la cueva del mapa (revilla de camargo)

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KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao
Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia
N. 0 XXI, 1994
LA CUEVA DEL MAPA (REVILLA DE CAMARGO):
UN CEMENTERIO DE LA PRIMERA EDAD DEL BRONCE
EN LA MARINA DE CANTABRIA
Jesús Ruiz Cobo (*)
RESUMEN
Se analiza un lote antropológico recogido en una intervención de urgencia, motivada por la acción de un grupo furtivo. La
revisión del material arqueológico procedente del yacimiento permite establecer diferentes ocupaciones y asignar una serie de
elementos al inicio de la Edad del Bronce, lo que se corresponde bien con la datación radiocarbónica de los huesos humanos. El
resto del material corresponde a estancias esporádicas que pueden datarse en la Edad del Hierro y en época medieval.
SUMMARY
This article analyses anthropological items collected in an emergency study, following an act of vandalism. By revising archaeological material from the cave it was possible to establish different occupations and allot one group of objects to the early
Bronze Age, which corresponds well with the C-14 date for the human bones. The other materials belong to sporadic occupations during the Iron Age and medieval period.
LABURPENA
Premiazko interbentzio batean jasotako sail antropologiko bat aztertzen da, ezkutuko talde batek bultzatua. Meatokitik datorren materiale arkeologikoaren azterketa, lanbide ezberdinak finkatzea eta Brontze Aro hasierako zenbait elementu kokatzea
ahalbidetzen du, ondo dagokiona giza hezurren denbora radiokarbonikoarekin. Gainerako materialea, Burdin Aro eta Erdi Aroan
datatua, noizbehinkako egonaldiei dagokio.
(*)
Castañeda, 25-2.º 39005 Santander.
JESUS RUIZ COBO
256
El Mapa es una cavidad abierta en la base de un hum situado en el valle de Revilla de Camargo, aproximadamente a 10
mts. s.n.m., en el paraje conocido como La Venta, en la llanura costera de Cantabria (1). Con un desarrollo de unos ocho
metros, la cueva presenta una planta de tipo salón con varias
gateras laterales. Su boca, de cuatro metros de ancho por dos
de alto, se orienta hacia el Sur (2).
En Octubre de 1991 se descubrió, de modo accidental, en
el suelo del vestíbulo, un importante conjunto de restos óseos,
en su mayor parte humanos. El material aparecía disperso en
el lateral derecho del área de entrada y en la boca de una
pequeña gatera que se abre en la pared Norte de la cueva.
Una vez aprobado el proyecto de recuperación arqueológica
por la Consejería de Cultura del Gobierno Regional (3), se
llevó a cabo la recogida controlada de los restos y el estudio
pormenorizado de la cavidad, revisándose los materiales
arqueológicos procedentes del yacimiento, depositados en el
M.R.A.P (4).
EL YACIMIENTO
La recogida de superficie se desarrolló exclusivamente en
la gatera lateral derecha de la cavidad (fig. 1). Se trata de un
espacio muy reducido, en torno a los 2.5 m.2, cubierto en
algunas zonas por una costra estalagmítica que en determinados puntos está rota descubriendo un nivel de tierras marrones, arcillas de decalcificación producto de la propia dinámica cárstica. Aunque una parte de los restos se recogió sobre la
costra estalagmítica, donde estaban sueltos, la mayoría se
encontraba entre la tierra removida.
No ha sido posible establecer la procedencia originaria de
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Fig. l.
Ubicación del yacimiento en la región.
En realidad la cueva es conocida en el pueblo de Revilla con el
nombre de "cueva de Angelita", pero en la bibliografía arqueológica siempre se ha citado como "El Mapa", nombre puesto por el
primer grupo que la reconoció científicamente, al parecer por los
curiosos dibujos de los gours del interior.
(2) Sus coordenadas geográficas son 00º 11' 25" y 43º 24'35",
mapa 34 del I.G.C., y se sitúa aproximadamente a 10 m.s.n.m.
Fue descubierta por el grupo espeleológico SESS, en la década
de los años 70, que realizó una calicata en junto a la pared
izquierda de la sala. En 1977 el grupo C.A.E.A.P. realiza una
recogida de superficie en la misma.
(3) La citada consejería sufragó parcialmente el desarrollo del proyecto, abonando el coste de la datación radiométrica.
