Aprendizaje de la historia Revisión teórica Por: Camilo Durango, Sophia Useche, Luis Felipe Torres, Nicolas Riaño y Santiago Franco Para comenzar a abordar el aprendizaje de la historia, es conveniente establecer definiciones aproximadas a lo que se entiende por aprendizaje, que en este caso lo entenderíamos cómo "la actividad mediante la cual se construye e incorpora a la estructura mental los significados y representaciones relativos al nuevo contenido” (Coll, 2000) y consideramos la historia como ”la indagación de acontecimientos pasados que representan cambios en las estructuras sociales, políticas, económicas, educativas o científicas, y logran captar con su estudio lo que el ser humano ha hecho durante su existencia (...) y no pretende brindar un conocimiento neutro o absoluto, sino un conocimiento en construcción” (Baleón, 2014). El elemento esencial a conocer en el proceso de aprendizaje de la historia es el tiempo, entendido como un metaconcepto que solo puede ser comprendido “en relación con el conjunto de conceptos que lo integran y que le dan significado” (Asensio, Carretero y Pozo, 1989). Los conceptos que integran el metaconcepto de tiempo histórico son, en términos generales, el cambio, la continuidad, la simultaneidad, la periodización, la cronología y las duraciones: corta, mediana y larga. El aprendizaje de estas categorías se asocia, por una parte, a la oportunidad de acceder a información histórica significativa y, por otra, a edades cronológicas específicas de los estudiantes, que funcionan como referencias acerca de la comprensión del tiempo histórico que aquéllos podrían llegar a tener si dispusieran de la enseñanza adecuada. (Valledor, 2013). En un estudio realizado por Valledor (2013) en la ciudad de Santiago de Chile con una muestra de 733 estudiantes de tercer año por medio de una prueba de 34 preguntas de selección múltiple que evalúan desde las categorías planteadas anteriormente, se observó que las categorías como cambio, continuidad y larga duración “tienen en común el manifestar dos niveles de dificultad que dependen de la inclusión del presente como uno de los dos momentos históricos a contrastar. Cuando el presente figura en el análisis, la dificultad se hace menor, posiblemente debido a la familiaridad de los alumnos con su propia época”. Con respecto a la enseñanza de la historia, se ha abordado desde diferentes perspectivas en la educación formal, pues es el medio típico mediante el cual se aproxima a los conocimientos de tipo histórico y se ha constituido como una de las ramas del conocimiento más importantes y en lo que es una educación completa o equilibrada, a pesar de esto, los conocimientos del área de las ciencias sociales no son tan ampliamente reconocidos y valorados, y la educación formal se ha enfocado en enseñar y pensar conforme se ha desarrollado el conocimiento en las ciencias exactas, y respecto a esto encontramos que existe una diferencia cualitativa en el aprendizaje de la historia y el aprendizaje de la ciencia, o de las matemáticas. Con respecto a lo anterior se puede indicar según las ideas de Bruner (2008) que el tipo de pensamiento que se necesita para adquirir y organizar el conocimiento sobre los conceptos matemáticos, conceptos científicos o conceptos históricos es diferente en la medida en que éstos comprometen distintos tipos de aproximaciones al mundo. Por ejemplo, para aprender nociones matemáticas se emplearía un pensamiento racional, mientras que el aprendizaje de la historia demandaría un pensamiento más de tipo narrativo. El aprendizaje de la historia no es la mera memorización de eventos importantes en el transcurso del tiempo, es la apropiación de los significados socioculturales transmitidos entre cada generación. Siguiendo con Bruner es necesario exponer a grandes rasgos su teoría del aprendizaje por descubrimiento que se podría traducir como método de enseñanza, el cual se enfoca sobre todo en fortalecer la estructura cognitiva, hecho que promueve más la comprensión que la memorización. En ese sentido el aprendizaje es mayor en cuanto el estudiante tenga un proceso en el cual intervenga menos el profesor (Arias, 2008). Con respecto a esto se ha encontrado mediante a una investigación que comprara el método de Bruner con el de Ausubel y su teoría de aprendizaje significativo en donde la intervención y guía del profesor es esencial, esta investigación se realizó en cuanto a la enseñanza de la historia de la psicología. Los resultados concluyeron que el método-teoria de Ausubel da mejores resultados y que para que el aprendizaje por medio de la teoría de descubrimiento sea eficaz se requiere que los estudiantes tengan técnicas de estudio y estrategias de aprendizaje predeterminadas, de otra forma sería contraproducente. (Arias & Oblitas, 2014). Por otra parte, desde una perspectiva cognitiva, Navarro y Reyes (2017) “identificaron que los estudiantes de octavo y noveno grado tienen dificultades para entender los procesos de las ciencias sociales porque ellos aprenden a explicar los fenómenos sociohistóricos de forma directa y no de forma emergente.” y “Este tipo de explicaciones supone dejar de lado la constitución de categorías que permitan integrar atributos ontológicos emergentes propios de las ciencias sociales ya que resultan ser incompatibles, tales como, la multicausalidad, las interacciones simultáneas entre agentes, el azar, entre otros. Al tomar el ejemplo del parque como escenario de aprendizaje, se observan una serie de situaciones que suceden a medida que un individuo interactúa con los recursos y las personas que allí se encuentran”. Apoyando tambien esta perspectiva hemos encontrado también que “El interés por los ambientes de aprendizaje definidos en un contexto ha conducido a analizar el potencial de estos entornos, no solamente como espacios de desarrollo del aprendizaje, sino como espacios de interacción social, donde se dan otras situaciones no formales que les permiten a sus miembros apropiarse del conocimiento (Páramo, Hederich, López, Sanabria & Camargo, 2015)”. Referencias ● Arias, W. L. (2008). Fundamentos del aprendizaje. Arequipa: Vicarte. ● Arias, W. L & Oblitas, A. (2014) Aprendizaje por descubrimiento vs. Aprendizaje significativo: Un experimento en el curso de historia de la psicología. Boletim Academia Paulista de Psicologia, (34), 455-471. ● Bruner, J. S. (2008). Culture and Mind: their Fruitful Incommensurability. Ethos, (36). 29-45. ● Baleón, P. (2014). El periódico: estrategia constructivista para el aprendizaje de la Historia en cuarto grado de Educación Primaria. México D.F.: Universidad Pedagógica Nacional. ● Carretero, M., Pozo, J. & Asensio, M. (1989). La enseñanza de las Ciencias Sociales. Madrid. ● Coll, C. (2000). Enseñar y aprender en el siglo XXI: El sentido de los aprendizajes escolares. Madrid: OEI-Santillana. ● Navarro Roldán, C., & Castellanos-Páez, V. (2017). Cambio conceptual en el aprendizaje escolar de la Historia. CES Psicología, 10 (2), 1-16. ● Páramo, P., & Hederich, C., & López, O., & Sanabria, L., & Camargo, Á. (2015). ¿Dónde Ocurre el Aprendizaje?. Psicogente, 18 (34), 320-335. ● Valledor, L. (2013). La Comprensión del Tiempo Histórico en Estudiantes Chilenos. Enseñanza de las Ciencias Sociales, (12), 3-12.