CAPITULO IV EVOLUCIÓN Y TRANSFORMACIÓN MORFOLÓGICAS Los cambios que sufrieron las diversas formas de las palabras al pasar del latín al castellano, se explican por diversos factores: algunos obedecen a leyes fonéticas y otros a leyes morfológicas. También hay que tener en cuenta que cua ndo se habla de “leyes” no debe entenderse en el sentido estricto y matemático como las interpretamos hoy, sino más bien, como tendencias o aproximaciones; es decir, se trata de leyes, pero muy flexibles y condicionadas por ciertas circunstancias. En algunos casos predomina la tendencia analógica del romance, que se expresa en el uso de preposiciones y artículos en la flexión nominal, en el empleo de los auxiliares haber y ser en la conjugación de verbos o en la sustitución de terminaciones y desinencias átonas del latín por otras tónicas. En otras situaciones, se manifiesta la tendencia a diferenciar morfológicamente funciones diversas. La fonética puede hacer que se confundan formas de función distinta; por ejemplo, amen y amet del latín dan una forma común en el castellano “yo ame, él ame”. Sin embargo, a veces se crea la diferenciación, como en las formas tu es, ille est que se confundirían fonéticamente, pero se produce la diferenciación con la forma tu eris, ille est (tú eres, él es). lxxv 1. EL SUSTANTIVO 1.1 LAS DECLINACIONES En el latín clásico había cinco declinaciones y dentro de ellas se incluían todos los nombres o sustantivos. El latín vulgar redujo a tres las declinaciones de la siguiente forma: 1.1.1 Primera declinación Constituida por nombres castellanos terminados en a: a) En a de la primera declinación latina. Ej. Rosam: rosa b) De la quinta declinación latina cambiaron la terminación ies por ia. Ej: diem: día. c) Los neutros plurales de la segunda declinación que pasaron al género femenino y número singular. Ej: signa: seña, pigmenta: pimienta. d) Los neutros grecolatinos de la tercera declinación terminados en ma. Ej.: cima. e) Algunos de la tercera declinación latina que cambiaron de género y de declinación. Ej.: capitia (en lugar de caput-itis): cabeza; pantia (por pantexicis): panza; púlica (en vez de pulex-icis): pulga. 1.1.2 Segunda declinación Formada por nombres castellanos acabados en o: a) Sustantivos masculinos y neutros de la segunda declinación latina. Ej.: lobo de lupus, hierro de ferrum, oro de aurum, huerto de hortus. b) Nombres de la cuarta declinación (masculinos, femeninos y neutros). Ej.: cuerno de cornu, fruto de fructus. c) Nombres neutros de la tercera declinación latina acabados en us, que se convirtieron en masculinos. Ej.: corpus: cuerpo. lxxvi 1.1.3 Tercera declinación Abarca nombres castellanos terminados en consonante y en e: a) Nombres de la tercera declinación latina. Ej.: virtud de virtutem; flor de florem; sermón de sermonem; virgen de virginem. b) Algunos nombres de la quinta declinación. Ej.: fe de fidem, haz de faciem. 1.2 LOS CASOS LATINOS En el latín clásico los sustantivos tenían seis casos: nominativo, vocativo, genitivo, acusativo, dativo y ablativo. En el latín vulgar se redujeron a dos casos: el nominativo o caso del sujeto y el acusativo o caso del objeto. Las desinencias de los casos se sustituyen en el latín vulgar y en las lenguas romances por preposiciones como: de, a, para, con, en, por, sin, sobre, tras. El acusativo es un caso frecuente en el latín vulgar y la inmensa mayoría de sustantivos y adjetivos del castellano provienen del acusativo latino. El acusativo singular en latín de las tres declinaciones termina en m, la cual se pierde en la pronunciación y en el paso al castellano. Acusativo latino Nombre en castellano amicu (m) amigo spina (m) espina servu (m) siervo gente (m) gente metu (m) miedo die (m) día lxxvii El acusativo plural de las cinco declinaciones es el más parecido a los plurales del castellano. Acusativo latino Nombre en castellano Hortos Huertos Fructus Frutos Amicos Amigos Herbas Hierbas Gentes Gentes Captivos Cautivos Planities Planicies Cursus Cursos Aves Aves visus vistas Algunos sustantivos tienen su origen en otros casos: del nominativo proceden buho de bubo-onis, Carlos de Carolus-i, Dios de Deus-i, Maestre de magíster-tri, Marcos de Marcus-i; del genitivo se derivan martes de martis, jueves de jovis, viernes de veneris. 1.3 LOS NÚMEROS El español como el latín tienen dos números para los sustantivos; singular y plural. El plural se forma añadiendo una s, cuando el singular termina en vocal átona (niño, niños; rosa, rosas; hombre, hombres; bolsa, bolsas); y si el singular termina en vocal tónica o en consonante se agrega es para la formación del plural (león, leones; jabalí, jabalíes, dios, dioses). lxxviii 1.4 LOS GÉNEROS En el latín clásico los nombres o sustantivos se clasificaban en tres géneros: masculino, femenino y neutro; sin embargo, en el latín vulgar desapareció el neutro, pasando los nombres que tenían dicho género a ser masculinos o femeninos. En español se mantienen dos géneros: masculino y femenino. En el castellano la a final es la característica de los sustantivos femeninos. Ej.: María, fosa, rana, perra, arboleda, casa, sierra, mesa. Constituyen excepciones: el sustantivo día, los cultos (poeta, profeta, patriarca) y los eruditos en ma de origen griego (anagrama, cima), los cuales son de género masculino. Son masculinos los sustantivos acabados en o (procedentes de la segunda, de la tercera y de la cuarta declinación). Ejs.: templo de templum, hielo de gelu, siervo de servus, pueblo de populus, frío de frigus, miedo de metus. El sustantivo mano, por excepción, es femenino. Hay una serie de sustantivos terminados en consonante, o en vocal e, que pueden ser de género masculino o femenino; éstos proceden de la tercera declinación cuyo acusativo termina en –em, donde a veces se pierde la e y en otros casos se conserva. Ejs.: la virtud de virtutem, el rey de regem, la humanidad de humanitatem, el hombre de hominem, la madre de matrem, el padre de patrem, el autor de auctorem, el león de leonem. 2. EL ADJETIVO. Adjetivo viene de ad-jectus que significa agregado o yuxtapuesto. La evolución morfológica del adjetivo se determina por las diversas caras como puede verse: lxxix 2.1 ADJETIVOS EN GRADO POSITIVO En latín hay adjetivos de tres terminaciones que corresponden a los tres géneros y se declinan por los modelos de la primera y segunda declinaciones. Ejs.: bonus bona-bonum: bueno; Niger-nigra-nigrum: negro; tener-tenera-tenerum: tierno. Hay también adjetivos que se declinan por los modelos de la tercera declinación y se presentan con tres terminaciones, dos terminaciones y una sola terminación. Ejs.: saluber-bris-bre: saludable; dulcis -e: dulce; audax, cis: audaz. El género neutro de los adjetivos se pierde al igual como sucedió con los sustantivos. Los adjetivos de tres terminaciones pasaron con dos: la de masculino en o y la del femenino en a. Ejs.: bueno, buena; negro, negra. Los adjetivos que tenían dos terminaciones, pasaron con una sola en consonante o en vocal e. Ejs.: breve de brevis -e; útil de útilis-e; fuerte de fortis-e; fiel de fidelis-e. 2.2 ADJETIVOS EN GRADO COMPARATIVO El castellano conservó del latín la formación de los comparativos de igualdad (tam...quam) y de inferioridad (minus..quam), sustituyendo sólo en los de igualdad el adverbio quam por la conjunción como. Ej.: Julio es tan sabio como Roberto; Lucio