rescate 22 / El Viejo Topo 296 /septiembre 2012 rescate Lord Russell El abuelo que saltó por una ventana y se largó a hacer la revolución por Pepe Gútierrez A unque no se pueda decir que Bertrand Russell haya sido tan maltratado como Sartre, no por ello deja de estar en las “listas negras” del pensamiento único. La imagen suya que “se vende” en los medios anula su parte airada. Se omite la parte final de su vida, la historia de aquel anciano que a sus noventa años se convirtió en uno de los portavoces más respetados de la izquierda en general, y de la contestataria en particular. La foto de Russell que actualmente llega “al mercado” tiene como mínimo una grosera deformación, y una amputación. En el primer caso por hacerse de él un anticomunista vulgar, rasgo que se incluye hasta en los bocetos biográficos más breves. Por el contrario, su actuación cuando en 1967 presidió el Tribunal Russell contra los crímenes de guerra perpetrados por el imperialismo norteamericano contra los pueblos de Vietnam, Laos y Camboya, desaparece por lo general hasta en los bocetos más desarrollados… En estos tiempos revueltos, Lord Russell pasó a ser uno de los activos más resonantes de la generación de los sesenta, sobre cuyas causas se pronunció con admiración y rotundidad. Y así fue reconocido por los jóvenes. De ahí que el momento de su fallecimiento, el día 2 de febrero de 1970, fuese un tiempo de luto para todos los que habían hecho suya la cultura de la protesta, sobre todo para los vietnamitas, que nuca olvidarían lo que Russell hizo por su causa. Aquel día y los siguientes se improvisaron numerosos actos de homenaje espontáneos aquí y allá. Personalmente, la memoria me lleva a uno lleno a re bosar en la Sorbonne, en París, y según me contaron por en tonces, en Barcelona y en plena clandestinidad se escenificó otro especialmente masivo en la Escuela Profesional del Clot. Por entonces, buena parte de sus libros, sobre todo los más inconformistas, eran asequibles en las ediciones de bolsillo1, y quien más y quien menos sabía que se trataba de un cierto arquetipo próximo al de Einstein. Alguien cuyas aportaciones obligan a una división amplia en la que habría que incluir, primeramente, su producción como filósofo y matemático, con lo que ya ocuparía un lugar en la historia de la cultura. Otro aspecto abarcaría sus aportes y posicionamiento como crítico social e intelectual libre y comprometido, en tanto que un tercero nos llevaría a su vertiente volteriana… A esto habría que añadir su faceta de escritor, autor de obras de diversos géneros: fue un muy discutido Nobel de Literatura en 1950, un terreno en el que sus aportaciones no son tan reconocidas. En los bocetos sencillos, se cuenta con mayor o menor detalle que Lord Russell era nieto del primer conde de Russell, sucedió a su hermano en el título en 1931. Se educó privadamente y en Trinity College, Cambridge, donde estudió matemáticas y ciencias morales, y fue nombrado “Fellow” en 1895. Realizó considerables aportaciones a las matemáticas. Alcanzó la celebridad por la forma con que intentó aplicar la claridad y la definición que admiraba en los razonamientos matemáticos a la solución de problemas en otros campos, en especial la ética y la política. A una vida intelectual atareadísima, Russell añadió el fervor y el celo activo de un reformador social, siem- El Viejo Topo 296 / septiembre 2012 / 23 rescate pre imbuido de humanismo y materialismo filosófico y, por Russell no dudó en enfrentarse a la opinión pública y a los principio, opuesto a todo dogmatismo (político, social o relipoderes establecidos por sus ideas. Así, por citar un ejemplo, gioso). Los movimientos en los que sus actividades causaron denunció la situación de la educación en los Estados Unidos, mayor efecto fueron la educación y el pacifismo. Dirigió una que puede ser medida por el hecho de que en 1940 un hombre escuela avanzada (“anarquista”, se dijo en la prensa conservade su talla fue declarado incapacitado para enseñar en el City dora) en Sussex de 1927 a 1932. Su propósito era impulsar el College de Nueva York a causa de su “actitud inmoral y lúbrica desarrollo de las facultades creadoras del hombre, y exigía la en relación con el sexo”. Un magistrado de la Corte Suprema total libertad de pensamiento y de palabra, con los que el del estado de Nueva York anulará su nominación, calificándola ámbito de su reforma educativa comprendía aspectos sociales, de intento de instalación de una “cátedra de indecencia”. El éticos y sexuales. También fue poco respeto que Russell manmiembro airado –“subversivo” tenía hacia las autoridades essegún la prensa “torie”– de la tablecidas fue una constante Durante la guerra fue encarcelado durante Cámara de los Lores, razones