Revista SIDEME. Número 6. Octubre-Diciembre, 2010 EL DERECHO MÉDICO Y DE LA SALUD. UNA NUEVA CONCEPTUALIZACIÓN ACORDE A LA EVOLUCIÓN DE LA RELACIÓN DERECHO-MEDICINA. Francisco Miranda Suárez 1, Director y Profesor l Diplomado en Responsabilidad Médica – Derecho Médico y de la Salud, Facultad de Derecho Universidad Diego Portales, Santiago, Chile. Dirección de contacto: fmiranda@medilex.cl INTRODUCCION La relevancia de las cuestiones a que dan origen conceptos tales como los derechos y deberes de los pacientes, consentimiento informado, el inicio y fin de la vida humana, la responsabilidad profesional médica e institucional en la atención de salud, los medios alternos de solución de conflictos en salud, la investigación y experimentación científica, el desarrollo y aplicación del genoma humano y del ADN, junto con la manipulación genética y la seguridad del paciente, entre otras, se hace evidente en los últimos años, generando la necesidad de conocer y profundizar los conocimientos, estudios y análisis de estas materias, consideradas recientemente como pertenecientes a una nueva rama de derecho, conocida tradicionalmente como Derecho Médico y asimismo denominada por otros Derecho Sanitario o Derecho de la Salud. Se trata de una nueva forma de abordar jurídicamente las consecuencias del desarrollo, aplicación y práctica de las ciencias de la Salud en el ser humano, rama que surge producto de una convergencia entre la Medicina y el Derecho. No cabe duda que la atención de salud, institucional o profesional, en sus ámbitos público o privado, como la investigación clínica y los avances en Medicina, buscan beneficiar a los pacientes, dando cumplimiento a los deberes y principios emanados de la Bioética, pero en la hora actual dichos actos comprenden una combinación compleja de procesos, tecnologías e interacciones humanas, frente a las cuales el Derecho no ha podido permanecer ajeno. Es así como a lo largo de años, estas interrelaciones que se generanen el ámbito de la salud, viene siendo objeto de un conjunto de normas y regulaciones que constituyen, sin duda, una rama del Derecho con características definitorias de muy amplio espectro, ámbito en el cual la Doctrina y la Jurisprudencia realizan asimismo aportes relevantes, definiendo el alcance y contenido de derechos y deberes, criterios y estándares, que con el devenir del tiempo suelen plasmarse en nuevas normas. Si bien las normas aplicables en ésta área, que conforma un complejo diferenciado de relaciones, existían en nuestros ordenamientos jurídicos, ellas han adquirido particular notoriedad a partir del desarrollo y evolución de la denominada responsabilidad médica, profesional o institucional, y las tendencias en materia de derechos de los pacientes, 1 Revista SIDEME. Número 6. Octubre-Diciembre, 2010 como asimismo últimamente en el marco de la denominada Seguridad del Paciente, y sus estrategias, principios, métodos y normativas destinadas a prevenir la ocurrencia de eventos adversos y sus consecuencias dañosas. Pero reducir todo el conjunto denormas aplicables a la atención de salud sólo al ámbito de los eventos adversos y a la denominada judicialización de la medicina, es desconocer la verdadera esencia de esta rama específica del Derecho y su evolución. La justificación de la existencia de esta rama del Derecho, que hemos dado en denominar Derecho Médico y de la Salud, entendido en una concepción amplia, proviene del hecho que en el ámbito de la atención en salud y la medicina, nos encontramos con un complejo de relaciones sociales e interacciones, claramente diferenciados de otras relaciones en sociedad, en el cual convergen, como señalamos, el Derecho y la Medicina, la primera encargada de regular las relaciones entre los miembros de la comunidad y la otra de velar por su salud y bienestar, en amplio sentido. Los avances vertiginosos de la Medicina y de los procesos de atención en salud, van seguidos a veces no muy de cerca por el Derecho, que por tratarse de una ciencia cultural requiere de un proceso de decantación para establecer normas de comportamiento social. Pero