ENIGMÁTICAMENTE ADELANTADO A SU TIEMPO Ana Pradera Ni siquiera su muerte, ocurrida por envenenamiento, escapa a la calificación de extraordinaria, polémica y enigmática, adjetivos todos ellos frecuentemente utilizados a la hora de describir su corta pero intensa existencia. Su cuerpo sin vida, tendido junto a los restos de una manzana impregnada de cianuro potásico, fue encontrado en la mañana del 8 de junio de 1954 por la mujer que realizaba las labores de limpieza en su casa de Wilmslow (Inglaterra). A pesar de que algunos -como su madre- defendieron la hipótesis de un fatal accidente ocasionado por la realización de experimentos químicos, y otros -los menos- llegaron a plantear la posibilidad de un asesinato, lo cierto es que la causa más probable de su muerte parece coincidir con la que oficialmente se dio por válida en su momento: suicidio. Tan drástica decisión se explicaría por la terrible persecución a la que fue sometido, por el mero hecho de ser homosexual, en los últimos años de su vida: arrestado y condenado por comportamiento indecente en 1952, no sólo tuvo que someterse, como único medio para evitar la cárcel, a una castración química, sino que desde entonces tuvo que soportar una estrecha vigilancia policial y fue incluso apartado, aduciendo motivos de seguridad, de los trabajos de investigación en criptografía que por aquel entonces todavía realizaba, en plena guerra fría y con carácter secreto, para el gobierno británico. ---o0o--Aunque concebido en la India (donde su padre, funcionario del imperio británico, estaba destinado), Alan Mathison Turing nació en Londres el 23 de junio de 1912, y pasó su infancia y juventud en Inglaterra, alejado de sus padres. Cursó el bachillerato en un tradicional internado privado, obteniendo resultados más que discretos, probablemente debido a la falta de sintonía entre sus inquietudes intelectuales y la rigidez del sistema educativo británico. 1 Turing no empezó a sentirse a gusto hasta su ingreso en la Universidad de Cambridge, donde hizo buenas amistades y asistió a cursos impartidos por investigadores de renombre, encontrando por fin una respuesta adecuada a sus intereses científicos. Allí se licenció brillantemente en Matemáticas en 1934, obteniendo al año siguiente una beca que le permitió iniciarse en el mundo de la investigación. Salvo dos estancias en Estados Unidos, la primera en el bienio 1936-1938 para realizar su tesis doctoral en la prestigiosa Universidad de Princeton, y la segunda coincidiendo con el final de la guerra y sus investigaciones en criptografía, la vida laboral de Turing se desarrolló fundamentalmente en Inglaterra. Además de su trabajo en distintas universidades (primero en la de Cambridge y más adelante en la de Manchester), colaboró con dos organismos gubernamentales británicos: el departamento de análisis criptográfico (durante la guerra) y el laboratorio nacional de física (en la posguerra). Fue un personaje polifacético, brillante y de espíritu independiente, dotado de una mentalidad abierta y poco convencional. Gran aficionado al atletismo (estuvo incluso a punto de participar en los Juegos Olímpicos de 1948), su extremada curiosidad intelectual le llevó a interesarse, además de por las matemáticas, por otros muchos campos del conocimiento, incluyendo, entre otros, la mecánica cuántica, la teoría de la relatividad, la electrónica, la biología o la filosofía, realizando a menudo interesantes y sorprendentes conexiones entre ellos. Sus contribuciones más importantes, de un gran alcance no sólo teórico sino también práctico, se enmarcan dentro de los campos de la lógica matemática y la computación, por un lado, y la criptografía, por otro. La trascendencia de sus trabajos se vio en su momento oscurecida por la publicación simultánea de resultados similares obtenidos de forma independiente por investigadores estadounidenses (en lo referente a lógica y computación), y por el carácter secreto de sus investigaciones (en el caso de la criptografía). Sin embargo, Alan Turing, en tanto que inventor de las fundamentales máquinas de Turing y del