oficina regional de el quiché y oficina subregional de nebaj

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Suplemento Regional del Tercer Informe
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SUPLEMENTO DEL TERCER INFORME
OFICINA REGIONAL DE EL QUICHÉ
Y OFICINA SUBREGIONAL DE NEBAJ
INTRODUCCIÓN
1. Este es un suplemento regional sobre la verificación de los Acuerdos de Paz de
Guatemala, correspondiente al período del 1o. de enero al 31 de julio de 1998. La
información consignada es producto de la verificación realizada por la Oficina Regional de El Quiché y la Oficina Subregional de Nebaj, en el departamento de El
Quiché. Los temas fueron elegidos por su especial importancia en el departamento:
la participación social, en especial de la mujer indígena; el desarrollo social, salud;
el desarrollo rural, los conflictos de tierras en el área Ixil; la situación de los
desplazados internos y la situación de la seguridad pública, en particular el despliegue
de la Policía Nacional Civil (PNC).
2. El departamento de El Quiché, situado en el altiplano nor-occidental de Guatemala, tiene una extensión territorial aproximada de 8.372 km2, que incluye las
áreas k’iche’e Ixil y, al norte, el Ixcán. (Por razones de comunicación y operativas,
la verificación de El Ixcán corresponde a la Oficina Regional de Cobán). La población
del departamento es de 537.651 habitantes, de los cuales, según el Informe sobre
Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
sólo 149.526 son población económicamente activa. La mayor parte de la población
vive en el área rural. Es uno de los departamentos que se caracteriza por tener una
población mayoritariamente indígena (83.4%), que en algunos municipios supera
el 90%. Existen cuatro grupos étnicos principales: el k’iche’, que es el más numeroso;
el ixil, que se asienta en la región conocida como área Ixil (Nebaj, Cotzal y Chajul);
el poqomchí, con presencia en los municipios de Uspantán y Chicamán; y los
considerados subgrupos k’iche’s como los sakapultekos y uspantekos, entre otros.
3. El Quiché fue uno de los departamentos más afectados por el enfrentamiento
armado interno, que produjo, entre otras consecuencias, muchas pérdidas humanas
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y desplazamientos de población. También fue escenario de una intensa militarización,
acompañada de la desarticulación y polarización de la sociedad civil. Algunos de
estos efectos son todavía visibles hoy y explican la persistencia de diversos fenómenos
de violencia. Ejemplo de ello son los graves conflictos municipales, que alcanzan
expresiones como el asesinato del Alcalde en funciones de Santa Cruz, Luis Yat, y el
elevado número de linchamientos que ocurren en la región. Actualmente, El Quiché
presenta todavía una débil institucionalidad estatal y una sociedad civil
insuficientemente articulada. No obstante, pese a estas limitaciones, progresivamente
están surgiendo nuevos liderazgos y se ha puesto en marcha el proceso hacia un
lenguaje de propuesta.
4. Desde otra perspectiva, según el citado informe del PNUD, El Quiché posee
uno de los índices más bajos de desarrollo humano del país. Registra una tasa de
analfabetismo del 63.5% y cerca del 80% de la población vive en situación de
pobreza. En este contexto, la implementación del proceso de paz en el departamento
avanza con lentitud y la mayor parte de la población desconoce el contenido de los
Acuerdos de paz. Sin embargo, también existen manifestaciones concretas de la
influencia del proceso de paz: el despliegue de la PNC que, aunque todavía parcial,
es una contribución efectiva en favor de la seguridad ciudadana; el proceso de
involucramiento de las mujeres mayas; la intención de elaborar un plan de
prestaciones de seguridad social para los trabajadores migrantes a la costa sur del
país; la búsqueda de consenso entre las autoridades y las organizaciones de la
sociedad civil para la adopción de medidas preventivas en salud, los pasos tomados
para solucionar los conflictos agrarios más apremiantes y el reasentamiento de las
Comunidades de Población en Resistencia de la Sierra (CPR).
5. Un cambio positivo en la experiencia política del departamento es la Mesa de
Seguimiento de los Acuerdos de Paz de El Quiché. Creada a finales de abril de
1997, la Mesa nació para ofrecer un marco de referencia que permitiera analizar el
significado de la paz en Guatemala y divulgar, dar seguimiento y apoyo al proceso
de implementación de los Acuerdos de Paz. Está integrada por representantes de la
Gobernación Departamental, la Auxiliatura de la Procuraduría de los Derechos
Humanos, la Dirección Regional de la Comisión Presidencial de los Derechos
Humanos, la Iglesia Católica, la Conferencia de Iglesias Evangélicas, la PNC, la
Coordinadora de Organizaciones Mayas, la Coordinadora Departamental del
Ministerio de Agricultura, el Instituto Nacional de Bosques y el Foro de la Mujer.
