sabor grandes El de los SUMARIO Minimalisme bourgignon sabor de los grandes 1 El Borgoña vitícola 2 Fundación para la Cultura del Vino www.culturadelvino.com EL SABOR DE LOS GRANDES Patronato de la Fundación Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación Bodegas Codorníu Bodegas Julián Chivite Bodegas La Rioja Alta, S.A. Vinos de los Herederos del Marqués de Riscal Bodegas Vega Sicilia La Tâche 3 Diseño y maquetación: TISANAdiseñográfico Edita: Fundación para la Cultura del Vino Madrid, diciembre de 2002 2 3 sabor de los grandes El El término vino sugiere, de inmediato, la bebida universal. Cada persona asocia el vocablo vino a aquel con el que está más familiarizado: al vino de su localidad, de la zona de producción más próxima o de la Denominación con la que se siente más identificado. En los países productores tradicionales, como es el caso de España, el VINO está presente como bebida, como concepto y como símbolo en su amplio ámbito cultural: desde la presencia permanente del viñedo en todo el territorio peninsular y en las islas, hasta el “día a día”, en el que la botella, la marca, el tipo o el origen del vino, nos resulta familiar y nos acompaña por los comercios, los bares, los restaurantes y las cafeterías, de nuestro entorno, y también a través de los medios de comunicación: periódicos, revistas, radios, televisión, cine, etc. El VINO sugiere placer, agasajo, confraternidad, disfrute y compañía. El VINO es pues algo más que un producto habitual. Es un símbolo cultural y un reflejo de la historia de los pueblos. Todos los países, de todas las geografías, sean o no productores, desean el VINO, quieren conocerlo, familiarizarse con él, intimar, disfrutar. Porque el vino genera inquietud, engancha culturalmente por su misterio, por sus diferentes personalidades, y por sus distintos caracteres. Al VINO pretende seguírsele la pista, manejarlo y llegar a conocerlo, por los mismos mecanismos que al ser humano: se le somete a pruebas analíticas, para ver como está de acidez, de azúcares, de materias fenólicas, de sales minerales. Se le chequea, se le ausculta, se le aplican resonancias magnéticas, pruebas de contraste de carbono catorce, cromatografías en fase gaseosa... todo ello para captar su constitución, su naturaleza y sus componentes. Pero, al igual que ocurre con la insustituible relación personal, el hombre quiere algo más del vino que una relación ordenada (informatizada) de resultados analíticos; quiere sentir el vino, hacerlo suyo, participar de él y con él en su propia esencia. Por eso el vino tiene un valor primario que el hombre anhela. No bastan los libros, las guías, los mapas de vinos y zonas, las relaciones de clasificaciones, los textos que hablan de vinos desconocidos, ni tan siquiera las botellas. Lo que se quiere es abrazar al vino, sentirlo, incorporar su carácter al nuestro... Por eso el vino, aun siendo un hecho cultural, un término de civilización y un concepto de valor, por encima de todo, es un ser aprehensible, tocable, tangible y sensible. Es una satisfacción para una entidad como la Fundación para la Cultura del Vino el poder hacer llegar a las personas y grupos que sienten inquietud por el vino, productos como los que aquí se presentan, para que dejen de ser un símbolo de exclusividad, algo inalcanzable y se acerquen al hombre para fundirse con él en una unidad íntima, cultural y vital. No hay vinos extranjeros, ni lejanos, ni inalcanzables, ni mucho menos; sólo hay objetos de deseo, y aunque ello sea parte de nuestra propia cultura, no es algo esencial. Lo que determina la importancia de los grandes vinos no está sólo en ellos, también está en el hombre, en la sabiduría para apreciarlos, la capacidad para disfrutarlos, la amplitud para comprenderlos y sobre todo la generosidad para compartirlos. Con nosotros: La Tâche. 5 Minimalisme Bourgignon Borgoña, nombre propio con el que se designa a la actual región localizada al norte de Francia, al borde de la cuenca parisiense y de las llanuras del Saona y del Macizo central, se ha convertido en un término asociado, por encima de cualquier otra acepción, al vino. Borgoña y vino se encuentran unidos, nominal y conceptualmente, constituyendo una entidad única e indisoluble, consecuencia inseparable de la profunda y sólida simbiosis existente en el país borgoñón entre sus precedentes seculares y su actual presente; entre las sucesivas realidades históricas y sus efectos en la sociedad; entre lo más biológico de su ecosistema y los elementos socioculturales más representativos de sus grupos de población; entre el poder absoluto y la gobernabilidad compartida; entre lo institucional y lo individual; entre la forma y el fondo; entre lo sublime y lo común; entre lo aparentemente primitivo y lo extremadamente civilizado; entre lo rústico y lo cortesano; entre lo ascético y lo hedonista; entre lo religioso y lo civil; entre lo sagrado y lo profano y, absolutamente, ENTRE LO HUMANO Y LO DIVINO. 