SEMÁNTICA FILOSÓFICA Y LÓGICA (SEMÁNTICA) ANA VIVIANA ROZO CAÑON LINDA CATHERINE RODRIGUEZ PERDOMO MAYERLY ANDREA RUIZ GUTIERREZ NATALIA ROJAS BOLAÑOS ANA MILÉ RAMOS MELCHOR UNIVERSIDAD DE LA AMAZONIA FACULTAD CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN PROGRAMA DE LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA FLORENCIA-CAQUETÁ 2019 2 INTRODUCCIÓN En el siguiente informe pretende analizar, algunos aspectos relevantes de la Semántica Lógica y filosófica. iniciando por la semántica Filosófica. Está organizado de la siguiente forma comenzando, por un breve acercamiento histórico desde Ludwig Wittgenstein plantea claramente, que todos los problemas de la filosofía, eran problemas del lenguaje por lo surge "Los neopositivistas" que pretenden solucionarlo. Alfred Tarksi perteneció y con este autor llegamos a la Semántica Lógica con sus planteamientos en la obra. La Concepción Semántica de la Verdad y sus Fundamentos Semánticos publicada en (1943). Además de las contribuciones de H.P Grice desde la lógica y la conversación en la que se desarrolla, el concepto de implicatura y que de esta se puede encontrar el concepto de convencionales y no- convencionales en el cual se presentan las máximas de cantidad, modo, cualidad y relación. 3 ORGANIZACIÓN DE LA EXPOSICION 1. Inicio. 1.1.Se realizará una actividad lúdica- didáctica. Un juego llamado: Ensalada de Fruta Objetivo: activar los saberes previos a través de unas sencillas preguntas: ¿Qué es semántica? a. Parte de la lingüística que estudia el significado de las expresiones lingüísticas. b. La semántica es la rama de la lingüística que estudia el significado y cambios del significado de las palabras y de las expresiones. ¿Qué es filosofía? a. La reflexión metódica que refleja la articulación del conocimiento y los límites de la existencia y de los modos de ser se denomina filosofía. El término de origen griego, se compone de dos vocablos philos /filo/ (amor) y Sophia (pensamiento, sabiduría, conocimiento). Por lo tanto, la filosofía es el “amor al conocimiento. ¿Qué es lógica? a. . la ciencia que se basa en las leyes, modalidades y formas del conocimiento científico se conoce bajo el nombre de lógica. Ciencia de carácter formal que carece de contenido ya que hace en el estudio de las alternativas válidas de inferencia. Es decir, propone estudiar los métodos y principios. Desarrollo: Todos están sentados en círculos e individualmente van escoger el nombre de una fruta y cada uno va a llamarse por la fruta que ha escogido. Los estudiantes deben decir una o dos veces para el grupo, el nombre de la fruta que escogieron y así sabrán cuales frutas pueden llamar. Un alumno empieza el juego llamado el nombre de una fruta. La persona llamada repite su nombre de fruta y llama a otra. Por ejemplo: “Sandia llama a Melón”, “Melón llama a Manzana” y así sucesivamente tendrán que responder inmediatamente al llamado. El alumno que se olvide del nombre de su fruta o tarde en contestar perderá. 4 2. Posteriormente se procederá, a la explicación del tema correspondiente. Semántica Filosofía y Lógica. La investigación se sustentó en los planteamientos de Richard McKay Rorty, Alfred Tarski y Herbert Paul Grice. 3. El método que se empleará será. Un mapa conceptual acompañado de diferentes ejemplos. Este se ira construyendo, a medida que se desarrolla la presentación. Sobre un fondo de papel. La propuesta del mapa conceptual, se encuentra en los anexos. Sin embargo, puede prestar a modificaciones que se crean pertinentes. 4. Para el cierre se realizará una combinación de sopa de letras y preguntas. Donde las palabras que tiene que hallar, en la sopa de letras, serán las respuestas de las preguntas. Esta tiene como finalidad, afianzar los conceptos básicos de la presentación. 