Verificación de los Acuerdos de Paz
Suplemento Regional del Tercer Informe
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PARTICIPACIÓN SOCIAL
Mujer indígena
6. Los Acuerdos de Paz reconocen la doble discriminación que afecta a la mujer
indígena, por su condición de mujer y de indígena. La participación de este
mayoritario sector de la población para lograr el reconocimiento y el respeto de sus
derechos, se produce en el contexto de la reciente finalización de décadas de
enfrentamiento armado, con sus secuelas de violencia. Los avances en la participación
de la mujer en El Quiché, están necesariamente enfocados hacia las condiciones de
participación de la mujer maya.
7. La discriminación contra la mujer maya adquirió diversas formas en el
departamento. Es común que se argumente que ella no tiene interés en participar;
que desconoce qué es la participación y en qué la beneficia. Adicionalmente, existe
cierta confusión en torno al concepto de “enfoque de género”, lo que ha dificultado
la integración de la mujer a los distintos proyectos y su participación en los beneficios.
Como consecuencia del conflicto, la pobreza, la militarización de la región y las
influencias externas a las comunidades, se sufrió una desestructuración de los sistemas
y normas tradicionales, incluso respecto de los roles de la mujer y el hombre. Esto
dañó el tejido social y los valores culturales propios y, según las mujeres de esta
región, es la razón de que encuentren dificultades para su participación aún en el
seno de sus propias familias.
8. No obstante, el conflicto armado también generó sólidas organizaciones de
mujeres e impulsó su participación, aunque minoritaria, en organizaciones mixtas
de la sociedad civil. Ejemplo de las primeras es la Coordinadora de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA). Del segundo, pueden mencionarse entre otras, la Defensoría
Maya y el Comité de Unidad Campesina (CUC), organizaciones que originariamente
fueron de denuncia y reivindicación en torno al tema de los derechos humanos y
de la tierra y ahora se enfocan en el proceso de paz.
9. La constitución del Foro de la Mujer, fruto de los Acuerdos de Paz, representa
la primera experiencia, en el país y en la región, para unificar a las mujeres
guatemaltecas en un ámbito de análisis y de actuación conjuntos a nivel nacional.
En el Quiché, el Foro nació a finales de 1997 y está mayoritariamente integrado por
mujeres indígenas (k’iche’s, uspantekas, sakapultecas e ixiles), provenientes de varias
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organizaciones de la sociedad civil y con participación, en especial, de comadronas,
sacerdotisas, ancianas y líderes comunitarias. Sus integrantes son conscientes de
que los nuevos espacios de participación podrían afianzar su unidad y organización
y permitirles avanzar en sus demandas. Además, algunas líderes consideran necesario
integrar sus formas culturales en la organización y en el trabajo del Foro.
10. El incidir en las políticas públicas desde un enfoque de género, objetivo
estratégico del Foro de la Mujer, aún no es percibido en toda su dimensión por las
mujeres de El Quiché. Su preocupación prioritaria es ver cómo resolver sus
necesidades inmediatas, a la vez que dudan de la posibilidad de apertura de espacios
políticos para ellas. Este sentimiento de escepticismo proviene de los muchos años
de marginación y discriminación que sólo podrían contrarrestar hechos concretos,
es decir, políticas públicas y programas específicos en su beneficio.
11. El Foro cuenta con delegadas titulares que lo representan a nivel regional y
dos representantes de las mujeres organizadas de cada uno de los municipios del
departamento. Está dividido en asambleas lingüísticas en k’iche’, uspanteko,
sakapulteko e ixil y en asambleas multi-sectoriales, conformadas por mujeres que
hablan k’iche’ y español. Cabe destacar que ambas asambleas trabajan unidas,
bajo la coordinación de una junta directiva. Este sistema no coincide con la estructura
del Foro a nivel nacional, pero ha demostrado eficacia. Por otro lado, la Comisión
Coordinadora del Foro de la Mujer ha percibido la importancia y complejidad de
las áreas k’iché e ixil; por ello las ha desligado de la Región II, que compartían con
Totonicapán, Quetzaltenango y San Marcos y creó la Región VIII, sólo para El Quiché.
