Expediente 3608-2011 1 APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO EXPEDIENTE 3608-2011 CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, dos de marzo de dos mil doce. En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de veintiocho de julio de dos mil once, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, en la acción constitucional de amparo promovida por la entidad Sal y Pimienta, Sociedad Anónima, a través de su Gerente General y Representante Legal, Rodrigo Alvarado Anguiano, contra la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. La postulante actuó con el patrocinio de la abogada Jessica Rocxana Mayén Alvarado. Es ponente en este caso el Magistrado Vocal III, Roberto Molina Barreto, quien expresa el parecer del Tribunal. ANTECEDENTES I. EL AMPARO A) Interposición y autoridad: presentado el dieciséis de marzo de dos mil once, en la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto reclamado: sentencia de tres de noviembre de dos mil diez, dictada por la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, que revocó la emitida el treinta de julio de dos mil diez por el Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social, que declaró sin lugar la demanda ordinaria laboral promovida por Lesbia Azucena Villarreal González. C) Violaciones que denuncia: a los derechos de defensa e igualdad, así como a los principios del debido proceso y seguridad jurídica. D) Hechos que motivan el amparo: lo expuesto por la postulante se resume: D.1) Producción del acto reclamado: a) Lesbia Azucena Villarreal González promovió demanda laboral en su contra, en el Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social, reclamando su reinstalación, pago de salarios retenidos y demás prestaciones dejadas de percibir desde el despido hasta la respectiva reincorporación a su puesto de trabajo, aduciendo haber sido despedida encontrándose en estado de embarazo y estar gozando de la protección respectiva, por haber dado el aviso verbal correspondiente; b) la parte demandada contestó la demanda en sentido negativo y presentó excepción de falta de capacidad legal para demandar, argumentando que la actora no dio el aviso de conformidad con la ley, por lo que al momento de su despido se desconocía de su estado de gravidez; c) al realizarse la primera audiencia, se diligenció como prueba la declaración testimonial del contador de dicha entidad, quien indicó que en ningún momento recibió comunicación verbal por parte de la trabajadora de que ella estaba embarazada y, por ende, no sabía del estado de gravidez antes de que ella fuese despedida; d) la actora, al prestar declaración de parte indicó que omitió avisar a su patrono antes y durante su despido, del estado en que se encontraba, pues al momento de ser despedida únicamente notificó al Gerente General de la entidad ahora postulante de su estado, no obstante que en el acta de adjudicación de doce de febrero de dos mil diez, suscrita por el Inspector General de Trabajo, señaló que el aviso lo había dado verbalmente al contador; e) el juez, al resolver ,declaró con lugar la excepción relacionada, y por ende, desestimó la demanda planteada, con el argumento de que la demandante no probó haber dado el aviso de su embarazo al patrono como correspondía; f) la interesada apeló y, la Sala impugnada, al resolver, revocó la sentencia de primer grado, y ordenó reinstalar a la trabajadora, así como lo relativo el pago de salarios dejados de percibir y al pago de bonificación incentivo en forma proporcional, por haber despedido a la actora en estado de gravidez, sin contar con autorización judicial para el Expediente 3608-2011 2 efecto -acto reclamado-. D.2) Agravios que se reprochan al acto reclamado: denuncia la postulante que la autoridad impugnada, al dictar el acto reclamado, le produjo agravio porque no valoró la declaración del testigo que propuso, quien en su calidad de contador de la sociedad manifestó que no recibió notificación verbal por parte de la trabajadora ni que tenía conocimiento del estado de embarazo de aquélla antes del despido. Además, la Sala mencionada no analizó la declaración de parte rendida por la actora, en la cual aquélla confesó que omitió avisar a su patrono, antes y durante el despido, de que se encontraba en estado de embarazo; ni lo relativo a que al momento de ser despedida la trabajadora notificó su estado de gravidez al representante legal de la entidad empleadora, no obstante que en el acta de adjudicación de doce de febrero de dos