5 LA SEMANTICA FILOSOFICA En las primeras décadas del siglo veinte, Ludwig Wittgenstein dejó claro, que todos los problemas de la filosofía, eran problemas del lenguaje. Para acabar con el mal que asolaba a la pobre filosofía, un grupo de valientes se propuso la tarea de rescatar a la pobre filosofía de las garras de la ambigüedad, las fauces de la indeterminación y del embrujo de las perversas paradojas. Este grupo de valientes fue conocido como "Los neopositivistas". Alfred Tarski perteneció a este audaz grupo. Dado que los problemas de la filosofía eran a causa de la ambigüedad del lenguaje1, era lógico (aristotélicamente) atacar y arrancar de raíz esta ambigüedad, por lo menos del lenguaje científico y filosófico. Un intento de realizar esto en las matemáticas fue dado a principios del siglo por Bertrand Russell y Alfred Whitehead, en sus Principia Mathematica, No obstante, los neopositivistas, también conocidos como positivistas lógicos (a los cuales Gödel también pertenecía), siguieron intentando hacer ajustes en los lenguajes, para expulsar a las malvadas paradojas de ellos. El trabajo de Tarski es uno de esos intentos. Para profundizar sobre que trata la semántica filosófica, se pasara analizar aspectos otros aspectos. 1 El lenguaje es ambiguo porque la realidad es ambigua, es decir, matizada, imprecisa, con un grado de incertidumbre irrebatible…de modo que esta actividad humana también es incierta, imprecisa, matizada, y cualquier intento de precisarla, de superar sus incertidumbres para crear estructuras lingüísticas de significados fijos solo puede tener como motivación un intento de fijar, de establecer, un cierto dominio sobre un cierto sector de la realidad, motivación visible en la creación del lenguaje científico en las ciencias más esquemáticas y conceptualmente rígidas, como la matemática o la física. La ambigüedad del lenguaje, por otro lado, es lo que permite afirmar la inevitabilidad de las interpretaciones, tanto de las interpretaciones sostenidas homeostáticamente en la comunicación a los efectos del mutuo entendimiento como de las interpretaciones sostenidas privadamente por cada individuo pensante en el juego de la comunicación por encima, por debajo o al costado de aquellas interpretaciones más o menos estables y socializadas. 6 La semántica es una rama de la filosofía, que estudia el sentido de las palabras. Numerosos idealistas contemporáneos declaran que la semántica es la “ciencia de las ciencias”. Su punto de partida, es la tesis según la cual. Las nociones generales no serían más que signos convencionales, combinaciones de sonidos que no significan, ni reflejan nada real. Desde este punto de vista falso, las teorías científicas no son más que andamiajes verbales vacíos de sentido que sólo logran obscurecer2 la “experiencia”. Según los idealistas semánticos, la filosofía tiene por función no el análisis de las cosas reales y de sus relaciones, sino el análisis de las palabras y de sus combinaciones; no el estudio de la realidad objetiva, sino el de la estructura del lenguaje, el de la palabra. Los idealistas semánticos niegan las leyes objetivas, el vínculo causal necesario de los fenómenos, y estiman que son los propios filósofos los que “organizan” y “ordenan” el mundo por medio del lenguaje. Según ellos, la fuente de todos los errores filosóficos, así como de todos los desacuerdos políticos, reside en la imperfección del lenguaje. Y el único método acertado para resolver todos los problemas filosóficos y sociales, para suprimir todos los errores y confusiones, sería el perfeccionamiento del lenguaje, la creación de un “metalenguaje” científico y preciso. Los semánticos llegan hasta decir que todas las contradicciones de clase y todas las calamidades sociales se deben a la imperfección del lenguaje y a la ausencia de una cultura semántica. La filosofía semántica pone todo patas arriba; según ella, no son las contradicciones sociales reales, la causa de los conflictos ideológicos y de la “incomprensión” mutua, sino que, por el contrario, todo se reduce a defectos del lenguaje como medio de comunicación entre los hombres; no es la liberación real de las masas laboriosas, oprimidas por el capitalismo, lo que tendrá que 2 Hacer disminuir el valor o la importancia de algo. 7 suprimir las contradicciones sociales, sino la “depuración” del lenguaje, la eliminación de los términos inexactos. Todo