12. Respecto a la legitimación del Foro en el departamento, éste intenta participar
en diversos espacios, como el Consejo Departamental de Desarrollo. Si bien el
Consejo no aceptó su solicitud de integrarse a las reuniones, por no estar contemplado
en la ley actual, la Comisión de Género de la Unidad Técnica Departamental del
Consejo de Desarrollo tiene la voluntad de incluir al Foro en las próximas sesiones
de trabajo. Por otro lado, el Foro está representado en la Mesa de Seguimiento de
los Acuerdos de Paz de El Quiché.
13. La participación de la mujer es apenas visible en las asociaciones de desarrollo
o en organizaciones como comités pro mejoramiento. La Oficina de la Mujer del
Ministerio de Agricultura tiene interés en apoyar a las mujeres para que desarrollen
proyectos productivos, pero problemas como la falta de documentación personal
afectan esta iniciativa.
Verificación de los Acuerdos de Paz
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DESARROLLO SOCIAL
Salud
14. Algunos de los aspectos más importantes contenidos en el Acuerdo sobre
Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria son la reducción de la mortalidad
materno infantil; la erradicación de la poliomielitis y el sarampión; el acceso a
medicamentos básicos a bajo costo; la descentralización y desconcentración de los
servicios de salud y la mejora de las prestaciones de la seguridad social, así como la
valoración y rescate de la medicina indígena y tradicional. En la región se observan
dificultades para el cumplimiento de los compromisos relativos a la salud, lo que
resulta en la persistencia de situaciones de extrema gravedad.
15. Ejemplo de esta situación fue el alarmante brote epidémico de tos ferina en el
área norte de la región Ixil. Este se inició en la comunidad de Ilom, Municipio de
Chajul, cuya cobertura de vacunación durante 1997 fue una de los más bajas del
país. Este acontecimiento puso de relieve las limitaciones del sector público para
hacer frente a la situación. La reacción del Ministerio de Salud fue meramente
puntual y evidenció la carencia de una política de atención más estructurada para
áreas que requerían atención prioritaria. De hecho, no se pudo evitar la extensión
del foco epidémico a otras comunidades del Municipio de Nebaj. Los problemas
logísticos dificultaron el control del brote epidémico, ya que no fue posible garantizar
la ”cadena de frío”, condición necesaria para que las vacunas se mantuvieran en
buen estado y llegasen a las comunidades afectadas, caracterizadas por su lejanía y
difícil acceso. Asimismo, hubo falta de información y de la divulgación apropiada.
El no realizar campañas de información en el idioma de las comunidades dificultó
aún más la prevención y control del brote epidémico.
16. El análisis comparativo de los datos de la Jefatura del Área de Salud del
departamento, respecto de la cobertura de vacunación de los años 1995, 1996 y
1997, revela la ausencia de mayores cambios. Incluso los datos del primer semestre
de 1998 indican una tendencia de cobertura menor a la registrada en 1997. Por su
parte, los índices departamentales de mortalidad materno infantil de1997 indican la
persistencia de una alta tasa: mortalidad infantil 40,03/1.000 y materna 138/100.000.
De no registrarse cambios sustantivos en la política de salud de la región, será muy
difícil que se puedan cumplir los compromisos de erradicación del sarampión y la
poliomielitis en el año 2,000 y de reducción de la mortalidad materno infantil.
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17. Respecto a la descentralización de los servicios de salud, el Sistema Integral de
Atención en Salud (SIAS) se encuentra en proceso de implementación en 10 distritos
del Quiché: San Antonio Ilotenango, Chiché, Sacapulas, Joyabaj, Chupol, Canillá,
San Andrés Sajcabajá, Cunén, Nebaj y Chichicastenango. Está previsto que los
centros de salud tipo A (con capacidad hospitalaria) como Joyabaj, Uspantán y
Nebaj pasen a cumplir las funciones que les asigna el SIAS. También se prevé el
mejoramiento de la calidad de los servicios y prestaciones de los centros de salud
tipo B y de los puestos de salud. La implementación del SIAS en El Quiché es
apoyada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), UNICEF, Fondo de
Naciones Unidas para la Población (FNUAP) y la Cooperación Alemana (GTZ).
18. El Programa de Accesibilidad de Medicamentos (PROAM) que regula la venta
social de medicamentos, se está implementando muy lentamente en el
departamento, aunque las negociaciones entre las autoridades municipales y los
jefes de distrito de salud han logrado algunos acuerdos para su desarrollo. Por otro
lado, según la jefatura de salud, no se contempla la integración de la medicina
indígena y tradicional en el PROAM.
