NOVEDADES DEL TRATAMIENTO DE LA ANSIEDAD El trastorno de ansiedad tiene una particularidad: es discutiblemente uno de los trastornos mentales más comunes y sin embargo el que menos las personas que lo padecen son conscientes de que lo sufren. Esto se debe a que, viviendo en un presente tan ajetreado, exigente e incluso peligroso, los individuos llegan a aceptar el malestar como su homeostasis y descartan totalmente la posibilidad de que su sentir es una patología, algo con lo que pueden combatir. ¿Qué es ser feliz? ¿Qué es estar bien? ¿Alguna vez he estado bien, sido feliz? ¿Cuándo fue la última vez? Estas son preguntas que todos podemos formularnos con validez, y nos sorprendería lo difícil que resulta responderlas. La ansiedad se manifiesta en muchas categorías y hay que saber distinguir entre la ansiedad como trastorno y la ansiedad como síntoma. Cabe destacar que la ansiedad muy comúnmente tiene comorbilidad con otros trastornos mentales, principalmente la depresión y el trastorno bipolar. La ansiedad posee componentes tanto psíquicos como neurofisiológicos. De esta manera, su tratamiento consta de dos dimensiones: terapia psicológica y terapia farmacológica; la que nos concierne en este texto es la terapia farmacológica. La terapia con fármacos introduce al cuerpo medicamentos que afectan la transferencia de neurotransmisores en la sinapsis de las neuronas, de esta manera ajustando el efecto de dicha sinapsis en el comportamiento y estado mental general de la persona. Han existido medicamentos para la ansiedad, conocidos como ansiolítcos, desde principios del siglo XX. Partiendo de la cantidad de efectos secundarios, los medicamentos se clasifican en medicamentos de primera a cuarta línea; en primera línea tendríamos los que provocan menos efectos secundarios y progresamos con más efectos secundarios hasta llegar a cuarta línea, que son aquellos que están cargados de efectos secundarios, generalmente muy fuertes e indeseables. Cada paciente tiene un metabolismo distinto, así como un grado distinto de patología, por ende el tipo de medicamento a utilizar y la dosis del mismo varían de paciente a paciente. El psiquiatra inaugura la terapia farmacológica con medicamentos de primera línea en dosis pequeñas. Las dosis de cada medicamento se ajustan de acuerdo a los resultados que el paciente exhiba en las sesiones de seguimiento. El terapeuta aumentará las dosis o las disminuirá en base a su funcionamiento y así mismo recetará otro fármaco si uno probara no ser eficiente. De ser necesario, si la ansiedad es muy resistente en el paciente, el terapeuta tendrá que cruzar de la línea 1 hacia otros fármacos con más efectos secundarios. El Santo Grial de los investigadores y las casas farmacéuticas es desarrollar un medicamento que surta su efecto principal sin producir efectos secundarios, o los mínimos posibles. Por lo tanto, el progreso de los psicofármacos se mide en una razón de mayor efectividad de su efecto principal sobre menor intensidad de efectos secundarios. La Etifoxina Clorhidrato 50mg, comercialmente conocida como STRESAM, es un psicofármaco que ostenta una minoría significativa de efectos secundarios en comparación con ansiolíticos anteriores. Fue desarrollada en la década de 1960 pero ha tenido un resurgimiento en popularidad en la primera mitad de la década de 2010. Cabe destacar que no ha sido aprobada por la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos o por la Agencia de Medicinas Europea. Su venta se realiza exclusivamente con receta médica, y dicha receta ha de ser firmada por el comprador y será archivada por el vendedor con el fin de mantener férreo el control de su consumo. Viene en tabletas, cada una de las cuales contiene: Etifoxina, como Clorhidrato 50 mg; Excipientes: Lactosa monohidrato 119 mg, Talco 15 mg, Celulosa Microcristalina 10 mg, Siĺ ice Coloidal Anhidro 3 mg, Estearato de Magnesio 3 mg. Acción Farmacológica: es un ansiolítico no benzodiazepínico perteneciente a la familia química de las benzoaxinas. La Etifoxina estimula los receptores de GABA A por un efecto alostérico directo y un mecanismo indirecto que activa los receptores periféricos benzodiazepínicos. Farmacocinética: Se absorbe por la vía oral y no se fija a los elementos figurados de la sangre. La concentración plasmática máxima se alcanza entre dos y tres horas posterior a su administración, con una relación directa a la dosis recibida. La concentración máxima promedio alcanzada para una dosis de 200mg de Etifoxina es de 130ng/ml. La concentración plasmática decrece lentamente en tres fases. Solo el 10% de la etifoxina es eliminada sin cambios en las heces, siendo la via ́ urinaria su principal via de eliminacio n (ma s del 90%). Diferentes ́ ́ ́ metabolitos fueron encontrados para esta droga, y aproximadamente el 20% de ellos son eliminados en la forma conjugada: El clearance de la etifoxina disminuye con el aumento de la dosis. La Etifoxina pasa por la placenta, por lo cual no se debe administrar durante el embarazo. Sin embargo, no existen muchos estudios que hayan analizado su relación con la gestación. Dosificación y Administración: La dosis común es de entre 3 y 4 cápsulas, distrivuidas a lo largo del día junto con las comidas. Por lo general, el tratamiento con ella ha de durar entre 20 y 30 días. No se recomienda prolongar su ingesta más de 14 semanas. Contraindicaciones: estado de shock, insuficiencia hepática y/o renal severa, insuficiencia respiratoria severa, miastenia gravis, embarazo y lactancia, menores de 18 años, intolerantes a la lactosa o hipersensibilidad conocida a la droga o a uno o más de sus componentes. Interacciones medicamentosas: Debido al riesgo de potenciación recip ́ roca, se debe tener precaución en caso de administración concomitante con otros depresores centrales tales como: derivados morfin ́ icos (analgésicos, antitusivos y narcóticos), benzodiazepinas, hipnóticos, neurolépticos, antihistamin ́ icos, antihipertensivos centrales, baclofeno y talidomida. Debe evitarse el consumo de alcohol o de medicamentos que lo contengan. Hasta el momento no se han descripto otras interacciones. Se recomienda precaución al manejar bajo sus efectos. Al único del tratamiento puede presentarse somnolencia que después se superará. Muy raras veces se han observado salpullidos. No se conocen otros efectos secundarios. Fuentes bibliográficas Schlichter R, Rybalchenko V, Poisbeau P, Verleye M, Gillardin J (2000). "Modulation of GABAergic synaptic transmission by the non-benzodiazepine anxiolytic etifoxine". Neuropharmacology. Nguyen N, Fakra E, Pradel V, Jouve E, Alquier C, Le Guern ME, Micallef J, Blin O (2006). "Efficacy of etifoxine compared to lorazepam monotherapy in the treatment of patients with adjustment disorders with anxiety: a double-blind controlled study in general practice". Human Psychopharmacology. Hamon A, Morel A, Hue B, Verleye M, Gillardin JM (2003). "The modulatory effects of the anxiolytic etifoxine on GABA(A) receptors are mediated by the beta subunit". Neuropharmacology. UNIVERSIDAD LATINA DE PANAMA Sede de David Ensayo de Ansiolíticos Nuevos Estudiante: Manuel Batista 4-779-1875 Profesor: Dr. Ariel Flores 12 de julio de 2018