en éstas últimas décadas ha debido aplicar su sabiduría no sólo para resolver problemas de ocurrencia reciente, sino aún esforzarse para precaver soluciones a futuro. Asuntos como la vida, y su principio y fin, la investigación en salud, la genética, entre otras materias, plantean a la Medicina y al Derecho el reto de una nueva definición, necesaria para actuar o dejar de hacerlo ante las posibilidades que brinda la ciencia. Las convergencias entre Derecho y Medicina se dan con diversas ramas del Derecho. Baste mencionar cómo ejemplo el derecho civil, en materias tan sensibles como el conceptos de persona: (principio y fin), capacidad mental, interdicción; contrato como fuente de obligaciones de los profesionales de salud, derechos y deberes, carácter de obligaciones de medio o resultado; vínculo de responsabilidad entre profesionales de salud y personas jurídicas (clínicas, centros médicos ) temas álgidos en un mundo cambiante, donde el ciudadano es más consciente que ayer de sus derechos como persona y de las obligaciones y responsabilidades profesionales del facultativo con el que contrata o de la entidad donde es atendido. En otros ámbitos, el derecho trata de dar respuestas oportunas, como aquellos problemas planteados por la tecnología, reproducción asistida, genética, eutanasia y otros, como señalamos. Tal como señala Castaño de Restrepo, desde hace varias décadas se ha ido imponiendo la necesidad de una profunda reflexión ética y jurídica acerca de las implicaciones de las diferentes actividades científico-investigativas y de otro orden, relacionadas con la determinación del origen, la evolución, la protección y la conservación de la vida y salud e integridad del ser humano, y por ende, dado el potencial beneficio para el hombre y el ecosistema, pero también de daño que pueden tener dichas actividades, “ha surgido la necesidad de regular jurídicamente las conductas, los procesos, las actividades, las profesiones y los oficios que puedan tener incidencia en la vida, salud e integridad de los seres humanos”.2 Señala ésta autora, que se discute si la parte del sistema jurídico que se dedica a la regulación de las conductas, procesos, actividades, condiciones, relaciones, productos, elementos, etc., pertinentes para la protección, conservación y mejoramiento de la vida humana y la salud y otros derechos fundamentales de los seres humanos, debe denominarse bioderecho, biolegislación, 2 Revista SIDEME. Número 6. Octubre-Diciembre, 2010 biojurídica, derecho biológico, derecho médico, derecho sanitario, derecho de la salud, etc. CONCEPTO DE DERECHO MEDICO Y DE LA SALUD Aunque expresiones tales como Derecho Médico, al igual que Droit Medical, Medical Law o Health Law, no resultan novedosas y se vienen utilizando por años, la primera dificultad que es posible encontrar al intentar conceptualizar esta rama del Derecho, es la de otorgar a ella un nombre que sea comprensivo de los diversos ámbitos o relaciones que la conforman. En este sentido, en la doctrina actual se habla muchas veces indistintamente de Derecho Médico, Derecho Sanitario o Derecho de la Salud, y no hay consenso en la denominación más adecuada. Algunos tendemos a considerar que por criterios de especificidad, algunas denominaciones corresponderían en realidad a subramas dentro de un ámbito más global como veremos. Lo cierto es que desde la década de 1960 se viene utilizado la expresión Derecho Médico, y a nivel mundial el mérito de su desarrollo se debe en gran parte a profesor Rafael Dierkens, quien desde la Facultad de Derecho de la Universidad Estatal de Ghent, en Bélgica, centró su interés en el estudio de diversos aspectos relacionados con esta área, y cuya visión de establecer una entidad o asociación que vinculase a profesionales de la Medicina y del Derecho, se plasmó en la fundación en 1967 de la Asociación Mundial de Derecho Médico. 