Acoso Moral Escolar: Bullying

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Acoso Moral Escolar: Bullying
Bullying significa agredir, humillar, maltratar, burlar, aislar, dejar de
lado, lastimar físicamente a un compañero/a con intención de hacerlo,
en forma sistemática y durante mucho tiempo. Siempre al mismo niño o
niña.
Es una violencia psicológica que se da en los centros educativos y que
tiene graves consecuencias para la víctima, ya que puede llegar a la
violencia física, pero también al suicidio del menor que se ha visto
afectado por este tipo de violencia.
Todas estas agresiones en sí mismas y por separado, pueden no tener
sentido; justamente lo que hace que sea grave y vaya erosionando el
psiquismo y la autoestima, es el encadenamiento de los hechos... cada
nuevo acto violento, dispara en el niño la memoria de los anteriores,
generando un dolor muy grande que va invadiendo su vida y del que no
tiene escapatoria por sí solo. Nada de lo que él haga, va a cambiar o
frenar esta violencia. Siempre deben actuar los adultos, porque hay una
relación asimétrica, pues el hostigador asume el poder y lo controla.
Es un problema serio y con consecuencias graves. Sufre no solamente
quien es atacado, sino todos los que lo ven y, aunque no parezca, también
quien agrede.
Un tipo de variación de este fenómeno que se ejerce por internet
,conocido "cyberbullying", como que puede o no acompañar a la
violencia descrita anteriormente este tipo de acoso se realiza a través de
e-mails, blogs, mensajería instantánea, redes sociales, mensajes de texto,
imágenes digitales enviadas a través de teléfonos móviles, salas de chat,
carteleras web y demás páginas disponibles.
Permite sostener el hostigamiento a toda hora y desde cualquier lugar.
Repercute en el centro educativo, aunque no se realice dentro de él.
Puede ser directo (envío de mensajes, agresiones directas en redes
sociales, salas de chat o juegos on line) o indirecto (por delegación,
supone un desarrollo de mayor capacidad estratégica).
El cyberbullying, presenta ciertas características similares al bullying
tradicional (conducta agresiva, desequilibrio de fuerzas entre hostigador
y hostigado, y reiteración), pero también algunas diferencias. Estas se
refieren fundamentalmente al anonimato que brindan las nuevas
tecnologías y la accesibilidad permanente. Por otra parte, los niños y
adolescentes temen que, al denunciar el acoso que sufren o pedir ayuda,
se les quite la posibilidad de seguir utilizando estos recursos.
La víctima
El niño o niña que es víctima, no tiene un perfil que justifique a quien o
quienes lo atacan; pero sí podemos decir que son personas que se
destacan por algo y ello despierta la ira y los celos del hostigador, quien
busca y busca por dónde dañarlo, hasta que una vez que lo consigue, la
victima está en sus manos y ya no se puede defender.
Se sabe que es más probable que el hostigamiento sea dirigido los niños
estudiosos y a la niñas, por ser ellas las más vulnerables.
Signos de un niño puede estar siendo hostigado
Cambios de humor, retraimiento, comienza a no mirar a los ojos, se
encorva como consecuencia de las humillaciones de las cuales es objeto,
llora por cualquier cosa, se empieza a poner triste, a retraerse y aislarse,
presenta frecuentes dolores abdominales y de cabeza (que también usa
para faltar al colegio), trastornos del sueño (se despierta a las 3 de la
mañana, pesadillas, insomnio o quiere dormir más que antes... o lo
escuchamos gritar “déjame", "ándate", "suéltame"...).
Síndrome del domingo por la tarde: se enferma porque no quiere ir al
colegio, comienza a perder útiles, cuadernos, aparecen útiles rotos en la
mochila o la mochila dañada, golpes y arañazos en su cuerpo por los que
no sabe dar explicación, no quiere hablar del colegio ni de sus
compañeros, se queja de que lo "cargan" o "toman el pelo", no quiere ir a
cumpleaños o salidas extraescolares, no invita amigos a su casa, empieza a
tartamudear o con algún "tic", se vuelve agresivo con hermanos o
mascotas, se hace pis en la cama, pide dinero o empieza a hurtarlo.
