Educación a distancia: la labor de convencimiento que todavía falta Alberto Salvador Ortiz Sánchez normalistatlaxcala@hotmail.com Licenciatura en Derecho Facultad de Derecho. Estudiar a distancia es una gran oportunidad. Una experiencia sumamente interesante. Ofrece la oportunidad de conocer a más personas y hace vivir la esperanza de un futuro mejor. Todos los que conocemos este sistema y que día a día aprendemos de nuestros compañeros y profesores, sabemos los bemoles que implica este tipo de actividad. Hemos conocido la gracia de obtener buenos resultados y no pocas veces el desánimo o desconcierto. En ocasiones, aunque tengamos la sana pretensión de planear nuestra vida, no del todo podemos lograrlo. En lo personal, me siento ante una franca intranquilidad: Si la comunidad que está aquí, sabemos del sistema y lo difundimos ¿cómo continuar la labor de convencimiento que llegue a más personas para fortalecer este sistema y a nuestra Universidad? El camino es duro, pero no falto de resultados y alegrías por venir. Ante todo, considero, está convencerse a uno mismo que ha tomado el camino que le conviene. La formación profesional nunca estará de sobra en un mundo que a veces hace apologías de que aquellos que no tienen una cierta educación formal, llegan más lejos. En realidad, todos los seres humanos hacemos enormes sacrificios. No hay actividad humana (salvo el delito) que no implique trabajo y fuerza para forjar un futuro mejor. El artista pop del momento, aunque llegue a tener millonarias ganancias, tiene que pasar largas temporadas alejado de su familia y aquellos que quiere; el deportista exitoso lo llega a ser no solo con base en mercadotecnia o publicidad, sino que debe trabajar o entrenar cada día para tener el nivel que su práctica deportiva le exige; el actor de televisión o cine no solo basa su vida en el glamour, si es responsable, siempre estará perfeccionando su técnica de trabajo, tendrá una carrera limpia y de apego con el público que le ve y admira. Cada actividad humana tiene su grado de complejidad y cada ser humano sacrifica algo de sí en pos de ese destino venturoso que busca. Bien se dice que si las cosas fueran gratuitas o regaladas, nadie tendría la necesidad de trabajar. Agregaría otra frase importante: lo que cuesta dinero, vale poco. Todos nosotros podemos dar cuenta de experiencias buenas y malas respecto a nuestro entorno: podemos encontrar compañeros que tienen el absoluto respaldo de su familia, sus amistades y sus compañeras y compañeros de trabajo. Podremos encontrar a su vez colegas que ha pesar de las limitaciones y los serios problemas que enfrentan cada día, nos ponen el ejemplo al ser los primeros en la plataforma, al estudiar el doble y obtener los mejores resultados. Y no pocos encontraremos que han dejado el camino y han decidido seguir con otros proyectos por las más diversas circunstancias. De todo este cúmulo de experiencias, todas importantes, me alimento cada día para seguir adelante. Retomo mi pregunta inicial: ¿cómo continuar la labor de convencimiento que llegue a más personas para fortalecer este sistema y a nuestra Universidad? ¿Cómo decirle a la gente que nos rodea que este sistema realmente vale la pena? Primero, apunté que uno mismo debe estar convencido de ello, de que el esfuerzo, vale la pena. A continuación, hilaré algunas ideas que bien pueden resultar utópicas o de ensueño, demasiado buenas cuando tenemos un medio social que aún no se convence del todo sobre la pertinencia del sistema a distancia. Este ejercicio de exposición, aun cuando fuera utópico, quizá tenga en sus consideraciones alguna idea que pueda sembrar en usted que lee o escucha. Si puedo lograr al menos sembrar esa semilla sencilla pero quizá importante (el tiempo lo determinará), entonces me doy por bien servido. Apuntaría entonces, que tales ideas optimistas deben tener en su contenido el impulso genuino de demostrar una actitud de ánimo, de servicio auténtico a los demás, mucha fe (más allá de consideraciones dogmáticas) y especialmente el hecho de rendir cuentas ante nosotros mismos y los que nos rodean. Creo que se trata de demostrar que hay un respaldo concreto de la Universidad hacia nosotros y de nosotros hacia nuestra Universidad. Pareciera ser algo subjetivo, pero quizá sea totalmente cierto aquel dicho de que la amabilidad, la sonrisa y la actitud de vida, logra muchos cambios que uno nunca imagina. Poner los conocimientos y las habilidades que vamos desarrollando al servicio de nuestra gente, el auténtico servicio social (no sólo el que debemos cumplir como requisito de titulación) con toda seguridad nos abrirá muchas puertas. La prueba real, concreta, de que estamos recibiendo una oportunidad de construir nuestro conocimiento pues nunca dejamos de aprender, es la llave que nos ayudará a obtener múltiples logros: convencernos a nosotros mismos de que sí se puede seguir adelante, a pesar de los obstáculos que encontramos; tener el respaldo de la gente más cercana que nos conoce a base de la prueba del trabajo y la dedicación a nuestra profesión y estos propósitos, se concatenan en algunos más grandes, como el engrandecimiento de nuestra Universidad como baluarte de la educación pública por el pueblo y para el pueblo (más allá de la retórica) y el desarrollo de nuestro país. El compromiso es grande y el tiempo cada vez es menos. Lo que he vertido en esta oportunidad, son al menos, unas ideas. Gracias.