciendo á los franciscanos españoles. Desigualdades económicas. Sobre esto ni una palabra, porque molestaría la atención de la Cámara y han quedado, á mi juicio, esclarecidos los fundamentos y desarrollos de la cuestión después del brillante discurso del Sr. Marqués de Cortina. Era cosa para nosotros interesante, interesantísima, y ahora sí que puedo decir de mi lado, como decía antes del lado francés, condición sine qua non, que no subsistirán - 93 - influencias políticas en nuestra zona á título de organismos financieros, y de ahí mi empeño en que de ninguna manera hubiera de continuar ejerciendo sus funciones el controle en las aduanas. Por cierto. Señores Diputados, que al tratar de este punto recuerdo un episodio, que fué de los que mayor preocupación produjeron en mi ánimo, y es que habiendo yo pedido que las aduanas españolas no quedaran en manos francesas, mediante el controle, se me hubiera dicho por persona muy caracterizada del Gobierno francés, que tenía entendido que M. García Prieto era uno de los abogados, en su amabilidad se permitió decir, más distinguidos de Madrid, y, sin embargo, pretendía tal absurdo jurídico. Declaro, Señores Diputados, que me sentí amargado, porque yo, que no me precio de diplomático, lo he sido per accidens, fundo mi estado social en ser abogado, y aquello me llegó á lo vivo. Hubo conversaciones para demostrar la posibilidad de que, sin llegar á ningún absurdo jurídico, los tenedores de la-deuda, los Bancos interesados, todos los organismos interesados percibirán lo suyo sin perder ninguno ni un solo céntimo; y se realizó lo que, repito, para mí era indispensable, de que las aduanas quedaran en manos españolas (ese absurdo jurídico fué la fórmula que después prevaleció) y de que, mediante un adelanto por nuestra parte, quedáramos en disposición de poder disponer de las aduanas, hasta hoy intervenidas por Francia, haciendo la debida aplicación de un artículo del Tratado de empréstito que ayer tan minuciosa y brillantemente nos explicó el Sr. Marqués de Cortina. Otra desigualdad, y creo que es la última: ferrocarril Tánger-Fez. Decía el Sr. Maura y Gamazo, y fué otra de las cosas que también impresionaron á la Cámara: el ferrocarril Tánger-Fez, en su mayor extensión, está en — 94 — zona española, y, sin embargo, el capital se concede, en su inmensa mayoría, á Francia, y el Consejo de administración es, en su inmensa mayoría, francés, hasta el punto de que son diez los consejeros franceses y cinco los consejeros españoles. Pues respecto de esto, no es exacto más, sino lo del capital, y lo del capital es exacto, porque es lógico, porque, naturalmente, si Su Señoría idea un ferrocarril de Tánger á Fez, atravesando las montañas, la línea más corta, la línea recta, evidentemente la mayor parte del recorrido estará en la zona española. Pero os que no es eso, Sr. Maura y Gamazo; es que, aparte la utilidad del ferrocarril, la conveniencia del ferrocarril, la conveniencia para ambos países de que se gaste lo menos posible, do que el ferrocarril sea lo más reproductivo posible, constantemente se ha hablado, no ya en el Tratado y en la negociación del Tratado, sino mucho antes, en publicaciones, notas y escritos del Ministerio de Estado y del Quay d'Orsay, de París, do que el ferrocarril había de ser un ferrocarril, naturalmente, Tánger—región de Alcázar-Fez, y siendo un ferrocarril Tánger, región de Alcázar-Fez—, el argumento, Sr. Maura y Gamazo, cae por su base, porque ya la mayoría de la extensión está en zona francesa, y estando en zona francesa, es lógico que la mayoría del capital sea francés, y estando en zona francesa y siendo la mayoría del capital francés, es lógico que la mayoría del Consejo de administración sea francés. Pero ni en la proporción