en su trayectoria. seis meses por sus opiniones pacifistas. por la cual era habitualmente Con su versátil y arrolladora tachado por la prensa reacpersonalidad, siempre actuó cionaria de “chalado” o “extracomo un personaje llamado vagante”. Ni que decir tiene Lord Russell, pero se permitió que sufrió numerosos problemas con la gente de orden por sus ser un Lord con un toque ácrata. Alguien que declaraba que no ideas, algunos de veces en los Estados Unidos, donde declaró estaba dispuesto a morir por una idea porque que idea podía que quien mandaba no era el parlamento sino los poderes estar equivocada. Sus opciones, pues, eran más propias de un ocultos, y citó la Banca Morgan. idealista escéptico que de alguien que combatía como parte de En 1894 contrajo su primer matrimonio, al que le seguirían un movimiento. tres más, el último a los ochenta años. En 1920 dirigirá una escuela experimental que causó un gran escándalo en la opinión Una revolución desconcertante pública conservadora. De todos y todas es reconocido que Afirmar que el testimonio de Bertrand Russell sobre la revoRussell fue desde siempre un defensor de los derechos de las lución rusa y el régimen soviético es un dictamen descalificamujeres, un activista solidario con las “sufragistas”, y un defentorio se ha convertido en un lugar común que se repite en los sor de todas las libertades, lo que se dice un librepensador. medios hasta la saciedad2. Sin embargo, una lectura detallada demuestra que se trata de Cuando no había cumplido todavía los treinta años, Russell deuna apreciación interesada, en primer lugar porque el suyo es jó toda su fortuna familiar a la causa que apoyaba. un testimonio muy circunstancial, el propio de un viaje preciAntes de la I Guerra Mundial, había completado su obra pitado, en base al cual Russell escribió su testimonio “como principal, Principia Mathematica, escrita con la colaboración todo el mundo”, un testimonio que se situó en una cierta equide Alfred N. Whitehead. Durante la guerra fue expulsado de su distancia entre los socialdemócratas que descalificaron el propuesto en el Trinity College de Cambridge por haber escrito ceso –como fue el caso de la señora del diputado Philip Snow folletos contra la conscripción y fue encarcelado durante seis den, enfadada por las incomodidades del periplo–, y quienes lo meses por sus opiniones pacifistas. Así pasó a ser portavoz del justificaron arguyendo que la crítica podía ser utilizada por los movimiento internacional contra la guerra, viajando por “tories”, lo cual, todo hay que decirlo, no era un argumento donde le dejaban y denunciando las atrocidades infligidas en menor, sobre todo considerando que Gran Bretaña fue la prinnombre de la Patria. Russell mantendrá integras sus posiciones cipal instigadora de la recomposición del ejército blanco –en hasta la víspera de la II Guerra Mundial, justificando entonces realidad, casi unas “brigadas internacionales” contrarrevolula lucha armada contra el nazi-fascismo. cionarias–, y no cesó en su empeño de derrocar el nuevo régiSu oposición radical a la Primera Guerra Mundial llevó a men hasta 1929. Segundo, porque dicho testimonio no resume Russell a evolucionar desde el liberalismo radical al anticapita–ni mucho menos– toda la evolución de Lord Russell sobre lo lismo. Desde entonces, no dudó que había sido este sistema el que podíamos llamar “la cuestión comunista”. Que tuvo diverprincipal responsable de aquella atroz matanza, así declaró sin sas fases. tapujos que “el actual sistema capitalista está condenado a La primera estuvo motivada por el entusiasmo; así escribió muerte”. Russell pensaba que algunos de los poderes del Estado en 1918: “El mundo es condenable. Los únicos puntos luminodebían ser reforzados, pero lo consideraba un mal necesario. 24 / El Viejo Topo 296 /septiembre 2012 rescate sos son Lenin y Trotsky“; y más adelante: “Cada vez crece más la esperanza en el mundo. Los bolcheviques me encantan, y perdono fácilmente que entrasen a saco en la Asamblea Constituyente, si esta se semejaba a nuestra Cámara de los Comunes... ¡Qué éxito el suyo!... Han suscitado la revuelta en Austria y Alemania, incluso han hecho pensar a algunos ingleses..., pero jamás harán pensar a Estados Unidos.” Su visita se produjo en el verano de 1920, cuando fue invitado como miembro no oficial de una importante delegación laborista. Permanecieron en Rusia desde el 19 de mayo hasta el 16 de junio, y llegaron en tal estado de entusiasmo, que cuando alcanzaron la frontera los delegados rompieron espontáneamente a cantar La Internacional y Bandera Roja. Viajaron de un lado a otro en trenes especiales, adornados con banderitas rojas, verdes ramas de árboles y profusión de divisas sobre la revolución mundial. Al