famoso test de Turing, es considerado por muchos como el precursor y el fundador de las materias hoy en día conocidas como la Ciencia de la Computación y la Inteligencia Artificial. ---o0o--- 2 En 1936, poco después de licenciarse en Cambridge, Turing desembarca de forma espectacular en el mundo de la investigación matemática, resolviendo en solitario y con gran originalidad uno de los problemas abiertos más importantes de la época, el de la decibilidad. Este problema, planteado pocos años antes por el matemático alemán Hilbert, consistía en resolver la siguiente cuestión: ¿existe un procedimiento efectivo capaz de decidir si una proposición matemática cualquiera es válida? Turing resolvió el problema anterior dándole una respuesta negativa, es decir, demostró que un procedimiento de decisión como el buscado no puede existir. Para ello tuvo que empezar por definir de forma rigurosa el concepto de “procedimiento efectivo”, cosa que hizo equiparándolo con aquello que puede ser realizado de forma mecánica por una hipotética máquina abstracta, pronto conocida como máquina o autómata de Turing. Una máquina de Turing es un dispositivo teórico compuesto por una cinta infinita de entrada/salida sobre la que se desplaza en ambas direcciones una cabeza móvil, capaz tanto de leer como de imprimir símbolos; su comportamiento está regido por un conjunto finito de reglas de cómputo que indican qué debe hacerse en cada momento, en función del símbolo leído y del estado en el que se encuentra la máquina. Basándose en las máquinas anteriores, Turing definió el concepto de computabilidad y demostró de forma rigurosa la existencia de cuestiones no decidibles, estableciendo en consecuencia los límites de lo computable. Introdujo además la fundamental noción de máquina universal, dispositivo capaz de simular el comportamiento de cualquier máquina de Turing, y capaz, por lo tanto, de computar todo lo computable. Con ello, Turing estaba en definitiva ideando de forma abstracta la ejecución de programas (las máquinas de Turing) en un ordenador (la máquina universal), aun cuando todavía faltaban varios años para la construcción del primer ordenador real. A pesar de su indudable importancia, la aceptación de los resultados de Turing por parte de la comunidad científica no fue fácil, debido a que poco tiempo antes el lógico Alonzo Church, de la Universidad de Princeton, había llegado, aunque utilizando técnicas distintas, a resultados similares. Finalmente el propio Church aceptó la equivalencia entre ambos resultados y elogió la originalidad de la demostración propuesta por Turing, quien acabó realizando la tesis doctoral en Princeton bajo su supervisión. 3 ---o0o--Del griego “kryptos” (ocultar) y “grafos” (escribir), la criptografía, basada en técnicas matemáticas, se ocupa de cifrar y descifrar mensajes de forma que éstos sólo puedan ser leídos por las personas a las que van dirigidos. Al desencadenarse la segunda guerra mundial, la investigación en este campo se reveló de vital importancia para los servicios secretos aliados, sobre todo por cuanto los alemanes disponían de varias máquinas cifradoras, denominadas “Enigma”, mediante las cuales transmitían sin peligro sus mensajes más importantes. Al entrar en guerra en 1939, y para contrarrestar los efectos de los criptógrafos alemanes, el gobierno británico solicita la colaboración de Turing, quien, tras su estancia en Princeton, se encuentra de nuevo en Inglaterra. Éste, junto con un equipo de matemáticos y técnicos en electrónica, y partiendo de algunos resultados parciales obtenidos por investigadores polacos, se dedica a tiempo completo y con gran entusiasmo a intentar desentrañar los secretos de los alemanes. En poco tiempo el equipo dirigido por Turing consigue generalizar y mejorar de forma sustancial la máquina polaca, conocida como “la Bomba”. Permite con ello a los aliados descifrar los mensajes enemigos y, como consecuencia, anticipar los movimientos y neutralizar muchos de los ataques procedentes tanto de la aviación como de la armada alemanas. Desafortunadamente, en 1942 los