6 7 Las múltiples y singulares características que configuran la Borgoña vitícola actual, son el resultado progresivo y consecuente de los sucesos más significativos ocurridos a lo largo de los períodos históricos que han ido conformando las diferentes borgoñas, y que alternativamente se han ido conjuntando, y también disociándose, hasta llegar a configurar la Borgoña presente. Las distintas y en muchas ocasiones antagónicas formas de gobierno y de 8 estado, que se han ido sucediendo de una Borgoña a otra, han cristalizado en la actual, en la que se reconocen gran parte de los hechos, instituciones y personajes históricos. De ahí, que la llamada Borgoña vitícola haya sido un continuo y complejo resultado, actualmente consolidado, de gran parte de los elementos y factores que influyeron en la formación de las estructuras socioeconómicas y políticas borgoñonas, de muy distinto signo, incluso de diferentes nacionalidades. La división multiparcelaria de la viña en Borgoña, característica básica de sus viñedos y de sus vinos, la sublimación del valor del terreno en función de su localización y la importancia de la ubicación por encima de su extensión; son pautas obsesivas que han estado presentes en la historia de Borgoña. La diversificación de orígenes y productos finales; el concepto pragmático y filosófico del terroir, llevado a la más mínima expresión de extensión y a la mayor amplitud de concepción; las clasificaciones de metros de viñedos; la búsqueda constante de la individualidad como máxima expresión de la identidad; la valoración extrema y la exaltación del minimalismo vitícola como muestra efectiva de los distintos efectos biológicos producidos en la viña; las manifiestas diferencias existentes entre pagos pegados unos a otros; la desconcentración y distribución de la propiedad vitícola como en ninguna otra zona de producción del mundo; la estructura vertebrada y consolidada del negocio del vino de Borgoña y en fin, la capacidad de mantener en crecimiento todo el entramado de producción, dentro del conjunto laberíntico de individualidades irreproducibles derivadas de sus terroirs, climats y crus, evidenciado oficialmente por la existencia del millar largo de Denominaciones de Origen Con- troladas (Appellations d’Origin Contrôlées. AOC), en sus muy diferentes niveles y múltiples posibilidades de diversificación, logran entre todos una cuenta de resultados en la que figuran a la cabeza los beneficios sociales logrados, como esencial valor añadido. Pero nada de todo lo expuesto anteriormente puede considerarse fruto de una simple planificación mercantil, diseñada por expertos en marketing o por asesores financieros. Borgoña cuenta con la mejor posición mundial respecto del binomio “notoriedad / ocupación de suelo”. Los vinos de Borgoña representan menos del 1% de la producción mundial, pero se benefician del más unánime y extremado reconocimiento universal. La calidad sigue siendo un principio indisoluble al vino de Borgoña, en todas sus gamas, segmentos y niveles y las cerca de 25.000 hectáreas de superficie vitícola (sólo el 0,3% del viñedo mundial) están distribuidas en 10.000 domaines. No puede, por tanto, concluirse sin afirmar rotundamente que todo ello es fruto de la tradición. Detrás de todo, no sólo están los hombres, las familias, los negocios y las instituciones actuales, sino siglos y siglos de conflictos, progresos, ambiciones, trabajos, oración, esfuerzo, conocimiento, continuidad e inteligencia. 9 El nombre de Borgoña no sólo designó el Ducado sino todo un conjunto de estados fragmentados, cuya base fue Flandes. En el reinado de Felipe de Valois, llamado el Atrevido (l’Hardi), casado con Margarita de Flandes, se incorporaron a los Estados de Borgoña los condados de Flandes, Borgoña, Artois y Névers; y en el de Felipe el Bueno, los condados de Namur, Hainaut, Holanda, Frisin y Zelanda y los Ducados de Bramante, Limburgo y Luxemburgo. Las instituciones del Gran Consejo y las Cámaras de Cuentas, así como las figuras del Canciller, el Recaudador de Finanzas y el TesoreroGobernador fueron esenciales en la vida política y económica de Borgoña. Felipe el Atrevido, Juan sin Miedo, Felipe el Bueno -quien se proclamó Gran Duque de Occidente- y Carlos el Temerario, son cuatro nombres míticos de Duques Valois, cuya dinastía hizo de la Borgoña un estado poderoso y soberano entre 1364 y 1477 y de Dijon (la actual capital) uno de los centros económicos y financieros más importantes de Europa, llegando a ser sede de una de las tres Cámaras de Cuentas de los estados borgoñones. La historia concede gran importancia a las comunidades religiosas asentadas en Borgoña, a los monjes de Cluny y de Cîteaux, a los cistercienses fundadores de Clos de Vougeot quienes supieron elevar el trabajo de la viña y el vino a la categoría de arte. Los llamados moines-vignerons no buscaban en el vino una rentabilidad inmediata, sino que más bien sentían una natural y mística inquietud por la vid; a ellos debemos minuciosos estudios sobre la planta, sus ciclos, las formas de poda, métodos de vinificación y hasta peculiares catas comparativas. Si los monjes se ocuparon místicamente de la planta y del vino, fueron los Duques de Borgoña los que hicieron el trabajo de marketing, a ellos debemos la introducción majestuosa del vino en 10 la corte de Francia y asimismo en todos los centros de poder en los que el ducado tenía representación. Pero además de los monjes -fundación de abadías y mística pasión por la agricultura y la vitivinicultura- y de la influencia inevitable e insustituible de los Duques de Borgoña, existe un tercer elemento esencial que constituye la parte final del trinomio histórico de la Borgoña vitícola: la revolución de 1789 que supuso el desmantelamiento general de las propiedades y que conllevó la confiscación de tierras y su posterior venta en subastas como bienes nacionales, derivándose de ello un efecto directo sobre el reparto de la propiedad, lo que explica la multidivisión parcelaria del viñedo de Borgoña. 