no tener las obligaciones de la delegación oficial, pudo perderse por las calles, y tratar a la gente directamente. “La impresión general –dijo– es la de una actividad virtuosa y bien ordenada.” Desde su punto de vista, los bolcheviques se parecían bastante a los puritanos. La comparación acaso fuese un poco injusta para los últimos, pero debe recordarse que Russell abrigaba contra los puritanos todo el odio que solamente puede abrigar quien también sea puritano. “La forma soviética de Gobierno –dijo– es casi exactamente la misma, hasta el menor detalle, que la forma de Gobierno establecida en Inglaterra por Cromwell en el siglo XVII. Ambas pertenecían a una fase un tanto similar del desarrollo económico, con un sistema feudal en decadencia, una clase media gradualmente emergente y una población analfabeta en su mayoría. Y el Ejército Rojo era el equivalente del Ejército de Santos de Cromwell, mandado por hombres elegidos por la fuerza de su convicción en un credo”. Russell pudo entrevistarse con Trotsky (“Impresión muy napoleónica. Ojos brillantes, porte militar, inteligencia relampagueante, per sonalidad magnética. Excelente estampa, que me sorprendió. Debía de ser irresistible con las mujeres, y agradable amante mientras le durase la pasión. Percibí una veta de buen humor en tanto no se le contrariase de algún modo. Implacable, pero no cruel. Admirable cabello ondulado. Vanidad aún más grande que la apetencia de poder; la vanidad de un artista o un actor“) y con Lenin, quien desechó como una “sugerencia fantástica” que los laboristas pudieran llegar al socialismo por mayoría parlamentaria. Russell vio a Lenin en agudo contraste con Trotsky: “Nada en sus maneras o su porte sugiere al hombre que tiene el poder en sus manos. Mira escrutadoramente a su visitante, y tuerce un ojo.” En su largo relato, percibe que se trata de alguien “demasiado dogmático y estrechamente ortodoxo. Su fuerza procede, imagino, de su honradez, de su valor y de su resuelta fe –fe religiosa– en el evangelio marxista, que ocupa el lugar de la esperanza puesta en el paraíso por los mártires cristianos, excepto que es menos egoísta”. También aprecia en él “tan poco amor a la libertad como los cristianos que padecieron bajo Diocleciano y se vengaron cuando adquirieron el poder. Quizás el amor a la libertad sea incompatible con la absoluta creencia en una panacea para todos los males humanos…” Después del viaje, lord Russell procedió a escribir un análisis crítico con Practice and Theory of Bolshevism, una obra no especialmente considerada por los estudiosos, que pudo reim- En una marcha pacifista El Viejo Topo 296 /septiembre 2012 / 25 rescate decir de Isaac Deutscher– en ese tiempo los bolcheviques tuprimir virtualmente sin ninguna alteración en 19493. Su lectuvieron que quemar lo que antes adoraban, y adorar lo que ra deja claro que Russell no era tan antibolchevique; Russell antes quemaban. Russell carece de la perspectiva de Deutscher comienza diciendo: “La Revolución Rusa es uno de los grandes o de la de E.H. Carr, un conservador que trata de comprender. acontecimientos heroicos de la historia universal. Resulta Russell entendía sin más que “la oposición es aplastada sin pienatural compararla con la Revolución Francesa, pero es en readad, y sin retroceder ante los métodos de la policía zarista, lidad algo de importancia aún mayor. Ha hecho más por cammuchos de cuyos miembros son todavía empleados para realibiar la vida cotidiana y la estructura de la sociedad; y ha hecho zar su antiguo trabajo”. Después de lo que viera en la guerra, también más por cambiar las creencias de los hombres. La dejó de creer en la posibilidad –como admitiera en sus confediferencia entre ambas revoluciones puede ser ejemplificada rencias sobre Alemania en 1896– de que pudiera haber ventajas con la diferencia entre Marx y Rousseau; este último, senticompensatorias en el fervor que acompaña a una situación promental y blando, apelaba a la emoción y difuminaba los conpia de una ciudad sitiada. Su conclusión sería que: “Todo el que tornos demasiado agudos; el primero, sistemático como Hegel, crea, como yo, que el intelecto libre es el motor principal del lleno de recio contenido intelectual, apelaba a la necesidad progreso humano, no puede por menos de oponerse fundahistórica y al desarrollo técnico de la industria, y sugería una mentalmente al bolchevismo tanto como a la Iglesia de Roma... concepción de los seres humanos como muñecos en las garras Las esperanzas que inspira el comunismo son, en lo fundamende fuerzas materiales omnipotentes. El bolchevismo combina tal, tan admirables como las instiladas por el Sermón de la las características de la Revolución Francesa con las de la apaMontaña; pero se sustentan