19. En relación a los compromisos relativos a mejorar las prestaciones de los servicios
de seguridad social de los trabajadores, cabe señalar que la coordinación de la OPS
en el departamento y la gerencia del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social
(IGSS) de El Quiché, están elaborando un plan de prestaciones para los trabajadores
migrantes. Éste les dará cobertura en la región de origen, durante el traslado y en
las áreas donde están ubicados los lugares de trabajo. Según los responsables de la
OPS/OMS departamental, el flujo migratorio hacia la costa es de aproximadamente
el 33% de la población de El Quiche, fenómeno que afecta también las campañas
de vacunación y programas específicos de desarrollo económico sostenible. Sería
necesario un estudio socioeconómico pormenorizado que identifique las causas
históricas de este fenómeno social y recomiende soluciones sostenibles.
SITUACIÓN AGRARIA Y DESARROLLO RURAL
Conflictos de tierras en el área Ixil
20. La situación agraria está presente en varios de los Acuerdos: el Acuerdo sobre
Aspectos Socioeconómicos y Situación Agraria, el Acuerdo para el Reasentamiento
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de las Poblaciones Desarraigadas por el Enfrentamiento Armado y el Acuerdo sobre
Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. La situación agraria en el área Ixil
adquiere características particulares. El 95% de la población es indígena que,
históricamente, ha trabajado pequeñas propiedades para su subsistencia, sin títulos
de propiedad debidamente registrados. Como consecuencia del enfrentamiento
armado, cientos de familias abandonaron sus tierras. Después de la firma de la paz,
se encontraron con sus tierras ocupadas por otras familias que también fueron
víctimas del enfrentamiento. Esto produce numerosos conflictos comunitarios cuyo
denominador común es el desarraigo social provocado por el conflicto armado. La
inaccesibilidad a la tierra causa mayores niveles de pobreza ya que en el área Ixil no
existen otras fuentes de trabajo. Muchas familias se ven obligadas a emigrar a otras
regiones del país para trabajar en las grandes plantaciones, bajo condiciones laborales
inadecuadas.
21. Uno de los problemas más serios es la seguridad jurídica sobre la tierra, que
afecta a comunidades enteras, grandes propietarios e incluso a las municipalidades.
Esta situación alcanza cada vez mayores niveles de confrontación, que se traducen
en un ambiente de inestabilidad e inseguridad. En la actualidad, los tipos de conflictos
de tierras que se presentan en el área son: a) la ocupación de tierras/propiedad de
desplazados; b) la existencia de dos o más títulos de propiedad; c) la especulación
sobre el precio de las tierras para el reasentamiento de las poblaciones desarraigadas;
d) los conflictos entre títulos municipales y privados o municipales y nacionales; e)
la posesión de tierras con alguna autorización del dueño; f) la falta de delimitación
apropiada de tierras; g) la usurpación de baldíos/invasión de tierras y h) la ocupación
de fincas por problemas laborales. Entre las situaciones más apremiantes a solucionar
por su importancia social, figuran: finca La Perla (con las comunidades de Ixhtupil,
Sajsiván, Ilóm y Sotzil), finca La Estrella Polar, finca Las Pilas-Santa Marta, Cimientos,
Xaxboj, y los terrenos que fueron declarados Reserva Ecológica Visis Cabá.
22. Distintas instituciones estatales han intervenido en algunos conflictos,
especialmente en el Municipio de Chajul, buscando soluciones por la vía de la
conciliación. Son aún limitados los avances para cumplir con los compromisos
adquiridos en negociaciones. Muchas veces las partes en conflicto demuestran escasa
voluntad para flexibilizar sus posturas y llegar al consenso. Las instituciones estatales
tienen limitaciones de recursos y capacidad para un seguimiento adecuado.
Recientemente, la Dependencia Presidencial de Asistencia Legal y Resolución de
Conflictos sobre la Tierra (CONTIERRA) ha manifestado voluntad para abordar la
situación del área y promover una estrategia inter institucional que atienda la
demanda agraria ixil.
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23. En el marco de una tradicional ausencia en la región de instituciones estatales
que podrían proporcionar diferentes servicios, destaca la reciente instalación del
Banco de Desarrollo Rural (BANRURAL) y la formación de la Red de Agentes de
Desarrollo Agropecuario Sostenible (RADEAS). Por otro lado, se observa sólo una
presencia puntual de organizaciones de la sociedad civil a nivel nacional, como la
Coordinadora Nacional Indígena y Campesina (CONIC) y el Consejo Nacional de
Desplazados de Guatemala (CONDEG), para apoyar a las comunidades en las
negociaciones y en la formulación de propuestas, con asesoría técnica y jurídica.
