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NUEVA CONCEPCION EPISTEMOLOGICA EN EL SI

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NUEVA CONCEPCIÓN
EPISTEMOLÓGICA EN
EL SIGLO XXI
Alexander Luis Ortiz-Ocaña
Universidad Cooperativa de Colombia
Sede Santa Marta
Documentos de docencia | Course Work
coursework.ucc.edu.co
No. 9. Dic, 2015
doi: http://dx.doi.org/10.16925/greylit.1075
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ACERCA DEL AUTOR
Alexander Luis Ortiz-Ocaña es Doctor en Ciencias Pedagógicas, Magíster en Pedagogía
Profesional, Licenciado en Educación y Contador Público. Actualmente, es profesor
investigador del programa de Contaduría Pública de la Universidad Cooperativa de
Colombia, sede Santa Marta. Correo electrónico: alexander.ortizo@campusucc.edu.co
CÓMO CITAR ESTE DOCUMENTO
Ortiz-Ocaña, A. L. (2015). Nueva concepción epistemológica en el siglo XXI. (Documento
de docencia No. 9). Bogotá: Ediciones Universidad Cooperativa de Colombia. doi:
http://dx.doi.org/10.16925/greylit.1075
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Internacional. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
RESUMEN
En este ensayo se presenta una panorámica sobre los aportes de Fritjof Capra a la nueva
concepción científica, mediante la configuración de lo que él denomina paradigma
ecológico. Se analizan además otras concepciones epistemológicas desde la mirada de este
eminente filósofo, científico y epistemólogo moderno. Especial atención tiene en el ensayo
el cambio paradigmático en los siglos
XX
y
XXI,
a partir del planteamiento de una nueva
concepción del ser humano (la cual propone una concepción diferente de la cognición, la
conciencia y la comprensión), así como de una nueva concepción epistemológica, en la que
subyacen las categorías de contexto y proceso, redes e interconexiones, patrones, caos y
fractal. Son aspectos estos muy importantes y significativos para la ciencia y la educación
en este tercer milenio.
Palabras clave: cognición, comprensión, conciencia, configuración, epistemología, Fritjof
Capra, paradigma ecológico, redes.
TABLA DE CONTENIDOS
Prólogo  5
Introducción  6
Una nueva concepción del ser humano  9
La cognición  9
La conciencia  11
El significado del significado: la comprensión  12
Una nueva concepción epistemológica  17
Contexto y proceso  17
Redes e interconexiones  20
Patrones, caos, fractal 24
El método de investigación  26
El cambio paradigmático en el siglo XXI  29
El pensamiento del paradigma científico del siglo XX  29
Nuevo paradigma ecológico en el siglo XXI  32
Epílogo  37
Referencias  38
PRÓLOGO
En este ensayo se plantea una nueva concepción del ser humano, la cual deja de
comprenderlo como una máquina y esboza una comprensión más holística del mismo. Se
plantea una nueva concepción epistemológica en conformidad con el rol relevante del
investigador en la construcción del conocimiento científico, y se aborda el cambio
paradigmático en el siglo XXI. Este cambio se aleja del paradigma cartesiano y
newtoniano, y se acerca con ritmos acelerados a las nuevas teorías de sistemas.
El contenido de este trabajo académico es útil para iniciar las reflexiones
epistemológicas con los estudiantes del programa de Contaduría Pública, aunque también
puede ser utilizado en otros programas académicos relacionados con las ciencias humanas y
sociales.
En el ensayo se abordan temas pertinentes para los estudiantes, tales como la
cognición, la conciencia y la comprensión, contexto y proceso, redes e interconexiones,
patrones, caos, fractal y configuración. Estas categorías resultan muy útiles para el uso del
método de investigación en este tercer milenio. Finalmente, se aborda el pensamiento del
paradigma científico del siglo XX y el nuevo paradigma ecológico en el siglo XXI,
propuesto por el eminente filósofo, científico y epistemólogo moderno Fritjof Capra.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
INTRODUCCIÓN
En los albores del siglo XXI e, incluso, desde las últimas décadas del siglo anterior, se
asiste y se participa de notables cambios en la epistemología, los cuales han acompañado y
se han nutrido del inminente cambio paradigmático en las ciencias. Sin lugar a dudas el
investigador se encuentra ad portas de una inigualable revolución científica, una profunda
metamorfosis de las concepciones epistemológicas. Sin embargo, en realidad el problema
es más profundo: se trata de una crisis del pensamiento. De ahí que se avecina o emerge
con fuerza una transformación en la filosofía de la ciencia, la cual ofrecerá nuevas visiones
de la educación, del ser humano y, por consiguiente, nuevas formas de enseñar y educar.
De esta manera, nuevas categorías dan forma a la visión sobre la educación, entre las que se
destaca la noción de “red”, la cual ocupa hoy un lugar significativo en la configuración de
sentido y significado, tanto en las ciencias fácticas o naturales (mal llamadas ciencias
“duras”), como en las ciencias sociales o humanas, o del espíritu, como las denomina
Dilthey (1951, 1980a, 1980b). Entre estas últimas se consideran las ciencias de la
educación (psicología, antropología, sociología, pedagogía y didáctica).
Pensar en red en el campo de la formación humana significa e implica la posibilidad
de tener en cuenta el alto grado de relación, interconexión y configuración de los
fenómenos, eventos y procesos socioeducativos, así como establecer ámbitos de
conocimiento sustentados en las diversas formas del conocimiento y la experiencia humana,
en relación con sus múltiples articulaciones, contrario a la propuesta positivista de Comte
(2008).
El ser humano es un artista que a su vez integra su propio arte, de manera que
configura el mundo y le da un sentido y significado. A su vez, en esta acción él mismo se
reconfigura en las múltiples interconexiones que establece con los demás seres humanos,
con él mismo y con los procesos, eventos, fenómenos, acontecimientos y situaciones
socioeducativas con las que interactúa.
El siglo XXI avanza a pasos agigantados guiado por la complejidad y las nuevas
teorías de sistemas, tanto en la ciencia en general, como en la epistemología, y en la
educación en particular. La ciencia clásica se caracterizó por privilegiar el determinismo, la
linealidad, el reduccionismo, la predicción, la causalidad y la conservación mecanicista,
dogmática y esquemática. Sin embargo, los nuevos paradigmas han puesto su mirada en los
procesos complejos, sistémicos, dinámicos, no lineales y relacionales.
En los albores del siglo XXI, la modernidad propicia nuestra aversión hacia ella. Esto
en razón a sus inertes paradigmas que aún dominan en el mundo científico y pedagógico de
occidente desde sus silenciosas tumbas, con pueriles discursos que demuestran su
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
inoperancia. Estos paradigmas hoy son muertos insepultos. Es por ello que se buscan
opciones y enfoques más pertinentes, viables y sostenibles. Se asiste a un momento de
configuración de nuevos paradigmas científicos y educativos más tolerantes, incluyentes y
comprensivos.
Los trabajos de investigación y divulgación de Capra (1988, 1991, 2003, 2007,
2008a, 2008b, 2009, 2010), posteriores a la circulación de su controvertido libro El Tao de
la física (2007), incluyen estudios sobre otros campos científicos diferentes a la física, tales
como la ecología, la biología y la psicología, los cuales sin lugar a dudas impactan también
las concepciones sobre la educación. En El Tao de la física —su primer libro— Capra
plantea unos postulados interesantes y controversiales, en los cuales enfatiza la importancia
de analizar el universo desde una mirada holística, y lograr así una comprensión ecológica
del mismo al relacionarlo con la trama de la vida, a partir de su pertenencia a la infinita y
extensa danza de la creación. Esto demuestra que su concepción ontológica se sustenta en
una visión de la naturaleza de la realidad como un proceso creativo e interconectado en el
que su comprensión implica un análisis holístico y no aislado, coherentemente
interconectado.
Los propios esfuerzos de Capra han estado encaminados precisamente a cambiar la
ciencia actual, de tal modo que fuera posible incorporar dichas consideraciones en el marco
científico, epistemológico y pedagógico del futuro. Para ello, hace hincapié en como el
primer paso debe consistir en cambiar el enfoque mecanicista y fragmentario de la ciencia
clásica por un paradigma holístico y ecológico, en el que el énfasis principal se desplazara
de las sustancias o entidades independientes a las relaciones. Esto permitiría introducir las
categorías de contexto y significado. Capra afirma que sólo cuando se dispusiera de dicho
marco eco-holista, podrían empezar a darse los pasos necesarios en procura de una
respuesta a las preocupaciones de una gran diversidad de científicos y educadores. Él, en
este sentido, logra hacerlo de manera excepcional, lo cual constituye un paso significativo
para repensar la ciencia, la epistemología y la educación.
En correspondencia con lo anterior, Capra (2009) considera que, “nuestras
instituciones sociales son incapaces de resolver los principales problemas de nuestra época,
por el hecho de aferrarse a una visión anticuada del mundo, la visión mecanicista de la
ciencia del siglo XVII” (p. 254). El modelo clásico de la física newtoniana y el método
cartesiano han servido de cimiento epistemológico y metodológico no sólo para las ciencias
naturales, sino también para las ciencias humanas y sociales, incluyendo la pedagogía, la
didáctica, la teoría curricular, e incluso la evaluación educativa. Sin embargo, las
limitaciones de esta visión del mundo son ahora evidentes en múltiples aspectos de la crisis
global. Si bien el modelo newtoniano es todavía el paradigma dominante en nuestras
instituciones académicas y en la sociedad en general, los físicos han ido mucho más allá.
Capra (2009) afirma que de la nueva física emerge una nueva cosmovisión, la cual
describe con sus énfasis en la interconexión, las relaciones, la trama, las pautas dinámicas,
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
la red y los cambios y transformaciones permanentes, todo lo cual generará en otras
ciencias un cambio de su filosofía subyacente, con el fin de ser consecuentes con esta nueva
visión de la realidad, cuyo cambio radical “constituye el único modo de resolver
verdaderamente nuestros urgentes problemas económicos, sociales y ambientales” (p. 255).
Los biólogos moleculares no comprendieron los procesos interconectores holísticos
de los sistemas vivos, a pesar de que descubrieron los componentes básicos de la vida. A
partir de estas consideraciones, los científicos configuraron un nuevo lenguaje para el
estudio de los organismos vivos, dada su complejidad y alto nivel de integración e
interconexión: sistemas complejos, dinámica de redes, dinámica no-lineal, teoría de la
complejidad, teoría de los sistemas dinámicos, configuraciones vivas, psíquicas y sociales,
etc. De manera que algunos de los conceptos claves de estas nuevas teorías sistémicas, son:
auto-organización, estructuras disipativas, fractales, atractores caóticos, redes autopoiéticas
y configuración.
Sin embargo, a pesar de lo anterior, el pesimismo se ha apoderado de la voluntad de
los científicos y educadores. Sin lugar a dudas, existen soluciones muy sencillas para los
problemas socioeducativos fundamentales de la época actual, pero para ello se necesita una
inmensa transformación de las concepciones contemporáneas del discernimiento, la actitud
mental, la forma de ver el mundo, el pensamiento, la concepción de ciencia, la pedagogía,
el conocimiento, los valores, la forma de analizar la esencia y naturaleza de los objetos de
estudio (ontología), y, por supuesto, del proceso o lógica de configuración del
conocimiento científico (epistemología). Sin duda, está emergiendo esta transformación
esencial de mirada en la sociedad y en la actividad científica y pedagógica: el surgimiento
de nuevos paradigmas científicos y modelos pedagógicos, tan radicales o más impactantes
y trascendentales que la revolución que provocó Copérnico.
