! ! 13.1)% Proceso% de% desamortización% y% cambios% agrarios.% Las% peculiaridades% de% la% incorporación% de% España% a% la% revolución% industrial.% Modernización% de% las% infraestructuras:% El% impacto% del% ferrocarril.% Transformaciones%económicas.% % La evolución de la economía española a lo largo del siglo XIX puede considerarse lenta. La agricultura sigue siendo la principal actividad económica, su retraso es considerable respecto a las agriculturas europeas más avanzadas. A finales de siglo conviven dos mundos muy diferentes: unas pocas áreas industrializadas y un inmenso interior agrario. Las causas de este retraso son: 1. Condiciones geográficas adversas: dificultan las comunicaciones, recomendando el trasporte interior y por tanto, impidiendo la aparición de un mercado nacional. 2. Escasez y dispersión geográfica de materias primas y de fuentes de energía. 3. Lento crecimiento demográfico: supone una falta de mano de obra industrial. Además con tendencia a emigrar a América o a las ciudades. 4. Pérdida de las colonias americanas: y con ellas de un mercado donde vender manufacturas y comprar materias primas baratas. 5. Falta de dinero para invertir en el sector industrial: se prefiere la deuda pública y la propiedad de la tierra, puesta en venta con las desamortizaciones. La burguesía española (excepto la catalana) se caracteriza por ser rentista y terrateniente. 1! ! ACADEMIA!C.A.E.!–!www.academiacae.com!3!info@academiacae.com!Telf.!91.501.36.88!–!C/Cavanilles,!11!–!1ª!28007!Madrid! ! ! 6. Libre competencia que hace aumentar los impuestos: es impedida por un Estado proteccionista. Unos dos tercios de la población activa estaban empleados en la agricultura. Pero la desigual distribución de la tierra, la ausencia de innovaciones tecnológicas y los bajos rendimientos agrícolas hacían necesario adoptar medidas en el sector agrícola. Una de estas medidas será la desamortización, en la que la propiedad de la tierra estaba en gran medida en manos de la nobleza, la Iglesia y los municipios. La desamortización consistía en que el Estado se hacía cargo de los gastos o ventas del culto y el clero. Se desarrolló a partir de 1837, en dos fases: La desamortización de Mendizábal: se produjo durante la regencia de María Cristina. Fundamentalmente se buscaba limpiar a Hacienda, financiar la guerra civil y ganar seguidores para la causa liberal. Consistía en la venta por subasta de las tierras expropiadas a la Iglesia, por lo que se la conoce también como “desamortización eclesiástica”. La desamortización de Madoz: se inició durante el bienio progresista e incluía las tierras de la Iglesia aún no vendidas y las de las propiedades municipales. Se pretendían hacer construcciones para modernizar la economía con los ingresos obtenidos. Las consecuencias de las desamortizaciones fueron: -El cultivo en grandes extensiones de tierra: Los principales compradores fueron las clases medias urbanas que se enriquecieron y diversificaron sus patrimonios. -La roturación de la propiedad municipal empobreció a los ayuntamientos: no favoreció al campesino y creó una oligarquía agraria que ejercería el poder político y económico durante largo tiempo. 2! ! ACADEMIA!C.A.E.!–!www.academiacae.com!3!info@academiacae.com!Telf.!91.501.36.88!–!C/Cavanilles,!11!–!1ª!28007!Madrid! ! ! -descenso de la agricultura tradicional: provoca el surgimiento de una agricultura más moderna basada en el cultivo de frutales y productos de regadío en el litoral mediterráneo. La Revolución industrial española fue tardía e incompleta. Se inició a partir de 1840, en el reinado de Isabel II, coincidiendo con una fase de expansión de la economía mundial y con una relativa estabilidad política. Además del escaso papel de la agricultura hay que señalar otros factores del retraso: • La inexistencia de una burguesía financiera: prefería inversiones a corto plazo o en sectores industriales que generen dinero rápido, como el ferrocarril. • La dependencia financiera del exterior. El capital extranjero invirtió en España. • Escasez de carbón y materias primas. • Falta de coherencia en las políticas económicas de los partidos políticos. Cataluña fue la única zona donde la industrialización se originó a partir de capitales autóctonos, aunque predominó la empresa de tamaño mediano. El sector algodonero fue el más dinámico, y los aranceles se protegieron contra los mercados ingleses y belgas. La inexistencia de buen carbón y de demanda suficiente explica el desarrollo dificultoso de la industria siderúrgica en: Málaga: se basaba en la explotación del hierro. Asturias: basada en la riqueza de carbón de la zona, aunque no era de gran calidad. Bilbao: exportaba hierro y compraba carbón galés, más caro, pero de mejor calidad y más rentable. La minería: en España era rica en reservas de hierro, plomo, cobre, cinc y mercurio. Aunque 3! ! ACADEMIA!C.A.E.!–!www.academiacae.com!3!info@academiacae.com!Telf.!91.501.36.88!–!C/Cavanilles,!11!–!1ª!28007!Madrid! ! ! fueron sobre todo compañías extranjeras las que se hicieron cargo de la explotación minera. Es importante en este desarrollo la “ley de bases sobre minas de 1868”. El comercio: aumentó considerablemente en volumen a lo largo del siglo XIX. Hay que destacar también la reforma de la Hacienda pública de 1845 y la implantación de la peseta como moneda oficial en 1868. El Ferrocarril: la primera línea se construyó en 1848: Barcelona-Mataró, pero la fiebre constructora se desencadenó a partir de la ley general de Ferrocarriles de 1855. Las causas son el apoyo del Estado, inversión en dinero y a la aportación de capitales nacionales. ! ! ! 4! ! ACADEMIA!C.A.E.!–!www.academiacae.com!3!info@academiacae.com!Telf.!91.501.36.88!–!C/Cavanilles,!11!–!1ª!28007!Madrid!