24. Las autoridades ixiles y representantes de las comunidades han expresado la
urgente necesidad de resolver los conflictos agrarios más apremiantes, pues su
persistencia constituye un serio obstáculo en la búsqueda de soluciones para el
desarrollo rural. Para el área Ixil se requiere una estrategia de desarrollo rural
sostenible y que promueva la participación, desde una perspectiva más integral y a
largo plazo. Existen limitadas iniciativas dirigidas por organizaciones no
gubernamentales como Adel Ixil, la Asociación Chajulense, Alianza para el Desarrollo
Juvenil Comunitario (ALIANZA), Solidaridad Internacional, Proyecto Quiche, ALA
93-22. La acción de estas organizaciones es dispersa, con muy poca participación
de las autoridades locales, con dinámicas propias e incidencia limitada.
25. La situación agraria del área Ixil demanda de los diferentes actores (incluyendo
a la cooperación internacional) un conocimiento profundo de los diferentes conflictos.
Requiere propuestas de solución que consideren la historia y la cultura de los ixiles
y una estrategia de desarrollo rural sostenible, elaborada en concertación entre el
Gobierno y los principales actores locales.
DESPLAZADOS INTERNOS
26. El departamento de El Quiché, altamente afectado por la violencia del conflicto
armado, registra un alto índice de población desplazada. Desde la firma de los
Acuerdos de Paz, se han visto avances positivos en relación al cumplimiento del
reasentamiento definitivo de la población de las CPR de la región Ixil. Del 30 de
mayo hasta el 2 de junio de 1998, se efectuó el primer traslado de 1,200 personas
hacia la finca El Tesoro, en la Zona Reina, adquirida con fondos gubernamentales
bajo condiciones especiales de crédito. La población está en proceso de
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reasentamiento por lo que aún permanecen en albergues temporales.
Posteriormente, entre el 7 y el 11 de julio de 1998, se efectuó un nuevo traslado de
220 familias de la CPR hacia la finca Maryland en Retalhuleu. El último grupo fue
trasladado a finales de septiembre, únicamente 200 familias que, debido a la falta
de recursos alimentarios, habían abandonado la CPR y ahora esperan las
negociaciones finales para la compra de tierra para su reasentamiento.
27. Mientras la situación de los desplazados internos organizados en las CPR
evoluciona adecuadamente, resta aún mucho para encontrar una solución a la
problemática de los desplazados internos dispersos. En la región Ixil, esta población
ha formado varias organizaciones, entre ellas: el Movimiento de Desarraigados,
que atiende a 8.260 familias en 7 municipios; CONDEG, que por el momento
atiende aproximadamente 134 familias, la mayoría en Chajul; la Asociación “Kambal
Chuqab Tinimit” de Xix, que asiste a 486 familias en 9 comunidades y la Unión de
Reasentamiento, constituida por cerca de 60 familias, ex miembros de las CPR,
pertenecientes a 3 comunidades.
28. Estas organizaciones se relacionan entre sí mediante la Asamblea Consultiva
de las Poblaciones Desarraigadas (ACPD), pero no tienen ninguna coordinación a
nivel operativo o político, lo que impide la adopción de una estrategia conjunta.
Otro factor que dificulta la implementación de algunos de los compromisos del
Acuerdo para el Reasentamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el
Enfrentamiento Armado, es la persistencia, entre algunas autoridades locales, de la
percepción de que esta es población “guerrillera”. Mientras tanto, las organizaciones
continúan las negociaciones para la obtención de tierras para sus miembros. Unas
a través de la ACPD y otras a través de negociaciones bilaterales con el Gobierno
(CONTIERRA y FONTIERRAS).
29. Recientemente se formó el Consejo Regional de Desplazados de Uspantán,
que asiste a los desplazados dispersos de los municipios de Uspantán, Cunén y
Chicamán. El consejo nació a partir de una iniciativa de CONDEG, el que a través
del contacto con distintos líderes y grupos de desplazados del área, tiene intenciones
de legalizarse ante la Municipalidad de Uspantán. Por su parte, la organización no
gubernamental ALIANZA está asesorando al comité directivo del consejo. Además,
se convino que la ALIANZA ejecutará los pequeños proyectos de desarrollo que se
diseñen para las diferentes comunidades de la región y será quien canalice las
solicitudes hacia instituciones internacionales o a través de la Unidad Técnica Municipal (UTM) de Uspantán, cuando los proyectos excedan su capacidad; por su
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parte, las peticiones de tierras se canalizarán a través del CONDEG y la ACPD. Por
último, el CONDEG tiene la expectativa de coordinar su trabajo con los demás
grupos de desplazados del departamento, para unir esfuerzos y obtener beneficios
comunes.