11 En Borgoña todo es historia presente. En Clos de Vougeot sigue vivo el espíritu de los monjes de Cîteaux aunque no se vinifica desde 1913. Sin embargo, su viñedo, actualmente con cerca de una centena de propietarios, supone un trozo de cielo tangible y bebible. La Confrérie de Chevaliers du Tastevin se encarga cada año en sus 17 capítulos, de nombrar caballeros y de acrecentar, gracias a la presencia y participación de personajes relevantes, la gloria presente en recuerdo de los moines-vignerons que hicieron de la viña un prodigio terrenal entre oración y oración. También los vignerons de Saint-Vincent, con sede en Mâcon, rinden todos los años a San Vicente un piadoso y vinoso homenaje (pieux et vineux hommage). Pero quizás sean los Hospices de Beaune la representación histórica más viva y eficaz del ensamblado binomio pasado-presente del vino de Borgoña, al que por cierto se le reconoce con el sobrenombre de Monseigneur le vin y curiosamente, al sol que madura las uvas y calienta e ilumina las viñas se le otorga cariñosamente en Borgoña el nombre de le Bourgignon. A los Hospices de Beaune pertenece el edificio de L’Hôtel Dieu, situado en el centro de Beaune, con una arquitectura y una ornamentación únicas en el mundo por su colorido y geometrismo, fue encargado por uno de los cancilleres más notables de los Duques de Borgoña, Nicolas Rolin, para paliar los efectos que la Guerra de los 100 años causó en la población, mitigando así las condiciones miserables de vida que se padecían. L’Hôtel Dieu fue hospital de caridad para necesitados y desde 1851, con exclusivos fines benéficos, tienen allí lugar las subastas de vino de los Hospices de Beaune, poderosa contribución a la promoción y reconocimiento de los vinos de Borgoña. Las subastas se celebran todos los años el tercer domingo de noviembre y los vinos que salen en subasta proceden de los diferentes pagos propiedad de los Hospices de Beaune que posee 61 hectáreas de viña. El vino es subastado por pièces y cada pièce tiene una capacidad de 228 litros habiendo alcanzado en su día alguna piéce cifras que superaron los 200.000 francos franceses (30.000 euros). La importancia de la subasta de los Hospices de Beaune radica en que el acto provoca cada año un efecto Dow Jones fijando al alza el precio de los borgoñas, sobre todo los de la Côte de Beaune. Fuente: Romanée-Conti,de Richard Dolney. Flammarion, Paris 1971. TÂCHE LA 13 clos, pièce, son transferidos y alegremente utilizados en zonas a miles de kilómetros de distancia de su lugar de origen, convirtiéndose en remedos de lo exclusivo, en copias materiales de los irreproducible. La singularidad y complejidad del marco borgoñón, manifiesta su esplendoroso y en gran parte conflictivo pasado, en cada término vitivinícola que Borgoña, como gran casa ducal de la moneda, ha conseguido acuñar en su territorio y también exportar magistralmente tanto a otras zonas de producción francesas, como a las de todos los países productores, tradicionales y emergentes. Pinot-noir y chardonnay, los varietales (cépages) originales del marco borgoñón son hoy día nombres universales y su imagen de prestigio ayuda indiscutiblemente a otorgar notoriedad y rendimientos económicos a todas las zonas de producción del mundo. Pero, se reconozca o no, los varietales no son nunca ni en ninguna plaza, elementos autónomos, otros factores biológicos junto a algunos más culturales, son los que determinan y logran las cualidades y características del producto final. La fuerza del marketing, de la prensa y de los propios interesados, no será nunca superior a las leyes biológicas ni a los propios condicionantes históricos. Términos propios del marco borgoñón como climat, domaine, ouvrée, Sistemas de elaboración ancestrales aplicados por los borgoñones a sus propios vinos, algunos primitivos en su concepción, pero sabiamente actualizados con la exclusiva ayuda de paciente y observadora experiencia, pretenden utilizarse en mostos y en vinos que no tienen la menor similitud, ni caracterológica ni de origen, con los elaborados en las diferentes zonas de Borgoña. La sutileza en el trato de las lías finas, la aplicación del bâtonnage, la utilización del fouet o la dodine, son métodos de trabajo reservados a Borgoña. Terroir, cru, grand cru o premier cru, son conceptos y calificaciones utilizadas en otras zonas de producción francesas, pero que en el marco borgoñón tienen un significado diferente. Las mediciones milimétricas de las parcelas en Borgoña, conceden un reconocimiento catastral a sus crus con estricta valoración de lo cualitativo. Viñedos y parcelas vecinos no son necesariamente iguales, ni siquiera parecidos. El emplazamiento del viñedo, las características de los suelos y su composición, su orientación, su posible inclinación, la existencia o no de masas de bosque próximo y las influencias decisivas de los factores de calor y luminosidad, determinan clasificaciones muy distintas de pagos cualitativamente muy alejados unos de otros y, paradójicamente, muy próximos en el espacio. Por otra parte, y en el ámbito socioeconómico, viñedos altamente cualificados y calificados como Grands Crus, no son en Borgoña necesaria- 15 Por un lado, las cifras de superficie de viñedo y de producción son modestas: Borgoña, con sus 25.000 hectáreas tan solo representa