CENEAM - O.A. PARQUES NACIONALES (Luis Montoto) Imagen del lago Enol, cerca del santuario de Covadonga. PIICOS DE EUROPA El corazón atlántico de la Península ASTURIAS de Onís s s s s Peña Santa s s desCastilla s (2.596 s m.) s o Rí Torre Cerredo s(2.648 m.)s res Ca s s Río Duje bra Do s s • • Lagos Enol y Ercina Río Panes Arenas de Cabarales • Covadonga a Río Sell MaxillariS • Cangas 25 -6 N En el punto donde se cruzan las comunidades de Asturias, Cantabria y Castilla y León, se extiende uno de los parques nacionales más grandes y espectaculares de nuestro país. Los Picos de Europa, refugio de los medievales cristianos que iniciaron la reconquista en la batalla de Covadonga, ofrecen una riquísima variedad de ecosistemas, donde el bosque atlántico y los hayedos se mantienen como sus grandes tesoros. Fuente: Parque Nacional de los Picos de Europa. 210 s s s s s s PicusUrriellu s s (2.510 m.) s Tesoreros (2.570 s s m.)• Fuente Dé o Rí a Dev • La Vega de Liébana CASTILLA Y LEÓN Octubre 2005 1 N-62 CANTABRIA 212 El Parque Nacional de los Picos de Europa, el enclave montañoso más conocido del Cantábrico, pese a su gran riqueza paisajística y biológica, no fue creado como tal espacio protegido hasta hace relativamente poco tiempo, en 1995. No obstante, esta zona contó con la primera denominación de parque nacional de nuestro país, el de Covadonga, en 1918. En la actualidad, son varios macizos montañosos los que integran el conjunto natural: las montañas de Covadonga (Macizo Occidental) y los Picos de Europa (Macizos Central y Oriental), junto con las cabeceras de algunos valles (los de los ríos Sella y Cares, los más importantes). Con más de 64.000 hectáreas, que se extienden por el territorio de tres comunidades autónomas (Castilla y León, Cantabria y Asturias), es el segundo parque nacional más grande de España, detrás del de Sierra Nevada y por delante de Doñana. Los Picos de Europa, además de su alto valor cultural e histórico (Covadonga, por ejemplo, fue el escenario del comienzo de la Reconquista en la Edad Media hispánica), alberga un rico conjunto de ecosistemas ligados al bosque atlántico, con la peculiaridad de estar situados sobre la mayor formación caliza de la Europa oceánica. Algo que le proporciona un paisaje brusco, muy erosionado en grandes y afilados volúmenes rocosos por las lluvias, los ríos y los glaciares, y taladrado por el agua en las características formaciones kársticas. De los tres grupos montañosos, el Macizo Central es el más escarpado y el que alcanza mayor altitud. Allí se encuentran, entre otras imponentes cimas, el punto más elevado del parque, Torrecerredo, con 2.648 metros de altitud, y el famoso Pico Urriellu o Naranjo de Bulnes. El Macizo Occidental es el más extenso, con una orografía que se suaviza hacia el norte, donde se sitúan Covadonga y los lagos Enol y La Ercina. El Macizo Oriental, cerrando un extremo del Parque, es el más pequeño, en extensión y altitud (aunque supera los 2.400 metros), pero destaca por la imponente y extensa pared vertical que se extiende de este a sur CENEAM - O.A. PARQUES NACIONALES (Luis Montoto) parques nacionales El Macizo Central, rodeado por la garganta del Cares. Sobre ésta, el pueblo de Caín de Abajo. sobre la comarca de Liébana, rodeando el valle del Deva. En torno a estas grandes moles rocosas, plagadas de gargantas, cañones y grandes desniveles (algunos superiores a los 2.000 metros), se extienden densos bosques atlánticos de hayas y robles, principalmente, así como pequeños valles salpicados de aldeas y pueblos antiquísimos. Cuatro ríos se abren camino desde estas alturas hacia los valles, en caídas vertiginosas a través de las brechas abiertas en la piedra. El más conocido y espectacular es el Cares, que, a través de la estrecha garganta del mismo nombre, cruza el parque de norte a sur, deslizándose entre MaxillariS Octubre 2005 los Macizos Occidental y Central. Pero también ofrecen paisajes de pura montaña cantábrica los cursos del Sella a través del Desfiladero de los Beyos, en la zona oeste, y del Duje y el Deva en la zona oriental. Este último, que parte desde las cercanías de Fuente Dé y atraviesa el norte de la comarca de Liébana, deja su impronta en las magníficas imágenes del desfiladero de La Hermida, ya en los límites orientales del parque. La gran diferencia de cotas de altura entre unos extremos y otros del parque (la cota más baja, en el valle del Deva, es de 75 metros sobre el mar; las más altas, en las cumbres, superan en muchos casos los 2.500 ó 2.600 metros), la am- parques nacionales CENEAM - O.A. PARQUES NACIONALES (José María Pérez de Ayala) Refugio de la hisstoria 214 La garganta del río Cares, cuyo recorrido se puede seguir a pie a través de senderos. plia tipología de suelos (desde roca calcárea hasta ricas zonas de sedimentación) y la variabilidad climática que añade la existencia de dos vertientes bien distintas (el norte atlántico y el sur mesetario) hace que coexistan a lo largo y ancho de este espacio protegido una gran multitud de ecosistemas, que se podrían agrupar en tres grandes tipos: los roquedos y alta montaña, el bosque atlántico y los entornos fluviales. Por encima de los 1.600 metros, las condiciones ambientales y de suelo condicionan extremadamente la configuración de la flora, que se limita a matorrales y herbáceas especialmente adaptadas para las bajas temperaturas y los suelos agrestes, entre las que destacan MaxillariS