del Consejo de administración estaba Su Señoría en lo exacto, porque decía que había diez consejeros franceses y cinco españoles, cuando son nueve franceses y seis españoles. (El Sr. Maura y Oamazo: Cinco españoles, diez franceses y un extranjero, que no sea francés ni español.) Perdone Su Señoría. ¿Tiene la bondad de leerlo? Porque no lo tengo á mano. {El Sr. Maura y Oamazo: Continúe Su Señoría, Señor Ministro de Estado, y en la rectificación recogeré eso, reconociendo si me he equivocado y alegrándome de haberme equivocado.) Perdone Su Señoría, porque tiene mucha importancia. «Artículo 5." El Consejo de la Compañía concesionaria estará compuesto de quince miembros, nueve franceses y seis españoles, nombrados, respectivamente, por los tenedores de acciones francesas y españolas. Parece una minucia. Señores Diputados, que yo me entretenga en rectificar el que son nueve y no diez, y el que son seis y no cinco, y, sin embargo, tiene una importancia extraordinaria; porque, naturalmente, como se trataba de una Compañía en que, lógicamente, la mayoría del capital debía ser francesa, puesto que la mayoría del recorrido era francés, el Consejo de administración tenía que guardar proporción con el capital; y si hubieran sido diez y cinco, como decía el Sr. Maura y Gamazo, nosotros hubiéramos podido estar entregados completamente á los administradores franceses, aun en los casos en que se exigen los dos tercios para que haya acuerdo, mientras que siendo nueve franceses y seis españoles, hace falta siempre el concurso de un español; sin nuestro voto no se puede discutir, ni deliberar, ni resolver. ¿No os parece que tiene importancia suficiente? Pero, aparte todo esto, hay una cosa verdaderamente esencial, sobre la cual se guarda silencio, y es que, cualesquiera que sean las condiciones de ese ferrocarril, hállese en mayoría en zona española ó en zona francesa, sea la mayoría del capital francesa ó española, guarden ó no guarden proporción en el Consejo de administración los representantes españoles y franceses, nosotros tenemos el derecho de rescate inmediatamente de terminada la construcción; y, por consiguiente. Señores Diputados, si el Gobierno español, en su día, se encuentra - 96 en condiciones de hacer este sacrificio ó cree conveniente este sacrificio (que, de todas maneras, por otras fórmulas se hubiera tenido que hacer lo mismo para construirlo), claro es que en ese día puede evidentemente reclamar el rescate y, por tanto, desaparecerán todas las ingerencias, y, por consecuencia, el ferrocarril de Tánger al límite de la zona española será absoluta y genuinamente español. Absolutamente no hay, por consiguiente, en el Tratado ninguna desigualdad, ni económica ni financiera; la tínica desigualdad que subsiste es la desigualdad política relativa á los franciscanos, y sobre esto creo que he dado á la Cámara suficientes explicaciones. l o s T r e s Sajitos JiiM fu SMam.\¿ r II u r \ .1(1 '(^Ift-.i ''.-, ,/•';'',/•' •\l'ii¡n„„ 11,nf„ nil SídiAhd-eí Yi'M Tiar . IL, -mi J<'. ilitUi fin SM, •<L KuíaJMe (I J-al la U,iui.t\ ^^i-piitvla'^ /'K . • \ "1 J^\ J \ 4.*„ SuU Xasmi el' N, N A S A , ELHluir, SiJiAl^lalLXerjfBaharaLJí^j ^ : > • Bap Arlelt J k ^'rZi^ J{j,ca>Nafra, / / f •*'»f>^ * ! l^ í/^// / / ¿ / V.' .> yll^ ,t ^ > hitíuli > lllajprl ^ • / h há^i Je.riiil © v^ o ,B <• V<-J-'<^C ^-^CrV j 7 , 4 / N'"' ^ Kadír heji'lrU' f/' ñ) V B ENí < / "^-C l>. \ ^' r \v^^^ SidiyclHluuíAh^ • ;A. / tpYeltíl ' .XcrgiCJ'a/Zi.m ti W \ »'^<'««" X , ^ . ' / « / o-^' ,,Af A"^ ¡ t o-T 1^? » ^ 1 O^ ^r ,f, A .. . - 6Zw^ ,> Yuncir, A.,„ r. / 1 . ^ ) f <• • ' XAH.... Wa.t'jti ,1 •"^•''' •éK:'"'' B ENí -^^ A\ ¿zr-- • S.elYanualifllhamj/áíx Í L - ^ ; • Karia del k a i d --i^~ TfliainidfíbtinMcki'^ r * í^ ,|í'^-%-v ' \ .'4 \ ^ , ?