el 3% de la producción francesa, pero también constituye el 6% de los vinos producidos en las denominaciones de origen controladas de Francia (A.O.C.). La viña en Borgoña ocupa 1,5% de la superficie agrícola utilizada de la región y tan solo alcanza el 0,3% del viñedo mundial, pero por otra parte, según cifras de la Oficina Interprofesional del Vino de Borgoña, existen en la región de producción borgoñona 5.200 explotaciones vitícolas entre las cuales hay 4.300 propiedades con viñedos calificados como AOC, de las que 3.800 vinifican toda o parte de su producción. El 85% de los domaines no superan las 10 hectáreas de superficie y se distribuyen en parcelas que están situadas en distintas AOC de Borgoña. mente propiedad de un solo agricultor o de una sola familia o sociedad (Monopolio. Monopole) sino que lo pueden ser de distintas personas físicas o jurídicas. Un cru en Borgoña puede pertenecer a una sola persona –como ocurre en otras zonas de producción francesas– pero también puede tener varios propietarios, como es el caso más notorio del Grand Cru Clos de Vougeot, con una superficie de viñedo de 51 hectáreas y con un valor muy superior a su equivalente en metros cuadrados de suelo urbano de capital y zona de lujo. El viñedo y el nombre Clos de Vougeot pertenece a 80 propietarios, los cuales pueden utilizar la denominación de origen controlada (Appellation d’Origin Contrôlée. AOC) común de Clos de Vougeot, con la adición del término Grands Crus, además de obli- 16 gatoriamente el nombre de la firma propietaria y elaboradora, tal como actualmente hacen: La Tour, Jadot, Leroy, Gros, Joseph Drouhin, Meo-Camuzet y otros. Sin duda, la característica más sustantiva del marco borgoñón lo constituye lo repartido de su viñedo, su extremado trozeado (extrême morcellement). También Borgoña posee y aporta términos comunes al ámbito mercantil del vino, como lo son négociant, eleveur o contrat, que unidos al adjetivo borgoñón, otorgan a estos un sentido diferente y una acreditación superior a la que poseen los mismos términos en otras zonas de producción, debido fundamentalmente a lo que representan y son en Borgoña, región en la que se han ido desarrollando a lo largo de la historia y en su marco de origen, pero logrando trascender y adquirir una imagen universal de extremada notoriedad presente en todo el mercado internacional. Borgoña cuenta, según datos oficiales, con cerca de DIEZ MIL (10.000) domaines, lo cual, teniendo en cuenta las VEINTICINCO MIL (25.000) hectáreas de su viñedo, sus 180 millones de botellas de producción anual y un volumen medio por cosecha de alrededor de 1.350.000 hectolitros, la convierten indiscutiblemente en la zona de producción mundial con mayor distribución de propiedades, con lo que ello significa en cuanto a posibilidades de diversificación de productos por origen y segmentos de calidad y precio, lo cual puede y debe constatarse botella a botella. En la Côte d’Or (Côte de Nuits y Côte de Beaune) el tamaño medio de una explotación no excede de 6 hectáreas y sólo el 6% de los propietarios tienen más de 10 hectáreas. El 88,5% del vino de Borgoña corresponde parte a denominaciones regionales (54,5%) y parte a municipales (34%). Pero hay que tener en cuenta además la existencia de otro 10% (minúscula cifra) que corresponde también a producción de denominaciones municipales (A.O.C. Communales) entre las cuales hay cerca de 600 climats que están calificados como Premiers Crus. Por último, y como punta de la pirámide que representa la estructura jerarquizada de las A.O.C borgoñonas, el 1,5% de la producción es aportada por 32 grands crus situados en la Côte d’Or más otro en Chablis (departamento de Yonne). 17 CRUS Romanée-Conti La Tâche Richebourg Romanée-Saint-Vivant Grands Échézeaux Échézeaux Montrachet Bâtard-Montrachet (Suchots) (Petits Monts) SUPERFICIE DOMAINE DEL 1 ha 80 a 50 ca 6 ha 06 a 20 ca 3 ha 51 a 10 ca 5 ha 28 a 58 ca 3 ha 52 a 63 ca 4 ha 67 a 03 ca 67 a 59 ca 17 a 46 ca 1 ha 01 a 90 ca 40 a 50 ca SUPERFICIE DEL CRU PRODUCCIÓN MEDIA monopole monopole 8 ha 03 a 45 ca 9 ha 43 a 74 ca 9 ha 14 a 45 ca 37 ha 69 a 22 ca 7 ha 99 a 80 ca 11 ha 86 a 63 ca 6.000 botellas 20.000 botellas 11.000 botellas 17.000 botellas 11.500 botellas 15.000 botellas 3.000 botellas 83.500 botellas Fuente: Romanée-Conti,de Richard Dolney. Flammarion, Paris 1971. Entre ese 1,5% correspondiente a grand crus, existe un ejemplo singular por todo lo que representa su constitución actual, su historia y, naturalmente su viñedo y sus vinos; nos referimos a la Société Civile del Domaine de la Romanée-Conti, propietaria de seis grand crus de pinot noir en Côte de Nuits, en el Domaine de la Romanée-Conti, municipio de Vosne-Romanée. Y otro de chardonnay (0,85 Ha) en Côte de Beaune. En la Romanée-Conti se obtiene un rendimiento máximo de 35 Hl por hectárea y la distribución de su superficie es la siguiente: Romanée-Conti, 1,85 Ha (1,65 Ha en producción); La Romanée, 0,85 Ha (0,76 e producción); Romanée-Saint-Vivant, 9,40 Ha (9,25 en producción); Richebourg, 8 Ha (7,06 Ha en producción); La Tâche, 6,10 Ha (5,60 Ha en producción), y la Grande Rue, 1,65 Ha, todas en producción. A estas propiedades hay que añadir las 0,85 Ha de viñedo de la variedad chardonnay en la A.O.C. Montrachet Grands Crus (Côte de Beaune). 