en el mismo fanatismo y son tan rición del Islam; y el resultado es algo radicalmente nuevo, que susceptibles como ellas de producir el mismo mal.” solamente puede ser comprendido mediante un esfuerzo de Tales concepciones estaban en línea con las que ya había imaginación paciente y apasionado”. expresado sobre el marxismo, Cierto es que su conclusión al que percibió como una for es la propia de alguien que ma de religión, y una religión defiende apasionadamente Su oposición radical a la Primera Guerra que, como el cristianismo, pounos criterios que le alejan de Mundial llevó a Russell a evolucionar desde día utilizarse para justificar la lo que aprecia en aquella Rusia el liberalismo radical al anticapitalismo. persecución. A su parecer, el a la que la guerra civil dejaría al marxismo hacía demasiado borde del abismo. Piensa que hincapié en las motivaciones la “la dictadura del proletariaeconómi cas, y no lo suficiente en la fuerza del nacionalismo, la do” no era una nueva forma de gobierno representativo. Inreligión, el orgullo y la apetencia de poder. Y reiteró que la clase sistía en que “dictadura” significaba “dictadura”, mientras que de so cialismo adecuado para Gran Bretaña no era el comunisla palabra “proletariado” se utilizaba “en un sentido pickwicmo, sino el socialismo gre mial o autonomía en la industria. kiano”, y significaba partido comunista”. Russell solamente vio Sus aireaciones de 1920 tienen un tono digamos “constructitendencias negativas por más que Lenin y los demás líderes, en vo” (“Rusia no está presta para ninguna forma de democracia, su opinión, tuvieran las mejores intenciones. Pensaba que la y necesita un Gobierno fuerte... En Rusia los métodos de los dirección que tomaba el joven estado soviético era la equivobolcheviques son probablemente más o menos inevitables”. cada. Obviamente, en esos momentos el estalinismo no existía, Este punto de vista se endurecerá en los años treinta y cuarensi bien se podía intuir su desarrollo. Empeñados en una lucha ta, pero cambiará con Jruschev. Son conocidos sus escritos en a vida o muerte, los bolcheviques no perciben lo que se está los que establece una equidistancia entre fascismo y comuniscociendo en un país atrasado, destrozado por dos guerras mo como el Escila y Caribdis de la época, o las notas redactasucesivas, atado a unas tradiciones que persistían bajo nuevas das a raíz de un nuevo viaje a la URSS, en 1943, en plena gueformas (como la del comunista capaz de morir por sus ideas rra mundial, si bien se suelen amalgamar siguiendo la pauta de pero que maltrata a su compañera), con una sociedad desartiel todo vale. Estos puntos de vista se vieron reforzado por lo culada ante la cual está creciendo un partido que se está conque más tarde significaría el estalinismo. Russell padeció lo virtiendo en Estado. que algunos definen como “estalinofobia”, y que explica que en En realidad, su testimonio no se diferencia del de otros viajeun discurso de 1948 en el salón de actos de Westminster Scholl, ros, sobre todo los de inclinación anarquista. El problema raditodavía dañado por los bombardeos nazis, sugirió amenazar a ca en interpretar una situación que no tenía nada que ver con Stalin con la bomba atómica.4 la que antecedió a la guerra civil (internacional), cuando –al 26 / El Viejo Topo 296 /septiembre 2012 rescate contemplé sus gestos comedidos, la manera de levantar la cabeza, con lo que su barba se dirigía directamente al público. Un hombre respetado y querido y totalmente en contacto y con pleno dominio de aquella gran masa de gente”, un acto en el que Lenin “se pasea entre la gente con toda confianza, como uno más, sin policías ni escolta”. Una imagen que no tiene nada que ver con la del “hombre de acero” de Stalin, que desde el orden establecido hay tanto empeño en imponer. Grabando para la BBC Aunque no se la suele citar, creo que no está de más recordar a Dora Russell, que realizó el mismo viaje, y que escribió una notable Autobiografía, subtitulada “Mi búsqueda de la libertad y del amor”5, que ofrece una visión más detallada y menos pretenciosa que la de Bertrand. Situada en la sombra del marido, Dora Russell, era por entonces una de las animadoras de la Liga Mundial para la Reforma Sexual y una de las portavoces del movimiento feminista inglés, de manera que su interés se centró especialmente en estos temas, por lo que tuvo diversos encuentros con Alexandra Kollontaï. Dora da cuenta de sus calurosos encuentros con John Reed, así como con Emma Goldman (con la que discrepó abiertamente sobre el destino de la revolución) y Alexander Berkman, a los que volvió a encontrar en Londres cuando estos hacían campaña contra los bolcheviques, punto en el que Dora manifiesta sus desacuerdos. Evoca