30. En cuanto a la documentación personal de la población desarraigada, se
realizaron esfuerzos para documentar a las CPR y fomentar la documentación personal en los municipios donde se celebraron elecciones el pasado mes de junio.
Sin embargo, el desconocimiento de los registradores sobre la aplicación de la Ley
de Documentación Personal para la Población Desarraigada y la ausencia de una
campaña de sensibilización en las comunidades más alejadas, han sido grandes
obstáculos para esta iniciativa. En este contexto, destaca el inicio del “Proyecto de
Apoyo a la Documentación”, financiado por la Unión Europea (UE) y asesorado por
la Universidad Carlos III, de España. Este proyecto solventará la contratación de dos
registradores por municipio, por un período de un año, para que se dediquen
especialmente a documentar a la población desarraigada. Esta iniciativa debería ser
acompañada por una amplia campaña de motivación que destaque la importancia
de la documentación personal, particularmente entre la población femenina, que
tiene el porcentaje más alto de falta de documentación.
SEGURIDAD PÚBLICA
Despliegue de la Policía Nacional Civil
31. La situación de la seguridad pública y la impunidad de los hechos delictivos
son dos importantes preocupaciones de la población del departamento. Es por ello
que resulta especialmente relevante el despliegue de la PNC. Su presencia abre
nuevas expectativas sobre el tema de la seguridad pública, pero es también un
enorme desafío para el nuevo cuerpo policial, ya que la población del departamento
se ha caracterizado por su desconfianza hacia los anteriores cuerpos policiales. La
PNC inició su despliegue en El Quiché el 1o. de marzo, instalándose una comisaría
en Santa Cruz, una estación en Nebaj y subestaciones en Santa Cruz,
Chichicastenango, Nebaj, Cotzal y Chajul. Luego, el 9 de julio, se desplegó en
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Sacapulas. A la fecha, los efectivos a nivel departamental suman 281, de los cuales
22 son de la etnia Ixil.
32. En comparación con la anterior fuerza policial, el despliegue de la PNC
representa un significativo aumento de recursos humanos y materiales. No obstante, aún persisten ostensibles carencias materiales que se deben tener en cuenta
para evaluar adecuadamente el impacto de su despliegue. La verificación demostró
que éste no fue acompañado de ninguna mejora sustantiva en los antiguos recintos
policiales de la antigua Policía Nacional o de la Guardia de Hacienda. En
consecuencia, los locales aún no reunen las condiciones adecuadas para el desarrollo
de las funciones asignadas a la policía. Adicionalmente, persisten deficiencias en las
condiciones de trabajo y alojamiento de los nuevos efectivos. Para ilustrar esa
situación, cabe señalar que algunas subestaciones carecen de celdas y, en otras,
éstas son ocupadas por los propios agentes para no dormir a la intemperie.
33. También son deficitarios los medios materiales y logísticos, especialmente de
armamento y vehículos y, en algunos casos, ha vuelto la práctica frecuente que
hace que los agentes deban pagar la reparación de los neumáticos. Adicionalmente,
se ha constatado la carencia de otro tipo de transporte, como motocicletas o mulares,
que serían un apoyo mucho más efectivo al trabajo policial en zonas de topografía
compleja. Destaca también la falta de bastones, esposas, munición de reserva, equipo
de oficina y vestuario adecuado al clima. Además, sería necesario dotar a cada
subestación de líneas telefónicas, fax y fotocopiadoras y mejorar el sistema de
comunicaciones por radio.
34. En cuanto al aspecto operacional, la PNC desplegó 20 efectivos adscritos al
Servicio de Protección a la Naturaleza (SEPRONA), que ejercen control sobre la tala
ilegal de árboles, un tema sensible en el departamento. Sin embargo, no se ha
desplegado personal especializado ni poseen los medios técnicos para la investigación
criminal; tampoco cuentan con personal entrenado en el manejo de situaciones de
crisis, especialmente necesario en un departamento caracterizado por graves
conflictos municipales y linchamientos.
35. En todas las unidades policiales se han establecido turnos de servicio de 21
días de trabajo por 9 de descanso; y jornadas de 8 horas de trabajo, 8 de descanso
y 8 de disponibilidad. Este sistema, junto al régimen de acuartelamiento, permite a
la PNC afrontar la escasez de personal; pero el régimen de acuartelamiento no es
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ciertamente el más adecuado para relacionarse con la población. Por otro lado, el
traslado de los agentes a su lugar de origen insume desde dos hasta cuatro de los
días de descanso. La aplicación del régimen disciplinario merece un seguimiento
pormenorizado, debido a su importancia en este momento inicial de la PNC.