18 En Vosne-Romanée los viñedos están situados a 230 metros por encima del nivel del mar y no hay viñas por encima de 350 metros. Los terrenos clasificados como grands crus se sitúan entre 250 metros, limite Este de Romanée-Saint-Vivant y 300 metros límite Oeste de La Tâche. El viñedo de La Tâche se localiza en la zona inferior del domaine; inmediatamente encima se encuentra La Grande Rue, debajo justo del viñedo de RomanéeConti, situado éste a la izquierda del de La Romanée. La situación de los viñedos del Domaine, junto a la composición de sus suelos y a su desarrollo y formación, hacen del marco de La Romanée-Conti un paraíso vitícola de diseño por su ligera pero precisa inclinación al sur, lo que contribuye a que sus viñas mantengan un máximo de calor a lo largo del día logrando protegerse de las heladas. Una pendiente de 5º a 6º asegura un drenaje perfecto, en justo equilibrio para evitar la erosión excesiva y también para poder retener los precio- sos elementos orgánicos procedentes de cotas superiores y arrastrados por el agua de la lluvia. El suelo de La Romanée-Conti reposa directamente sobre una concha de composición calcárea, que contiene un precioso material de depósito de arcilla roja. La excelencia del terroir de La Romanée viene determinada por factores geológicos que produjeron en sus suelos efectos aun más revolucionarios de los que tuvieron lugar en la Francia de finales del siglo XVIII; también algo más lejanos en el tiempo. Durante el período jurásico se originaron unos fenómenos de cambio geológico que produjeron una situación caótica. Parece ser que de este caos nació la Cote d’Or. ellas limítrofes entre sí, determinan los decisivos efectos del sol, de la lluvia y de la ventilación en los viñedos. Hay quien concede una especial importancia al aire del que se beneficia cada parcela del Domaine. Ciertamente, cada uno de los seis grands crus, están localizados de tal forma que científicamente pueden encontrarse diferencias entre ellos; de ahí que haya quien se empeñe en insistir en la lucha por el primer puesto de sus vinos, presentando de manera beligerante, a los procedentes de RomanéeConti frente a los de La Tâche y viceversa, considerándose por algunos, que los vinos de La Tâche son superiores a los de Romanée-Conti, mientras que otro grupo propugna justamente lo contrario. También están los eclécticos que, según cosechas, mantienen posiciones alternativas. Sobre este particular de interesadas preferencias, deben respetarse los criterios de los partidarios de considerar a Romanée Conti como el Grand Cru de los grands crus; pero también aquellos de quienes afirman que durante varios años La Tâche ha producido vinos superiores a los de Romanée-Conti, viñedo que sin duda goza de una situación privilegiada porque se halla en medio de todos los grands crus de Vosne, lo que lo convierte en el centro neurálgico de los demás. Para entender las diferencias existentes entre los distintos climats, debe tenerse en cuenta que estas diferencias, notables en algunos casos, tienen su origen en la ruptura de las capas geológicas. La situación de cada una de las viñas del Domaine, todas 19 Propietarios y gerentes del DomAIne de la Romanée-Conti desde 1869 Entre tan elevados competidores, por tratarse de dos grands crus de los seis situados en el municipio de Vosne-Romanée y precisamente sobre los que la Société Civile del Domaine mantiene su propiedad en exclusiva (monopolio), no puede, ni debe, buscarse competencia; ambos vinos tienen en común la finura, la nobleza aromática, la tanicidad perceptible y elegante, la sutileza de una fragilidad corpulenta y una apreciación táctil inequívocamente presente, duradera, y a la vez delicadísima. Los dos son vinos de terroir y cada uno tiene su tipicidad. La Tâche es La Tâche y Romanée-Conti es RomanéeConti. A cada uno lo suyo. De La Tâche se elaboran anualmente 20.000 botellas y de Romanée-Conti 6.000 botellas; con tan exiguo total... ¿merece la pena cavilar las diferencias o defender las preferencias?. En ambos casos se están teniendo en la copa gotas históricas y esencias multiculturales ya que los terroirs del Domaine han ido evolucionando a través de su vida secular. Gran parte de la historia de la Borgoña y en gran medida de la de Francia pervive en las botellas de La Tâche. Los acontecimientos históricos, desde los tiempos de las propiedades monacales originarias, donadas, cedidas o adquiridas por la nobleza hasta su desmembramiento y reparto a partir de la Revolución, pasando por las personas y familias propietarias sucesivas, hasta llegar a las actuales, los Villaine -descendientes de los DuvaultBlochet- y los Leroy, obligan a considerar a La Tâche como algo más que Fuente: Romanée-Conti,de Richard Dolney. Flammarion, Paris 1971. 