en unas breves líneas un acto en el que “resonaban aplausos y gritos de `Lenin, tovarich Lenin´, se enlazaban los brazos a su alrededor y se le hacía avanzar con seguridad y con afecto hasta llegar al teatro. Allí, en cada pupitre había lo que acabaría siendo una característica de los congresos internacionales de este tipo: una gran carpeta imitación de piel (en aquel caso con una bandera roja grabada en la cubierta) llena de documentos e informes, un cuaderno y un lápiz… Luego habló Lenin. No sé qué dijo porque, en aquella ocasión, no podía esperar que alguien me susurrara la traducción; pero Un Tribunal Moral contra los crímenes de guerra. Después del holocausto de Hiroshima, Russell se preocupó por el problema de la bomba atómica, aunque un momento –efímero– de irracionalidad anticomunista –obviamente alimentada por la suma de barbaridades estalinianas– le llevará a tomar parte en el Congreso por la Libertad de la Cultura celebrado en Berlín en 1950; sin embargo tomó partido a favor del matrimonio Rosenberg y acusó públicamente al FBI de haberlos torturado, para desesperación del Estado Mayor del Servicio de Inteligencia. No fue el único que después de una primera colaboración, acabó denunciando la guerra de Corea, el macarthismo y todo lo demás, que no era poco De nuevo volverá a animar el movimiento pacifista en todos los terrenos, comprendidas las manifestaciones callejeras, las sentadas y las cárceles, evolucionando gradualmente hacia un izquierdismo que se cuestiona que exista democracia en Estados Unidos. En 1952 se casó con su cuarta mujer, Edith Finch. Este nuevo matrimonio coincide con una etapa animada por una rotunda nitidez política, sobre todo en la segunda mitad de los años sesenta. Tariq Ali, que entonces lo conoció muy de cerca, lo retrata así: “Su cuerpo parecía frágil, porque para entonces ya tenía noventa y tres años; pero hablaba con lucidez y la claridad de sus pensamientos era la más firme refutación de los oprobios lanzados contra su cabeza por los escribas mercenarios que lo calumniaban sin piedad. Su posición en la sociedad británica era prácticamente única. Al contrario que en Francia, el país natal de Russell se había esforzado por El Viejo Topo 296 /septiembre 2012 / 27 rescate evitar el nacimiento de una clase intelectual que no dependiera, de un modo u otro, del Estado. Escritores y filósofos han recibido por lo general un trato menos respetuoso en estas islas que en Europa. Russell destacaba entre todos los demás, tanto Bertrand Russell jugando en casa al ajedrez con su hijo John Conrad 28 / El Viejo Topo 296 /septiembre 2012 por la fuerza de su intelecto como, desde luego, por el hecho de haber sobrevivido a la mayoría de sus iguales. Sus escritos le habían dado un público internacional y era respetado en todos los continentes (aunque no por todos) como una persona profundamente humana y racional. Yo me había acercado a sus ensayos después de leer el libro sobre los peligros del conflicto nuclear y su intercambio de cartas con Kennedy, Jruschev y Nehru durante la crisis de los misiles de Cuba. Está claro que en muchas partes del Tercer Mundo donde se tachaba a Wilson de adulador de la Casa Blanca, los tonos inflexibles de Russell le permitían a uno explicar que en Reino Unido había otras voces…”6 En 1962, Russell intervino en la crisis de Cuba intercediendo entre rusos y norteamericanos para que llegaran a un acuerdo. También se manifestó como defensor de la revolución cubana contra el intervencionismo yankee. Luego fue uno de los principales animadores de la lucha contra la agresión norteamericana a Vietnam, lanzando en 1967 la propuesta de un Tribunal Internacional contra los crímenes de guerra presidido por él mismo, y que cuenta con el apoyo de la crema intelectual de la época de la mano, entre otros y otras, de Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir el biógrafo de Trotsky Isaac Deutscher, el luxemburguista italiano Lelio Basso, el dramaturgo judío sueco-húngaro Peter Weiss, el expresidente mexicano Lázaro Cárde nas que tanto había ayudado a la República y un largo etcétera que llega hasta colaboradores más rescate de base como los muovimientos juveniles e izquierdistas. of Peoples (Liga internacional por los derechos y libertades de Este Tribunal se encargó de investigar y evaluar la política los pueblos) y el Tribunal Permanente de los Pueblos. exterior estadounidense y la intervención militar que este país llevó a cabo en Vietnam tras la derrota de las fuerzas francesas Un cierto anarquismo en la Batalla de Dien Bien Phu en 1954 y la instauración de En el curso de su combate contra la I Guerra Mundial, Vietnam del Norte y del Sur. Bertrand Russell justificó la creaRussell confesó “un temperamento inclinado