36. Respecto al papel de la mujer en la nueva policía, se ha constatado que en
varias comisarías las agentes realizan labores administrativas e, incluso, de aseo de
las unidades, como en la Comisaría de Santa Cruz. Esta práctica, de la que está
excluidos los agentes varones, contraviene el concepto de profesionalización de la
nueva PNC y constituye un trato discriminatorio hacia la mujer.
37. En las zonas urbanas causó un impacto inmediato y favorable el rápido inicio
de los patrullajes de la PNC. Sin embargo, hasta la fecha se continúan realizando sin
objetivos claros y sin suficiente planificación. En las zonas rurales, la presencia de la
PNC ha sido poco significativa debido, en parte, a la insuficiencia de efectivos y
medios de transporte adecuados. En general, es apreciable un trato esmerado y
correcto de los nuevos agentes hacia la población. Sobresale el interés y disposición
de los efectivos desplegados en la región Ixil para relacionarse y establecer vínculos
de colaboración con la comunidad. Pese a la mencionada falta de organización de
los patrullajes, la PNC ha ido revirtiendo la negativa imagen que la población tenía
de la policía. Ello se ha visto favorecido por la presencia de efectivos ixil y k’iche’
hablantes, que representan más de una tercera parte de los efectivos desplegados
en la región. La experiencia de la PNC en los tres municipios ixiles debería ser
considerada no sólo como la materialización de un compromiso emanado de los
Acuerdos de Paz, sino como un ejemplo de efectivo trabajo policial en zonas
indígenas esencialmente monolingües.
38. También se ha podido verificar un aumento sustantivo de la actividad policial,
especialmente en cuanto a diligencias, detenciones y patrullajes, en comparación
al período previo al despliegue de la PNC en el departamento. En cuanto a los
linchamientos, luego de un difícil período en que se incrementaron, se ha producido
una disminución gradual. La presencia de la PNC pudiera estar restando dinámica
a este fenómeno. Por otra parte, se han registrado acciones de la PNC frustrando
linchamientos aún a riesgo de sus propias vidas. Asimismo, algunas zonas que tenían
tradicionalmente una alta ocurrencia de asaltos, como las rutas de Chichicastenango,
son consideradas en la actualidad como relativamente seguras.
Verificación de los Acuerdos de Paz
Suplemento Regional del Tercer Informe
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OBSERVACIONES
39. En El Quiché, la implementación de los Acuerdos de Paz avanza con lentitud.
Las graves carencias que enfrenta la población en su vida cotidiana dificulta la
percepción de ciertos avances realizados en la infraestructura departamental o en
educación. Sin políticas sociales decididas será difícil que la población, en su
conjunto, otorgue la confianza que se precisa. Una de las grandes demandas del
proceso de paz es la mejora de las tasas de analfabetismo, de subempleo y de
pobreza que caracterizan al departamento. Además, es necesaria una política de
descentralización del Estado que permita la obtención de más medios económicos
y de una autonomía de los poderes locales.
40. En términos generales, el nivel de participación social de El Quiché es bajo.
Las secuelas del conflicto armado han dejado entre la población un fuerte sentimiento
de desinterés y escepticismo, al que se suma el aún escaso conocimiento de los
Acuerdos de Paz, que evidencia la cada vez más apremiante necesidad de una
campaña de información entre la población. Sin embargo, esa situación está
cambiando progresivamente. El interés de las mujeres, sobre todo indígenas, por
organizarse en el Foro de la Mujer es quizás la expresión más clara de esta nueva
tendencia. Al mismo tiempo, el movimiento de base indígena intenta también
reorganizarse como un brazo regional de COPMAGUA, aunque aún no puede
hablarse de una participación general del pueblo maya en este esfuerzo. En cuanto
a los Consejos de Desarrollo, hay poca participación de los alcaldes y de las
organizaciones populares. Por otro lado, la Mesa de Seguimiento de los Acuerdos
de Paz sí apunta a una ampliación y consolidación, con la entrada de nuevas
organizaciones y de la cooperación internacional. Será importante que las autoridades
y las organizaciones de la sociedad civil activen los nuevos espacios de participación
que figuran en los acuerdos.
41. En cuanto a la participación de la mujer en el departamento, la dinámica del
Foro es un punto de partida que las mujeres indígenas desean moldear según sus
propias necesidades y concepción de la vida. Será importante tener en cuenta este
punto de vista para que la estructura del Foro permita el desarrollo particular de las
mujeres de El Quiché. Por otro lado, diversas entidades coinciden al manifestar que
es necesario coordinar todas las iniciativas dirigidas a mejorar la situación de la
mujer y afirman además su disposición en este sentido; pero también coinciden en
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señalar la importancia de que el Estado apoye la participación de la mujer en todos
los niveles, en beneficio de la sociedad.
