Subido por Carlos Andrés Mazzini Zurita

El reino de Dios vs el afan que escoges

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El reino de Dios vs el afán, que
escoges?
El afán y la ansiedad
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué
habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro
cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el
alimento, y el cuerpo más que el vestido?
25
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni
recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta.
¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
26
¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane,
añadir a su estatura un codo?
27
Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios
del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
28
pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se
vistió así como uno de ellos.
29
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en
el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros,
hombres de poca fe?
30
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué
beberemos, o qué vestiremos?
31
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero
vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas
estas cosas.
32
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas.
33
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día
de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
34
El afán y la ansiedad (Mt 6:25-34)
En la primera parte del capítulo vimos que el Señor
enfatizaba el peligro de acumular tesoros terrenales,
cuidarlos, aumentarlos y vivir para eso. En el texto de ahora,
Jesús subraya la preocupación y el afán por las cosas
materiales que viene a complementar la porción anterior. Si
hemos leído atentamente este texto y somos observadores nos
habremos dado cuenta que el Señor Jesús dice en tres
ocasiones: “no os afanéis” (vv. 25, 31,34), precedidos por
un “por tanto os digo” y un “así que” (vv. 25,34), como
consecuencia de lo que ha dicho antes, además de usar el
verbo “afanar” dos veces más (vv.27, 34b). Jesús hacía uso de
la repetición, en este caso de una negación triple, para
indicar la importancia de sus palabras.
1. Significado de afán
a. Significado.
La expresión “no os afanéis”. Si la comparamos con el uso
en aquel tiempo sentido de estar ansioso o
preocuparse. Por eso, tanto el nombre como el verbo se
puede traducir indistintamente por: “no estéis ansiosos”,
“no os angustiéis”, “no os preocupéis” a lo que añade,
“por vuestra vida”, En realidad, la palabra que empleó
Jesús es muy interesante: indica algo que divide,
separa o distrae; es la situación de la mente dividida en
secciones o compartimentos y que no funciona como un
todo.
b. La mejor ilustración del significado del término se
encuentra en la historia de Marta y María (Lc. 10:38-42).
La pobre Marta estaba excesivamente atareada, inquieta
o distraída. Sin embargo, Jesús no enseña que no
debamos ocuparnos por las cosas materiales o que no
debamos pensar nunca en nuestro futuro sin tomar
precauciones. Algunos piensan que “vivir por fe”
excluye cualquier tipo de prevención para el futuro.
Pero una cosa es ocuparse y otra es afanarse (Fil. 4:6-7).
2. Razones para no afanarse
Una vez citada la prohibición o mandamiento, Jesús ofrece
una razón general para observarlo:
¿POR QUÉ PREOCUPARSE?
• La vida es más que sólo comida, bebida o vestido.
v. 25
Entonces, ¿por qué preocuparse?
• Dios tiene cuidado de las aves. Él cuidará de usted.
v. 26
Entonces, ¿por qué preocuparse?
• Usted no puede añadir un segundo más a su vida
v. 27
Entonces, ¿por qué preocuparse?
• Dios viste a los lirios. Él le vestirá a usted.
v. 28
Entonces, ¿por qué preocuparse?
• Las posesiones o bienes humanos no son comparables a la
provisión divina
v. 29
Entonces, ¿por qué preocuparse?
• Usted es más valioso para Dios que toda la tierra
v. 30
Entonces, ¿por qué preocuparse?
• No esté ansioso
v. 31
Entonces, ¿por qué preocuparse?
• Dios el Padre sabe lo que usted necesita.
v. 32
Entonces, ¿por qué preocuparse?
• Su única preocupación debe ser crecer en la verdad y en
su parecido con Cristo. Él proveerá a sus necesidades.
v. 33
Entonces, ¿por qué preocuparse?
• Rehúsese a estar ansioso acerca del futuro. Viva un día a
la vez.
v. 34
Entonces, ¿por qué preocuparse?