al anarquismo”. ción de este organismo, argumentando: “Si ciertos actos de vioMostró su rechazo “el excesivo poder del Estado”, donde creyó lación de tratados son crímenes, se trata de crímenes, sin ver “una de las principales causas de dolor en el mundo moimportar que los cometan Estados Unidos o Alemania. No derno”. Predijo igualmente que la nacionalización, o sustituestamos preparados para estipular una norma de conducta crición del empresario privado por el Estado, dejaría al trabajador minal contra otros que no estemos dispuestos a invocar contra individual con “casi tan poco control sobre su trabajo como nosotros. No hay que decir tiene en el presente”. El poder que, al carecer de un poder del funcionario, diría, “es un coercitivo real, el Tribunal peligro grande y creciente en el Viajaron de un lado a otro en trenes especiales, Russell fue objeto de chanzas, Estado moderno... La apetenadornados con banderitas rojas, verdes ramas y servidor recuerda haber oído cia de poder... es una motivade árboles y profusión de divisas sobre la unas cuantas, por ejemplo en ción extremadamente peligroTVE. Pero moralmente se consa, porque la única prueba revolución mundial. virtió en un referente de prisegura de poder consiste en mera magnitud para millares impedir a los demás que hagan que jóvenes que en todas partes, pero sobre todo en los lo que desean hacer”. Estados Unidos y Gran Bretaña, desafiaban a las autoridades En uno de sus libros más conocidos, Los caminos de la libercon toda clase manifestaciones. tad. Anarquismo y sindicalismo (www.antorcha.net/biblioteUna ayuda notable llegó gracias a la publicación del informe ca_virtual/politica/caminos/prefacio.html), terminado por Crímenes de guerra en Vietnam en 19667, cuando el Tribunal se Russell en abril de 1918, unos días antes de ser encarcelado, se constituyó en noviembre de 1966 en dos sesiones; una en dice en el capítulo V: “Llegamos ahora a tratar del poder ecoEstocolmo (Suecia) y otra en Copenhague (Dinamarca), con nómico del Estado y de la influencia que éste puede ejercer por una repercusión internacional muy fuerte. A pesar de que en medio de la burocracia. Los socialistas de Estado discuten los Estados Unidos fue ignorado y tachado de juicio previsible, como si no hubiese peligro alguno para la libertad dentro de un de inútil y sesgado, por parte de los medios adictos, de hecho, Estado que no estuviese basado en el capitalismo. Eso me paresu edición fue el inicio de una escalada de publicaciones de ce un perfecto error. Dado que habrá una clase social de funtodo tipo. Se puede decir que, solamente con la verdad y con la cionarios, sea cual sea el sistema de escogerlos, es inevitable conciencia, el Tribunal Russell marcó una inflexión en la histoque haya un grupo de hombres cuyos instintos les impulsen ria de la dignidad humana. Dignidad que Russell encontró hacia la tiranía”. Más tarde, en el prefacio a la tercera edición depositada principalmente en la resistencia del pueblo vietnainglesa (junio de 1948), añadía: “…Pero existen otros aspectos mita, y así lo expresó el propio Lord Russell en las palabras en que no estoy ya de acuerdo con la visión que tenía hace finales de su prólogo: “No esconderé cuánta admiración, cuántreinta años. …Los sistemas totalitarios de Alemania y de ta pasión me inspira el pueblo del Vietnam. Tenemos como Rusia, con sus enormes y deliberadas crueldades, me han llemisión descubrirlo todo, revelarlo todo. Tengo el convencivado a adoptar un punto de vista más oscuro que el que tenía miento de que no existe mayor homenaje a este pueblo que cuando era más joven, acerca de este problema: ¿donde irían a decir la verdad, fruto de una investigación profunda y rigurosa. parar los hombres si no existiese un fuerte control sobre sus Mientras pueda, este Tribunal ha de impedir que se cumpla el impulsos tiránicos?” crimen del silencio”. No obstante, sí Russell conoció alguna forma de militancia, Durante la sesión de clausura del Tribunal Russell II se anunfue en el partido laborista, eso sí, siempre situado en el sector ció la creación de tres nuevas instituciones: International más de izquierda. Trató con todos los dirigentes de este partido Foun dation for the Rights and Liberations of Peoples desde los tiempos de su fundador, el combativo Keir Hardie, (Fundación internacional por los derechos y libertades de los con el que se sintió muy identificado. Pero a mitad de los años pueblos), International League for the Rights and Liberations sesenta, en un gesto simbólico que dio la vuelta al mundo, El Viejo Topo 296 /septiembre 2012 / 29 rescate cuando el 12 de enero de 1991 presentó su dimisión como vicepresidente del Gobierno. Se presume que algo tan indigerible en estos pagos como