3 En América Latina, la introducción del estudio sistemático de esta disciplina corresponde al profesor Genival Veloso de França, a partir de la publicación de su clásica obra Direito Médico en 1975 4 y sus extraordinarios aportes y publicaciones posteriores. Sin embargo la noción de Derecho Médico sigue hasta la fecha sin concitar amplio consenso, incluso en cuanto a las materias que conformarían su objeto y contenido y, en especial, la inclusión o no en esta rama de otras ramas disciplinas. Es así como algunos autores distinguen el Derecho Médico del Derecho Sanitario, consideran a la Bióetica y a la Medicina Legal como disciplinas afines, o sostienen que el Bioderecho es una disciplina diversa. En todo caso, es un esfuerzo por lograr un concepto más afín a las materias que hoy comprende esta rama del Derecho, es necesaria una referencia a las definiciones que es posible encontrar en la literatura, lo que además permite apreciar la evolución que el concepto ha tenido en el tiempo. Una definición de Derecho Médico considerada clásica, fue dada por René Savatier, quien señaló que comprendía “el estudio de las relaciones jurídicas donde está comprometido el médico”.5 La misión del Derecho Médico para este autor es garantizar a los médicos y a los enfermos las libertades e imponerles las obligaciones que nos permitan a todos beneficiarnos de una medicina más humana. Genival Veloso de França, lo define como “un conjunto de normas que una sociedad organizada elige para consubstanciar el derecho a la integridad corporal y a la vida”. 6 Romeo Casabona trata de superar el marco de lo estrictamente médico, si bien manteniendo el concepto de Derecho Médico, al definirlo como “la parte de ordenamiento jurídico referida al ejercicio de la profesión médica y, por asimilación, de otras profesiones sanitarias o no vinculadas directamente con la salud. 7 Varsi lo concibe a su vez como “una nueva forma de estudiar jurídicamente las consecuencias del desarrollo, aplicación y práctica de las ciencias de la salud en el ser humano”. 8 Como puede apreciarse, la idea matriz de éstas definiciones gira en torno a las normas jurídicas, y preceptos ético-morales, de carácter Público y Privado, que regulan la actividad del médico con motivo de su profesión, la relación jurídica médico-paciente y las consecuencias derivadas de ella, incluso estableciendo así los principios generales de la responsabilidad legal médica. Ahora bien, los ámbitos recién descritos son sólo un 3 Revista SIDEME. Número 6. Octubre-Diciembre, 2010 aspecto, aunque tal vez el más conocido, del objeto de estudio de esta disciplina, pero su campo de acción es mucho más amplio. En este sentido, en el marco de las V Jornadas de Responsabilidad Médica, organizadas por el Sindicato Médico del Uruguay y la Sociedad Iberoamericana de Derecho Médico, se propuso definir el Derecho Médico como “ la rama del Derecho que estudia las relaciones de los profesionales de la salud (médicos y no médicos) entre sí, con los usuarios de los servicios sanitarios (públicos y privados) con el sistema de salud y, de un modo más general, las relaciones entre las ciencias de la salud y la sociedad ”. 9 Este concepto considera tres vertientes del Derecho Médico, a saber, la responsabilidad profesional de los profesionales de la salud, abarcando la responsabilidad de las instituciones asistenciales y del Estado; la normativa sanitaria que comprendería al Derecho Sanitario propiamente dicho, y las respuestas jurídicas dadas a los avances biomédicos en el terreno doctrinario, legislativo y jurisprudencial, que muchos autores denominan Bioderecho. Asimismo, en procura de un concepto o categoría mucho más abarcador que el usualmente utilizado de Derecho Médico, que sobrepase la tradicional relación médicopaciente, se han incluido dentro de su objeto de estudio incluso las políticas sanitarias o acciones que pueden influir en el estado de salud de la población. En esta línea, se hanintentado algunas definiciones más comprensivas de dichas materias a partir del concepto de Derecho de la Salud, que comprendería el conjunto de disposiciones legales u otras, que reglamentan la promoción y protección de la salud, los servicios de salud, la distribución equitativa de los recursos disponibles y todo lo concerniente a los pacientes, prestatarios, establecimientos