A partir de lo anterior, en este ensayo se presenta una panorámica sobre los aportes de
Capra a la nueva concepción científica y pedagógica, mediante la configuración de lo que
él denomina paradigma ecológico. Se analizan además otras concepciones epistemológicas
desde la mirada de este eminente filósofo, científico y epistemólogo moderno. Especial
atención tiene en el ensayo el cambio paradigmático en los siglos XX y XXI, a partir del
planteamiento de una nueva concepción del ser humano (la cual propone una concepción
diferente de la cognición, la conciencia, la comprensión y la espiritualidad humana), así
como una nueva concepción epistemológica en la que subyacen las categorías de contexto y
proceso, redes e interconexiones, patrones, caos y fractal. Estos aspectos resultan muy
importantes y significativos para la ciencia y la educación en este tercer milenio.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
UNA NUEVA CONCEPCIÓN DEL SER HUMANO
LA COGNICIÓN
Para Bateson (2010, 2011) la mente es una relación, pero no sólo una propiedad, atributo o
relación humana, sino una cualidad de todos los sistemas vivos, incluyendo a las plantas.
Las plantas y las bacterias tienen mente aunque no tienen cerebro. Esto significa que
para que exista la mente no es necesario el cerebro. Los organismos más simples son
capaces de cognición a través de la percepción. Perciben los cambios en su entorno aunque
no ven, perciben las concentraciones más altas o más bajas de compuestos químicos, frío y
calor, diferencias entre luz y oscuridad, etc. Este concepto de cognición es más abarcador
que el de pensamiento. Incluye todo el proceso de la vida: emoción, percepción y acción.
Esto es muy importante para la educación y para la configuración de los modelos
pedagógicos institucionales, por cuanto la comunidad educativa durante el desarrollo del
proceso de modelación pedagógica deberá asumir teleológicamente qué cualidades o
atributos psíquicos se pretende estimular y potenciar en los estudiantes. De esta manera, en
relación con la concepción que se asuma acerca de la cognición humana, así serán las
estrategias que se deben proponer en el modelo pedagógico de la institución educativa.
En la actualidad, la concepción cartesiana de la mente humana se deja de lado
paulatinamente. Esto en cuanto la mente no es considerada una sustancia, una cosa u objeto
tangible y medible, sino un proceso relacional con el cerebro humano, una estructura física
que posibilita la emergencia del proceso cognitivo o mental, la cual no es más que el
proceso vital, la vida humana. Esta concepción ha sido desarrollada por Maturana (2003) a
partir de los aportes de Bateson. Para estos autores la mente es un proceso, una relación, y
el cerebro es la estructura física a través de la cual se genera dicho proceso.
Sin embargo, la única estructura a través de la cual opera el proceso de cognición no
es el cerebro. Según Capra (2010), independientemente de que el organismo tenga o no un
sistema nervioso superior y un cerebro, toda la estructura disipativa del organismo participa
en el proceso mental.
La ciencia cognitiva identifica la cognición con el proceso de la vida, es decir,
conocer es vivir, y todo proceso vital está relacionado con un proceso mental. De manera
que la cognición es la actividad que organiza los sistemas vivos. Por lo tanto, toda
interacción de un ser vivo (planta, animal o ser humano) con su entorno es una interacción
cognitiva. Esto significa que vida y cognición son una configuración, son inseparables. No
hay vida sin cognición, y no hay cognición sin vida, ambas son caras de una misma
moneda. De ahí la importancia de educar para la vida, lo cual implica educar para el
desarrollo de la cognición humana.
Hoy es imprescindible configurar un proceso educativo que propenda hacia el
desarrollo y potenciación del pensamiento crítico, reflexivo y creativo, un proceso
educativo que estimule la imaginación y la reflexión del ser humano, la acción de
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comprender y juzgar, así como todos los procesos de su actividad mental. Esto es, el
pensamiento, la voluntad y el juicio, tal como lo propone Arendt (1995, 1997, 1998, 2002b,
2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2012b) en la mayoría de sus obras, las cuales son una
invitación a pensar de una manera diferente la condición humana, es decir, el ser humano
que piensa, reflexiona, actúa y se arroja al mundo mediante su voluntad para comprenderlo,
utilizando su imaginación y su capacidad de juzgar. Para Arendt (2012a) el juicio es la
facultad humana que permite llegar hasta donde el pensamiento y la voluntad no pueden, y
de esta manera comprender el mundo humano —que es el mundo del lenguaje—, el mundo
configurado lingüísticamente. De ahí que las intenciones formativas de los modelos
pedagógicos del siglo XXI deben estar encaminadas a garantizar que los niños, niñas,
adolescentes y jóvenes cultiven su capacidad de juzgar, entendida esta como una de las
facultades más prominentes de la mente humana.
En opinión de Capra (2009), el aporte más significativo de Bateson a la ciencia
moderna fue su ontología sobre la mente, con la cual supera el dualismo cartesiano que
tantos problemas ha causado en la cultura occidental.
La primera vez que Capra comprendió el concepto de mente propuesto por Bateson
(2010, 2011) fue cuando estudió la teoría de los sistemas auto-organizadores, esbozada por
Prigogine (1979, 1994, 2008, 2009, 2012). Este considera que las pautas de organización de
los sistemas vivos se sintetizan en el principio de auto-organización, es decir, “los sistemas
auto-organizadores manifiestan cierto grado de autonomía” (Capra, 2009, p. 95). Es decir,
su orden no lo impone el entorno, sino que lo establece el propio organismo como sistema
auto-organizador, lo cual no significa que el organismo está aislado de su entorno, con el
que interactúa constantemente, pero esta interacción no determina su organización —
influye pero no la determina—, porque es un sistema auto-organizador.
Segú Capra (2009), Erich Jantsch fue quien señaló la conexión entre el concepto de
Prigogine (Prigogine & Stengers 1979) de auto-organización, y el de Bateson (2010) de
mente. Cuando Capra comparó los criterios de los sistemas auto-organizadores de
Prigogine con los procesos mentales de Bateson, descubrió efectivamente que ambos eran
muy parecidos; a decir verdad, estaban tan cerca los unos de los otros que parecían
idénticos.
Capra comprendió inmediatamente que lo que esto significaba era que la mente y la
auto-organización son dos subprocesos del proceso vital. Sin lugar a dudas, este concepto
de auto-organización es muy parecido a la noción de autopoiesis creada por Maturana
(2003). Es algo similar a lo que Ortiz (2013) denomina auto-configuración, aunque no son
lo mismo.
Es preciso destacar que la mayoría de las características de los procesos mentales que
describe Capra (2009), existen en forma rudimentaria en diversos animales, pero es en los
seres humanos que se expresan con plenitud, ya que los seres humanos son los únicos seres
vivos que somos conscientes de que tenemos conciencia.
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LA CONCIENCIA
En una ocasión Capra (2009) le dijo a Bateson mientras tomaban un café: “—Mira
Gregory, tu concepto de la mente parece idéntico al concepto de la vida. —Tienes razón
—respondió sin titubeo alguno, mirando a Capra fijamente a los ojos—. La mente es la
esencia de la vida” (p. 97).
Sin embargo, Bateson (2010) distinguía con toda claridad la mente de la conciencia y
puntualizaba que la conciencia no estaba, por lo menos todavía, incluida en su concepto de
mente. A menudo Capra intentó persuadirle para que definiera de algún modo la naturaleza
de la conciencia, pero siempre se negó a hacerlo, alegando que esa era la enorme incógnita
por resolver, el próximo gran reto.
Por otro lado, Capra (2009) se ha percatado de que la dimensión subjetiva del
científico siempre está presente en su actividad investigativa, pero casi nunca se tiene en
cuenta como el eje principal de la atención. Sin embargo, cuando la conciencia se convierte
en objeto de estudio, las experiencias y vivencias internas y subjetivas se convierten en
datos que deben ser analizados, lo cual exige una evaluación rigurosa de la vivencia
subjetiva y la experiencia interna en primera persona. La ciencia de la conciencia existirá
cuando el estudio de la conciencia incluya esta exploración subjetiva. Esto no significa que
las investigaciones no van a tener rigor científico. Cuando en la actividad científica se hace
referencia a la objetividad, no se trata sólo de una simple actividad rigurosa individual, sino
a la configuración de un sistema coherente y armónico de conocimientos intersubjetivos.
Incluso, cuando la investigación se refiera a un autoanálisis de la conciencia, es importante
la validación intersubjetiva, la cual da cuenta de lo que Ortiz (2014) denomina
“subjetividad objetiva”.
Jung (1951, 1965), el apóstata freudiano, implicó a la psicología tradicional en este
tipo de estudio al desarrollar nociones coherentes con los avances de las nuevas teorías de
sistemas, abandonando así el paradigma psicoanalítico newtoniano.
Aquí es significativo retomar a Bateson (2010, 2011), dada la importancia de
entender al ser humano como proceso y relación, y no como estructura. El ser humano es
una configuración compleja de configuraciones complejas, y su aprendizaje es
configuracional, por cuanto implica a otros procesos inmanentes que se convierten en redes
de relaciones que influyen y determinan el proceso de autorregulación.
En una conversación que Capra (2009) sostuvo con Laing, le dijo como en la noche le
iba a presentar —del modo más completo y sistemático posible—, la visión de la mente y
de la conciencia que emerge del marco conceptual que estaba desarrollando en ese
momento, la cual presentaría en su próximo libro. No es un marco en el que la crítica de
Laing quedaba plenamente respondida, pero Capra consideraba que era un primer paso
necesario para dicho fin. Desde la perspectiva del nuevo marco de Capra, en realidad él
consideraba que se podría empezar a ver la forma de incorporar la experiencia, los valores y
la conciencia en las investigaciones científicas.
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Laing se limitaba a asentir y a escuchar atentamente con gran concentración. A
continuación Capra le ofreció una presentación concisa, y sin embargo bastante amplia, de
sus nuevas ideas. Empezó con la visión de organismos vivos como sistemas autoorganizadores, explicó el concepto de las estructuras disipativas de Prigogine (1994), e hizo
especial hincapié en la visión de las formas biológicas como manifestaciones de procesos
subyacentes. Entonces lo relacionó con el concepto de Jung (1965) del inconsciente
colectivo, y con la idea de Bateson (2010) de la mente como dinámica de la autoorganización. Por último, después de preparar cuidadosamente el terreno, tocó el tema de la
conciencia. Para ello, Capra (2009) especificó en primer lugar lo que entendía por
conciencia; la propiedad de la mente caracterizada por el autoconocimiento. El
concienciamiento es una propiedad de la mente que está presente en todos los niveles de la
vida: “El autoconocimiento, que sepamos, sólo se manifiesta en animales superiores y se
desarrolla plenamente en la mente humana” (p. 158). Esta es la propiedad de la mente a la
que Capra se refiere como conciencia.
Capra hizo una pauta momentánea y, al comprobar que Laing no tenía intención de
intervenir, pasó a ser plenamente consciente de la suave noche de verano, las paredes
blancas de la terraza con las siluetas de los árboles del parque como telón de fondo, el canto
de los grillos, la media luna que colgaba del firmamento, las cuerdas de una guitarra que
sonaba en la lejanía, así como de la proximidad y atención de la gente que los rodeaba.