mil diez, se dejó constancia que la trabajadora había dado el aviso al contador de la empresa de nombre “José”. En ese orden de ideas, la Sala reclamada, al no valorar las respuestas de las posiciones absueltas por la actora, en contra de aquélla, pero sí las valoró en su perjuicio como entidad patronal, incurrió en actuación arbitraria y parcial, situación que vulnera los artículos 203 de la Constitución Política de la República de Guatemala y 326, 361, 364 y 372 del Código de Trabajo. Por otra parte, a la trabajadora se le hizo efectivo el pago de sus prestaciones laborales, habiéndosele expedido el cheque respectivo para el efecto, no obstante, la interesada ya había iniciado el trámite administrativo de su reinstalación, deduciéndose que su actuación es de mala fe; asimismo, se colige que la actora pretende probar su estado de embarazo con un certificado de fecha veintiocho de enero de dos mil diez -ocho días posteriores a su despido-, situación que no fue tomada en cuenta por la Sala impugnada y, como consecuencia, su decisión es injusta porque tergiversó los hechos con el fin de favorecer a la demandante, al quedar demostrado que ésta no dio el aviso de su embarazo de conformidad con lo establecido en el artículo 151, literales c) y d) del Código de Trabajo. D.3) Pretensión: solicitó que se deje sin efecto el acto reclamado y, como consecuencia, se le restituya en el goce de sus derechos constitucionales violados, y se dicte la resolución que en derecho corresponde. E) Uso de recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: invocó los contenidos en los incisos a) y h) del artículo 10 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes violadas: citó los artículos 4º, 12, 203, 211 y 265 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 151, literales c y d), 326, 361, 364 y 372 del Código de Trabajo; y 139 del Código Procesal Civil y Mercantil. II. TRÁMITE DEL AMPARO A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) Lesbia Azucena Villarreal González; y b) Inspección General de Trabajo. C) Remisión de antecedentes: certificación parcial de los expedientes: a) un mil ochenta y siete – dos mil diez – cuarenta y cuatro (1087-2010-044) del Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social; y b) expediente de apelación novecientos veintidós - dos mil diez (922-2010), de la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. D) Prueba: a) antecedentes del amparo; b) presunciones legales y humanas. E) Sentencia de primer grado: la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, consideró: “(…) Efectuado el análisis respectivo de los antecedentes, este Tribunal constitucional de amparo no evidencia que con la sentencia de fecha tres de noviembre de dos mil diez se vulneren los derechos constitucionales que la entidad postulante estima violados, ya que la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, al emitir sentencia lo hizo dentro del ejercicio de las facultades que la ley le confiere. De esta Expediente 3608-2011 3 forma, al no hacerse evidente violación o restricción a derecho constitucional alguno que pueda ser reparado por esta vía, persiguiendo la ahora entidad postulante que se analice lo relacionado a la prueba propuesta en primera instancia, lo cual no es jurídicamente posible, ya que la autoridad impugnada al emitir la sentencia que la amparista señaló como agraviante lo hizo como parte sustancial de la función judicial que le confiere el tercer párrafo del artículo 203 de la Constitución Política de la República de Guatemala, por lo que el hecho que el fallo recurrido no sea favorable a los intereses de la entidad postulante no significa que se le haya colocado en un estado de indefensión, ni violado derecho constitucional alguno por lo que no existe agravio que pueda ser reparado por la vía constitucional y no procede que acuda al amparo pretendiendo convertirlo en una instancia revisora de lo actuado por la autoridad impugnada. Por tales razones, el amparo interpuesto debe denegarse por notoriamente improcedente y así debe declararse. En vista de no haber sujeto legitimado para su cobro se exonera en el pago de costas a la entidad postulante pero sí debe imponerse multa a la abogada patrocinante. (…)” Y resolvió: “… a) Deniega, por notoriamente improcedente, el amparo solicitado por la entidad Sal y Pimienta, Sociedad Anónima, a través de su gerente general y representante legal, Rodrigo Alvarado Anguiano, contra la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social; b) se