La inauguración de la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu el pasado noviembre representa el inequívoco comienzo de una nueva etapa en el desarrollo de nuestro movimiento en todo el mundo. En este momento tan la SGI, Daisaku Ikeda, nos ha recordado que la esencia del espíritu fundacional y eterno de la Soka Gakkai se encuentra en la postura de levantarnos solos;1 una actitud que se sustenta en la práctica personal del budismo de Nichiren Daishonin y, dentro de esta práctica, en la recitación del daimoku. Cuando veneramos el Myoho-renge-kyo inherente a nuestra propia vida como objeto de devoción, la entonación de Nam-myoho-renge-kyo hace surgir y despliega nuestra naturaleza de Buda interior. A esto se canta un pájaro enjaulado, las aves que vuelan en el cielo sienten su llamado y se reúnen a su alrededor. Y cuando las aves lo rodean, el pájaro busca la libertad. Cuando entonamos la Ley Mística con nuestra voz, infaliblemente nuestra naturaleza de Buda siente el y de Shakra, suscitada de este modo, nos protegerá, y la naturaleza de Buda de los budas y bodhisattvas Buda cuando dijo: “Si alguien puede mantener [la Ley Mística], aunque sea por poco tiempo, sin duda me hará feliz a mí y a los demás budas”.2 “ La historia de nuestro movimiento está sostenida en el emprendimiento de nuevos desafíos, cuya base y cuyo principio es entonar daimoku seria y sinceramente con nueva determinación. Todo comienza por la oración. Con nuestra mejor sabiduría y nuestro gran esfuerzo, basados en la práctica constante del daimoku, hemos triunfado sobre toda clase de grandes obstáculos. Hemos tomado cada obstáculo como una oportunidad para profundizar Nam-myoho-renge-kyo, y como una oportunidad para adquirir brillantes experiencias personales de renovación y revitalización espiritual, siempre avanzando sin pausa, resueltos a abrir rutas en pos del kosen-rufu. En cualquier circunstancia, en cualquier época, siempre la práctica del daimoku es nuestro cimiento. Nichiren Daishonin escribe: “Sufra lo que tenga que sufrir; goce lo que tenga que gozar. Considere el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida, y siga entonando Nam-myoho-renge-kyo, pase lo que pase”.3 Nos exhorta a recitar daimoku tanto en épocas de sufrimiento como de júbilo. Seguir recitando daimoku en cada situación, estemos angustiados, felices o tristes, es el camino seguro para lograr la Budeidad en esta existencia. Entonar Nam-myoho-renge-kyo es el medio que nos permite tomar contacto con nuestra Budeidad interior, derrotar las funciones perversas, superar el sufrimiento kármico y transformar nuestro estado de vida. Es una práctica sin parangón, que nos habilita a disfrutar “la alegría ilimitada de la Ley”.4 Recitar daimoku es lo que nos permite forjar un estado de absoluta felicidad, en el cual la vida misma es una causa de dicha. Si siempre perseveramos entonando Nam-myoho-renge-kyo, pase lo que pase, podremos experimentar una total tranquilidad espiritual. Podremos hacer surgir el estado de vida inmenso e ilimitado de la Budeidad, que existe dentro de nosotros.5 1) Véase Civilización global, 104, diciembre 2013, pág. 4. 2) Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 929. 3) Ib., pág. 715. 4) Alegría ilimitada de la Ley: La felicidad suprema y última del Buda, que más verdadera para los seres humanos que entonar Nam-myoho-rengekyo. El sutra dice: ‘[...] donde, plácidos, gozan los seres vivos’. [The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras, trad. por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2009, cap. 16, pág. 272] ¿A qué otra cosa podría referirse este pasaje sino a la alegría ilimitada de la Ley?”. Véase END, pág. 715. 5) Fragmento de la disertación de Daisaku Ikeda sobre el escrito de Nichiren Daishonin “La forma de lograr la Budeidad mediante el ‘Sutra del loto’ para aquellos que aspiran al Camino por primera vez”, publicada en la edición de mayo de 2011 de Daibyakurenge, revista de estudio de la Soka Gakkai. ”