(1)
la colección dado que no se localizó ningún resto "in situ". El
análisis de su distribución revela que se trata de los restos de
un expolio arqueológico dado que no hay ninguna relación
entre la distancia entre piezas y su correspondencia para cada
individuo reconstruido. Por otra parte resulta sospechosa la
falta total de piezas de ajuar o fragmentos cerámicos, abundantes en los anteriores muestreos de la cavidad.
(4)
Previa a la recuperación del material, y una vez limpia la superficie del yacimiento, se procedió a realizar un levantamiento topográfico detallado del área y al registro de la posición de los restos, (fig. 2).
LA CUEVA DEL MAPA (REVILLA DE CAMARGO):
UN CEMENTERIO DE LA PRIMERA EDAD DEL BRONCE EN LA MARINA DE CANTABRIA
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257
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Fig. 2.
Planta de la cavidad. 1) Divertículo de las inhumaciones, 2) localizacion del ajuar.
LOS RESTOS HUMANOS
El estudio microespacial de los restos óseos en la gatera,
reveló que su distribución se debe al azar y que el conjunto se
encuentra totalmente removido. Así, muchos fragmentos de
huesos que encajan entre sí proceden de diferentes zonas de la
gatera. Todo revela que los restos se encuentran en posición
secundaria habiéndose cambiado su ubicación en fecha cercana. Su posición actual sugiere que deben de proceder del nivel
de tierras sueltas subyacente a la costra estalagmítica que recubre la gatera y que en una parte importante de su superficie ha
sido removida, como apunta la presencia localizada de pequeñas concrecciones calcáreas en algunas piezas, y la existencia
de arcillas de decalcificación en el interior de las diáfisis.
El estudio antropológico se ha limitado, dado el carácter
revuelto de la muestra de superficie, a determinar el hueso
soporte y a recoger su métrica básica. En casi todos los casos
se trata de fragmentos por lo que se diferencian epífisis y diáfisis. Se establece también la presencia de erosiones, y fracturas, su tipo -longitudinal, tranversal, oblicua-, y su posición
respecto al hueso integro: medial, distal.
Exceptuando un pequeño conjunto de restos animales, el
lote estudiado está formado por un total de 163 huesos enteros o fragmentos identificables y 104 esquirlas y pequeños
fragmentos que no permiten su asignación a una parte del
esqueleto.
El análisis de la frecuencia de los distintos tipos de huesos
revela la total ausencia de piezas dentarias y de restos de
maxilares y mandíbulas y la baja representación de fragmentos procedentes del cráneo. Esto no puede explicarse por azar
ni por problemas de conservación. En este sentido debe de
tenerse en cuenta que en la muestra conservada en el
M.R.A.P.- recogida en superficie por los grupos S.E.S.S. y
C.A.E.A.P. en 1975 y 1978 (Muñoz Fernández, Malpelo
García 1992) aparecen piezas dentarias y fragmentos de cráneos. Por lo demás las frecuencias de restos están relativamente compensadas. La falta de huesos como el esternón
puede explicarse por conservación diferencial.
El remontaje de los esqueletos ha permitido la reconstrucción de una parte de los huesos que presentan fracturas
recientes. En total pertenecen a un mínimo de cuatro individuos, tres adultos y un subadulto. La conservación de un
fémur entero permite establecer, con cierta seguridad, que
uno de los adultos era de sexo masculino por sus parámetros
métricos, en concreto según el índice de Dibennardo (1981).
Para los otros adultos, los valores perimetrales de Black
(1978) señalan sexo femenino, pero se trata, dado el grado de
fracturación de los restos, de una asignación poco segura. La
falta de huesos enteros de la cintura coxigea y del cráneo
impide mayores puntualizaciones.
Se aprecian dos tipos de fracturas en las piezas: Unas antiguas, con cierto patinado y otras recientes. Esta últimas pue-
258
JESUS RUIZ COBO
den ponerse en relación con la última remoción que ha sufrido el yacimiento. Por otra parte, en algunos huesos se detectan marcas de mordeduras de carnívoros. Es también frecuente la existencia de concrecciones calcáreas en los mismos.
El resultado de la datación radiométrica de la muestra ósea
humana, -por el laboratorio de Groningen-, es el siguiente:
GrN-19381
Cueva del Mapa GAT2
3690±40BP
1740A.N.E.