impone multa de un mil quetzales a la abogada patrocinante, Jessica Rocxana Mayén Alvarado, quien deberá hacerla efectiva en la Tesorería de la Corte de Constitucionalidad, dentro de los cinco días siguientes a partir de estar firme este fallo, cuyo cobro en caso de incumplimiento, se hará por la vía legal correspondiente; y, c) se exonera en el pago de costas a la entidad postulante…”. III. APELACIÓN La amparista apeló, manifestando inconformidad con la totalidad de la sentencia impugnada, ya que el fallo emitido únicamente se limitó a mencionar que el amparo planteado no puede convertirse en una instancia revisora, soslayando lo establecido en el artículo 14 del Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad, puesto que no se conocieron los motivos ni el fondo del asunto. Al prestar la actora confesión judicial y contestar las preguntas formuladas durante la audiencia del juicio ordinario respectivo, existió contradicción en cuanto a sus respuestas, ya que en su demanda inicial argumentó que al momento del despido dio aviso de su embarazo al gerente general de la entidad empleadora; sin embargo, anteriormente había indicado que había sido al contador de la entidad mencionada a quien le dio tal aviso, circunstancias que debieron haber sido tomadas en cuenta por la autoridad impugnada, al emitir el acto reclamado. Además, al preguntarle a la actora si había omitido dar el aviso referido a su patrono antes y durante el despido, respondió que sí, y a pesar de ello, la Sala impugnada estimó que tal medio de prueba no podía tener valor probatorio contra la absolvente, pero sí lo valoró en su perjuicio como entidad demandada; por tal motivo, lo resuelto por la Sala mencionada denota parcialidad, puesto que la demanda relacionada se basó en que la trabajadora fue despedida sin que existiera autorización judicial, por encontrarse en estado de gravidez; sin embargo, de tal situación se tuvo conocimiento hasta después de su destitución, puesto que, la interesada no proporcionó certificado médico que ratificara tal circunstancia. IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA PÚBLICA A) La postulante reiteró su inconformidad con la sentencia dictada por el Tribunal de amparo de primer grado, manifestada en el recurso de apelación, agregando que durante el desarrollo del juicio ordinario laboral se vulneró el principio jurídico del debido proceso, Expediente 3608-2011 4 pues no fue integrado el artículo 326 del Código de Trabajo con lo regulado en el artículo 139 del Código Procesal Civil y Mercantil, lo cual era necesario para valorar acertadamente la prueba de confesión judicial desarrollada en la audiencia del juicio antes aludido. Se contravino el derecho de igualdad, en virtud de que las normas procesales no establecen privilegios, ventajas ni beneficios a favor de las partes ó en perjuicio de éstas, sino que las oportunidades y posibilidades son comunes y producen los mismos efectos. Es por ello que la Sala impugnada debió valorar la prueba en igualdad de condiciones respecto de ambas partes y no exclusivamente a favor de la actora. En ese orden de ideas, se advierte que no se valoró la prueba conforme al sistema de la sana crítica razonada, dejándosele en estado de indefensión Solicitó que se revoque la sentencia de primer grado y, por ende, se declare con lugar el amparo promovido. B) El Ministerio Público manifestó que comparte el criterio del Tribunal de Amparo de primera instancia, ya que la sentencia impugnada está dictada de conformidad a las facultades otorgadas por la ley, la postulante pretende convertir el amparo planteado en una instancia revisora de lo resuelto por el tribunal de jurisdicción ordinaria impugnado. El acto reclamado no evidencia ser un acto arbitrario o que haya sido emitido con abuso de poder, pues fue dictado de conformidad con lo regulado en el artículo 372 del Código de Trabajo. Solicitó que se declare sin lugar el recurso de apelación interpuesto y, como consecuencia, se confirme la sentencia de primera instancia. CONSIDERANDO -IEl agravio es un elemento esencial para la procedencia del amparo, y sin su concurrencia, no es posible el otorgamiento de la protección que la mencionada acción conlleva, sobre todo cuando la autoridad impugnada, al momento de emitir el acto que se denuncia como agraviante, ha actuado en el ejercicio de sus atribuciones y funciones reconocidas por la ley y ha interpretado y aplicado la norma en un sentido apropiado, lo que no patentiza violación de alguno de