á>.« f iír ?1*" -. -•'Sí \ 'A <»^ S.i'^' ^ ^^^% r *-- \ ^1 ^v -'Ñ^ '' / / * ^ ^"^ X \ " - ¿^' - .(u J,/ "• ' * ilaJohJt 1 lita,,! - —i "'K,, iba a 41 ,—i^ JI I. i -^V vV í l . -fe—^ ií^ -vA -V P \ ]^ / ' / '^ >, 'S'""" •> Mh„Jnud, lirjf^'ii^ ¡ .»M<-h he» -11, ,/0AJ, ^y^^ ; 1 / ,(/,,^^ E X - X E YA \ 30' ?,Q Z..rA' loncfüudcs cstdii referidas al meridiano cíe Madrid „ TALLERES DEL DEPOSITO DÉLA GUERRA Escala. deA:Z5oooooo TALLERES OE L OBPÓsiTO DE LA GUÍRR/^ MAPA DE LOS TERRITORIOS AL S.O DE MARRUECOS So> 5t7' 13^ li'! W. lo? fí" l^ R.Nas SIGNOS CONVENCIONALES AsifVdudfí CudoAalu O Zonas españolas en propiedad Zona de protectorado Id. sobre la que existe derecho de ocupación Iwi M X 'Teguisf, \Zoc LLct A V^Mc^i^r$itíw^, í ( ^ ^- -J^V ¿•ycam^ B.Nim _ R. Jim era x^ ^^ K.Bulsafcn /r^>\ - \5<í 'S'' Z<'<> %yy.¡ juclmiw//^'.^^^, X ryi hhAWuu' E.dela Boca/na ísisla de Lobos H. Auriuer, V CaboNun GOTítí^-^ ISLA FUERTEVENTURA Diente deMedio CanuríOf Punta del Dieme^. Bocagra Vm ei-Zeied-: - ^ íXsiajL Boquila del Coscof Boca de enmedii\. Sehja Agfcnir iW Eryila Vaiidri -Puerto Cansado Tuinej): „// ^ ! PiinlaJacomar ^Morro JdblÁ Gordo ^m . PlierledHo dcTa dcfjfk'^^^^^lUIígúa factorial OMatas de S. Burlóle iniy \ Huirías ——HÍ '^'^"''"^ g KasBuibixa^ ( ,3' / "Adñifr yy 4/^ U^l % //í'^ o /> fi ;^^ -•-""ü3'f 'íi>?s , .y^'^^-^iNacétlcId ->v ». qi^,.--—?fí^^-•" r,„nro..;n^;t:,-.=.i > o \ Kasl^a. T^ - \> d ,- Kí$:^l^^^/L-.( í' B \e_J * \r: 2S? ^ />\áL bo - y. >. o J H I N 5c r^ ^> ( Xegweg^ ^ ^-./TK ^^--rv;^ ^ ^ / r n n u S rj, ^ r^i. '^0^ ^o, ¿y í a ?)i/ í) 7_^^ co ..*<' densa : '"-t^^ -c^^-?£> M V 4^ Daia el Kadra (Laguna) >;. \ \ ^ ^ E I \J4 r u $\ i n \ ¿7." f^ i: f í • ^ i. ^ ^ ^ 'V. %JaJiia.el.Hamra FÁHítfTí 'íf #' (l.(í \ - ) Daia ^ / ;.;• Stnara Ü^- •'•• ,=í'' I u r \ ^.^rK • • • ( < Daia \ SÜikeny 1 I \ V ^ f^\jMsaiial Mastín H .1 /(A ' Aé'I A D 5íJ' E XLasFuenh'S) d .-é Lagunas de Simseru N ¡I jj'\ í ^ \ AimkujimdA KEWA O a " Falso OitoBojador Cabo Bajador i ^' i ^ ^ - ¡ i \ ElBetaganal I Ludífnas V."- Y'))^ "5% ==lí? #1 R.BuTufxji'» tj I)ai a ^ A*.i'*'. Gimí.nay^^ (O v-^ \ Z7r^ O ^ ."^ 6 • a .Ví7' h i^i % (¿á Escala de 1:ioooooo. ^ -"^ /sis Mí -'^ídna. Meí'fioia S Poíü..<>,'±^ R.SaJiia elHumra ^ " ^ ^ ^ r ^ ' ^ b ^ ^ ^ y ^ ^ ^ ^ Meamdelíil7C'cadelriv fy^^t?jiz¿^f^ ^ y O 3o' - < ':::T^::..~.-s¿^viiyMcuiderSeL£mi " , l f T , i T > " f" ^ ^ ^ eta cio n f^ 15? Wy^^^y- Tñykusr^ •^=&^-'V/. \ Z^' -.--*^^^ 30- ¡ElR&ribL. ] {S'lk^^naji^f^fTa^^J^^' • '2 '.C ríe Los MaliHüS Q^r- j éiíKiYerid y !<.'4 ~}f^aadefTugiu- y \~Wyt^fia^ el Ciia-xiin. ^/í' TT" ^' Matia de laHorcai. r f^^l'.r "%! . Vi4í/^^=^=^^. x-^^X _^^^_—.:Asujer{) Restmgddd.Caj'acJt^^\ ^^mnaiiufl 'S^Ji lado dJíifffímar HasAifemrCabpJuby y\ % / raidall / PwilíL deBlasco dis^ 0 V KiduarilUid Cüm RiüDrOíKBPcaMlPslÜJba Bk ^ M '^Kaií, ólosMorre H-^' \ ^ ^ ^ iLXOi fe '^'^ ISLA LANZAROTE ^ 1/^ ^\Úh ''Úzaem^t> (/I Jinnu^ < ^ íf '{haslia]Áü,Bn\ *°Tigmnxa "^idilM 'jAmcrdOí Roque del Este PunhiJandiíL . iW\ I, IFNI, ^ Isla Alegranza o ¡sia Montana Clara fe: ruMki^,^ v ^ ^f .^vS f \ ^ r- -y,: % R.BiiSedra, So'\ y//• I iSidJlj ^ O •,' ; bshafTágadirfmf^ ^^í^-^'J^^^édMirtfy-r.kakin ( HM :M ^i>7¿ ^ - Ifí4/^^í"^^¿í^ídiFída fi ^m elAss Q Azur cu R I O D £ 5í^' ORO m Formado con los datos existentes en el Depbsito de la Guerra. 1" Ocflat ÍO? 3o' Lo na dudes Oeste del ¡Meridiano de Greentvich. 