¿De qué hablamos cuando hablamos de Buenos Tratos? Es un instrumento de buenas prácticas para mejorar las relaciones interpersonales. Dicho de otra manera, lo que pretendemos es mejorar las relaciones que tenemos con las personas que nos rodean, pero poniendo especial atención en las relaciones amorosas. Para ello, son necesarios valores como: la igualdad entre chicos y chicas, la libertad, la solidaridad y la resolución pacífica de conflictos. ¿Por qué son importantes estos valores? ¿Por qué hemos elegido estos y no otros? IGUALDAD: cada persona es única e irrepetible. Ninguna de nuestras diferencias justifica un trato desigual ni discriminatorio. LIBERTAD: derecho esencial de toda persona a decidir sobre su vida. RESOLUCIÓN PACÍFICA DE CONFLICTOS: aprender a resolver sin violencia los conflictos que, inevitablemente, van a surgir en todas las relaciones. SOLIDARIDAD: apoyo a las personas que sufren y sus causas. Somos seres sociales y nos necesitamos unos a otros. Sin solidaridad no es posible la convivencia. Consideramos que estos valores deben ser la base para sustentar cualquier tipo de relación. Algo así como la base para hacer pizza. Después, que cada cual añada los ingredientes que más le gustan. ¿Y cómo llevamos esto a la práctica? Desde Buenos Tratos, damos una pequeña caja de herramientas en la que encontrarás actitudes y estrategias para llevarlos a la práctica. ¡Ojo! No se trata de decir cómo deben ser las relaciones, sino de dar los ingredientes básicos para que cada quien elabore su propia receta para el amor. Definiciones de los valores: Autonomía: Diversidad: Cuidado: Empatía: Libertad: Igualdad: ¿QUIÉN SOY YO? Existía en un bosque un camaleón. A diferencia de todos los animales, él se podía confundir perfectamente cambiando su color con el medio que lo rodeaba. Se paseaba por el bosque saludando a los animales, mientras se jactaba de su habilidad de cambiar el color de su cuerpo a cada instante. Paseando por el bosque, se encontró con el loro. Para quedar bien, se puso de color verde para verse como él y ser aceptado. Más adelante, se encontró con el castor y se cambió a color marrón para ser igual que él. Y así se cambiaba de color dependiendo del animal con el que se encontraba. Un buen día el camaleón se enfermó y fue a pedir ayuda a los animales del bosque. A causa de su enfermedad, no podía cambiar de color y quedó de uno solo, gris a causa de su enfermedad. Se acercó al loro, pero éste, que siempre lo había visto verde no lo reconoció, lo mismo pasó con el castor y con cada animal del bosque. ¡Ay, por qué no fui siempre yo! Se lamentaba el camaleón. Justo por ahí pasaba una lagartija, al ver el problema del camaleón le dijo: “Tienes que aprender que tus habilidades son de defensa y no para quedar bien con los demás. Al fin y al cabo, nunca fuiste tú y por eso nadie te reconoce”. El camaleón, una vez recuperado, volvió a pasear por el bosque, pero esta vez como él era. Y si alguna vez cambiaba de color, ya no era según la ocasión. ¿Para qué cambiar nuestra manera de ser? ¿Para quedar bien? ¿Para algo? Al final, nos mentimos a nosotros mismos… ¡Seamos como somos y busquemos superarnos nosotros mismos cada día! ¿De qué hablamos cuando hablamos de Buenos Tratos? Es un instrumento de buenas prácticas para mejorar las relaciones interpersonales. Dicho de otra manera, lo que pretendemos es mejorar las relaciones que tenemos con las personas que nos rodean, pero poniendo especial atención en las relaciones amorosas. Para ello, son necesarios valores como: la igualdad entre chicos y chicas, la libertad, la solidaridad y la resolución pacífica de conflictos. ¿Por qué son importantes estos valores? ¿Por qué hemos elegido estos y no otros? IGUALDAD: cada persona es única e irrepetible. Ninguna de nuestras diferencias justifica un trato desigual ni discriminatorio. LIBERTAD: derecho esencial de toda persona a decidir sobre su vida. RESOLUCIÓN PACÍFICA DE CONFLICTOS: aprender a resolver sin violencia los conflictos que, inevitablemente, van a surgir en todas las relaciones. SOLIDARIDAD: apoyo a las personas que sufren y sus causas. Somos seres sociales y nos necesitamos unos a otros. Sin solidaridad no es posible la convivencia. Consideramos que estos valores deben ser la base para sustentar cualquier tipo de relación. Algo así como la base para hacer pizza. Después, que cada cual añada los ingredientes que más le gustan. ¿Y cómo llevamos esto a la práctica? Desde Buenos Tratos, damos una pequeña caja de herramientas en la que encontrarás actitudes y estrategias para llevarlos a la práctica. ¡Ojo! No se trata de decir cómo deben ser las relaciones, sino de dar los ingredientes básicos para que cada quien elabore su propia receta para el amor. Definiciones de los valores: Autonomía: Diversidad: Cuidado: Empatía: Libertad: Igualdad: ¿QUIÉN SOY YO? Existía en un bosque un camaleón. A diferencia de todos los animales, él se podía confundir perfectamente cambiando su color con el medio que lo rodeaba. Se paseaba por el bosque saludando a los animales, mientras se jactaba de su habilidad de cambiar el color de su cuerpo a cada instante. Paseando por el bosque, se encontró con el loro. Para quedar bien, se puso de color verde para verse como él y ser aceptado. Más adelante, se encontró con el castor y se cambió a color marrón para ser igual que él. Y así se cambiaba de color dependiendo del animal con el que se encontraba. Un buen día el camaleón se enfermó y fue a pedir ayuda a los animales del bosque. A causa de su enfermedad, no podía cambiar de color y quedó de uno solo, gris a causa de su enfermedad. Se acercó al loro, pero éste, que siempre lo había visto verde no lo reconoció, lo mismo pasó con el castor y con cada animal del bosque. ¡Ay, por qué no fui siempre yo! Se lamentaba el camaleón. Justo por ahí pasaba una lagartija, al ver el problema del camaleón le dijo: “Tienes que aprender que tus habilidades son de defensa y no para quedar bien con los demás. Al fin y al cabo, nunca fuiste tú y por eso nadie te reconoce”. El camaleón, una vez recuperado, volvió a pasear por el bosque, pero esta vez como él era. Y si alguna vez cambiaba de color, ya no era según la ocasión. ¿Para qué cambiar nuestra manera de ser? ¿Para quedar bien? ¿Para algo? Al final, nos mentimos a nosotros mismos… ¡Seamos como somos y busquemos superarnos nosotros mismos cada día!