La calibración de la fecha (Pearson and Stuiver 1986), con
dos valores de sigma, es de 2141-2033 a.n.e.
El resto del material antropológico procedente del yacimiento, depositado en el M.R.A.P., está formado por 17 restos: 1 incisivo, 2 neurocráneos casi completos, 1 calota craneana y 1 fragmento de cráneo, varias costillas, algunas vértebras y fragmentos de huesos largos. Su estudio revela que
proceden de un máximo de cuatro individuos.
El estudio de uno de los neurocráneos por Rasines (1988)
le permite asignar edad adulta -presenta sutura coronal y
sagital con sinóstosis total, y la lambdoidea casi totalmente
cerrada- y sugerir, con dudas, el sexo masculino. El índice
cefálico lo sitúa en el límite entre los mesocráneos y los braquicráneos y la capacidad craneana según la fórmula de Lee y
Pearson es mediana. Conserva únicamente el M3, M2, Ml y
P2 derechos. Presenta desgaste de grado 1 de Brabant en M3
y de grado 2 en M2 y Ml.
Por todo ello cabe plantear que ambas muestras procedan
de una misma población original, ambas proporcionan un
mismo número de individuos, y en las dos se documenta la
presencia de un adulto masculino.
LOS RESTOS FAUNISTICOS
Los restos animales recuperados en la recogida de urgencia
de 1991 pertenecen al género Bos, en concreto un fragmento
de costilla y un fragmento de escápula y al género Mustela un
fragmento de cráneo. Por otra parte la muestra analizada en
los fondos del M.R.A.P. está constituida por un cráneo casi
completo de Bos, un molar de ovicáprido, un cráneo de mustélido y un incisivo Canis familiaris. Así mismo aparecen
algunos ejemplares de Ostrea edulis, Mytilus edulis y Tapes
decussata. El carácter secundario del depósito no permite
asignar los restos a una ocupación concreta de la cueva.
EL MATERIAL ARQUEOLOGICO
Todo el material arqueológico procede de las recogidas de
superficie y sondeos realizados en la cavidad antes de nuestra
intervención. En concreto en la realización de una calicata en
1975 por el grupo espeleológico S.E.S.S. se encontraron fragmentos de cerámica de varios vasos, además de restos óseos y
en una recogida de superficie desarrollada por el grupo
C.A.E.A.P. se recuperó el resto del material arqueológico: la
industria ósea y el resto de la cerámica.
La única industria lítica encontrada es una lasca de decorti-
cado primario en sílex de una variedad local. Así mismo se
recuperó un fragmento apuntado de ocre, terminado en punta
convexa, de sección rectangular.
La industria ósea está representada por elementos de adorno, dientes y conchas perforadas: Un canino de Sus scropha
con dos perforaciones angulares en el extremo, actualmente
perdido, 30 ejemplares de caracola de la especie Littorina
obtussata y 1 ejemplar de Cardium edule, todas ellas con perforaciones artificiales. Estos elementos pudieron formar parte
de un único collar, y pueden considerarse parte de la indumentaria de los individuos inhumados, más que elementos de
ajuar en sentido estricto. El uso de colmillos de jabalí perforados como colgantes está documentado en el conjunto de
Fonfría III (Ruiloba) también en un contexto de inhumaciones colectivas de cronología Calcolítico Final o de principios
de la Edad del Bronce (5). En el País Vasco es también un
elemento frecuente en cuevas sepulcrales, desde el final del
Calcolítico al Bronce Pleno (Apellaniz 1973).
En lo que respecta a la industria céramica está formada por
una veintena de fragmentos que parecen corresponder a un
mínimo de 7 vasos. Algunos permiten una reconstrucción
parcial:
- Mapa 1: Vaso de perfil en S, con borde de sección adelgazada y cuello suavemente exvasado, con un diámetro de
boca de 10 centímetros. Su superficie bruñida no presenta
decoración.
- Mapa 2: Vaso de tipo orza de borde recto/exvasado y
arista apuntada, del que sólo se conserva un fragmento de
boca, con un sencillo motivo decorativo formado por trazos
incisos horizontales que forman una línea discontinua junto a
la arista del borde. Cocción oxidante. Su diámetro de boca
debió de ser de unos 28 cms. Un fragmento de panza de pastas rugosas puede pertenecer a este vaso.