8? TALLEHES QEL DEPOSITO DE LA GUERRA DISCURSO DEL laiflISTRO DE ESTADO Sr. MARQUÉS DE ALHUCEMAS EN EL SEKT^IDO (28 de Diciembre de 1912.) Ha recordado el Señor Presidente do la Comisión cuál era el problema que debía resolver esa Conferencia internacional, el triple principio á que se ajustó: soberanía del Sultán; integridad del Imperio; libertad económica. Después, ahora (hablo á grandes rasgos) viene el Tratado franco-alemán, en el que se razona siempre sobre la existencia del Imperio marroquí. Con estos antecedentes, con estas convenciones, llamado el Gobierno español á negociar con ol Gobierno francés en Diciembre de 1911, ¿era posible realizar lo que proponía el Sr. Sánchez de Toca? Nos encontrábamos, fíjense bien los Señores Senadores, porque este es un punto capital, con que el Tratado de 1904 había que interpretarlo, había que aplicarlo á través del Acta de Algeciras, á través del Convenio franco-alemán y á través de la adhesión al Convenio 13 ~m franco-alemán de las demás Potencias interesadas en el asunto. ¿Era posible borrar la integridad del Imperio bajo la soberanía del SultánV Al mismo tiempo, el Gobierno español, sin embargo, quería una libertad de medios, deseaba una libertad de acción, pedia una igualdad de derechos para su zona; en una palabra, que respetando (y aquí sí que viene bien la explicación que con toda su autoridad y conocimiento ha dado sobre el lenguaje diplomático el respetable Señor Presidente de la Comisión), que respetando la forma y usando el lenguaje diplomático, deseaba traer á la Convención de 1912 el espíritu del Convenio de 1904, que era la administración de la zona española por medio de España. ¿Cómo resolver la dificultad? Había que mantener la integridad del Imperio, la soberanía del Sultán; había que recabar la libertad de acción para la zona española; y entonces ideamos este, creo que engendro lo ha llamado el señor Sánchez Román... (FJl Sr. Sánchez Román: No creo haber dicho tales palabras.) Un concepto parecido. (El Sr. Sánchez Román: Ponga Su Señoría la palabra que quiera.) Esa era la idea, algo estrambótico, raro:, el Jalifa. ¡Y en qué condiciones, señores! No me he de detener á explicarlo; lo ha hecho elocuentemente el Señor Presidente de la Comisión; diré que esto Jalifa tiene en la zona española todas y cada ima de las facultades en todos los órdenes que tiene el Sultán en la zona francesa, y nosotros vamos á tener, por medio de la acción cerca de este funcionario, según tuve el honor de determinar y señalar en el discurso que pronuncié en el Congreso, la misma situación, exactamente la misma situación, dentro de nuestra zona, que haya de tener Francia en la suya por medio de la acción cerca del Sultán, y no solamente no estamos en situación de inferioridad, sino que ni siquiera en situación de desigualdad. Sintéticamente ha dicho el ilustre Señor Presi- - 99 — dente del Consejo de Ministros y Ministro de Negocios Extranjeros, M. Poincaré, en la exposición de motivos que acompaña á la presentación del Tratado en la Cámara francesa, que la zona española ha quedado colocada bajo la autoridad civil y religiosa del Sultán, quien está representado por el Jalifa, el cual, en virtud de esa delegación general y permanente, ejercita todos, óiganlo l)ien los Señores Sonadores, todos sus derechos. ?,Se puede dar más. Señores Senadores? I*orque yo no encuentro otra manera que esa de compaginar los compromisos anteriores propios y extraños y la realización de nuestro derecho indiscutible de tener en la zona española libertad de acción y medios de influencia. Con estas manifestaciones, y con decir al Sr. Sánchez do Toca, aun cuando en realidad él ya lo dijo, entendiendo que lo que él donosamente llamaba cambio de geografía no ha tenido realidad, que los artículos 5." y 6.