20 21 un vino famoso, La Tâche es un trozo de la historia de Francia y de Borgoña que podemos sorber. Clima, terroir y pinot noir seculares, conforman un vino exclusivo e incomparable, pero sin olvidar que su complejidad no sólo proviene de lo biológico, sino que detrás de todo, al fondo de la botella de un La Tâche existen microscópicas partículas de la historia imposibles de apreciar instrumentalmente y resistentes a los procesos de clarificación y estabilización. Esta presencia histórica trasciende las frías notas de cata y los comentarios apasionados llevados por la grandeur du vin, y es el pasado el que se refleja en los rojos ribetes de un La Tâche; el vino arrastra con él los residuos apenas perceptibles de la lucha del hombre contra el tiempo, el clima, las plagas y, por qué no decirlo, contra él mismo, que por su irreprimible afán de dominio, siempre pretende atrapar y poseer aquello que de inmaterial e inanimado contienen unas gotas celestiales de vino terrenal, un milagro humano que roza lo divino, aunque no al alcance de todos; tan sólo los creyentes del espíritu del vino podrán alcanzar la gloria sensorial del sentimiento, la emoción vínica que, en el caso de La Tâche, supera todo análisis al uso. No son en este caso los sentidos del hombre los que perciben el vino; es el propio espíritu del vino quien decide a quien transmite parte de su naturaleza superviviente e intemporal. Sólo la fe del bebedor, más que su conocimiento, decidirá sus propias sensaciones. Al contrario de lo que sucede con la mayor parte de los vinos, de La Tâche no debe hablarse porque su percepción no es transferible, es un vino para sentir, no para comentar. Es el vino quien comunica, no es el hombre. 22 23 La Borgoña vitícola Por Borgoña vitícola se entiende al conjunto de viñedos comprendidos en los 4 Departamentos que configuran la Borgoña administrativa y que producen vinos con Denominación de Origen Controlada (Appellation d’Origin Contrôlée, A.O.C.), en sus diferentes niveles de clasificación. Los cuatro Departamentos de Borgoña, de Norte a Sur son: YONNE, CÔTE D’OR, SAONE-ET-LOIRE y RHÔNE. En estos territorios existen determinadas extensiones de viñedo, los cuales a su vez se dividen y subdividen en zonas, fincas y parcelas. DEPARTAMENTO YONNE COTE D’OR SAONE-ET-LOIRE RHÔNE Documentación obtenida del Bureau Interprofessionnel des Vins de Bourgogne (B.I.V.B) 24 25 ZONA DE PRODUCCIÓN Chablis (4.000 Ha) Auxerrois, Tonnerrois, Vezélay, Côte Saint-Jacques (1.300 Ha) Chatillonaise Côte de Nuits (3.000 Ha) Hautes Côte de Nuits (550 Ha) Côtes de Beaune (5.000 Ha) Hautes Côtes de Beaune (650 Ha) Côte Challonaise (4.000 Ha) Couchois Mâconnais (6.500 Ha) Beaujolais (22.000 Ha) Bureau Interprofessionnel des Vins de Bourgogne (B.I.V.B) Las funciones de promoción, control y asesoramiento técnico y económico-financiero, así como de planificación y edición de publicaciones de contenido científico y divulgativo en relación con el sector vitivinícola de Borgoña, son realizadas con el máximo respeto a los principios de libre comercio por el Bureau Interprofessionnel des Vins de Bourgogne (B.I.V.B); existiendo otra entidad que realiza las funciones cita- 26 das para los vinos Beaujolais: Union Interprofessionnel des Vins de Beaujolais. Las denominaciones de origen de Borgoña (A.O.C) Las clasificaciones por categorías de las Denominaciones de Origen Controladas (A.O.C) de Borgoña, constituyen una jerarquía perfectamente organizada agrupándose en los siguientes cuatro grandes grupos: Regionales, Municipales, Municipales Premiers Crus y Grands Crus. Por razones sistemáticas de exposición y lógicamente de espacio, nos ocuparemos únicamente de aquellas zonas, clasificaciones, denominaciones y vinos regulados en el ámbito del Bureau Interprofessionnel des Vins de Bourgogne (B.I.V.B). 27 Las denominaciones regionales En esta categoría se incluyen los vinos genéricos del territorio vitícola de Borgoña delimitado por áreas específicas de producción. Se distinguen varias clasificaciones de Denominaciones Regionales (A.O.C Régionales), según los diferentes criterios de clasificación que intervienen en la formación de los grupos. Las denominaciones regionales se clasifican según los siguientes elementos: variedad de uva, color, método de elaboración, región de producción, municipio de producción y lugar determinado (lieu dit) o climat. Los distintos criterios de clasificación intervinientes, constituyen un puzzle con cuyas piezas pueden realizarse diferentes posibilidades de denominación, según se de preferencia a la variedad, al color, al método de elaboración, a la región, al municipio o al climat. En cualquier caso, figure el término variedad (por ejemplo, aligoté) o el color (por ejemplo, rosado), o el método de elaboración (por ejemplo, cremant de Bourgogne) o la región de producción (por ejemplo, Côtes d’Auxerre) o el municipio de producción (por ejemplo, Irancy) o el climat (por ejemplo, Le Chapitre), todas estas posibilidades deben de ir obligatoriamente precedidas por el término Bourgogne. Los vinos pertenecientes a las denominaciones regionales, constituyen más del 50% de toda la producción de Borgoña. Según las últimas cifras del B.I.V.B, las denominaciones regionales producen el 54,5% del total de las A.O.C de Borgoña, figurando, en este grupo, 21 Denominaciones de Origen Controladas. LA BOURGOGNE Las denominaciones municipales A las denominaciones municipales se las conoce generalmente con los términos Appellations Villages. Según los datos oficiales, existen 44 A.O.C municipales que suponen el 34% de la producción total de las A.O.C de Borgoña. 28 A título de ejemplo, pueden citarse las siguientes: - Chablis, Petit Chablis, Marsannay, Fixin, Gevrey-Chambertin, Saint-Romain, Meursault, Volnay, PullignyMontrachet y otras. 