es menos prudente que Silvia. En el comparativo de superioridad el castellano reemplazó la forma sintética en ior (brevior) por la perífrasis magis...quam) (magis brevis quam). Conservamos cuatro formaciones sintéticas: mayor (maiorem), menor (minorem), mejor (meliorem), peor (peiorem). lxxx 2.3 ADJETIVOS EN GRADO SUPERLATIVO El superlativo tenía en latín una forma sintética que añadía a la raíz de la palabra los sufijos issimus-issima-issimum; o rimus, rima-rimum para los adjetivos terminados en er. Ejs.: fortis-e (fuerte) fortíssimus-fortíssima-fortíssimun; integergra-grum = intergerrimus-intergerrima-intergerrimum. Algunos adjetivos terminados en ilis formaban el superlativo en latín con las terminaciones limus -lima-limum. Ej.: facilis-e = facillimus-facillima-facillimun. Esas terminaciones del grado superlativo desaparecieron en voces populares y se conservaron en cultismos (felicísimo, paupérrimo, libérrimo, perfectísimo). El castellano prefirió formas analíticas, reemplazando las terminaciones del latín por los adverbios muy (para el superlativo absoluto) y más, de magis (para el superlativo relativo). Ejs.: Carlos era muy rudo; Nidia es la más alta de la sección “B”. 2.4 ADJETIVOS NUMERALES 2.4.1 Cardinales Todos los adjetivos cardinales del castellano se originan de las formas del latín. Ejs.: Latín Castellano Unus – una Uno, una Duos Dos Quinque Cinco Octo Ocho Decem Diez Quatuordecim Catorce lxxxi Latín Castellano Viginti Veinte Sexaginta Sesenta Nonaginta Noventa Centum Ciento, cien mille Mil 2.4.2 Ordinales Los adjetivos ordinales castellanos también se derivan del latín. Por cierto, que con frecuencia se utilizan inadecuadamente en muchas circunstancias y la causa radica en la ignorancia del latín. Latín Castellano Primarius Primero Secundus Segundo Tertiarius Tercero Quartus Cuarto Quintus Quinto Sextus Sexto Séptimus Séptimo Octavus Octavo Nonus, novenus Nono, noveno Décimus Décimo Undécimus Undécimo, onceno Duodécimus Duodécimo, doceno Décimus et tertius Décimotercio Décimus terciarius Decimotercero Décimus quartus Decimocuarto lxxxii Latín Castellano Vigéssimus Vigésimo Trigéssimus Trigésimo Quadragéssimus Cuadragésimo Quinquagéssimus Quincuagésimo Sexagéssimus Sexagésimo Septuagéssimus Septuagésimo Octogéssimus Octogésimo Nonagéssimus Nonagésimo Centéssimus Centésimo milléssimus Milésimo 2.5 DERIVACIONES DE LOS NUMERALES LATINOS Muchas palabras del castellano se han formado a partir de los numerales latinos; por consiguiente, para conocer la etimología de muchos vocablos se hace necesario recurrir al latín. Ejemplos: 2.5.1 Unus-una (un, una) - Uniforme (forma): de una sola forma. Ej.: cada equipo tiene su uniforme. - Unicornio (_, cornu, cuerno): un solo cuerno. Animal fabuloso con figura de caballo y con un cuerno recto en la mitad de la frente. 2.5.2 Bis (dos veces) - Bilingüe (lingua-ae: lengua): escrito en dos lenguas. - Binóculo (óculus-i: ojo): anteojo con lunetas para ambos ojos. - Bípedo (pes, pedis: pie): de dos pies. - Bisabuelo (avolus, diminutivo de avus: abuelo): dos veces abuelo. lxxxiii 2.5.3 Tres, tria (tres) - Tricolor (color-oris: color): de tres colores. - Triduo (dies-ei: día): lapso de tres días o ejercicios que se practican durante ellos. - Tridente (dens -dentis: diente): de tres dientes o puntas. - Trilátero (latus -eris: lado): de tres lados. 2.5.4 Quinque (cinco) - Quinquenio (annus-i: año): tiempo de cinco años. - Quinta (quintus -a-um): caserío campestre, cuyos habitantes solían pagar como renta la quinta parte de los frutos. 2.5.5 Octo (ocho) - Octogenario, a (octogenarius-a-um; de octogeni): de ochenta años. - Octosílabo, a (syllaba -ae: sílaba): de ocho sílabas. - Octubre (october-bris): el octavo mes del calendario romano y décimo del calendario actual. 