alemanes modifican sus métodos criptográficos, por lo que sus mensajes vuelven a resultar incomprensibles para los aliados. Sin embargo, esta situación no dura mucho tiempo, ya que en pocos meses “la Bomba” de Turing y sus colaboradores consigue nuevamente superar a “Enigma”, manteniendo además su supremacía sobre esta última hasta el final de la guerra. La contribución de Turing a la victoria aliada se consideró decisiva, y fue por ello condecorado, en 1945, con la Orden del Imperio Británico. ---o0o--- Una vez terminado el duro y perturbador paréntesis bélico, Turing retoma sus trabajos de investigación anteriores, pero esta vez, alentado por los conocimientos en electrónica adquiridos durante la guerra, con el ambicioso objetivo de construir físicamente la máquina universal que había concebido de forma teórica unos años antes. 4 En 1945 es contratado con tal propósito por el laboratorio nacional de física, con sede en Londres, y en poco tiempo consigue diseñar un plan detallado para la construcción de lo que podría haber sido el primer ordenador moderno. Sin embargo, y por segunda vez en su vida, Turing tiene la mala suerte de verse adelantado por un proyecto similar, el famoso EDVAC, concebido por el prestigioso científico John von Neumann, a cuyas clases había asistido en Princeton. A pesar de ello, Turing continúa trabajando en su proyecto, aportando ideas cada vez más ambiciosas para la construcción de una máquina capaz de ejecutar cualquier tipo de tarea -desde jugar al ajedrez hasta resolver problemas matemáticos o descifrar mensajes- y dando los primeros pasos en lo que más adelante sería la programación de ordenadores. Debido a problemas varios, el laboratorio nacional de física nunca llegó a construir la máquina diseñada por Turing. No obstante, sus ideas, junto con las de von Neumann, siguen siendo hoy en día la base fundamental de los ordenadores modernos. ---o0o--- En 1948, frustrado por el fracaso en la construcción de su máquina universal, Turing deja el laboratorio nacional de física y empieza a trabajar para el laboratorio de computación de la Universidad de Manchester. Desde entonces y hasta su muerte en 1954, Turing vive un periodo de gran creatividad, algo confuso y disperso, en el que aborda distintos temas, no todos ellos relacionados con la computación. Es en esta época en la que escribe el que probablemente sea su artículo más famoso y polémico, titulado “Computing Machinery and Intelligence” y publicado en 1950 en la revista de filosofía “Mind”. En él, Turing apuesta, seis años antes del nacimiento “oficial” de la Inteligencia Artificial y cuando apenas se acababa de construir el primer ordenador, por la existencia futura de máquinas capaces de pensar. Sostiene que máquinas así podrían ser una realidad al cabo de unos cincuenta años, es decir, alrededor del año 2000. Propone además una prueba, originalmente bautizada como juego de imitación pero hoy conocida como test de Turing, para detectar de forma experimental la inteligencia de una máquina: si un juez, tras comunicarse a través de un terminal con otras dos partes escondidas, una de las cuales es una persona y la otra una 5 máquina, no es capaz de distinguir entre máquina y persona, entonces se debe concluir que la máquina es inteligente. Esta prueba, que se apoya en la percepción que de las máquinas se tiene desde el exterior, evitando así tener que definir el concepto de inteligencia, ha dado lugar a muchas controversias, tanto técnicas como filosóficas. Mientras que algunos la toman en gran consideración (de hecho existe un concurso anual, conocido como el “Loebner Prize”, cuyo objetivo es superar el test de Turing; hasta el año 2004, nadie lo ha conseguido todavía), otros dudan de su capacidad real para demostrar la inteligencia global de una máquina y no creen que la superación de dicho test deba incluirse entre los objetivos básicos de la investigación en Inteligencia Artificial. ---o0o--- En cualquier caso, parece indiscutible que Alan Turing fue un investigador fuera de lo común, en muchos aspectos claramente adelantado a su tiempo. 6