una dimisión era en el fondo una imposición del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que al año siguiente le eximió de responsabilidad penal en un famoso caso de corrupción del que quedaría para la posteridad unas palabras de su hermano inculpado que son todo un manifiesto: “Estos –la derecha– se piensan que solamente ellos tienen derecho a enriquecerse”. Pues bien, en semejante tesitura, y después de Russell con su cuarta mujer, Edith Finch haber comulgado con todas las piedras de molino de la Transición, a rompió su viejo carné del partido en protesta por su complicidon Alfonso no se le ocurrió otra cosa que despedirse de su dad con la guerra de Vietnam. Había habido otras muchas ministerio con una carta en la que se reproducía íntegramente complicidades por parte del laborismo, sobre todo en la gesel prólogo de la Autobiografía de Russell, obra en tres volúmetión del totalitarismo imperialista (conceptos que no se utilines que concluyó poco antes de morir: zan por más que Hannah Arendt considera el imperialismo “Para lo que he vivido. Tres pasiones simples pero abrumacomo la madre de todos los to doramente intensas han gotalitarismos), pero consideró bernado mi vida: el ansia de que lo de la guerra del Vietnam amor, la búsqueda del conociEl Tribunal Russell marcó una inflexión en la (con la que la socialdemocracia miento y una insoportable historia de la dignidad humana. gobernante fue cómplice), era piedad por el sufrimiento de la gota que desbordaba el vaso. la humanidad. Estas tres paEn aquel momento Russell conocía una radicalidad que sesiones, como grandes vendavales, me han llevado de acá para guramente le había faltado antes. allá por una ruta cambiante sobre un profundo océano de Tariq Ali evoca que preguntó a Russell sobre si el “leader” angustias hasta el borde mismo de la desesperación. He buscalaborista Harold Wilson era el peor que había conocido, y su do el amor, primero éxtasis, porque comporta un éxtasis tan respuesta fue: “Wilson es un hombre pequeño e insignificante, grande que a menudo hubiera sacrificado el resto de mi exispero no el peor. Supongo que tencia por unas horas de este si tuviera que escoger, diría gozo. Lo he buscado, en segunque Ramsay MacDonald fue do lugar, porque alivia la soleTomó partido a favor del matrimonio espantoso, todavía oigo su dad, esa terrible soledad en que Rosenberg y acusó públicamente al FBI de horrible voz diciéndonos que una conciencia trémula se aso haberlos torturado. el socialismo se construiría ma al borde del mundo para «ladrillo a ladrillo». Un homotear el frío e insondable abisbre espantoso. Hay quien di mo sin vida. Lo he buscado, fice que un partido tiene el líder que se merece, no pienso que el nalmente, porque en la unión del amor he visto, en una miniaPartido Laborista mereciera a MacDonald ni a Wilson”. Parece tura mística, la visión anticipada del cielo que han imaginado evidente que de de haber llegado a conocer a Tony Blair, habría santos y poetas. Esto era lo que buscaba, y, aunque pudiera comprobado que todo resulta empeorable. parecer demasiado bueno para esta vida humana, esto es lo Esta actitud de Russell nos permite abordar una anécdota de que –al fin– he hallado. Con igual pasión he buscado el conociestos últimos tiempos protagonizada por Alfonso Guerra, miento. He deseado entender el corazón de los hombres. He 30 / El Viejo Topo 296 /septiembre 2012 rescate deseado saber por qué brillan las estrellas. Y he tratado de aprehender el poder pitagórico en virtud del cual el número domina al flujo. Algo de esto he logrado, aunque no mucho. El amor y el conocimiento, en la medida en que ambos eran posibles, me transportaban hacia el suelo. Pero siempre la piedad me hacía volver a la tierra. Resuena en mi corazón el eco de gritos de dolor. Niños hambrientos, víctimas torturada por opresores, ancianos desvalidos, carga odiosa para sus hijos, y todo un mundo de soledad, pobreza y dolor convierten en una burla lo que debería ser la existencia humana. Deseo ardientemente aliviar el mal, pero no puedo, yo también sufro. Ésta ha sido mi vida. La he hallado digna de vivirse, y con gusto volvería a vivirla si se me ofreciese la oportunidad“. El hecho da para todo un ensayo sobre el valor de las palabras, y sobre todo lo que la gente de orden está dispuesta a decir aunque sea en sentido totalmente contrario con su hacer. No hay que decir lo que hubiera pensado Bertrand Russell sobre la instrumentalización descarada. Quizás le habría bastado pronunciar una sola palabra: pateras ■ Notas 1. Sus Obras Completas fueron editadas por Aguilar, y la mayor parte de su obra está editada en castellano, incluso durante la época franquista durante la cual Russell conoció una casi total