Si su hijo está siendo hostigado y se anima a contárselo (o si se entera de
alguna otra manera), es importante que mantenga la calma para poder
ayudarlo.
Es fundamental mantener esa puerta abierta al diálogo, ya que cualquier
paso en falso podría cerrarla.
Se sabe que solo 3 de cada diez niños le cuentan a sus padres que están
siendo acosados por lo que los padres y profesores deben estar atentos a
los cambios que presente su hijo en especial si estos son perdurables en
el tiempo.
Síntomas que pueden ser visibles por los docentes
Empieza a faltar a clase, sale solo de la clase frecuentemente, no se reúne
con otros para hacer trabajos, le da vergüenza o se pone muy nervioso al
intervenir en clase (o deja de intervenir), comienza a bajar las notas, sus
compañeros se ríen de él cuando participa, se aísla, prefiere trabajar solo,
casi siempre llega con el tiempo justo y evita encontrarse con los
compañeros, sale frecuentemente el primero de la clase o se queda en la
clase, pide ir al baño habitualmente en hora de clase (no quiere ir en el
recreo, porque es justamente donde se puede estar dando el acoso), no
quiere ir a las clases de educación física, ni a otras actividades que
impliquen relacionarse con sus compañeros.
No participa de salidas extraescolares: siempre tiene alguna excusa o se
enferma. No quiere pasar al pizarrón o dar orales, (antes si lo hacia) busca
estar cerca de un docente en el recreo, tiene reacciones explosivas frente
a hechos menores, le cuesta concentrarse en la tarea, corporalmente se lo
ve “achicado”... como que quiere no ser visto.
Ninguno de estos signos aislados son bullying... lo que deben hacer los
docentes, es estar atentos y no banalizar, minimizar las conductas de
burla hacia un alumno por parte de otros e intervenir inmediatamente
protegiendo a la víctima y sancionando a los hostigadores.
El Hostigador
Suelen ser niños o jóvenes que sufren violencia en su casa (ya sea física o
psicológica), poseen muy baja autoestima, pero una gran habilidad para
descubrir el “talón de Aquiles” de otro compañero. Generalmente, este
joven o niño comienza no solo a hostigarlo él, sino que con el fin de
lograr popularidad en el grupo, va manipulando a los demás para que se
sumen al maltrato.
Disfruta riéndose de sus compañeros cuando participan en clase,
transgrede habitualmente las reglas y lo festeja, es rebelde y desafiante
con la autoridad, le causa placer hacer daño, busca ser el centro de
atención, evade responsabilidades, es poco reflexivo y muy
prepotente, siempre quiere tener la razón, se muestra dominante en las
relaciones con sus amigos (líder destructivo), se jacta de sus acciones y
logra que los demás le festejen cuando en realidad, son inmorales... no
pide disculpas. No es empático, nunca se pone en el lugar del otro y, si lo
hace, es solo para quedar bien y seguir manipulando. Usa a los otros para
sus fines.
Es muy difícil reconocer para un padre es un hostigador, pero cuanto
antes y más pequeño es, se puede hacer mucho para ayudarlo y que
cambie.
Si usted como papà se ha percatado que su hijo es capaz de maltratar a
otros niños hable con él y exprésele sus sentimientos, y su posición al
respecto. Sea claro y manifiéstele que eso es inaceptable. Reestablezca
reglas y pautas de convivencia familiar. Todo acto debe tener
consecuencias. Hostigar a un compañero, no puede ser tolerado. Dele a su
hijo la posibilidad de reparar y pedir disculpas, con el compromiso de
modificar su conducta. Muchas veces es necesaria la ayuda
profesional. Los chicos que hostigan en la escuela, son los futuros
hostigadores laborales y en un alto porcentaje, se convierten en
transgresores de la ley.