42. Luego del brote de tos ferina en la región Ixil se generó un cierto escepticismo
en la población en cuanto a que las autoridades nacionales pudieran dar una
respuesta satisfactoria a la problemática de la salud. Esta apreciación parecería
revertirse a partir del acercamiento entre las autoridades y las organizaciones de la
sociedad civil, en la búsqueda de consenso para la adopción de las medidas
preventivas adecuadas. Esta concertación dio origen a la creación del Comité Pro
Salud, con el apoyo del Gobierno Municipal de Nebaj, iniciativa digna de ser
promovida en otros municipios.
43. El acceso de la población a los servicios de salud continúa siendo precario,
especialmente en las cabeceras municipales, acentuándose el peligro de nuevos
focos epidémicos en las comunidades más aisladas. En el contexto actual de transición
y ante el inminente inicio de la campaña electoral,algunos sectores no
gubernamentales han manifestado su preocupación de que las acciones dirigidas al
desarrollo social y a la prestación de servicios sanitarios sean politizadas, relegando
a un segundo plano el cumplimiento de los compromisos establecidos en los Acuerdos
de Paz. Es necesario extremar el cuidado para evitar esa percepción, así como
reforzar la confianza de la población del departamento en el proceso de paz y sus
beneficios.
44. Los actores locales, autoridades, organizaciones y comunidades, consideran
que no se puede hablar de desarrollo rural sostenible sin que se resuelvan los
conflictos de tierra en la región. Por ello, resulta importante fortalecer las instituciones
creadas por los Acuerdos de Paz, como CONTIERRA. Uno de los factores que hace
más difícil la resolución de los conflictos es la incompatibilidad que existe entre los
usos y costumbres de las comunidades indígenas y el actual sistema jurídico del
Estado. Además, la población y las autoridades carecen de información sobre las
instituciones y procedimientos que han de seguirse sobre el tema tierra.
45. Para revertir el cuadro de desconfianza histórica de la población hacia las
autoridades estatales, es indispensable la presencia de las instituciones del Estado a
nivel regional en la implementación de proyectos de desarrollo rural sostenible, en
forma consensuada con los actores de la sociedad civil.
46. Es necesario fortalecer las diferentes organizaciones de desplazados,
particularmente mediante la promoción de su descentralización operativa. Ello
Verificación de los Acuerdos de Paz
Suplemento Regional del Tercer Informe
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contribuirá a que las demandas de las comunidades lleguen de forma más expedita
a las instancias de apoyo, tanto gubernamentales como no gubernamentales.
47. También es necesario reforzar la difusión del Acuerdo para el Reasentamiento
de las Poblaciones Desarraigadas entre los desplazados dispersos, que por su
condición no acceden a los canales organizados. Esta población desconoce, por
ejemplo, como acceder al FOGUAVI o a FONTIERRAS. Se debe igualmente reforzar
la información sobre los procedimientos para obtener la personalidad jurídica, pues
se desconoce que hoy los trámites se pueden efectuar a nivel municipal.
48. El cumplimiento de los compromisos contraídos en los Acuerdos de Paz que
benefician a las poblaciones desarraigadas no se han implementado de forma
equitativa en la región. Mientras las comunidades de desplazados organizados en la
CPR-Sierra han tenido atención y apoyo institucional, los grupos de desplazados
dispersos, especialmente los de la zona norte e Ixil, no la han tenido. En este contexto,
las instancias gubernamentales no han considerado la excepcionalidad de esta
población, conforme lo establece el Acuerdo. Esta situación ha creado descontento
en la población desplazada, lo que abona al escenario conflictivo de la región, que
fue una de las más afectadas por el enfrentamiento armado.
49. Respecto a la PNC, algunos de los principales problemas que influyen en su
labor derivan de las carencias en infraestructura y logística policiales; y en lo
operacional, de las insuficiencias registradas en la gestión de recursos humanos y
materiales, técnicas policiales y de personal capacitado para integrar unidades
especializadas. No obstante las deficiencias señaladas, es notoria una mejora
sustantiva en la situación de seguridad pública a partir del despliegue de la PNC. La
Oficina estima que la superación de esas carencias es indispensable, puesto que lo
contrario podría llevar a retrocesos y aún a revertir, a corto o mediano plazo, la
positiva tendencia registrada.
01 de enero - 31 de julio de 1998
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