- Mapa 3/6: Dos fragmentos de borde y panza respectivamente de un vaso de forma ovoidea, una olla de mediano
tamaño, del que no puede calcularse su diámetro. Presenta un
borde ligeramente saliente, con una serie de ungulaciones
bajo la arista. La panza va decorada con una cinta de sección
semicircular aplanada con otra línea horizontal con ungulaciones impresas.
- Mapa 5: Fragmento de panza y arranque de fondo de un
vaso, quizás un cuenco, de superficies alisadas y cocción
reductora.
- Mapa 7: Cazuela con carena, del que se conservan 15
fragmentos. Debió de tener un diámetro aproximado de 12
cms. en la carena. Sus pastas son de cierta calidad, con desgrasantes finos y medios, cocción a baja temperatura y superficies espatuladas. Presenta decoración incisa de líneas quebradas en series paratelas, combinadas con grupos de tres
líneas verticales paralelas. En algunos fragmentos aparece un
relleno blanco en la incisión que parece tratarse de concrección calcárea. Quizás Mapa 4, un borde recto de sección
semicircular pueda corresponder a este vaso.
(5)
La serie de Fonfria ID incluye además una gran lámina de sílex
retocada, dos cuencos cerámicos y una punta de largo pedicelo
en cobre/bronce (Ruiz Cabo 1992).
LA CUEVA DEL MAPA (REVILLA DE CAMARGO):
UN CEMENTERIO DE LA PRIMERA EDAD DEL BRONCE EN LA MARINA DE CANTABRIA
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\
\
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\
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1
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2
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3
5
4
o
Fig. 3.
5 cms.
Cerámica: 3.1: Ml, 3.2: M3, 3.3: M6, 3.4. M.2, 3.5: M.4
260
JESUS RUIZ COBO
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1-º
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Fig. 4.
Cerámica: 4.1: M7. 4.2: Reconstrucción hipotética del motivo de M.7.
CJIS •
LA CUEVA DEL MAPA (REVILLA DE CAMARGO):
UN CEMENTERIO DE LA PRIMERA EDAD DEL BRONCE EN LA MARINA DE CANTABRIA
- Mapa 8: Dos fragmentos de panza de un vaso de tipo olla
con un suave realce liso de sección aplanada, pastas espatuladas y cocción reductora.
- Mapa 9: Dos fragmentos de panza de un gran vaso tipo
orza, con barro plástico aplicado. Su pequeño tamaño impide
conocer su diámetro.
El estudio de la serie cerámica permite establecer dos
momentos de ocupación de la cavidad. La cazuela incisa
(Mapa 7), la olla con realces lisos (Mapa 8) y el vaso con
decoración plástica lisa (Mapa 3/6) parecen corresponder a la
ocupación sepulcral datada por C-14 en el siglo XVIII a.C.
Todas ellas tienen paralelos más o menos estrictos en series
del final del Calcolítico y la primera Edad del Bronce en la
Región (Ruiz Cobo 1992).
La céramica incisa del ajuar del Mapa se ajusta bien a este
momento. Las modas decorativas de la cerámica características del horizonte campaniforme, inmediatamente anterior,
parecen evolucionar localmente en la Comisa produciendo
patrones alternativos que aun conservando la estructura decorativa modifican los motivos. Se han documentado cerámicas
muy similares a las del Mapa en la cueva asturiana de La
Llana. Es importante destacar que en esta última se recogió
un fragmento de metal, probablemente un pedúnculo de punta
Palmela (6). También presentan similitud con una cazuela
con fina decoración incisa del nivel IV de la Castañera, que
puede datarse hacia el final del Calcolítico (Ruiz Cobo, Serna
Gonzalez 1990).
En los contextos meseteños la aparición de elementos de
ajuar de tipo campaniforme continental se asocia a un cambio
en el ritual de inhumación que pasa de ser acumulativo en
recintos megalíticos a individual en fosas o en bien toma la
forma de reutilizaciones de espacios funerarios anteriores
(Delibes 1985). En cambio en la Comisa, la llegada de elementos técnicos de adscripción "campaniforme" no parece
implicar ningún cambio, manteniéndose las inhumaciones de
tipo acumulativo en cueva, ya presentes en el Calcolítico.