esto, no sólo representa el idealismo, sino una lamentable tentativa de los ideólogos reaccionarios de oponer a la lucha de clases, a la lucha de los pueblos por la paz y la libertad, una escolástica semántica y la reforma del lenguaje, presentados como un medio mágico que permitiría vencer todas las dificultades de la ciencia y todos los males del mundo. La doctrina marxista-leninista sobre el verdadero papel y lugar del lenguaje en la vida social, es, para las filósofas marxistas, un arma en la lucha contra esta doctrina reaccionaria. LA SEMÁNTICA LÓGICA Se encarga del análisis de los problemas lógicos de significación. Para esto estudia los signos (paréntesis, cuantificados, etc.), las variables y constantes, los predicados y las reglas. En su trabajo, Tarski se propone llegar a una definición satisfactoria de la noción del término "verdad". Ésta definición sería materialmente adecuada y formalmente correcta. Pero desde un principio, Tarski advierte que el problema, debido a su generalidad, no puede considerarse de una forma inequívoca. La adecuación material serviría para deshacerse de la ambigüedad; mientras que la corrección formal, requerirá de una descripción de la estructura formal del lenguaje en el cual se dará la definición de verdad. Desde este punto, la definición no se podría aplicar al lenguaje natural, ya que éste no es formal. 8 Tarski se propone aplicar el término "verdad" sólo a enunciados, y no a proposiciones3; debido a la ambigüedad de la definición de estas últimas. Esto lleva a relacionar a la noción de "verdad", así como a un enunciado, a un lenguaje específico. En cuanto al significado (o intensión) del término "verdad", es claro que es extremadamente ambiguo. Tarski cita la definición de Aristóteles de "verdad": "El decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es falso; mientras que el decide lo que es que es, o de lo que no es que no es, es verdadero". Adapta esta definición a terminología moderna como: "La verdad de un enunciado consiste en su concordancia con (correspondencia con) la realidad". Aquí podríamos objetar un problema de percepción: no es posible demostrar con la mente qué es la realidad, ya que podemos definir a la realidad como "aquello que perciben nuestros sentidos". Y la validez de nuestros sentidos sólo es probable empíricamente. También en estas definiciones hay un problema de contexto. Algo puede cambiar su valor de verdad al cambiar de contexto. Y en el fondo de todo, se esconde una metafísica, en la cual la noción de "verdad" debe estar basada. usando el teorema de la incompletita de Gödel, podemos demostrar que esta verdad no podrá demostrar a la metafísica que la propone (no 3 Debe notarse que proposición se refiere a contenidos semánticos (a la relación entre una expresión lingüística y un hecho del mundo real), mientras que el término enunciado se refiere a un hecho pragmático usualmente realizado a través de una actuación lingüística como es una oración. Así por ejemplo, “Llueve” es un oración, al igual que “It rains” y ambas oraciones expresan la misma proposición lógica por cuanto ambos representan siempre el mismo valor.5 También se distingue la proposición de la creencia.6 Apreciar, percibir que llueve como acto interno del individuo fundamenta la creencia, con independencia de su expresión lingüística. Podríamos de alguna forma considerarlo como pensamiento. Mirar por la ventana y constatar que llueve suscita una creencia de que “está lloviendo”, con independencia de que se exprese afirmándolo en un enunciado. Como proposición, (independiente de las creencias y los pensamientos de cualquiera; con independencia del lenguaje o forma de expresión lingüística en el que se exprese el pensamiento, incluso de la realidad de que llueva o no llueva), a la lógica lo que le interesa es únicamente la función: «poder ser verdadero o falso». Algunos filósofos, por eso, llegaron a pensar que la lógica habla de lo posible, lo que puede ser o no ser, o de “mundos composibles”, pero no de lo real. (Mundo = conjunto determinado de posibles compatibles en una unidad