3. La causa última del problema de afanarse
La razón principal de no sacar deducciones obvias del
ejemplo de las aves y las flores, en palabras de Jesús es la
falta de fe (v.30b). ¿Qué significa la frase “hombres de poca
fe”? Fijémonos que no dice que no tienen fe, sino que
tienen “poca”, por tanto, lo que preocupa a Jesús no es la
ausencia de fe, sino lo inadecuado de ella, es decir, que no
tengan fe suficiente. Eso viene a demostrar una vez más que
el sermón del monte es para los hijos de Dios y no para los
incrédulos. Mientras los gentiles buscan con afán estas
cosas, Dios conoce la necesidad de sus hijos.
Que es la fe? Es pues la fe, la certeza de lo que se espera y la
convicción de lo que no se ve. Hebreos 11:1
Podemos decir que estamos viviendo una fe a medias?
En este versículo hay tres palabras que merecen nuestra
atención: fe, certeza y convicción. La palabra fe proviene del
hebreo “emun” (verdad) y del griego “pistis” (creencia). O sea,
que
podemos
decir
que
la
fe
es
creer.
La
palabra certeza proviene de la palabra “upostasis” que quiere
decir título de propiedad. Y convicción es la seguridad que
tiene una persona de la verdad o certeza de lo que piensa.
En contraste con la acusación de poca fe, Jesús señala el
camino correcto: “Mas buscad primeramente el reino de
Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán
añadidas” (v.
33).
Esta
frase
ha
sido
aplicada
erróneamente a la salvación del pecador, cuando se trata de
ponerla en práctica en la vida cristiana. En este contexto
quiere decir que en lugar de afanarse por las cosas
materiales, el cristiano debe tener un orden de valores
adecuado donde por encima de todo hay que buscar las cosas
celestiales.
4. Estrategias
y
consideraciones
para
vencer
la
preocupación:
a) Ten presente que nuestra manera de pensar determina
nuestra reacción ante las circunstancias. Es decir las
emociones negativas son el resultado de una manera de
pensar trágica. Por tanto debemos re diseñar nuestra manera
de pensar respecto a las dificultades u obstáculos de la vida.
b) Cada adversidad es en realidad una gran oportunidad para
crecer y alcanzar nuevos niveles de madurez personal.
c) Reflexiona e identifica el panorama con tranquilidad. Esto
nos ayuda a ordenar nuestros pensamientos.
d) Escribe aquello que te preocupa. Este ejercicio te ayudará a
ver mejor el panorama y momento que vives.
h) No consientas que los errores o tragedias del pasado vengan
a determinar tu presente, y por tanto echen a perder tu futuro.
Con razón San Pablo dijo: “Por nada estéis afanosos
(“preocupados”) sino sean conocidas vuestras peticiones
delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias;
y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará
vuestros corazones y pensamientos en Cristo” Filipenses 4:6,7.
Filipenses 4.6 RVR60
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras
peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias.
Filipenses 4.7 RVR60
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en
Cristo Jesús.
Conclusión
La ansiedad, en vez de prolongar la vida, suele acortarla.
También, la ansiedad es incompatible con nuestra posición
como hijos de Dios. Un “gentil”, o pagano, tiene mucha razón
para sentir ansiedad en cuanto a la vida y el sustento para la
vida (v. 32). La ansiedad es una característica propia del
incrédulo. La ansiedad de parte de un súbdito del reino es
indecorosa, deshonra a su Padre celestial, pues indicaría que
su Dios no quiere o no puede proveer para sus necesidades.
La ansiedad por las necesidades de mañana es inoportuna,
pues carga hoy con las cargas que se deben guardar para
mañana (v. 34). Produce una doble carga que aplasta.
Jesús no quiere decir con esto que el creyente debe
descuidar por completo las provisiones para su vida y su
familia. Debe trabajar diligentemente y hacer planes para el
futuro, sí; pero también debe reconocer que su Señor es el
dueño del futuro. Provee alimento para las aves, pero no lo
echa en el nido
Después de una exposición tan elevada, el Señor termina con
una nota negativa: “baste a cada día su propio mal” (v. 34b).
Debemos apartar los pensamientos ansiosos. El Dios en
quien confiamos hoy es también el mismo en quien
confiaremos mañana. La fe es negarse a estar agobiado
porque hemos descargado este peso en el Señor. Ahora
nos toca poner en práctica estos sencillos consejos.
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