2.5.6 Centum (ciento, cien) - Centenario, a (centenarius -a-um): persona de cien años de edad; tiempo de cien años; fiesta que se celebra de cien en cien años. - Centuria (centuria -ae; de centumviria: de vir, viri: varón, hombre): compañía de cien hombres o conjunto de cien años. - Centurión (centurio-onis): capitán que dirigía una centuria. 2.5.7 Mille (mil): milia (millar) - Milenio (annus-i: año): mil años. - Miliar (milliarius -a-um: referente a la milla): piedra o columna que marcaba la distancia de una milla o mil pasos. lxxxiv - Milla (milia passuum): milla, mil pasos. 2.5.8 Decem (diez) - Decenio (annus -i: año): período de tiempo de diez años. - Denario (denarius -ii: que contiene el número diez): moneda de plata que llevaba inscrito el número diez. - Diezmar (decimare: nombrar diez): sacar de algo la décima parte; en la guerra se usa la palabra para castigar o ejecutar una de cada diez personas, cuando son muchos los delincuentes o cuando no se conocen los verdaderos culpables y se encuentran entre muchos. 2.5.9 Duo, duae, duo (dos) - Duodeno, a (duodeni-ae-a): dodécimo. Se denomina así al primero de los intestinos delgados, por su longitud aproximada de doce dedos. - Duplicar (duplico-are: de plicare: plegar): doblar, hacer doble una cosa. - Duunviro (vir -iri: varón, hombre): nombre que se daba a cada uno de los dos magistrados de Roma. - Duelo (duellum-i; de bellum-i: guerra): pelea entre dos, precediendo desafío o reto. 3. EL PRONOMBRE Pronombre es una expresión latina (pro nómine) que significa “en lugar del nombre”; eso quiere decir que el pronombre sustituye o va en lugar del nombre o sustantivo. En cuanto a la evolución del pronombre, se observa que no siguió los mismos parámetros del sustantivo; la declinación de los pronombres, es cierto que se redujo, mas no se perdió totalmente. lxxxv 3.1 PRONOMBRES PERSONALES La derivación de las formas castellanas se produjo de la siguiente manera: 3.1.1 Formas del singular La forma Y0 viene de EGO que sufrió esta evolución; por abreviación en el latín vulgar, ego dio eo. La e de eo se diptongó en ie (ieo) y, por último, se contrajo, dando io, yo. Tú viene del latín tu; él, de ille; ella, de illa; ello, de illud. De los dativos mihi (en la primera persona ) y tibi (en la segunda persona) proceden mí y ti, que precedidas de la preposición correspondiente, se usan en el genitivo (de mí; de ti), en el dativo (a o para mí; a o para ti), en el acusativo (a mí, a ti) y en el ablativo (de, en, por, sin sobre, tras mí y ti). Cum-mecum y cum-tecum dieron origen a conmigo y contigo. Del acusativo latino me (en la primera persona) y te (en la segunda persona) vienen las formas átonas castellanas me y te, que se utilizan para el dativo y para el acusativo. Ejs.: te ví; me llamó; te doy un libro; me entregó un cuaderno. Los acusativos latinos illum, illam dieron los acusativos átonos del castellano lo y la respectivamente. Le (dativo masculino y femenino) procede del dativo latino illi, que también dio origen a se. El pronombre se, con carácter de dativo, va siempre acompañado de los acusativos lo, la (se lo, se la); estas vienen a ser formas evolucionadas de illi illud (li ello, li elo), illi ellam (li ella, li ela). 3.1.2 Formas del plural En la primera y segunda persona se mantuvieron las formas del nominativo y acusativo (nos, vos) para todos los casos. A partir del siglo XIV se agregó la palabra lxxxvi otros (de álateros, áuteros, otros): nos-otros, vos-otros. Desde fines de la Edad Media, vos se debilitó en os, para el dativo y el acusativo. Del acusativo latino illos, illas surgió ellos, ellas (para todos los casos) y los, las (para el acusativo); les, dativo masculino y femenino, viene del dativo latino illis. 