A continuación, Laing especuló sobre un nuevo tipo de lenguaje, adecuado para la nueva
ciencia. Señaló que el lenguaje científico convencional es descriptivo, mientras que el
lenguaje necesario para experiencias compartidas debería ser representativo (en opinión del
autor de este ensayo, más bien configurativo). Sería un lenguaje más semejante a la poesía,
o incluso a la música, capaz de representar directamente una experiencia, transmitiendo de
algún modo su carácter cualitativo: “Cada vez son mayores mis dudas acerca del lenguaje
como paradigma necesario para el pensamiento —susurró—. Si pensamos en términos
musicales, ¿eso es un lenguaje?” (Citado en Capra, 2009, p. 163). O, ¿quizá lo que se
necesita para la configuración de la nueva ciencia es una inteligencia humana intuitiva?
El ser humano se configura mediante el lenguaje y la comunicación, a través del cual
le atribuimos significado al significado y buscamos la comprensión del mundo que nos
rodea y de nuestra propia experiencia vital.
EL SIGNIFICADO DEL SIGNIFICADO: LA COMPRENSIÓN
En los mismos años en que Husserl (2011, 2012) desarrolla la fenomenología, aparece en
los albores del siglo XX la crítica historicista del filósofo neo-idealista alemán Wilhelm
Dilthey (1833-1911), el cual da una lucha frontal en contra de la escisión entre sujeto y
naturaleza con la hermenéutica del lenguaje, estableciendo diferencias entre el campo
objetual de las ciencias naturales y el campo lingüístico en el que estas se generan. Dilthey
(1951) promueve una mirada epistemológica autónoma y examina las características
propias de las ciencias humanas, a las cuales él denomina “ciencias del espíritu”,
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enfrentándolas a las ciencias de la naturaleza. En este sentido, Dilthey se propone delimitar
el campo de las ciencias del espíritu con la ayuda de la hermenéutica.
Dilthey (1980a, 1980b) rescata el hecho de que, de forma paralela a las ciencias
naturales, se habían venido desarrollando otras ciencias que tratan sobre el género humano
(la historia, la economía política, las ciencias jurídicas y políticas, la religión, el estudio de
la literatura, la poesía y la música), y como esas ciencias por ser propias del espíritu tienen
una forma metodológica especial diferente a las formas lógicas de las ciencias naturales.
De igual forma Dilthey (1951, 1980a, 1980b), en contraposición a Pierce, consideraba
que la clave del conocimiento no está en el plano instrumental de los acuerdos, sino en el de
las acciones simbólicas en el que este tiene lugar. Es sólo el plano social el que define el
conocimiento de las comunidades, lo instrumental no es más que un fragmento de este
plano social de la vida. Sin embargo, considera que el problema de las ciencias naturales es
que no reconocen la existencia de otro plano diferente en el que no se mueve un interés
pragmatista, no reconocen el mundo de las ideas y los sentimientos, y como ese mundo
debe ser estudiado por unas ciencias diferentes a estas: las ciencias del espíritu.
Mientras que las ciencias naturales dependen de modelos preestablecidos, rígidos,
mecánicos, deterministas y reduccionistas, las ciencias del espíritu no, pues estas no
concluyen en teorías nomológicas sino en argumentos devenidos de la vivencia. Mientras
que las ciencias naturales están conformadas por teorías, hipótesis y postulados, las ciencias
del espíritu reflejan objetivaciones mentales de la vivencia reproductiva; mientras las
primeras explican, las segundas comprenden. La explicación requiere separar teorías de
hechos; la comprensión configura y funde hechos y teoría.
La vivencia es la categoría básica en Dilthey (1980a, 1980b), por tanto, el objeto no
es la humanidad, sino el mundo en que se manifiesta la vida histórico-social. De ahí que la
comprensión se da al sustituir la vivencia del otro, o del sujeto mismo, volverla a vivir. Por
eso la comprensión apunta a conjuntos simbólicos, es decir, a la forma como se representa
y no a lo que se aprendió.
Sin embargo, Weber (1964, 2009), a diferencia de Dilthey (1951, 1980a, 1980b), no
separaba las ciencias sociales de las ciencias naturales, por cuanto para él las ciencias
socio-humanas también pueden explicar fenómenos y procesos sociales y humanos
mediante la búsqueda de “causas probabilísticas”, y el uso de tipos ideales. En este sentido,
ya Weber (1864-1920) desde su época promovía una ciencia social positivista y empíricoanalítica, la cual se dedicara a explicar los fenómenos y hechos sociales.
La filosofía de las ciencias sociales de Weber (1964) debe entenderse dentro de las
relaciones que establece entre historia y sociología, en un intento de llevar a cabo una
aproximación entre el conocimiento ideográfico (singular, particular, simbólico,
representativo), y el conocimiento nomotético (general, universal), buscado por las ciencias
naturales:
La comprensión es un concepto muy debatido. Dilthey lo entendió al
principio como capacidad psicológica o empática. Posteriormente, bajo la
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influencia de Hegel, de manera más objetiva, Weber avanza en esta línea.
Para Schütz, no es un método, sino la forma experiencial como el
pensamiento de sentido común toma conocimiento del mundo social. Para
Gadamer es la interpretación lingüística que siempre hacemos de los
fenómenos. Apel, al igual que Habermas, ve en la comprensión las
condiciones de posibilidad de la captación de la intencionalidad de las
acciones humanas. Para los teóricos de raíz empírico-analítica, la
comprensión es sólo un procedimiento psicológico-heurístico para proponer
hipótesis. (Mardones, 1991, p. 400).
Para el filósofo austriaco Alfred Schütz (1899-1959), el objeto de estudio de las
ciencias sociales en general, y de la sociología en particular, es el mundo de la vida
cotidiana, específicamente el sentido subjetivo de las acciones humanas en dicha
cotidianidad. Este campo de la vida diaria —en sus diversas formas— expresa el mundo
intersubjetivo experimentado por el ser humano. Schütz estudia la intersubjetividad en el
mundo social.
Según Schütz, el mundo cultural intersubjetivo configura las configuraciones del
sentido común en la vida cotidiana. Esta intersubjetividad es el resultado de la convivencia
del hombre en el mundo cotidiano como ser humano configurado con otros seres humanos,
a los cuales comprende y por los que es comprendido. A fin de orientarse y actuar en el
mundo de la vida cotidiana, el hombre debe interpretar un universo de sentidos y
significaciones que configuran su cultura a través de la red de redes de conversaciones que
configuran su lenguaje y emocionar, por utilizar términos de Maturana (1994, 1995, 2001,
2002, 2002b, 2003, 2008, 2009a, 2009b).
Este mundo de significados (a diferencia del mundo de la naturaleza), se origina en
acciones humanas, de tal modo que todas las instituciones de la sociedad, las obras
artísticas, los modelos lingüísticos, los símbolos, instrumentos y herramientas, así como
todos los objetos de la cultura, tienen impregnada la acción humana en su génesis y en sus
significados.
Por otro lado, el filósofo y filólogo alemán Hans-Georg Gadamer (1900-2002)
relaciona en su obra fundamental Verdad y método (1960), la hermenéutica del
conocimiento —según la concepción de Dilthey (1951, 1980a, 1980b)— con la
hermenéutica del lenguaje, en la tradición de Heidegger (1974, 2006, 2007, 2010, 2011). Al
hacerlo así, elabora una teoría de la “comprensión” según la cual esta se convierte en una
dimensión esencial del ser humano en sus aspectos socio-históricos, y deja de ser un
método. Aunque la historia de la ciencia, la filosofía y la epistemología reconocen a
Wittgenstein (2006, 2010, 2012) como el filósofo del lenguaje, el autor de este ensayo no
cree que Heidegger (1889-1976), o bien Gadamer (1900-2002), hayan leído algún día a
Wittgenstein (1889-1951), a pesar de que fueron contemporáneos. Piensa que de haberlo
leído, hubiesen tenido la amabilidad de citarlo.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
Como ya se ha explicado, tanto para Dilthey (1951, 1980a, 1980b), como para Weber
(1964, 2009), la comprensión de la conducta humana y social implica captar la conciencia
subjetiva de esa conducta. Gadamer (1984, 2010) por el contrario, postula el carácter
objetivo de ese fenómeno, que consiste no en entender al otro, sino en entenderse con otro
respecto de algo, respecto de un texto. En este sentido, un texto puede ser una obra escrita,
pero también una obra de arte, un acontecimiento histórico, una canción, un
acontecimiento, una situación determinada, etc. El texto es la vida misma. Esto nos remite a
la famosa frase de Derrida (2001, 2012a, 2012b): “nada existe fuera del texto”.
Para Gadamer (1984), la comprensión de un texto debe ser histórica, pues siempre
está mediada por la historia. Además, es prácticamente imposible comprender sin prejuicios
o sin conocimientos precedentes. Si lograra hacerse, se anularía toda posibilidad de
comprensión. Por eso este autor afirma que toda comprensión se realiza en un círculo
hermenéutico. Sin embargo, ya Schleiermacher (1768-1834), así como Droysen (18081884), habían profundizado en la esencia del proceso de comprensión al señalar que la
comprensión de un texto siempre implica un análisis circular que se mueve de la parte hacia
el todo y viceversa:
Los fragmentos se interpretan desde la totalidad del texto, y éste desde la
comprensión de sus fragmentos (y el círculo se amplía también al contexto,
autor, época, etc.). Tal circularidad es inevitable y pertenece a la esencia
misma de la comprensión (...) La comprensión del texto se encuentra
determinada continuamente por el movimiento anticipatorio de la
precomprensión (…) La anticipación de sentido que guía nuestra
comprensión de un texto no es un acto de subjetividad sino que se determina
desde la comunidad que nos une con la tradición. (Gadamer, 1984, p. 363)
De esta manera, la comprensión hermenéutica se ejercita desde un prejuicio del
intérprete que, sin embargo, no es un “yo abstracto”, sino que forma parte de una
comunidad y de una tradición de las cuales ha recibido los prejuicios. Además, señala
Gadamer (1984), todo proceso de comprensión es lingüístico, pues el lenguaje es el medio a
través del cual ella se realiza. El lenguaje, además de ser un sistema de signos, es, en la
línea de Wittgenstein (2006, 2010, 2012), una expresión del modo humano de “ser en el
mundo”.
Cada una de estas cuatro dimensiones (forma, materia, proceso y significado),
contribuye de manera significativa a la comprensión de los procesos sociales y humanos
como una totalidad organizada, es decir, como una configuración. En efecto,
La cultura es creada y sostenida por una red (forma) de comunicaciones
(proceso), que la dota de significado. La encarnación material de la cultura
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
(materia) incluye artefactos y textos escritos, a través de los cuales el
significado es trasmitido de generación en generación. (Capra, 2003, p.107).
La separación de los objetos entre sí constituye un trastorno mental, y no refleja ni da
cuenta de la verdadera naturaleza y la condición humana, lo cual llevaría a una nueva forma
de pensar, a una nueva racionalidad no sólo en la ciencia sino en la educación y en la
actividad cotidiana, en la biopraxis y, en ese sentido, se estaría configurando una nueva
concepción epistemológica.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
UNA NUEVA CONCEPCIÓN EPISTEMOLÓGICA
CONTEXTO Y PROCESO
Hasta aquí se han desarrollado nociones básicas del pensamiento contextual. A finales del
siglo XX se desarrolla el pensamiento procesal y sistémico autorreferencial (Luhmann,
1996, 1997, 1998a, 1998b).