permisividad, quizás porque se le consideraba suficientemente elitista. Existen también numerosos ensayos biográficos, tales como: el Russell de A.J. Ayer, que cuenta con un epílogo privilegiado de Manuel Sacristán (Grijalbo, Barcelona, 1969); Russell: Filósofo y Humanista (Ayuso, Madrid 1972); Homenaje a Bertrand Russell, compendio de Robert Schoenman que fue su secretario en los años sesenta (Oikos-Tau, BCN, 1968); Revista de 0ccidente le dedicó un monográfico en agosto-septiembre de 1971; Russell. El escéptico apasionado, de A. Wood (Aguilar, Madrid 1961); Conocer Bertrand Russell y su obra, José Francisco Ivars (Dopesa, Barcelona, 1977). Anotemos también Lo mejor de Bertrand Russell (Edhasa, selección e introducción de Robert E. Egner, Barcelona, 1889), y el más reciente es Bertrand Russell. Retrato intelectual, de Alberto Castillo Vicci, que recibió el Premio Retratos del Viejo Topo del 2009. Editado al año siguiente. El autor incide especialmente en el ideario de Russell y en sus componentes socialistas anticapitalistas y democráticos. 2. Este enfoque queda patente, por citar un ejemplo, en la página completa que le dedicó El País (viernes 19-septiembre-2003), con ocasión de publicación por parte del mismo diario de La conquista de la felicidad donde se asegura que en el libro sobre Rusia se “subraya la naturaleza totalitaria del régimen”, y no se cita el Tribunal Russell. No menos representativa resulta la aseveración del estalinista arrepentido François Furet, quien en su obra “canónica” en el firmamento neoliberal, El pasado de una ilusión (1995), afirma que el libro de Bertrand Russell es “uno de los mejores libros sobre el bolchevismo”. El elogio forma parte de la tentativa de Furet por apropiarse todas las denuncias del estalinismo, de ahí que se atreva a citar a autores como Panait Istrati, Victor Serge, George Orwell, e incluso a Trotsky, sin considerar en lo fundamental que su punto de mira era el de una oposición revolucionaria. 3. En la nota preliminar escrita en octubre de 1948, Russell precisa: “Si escribiera ahora el libro, diría de otra manera algunas cosas, pero, en todos los aspectos de mayor importancia, conservo del comunismo la idea que me formé en 1920, y su desarrollo subsiguiente no ha diferido mucho a lo que yo esperaba”, lo que indica que no le importaba mucho todo lo que había sucedido desde 1920. En el texto de la contraportada, se podía leer: “Las críticas de Russell a los bolcheviques, hechas desde una perspectiva anticapitalista, resultan ahora tan reveladoras como sorprendentemente actuales, a la luz sobre todo de la invasión de Checoslovaquia y de otros desarrollos recientes de la política oficial soviética”. El libro apareció en castellano en la muy combativa colección de Ariel Quincenal (Barcelona, 1969). 4. En La guerra fría cultural (Ed. Debate, Madrid, 2001) Frances Stonor Sanders escribe que el filósofo británico había conocido a Lenin, y que éste no le había causado mala impresión, pero luego añade la siguiente cita: “Su carcajada al pensar en los que habían sido masacrados me heló la sangre…” (2001; 136). En realidad, estas líneas no coinciden con lo que escribe sobre Lenin en el libro de 1920, y sí lo hace con lo que escribió sobre otro viaje, realizado en 1943. 5. Editado por Grijalbo Barcelona-Buenos Aires-México, 1979, en traducción y prólogo de Marta Pessarrodona. El fragmento citado corresponde a la página 174. 6. En algunas partes se atribuye a Robert Schoenman este “deriva radical”, y se llega a decir que “se cree” que finalmente, lo despidió. No he encontrado el menor vestigio de esta presunción en ninguna parte, y pienso que sí Russell hubiera expulsado a un “izquierdista” infiltrado, la noticia habría aparecido hasta en las hojas parroquiales. Lo que sí he encontrado es un vigoroso retrato en las memorias de Tariq Ali, Años de lucha en calle (Ed. Foca, Madrid, 2007, p. 219), que describe con vigor sus inagotables actividades en nombre de la Fundación Russell, y se vocación solidaria, algo que difícilmente pueden asimilar los plumíferos que tratan estas historias a través de los ficheros. 7. La edición de Crímenes de guerra en el Vietnam (1967) fue realizada aquí por Aguilar. También apareció una versión catalana titulada Judici a Estocolm. Tribunal Russell (Edició de Materials, Barcelona, 1968, tr. José Verde Aldea). En la portada se reseñan los siguientes autores: Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Lázaro Cárdenas, Vladimir Dedijer, Stockey Carmichael, Peter Weiss, Wolfgang Abendroth, Leonidas Schwartz, X. Sakata… El juicio también tuvo una extensa cobertura en revistas como Triunfo y Cuadernos para el diálogo, y en parte de la prensa diaria “desafecta”. El Viejo Topo 296 / septiembre 2012 / 31