3.2 PRONOMBRES REFLEXIVOS La forma castellana se (tercera persona) se origina del acusativo latino se; el dativo sibi dio sí; que con preposición se usa en todos los casos (de sí, para sí, a sí, en sí). Consigo viene de cum-secum. Las formas reflexivas de primera y segunda persona son los pronombres personales me y te. 3.3 PRONOMBRES POSESIVOS Se derivan todos del acusativo latino y tienen diferentes referencias: 3.3.1 Un solo poseedor y una sola cosa poseída: mío, mía; tuyo, tuya; suyo, suya. Proceden de meum, meam; tuum, tuam; suum, suam. De la misma forma tenemos en plural míos (meos), mías (meas), tuyos (tuos), tuyas (tuas), suyos (suos), suyas (suas). 3.3.2 Varios poseedores y una sola cosa poseída: nuestro (nostrum), nuestra (nostram), vuestro (vostrum en vez de vestrum). En plural, para indicar varios objetos poseídos, tenemos las formas nuestros (nostros), nuestras (nostras), vuestros (vostros), vuestras (vostras). 3.4 PRONOMBRES DEMOSTRATIVOS - Este, esta, esto: proceden del latín iste, ista, istud. - Estos, estas: vienen del latín istos, istas. - Ese, esa, eso: del latín ipse, ipsa, ipsum. lxxxvii - Esos, esas: del latín ipsos, ipsas. - Aquel, aquella, aquello: tienen su origen en eccum-ille, eccum-illa, eccumillud. - Aquellos, aquellas: proceden de eccum-illos, eccum-illas. Se puede observar que la graduación del castellano (este, ese, aquel) no es igual que en latín (hic, iste, ille). El demostrativo hic desapareció; sólo quedan vestigios en expresiones como hac nocte (anoche), hac hora (agora), hoc anno (hogaño), per hoc (pero). El significado de iste se transfirió a ipse. Finalmente, ille pasó precedido de eccum (procede de ecce). 3.5 PRONOMBRES RELATIVOS E INTERROGATIVOS El pronombre castellano indeclinable QUE procede del latín QUI. Quem dio origen a quien. El plural quienes se formó agregando es al singular. Del genitivo cijus adjetivado (cujus, cuja, cujum) vienen las formas cuyo, cuya, y por analogía, cuyos, cuyas. Finalmente, cual y cuales tienen su génesis en las palabras latinas qualem, quales. 3.6 PRONOMBRES INDEFINIDOS Pronombres Procedencia latina Alguien Aliquem Algo Aliquod Alguno Aliquem-unum Ninguno Nec-unum Cada uno Quisque -unum Nada Nata (plural de natum) Todo Totus lxxxviii Pronombres Procedencia latina Otro Álterum Cierto certus Los indefinidos cualquier, cualquiera, quienquiera, cualesquiera, quienesquiera se formaron de los relativos y el verbo querer. 4. EL VERBO El verbo del español tomó del verbo latino su estructuración general: voces, modos, tiempos, números y personas. El sistema de la conjugación latina permanece en el castellano de manera similar. Las cuatro conjugaciones del latín se redujeron a tres; de la voz pasiva sobrevive el participio (amado, oído, estudiado, querido); en cuanto a los tiempos, unos se han perdido, otros se han traspuesto, pero lo más destacado es que el romance castellano creó formas nuevas. El proceso analítico ha marcado su influencia en la evolución fonética del verbo. 4.1 VOCES En latín son dos voces sintéticas: activa y pasiva. En castellano la voz pasiva sintética desapareció con excepción del participio pasivo (amatum: amado; amatam: amada). Nuestra lengua utiliza este participio, precedido de las formas del verbo ser, para formar analíticamente la voz pasiva; soy amado, eres amado, somos amados. Los verbos deponentes latinos desaparecieron o se convirtieron en activos, al pasar al castellano. Ejs.: nascor y nasci dieron nazco y nacer; partior y partiri se convirtieron en parto y partir. lxxxix