y organismos de financiamiento. El Derecho a la Salud abarcaría múltiples problemas relacionados con la salud humana, entre los que puede mencionarse los relativos a la protección medioambiental, la contaminación atmosférica, la contaminación de las aguas, el control y eliminación de desechos líquidos y sólidos, el control de la seguridad del agua y los alimentos, entre otros que van mucho más allá de la de por sí compleja relación paciente – servicios médicos, acciones dirigidas todas a propiciar y mantener un óptimo estado de salud.” Conforme a ello, el Derecho de la Salud se define como “ la rama del Derecho que regula las relaciones jurídicas que tienen por objeto la salud humana y su protección, entendida la salud como una actitud de armonía que abarca los estados de completo bienestar físico, mental y social, lograda en un medio ambiente que garantice la sostenibilidad de este equilibrio”.10 Algunos de estos aspectos dentro de nuestro ordenamientos jurídicos forman parte de la legislación ambiental o derecho ambiental, aunque otros tales como el control de la seguridad alimentaria por ejemplo, obedecen a materias reguladas en nuestros países por normativa especial del sector Salud. No concordamos con una definición tan comprensiva del derecho de la salud, aunque si estamos por la inclusión de algunas de esas materias en cuanto de aplican o dicen relación con el proceso de atención en salud, habida consideración que la esencia de ésta rama del Derecho, radica en nuestra opinión, en la necesidad de regulación de las interrelaciones que se producen en el proceso atención de salud – enfermedad y en las labores de promoción, prevención y rehabilitación de la salud, la investigación clínica y científica. En otros casos se prefiere utilizar una denominación conjunta de derecho médicosanitario, para evitar restricciones temáticas, como aquella propuesta por la tratadista María Patricia Castaño de Restrepo, para quien es“ la parte del sistema normativo jurídico, que regula tanto los hechos, relaciones, potestades, prerrogativas, derechos, obligaciones, conductas, actividades, profesiones, oficios pertinentes para procurar la protección, conservación y mejoramiento de la sanidad en general, muy especialmente la salud pública, la vida y salud humana, y de otros seres vivos, y el equilibrio biológico, ecológico, ambiental y la biodiversidad del universo; como también los conflictos y 4 Revista SIDEME. Número 6. Octubre-Diciembre, 2010 soluciones relacionados con estos temas y las distintas acciones jurídicas que se pueden emprender para lograr la protección de los derechos y asuntos involucrados, la aplicación de los procedimientos y consecuencias jurídicas previstas, a las personas individuales y colectivas, que realizan conductas socialmente útiles para estos fines, o que, por el contrario, incurren en conductas ilícitas que tienen incidencia negativa en la consecución de los mismos”.11 Resulta de interés el énfasis de esta definición en aquellos aspectos vinculados con el avance científico y los retos que ellos van poniendo a esta disciplina del Derecho, que siendo al igual que aquel, un fenómeno cultural, a veces de lenta evolución, no ha jugado un papel activo en relación con los avances científicos en el área de la salud ni en la forma cómo esos avances influyen, modelan e interfieren en las acciones en salud, frente a lo cual tiende a producirse un distanciamiento cada vez más profundo con las reglas del Derecho. Pero el Derecho no puede ignorar tales avances científicos y las evoluciones sociales y sociológicas, surgiendo conceptos tales como el Bioderecho, que los ha considerado dentro de su objeto, el cual abarcaría toda la actividad científica en el campo de la biomedicina. Veloso de França considera, en todo caso al Bioderecho como una sección o rama del Derecho Médico, señalando que aquel estaría más centrado en los requisitos jurídicos de protección a la dignidad humana y a las reglas de convivencia social enfocadas a la esfera de la bioética, que consideran la calidad de ser humano a partir de una visión ética y