En la concepción mecanicista de la ciencia cartesiana existen estructuras básicas y
fuerzas o mecanismos mediante los cuales interactúan dichas estructuras, generando los
procesos. Según Zemelman (2009), “hay un problema de manejo del concepto de estructura
muy claro y que es perfectamente comprensible, porque éste es uno de los conceptos más
fuertes que conforman el paradigma de la racionalidad científica desde hace muchos siglos”
(p. 39). En el concepto de estructura se concentró, durante muchísimo tiempo, el gran
aporte del paradigma de la explicación científica desde el siglo XVII en adelante, el cual
implicaba buscar la estructura como la invariante epistémica, a partir de la regularidad
conceptual o praxiológica. Esto se transformó, por lo tanto, en el discurso de las variaciones
en torno a un eje invariante, lo que correspondía a una regularidad numérica o empírica.
Eso puede ser correcto. No obstante, el problema aparece cuando se transforma en
una categoría extrapolable a cualquier situación del pensamiento, debido a que entonces ya
no se está solamente ante la exigencia de la invariante, sino frente a la estructura
transformada en una estructura categorial, excluyente de cualquier otra concepción de
cientificidad.
Zemelman (1992, 2009) selecciona este problema en razón a que es uno de los puntos
que constituye la dificultad, el obstáculo para resolver algunas exigencias epistémicas de
hoy, consistentes, muchas de ellas, en cambiar el paradigma de —como se está
denominando—la ciencia o de la simplicidad: “El problema no es tanto la causa, a lo mejor
ni siquiera el concepto de ley, el problema puede estar más bien en el concepto de
estructura que se vincula con la dificultad, por ejemplo, de manejar la idea de proceso”
(Zemelman, 2009, p.40). No se trata de negar el reduccionismo y el determinismo, se trata
de complejizarlos. Es necesario complejizar y problematizar el alcance que tiene el
determinismo y el reduccionismo. Pero, en todo caso, lo que sí está muy claro es que el
concepto mismo de determinismo clásico ya no puede seguir siendo el actual, entendiendo
por este el consuetudinario de,
Determinar es negar, vale decir, es reducir la realidad a aquello que está
dentro de la determinación y olvidarse simplemente de todo aquello que está
fuera de sus límites, por eso la estoy negando, pero la estoy negando como
realidad. (Zemelman, 2009, p. 42).
La articulación de niveles de realidad cumple la función de exigencia de objetividad,
y Zemelman (2009) entiende este concepto de objetividad como “relación entre niveles y
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
momentos de un fenómeno” (p. 44). Esto tiene que ver con un tema que es casi de sentido
común, siguiendo con Zemelman (1992, 2009), pues tiene que ver con la naturaleza
compleja del objeto, con la naturaleza transdisciplinaria del mismo: ¿por qué se está
diciendo lo que se está diciendo, de la manera como se está diciendo?
Sin pretender hacer un diagnóstico, la cuestión que subyace es que se exprese en los
enunciados la complejidad sistémica del objeto de estudio:
Cuando decimos que ya los objetos no son sólo sociológicos, no son sólo
económicos, no son sólo antropológicos, sino que son socio-antropológicos,
políticos, culturales, en otro lenguaje más epistémico, es lo mismo que estoy
diciendo aquí (…) El problema es que ese otro lenguaje, ya no es
simplemente una constatación de una situación producida en el ámbito del
conocimiento concreto, sino que apunta a la forma de razonamiento, que es lo
que interesa discutir. (Zemelman, 2009, pp. 46-47).
Por otro lado, según Bateson (2011), es menester explayarse algo más sobre la
relación entre forma como un análogo de lo que se ha denominado tautología, y la de
proceso como un análogo de la suma de fenómenos que se quieren explicar: “La tautología
es con respecto a la descripción lo que la forma es con respecto al proceso” (p. 206).
Esta dicotomía, la cual prima en los espíritus científicos cuando se mira “hacia” el
mundo de los fenómenos, es también propia de las relaciones entre los mismos fenómenos
que se intentan analizar:
La dicotomía existe a ambos lados de la valla que nos separa de los sujetos de
nuestro discurso. Las cosas-en-sí (las dingeansich), inaccesibles a nuestra
indagación directa, mantienen entre sí relaciones comparables a las que
existen entre ellas y nosotros. Ellas (aun las que están vivas) tienen
experiencia directa una de otra —cuestión esta que tiene gran significación, y
primer postulado necesario para toda comprensión del mundo viviente—. Lo
decisivo es el presupuesto de que las ideas (en un sentido muy lato de la
palabra) tienen consistencia y realidad. Ellas son las que podemos conocer, y
no podemos conocer nada más. Las “realidades verdaderas” son las
regularidades o “leyes” que las ligan entre sí. Y esa es la mayor proximidad a
que podemos llegar con respecto a la verdad última. (Bateson, 2011, p. 207).
Bateson (2011) sostiene que “las relaciones implícitas o inmanentes en los sucesos de
la historia personal, la secuencia del zigzag de pasos que llevan de la forma al proceso, y de
nuevo a la forma, suministran un paradigma muy eficiente para el cartografiado de muchos
fenómenos” (p. 209); algunos de los cuales ya han sido mencionados.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
De igual modo,
Este paradigma no se limita a una narración personal de cómo llegó a
construirse un fragmento determinado de teoría, sino que reaparece una y otra
vez siempre que en la organización de los fenómenos predomina el proceso
espiritual. En otras palabras: cuando sacamos la noción de tipificación lógica
del campo de la lógica abstracta y comenzamos a cartografiar sucesos
biológicos reales en las jerarquías de este paradigma, de inmediato nos
encontramos con que en el mundo de los sistemas espirituales y biológicos la
jerarquía no es solo una lista de clases, sino que se ha convertido también en
una escala en zig-zag de dialéctica entre la forma y el proceso. (Bateson,
2011, p. 210).
Bateson (2011) afirma además como la misma naturaleza de la percepción sigue este
paradigma. El aprendizaje debe modelarse sobre un paradigma en zigzag de esta misma
índole, así como en el mundo social la relación entre el amor y el matrimonio, o entre la
educación y la posición social, necesariamente se atienen a un paradigma semejante: “En la
evolución, la relación entre el cambio somático y el filogenético, y entre lo aleatorio y lo
seleccionado, tiene esta forma en zig-zag” (p. 211). Este autor sugiere que relaciones
similares priman, en un nivel más abstracto, entre la formación de nuevas especies y la
variación, entre la continuidad y la discontinuidad, y entre el número y la cantidad:
Si un suceso cualquiera depende de cierta característica de una muestra
múltiple de alguna otra especie de sucesos, debe trascurrir tiempo para la
acumulación de esa muestra, y ese tiempo trascurrido interrumpirá a trechos
el suceso dependiente produciendo una discontinuidad. Pero, desde luego, en
un mundo de causación puramente física no habría tales “muestras”. Las
muestras son creaciones artificiales de la descripción, hijas del espíritu, y
conformadoras del proceso espiritual. (Bateson, 2011, p. 218).
Lo que hasta aquí se ha dicho servirá como definición suficiente de lo que en este
ensayo se entiende por forma y patrón. Se ha discutido más sobre la relación que sobre las
personas o hechos relacionados, más sobre el contexto que sobre lo que ocurre en el
contexto dado, más sobre la forma que sobre el contenido. Para Bateson (2010) lo que
evoluciona es el contexto, de manera que el significado de los eventos y acontecimientos
hay que buscarlo y estudiarlo en algún contexto. Esta visión de Bateson es una
particularidad de las interacciones entre seres humanos, es un atributo de las relaciones
humanas que se denomina “trasferencia”. Esto en cuanto cada aprendizaje es una
configuración de un aprendizaje anterior, ya que la forma de actuar hoy depende de lo
sucedido ayer, se configura en las nuevas actuaciones humanas y, si se cultiva, se consolida
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
y se conserva, pasa a formar parte de nuestra biopraxis cotidiana. Bateson (2011) afirma lo
siguiente:
Existe un aprendizaje del contexto, aprendizaje diferente del que ven los
experimentadores, y que nace de una especie de descripción doble que va de
la mano con la relación y la interacción. Además, como todos los temas del
aprendizaje contextual, esos temas relacionales se auto-convalidan. El orgullo
se nutre de la admiración, pero siendo esta condicional —y el hombre
orgulloso teme el desprecio del otro—, de ello se desprende que nada puede
hacer el otro para disminuir el orgullo. Si muestra desprecio, igualmente
refuerza el orgullo. (p. 149).
Como se aprecia, no es posible hacer referencia al contexto y al proceso en la
actividad científica y pedagógica al margen de las redes e interconexiones.
REDES E INTERCONEXIONES
Gregory Bateson fue un eminente pensador que ha logrado una influencia extraordinaria en
el pensamiento moderno occidental, y así lo reconocerán los historiadores del futuro. Lo
singular de su pensamiento se debe a su generalidad y amplio alcance. Bateson (2010,
2011) desafió los supuestos básicos y los métodos de diversas ciencias, buscando pautas
más allá de las pautas y procesos subyacentes en las estructuras, en una época marcada por
la excesiva especialización y la fragmentación. Declaró que toda definición se sustenta en
una relación y que todo estudio debería tener la intención de develar los principios de
organización de los eventos, situaciones o acontecimientos observados, es decir, la pauta
que los conecta.
El concepto de una pauta de relaciones, especula Capra (2009), parece de algún modo
más próximo a la idea de la calidad. Y él tiene la sensación de que una ciencia cuyo interés
primordial lo constituyan las redes de pautas dinámicas interdependientes, estará más cerca
de lo que se ha denominado “ciencia de la comprensión”.
A continuación se reproduce un diálogo que Capra (2009) reconstruye de memoria,
una de las conversaciones que sostuvo con Bateson. Un día estaban sentados en la terraza
junto al pabellón de Esalen, y Bateson hablaba de lógica, afirmaba que la lógica es un
instrumento muy elegante, al cual se le saca un buen rendimiento desde hace unos dos mil
años. Sin embargo, Bateson consideraba que cuando se aplica a los cangrejos, a las
mariposas y sus costumbres, a todo eso que es tan bello, la lógica no es satisfactoria, porque
esa gran estructura de seres vivos no ha sido compaginada con la lógica. Bateson detalla
que cuando se observan pautas circulares de causalidad, como siempre ocurre en el mundo
vivo, el uso de la lógica propicia la aparición de paradojas. Esto lo ejemplifica con el
termostato, un simple órgano sensorial: si está encendido, se apaga; si está apagado, se
enciende. Si es sí, es no; si es no, es sí. Su última frase le recordaba las paradojas clásicas
de la lógica aristotélica que era, evidentemente, lo que se proponía. Por consiguiente, Capra
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
se arriesgó a dar un salto, preguntándose: ¿mienten los termostatos? Bateson respondió con
un destello en la mirada: Sí, no, sí, no. Y afirmó que el equivalente cibernético de la lógica
es la oscilación.
Hizo una nueva pausa y, en aquel momento, de pronto Capra tuvo una visión
relacionada con algo que le interesaba desde hacía tiempo. Se emocionó y, con una
provocativa sonrisa, exclamó: —¡Heráclito ya lo sabía! A lo que Bateson repitió:
—Heráclito ya lo sabía—, devolviéndole a Capra la sonrisa.