los derechos fundamentales garantizados por la Constitución Política de la República, los tratados internacionales y las leyes. -IISal y Pimienta, Sociedad Anónima, acude en amparo contra la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, señalando como acto reclamado la sentencia de tres de noviembre de dos mil diez, dictada por la autoridad recurrida, que revocó la emitida el treinta de julio de dos mil diez por el Juzgado Primero de Trabajo y Previsión Social, que declaró sin lugar la demanda ordinaria laboral promovida por Lesbia Azucena Villarreal González. La postulante aduce que tal proceder supone conculcación a su derecho y principios jurídicos enunciados, por los motivos que quedaron reseñados en el apartado de resultandos del presente fallo. -IIIEl a quo manifestó que el acto reclamado no evidencia vulneración a los derechos constitucionales enunciados por la postulante, ya que la Sala impugnada, al emitir la sentencia apelada, lo hizo dentro del ejercicio de las facultades que la ley le confiere. Lo pretendido por la entidad accionante es que se analice la valoración de la prueba propuesta en primera instancia, lo cual no es jurídicamente posible, ya que la autoridad impugnada, al emitir la sentencia de mérito, lo hizo como parte de la función judicial que le confiere el tercer párrafo, del artículo 203, de la Constitución Política de la República de Guatemala, por lo que el hecho que el fallo no sea favorable a sus intereses no significa Expediente 3608-2011 5 que se le haya dejado en estado de indefensión ni se le haya violado derecho constitucional alguno, no evidenciándose la existencia de agravio que pueda ser reparado por vía del amparo. No procede la garantía constitucional aludida, cuando se pretende convertirla en una instancia revisora. De esa cuenta, el tribunal de amparo de primer grado denegó la protección constitucional solicitada. -IIIEl artículo 52 de la Constitución Política de la República establece: “La maternidad tiene la protección del Estado, el que velará en forma especial por el estricto cumplimiento de los derechos y obligaciones que de ella se deriven”. La Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer -de la cual es parte Guatemala-, en su artículo 11, numeral 2, inciso a), establece: “2. A fin de impedir la discriminación contra la mujer por razones de matrimonio o maternidad y asegurar la efectividad de su derecho a trabajar, los Estados Partes tomarán medidas adecuadas para: a) Prohibir, bajo pena de sanciones, el despido por motivo de embarazo o licencia de maternidad y la discriminación en los despidos sobre la base del estado civil…”. En el mismo sentido que la norma internacional se pronuncia el Código de Trabajo, que en su artículo 151, inciso c), preceptúa: “Se prohíbe a los patronos: (…) c) Despedir a las trabajadoras que estuvieren en estado de embarazo o período de lactancia, quienes gozan de inamovilidad.”. Como se puede advertir, la normativa descrita precedentemente ha establecido una protección especial para aquellas trabajadoras que se encuentran embarazadas o en período de lactancia. Por ende, aparte de la prohibición que tiene el empleador de despedir a las trabajadoras embarazadas o en período de lactancia -salvo el caso de la comisión de una falta grave, respecto de los deberes originados en el contrato de trabajo, según los artículos 151 y 77 del Código de Trabajo -, también se le otorgó el derecho a toda aquella mujer que es despedida en contra de lo regulado en el artículo 151 mencionado, a ser reinstalada en el puesto que desempeñaba, con el pleno goce de todos sus derechos, limitando así el régimen de libre despido pues aunque la trabajadora incurriese en una falta grave, el patrono, debe obligatoriamente gestionar la autorización de su despido ante los Tribunales de Trabajo. Esta Corte destaca que la regulación especial del Código de Trabajo busca la tutela directa de la mujer en su condición de madre; estableciéndose, por ello, la prohibición de ser despedida, salvo que sea por causa justificada. De esa manera, lo que la norma pretende es impedir la discriminación de la mujer, sólo por su condición de embarazada o por estar en período de lactancia. Entonces, debe quedar claro que tal protección se estableció para evitar la discriminación; sino que ello no obste para que la relación de trabajo pueda concluirse debido a la comisión de una falta grave por parte de la trabajadora o bien por cualquier otro motivo objetivo y legítimo que imposibilite la continuación