EDITORIAL LA GUERRA Y EL PROGRESO MEDICO Los mas optimistas aceptan que la guerra del 14 trajo como consecuencia ciertos progresos medicos y, sohre todo, qul rnrg icos, J' citan como ejemplos los nuevos metod os de curacion de las heridas pur media de la tecnica rle Dakin, las liga(lnras in tracapsnlares de Kikusi, las sutu ras arter-ia les circula res de Carrel, etc" etc . Y no es posible nesrar qne estes adelautos terapeuticos, asi como el mejor conocimiento de much as entidades patologicas, como el "tifus exantematico' tueron posibles en la oporrunidad de aquel gran evento tragico que d io ocasion 3 Ia experirnentacion en gr3nde escala , ... Pero si tenernos en cnerrta que muchos de aqueIlos resultados que hoy nos pa recen sorprendentes, y que podriamos hacer pesa r del Iado de los pOtOS beneficios que In guerra consigo trae, tuvieron realmente su origc'n en doctriuas y experiencias de la paz, que a guerra no hizo sino hacer urgente Ia aplicacion en grande escala de conocimientos adquiridos de antemano en la tranquiIid ad de los Iahoratorios de invest.igacion de Ia epoca inmediatamente anterior, telldremos que rest3r aun buena parte de los meritos atribuidos a 13 guerra en el progl'eso medico. Acaso los nuevos metodos antisepticos no se debiel'on a los esttrdios experimentales (le 'Wright? No comenzaron acaso los estudios de Carrel con su tesis de grado, muy .anterioe a la guerra'! i, Y los seguros metodos de l~xtraccion de proyectiles no se dellieroll aca.so a las tecnicas radiologicas que surgieron con Roengten? (.Y si nos espanta el formidallie nluuero de l11uertos de la primera. guerra lllundial, acaso podria predecirse su mortandad 5i antes que ella no hubiera habiclo un Pasteur? Quienes atribuyen a ]a guerra una inflllencia clirecta en el conacimiento de las localizaciones cerebrales y de la fisiologia ner\'iosa en general, no se dan cuenta de que el camino de las bala~ pOI' entre la encrucijada nerviosa del cerebro 0 la medula no merecia ser seguido pOl' el ojo estudioso en mas de tres ocasiones para Volumen IX, NQ 4, octubre, 1940, 245 cada trayectoria, y la criminalidad ordinaria de los paises en paz daba de si mas que suficiente material para estos estudios. , " j Qu{~ cruel Inutilidad la de millones de craneos destrozados por Ta me trafla desde e1 punto de vista de la.sexperirnenta.cion tisiologica [..., Si hay a1gl111aspecto en e1 cual J13ya de concederse a Ia guerra a lguna iufluencia en el progreso de Ia medicina, este concierne a los Iimites de la medicina mifitar, rama medica que, a l fin y al cabo, no tend ria razon de ser si la cultura humana hubiera logrado dotal' al hombre de la sensatez suficiente para eliminar In guerra . Y aun en el campo de la medicina militar, no se puede acr'e(lita~' el rigor dlsciplf nai-io con la consecucion de muchos progresos. Del Iado de la higiene venereologica, pOI' ejemplo, sou compa rables acaf;O los resultados obtenidos en los ejercitos ell campaira con los que muestran los paises en paz con las campaiias de publicidad d(' la post-guerra '! l Pueden acaso parangonarse los resultados de la higiene de los ejercitos con la reglamentacio n adecuada de la ]Jrostitnci6n en tiempos de paz? Y acaso pueden llama rse adqu isiciol1es de imlwl't<llIcia para In patologia el eonocimiento de ciertos sinchomes de guerrn, como In "histerin de ],as trincheras", el "shell shock", la "bnl'l)e(l \\'ir'e disease"'! , , ., Estos fenomenos nne\'os por 8U pa togen in accideutal, no son a1 fin y al cabo sino la confirmacion de la histel'ia masculina, ya conocida de antemano, desde los tiempos de Charcot, y nt!'ilmhles importancia especial en e1 conocimiento de las neUl'osis seria 10 mismo que Mlrsela n In "histeria de indemnizacion", a[eccion de la paz y tall moderna como ],as legislariones socialcs de 1<:1 postguerra. Los grandes pl'Ogresos medicos (Ie los liltimos \'eiute aiios estan demostral1fl0 a las claras que la humanidad no necesita de In guerra para segnir victoriosa eu el camino hacia la couquiSt::l (Ie la enfermedad. Uno de .Jos grandes deSCllbl'imielitos IlH'dicos III 0' dernos, las sulfanilamidas, cuya im]lortanria muchos escritoJ'es medicos han compara(lo a los descnbl'imientos pastel'ianos. nn('i(\ de la tranquilidad espiritual de un mundo en paz, Como Ull c011snel0 menor, cuando yan terminado su labor dev,astadol'a, los ;jinetes apocali piicoslHI ~ snrgiJ'tlll tal \'t·z COllllll'oba- ciones extraidas de Ia triste experiencia: asi, despues de la gnel'l'a pasadf!, los' datos· estadisticos ·comprobal'on' como el hambre de los Revista 246 de 1a Facnltad de )ledicina. pa ises de la Europa Central, habia producido una franca mejeria de los diabeticos . . .. Del mal, el menos! .... Cuando aun quedan ante In Medicina Tluiversal grandes preblemas que pill en solucion de urgencia, cuando aun no conocemos la etiologia del cancer, ni tenemos medios de supl iI' la energia del corazou, n i un tratamiento curative de la diabetes, cuando restan aun enf'ermedades intecciosas flue, como la para] isis infantil, Ia ciencia humnna no ha podido a uu veneer, los mel! icos de la tragicu epoca actual tendremos flue sufr-i r con paciencia Ia sequin de las fnentes -Ie Minerva .... porque las bombas que ahora Uneven las nubes, las mismas que mancha.n con sangre infantil e1 pavimento, esta II haciendo temblar los cimientos del 'I'emplo de La Investigacion ..... Y por SllS ambitos cunde nn gran fr·agor de vidrios rotos .... Francisco , [~ Gnecco Mo<:o