posible).7 9 se puede encontrar la verdad de la metafísica). Estos son sólo algunos de los problemas que presentan estas definiciones de verdad, que, aunque Tarksi no discute ninguna, es claro que estas no son definiciones satisfactorias de verdad. La concepción de "verdad" de Tarski es semántica. Esta última trata de "ciertas" relaciones entre las expresiones de un lenguaje, y los objetos a los cuales se refieren esas expresiones. Algunas de estas relaciones pueden ser: designación, satisfacción y definición. Pero el término "verdad" no establece una relación entre expresiones y objetos. Expresa una propiedad de las expresiones (en este caso, enunciados). Aunque, Tarski mismo indica que la semántica no resuelve todos los problemas de una definición de verdad. Para evitar paradojas y antinomias, Tarski decide definir su concepto de "verdad" sobre un lenguaje "especificado exactamente" (formal). Esto es, que se caractericen sin ambigüedades las palabras y expresiones que se vayan a considerar con sentido. Para esto requiere de axiomas, reglas de inferencia, y teoremas. Aunque sea un lenguaje formal, gracias a Gödel hemos visto que no es posible desterrar a las paradojas. Entonces, ¿por qué no tratar de comprenderlas? Desde aquí los intentos de Tarski pierden toda esperanza. Principalmente, Tarski describe a las causas que provocan la inconsistencia de los lenguajes cerrados: 1. Hemos asumido que el lenguaje contiene tanto a las expresiones, como a los nombres de las expresiones. Por consiguiente, es directamente autoreferencial. 2. Hemos asumido que en el lenguaje rigen las leyes ordinarias de la lógica. 10 Pero bueno, para no ampliarnos describiré lo que Tarski seamos superfluos, en su exposición, la cual se dirige a atacar el problema por el punto (1). Esto es, prohibir que un lenguaje se describa a sí mismo. ¡Pero un lenguaje sin autoreferencia no es lenguaje! ¡Todas las limitaciones impuestas! ¡Por los bigotes de Nietzsche! ¡El fascismo lingüístico! En fin, para lograr esto, Tarski propone un lenguaje-objeto, el cual básicamente se referirá solamente a describir objetos, y un meta-lenguaje, el cual tendrá una mayor jerarquía, y podrá decir si un enunciado del lenguaje-objeto es verdadero o falso. Pero entonces, ¿cómo puedo obtener la verdad de una frase del meta-lenguaje? ¿Con un meta-meta-lenguaje, y así creo metalenguajes ad infinitum? Para dar su definición de "verdad", Tarksi emplea el término semántico de satisfacción. Entonces, define que "un enunciado es verdadero si es satisfecho por todos los objetos, y falso en otro caso". Podemos decir que su definición es satisfactoria, después de todas las limitaciones que puso antes de plantearla. Es satisfactoria, pero no es muy útil. Es satisfactoria solamente para lenguajes teóricos especialmente diseñados para que cumplan con esa definición. No es aplicable al lenguaje natural, al científico, al filosófico, y a muchos lenguajes formales. A continuación, una aproximación textual a su trabajo. La verdad como concepto semántico. El autor parte por proponer un nombre “la concepción semántica de la verdad” para inferir, que noción tenemos de verdad en mente, y plantea someramente que la semántica, es una disciplina que se encarga de las relaciones entre las expresiones de un lenguaje y los objetos (o estados de hecho). 11 Como ejemplo de la misma emplea tres conceptos designación, satisfacción y definición tal y como aparecen en los siguientes ejemplos: la expresión "el padre de este país" designa (denota4) a Georges Washington; la nieve satisface la función predicativa (la condición) "X es blanca"; la ecuación "2x=1" define (determina únicamente) al número 1/2. Mientras que las palabras "designar", "cumplir" y "definir" expresan relaciones (entre ciertas expresiones y los objetos a los que "se refieren" dichas expresiones). Posteriormente menciona que la palabra "verdadero" tiene una naturaleza lógica diferente. Está expresa una propiedad (o denota una clase) de ciertas expresiones, esto es, de oraciones. No obstante, menciona que es fácil comprobar que todas las