Octubre 2005 La presencia humana en este enclave natural, de una gran importancia estratégica en tiempos remotos, data del paleolítico, cuando los hombres primitivos centraban su actividad en la caza. Numerosas cuevas con restos de esta época dan fe de ello. Pero a lo largo del tiempo, los Picos de Europa se han mantenido como refugio inexpugnable de pueblos guerreros ante la amenaza de los invasores. Ocurrió en la Edad Antigua, con la lucha entre pueblos celtas y astures contra los romanos, y se repitió en la Edad Media, con la defensa enconada de los moradores antiguos frente a los ataques árabes. Precisamente, fue en la batalla de Covandonga, en el siglo VIII, donde Don Pelayo iniciara la Reconquista. Desde entonces, esta región montañosa se ha caracterizado por sus aldeas pequeñas de agricultores y ganaderos, que han desarrollado su vida en armonía con la exhuberancia natural del entorno. Fue en el siglo XIX, con la llegada de los viajeros románticos europeos (fue el geólogo Guillermo Shultz uno de los primeros en denominar a estas montañas los “Picos de Europa”), cuando se comenzó a reclamar el valor natural de estos parajes. Así, en 1918, cuando se conmemoraba el duodécimo centenario de la Batalla de Covadonga, se declaró el primer parque nacional español, el de la Montaña de Covadonga. En 1995, los Picos de Europa y Covadonga se integraron en la red de parques nacionales como uno de los conjuntos montañosos más relevantes del país. El gran aislamiento geográfico de estas tierras ha permitido que se conserve una cultura popular muy arraigada, donde las tradiciones agrícolas, ganaderas y gastronómicas ocupan un puesto relevante. Como ejemplo, el de los quesos (Cabrales, Gamonedo, Liébana…), de un característico sabor, impuesto por las rigideces del ambiente y del sistema de producción. parques nacionales 216 un gran número de curiosas flores de montaña. En el nivel subalpino, por debajo de los 2.000 metros, las condiciones son más benignas y son habituales los prados de espesa cubierta verde y vistosas flores en verano. El bosque atlántico se abre camino con gran esplendor a medianas alturas, con una presencia de bosque mixto de la que quedan pocas muestras en la Península. En ellas, los robles y avellanos aparecen junto a arces, tilos, fresnos, castaños y nogales con una rica cubierta vegetal de zarzas, brezos y arbustos espinosos. Pero los bosques de hayedos, en las laderas, con un sotobosque más húmedo y sombrío, quizá sean la imagen más atractiva del parque. Junto al resto de masas arbóreas caducifolias, ofrecen un agradable refugio en verano, un contraste de tonalidades en otoño, impregnado de nieblas, y un bosque desnudo y almohadillado en invierno. A pesar del predominio del clima atlántico, los vientos de componente sur, más cálidos, permiten la aparición, por la cara sur-sudeste del parque, de zonas con clima más mediterráneo, donde se pueden encontrar, en paredes rocosas de desfiladeros, pequeños bosques de encinas, laurel, madroño y otras plantas adaptadas a ambientes más secos. En estos entornos, generalmente ligados al curso de algún río, y conforme se desciende de altitud, se alzan también sauces, alisos, fresnos y carbalos. En total, en el parque nacional se pueden enumerar unas 70 especies arbóreas, lo que enriquece enormemente la fisonomía de los bosques. La gran variabilidad de ecosistemas también se manifiesta en un nutrido y diverso catálogo faunístico, que va desde las grandes rapaces de montaña hasta los pequeños mamíferos de río. El águila real, el buitre leonado, el urogallo cantábrico, el alimoche, las águilas culebrera y perdicera, y una gran variedad de pequeñas aves. En el suelo, el rebeco es el gran símbolo del parque, aunque en tierras más bajas aparecen ciervos, corzos, jabalíes, tejones, martas, armiños, gatos monteses… Los grandes ausentes, por extinción, son la cabra montés y el quebrantahuesos, junto con el oso pardo (que aún sigue apareciendo de vez en cuando proveniente de la cordillera cantábrica), aunque existen ambiciosos programas para recuperar su presencia. En torno a los ríos también existe una gran riqueza faunística, tanto avícola como acuática. Así, los ríos están poblados de truchas y salmones, y destaca la presencia de un MaxillariS CENEAM - O.A. PARQUES NACIONALES (Luis Montoto) «El bosque atlántico se abre camino a medianas alturas, con una presencia de bosque mixto de la que quedan pocas muestras en la Península». Los hayedos en otoño son espectaculares por los tonos que adoptan. importante número de anfibios y reptiles, con diferentes especies de salamandras, tritones, ranas y sapos. Para la visita, el parque cuenta con numerosos puntos de información dentro de su perímetro y en las localidades colindantes. Existe la posibilidad de realizar rutas guiadas o senderismo a través de rutas señalizadas. Además, se puede concertar el alojamiento en los refugios que existen en distintos puntos o en el parador de Fuente Dé. • PARQUE NACIONAL DE LOS PICOS DE EUROPA • Situación: en el centro de la Cordillera Cantábrica, entre las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria y Castilla y León. • Superficie: 64.660 has. • Año de creación: 1995 (Covadonga, en 1918) • Visitantes: 2.221.761 (2004) Centro de Interpretación Pedro Pidal Buferrera - Los lagos de Covadonga (Cangas de Onís) Tel.: 985 24 14 12 • E-mail: picos@mma.es Web: www.mma.es/parques/lared/picos Octubre 2005