del contrato; porque, claro está, no se trataría entonces de un acto discriminatorio. De esa manera, queda prohibida la discriminación de la mujer por el hecho del embarazo o de la lactancia, pero la normativa no garantiza una inamovilidad absoluta. Por su parte, para poder gozar de esos beneficios legales aquella debe cumplir con el obligado requisito de dar aviso al empleador de su estado de gravidez; con la opción de hacerlo, incluso, al momento del despido. Otro aspecto que se debe resaltar es que las disposiciones legales que amparan a la madre y a la persona por nacer no pueden interpretarse de forma que tornen nugatoria la legislación protectora. La trabajadora debe comprobar ante la Inspección General de Trabajo si realiza su reclamo en sede Expediente 3608-2011 6 administrativa o, en su caso, ante el juez del ramo laboral, que en efecto está embarazada o está en el período de lactancia. Como medio de prueba se le exige aportar certificación médica. El certificado es un elemento probatorio, no un requisito solemne que pudiera erigirse en un obstáculo para el ejercicio del derecho. En otros términos, es el hecho del embarazo o el hecho de la lactancia lo que impide al patrono despedir cuando no concurra falta grave de la trabajadora en los términos del artículo 77 del Código de Trabajo.- "Para gozar de la protección relacionada", dispone el inciso d), del artículo 151 del Código de Trabajo: "la trabajadora deberá darle aviso de su estado al empleador, quedando desde ese momento provisionalmente protegida y dentro de los dos meses siguientes deberá aportar certificación médica de su estado de embarazo para su protección definitiva". La certificación o la constancia o el aviso, entonces, no operan a modo de requisitos de admisibilidad -requisitos solemnes cuya omisión acarrearía ab initio la pérdida de la protección que otorga la ley-; son requisitos probatorios que han de aportarse a la administración y, en su caso, al juez y cuyo propósito es evitar el fraude, y no obviamente, facilitar el despido de la embarazada que liminarmente omite presentarlos. Por eso, si el despido se realiza en contradicción con lo establecido en el artículo 151, debe ser considerado nulo y nace para la trabajadora el derecho a ser reinstalada en su puesto, con goce pleno de todos sus derechos, incluido el pago de los salarios dejados de devengar durante el tiempo que estuvo sin laborar. Del estudio de los antecedes, se colige que Lesbia Azucena Villarreal González demandó a la entidad Sal y Pimienta, Sociedad Anónima -ahora postulante-, reclamando su reinstalación, argumentando que fue despedida cuando se encontraba en estado de embarazo, sin que su patrono solicitara autorización judicial para destituirla de su puesto de trabajo. La entidad referida interpuso excepción de falta de capacidad legal para demandar con el argumento de que la actora no dio el aviso de conformidad con la ley, por lo que al momento de su despido se desconocía de su estado de gravidez. El juez relacionado al emitir la sentencia de mérito, concluyó que la actora no probó fehacientemente haber dado a su empleadora el aviso de su estado de preñez correspondiente; por ende, declaró con lugar la excepción aludida y, sin lugar la reinstalación intentada y el pago de salarios dejados de percibir, por tal razón la entidad mencionada fue absuelta. No conforme con lo resuelto la actora planteó recurso de apelación. Al resolver, la autoridad impugnada revocó el fallo impugnado. Para el efecto, estableció que la actora se encontraba embarazada al momento del despido, situación que corroboró con los medios de prueba incorporados al proceso, entre ellos, copia del certificado médico expedido por el Doctor Yuri Armando Ovalle Reynosa y el acta de adjudicación número doscientos noventa y siete - dos mil diez, de doce de febrero de dos mil diez, de la Inspección General de Trabajo. Además la Sala impugnada dio valor probatorio a la declaración de parte prestada por la actora, en virtud de la cual pudo establecer que la empleadora sí tuvo conocimiento de que aquélla se encontraba en estado de gravidez al momento de ser despedida, sin que solicitara autorización judicial para el efecto. Asimismo, la Sala citada consideró que cualquier reclamo por parte de la entidad ahora postulante respecto del pago de las prestaciones laborales a favor de la demandante, debía dilucidarse en la vía legal correspondiente. Sobre el particular debe reconocerse que esta Corte ha establecido la doctrina que