formulaciones ofrecidas y destinadas a explicar el significado de esta palabra, se referían no sólo a las oraciones mismas, sino también a los objetos a los que "aludían" dichas oraciones, o tal vez a "los estados de hecho" que describían. Es más, al parecer, la forma más natural y más sencilla de dar con una definición exacta de la verdad implica el uso de otras nociones semánticas tales como la de satisfacción. Es por ello por lo que consideramos que el concepto de verdad del que estamos tratando es un concepto semántico, y el problema de definir la verdad aparece íntimamente relacionado al problema más general de establecer los fundamentos de la semántica teórica. Hay que decir que la semántica tal y como se la concibe en este escrito (y en otros escritos anteriores del autor Tarski.) es una disciplina sobria y modesta que no tiene pretende se tratar los males de la humanidad, bien sean reales o imaginarios. No encontraremos en la semántica ningún remedio para la caída de los dientes, ni para terminar con los delirios de grandeza, ni para poner fin a la lucha de clases. 4 Dar a entender con indicios y señales una cosa para que se conozca o sepa. 12 Tampoco nos va a permitir la semántica afirmar que todo el mundo, menos el hablante y su círculo de amigos, están diciendo tonterías. Desde la antigüedad hasta nuestros días, los conceptos semánticos han tenido un papel destacado en las discusiones mantenidas por filósofos, lógicos y filólogos. No obstante, se ha tratado durante mucho tiempo a estos conceptos con una cierta sospecha. Desde una perspectiva histórica, esta sospecha está totalmente justificada. Sin embargo, aunque el significado de los conceptos semánticos, tal y como se utilizan en el lenguaje cotidiano, parece claro y comprensible, todos los intentos que hasta hora se han llevado a cabo para definir su significado de forma general y precisa han fracasado. Y, lo que es peor, las distintas discusiones en las que dichos conceptos han estado implicados, además de parecer bastante correctos y basarse en premisas aparentemente obvias, condujeron con frecuencia a paradojas y antinomias. Basta aludir aquí a la antinomia del mentiroso, la antinomia de la definibilidad de Richard (mediante un número finito de palabras), y la antinomia de los términos heterológicos de Grelling y Nelson. Un criterio para la adecuación material de la definición. Vamos a empezar con un ejemplo concreto. Consideremos la oración "la nieve es blanca”. Nos preguntamos bajo qué condiciones esta oración es verdadera o falsa. Está claro que si nos basamos en la concepción clásica de la verdad, tendremos que afirmar que la oración es verdadera si la nieve es blanca, y es falsa si la nieve no es blanca. De tal forma que, si la definición de verdad se tiene que conformar a nuestra concepción, tiene que implicar la siguiente equivalencia: La oración "la nieve es blanca" es verdadera si, y sólo si, la nieve es blanca. 13 Permítaseme señalar que la frase "la nieve es blanca" aparece a la izquierda de esta equivalencia entre comillas, mientras que a la derecha aparece sin comillas. A la derecha tenemos la oración, y a la izquierda tenemos el nombre de la oración. Utilizando la terminología lógica medieval, se podría afirmar que a la derecha las palabras "la nieve es blanca" aparecen en suppositio formalis, y a la izquierda en suppositio materialis. No es necesario explicar por qué debemos tener el nombre de la oración, y no la oración, a la izquierda de la equivalencia. En primer lugar, desde el punto de vista de la gramática de nuestro lenguaje una expresión de la forma "X es verdadera" no llega a ser una oración con significado si no sustituimos la "X" por una oración o con cualquier otra cosa que no sea un nombre, puesto que el sujeto de una oración puede ser únicamente un nombre o una expresión que funcione como un nombre. Y, en segundo lugar, las convenciones fundamentales con respecto al uso de un lenguaje exigen que siempre que se nombre un objeto, tenemos que utilizar el nombre de dicho objeto, y no el objeto. Por lo tanto, si queremos decir