política. El Derecho Médico en tanto, se concentraría en el aspecto doctrinario y normativo de las relaciones humanas e institucionales en temas que involucran la vida y salud humanas y las condiciones de habitabilidad del medio ambiente.12 Para Veloso de França, una comprensión más acertada del Derecho Médico resulta más imperiosa a partir el momento en que en la hora actual se tornan cada vez más posibles ciertas manipulaciones en el campo de la ciencias biológicas que implican una reformulación y una adaptación de las regulaciones y derechos, tales como la protección contra investigaciones e intervenciones biológicas, o respecto de experiencias especulativas y maniobras reprobables en torno a la reproducción humana, desordenes genéticos, etc. Queda claro en todo caso, que el estudio de esta rama del Derecho requiere de un acercamiento y colaboración multidisciplinaria, desde el momento que en los temas que se refieren a la salud, a la vida, a los cuidados médicos, los aportes de la ciencia y de la práctica médica tienen una importancia crucial. Si bien el estudio de la mayoría de los problemas de esta área del Derecho han de ser abordados muchas veces de forma multidisciplinaria, ello no es sino la base necesaria para una conclusión final de orden jurídico, siendo el análisis jurídico indispensable por la relevancia de los problemas y de la diversidad de sus incidencias. En España y algunos países de Latinoamérica, se habla de “Derecho Sanitario”, entendiéndose comprensivo de las materias a que hemos hecho referencia. No obstante, el diverso significado que suele tener en distintos países la expresión “sanitario”,obra en contra de un consenso acerca de su utilización. En algunos casos se lo vincula con el conjunto de normas jurídicas que atañen a aquellos factores físicos, químicos, biológicos y sociales del entorno del hombre que pueden ejercer efectos significativos sobre la salud de la población, normativa que sirve de soporte a las disposiciones jurídicas relacionadas con las acciones de prevención y control, que tienen como finalidad la vigilancia del estado de salud de la población y el diseño de los planes de intervención necesarios para su mantenimiento. Se trataría como señalan algunos de una subrama del Derecho de la Salud, cuyo objeto es propiciar la salud de la población, mediante el control de los factores de riesgo para aquella, estableciendo disposiciones que garanticen las acciones de prevención y control epidemiológico. El Derecho Sanitario en consecuencia 5 Revista SIDEME. Número 6. Octubre-Diciembre, 2010 comprendería el conjunto de las acciones, disposiciones, normas y regulaciones del Estado para la Salud Pública, su fomento y protección. Todo lo expuesto nos lleva a concluir que en la hora actual la denominación que resulta más adecuada y comprensiva de esta área del Derecho, resulta ser la de Derecho Médico y de la Salud, que consideramos como “el conjunto de normas y principios aplicables a los hechos, relaciones, derechos y obligaciones de los profesionales, prestadores y aseguradores en salud , públicos y privados, como asimismo a los pacientes o beneficiarios en relación con la protección, conservación, recuperación y restablecimiento de la salud, a la investigación clínica y científica, a la seguridad clínica, a los conflictos, sus medios de solución y a las acciones, consecuencias jurídicas y responsabilidades derivadas de los daños que se causen”. Bajo este concepto se comprenderán en consecuencia las normas y principios relacionados con los fundamentos constitucionales y legales de la atención en salud, los seguros de salud, las responsabilidades civiles, penales, administrativas de los prestadores institucionales o profesionales en salud, los medios alternos de solución de conflictos, los derechos de los pacientes, la documentación clínica, la seguridad del paciente como objetivo de la prevención y gestión de riesgos, la investigación y experimentación científica, el desarrollo y aplicación del genoma humano y del ADN, junto con la manipulación genética, entre otras materias. No tenemos la pretensión