Capra afirmó que también lo sabía Lao Tzu, y Bateson le dijo que también lo saben
los árboles, a quienes la lógica no les sirve de nada y en su lugar utilizan la metáfora, a
través de la cual esa gran estructura de interconexiones mentales se mantiene unida. La
metáfora está en la propia raíz de la vida.
Poco después de Capra conocer a Bateson, este le contó un chiste que le encantaba, el
cual repitió en muchas de sus conferencias y puede ayudar a comprender su forma de
pensar y de presentar ideas. Así es como se lo contó a Capra (2009):
Había un hombre que tenía un ordenador muy potente y quería saber si los
ordenadores podrían llegar a pensar. De modo que decidió preguntárselo a la
máquina en su mejor Fortran: “¿Será algún día capaz de pensar como un ser
humano?”, el ordenador hizo unos clics, zumbidos y parpadeos, hasta que por
fin imprimió su respuesta en una hoja de papel, como suelen hacerlo esos
aparatos. El individuo se apresuró a coger la copia de la impresora y,
meticulosamente impresas sobre la misma, había las siguientes palabras: “Eso
me recuerda una historia”. (p. 87).
Para Bateson (2010, 2011), las metáforas, parábolas e historias eran manifestaciones
básicas de la mente y el pensamiento humano. A pesar de que era un pensador muy
abstracto, nunca trataba ninguna idea en términos puramente abstractos, sino que siempre la
presentaba de un modo concreto, a través de una historia, la cual tiene tanta importancia
como las relaciones, que era de lo que siempre hablaba Bateson, y es por ello que
constituye la categoría esencial de su epistemología.
Según Bateson (2011), toda definición conceptual debería hacerse a partir de
considerar la relación como esencia invariante. Esto en cuanto los sistemas biológicos,
psíquicos y sociales constituyen configuraciones de relaciones y, por tanto, no están
integrados por partes, elementos o componentes sino por procesos relacionales. De esta
manera funciona también la mente humana, la cual es una articulación compleja de
configuraciones cognitivas, afectivas e instrumentales. La forma de pensar del hombre es
configuracional, de ahí que la esencia del nuevo paradigma emergente es el cambio de
estudiar objetos a estudiar relaciones.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
A menudo Bateson (2011) hacía hincapié en como para describir con precisión la
naturaleza tendría que intentarse hablar su lenguaje. En una ocasión ilustró este punto con
mucho dramatismo, formulando la siguiente pregunta:
— ¿Cuántos dedos hay en una mano?
— Cinco respondieron tímidamente algunos concurrentes, después de una
desconcertada pausa.
— ¡No! exclamó Bateson.
Entonces algunos respondieron “cuatro”, pero tampoco le pareció aceptable.
Por último, cuando todo el mundo se dio por vencido dijo:
— ¡No! La respuesta correcta es que uno no debe formular esta pregunta; es
una pregunta estúpida. Esta sería la respuesta que daría una planta, porque
en el mundo de las plantas y de los seres vivos en general no existen los
dedos, existen sólo las relaciones. (p. 88)
Según Bateson (2011), es preferible hablar un lenguaje de relaciones a fin de
describir el mundo de lo vivo, por cuanto las relaciones constituyen la esencia del mundo
viviente. Y esto es precisamente lo que hacen las historias. Para Bateson, las relaciones
deben estudiarse mediante historias. Lo importante en una historia, lo verdadero de la
misma, son las relaciones entre sus personajes, las cosas y el argumento, no los personajes
en sí, o las cosas en sí o el argumento en sí. Bateson (2011) definía la historia como “un
conjunto de relaciones formales dispersas por el tiempo” (p. 89), y esto era lo que se
proponía en todas sus conferencias, desarrollar una red de relaciones formales a través de
una colección de historias. Es decir, desplegaba una configuración conceptual comprensiva.
Para Bateson (2011) la configuración de la mente y la configuración de la naturaleza
son dos caras de una misma moneda. En este sentido, la mente y la naturaleza constituyen a
su vez una configuración diádica, una unidad estrechamente relacionadas entre sí. De esta
manera, el proceso del conocer o epistemología dejó de ser para Bateson una filosofía
abstracta “y se convirtió en una rama de la historia natural” (Capra, 2009, p. 90).
De igual forma, Bateson (2010, 2011) propone que la lógica se puede utilizar con
precisión para describir sistemas lineales de causa y efecto, pero en el mundo viviente, en el
que las secuencias causales son circulares, la lógica provoca paradojas en la descripción de
un sistema vivo. Este autor demostró en sus investigaciones epistemológicas que la lógica
era inadecuada para la descripción de las pautas biológicas. Bateson (2011) utilizaba con
frecuencia el termostato para ilustrar que incluso en el caso de sistemas no vivientes,
dotados de mecanismos de retroacción, la lógica no era un mecanismo adecuado para hacer
análisis y descripciones. Esto, según Bateson, se debe a que el tiempo juega un papel
determinante en la causalidad, y es preciso además tener en cuenta el carácter atemporal de
la lógica, de modo que es por ello que la oscilación caracteriza la paradoja.
De esta misma manera, si se presenta una de las paradojas clásicas de la lógica
aristotélica a un programa computarizado, este responderá: “sí-no-sí-no-sí-no”. Al recibir la
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
afirmación de, por ejemplo, un griego que dice: “los griegos siempre mienten”, y
preguntarle si el griego está diciendo la verdad, el computador convierte la paradoja en una
oscilación.
Según Bateson (2011), esta es la razón por la que la metáfora es el lenguaje de la
naturaleza. La metáfora era de interés primordial en el trabajo de Bateson porque expresa
similitudes de configuración. Bateson siempre intentaba develar las metáforas de la
naturaleza, la pauta que conecta, fuera cual fuese el campo en el que trabajara: “La
metáfora, por consiguiente, es la lógica básica de la totalidad del mundo vivo” (Capra,
2009, p. 92).
Por ejemplo, según Bateson (2010, 2011), la situación de “doble vínculo” es la
cualidad básica de las pautas lingüísticas de las familias de pacientes diagnosticados como
esquizofrénicos. La conducta calificada de esquizofrénica, según Laing (1978), representa
la estrategia de cierta persona para vivir en lo que ha llegado a experimentar como situación
insoportable,
Situación en la que no puede dar un paso, ni dejar de darlo, sin sentirse
empujado y presionado, tanto en su propio interior como por parte de la gente
de su alrededor, situación en la que no puede ganar haga lo que haga. (p. 53)
Por ejemplo, el doble vínculo se manifiesta en un niño a través de mensajes verbales
y no verbales contradictorios procedentes de uno o ambos padres, de modo que ambos
mensajes suponen castigos o amenazas para la seguridad emocional del niño. Según Laing
(1978), cuando estas situaciones se dan con frecuencia, la configuración del doble vínculo
se convierte en una expectativa habitual en la vida mental del niño, lo cual genera
experiencias y conductas esquizofrénicas.
Ante la descripción de Laing (1978) de las raíces de la esquizofrenia, Capra
comprendió perfectamente por qué creía que la enfermedad mental sólo podía
comprenderse estudiando el sistema social en el que estuviera inmerso el paciente: “La
conducta del paciente forma parte de una red mucho más amplia de conducta trastornada,
de pautas de comunicación, trastornadas, y trastornadoras. No hay una persona
esquizofrénica, hay sólo un sistema esquizofrénico” (Capra, 2009, p. 149).
En una larga conversación, después de una conferencia, Dimalanta le dijo a Capra
(2009) que veía muchos paralelismos entre sus ideas y su práctica psiquiátrica. Hizo
particular hincapié en las limitaciones del lenguaje común, el papel de la paradoja y la
importancia de los métodos intuitivos y no racionales: “Nuestra interacción y comunicación
con nuestro entorno consiste en complejas pautas rítmicas, que fluyen hacia dentro y hacia
fuera de todos nosotros en formas diversas” (Capra, 2009, p. 219).
Por otro lado, Roland Fischer ha introducido una nueva perspectiva, recordando
cómo, “lo que percibimos es en gran parte una creación de los procesos interactivos”
(citado en Capra, 2009, p. 166).
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
Explicó que la dulzura que se degusta en el azúcar, no es una propiedad del azúcar ni
de quien la consume. Este último produce la experiencia de la dulzura en el proceso de
interacción con el azúcar. Es esta exactamente el tipo de observación que hacia Heisenberg
acerca de los fenómenos atómicos, a los que en la física clásica se suponía dotados de
propiedades objetivas e independientes. Heisenberg demostró, por ejemplo, que un electrón
puede mostrarse como partícula o como onda, según como se observe. Si se plantea la
pregunta a partir de la partícula, la respuesta corresponderá a la partícula, pero si se plantea
a partir de la onda, la respuesta corresponderá a la onda. Es evidente que las ciencias
naturales están relacionadas con los seres humanos y no sólo con la naturaleza. Estas no
sólo explican y describen la naturaleza sino que además se configuran con la experiencia
humana.
Laing afirmaba que si todo el universo es como lo dulce, entonces no pertenece ni al
observador ni a lo observado, sino a la relación entre ambos. ¿Cómo se puede hablar del
universo como si fuera un objeto observado? Parece que se hablara como si existiera un
universo que evoluciona de algún modo. Capra considera que es muy difícil hablar de la
evolución del universo en su conjunto, porque el concepto de evolución implica una
sensación de tiempo y cuando se habla del conjunto del universo, hay que ir más allá del
concepto convencional de tiempo lineal. Por la misma razón, “no tiene mucho sentido decir
primero hubo materia y a continuación conciencia o primero conciencia y después materia,
porque estas afirmaciones, a su vez implican un concepto lineal del tiempo que no es
apropiado al nivel cósmico” (Capra, 2009, p. 167).
En efecto, no existe una linealidad o continuidad a nivel objetual: los objetos no
existen en el tiempo, simplemente existen en la relación con el sujeto. Ni la materia ni la
conciencia pueden existir por sí solas, cada una determinando a la otra. La materia y la
conciencia sólo existen en la relación. Y en la relación del ser humano consigo mismo se
genera la autopoiesis. Ahora bien, con el fin de entender el fenómeno de la autoorganización, es necesario comprender primero la importancia del patrón y su relación con
los fractales y el caos.
PATRONES, CAOS, FRACTAL
Para estudiar un patrón es preciso configurar una configuración de relaciones. ¿Será que los
hechos en el mundo surgen por azar, debido al caos? Un supuesto general de la obra de
Bateson es que tanto el cambio genético como el proceso denominado aprendizaje
(incluidas las modificaciones somáticas provocadas por el hábito y por el ambiente), son
procesos estocásticos. En cada caso hay, a juicio de Bateson, una corriente de sucesos que
es aleatorio en ciertos aspectos y un proceso selectivo no aleatorio que hace que algunos de
los componentes aleatorios “sobrevivan” más que otros: “Nada nuevo puede haber sin lo
aleatorio” (Bateson, 2011, p.161).
Según Bateson (2010), tanto para las mutaciones como para el aprendizaje, es
necesario tener siempre presentes las potenciales patologías de la tipificación lógica.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
Aquello que posee valor de supervivencia para el ser humano en particular puede ser letal
para la población en su conjunto o para la sociedad; lo que es bueno por un breve lapso de
tiempo (la cura de los síntomas por ejemplo) puede ser adictivo o letal a largo plazo.