algo de una oración - por ejemplo, que es verdadera - tenemos que utilizar el nombre de esta oración y no la oración misma. Hay que añadir que el poner una oración entre comillas no es la única forma de convertirla en un nombre. Por ejemplo, siguiendo el orden normal de las letras del alfabeto, podemos utilizar la siguiente expresión como si fuera el nombre (la descripción) de la oración "la nieve es blanca": (Es necesario añadir algo a esta última afirmación. Un lenguaje puede admitir la construcción de infinitas oraciones, y el número de las definiciones parciales de verdad respecto a las oraciones de dicho lenguaje será también infinito. Para ser más exactos, tendríamos que dar una explicación de qué es lo que se entiende por "una conjunción lógica 14 de infinitas oraciones"; pero hacer esto nos llevaría a plantearnos complicados problemas técnicos de la lógica moderna.). IMPLICATURA Supongamos que A y B están hablando acerca de un amigo común, C, que está ahora trabajando en un banco. A le pregunta a B cómo le va a C en su empleo y B responde: ((¡muy bien!. Se siente a gusto con sus compañeros y, además, no le han metido todavía en la cárcel.) Justo en este momento, A podría preguntarse qué era lo que B le estaba dando a entender (implying), lo que le estaba sugiriendo a lo que le quería decir (meant) al afirmar que a C no le había metido todavía en la cárcel. La repuesta podría ser. Por ejemplo, que C es el tipo de persona proclive a sucumbir a las tentaciones derivadas del empleo que tiene; o que los compañeros de C son, en realidad, gente muy desagradable y traicionera; etc. Naturalmente, podría no ser necesario en absoluto que A le preguntase tal cosa, por dejar muy claro el contexto de ante mano cuál iba a ser la respuesta que recibiría. Creo que es obvio que, fuese aquello que B le dio a entender, sugirió o quiso decir, en este ejemplo ello difería de lo entender, sugirió o quiso decir en este ejemplo ello diferiría de lo que B dijo, que fue simplemente que a C no le habían metido a en la cárcel. Con esto el autor quiere introducir ahora como término técnico el verbo <implicar> (implícate) y los sustantivos /implicatura/, / lo que implica/ e /implicado/. La razón de ser esta maniobra es que con ella se soslaya tener que recoger cada vez uno u otro de los miembros de la familia a la que (implicar) se encuentra vinculado; éste hará la labor de todos ellos. De momento habrá de asumir que, en la medida no desdeñable, se comprende el significado de (decir) en semejante contextos, así como que pertenece (implicar). Puedo, sin embargo, hacer una o dos observaciones que ayuden a 15 aclarar el más problemático de todos esos supuestos: saber, el que tiene que ver con el significado de la palabra (decir). 1). En el sentido en que estoy empleando la palabra (decir), lo que una persona cualquiera ha dicho se halla íntimamente relacionado con el significado convencional de las palabras (de la oración) que ha proferido. Deberá tener un mínimo conocimiento de la lengua española, se tendría algún tipo de relación a entre hablante y oyente, dependerá el lenguaje empleado y la intensión igualmente se podrá determinar el género de quien ha proferido la oración. Y esto sería solamente un valor aproximado. Sin embargo, el margen de la decisión que tomaremos al respecto, el aparato teórico que voy a describir ahora puede dar cuenta de cualquier implicatura que dependa de uno de estos términos tendría tan sólo que ver con dos máximas diferentes. 