El reino de Dios vs el afán, que escoges? El afán y la ansiedad Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 25 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? 26 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 27 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; 28 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. 29 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? 30 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? 31 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. 32 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 33 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. 34 El afán y la ansiedad (Mt 6:25-34) En la primera parte del capítulo vimos que el Señor enfatizaba el peligro de acumular tesoros terrenales, cuidarlos, aumentarlos y vivir para eso. En el texto de ahora, Jesús subraya la preocupación y el afán por las cosas materiales que viene a complementar la porción anterior. Si hemos leído atentamente este texto y somos observadores nos habremos dado cuenta que el Señor Jesús dice en tres ocasiones: “no os afanéis” (vv. 25, 31,34), precedidos por un “por tanto os digo” y un “así que” (vv. 25,34), como consecuencia de lo que ha dicho antes, además de usar el verbo “afanar” dos veces más (vv.27, 34b). Jesús hacía uso de la repetición, en este caso de una negación triple, para indicar la importancia de sus palabras. 1. Significado de afán a. Significado. La expresión “no os afanéis”. Si la comparamos con el uso en aquel tiempo sentido de estar ansioso o preocuparse. Por eso, tanto el nombre como el verbo se puede traducir indistintamente por: “no estéis ansiosos”, “no os angustiéis”, “no os preocupéis” a lo que añade, “por vuestra vida”, En realidad, la palabra que empleó Jesús es muy interesante: indica algo que divide, separa o distrae; es la situación de la mente dividida en secciones o compartimentos y que no funciona como un todo. b. La mejor ilustración del significado del término se encuentra en la historia de Marta y María (Lc. 10:38-42). La pobre Marta estaba excesivamente atareada, inquieta o distraída. Sin embargo, Jesús no enseña que no debamos ocuparnos por las cosas materiales o que no debamos pensar nunca en nuestro futuro sin tomar precauciones. Algunos piensan que “vivir por fe” excluye cualquier tipo de prevención para el futuro. Pero una cosa es ocuparse y otra es afanarse (Fil. 4:6-7). 2. Razones para no afanarse Una vez citada la prohibición o mandamiento, Jesús ofrece una razón general para observarlo: ¿POR QUÉ PREOCUPARSE? • La vida es más que sólo comida, bebida o vestido. v. 25 Entonces, ¿por qué preocuparse? • Dios tiene cuidado de las aves. Él cuidará de usted. v. 26 Entonces, ¿por qué preocuparse? • Usted no puede añadir un segundo más a su vida v. 27 Entonces, ¿por qué preocuparse? • Dios viste a los lirios. Él le vestirá a usted. v. 28 Entonces, ¿por qué preocuparse? • Las posesiones o bienes humanos no son comparables a la provisión divina v. 29 Entonces, ¿por qué preocuparse? • Usted es más valioso para Dios que toda la tierra v. 30 Entonces, ¿por qué preocuparse? • No esté ansioso v. 31 Entonces, ¿por qué preocuparse? • Dios el Padre sabe lo que usted necesita. v. 32 Entonces, ¿por qué preocuparse? • Su única preocupación debe ser crecer en la verdad y en su parecido con Cristo. Él proveerá a sus necesidades. v. 33 Entonces, ¿por qué preocuparse? • Rehúsese a estar ansioso acerca del futuro. Viva un día a la vez. v. 34 Entonces, ¿por qué preocuparse? 3. La causa última del problema de afanarse La razón principal de no sacar deducciones obvias del ejemplo de las aves y las flores, en palabras de Jesús es la falta de fe (v.30b). ¿Qué significa la frase “hombres de poca fe”? Fijémonos que no dice que no tienen fe, sino que tienen “poca”, por tanto, lo que preocupa a Jesús no es la ausencia de fe, sino lo inadecuado de ella, es decir, que no tengan fe suficiente. Eso viene a demostrar una vez más que el sermón del monte es para los hijos de Dios y no para los incrédulos. Mientras los gentiles buscan con afán estas cosas, Dios conoce la necesidad de sus hijos. Que es la fe? Es pues la fe, la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1 Podemos decir que estamos viviendo una fe a medias? En este versículo hay tres palabras que merecen nuestra atención: fe, certeza y convicción. La palabra fe proviene del hebreo “emun” (verdad) y del griego “pistis” (creencia). O sea, que podemos decir que la fe es creer. La palabra certeza proviene de la palabra “upostasis” que quiere decir título de propiedad. Y convicción es la seguridad que tiene una persona de la verdad o certeza de lo que piensa. En contraste con la acusación de poca fe, Jesús señala el camino correcto: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (v. 33). Esta frase ha sido aplicada erróneamente a la salvación del pecador, cuando se trata de ponerla en práctica en la vida cristiana. En este contexto quiere decir que en lugar de afanarse por las cosas materiales, el cristiano debe tener un orden de valores adecuado donde por encima de todo hay que buscar las cosas celestiales. 4. Estrategias y consideraciones para vencer la preocupación: a) Ten presente que nuestra manera de pensar determina nuestra reacción ante las circunstancias. Es decir las emociones negativas son el resultado de una manera de pensar trágica. Por tanto debemos re diseñar nuestra manera de pensar respecto a las dificultades u obstáculos de la vida. b) Cada adversidad es en realidad una gran oportunidad para crecer y alcanzar nuevos niveles de madurez personal. c) Reflexiona e identifica el panorama con tranquilidad. Esto nos ayuda a ordenar nuestros pensamientos. d) Escribe aquello que te preocupa. Este ejercicio te ayudará a ver mejor el panorama y momento que vives. h) No consientas que los errores o tragedias del pasado vengan a determinar tu presente, y por tanto echen a perder tu futuro. Con razón San Pablo dijo: “Por nada estéis afanosos (“preocupados”) sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias; y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y pensamientos en Cristo” Filipenses 4:6,7. Filipenses 4.6 RVR60 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Filipenses 4.7 RVR60 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Conclusión La ansiedad, en vez de prolongar la vida, suele acortarla. También, la ansiedad es incompatible con nuestra posición como hijos de Dios. Un “gentil”, o pagano, tiene mucha razón para sentir ansiedad en cuanto a la vida y el sustento para la vida (v. 32). La ansiedad es una característica propia del incrédulo. La ansiedad de parte de un súbdito del reino es indecorosa, deshonra a su Padre celestial, pues indicaría que su Dios no quiere o no puede proveer para sus necesidades. La ansiedad por las necesidades de mañana es inoportuna, pues carga hoy con las cargas que se deben guardar para mañana (v. 34). Produce una doble carga que aplasta. Jesús no quiere decir con esto que el creyente debe descuidar por completo las provisiones para su vida y su familia. Debe trabajar diligentemente y hacer planes para el futuro, sí; pero también debe reconocer que su Señor es el dueño del futuro. Provee alimento para las aves, pero no lo echa en el nido Después de una exposición tan elevada, el Señor termina con una nota negativa: “baste a cada día su propio mal” (v. 34b). Debemos apartar los pensamientos ansiosos. El Dios en quien confiamos hoy es también el mismo en quien confiaremos mañana. La fe es negarse a estar agobiado porque hemos descargado este peso en el Señor. Ahora nos toca poner en práctica estos sencillos consejos.