Fue Alfred Russell Wallace quien señaló, en 1866, como el principio de la selección
natural se asemeja al de la máquina de vapor regulable. Se supondrá por ahora que es así, y
que tanto el proceso de aprendizaje individual como el de los cambios de población bajo la
selección natural pueden mostrar las patologías de todos los circuitos cibernéticos:
oscilación excesiva y desenfreno. De igual manera se supondrá, con Bateson (2011), que el
cambio evolutivo y el cambio somático son similares en lo fundamental, incluidos el
aprendizaje y el pensamiento; que ambos son de naturaleza estocástica, aunque sin duda las
ideas, preceptos y proposiciones descriptivas sobre las cuales opera cada proceso son de
una tipificación lógica muy diferente a la de las ideas del otro proceso: “Este embrollo de
tipificaciones lógicas es lo que ha originado tanta confusión, tanta controversia e incluso
tantas estupideces acerca de asuntos tales como herencia de los caracteres adquiridos y la
legitimidad de invocar el espíritu como un principio explicativo” (Bateson, 2011, p. 162).
Toda esta cuestión ha tenido una historia curiosa. En cierta época era intolerable para
muchos la sugerencia de que la evolución podía tener un componente aleatorio. Ello
contradecía supuestamente todo lo conocido acerca de la adaptación y el designio, así como
cualquier creencia en un creador con características mentales. La crítica de Samuel Butler
al origen de las especies consistió, en esencia, en acusar a Darwin de excluir la mente de los
principios explicativos relevantes. Butler quería imaginar que una mente no aleatoria
operaba en algún lugar del sistema, y por tanto Butler prefería las teorías de Lamarck a las
de Darwin.
Resultó, empero, que dichas críticas se equivocaron precisamente en la
corrección que eligieron aplicar a la teoría darwiniana. Hoy concebimos el
pensamiento y el aprendizaje (y quizás el cambio somático) como
estocásticos. Enmendaríamos a los pensadores decimonónicos, no agregando
un espíritu no estocástico al proceso evolutivo, sino proponiendo que también
el pensamiento y la evolución comparten ese carácter estocástico. Ambos son
proceso espiritual. (Bateson, 2011, p.163).
En criterio de Köhler (1972), “la ciencia ha sido capaz de formular ciertas leyes que
siguen siempre los procesos aislados, pero cuando son múltiples los factores que operan al
mismo tiempo, pueden afectar el orden, inclinando hacia el caos” (p. 94).
La sociedad también entra en un estado de caos algunas veces. Este estado caótico no
significa anarquía sino bifurcación (Laszlo, 1997, 2008, 2009). La sociedad en general, y
los seres humanos en particular, también son sensibles a las pequeñas fluctuaciones y a la
complejidad (Morín, 1984, 1998, 2001).
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Lecturas críticas 
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De acuerdo con Laszlo, “el caos es el pasaporte de la humanidad para pasar de una
edad a la siguiente (…) la creatividad y la innovación pueden manifestarse plenamente y
dar frutos” (Laszlo, 1997, p.109), siempre y cuando se reflexione acerca del método de
investigación que se utiliza en los proyectos científicos que se desarrollan.
EL MÉTODO DE INVESTIGACIÓN
Lo que se debe entender por objeto de estudio no significa una “cosa” sino un evento, un
acontecimiento, un proceso o una relación. De ahí que se deba comprender el conocimiento
como una configuración. O sea, la intencionalidad ontológica, epistemológica y teórica de
la ciencia del tercer milenio es precisamente la configuración de configuraciones
conceptuales comprensivas (Ortiz, 2013). Un investigador puede configurar un objeto de
estudio sin configurar el problema científico, pero es imposible configurar un problema
científico sin configurar un objeto de estudio, porque el problema es inmanente al objeto,
pero el objeto no es inmanente al problema, por cuanto el problema es una distinción que
hace el investigador cuando observa el objeto.
La teoría bootstrap de Chew es la primera teoría científica en la que dicha “filosofía
de entrelazamiento” se ha formulado explícitamente y Chew confirmó, en una conversación
sostenida con Capra (2009), que el hecho de abandonar la necesidad de fundamentos firmes
puede suponer el mayor cambio y la transformación más profunda en las ciencias naturales:
Creo que eso es cierto, y que también lo es que el enfoque de “bootstrap” no
merece todavía la aprobación de los científicos debido a la larga tradición de
la ciencia occidental. No está organizado como ciencia, debido precisamente
a su falta de fundamentos firmes. La propia idea de la ciencia contradice, en
cierto sentido, el enfoque “bootstrap”, porque la ciencia quiere preguntas
formuladas con total claridad y que puedan ser verificadas experimentalmente
sin ambigüedad alguna. Sin embargo, parte del esquema “bootstrap” es el
hecho de que ningún concepto se considera como absoluto y siempre
esperamos encontrar puntos débiles en nuestros conceptos anteriores.
Degradamos permanentemente conceptos, que en un pasado reciente se
hubiesen considerado fundamentales y se hubiesen utilizado como lenguaje
para plantear preguntas. (p. 75).
Según Capra (2009), cuando los científicos comenzaron a explorar los fenómenos
atómicos a principios de este siglo, descubrieron que, lamentablemente, existe una inmensa
limitación en las nociones, conceptos y teorías que se configuran a fin de explicar y
comprender el mundo circundante. Según Chew, cuando se descubre que cierta teoría
funciona, siempre es esencial preguntarse, ¿por qué? ¿Cuáles son sus límites? ¿De qué
modo preciso es una aproximación? Para Chew estas preguntas constituyen un primer paso
hacia un mayor progreso y la idea de progresar mediante sucesivos pasos aproximativos es,
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
para él, el elemento clave del método científico. Para Capra (2009), la mejor ilustración de
la actitud de Chew fue cuando le preguntaron cuál sería para él el mayor descubrimiento de
la ciencia durante la próxima década. Este no mencionó ninguna gran teoría unificadora ni
descubrimientos emocionantes, sino que respondió simplemente: “la aceptación del hecho
de que todos nuestros conceptos son aproximaciones” (p. 77). Este es un hecho
probablemente aceptado en teoría por la mayoría de los científicos en la actualidad, pero
ignorado por muchos de ellos en su trabajo y todavía más desconocido fuera del campo de
la ciencia.
Según Capra (2007), el método de abstracción es muy eficaz y vigoroso, sin embargo,
el sistema conceptual configurado mediante este método está separado de la realidad:
El método científico es un modo particular de obtener conocimiento acerca de
fenómenos naturales. En primer lugar, implica la observación sistemática de
los fenómenos que se estudian y el registro de esas observaciones como
evidencias, o datos científicos. En algunas ciencias, como la biología, la
química y la física, la observación sistemática incluye la realización de
experimentos controlados; en otras, como la astronomía o la paleontología, tal
cosa es imposible (…) En segundo lugar, los científicos intentan interconectar
los datos de modo coherente, sin contradicciones internas. La representación
resultante se conoce como modelo científico. Siempre que es posible,
tratamos de formular nuestros modelos en el lenguaje de las matemáticas,
debido a la precisión y coherencia interna inherentes a esta disciplina. Sin
embargo, en muchos casos, sobre todo en las ciencias sociales, tales intentos
han presentado problemas, pues tienden a limitar los modelos científicos a un
espectro tan restringido que pierden gran parte de su utilidad. Por tanto, en las
últimas décadas hemos advertido que ni las formulaciones matemáticas, ni los
resultados cuantitativos, son componentes esenciales del método científico.
(Capra, 2008b, p. 210-211).
Finalmente, el modelo teórico es puesto a prueba en nuevas observaciones y, si es
posible, en experimentos adicionales. Si el modelo se muestra compatible con todos los
resultados de esas pruebas, y en particular si es capaz de predecir los resultados de nuevos
experimentos, termina por ser aceptado como teoría científica. El procedimiento de someter
las ideas y los modelos científicos a pruebas repetidas es una empresa colectiva de la
comunidad de científicos. La aceptación del modelo como teoría es el resultado del
consenso tácito o explícito de dicha comunidad.
En la práctica, estos pasos, o etapas, no se distinguen con nitidez y no siempre
se dan en el mismo orden. Por ejemplo, un científico puede formular una
generalización preliminar, o hipótesis, basada en la intuición o en datos
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
empíricos iniciales. Cuando las observaciones posteriores contradicen la
hipótesis, el investigador puede tratar de modificarla sin renunciar del todo a
ella. Pero si la evidencia empírica continúa contradiciendo la hipótesis o el
modelo, el científico está obligado a descartarlos a favor de una nueva
hipótesis o un nuevo modelo, que habrán de someterse a nuevas pruebas.
Incluso una teoría aceptada sería finalmente descartada si se presentase una
evidencia que la contradijera. Este método, para el que todo modelo, toda
teoría, tiene que tener un firme fundamento empírico, es la verdadera esencia
del enfoque científico. (Capra, 2008b, p. 211).
En ciencia, los modelos y las teorías son siempre limitados y aproximativos. La
comprensión de este hecho ha sido decisiva en la concepción contemporánea de la ciencia.
La ciencia del siglo XX ha mostrado una y otra vez que, en última instancia, todos los
fenómenos naturales están interconectados y que sus propiedades esenciales derivan en
realidad de sus relaciones con otras cosas. Para decirlo sin ambages, si por verdad se
entiende la correspondencia precisa entre las descripciones y los fenómenos descritos, en
ciencia nunca se trata con la verdad, sino siempre con un conocimiento limitado y
aproximativo.
Puede que esto parezca frustrante. Sin embargo, para muchos científicos, el hecho
mismo de poder formular teorías y modelos aproximativos para describir una red
interminable de fenómenos interconectados, junto con la capacidad de mejorar
sistemáticamente con el tiempo esos modelos o aproximaciones, es una fuente de confianza
y de energía.
La visión que tiene el autor de este ensayo de la ciencia del tercer milenio es la de una
configuración de modelos y teorías sin cimientos firmes, muy limitados y aportando
conocimientos relativos y aproximados, lo cual lo ha ayudado enormemente a aplicar el
método científico de investigación socio-humana (el método configuracional) a una amplia
variedad de fenómenos y procesos psicológicos, educativos y de la biopraxis humana,
teniendo en cuenta por supuesto el rol del observador en el proceso de configuración del
conocimiento científico —de ahí la relatividad del conocimiento y la necesidad del cambio
de paradigma científico, de manera que se logren nuevos impactos en la sociedad, como ya
lo ha estado sugiriendo (Ortiz, 2009a, 2009b, 2011, 2012)—.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
EL CAMBIO PARADIGMÁTICO EN EL SIGLO XXI
EL PENSAMIENTO DEL PARADIGMA CIENTÍFICO DEL SIGLO XXI
Como es sabido, la ciencia en el siglo XX sólo fue posible y pudo desarrollarse a partir de la
concepción dualista de Descartes —quien separa la mente y el cuerpo—, y sustentada en
una concepción mecanicista del mundo. Sin embargo, es posible apreciar como en este
siglo XXI la ciencia abandona la concepción atomista y se reorienta hacia la concepción de
integración holística. Aunque según Heisenberg, “la partición cartesiana ha penetrado hasta
lo más hondo de la mente humana en los tres siglos siguientes a Descartes y tardará mucho
tiempo en ser reemplazada por una actitud realmente diferente respecto al problema de la
realidad” (citado por Capra, 2009, p. 20).