2) En algunos casos, el significado convencional de las palabras usadas determinara que es lo que se implicó, además de ayudarnos a identificar lo que se dijo: Si digo (con un gesto de autosuficiencia) <Es un latino; luego es muy temperamental>, yo mismo me comprometo ciertamente, en virtud del significado de mis palabras, con la idea de que él (la persona en cuestión) sea muy temperamental es una consecuencia (se sigue) de que sea latino. Pero mientras defender la tesis de que se ha dicho que es un latino se sigue que es muy temperamental, si bien ciertamente lo he indicado o implicado. No pretendo sostener que mi preferencia de la mencionada oración sea estrictamente hablando, falsa pese a que lo primero no fuese una consecuencia de lo segundo. Así pues, algunas implicaturas son convencionales. Subclase de implicaturas No- convencionales a las que nombra implicaturas conversacionales, por hallarse esencialmente vinculadas a ciertos rasgos generales del discurso; así pues, próximo paso consistirá en decir cuáles son esos rasgos. Lo que sigue 16 puede considerarse como una aproximación a un principio general. Nuestra conversación no son habitualmente sucesiones de observaciones inconexas, y no sería racional que así fuese hasta cierto punto, son esfuerzos cooperativos de forma característica. Cada participe se apercibe de que hay en ellas, alguna medida, un propósito común o conjunto de propósitos comunes, o dirección puede fijarse desde el principio (por ejemplo, proponiendo un tema de discusión) o puede evolucionar durante su transcurso; cabe que esté perfectamente definido o que se halle tan poco delimitado que deje a las partes un margen de movimientos considerable (como sucede en las conversaciones casuales). Pero será necesario fijarse, que según cada estadio se excluirán algunas contribuciones conversacionales por inadecuada. Cabría formular entonces formular un principio general aproximado que, puede esperarse, las partes implicadas observarán (ceteris paribus)5: a saber, ≤ Haga usted su contribución a la conversación tal y como lo exige, en el estadio en que tenga lugar, el propósito o la dirección del intercambio que usted sostenga. ≥ A este principio podríamos nombrarlo el principio Cooperativo (PC). Principio de Cooperación de H.Grice. Al ocuparnos del principio de cooperación de Paul Grice entendemos que el principal objetivo del filósofo ingles era el descubrimiento de unas reglas pragmáticas presentes en cualquier lenguaje discursivo que posibiliten dicho acto lingüístico. De este modo podemos establecer una especie de acuerdo entre los interlocutores que desarrollan una conversación, ya sea escrita o dialogada, por el cual delimitan y definen un “contrato lingüístico” que posee 5 céteris páribus, es una locución latina que significa literalmente «[siendo] las demás cosas igual» y que se parafrasea en español como «permaneciendo el resto constante». Ceteris significa 'lo demás' o 'el resto', como en et cétera ('y el resto') del que deriva la palabra etcétera. Pār significa 'a la par, igual'. Gramaticalmente esta expresión es un ejemplo de ablativo 17 unas “máximas” determinadas. Acudiendo expresamente a las palabras del propio Paul Grice encontramos la siguiente afirmación: “Nuestros intercambios comunicativos… son característicamente, por lo menos en cierta medida, esfuerzos de cooperación; y cada participante reconoce en ellos, en cierto grado, un propósito o conjunto de propósitos comunes, o, por lo menos, una dirección aceptada mutuamente… En cada fase, algunos posibles movimientos conversacionales serían rechazados por conversacionalmente inapropiados. Podríamos, pues, formular un principio general aproximativo que se espera que sea observado por los participantes (en igualdad de circunstancias), es decir: haga que su contribución a la conversación sea la requerida, en cada frase que se produzca, por el propósito o la dirección mutuamente aceptados del intercambio comunicativo en el que está usted involucrado (Grice, 1975, p.45) El hecho comunicativo, entonces, necesita de la cooperación de sus integrantes. Por poner un ejemplo sencillo que verifique dicha teoría, cuando realizamos cualquier pregunta sobre la localización de un establecimiento, calle, o edificio buscamos la cooperación de aquella persona a la que preguntamos, no esperamos que no nos responda, igual que tampoco esperamos que nos dé una información errónea o falsificada, sino todo lo contrario, es decir, buscamos una solución a nuestro problema. Desde el punto de vista de aquel al que le preguntamos su intención, en la mayoría de los casos, es facilitarnos una solución, y para ello sus indicaciones son breves y sencillas, lo que al mismo tiempo nosotros también esperamos, es decir, cooperación. 