¡Ya llegaron sus ricos y deliciosos tamales calientitos! ¿A quién no se le antojan unos tamalitos cuando oye llegar a lo lejos el carrito con su bote y la típica grabación realizada por Elías Zavaleta? ¿Te imaginarías visitar una feria en dónde pudieras probar cientos de sabores diferentes del riquísimo platillo mexicano? ¡Esta es tu oportunidad! Ya es una tradición Desde hace 27 años, en la Ciudad de México, los municipios de Iztapalapa y Coyoacán reciben durante cinco días cientos de visitantes dispuestos a satisfacer su antojo tamalero y con ello, celebrar El Día de la Candelaria. La feria tuvo sede en el Museo Nacional de las Culturas Populares desde el 29 de enero al 3 de febrero. Cualquier transeúnte que caminara por la zona y se guiara por el aroma y la multitud, podía colarse y echarse un tamalito en un ambiente 100% familiar. Los comerciantes desde muy temprano llegan y colocan sus pequeños locales (de no más de 3x3 metros) alrededor del patio trasero del museo. Hoyas de tamales, dispensadores de atole, jarritos, platos, servilletas, cubiertos, sus respectivos menús y una lona con la leyenda del estado de la república que representan, esperan ansiosos la llegada de la clientela. A veces para comer ahí a un ladito, para ir comiendo y otros que piden para llevar. Respecto a los ganones Los organizadores del festival colocan dos mesas largas y sus manteles para que los comensales se sienten a degustar sus diferentes platillos. Pocos son los afortunados y madrugadores que agarran un buen lugar para sentarse junto a sus familias cómodamente; ya que las otras personas tienen que buscar un escalón o un masetero para recargarse y comer a gusto. Los tamales provenientes de Oaxaca y Venezuela siempre tienen cola. Entre 50 y 60 personas esperan continuamente para conocer la sazón más popular de la celebración. Los salvadoreños no sacan el mismo provecho y se conforman con vender más atole que tamales, igual que los comerciantes del Estado de México y Puebla, quienes no se ven tan entusiasmados por la baja cantidad de consumidores que llegan hacia ellos. Que no te den atole con el dedo Los precios son algo elevados y oscilan entre los 30 y 50 pesos mexicanos por tamal. Si el costo es menor o mayor a los mencionados, ten cuidado; quizás te estén viendo la cara de what o de güey. Es importante resaltar que el precio común de un tamal en la calle y en cualquier otra fecha es de 12 a 30 pesos, pero creemos que son tan caros en estas fechas porque los vendedores se dejan llevar por la emoción del momento. ¡Provechito! Sin lugar a dudas, el Festival del Tamal debería considerar el próximo año alojarse en un espacio mucho más grande. Año con año se ha convertido en un atractivo más frecuentado, eso habla del éxito que ha generado este concepto y el deseo de cientos de mexicanos de un tamal y su atole por la mañana.