alguna de lograr una unificación de criterios en relación con éste concepto ni acerca del ámbito y contenido de esta rama del Derecho, ni menos que exista una posición pacífica y menos unánime frente a este concepto. Tampoco pretendemos considerar que esta área del Derecho es patrimonio de los juristas, pues tal como hemos dicho, ha sido la convergencia entre Derecho y Medicina, la interrelación multidisciplinaria entre profesionales de ambas disciplinas, la que ha llevado al Derecho Médico y de la Salud a su desarrollo en la hora presente. En este sentido no cabe sino reconocer el notable, continuo y fructífero aporte en particular de los profesionales y tratadistas de la Medicina Legal, disciplina afín al Derecho Médico y de la Salud, habiéndose precisamente éste desarrollado en muchos países a partir de aquella. No obstante el gran Profesor Veloso de França, destacada figura de la Medicina Legal y precursor del Derecho Médico, ha reconocido la relevancia y amplitud de las materias que éste abarca, planteando la necesidad de la creación de un derecho autónomo e independiente, pudiendo, inclusive, ser una materia dictada en los cursos de Medicina y de Derecho, como disciplina distinta de la Medicina Legal, la cual quedaría encargada de la técnica pericial forense. Esa convergencia e interrelación entre los profesionales del Derecho y la Medicina seguirá dándose y enriqueciendo esta disciplina, pues la multiplicidad y complejidad de los temas que hoy forman parte de su contenido, - y que ameritaron esta revisión de la denominación que ofrecemos-, como asimismo su evolución y su desarrollo futuro no será posible sino a partir de esa visión conjunta. LOS DESAFIOS FUTUROS DEL DERECHO MEDICO Y DE LA SALUD. El Derecho Médico y de la Salud ha dejado de centrarse definitivamente en las cuestiones de responsabilidad profesional por mal praxis y ha asumido algunas de las cuestiones que Drummond caracteriza como propias del fin de “era” de una medicina basada en las enseñanzas hipocráticas, cuando sostiene que “ está creciendo una cultura de mayor exigencia de atención a la salud, y con ella, por ejemplo, los pacientes están cada vez menos “pasivos”, y rechazan muchas veces seguir las prescripciones médicas; asimismo se están elaborando más leyes que limitan la autonomía médica y más legisladores que, cada vez más, consideran necesario “proteger” a los pacientes de 6 Revista SIDEME. Número 6. Octubre-Diciembre, 2010 determinadas investigaciones médicas, más interesadas en el propio progreso científico que en el bienestar de la población, como así lo percibe ésta”. 13 En este sentido anota que el incremento de la investigación científica en biotecnología es hoy responsable de cerca del 85% de todas las innovaciones en salud, principalmente en la producción de vacunas, antibióticos y productos que ofrecen nuevas perspectivas para enfermedades tipo Alzheimer, neoplasias, parkinson, diabetes etc. Existe una considerable cantidad de situaciones nuevas que exigirán respuestas y soluciones al Derecho Médico y de la Salud, en particular en relación con la biotecnología, avances e investigación científica. Asimismo la cada vez mayor inversión, desarrollo y aplicación de la tecnología médica, sumado a la institucionalización de la atención de salud, que van generando una mayor complejidad y riesgos de ésta, causa una errónea percepción en las personas, surgiendo una obsesión en la sociedad contemporánea, que Drummond denomina “la utopía de la salud y el cuerpo perfecto”. 14 A eso agregamos la idea actual de que no hay enfermedad que sea incurable. Lo cierto es que tal como ha dicho Edward Golub, si no entendemos los límites de la ciencia y de la medicina, planteamos demandas irracionales que sólo pueden desembocar en frustración y desencanto, agregando que “terapias agresivas de escasos resultados son aplicadas al mismo ritmo que las exitosas. El sistema parece estar fuera de control y todos los segmentos de la sociedad se culpan entre sí La triste realidad es que, si hay un elemento de verdad en esa letanía, todos somos culpables, por habernos dejado arrastrar a creer en promesas y expectativas milagrosas por parte de la medicina científica. Los científicos han prometido curaciones maravillosas como resultado de la investigación básica, los médicos han prometido postergar la muerte y eliminar el sufrimiento con la especialización y tecnología de punta, la industria farmacéutica advierte que si merman sus beneficios cesará la producción de nuevas drogas salvavidas, la prensa informa sin pausa de nuevos milagros en este campo y los pacientes los presionan a todos con desesperada necesidad de creerles”. 