Al menos dos vasos cerámicos pueden asignarse al final de
la Edad del Bronce o ya a la Edad del Hierro. Se trata de
Mapa 1, un vaso de perfil en S de pequeño tamaño, y Mapa 2
un borde exvasado que debe de corresponder a una forma olla
esférica de tamaño grande. Ambos formatos están bien representados en contextos de "cuevas depósito" o en yacimientos
de la Edad del Hierro de la Región (7).
RESULTADOS
Es probable que la cavidad del Mapa fuese ocupada con
anterioridad a la Edad del Bronce aunque no disponemos de
evidencias claras en ese sentido. Sólo la aparición de algunas
conchas de moluscos marinos podría apuntar a la existencia
(6)
(7)
Comunicación oral de M.R. González Morales.
La primera tiene paralelos relativamente estrictos en la cercana
cueva del Juyo y en las del Canónigo y Lamadrid (Riotuerto).
La segunda está representada entre otros yacimientos en el nivel
IIA del Abrigo de Castañera, en Cueva Ruchana (Riaño,
Solorzano) ó en las cuevas de Lastrilla Il y La Hoz (Sámano).
261
de un yácimiento de conchero, similar a los de algunas cuevas cercanas, como La cueva del Carmen (Muñoz Femández
y San Miguel 1987) y relacionable con la explotación de los
recursos litorales de la inmediata báhia de Santander.
La primera utilización de que se tiene constancia es la
sepulcral, que podemos asignar al s. XVIII a.n.e. Siguiendo lo
que parece la costumbre de ese momento los individuos
muertos se disponían en gateras y divertículos junto a vasos
de cerámica de cierta calidad. Es probable que lo que se
ofrendara no fuese tanto el vaso como su contenido. De su
indumentaria sólo se han conservado algunos colgantes o piezas de collar.
Aunque se han documentado restos de un total de cuatro
individuos, uno de ellos joven y los otros adultos -quizás un
hombre y dos mujeres-, con toda seguridad el número de individuos inhumado en la cavidad en ese momento debió de ser
muy superior. A pesar de que no es posible reconstruir la posición primitiva de los inhumados resulta destacable su asociación en una zona muy específica de la cavidad a una parte del
lote cerámico. Debe tenerse en cuenta que la serie industrial
que se conoce del Mapa puede suponer sólo una pequeña parte
de la real, dado que las recuperaciones han sido muy parciales
y que el yacimiento está en gran parte intacto.
Es probable que la sociedad que utilizó esta cavidad y
otras cercanas como punto de enterramiento viviese en el
ámbito espacial inmediato (8). En este sentido, la excavación
del yacimiento de La Verde ha revelado la existencia de un
hábitat de fase Calcolítico Final situado en el fondo de valle a
unos cientos de metros de la cavidad del Mapa. Tanto la ubicación del poblado, como la distribución de las propias cuevas sepulcrales junto a los suelos fértiles de las depresiones
cársticas, apunta a una economía mediatizada por los recursos
agrícolas, aunque con un peso importante de la ganadería
como revela el registro faunístico (Ruiz Cobo 1993). Esto
queda confirmado por la recuperación en La Verde de abundantes fragmentos de molinos de mano y formas cerámicas
del grupo de los contenedores.
Los datos sobre la economía de las sociedades de la primera Edad del Bronce son escasos y poco fiables en la Región.
Se dispone de algunas series faunísticas procedentes de utilizaciones de hábitat y sepulcrales en varias cavidades que
apuntan a una cabaña mixta con valores importantes de vacuno seguido de ovicápridos y de ganado de cerda (Ruiz Cobo
1993a). La presencia de la agricultura se deduce de forma
indirecta por la existencia de hachas y azuelas de piedra pulida, manos de molino y molinos barquiformes. Pero quizás
resulte un argumento mejor el patrón de distribución de las
cuevas sepulcrales, casi siempre en rebordes de depresión o
junto a los fondos de valle, asociadas a suelos fértiles.
Durante los dos milenios anteriores a la Edad del Bronce el
centro de gravedad económico se localizó en los biotopos de
montaña, en asociación a los pastos de diente, y allí mismo se
ubicaron centros de hábitat y complejos funerarios. Aplicando el principio de la deducción mas sencilla, cabe pensar que
(8)
Además del Mapa I se han recuperado restos humanos en las
cercanas cavidades del Mapa IV y de La Venta.