Pautas básicas de contención
 Evite dudar de lo que su hijo o hija o estudiante le cuenta, no
desconfíe ni crea que exagera. Lo más probable, es que incluso
minimice u oculte algunos hechos, para no angustiarlo.
 Prescinda de usar frases como “deberías haber hecho…”, eso lo
hará sentirse culpable de lo ocurrido y doblemente victimizado;
pero además, él no puede hacer nada.
 No justifique al hostigador ni lo valorice: a veces, quien hostiga es
el mejor alumno, el más simpático, aquél chico del que “nunca me
lo hubiera imaginado”. Esos comentarios harán sentir aún más
humillado a su hijo o hija y no le contará nada más, cerrándose la
puerta.
 Dese el tiempo para ayudarlo u escucharlo. A veces (sin querer), los
padres expresan su pesar con comentarios como: “lo que se nos
viene ahora”… eso hace sentir culpable al niño hostigado y le va a
pedir que no haga nada, ya que él mismo teme a las revanchas o a
que se burlen más de él, por acudir a los padres.
Si su hijo o hija se animó a hablar, necesita confiar en que lo va a
ayudar sin perder la calma... dele tranquilidad y seguridad, así lo
aliviará... no se enoje, ni actúe por impulso.
El primer paso es hablar con la maestra y plantear el problema, sin
acusar ni responsabilizar a nadie, pero exigiendo un compromiso
de cambio por escrito.
Se sugiere también solicitar una próxima entrevista para reevaluar
la situación, para monitorear los hechos; pero siempre estar alerta.
La maestra o el maestro, debe ser discreto y no comentar esto con
los alumnos.
No es recomendable:
 Llamar a los padres del hostigador y/o llamar al hostigador
acusándolo: esto lo fortalece y debilita a su hijo
 Ir “al choque” al colegio, siendo impulsivo, ni enfrentar al
hostigador con el hostigado. El primero va a saber manipular
la situación, desestabilizar a la víctima y quedar él bien
parado, generando dudas en los adultos y por ende, dañando
más a la víctima. El bullying no es un conflicto, ¡es un abuso!
 Sugerir al niño o adolescente que se defienda (si pudiera, ya
lo hubiera hecho... tiene que quedar claro, que no puede
porque está en desventaja y haga lo que haga, va a ser usado
para volverlo a humillar o agredir).
 intentar organizar estrategias similares a las del hostigador:
no va a poder, porque él funciona diferente y además no va a
lograr nada.
Descubrir que a su hijo lo están hostigando, genera mucha
angustia. Los niños o adolescentes no lo cuentan, entre otras
cosas, para no lastimar a sus padres.
Para poder ayudarlo, mantenga la calma. Establezca un
diálogo fluido con la escuela: el trabajo conjunto, es un pilar
fundamental para ayudar a los chicos.
Pautas de actuación para los docentes
Si se confirma que un alumno está siendo víctima de hostigamiento:
hablar con el hostigado para determinar el grado de agresión, hablar con
el agresor sin confrontar, comunicar la situación a la dirección
orientador, coordinador o psicóloga del nivel , de manera de decidir
medidas disciplinarias. Luego de ello reúnase con los padres para
relatarle que usted ha tomado cartas en el asunto y que el problema está
por resolverse.
Si confirmamos que en un grupo existe hostigamiento, debemos actuar
con rapidez y firmeza. Hay diferentes maneras de encarar la situación,
diferentes técnicas de trabajo con los niños y con los adultos. Pero es
importante adoptar medidas de urgencia, con las cuales estén
comprometidos todos los miembros de la comunidad educativa: medidas
para proteger al alumno/a que ha sido agredido/a, incremento de la
vigilancia en los lugares donde se producen las agresiones, medidas
disciplinarias para el/los agresor/es, información a las familias.
El docente y/o equipo directivo, realizará una entrevista individual con
cada una de las familias del alumnado implicado, garantizando la
confidencialidad de la información. Esto es fundamental para proteger a
la víctima.
Sahira Rivera Droguett,
Psicóloga Primer Nivel
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