15 Todos estos elementos han condicionado los problemas más urgentes de la atención de salud actual: el alto costo de la tecnología, el surgimiento de nuevas técnicas y procedimientos no exentos de riesgos, el encarnizamiento terapéutico, la burocratización de los procedimientos por influencia de los seguros de salud o las regulaciones de la autoridad, el surgimiento de la medicina defensiva, la deshumanización profesional, el deterioro de la relación médico paciente y, por ende, el creciente número de procesos judiciales derivado de la ocurrencia de eventos adversos muchas veces previsibles y evitables. Como hemos dicho antes, la Medicina actual es víctima de una extraordinaria paradoja: vive un momento estelar en su evolución, con una extraordinaria transformación, pues ya no se contenta con contemplar el fenómeno de la enfermedad y procurar la sanación del paciente, sino que ha pasado a ser una medicina activa, que busca intervenir y actuar rápidamente frente a la enfermedad, apoyada por un extraordinario conjunto de medios tecnológicos, conjugados todo en un esquema de rápida toma de decisiones, en que a veces con la misma celeridad con que se impone un tratamiento o técnica, se la declara obsoleta. Pero quizás nunca antes los actores en el ámbito de la Medicina y la Salud habían estado tan expuestos y enfrentados a la problemática de los riesgos médico jurídicos, y a la amenaza de acciones judiciales y de 7 Revista SIDEME. Número 6. Octubre-Diciembre, 2010 un evento patrimonial adverso, al cuestionamiento ético y público en relación con la investigación científica y experimentación, manipulación genética, etc. como en nuestros días. En gran parte, el escenario actual es provocado por los propios agentes que actúan en la medicina, quienes generalmente no alcanzan a comprender que en la sociedad actual no basta con estar al día y perfeccionarse continuamente en cuanto a nuevas técnicas o el uso de medios tecnológicos o desarrollar más y más investigación, más y más avances científicos. Los profesionales que se desempeñan en éstas áreas, las entidades de salud y, en fin, todos los actores y partícipes de ella, deben entender que su actividad se da en un esquema de relación jurídica con el paciente o beneficiario de una acción de salud o partícipe de una investigación, todos ellos poseedores de una serie de derechos, manifestación de su dignidad de ser humano. Conocimiento científico, uso de medios tecnológicos de punta, una relación clínica adecuada e informada, como asimismo un marcado énfasis en la seguridad de las diversas actividades en Salud y de investigación, son los pilares en que descansará el ejercicio de la Medicina y atención en Salud, y la ausencia, ignorancia o desprecio de uno cualquiera de ellos habrán de ser los elementos detonadores de una intervención cada vez mayor del Derecho, a través de su rama específica, el Derecho Médico y de la Salud. Lo cierto es que la tarea del Derecho Médico y de la Salud es de gran trascendencia, puesto que se debe ubicar en el contexto de la mutación de nuestra cultura. Es asimismo una tarea muy delicada ya que una regla de Derecho puede llegar a limitar el derecho del ser humano a la autodeterminación, restringiendo la libertad terapéutica del médico, o bien, frenar la investigación y el progreso científico. Delicada además en cuanto se refiere a aspectos tan cruciales como la vida, la salud, los cuidados médicos, la integridad física, etc. 16 Pero no sólo hay tareas y desafíos para el Derecho Médico y de la Salud en los