indica que la mujer embarazada o en período de lactancia, tiene derecho a gozar de una especial protección de su trabajo, pues la Constitución, las leyes y los Tratados Expediente 3608-2011 7 Internacionales imponen al Estado y a la sociedad la obligación de respetar los derechos que tiene la mujer en embarazo o en período de lactancia, a gozar de una estabilidad laboral reforzada, que está fundada, para el caso que nos ocupa en el estado de gravidez. En efecto, el legislador ha considerado ilegal todo despido cuyo motivo sea el embarazo o la lactancia, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 151 del Código de Trabajo, al indicar que en caso de que el patrono no cumpliera con lo dispuesto en la norma referida, la trabajadora tiene derecho a concurrir a los tribunales a ejecutar su derecho de reinstalación. Además, este Tribunal ha reconocido que el despido en los períodos legalmente amparados dentro de la maternidad sin que medie autorización previa del funcionario competente -juez de Trabajo y Previsión Social-, será considerado nulo. Por ello, debe entenderse que carece de todo efecto el despido de una trabajadora en estado de embarazo o en los diez meses posteriores desde el retorno a sus labores, tal como lo establece la legislación guatemalteca, sin la correspondiente autorización previa del funcionario competente. Esto significa que para que el despido sea eficaz, el patrono debe probar la justa causa y obtener la previa autorización del juez de Trabajo y Previsión Social para notificarle a la trabajadora que su contrato se ha extinguido y, en caso de que no lo haga, no sólo debe pagar los salarios dejados de percibir durante el tiempo que la dependiente estuvo sin laborar, sino que además el despido es ineficaz, con el consabido derecho que tiene la empleada, a ser reinstalada en el trabajo que venía desempeñando [criterio sostenido por esta Corte en las sentencias de ocho de julio de dos mil ocho, veinticinco de agosto y uno de diciembre, ambas de dos mil once, dictadas en los expedientes mil cuatrocientos sesenta y seis – dos mil ocho, mil novecientos treinta y seis – dos mil once y mil ochocientos seis – dos mil once (1466-2008, 1936-2011 y 18062011) respectivamente]. Con base en lo anterior se considera que la autoridad impugnada, al emitir el acto reclamado, no produjo ningún agravio a la entidad accionante, ya que su proceder se enmarcó dentro de las facultades que legalmente tiene conferidas, resultando que la amparista pretende trasladar, al plano constitucional, discusión de temas que ya fueron debatidos ante las autoridades competentes en el ámbito jurisdiccional, y sobre los cuales ya obtuvo pronunciamiento en esa vía, pues la autoridad impugnada analizó las razones que la ahora postulante sostuvo en el proceso. En consecuencia, el hecho de que lo decidido por la autoridad reclamada no sea coincidente con las pretensiones de la accionante, no implica que se hayan vulnerado sus derechos constitucionales, no evidenciándose esa vulneración, por el solo hecho que la decisión haya sido contraria a sus intereses. Los motivos señalados ponen de manifiesto la inexistencia de agravio que haya lesionado derechos y garantías constitucionales de la postulante; razón por la cual el amparo planteado deviene improcedente y, siendo que el tribunal de primer grado resolvió en igual sentido, procede confirmar la sentencia apelada, pero por las razones aquí consideradas. LEYES APLICABLES Artículos citados y 265, 268 y 272, inciso c), de la Constitución Política de la República de Guatemala; 1º., 5º., 6º., 8º., 42, 44, 46, 47, 49, 60, 61, 62, 63, 64, 149, 163, inciso c), y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad; y 17 del Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad. POR TANTO La Corte de Constitucionalidad con base en lo considerado y leyes citadas al Expediente 3608-2011 8 resolver declara: I) Sin lugar el recurso de apelación interpuesto; en consecuencia, se confirma la sentencia venida en grado. II) Notifíquese y, con certificación de lo resuelto, devuélvanse los antecedentes. ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE PRESIDENTE MAURO RODERICO CHACÓN CORADO MAGISTRADO ROBERTO MOLINA BARRETO MAGISTRADO MARÍA DE LOS ANGELES ARAUJO BOHR MAGISTRADA HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA MAGISTRADO GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR MAGISTRADA RICARDO ALVARADO SANDOVAL MAGISTRADO MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ SECRETARIO GENERAL