18 La cooperación, por lo tanto, trata de suministrar al receptor una información veraz, ajustada y clara, para que le sea útil, y por la cual debe de cumplir unas máximas necesarias. Dichas máximas también fueron delimitadas igualmente por Paul Grice con la siguiente terminología. Máxima de cantidad: Guarda relación con la cantidad de información que ha de ser suministrada. Al mismo tiempo incluyen dos sub-máximas; que la información haga que su contribución sea todo lo informativa que se requiera, y que del mismo modo no haga su contribución más informativa de lo requerido. Máxima de cualidad: Se refiere a la verdad de la contribución, y también posee dos máximas; que lo que se diga no sea falso, y que no se diga algo de lo que no se tiene pruebas suficientes. Máxima de relación: Según el propio Grice con ella se pretende “ir al grano” del asunto y no desviarse con incisos, ni digresiones. Solo posee una sub-máxima; que la información sea relevante. Máxima Modo: concibo de manera que no tiene que ver (como sucede con las categorías precedentes) con lo que se dice, sino con cómo se dice lo que se dice, pertenecen la súper-máxima: “sea usted perspicuo”. Estos principios o máximas reguladoras deben entenderse en un estado neutro exigible, también ha de aceptarse que el hablante actúa sobre el oyente de manera persuasiva, no solo cooperativa, y que el oyente es el receptor del mensaje, no solo cooperativamente, sino también como paciente de la acción intencionada del hablante. A partir de esta situación dialéctica entre cooperación-sinceridad, por un lado, persuasión-reserva. 19 Menciona que el contexto es un factor muy importante a tener en cuenta al analizar un texto o una conversación, ya que dependiendo del contexto en el que nos encontremos podemos percibir de una forma o de otra el significado de lo dicho. Pero no solo depende del contexto en sí, sino que también hay que destacar la cultura en la que se desarrolla la acción. Y por lo tanto depende de la cultura. 20 Bibliografía denota. (s.f.). Grab Diccionario de la Lengua Española (2016). 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Se encarga del análisis de los problemas lógicos de significación Semántica lógica 2. Según Grice, las máximas obedecen a un Principio. cooperativo 3. Se ocupa de ciertas relaciones entre las expresiones de un lenguaje y los objetos (o "estados de hecho") "a los que se refieren dichas expresiones. Semántica filosófica. 4. En numere las máximas del principio cooperativo. Modo, cualidad, cantidad, relaciones 5. Sub categoría de implicatura que. Se hallan esencialmente vinculadas a ciertos rasgos generales del discurso. conversacional c a n t i d a d Pragmatismo 22 anexo Se ocupa de ciertas relaciones entre las expresiones de un lenguaje y los objetos (o "estados de hecho") "a los que se refieren dichas expresiones. SEMÁNTICA LÓGICA Richard McKay Rorty Argumenta con claridad contra la idea de que la filosofía pueda imponerse como perspectiva privilegiada del saber. Se encarga del análisis de los problemas lógicos de significación. elementos Implicatura A. TARSKI H. P Grice UN CRITERIO PARA LA ADECUACIÓN MATERIAL DE LA DEFINICIÓN. CONCEPTO LA VERDAD COMO CONCEPTO SEMÁNTICO VERDAD Naturaleza lógica DESIGNACIÓN (denota) SATISFACIÓN (la condición) DEFINICIÓN (determinación únicamente) La implicatura es un tipo de implicación pragmática. Se define como un significado adicional que se infiere del enunciado. Principio cooperativo Conversacional. Según Grice, las máximas obedecen a un Principio de Cooperación que los seres humanos aplicamos. Habitualmente en todas nuestras actividades de intercambio. Propiedad Maneja 4 máximas Son relaciones Cantidad: la información que el hablante me da es suficiente, ni excesiva ni escasa Cualidad: la información que el hablante me da se ajusta a la verdad Relación: se pretende “ir al grano” Modo: concibo de manera que no tiene que ver Relación: se pretende “ir al grano” del asunto y no desviarse con incisos, ni digresiones 23