aspectos relacionados con el avance científico e investigación, tales como aquellas materias relacionadas con la procreación asistida, el genoma humano, la clonación, la experimentación clínica, manipulación y terapia génica. Otros aspectos tales como la seguridad del paciente y sistemas obligatorios de reporte de eventos adversos, confidencialidad, disponibilidad y protección de la información relativa a la salud de las personas y registros electrónicos, la telemedicina, la discusión acerca de la adopción de criterios objetivos o sin culpa aplicables en la atención de salud y sus daños o secuelas, el uso de baremos y valorización del daño corporal, la despenalización del acto profesional en salud, los medios alternos de solución de conflictos, las voluntades anticipadas o testamento vital, etc. Sólo el tiempo dirá en definitiva como ha respondido el Derecho Médico y de la Salud a estas cuestiones y en general a los avances de la Medicina y la atención en salud. 1 Abogado, Universidad de Chile, Magíster en Derecho de la Empresa, Universidad Católica de Chile. Director de Sociedad Iberoamericana de Derecho Médico, miembro activo de la American Society for Health Risk Management y de la Asociación Española de Gestión de Riesgos Sanitarios, Académico en Derecho Médico y de la Salud y Gestión de Riesgos en Atención de Salud y Seguridad en Paciente, conferencista y autor de diversos artículos y publicaciones. 8 Revista SIDEME. Número 6. Octubre-Diciembre, 2010 2 Castaño de Restrepo, María Patricia. Derecho Médico-Sanitario (I) Actualidad, Tendencias y Retos. Edit. Universidad del Rosario, Bogotá, 2008, pág.12 3 Desde su fundación, los principales objetivos de la World Association for Medical Law, han sido: promover el estudio y discusión de los cuestiones relacionados con el Derecho Médico y sus posibles soluciones, de forma beneficiosa para la humanidad; promover el estudio de las consecuencias de los avances de la medicina y sus ciencias relacionadas, y alentar la investigación y desarrollo del Derecho Médico y campos relacionados, entre otros. 4 Veloso de Franca, Genival. Direito Médico. 8ª Edición, Revisada y Aumentada, BYK, Fondo Editorial, San Pablo, 2003. 5 citado por Yepes Restrepo, Sergio. La Responsabilidad ´Civil Médica, Biblioteca Jurídica Dike, Medellín, Colombia, 5ª Ed, 2002, pág. 17 6 Citado por Drummond, José Geraldo, en A Evoluçao Do Direito Médico No Brasil, Revista De Direito Médico e da Saúde, Editora Gráfica Rápida, Recife, Año I Nº 2, Abril, 2005; 78-90. 7 Romeo Casabona, Carlos. El Derecho Médico: su evolución en España, en Romeo Casabona, Carlos (coord.): Derecho biomédico y bioética. Ed. Comares, Granada, 1998; 1-28. 8 Varsi Rospigliosi, Enrique, Derecho Médico Peruano. Ed. Universidad de Lima, Fondo de Desarrollo Editorial, Lima, 2001. 9 V Jornadas de Responsabilidad Médica. Sindicato Médico del Uruguay- Sociedad Iberoamericana de Derecho Médico. Montevideo Uruguay, Editora Unimontes, Montes Claros, Brasil, 2002 10 Gonzalez Diaz, Carlos. En torno a una definición sobre el Derecho de la Salud. Educación Médica Superior V.19 Nº4, Ciudad de la Habana, Oct.-Dic. 2005 11 Castaño de Restrepo, María Patricia. Derecho Médico-Sanitario (I) Actualidad, tendencias y retos. Edit. Universidad del Rosario, Bogotá, 2008, pág.15 12 Veloso de Franca, Genival. Direito Médico. 8ª Edición, Revisada y Aumentada, BYK, Fondo Editorial, San Pablo, 2003, pág. 16 13 Drummond, José Geraldo, Conferencia Inaugural, en Castaño de Restrepo Castaño de Restrepo, María Patricia. Derecho Médico-Sanitario (I) Actualidad, Tendencias y Retos. Edit. Universidad del Rosario, Bogotá, 2008;28-35 14 Drummond, José Geraldo. El Derecho Médico en Iberoamérica: Evolución y Perspectivas. Revista Sideme. Número 5. Julio-Septiembre, 2010, edición electrónica en www.sideme.org 15 Golub, Edward S, Los Limites de la Medicina, Editorial Andrés Bello, 1996, Santiago, Chile, pág. 261 16 Dierkens, Rafael, Visión Actual del Derecho Médico, en Cuadernos Jurídicos 2, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad Central de Chile, Santiago, Chile, 2000; 27-31 9