Según Capra (2007), el paradigma inerte consiste en un conjunto de ideas y valores
obsoletos, que han prevalecido en nuestra cultura occidental durante cientos de años y se
han instaurado como creencias en casi todo el mundo. A saber:





La mujer debe ser sometida por el hombre.
El crecimiento tecnológico y económico determina el progreso material.
La vida es una guerra constante y competitiva por garantizar la subsistencia.
El cuerpo humano funciona como una máquina.
El universo es un sistema mecánico configurado por ladrillos básicos y
elementales.
Todas estas creencias han impactado en la configuración de los modelos pedagógicos
que han proliferado a lo largo de la historia de la educación, y es por ello que han sido
sometidas a una revisión radical durante las últimas décadas por considerarse muy
limitadas. A fin de configurar las transformaciones epistémicas de la ciencia con las
modificaciones en la forma de ver y pensar el mundo, y en los valores sociales, es preciso
rebasar los límites de la física y la matemática como bases de la ciencia en el siglo XXI, y
aproximarse a una configuración teórica y conceptual mucho más amplia y profunda.
En la década del ochenta Capra dejó de desarrollar investigaciones relacionadas con
la física de partículas, modificando así sus intencionalidades científicas, sustentándose estas
en una comprensión diferente acerca de los problemas de la economía, la gestión
empresarial, la protección del ecosistema, el poder político, la justicia social, la salud, la
educación y los derechos humanos. En tanto que todos estos problemas sociales están
relacionados de manera directa o indirecta con los sistemas vivos, es decir, con los
ecosistemas, con los seres humanos de manera individual, con los sistemas psíquicos y/o
con los sistemas sociales.
Como se aprecia, Capra se ha enfrascado en la titánica tarea de replantear el
paradigma científico clásico y tradicionalista. Toda su obra es una confrontación al
enfoque y postulados del paradigma mecanicista impuesto con el fin de develar las
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
regularidades inmanentes en distintas tradiciones culturales y científicas, las cuales
configuran un paradigma emergente que tiene en cuenta el enfoque sistémico, complejo,
dialéctico, holístico y ecológico. Este paradigma emerge también en el campo de la
educación. El paradigma científico dominante configurado por Descartes y Newton debe
ser desplazado, con el fin de enfrentar las situaciones problémicas de un planeta Tierra que
configura un mundo holístico, dialéctico, sistémico, complejo e interdependiente.
La comprensión sobre los sistemas vivos, psíquicos y sociales se ha modificado y
ampliado de manera considerable a partir del desarrollo de las teorías de la complejidad y
las nuevas teorías de sistemas en las década de los años setenta y ochenta. Sin lugar a
dudas, el desarrollo de la dinámica no-lineal marca un hito muy importante en la
cosmovisión del hombre. Hace cincuenta años no existían en el lenguaje científico las
nociones de bifurcación, autopoiesis, fractales, desorden, atractores, caos o configuración.
Esto trae como consecuencia un cambio importante en la forma de preguntar cuando se
forman seres humanos o se hacen investigaciones relacionadas con sistemas complejos, lo
cual ayuda de manera considerable a comprenderlos. En el libro Las Conexiones Ocultas
(2003), Capra desarrolla una configuración teórica y conceptual que configura tres
configuraciones de la vida humana: la biológica, la cognitiva y la social, lo cual es muy
importante para la comprensión de los procesos formativos y de los modelos pedagógicos
que deben orientarlos.
Capra (2007) enuncia cinco postulados epistémicos sobre la concepción
epistemológica del nuevo paradigma científico, los cuales se pueden denominar holísticoconfiguracional.
1. Relación existente entre las partes y el todo. En este nuevo paradigma científico la
simetría es una característica esencial de la relación existente entre las partes y el todo. La
relación entre el todo y las partes es más horizontal y deja de ser vertical. Si bien es cierto
que el todo puede ser comprendido a partir del análisis de las propiedades de las partes,
también es cierto que los atributos de las partes sólo pueden comprenderse mediante el
análisis del todo. La dinámica del holos es lo que permite comprender las partes. Se puede
conocer el bosque a partir del conocimiento de los árboles, pero es más pertinente y factible
conocer los árboles a través del conocimiento del bosque. Lo primario y primordial es la
totalidad, el holos. Y al comprender la dinámica del todo podemos inferir las propiedades y
pautas que conectan las partes. La comprensión de los patrones de interacciones entre las
partes emerge de la comprensión de la dinámica de la totalidad.
2. Pensar en función del proceso en lugar de la estructura. En el nuevo paradigma
holístico-ecológico se considera cualquier configuración estructural que se observa como
una manifestación de un proceso inmanente que subyace en la misma. El proceso es lo
principal, lo primario, y la configuración estructural que emerge de este es lo secundario.
Lo básico es el proceso, no la configuración estructural.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
3. La transición de la ciencia objetiva a la ciencia epistémica. Cuando se hace referencia al
mundo circundante, al mismo tiempo se hace referencia al sujeto mismo, por cuanto el
observador desempeña un rol decisivo y fundamental en el objeto que observa. El rol
esencial que desempeña el observador en la física cuántica fue descubierto por Heisenberg
y desarrollado por Maturana para las ciencias en general, y para la biología y la psicología
en particular.
En este nuevo paradigma científico y educativo es importante incluir de manera
explícita la epistemología en la descripción, explicación y comprensión de los fenómenos
objeto de estudio. Es importante comprender el proceso epistemológico y declarar la lógica
de configuración del conocimiento científico.
En la actualidad no existe un consenso ni un acuerdo entre la comunidad académica y
científica internacional en cuanto a la epistemología adecuada, más bien existen múltiples
criterios —incluso divergentes e incompatibles entre sí—. Sin embargo, sí existe consenso
en cuanto a la idea de incluir la epistemología como componente básico y esencial de
cualquier teoría científica.
4. La metáfora del conocimiento como un edificio. Este postulado implica que las teorías,
modelos, descripciones, conceptos y nociones configuran una red de relaciones que
representa a los fenómenos que se estudian y la realidad observada. Esta red interconectada
es una configuración teórica y conceptual, en la que no hay cimientos ni bases, no hay
arriba ni abajo, no hay elementos primarios y secundarios, sino que todos los componentes
se consideran al mismo nivel. La estructura de la configuración holística está determinada
por la configuración de sus interrelaciones. Todas las propiedades de las partes dependen de
las propiedades de otras partes de la configuración. Y en este sentido ninguna de las
propiedades de una parte es fundamental, todas tienen el mismo nivel de importancia.
5. El tránsito de una verdad absoluta a verdades aproximadas y relativas. Pasteur afirmaba
que la ciencia se desarrolla mediante respuestas no definitivas ni absolutas a preguntas cada
vez más profundas, relacionadas con la esencia y naturaleza de los procesos estudiados. En
efecto, mediante la ciencia nunca se podrá comprender de forma definitiva y completa un
fenómeno estudiado. No existe la verdad científica absoluta, toda verdad es relativa, y lo
que hacen los científicos es describir de manera aproximada y limitada la realidad que
estudian. No existe en la ciencia una correspondencia exacta entre los fenómenos
estudiados y las descripciones o explicaciones científicas. Toda ciencia es aproximativa.
Todas las teorías científicas son aproximadas y limitadas y es por ello que los científicos no
descubren nunca una verdad científica.
Como se aprecia, estos cinco postulados epistémicos tienen un grado de
independencia relativa. En este paradigma los fenómenos vivos, psíquicos y sociales son
observados como configuraciones de configuraciones, es decir, como configuraciones de
redes dinámicas de relaciones interconectadas que incluyen incluso al observador como una
configuración inmanente.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
Esta nueva forma de comprender el mundo implica una comprensión aproximada de
los fenómenos de estudio, por cuanto es imposible explicar o describir todos los fenómenos
en razón a que están interconectados y forman una configuración de configuraciones. De
esta manera, en la comprensión de algunos fenómenos se omite la comprensión de otros, y
así de forma paulatina se van explicando algunos fenómenos poco a poco en función de
otros, lo cual permite comprender de manera aproximada algunas relaciones de los sistemas
vivos, psíquicos y sociales, sin necesidad de comprenderlo todo de manera simultánea.
Ahora bien, cada nueva comprensión enriquece, complementa y fertiliza la anterior.
Toda nueva teoría es una descripción aproximada y limitada que mejora los postulados de
la anterior sin necesidad de invalidarla de manera absoluta, y continúa mejorando
posteriormente. No obstante, en este proceso de mejoramiento teórico paulatino, el
conocimiento científico no se modifica arbitrariamente, sino que la nueva teoría se
relaciona con la anterior de una manera concreta. En este sentido, Capra (2007) advierte
como la nueva teoría no soslaya ni ignora los conceptos y nociones de la teoría anterior,
excepto en las revoluciones científicas, en las que una teoría devalúa a las anteriores.
La nueva teoría de los seres vivos formulada en las últimas cuatro décadas se ha
nutrido de estos cinco postulados epistémicos propuestos por Capra para el nuevo
paradigma científico. Los depositarios fundamentales de esta teoría son Gregory Bateson,
Ilya Prigogine, Francisco Varela y Humberto Maturana.
La física y la matemática ya no tienen un papel preponderante como modelo para las
ciencias humanas y sociales. Estos cinco postulados se convierten en el cimiento de un
nuevo paradigma científico y educativo, y constituyen criterios muy valiosos para la
configuración de modelos pedagógicos institucionales, así como para la emergencia del
nuevo paradigma ecológico en el siglo XXI.
NUEVO PARADIGMA ECOLÓGICO EN EL SIGLO XXI
Para Bohm, la realidad está conformada de tal manera que la totalidad está configurada
tácitamente en cada una de sus partes, como si fuera un holograma: cuando se ilumina
cualquiera de sus partes, se reconstruye la imagen completa de este, aunque no aparezcan
todos los detalles que tiene un holograma completo. Bohm afirma que la realidad muestra
un orden implícito, y se basa en el holograma como analogía precisamente porque en este
el conjunto está contenido en cada una de las partes.
Este nuevo paradigma emergente hace presencia actualmente en Latinoamérica y se
vislumbra una profunda modificación de la conciencia, un profundo cambio sociocultural,
el cual intuitivamente muchas personas habían sentido en los últimos cincuenta años. En
criterio de Capra, el nuevo paradigma emergente denota una concepción holística y
ecológica del mundo, que lo percibe como un todo integrado y no como una suma
mecánica y algebraica de sus partes. Lo ecológico para Capra tiene un sentido y un
significado mucho más amplio y profundo que el tradicional.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
Capra analiza en profundidad la tradición científica occidental y la confronta con el
pensamiento místico oriental, develando los aspectos comunes y los requisitos para una
posible comprensión dialógica, con el fin de configurar el nuevo paradigma postracionalista.
La propuesta de Capra es que el nuevo paradigma debe tener en cuenta la dimensión
espiritual del ser humano, asociada a la competencia ecológica y a la conciencia humana
de vivenciar el sentido de pertenencia al cosmos desde una mirada holística y
configuracional.
En la actualidad se asiste a la configuración de una cultura emergente definida por
Capra (2007); proliferan en el mundo diversos movimientos alternativos. En efecto, un
trabajo similar a la obra de Capra fue desarrollado por Ferguson (1980). Esta concepción
asume que el paradigma obsoleto cartesiano mecanicista es un enfoque determinista que,
en vez de integrar y configurar, lo que hace es fragmentar la realidad y las categorías para
su conocimiento.