° del antiguo Convenio de 1904 siguen siendo aplicables al Sur del paralelo 27° 40', conforme al Convenio hispanofrancés de 1912, que sometemos á vuestra deliberación y aprobación, ya he contestado á las observaciones que dicho Señor Senador tuvo la bondad de dirigirme. Como el Sr. Polo no está presento, habré do limitarme á indicar que no creo que ni él ni nadie pueda pretender, por mucho amor que se tenga á la región en que haya nacido, que esta zona del Imperio de Marruecos en que so pueden dar productos similares á los de Levante, quede completa y perpetuamente improductiva; si esa zona ha de producir, si es que no produce ya todo lo necesario, tendrá que ser bajo la acción política de alguien, y evidentemente es mucho mejor que sea bajo la acción política española. Pero además debo recordarle que esa competencia que él temía no parece por hoy posible, porque toda clase de - 100 - mercancías en Marruecos tienen un derecho de exportación del 10 por 100 ad valorem, y esto no se puede alterar, según el Tratado de 1912, sin el concierto entre España y Francia. Decía Su Señoría, y voy á contestar concretamente: «Este Tratado es tan anómalo, es tan irregular, que está iiecho de tal manera, que se liabla de un Sultán que tiene la autoridad civil y religiosa y después resulta que este Sultán en la zona española no responde de nada,» Evidentemente. Kecuerde Su Señoría (que para Su Señoría, como para todo el mundo, han de tener mucha más autoridad sus palabras que las que yo pudiera emplear) lo que ha dicho el Señor Presidente de la Comisión sobre el lenguaje diplomático; recuérdelo Su Señoría y verá que no hay ninguna contradicción. En primer lugar, no se dice en el Tratado que el Sultán tiene la autoridad civil y religiosa ó que la zona española queda colocada bajo la autoridad civil y religiosa del Sultán, sino que se dice que queda colocada bajo la autoridad civil y religiosa en las condiciones que se expresa á continuación y en seguida viene el establecimiento del Jalifa al que el Sultán le da en delegación permanente todos sus poderes; y, naturalmente, cuando se le da todos sus poderes y se especifica luego en ese y sucesivos artículos del Tratado la acción de España, la cual alcanza incluso á la de organizar Tribunales á que Su Señoría aludía, es natural que se diga (y esto viene á robustecer una vez más la idea) que el Sultán que no puede tener derecho no tiene responsabilidad. Por consiguiente, Sr. Sánchez Román, está dicho en esta fórmula (que había de emplear, que era conveniente emplear, que Su Señoría seguramente á pesar de su cultura y del dominio del léxico hubiera tenido q-ue emplear) que la autoridad civil y religiosa de la zona española no puede ejercitarse sino en - 101 - determinadas condiciones, según las cuales no es el Sultán quien lo ejercita, porque la ha delegado permanentemente en un Jalifa escogido en una lista de dos. {El Sr. Sánchez Román: Hay dos Sultanes, uno para mandar y otro para responder.) Lo digo á Su Señoría sobre el particular las frases de M. Poincaré: una zona española en que el Sultán ha delegado todos sus derechos en favor de un Jalifa. ii:sriDiGE PAGINAS Convenio hispano-francés de 27 do Noviembre do 1912. Protocolo relativo al ferrocarril Tánger-Fez Nota del Ministro de Estado al Embajador de Francia (explicativa de algunos extremos del Convenio). Real decreto de 27 de Febrero de 1913. (Organización provisional de la zona) Real orden de la misma focha al Comandante general de Ceuta sobre la organización provisional de la zona Instrucciones aprobadas por el Consejo de Ministros, anejas á la anterior Real orden Real decreto do 3 de Abril do 1913 relativo á la reforma de los gravámenes que pesan sobre las mercancías á su tránsito por las plazas españolas Real decreto de 3 do Abril de 1913 constituyendo la cJunta de enseñanza en Marruecos» Discurso del Ministro de Estado señor Marqués de Alhucemas en el Congreso de los Diputados (13 do Diciembre de 1912) Discurso del Ministro de Estado señor Marqués do Alhucemas en el Senado (23 de Diciembre de 1912). •"•<«••- 1 21 31 33 45 51 73 77 85 97 K.