262
JESUS RUIZ COBO
el uso de estos espacios de altura -el único viable aún hoy
día- era el ganadero. Aunque probablemente estas zonas
mantuvieron ese uso durante la Edad del Bronce, la distribución de los yacimientos del segundo milenio a.n.e. sugiere
que la forma de explotación cambió ubicándose los aHQWURV
de hábitat en las laderas bajas y con establecimientos en los
propios fondos de valle. Esta es la ubicación de yacimientos
de habitación como El Pozón de La Dolores (Escobedo de
Camargo), Peña Caranceja (Caranceja, Alfoz de Lloredo),
Cildá (Cildá, Santillana del Mar), o Hinojedo (Hinojedo,
Suances) (Ruiz Cobo 1992b).
El siguiente período del que se han recuperado evidencias
en El Mapa es la Edad del Hierro. Aunque las dos formas
cerámicas de este momento han aparecido asociadas a restos
humanos en otros yacimientos, no hay ninguna seguridad
para este en concreto. Por otra parte no sabemos nada sobre el
ritual funerario practicado por los grupos que poblaron la
Marina en los siglos anteriores a nuestra era. En algunas estaciones en cueva aparecen restos de inhumaciones asociados a
vasos cerámicos y a piezas metálicas, como en Cofresnedo o
Bar.andas (Smith 1983,1985), aunque el ritual característico
de este momento era la incineración.
Por último, en la Edad Media, la cavidad fue visitada de
forma esporádica como evidencian fragmentos de varios
vasos cerámicos recuperados en superficie. La escasa distancia a núcleos de población actuales y la entrada franca y
facil de localizar de la cavidad aseguran que se mantenga el
uso de la misma tanto por los vecinos como por los aficionados a la arqueología. Prueba de ello son, respectivamente,
la abundante basura que aparece en la superficie y las remociones más o menos importantes que periodicamente sufre
el yacimiento.
LA CUEVA DEL MAPA (REVILLA DE CAMARGO):
UN CEMENTERIO DE LA PRIMERA EDAD DEL %a21&(EN LA MARINA DE CANTABRIA
263
Tabla l. Listado de restos antropológicos, muestreo 1991.
Frag.
Cráneo
Calota craneamí; fgtos.
Frontal
Temporal
Parietal
Occipital
Etmoides
Cintura escapular:
Clavícula
Escápula
Costillas
Atlas
Vértebras cervicales
Vértebras dorsales
Vértebras lumbares
Cuerpos y alas vertebrales
Cintura pelviana:
Coxal
Ala de coxal
Ilion
Isquion
Sacro
Vértice de sacro
Extremidades superiores:
Epífisis distal de húmero
Diáfisis de húmero
Cabeza de húmero
Epífisis proximal de cúbito
Diáfisis de cúbito
Epífisis proximal de radio
Radio
Epífisis distal de radio
Diáfisis de radio
Metacarpiano
Falange proximal
Extremidades posteriores:
Epífisis proximal de fémur
Epífisis distal de fémur
Fémur
Diáfisis femoral
Cabeza femoral
Epífisis proximal de tibia
Epífisis distal de tibia
Diáfisis de tibia
Epífisis proximal de peroné
Epífisis distal de peroné
Diáfisis de peroné
Astrágalo
Calcáneo
Metatarsiano
Falange
Esquirlas no identificables
Izq.
Drch.
Entero
5
3
4
1
4
3
20
6
1
4
6
6
6
5
2
3
2
9
2
9
2
2
3
3
3
2
1
2
1
4
2
3
3
10
2
1
3
2
2
1
2
2
1
2
4
2
91
264
JESUS RUIZ COBO
Tabla 2. Caracteres de la industria cerámica:
Ref
Zona
MI
M2
M3
M6
M4
M5
M7
M8
M9
Borde
Borde
Borde
Panza
Borde
Panza
Panza
Panza
Panza
Espesor
Superficie
6
10
9
9
4
8
6
7
10
11
12
9
Bruñida
Espatulada
Alisada
Alisada
Bruñida
Espatulada
Bruñida
Espatulada
Plástica
Radio
50 mm.
140
60
Decoración
Liso
Incisiones horizontales
Ungulación en arista
Ungulación sobre realce
Liso
Liso
Incisa líneas quebradas
Realces lisos
Dedadas sobre pasta aplicada
LA CUEVA DEL MAPA (REVILLA DE CAMARGO):
UN CEMENTERIO DE LA PRIMERA EDAD DEL BRONCE EN LA MARINA DE CANTABRIA
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