29 Las denominaciones municipales seguidas del nombre de un climat Los Grands Crus Los Grands Crus son viñedos perfectamente catastrados, con una localización precisa, que gozan de excelentes factores biológicos y con notoriedad histórica. En cada pueblo de Borgoña el viñedo está dividido en parcelas o lugares determinados (lieux dits), exactamente catastrados, que se han designado en dicha zona de producción con el término climats, debiéndose tener en cuenta que existen varios miles. Los climats pueden ser simples o clasificados en Premier Cru. Según los datos facilitados por el Bureau Interprofessionnel des Vins de Bourgogne existen 562 climats Premier Cru, entre los que podemos citar, entre otros, a los siguientes: Les Damodes, Les Vaucrains, Les Côte Rôtie, Santenots y Les Ruchots. Según datos oficiales del Bureau Interprofessionnel des Vins de Bourgogne, existen 32 Grands Crus en Côte d’Or y uno en Chablis, entre los que podemos citar los siguientes: BâtardMontrachet, Chablis Grand Cru, Chambertin, Clos de Vougeot, Corton-Charlemagne, Échezeaux, Grands Échezeaux, La Grande Rue, La Romanée, La Tâche, Romanée-Conti, Richebourg, Montrachet y otros. Côte de Nuits 30 31 Côte de BEAUNE El laberinto borgoñón: zonas, A.O.C., pagos y vinos Todo este entramado de clasificaciones y de posibilidades de combinación alternando el nombre de los municipios y de los climats simples, además de los cerca de 600 climats Premiers Crus, más los 33 Grands Crus, unido a las múltiples alternativas que ofrecen las A.O.C regionales, obliga necesariamente al consumidor a conocer en profundidad, el difícil y complicado camino de la Borgoña vitícola, sobre todo teniendo en cuenta que generalmente la familiarización con Borgoña proviene inicialmente de la relación con las botellas y sus etiquetas. Las actuales cifras de coste al público de los vinos de Borgoña, constituyen la más amplia horquilla de precios de todas la zonas de producción del mundo. Con todo el riesgo que suponen semejantes generalizaciones, pueden establecerse los siguientes segmentos de precio: los vinos de las A.O.C regionales pueden oscilar entre 6 y 30 euros; a partir de esa cifra, se asciende hasta cerca de 60 euros que supondría la gama de precios de los A.O.C municipales con climat simple. De 60 hasta aproximadamente 300 euros, se estaría en la gama media de precios de los A.O.C municipales de climat Premiers Crus. Desde esta última cifra, hasta posiblemente 1.800 euros, estarían comprendidos los diferentes vinos clasificados como Grands Crus. Todo ello dependiendo naturalmente del nombre de las casas elaboradoras, de su prestigio, del caché de las firmas, de si el vino procede de négociants o propietarios, del viñedo de origen, de la cosecha y, por encima de todo, del mercado. Borgoña es sin duda la región de producción que ofrece las individualidades y el conjunto de mejores vinos blancos secos del mundo, todos ellos muy diferentes según la región de producción, el viñedo y la firma elaboradora; desta- 32 cando, a título de ejemplo en Chablis: Chablis Grand Cru. En Côte Beaune: Bâtard-Montranchet, Bienvenues-Bâtard. Montranchet, Chevalier-Montranchet, Corton-Charlemagne, Criots-Bâtard-Montranchet, Montranchet, Chassagne-Montranchet y Meursault. El Mâconnais sorprende con sus Pouilly-Fuissé, PouillyVinzelles y Pouilly-Loché. Entre los vinos rojos deben destacarse los siguientes: Chambertin, CharmesChambertin, Clos des Lambrays, Clos de Vougeot, Corton, Échezeaux, Grands Échezeaux, Griotte Chambertin, La Grande Rue, La Tâche, Latricières-Chambertin, Mazis-Chambertin, Richebourg, La Romanée, Romanée-Conti, RomanéeSaint-Vivant y Ruchottes-Chambertin. La amplísima gama de precios, el millar largo de A.O.C. y la multiparcelación con vinificaciones individualizadas que ofrece Borgoña, produce gran diversidad de vinos, siendo la región de producción que consigue mayor diversificación pero sin perder de vista las notables individualidades que aporta incluso entre los vinos de sus A.O.C. regionales. Pero es a partir de las A.O.C. municipales (Communales) cuando se aprecia mayor singularidad; climats simples y Premiers Crus muestran su hondura, su profundidad de viña, los misterios de sus terroirs. En Borgoña –y con los borgoñas– se comprende el factor determinante de los terrenos y también de las distintas formas de cuidar la viña y de vinificar. En las denominaciones de Côtes de Nuits y Côtes de Beaune, sólo se elabora con dos variedades de uva: chardonnay y pinot-noir, por lo que los vinos son monovarietales; sin embargo, la multiplicidad de terroir, climats, Premiers Crus y Grands Crus, logran un efecto multiplicador sublime e infinito. Borgoña no, Borgoñas. Tras una primavera muy lluviosa, que favoreció el corrimiento de la flor, el principio del verano fue frío. Después vino un tiempo caluroso y seco, desde el 15 de agosto hasta finales de septiembre. La maduración fue ejemplar: contenido alto de azúcares y una acidez excelente. Estado sanitario perfecto. Cantidades medias. La Tâche se vendimió los días 25 y 26 de septiembre con un tiempo nublado pero seco. Se embotelló en abril de 2001. 16.640 botellas. Vino equilibrado, completo, fino y elegante dentro de una materia muy densa. Gran potencial. Muy buena añada. 33 Condiciones atmosféricas caóticas. Frío, calor y lluvia se sucedieron a lo largo de todo el año. Una larga oleada de calor en agosto produjo la maduración, pero también, dio lugar a tensiones hídricas en los suelos menos profundos. Fuertes lluvias desde finales de agosto a principios de septiembre, después muy buen tiempo, seco, en el que el viento del Sur mantuvo el calor permanentemente. Uvas sanas, sin ninguna descomposición, madurez excelente, alta acidez. La Tâche se vendimió el 20 de septiembre con un tiempo muy bueno. 