Tanto Capra como Ferguson investigan áreas no exploradas por el sistema científico
tradicional, tales como la filosofía perenne, la conciencia espiritual, los estados alterados
de conciencia y la mística oriental. Ambos ofrecen vías emergentes para la comprensión de
los sistemas complejos, tanto los vivos, como los psíquicos y los sociales. Ambos han
sintetizado y divulgado las nuevas teorías científicas, con el fin de revalorizar las
insostenibles configuraciones tradicionales de comprensión humana y así proponer una
nueva concepción científica y cultural de los procesos humanos y sociales.
Desde una mirada ecológica todos los fenómenos están interconectados, así como
todos los seres humanos y sistemas sociales son inmanentes a los procesos cíclicos de la
naturaleza y dependientes de estos. En este sentido es importante configurar las miradas
opuestas y considerarlas como complementarias, tanto en nuestro pensamiento como en
nuestros valores.
La transición del paradigma mecanicista al ecológico en el siglo XXI no ha sido
uniforme, sino que ha experimentado diversas maneras y ritmos diferentes en las distintas
áreas científicas. En criterio de Capra (2010), engloba fluctuaciones inesperadas, zigzag,
oscilaciones en forma de péndulos, transformaciones epistémicas.
Una de las principales diferencias entre el conocimiento científico y el conocimiento
místico es que el conocimiento científico se obtiene mediante la observación, mientras el
conocimiento místico sólo se obtiene cambiando totalmente el estilo de vida del ser
humano, asumiendo un compromiso íntimo y una responsabilidad holística y
configuracional con su propio ser, de manera que el conocimiento místico es la propia
transformación existencial.
Como se aprecia, la labor científica de Capra se ha encaminado a sistematizar el
paradigma ecológico. Para formular esta episteme Capra incursionó en diversas ciencias:
teorías cognitivas, ciencias sociales, economía, psicología, biología, química y física. Capra
logra argumentar, sistematizar y desarrollar de manera magistral su hipótesis: pensar una
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
configuración holística del conocimiento científico que privilegia las nociones de vida y
red. Desde esta mirada configuracional, los objetos y el hombre dejan de ser el centro de
interés y este se traslada a la vida como cualidad inmanente del planeta. Es importante
destacar que Capra promueve una nueva modalidad de investigación, coherente con su
concepción de los procesos socio-humanos como una red de redes configuradas: la
conversación, como modalidad original de establecer la cooperación dialógica. De esta
manera, Capra (2010) establece a lo largo de más de más de treinta años las
particularidades del nuevo paradigma ecológico, considerando los aportes de las nuevas
teorías sistémicas, holísticas y de la complejidad.
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
Características fundamentales del paradigma ecológico formulado por Capra.
El paradigma ecológico y la conciencia ecológica enfatiza en los principios y valores
de sostenibilidad, interconexión, cooperación, espiritualidad, intuición, originalidad,
creatividad, conservación, responsabilidad social, síntesis, asociación, experiencia de
vida, no linealidad y calidad.
Rebasa los límites de la concepción racionalista, economicista y productivista,
transitando hacia niveles más profundos y trascendentales. Por lo tanto, está
configurado con la vivencia espiritual, con la conciencia interplanetaria y con la vida
en su concepción holística.
La visión ecológica global observa el holos y además la manera como este se configura
en otros holos macros. Es una visión holística.
La totalidad es lo primordial. No hay partes. Las propiedades de lo que se denomina
partes se comprenden mediante la dinámica del todo. Las partes son un patrón de una
red de relaciones interconectadas.
La imagen de la estructura transita hacia la imagen de la red, configurando así una
nueva metáfora de la episteme. Nuestras descripciones son inmanentes a la red
interconectada de relaciones que observamos como realidad.
Se enfatiza y está orientado hacia los procesos. No existen estructuras fundamentales.
El dinamismo, la fluctuación, la oscilación y el movimiento son características
inmanentes a toda la red de relaciones. Cada estructura se manifiesta mediante un
proceso holístico subyacente.
La epistemología está dentro de la vida, no fuera. El observador y el proceso de
conocimiento son inmanentes a las observaciones y descripciones. La mente es
inherente a la vida. La función esencial de los sistemas vivos es conocer. Vivir es
conocer y conocer es vivir. No hay vida sin cognición y no hay cognición sin vida.
No es posible conocer la realidad de manera definitiva, completa y absoluta. Todos los
descubrimientos, teorías y conceptos son aproximados y limitados.
Como puede apreciarse, Capra presenta una transformación en la cosmovisión
contemporánea. La era de importantes alianzas económicas estratégicas, inmensos
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Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
adelantos científicos y un profundo desarrollo tecnológico, se ha configurado de manera
simbiótica con la violencia, el desenfreno, el desconcierto, el exceso y el abuso, lo cual nos
permite cuestionar el desarrollo de la humanidad. Esta realidad de la convivencia general es
consecuencia de múltiples factores a través de la historia de la humanidad y consecuencia
inmediata del viejo paradigma mecanicista, determinista y reduccionista. Es por ello que se
necesita una educación ecológica: relación entre personas y de estas con la naturaleza, la
sociedad y su propio pensamiento.
En este sentido, es importante, a fin de desarrollar una nueva visión holística y
ecológica del mundo circundante, comprender el sentido, función y significado de la noción
de configuración. Es posible afirmar entonces que el configuracionismo es un nuevo
paradigma epistemológico que se inscribe en los resultados del pensamiento
configuracional del siglo XXI, un modelo epistémico que responde a las exigencias del
tercer milenio.
El configuracionismo tiene sus orígenes en la filosofía aristotélica y en la concepción
científica y artística de Leonardo Da Vinci, y constituye una epistemología alternativa en el
siglo XXI.
Hay que precisar como a finales del siglo XX estos temas comenzaron a converger
nuevamente en el seno del campo interdisciplinario de la ciencia cognitiva, y mostraron sus
asombrosas semejanzas con la concepción sistémica del proceso de conocimiento que había
mantenido Leonardo.
Capra (2008b) siempre se preguntó qué características hubiese tenido la ciencia de
occidente si se hubiesen publicado en el Renacimiento los tratados de Leonardo Da Vinci.
Los gigantes de la Revolución Científica tales como Galileo, Descartes, Bacon y Newton,
estos filósofos naturales (como todavía se llamaban), lucharon con los mismos problemas
que durante toda su vida ocuparon y fascinaron a Leonardo, quien muchas veces encontró
para ellos soluciones originales. ¿Cómo habrían incorporado las intuiciones de Leonardo a
sus propias teorías? Al respecto, Capra sostiene: “Por desgracia, estas preguntas no tienen
respuesta. Mientras que las pinturas de Leonardo ejercieron una influencia decisiva en el
arte europeo, sus tratados científicos permanecieron ocultos durante siglos, sin ninguna
conexión con el desarrollo de la ciencia moderna” (Capra, 2008b, p. 328).
Según Capra (2008b), el intento de comprender esos procesos de auto-organización
tales como el crecimiento, los movimientos y las transformaciones de las formas vivas de la
naturaleza, es el verdadero núcleo de la ciencia del gran genio del Renacimiento. Era una
ciencia de las cualidades y las proporciones, de las formas orgánicas modeladas y
transformadas por procesos subyacentes. Para Leonardo, “la naturaleza como un todo era
viva y animada, era un mundo que fluye y se desarrolla sin cesar, tanto en el macrocosmos
de la Tierra como en el microcosmos del cuerpo humano” (p. 329).
De igual forma,
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
Utilizó las comprensiones científicas de las formas de la naturaleza como
sostén de su arte, mientras que sus dibujos y pinturas complicaron el papel de
herramientas de sus análisis científicos. Por eso los estudios de Leonardo de
las formas vivas de la naturaleza constituyen una unidad perfectamente
coherente de arte y de ciencia. (Capra, 2008b, p. 331).
En lugar de tratar de dominar la naturaleza —que es lo que propuso Francis Bacon en
el siglo XVII—, la intención de Leonardo, en criterio de Capra (2008b), era aprender de ella
todo lo posible. Admiraba la belleza que veía en la complejidad de las formas, los modelos
y los procesos naturales, y era consciente de la gran superioridad del ingenio de la
naturaleza con relación al diseño humano:
Por mucho que el ingenio humano emplee diferentes instrumentos en diversas
invenciones, con el mismo fin jamás encontrará une invención más bella, más
fácil, ni más concisa que la naturaleza, porque en las de ésta no falta nada ni
nada es superfluo. (Da Vinci, citado por Capra, 2008b, p.334).
En esta actitud de aprecio y respeto por la naturaleza subyace una posición filosófica
que “no concibe los seres humanos separados del resto del mundo vivo, sino más bien
como fundamentalmente insertos en la comunidad total de vida de la biosfera y en
dependencia de ella” (Capra, 2008b, p. 336).
Capra (2008b) también recuerda lo siguiente:
En los siglos posteriores a la muerte de Leonardo, mientras sus cuadernos de
notas permanecían ocultos, la Revolución Científica y la Revolución
Industrial sustituyeron la visión orgánica del mundo de la Edad Media y el
Renacimiento por otra completamente distinta, que concebía el mundo como
una máquina. El paradigma mecanicista que de ello derivó formulado en
lenguaje científico por Galileo, Descartes, Newton y Locke dominó nuestra
cultura durante más de trescientos años. (p. 337).
Este paradigma consta de un conjunto de creencias profundamente arraigadas y
establecidas. Durante las últimas décadas, la visión cartesiana mecanicista del mundo ha
empezado a dar paso a una visión holística y ecológica, semejante a la que expresan la
ciencia y el arte de Leonardo Da Vinci. Naturalmente, esta nueva ciencia cualitativa y
configuracional se formula en un lenguaje completamente distinto al de Leonardo, pues
incorpora los últimos logros de la bioquímica, la genética, la neurociencia y otras
disciplinas científicas avanzadas. Sin embargo, la concepción de un mundo vivo, psíquico y
social de manera interconectada, compleja y creativa, así como imbuido de inteligencia
cognitiva, es muy similar a la visión de Leonardo: “Por eso la ciencia y el arte de este gran
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Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
sabio del Renacimiento, con su aliento integrador, su sublime belleza y su ética de
afirmación de la vida, son una extraordinaria fuente de inspiración para nuestro tiempo”
(Capra, 2008b, p. 339).
EPÍLOGO
En este ensayo se caracterizó una nueva concepción del ser humano, desde una mirada más
holística que se aleja del enfoque mecanicista heredado de la filosofía cartesiana y
newtoniana. Se esboza una nueva concepción epistemológica configurativa y ecológica, la
cual tiene en cuenta la trama de la vida definida por el eminente filósofo, científico y
epistemólogo moderno Fritjof Capra. Se analiza además el cambio paradigmático en el
siglo XXI. En el ensayo se abordaron desde una nueva concepción configurativa diversas
categorías: cognición, conciencia, comprensión, contexto, proceso, redes, interconexiones,
patrones, caos, fractal, configuración y método de investigación. También se abordó el
pensamiento del paradigma científico del siglo XX y se describió el nuevo paradigma
ecológico en el siglo XXI.
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Lecturas críticas 
Nueva concepción epistemológica en el siglo XX
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