15.266 botellas. El vino está todavía cerrado y requiere sin duda un envejecimiento. La primavera fue mediocre, pero se dio una floración rápida que prometía buena cantidad y maduración equilibrada. Las fuertes lluvias de finales de agosto angustiaron a los viticultores, pero contrarrestaron los efectos de un período muy seco a comienzos de septiembre. El viento del Norte concentró los azúcares y la acidez otorgando su estilo a la añada. La vendimia de La Tâche se realizó el 2 y el 3 de octubre con un tiempo despejado y frío. 28.373 botellas. Vino forjado por el viento del Norte, pleno, completo, potente y estructurado, con aromas muy puros, tiene un gran potencial, comparable al de 1996. Nariz característica de la añada en la que encontramos un lado ligeramente vegetal que anuncia un potencial de mantenimiento excepcional. 34 35 El año vio varios temporales: un primavera extraordinariamente húmeda y una oleada de calor excepcional en agosto, la lluvia regresó a principios de septiembre y la botrytis asomaba la cabeza. El tiempo seco durante los 2 ó 3 días de vendimia, incluida la de La Tâche del 1 al 3 de octubre, afortunadamente se volvió contra la podredumbre, después, el 5 de octubre, llegó una tormenta que le hizo resurgir y fue necesario doblar el esfuerzo de clasificación para las viñas que quedaban por vendimiar. 21.118 botellas. Añada que ha producido vinos más destacados por su finura y pureza de textura, que por su potencia o su estructura. La primavera, lluviosa, hizo necesario defenderse en el ámbito de la opción biológica -que es la nuestra-, contra los ataques más violentos del mildiu que se han sufrido desde hace mucho tiempo. Este contratiempo se superó, tiempo bueno y caluroso en julio y agosto. Lluvias beneficiosas a principios de septiembre, después buen tiempo... y de nuevo la lluvia. Afortunadamente la piel de las uvas, cuya resistencia se forjó por las dificultades de la primavera, resistieron a la botritis y se recogió una cosecha en excelente estado bajo un cielo azul. La Tâche se vendimió los días 27 y 28 de septiembre con un tiempo muy bueno. La producción alcanza las 17.971 botellas. La Tâche puede ser el más impresionante de todos los vinos del 95, con una cierta severidad, detrás una explosión de frutas tipo cereza negra. Gran futuro. Bonita añada. El vino tiene un vestido profundo, elevada pureza de expresión, muy expresivo al olfato y tánico en boca. Añada para guardar con un alto potencial. 36 37 Los del año 91 han sufrido por estar precedidos de unos grandes y seductores 90. Las condiciones climáticas fueron favorables a comienzos de la primavera a pesar de algunas pequeñas heladas en la parte baja de la Tâche y de la Romanée-Saint-Vivant. Mucha lluvia en mayo tras la que llegó el buen tiempo, seco y caluroso, hasta septiembre. Grandes lluvias a mediados de septiembre, después volvió el sol hasta finales de la vendimia. La Tâche se recolectó el 5 y 6 de octubre en condiciones meteorológicas perfectas. 17.137 botellas. La Tâche 1991 es un gran clásico. Vestido profundo. Nariz típica de la Tâche: champiñón, maleza, regaliz. Concentración y elegancia en boca. 38 Condiciones climáticas ejemplares: brotación precoz, floración ligeramente rociada a principios de junio, lo que provocó un corrimiento beneficioso. Tiempo sublime todo el verano con algunas tormentas bien situadas para proporcionar el agua necesaria a una maduración extrema. Nada de lluvia en septiembre. La Tâche se vendimia el 25 y 26 de septiembre con un tiempo genial. 24.071 botellas. La Tâche 1990, ya de por si seductora, todavía tiene que desarrollarse. En nariz se aprecia el cuero y el regaliz. Concentración e intensidad de bouquet. La fruta es opulenta, pero la estructura tánica se mantiene perceptible e impresionante. 39 Primavera lluviosa, floración muy precoz debido al tiempo frío, lo que causó un fuerte corrimiento. El verano fue lo suficientemente seco salvo algunos días de bochorno en agosto. Algunas lluvias en septiembre. Muy buen tiempo para todas las vendimias. La añada de 1988 fue creada por el viento del Norte que sopló durante todo el verano, lo cual concentró los azúcares y la acidez y dio lugar a unas pieles espesas, llenas de taninos, que emergieron plenamente en la vinificación. La Tâche se recoge los días 22 y 23 de septiembre. 20.532 botellas. La Tâche se vendimia el 26 y 27 de septiembre. 20.137 botellas. La Tâche 1989 presenta una lenta evolución en botella. En nariz el vino es abierto y sensual. En boca los taninos están aún cerrados. Ganará, si no se bebe, como mínimo hasta el 2005. 40 El vino se mantiene opulento en nariz, la boca es todavía severa y serían necesarios unos años más en botella. 41 Excelentes condiciones climáticas a lo largo de todo el año. Desafortunadamente un fuerte granizo golpeó el viñedo el 15 de agosto. El sol y calor regresaron de pronto después del granizo. Se intervino en las viñas para mejorar las partes afectadas. La recuperación de la viña y la maduración propiciaron unas condiciones excepcionales. Grandes concentraciones de azúcares. Los del 71 están entre los vinos con mayor empuje jamás conseguidos en el Domaine. Producción de 17753 botellas. Una añada de placer. Todavía se tiene una impresión de juventud y concentración, mucho dulzor y encanto. La Tâche 71 está lista para beber en el 2002: es un vino que quiere seducir. 42 Pº HABANA, 11-1º. 28036 MADRID TEL.: 91 411 32 19 • FAX: 91 563 97 10 fundacion@culturadelvino.com www.culturadelvino.com